El Nuevo Escrituron
El Nuevo Escrituron
El Nuevo Escrituron
Curiosas y extravagantes
actividades para escribir
D.R. © de la edición
Consejo Nacional de Fomento Educativo
Av. Thiers 251, 10º piso
11590 México, D.F.
ISBN 968-29-6395-8
Claves secretas
(que conviene recordar) para trabajar con el Escriturón
3.Notires los textos que escribas. Guárdalos en un cuaderno o en una carpeta. Al final
tú y tus compañeros pueden integrar una antología del grupo.
4. Resuelve las actividades empezando por las primeras, que son las más fáciles y
éstas te ayudarán a resolver las que siguen.
6. Acuérdate del dicho: Un solo texto no hace escritor. Resuelve todas las actividades
y tantas veces como te haga falta.
7. Es importante que otros lean lo que escribes. Lee tus textos a tus compañeros y
amigos o intercámbialos con los de ellos.
9. Corrige y reescribe tus textos todas las veces que sea necesario.
El capítulo de la lechuza
La lechuza suele pasarse horas sobre una rama observando lo que sucede a su
alrededor. Siempre parece concentrada y tiene una mirada muy penetrante.
Abrir la llave.
Enjabonarse por partes.
Tomar una toalla.
Meter la otra pierna.
Desvestirse.
Sacar una pierna de la tina.
Enjuagarse por partes.
Poner el tapón a la tina.
Frotarse con la toalla hasta quedarse seco.
Esperar a que se llene.
Sacar la otra.
Sentarse en el agua.
Retirar el tapón de la tina.
Envolverse en la toalla.
Probar la temperatura del agua con el dedo gordo del pie.
Pararse.
Meter una pierna.
Mientras se va el agua, abrir la llave para terminar de enjuagarse.
Instrucciones inútiles
Las acciones de todos los días, cosas que hacemos mecánicamente, como rascarnos
la oreja, abrir la puerta o masticar un chicle, pueden ser tareas complicadísimas para
alguien que nunca las haya realizado. Julio Cortázar, en Historias de cronocopios y de
famas, escribe instrucciones para hacer las cosas más simples, como subir la
escalera, llorarán o la cuerda al reloj.
¿Te animas a escribir e ilustrar paso por paso -como si fuera un folleto que acompaña
algún producto de funcionamiento complicado- las instrucciones para hacer alguna de las
siguientes cosas?
Guión
Cuando un guionista escribe un guión para la historieta, divide la hoja en dos: anota
los diálogos entre los personajes de la derecha y describe lo que se va a ver en el
cuadro en cada cuadrito a la izquierda. El dibujante luego dibuja lo que el guionista
describió.
Ver Figura
*Pepe Vampiro es un personaje del libro Micolás, Boruca y Marango del autor Edson
Gabriel García publicado por Libros del Rincón 1992.
Figuras
1. Elige una de ellas y escribe una descripción lo más detallada posible, sin decir de qué
casa se trata.
3. Cuando terminen, comparen el dibujo con el original: ¿Son parecidos? ¿Están todos
los elemento? ¿Están en el lugar adecuado? ¿Tienen, más o menos, el tamaño que
corresponde? Si hay diferencias, controlen de quién es el error.
VER FIGURA
Chong-Li nunca había salido de China. Y siempre había comido con palitos. Hasta que la
familia Mustaqui lo invitó a pasar unas vacaciones en su casa. Allí conoció el tenedor. Y el
pequeño Crapul., el hijo menor de los Mustaqui, comió con palitos por primera vez ya que
Chong-Li trajo de regalo un juego de palitos para la mesa. En una carta a sus hermanos,
Chong-Li les explica que es el tenedor: cómo es, para qué sirve y cómo se usa.
1. Antes de escribir, Chong Li que, como buen chinito, en muy ordenado respondió las
siguientes preguntas:
¿Cuáles son?
Parte superior en donde
están los dientes y parte
inferior o mango.
Con los extremos laterales de la parte superior se puede partir del alimento cuando no
es muy duro y no se requiere del cuchillo: verdura, pescado, etcétera.
VER ESPACIO
2. Ahora sí, ¿te animas a describir como lo haría Chong-Li una cuchara, un destapado, o
unas tijeras?
Cuando describas uno o todos estos objetos, responde las mismas preguntas que Chong-
Li elaboró para describir el tenedor: ¿Para qué sirve? ¿En cuantas partes se divide?,
etcétera.
¿Cucurucho o palito?
A veces pasa que uno no encuentra el lápiz, y resulta que lo tiene en la mano.
A veces pasa que de tanto ver una cosa nos olvidamos de cómo es exactamente
(como le pasó a una cantante el día que le preguntaron si el micrófono con el que
cantaba sus melodías tenía forma de palito o de cucurucho).
Te desafiamos a que describas con la mayor precisión posible (y sin mirar previamente):
Cuentan que cuando los rusos vieron por primera vez un tranvía, no sabían cómo
llamarlo y le pusieron “coche de caballos eléctrico”, ya que funcionaba con electricidad
y se desplazaba transportando gente, como los coches de caballos a los que ellos
estaban acostumbrados. Algo parecido les pasó a los conquistadores cuando
descubrieron en América especies animales y vegetales que no conocían y para las
que no tenían nombre: las describían por comparación con lo que conocían. Así, por
ejemplo, describían al colibrí o chuparrosa como un abejorro —especie de abeja
grande— porque su aleteo es tan veloz que produce un zumbido.
