Las Reformas de La Iglesia (Pablo Deiros)
Las Reformas de La Iglesia (Pablo Deiros)
Las Reformas de La Iglesia (Pablo Deiros)
CRISTIANISMO
LAS REFORMAS
DE LA IGLESIA
(1500 - 1750)
Mientras tanto, durante los siglos XIV y XV, China estuvo bajo el gobierno
de la floreciente dinastía Ming. Los chinos habían adoptado a varios dioses
y diosas de la India y la religión budista, y después del dominio mongol se
habían cerrado a todo tipo de influencia foránea hasta comienzos del siglo XV.
En 1403, el emperador Ming, Zhu Di proclamó un decreto para comenzar la
construcción de una “flota imperial.” Este proyecto fue monumental y duró unos
treinta años. Se construyó un total de 1.681 barcos de carga, que llevaron los
tesoros chinos a ultramar (entre 1405 y 1433), bajo el liderazgo del eunuco
Zheng He. El puerto comercial principal de esta flota fue Calicut en Kerala, en
la costa sudoeste de la India. Desde Japón y Corea hasta la India y más allá,
a lo largo de la costa africana hasta Madagascar, las embarcaciones chinas
llevaron los productos chinos y su cultura. Los europeos tendrían que esperar
todavía casi ochenta años antes de emprender viajes semejantes y con naves
de mucho menor tamaño. Pero así como nació, la empresa naval también se vino
abajo. Después de la muerte de Zhu Di, líderes confucionistas hicieron sentir su
página 22
I nt r oduc c ión gener a l
influencia a favor de una China más tradicional y agrícola. Para 1440 la armada
china, que había llegado a contar con 3.500 naves en las primeras décadas del
siglo XV, fue reducida a la mitad. Para 1500 se anunció que era un delito capital
construir cualquier barco con más de dos mástiles. Para 1551 era considerado
como un crimen salir a alta mar para comerciar en una nave de varios mástiles.
Los confucionistas eliminaron de esta manera la fuente primaria de poder de la
dinastía Ming y sus navegantes eunucos. Una vez más se cerraron las puertas
de China a toda influencia externa.¹
A fines del siglo XV y comienzos del XVI, portugueses y árabes competían por
el comercio de ultramar que habían dejado vacante los chinos en la cuenca del
océano Indico y el mar del sur de la China. Cuando los portugueses finalmente
completaron el periplo alrededor de África con Vasco da Gama (1498), al igual
que los árabes fueron estableciendo puestos de comercio (factorías). Tanto
portugueses como árabes estaban movidos por intereses comerciales y el
afán de lucro, pero también por cuestiones religiosas. Musulmanes y cristianos
trajeron y establecieron su religión a medida que exploraban y se establecían.
De este modo, la historia moderna de África y Asia quedó más determinada por
la fe religiosa que por el poder de las economías y flotas nacionales. Así, pues,
el siglo XV fue crítico para el desarrollo religioso de Asia, África, así como para
las Américas.
1
Ver Frank Viviano, “China’s Great Armada,” National Geographic (Julio 2005):28-53.
Historia del Cristianismo, Las reformas de la Iglesia
Entre las dificultades a las que se enfrentaba Carlos V figuraban en tercer lugar
los problemas internos de Alemania. El surgimiento de la Reforma lo encontró
a Carlos V demasiado ocupado en sus otras luchas como para ponerle freno al
nuevo movimiento religioso. Recién cuando los franceses y los turcos le dejaron
las manos libres, Carlos pudo pensar en ocuparse del movimiento luterano y de
los príncipes alemanes que lo apoyaban. Pero esto ocurrió cuando los luteranos
se habían afianzado firmemente en muchos de los estados alemanes.
2
William H. McNeill, La civilización de Occidente: manual de historia (San Juan, Puerto Rico: Editorial
Universitaria, 1968), 348.
I nt r oduc c ión gener a l
página 25
UNIDAD 1
La Reforma
protestante
INTRODUCCIÓN
Dos condiciones son necesarias para cualquier
gran expansión del testimonio cristiano: oportunidad,
especialmente en materia de comunicaciones por
el mundo; y, vigor espiritual dentro de la Iglesia.
Poco después del año 1500, estas dos condiciones
estaban presentes y al mismo tiempo en un grado
inusual, especialmente en Europa occidental. El
resultado fue el período más grande de expansión
cristiana, que la historia haya conocido hasta ese
momento.
Junto con estas nuevas vías de comunicación europeas hacia los otros
continentes, comenzó a vivirse en Europa una nueva vida espiritual, en el
sentido más amplio de la expresión. El Renacimiento fue un período no sólo de
nuevas rutas cruzando el mundo, sino también de un conocimiento acerca del
mundo mismo más grande que el de cualquier otra edad previa en la historia de
la humanidad. Pero la nueva vida no sólo se encontraba entre los marinos y los
mercaderes, los filósofos y los artistas, sino que algo nuevo estaba ocurriendo
también dentro de la Iglesia medieval.
LA REFORMA EN ESPAÑA
Desde fines del siglo XV y durante una buena parte del siglo XVI, España fue
la potencia dominante en la Europa cristiana y el centro de su vida intelectual y
religiosa. Bajo el reinado de Isabel de Castilla (1441-1504) y Fernando de Aragón
(1452-1516), España fue pionera en las dos empresas que habrían de cambiar
el rumbo de Europa y el resto del mundo: la reforma religiosa y la conquista de
nuevos continentes. Las características nacionales de España en el siglo XVI
fueron: lealtad al rey, fe en la Iglesia, amor al catolicismo y odio a los herejes.
Las cruzadas contra los moros y judíos fueron consideradas como un deber
religioso. Las catedrales majestuosas, las obras maestras de la arquitectura,
la escultura y el tallado testifican del poder de la Iglesia Católica Romana en
España durante este tiempo. Este espíritu religioso se expresó también en el
entusiasmo misionero de los conquistadores y de los viajeros y aventureros
españoles alrededor del mundo.
página 29
1
Ver Jean Plaidy, The Spanish Inquisition: Its Rise, Growth, and End, 3 vols. (Nueva York: Citadel Press, 1967),
2:105.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
_ Protestantismo en España
2
Ver Henry Charles Lea, A History of the Inquisition of Spain, 4 vols. (Nueva York y Londres: Macmillan,
1906-1922), 3:411. Ver también, Harold J. Grimm, The Reformation Era: 1500-1650, 2da ed. (Nueva York:
Macmillan; Londres: Collier Macmillan, 1973), 225.
página 30
3
Cornelius A. Wilkens, Spanish Protestants in the Sixteenth Century (Londres: William Heinemann, 1897),
xvi.
4
Ibid., xv.
La Reforma Protestante
Erasmo había llegado a ser una figura popular entre las personas de
erudición y prestigio. En 1516, su nombre apareció por primera vez en España,
y en 1517, Jiménez de Cisneros lo invitó sin éxito a enseñar en la Universidad
de Alcalá. Incluso el emperador Carlos V declaró públicamente su admiración
por Erasmo, quien tenía seguidores entre los humanistas en la corte imperial y
entre los profesores de la Universidad de Alcalá. Sus obras fueron publicadas
en España y algunos de sus seguidores escribieron imitando su estilo. Como
indica Henry Kamen: “Con la Corona, la Inquisición y la Iglesia española de su
lado, la posición de Erasmo fue inexpugnable en España, donde gozó de una
popularidad mayor que en cualquier otro lugar en Europa.”6
5
Ver Marcel Bataillon, Erasmo y España: estudios sobre la historia espiritual del siglo XVI, 2 vols. (México:
Fondo de Cultura Económica, 1950), 2:233, 234. Ver también, John E. Longhurst, Luther’s Ghost in Spain:
1517-1546 (Lawrence, Kansas: Coronado Press, 1969), 135, 136.
6
Henry Kamen, The Spanish Inquisition, A Meridian Book (Nueva York: New American Library, 1965), 77,
página 31
Otro erasmista fue Alonso Ruíz de Virués, quien languideció en prisión por
cuatro años a pesar de la intervención de Carlos V, de quien era su predicador
favorito. Virués fue encontrado culpable de “luteranismo” por la Inquisición en
1538. Carlos V tuvo que conseguir un breve papal anulando su sentencia, y
pocos años más tarde nombró obispo a Virués, quien murió en 1545.
9
Citado en Bataillon, Erasmo y España, 2:75.
10
Tomás McCrie. Historia de la Reforma en España en el siglo XVI (Buenos Aires: Editorial La Aurora,
página 32
1942), 75.
11
Citado en Juan C. Varetto, La marcha del cristianismo, vol. 2: La Reforma religiosa del siglo XVI, 2da ed.
(Buenos Aires: Junta de Publicaciones, 1959), 231, 232.
La Reforma Protestante
12
Gonzalo de Illescas, Historia pontificial y católica (Burgos: n.p., 1578), 2:450, 451.
13
Lea, History of the Inquisition, 3:421.
14
Longhurst, Luther’s Ghost in Spain, 39.
página 33
15
Sobre Valdés, ver José C. Nieto, Juan de Valdés y los orígenes de la Reforma en España e Italia (México: Fonod
de Cultura Económica, 1979); y, Domingo Ricart, Juan de Valdés y el pensamiento religioso europeo en los siglos
XVI y XVII (México: Colegio de México y University of Kansas, 1958).
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
Erasmo. Según McCrie, Valdés fue “la primera persona que abrazó las opiniones
reformistas y se dedicó activamente a su propagación en España.”16
16
McCrie, La Reforma en España, 84.
17
Justo L. González, Luces bajo el almud (Miami: Editorial Caribe, 1977), 28.
18
Citado en Juan C. Varetto, Mártires de la Reforma en Italia (Buenos Aires: Junta Bautista de Publicaciones,
página 34
1936), 91.
19
Bataillon, Erasmo y España, 1:421.
