La Tectónica de Placas

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La tectónica de placas

Antecedentes

La idea de que los continentes se desplazan procede del filósofo inglés sir Francis Bacon
(1620), quien comentaba que la semejanza entre las costas de América del Sur y África no
eran una coincidencia, aunque no ofreció explicación alguna.

El explorador y naturista alemán Alexander von Humboldt (1769-1559) confirmó que ese
ajuste no podía ser accidental, aunque la explicación que propuso era errónea, ya que
interpretó el océano Atlántico como un valle excavado por la erosión y cubierto por las
aguas del diluvio universal.

La presencia en los continentes de fósiles marinos sugirió al naturista francés Jean-


Baptiste Lamark (1744-1829), una especie de migración continental, en la que los
continentes se erosionaban por un lado y acumulaban sedimentos por otro. De esta forma
los océanos se habrían desplazado por el globo cubriendo todos los continentes varias
veces.

Durante el siglo XIX, la idea más popular era la teoría de la contracción de James Dana,
según la cual la Tierra se estaba enfriando y, por tanto, se contraía de forma apreciable,
provocando el descenso de los océanos y la elevación de las grandes cordilleras (como la
piel de una manzana al secarse). Esta teoría explicaba hechos como la presencia de
especies fósiles idénticas a ambos lados del Atlántico, gracias a la presencia de puentes de
tierra entre los continentes que desaparecieron debido al enfriamiento y contracción de la
Tierra.

El alemán Alfred Wegener (1880-1930) interpretó las pruebas


anteriores de otra forma, propuso que los continentes estuvieron en
el pasado unidos y que luego se separaron. En contra de las teorías
anteriores argumentaba que las montañas no estaban repartidas de
forma uniforme y que unas montañas eran millones de años más
antiguas que otras. En 1915 publicó la teoría de la deriva continental
en la obra titulada El origen de los continentes y de los océanos. En ella
propuso que los continentes estuvieron unidos en un único
supercontimente llamado Pangea. Estos continentes se fueron
separando como balsas de material más ligero
que surcarían los fondos oceánicos "resbalando"
sobre ellos. A lo largo de su vida fue acumulando
evidencias que apoyaban su teoría (
paleontológicas: fósiles idénticos en continentes
actualmente separados; estructurales: ciertas
cadenas montañosas se continúan perfectamente
a ambos lados del Atlántico; y paleoclimáticas:
sedimentos tropicales y glaciares de la misma
edad repartidos en América del Sur, África, India
y Australia.)
Distribución de
glaciares y
desiertos hace 300 m. a.

El principal defecto de esta teoría es que no consiguió explicar satisfactoriamente el origen


de las fuerzas capaces de separar los continentes. Con el paso del tiempo, la mejora en las
técnicas de representación cartográfica y, sobre todo, el desarrollo de la investigación del
paleomagnetismo, vinieron a corroborar las ideas de Wegener.
El desarrollo de la tectónica de placas

Conforme avanzaba el siglo XX, el estudio de la distribución mundial de terremotos y


volcanes y el estudio de los fondos oceánicos, fueron aportando datos que condujeron
poco a poco a la aparición de una nueva teoría movilista: la teoría de la tectónica de placas.

En los años 60 se estableció una red mundial de sismógrafos para localizar con exactitud
los epicentros de los terremotos. El resultado fue que los terremotos se distribuían en
estrechas bandas, llamadas cinturones sísmicos, donde también se encontraban los
volcanes. Esto se interpretó como que estas bandas de intensa actividad sísmica
corresponden a zonas de separación de amplias zonas estables llamadas placas
litosféricas. Estas placas encajan unas con otras y sus límites se encuentran sobre todo en
medio de los océanos.

El estudio de los fondos oceánicos sufrió un impulso importante con la invención del sonar
y el empleo de buques oceanográficos. Hasta entonces se creía que los fondos oceánicos
eran tan antiguos como los continentes, llanos y cubiertos por enormes espesores de
sedimentos. Los resultados de los descubrimientos fueron sorprendentes:

