Biografía Del Pintor JOSÉ RICO CEJUDO PDF
Biografía Del Pintor JOSÉ RICO CEJUDO PDF
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El presente artículo muestra el estudio de los más sobresalientes aspectos de la biografía inédita
del interesante pintor sevillano José Rico Cejudo (1864-1939), deteniéndose especialmente en aque-
llas noticias que por su valor artístico más interesan a los estudiosos de esta etapa del. arte sevillano.
Su autor se entretiene en analizar junto a noticias puntuales de la biografía de Rico Cejudo en su
entorno personal y familiar, otras que hacen referencia a las aficiones literarias y musicales populares
del pintor, tales como su vertiente en el campo del folklore musical, especialmente del llamado
"cante hondo", en el que llegó a destacar sobre todo como compositor de coplas populares.
This article is a study of the most notable aspects of the life of the little-known Seville artist José
Rico Cejudo (1864-1939), paying special attention to elements whose artistic value makes them inte-
resting to students of this period of Sevillian art.
Together with details of the biography of Rico Cejudo and bis personal and family environment, the
author refers to the painter's interest in literature and popular music, including the field of folk music,
especially "cante hondo", and his talent as a composer of popular lyrics.
Consciente del valor que las biografías tienen en el estudio de los artistas y
sus obras, paso a dar cuenta del perfil personal de tan interesante pintor sevilla-
no, representante de la estética regionalista y cuya personalidad humana justifi-
caría de por sí este trabajo.
e importancia de sus obras o bien por los asuntos de carácter nacional que en
ellos representan, preciso es continuar el nombre del joven pensionado Sr. Rico,
puesto que en cada una de sus producciones halla medios para tributar un cariño-
so recuerdo a su ciudad natal y justificar la honrosa distinción que de ella mere-
ció. El bonito cuadro —Una boda en Sevilla— de carácter y asunto genuinamente
español, ha figurado dignamente en la última exposición de Munich, en donde
fue adquirido para formar parte de una de las mejores galerías particulares que
existen en la capital de Baviera" 4.
Estando en Roma fue propuesto por el embajador de España al Gobierno de
su majestad para la concesión de la Cruz de Isabel la Católica, libre de gastos,
por sus trabajos pictóricos como pensionado 5.
En 1896 Rico Cejudo, a sus treinta y dos arios de edad, ya en España,
formado como pintor y con cierto nombre entre los artistas sevillanos, es visitado
en su estudio por Eugenio Sedano, quien hace una interesante y amena descrip-
ción del ambiente que encuentra en su taller: "... Aquel estudio era, no el sosega-
do y tranquilo rincón donde el arte se inspira buscando en la soledad la idea; sí el
fumadero de varios amigos que reían alborotados, permitiéndose bromitas con
los modelos y poniendo en guardia al visitante novato." Acerca de la personali-
dad del artista, dice el escritor: "culto, sin pedantería, modesto y activo, Rico
trabaja más para los suyos que para él. De aquel cerebro impresionable y revolto-
so, siempre pensando algo que proporcione quehacer a su dueño, no salen extra-
vagancias del genio, ni locuras de atolondrado" 6.
Por entonces, y para ayudarse económicamente, imparte clases de Dibujo en
la Academia Politécnica sevillana para la preparación militar de ingenieros y
arquitectos.
Entretanto, no pierde oportunidad para dar a conocer su obra, siempre atracti-
va, que la crítica trata en general con ponderación e interés, haciendo hincapié en
la humanidad de su estilo pictórico por lo que de popular tiene. Participa con
éxito en la exposición de Sevilla de 1897 y en las regionales de Granada y
Málaga de 1901 y 1902 respectivamente, consiguiendo importantes recompensas
con cuadros, que, al decir de la crítica, constituyen "producciones de fácil salida,
inclinándose por la tortuosa trocha del arte chico" 7.
Su faceta docente se materializa en el nombramiento de Ayudante meritorio
de la asignatura de la Sección Artística de la Escuela de Artes y Oficios Artísti-
8. Vid nota 4.
9. MURO OREJÓN, A.: Op. cit., p. 82.
10. CUENCA, Fco.: Museo de Pintores y Escultores andaluces. La Habana, 1923, p. 310.
11. Véase mi libro Gonzalo Bilbao. El pintor de las cigarreras. Madrid, 1989, pp. 28-31 y 74.
12. "Artistas sevillanos y Exposición de bellas artes", Re y . "Bética". Sevilla, 1916.
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13. Sobre su labor como cartelista, véase: MATEO DE LOS SANTOS PÉREZ, G.: Un siglo de carteles festivo-
religiosos en Sevilla (1881-1987). Sevilla, 1988.
14. Archivo Central del Ministerio de Educación y Ciencia. Alcalá de Henares. Expediente de Rico Cejudo,
legajo 13.606/8.
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con protección a tiempo darán seguramente días de gloria a nuestra Sevilla con el
producto de su talento" '5.
Como cualidad sobresaliente del pintor destaca su desvelo por los jóvenes
artistas sevillanos y especialmente sus alumnos de la Escuela. Hombre de alma
buena y afable carácter, compartía con ellos los momentos importantes de su
vida, contándose por algunos de sus discípulos multitud de anécdotas ocurridas
en sus clases y fuera de ellas. En este sentido, Antonio Illanes, al recordarle con
motivo del primer centenario de su nacimiento, evoca su falta de sentido práctico
del ahorro por lo que, según dice, "siempre andaba desmejoradillo de la blanca.