20
Kamen, Spanish Inquisition, 82.
La Reforma Protestante
_ La Inquisición en España
21
Varetto, Marcha del cristianismo, 2:239. Ver McCrie, La Reforma en España, 88, 89.
22
Ibid., 90.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
23
Lea, History of the Inquisition, 3:412.
24
Arthur S. Turberville, The Spanish Inquisition, Home University Library of Modern Knowledge (Londres:
página 36
a una iglesia, oyó la melodía de un himno. Atraído por la música entró al templo
y oyó el sermón predicado por Jacobo Spreng. El pastor lo llevó a su casa y
a través de su testimonio lo ayudó a abrazar una convicción protestante. San
Román regresó a Amberes con una nueva fe, una copia del Nuevo Testamento y
algunos de los mejores libros de los reformadores. Su primer deseo fue regresar
a España y compartir con otros su nueva fe. No pudiendo hacerlo, se quedó en
Amberes donde predicó sus convicciones a otros españoles y publicó varios
tratados con tal propósito.
Muy pronto sus actividades fueron notadas por la Inquisición. Sus libros y
tratados fueron quemados y él fue encarcelado. Pudo escapar e ir a Lovaina,
donde se encontró con Francisco de Enzinas, el gran traductor del Nuevo
Testamento. Para entonces, Carlos V estaba en Ratisbona y San Román tuvo
la idea audaz de pedirle una audiencia para presentarle su fe e interceder por
quienes estaban bajo persecución. Finalmente, tuvo éxito en ver al emperador,
pero éste lo metió en la cárcel después de oírlo. San Román fue puesto en
manos de la Inquisición en Valladolid, en cuyos calabozos permaneció hasta su
muerte en la hoguera. El sermón en su auto de fe fue predicado por Bartolomé
Carranza, quien más tarde vendría a caer bajo el poder de la misma Inquisición
por sus ideas evangélicas. San Román fue sacado de las llamas en un intento
desesperado de sus ejecutores para forzarlo a renunciar a su fe. Incapaces de
hacerle romper sus convicciones, lo arrojaron nuevamente a las llamas, donde
terminó su vida heroica alrededor de 1544.
Los contactos entre España, por un lado, y Alemania y los Países Bajos,
por el otro, no podían menos que introducir el protestantismo en la península
Ibérica. Hacia fines del reinado de Carlos V ya se habían fundado las primeras
comunidades protestantes en España, particularmente en Valladolid y Sevilla.
No obstante, no estaban constituidas por personas que estaban totalmente
convencidas de la necesidad de seguir las enseñanzas de Lutero o Calvino.
La mayoría de ellas seguían siendo miembros de la Iglesia Católica Romana
y anhelaban su reforma, mientras seguían la inspiración de los escritores
protestantes.
27
Ibid., 3:430.
La Reforma Protestante
Otro integrante de la congregación era el platero Juan García, casado con una
mujer católica fanática. Ella comenzó a sospechar de las actividades secretas
de su esposo en casa de Leonor de Vivero. Bajo la sugerencia de su confesor,
denunció a su esposo a la Inquisición, que lo arrestó junto con la mayoría de
los miembros de esta congregación. Los largos y crueles procedimientos de la
Inquisición terminaron en el primer auto de fe contra los protestantes en España,
llevado a cabo en Valladolid el 21 de mayo de 1559. Catorce personas fueron
asesinadas y dieciséis más fueron castigadas en público de diferentes maneras.
Quienes no se retractaron fueron quemados vivos. De los que se retractaron
algunos fueron sometidos al garrote antes de enviarlos al cadalso. Muchos se
retractaron bajo los dolores de la tortura; otros aparecen en los registros como
retractándose de su fe sólo para dar crédito a los teólogos que eran responsables
de su abjuración. Tal fue el caso de Agustín Cazalla, quien aparece en el auto
como arrepentido, pero que fue fiel hasta el final.
28
Juan Antonio Llorente, Histoire critique de l’inquisition d’Espagne, 4 vols. (Paris: Trenttel et Würtz, 1818),
2:236.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
29
Ibid., 2:239.
30
McCrie, La Reforma en España, 173.
La Reforma Protestante
Jerónimo de San Isidoro del Campo, y varios miembros del convento de Santa
Paula.
gran talento y piedad, que había sido discípula de Juan Gil. Tenía apenas once
años cuando había comenzado a estudiar griego, también podía leer hebreo
y latín y estaba al tanto de las obras más características de los reformadores.
Pero sus virtudes más destacadas eran su humildad y mansedumbre. Juan Gil,
quien la admiraba, dijo: “Me siento elevado cada vez que hablo con ella.”31
31
Citado en Varetto, Marcha del cristianismo, 2:242. Sobre María Bohorques ver también, McCrie, La Reforma
en España, 180-182.
página 42
32
Citado en Varetto, Marcha del cristianismo, 2:242.
33
Citado en Ibid., 2:243.
34
Ibid., 2:244.
La Reforma Protestante
Juan Díaz. La mayor parte de los escritores protestantes del siglo XVI
hacen referencia a este español notable. Cuando se convirtió se unió a la
Iglesia Reformada en Estrasburgo. En 1545, la ciudad nombró a Martín Bucero
(1491-1551) y a Juan Díaz como representantes ante la Dieta Imperial, que
fue convocada para reunirse en Ratisbona para discutir las relaciones entre
protestantes y católicos. Carlos V se sorprendió de que Estrasburgo fuese
representada por un español comprometido tan ardientemente con la Reforma y
le pidió a alguien de su confianza que intentara recuperarlo para el catolicismo.
Díaz fue asediado por varios paisanos que no lograron hacerlo renunciar a sus
convicciones.
página 43
35
McCrie, La Reforma en España, 183.
36
Lea, History of the Inquisition, 3:447.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
Díaz tenía un hermano llamado Alfonso, quien vivía en Roma y era un católico
fanático que no podía soportar que su hermano fuese protestante. Entonces
decidió convencerlo de sus “herejías” o hacerlo matar si no tenía éxito. Fue a
Alemania y encontró a Juan ocupado en publicar algunas de sus obras. Después
de largas discusiones sobre cuestiones religiosas, Alfonso le pidió al asesino que
ya había contratado en Roma, que matase a su hermano. Juan fue asesinado
con un golpe de hacha en su cabeza. Cuando Felipe Melanchton (1497-1560)
recibió la noticia de esta tragedia, exclamó: “¡Caín ha matado a su hermano por
segunda vez!”37
Juan Pérez de Pineda. Nació en Montilla, Andalucía, a fines del siglo XV. En
1526, fue a Roma como secretario del embajador de España, el duque de Sesa.
Fue durante este tiempo, cuando todavía sus inclinaciones al protestantismo
página 44
37
Citado en Varetto, Marcha del cristianismo, 2:246.
38
Citado en Ibid., 2:247, 248.
La Reforma Protestante
39
Marcelino Menéndez y Pelayo, Historia de los heterodoxos españoles, 2da ed., 7 vols. (Madrid: V. Sánchez,
1928), 2:463.
página 45
40
Juan Pérez de Pineda, “Epístola consolatoria,” citada en Manuel Gutiérrez Marín, Historia de la Reforma
en España (Barcelona: Producciones Editoriales del Nodeste, 1973), 214, 215.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
en “una nueva Roma.” Desde entonces se vio forzado al exilio varias veces. Fue
a Francfort y luego a Londres, donde vivió hasta 1564. En Inglaterra lideró los
cultos de los exiliados españoles y fue bien recibido en los círculos aristocráticos
e incluso dentro de la familia real. El embajador español se disgustó con este
trato especial y le escribió a Felipe II: “A los herejes españoles que viven aquí,
se les ha dado una casa grande del obispo de Londres, en la cual predican tres
veces por semana. Son favorecidos por la Reina. Casiodoro, que asistió a la
conferencia de Poissy, recibió una suma importante para este viaje.”41
Cipriano de Valera. Estuvo entre los frailes evangélicos de San Isidoro del
Campo, en Sevilla. Tenía veinticinco años cuando tuvo que escapar de su país
para no regresar jamás. Se estableció en Ginebra, luego vivió en los Países Bajos
y en Inglaterra. Su obra escrita consiste mayormente de escritos controversiales.
Entre sus obras mayores está Dos tratados del Papa y de la misa, cuya primera
edición fue publicada en 1588 y la segunda en 1599. En 1597 publicó una
traducción de la Institución de la religión cristiana de Calvino.
Juan Luis Vives. Otro gran humanista español, amigo y discípulo de Erasmo y
de Nebrija, a favor de cuya gramática escribió una de sus primeras obras. Enseñó
en la Sorbona de París y ocupó cátedras en las universidades de Lovaina y de
Oxford. Vives (1492-1540) escribió sobre teología, filosofía, moral y pedagogía.
En este último campo proclamó su independencia respecto a los prejuicios
tradicionales y su amor por nuevos principios, como la observación propia, el
razonamiento y el contacto directo e inmediato con la naturaleza. De este modo,
se constituyó en un crítico científico de los métodos y normas escolásticos. Fue
preceptor de María Tudor, la hija de Enrique VIII de Inglaterra, para quien escribió
Instrucción de la mujer cristiana, en la que trazó las normas que deben regular
la educación femenina.
página 46
41
Citado en Maximiliaan F. Van Lennep, La Reforma en España en el siglo XVI (Grand Rapids, Mich.: T.E.L.L.,
1984), 221; ver Arthur Gordon Kinder, Casiodoro de Reina: Spanish Reformer of the Sixteenth Century (Londres:
Tamesis Books, 1975), 18, 19.