Ornitholestes y Ornitorrinco
Como para describir usamos palabras y las palabras se dicen o se escriben una
después o detrás de otra (es imposible decirlas todas a la vez), es necesario dividir o
descomponer el objeto que se describe en partes, como hizo Chong-Li con el tenedor,
o como hace el científico Edwin Colbert con el siguiente animal prehistórico:
El Ornitholestes
…su largo no era de más de un metro cincuenta a un metro ochenta, y en él se incluye la
larga y afinada cola que, como una palanca, servía para balancear el peso del cuerpo. En
todo su aspecto fue un dinosaurito ágil y gracioso; sus patas posteriores eran fuertes y
semejantes a las de las aves; probablemente corría sobre ellas a través de los densos
verdores tropicales con agilidad y ligereza, lanzándose de aquí para allá en busca de su
presa. Las patas anteriores del Ornitholestes eran relativamente pequeñas y estaban
provistas de dedos largos y aptos para la prensión, con los cuales el animalito podía asir su
alimento. El cráneo era también pequeño, alto y estrecho, armado con dientes afilados
aptos para morder y desgarrar. En su conjunto era un mecanismo pequeño, eficiente para la
captura de presas pequeñas…
cuerpo cabeza
cola patas patas dientes
larga y fina para posteriores anteriores afilados para
balancear el fuertes dedos largos morder y desgarrar
peso para correr para prensión
Todas las piezas, como ocurre en un reloj, están relacionadas entre sí y, en su conjunto, le
permiten al animal sobrevivir.
*Edwin Colbert, El libro de los dinosaurios, Buenos Aires, EUDEBA, 1964.
Aquí te presentamos un retrato de un ornitorrinco, animal raro, si los hay. ¿Te animas a
describirlo tan detalladamente como Edwin Colbert describió al Ornitholestes?
VER FIGURA
Ayuda
2.¿Qué partes de su cuerpo te parecen más notables? ¿Por qué se te ocurre que serán
así? Teniendo en cuenta la conformación del ornitorrinco, ¿de qué vivirá?, ¿dónde vivirá?,
¿cuáles serán sus costumbres?, ¿cómo se desplazará?
Moléculas
Una acción es algo que alguien hace, como por ejemplo, comer, jugar, dibujar,
molestar, cantar... Si analizáramos una acción en detalle, comprobaríamos que está
compuesta de otras acciones, y éstas a su vez de otras, y así sucesivamente, hasta
llegar a acciones mínimas, indivisibles como moléculas. Por ejemplo, comer consiste
por lo menos en las siguientes acciones: llevarse la comida a la boca puede consistir
en recogerla con un cubierto o tomarla con la mano, mover la mano —con o sin
cubierto— en dirección a la boca, abrir la boca e introducir en ella el alimento (lo que
se llama “bocado”), etcétera.
1. ¿Qué acciones componen la acción de “comer un taco”? Escribe las acciones en el orden
en que se realizan.
2. Toma algunas —¡O todas!— de las acciones que componen la acción de “comer un taco”
y escribe las acciones de que se compone. Por ejemplo, ¿qué acciones componen la
acción de preparar los ingredientes para hacer un taco?
3. Y puedes seguir:
descomponiendo
descomponiendo descomponiendo
Tsin-Chi-Hoang-Ti. Emperador de China. Heredó uno de los siete reinos en que entonces se
dividía el Imperio, venció a todos los príncipes rivales y extendió su poder a todo el país.
Combatido por los sabios, mandó destruir todos los libros antiguos. Construyó la Gran
Muralla. Vivió de 259 a 210 a. de J.C.*
En el texto de la siguiente página se han eliminado los puntos y aparte, así que es un
texto sin respiro. Te invitamos a dividirlo en ocho párrafos.
En una hoja aparte, escribe la palabra en donde creas que debe ir el punto y aparte y no
punto y seguido como lo escribimos aquí. Seguramente te llamará la atención el relato de lo
que sucede a Inés. Ella es una niña a quien de repente se le aparece un monstruo en el
bolsillo. Al principio está encantada con la idea, pero, poco a poco la vida comienza a
complicársele y después ya no sabe qué hacer con el monstruo.
*Graciela Montes, Tengo un monstruo en el bolsillo, México, Libros del Rincón, 1992, p. 41
y 42.
El dragón Cienfuegos, el que destruyó la ciudad de Tlon, hijo del temible Fierabrás, que vive
en el corazón del volcán Eructrón y tiene el cuerpo cubierto de escamas brillantes como
esmeraldas y un aliento capaz de secar bosques y petrificar al ganado, atacó la ciudad.
Pero como nos quedó la oración “con cabeza de gigante y cuerpo de gnomo”,
podemos ahora hacer crecer el predicado, para equilibrarla. Podríamos formularle al
predicado las siguientes preguntas (y responderlas, claro): ¿cómo fue el ataque?,
¿cuándo?, ¿desde dónde?, ¿por qué atacó?, ¿qué efectos produjo el ataque?:
El dragón Cienfuegos, el que destruyó la ciudad de Tlon, hijo del temible Fierabrás, que vive
en el corazón del volcán Eructrón y tiene el cuerpo cubierto de escamas brillantes como
esmeraldas y un aliento capaz de secar bosques y petrificar al ganado, atacó la ciudad
desde el norte, sorpresivamente, al caer la noche, asolando los campos, arrancando los
árboles de raíz, incendiando la chozas de madera y los techos de paja, y convirtió la región
en un páramo desolado.