• El relieve del fondo oceánico presenta una enorme cordillera de 64.000 Km. de
largo y unos 2.000 Km. de ancho que recorre la zona central de los océanos y a la
que se llamó dorsal medio-oceánica. También se descubrieron estrechas y
profundas fosas adosadas a los continentes o junto a los arcos de islas volcánicas.
Las zonas sísmicas y volcánicas coinciden con las dorsales, las fosas y las
cordilleras jóvenes. Además se encontraron alineaciones de volcanes asísmicos y
fallas perpendiculares a las dorsales.
• La composición del fondo oceánico es volcánica. El centro de la dorsal presenta a
menudo un surco o rift por el que salen magmas procedentes del manto. Los
potentes espesores de sedimentos que se esperaba encontrar se vieron reducidos
a espesores de 1,3 Km. de media y son inexistentes en la zona central de la dorsal.
• Los fondos oceánicos son relativamente jóvenes, no superan los 180 m.a. Además
la distribución de la edad de los materiales es simétrica a ambos lados de la dorsal,
conforme nos alejamos de ella los materiales son más antiguos y el espesor de los
sedimentos que los cubren es mayor.
• Distribución de anomalías magnéticas paralelas a las dorsales y simétricas ambos
lados de las mismas.

La primera interpretación de estos datos se debe a Harry Hess quien propuso la teoría de
la expansión del fondo oceánico, según la cual los fondos oceánicos se comportan como
una cinta transportadora, que emerge por el rift de la dorsal y desaparece en las fosas
oceánicas. En este proceso los continentes son arrastrados como pasajeros de las placas.

Estas ideas contribuyeron a la formación de una hipótesis nueva que ha pasado a llamarse
teoría de la tectónica de placas y que fue propuesta por varios autores de forma
independiente: D. Mckenzie y R. Parker en 1967 y W.J. Morgan en 1968.

La teoría de la tectónica de placas

Los postulados más importantes de la teoría de la tectónica de placas son:

• La litosfera se encuentra dividida en placas que cubren la totalidad de la superficie de


la Tierra y que encajan unas con otras. Existen 8 grandes placas y varias subplacas.
Según el tipo de litosfera que las forma, se distinguen placas continentales, oceánicas y
mixtas.

• La mayor parte de la actividad sísmica y volcánica se registra en los bordes de las


placas. Los límites de las placas de clasifican en función del tipo de movimiento que se
registra entre ellas: divergentes, convergentes o deslizantes.
• La corteza oceánica, más delgada y densa que la continental, se genera continuamente
en las dorsales y se destruye en las fosas.
• Las placas se encuentran en movimiento, arrastrando con ellas los continentes e
interaccionando entre sí. En las áreas donde se separan las placas se forman nuevos
océanos; en aquellas donde se acercan y colisionan se levantan cordilleras.
• Las placas se mueven sobre corrientes de convección sobre el manto.

Límites divergentes o distensivos

El estudio de los fondos marinos permitió constatar la presencia de grandes cordilleras


submarinas que recorrían longitudinalmente los océanos: las dorsales. En la zona axial de estas
dorsales existe un profundo valle formado por distensión, llamado rift, en el que el flujo de
calor es mucho mayor que en el resto de los fondos oceánicos. Por estas grietas asciende el
magma desde el manto y se separan las placas. Por eso estas zonas son de alta sismicidad de
focos poco profundos. A medida que el material del manto asciende hacia la grieta, su presión
disminuye, con lo que funde más rápidamente, y sale por ella en forma de lava basáltica a
ambos lados de las dorsales. Así
se origina el fondo oceánico que
crece poco a poco (de 2 a 6 cm.
al año) y se explica la expansión
del fondo oceánico. Este magma
basáltico adquiere un
magnetismo acorde con el
campo magnético del momento.
Como la expansión no se realiza
a velocidad constante, el fondo
oceánico se encuentra surcado
por una serie de fallas
perpendiculares a la dorsal
llamadas fallas transformantes.
Conforme la nueva corteza se aleja de la dorsal, se enfría gradualmente y se va hundiendo
lentamente. Las placas se alejan de las dorsales y desplazan los continentes situados sobre
ellas en lo que Wegener llamó la deriva continental.

Límites convergentes o compresivos

La expansión oceánica cesa cuando uno de los dos continentes que derivan es empujado por
una fuerza de sentido contrario debido a la existencia de otra dorsal. La litosfera oceánica de
una placa que avanza se dobla y se introduce bajo la otra placa. Este fenómeno se llama
subducción y al plano por el que se produce, plano de Benioff. Este proceso implica la
formación de fosas oceánicas, actividad sísmica importante y generación de un magmatismo,
debido al aumento de temperatura que ocasiona la fricción entre las dos placas, que ocasiona
cadenas de volcanes que dan lugar a andesitas.