La Reforma Protestante
Cipriano de Valera: “El trabajo que yo he tomado para sacar a luz esta
obra ha sido muy grande y de muy largo tiempo; y tanto ha sido mayor,
cuanto yo he tenido menos ayuda de alguno de mi nación que me
ayudase, siquiera a leer, escribir o corregir. Todo lo he hecho yo solo. Ha
placido a mi buen Dios de tomarme por instrumento (aunque indigno e
insuficiente) para acometer una tan grande empresa, y darme fuerzas
y ánimo para no desmayar en mitad del camino y dar con la carga en
página 47
tierra. Además de esto, Satanás recelándose del daño y ruina que esta
Biblia Española causará en su reino, ha procurado por las vías posibles
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
LA REFORMA EN ALEMANIA
A comienzos del siglo XVI la gente discutía diferentes caminos para llevar a
cabo la ansiada y necesaria reforma de la Iglesia. Algunos grupos de místicos
buscaban renovarla mediante su propia santidad personal. Es así como
surgieron nuevas órdenes monásticas y hubo un gran desarrollo del misticismo,
especialmente en Alemania. Otros consideraban un error el intento de los Papas
de crear una cristiandad bajo su autoridad única como soberanos políticos de
Europa, ocupando el lugar de los emperadores romanos, y lo resistían.
42
Cipriano de Valera en su “Exhortación al cristiano lector”, Sagrada Biblia, 1602. Versión arreglada del
castellano antiguo original por el autor.
La Reforma Protestante
El trabajo sobre las fuentes cristianas, hecho entre 1450 y 1530, enfatizaba
la educación y el poder del intelecto humano para producir los cambios
institucionales y el mejoramiento moral, que era tan necesario en la cristiandad
europea de aquel momento. Los múltiples tratados y guías de los humanistas
cristianos estaban dirigidos a reformar la Iglesia desde adentro, pero terminaron
por motivar en muchos una actitud crítica, que finalmente los motivó a intentar la
reforma de la Iglesia desde afuera. Además, el descubrimiento de que los textos
cristianos tradicionales tenían más de una versión o lecturas diferentes resultó
página 49
ser muy perturbador para muchos creyentes y el análisis crítico de los mismos
sacudió muchas de sus presuposiciones dogmáticas, que se estimaban como
inconmovibles.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
43
Sobre la influencia de los humanistas, ver Peter J. Klassen, Europe in the Reformation (Englewood Cliffs,
N.J.: Prentice-Hall, 1979), 12-22.
44
Erasmo de Rotterdam, Elogio de la locura, 4ta ed. (Madrid: Espasa-Calpe, 1969), 119, 120.
La Reforma Protestante
45
Myron P. Gilmore, The World of Humanism: 1453-1517, Harper Colophon Books (Nueva York: Harper &
Row, 1962), 217.
46
Citado en Ibid., 266.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
Gerhard Ritter: “Una y otra vez los hombres han tratado de reformar la
Iglesia sin los medios necesarios: por la imitación de las formas externas
de la vida de la comunidad cristiana temprana, o por poner un énfasis
indiscriminado sobre el significado literal de doctrinas cristianas aisladas.
Sólo Lutero penetró al corazón de la cuestión... ‘Tanto pecador como
justificado’—este resumen de la idea central de Lutero muestra bien
claramente el contraste entre los temas religiosos que aquí son puestos
en una unión misteriosa. La tensión enorme y la actividad febril que esto
produjo en su vida religiosa es, en esencia, la misma que en el comienzo
mismo del cristianismo proveyó la fuerza impulsora para un desarrollo
histórico mundial en una escala incomparable.”47
47
Gerhard Ritter, “Religious Conviction as a Historical Force,” en The Reformation: Change and Stability, ed.
por Peter J. Klassen (St. Louis, Miss.: Forum Press, 1980), 14.
página 53
48
Ver Federico Engels, La Guerra campesina en Alemania (Moscú: Progreso, 1981).
49
Max Steinmetz, “Class Conflict and the Reformation,” en The Reformation: Change and Stability, ed. por
Peter J. Klassen (St. Louis, Miss.: Forum Press, 1980), 16.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
50
G. R. Elton, “Political Leaders as Determinative Factors in the Reformation,” en The Reformation: Change
and Stability, ed. por Peter J. Klassen (St. Louis, Miss.: Forum Press, 1980), 18.
51
Hans J. Hillerbrand, “Multiple Causation of the Reformation,” en The Reformation: Change and Stability,
ed. por Peter J. Klassen (St. Louis, Miss.: Forum Press, 1980), 24.
52
La literatura sobre Lutero es muy vasta. Ver esp. Roland Bainton, Lutero (Buenos Aires: Sudamericana,
1955); Lucien Fevre, Martín Lutero: su destino (México: Fondo de Cultura Económica, 1956); Federico Fliedner,
página 54
Martín Lutero: emancipador de la conciencia. México: Casa Unida de Publicaciones, 1983; Dmitri Merejkovski,
Lutero (Buenos Aires: Editorial Castelar, 1947), Daniel Olivier, El proceso Lutero: 1517-1521 (Buenos Aires:
Editorial Francisco Aguirre, 1973).
La Reforma Protestante
Durante un tiempo tuvo paz interior, pero pronto volvió a preocuparse por
su relación con Dios y su salvación. Debido a su angustia personal, Lutero no
podía reconciliar el problema de la pecaminosidad individual con la justicia de
Dios. ¿Cómo podía una persona pecadora lograr la justicia necesaria como para
obtener salvación? Para responder a este problema fundamental probó todos
los caminos que la Iglesia medieval ofrecía para traer perdón y salvación: la vida
monástica, el más rígido ascetismo, los méritos de los santos, las buenas obras,
la adoración de las reliquias, la peregrinación a Roma, la confesión total, todo
esto, pero sin lograr lo que buscaba.
Wilton M. Nelson, “Tesoro de Méritos,” en Diccionario de historia de la Iglesia (Miami: Editorial Caribe,
53
1989), 1009.
La Reforma Protestante
54
En “Actas y hechos del Dr. Martín Lutero, agustino, en la Dieta de Worms,” en Martín Lutero,
Obras de Martín Lutero, ed. por Carlos Witthaus, 10 vols. (Buenos Aires: Editorial Paidós, 1967),
1:271, 272.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
y tenía razones políticas para hacerlo (la independencia de Sajonia dentro del
Sacro Imperio). Mientras el papa León X evaluaba el riesgo de condenar a
Lutero como hereje, su trabajo literario en Wartburgo fue intenso, destacándose
la traducción del Nuevo Testamento al alemán popular (publicado en setiembre
de 1522). La traducción de la Biblia entera no quedó completa sino hasta 1534,
y fue su mayor contribución ya que la hizo accesible a muchas más personas, al
tiempo que influyó notablemente en el desarrollo de la lengua alemana. Además,
fue en Wartburgo donde Lutero se dedicó a escribir una serie de panfletos y
tratados, en los que convocaba a una reforma de la Iglesia.
Martín Lutero: “Se ha establecido que el Papa, los obispos, los sacerdotes
y los monjes sean llamados al estado eclesiástico; y los príncipes, los
señores, los artesanos y los agricultores, el estado secular. Es una mentira
sutil y un engaño. Que nadie se asuste y ésto por la consiguiente causa:
todos los cristianos son en verdad de estado eclesiástico y entre ellos
no hay distingo, sino sólo a causa del ministerio, como Pablo dice (1 Co.
12.12-31) que todos somos un cuerpo, pero que cada miembro, tiene su
función propia con la cual sirve a los restantes... Pues el que ha salido del
agua bautismal puede gloriarse de haber sido ordenado sacerdote, obispo
y papa, si bien no le corresponde a cualquiera desempeñar tal ministerio.
Como todos somos igualmente sacerdotes, nadie debe darse importancia
a sí mismo ni atreverse a hacer sin nuestra autorización y elección aquello
en lo cual todos tenemos el mismo poder, porque lo que es común, nadie
puede arrogárselo sin autorización y orden de la comunidad.”56
página 58
55
Alan Thomson, Church History 3, AD 1500-1800: New Movements, Reform, Rationalism, Revolution
(Londres: S.P.C.K., 1976), 9.
56
Lutero, Obras de Martín Lutero, 75, 76.
La Reforma Protestante
57
Ibid., 1:178.
58
Ibid., 1:191, 192.
59
Ibid., 1:150.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
60
Ibid., 1:167.
61
Gordon Rupp, Patterns of Reformation (Filadelfia: Fortress Press, 1969), 100.
La Reforma Protestante
En 1525—el mismo año en que Lutero se casó con Catalina von Bora (1499-
1552), una ex-monja—en el sur de Alemania ocurrió una revuelta de campesinos,
que atacaron monasterios y castillos hasta llegar a excesos mayores. En un
sentido, estos movimientos populares fueron motivados por Lutero mismo, quien
página 61
enseñaba que para eliminar la corrupción de la Iglesia era necesario quitarle sus
riquezas, especialmente sus posesiones territoriales. Como resultado, caballeros
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
y campesinos trataron de adueñarse de los bienes del clero, aunque sin éxito.
Lutero se volvió contra los campesinos en un violento panfleto titulado Contra
las hordas ladronas y asesinas de los campesinos. En este tratado, Lutero
presentaba su idea de que los líderes políticos y no el pueblo, eran quienes
debían tener el control tanto de la Iglesia como de la sociedad. La rebelión
campesina terminó en una horrenda carnicería (murieron entre 70.000 y 100.000
campesinos), cuando los príncipes frustraron sus intentos de revolución social.
Lutero perdió el respaldo de las clases más bajas, convenciéndose de que su
reforma prosperaría sólo si contaba con el apoyo de los nobles y los príncipes.
Lutero procuró mejorar el nivel de educación del pueblo. Para ello, en 1529,
publicó su Catecismo mayor, para pastores y maestros, y su Catecismo menor,
página 62
62
Klassen, Europe in the Reformation, 67.
