Maltrato Adultos Mayores Chile
Maltrato Adultos Mayores Chile
Maltrato Adultos Mayores Chile
C o l e cc i ó n E s t u d i o s
El maltrato
hacia las personas mayores
en la Región Metropolitana,
Chile
Investigación cualitativa
en vejez y envejecimiento
S E R V I CI O N AC I O N A L D E L A D U LTO M AYO R
COLECCIÓN ESTUDIOS
EL MALTRATO
HACIA LAS PERSONAS MAYORES
EN LA REGIÓN METROPOLITANA,
CHILE
Investigación cualitativa
en vejez y envejecimiento
INDICE
AGRADECIMIENTOS 7
PRESENTACIÓN 9
Rosita Kornfeld Matte
PRESENTACIÓN 11
Ángel Flisfisch Fernández
INTRODUCCIÓN 13
María Teresa Abusleme Lama y Gabriel Guajardo Soto
CAPÍTULO I 21
Antecedentes en torno al maltrato hacia las personas mayores en Chile.
Máximo Caballero Astudillo y Cristian Massad Torres
CAPÍTULO II 33
Avances Normativos en Chile respecto del maltrato a las personas mayores.
Tania Mora Biere
CAPÍTULO III 53
Producción científica sobre el maltrato a las personas mayores en el período
2003 y 2012 en el Cono Sur, España y Organismos Internacionales.
Hugo Sir Retamales
CAPÍTULO IV 77
Identidad, subjetividad y maltrato hacia las personas mayores.
Pamela Soto Vergara
CAPÍTULO V 101
La conversación social del maltrato hacia las personas mayores.
Gabriel Guajardo Soto
3
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
CAPÍTULO VI 127
Una tipología de las significaciones y sentidos sociales sobre el maltrato
desde la mirada de las personas mayores.
Gabriel Guajardo Soto
ANEXOS
1. Marco metodológico de la investigación cualitativa. 169
Teresa Abusleme Lama, Gabriel Guajardo Soto y Rodrigo Lagos Gómez
CAPÍTULO I
Figura 1: Mapa conceptual del estudio Senama-Flacso 2012. 15
Figura 2: Supuestos del estudio: encadenamiento de acontecimientos en 16
el maltrato hacia el adulto mayor.
CAPÍTULO II
Gráfico 1: Prevalencia de maltrato de acuerdo a la tipología. 25
Gráfico 2: Tipos de maltrato recibidos simultáneamente. 26
Gráfico 3: Imágenes de la vejez en los jóvenes. 29
CAPÍTULO III
Tabla 1: Fuentes de información (Flacso Chile y Senama, 2012). 57
Diagrama 1: Relaciones entre sistema jurídico, sistema de las ciencias y 59
Senama frente al fenómeno del maltrato hacia las personas mayores.
Tabla 2: Productividad científica de Ciencias Sociales entre 2003 y 2012 60
en el Cono Sur, España y Organismos Internacionales sobre maltrato
hacia las personas mayores.
Gráfico 1: Tipo de institución. 61
Gráfico 2: Tipo institución Chile. 61
Gráfico 3: Tipo institución España. 62
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Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
CAPÍTULO VI
Figura 1: Ejes de sentido y valoración del sujeto del maltrato. 133
Figura 2: Ejes de sentido y valoración del régimen de visibilidad social 133
del maltrato hacia las personas mayores.
Figura 3: Ejes y polos de los modos culturales y subjetivos acerca del 134
maltrato hacia las personas mayores.
Figura 4: Ejes y polos de los modos culturales y subjetivos acerca del 136
maltrato hacia las personas mayores y clasificación Senama del maltrato.
CAPÍTULO VII
Figura 1. Mapa conceptual de la dimensión espacial. 143
Figura 2. Comunas del gran Santiago seleccionadas para el estudio. 144
Figura 3. Mapa conceptual de la dimensión sujetos. 145
Figura 4. Mapa conceptual de la dimensión procedimental. 147
Figura 5. Mapa conceptual de la dimensión temporal. 152
Grafico1. Adultos Mayores por mes. 152
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Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
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Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
AGRADECIMIENTOS
Nuestro reconocimiento a las Oficinas Municipales del Adulto Mayor de los municipios
de La Pintana, Cerro Navia, Quinta Normal y Vitacura. Especialmente a los profesiona-
les Gabriel Parada de La Pintana; Nathalie Guzmán de Vitacura; Nicole Escobar de Cerro
Navia y Alejandra González de Quinta Normal.
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Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
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Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
PRESENTACIÓN
El maltrato, violencia y abuso contra las personas mayores constituye una problemática
que es posible verificar en diversos contextos históricos y sociales y que se observa en
distintos ámbitos, entre los que se cuenta la familia, la comunidad y las instituciones.
Respecto a su abordaje, cabe destacar que sólo en las últimas décadas se ha reconoci-
do en la comunidad internacional la relevancia fundamental que tiene este fenómeno
para el ejercicio efectivo de los derechos de las personas mayores, para su dignidad y
bienestar, estableciéndose a su vez algunos mecanismos de detección e intervención.
Desde la creación del Servicio Nacional del Adulto Mayor, Senama, ha sido una preocu-
pación constante para el Estado de Chile su ocurrencia, así como también las conse-
cuencias negativas que genera para la calidad de vida de las personas de 60 años y más.
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Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
PRESENTACIÓN
Los objetivos de Senama son congruentes con la misión de Flacso Chile, organismo
internacional con más de medio siglo de existencia, autónomo, regional, de carácter
académico e interdisciplinario, creado con la finalidad de promover la investigación y
enseñanza de alto nivel en las ciencias sociales en los países de la región y, contribuir
al fortalecimiento integral de la democracia, el libre intercambio de ideas y de visio-
nes críticas de la realidad. En este contexto, el fenómeno del maltrato se encuentra en
el horizonte de trabajo del Programa Inclusión Social y Género, desde donde se abordó
el estudio y cuyos orígenes se encuentran en la línea de trabajo iniciada por Julieta
Kirkwood, en la década del setenta, y ampliada por el Programa de la Mujer y el Área
de Estudios de Género desde 1993.
Los organismos del Estado de Chile han constatado que la extensión de la vida de
la población chilena supera los 78 años, sobrepasando los 80 años en el caso de las
mujeres, fenómeno al que se agrega la disminución de las tasas de natalidad y una
acelerada transición demográfica hacia el envejecimiento. Sin embargo, en la socie-
dad chilena persisten dinámicas de inclusión y exclusión social que generan tensiones
como es el predominio de un imaginario que devalúa y le resta visibilidad a la vejez y
el envejecimiento y además, la emergencia de la visibilidad pública del problema del
maltrato hacia el adulto mayor.
Finalmente, quiero agradecer al equipo del Programa Inclusión Social y Género di-
rectamente involucrados en la realización de este estudio. Su esfuerzo colectivo ha
permitido abordar una materia con una serie de barreras socioculturales y psicosocia-
les que esperamos permita a otros investigadores e investigadoras aprender de esta
experiencia científica.
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Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
INTRODUCCIÓN
MARÍA TERESA ABUSLEME LAMA Y GABRIEL GUAJARDO SOTO
Este libro aborda el fenómeno del maltrato hacia las personas mayores en la Región
Metropolitana de Chile. Este acercamiento se focaliza en el discurso de las propias
personas mayores residentes en las comunas urbanas y, particularmente, desde la
experiencia cotidiana de los sectores medios, de hombres y mujeres nacidos en las
décadas de los años 40 y 50 del siglo XX.
La publicación ha sido escrita por autores y autoras del Servicio Nacional del Adulto
Mayor (Senama) del Gobierno de Chile y de la Facultad Latinoamericana de Ciencias
Sociales, Flacso Chile. La co-escritura se releva en el estilo y los tópicos particula-
res, todos ellos confluentes como parte de una misma investigación cualitativa en
vejez y envejecimiento, cuyo trabajo de campo ocurrió entre noviembre de 2012 y
enero de 2013. En este proceso de investigación se ha considerado como un material
fundamental el discurso oral de las personas mayores, el cual se ha plasmado en los
distintos artículos. En esta orientación se procedió a realizar una transcripción de tipo
ortográfica, con bajo grado de edición, del registro de audio de las diferentes técnicas
de investigación utilizadas.
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Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
El estudio del maltrato hacia las personas mayores en un espacio local, como es la
Región Metropolitana de Chile, nos sitúa en la necesidad de realizar un esfuerzo de
reflexión que permita aproximarse a su complejidad y multidimensionalidad, según
concuerdan los diferentes actores que buscan su conocimiento, prevención o control.
El maltrato, como concepto, aglutina una variedad temática que se deriva del fenó-
meno de la violencia hacia las personas mayores y, a su vez, cada uno de esos temas
nos remite a epistemologías, teorías y disciplinas que han configurado los campos de
conocimiento e intervención actuales.
El estudio del fenómeno del maltrato hacia las personas mayores tiene dos supuestos
básicos que sirven de fundamento para su aproximación conceptual. El primer supues-
to es que los discursos familiares, comunitarios y sociales impactan en las dinámicas,
escenarios y contextos del maltrato a las personas mayores; el segundo supuesto es
que dichas dinámicas familiares, comunitarias y sociales posibilitan los tipos de vio-
lencia hacia la persona mayor. El lugar de estos supuestos se puede visualizar en el
siguiente mapa conceptual:
15
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
Desde una mirada histórica, los cambios en los discursos sociales que han ido asocia-
dos a transformaciones socioculturales y política han tenido impactos positivos en la
visibilización y rechazo a la violencia. Un ejemplo de ello son las convenciones, trata-
dos, normas y leyes que se han producido a partir de la primera década del siglo XXI,
que establecen barreras hacia el maltrato y abuso de las personas mayores.
En este marco, los sentidos que construyen los propios mayores acerca del fenómeno
en estudio, corresponde a una de las dimensiones posibles de analizar en un fenómeno
de gran complejidad y no permite explicar los modos en que la violencia se reproduce
en los distintos dominios de existencia. Los modos de producción de la violencia no
obedecen una lógica lineal ni se reducen a un único factor o tipo de conflicto.
16
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
Objetivo general
Conocer el fenómeno del maltrato hacia las personas mayores y profundizar en sus
dinámicas de desarrollo, en los escenarios y contextos en los que aparece.
Objetivos específicos
a. Determinar las significaciones sociales que las propias personas mayores construyen
sobre el maltrato, abordando los discursos familiares, comunitarios y sociales inte-
riorizados y cómo ellos impactan en el desarrollo del fenómeno y su invisibilidad.
b. Conocer las dinámicas familiares, comunitarias y sociales que posibilitan los distin-
tos tipos de violencia que se presentan (maltrato físico, maltrato psicológico, abuso
económico, abuso sexual, negligencia, abandono y maltrato estructural o societal).
CONTRIBUCIONES ESPECÍFICAS
En el capítulo II, escrito por Tania Mora Biere, se concentran los avances normativos
en Chile, en particular la inclusión del maltrato hacia las personas mayores en la Ley
Nº20.427, que modificó la Ley N°20.066, de Violencia Intrafamiliar. Da cuenta de las
tipologías cubiertas por la modificación legal y la jurisprudencia. Del mismo modo, se
hace una revisión comparada a nivel latinoamericano y, finalmente, se hace un análisis
de la Ley Nº20.609, que “establece medidas contra la discriminación”, respecto de la
categoría edad.
En el capítulo V, Gabriel Guajardo expone los resultados del análisis cualitativo de las
conversaciones sociales relativas al maltrato hacia las personas mayores. Se descri-
ben las significaciones y sentidos sociales sobre el maltrato mediante 4 grupos de dis-
cusión y 3 grupos focales de personas mayores de 60 años y más, hombres y mujeres
autovalentes, de los distintos segmentos socioeconómicos de las comunas urbanas
de la Región Metropolitana. Los resultados comprenden la descripción del lugar del
maltrato como tema en el discurso social de este grupo etario, los contextos sociales
donde adquiere un mayor sentido y las modalidades de maltrato y su delimitación.
En el capítulo VI, el mismo autor presenta una tipología de las significaciones y sentidos
sociales acerca del maltrato desde la mirada de las propias personas mayores, basada
en el análisis cualitativo realizado. Los resultados indican que el maltrato convoca tres
campos de sentidos básicos: maltrato hacia los vínculos y los afectos de las personas
mayores; la violencia hacia el cuerpo y corporalidad de la persona mayor; y finalmente,
maltrato social o estructural en cuanto contexto de violencia. Estos sentidos se desplie-
gan en cuatro modos típicos que ponen en juego el sujeto del maltrato y su visibilidad
social. Se reflexiona y se propone un campo de investigación centrado en el lugar de lo
Rodrigo Lagos Gómez en el capítulo VII establece la forma en que se investigó el mal-
trato hacia las personas mayores, exponiendo recomendaciones a partir de la expe-
riencia del estudio de Flacso Chile y Senama, que sirven como base para tener presen-
te en futuras investigaciones. Permite documentar el proceso de trabajo de campo y
las decisiones que se tomaron para concretar la metodología de investigación orien-
tada por los objetivos del estudio.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
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Capítulo I
Antecedentes
en torno al maltrato
hacia las personas mayores
en Chile
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RESUMEN
Palabras claves: Región de Valparaíso, maltrato, adulto mayor, personas mayores, fac-
tores de riesgo, exclusión social.
Este fenómeno es complejo en su abordaje dada, por una parte, la dificultad para dife-
renciarlo de otras formas de violencia intrafamiliar y, por otra, por su ámbito de desplie-
gue, el que trasciende el espacio doméstico. A la vez, es necesario tener presente en su
descripción y análisis dimensiones transversales, tales como el género, las asimetrías
territoriales y étnicas y las condiciones socioeconómicas y funcionales siendo todos es-
tos, factores que cruzan la realidad factual del fenómeno.
Los estudios latinoamericanos revelan cifras por sobre 30% de maltrato a personas
mayores (Daichman y Quiroga, 2002). Si bien en Chile existe poca información en re-
lación a esta temática, resulta interesante observar que los estudios coinciden en se-
ñalar cifras cercanas al 30%, aun cuando lo informado por Carabineros de Chile revela
que 1% de las personas mayores denuncia las situaciones de maltrato (Revista Chilena
de Derecho, 2009). Asimismo, un estudio realizado en Estados Unidos (Ncea, 2007) es-
tima que por cada reporte de maltrato, existen 5 casos que no son reportados. En este
sentido, cabe presumir que la baja cantidad de denuncias a nivel país, puede causar
una subestimación de la gravedad y amplitud del fenómeno, e insuficiencia en materia
de políticas y acciones públicas frente al maltrato.
Bajo este marco normativo, en 2012, Senama implementa el Programa Contra el Mal-
trato y Abuso al Adulto Mayor cuyo principal objetivo es contribuir a la promoción y
ejercicio de los derechos de las personas mayores, a través de la prevención y coordi-
nación para la atención del maltrato que afecta a dicho grupo etario. Los objetivos es-
pecíficos del programa dicen relación con promover la generación de conocimientos
en torno a la violencia, el maltrato y el abuso hacia el adulto mayor. Para, a partir de
este conocimiento y de la articulación intersectorial, desarrollar estrategias de pre-
vención y difusión, coordinar acciones para la atención social de casos de maltrato
hacia las personas mayores, facilitando el acceso a la justicia. El programa cuenta con
un enfoque integral, recogiendo los aportes transdisciplinarios para las estrategias de
prevención y coordinación de situaciones de maltrato a las personas mayores, consi-
derando los aportes del trabajo social, la psicología, la gerontología, la sociología, el
derecho, la salud pública, la educación, entre otras.
Quiroga, 2002) y en la Región de Valparaíso. En esta última zona el estudio fue desa-
rrollado por Senama en 2012. La Investigación se basó en una encuesta cara a cara a
personas mayores de 60 y más años o a sus cuidadores en el caso en que estos pre-
sentasen deterioro cognitivo. La muestra de 403 casos es representativa de la Región
de Valparaíso y tiene un margen de error de 5%.
La negligencia, que mayormente sufren las personas mayores dependientes, dice re-
lación con que no les dan las comidas cuando corresponde, no los alimentan cuando
lo solicitan y descuidan su higiene. Estos hechos se relacionan con el incumplimiento
25
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
del cuidado requerido para satisfacer las necesidades vitales de la persona mayor. Se
observa que los hijos (50,4%) y la pareja (34,4%) son quienes más ejercen este tipo de
maltrato hacia personas mayores dependientes, siendo a su vez quienes más frecuen-
temente están a cargo de cuidarlas.
En el 94,3% de los casos de abuso patrimonial quien lo lleva a cabo tiene un vínculo
familiar con la persona mayor abusada. En 1 de cada 3 es un hijo o hija quien lo ejerce.
El componente que predomina es el engaño hacia la persona mayor para sustraerle su
dinero o patrimonio.
Del total de las personas mayores que habrían sufrido algún tipo de abuso sexual (5%),
21,9% señala que existió consumo de alcohol. Más allá del fenómeno individual, este
dato lleva a pensar en la necesidad de una mirada de mayor integralidad en el consu-
mo abusivo de drogas y alcohol que incluye dinámicas familiares y de contexto socio-
cultural. En el abuso sexual es el acoso el más declarado junto con tocar y besar sin
consentimiento.
26
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
La relación entre las distintas formas de violencia que experimenta la persona mayor,
nos lleva a proponer que el maltrato se configura en redes que otorgan una densidad
particular al fenómeno. Un ejemplo de ello podría ser la interacción del maltrato psi-
cológico, físico y abuso patrimonial que es posible a partir de coartar la autonomía y
lesionar la autoestima de la persona mayor.
En síntesis, cabe relevar que las propias personas mayores de la Región de Valparaíso
reportan la existencia del fenómeno. De acuerdo al estudio, tres de cada diez adultos
mayores han experimentado maltrato psicológico y uno de cada diez, la negligencia en
el cuidado. Además, las distintas formas de maltrato se configuran en una trama de vio-
lencias cruzadas que redundan en una posición de vulnerabilidad de este grupo etario.
Factores de riesgo
Respecto al abuso patrimonial, se puede plantear como hipótesis que son los hombres,
en la generación actual de las personas mayores, quienes detentan la propiedad y la
administración de los recursos económicos y, en este sentido, estarían en más expues-
tos a este tipo de abuso.
En relación con el abuso sexual, del total de las mujeres, 3,4% sufre este tipo de maltrato,
en cambio en los hombres se registra en el 0,3%. Esta diferencia se vincula a un orden de
género binario y desigual en el campo de la violencia sexual, donde las mujeres mayores
han sido históricamente más vulnerables a experimentar este tipo de maltrato.
Quienes tienen entre 60 y 69 años perciben en una proporción más alta el maltrato
físico. Este rango etario, a modo de hipótesis, tiene mayores posibilidades de respuesta
violenta ante este tipo de hechos, lo que potenciaría una dinámica de violencia física.
En cambio, los que perciben maltrato psicológico y negligencia de manera más signifi-
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Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
cativa son quienes tienen 80 años y más. En tal sentido, la carga de trabajo y el estrés
que significa el cuidado de las personas de mayor edad, de alguna manera proveerían
un escenario para la descarga emocional y para los aspectos coercitivos propios de
los componentes del maltrato psicológico como la infantilización, el menoscabo de
la autonomía y las agresiones verbales. Esto tendría como corolario un deterioro de la
calidad de los mecanismos de atención a las necesidades propias de la vejez en sus
etapas más avanzadas.