Los movimientos compresivos entre placas producen una serie de procesos que conducen a la
formación de cordilleras montañosas u orógenos y al relieve en general. Se llaman procesos
orogénicos u orogénesis. La formación de cordilleras implica la existencia de grandes fuerzas
que deforman los materiales sedimentarios que se van acumulando año tras año en unas
cuencas de sedimentación gigantescas situadas al borde de los continentes llamadas
geosinclinales. Cuando estos potentes sedimentos sufren una gran deformación por efecto de
la compresión entre placas surgen cordilleras como los Andes, los Pirineos, los Alpes, el
Himalaya, etc.

Se distinguen dos tipos de orógenos: los orógenos de colisión y los orógenos activos. En los
primeros no hay magmatismo y en los segundos sí.

Los orógenos de colisión

Se producen cuando dos masa


continentales colisionan y se cierra la
cuenca sedimentaria oceánica que se
encontraba entre ambas. El margen de
una de las placas es pasivo y el de la otra
placa es activo con una zona de
subducción. La cordillera del Himalaya se
formó de esta manera cuando
colisionaron la placa que transportaba a la
India con la placa euroasiática. Cuando las
placas se acercan, se produce la
subducción de la placa activa bajo la otra, con lo que se fundirá parte de la corteza oceánica y
habrá magmatismo de tipo básico y se formarán volcanes. A medida que se va reduciendo el
océano situado entre las dos placas, se produce una fracturación de la corteza oceánica
mediante fallas inversas y unos bloque cabalgan sobre otros desapareciendo los fenómenos
magmáticos. Los sedimentos se pliegan y también cabalgan unos sobre otros. Debido a este
cabalgamiento se produce un apilamiento de los bloques de corteza y de sedimentos de forma
que emergen de la superficie del mar creando unas cuencas de sedimentación marginales
alrededor del orógeno, que se colmatan rápidamente con sedimentos finos como arenas y
arcillas en capas también finas y alternas. Este tipo de formación recibe el nombre de flysch.
Cuando las dos placas están ya muy próximas, la deformación que sufren los materiales es muy
fuerte, la corteza se hace más gruesa (encontramos materiales plegados, fragmentos de
corteza oceánica mezclados con corteza continental) y cesa la subducción. El proceso
mediante el cual fragmentos de corteza oceánica cabalgan sobre los continentes recibe el
nombre de obducción. El lugar donde se produjo la colisión puede presentar ofiolitas, rocas de
la litosfera oceánica que se encuentran sobre la continental.

Orógenos activos

Son aquellos orógenos en los que se aprecia magmatismo. Según el tipo de placas que
convergen se clasifican en dos tipos: orógenos activos tipo chileno y orógenos activos tipo
Marianas.
• Orógenos activos tipo chileno: el
ejemplo más característico es el
de la formación de los Andes en
Chile. Se produce por la
convergencia de una placa
continental y otra oceánica. Esta
última, más densa, subduce bajo
la continental hacia el interior del
manto. El plano de Benioff está
poco inclinado y por eso la fosa es
poco profunda. El roce de las
placas produce calor que funde las rocas y forma el magma que alimenta a los
volcanes. De esta forma se produce una gran cadena montañosa volcánica, el arco
volcánico continental. Los sedimentos que cubren el fondo oceánico, a causa de la
colisión, se pliegan y se forma el prisma de acreción, que limita una cuenca antearco
en la base del orógeno formada por el hundimiento de la corteza debido al peso de los
materiales acumulados.
• Orógenos activos tipo Marianas:
el ejemplo más característico es el
de la formación del archipiélago
volcánico de igual denominación
situado en el Pacífico. Se produce
cuando convergen dos placas
oceánicas de densidad semejante
y una de ellas subduce bajo la
otra hacia el manto(Se cree que
es la placa más antigua y fría, y
por tanto más densa, la que
subduce). El plano de Benioff está muy inclinado lo que determina la formación de
fosas muy profundas y que los volcanes, que se forman debido al rozamiento entre las
placas, estén próximos a las fosas y nazcan del fondo marino. Se forma un conjunto de
islas que adoptan una forma arqueada (es la figura que se obtiene por intersección
entre un plano, el de subducción, y una esfera, la Tierra) llamado arco-isla volcánico.
En este caso no se forma el prisma de acreción porque la cantidad de sedimentos es
pequeña y entre las islas y el continente se forma una cuenca marginal en la que se
depositan sedimentos.