La Reforma Protestante
Los años de 1532 a 1546 fueron los más propicios para el luteranismo, ya que
se amplió la Liga de Esmalcalda de 1531, que se había constituido como una
liga defensiva. No obstante, los últimos años de vida de Lutero no fueron para él
los mejores. Ciertas sombras se proyectaron sobre su vida y ministerio en estos
años. Primero, su actitud negativa hacia Zuinglio, los anabautistas y otros grupos
disidentes, que profundizó las divisiones del protestantismo y comprometió al
luteranismo con los conflictos políticos de aquel tiempo. Segundo, su aprobación
de la bigamia de Felipe de Hesse (1504-1567), que provocó disensión en las
filas protestantes. Y, tercero, su actitud hacia los judíos, que fueron tratados
con violencia debido a la influencia de Lutero, quien se adhirió abiertamente a
actitudes antisemitas.
Para cuando Lutero murió, en 1546, el papa Pablo III convocó a una cruzada
contra los protestantes, quienes fueron derrotados por dividirse debido a
las traiciones de algunos de sus dirigentes. Sin embargo, la envidia entre el
página 63
Dios y sus criaturas. (3) Que esta relación es simple, pero revolucionaría, porque
cambia todo.63 En el desarrollo de estos tres planteos, Lutero contribuyó con
cuatro ideas fundamentales: sola fide, sola gratia, sola Scriptura, solo Christo.
De esta manera, Lutero puso a todos los seres humanos en igualdad espiritual
al entrar en la presencia de Dios, estableciendo así el sacerdocio de todos los
creyentes en un mismo nivel de igualdad. Lutero dejó al ser humano con la total
responsabilidad por su destino y con la seguridad de encontrarse con Dios para
rendirle cuentas. De este modo, introdujo tres elementos de poder transformador
en la teología cristiana: seguridad en cuanto a la fe; libertad en cuanto a la
conciencia; y, responsabilidad personal en cuanto a la obediencia.
Sola gratia. Siguiendo las enseñanzas del apóstol Pablo, Lutero consideraba
que el ser humano es innatamente injusto, imperfecto e incapaz de salvarse por
sí mismo. Sus mejores esfuerzos no pueden satisfacer las demandas de un Dios
santo y justo. No obstante, es Dios quien toma la iniciativa e imputa justicia a
aquellos que creen. Dios es primero y supremo como autor de la salvación, y el
acceso a él está abierto y es gratuito a través de los méritos de Jesucristo. La
fe sola es el único contacto entre el pecador y el Salvador, y la salvación es un
don divino que el pecador no merece.
63
Thomson, New Movements, 13.
64
Ibid., 7.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
Sola Scriptura. Lutero fue uno de los grandes teólogos del cristianismo,
pero el eje de su labor reformadora fue la Biblia antes que la teología: él fue un
reformador bíblico. Sus escritos más importantes fueron extensos comentarios
bíblicos (Génesis, Salmos, Hebreos, Romanos, Gálatas) en la forma de sermones
o conferencias. En su estudio de la Biblia, Lutero echó mano de la mejor erudición
de sus días: el Nuevo Testamento Griego de Erasmo, el diccionario hebreo de
Juan Reuchlin, el comentario a los Salmos de Jacques Lefèvre de Étaples. Al
igual que estos humanistas, Lutero procuró entender de nuevo la Biblia, usando
sus lenguas originales, traduciendo el texto al alemán y, sobre todo, aplicando sus
enseñanzas a su vida personal. Fue así como Lutero se transformó en un teólogo
de primera línea: trató de entender quién es Dios y qué es lo que Dios quiere
de sus criaturas a la luz del texto bíblico. Para Lutero no había otra autoridad
en materia de fe y práctica religiosa que la Biblia. Esto lo llevó a rechazar los
decretos papales o las enseñanzas de los Padres de la Iglesia (tradición) sobre
lo que la Biblia enseñaba.
Solo Christo. Al entender la gracia de Dios no como una cosa que él da o como
un poder mágico para la salvación, Lutero adquirió una nueva comprensión de su
relación con Dios. La gracia de Dios es su actitud hacia el ser humano, de modo
que no es necesario para el pecador buscar “cosas” para su salvación, sino a
Dios mismo. En esto, Lutero enfatizó el aspecto personal de la devoción cristiana,
y lo hizo en línea con lo enseñado por Bernardo de Clairvaux, Francisco de Asís
y los místicos alemanes del siglo XV. De este modo, para Lutero, el centro de
la fe cristiana no era la Iglesia y los sacramentos, sino Jesucristo mismo. Para
Lutero fe y salvación significaban simplemente “tener un Dios” y él lo encontró
sólo en Cristo, el Señor.
65
Henri Strohl, O pensamento da Reforma (San Pablo: ASTE, 1963), 123, 124.
66
Lutero, Obras de Martín Lutero, 2:37.
La Reforma Protestante
LA REFORMA EN ZURICH
La Reforma del siglo XVI fue la Reforma de Lutero. Si bien cada país realizó
su propia reforma, todos fueron influidos por el pensamiento de Lutero a través
de sus escritos. Las dos ideas básicas de Lutero, que Dios ha justificado a los
pecadores a través de lo que hizo en Cristo y que la Biblia es la única base
para la fe y la práctica cristianas, fueron aceptadas unánimemente por todos los
reformadores.67 Su obra comenzó en el noreste de Alemania, pero su mensaje
echó raíz por toda Europa, y especialmente en Suiza.
67
Thomson, New Movements, 18.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
en Suiza. Fue allí donde se dio una coincidencia de factores favorables, que
permitieron que las nuevas ideas que comenzaron a florecer con Lutero se
desarrollaran de manera más fecunda. Hubo varios elementos que crearon las
condiciones propicias para que esto ocurriera.
la palabra impresa.” Luxton agrega: “El desarrollo de la imprenta jugó una parte
importante en esta transición, pero subyaciendo a esto estaba el énfasis de la
Reforma sobre la necesidad de un estudio directo de la Biblia.”68
Los panfletos de Lutero inundaron Suiza y fueron leídos con avidez por los
pequeños comerciantes y artesanos (burgueses), que hicieron de la Reforma
de su país un movimiento más práctico y con mayor énfasis en la organización
que el luterano. Lutero sólo pudo lograr sus reformas persuadiendo a los
grandes señores feudales de Alemania, y éstos a su vez tuvieron que persuadir
al emperador y al Papa. En cambio, los reformadores suizos sólo tuvieron que
convencer a los Consejos de sus propias ciudades.
68
Imogen Luxton, “The Reformation and Popular Culture,” en The Reformation: Change and Stability, ed. por
página 69
a construir imperios ajenos. Con el mismo celo rechazó una alianza de Zurich
con el rey de Francia, Francisco I.
70
Tomás M. Lindsay, La Reforma y su desarrollo social (Barcelona: Libros CLIE, 1986), 36.
La Reforma Protestante
71
Citado en Émile G. Léonard, Historia general del protestantismo, vol. 1: La Reforma (Madrid: Ediciones
Península, 1967), 136.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
Zuinglio escribió varios tratados en los que expuso sus ideas reformadas,
como: En cuanto a la elección y uso libre de la comida; Archeteles; De la claridad y
certeza de la Palabra de Dios; De María, la pura Madre de Dios, todos publicados
en 1522. Estos tratados y los cambios religiosos que llevó a cabo en Zurich fueron
sometidos a escrutinio público en una disputa ante el Gran Consejo de esa ciudad
en 1523. Fue aquí donde Zuinglio presentó sus Sesenta y siete conclusiones.
A pesar de la oposición de su contrincante, Juan Faber (1478-1541), obispo de
Viena, Zuinglio ganó el debate y obtuvo el respaldo del Consejo a sus doctrinas
evangélicas. A su vez, el Consejo estableció el principio que una comunidad, a
página 72
72
Thomson, New Movements, 19.
La Reforma Protestante
través de su gobierno, podía decidir por sí misma cuál convicción religiosa era
la correcta. Esto significó un velado rechazo de la autoridad episcopal y papal.
El ejemplo establecido por esta disputa fue seguido por muchas otras ciudades
suizas, en las que laicos y eclesiásticos comenzaron a compartir la autoridad
en materia religiosa.
LA REFORMA EN GINEBRA
73
Ibid., 21.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
La ciudad de Ginebra, junto con Vaud y Neuchâtel, era parte de los cantones
franceses de Suiza. En la primera mitad del siglo XVI, la ciudad representaba un
contexto ideal para el desarrollo de un proyecto de Reforma. Desde fines de la
Edad Media, la ciudad se había encontrado bajo la autoridad de tres poderes:
el obispo, el conde (más tarde un virrey de la casa de Saboya) y los burgueses
libres. No obstante, los ciudadanos estaban organizados democráticamente y
se reunían una vez al año en una asamblea legislativa. Para comienzos del siglo
XVI, la autoridad del obispo era muy débil al igual que la de la casa de Saboya.
Los ginebrinos no formaban parte de la Confederación Suiza (de habla alemana),
pero para 1526 lograron el apoyo de algunos cantones, como los de Berna y
Friburgo. A partir de 1530, la ciudad fue gobernada por un Pequeño Consejo,
además por el Consejo de los Doscientos, y finalmente por el Consejo General
o asamblea de los ciudadanos (burgueses). Para entonces, no eran pocos los
ciudadanos de Ginebra que simpatizaban con la Reforma. Incluso, es probable
que algunos miembros del Consejo General estuviesen dispuestos a respaldar
una reforma de la Iglesia, tal como se estaba llevando a cabo en ciudades como
Berna y Basilea.
Después de una estancia breve en Orleáns por segunda vez, Calvino regresó
a París en 1533. Los conflictos entre católicos y protestantes se profundizaron.
Los primeros censuraron una obra de Margarita de Navarra, titulada Espejo
del alma pecadora. El rey, Enrique de Navarra, pidió a la Universidad de París
razones para tal censura. En ese tiempo, era rector de la Universidad un amigo
de Calvino, Nicolás Cop (m. 1550), quien con su ayuda compuso un discurso
claramente protestante. Se desató una persecución que terminó con el arresto
de varios protestantes; Cop logró huir a Basilea y Calvino tuvo que hacer lo
propio.