Pero un día —prosigue el escultor— entró en la clase alterado y, dirigiéndose a
todos nosotros, nos dijo triunfante y enternecedor: ¡Venid a mis brazos y felici-
tadme, hijos míos! ¡Siete mil duros como siete mil soles me han dado unos
indianos para que les pinte dos cuadros! ¡Esto es El Dorado fabuloso! ¡Menudo
veraneo me espera con mi medio almud (su mujer)! Nosotros —añade Illanes—,
acostumbrados a sus regocijantes fantasías no lo creímos. Pero era verdad. Suce-
dió que unos americanos llegaron a nuestra ciudad para hacer el encargo de unas
copias de los grandes lienzos que se hallan en el Museo y representan "Las
postrimerías de San Fernando", de Mattoni, y "La primera Misa", de Alcázar
Tejedor. Toparon con Rico, y para hacer caer a su favor el platillo de la áurea
balanza, les organizó en su taller una "juerga flamenca" en la que cantó por lo
"jondo" soleares, polos y cañas, que lo hacía con singular destreza y con sabores
de otros tiempo" ' 6. (Vid fotografía).
El mismo Illanes trae a colación también su sencillez y espontaneidad, con
trato amable y a veces burlón para con todo el que le trataba; así, comenta cómo
en cierta ocasión que su casero le apremiaba en el pago de la renta so pena de
desahucio, le respondió: "¡A mí! ¡A Don José Rico Cejudo —barbulló colérico—
venirme con esa embajada! ¡Yo que estoy casi al corriente! ¡Qué sólo debo dos
arios! ¡Es inaudito! ¡Qué insolencia!... n.
Cuenta, por último, el escultor Illanes cómo hacía en una ocasión un paisaje
lleno de luz solar en un día nubladísimo y, ante el asombro de los amigos que lo
contemplaban, aclaró espontáneo e imperturbable: ¡Es que así entono mejor las
sombras! 18.
En 1920 colabora como ilustrador gráfico en el libro Quien no vio Sevilla...,
editado por el Ayuntamiento de la ciudad sobre temas y leyendas locales, y en el
que participan también destacados escritores y pintores hispalenses. Viene a ser
como un cántico a su ciudad natal en el que pone de manifiesto con claros
acentos líricos su amor por ella.
Malagueñas Columpio
Cañas y polos
Caleseras
"Cuando me entro en la iglesia
le pido a toitos los santos "Anda caleserito
que no dejes mi cariño arrea ligero
que veo estas orviando." que espera la paloma
que tanto quiero
Seguidillas gitanas pa i a los toros
que alterna Chiclanero
"¡Porque me martratan con er Manolo."
si no he jecho na;
que diga er borrico Serranas
si no fue su gusto
er venirse etras!" "Por la sierra adelante
va una pastora,
Carceleras el ídolo del valle
que bien se adora,
"Triste me encuentro en la carce lleva las flores
por causa de una mujé pa el altar de la Virgen
que por defendé su honra de los Dolores."
la perdición me busqué."
Campanilleros Machos
Mi querido amigo: Como es de virtud he querido hacer la presentación oficial que acompaña a esta y desgra-
ciadamente no he podido pasar a visitarle personalmente por encontrarme bastante fastidiado con la enferme-
dad de la orina que en Madrid se me agudizó y me obligó a estar durante los últimos cinco meses en el
sanatorio del Dr. Tapia, donde si no me puse mejor, al menos estaba bastante bien atendido dado lo mal que
se vivía en Madrid en cuestión de medicamentos y asistencias. Todavía, mi querido amigo, me parece un
sueño encontrarme al lado de mi hija y en mi Sevilla de mi alma. Siempre me gustó Madrid para una
temporada pero creo que si todavía me tuviese Dios en el mundo veinte años no volvería más a visitar la
Corte según lo padecido en ella moral y materialmente desde junio del año 36.
Al visitar la Escuela me enteré de que Vd. también se encuentra mal de la misma enfermedad lo que de-
ploro con toda mi alma, deseándole se mejore lo antes posible. Cuando nos veamos cambiaremos impresio-
nes sobre todo lo pasado y entretanto le ruego salude a sus hijos en mi nombre y Vd. reciba un abrazo de su
verdadero amigo, José Rico Cejudo."
25. Todo ello consta en la correspondiente partida de defunción fechada en 26 de octubre, en la que se anota con
evidente error que era natural de Carmona; así como que las diligencias se practican en virtud de manifestación de
Amador Fariñas Noboa, mayor de edad, domiciliado en Alfonso XII, 2, como encargado para ello. Actuaron de
testigo José Rojas Ligero y Antonio Navarro Adalia, "mayores de edad y vecinos de esta ciudad". Registro Civil de
Sevilla, Distrito San Vicente. Libro de Defunciones de 1939, p. 221, n. 2 696.
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De esta manera, en el lecho del dolor, cuenta Antonio Illanes que le vio por
última vez: "Yacía con un libro en las manos: "Arte y artistas flamencos", de
Fernando el de Triana 26.
Rico Cejudo fue, según Mattoni, "el pintor de la alegría y del movimiento,
chispeante, decidor y travieso", y sus cuadros, al decir también de su paisano,
"huelen a manzanilla fina" 27.
26. Este libro editado en Madrid en 1935 y al que aportó su colaboración Rico Cejudo, se ha reeditado posterior-
mente en facsímil.
27. "Sevilla en sus pintores", en "Quien no vio Sevilla...". Sevilla, 1920, p. 143.
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El pintor Rico Cejudo copiando en su estudio los cuadros, "Las postrimerías de San Fernando", de
Virgilio Mattoni, y "La primera Misa", de Alcázar Tejedor.
(Foto, Laboratorio de Arte de la Universidad de Sevilla.)