Se ha determinado que a la base del maltrato en cualquier contexto, ya sea éste fa-
miliar, comunitario o institucional, se asocia la imagen desvalorizada de la vejez. En
las sociedades donde se construye la adultez mayor desde estereotipos negativos, las
personas mayores son más vulnerables a ser maltratadas.
El estudio sobre Textos Escolares de Educación Básica realizado por Senama en 2007,
realizó un análisis sobre la forma y el contenido del posicionamiento de la imagen y
el valor o rol social de las personas mayores en los libros de enseñanza básica (NB1 y
NB2), particularmente en los subsectores de “Lenguaje y Comunicación” y “Compren-
sión del Medio Natural, Social y Cultural”. Asimismo, indagó en la percepción de las
personas que desempeñan funciones en instituciones educativas y del Estado.
Los prejuicios son revelados desde la construcción del discurso de los entrevistados
en torno a la vejez, estableciéndose la hegemonía de términos que reconstruyen la
identidad de la adultez mayor desde la decadencia: fragilidad, dependencia, enferme-
dad, inactividad. En los textos escolares se exacerba y radicaliza la vejez, mostrando
sión que reafirman la visión de un ser humano que se encuentra al final del camino,
concluyendo su ciclo vital, que ha cumplido cualquier objetivo de vida y al que solo le
resta recordar su pasado.
Se observa que 47% de los jóvenes entrevistados considera a las personas mayores
como dependientes, 38% como enfermizos, 42% como frágiles y 50% como sexual-
mente inactivos. Las etiquetas en torno a la sexualidad se traducen en su negación, de-
terminando que una dimensión relevante de la calidad de vida se constituya en un tabú.
Esta imagen social de la vejez posiciona a las personas mayores en un lugar de pérdida
en cuanto a roles, prestigio y legitimidad social.
REFLEXIONES FINALES
Las víctimas de abandono serían personas mayores con enfermedades agudas y cróni-
cas. Bajo la misma lógica del riesgo etario ante el maltrato psicológico y la negligen-
cia, es posible establecer que las personas con enfermedades son vulnerables a ser
abandonadas, dada la carga laboral y económica que significa su cuidado. Debido a la
relevancia de la dependencia como factor de riesgo ante el maltrato, parece necesario
profundizar en este aspecto.
A partir del estudio realizado por Senama en la Región de Valparaíso es posible señalar
que el aislamiento y el abandono se ven facilitados cuando se trata de personas mayores
dependientes, mediante el requisamiento de correspondencia, la negación del acceso al
teléfono, entre otros. Las personas que delegan en otros el manejo de su patrimonio pue-
den ser víctima de abuso mediante mecanismos legales y disuasiones, sacando provecho
de déficits cognitivos o de deficiencias psíquicas. La negligencia, por su parte, es un tipo
de abuso más peligroso cuando se trata de personas que dependen de sus cuidadores
para llevar a cabo sus actividades. Quienes perpetran este tipo de maltrato pueden fallar
Los estudios disponibles permiten destacar que el fenómeno del maltrato existe y que
se requiere una mayor visibilidad en toda la sociedad chilena, buscando que tanto el
nivel institucional, como el societario, comunitario y familiar reconozcan que el buen
trato a las personas mayores tiene status de derecho y que, como contrapartida, el
abuso en la vejez es una violación de los derechos de las personas mayores.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
› Arnold-Cathalifaud M., Thumala D., Urquiza A. & Ojeda A. La vejez desde la mirada
de los jóvenes chilenos: estudio exploratorio. Última Década Nº27, CIDPA Valparaí-
so, Diciembre 2007, pp. 75-91.
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USA. March, 2007.
› Senama. (2007). Estudio sobre el posicionamiento del valor social de los adultos ma-
yores en los textos de educación básica. Santiago, Chile. Acceso: www.senama.cl
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Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
Capítulo II
34
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
RESUMEN
El presente capítulo tiene por objeto dar una mirada a los avances normativos en Chile,
en particular la inclusión del maltrato hacia las personas mayores en la Ley Nº20.427,
que modificó la ley N°20.066, de violencia intrafamiliar, y otros cuerpos legales para in-
cluir el maltrato del adulto mayor en la legislación nacional. A su vez, tiene por objetivo
determinar si las tipologías presentadas se encuentran cubiertas por la modificación
legal y la jurisprudencia que se ha aplicado para implementarla. Se hace una revisión
en torno al derecho comparado latinoamericano y su relación con las leyes de violencia
hacia las personas mayores, y finalmente, se realiza un análisis de la Ley Nº20.609, que
“establece medidas contra la discriminación”, respecto de la categoría edad.
Palabras Claves: Derecho, normas, leyes, jurisprudencia, modificación legal, ley de violen-
cia intrafamiliar, maltrato, abuso, discriminación, personas mayores, adulto mayor, edad.
Desde la creación del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama) en 2002, el mal-
trato hacia las personas mayores ha sido una preocupación permanente, dada la ur-
gencia y gravedad de las consecuencias que presenta su acaecimiento, constituyén-
dose además como una violación flagrante de los derechos humanos. En este sentido,
es posible destacar algunos hitos que dan cuenta del desarrollo del tema desde la
institucionalidad pública.
En 2005 Senama convoca a una Mesa de Trabajo sobre Maltrato al Adulto Mayor, com-
puesta por representantes del Senado de la República, la Cámara de Diputados, el Ministe-
rio de Salud, la Subsecretaría de Previsión Social, el Servicio Nacional de la Mujer (Sernam),
la Corporación de Asistencia Judicial, el Ministerio Público, la Dirección de Protección Po-
licial de la Familia de Carabineros de Chile, la Policía de Investigaciones de Chile, acadé-
micos de diversas universidades y representantes de organizaciones que trabajan con el
adulto mayor. Esta Mesa de Trabajo se abocó a consensuar una definición y tipologías que
caracterizaran específicamente el maltrato a las personas mayores en Chile, para lo cual
se revisó literatura en América Latina y el mundo y las propuestas aportadas por la Orga-
nización Mundial de la Salud (OMS) en la “Declaración de Toronto ”1.
› Maltrato al adulto mayor2 se entiende como una “acción u omisión que produce daño
y que vulnera el respeto a su dignidad y el ejercicio de sus derechos como persona.”
› Maltrato físico: uso de la fuerza física en contra de un adulto mayor que daña su
integridad corporal, puede provocar dolor, lesión y/o discapacidad temporal o per-
manente y, en casos extremos, la muerte.
Una segunda conclusión del trabajo de la Mesa fue la urgencia de realizar las modi-
ficaciones legales pertinentes para incluir, de manera expresa, el maltrato al adulto
mayor en las leyes nacionales. Senama constituye una subcomisión jurídica que en
octubre de 2005 entra en funciones con la participación de abogados de diferentes
organismos del Estado: la Subsecretaría de Previsión Social, el Ministerio Secretaría
General de la Presidencia, un Fiscal Adjunto del Ministerio Público, además de la par-
ticipación de la Universidad Diego Portales y el equipo de Senama.
La subcomisión se abocó al diseño de una propuesta legal que comenzó con el estudio
pormenorizado de la legislación nacional, revisando también la legislación compara-
da, especialmente iberoamericana, con el objeto de introducir ciertas modificaciones
que dieran cuenta del fenómeno del maltrato al adulto mayor en el ordenamiento
jurídico. Se definió que el campo de acción de dichas modificaciones se enfocarían al
ámbito intrafamiliar, optándose por introducir reformas a la legislación ya existente,
de manera de especificar los derechos de las personas mayores en el caso de ser vul-
nerables y/o víctimas de maltrato.
36
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
2. Especificar en la Ley Nº19.968, que crea los Tribunales de Familia, la medida de pro-
tección señalada en el artículo 92 Nº8, en el sentido de dotar al tribunal de facultades
especiales para enfrentar casos de abandono en las personas mayores.
3. Corregir la norma del artículo 84 de la Ley Nº19.968 que crea los Tribunales de
Familia. Este artículo señala a los obligados a denunciar los hechos que pudieren
constituir violencia intrafamiliar, remitiéndose al artículo 175 del Código Procesal
Penal. Además, esta norma agrega la obligación de denunciar a quienes tengan el
37
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
38 sentido:
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
3. Agrégase, en el inciso tercero del artículo 7º la siguiente oración final: “Se con-
siderará especialmente como situación de riesgo inminente el hecho de que un
adulto mayor, dueño o poseedor, a cualquier título, de un inmueble que ocupa
para residir, sea expulsado de él, relegado a sectores secundarios o se le res-
trinja o limite su desplazamiento al interior de ese bien raíz, por algunos de los
parientes señalados en el artículo 5º”.
Artículo 2º. Agréganse, en el número 8 del artículo 92 de la ley Nº19.9686, que creó
los Tribunales de Familia, los siguientes párrafos finales: “Tratándose de adultos ma-
yores en situación de abandono, el tribunal podrá decretar la internación del afec-
tado en alguno de los hogares o instituciones reconocidos por la autoridad compe-
tente. Para estos efectos, se entenderá por situación de abandono el desamparo que
afecte a un adulto mayor que requiera de cuidados”.
Artículo 3º. Introdúcense las siguientes modificaciones en el artículo 4897 del Có-
digo Penal:
Los términos de esta situación de riesgo son amplios y permiten que el adulto
mayor no solamente sea dueño, sino que resida en el inmueble, el que cubre, en-
tre otras, situaciones de comunidades hereditarias, una de las problemáticas más
usuales de las personas mayores.
40 toda la línea recta, los parientes consanguíneos hasta el segundo grado inclusive
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
de la línea colateral, los parientes afines en toda la línea recta, los hijos naturales9
y los cónyuges.
Esta modificación legal da la posibilidad a una persona mayor, que ha sido víctima
de los delitos de hurto, defraudación o daños, de interponer una querella en contra
de su pariente cercano por la comisión de alguno de ellos y, eventualmente, lograr
una pena para el hechor además de la recuperación de sus bienes, cuestión que con
anterioridad y en materia penal, por aplicación de la exención de responsabilidad
penal era desechada de plano, dejando siempre la posibilidad de la reclamación a
través de la sede civil.
d. Finalmente y respecto del abandono, si bien los Tribunales de Familia, al igual que con
la negligencia, han desestimado denuncias de abandono por no ser actos constitutivos
de violencia intrafamiliar en los términos del Art. 5º de la Ley Nº20.066, la modifica-
ción legal en el artículo 92 de la Ley Nº19.968 que crea los Tribunales de Familia, tuvo
por objetivo otorgarle al juez de familia una medida cautelar para casos de abandono
de una persona mayor. Para ello, la ley señala expresamente que cuando el adulto ma-
yor se encuentre en situación de abandono, el tribunal podrá decretar la internación
del afectado en alguno de los hogares o instituciones reconocidas por la autoridad
competente. Esta última frase se encuentra referida a los Establecimientos de Larga
Estadía para Adultos Mayores14(ELEAM) siendo la autoridad competente la Seremi de
Salud de la región en la que se encuentra ubicado dicho ELEAM.
42 persona mayor.
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
Artículo 1º. Toda persona que sufriese lesiones o maltrato físico o psíquico por parte
de alguno de los integrantes del grupo familiar podrá denunciar estos hechos en
forma verbal o escrita ante el juez con competencia en asuntos de familia y solicitar
medidas cautelares conexas. A los efectos de esta ley se entiende por grupo familiar
el originado en el matrimonio o en las uniones de hecho.
Artículo 2º. Cuando los damnificados fuesen menores o incapaces, ancianos o dis-
capacitados, los hechos deberán ser denunciados por sus representantes legales
y/o el ministerio público. También estarán obligados a efectuar la denuncia los ser-
vicios asistenciales sociales o educativos, públicos o privados, los profesionales de
la salud y todo funcionario público en razón de su labor. El menor o incapaz puede
directamente poner en conocimiento de los hechos al Ministerio Público.
Comentarios:
- Esta normativa releva a los adultos mayores como un grupo vulnerable especial.
- El resto de los artículos de la ley tratan sobre el procedimiento, no volviendo a
hacer mención a personas específicas.
Artículo 2º. Constituye violencia doméstica toda acción u omisión, directa o indi-
recta, que por cualquier medio menoscabe, limitando ilegítimamente el libre ejer-
cicio o goce de los derechos humanos de una persona, causada por otra con la cual
tenga o haya tenido una relación de noviazgo o con la cual tenga o haya tenido una
relación afectiva basada en la cohabitación y originada por parentesco, por matri-
monio o por unión de hecho.
Comentarios:
- En el caso uruguayo existe un reconocimiento expreso en la ley de violencia do-
méstica que la constituyen tanto las acciones como las omisiones, y además la
Violencia Patrimonial aparece como una manifestación de la violencia doméstica.
- No se encuentran identificados grupos vulnerables en especial.
- El resto de la norma señala el procedimiento.
Asimismo, esta Ley protegerá, en particular, a las víctimas de violencia en las rela-
ciones de pareja o de abuso sexual intrafamiliar.”
Las definiciones comprendidas en los incisos b), c), d), e) y f) no serán restrictivas.
Comentarios:
- El Artículo 1º identifica a las personas adultas mayores dentro de los grupos
vulnerables de ser víctima de violencia.
- Es interesante destacar que en las definiciones que realiza la ley de violencia
doméstica, psicológica, física, sexual y patrimonial, las define como “acciones y
omisiones”, señalando expresamente que las definiciones no serán restrictivas.
Quizás sí sea Brasil el país de América Latina que más avances tiene en materia le-
gal respecto al reconocimiento de los derechos de las personas mayores. En 2003
se dictó el “Estatuto do Idoso”, Ley 10.74117, con el objetivo de regular los dere-
chos especiales de las personas mayores de 60 años. Abarca desde los derechos
fundamentales, alimentos, salud, trabajo, cultura, deporte, seguridad social, entre
otras áreas, además de normas de acceso a la justicia, atribuciones especiales del
Ministerio Público, entre otras.
Artículo 4º. “Ninguna persona mayor será objeto de cualquier tipo de negligencia,
discriminación, violencia, crueldad u opresión, y todo atentado a sus derechos, por
acción u omisión, será punido en la forma de la ley.
1º Es deber de todos prevenir la amenaza o violación de los derechos de las per-
sonas mayores.
2º Las obligaciones previstas en esta Ley no excluyen de la prevención otras deri-
vadas de los principios en ella adoptados.”
45
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
Comentarios:
- Para la protección de los derechos contemplados en el Estatuto, incluidas las
de violencia, se contemplan una serie de medidas de protección especiales,
facultando al Ministerio Público a iniciar los procedimientos judiciales y admi-
nistrativos, para proteger los derechos de la persona mayor.
- Por otra parte el estatuto establece una serie de delitos, de acción pública,
como dejar de prestar asistencia, abandono, exponer a peligro la integridad y la
salud, física o psíquica de las personas mayores, entre otras.
Sin embargo, es posible constatar que, en especial respecto a las personas de edad, la
discriminación por razones etarias es una constante en nuestras sociedades, como con-
diciones estructurales que definen la vida de un colectivo o grupo social.
Las categorías prohibidas de diferencia de trato suelen incluir factores como la raza,
sexo, nacionalidad, origen social, que, como consecuencia de prácticas y patrones de va-
loración subordinantes en el pasado, subsisten en la actualidad a través de desigualda-
des de hecho y perjuicios arraigados, por lo que mencionar categorías de discriminación,
tiene como consecuencia directa, que cuando el Estado realiza distinciones basado en
motivos prohibidos de discriminación, dicho trato será considerado sospechoso y me-
recedor de un examen más riguroso. El Estado debe justificar el objetivo perseguido por
una norma, acto o política, pues resulta indispensable para algún fin de bien común. En
este sentido, se hace importante conceptualizar la categoría edad como sospechosa de
discriminación a fin de lograr un escrutinio estricto de la razonabilidad de la medida18.
46
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
En Chile, a partir de 2012, se cuenta con una ley específica contra la discriminación, la
Ley Nº20.609 que “establece medidas en contra la discriminación”.
En el inciso 2º del artículo 1° se establece como obligaciones a cada uno de los órga-
nos, dentro del ámbito de su competencia, elaborar e implementar las políticas desti-
nadas a garantizar a toda persona, sin discriminación arbitraria, el goce y ejercicio de
sus derechos y libertades reconocidas por la Constitución Política de la República, las
leyes y tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes.
CONCLUSIONES
Durante el presente capítulo se revisaron los avances normativos en Chile para re-
conocer y proteger a las personas mayores como víctimas de maltrato. Si bien los
cambios normativos son lentos de realizar, desde 2005 Senama está abordando la
temática y en 2010, a partir de la publicación de la Ley Nº20.427, que modificó la Ley
N° 20.066, de Violencia Intrafamiliar, y otros cuerpos legales para incluir el maltrato
del adulto mayor en la legislación nacional, incluyendo como víctima específica de
maltrato al adulto mayor, podemos afirmar que se han hecho avances en el reconoci-
miento de los derechos de las personas mayores víctimas de estos maltratos y abusos.
lo cual se requiere de una articulación concertada entre los tribunales de justicia que
aplican la normativa, y aquellas instituciones sociales que le brinden atención a estas
víctimas, cuestión que aún está en desarrollo.
Por otra parte, esta modificación legal se enfocó en la violencia que ocurre al interior
de la familia, por lo que su abordaje está referido a victimarios familiares y no respecto
a terceros que ejerzan este maltrato, así como tampoco a situaciones que ocurran al
interior de los Establecimientos de Larga Estadía para Adultos Mayores, en cuyo caso
se rige por las normas generales, con la consecuente invisibilidad de la víctima cuando
ésta es una persona mayor.
Asimismo, la Ley N° 20.427 se encuentra en línea con lo señalado por el derecho com-
parado latinoamericano revisado, según el cual, con mayor o menor grado de especi-
ficidad, se han incorporado en las leyes de violencia doméstica al adulto mayor como
sujeto especialmente vulnerable de sufrir abusos o maltratos por parte de la familia.
NOTAS AL CAPÍTULO II
1. Esta declaración fue realizada en una reunión de expertos, patrocinada por el Gobierno de Ontario,
en Toronto, el 17 de noviembre de 2002.
http://www.who.int/ageing/projects/elder_abuse/alc_toronto_declaration_es.pdf
2. http://www.senama.cl/filesapp/1288.pdf
6. Ley Nº19.968
Art. 92: “Medidas cautelares en protección de la víctima. El juez de familia deberá dar protección
a la víctima y al grupo familiar. Cautelará, además, su subsistencia económica e integridad patri-
monial. Para tal efecto, en el ejercicio de su potestad cautelar y sin perjuicio de otras medidas que
estime pertinentes, podrá adoptar una o más de las siguientes:
Nº8: Establecer medidas de protección para adultos mayores o personas afectadas por alguna
incapacidad o discapacidad. Tratándose de adultos mayores en situación de abandono, el tribunal
podrá decretar la internación del afectado en alguno de los hogares o instituciones reconocidas
por la autoridad competente. Para estos efectos, se entenderá por situación de abandono el des-
amparo que afecte a un adulto mayor que requiere de cuidados”.