74
Sobre Juan Calvino ver, C. H. Irwin, Juan Calvino: su vida y obra (México: Casa Unida de Publicaciones,
1981); Thea B. Van Halsema, Así fue Calvino (Grand Rapids, Mich.: T.E.L.L., 1959).
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
De Basilea, Calvino viajó sin rumbo fijo por unos meses, hasta que se dirigió
hacia Estrasburgo, donde el protestantismo era oficial. De camino pasó por
Ginebra, donde Farel lo invitó a quedarse y a ayudarlo en su labor reformadora.
Contra su voluntad, finalmente Calvino cedió a la insistencia de Farel.
75
Calvino en el “Prefacio” de su Comentario de los Salmos, citado en Lindsay, La Reforma y su desarrollo
social, 91.
La Reforma Protestante
los niños y una nueva liturgia que ponía énfasis en el canto congregacional.
Fundó también una academia, que posteriormente llegó a ser la Universidad de
Ginebra, donde se formaron muchas generaciones de pastores, que llevaron el
calvinismo por todas partes. Como maestro, enseñaba del Antiguo Testamento
durante la semana y del Nuevo Testamento los domingos.
Tomás M. Lindsay: “Calvino hizo por Ginebra tres cosas que traspasaron
los muros de la ciudad: dio a la iglesia un ministerio preparado y
experimentado; a los hogares, personas instruidas que pudieran dar
razón de su fe; a toda la ciudad, un alma heroica que la capacitó para
mantenerse firmemente como la Ciudadela y Ciudad de refugio de los
protestantes oprimidos de Europa.”76
Calvino y Lutero. Calvino, al igual que Lutero, puede ser considerado como un
“reformador bíblico,” porque procuró encontrar un sistema de doctrina cristiana
sacado directamente de la Biblia. En esto fue ayudado por su hábito de predicar
la Biblia texto por texto. Con Lutero pensaba que el argumento de Pablo en la
Carta a los Romanos es la clave del evangelio y el mensaje central de toda la
Biblia.77 Calvino, al igual que Agustín, escribió más libros de los que cualquier
persona puede leer en toda su vida, pero sus enseñanzas e ideas principales
están en la Institución. En su tiempo, esta obra fue el arma más poderosa que
haya forjado el protestantismo en contra del papado y la corrupción de la Iglesia,
y a favor de un auténtico cristianismo bíblico.
página 77
76
Ibid., 113, 114.
77
Thomson, New Movements, 23.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
En la mayor parte de lo que escribió, Calvino era un buen luterano, que basaba
toda doctrina en la Biblia y que creía que la “justificación es el gozne sobre el
que gira la religión.” La diferencia realmente importante entre Lutero y Calvino
fue que el segundo fue más cuidadoso y sistemático que el primero. Calvino
procuró reunir el mensaje de toda la Biblia y de cada uno de sus libros en un todo
lógico y armónico, produciendo así la exposición más sistemática, consecuente
y completa de la doctrina que jamás se había dado al mundo hasta entonces.78
La primera edición de la Institución (1536) era breve. Calvino siguió trabajando
el texto con los años, de modo que durante su vida hubo nueve ediciones en
latín y francés y veinticinco impresiones. Finalmente, en 1559, la obra apareció
dividida en cuatro libros, que comprendían varios capítulos cada uno. Mucho
del material agregado en las últimas ediciones fue escrito contra los católicos y
los anabautistas.
78
Ibid., 24.
79
Ibid., 23, 24.
80
Léonard, Historia general del protestantismo, 1:263.
La Reforma Protestante
Todas estas cosas las conocemos por medio de la ley natural y la ley escrita.
La primera no es otra que la conciencia, que está afectada por el pecado. Por
eso hace falta la segunda, por la cual somos instruidos acerca de la justicia
página 79
81
Juan Calvino, “Carta al cristianisimo rei de Franzia,” en Institución de la religión cristiana (Buenos Aires y
Grand Rapids: Nueva Creación, 1988), xxv.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
82
Calvino, Institución, III.21.5 y III.23.6.
La Reforma Protestante
La Iglesia. Los reformadores enseñaron que para tener una Iglesia verdadera
sólo son necesarias tres cosas: la Biblia, los sacramentos (generalmente la Cena
del Señor y el Bautismo) y una vida cristiana disciplinada. Lutero pensaba que
la Iglesia verdadera consistía de los creyentes auténticos y que sólo Dios sabía
quiénes eran. Calvino creía lo mismo señalando que la Iglesia no es idéntica
con ninguna institución visible, sino que incluye a todos los elegidos, estén
vivos o muertos. No obstante, para Calvino, la Iglesia era una institución para la
educación cristiana, donde la gente no sólo era llamada al arrepentimiento y la
fe, sino también era enseñada en cómo vivir la vida cristiana en forma práctica.
Por esto, para Calvino, la Iglesia visible tenía mucha importancia. Creía que
debía ser organizada según el Nuevo Testamento y enseñó que debía atender
a sus propios asuntos sin interferencia del Estado.83
Los sacramentos. En la primera mitad del siglo XVI, todos los reformadores y
algunos católicos coincidían en considerar que la misa, tal como era celebrada
y entendida por la Iglesia Católica Romana en sus días, no tenía nada que
ver con las enseñanzas del Nuevo Testamento. Lamentablemente, no todos
estuvieron de acuerdo en cuanto a con qué reemplazarla. De hecho, las varias
interpretaciones de la Eucaristía y el Bautismo fueron uno de los elementos
que provocaron profundas divisiones entre los diversos cuerpos protestantes.
Calvino reconoció dos sacramentos: el Bautismo y la Cena del Señor. Respecto
al bautismo, conservó el bautismo infantil enseñando que era tanto un sello
de la gracia (Lutero) como una señal de la misma (Zuinglio), por eso debía
conferirse sólo a los hijos de padres cristianos. En cuanto a la Cena del Señor,
negaba que el cuerpo y la sangre de Cristo estuviesen realmente presentes en
los elementos, pero afirmaba que el comulgante participa del Cristo glorificado
de un modo espiritual cuando lo hace con fe (presencia mística).
Así, a mediados del siglo XVI, los cristianos sostenían cuatro conceptos
diferentes en cuanto a la Cena del Señor: Los católicos romanos sostenían la
transubstanciación, por la cual, según el Cuarto Concilio de Letrán (1215), la
página 81
83
Thomson, New Movements, 24, 25.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
LA REFORMA RADICAL
84
Ibid., 27, 28.
página 82
85
Tal el nombre acuñado por George Huntston Williams, La Reforma Radical (México: Fondo de Cultura
Económica, 1983).
86
Ibid., ix.
La Reforma Protestante
Del lado católico las cosas eran iguales. En 1527, soldados del emperador
Carlos V saquearon Roma porque el Papa se había puesto del lado de los
franceses. El historiador inglés del siglo XVIII, Edward Gibbon dice que: “Los
destrozos de los bárbaros, a quien Alarico había conducido desde las riberas
del Danubio, fueron menos destructivos que las hostilidades ejercidas por las
tropas de Carlos V, un príncipe católico, quien se consideraba Emperador de
los Romanos.”88
87
Kenneth S. Latourette, A History of the Expansion of Christianity, 7 vols. (Grand Rapids, Mich.: Zondervan,
1970), 3:430.
88
Edward Gibbon, The History of the Decline and Fall of the Roman Empire, 7 vols. (Londres: Oxford University
página 83
católica, si bien los hugonotes gozaron de casi un siglo de tolerancia bajo el Edicto
de Nantes promulgado por Enrique IV, y que estuvo en vigor desde 1598 hasta
1685. De igual modo, en el centro de Europa, el catolicismo prevaleció en lo que
es hoy Hungría, la República Checa, Eslovaquia y Polonia. En los Países Bajos,
Escocia y Suiza la Iglesia reformada se estableció como oficial. Europa oriental
tuvo un desarrollo un tanto más complicado, mientras que Inglaterra siguió su
propio curso de Reforma bajo la influencia y conducción de sus monarcas. La
situación particular de Inglaterra se debió en buena medida al hecho de que
los ingleses siempre habían estado bastante desligados de las presiones e
influencias religiosas y políticas de Europa continental. Como puede verse,
durante este tiempo no hubo lugar en Europa para los reformadores radicales.
Así, pues, hubo algunos reformadores que no fueron aceptados ni por los
católicos ni por los protestantes: los reformadores radicales. Sus ideas y prácticas
fueron ilegales en todas partes, porque se oponían al concepto “constantiniano”
imperante, que sostenía que cada nación debía tener una sola religión y que
el gobierno debía apoyarla. Tanto católicos como protestantes persiguieron a
muerte a los anabautistas, que representaban un cuestionamiento radical al
paradigma de cristiandad. Refiriéndose a la persecución de los anabautistas,
Rufus M. Jones señala: “La autoridad imperial y los oficiales de la Iglesia habían
resuelto la extirpación del anabautismo a cualquier costo. Puede decirse con
seguridad que ningún otro movimiento por la libertad espiritual en la historia de
la Iglesia tiene un martirologio tan enorme.”91
90
Williams, La reforma radical, 959.
91
Rufus M. Jones, Studies in Mystical Religion (Londres: Macmillan, 1909), 392.