Haz crecer las siguientes oraciones, engordando primero el sujeto y después el predicado:
1. Los cinco horribles estaban tristes...
2. Galileo no podía leer...
3. Agustina levantó el vuelo…
Genealogías
Rastrea entre los miembros de tu familia los nombres de tus bisabuelos, tus abuelos y tíos
abuelos, tus padres y tus tíos. Una vez recogida esta información, ya puedes armar un árbol
genealógico, como el de arriba (cuanta más información reúnas sobre tu familia, más rico
será tu árbol).
El árbol puede construirse en forma ascendente, subiendo desde el tronco, que es el
antepasado más antiguo que se conoce, hasta las ramas más recientes, de modo que las
ramas muestren quiénes son hijos de quiénes. Si no se tiene toda la información necesaria
para completar el árbol, se pueden dejar ramas en blanco. Veamos el árbol que la joven
Ana María hizo de su familia.
Ayuda
Para hacer el árbol, usa una hoja de papel grande. Tendrás que hacer primero el árbol
de tu familia materna (de tu mamá) y después el de tu familia paterna (de tu papá), o
al revés. La rama que corresponda a tu mamá y la que corresponda a tu papá se
juntarán y de ahí saldrás tú (y tus hermanos, si los tienes).
¿Hay nombres que se repiten en tu árbol? ¿Cuáles se repiten más ¿Por qué se
repetirán? ¿Van cambiando los nombres con el tiempo? ¿Cambian según los lugares
de origen?
Más cerca, más todavía. El príncipe Iván, montado en su caballo negro no podía correr a
mayor velocidad y su fin parecía haber llegado. Pero en el instante preciso alguien le ayudó
a detener a su hermana de los dientes de hierro: era el gigante Lanzador de Montañas,
quien había visto desde la altura la desigual persecución. Recordando entonces la bondad
del príncipe amenazado, levantó la montaña más alta y la arrojó contra la espantosa
criatura. La hermana de los dientes de hierro se vio obligada a abrirse paso a fuerza de
mordiscos, y aunque la barrera montañosa permitió al caballo negro aumentar la distancia
que separaba al príncipe de su hermanita bruja, pronto ésta dejó atrás la montaña y dio
alcance al fugitivo.
Mas a lo lejos veíase ya el castillo de la adorable hermana del Sol formado por nubes,
irisado por todos los colores, resplandeciente sobre el confín del mundo.
-¡Auxilio, hermanita del Sol! —gritó el pequeño príncipe. Agitó el caballo negro la cabeza
nerviosamente, afirmó más aún sus cascos en el suelo y galopó con velocidad redoblada.
Pero la niña bruja, lanzando tras ellos gritos feroces, se acercaba por instantes.
-¡Ya estás en mi poder! ¡Ahora sí voy a devorarte!
Pero la hermanita del Sol había escuchado la llamada de Iván. Se asomó por una de las
ventanas, la abrió de par en par, y cuando la bruja tendía hacia el príncipe sus enormes
manos, el caballo negro, dando un salto prodigioso, se elevó del suelo, penetró por ella y
descendió con su jinete en el interior del castillo.
—No quiero, y tú no puedes impedir que se quede conmigo —contestó pausadamente la
hermanita del Sol.
Entonces la niña comenzó a achicarse, y se fue haciendo pequeñita, pequeñita, hasta
tener el tamaño de una niña normal.
VER FIGURA
Busca la parte, o las partes del texto, donde se pueda intercalar una descripción del
gigante Lanzador de Montañas, y en una hoja aparte escríbela. Después haz lo mismo con
la hermana bruja de los dientes de hierro y con el castillo de la hermanita del Sol.*
* “Historia del príncipe Iván, la niña bruja y la hermanita del Sol” en Cuentos del país de las
nieves, México, Renacimiento, 1959.
Hay relatos que no dan toda la información que necesitamos para saber qué pasó. Leemos
la crónica de un robo, un secuestro o un asesinato en un diario y la información es escasa.
Inmediatamente empezamos a imaginarnos una cantidad de detalles, personajes, hechos
que no aparecen contados allí.
La noticia sobre el “Robo misterioso” aparecida en un periódico de México nos dejó con un
montón de dudas:
Robo misterioso
Un sujeto armado asaltó empleados. El gente. El empleado, que
ayer la Oficina de malviviente. según se vio obligado a
Correos que se testigos del hecho, era un entregar el saco, declaró
encuentra en la plaza del hombre de baja estatura. que ignora para qué pudo
centro. Según pelo cano y vestía haberse llevado el ladrón
informaciones pantalones azules y un saco que contenía
extraoficiales el hecho chamarra verde. El correspondencia para un
sucedió cuando un individuo salió de la pueblo cercano.
individuo entró al lugar, oficina con un enorme
pistola en mano, y saco y se dio a la fuga
amenazó a uno de los ante el asombro de la
Te proponemos que agrandes esta nota agregando, donde te parezca conveniente, las
descripciones de la Oficina de Correos y de la plaza del lugar donde vives.
Esta vez te proponemos que agrandes la nota agregando los testimonios de los vecinos
que conocen al empleado de correos, o de otros que vieron al maleante en plena acción.