8. Esta situación de riesgo específica fue agregada en la Comisión de Legislación, Justicia y Regla-
mento del Senado, en el segundo trámite constitucional del proyecto de ley. La propuesta del Eje-
cutivo en este sentido se circunscribía a agregar como víctima, además de la mujer embarazada,
persona con discapacidad o que tenga una condición que la haga vulnerable al “adulto mayor”.
49
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
9. Este número había sido derogado con anterioridad tácitamente por la ley Nº19.585, publicada en
el Diario Oficial de 26 octubre de 1998, que terminó con la existencia de los hijos naturales.
12. Comité de Ministros del Consejo de Europa, 1998. En Senama. Estudio Nacional de la Dependen-
cia en las Personas Mayores. Santiago, Chile. 2009. Acceso: http://www.senama.cl/filesapp/Estu-
dio%20Nacional%20de%20Dependencia%20en%20las%20Personas%20Mayores.pdf. Pp. 11.
13. Mora, Tania, y otros autores, Huenchuán, Sandra Editora, “Los derechos de las personas mayores en
el siglo XXI: situación, experiencias y desafíos”. Cepal, 2012. pp. 196.
14. Los ELEAM se encuentran reglamentados a través del DS Nº14/2010, del Ministerio de Salud, el
que señala los requerimientos que deben cumplir para poder contar con la autorización sanitaria
de instalación y funcionamiento otorgada por la Seremi de Salud correspondiente, a la que le co-
rresponde además la fiscalización en el cumplimiento de este Decreto.
15. Al respecto, resulta interesante destacar que Senama opera el Programa de Viviendas Protegidas
para Adultos Mayores, a través del cual funcionan 12 ELEAM en el país que destinan el 10% de su
capacidad a adultos mayores en situación de maltrato, derivados por el tribunal competente.
16. Artículo modificado por la Ley Nº8925, de 3 de febrero de 2011. Publicada en La Gaceta Nº43, de
2 de marzo de 2011.
17. Estatuto de la Persona Mayor, Secretaría Especial Dos Dereitos Humanos – SEDH, UNESCO, 2006.
18. Abramovich, Víctor, 2011, “Presentación del Secretario Ejecutivo del Instituto de Políticas Públicas
en Derechos Humanos del Mercosur, al Grupo de Trabajo de Composición Abierta de Envejecimien-
to de Naciones Unidas, Agosto 2011.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
› Mora, T. et al. (2012). Los derechos de las personas mayores en el siglo XXI: situación,
experiencias y desafíos. Huenchuán, Sandra Editora, Cepal. pp. 196.
50 ley=20427&anio=2013
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
› Código Penal.
› Ley Nº19.585, “Modifica Código Civil y otros cuerpos legales en materia de Filia-
ción”, Diario Oficial de Chile 26 octubre de 1998.
› Ley Nº19.828, “Crea el Servicio Nacional del Adulto Mayor”, Diario Oficial de Chile,
27 de septiembre de 2002.
Derecho comparado
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Capítulo III
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Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
tudio se centra en publicaciones de rigor científico, avaladas por criterios que serán
expuestos más adelante.
Ahora bien, más allá de la posibilidad de medición, este estudio permite también dar
cuenta de la forma en que se aborda la problemática del maltrato a las personas ma-
yores, la menor o mayor claridad con que se nombran sus aristas y la forma de la pro-
ducción, esto es quiénes y cómo producen conocimiento, cuál es el rol y la relación que
los organismos públicos y privados mantienen con la generación de saber respecto a la
temática, entre otros puntos. Se busca entonces, no sólo presentar los resultados, sino
que exponer las necesidades, desafíos y oportunidades a los que se enfrenta el tema
del maltrato a las personas mayores.
METODOLOGÍA
Uruguay
España
nales
Chile
Los resultados presentados constituirán la expresión de la forma en que desde las cien-
cias sociales se aborda y delimita el fenómeno en cuestión. El objetivo, entonces, es
contribuir a la capacidad reflexiva del derecho, promover su capacidad de aprendizaje y
el desarrollo de abordajes complejos y adecuados a la realidad que se intenta regular, a
partir de un panorama general en distintas áreas geográficas e institucionales.
RESULTADOS
En el núcleo periférico hubo una exigencia mayor al momento de clasificar las publi-
caciones en términos de poder identificar las modalidades de violencia o maltrato que
comprendían. Esta situación se observa con claridad en el caso chileno, donde la falta de
especialización hace difícil la separación entre textos que consideran ampliamente el
fenómeno del envejecimiento, y aquellos que se especializan en el maltrato. Los temas
de maltrato propiamente tal aparecen agregados entre reflexiones más generales.
b. Condiciones de producción
- Institucionalidad
Los principales centros productores de conocimiento acerca del tema son las univer-
sidades (44% de publicaciones) seguidas por los organismos internacionales (30% de
publicaciones). Este hecho permite pensar que ambas entidades otorgarían un sello
académico-profesional a la producción del conocimiento, y las publicaciones se ale-
jarían de las determinantes y exigencias de la investigación aplicada que se espera
demanden el Estado y las autoridades locales. Por tanto, no se esboza entre 2003 y
- Autoría
Cuando se descomponen las cifras según las áreas estudiadas, en los organismos in-
ternacionales la autoría predominante es de equipos, igual porcentaje tienen la auto-
ría individual e institucional. A partir de estos datos es posible formular como hipó-
tesis que las publicaciones con autoría de equipos se relacionan con modalidades de
financiamiento institucionales y no a individuos. Un ejemplo que nos permite pensar
esta hipótesis es el caso del proyecto llamado “Observatorio Social de la Vejez y el
Envejecimiento”, surgido al alero de la Comisión Nacional de Investigación Científica y
62 Tecnológica y la Universidad de Chile.
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
Uruguay
España
nales
Chile
De hecho, en España hay una mayor cantidad de hombres en las publicaciones, mientras que
en los organismos internacionales priman los grupos mixtos y las autorías institucionales.
En el Cono Sur la diferencia entre las autoras y los autores es marcada. En Chile, por ejem-
plo, 1,9% de las autorías correponden a equipos de investigación compuestos sólo por
hombres, mientras que los equipos femeninos llegan a 17% y los mixtos a 21%. En España 63
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
los equipos masculinos llegan a 12% del total, mientras que los femeninos solo alcanzan
7% y los mixtos 10%. En el caso de los organismos internacionales, los grupos mixtos lle-
gan a 31% del total, los femeninos a 9% y los masculinos a 2,2%.
En síntesis, se podría plantear que en los países del Cono Sur la temática parece ser más
incipiente y la producción estaría ligada mayormente a iniciativas individuales. Posible-
y que tendería a reproducir las divisiones del campo académico de manera ortodoxa
desde el punto de vista de género, en relación a los temas, intereses y cantidad de recur-
sos que giran alrededor de las áreas de conocimiento e investigación, relegando temas
incipientes y caracterizados como cualitativos o micro (Bourdieu, 2007, 2008)4.
c. Tipos de publicaciones
65
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
- Productividad en el tiempo
La mayor productividad científica se registra en 2003, 2006 y 2010 (Gráfico 10). Esto
podría estar relacionado con la realización de las distintas conferencias interguberna-
mentales sobre envejecimiento y vejez en Iberoamérica. Todo ello en consonancia con
La media móvil es un cálculo que se usa en series numéricas y contribuye a graficar ten-
dencias. El 2 indica el número de años (en este caso) que se utiliza para su cálculo, siendo 2
el mínimo, pues involucra el año anterior y el que se analiza (2004-2003; 2005-2004; etc).
ciones internacionales está mucho más marcada por los años mencionados que en las
universidades (Gráfico 12).
- Disciplinas
Las investigaciones que se inscriben en más de una disciplina, que son clasificadas
como interdisciplinarias, llegan a 42% en el período analizado. Esto supone la par-
ticipación de equipos de trabajo, en el entendido de que cada miembro del equipo
representa una especialidad aun cuando existan autores individuales que declaren,
expresamente, una mirada multidisciplinaria de su trabajo. Es posible pensar que las
investigaciones interdisciplinarias son más escasas porque existe un menor espacio
para los equipos de investigación y se privilegia a los autores individuales. En efecto,
un primer indicio de aquello podemos encontrarlo al comparar los datos de Chile con
el promedio general (Gráfico 14).
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Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
d. Maneras de observar
- Metodologías de investigación
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Fuente: Flacso Chile y Senama, 2012.
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
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En el área de las publicaciones sobre maltrato hacia las personas mayores, como ya se ha
indicado, más del 80% no posee descriptores o palabras claves. Los descriptores que son
utilizados específicamente no superan el 4% del total de casos, en cambio sólo ‘vejez’
presenta 9,4%; ‘maltrato’ 6,3% y ‘anciano’ 5%. En este sentido, es claro que son los des-
criptores más generales los que se repiten con mayor frecuencia, siendo la moda ‘vejez’.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
A través de este artículo se constata que existe un corpus científico de Ciencias So-
ciales de 163 publicaciones. Este hecho permite pensar el carácter incipiente del tema
del maltrato al tener en consideración que su tratamiento es desde una periferia, don-
de el centro está configurado por categorías generales como son vejez, envejecimien-
to, exclusión social e imagen de la vejez.
Estas categorías generales subsumen el tema del maltrato, limitan su abordaje espe-
cífico a nivel descriptivo y explicativo. No obstante, el fenómeno del maltrato ha sido
indicado por organismos internacionales y nacionales como una realidad subregistra-
da y, a la vez, multidimensional. Se habría esperado que las Ciencias Sociales hubiesen
considerado las necesidades de aproximación interdisciplinaria y multimetodológicas.
Un aspecto que permite pensar en la necesidad de una reflexión crítica en esta pro-
ducción se logra al tener una aproximación desde la perspectiva de género. En el cor-
pus científico se aprecia una feminización de la autoría, seguida por la autoría insti-
tucional y en menor medida hombres. Una hipótesis es la mantención de la división
del trabajo científico, basado en una distribución de los temas de acuerdo al sexo del
investigador. En otras palabras, hay temas que son propios de los hombres investiga-
dores y otros de las mujeres investigadoras.
están del todo esclarecidas, por razones como el desfase de tiempo de publicación, la
curva parece indicar un nuevo momento de interés en el tema del maltrato hacia las
personas mayores, y quizás una paulatina instalación más definitiva como ámbito de
conocimiento específico.
En esta materia, se puede proponer que Chile posicione plataformas en Internet que
agrupen publicaciones respecto al fenómeno del maltrato, que contribuyan activamen-
te a poner a disposición de todos quienes estén interesados la investigación de carácter
científico realizada en el país. En la misma línea, la baja cantidad de libros publicados
en Chile sobre este tema, menos del 2% del total de publicaciones, evidencia una falta
de vinculación con el entorno, además de una necesidad de una adecuada distribución.
Finalmente, con base en la experiencia, es posible establecer que una manera certera
de incentivar y consolidar la investigación respecto a la temática en nuestro país es
a través de la diversificación de fuentes de financiamiento que permitan la confor-
mación de equipos multidisciplinarios. Una iniciativa que se podría estimular desde
el Estado es la creación de comunidades de expertos, promoviendo de este modo el
debate especializado y la colaboración en redes locales y nacionales.
1. A pesar de incluir “salud pública” y “gerontología social”, dada la manera en que es abordado el fenó-
meno, y una preocupación que va claramente más allá de indicadores de salud netos, nos referiremos
para efectos de esta publicación al total de disciplinas abordadas como “ciencias sociales”. Se trata
de una mirada integral de la vejez, que se corresponde con su carácter complejo y heterogéneo.
2. Desde el punto de vista de la Teoría de Sistemas, la sociedad actual se caracteriza por la tendencia
a una mayor diferenciación de sistemas sociales autónomos, autopoiéticos, clausurados operati-
vamente y abiertos cognitivamente. Es decir, por la separación creciente de sistemas funcionales,
que operan con sus propias lógicas, racionalidades y elementos, y que son al mismo tiempo capa-
ces de aprender del entorno (Luhmann, 2006). En este marco se insertan el sistema educacional, el
sistema de la ciencia, el derecho, entre otros. Nos interesa aquí, lo que sucede con el derecho, en
particular, en sus aspectos institucionales y regulatorios.
3. Aquí los principales ejemplos son las autoridades locales del País Vasco, y la Obra Social Caixa, de
Catalunya.
4. Podrá verse más adelante el predominio de la investigación cualitativa en esta área para el caso
chileno.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
› Engler, T. & Peláez, M., (2002). Más vale por viejo: Lecciones de longevidad.Nueva
York: Banco Interamericano de Desarrollo.
› Mascareño, A. (2006). Ética de la contingencia por medio del derecho reflexivo. En Artur
Stamford (e.d), Sociología do Direito. A práctica da teoría sociológica, Lumen Juris.
› Teubner, G. (1983). Substantive and reflexive elements in modern law. Law & Socie-
ty Review 17(2): 239-285
› Vidal, D. et al. (2008). Calidad de vida en el adulto mayor: estado físico y relaciones
sociales. Cuaderno Médico-Sociales, 48(1), pp. 5-12.
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Capítulo IV
78
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RESUMEN
Este capítulo contiene los resultados de un análisis cualitativo sobre el maltrato hacia
las personas mayores desde la perspectiva de la construcción de identidad y subje-
tividades. Dicho análisis está basado en 11 entrevistas individuales abiertas a perso-
nas mayores de la Región Metropolitana de los grupos socioeconómicos medio-alto,
medio, medio-bajo y bajo. El resultado condujo a la organización del material en siete
ejes de sentido: construcciones identitarias de la persona mayor, el estatuto de la
persona mayor, las dimensiones del trato al adulto mayor, dinámicas que posibilitan
el maltrato, tipos de maltrato recibido por las personas mayores, escenarios posibles
de maltrato hacia las personas mayores, y por último, acciones ante el maltrato hacia
este grupo etario. Finalmente se expone una reflexión acerca del lugar de los adultos
mayores en la familia, la comunidad y la sociedad y cómo este lugar favorece, o no,
situaciones de maltrato o violencia.
INTRODUCCIÓN
RESULTADOS
“Lo que va caracterizando ser adulto mayor, bueno, primero, es dejar su trabajo
¿no cierto?. Eso es lo principal, el aislamiento, es una, un gran tema, y bueno
principalmente esas dos cosas el cese de trabajar y el aislamiento que se pro-
duce dentro de la familia hacia el adulto”.
(Mujer, grupo medio alto)
Si bien la categoría adulto mayor se constituye desde sus límites exteriores como ex-
periencia de significado compartido, también es posible encontrar una multiplicidad
de vivencias y experiencias reunidas bajo su nombre, dando cuenta de una categoría
internamente heterogénea, donde la experiencia de ser adulto mayor puede darse en
un espectro amplio de situaciones o rasgos, que determinarán vivencias subjetiva-
mente diversas. Así, la edad, el género, la clase social y el estado de salud, entre otras,
van determinando, por ejemplo, el nivel de dependencia y el grado de autonomía, el
acceso a beneficios sociales, la calidad del trabajo y el acceso a la salud, elementos
que, podría inferirse, resultan claves para el bienestar subjetivo. De aquí que se pueda
afirmar que las condiciones de posibilidad de existencia del adulto mayor son el re-
sultado de una serie de factores que exceden por mucho la edad, y que incluyen las
“Hay autovalentes, hay gente que tiene muchas complicaciones médicas y que
se mueve apenas o que se maltrata con mucha facilidad y también están los
viejitos que tienen problemas graves, que andan con el bastoncito y que tie-
nen que ser acompañados (…) entonces como hay de todo ese tipo de grupos
cuando nosotros hablamos de adulto mayor estamos hablando de una genera-
ción grande de muchas personas. Y en esas personas hay muchas calificaciones
como le estoy dando a entender yo”.
(Hombre, grupo medio bajo)
No parece haber una posición definida para la identificación con los contenidos de
la categoría persona mayor. No resulta evidente, entonces, qué es ser adulto mayor.
En el relato se deja ver una identificación parcial: una subidentidad en la que me au-
todenomino adulto mayor relacionada con aspectos como, por ejemplo, beneficios
sociales, discriminación positiva asociada la edad o participación en agrupaciones de
coetáneos que comparten intereses; y otra subidentidad en la que la categoría adulto
mayor remitiría a la vulnerabilidad, la vejez y la pérdida del estatus social. En esa últi-
ma experiencia, los adultos mayores suelen ser los otros.
“Pero si lógicamente, si hay po, pero no se respetan. Por ejemplo usted va a la fila
para los adultos mayores ve personas, yo miro, pero no paso por adulto mayor”.
(Hombre, grupo medio)
“Es que como la juventud se desbandó ahora, claro, no hay ese respeto como
antes, porque usted le hablaba a un niño y ahora los hijos quieren mandar a los
padres, no hay ese respeto”.
(Mujer, grupo bajo)
En primer lugar, el discurso de los adultos mayores, los sitúa como personas en una
etapa de la vida en la que se ha acumulado gran cantidad de experiencia, la que po-
drían compartir con otros, en especial con hijos y nietos. Esta experiencia, que podría
entenderse también como sabiduría, les daría un lugar de conocimiento único en el
medio social y familiar, el que no siempre es reconocido.
“Será porque tiene más experiencia en la vida, digamos. Al mirarla así a una
persona mayor de edad, la experiencia que tiene, que sé yo. Ahí sería una per-
sona adulta mayor. No es porque sea inválida o porque ande con muletas, que
sé yo. Una persona, porque tiene más experiencia, ya viene siendo adulto ma-
yor. Por la edad”.
(Hombre, grupo medio)
En segundo lugar, existe convergencia, en especial por parte de las mujeres de niveles
socioeconómicos medios bajos y bajos, en asociar la etapa del adulto mayor con un
reconocimiento a su labor, ha cumplido su tarea social y familiar: ha trabajado, ha cria-
do hijos, ha formado una familia. Pareciera ser que la tarea se ha realizado con relativo
éxito y, por lo tanto, el adulto mayor se encuentra en un momento de la vida en el que,
independientemente de que sea así o no, debería ser retribuido por los demás de ma-
nera de mantener el equilibrio transgeneracional y social, lo que podría ser entendido
a la manera de Boszormenyi-Nagy (1994)8, como una forma de justicia relacional.9
“Hemos trabajado toda la vida, dimos toda la vida trabajando para el país y
cuando somos viejos no nos quieren. Este ya viejo no sirve, déjalo de lado”.
(Mujer, grupo medio bajo)
“No sé, que tengan consideración, que fueron criados con amor, que todo lo que
uno hizo fue para ellos y que retribuyan con cariño”.
(Mujer, grupo medio)
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Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
“Digamos, encabeza el respeto. O sea, se sabe que está esa persona que es la
mayor, aunque por afuera hagan todo el desorden que hagan, pero siempre hay
una persona que está a la cabeza, es el respeto”.