La Reforma Protestante
Por otro lado, el movimiento, al menos en parte, nació en las bases o fue
una “reforma desde abajo.” Sus líderes eran mayormente laicos y trabajaban
entre los campesinos y artesanos; no eran ministros o sacerdotes sino que
pertenecían a las clases sociales menos privilegiadas. No es extraño, entonces,
que haya sufrido la oposición de la Reforma Magisterial, que fue una “reforma
desde arriba,” conducida por eruditos con preparación universitaria, que trataron
de persuadir a príncipes y a los Consejos de las ciudades libres para que los
ayudaran a reformar la Iglesia. El movimiento anabautista, por el contrario, fue
el resultado de los esfuerzos de los así llamados reformadores de izquierda o
radicales.93
92
George H. Williams y Angel M. Mergal, eds., Spiritual and Anabaptist Writers: Documents Illustrative of
the Radical Reformation, vol. 25 de la Library of Christian Classics (Filadelfia: Westminster Press, 1957),
22.
93
La calificación del anabautismo como “el ala izquierda de la Reforma” pertenece a Ronald H. Bainton,
“The Left-Wing of the Reformation,” Journal of Religión 21 (abril 1941):124-134. Con el mismo título hay
una obra de otro importante historiador: Hainold Fast, ed., Der Linke Flügel der Reformation (Bremen: Carl
página 85
Schünemann Verlag, 1962), que es una colección de escritos de los radicales. Para el espíritu con el que
Bainton evalúa al anabautismo ver el capítulo 5 de su libro The Reformation of the Sixteenth Century (Boston:
Beacon press, 1952).
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
La reacción oficial fue casi la misma en toda Europa. En razón de que a los
anabautistas les gustaba tanto el agua, miles de ellos fueron quemados vivos
en la hoguera. Los registros oficiales de todos los países europeos atestiguan
la ejecución de muchos miles de anabautistas durante el siglo XVI. La Paz de
Augsburgo reconoció los derechos de los luteranos; la Paz de Westfalia hizo lo
propio con los reformados; pero los anabautistas no tuvieron un estatus legal en
Europa hasta el siglo XVIII. Sobre el particular, Rufus M. Jones señala: “Juzgado
por la recepción que tuvo en manos de quienes estaban en el poder, tanto en
la Iglesia como en el Estado, igualmente en países católicos romanos como
protestantes, el movimiento anabautista fue uno de los más trágicos en la historia
del cristianismo.”95 Ningún otro movimiento que luchara por la libertad espiritual
en la historia del testimonio cristiano tuvo un martirologio tan grande.
94
Ugo Gastaldi, Storia dell’Anabattismo: Dalle origini a Muntzer (1525-1535) (Torino: Editrice Claudiana,
1972), 16, 17.
página 86
95
Jones, Studies in Mystical Religion, 369.
96
Ver Thieleman J. van Braght, The Bloody Theater or Martyrs’ Mirror of the Defenseless Christians, trad. por
Joseph F. Sohm (Scottsdale, Penn.: Mennonite Publishing House, 1950).
La Reforma Protestante
97
Ver William R. Estep, Revolucionarios del siglo XVI: historia de los anabautistas (El Paso: Casa Bautista de
Publicaciones, 1975).
página 87
98
Ver Harold S. Bender y John Horsch, Menno Simons: su vida y escritos (Scottdale, PA: Herald Press,
1979); John Christian Wenger, Compendio de historia y doctrina menonita (Buenos: La Aurora y Herald
Press, 1960).
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
99
Citado en John Howard Yoder, ed., Textos escogidos de la Reforma Radical (Buenos Aires: Editorial La
Aurora, 1976), 347, 349, 350.
La Reforma Protestante
a tolerar. Sus ideas radicales no pudieron llevarse a cabo por falta de una base
comunitaria concreta y por la intervención autoritaria de Lutero. En su obra Si
se ha de proceder en forma paulatina en los asuntos que atañen a la voluntad
de Dios para no escandalizar a los débiles, escrita en 1524 en Orlamünde,
Carlstadt se dirige al secretario del ayuntamiento de la ciudad de Joachimsthal,
y le plantea una crítica de lo que él consideraba un peligroso conservadurismo
y un exceso de cuidado y temor por parte de la reforma luterana.
100
Citado en Ibid., 75.
página 89
101
Sobre Muntzer, ver Ernst Bloch, Thomas Muntzer: teólogo de la revolución (Madrid: Ciencia Nueva,
1968).
102
Yoder, ed., Textos escogidos de la Reforma Radical, 17.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
vivir, cuando estorba a los justos... Por eso, estimados padres de Sajonia,
debéis arriesgar todo por el Evangelio... Pero para que eso ocurra en
forma recta y ordenada, deberán hacerlo nuestros estimados padres, los
príncipes, que confiesan con nosotros a Cristo. Pero en cuanto no lo hagan,
la espada les será quitada, Dn. 7.26; porque así estarán confesándolo con
palabras, pero negándolo con los hechos, Ti. 1.16... No hay otra manera
de que la Iglesia Cristiana vuelva a sus orígenes. Hay que arrancar la
cizaña del huerto de Dios al llegar el tiempo de cosecha.”103
103
Citado en Ibid., 113-115.
La Reforma Protestante
104
Williams, La Reforma Radical, 210.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
Rufus M. Jones: “Juzgado por los principios que fueron puestos en juego
por las personas que llevaron este sobrenombre vergonzoso [anabautista],
debe declararse uno de los más trascendentales y significativos
emprendimientos en la memorable lucha religiosa del ser humano por
la verdad. Recogió los logros de movimientos anteriores, y es el suelo
espiritual del que todas las sectas no conformistas han surgido, y es el
primer anuncio claro en la historia moderna de un programa para un
nuevo tipo de sociedad cristiana que el mundo moderno, especialmente
en América e Inglaterra, ha ido realizando lentamente—una sociedad
religiosa absolutamente libre e independiente, y un Estado en el que
cada persona cuenta como persona, y tiene su parte en conformar tanto
a la Iglesia como al Estado.”106
105
Gastaldi, Storia dell’Anabattismo, 21.
106
Jones, Studies in Mystical Religion, 369.
página 92
107
Citado en Hans J. Hillerbrand, ed., The Protestant Reformation (Nueva York: Harper & Row, 1968), 124.
108
John C. Wenger, “The Biblicism of the Anabaptists,” en Guy F. Hershberger, ed., The Recovery of the
Anabaptist Vision (Scottdale, Penn.: Herald Press, 1972), 176.
La Reforma Protestante
La Cena del Señor. La Cena del Señor era una conmemoración de la muerte
de Cristo (igual concepto que el de Zuinglio), un símbolo de la comunión con él
y un recuerdo de la promesa de su regreso. Sólo los bautizados participaban
página 93
109
Williams, La reforma radical, 941.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
Los anabautistas sostenían que el amor cristiano debe ser la base de todas
las relaciones humanas, por eso fueron celosos pacifistas y se opusieron a
toda forma de violencia. “Así también serán ajenas a nosotros las anticristianas
y diabólicas armas de la violencia—como la espada, la armadura y cosas
semejantes—y cualquier otro uso que se haga de ellas, sea en defensa de los
amigos o contra los enemigos, por virtud de la palabra de Cristo: ‘No resistiréis
al mal” (Mt. 5.39).113
110
Citado en Yoder, ed., Textos escogidos de la Reforma Radical, 159.
página 94
111
Ibid., 162.
112
Ibid., 159, 160.
113
Ibid., 160.
La Reforma Protestante
tomada con seriedad. Debido al alto concepto que tenían de la iglesia como
comunidad de creyentes, la vida en comunidad era tenida en alta estima. Las
relaciones entre creyentes estaban regidas por las pautas del Sermón del Monte y
es por esto que algunos grupos anabautistas practicaron la comunidad de bienes.
Su organización eclesiástica fue muy sencilla y cada iglesia era independiente.
El único líder reconocido era el pastor, si bien la comunidad se regía por un
gobierno congregacional.
LA REFORMA EN INGLATERRA
114
Ibid., 160, 161.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
Con la llegada al trono inglés de Enrique VII (reinó de 1485 a 1509), según
algunos historiadores, comenzó la edad moderna en Inglaterra. Tomás M. Lindsay
considera que la época medieval en la historia inglesa terminó en 1485. Según
él: “Cuando el conde de Richmond ascendió al trono de Inglaterra y la gobernó
con ‘autoridad política’ como Enrique VII, ya había empezado distintivamente la
historia moderna de Inglaterra.”117 Sin embargo, desde un punto de vista histórico
115
G. R. Elton, ed., The New Cambridge Modern History, vol. 2: The Reformation (Cambridge: University Press,
1958), 226.
página 96
116
George Park Fisher, Historia de la Reformación (México: n.p., 1910), 289, 290.
117
Tomás M. Lindsay, Historia de la Reforma. 2 vols. (Buenos Aires: Editorial La Aurora; México: Casa Unida
de Publicaciones, 1949, 1959), 1:36.
La Reforma Protestante
Fue en este período también que la nación insular comenzó a ganar poder en
el mar. A lo largo del siglo XVI, sus navegantes pusieron en jaque a los convoyes
españoles que salían de América cargados de oro, plata y otras materias
valiosas. También encontraron un pasaje hacia Rusia navegando hacia el norte
y sus embarcaciones hicieron contacto con todos los océanos del mundo. Todo
el siglo fue testigo del crecimiento notable de Inglaterra en materia de comercio
y poder naval. Un aspecto oscuro de este comercio internacional se puso de
118
G. M. Trevelyan, English Social History—A Survey of Six Centuries: Chaucer to Queen Victoria, 2da ed. (Londres:
Longmans, Green & Co., 1946), 92, 93.
119
Ver, G. R. Elton, England under the Tudors (Londres: Methuen, 1955), 42-46; y, Frederick George Marcham,
página 97
Cuando Enrique VIII ascendió al trono en 1509, su posición era muy diferente
de la que había ocupado su padre en 1485. Todo estaba a su favor, su popularidad
estaba en pleno aumento y era un joven monarca amado por su pueblo. Durante
los primeros años de su reinado el gobierno del país se movió sin problemas
siguiendo los carriles que había fijado Enrique VII. No hubo nada que perturbara
la tranquilidad interna.124
121
Ver, Elton, England under the Tudors, 430-454; Trevelyan, English Social History, 290-292.