Para escribir los testimonios, es necesario utilizar el discurso directo, es decir que las
palabras de los vecinos-testigos deben aparecer escritas. Ellos dan fe de lo que vieron. Si
ellos lo cuentan, la nota periodística se vuelve más creíble.
¡Ah!, una última aclaración: las palabras en discurso directo (lo que digan los vecinos, en
este caso) van entre comillas.
Puedes ampliar la historia del robo misterioso a partir de las acciones. Recuerda el
ejercicio de la página 26, en la que descomponíamos la acción de “comer” y decíamos
que incluía, por lo menos, las acciones de “llevarse la comida a la boca”, “masticarla”,
“tragarla”.
En forma individual o en grupo escribe “La nueva historia del robo misterioso”, en la que
puedes incluir todo lo que ya escribiste: las descripciones, los testimonios de los vecinos, el
detalle de las acciones. Además puedes inventar nuevos personajes, hacer avanzar los
hechos, trabajar con la intriga, el suspenso, en fin, se trata de que conviertas la breve y un
poco pobre noticia del robo misterioso en un apasionante relato.
El capítulo de sirenas y centauros
La o y la u son las vocales llamadas oscuras o graves. Si les llama así porque al
pronunciarlas la boca se cierra mas que al pronunciar la a, la e o la i. La boca se
transforma entonces en un túnel o una gruta a la que entra poca luz y en cuyo fondo,
cerca de la garganta —el precipicio que cae hacia las profundidades del cuerpo—, se
pronuncian o y u. Por ser profundo, su sonido es grave. ¿Será por eso por ser
oscuras y graves que las dos vocales suelen aparecer en palabras como muerto,
hondo, horror, hueco, dolor, lobo, hongo, futuro, humus, humo?
¿Será también por eso que muchas palabras que se escriben con la combinación fl
indican cosas débiles o frágiles, como: flaco, flojo, fluído, flor, flama, flujo, flota, fleco?
¿Será por eso que muchas palabras que se escriben con r están vinculadas con
cosas duras o violentas como:
roca, rotura, rígido, rencor, refriega, reprender?
1. Escribe diez palabras con el grupo fl, que tengan que ver con cosas frágiles o livianas.
2. Escribe diez palabras con r que tengan que ver con cosas duras o violentas.
3. Escribe diez palabras con o y diez palabras con u que tengan que ver con cosas oscuras,
graves, escondidas.
4. ¿Te animas a usar las palabras que encontraste con o y con u para
escribir una “Canción de cuna del murcielaguito”, que podría empezar así?:
Constelaciones
Vamos a hacer una constelación con la palabra atole. Primero vamos a rodearla de otras
palabras que suenen parecido (pusimos algunas de ejemplo), y después de todas las cosas
que nos recuerde el atole (también hay algunas de ayuda):
* río * tortilla
* perro * tormenta
Etimologías fantásticas
En los diccionarios etimológicos se cuenta la historia de las palabras: de qué otras palabras
más antiguas vienen, qué significaban esas palabras y cómo se relacionan entre sí. Por
ejemplo:
fideo: Del latín fides: cuerdas de la lira, por la semejanza entre éstas y los fideos, que son
“pastas de harina en forma de cuerdas delgadas”.
soltero: Del latín solitarius: solitario, de solus: solo. “Que no está casado aún.” También es
“suelto, libre”.*
Nombrario
Igual a su nombre
Elige dos de los siguientes topónimos (tienen que ser nombres de lugares que no
conozcas):
Si ése fuera el nombre de una ciudad y la ciudad fuera igual a su nombre, ¿dónde estaría
ubicada: en qué país, en qué estado o municipio, en la llanura o en la montaña...? ¿Cuántos
habitantes tendría? ¿De qué vivirían? ¿Tendría puerto? ¿Cómo se llegaría a ella? ¿Cómo
sería su clima? ¿Cuándo habría sido fundada y por quién? ¿Quién sería su patrono? ¿Cuál
sería la fiesta más importante? ¿Cuáles serían sus atractivos turísticos? ¿A qué se debería
su nombre? ¿Te animarías a dibujar un mapa de la ciudad?
Una vez que hayas respondido las preguntas anteriores, junta todos los datos y escribe
una descripción de esa ciudad.
Tumbaburros
En el diccionario puedes encontrar casi todas las palabras que existen en una lengua
(decimos “casi” todas, porque nuestro lenguaje se va renovando día a día con palabras
inventadas que a veces se usan un tiempo y luego caen en desuso, y por lo tanto, no llegan
a integrar el diccionario). Como todos sabrán, el diccionario de la lengua española contiene
las palabras ordenadas alfabéticamente de la A a la Z. Claro que si uno quiere enterarse de
lo que significa una palabra, tendrá que saber, además, cómo orientarse una vez dentro del
diccionario; porque allí encontrará abreviaturas y signos diversos que indican cómo
interpretar los significados. Veamos:
B
b a f Segunda letra del alfabeto que representa el fonema consonante bilabial sonoro.