(Hombre, grupo medio)
La producción del discurso ofrece también significados opuestos a los señalados, sen-
tidos que se asocian a experiencias difíciles que surgen en esta etapa de la vida y para
las que la persona mayor no necesariamente está preparada10. De esta manera, existe
convergencia al señalar eventos vitales, que pueden ser identificados como caracterís-
ticos de esta etapa y, al mismo tiempo, críticos desde el punto de vista biográfico. En el
análisis es posible distinguir principalmente tres: el deterioro de la salud, la salida de los
hijos del hogar y el cese del trabajo remunerado y jubilación. Los niveles de expresión
de la subjetividad presentes en estos eventos corresponden a los niveles individual, fa-
miliar y social respectivamente y emergen asociados a una emocionalidad que pudiera
dar cuenta de la centralidad de estas crisis o cambios en la experiencia de la persona
mayor. Al mismo tiempo, es posible observar que los niveles de expresión de la subjeti-
vidad interactúan sistémicamente, afectando los elementos referidos al nivel individual,
la identidad y la subjetividad, los modos y posibilidades relacionales a nivel social; y al
nivel social, afectando la vivencia subjetiva, el sentido y la pertenencia social.
La dirección del tiempo, del presente al futuro, en el que se enuncian estas preocupa-
ciones coincidiría con la edad, es decir, a mayor edad las ansiedades por el estado de la
salud se enunciarían en tiempo presente y de manera más intensa. En el nivel individual
es posible observar la presencia en el discurso de lo biológico como un elemento que
adquiere relevancia desde el punto emocional. El cuerpo, sus cambios, el descenso de las
funciones cognitivas y motoras, el aumento de las enfermedades son tópicos que apa-
recen ligados a la producción de sentido de la vejez y afectan las condiciones de posibi-
lidad de la existencia junto a los eventos de cambio en los niveles familiares y sociales.
Los aspectos que son significados como positivos en la relación de las personas ma-
yores con los sistemas de salud son un reconocimiento de la mejora de la situación de
acceso, oportunidad y atención de la salud primaria en el último tiempo. Esta mejoría
es atribuida a las políticas públicas sectoriales, la presencia de derechos complemen-
tarios y la discriminación positiva.
84
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
“Es que desgraciadamente, tarde o temprano, los deseos ¡se te van muriendo! A
lo mejor puedes estar, mientras tú estés relativamente lúcida!, clever, tú vas a
poder, eh, pensar, y ¡desear!, eh. En el momento que deje de estar tan valiente,
vas a dejar de pensar, y vas a dejar de desear cosas, porque oye, vamos a una
entrevista, ¿¡pero para qué!?, y a lo mejor no entiendo de que se trata y a lo
mejor fui una persona muy brillante pero se te van yendo tus capacidades de
análisis, de pensar. Entonces ¡eso es atroz! Y eso va a llegar de una u otra ma-
nera ¡salvo que te mueras antes!”.
(Hombre, grupo medio alto)
Un sentido asociado a experiencias difíciles que surgen en esta etapa de la vida, que pare-
ce relevante en el relato de los adultos mayores, dice relación con el ciclo de vida familiar
y la adultez de los hijos. Si bien el crecimiento de los hijos implica, la mayor parte de las
veces, la salida del hogar familiar, los significados son diversos. Hay convergencia en un
discurso que señala a los hijos desde el punto de vista familiar, como las personas signifi-
cativas más relevantes en las dinámicas emocionales y afectivas de los adultos mayores.
Los discursos de las relaciones parentofiliales oscilan en dos posiciones, una de gran cerca-
nía con los hijos, otra de abandono e indiferencia. Existe convergencia en asignar importan-
cia a la relación familiar previa, como indicador y pronóstico de la cercanía o lejanía de los
hijos al entrar en la etapa de adultez mayor. En el discurso, las vivencias con los hijos son de
mayor intimidad y, a diferencia de las otras dimensiones, es mencionada en primera perso-
na, aludiendo el hablante a su experiencia individual. Tanto en mujeres como en hombres el
discurso se refiere a los hijos y a su deber en la retribución del cuidado, existe confluencia
en la naturalización de este deber de cuidado que les compete. El cuidado de los padres
está feminizado y en esencia corresponde a la mujer.
“Pero a veces los hijos, los hijos son crueles, por ejemplo ayer estuvo uno de
mis hijos un poquito más regalón o más apegado a mí, el mamón, jaja, me fue
a dar ánimos, se supone, pero buu me dejó peor, me dijo: ‘mamá que si esto no
pasa nada, es que usted es muy alharaca que acá’, uno necesita un poquito de
apoyo, de más acercamiento, no que vayan a, prácticamente a retarla, si yo le
digo, ‘con retarme tú no me vas a quitar el miedo que yo tengo’”.
(Mujer, grupo medio)
del otro, es un elemento que permite dilucidar la forma que toma la identificación
parcial con la categoría adulto mayor. La manera en que se nombran a sí mismos, o a
los otros, en el discurso es diversa y al mismo tiempo, despliega las muchas formas de
envejecer y vivir esta etapa.
Identidad y maltrato
“Yo veo que tratan mal a las personas mayores, ellas necesitan apoyo, cariño,
amor que es lo más, entre las mismas familias a veces hay problemas grandes.
Yo gracias a mi Dios nunca pasé eso, nunca, ni con mis papás”.
(Mujer, grupo bajo)
“Si po, uno se empieza a sentir sola porque el marido jajajajaja, llega y ya se van
los hijos todos y yo le digo: mira yo me la paso todo el día solita haciendo mis
cosas y tú llegas en la tarde. Y él se sienta en una silla y se pone a dormir, ni le
conversa a uno y si no ve tele no más y ahí uno está solita, que se siente sola”.
(Mujer, grupo bajo)
Aunque el relato de los malos tratos está en la esfera de lo no dicho, tanto en los
hombres como en las mujeres, la mayor riqueza al describir situaciones relacionales y
vinculares en el discurso de las mujeres, nos podría permitir adelantar que ante la in-
terrogación acerca de las vivencias de maltrato o abusos, ellas estarían más prepara-
das para hablar acerca de situaciones maltratantes, ya que sus enunciaciones poseen
mayores recursos emocionales y lingüísticos para hacer referencia a situaciones rela-
cionales complejas. Para un hombre en cambio, se podría hipotetizar que la pregunta
por el maltrato activaría una defensa que podría, eventualmente, cerrar el paso a toda
comunicación en la esfera de la intimidad y que esta actitud defensiva pudiera ser
proporcional a la intensidad emocional percibida.
87
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
“Nos tratan distinto, nos tratan mal, yo veo tanto en la calle, como en todas
partes, que ya sea hombre o sea mujer, no nos tratan bien. Siempre nos tratan,
de discriminación, nos tratan como que, somos, somos, como poder decirle…
Por la parte mía, como que somos los viejos que ya no servimos pa na. Como
que nos miran bien en menos”.
(Hombre, grupo bajo)
La injusticia en las relaciones con las instituciones o los discursos que exigen dere-
chos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales aparecen de manera natural,
apropiándose los sujetos del discurso crítico en muchas ocasiones. En este nivel, el
discurso acerca de la invisibilidad de los adultos mayores es un tema recurrente, no
solamente lo invisible de sus necesidades y sus derechos o de la exclusión en el medio
social, sino también pareciera tener un impacto en el ámbito existencial, donde la
invisibilidad y la desaparición remiten a una imagen fantasmagórica15 de la vejez, un
proceso inexorable de desvanecimiento en el que se desdibuja la identidad y el lugar,
el estatus social, camino que termina en la muerte.
Estatuto de la persona
El estatuto de la persona que ocupa el adulto mayor en el entramado social está ten-
sionado en el discurso de manera permanente. De diversos modos, se pone en cues-
tión este estatus tanto desde el punto de vista de las autopercepciones individuales
como desde las relaciones familiares y sociales. A la invisibilidad que mencionábamos
anteriormente, se suman una serie de pérdidas no elaboradas que pudieran tensionar
el estatus de persona poniendo en tela de juicio, al mismo tiempo, aspectos profundos
de la propia identidad. Este proceso interno, personal, está fuertemente impulsado
desde lo sociocultural y tiene una dimensión política. En el discurso, el hablante hace
referencia a un proceso de destitución progresivo: se pierden, o les son arrebatados,
los atributos que detentan las personas. En un extremo, esto podría manifestarse
como la denegación del poder en la toma de decisiones respecto de la propia vida, es
decir, la pérdida de la autonomía.
88 orden, como son la salud, la juventud como ideal de bienestar, la capacidad cognitiva, las
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
“Claro, yo estuve ahí, yo trabajé harto eso sí, pero ahora yo no puedo. Yo noto
que estoy en mis últimos instantes, lo noto en mi cabeza ya”.
(Hombre, grupo bajo)
De esta manera, el paso a la adultez mayor trae consigo un cambio en la posición desde
la cual se mira, pero también de cómo se es mirado por los otros, lo que puede generar
una tensión entre ambas percepciones, existiendo en el discurso una disonancia. Quien
otorga la titularidad del estatuto de persona es el otro, sea individuo o institución, por
lo que la discrepancia en las percepciones respecto de las capacidades y la posición
relativa ocupada por el adulto mayor en el entramado de relaciones es relevante puesto
que se convierte en fundamento de la exclusión, la limitación de la autonomía y la des-
titución de los derechos en distintas esferas. Desde esta posición de exclusión surgen
también la injusticia y la discriminación. El trato injusto deviene del trato impersonal,
hasta inhumano, que reciben los adultos mayores manifestado en el discurso por una
cosificación de la persona mayor, de la que hablaremos en el punto siguiente.
En un plano general aparece también, asociado con los cambios en el estatus socio-
jurídico del adulto mayor, un discurso divergente y emergente, que da cuenta de ac-
ciones dirigidas a fortalecer la inclusión social de los adultos mayores, el reconoci-
miento ocurre fundamentalmente en el nivel local y deja ver cierta confianza en que
un cambio institucional comportaría un cambio en las condiciones de posibilidad de
las relaciones del individuo-colectivo adulto mayor, con las instituciones públicas.
Fuera del campo social amplio, el lugar que ocupan los adultos mayores al interior de la
familia, también les otorga o no un estatuto de persona. Cuando el discurso expresado ubi-
ca al adulto mayor en un lugar positivo al interior de la familia se observa que éste podría
protegerse de la invisibilidad social. El tránsito fluido por cambios en los lugares o roles
dentro de las cadenas intergenaracionales, junto a la validación de los nuevos lugares, se
asocian a un discurso donde la identidad aparece conservada o cuestionada en menor me-
dida. En otros casos, cuando la vivencia familiar es de exclusión y sometimiento, el sistema
relacional intersubjetivo de la familia formaría parte de un proceso más amplio que hemos
llamado de destitución, quedando la persona mayor en una situación de indefinición res-
pecto de su rol y en algunos casos, incluso de su pertenencia al grupo familiar.
“De repente, yo he visto personas que le quitan hasta la pensión. He visto per-
sonas que los hijos se pagan la pensión y ella ya no trabaja y tiene que poner
para comer”.
(Mujer, grupo medio bajo)
90 Todas las conductas de malos tratos son asociadas en el discurso, de manera con-
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
“Bueno me contaba una de las socias, yo voy hablar de una de las socias, que ella
es la maleta, yo le digo: ‘¿Por qué?’ y ella me dice: ‘si yo soy la maleta, porque mi
yerno es muy bueno’, pero él dice ‘ya vamos a tal parte’, y no me preguntan si
quiero ir o no, tengo que ir porque tampoco me quieren dejar sola. No les importa
a ellos si me gusta o no, si yo quiero quedarme sola, no me dejan sola por cariño
me dice ella, pero a veces yo no quiero ir, por ejemplo, a la playa que hace frío,
entonces quiero quedarme y no, entonces ella no tiene opinión”.
(Mujer, grupo medio)
Tal como se señalaba en el acápite anterior, existiría una vinculación de esta etapa
de la vida con la soledad y el abandono en el plano de las relaciones afectivas, y la
indiferencia en el plano social comunitario. La persona mayor pareciera ser, en ocasio-
nes, abandonada a su suerte en la medida en que avanza el proceso de destitución de
sus derechos pecuniarios, familiares y sociales. Una forma de maltrato, más o menos
invisible, es lo que podríamos denominar la cosificación del adulto mayor, que estaría
asociada a la pérdida del estatus de persona, que implica la posibilidad de que el adul-
to se convierta en objeto maleable, expulsable e incluso desechable. Esta cosificación,
a modo de hipótesis, podría ser propia de los sectores medios bajos y bajos, relaciona-
da también con la doble exclusión suscitada por la condición de pobreza y edad.
Respecto del trato que se le otorga al adulto mayor, la pérdida creciente del estatuto de
persona, en la que parece haber convergencia, ya sea en el ámbito social, en el familiar o
en ambos, está acompañada en el discurso del reconocimiento de un proceso de cambio
cultural, que se asocia con la invención de las categorías tercera edad, primero y adulto
mayor, después. Estas categorías y las representaciones sociales asociadas a ellas, serían
fuente de cambios en dos direcciones: por una parte, la percepción de mayor protección
ante la invención y visibilización institucional y social de la categoría adulto mayor y por
otra, la mayor conciencia de desprotección que surge de dicha visibilización.
Dinámicas familiares
91
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
“Todo depende de cómo se crió la familia, cómo era el comportamiento con los
padres, con los hermanos, con las hermanas, que sé yo, o la responsabilidad que
le dan los padres a los hijos cuando están chicos”.
(Hombre, grupo medio)
“Jajaja, a veces dice eso, ¡no!, si se comportan así ¡no los pienso cuidar!, pero
son palabras que se dicen en el momento (…) que algo suceda yo estoy seguro
que van a estar ahí para nosotros, es lo que creo, puedo estar equivocado. No
hablo de las nueras, ¡hablo de las hijas! Ajajaja”.
“Debería, así como del cielo, uno adora a sus nietos, uno los quiere, los ama,
pero la responsabilidad, es otra cosa, a parte que físicamente, fíjate, que uno va
cambiando también se va cansando más”.
(Mujer, grupo medio alto)
“(…) Entonces yo digo que no po, si la familia tiene que amar y querer a su fami-
lia, a su madre, su padre, lo que sea (...) Todo eso es una injusticia lo que hacen
con la familia porque tanto se mortifican para criar sus hijos, su familia y des-
pués lo que va a terminar”.
(Mujer, grupo bajo)
una figura del joven irrespetuoso, insolente e indolente. Los jóvenes viven un tiempo
distinto, más rápido, rapidez que está asociada a la tecnología y que excluye en sus
modos relacionales a la persona mayor. En cuanto a los niños, si bien asoma una crítica
al exceso de protagonismo que han alcanzado, todavía son considerados de manera
afectuosa al hablar de ellos. Los adultos aparecen en la figura de los hijos y las críticas
están asociadas a su posición de hijos, no a su tramo etario.
“Los niños no están ni ahí, los jóvenes, yo hallo que no están ni ahí. Si tienen que
pasar a traer a una persona, los pasan a traer nomás, no hay respeto. Yo pienso
así porque uno ve como están las cosas ahora, está todo tan difícil, entonces”.
(Mujer, grupo bajo)
Dinámicas sociales
Las dinámicas de maltrato vividas en los ámbitos institucional y comunitario son expre-
sadas espontáneamente. En estos ámbitos se reivindican los derechos del adulto mayor,
incorporándose con fuerza la palabra discriminación. Elementos que aparecen relacio-
nados con el maltrato institucional son la invisibilidad de los adultos mayores e indife-
rencia frente a sus particularidades. Esta situación los excluye de los espacios públicos,
por ejemplo la infraestructura urbana no está pensada para hacerse cargo de sus nece-
sidades. Por otra parte, la falta de acceso a bienes y servicios, a beneficios sociales y las
bajas pensiones, aparecen como elementos críticos para los sentimientos de exclusión.
“¿Cuántos adultos mayores no han caído por ahí, porque no tienen donde afir-
marse? En el metro a veces no hay esas cosas de escaleras para bajar y para su-
bir, entonces hallo que le cuesta a la gente mayor, a los adultos. Yo a lo menos,
no salgo nunca en el metro casi”.
(Mujer, grupo bajo)
“Yo no tengo nada que decir en algunos aspectos. La gente, por ser, cuando uno
va al municipio la atienden muy bien, sobre todo al adulto mayor, la atienden
muy bien, hay cosas que el adulto mayor necesita y no tiene los medios a veces
para costearlo”.
(Mujer, grupo medio bajo)
94 Existe una convergencia en el discurso de hombres y mujeres, así como de los distintos
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
“Eso mismo, cuando le pegan o cuando le gritan o le tiran las cosas, que sé yo, y
salen para afuera, una cosa así. Pero así, en directo, no. No me ha tocado nunca.
No sé, no sería capaz, no aguantaría. Desaparecería esa persona o esa familia,
que sé yo, que llegara a ver una cosa así. Ya no contaría que son familiares o que
son amigos, una cosa así”.
(Mujer, grupo medio bajo)
“Sí, adultos mayores han muerto, los vecinos, unos viejitos que habían, pero,
uno siempre está preocupada, porque lo único que quiere cariño, amor, estar en
un hogar, tener donde poderse cobijar po. Porque, imagínese una persona que
ande botada en la calle sola (…)”.
(Mujer, grupo bajo)
“Entrevistadora: y, ¿usted cree que será posible actuar frente al maltrato de las
personas adultos mayores? Podría ser a nivel social…
Entrevistada: Es que, fíjate que es algo como tan íntimo”.
(Mujer, grupo medio)
Más claridad existe en el discurso que hace alusión al maltrato societal, que incluye la
relación con el Estado, la infraestructura pública, las relaciones sociales de clase, rela-
ciones institucionales y la comunidad. Acá el discurso se enfrenta desde una incipiente
subjetividad colectiva, donde se hace referencia a la pertenencia a un grupo social es-
pecífico que posee dimensiones políticas. Ahora, aunque en este tipo de maltrato es más
clara la aparición de un nosotros, no necesariamente aparece la adscripción a un deter-
minado universo simbólico que permita hablar de una identidad colectiva compartida.
En cuanto a las acciones posibles para enfrentar las situaciones de malos tratos se
mencionan vías formales, como las denuncias y recurrir a la Policía o Carabineros. Un
discurso divergente validaría otras formas de interpelar a las instituciones y la justicia
hecha por los propios individuos, como vecinos y familiares.
Por último, la educación emerge como una forma de prevención de las situaciones de
maltrato y particularmente de la discriminación. La información, el diálogo y la edu-
cación son esgrimidos como forma de enfrentar, anticiparse y disminuir el maltrato
hacia las personas mayores.
REFLEXIONES FINALES
En la dimensión social, lo difuso del lugar desde donde se construye el discurso, tiene
un correlato con la dificultad de encontrar un estatus desde el punto de vista social
para el adulto mayor. Esto puede deberse a que su producción obedece a las lógicas de
las políticas públicas, entrando en tensión con los propios actores.
a la posición de alteridad, tanto mayor y más íntimo sea el maltrato, y de esta ma-
nera, la imposibilidad de enunciar en primera persona los malos tratos considerados
graves: físico y sexual. Esta limitación pudiera estar relacionada, a primera vista, con
una defensa ante la ansiedad de la agresión y la violencia. Pero también, podría estar
profundamente ligada a la imposibilidad de articular un discurso íntimo y subjetivo,
desde el lugar de adulto mayor, cuando sólo se está parcialmente identificado con él.
Uno de los aspectos más interesantes que surgen del análisis, tiene que ver con una
realidad maltratante que asoma en el discurso y que opera en distintos niveles, desde
los societales hasta los familiares, como una metáfora de la dificultad de reconocerse
en una identidad compartida como adulto mayor. Esta experiencia de maltrato, remite
a voces como: desubjetivización, cosificación e invisibilidad y se hace más fuerte en la
medida en que nos acercamos a la pobreza y la exclusión.
