Logica Deontica
Logica Deontica
Logica Deontica
“Deóntico” se deriva del vocablo griego de/on, ‘lo debido’, dei=, ’hay que’. Así, la
Lógica Deóntica (LD) es la lógica del deber ser o de las normas.
El nombre “lógica deóntica” lo recibe la lógica mentada a partir del ensayo de G. H. Von
Wright, “Deontic Lógic” aparecido en Logical Studies, Routledge & K. Paul, 1951.
Los operadores deónticos y algunas de sus interpretaciones más comunes son los
siguientes (donde ‘p’ representa una oración):
Op: ‘Es obligatorio que p’, ‘es indispensable que p’, ‘es exigible que p’, ‘es
imperativo que p’, ‘es imprescindible que p’, ‘debe ser el caso que p’, ‘es
forzoso que p’, ‘es necesario que p’, etc.
Pp: ‘Está permitido que p’, ‘es lícito que p’, ‘es permisible que p’, ‘está
autorizado que p’, ‘se vale que p’, ‘es válido que p’, ‘es justo que p’, ‘es
correcto que p’, ‘puede ser que p’, ‘es posible que p’, etc.
Vp: ‘Está vedado que p’, ‘está prohibido que p’, ‘es ilícito que p’, ‘es indebido
que p’, ‘es injusto que p’, ‘es inválido que p’, ‘es incorrecto que p’, ‘es
imposible que p’, etc.
Ip: ‘Es indiferente que p’, ‘es indistinto que p’, ‘es adiáforo que p’, ‘es
facultativo que p’, ‘da lo mismo que p’, ‘da igual que p’, etc.
La expresión ‘que los padres torturen a sus hijos’, puede considerarse como el nombre
de una situación o de una proposición. Esto da lugar, respectivamente, a versiones
extensionales o intensionales dela LD. Por otra parte, lo que haría verdaderas o falsas
a oraciones como la anterior se supone serían hechos jurídicos o morales (en este
caso, el hecho de la ilicitud de que los padres torturen a sus hijos) correlacionados con
tales proposiciones o situaciones.
Las siguientes equivalencias deónticas pueden usarse para definir unos operadores
deónticos en términos de otros, o para establecer reglas de equivalencia entre éstos:
Op ≡ ~P~p ~O~p ≡ Pp
s s
u u
b b
a a
l l
contradictorias
t t
e e
r r
a a
s s
Op Pp Pp (O ~p p)
Ip ≡ (~Vp & ~Op) O ~p (Op v Vp)
~Ip ≡ (Op v Vp) [ Op (p & P~p) ] ~Op
Pp (~Op Ip) (Op v O~p) (Pp Op)
Op O(p v q) [ O(p v q) & Vq ] Op
Vp O(p q) Oq O(p q)
O(p v ~p) O(p p)
□p p y p ◊p
(donde ′□′ se lee como ‘es necesario que’ y ‘◊′ como ‘es posible que’), se transforman
en los axiomas deónticos:
Op p y p Pp
~◊p ~Op p Op p Pp
No obstante ser normativos, los discursos moral y jurídico no se rigen por los
mismos principios o presupuestos generales. Por ejemplo, el desconocimiento de
una norma, o de su violación, es tratado de manera distinta en uno y otro tipo de
discurso: en el moral, no es causal de sanción (debido a que la ignorancia no implica
por sí misma una mala intención); en el jurídico, en cambio, sí es causal de sanción (el
alegar que uno no sabía que los impuestos debían ser pagados no evita ni atenúa la
sanción jurídica)
Si para que una norma moral pueda ser aplicable debe ser previamente conocida, eso
parece supeditar a la lógica epistémica, i. e., a la lógica del saber, la posibilidad de
aplicar la LD al discurso moral; cosa que no ocurre con la aplicabilidad de la LD al
discurso jurídico. Esto tiene la consecuencia de que la semántica proposicional parezca
ser la más adecuada para proveer la referencia de las cláusulas subordinadas de las
oraciones deónticas del discurso moral, mientras que la semántica situacional parece
ser la más adecuada para el mismo fin respecto del discurso jurídico.
Los discursos moral y jurídico tampoco se rigen por los mismos principios
particulares. Hay principios que pueden parecernos moralmente indiferentes pero que
no lo son jurídicamente, como el principio de tránsito de no pasarse los altos; de modo
que no todo lo moralmente indiferente sería jurídicamente indiferente. También ocurre
que lo jurídicamente obligatorio no tiene por qué ser moralmente obligatorio, como el
deber jurídico de pagar los impuestos que, según santo Tomás, no entraña un deber
moral (por contraposición, tendríamos que lo moralmente permitido omitir también lo
sería jurídicamente). Incluso es cuestionable el principio más débil de que todo lo
jurídicamente obligatorio sea moralmente permitido, como el deber jurídico de un
soldado de matar enemigos en una guerra, el cual puede ser moralmente objetable, al
menos desde cierto punto de vista moral.
Lo anterior deja ver algunas de las dificultades a las que deben enfrentarse las LDs que
pretenden aplicarse por igual a los discursos de tipo moral y jurídico. (Para más de lo
mismo, véase Leila Puga, Newton da Costa y Roberto Vernengo, "Lógicas normativas,
moral y derecho", en Crítica, vol. XXIII, no. 69, México, 1991, pp. 27-59.)