Límites deslizantes

También se llaman límites transformantes o neutros, porque en ellos ni se forma ni se


destruye corteza. Las placas en contacto se desplazan lateralmente, con movimientos relativos
opuestos a lo largo de una falla transformante, produciendo desgarres en la litosfera. El
ejemplo más conocido es el de la falla de San Andrés en California. Tienen una intensa
actividad sísmica, con focos superficiales (15 Km. de media), por lo que las ondas P y S llegan
casi juntas, provocando terremotos de consecuencias catastróficas.
¿Por qué se mueven las placas?

El mecanismo que determina el movimiento de las placas no se conoce bien y hay diversas
teorías.

• Corrientes de convección: Cuando en un líquido homogéneo existen zonas frías y


densas, y otras calientes y ligeras, las partes más densas descienden y las más livianas
ascienden hacia la superficie. Este fenómeno se conoce como convección térmica y es
el que podemos observar cuando calentamos agua en una cacerola o el que posibilita
que se caliente toda la clase gracias a los radiadores situados en las paredes. Se
considera que este proceso tiene lugar en el manto: la parte más profunda se calienta
debido al calor que emite el
núcleo y se expande, lo que
provoca un flujo ascendente de
materia que alcanza las
dorsales. Mientras, el material
que forma los océanos, más
denso, desciende por las zonas
de subducción hasta volver a
calentarse de nuevo. Se
generan así células convectivas
que varían de situación con el
tiempo, con lo que también
varía la posición de las dorsales,
fosas, etc. Los científicos
proponen dos modelos de
distribución de las celdas convectivas: para unos se limitan a los 700 Km. superiores
(astenosfera) y para otros alcanzan todo el manto, hasta unos 2800 Km. Actualmente
parece que hay una tendencia a considerar como válida la segunda propuesta.
• Puntos calientes: En cualquier punto de un placa, continental u oceánica, se puede
producir el ascenso de columnas
de magma procedente del
manto. A este fenómeno se le
llama pluma térmica y al punto
de la placa donde emerge se le
denomina punto caliente. Como
el lugar donde asciende la pluma
es fijo y la placa se mueve, se
forman una serie de volcanes
alineados, de manera que los
más antiguos ya no tienen
actividad volcánica y los más
jóvenes todavía emiten lava.
Este es el caso de las islas Hawai.
En 1971, W. Jason Morgan
propuso que de los billones de
roca fundida que las plumas
térmicas arrastran hacia la superficie, sólo una mínima parte podría alcanzarla, y el
resto, al extenderse bajo las placas, generaría un flujo capaz de arrastrar las placas e,
incluso, de romper continentes.
• Gravedad: Las placas se encuentran levantadas en la zona de las dorsales, y sus bordes
frontales, al desplazarse por el fondo oceánico y enfriarse, se vuelven más densos, lo
que hace que se hundan en las fosas oceánicas. Como la parte superior del manto
superior (astenosfera) es más ligero, el proceso se ve favorecido.

El ciclo de Wilson

El geofísico canadiense J. Tuzo Wilson ha desarrollado un esquema para explicar el origen,


crecimiento, evolución y cierre de cuencas oceánicas que se conoce como el ciclo de Wilson:

• Existencia de un continente.
• Ascenso de corrientes de convección que abomban el continente y lo fracturan.
• Adelgazamiento y estiramiento de la litosfera continental, formación de una fosa
tectónica con abundantes volcanes (rift) e inicio de la creación de nueva corteza
oceánica. (Actualmente la zona del Rift africano)
• Deriva de los continentes por la expansión del fondo oceánico. Las aguas marinas
pueden inundar la zona. (Actualmente el Mar Rojo)
• Los continentes se encuentran muy separados y la sedimentación en los márgenes
continentales es considerable. La litosfera oceánica comienza a hundirse.
(Actualmente el Océano Atlántico)
• Si el continente que se desplaza se detiene y la dorsal sigue activa, se produce la rotura
de la corteza oceánica y se forma una zona de subducción.
• Los sedimentos atrapados en la fosa se deforman debido al avance de la corteza
oceánica y se empieza a formar un nuevo relieve. (Actualmente fosa de Atacama)
• Los sedimentos se deforman, se generan arcos isla y queda un mar interior que
posteriormente se colmatará. La cuenca oceánica se estrecha.
• Se produce la colisión entre los continentes y la cuenca se cierra. Parte de la litosfera
oceánica cabalga sobre el continente por obducción. (Actualmente el Himalaya)

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