Quizás la paradoja está en buscar la identidad ahí donde se vive la omisión y la ausen-
cia, a los actores sociales, fuera de ellos mismos y sus condiciones de existencia. Una
posibilidad se abre al situarse no desde de las categorías preestablecidas, sino en el
fondo de la subjetividad, para dar cuenta de las construcciones narrativas de los pro-
pios actores, sus autodenominaciones, la heterogeneidad de su experiencia y desde
ahí construir políticas públicas que incluyan al sujeto en su seno.
NOTAS AL CAPÍTULO IV
1. Minolli M. (2004) Identity and Relational Psychoanalysis. Int. Forum Psychoanal 2004;13:237-245.
Stockholm.
2. Bruner, J. (1990) Actos de significado. Más allá de la revolución cognitiva. Madrid,Alianza Editorial. 1991.
4. Crossley, N. (1996). Intersubjectivity: Thefabric of social becoming (Vol. 4). SAGE Publications Limited.
5. En el texto al hablar de Adulto Mayor, nos referiremos a la categoría construida desde la política
pública, que denomina así a este grupo etario. Los discursos están construidos en torno a este
concepto que, como veremos en el análisis, no da cuenta necesariamente de la complejidad de
la experiencia de la vejez. En Chile La Ley Nº19.828 que crea el Servicio Nacional para el Adulto
Mayor define como adulto mayor a toda persona que ha cumplido los 60 años, sin diferencia entre
hombres y mujeres. La edad de jubilación, en tanto, opera como elemento también distintivo, en
cuanto define el cese de la actividad productiva: 60 años para las mujeres, 65 para los hombres.
Se citan fragmentos de verbalizaciones transcritas ortográficamente con el consentimiento infor-
98
mado escrito de las personas entrevistadas.
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
6. Ideal del Yo: “Término utilizado por Freud en su segunda teoría del aparato psíquico: instancia de
la personalidad que resulta de la convergencia del narcisismo (idealización del yo) y de las iden-
tificaciones con los padres, con sus substitutos y con los ideales colectivos. Como instancia dife-
renciada, el Ideal del yo constituye un modelo al que el sujeto Intenta adecuarse.” Diccionario de
Psicoanálisis Jean Laplanche - Jean Bertrand Pontalis bajo la dirección de Daniel Lagache (1971).
9. Concepto desarrollado por Iván Boszormenyi –Nagy (1994) quien plantea la necesidad de man-
tener en las relaciones transgeneracionales un equilibrio entre el dar y el recibir, destacando las
lealtades entre los miembros de la familia como hilos invisibles que mantienen unida a la familia.
10. Simone de Beauvoir (1983) La Vejez. Edhasa: Barcelona: 339. Simone de Beauvoir cita a Goethe “la
edad se apodera de nosotros por sorpresa” para hacer referencia al asombro con que son experi-
mentadas algunas de las experiencias de la vejez como la enfermedad, la ruptura y el duelo.
11. Esta percepción coincide con los planteamientos de Fabiana Del Popolo quien señala la precarización
del trabajo de los adultos mayores quienes se ocupan en actividades por cuenta propia, baja partici-
pación en tanto avanza la edad, menores ingresos e idéntica carga horaria.Del Popolo (2001)Carac-
terísticas sociodemográficas y socioeconómicas de las personas de edad en América Latina. Centro
Latinoamericano y Caribeño de Demografía (Celade), Santiago. Disponible en: www.eclac.org/.
12. En este sentido Rafael Urriola señala que: “en lo que concierne a la salud, la vulnerabilidad de los
adultos mayores emana de la mayor necesidad de servicios de salud en esta edad, la ausencia de
seguridad social activa que les permita disponer de ingresos suficientes y la existencia de una dé-
bil infraestructura pública y privada para satisfacer una demanda diferenciada”. Urriola R. (2005)
Financiamiento y equidad en salud: el seguro público chileno. Rev. Cepal. 2005; 87:61-78.
13. Se hipotetiza aquí, que la distancia emocional y la descripción impersonal, permitiría a aquellos
que han experimentado u observado maltrato morigerar, en parte, los efectos del relato, calmando
la angustia de las imágenes y recuerdos corporizados en respuestas emocionales intensas. Por lo
tanto, un relato donde se habla de otros, no necesariamente nos hablaría de la ausencia de expe-
riencias personales al respecto.
14. Sistemas amplios corresponde a una definición de Evan Imber-Black, quien hace referencia a las
relaciones de los sistemas familiares con agencias sociales, organizaciones, servicios, los que
constituyen sistemas amplios que influyen en el desarrollo familiar, mediando la toma de deci-
siones sobre el presente y el porvenir de sus miembros y que, al mismo tiempo, establecen pautas
que pueden producir “la objetivación de relaciones instaisfactorias en múltiples niveles” Imber-
Black, E. (2000). Familias y Sistemas Amplios: el terapeuta familiar en el laberinto. Buenos Aires,
Argentina: Amorrortu.
15. Se alude aquí a la presencia difusa del adulto mayor que transita de la visibilidad a la invisibilidad,
que pertenece y no pertenece, que tiene y no tiene un lugar en el mundo de las personas.
99
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
› Crossley, N. (1996). Intersubjectivity: The fabric of social becoming (Vol. 4). London:
Sage
› Laplanche, J., Pontalis, J. B., Lagache, D., Gimeno, F. C., & García, F. A. (1971). Diccio-
nario de psicoanálisis. Barcelona: Labor.
› Merleau-Ponty, M., & Baldwin, T. (2004). The world of perception. London: Routledge.
100
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
Capítulo V
La conversación social
del maltrato
hacia las personas mayores
102
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
RESUMEN
En este capítulo se abordan las conversaciones sociales de las personas mayores acer-
ca del maltrato en la Región Metropolitana. Se buscó describir comprensivamente las
significaciones y sentidos sociales sobre el maltrato mediante 4 grupos de discusión
y 3 grupos focales de personas mayores de 60 años y más, hombres y mujeres autova-
lentes. Los segmentos socioeconómicos fueron medio-alto, medio, medio-bajo y bajo
de las comunas urbanas de la región. Los resultados comprenden la descripción del
tema del maltrato en el discurso social de las personas mayores, los contextos socia-
les donde adquiere un mayor sentido, sus modalidades y delimitación.
INTRODUCCIÓN
La conversación social de las personas mayores sobre los asuntos de interés público,
como la violencia que experimentan en su cotidianeidad, constituye un desafío para la
investigación social. En esa orientación se desarrolló el estudio cualitativo entre no-
viembre de 2012 y enero de 2013 mediante 4 grupos de discusión y 3 grupos focales
de personas mayores, de 60 años y más, hombres y mujeres autovalentes, residen-
tes de las comunas de la Región Metropolitana en los segmentos socioeconómicos
medio-alto, medio, medio-bajo y bajo.
A estos grupos se les propuso como tema de conversación grupal “el trato hacia las personas
mayores en la actualidad,” concitando el interés y abriendo menciones y alusiones espon-
táneas. Los aspectos metodológicos de la investigación se exponen en el anexo del libro.
RESULTADOS OBTENIDOS
Sin embargo, pese a que el maltrato tiene un carácter de hecho existente en la reali-
dad, su delimitación depende de las posiciones de observación que se adquieren. Así,
no existe un acontecimiento que a priori y exteriormente pueda ser designado como
un maltrato unívoco. En este sentido, en las conversaciones grupales el tema del mal-
trato se encuentra relacionado con la reafirmación de las posiciones individuales, es
decir, es un tema que es asociado a construcciones identitarias por sobre aquellas de
tipo colectivo. En particular, se desarrolla un “yo” que juzga los acontecimientos desde
una polivalencia interpretativa. A modo de ejemplo, se discute grupalmente si un he-
cho de robo a una persona mayor en la calle puede ser reconocido como una forma de
maltrato o no hacia las personas mayores.
Estos acontecimientos están relacionados con la vida cotidiana de las personas mayo-
res y potencialmente se podrían designar como maltrato. No obstante, no se logra ge-
nerar un consenso acerca de estos acontecimientos como hechos nítidos. El maltrato,
como fenómeno, comprende una diversidad de aspectos y modalidades de formas de
relacionarse entre las personas.
“Yo creo que hay muchos tipos de maltrato, a lo mejor con decirte una palabra
a ti te puedo estar maltratando”.
(Mujer, grupo medio alto)
“Yo creo de que el maltrato sicológico, por ejemplo, una suposición: usted no
me cae bien, qué es lo que hago yo, como no me cae bien, le invento una y otra
cosa que usted es así, asá y acá y allá ¿ah?, sicológicamente yo a usted lo estoy
104 poniendo como la mona -como se dice-. Entonces eso ya pasa ser un mal trato,
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
por qué, porque yo lo estoy tratando mal a usted. Para mí, comprendo que es así”.
(Hombre, grupo bajo)
“Mire yo, porque hay dos tipos de maltrato. Maltrato de golpes y maltrato si-
cológico”.
(Mujer, grupo bajo)
“Que nos peguen al frente de un hijo o, por ejemplo, un hijo a la mamá, yo creo
que duele más que a una le peguen una cachetada”.
(Mujer, grupo bajo)
105
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
En el grupo medio alto se relató una situación vivida como maltrato en un centro
comercial: se discutió su significado y nominación como tal; no se puso en duda la
existencia de los acontecimientos que se presentaron, sino que se elaboraron inter-
pretaciones posibles de una acción, donde la intencionalidad atribuible a un sujeto
perpetrador oscurece un sentido que sea reconocido intersubjetivamente.
“Ayer yo fui maltratado y fui realmente mal tratado y por eso yo le escribí, no le
escribí al director de un diario, directamente al supermercado”.
(Hombre, grupo medio alto)
“Yo veo que la gente de distintas edades no sabe cómo hacer un reclamo, va en
forma violenta o despectiva y, sobre todo, pasa por gente joven que es la más
agresiva y además, con insultos, con palabras, con garabatos”.
(Hombre, grupo medio alto)
“Te tramitan hasta que la gente como que ya se aburre, la sacan por cansancio.
Entonces ahí también entramos los adultos mayores, como el caballero que fue
discriminado por ser quien es, por la edad de él o que sé yo”.
(Mujer, grupo medio alto)
106 gulares de los lazos familiares, y del parentesco, que permiten aglutinar un campo de
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
“Yo creo que a lo mejor el hecho de no preocuparse, digamos por la persona que
te dio la vida, probablemente sí es un maltrato. A la larga sí”.
(Mujer, grupo medio alto)
El hogar familiar como contexto para el maltrato es reconocido desde una lógica pro-
pia de casos. Los casos de maltrato corresponden a situaciones o acontecimientos
donde participan los miembros de la familia, de diferentes generaciones, y dan cuenta
de una forma de relación de dominio sobre los adultos mayores que no corresponde a
las posiciones que esperarían ocupar en el orden familiar. En los grupos medio-bajo y
bajo se problematizaron las transformaciones en las relaciones de autoridad y poder
en la familia a partir de modificaciones legales.
“Hay hogares que también hay maltratos de parte de los familiares, pero no en
todos los casos”.
(Mujer, grupo medio bajo)
“En el hogar se maltrata, porque los hijos empiezan a mandarnos y nos mandan a
los adultos mayores, al papá, a la mamá, a los abuelitos, en eso se ve el maltrato”.
(Mujer, grupo medio bajo)
Se parte de la base de una descripción de pérdida de autoridad legal de los padres so-
bre los hijos y se le atribuye una consecuencia explícita y directa en el comportamien-
to de las nuevas generaciones. El mal comportamiento, la falta de respeto y disciplina
de los niños y jóvenes se explicaría por las modificaciones legales en los derechos
parentales, y por el control que hacen las autoridades públicas y profesionales ante las
expresiones de violencia de padres a hijos/as.
“Las leyes han entrado a perder la disciplina en las casas, le han quitado autori-
dad a los padres, a tal punto de que hoy día el hijo si quiere obedece al padre, si
quiere, por lo general el hijo no quiere obedecer al padre, cuando ya los mismos
compañeros de los colegios le abren los oídos en el sentido de que oye tu papá
no tiene por qué mandarte, tú tienes autonomía y la ley te ampara”.
(Hombre, grupo medio bajo)
“Lo que pasa es que con todas esas leyes le quitaron todos los derechos a los
papás”.
(Hombre, grupo bajo)
Esa barrera que establece la casa, entre lo público y lo privado, plantea la necesidad de
generar formas de difusión de conocimientos, por ejemplo, los folletos para el manejo
de situaciones corporales que viven las personas mayores, como la falta de control de
esfínteres. En el grupo medio-alto y medio se relatan casos de una persona mayor que
no podía controlar esfínteres y significaba la emanación de olores con el consiguiente
rechazo de sus familiares.
“Yo a ver cómo me meto en esta casa, la hija la echó, la recogió el otro hijo y
resulta que la señora no dominaba como se llame, entonces, lógicamente salió
olor por todas partes, los chicos arrancaban... O sea ninguna persona está pre-
parada, porque yo no sé por qué razón no hay folletos, no hay cosas que la gente
pueda leer y que se pueda instruir en eso”.
(Mujer, grupo medio alto)
“Yo creo que ahora no sientan a los abuelitos, porque unos andan con olor a pipi
pa’ que andamos con cosas, no llevan a la mesa ahora a los abuelos”.
(Mujer, grupo medio)
“La gente no sabe mucho sobre los adultos, es que es difícil andar en la calle,
está lleno de perros, a los ciclistas que andan pero zumbados, a mí me han pa-
sado así tanto del codo que si yo muevo los codos el cabro chico se va a la calle
o yo me voy quizás a donde”.
(Hombre, grupo medio alto)
108 “La gente se siente muy agredida, o sea a el adulto mayor le cuesta salir por
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
eso… Pero no todos se pueden movilizar porque da un poco de miedo a los cru-
ces y sobre todo a los perros y a los niños que andan zumbados”.
(Hombre, grupo medio alto)
“Las veredas están en tan mal estado para los adultos mayores ¡hay muchas
irregularidades para los adultos mayores!”.
(Mujer, grupo medio bajo).
“Por eso me da miedo andar por las veredas, he visto casos que se han caído
mujeres y se les han incrustado los lentes, se le han quebrado los lentes, en-
tonces a uno le da miedo andar por la vereda, porque están demasiado en mal
estado, y no solo en una población, sino en muchas”.
(Mujer, grupo medio bajo)
“Toda la gente tiene esa mala costumbre de andar por la calle, ni que estén
buenas las veredas… Nosotros como adulto mayor tenimos que enseñarle a
nuestra hija que tiene un hijo, enseñarle al niño desde chico a andar como per-
sonas, porque esa no es una persona la que anda por la calle”.
(Hombre, grupo medio bajo)
Otro uso de la calle se encuentra en la violencia que se experimenta a raíz de los “niños
con una pistola”. Esta práctica es significada como una violencia descontrolada que no
reconoce distinciones. En este orden de cosas los adultos mayores deben permanecer
en sus casas “encerrados”, “escondidos”, “arratonados”. Esta situación plantea la nece-
sidad de una mayor vigilancia policial que permita a las personas mayores desarrollar
actividades de sostenimiento como el comercio ambulante.
Otra perspectiva constata que se ha provocado una benéfica ruptura generacional. Los
padres jóvenes realizan actividades que en la generación anterior, de la cual forman
parte los hablantes, se encontraban reservadas para las madres o las mujeres en ge-
neral, esto es, el cuidado de los hijos y las tareas domésticas.
“Hoy día el rol del hombre y la mujer ha cambiado muchísimo, comparado como
yo lo veía en mi papá y mamá por ejemplo, totalmente distinto”.
(Hombre, grupo medio alto)
“Yo discrepo un poco de eso, yo estoy viendo y sobre todo ahora, yo tengo yerno
y ellos acuestan a los niños”.
(Hombre, grupo medio alto)
“Levantan la mesa, lava los platos, y los veo con una naturalidad que no se les
pide nada, sino que llegan y lo hacen”.
(Hombre, grupo medio alto)
“Sino la mujer los queda mirando y con la mirada les basta y el otro sale hacer
las cosas”.
(Mujer, grupo medio alto)
Sin embargo, los cambios en los padres jóvenes en orden doméstico no están siendo
transmitidos a sus hijos. Los nietos no están recibiendo una formación en la partici-
pación en las tareas domésticas, así los cambios en este ámbito se sitúan a nivel de la
pareja de padres sin asegurar la continuidad en las futuras generaciones.
“Los padres de hoy no les están enseñando eso mismo, están ellos muy bien, yo
lo observo, pero no les enseñan a los hijos”.
(Hombre, grupo medio alto)
110
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
“No les enseñan anda a buscar este plato o anda a buscarme tal cosa, no van y
no los educan en ese sentido, pero si están participando y haciendo más fácil
la labor del matrimonio”.
(Hombre, grupo medio alto)
“Yo, como varón, se los digo acá. A ver, el varón acumula sus experiencias perso-
nales y no se la entrega a la dueña de casa, es decir, sigue mandando el buque
entonces, sea negro o blanco, va ¿a ser? siempre blanco, entonces las señoras
dice amén, amén”.
(Hombre, grupo medio)
“Les dije que eran seres humanos. Un dicho que tengo yo: de un polvo nacemos
y polvo morimos así que somos iguales”.
(Hombre, grupo medio)
“Es difícil cambiar a los maridos, o sea que es una la que tiene que cambiar y
decirles a las personas que ellos valen”.
(Mujer, grupo medio)
“Si la familia se aprovecha del adulto mayor yo creo que sí, si hay plata de por
medio de todas maneras”.
(Mujer, grupo medio alto)
“Eso ahora y antes también, no es que se esté dando ahora, eso es aquí y en la
quebrada del ají”.
(Mujer, grupo medio alto)
“Lo único que le interesa es sacarte un poco de lo que les está quedando, quitárselo”.
(Mujer, grupo medio alto)
Esta forma de maltrato tiene diversas modalidades según los adultos mayores del
segmento medio-alto. Una modalidad es en relación a la propiedad de la vivienda en
la que habita la persona mayor: frente al reconocimiento de que la madre vive sola en
su casa, el hijo o la hija con su esposa o esposo e hijos proponen vivir con la madre y
se apropian del hogar y reducen su espacio a la pieza de la empleada o a una pequeña
habitación de la casa. Esta nueva localización de la madre mayor dentro del hogar es
significada como despojo y arrebato de lo propio.
“Hay otros casos en que la mamá no puede estar sola y se deja caer el hijo o la
hija casada con todos los niños, pero como tú vives solita la ponen en la pieza
de empleada y de toda la casa se adueñan”.
(Mujer, grupo medio alto)
En otro caso, la propiedad de la casa se pierde y con los escasos bienes, uno de los hi-
jos o hijas le construye una piececita en el patio para que viva. Distinta es la situación
de pérdida total del hogar producto del apoyo a los hijos, que por diversas razones,
se pierde por embargo. En este caso, la madre se plantea un hecho extremo que se
significa “quedar en la calle”.
“Las casas se pierden y lo poco y nada que le queda de la casa. Le han tenido que
construir una piececita en el fondo del patio de la casa de la hija para que viva ahí”.