122
Sobre la influencia del humanismo y los humanistas en los desarrollos religiosos en Inglaterra durante
el siglo XVI, ver, Percy S. Allen, The Age of Erasmus (Nueva York: Russell & Russell, 1963); y Robert Weiss,
Humanism in England During the Fifteenth Century (Oxford: B. Blackwell, 1941).
página 98
123
Ver Trevelyan, English Social History, 290-292; y, H. Maynard Smith, Henry VIII and the Reformation
(Londres: Macmillan, 1962), 239-275.
124
Ver Albert F. Pollard, Henry VIII (Londres: Longmans, Green and Co., 1951).
La Reforma Protestante
125
Trevelyan, English Social History, 298, 299; 302, 303; ver también Peter Heath, The English Parish Clergy
página 99
on the Eve of the Reformation (Londres: Toutledge & Kegan Paul, 1969), 192-196.
126
Elton, ed., The Reformation, 237, 240.
127
W. E. Lunt, History of England, 4ta. ed. (Nueva York: Harper & Row, 1957), 317.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
_ La Reforma en Inglaterra
128
Williston Walker, Historia de la Iglesia cristiana (Buenos Aires: Editorial La Aurora, 1957), 401.
página 100
129
Elton, ed., The Reformation, 227.
130
Ibid., 228.
131
Ibid., 288.
La Reforma Protestante
una Reforma Inglesa cuando se refieren al proceso religioso del siglo XVI en
Inglaterra. Según Owen Chadwick: “La Reforma Inglesa fue enfáticamente una
revolución política, y su autor el rey Enrique VIII resistió, por algún tiempo con
ferocidad, muchas de las consecuencias religiosas que acompañaron a los
cambios legales en otras partes de Europa.”132
132
Owen Chadwick, The Reformation (Baltimore: Penguin Books, 1964), 97.
133
Elton, England under the Tudors, 98-102.
134
Para el punto de vista católico ver Philip Hughes, The Reformation in England, 3 vols. (Nueva York:
Macmillan, 1963). Para la interpretación protestante ver Albert F. Pollard, Henry VIII. Cf. Trevelyan, English
Social History, 297, 298.
135
Bajo el sugestivo título de “La gran cuestión del rey,” Elton discute ampliamente en un capítulo de su
página 101
libro England under the Tudors (pp. 98-126) la cuestión del divorcio de Enrique y su matrimonio con Ana.
Ver también Smith, Henry VIII and the Reformation, 18-41, para una consideración profunda del carácter e
influencia de Ana Bolena.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
136
Bainton, The Reformation, 183-185.
La Reforma Protestante
concesiones al protestantismo por medio de los Diez Artículos (1536). Por otro
lado, por el Acta de los Seis Artículos (1539) afirmaba la transubstanciación, la
confesión, el celibato del clero, el derecho a misas privadas y la validez de los
votos monacales.
137
Walker, Historia de la Iglesia cristiana, 406.
138
Fisher, Historia de la Reformación, 289.
139
Ver Marshall Knappen, Tudor Puritanism: A Chapter in the History of Idealism (Chicago: University of
página 103
por los anabautistas de los Países Bajos, personas que habían leído
los tratados luteranos traducidos al inglés, personas que habían leído el
Nuevo Testamento en inglés y encontrado las notas de más actualidad
que el texto. Muchas de ellas eran celosas y estaban orientadas
espiritualmente, la mayoría probablemente era más inteligente que la
mayoría convencional, pero era casi tan ignorante. No obstante, creían en
su propia iluminación, y pensaban que se encontraban en el carromato
del progreso; pensaban que era su vocación romper los grillos del pasado
y destrozar la superstición; comenzaron a hacerlo cargados con los
esloganes que se les habían enseñado.”141
141
Smith, Henry VIII and the Reformation, 352.
142
Elton, ed., The Reformation, 227, 228; Idem, England under the Tudors, 110, 111.
143
Trevelyan, English Social History, 299.
página 104
144
Elton, England under the Tudors, 110.
145
Fisher, Historia de la Reformación, 288. Para un estudio erudito del lolardismo en el siglo XVI, ver A. G. Dickens,
Lollards and Protestants in the Diocese of York, 1509-1558 (Londres: Oxford University Press, 1959).
La Reforma Protestante
146
Ibid., 10.
147
Albert H. Newman, A History of Anti-Pedobaptism (Filadelfia: American Baptist Publication Society,
1897), 340.
página 105
148
Roger B. Manning, “The Spread of the Popular Reformation in England,” en Carl S. Meyer, ed., Sixteenth
Century Essays and Studies, vol. 1 (Saint Louis: Foundation for Reformation Research, 1970), 36.
149
Ibid.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
150
Dickens, Lollards and Protestants, 13.
151
Manning, “Popular Reformation in England,” 37.
La Reforma Protestante
El teólogo anglicano más importante del siglo XVI fue Ricardo Hooker (1553-
1600), cuya obra más destacada tiene que ver con el gobierno episcopal de
la Iglesia y lleva por título Leyes de política eclesiástica (1594, 1597). Hooker
expresa la idea anglicana característica de que la fuente o el origen de la
verdad cristiana no es uno sino muchos. Según él, creemos la verdad de la
Biblia porque la Iglesia y el pueblo cristiano la han afirmado. De este modo, el
anglicanismo terminó ocupando una posición intermedia entre el catolicismo y el
zuinglianismo. En materia de eclesiología, Hooker enseñaba que ninguna forma
de gobierno eclesiástico podía pretender una base segura en la Biblia o en la
Iglesia primitiva. Pero al igual que todos los anglicanos de su tiempo, insistía
en la necesidad de una forma de adoración uniforme y oficial. En definitiva, el
anglicanismo siguió una singular via media, que ha sido su sello distintivo a lo
largo de los siglos.152
LA REFORMA EN ESCOCIA153
La Escocia de principios del siglo XVI era un país sumido en el feudalismo con
una corona débil e incapaz, una nobleza empobrecida y una Iglesia inmensamente
rica en tierras y muy secularizada. Al igual que en el continente, la Reforma en
Escocia fue producto del espíritu crítico propio del Renacimiento y del deseo
de encontrar satisfacción espiritual en una Iglesia decadente. No obstante, para
entender la Reforma en Escocia es necesario considerar los factores políticos
y económicos con los que estaba entramada la cuestión religiosa. En realidad
los hilos están tan estrechamente ligados que es difícil desenmarañarlos.
El trasfondo político tiene que ver con la rivalidad de los intereses franceses e
ingleses en Escocia y la lucha entre la corona y los nobles. Estos viejos conflictos
asumieron un tinte religioso. Francia representaba a la vieja religión católica,
mientras que Inglaterra se afirmó como potencia anti-papal. Entre los anglófilos
había algunos que eran simpatizantes del protestantismo y otros que eran nobles
con aspiraciones políticas y económicas. El rey Jacobo V (1524-1542) estaba
del lado de Francia, pero con su muerte, Enrique VIII vio la oportunidad para
adueñarse de Escocia. Después de numerosos conflictos, finalmente para 1558 el
reino estaba más bajo el dominio de Francia que de los ingleses. Esta influencia
católica francesa fue la que finalmente llevó a la revolución protestante.
El trasfondo económico tiene que ver con las riquezas de la Iglesia en Escocia.
Si bien la fortuna de la vieja Iglesia en Escocia mejoraba o declinaba con los
cambios en la situación política, su posición se fue deteriorando notablemente
página 108
A. G. Dickens, The English Reformation (Nueva York: Schocken Books, 1964), 314.
152
Una discusión bastante amplia de la Reforma en Escocia se puede encontrar en Lindsay, La Reforma y su
153
154
J. D. Mackie, A History of Scotland (Marmondsworth, Inglaterra: Penguin Books, 1966), 147.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
Después de un corto destierro, María Estuardo fue invitada por los católicos
y por los mismos protestantes a regresar a Escocia (1561). Casada en segundas
nupcias con Enrique Darnley (1545-1567), uno de los nietos de Enrique VII, éste
terminó asesinado. Al casarse en terceras nupcias con el conde Bothwell (1536-
1578), uno de los asesinos de su segundo marido, fue acusada de complicidad
en el crimen y los protestantes exigieron que fuera ejecutada. María tuvo que
abdicar a favor de su hijo Jacobo VI (1566-1625), que tenía apenas un año de
edad. La regencia cayó en manos del conde de Murray. María huyó a Inglaterra
para buscar refugio junto a su prima Isabel I, en 1568, pero ésta la mandó
apresar y la mantuvo encarcelada durante diecinueve años, hasta que la hizo
ajusticiar por “alta traición” (1587). Para entonces, el protestantismo escocés
había encontrado vía libre para su difusión en el reino y consiguió el control del
Parlamento escocés.
Para muchos escoceses, la dependencia de Francia era tan odiosa como las
pretensiones de dominio inglés. Es así como las causas del protestantismo y la
independencia nacional parecían unirse en una. Knox llegó a transformarse en el
líder de ambos movimientos. En 1555 regresó a Escocia y predicó abiertamente
la doctrina protestante, para volver a Ginebra al año siguiente, donde escribió
Primer toque de trompeta contra el monstruoso regimiento de mujeres (1558).
En este libro Knox indicaba que el reinado de mujeres contravenía la ley natural
y divina: el ataque iba dirigido contra María Tudor, María de Guisa y más tarde
página 110
Por otro lado, en Inglaterra la corona se arrogó todo el poder que había
ostentado el Papa: el monarca era Cabeza de la Iglesia y el gobierno de la
Iglesia era autoritario. En cambio, en la Iglesia escocesa, el movimiento de
Reforma nació como una revolución contra una reina ausente, que era papista.