Su articulación es oclusiva cuando aparece al principio de la palabra o después de
una consonante nasal, como en basta o cambio, mientras que en las demás
posiciones es fricativa, como en cantaba y abre. Su nombre es be, be grande o be
alta.
bacteria & f Organismo vegetal microsc6pico, unicelular, sin núcleo ni clorofiIa, que se
encuentra en el aire, el agua, la tierra, los cuerpos de los seres vivos, etc. Algunos de
ellos provocan enfermedades y otros se utilizan en fertilizantes, medicamentos, etc.
bagazo s m Residuo fibroso que queda de un tallo, un fruto, una semilla, etc cuando se
les ha sacado el jugo o la pulpa: bagazo de la caña.
bailar v intr (Se conjuga como amar} 1 Mover rítmica y armónicamente el cuerpo una
persona, siguiendo el compás de una pieza musical 2 Moverse repetidamente algo sin
salirse de un lugar determinado porque tiene juego o está suelto 3 Bailar un trompo,
una pirinola, etc 1-hacer que. giren sobre sí mismos.
bailarín 1 s Persona que se dedica profesionalmente al baile 2 adj Que baila: perro
bailarín muñeca bailarina.
onagro
roseta
sinergia
peraleda
avenate
destoconar
Ayuda
1. Corta ocho tiras de papel y en cada una escribe una palabra de la lista siguiente y haz
bolitas con ellas:
ciclomotor
espejo
conejo
armadura
puercoespín
caballo
dentadura
antifaz
2. Corta otras ocho tiras y en cada una escribe una palabra de la lista siguiente y haz bolitas
con ellas. ¡Que no se te mezclen con las otras!
cueva
perchero
ojo
pandereta
volcán
sótano
océano
cancha
4. Une las dos palabras que te tocaron con una preposición (a, ante, bajo, con, contra,
de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por, según, sin, sobre, tras). Puedes probar
distintas uniones y elegir la que te guste más. (Un par resultante podría ser, por ejemplo,
“el puercoespín en la cancha”, o “la pandereta del caballo”). Ya tienes tu “binomio
fantástico”.
¿Qué hace?
¿Lo hace siempre o a veces?
¿Por qué lo hace?
¿Cómo lo hace?
Puedes seguir haciendo todas las preguntas que quieras. Y cuantas más hagas, más
te vas a divertir contestándolas.
Si quieres, ya estás en condiciones de usar tu binomio como título para un cuento...
y, por supuesto, de escribir el cuento para ese título.
Otro de los juegos de Rodari consiste en pegar un prefijo a un sustantivo para formar una
nueva palabra (descañón es la unión del prefijo des- y el sustantivo cañón, por ejemplo).
A B
inter sombrilla
des bellota
anti marioneta
pre canción
hiper lluvia
sub cafetera
bi sombrero
trans nariz
Definiciones tramposas
ARMARIO: mueble que sirve para guardar y matar mientras se va hacia el mar.
ARTEMIO CAMALEÓN
TOMATE ESCUELA
ESPERA ESCAPA
CONSUELO CARACOL
Se busca profesauta
Te proponemos dos listas. Combinando las raíces de la primera columna (que indican
oficios o profesiones) con los sufijos de la segunda, van a surgir ocupaciones y trabajos
desconocidos hasta ahora.
-ente
-esa
-ico
-or
-illa
-ista
-ecto
-ólogo
-auta
-ante
-ote
profes- presid-
doct- arquit-
zar- deshollin-
quim- cosmon-
cicl- sacerd-
azar- Odont-
No vale hacer trampa. El primer sufijo que saques corresponderá a “profes”, sea el
que sea: si sacas “ista”, tendrás un “profesista”, y si sacas “auta”, un “profesauta”. A
continuación, le tocará el turno a “doct”, y así sucesivamente. Tendremos así una lista
de profesiones u ocupaciones seguramente extravagantes.
Bichonario
Si cada compañero de curso inventa un animal fantástico, pueden hacer entre todos un
Bichonario, como el que escribieron Eduardo Giménez y Douglas Wright,* donde figura, por
ejemplo:
Globo. Lobo gordo, inflado y atado con un piolín, que tiende a elevarse hacia las
nubes. En noches de luna llena suele estallar con un tremendo alullido. Su voz
característica es «fffssss». Es difícil seguirle el rastro porque camina a medio metro
del suelo.
aspecto
No te asuste la feroz apariencia del buitreceronte. Sus instintos malignos tienen pocas
o nulas consecuencias, pues es animal torpe y desmañado que se pasa el día viendo
televisión*
* Rafael López Castro y Felipe Garrido, Cosas de familia. Galería de seres fantásticos,
México, SEP -CULTURA / Ediciones del Ermitaño, 1984.
El capítulo del charal
Érase una niña que se llamaba Lu, a quien le encantaba escribir cuentos en máquina.
Lu escribía y escribía y cuando se cansaba, salía un rato al jardín para respirar y
pensar un poco en cómo debía continuar su historia. Un día, cuando Lu regresó a
seguir escribiendo se encontró con que su máquina había escrito lo siguiente:
“Cuand María, que era la niña p bre, c menz´ a trabajar en la casa de Renat , él ni se fij´ N
le decía buen s días cuand se despertaba, le gritaba y tiraba t d al suel para que María
quedara más cansada.”
Mientras Lu no está, ¿por qué no escribes tú en su máquina, un cuento, una carta, o lo que
tú quieras? Pero recuerda que tendrás que utilizar palabras que no tengan ninguna letra “o”
porque esa tecla ya no sirve.
Pito Pérez
Pito Pérez es el personaje principal del libro La vida inútil de Pito Pérez escrito por
José Rubén Romero. Es un libro que relata las desdichas y aventuras de un hombre
que nació a principios de este siglo en un pueblito de Michoacán.