(Mujer, grupo medio alto)
“Una señora tenía un solo hijo y el hijo quería hipotecar la casa donde vivía la
mamá porque quería comprarse un camión para trabajar. Le hipotecó la casa y
desgraciadamente al hijo le dio bronconeumonía y se murió. Quedó con la casa
hipotecada y la señora no pudo pagar el préstamo. Le quitaron la casa, quedó
en la calle ¡terrible!, ¡terrible”.
(Mujer, grupo medio alto)
“Yo creo que sucede de la parte patrimonial no es de los hijos, por ejemplo, es
cuando se han casado y hay interés por parte de la señora”.
(Mujer, grupo medio alto)
“Y no voy a pagarle ningún peso, porque yo tengo una casita en la playa porque
yo en la playa he hecho hartas cosas, y he pagado harto, así que con eso que se
pague y nunca más me habló, entonces seguí pagando la cuenta, y mi hija dijo
‘sabe mamá yo se la voy a pagar ‘(llora)”.
(Mujer, grupo medio)
“Mi hijo es abogado, deme un mandato me dijo para sacar esta gente ¿Cómo
voy a desconfiar de mi propio hijo? Mi hijo mayor, quién va a desconfiar de su
propia sangre, yo le firmé el mandato para sacar esa gente de ahí, para que se
fueran porque no me pagaban. Mi hijo con ese mandato echó a la gente, vendió
la casa y se quedó, no me dio ni un veinte”.
(Mujer, grupo medio).
En relación con las herencias, el grupo medio-alto y medio bajo constata que en la
legislación chilena están reglamentados todos los casos y, por tanto, en ese plano no
hay mayores deliberaciones que hacer, aun cuando sus efectos a veces sean penosos.
En el grupo medio-bajo queda de manifiesto el deseo de los hijos por distribuirse la
herencia de los padres antes de su muerte.
“Yo soy dueño de mi casa, no decir, no esta casa te la voy a dejar a ti, y parece
que los hijos se quieren hacer dueños al tiro de la casa, están esperando a que
uno se muera para empezar a pedir las partes de la casa, la herencia, ¡déjenme
la herencia!”.
(Hombre, grupo medio bajo)
“Hay bastante gente aunque no creen de por qué viven en Vitacura hay gente
que lo está pasando mal económicamente, pero de maltrato, maltrato yo no he
visto, por ahí adolescentes que corren y pasan y casi la botan a uno”.
(Mujer, grupo medio alto)
En los adultos mayores del segmento medio se pone de manifiesto una transforma-
ción sociocultural y económica en las familias a partir de la distinción antes y ahora.
En un tiempo social anterior, el patrón de residencia era neo local, es decir, al consti-
tuirse una nueva pareja su residencia era en un nuevo hogar, su propia casa. En cambio,
113
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
en la actualidad se observa que las nuevas parejas ocupan el hogar de los familiares
mayores y se apropian de éste para relocalizarlos en una habitación y reducir sus con-
diciones de vida a un pequeño espacio.
“Antes todos tenían su casa, sobre todo por lo menos en la comuna y en otros
lados también, se casa un hijo o una hija y se van a vivir con los abuelitos. Al
final, cuento corto, ellos se toman la casa y el abuelo o la abuela va a parar al
último cuarto de allá y ahí los dejan”.
(Mujer, grupo medio)
“Tres metros para arriba, no tengo sol, no tengo nada, es un abuso. Mira, me
encajonaron, no tengo luz, no tengo nada y tengo unos arbolitos”.
(Mujer, grupo medio)
Ante el hecho de que una persona mayor viva sola, sin la compañía de parientes u
otras personas, no se logra construir un consenso en cuanto a su comprensión al in-
terior del fenómeno del maltrato. En una corriente de interpretación, el control sobre
la propia vida y la capacidad de decidir es un indicio de autogobierno que se puede
expresar en la decisión de vivir solo, no obstante se mantengan relaciones cotidianas
con parientes y amistades. El dominio de sí mismo en el propio hogar se registra en
los segmentos medio-alto, medio-bajo y bajo. Así, el tema de la soledad en los adul-
tos mayores instala una divergencia respecto a la obligatoriedad y exigibilidad de la
preocupación de los hijos e hijas hacia sus padres mayores. En este sentido, los hijos
o hijas deben concentrar su preocupación en sus propias vidas, pues la persona mayor
ya vivió su propia vida.
“¡No acepta nada! solo a las amigas o a los hijos que la vayan a ver, pero ella
nadie se meta en su vida”.
(Hombre, grupo medio alto)
“En mi caso, en mi caso estoy abandonado solo. Me machaqué, crié cinco hijos,
les di educación y no cuento con ninguno. Gracias al Señor que todavía tengo la
fuerza pa’ ganarme mi vida por ahí, para mantenerme”.
(Hombre, grupo bajo)
114 En cambio, otra perspectiva, enfatiza la lógica de la reciprocidad del dar – “dar vida” - y
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
recibir - “devuelta de mano” - que constituye un deber u obligación de los hijos e hijas
hacia sus padres mayores.
“¡Momento! Tú los criaste a ellos ¿no crees que ellos deben devolver la mano?”.
(Mujer, grupo medio alto)
“Me la devuelven como pueden, pero yo no puedo exigirles… ellos viven su vida
po’, las llaman por teléfono y nada más”.
(Mujer, grupo medio alto)
“Yo creo que es un deber, como persona bien nacida uno debe preocuparse, si la
gente respondiera así no habrían personas solas. Hay personas absolutamente
botadas, que terminan en un hospicio, en cualquier lado, la gente respondiera
a sus progenitores”.
(Hombre, grupo medio alto)
Sin embargo, se constata que existe una lógica diferente para valorar a las personas
mayores, esto es, la utilidad o la necesidad que pueden satisfacer. Esta valoración cen-
trada en la utilidad de la persona no considera el deber de los hijos e hijas ante los
dones otorgados en el pasado por la familia. Una materia que fue mencionada en las
conversaciones, es el cuidado de los nietos como una sujeción al orden familiar que
limita la autonomía de las personas mayores.
“Nosotros pensamos que él la sometía, o será esto, o será lo otro, y era el pro-
blema que tenía con una hija, que la hija era media, trabajaba bien, era univer-
sitaria, pero lamentablemente la niña empezó a tener hijos con distintos, con
tres jóvenes diferentes y ella se tenía que hacer cargo de los hijos y, de repente
ella salía, se quedaba sola y vivía con ella, de repente se iba la hija con el pololo,
entonces vivía con una tensión terrible”.
(Mujer, grupo medio).
“Están apoyando, apoyan las familias porque están ahí ellos. Como le decía,
nunca ellos habían salido de sus casas, criando nietos, bisnietos”.
(Mujer, grupo bajo).
“Si este viejo no vale nada, en los años que antes era un respeto único a mis
abuelitos, a mis padres, yo no me atrevía siquiera a levantar la voz”.
(Mujer, grupo medio bajo)
“Hay casos de adultos mayores que se han dejado de respetar, han dejado que
los manden, y a eso le están dando los mandos a los hijos para que los manden
a ellos, ellos son los empleados de la casa”.
(Hombre, grupo medio bajo)
Una de las hablantes del segmento medio-alto señala: “yo sé que a mí me va a pesar”,
al indicar que sabe que no será necesaria para el cuidado del hogar de su hija, que es
madre, y de los nietos cuando estos tengan una mayor edad. Ese cambio en las edades
de las nietas se liga con un cambio de intereses “que lógicamente va a tener otra vida
distinta”. Esta perspectiva interpretativa no establece una ruptura explícita con los
acontecimientos que se visualizan por venir, que serán parte de “otro mundo” propio
de cada una de las edades y de los vínculos familiares.
Este cambio en los lazos familiares hacia un desligamiento entre los parientes de dife-
rentes edades, se considera propio del transcurrir de la vida y, en esa medida, permite
reconocer el pasado biográfico. En ese tiempo se actuó de la misma manera respecto
de los padres mayores, como lo hacen hoy las nuevas generaciones. En este marco
interpretativo se deslegitiman las expectativas de una relación prolongada de depen-
dencia de las personas mayores de sus hijos o hijas.
“Uno no puede pretender andar colgando del hijo o la hija toda la vida, porque
también a nosotros nos pasó lo mismo”.
(Mujer, grupo medio alto)
“Pienso que la experiencia como adulto mayor es igual que el deterioro, es algo
pausado, que tú te vas acostumbrando. La sociedad, nosotros también fuimos
jóvenes y nosotros nos debíamos a los adultos mayores, porque cada segmen-
to, pienso yo, tiene su propia experiencia y su propia vida”.
(Hombre, grupo medio alto)
El lugar del hijo en la trama de relaciones hacia las personas mayores de la familia y de
los vínculos es problematizado a partir de la distinción antes y ahora. Esta distinción
en la temporalidad social permite observar que la forma de relación en el sistema de
parentesco anterior se basaba en el deber, el respeto y el reconocimiento hacia el lu-
gar de los mayores, representados por los abuelos, el padre y la madre. En cambio, en
la actualidad, se ha provocado un notorio cambio en el lugar de las personas mayores
en la familia y su valía, donde las significaciones que emergen son el “estorbo”, “el
abandono” y la ausencia de preocupación por sus necesidades.
“Hay viejitos que están solos, que no saben cómo hacer sus trámites para su
pensión, qué garantía tienen del Gobierno o alguna institución para ellos. Hay
mucho adulto que está abandonado”.
(Mujer, grupo bajo)
“Por sus hijos, por sus familias, porque no se preocupan de llevarlos al médico.
Mamá tiene marcapaso, hay que llevarla al hospital una vez al mes”.
(Mujer, grupo bajo)
En este marco, el hijo que guarda hoy relación con los padres mayores se reconoce
también como un padre, principalmente en el hecho consanguíneo de tener un hijo
o hija, pero no en cuanto a los derechos y responsabilidades que le otorga ese lugar
de padre hacia quienes le antecedieron. Esta ruptura generacional contemporánea es
vivida como un despojo, afrenta que plantea la posibilidad del repudio al hijo.
“Hay adultos mayores muy, muy, abandonados, y hay hijos que no se merecen
ser hijos”.
(Mujer, grupo bajo)
“El materialismo hace que sus hijos se olviden de los padres, de los viejitos.
Porque no quiere invertir plata en ellos, en una silla de ruedas, en un bastón
para que camine mejor, entonces sus hijos son primero, sus platas las invierten
en sus generaciones nuevas que están llegando”.
(Mujer, grupo bajo)
“Es necesario que nosotros como adultos mayores llevemos nuestra energía y
nuestra vitalidad hacia los otros segmentos, sí, universitarios y educación media”.
(Hombre, grupo medio alto)
- “Hombre: tiene que haber estos puentes de comunicación, que nosotros en-
tendamos al niño que anda en la patineta ¿Cómo se llama? Skyboard.
- Mujer: pero que lo haga en su lugar”.
(Grupo medio alto)
“Hay alguna posibilidad que existiera una casa dedicada al adulto mayor por comu-
na, donde podrían ir a enterarse, donde llegara gente especializada, primera cosa”.
(Mujer, grupo medio alto)
“Acá yo tengo una abuelita que tiene 86 años parece, está solita y está perdien-
do como la mente un poquito. Vivía con dos hijos, uno era drogadicto, la tenía
sin nada, y el otro hijo es cristiano, pero se dedica a su familia. Y ella está como
solita, abandonada ahí, ella no escucha nada, la llevamos a médico ahí mismo
en el club hace como cuatro o cinco meses, todavía no ¿tiene? sus audífonos y
todas esas cosas. Pero ahí se ocupa el club de ella”.
(Mujer, grupo bajo)
“Se dijo que se iba hacer un catastro sobre todo lo que dijo la señora, que en rea-
lidad la gente que está sola, la gente que necesita ayuda, la gente que necesita
acompañamiento. Hay gente que necesita ayuda asistida, hay gente que necesita
compañía, hay gente que, en realidad, apenas le alcanza para vivir, pero la forma
de saber eso es investigando, haciendo un catastro de la población”.
(Mujer, grupo medio alto)
118
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
El cuidado de las personas mayores se observa siguiendo las diferencias de género entre
hombres y mujeres. En el grupo medio-alto, consensualmente se describe que el cuida-
do se encuentra radicado en las mujeres, especialmente, al existir límites y obstáculos
psíquicos y culturales para la ayuda de los hombres hacia sus madres. Ante estos límites,
los hombres desplazan a sus esposas y hermanas los cuidados corporales de las madres
mayores como, por ejemplo, la limpieza de sus excrementos con las mudas.
“Siempre hay una persona de los hijos que se hace cargo, y los otros como se
abandonan un poquito y yo no soy quién para juzgar, pero en mi experiencia por
personas que he tenido y es una experiencia que casi siempre se repite”.
(Mujer, grupo medio alto)
“Es fregado, como hombre yo también lo tuve, a mi mamá en la casa, qué sé yo,
pero uno como hombre no puede ayudar a mi mamá”.
(Hombre, grupo medio alto)
“Mi señora o lo podía hacer una hermana, lo podía hacer entonces, uno está
limitado en ese sentido”.
(Hombre, grupo medio alto)
Este límite para el acceso al cuerpo desnudo de la madre por parte del hijo, es de-
seado por ambos. Por ello, el hijo plantea su requerimiento a las mujeres de un modo
genérico, para no romper el límite establecido y compartido. Las mujeres pueden ser
miembros de la propia familia o contratadas para estos cuidados.
“…En el caso del hijo a la madre, cómo va a querer que la mude un hijo, yo lo vi
en mi suegra que tenía 5 hijos hombres, claro, los hijos la atendían, hay muchas
maneras de cooperar… Había una señora que la cuidaba, nosotras las nueras
hacíamos turnos”.
(Mujer, grupo medio alto)
“Las personas tienen sus 80 años y las personas que las cuidan las maltratan
psicológicamente; cuando están delante de las personas que estamos como fa-
miliares no dicen nada, pero en el fondo han descubierto que las tratan muy mal,
las retan, como que las menosprecian como, digamos, usted no sirve para nada”.
(Mujer, grupo medio alto)
“No puede ser posible que al final de la vida, o en los años que nos quedan por
delante, uno sea maltratado psicológicamente”.
(Mujer, grupo medio alto)
Los familiares se enfrentan a las opciones de mantener a las personas mayores en sus
propias residencias o internarlas en hogares de larga estadía. La opción que se privile-
gia es mantener a la persona mayor en su propio hogar, lo cual supone contratar a una
cuidadora que no forma parte de la familia. Se plantea que la alternativa de internación
en hogares de larga estadía tiene los mismos costos económicos que la primera opción,
por tanto el criterio de decisión no se encuentra en el plano de los recursos materiales.
“Tengo dos personas y las tratan fantásticamente bien, encuentro que, mira,
siempre pusimos en la balanza si tener en su departamento dos personas es-
pecializadas, o sea una que se hace el turno o ponerla en un hogar, el costo era
más o menos lo mismo”.
(Mujer, grupo medio alto)
“Yo creo que es un tema de educar a la gente que se dedica al adulto mayor”.
(Mujer, grupo medio alto)
El maltrato físico, como “tironear”, “empujar” o “dopar” a la persona mayor, se observa por
los grupos medio-altos fuera de su espacio comunal, dando origen a una segregación espa-
cial de los modos de maltrato, y cuya expresión son los hogares en la comuna de Santiago.
“Yo he escuchado por lo menos que los maltratan, los tironean, los empujan,
bueno mucho se ha escuchado”.
“En los hogares que gente los amarran o los dopan para que esté tranquilo. Yo sí
sé de otro hogar, no en Vitacura, pero en Santiago que los dopan, no es que sea
macabra, pero es así. Entonces, en el ámbito personal como en Vitacura yo he
escuchado del maltrato psicológico”.
(Mujer, grupo medio alto)
“Nos castigan en las Isapres lo de tal edad, no tenemos derecho a tener seguro
de vida porque ya tiene más de 70 años, todo es limitado a los adultos mayores”.
(Mujer, grupo medio alto)
“En el tema de las Isapres hay una injusticia bastante grande digamos, no sólo
hacia el adulto mayor, sino hacia la mujer en general: si entraste a la edad fértil,
si dejaste la edad fértil y así sucesivamente”.
(Mujer, grupo medio alto)
“Yo no viajo casi nunca en bus. Uno porque es incómodo y le tengo terror a la bajada”.
(Mujer, grupo medio alto)
“En el caso de la experiencia de las mujeres que están solas, yo encuentro que
están como quien dice, como limitadas por la edad, por tener miedo de salir por
el Transantiago”.
(Mujer, grupo medio alto)
“Las abuelitas se bajan y casi quedan colgando del bus, cuando el paradero es fa-
buloso, le ha costado hacerlo, bonito, que les importaría o que les costaría hacer
121
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
“El pasaje es muy necesario que pa’ nosotros los pobladores de acá de las pobla-
ciones bajas, que sacamos muy poca pensión hagan algo por nosotros, el pasaje”.
(Mujer, grupo medio bajo)
“A mí me pasa que con mi mamá y mi papá, que los tengo vivos, tengo que llegar
antes de las siete de la mañana y me dicen, los adultos mayores y los niños me-
nores de 10 años pasen primero, pero no es la gracia. Sería bueno que uno tome
la hora, por teléfono, o media hora antes, para no tener que levantarse temprano,
sobre todo en el invierno; ahora ya no es tanto, (pero) en el invierno...”.
(Mujer, grupo bajo)
“La parte más negativa en cuanto al adulto mayor es la juventud, hacia los
adultos mayores... En las puertas del mall ellos te atropellan y pasan no más, no
se fijan que va una persona, jamás le dan la pasada”.
(Mujer, grupo medio alto)
“Yo no diría que es un maltrato al adulto mayor, ellos no están ni ahí con nada. No
es que ellos quieran pasar a llevar al adulto mayor, pueden pasar a llevar a un niño”.
(Mujer, grupo medio alto)
“No hay respeto entre los jóvenes para el adulto mayor y no solo en los lolos,
sino que en la gente en general”.
(Mujer, grupo medio)
“No hay respeto por el adulto mayor, sea mujer o mujer con guagua o una per-
sona como digo mayor. A veces uno se ve que está bien, pero tiene sus en-
fermedades, y para subir a una locomoción, usted sube a la locomoción y hay
niñitas jóvenes que usted está subiendo y se meten por entremedio, ven que
las personas a veces llegan con un bastón arriba y sientan”.
(Mujer, grupo medio bajo)
“Se ha perdido el respeto profundamente, ahora no hay respeto para nadie, hay
que valerse y ser valiente para poder soportar todo lo que viene de la juventud,
yo amo a la juventud, pero la juventud ya perdió el respeto”.
(Mujer, grupo medio bajo)
Hubo una mención aislada respecto de la agresividad de los adultos mayores hacia los
niños. Esta proposición no tuvo resonancia grupal.
En cambio, la falta de educación de los padres actuales a sus hijos generó acuerdo en
la conversación. Algunas de las materias en que se perciben faltas son: el comporta-
miento inadecuado en la mesa al comer con otras personas, las formas de conversa-
ción, la carencia en el vocabulario y la presentación irrespetuosa ante las personas
mayores. Este conjunto de aspectos genera límites que imposibilitan la comprensión
mutua entre jóvenes y adultos mayores.