En general, el apoyo de la corona a la Reforma fue débil y ésta se desarrolló bajo
la amenaza constante de una invasión papista desde el exterior y de la apostasía
de gobernantes protestantes en el interior. Por ello mismo, esta Iglesia no podía
esperar que el Estado suprimiera a los opositores, sino que debía defenderse
sola. No es extraño, pues, que siguiera la doctrina calvinista que enseñaba
que el gobierno civil, si bien era considerado como una necesidad, debía ser
reconocido sólo cuando era conducido conforme a la Palabra de Dios.
155
George Townsend Warner, C. Henry K. Marten y D. Erskine Muir, The New Groundwork of British History
(Londres y Glasgow: Blackie & Son, 1963), 335.
156
Mackie, A History of Scotland, 162, 163.
La Reforma Protestante
LA REFORMA EN FRANCIA157
Francia fue el único país latino en el que arraigó con cierta fuerza la
Reforma. El protestantismo francés no procedía del luteranismo alemán, sino
del calvinismo. En las filas protestantes francesas figuraban personas de gran
relieve e influencia.
157
Sobre la Reforma en Francia, ver Lindsay, La Reforma y su desarrollo social, 118-182.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
Francia del temor de una invasión extranjera. Esto dio lugar a luchas intestinas
por el poder político entre las principales familias francesas, especialmente los
Borbones y los Guisa, que después de 1559 intentaron controlar a los débiles
monarcas Valois. Los primeros eran calvinistas y los segundos católicos, y esto
dio lugar a un turbulento período de las guerras de religión.
Los tres hijos de Enrique II, que lo sucedieron en el trono de Francia fueron
sucesivamente, Francisco II, adolescente de quince años de edad, que sólo reinó
un año (1559-1560); Carlos IX (1560-1574), coronado a los diez años y reinó
bajo la regencia de su madre; y, Enrique III (1574-1589), príncipe afeminado
e incapaz. Los tres reyes, jóvenes y enfermizos, carecieron de la capacidad y
energía indispensables para afrontar las dificultades de la época. Cayeron bajo
la influencia de su madre, Catalina de Médicis(1519-1589), una princesa italiana
carente de escrúpulos, ambiciosa, audaz y preocupada en mantener la autoridad
real a toda costa.
158
Ver Enrique Fliedner, Los hugonotes: triunfos del evangelio o historia de los sufrimientos, luchas y victorias de
la Iglesia Evangélica de Francia (Buenos Aires: Editorial La Aurora; México: Casa Unida de Publicaciones,
1948).
La Reforma Protestante
entre hugonotes y católicos, hasta que en 1570 se firmó la Paz de San Germán,
que fue una victoria para los hugonotes, porque se les permitió el culto en cuatro
ciudades.
159
Ibid., 21-23.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
La Santa Liga tenía propósitos tanto políticos como religiosos, tales como
el reestablecimiento de la religión católica como exclusiva y la restauración de
los antiguos derechos, preeminencias y libertades de las distintas comarcas
de Francia. Por entonces, la muerte del único hermano de Enrique III convirtió
a Enrique de Borbón, rey de Navarra, líder de los hugonotes, en el heredero
del trono de Francia. La Santa Liga quiso impedir esto buscando el apoyo de
Felipe II, pero fracasó al llegar a su fin el gobierno de los Valois con la muerte
de Enrique III (1589), que fue asesinado por un fanático. Así comenzó el dominio
de los Borbones (protestantes) con Enrique de Borbón, que se proclamó rey de
Francia con el nombre de Enrique IV.
(1573-1642). El matrimonio de Luis XIII con Ana de Austria (1601-1666) dio lugar
a varios levantamientos y protestas de los hugonotes, que terminaron con el
Tratado de Montpellier (1622). De todos modos, las iglesias hugonotes entraron
La Reforma Protestante
Los territorios al norte de Francia y sobre el mar del Norte eran conocidos
como Países Bajos por estar sus tierras al nivel del mar o aun debajo, protegidas
por diques. El territorio comprendía dos partes: la del sur, Flandes, era rica,
comercial e industrial; y la del norte, era más pobre y poblada mayormente por
pescadores. Los Países Bajos estaban divididos en provincias, gobernadas por
asambleas de representantes del clero, la nobleza y la burguesía. Las ciudades
gozaban de una amplia autonomía, mientras el orden era mantenido por milicias
locales. La capital era Bruselas, donde residía el gobernador general, nombrado
por el rey de España y era sede de los estados generales, integrados por los
representantes de las provincias.
160
Ver Lindsay, La Reforma y su desarrollo social, 183-221.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
Para Felipe esta rebelión era tanto política como religiosa, y se propuso
aplastarla. Para ello envió a Bruselas como gobernador a Fernando Álvarez
de Toledo, duque de Alba (1508-1582), un hábil general español, al frente de
un poderoso ejército. Alba instituyó un tribunal extraordinario, llamado de los
Disturbios, que pronto llegó a ser conocido como el de la Sangre, a causa de
su excesiva severidad. Las persecuciones fueron terribles y los impuestos sobre
los comerciantes resultaron insoportables. En tres meses hubo mil ochocientas
ejecuciones, siendo las víctimas más ilustres los condes Egmont y Hoorn, que
se habían distinguido en el servicio de España.
Por otro lado, el humanismo echó raíces profundas en esta parte de Europa.
Hay que recordar que Erasmo, el padre del humanismo, nació en Rótterdam
página 119
161
Paul Johnson, Historia del cristianismo (Barcelona: Vergara, 2004), 362.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
162
Ibid.
La Reforma Protestante
Un tercer factor de la Reforma en los Países Bajos tiene que ver con el
papel y el dominio del Estado en el proceso, que fue muy similar al de otros
movimientos que terminaron cuajando en Iglesias establecidas u oficiales. En
la década de 1560 los protestantes en los Países Bajos se levantaron contra
el dominio español de los Habsburgo católicos, que aplicaban una política de
persecuciones. Los holandeses apelaron a la resistencia armada utilizando como
justificación su antigua estructura constitucional, diciendo que se alzaban en
defensa de sus leyes, costumbres y cartas tradicionales. No obstante, el modelo
fue el mismo en uno y otro caso. Se trataba de la imposición de la religión del
príncipe, es decir, la ideología que le asignaba poder sacerdotal al gobernante.
No es extraño que el resultado haya sido, como en otras partes de Europa
continental e Inglaterra, un movimiento hacia la guerra civil en el ámbito nacional
y entre los Estados en el internacional. La unidad religiosa era imposible y, por
el imperio de esta ideología, la polarización política y religiosa era inevitable.
Finalmente, en Holanda se estableció una Iglesia Reformada Holandesa, con
el apoyo y sostén de la corona.
163
Ibid., 424, 425.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
efectivo hizo que el progreso del protestantismo fuese lento. Habrá que esperar
hasta el siglo XVII para ver alguna mejoría.
La Reforma Protestante
Comenzamos esta unidad señalando que a comienzos del siglo XVI se dieron
las dos condiciones necesarias para una gran expansión del cristianismo:
comunicaciones y vigor espiritual. Terminamos la unidad preguntándonos si
después de un siglo se verificó ese avance. Con respecto a los protestantes, la
respuesta es no, debido a dos razones.
Gustav Warneck, Outline of a History of Protestant Missions from the Reformation to the Present Time (Nueva
164
Segundo, la otra debilidad de los protestantes del siglo XVI fue que tuvieron
que luchar durante mucho tiempo en defensa propia para poder sobrevivir y
de esta manera se replegaron sobre sí mismos en lugar de salir “a todo el
mundo”. Una evidencia de esto son las múltiples divisiones y subdivisiones que
experimentó el protestantismo a lo largo de su historia. El cuadro que sigue
presenta sólo las principales escisiones, pero son suficientes para mostrar que
hay una dispersión de energía, que podría haber sido utilizada de una mejor
manera para la expansión del reino de Dios.
165
Stephen Neill, A History of Christian Missions (Harmondsworth, Inglaterra: Penguin Books, 1979),
222.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
GLOSARIO
GLOSARIO
c o r r e s p o n d i e n t e s a c a d a fe c h a , a
diferencia del calendario eclesiástico,
La Reforma Protestante
GLOSARIO
XV, por el cual pareció nacer de nuevo la beneficio. Designa el canto en cuestión.
civilización grecorromana. El cristianismo
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
GLOSARIO
SINOPSIS CRONOLÓGICA
Muerte de León X.
disputas en Zurich.
conquista Milán.
Historia del Cristianismo, las reformas de la Iglesia
SINOPSIS CRONOLÓGICA
1533 Enrique VIII se casa con Ana Bolena. Parlamento decreta el Acta de
Apelaciones.
Francisco I.
SINOPSIS CRONOLÓGICA
Ginebra.
1540 Edicto de Fontainebleau advierte que la herejía en Francia será atacada
1542 Nueva guerra entre Carlos V y Fancisco I. Pablo III vuelve a convocar un
Concilio General.
1544 La Dieta de Espira acuerda ayudar a Carlos contra Francia y los turcos.
Los príncipes van a determinar las políticas religiosas hasta que se lleve a
1547 Muere Enrique VIII y lo sucede Eduardo VI. Muere Francisco I y lo sucede
1554 Felipe, hijo de Carlos V, se casa con María Tudor, pero el Parlamento se
de Yuste.
página 133
SINOPSIS CRONOLÓGICA
española-italiana.
1564 Muere Calvino. La bula Benedictus Deus sanciona los decretos tridentinos.
campaña en Hungría.
Inglaterra.
1570 Isabel es excomulgada por el papa Pío V. Paz de San Germán ofrece
1571 Don Juan derrota a la flota turca en Lepanto. Los 39 Artículos de Religión
1572 Los “Sea Beggars” (mendigos del mar) holandeses capturan Brill.
1588 La Liga Católica controla París. Enrique III huye. Derrota de la Armada
SINOPSIS CRONOLÓGICA
Inglaterra.
página 135