Torcuato Tasso por su parte, fue un escritor italiano que vivió en el siglo XVI. De
haber conocido este juego probablemente a Pito Pérez y a Torcuato Tasso les hubiera
gustado escribirse notas.
Se trata de que escribas una nota donde todas las palabras empiecen con la misma
letra, como por ejemplo, en ésta de Pito Pérez que Torcuato Tasso responde más abajo:
(En este juego, el diccionario es un amigo imprescindible: te da TODAS las palabras que tú
necesitas, juntas y ordenaditas.)
Te desafiamos a escribir un texto de por lo menos diez palabras cuyas iniciales sigan el
orden alfabético. Puedes empezar con cualquier letra, pero debes cuidar que la siguiente
palabra comience con una letra que en el orden del abecedario aparezca después. No tiene
que ser necesariamente la letra que sigue en el orden alfabético. Puedes omitir algunas.
Pero eso sí, no se vale retroceder.
Por ejemplo:
...por supuesto gana quien logre hacer un texto con las 28 letras del alfabeto.
(Si el texto escrito necesita de más palabras, después de la “z” puedes empezar otra
vez a partir de la “a”.)
Palabras en aumento I
En el país donde vive la familia Matute existe la extravagante costumbre de contar las letras
de las palabras. Algunos, aún más obsesivos, se divierten ordenando listas de palabras de
acuerdo con el número de letras.
Cuando la mamá de Camilo organiza una comida, no teme combinar camote con
huitlacoche, porque lo más importante es que la lista de la verdulería quede ordenada así:
huit1acoche
huauzontle
zanahoria
jitomate
betabel
camote
elote
poro
col
Cada palabra que escribe tiene una letra menos que la anterior.
Intenta elaborar una lista de frutas o verduras donde la disminución de letras no tenga que
ser de una por una.
Palabras en aumento II
Trata de escribir un texto con palabras que tengan más letras y menos letras. Puedes
hacerlo pasando de una de dos a una de cinco y luego de seis, etc. Sólo fíjate que vayan en
orden creciente o decreciente.
Ejemplo
El siguiente texto (que es parte del libro La fórmula del doctor Funes, de Francisco
Hinojosa*) resulta difícil de leer porque le faltan palabras
Cuando cumplí los años mis papás me algo mejor que lo que yo estado soñando: en vez de
los que les para llevarlos al, me dieron un, de ésos con los que se ver las y la luna.
Vivir en el once de un donde no hay más con quienes jugar no es que digamos muy.
Tampoco lo es mirar a del telescopio la aburrida de una estrella o la, en donde ya se sabe
desde hace que no hay extraterrestres y con antenas que la. Lo que sí me gusta del
telescopio es todo lo que se ver con él hacia: la calle, los coches, la que camina y hace en
el cine o se moja bajo la. También me gusta hacia las ventanas de los edificios cercanos o
hacia las de las casas. Lo que en la, al menos para, es más entretenido que las estrellas o
la.
Todos los, después de, me encierro en mi, limpio el telescopio, lo y me pongo la tarde a
ver qué pasa. En poco tiempo han sucedido dignas de ser contadas: vi cómo la atrapaba a
un que le había robado la a una señora, a los en plena acción apagando una a la que
alguien le había prendido en una esquina, el asalto de los dos hombres encapuchados a la
Oficina de, el desfile de la y la filmación de una.
En tu cuaderno, reconstruye el texto intercalando las palabras que figuran más abajo.
Las de la primera columna pertenecen al primer párrafo y las de la segunda columna, al
segundo. Están presentadas en el orden en que deben ser intercaladas:
* Francisco Hinojosa, La fórmula del doctor Funes, México, Libros del Rincón, 1992.
A encontrar lo que hace falta
El día anterior había intentado* que aseguraban la puerta. Y quiso continuar ahora, pero las
lastimaduras de la boca*. Negrita paró las orejas y ladeó la cabeza. Eso sólo,*, además los
nudos, uno sobre otro*. Se acercó entonces a la puerta y quién sabe que tiempo estuvo * de
cuero, ahora reciamente apretados por resecos. Pero allí continuó mordiendo hasta*. Por
eso cuando la luna comenzó a bajar desde*, Negrita no necesitó abrir la puerta tal y como
Bruno*. El propio jíbaro la empujó con la * fuera del gallinero. Enseguida continuó al trote,*,
hacia la noche. Negrita pensó que se iba, mas el perro* esperando. Entonces la perra* a
seguirlo. Un rato más tarde* un enjambre de limitas fosforescentes y millares de puntos,*,
se pegaron al cuerpo negro, de modo que hasta rayar el alba, el perrazo corría* la extraña
silueta fosforescente de la perra,* , lado. Cuando llegaron a lo alto* apenas si había salido el
sol oculto tras un y bajas que rozaban las moles de la cúspide. Una escasa luz se
derramaba sin determinar el contorno de las piedras y, menos aún, el vivo* vegetación.
Lo que acabas de leer es parte de un cuento que se llama Negrita del autor cubano
Onelio Jorge Cardoso y está publicado en los Libros del Rincón.
¿Notaste algo raro? Lo más evidente es que en cada tanto aparece un asterisco (*) y
que algunos signos de puntuación están fuera de lugar. Esto indica que hace falta
algo: grupos de palabras que se han borrado.