123
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
“- Hombre: hasta poner la mesa, cómo conversar, cómo presentarse ante los
mayores, y ahora no hay nada de eso, no haya nada de eso, no tienen vocabula-
rio, tú vas hablar con ellos y no tienen vocabulario.
- Mujer 1: Claro
- Mujer 2: Claro
- Hombre: Y uno no los puede entender
(Grupo medio alto)
“Hay que reconocer que los padres, como ambos trabajan, ambos llegan más
tarde. Es difícil también una relación que pasen mucho más… Tienen muy poco
tiempo para estar con sus hijos, para dedicarse a la parte educación”.
(Mujer, grupo medio alto)
Para el segmento bajo, otro factor desencadenante de esta distancia entre jóvenes y per-
sonas mayores son las barreras del mercado laboral y el sistema educacional. En este sen-
tido, los adultos mayores ya no tendrían la capacidad de los jóvenes para trabajar y, en la
educación las oportunidades de alfabetización están destinadas a grupos etarios menores.
“Ahora a los adultos mayores muchas veces nos desprecian por el hecho de que
no tenemos la capacidad del joven para trabajar, pero no se dan cuenta que la
juventud existe por qué, los viejos que somos nosotros”.
(Hombre, grupo bajo)
124 En el segmento medio, los adultos mayores no logran visualizar a los jóvenes actuales
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
“Mucho niño no va a llegar a ser adulto mayor, más tanto niño que se está ma-
tando en los vehículos”.
(Mujer, grupo medio)
NOTAS AL CAPÍTULO V
2. El 1,7% de las personas mayores, de acuerdo al Estudio Nacional de Dependencia realizado por
el Servicio Nacional del Adulto Mayor en 2009, recibe ayuda pagada doméstica. Esto equivale a
alrededor de 26.000 personas mayores.
125
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
126
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
Capítulo VI
Una tipología
de las significaciones
y sentidos sociales sobre el maltrato
desde la mirada
de las personas mayores
128
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
RESUMEN
En este capítulo se expone una tipología de las significaciones y sentidos sociales so-
bre el maltrato desde la mirada de las propias personas mayores. Esta tipología deriva
del análisis cualitativo de las 11 entrevistas abiertas individuales, 4 grupos de discu-
sión y 3 grupos focales, con un total de 64 personas mayores de los segmentos medio-
alto, medio, medio-bajo y bajo de la Región Metropolitana. El trabajo de campo se
desarrolló entre 2012 y 2013. Los resultados indican que el maltrato convoca tres
campos de sentido básicos: maltrato hacia los vínculos y los afectos de las personas
mayores; un segundo sentido refiere a la violencia hacia el cuerpo y corporalidad de la
persona mayor; y en tercer término, un maltrato social o estructural. Estos sentidos se
despliegan en cuatro modos típicos que ponen en juego a quien es sujeto de maltrato
y su visibilidad social.
INTRODUCCIÓN
El tema del maltrato hacia las personas mayores, desde el discurso revelado en el
grupo social adulto mayor, se configura como un asunto que es propio de sus diálogos
cotidianos y discursos personales. El significante maltrato aglutina diferentes signifi-
caciones que, por asociación o desplazamiento, comprende tres ámbitos de sentido,
ya descritos con detalle en el análisis del apartado anterior:
a. Designa el maltrato hacia los vínculos y los afectos de las personas mayores.
En las descripciones del maltrato psicológico, las personas mayores reclaman ante
una doble carencia: por una parte no se reconoce la singularidad de sus necesida-
des específicas, y por otra, denotan ausencia de lo que podríamos denominar amor,
expresado en el cariño, preocupación, atención y dedicación de tiempo. Por ejem-
plo, en el grupo socioeconómico medio, las mujeres dan cuenta de esta dimensión
al señalar que el maltrato psicológico tiene que ver con los retos o reprensión, la
sobrecarga del trabajo doméstico y del cuidado de nietos, las agresiones verbales,
y también, con el desinterés de los propios hijos, la invisibilidad, la cosificación y
la duda acerca de la pertenencia a la misma familia. Este último aspecto, remite a
una muerte social que experimenta la persona al proponer una duda acerca de la
filiación al grupo de parentesco y el cuestionamiento a su pertenencia a un orden
simbólico e imaginario de lo familiar. Este límite, que traspasa la violencia al poner
en duda el lugar de madre y, por ende, de sus propios hijos e hijas en el grupo se
liga implícitamente a un obstáculo para su lugar legítimo en la memoria familiar.
Este plano de significación corresponde al de “la sociedad” como un nivel que surge de un
modo espontáneo. Exclusivamente en los hombres del grupo socioeconómico medio-alto,
el maltrato es desvinculado de las condiciones socioeconómicas, o materiales de exis-
tencia, para ligarlo directamente a las dinámicas propias de cada familia. En los demás
segmentos (medio, medio-bajo y bajo) se alude a cambios de época que han significado
modificaciones en los estilos de vida de las generaciones anteriores. Algunos elementos
son, por ejemplo, la extensión de la jornada laboral de los padres y madres, la velocidad del
tiempo social, la discriminación en los espacios de relación intergeneracional y pública o
la sensación de inutilidad para la sociedad. Un elemento presente en los segmentos medio
y medio-bajo es la situación del mercado laboral en relación a las barreras para el acceso
y adaptación a las particularidades de los mayores, además de los bajos montos de las
pensiones y jubilaciones que no alcanzan para un adecuado sostenimiento.
Estas consideraciones son necesarias para discutir los hallazgos del análisis del dis-
curso social de las personas mayores. Así, el maltrato pondría, en las conversaciones
sociales y discursos personales, en tensión, por un parte, el secreto de la relación y
acontecimientos ocurridos entre quien es el agente del maltrato y la persona maltra-
tada y, por otra, el reconocimiento y transparencia de la información y experiencias de
maltrato que se describen.
Así, al abordar el maltrato hacia este grupo etario, el discurso adulto mayor se organi-
za según dos ejes de sentido:
› Del sujeto del maltrato con el código cosificación/autogobierno.
› Del régimen de visibilidad del maltrato con el código secreto/transparencia.
El binomio que configura al sujeto del maltrato se encuentra formado por la cosificación
y el autogobierno de la persona mayor. Las descripciones y valoraciones de los adultos
mayores respecto de su cosificación lo sitúan críticamente en términos de un cuestiona-
miento del estatuto como persona humana, especialmente en aquellos actos que ponen
en peligro su vida y dignidad. En este contexto se describen situaciones de abandono como
el estar “botado” como un objeto de desecho en la vía pública o ser denigrado a través de
la exhibición sin ropas en la calle por el abandono familiar. En cambio, se reconoce que
hay adultos mayores, especialmente mujeres, que toman decisiones autónomas ante las
familias y amistades, como el vivir en soledad y en su propio hogar (Figura 1).
132 Los resultados del análisis del discurso social de los adultos mayores indican que la
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
EJE: SUJETO DEL MALTRATO Malos tratos verbales, denomina- Condiciones materiales de vida no
COSIFICACIÓN
AUTOGOBIERNO
ción de “viejo”. son determinantes en el maltrato.
Invisibilidad familiar de la perso- La clase social se relaciona con la
na mayor. fortaleza individual y el respeto. El
Falta de poder en la toma de rico es débil respecto del pobre.
decisiones familiares Los cuidados de los adultos ma-
Malos tratos de cuidadoras. yores y nietos varían según las
Descuido en diversos grados. clases sociales.
Pérdida del lugar al interior de la Vecinos pueden iniciar protección
familia. de malos tratos físicos a los adul-
Abandono familiar. tos mayores.
Problemas relacionales a partir Algunas organizaciones acuden
del dinero y la propiedad. en ayuda de adultos mayores en
Temores de potencial abandono abandono.
familiar.
Miedo al robo en los barrios.
Conflictos en organizaciones
vecinales.
Insensibilidad de la comunidad
ante el abandono de personas
mayores.
133
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
relación de las personas mayores con el maltrato, no puede ser reducida a un solo
modo cultural y subjetivo de producción de sentido. Entonces, proponemos un esque-
ma analítico de tipo cruzado, donde los modos culturales y subjetivos de los adultos
mayores ante el maltrato, surgen de la distribución de las formas de configuración del
sujeto del maltrato (cosificación/autogobierno) y del régimen de visibilidad de estos
actos (transparencia/secreto).
Los códigos binarios que encierran categorías polares, plantean un aspecto funda-
mental para la lógica estructural: que los “elementos codificados” son comunicación
encapsulada, que bajo una forma codificada o simbólica refieren a una externalidad
evidente y a una internalidad subyacente o no consciente. La función del código es,
precisamente, la de comunicar con eficacia” (Corvalán, 2011:257). El esquema cruza-
do se construye a partir del entrecruzamiento de los dos ejes de sentidos que serían
constitutivos del discurso del adulto mayor acerca del maltrato hacia este grupo eta-
rio, dando lugar a modos culturales y subjetivos básicos o tipos.
Figura 3: Ejes y polos de los modos culturales y subjetivos acerca del maltrato
hacia las personas mayores.
TRANSPARENCIA
II I
(+,-) (+,+)
EJE: SUJETO
AUTOGOBIERNO
DEL COSIFICACIÓN
MALTRATO
III IV
(-,-) (+,-)
SECRETO
EJE: RÉGIMEN DE
VISIBILIDAD SOCIAL
DEL MALTRATO
Los cuatro campos básicos o típicos, resultantes del entrecruzamiento de los ejes de
sentidos, corresponden a una diversidad de sentidos y valoraciones que se mezclan y
fluyen en la conversación social de las personas mayores. Se trata de una combinato-
ria posible y que se erige desde el análisis cualitativo de las distinciones que constru-
yen las personas mayores. Se reconocen cuatro modos culturales y subjetivos típicos
a partir del discurso adulto mayor:
Campo I: Transparencia/autogobierno
Este cuadrante remite a las experiencias de maltrato hacia las personas mayores
de mayor secreto y donde se sospecha de su existencia, pero solo es recuperable
desde el discurso de mayor privacidad e intimidad. En los relatos personales se da
cuenta del abuso sexual y físico que han vivido algunas personas, pero en las con-
versaciones sociales no es tematizado y lleva a un límite la comprensión grupal.
En las conversaciones sociales se proyecta que es posible cambiar desde esta po-
sición a un lugar de menor reconocimiento y desligamiento de los parientes. En
esta perspectiva, es una posición que se resiste a ser identificada como “viejo” o
a tener comportamientos que respondan al estereotipo de vejez en una cultura
urbana. De ahí la reiteración en las conversaciones sociales y relatos personales a
la ubicación del maltrato en otras personas, o en otros espacios urbanos, pues el
propio maltrato es una condición de marca o estigma que se vincula con la identi-
dad y experiencia de ser “viejo”.
Figura 4: Ejes y polos de los modos culturales y subjetivos acerca del maltrato hacia
las personas mayores y clasificación de Senama respecto del maltrato.
TRANSPARENCIA
EJE: SUJETO DEL MALTRATO
COSIFICACIÓN
AUTOGOBIERNO
II I
(+,-) (+,+)
Sujeto cosificado experimenta visi- Sujeto del parentesco y ciudadano
blemente malos tratos psicológico, enfrenta visiblemente el maltrato
físico, estructural, económico y pa- estructural y abandono.
trimonial, abandono y negligencia.
III IV
(-,-) (+,-)
Sujeto cosificado experimenta en Sujeto del parentesco en secreto
secreto malos tratos psicológico, ante potenciales abandonos fami-
físico, estructural, económico y pa- liares, maltratos psicológicos. Resis-
trimonial, abandono y negligencia. tencia a ser “viejo” o adulto mayor.
SECRETO
EJE: RÉGIMEN DE VISIBILIDAD SOCIAL DEL MALTRATO
136
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
137
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
138
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
Capítulo VII
Una aproximación
al trabajo de campo en la investigación
cualitativa sobre el maltrato
hacia las personas mayores
140
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
RESUMEN
Palabras claves: Trabajo de campo, maltrato, personas mayores, adulto mayor, violen-
cia, vejez, envejecimiento.
INTRODUCCIÓN
El estudio cualitativo sobre el maltrato hacia las personas mayores plantea la necesidad
de pensar y diseñar modalidades de acercamiento a los sujetos de acuerdo a las singula-
ridades de quienes participan y, a la vez, la determinación de las condiciones apropiadas
para las técnicas de investigación. Específicamente, los objetivos que orientaron este pro-
ceso se centraron en determinar las significaciones sociales del maltrato desde las propias
personas mayores residentes en la Región Metropolitana, conocer las dinámicas familia-
res, comunitarias y sociales, detectar distinciones de género en el fenómeno del maltrato
y explorar en los distintos factores protectores y de riesgo.
A partir del diseño cualitativo efectivamente logrado, donde las técnicas de investiga-
ción fueron el grupo de discusión, el grupo focal y la entrevista abierta individual, se pro-
puso un diseño de tipo abierto o emergente a los hallazgos durante el trabajo de campo
y por tanto, la muestra cualitativa se considera susceptible de ser modificada a partir de
la experiencia de la situación de investigación. La muestra cualitativa fue de tipo estruc-
tural, entendida como la selección de participantes que busca representar el conjunto
de relaciones que se investigan y que produzcan los discursos que consideren relevantes
respecto al objeto de investigación (Ibáñez, 1979).
Con el fin de caracterizar a los participantes se elaboró una ficha para ser aplicada a la
muestra cualitativa efectivamente lograda. Los resultados obtenidos permiten deter-
minar el alcance y las limitaciones del estudio. El procesamiento de las fichas se realizó
con el programa SPSS 17, con un tipo de análisis estadístico uni y bivariado.
Dimensión espacial
142
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
Un punto necesario de resolver en la selección comunal fue que los niveles de logro
asociados al IDH de ingreso presentan un número mayor de categorías (muy alto, alto,
medio, bajo y muy bajo) a las establecidas en el estudio (medio alto, medio, medio
bajo y bajo), por lo que se realizó un ajuste de rangos. Además, se hizo una verificación
de las comunas seleccionadas a través de dos sistemas de clasificación socioeconó-
micas utilizados en Chile: Clasificación de Grupos socioeconómicos de la Asociación
Chilena de Empresas de Investigación de Mercado (AIEM, 2008) y la Clasificación So-
cioeconómica de Hogares de Chile del Instituto Nacional de Estadísticas (INE - Enfo-
que Estadístico, 2005), los cuales permitieron ratificar y validar la selección comunal
por criterios socioeconómicos.
143
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
Al mirar esta dimensión desde una panorámica general y evaluativa en el marco del tra-
bajo de campo de la investigación cualitativa, se rescata como una experiencia positiva
la selección de las comunas por medio de los indicadores poblacionales y socioeconó-
micos. Lo anterior favoreció tanto aspectos logísticos en la producción de las técnicas de
investigación, como también las coordinaciones previas entre los equipos del proyecto.
Se logró que la muestra cualitativa, con base en los criterios de focalización antes
descritos, expresara diversos lugares y dinámicas territoriales propias de las personas
mayores. Cada actor dentro del estudio tuvo un determinado rol, potenciándose así las
Respecto a los lugares en los cuales se aplicaron las técnicas de investigación, la expe-
riencia del trabajo de campo mostró que la elección de estos es de suma importancia
para la toma de decisiones por parte de las personas mayores sobre si participar o no
en la investigación.
Las contrapartes locales permitieron identificar los lugares significativos para las per-
sonas mayores, cuyas características principales eran que se encontraran en sus co-
munas y sean lugares conocidos y de fácil acceso. En cuanto a la adecuación física de
los lugares, estos cumplieron con los requisitos mínimos de privacidad e intimidad en
la mayoría de los casos.
Dimensión sujetos
El proceso de convocatoria se inició con los encargados de las OCAM en los cuatro mu-
nicipios. Las acciones consistieron en reuniones de presentación del estudio y definición
de las estrategias de acercamiento a las personas mayores, cuyos resultados fueron las
listas de asistentes convocados y de personas claves que permitieran potenciar la con-
145
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
En el contacto telefónico con las personas mayores se les informaba de las siguien-
tes materias:
› Invitación para participar en un grupo de conversación patrocinado por Senama.
› Descripción de la actividad: conversación grupal entre personas mayores, hombres
y mujeres no conocidos.
› Tema de conversación: el trato hacia las personas mayores en nuestra sociedad.
› Número de personas invitadas a la actividad: máximo diez.
› Duración de la actividad: máximo dos horas.
› Lugar de realización dentro de la comuna.
› Disposición de un refrigerio durante la conversación.
› Condición de no preparación previa.
› Información sobre el traslado hacia y desde el lugar de conversación. El traslado
era financiado por el estudio y no implicaba gasto alguno para ellos.
Una vez que las personas mayores accedían a participar y/o presentaban una buena
disposición para asistir, se les señalaba que se tomaría un nuevo contacto para definir
detalles de la actividad. Posteriormente, transcurridos unos días, se les contactaba
telefónicamente para confirmar la actividad y definir los detalles del traslado. Cabe
destacar que, en este segundo contacto, las consultas de las personas mayores se
orientaban a confirmar el lugar de la actividad, hora de inicio y término.
Se presentaron casos en los cuales los adultos mayores hicieron explícitas sus razones
de no participación al estar descontentos con la gestión municipal. En este caso, se
respetó su opinión y decisión, y se les dio garantía de no ser contactados nuevamente.
Las acciones dentro de esta dimensión, que toma en cuenta a los sujetos participantes
en el estudio (hombres y mujeres), permitió ordenar y coordinar el flujo de las comu-
nicaciones entre los equipos del nivel central, de investigación y las personas mayores
146 organizadas, lo que permitió dar mayor fuerza a las actividades de trabajo de campo.
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
Dimensión procedimental
Con la contraparte técnica Senama y los encargados comunales de las oficinas de adul-
tos mayores, se utilizó la vía telefónica y correos electrónicos de manera simultánea.
En el caso de las personas mayores de Vitacura se utilizó el correo electrónico ya que
muchos de los participantes son usuarios de Internet. En las otras comunas, donde los
mayores no son usuarios habituales de la red, se sugirió utilizar otro medio de contacto,
como el teléfono o cartas de invitación, que fue el caso de Cerro Navia y Vitacura.
147
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
Se realizó una presentación del estudio en una jornada de la UCAM de Quinta Normal.
Se llevaron a cabo entrevistas personales con informantes claves o “porteros” en todas
las comunas: encargados de oficinas de adultos mayores municipales y presidentes de
uniones comunales.
Las técnicas fueron aplicadas por los tres investigadores responsables del trabajo de
campo (nominados como investigador 1, 2 y 3), de acuerdo al diseño y programación
del estudio. Las técnicas, en tanto, fueron determinadas de la siguiente manera: inves-
tigador 1 aplica técnica de grupos de discusión y grupos focales; investigador 2 aplica
técnica de entrevista abierta; investigador 3 aplica técnicas de grupos (discusión y
focal) y entrevista abierta.
Registro de la información
Para el registro oral (voces de los participantes en las conversaciones grupales y en-
trevistas personales) se utilizó el sistema de grabación de voces en archivos de audios.