19 Y MIRABA ASOMBRADO
El capítulo de la cochinilla que se hace bolita
Cuando hay mucha humedad suele aparecer, debajo de las macetas o arrastrándose
por el césped, la cochinilla que se hace bolita. ¿Por qué se hace bolita? Porque
cuando algún peligro la acecha, se achica, se cierra sobre sí misma como una bolita,
para protegerse con su duro caparazón.
En este capítulo, distintas razones te van a obligar a achicar textos, y a reducirlos,
como cochinillas, sin que se pierda, en el proceso, la información principal.
Cuando escribimos, tratamos de darle al futuro lector toda la información necesaria para
que pueda entendernos y eliminamos la información innecesaria, repetida, para facilitarle el
trabajo de lectura y ayudarlo a que comprenda lo que queremos decir con nuestro texto.
Si suprimimos o reemplazamos las palabras repetidas por otras, podemos unir las
oraciones en una sin cambiar su significado. Pongamos primero entre paréntesis lo
que se repite:
Si suprimimos lo que está entre paréntesis y queremos unir lo que queda en una sola
oración, tendremos que eliminar algunos puntos y agregar una palabra en lugar de lo
que se suprimió:
Había una vez una familia de osos que vivía en una casa que estaba en medio del bosque.
Había una vez una familia de osos que vivía en una casa que estaba en medio del bosque.
Y más todavía:
¿Te animas a juntar las oraciones que siguen en una sola y reducirla lo más posible sin
cambiarle el significado?
Si quieres seguir con la historia de Ricitos de Oro, puedes contar qué vio por la ventana de
la casa de los osos.
El gato negro
Une las oraciones que siguen eliminando repeticiones, de manera que te quede un
pequeño texto de tres oraciones.
Él se casó joven.
HI-PE-RI-CO-TTI
En la lengua que hablamos todos los días hay palabras que agrupan a muchas otras:
son los llamados hiperónimos. Por ejemplo: bebida se refiere a agua, vino, refresco,
jugo, leche, etc.; electrodoméstico incluye licuadora, enceradora, tostador, etc.; y lo
mismo pasa con envase, recipiente, calzado...
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El mono gramático
Tarzán, el rey de la selva, tiene por costumbre pronunciar un discurso todos los años
para el día del árbol. Como habla tan mal el idioma de los monos como el de los
humanos, un venerable gorila se encarga de traducirlo, es decir, de mejorarle el estilo,
conjugando los verbos y reemplazando o eliminando las palabras repetidas.
¿Te animas a intentarlo? Escribe en tu cuaderno, junto a cada frase de Tarzán la versión
corregida del gorila (corregimos algunas para ayudarte):
—El día en que Tarzán estar hablando, El árbol es nuestro mejor amigo
Tarzán querer conmemorar con los que
escuchar “el día del árbol” _________________________________
_________________________________
—El árbol ser el mejor amigo de los __
monos y Tárzan
_______
Benito en venta
Camilo Matute necesita vender su auto, un Renault 4 del año 1976, al que llama Benito. Es
un auto simpático, de un color entre gris y café—como el color del Río Coatzacoalcos a la
hora del atardecer— y estábastante bien de carrocería y de pintura. Bueno, algunos
golpecitos y rayaduras tiene. Aunque ya es un auto un poco viejo, el motor funciona muy
bien. Como Camilo es una persona ordenada, todos los documentos del auto —que son
muy importantes— están en orden. No siempre sucede así y, a veces, los autos se venden
y pasan de dueño en dueño sin que nadie ponga los papeles al día o pague los impuestos
que corresponden.
Como Camilo quiere comprar un auto un poco más grande, decidió poner un aviso
clasificado en el diario para vender a Benito. ¡Claro que la cosa no es tan fácil! No se
decidía a escribir el aviso porque en realidad le daba tristeza venderlo. ¡Pero había que
hacerlo! De modo que pide, ruega, exige que lo ayuden. ¿Cómo?
Por favor, escriban ustedes el aviso. Los avisos clasificados son bastante caros y se cobran
por línea —que equivale a un renglón—: cuantas más líneas, más caro es. Así que hay que
tratar de dar la información necesaria, y que pueda interesar a los posibles compradores,
sin escribir demasiado.
En cada línea pueden entrar treinta y cinco letras, y ni una más, incluyendo puntos,
comas, guiones y espacios entre palabras. El aviso debe tener un largo máximo de cuatro o
cinco líneas. No olviden que hay que indicar alguna dirección o teléfono para que puedan
comunicarse.
Camilo creyó que los avisos eran más baratos. ¡Uno de cuatro líneas cuesta
demasiado! Y quizás haya que publicarlo varios días.
¿Cómo se dice?
En el texto que te damos a continuación las cosas pueden parecer confusas, ya que
la mayoría de los sustantivos han sido reemplazados por las definiciones que daba el
diccionario. Te proponemos, entonces, la operación inversa:
Vuelve a escribir el texto reemplazando las definiciones en negrita por los sustantivos
correspondientes.
Hay situaciones en la vida que nos exigen ser breves, medir nuestras palabras. Por
ejemplo, cuando redactamos un aviso clasificado, cuando hablamos por un teléfono
público o cuando mandamos un telegrama.