Estos archivos fueron transcritos por profesionales externos al equipo de investiga-
ción, utilizando para este fin una pauta de transcripción dispuesta por el equipo de in-
vestigación de Flacso. Una vez obtenida la transcripción, ésta fue revisada en términos
de calidad por el equipo de investigadores. El procedimiento para el registro se hizo a
través de grabadora de audio digital.
El registro escrito tuvo dos dimensiones. Por una parte, la recopilación de datos socio
demográficos de las personas mayores a través de una ficha, que incluyó una consulta
sobre la opinión del participante a cerca del problema social que significa el maltrato
a este grupo etario. Por otra parte, se registró la experiencia de los investigadores en la
aplicación de la técnica, utilizando para ello una pauta de reporte de trabajo de campo.
148
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
La ficha fue aplicada por los investigadores una vez finalizadas las técnicas de inves-
tigación y se realizó en dos modalidades: aplicación grupal, que consistió en la lectura
del instrumento al grupo para que los participantes respondieran la ficha de manera
individual; y aplicación personalizada, donde los investigadores leían las preguntas y
registraban las respuestas. La aplicación grupal sólo se consigna en La Pintana. En esa
comuna se provocó el atraso en el inicio del grupo de discusión producto de que no
hubo puntualidad por parte de las personas mayores ni tampoco en la entrega de la
sede donde se realizó la actividad. En las otras experiencias de aplicación de las téc-
nicas de investigación la ficha de datos fue personalizada.
El análisis estadístico de las fichas fue de tipo descriptivo a través de estadísticos uni-
variados y bivariados expresados en datos absolutos y porcentajes. Se siguió un orden
de agrupamiento de personas mayores por técnicas de investigación y comunas del
estudio. Para este análisis se utilizó el programa SPSS V17.
Los investigadores utilizaron una pauta de trabajo de campo para el registro de las
experiencias producidas en los grupos de conversación y entrevistas abiertas. Este
instrumento consideró los siguientes campos de interés:
› Primera etapa informativa: Dice relación con la presentación del equipo de inves-
tigación y participantes, entrega de información general del estudio, lectura del
consentimiento informado y firma del mismo, aclaración de dudas y estableci-
miento del setting o encuadre.
› Cuarta etapa cierre: La última etapa está destinada al cierre de la sesión, se explora
con las personas entrevistadas si existen aspectos que no hayan sido explicitados y
en los que quisiera ahondar. Se consulta por temas referidos a información acerca
de formas de denuncia del maltrato, entregando información si es necesario. Se
agradece la confianza mostrada y la buena disposición a participar en el estudio.
Sobre los aspectos subjetivos observados por los investigadores en la aplicación de las
técnicas, se presentaron diversas situaciones en los entrevistados como resistencias a
través de risas y bromas al momento de abrirse a tocar el tema del maltrato.
Los aspectos éticos del trabajo de campo en la aplicación de las técnicas fueron res-
guardados principalmente a través de consentimientos informados. En términos pro-
cedimentales, si bien este instrumento contempla su aplicación antes del desarrollo
de las técnicas, se presentaron casos en los cuales los participantes firmaron el con-
sentimiento posteriormente.
La aplicación del consentimiento informado con posterioridad a las técnicas del grupo
de discusión y del grupo focal ocurrió en el caso de La Pintana debido al retraso en la
hora de inicio. No obstante, se contó con el asentimiento oral de todos los participantes
antes de la aplicación de la técnica. En estos casos, fue el investigador responsable quien
dio a conocer los contenidos básicos del consentimiento, disponiendo de tiempo para
sondear la posibilidad entre los participantes de desistir de participar. Cabe indicar que
no hubo ningún caso de deserción. En las entrevistas individuales los consentimientos
informados fueron aplicados en su totalidad antes de la aplicación de la técnica.
151
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
Dimensión temporal
a. plan de trabajo de diseño del estudio (2012) acordado entre las contrapartes téc-
nicas (Senama – Flacso Chile),
152
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
A partir del diseño efectivamente logrado, se obtuvo que la muestra cualitativa del
estudio estuvo compuesta por personas mayores de los cuatro niveles socioeconó-
micos definidos en el estudio (medio alto, medio, medio bajo y bajo), con una mayor
representación del nivel medio bajo. 153
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
En cuanto a los criterios de composición interna asociados a la edad (60 y más años),
la muestra estuvo compuesta por personas de entre 59 y 93 años, con una mayor con-
centración de rango etario de 65 y 74 años (59,4%).
Las edades de las personas mayores participantes estuvieron comprendidas entre los 59
años (mujer de Vitacura) y los 93 años (mujer de Cerro Navia). En esta amplitud etaria, el
mayor número de adultos mayores se concentró entre los 65 y 74 años (38 casos), que
en términos porcentuales alcanzó al 59,4% del total de la muestra cualitativa (64 casos).
En relación al estado civil de los participantes, la mayoría son casados (39%) y viudos
(28%), en menor proporción separados (12,5%) y convivientes (7,8%). En síntesis, se
desprende que las personas mayores han establecido vínculos familiares formales en
sus trayectorias de vida, que les otorga ciertos deberes y derechos como individuos den-
tro de la sociedad chilena. La situación de casado, viudo y soltero se presenta en todas
las comunas. La categoría de conviviente solo se presenta en La Pintana y Cerro Navia.
La mayoría (94%) de las personas mayores presentes en el estudio han tenido hijos.
Aquellos que indican no tener hijos corresponden, en su totalidad, a participantes de
Quinta Normal.
154
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
El ingreso que reciben mensualmente proviene de sus jubilaciones (39%), pensiones del
Estado o de sus cónyuges, las que sumadas alcanzan 47%. En La Pintana y Cerro Navia
la fuente de ingreso proviene de pensiones del Estado y en Quinta Normal y Vitacura de
sus jubilaciones. El 52% de las personas mayores cuenta mensualmente con ingresos
similares al sueldo mínimo (alrededor de ciento noventa mil pesos chilenos).
psicológico como la pena con que viven los adultos mayores y la percepción de que
son más dependientes de lo que son en la realidad.
Asimismo, 7 de cada 10 personas mayores consultadas opinan que este grupo etario
tiene baja autoestima y en la misma proporción opinan que los chilenos, en su mayoría,
creen que los adultos mayores son enojones.
Finalmente, 7 de cada 10 participantes opinan que existe abuso sexual hacia las per-
sonas mayores aunque no se hable del tema.
1. Ocupar las redes institucionales para el acceso a las personas mayores tiene forta-
lezas y debilidades para la investigación.
Una de las debilidades presentadas, y que requieren ser consideradas durante el acer-
camiento a las personas mayores a través de las redes institucionales, es que se tiende
a asociar, y a responsabilizar, la investigación al marco institucional local y, por tanto
aparece una primera valoración positiva o negativa del estudio en la medida que el
municipio haya resuelto o no los problemas de las personas mayores. La identificación
institucional de la investigación tiende a perder neutralidad en el equipo de investi-
gación. Asociado a lo anterior, es que gran parte de los convocados se encontraban de
alguna u otra manera vinculados a la red de organizaciones sociales de base comunita-
ria, con experiencias más positivas que negativas respecto a la institucionalidad local.
Por otro lado, cuando la interacción entre los actores no sigue un acercamiento
constante y las actividades de convocatoria son asumidas en su totalidad desde lo
local, se corre el riesgo de alterar los criterios de convocatoria propios de cada técni-
ca de investigación, y se tiende hacia una lógica de oportunidad, centrada en el logro
Por otro lado, deberá considerar posibles experiencias desfavorables por parte de
las personas mayores en actividades de orden comunitario, así como también que
no tengan experiencias previas de participación social que los predispongan nega-
tivamente a compartir con sus pares.
3. Valorar los lugares en cada comuna para la aplicación de las técnicas de investiga-
ción, pues las personas mayores los reconocen como cercanos.
En este punto es vital el apoyo institucional a nivel local, ya que estos conocen
los lugares que resultan familiares y de fácil acceso lo que permite fortalecer la
confianza de este grupo etario y estimula la participación en la investigación.
Las personas mayores reconocen y valoran que durante la aplicación de las técni-
cas se haya considerado el traslado, los alimentos y, principalmente, la confirma-
ción previa de las actividades. Los participantes le dieron un valor especial a que el
costo del traslado (ida y regreso) fuera asumido por los organizadores del estudio.
Estas acciones fueron valoradas positivamente y se consideraron como una mani-
festación de cuidado y respeto por sus tiempos.
157
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
› Pnud. (2004). Desarrollo Humano en Chile. El poder: ¿para qué y para quién 2004.
Santiago: Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
› Wood L. & Kroger R. (2000). Doing discourse analysis. London: SAGE. Appendix A (pp.
193-194).
158
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
Reflexiones finales
160
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
Al plantearse conocer el fenómeno del maltrato hacia las personas mayores y pro-
fundizar en sus dinámicas de desarrollo y en los escenarios y contextos en los que
aparece, los resultados de la investigación indican que su heterogeneidad y compleji-
dad adquiere una singularidad según los propios adultos mayores. Esa singularidad se
refiere a que no toda la violencia es visible socialmente, sino que también se configura
en una violencia invisible, que puede adquirir diversas formas como son la privacidad,
el secreto, lo íntimo, lo no pensable e inimaginable.
Ambas violencias, la visible y la invisible, son experimentadas por las personas mayo-
res y en algunos casos, se plantean límites para su comprensión que imposibilita su
puesta en discurso. Justamente, este es el espacio del silencio, el llanto, la rabia y las
señales de sufrimiento que no logran construir una descripción o un argumento.
La violencia invisible forma parte de la vida cotidiana de las personas mayores en el sen-
tido que no es posible saber de ella con exactitud. Es parte de aquello que es percibido
como vida normal y que no arroja señales ciertas de su ocurrencia. Sin embargo, en al-
gunas oportunidades irrumpe transformándose en un acontecimiento inesperado dada
la normalidad de la vida. Aquí surgen como ejemplos el descubrimiento del maltrato que
ejercen las personas cuidadoras de personas mayores o la apropiación de los bienes por
los hijos o hijas aun cuando se confiaba en su apoyo o en su administración.
La casa y la calle son dos espacios físicos y simbólicos que establecen las fronte-
ras para lo visible e invisible socialmente. Los resultados del estudio señalan que uno
de los contextos consensuados para interpretar el maltrato es el orden familiar más
allá de la casa, si bien concentra los acontecimientos que podríamos designar como
maltratos. En cambio, la calle es un espacio que no remite a lo doméstico o los víncu-
los con las familias y que construye otras posibilidades para experimentar violencias
de diferentes características, algunas de las cuales no son dirigidas especialmente al
adulto mayor, tal es el caso de los robos, las agresiones producto de la delincuencia o
los malos tratos a los clientes de empresas o servicios públicos. 161
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
En el espacio de la calle aparece una alteridad o un otro que corresponde a los jóvenes y
adolescentes. A los jóvenes se les atribuye un comportamiento irrespetuoso o inadecua-
do hacia las personas mayores. Sin embargo, a pesar de la convergencia en considerarlo
molesto, no necesariamente se construye un consenso a su denominación como maltrato.
Estas violencias constituyen un lugar para cada sujeto que las experimentan. En el
análisis cualitativo fue posible distinguir un polo donde el sujeto es cosificado y des-
pojado de todo aquello que permitía reconocerlo como un padre, madre o pariente de
una familia y también como un ciudadano. Se trata de la posición de objeto que en su
extremo es figurado por la persona “botada en la calle” o en la situación de “quedar
en la calle”. En particular estos sentidos se ligan a un discurso del sufrimiento cuando
se interpreta a la familia gobernada por una lógica de la reciprocidad entre lo que se
ha dado y lo que se recibe, es una lógica del don. Un ejemplo canónico es la vida que
da una madre a un hijo o hija y la consiguiente obligación para esos hijos e hijas de
posibilitar su vida cuando la madre es mayor. Esta posición de cosificación se opone
a una posición de autogobierno que representa la plena condición de ser miembro de
una familia y de la ciudadanía, y que tiene un control de sí mismo.
Al ser la mujer mayor, madre y abuela, quien experimentaría la violencia, nos plantea
desafíos para la comprensión de la ruptura generacional y de lo femenino materno en
la sociedad chilena desde la experiencia del envejecimiento.
En segundo lugar, en términos del ciclo de vida, la muestra aborda mayoritariamente a per-
sonas sobre los 65 años de edad hasta los 74 años, y fundamentalmente mujeres. Entonces,
se trata de personas que nacieron en la década del cuarenta y cincuenta del siglo XX.
163
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
NOTA BIOGRÁFICA
DE LOS AUTORES Y AUTORAS
Claudia Mora y María Emilia Tijoux, y se titula: “Los peruanos (son) buenos trabajado-
res: Usos y consecuencias del capital simbólico negativo de los inmigrantes peruanos
en el mercado laboral chileno”. En la actualidad, se desempeña como académico joven
de la Universidad Alberto Hurtado, en donde realiza labores de docencia, investigación
y extensión. Es también coordinador de la línea Cuerpo, Salud y Política, del Núcleo de
Sociología del Cuerpo y las Emociones de la Universidad de Chile. Su tema de tesis de
magister se vincula con los significados de salud y la constitución del sujeto adulto
mayor. Las áreas de interés son: Sociología de la salud, sociología del trabajo, socio-
logía del cuerpo.
166
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
Anexos
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
168
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
ANEXO 1
Marco metodológico
de la investigación cualitativa
INTRODUCCIÓN
El estudio buscó conocer el fenómeno del maltrato hacia las personas mayores a partir
del discurso social de los propios adultos mayores residentes en la Región Metro-
politana mediante un marco metodológico cualitativo. Esta metodología comprendió
conversaciones grupales y discursos individuales de personas mayores de 60 y más
años, sin necesariamente haber experimentado formas de violencia en particular ni
denuncias o procesos judiciales derivados.
ESTRATEGIA METODOLÓGICA
Grupo de discusión
Grupo Focal
171
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
Diseño cualitativo
El tipo de diseño cualitativo es abierto o emergente al ser sensible a los hallazgos del
trabajo de campo y por tanto, la muestra cualitativa es susceptible de ser modificada.
Los ajustes experimentados en el diseño, a partir de la experiencia de campo, se de-
tallan en el reporte del trabajo de campo acerca de la caracterización de la muestra
cualitativa según criterios de composición.
172
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
Grupo de discusión
Grupo focal
173
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
Matriz grupo focal: personas mayores residentes en las comunas urbanas de la Región
Metropolitana según grupo socioeconómico (GSE) medio-bajo y bajo.
La vía de acceso a las personas mayores se realizó a través de Flacso Chile con orga-
nizaciones y grupos de adultos mayores de la Región Metropolitana que permitieron
acceder a sus miembros y personas no participantes. Además, se consideró esencial
la información disponible por Senama según indica en los términos de referencia del
estudio. En la investigación se contempló el traslado, ida y regreso a punto origen, de
las personas participantes en los grupos de conversación.
El tipo de análisis cualitativo reconoce tres momentos básicos (Jesús Ibáñez, 1979): cons-
trucción de la unidad de la situación de enunciación del discurso grupal e individual (prin-
cipios de descomposición del discurso en textos plurales y sus estructuras de los textos);
evaluación teórica; verificación sistémica y operatoria de las construcciones discursivas.
Estas tres etapas consideran los niveles de análisis nuclear (captación de los ele-
mentos de verosimilitud en los niveles significantes, frástico, transfrástico y tópico);
autónomo (tipología de discursos) y synomo (nivel global del discurso). Para la cons-
trucción de tipologías a partir de los discursos en el tema del maltrato hacia persona
mayores se empleó el esquema tipo cruzado para análisis cualitativo (Corvalán, 2011).
175
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
Respecto a los lugares en los cuales se aplicaron las técnicas de investigación, la expe-
riencia del trabajo de campo mostró que la elección de estos es de suma importancia
al momento de la toma de decisión por parte de los adultos mayores a participar o no
en la investigación. En este punto es crucial el apoyo de las contrapartes locales dado
su conocimiento del terreno. De esta manera se hace indiferente si el lugar es carácter
privado (un hotel) o público (sala municipal), lo significativo para los adultos mayores
es saber que se encuentra en su comuna y como se llega a ellos.
En términos generales los lugares elegidos para la aplicación de las técnicas cumplieron
con los requisitos mínimos de privacidad e intimidad en el mayor número de sesiones.
Las personas mayores participantes del estudio sus edades están comprendidas entre
los 59 años, un caso correspondiente a una mujer de Vitacura, y los 93 años un caso
de una mujer de Cerro Navia. En esta amplitud etaria, el mayor número de adultos
mayores se concentró entre los 65 y 74 años (38 casos), que en términos porcentuales
alcanzó al 59,4% del total de la muestra cualitativa (64 casos).
estudio, siendo la comuna de La Pintana la que presentó una homogeneidad entre los
sexos, en las otras comunas, las mujeres presentaron una mayor proporción de casos,
sobre el 60%.
Por su parte se contó con adultos mayores de ambos sexos en todas las técnicas de in-
vestigación, sólo en las entrevistas abiertas se presentaron más hombres que mujeres.
En las técnicas grupales, hubo mayor presencia de mujeres, se presentó una marcada
diferencia en el grupo focal donde el 89% son mujeres.
En las técnicas de grupo de discusión y grupo focal existe presencia de adultos mayo-
res en todas las categorías de estado civil.
La mayoría (94%) de los adultos mayores del estudio han tenido hijos, estos adultos
se encuentran presentes en todas las comunas y técnicas de investigación, con una
mayor presencia en los grupos de discusión. Aquellos que indican no tener hijos co-
rresponden en su totalidad a la comuna de Quinta Normal, y se presentan en mayor
número en la técnica de grupo focal. Así, en la investigación se contó con personas que
en su trayectoria de vida han tenido vínculos parentales con hijos.
El 80% de las personas mayores no realiza actividades remuneradas. Aquellos que in-
dican trabajar remuneradamente, sus actividades son, principalmente, comerciantes,
empresarios, trabajo en feria libre y profesores. No se presentan casos de adultos que
trabajen remuneradamente en la técnica de grupo focal.
En cuanto al nivel educacional, la mayoría de los adultos cuenta con educación formal
(92%), principalmente de nivel básico (completo e incompleto). En un segundo lugar
se encuentran aquellos que alcanzan un nivel medio, incompleto (10,9%), en tercer
178 lugar el nivel superior con 12,5% y en cuarto lugar el nivel técnico completo. Sólo dos
Ser v ic io Nac io n al de l Ad ul to Mayor
casos indican no tener educación. En relación a las técnicas, en las entrevistas abiertas
y grupos focales el mayor número corresponde a educación básica incompleta, y en
los grupos de discusión, es básica completa. En este grupo se presentan en mayor nú-
mero los niveles medios (completo e incompleto), técnicos y universitarios. En consi-
deración a los datos registrados los adultos mayores del estudio cuentan con un nivel
básico de instrucción educacional formal.
Viven acompañados con familiares (79%), y en un menor número con amigos (2%). Un
16% vive solo. En todas las comunas los adultos viven mayoritariamente en compañía
de familiares, también se presentan adultos que viven solos, principalmente en las
comunas de Quinta Normal y Vitacura. En todas las técnicas se presentan adultos que
viven principalmente acompañados.
El 52% de los adultos mayores cuenta mensualmente con ingresos similares al sueldo
mínimo mensual.
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ANEXO 2
Bibliografía selecionada
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