Algo así le sucedió a Robinson Crusoe, protagonista de la conocidísima novela de
Daniel Defoe, quien se hallaba solo en una isla y... Pero mejor leelo tú mismo:
Hacia el duodécimo día el tiempo mejoró un poco y el capïtán pudo hacer una precaria
observación, según la cual nos encontrábamos sobre la costa de Guinea o bien sobre la del
norte de Brasil,, más allá de las bocas del, Amazonas y cerca del Orinoco, llamado también
Río Grande. Consultó conmigo qué camino deberíamos tomar, puesto que el buque estaba
averiado y navegaba difícilmente, por lo cual creía conveniente ganar lo antes posible la
costa del Brasil.
Me negué de plano a esta sugestión, y mirando juntos los mapas de la costa americana
descubrimos que no existía región habitada donde pudiéramos hallar socorro hasta entrar
en el círculo de las islas Caribes, y por lo tanto pusimos proa hacia las Barbados para
alcanzarlas desde alta mar evltarnos así la entrada de la bahía o Golfo de México;
confiábamos en llegar a ellas en unos quince días, ya que de ninguna manera podíamos
proseguir el viaje a la costa africana sin las reparaciones que el barco necesitaba.
Decidido esto cambiamos el rumbo y tomamos el de Oeste Noroeste tratando de
alcanzar una de las islas inglesas donde nos auxiliarían; pero nuestro viaje estaba
predestinado a ser distinto, pues una segunda tormenta cayó sobre nosotros
arrastrándonos hacia el oeste y tan lejos de toda ruta comercial que aun logrando salvarnos
de la furia del océano estábamos más próximos a ser devorados por salvajes que volver
alguna vez a nuestro país.
Mientras padecíamos angustiados la furia de los vientos, oímos de mañana gritar
“¡Tierra!” a uno de los marineros. No habíamos acabado de salir de las cabinas para tratar
de distinguir a qué regiones habíamos arribado cuando el barco encalló en las. arenas y de
inmediato el oleaje empezó a azotarlo con tal furia que tuvimos la impresión de que
pereceríamos allí mismo y nos refugiamos en los camarotes para guarecernos del agua y
las espumas.
No es fácil para uno que jamás se ha visto en tal situación concebir la angustia que
sentíamos en esas circunstancias. Ignorábamos dónde habíamos encallado, si era el
continente o una isla, si habitada o desierta; y como el viento seguía azotando, aunque con
menos fuerza que al comienzo, no nos cabía duda de que el barco iba a destrozarse en
contados minutos a menos que un milagro calmara la tempestad. Nos mirábamos unos a
otros esperando la muerte a cada instante, y tratábamos de preparamos para la otra vida,
ya que comprendíamos que poco nos quedaba por hacer en ésta. Algo nos consolaba que
el navío hubiera resistido hasta ese instante, y el capïtán sostenía que el viento estaba
amainando un poco; pero aunque fuera así, el buque encallaba profundamente en las
arenas y parecía demasiado hundido para pensar en sacarlo de suposición, de manera que
seguíamos en tremendo peligro y sólo nos quedaba tratar de salvar la vida de cualquier
manera.. Había un bote en la popa antes de que estallara la. borrasca, pero se destrozó al
chocar incesantemente contra el timón y luego de partirse fue arrebatado por las olas, de
manera que no contábamos con él; quedaba otro bote a bordo, ¿podíamos echarlo al
agua? Sin embargo, no había nada que discutir; pues estábamos seguros de que el barco
iba a partirse en pedazos de un momento a otro, y ya algunos aseguraban que estaba
destrozado.
En esta confusión, el piloto se decidió a asegurar el bote y con la ayuda de la tripulación
consiguió hacer/o pasar sobre la borda; inmediatamente embarcamos, once en total, y nos
confiamos a la merced de Dios en aquel mar embrarecido, que, aunque había amainado el
viento seguía encrespándose horrorosamente.
Al punto comprendimos que estabamos perdidos; el oleaje era tan alto que el bote no
podía resistirlo y no pasaría mucho antes de ahogamos. Otra vez confiamos nuestras almas
a la Providencia, y como el viento nos arrastraba hacia la costa apresuramos nuestra
destrucción remando con toda fuerza posible hacia tierra.
¿Cómo era la costa? ¿Rocosa o arenosa, abrupta o de suave pendiente? No lo
sabíamos; nuestra única sombra de esperanza era la de ir a parar a un golfo o bahía, quizá
las bocas de un río donde nuestro bote, a cubierto por el sotavento de la Tierra, encontrara
aguas tranquilas. Pero nada de esto parecía probable y mientra nos acercábamos a la
costa la encontrábamos aún más espantosa que el mismo mar.
Después de remar; o mejor, de dejarnos llevar, aproximadamente una legua y media,
una gigantesca ola, como rugiente montaña líquida, se precipitó súbitamente sobre
nosotros, dándonos la impresión de que era el golpe de gracia. Nos cayó con tal violencia
que el bote se dio vuelta en un instante, y separándonos de él como de nosotros mismos,
sin darnos tiempo a decir: “ÍMi Dios!”, nos engulló a todos. *
Cuando llegó a tierra, Robinson decide mandar una carta en una botella informando de su
situación, pero sólo cuenta con el reverso de su tarjeta personal para escribir.
*Daniel Defoe, Robinson Crusoe, trad. Julio Cortázar, España, Editorial Bruguera, 1981.
La historia continuará
Las historias por entregas son bastante frecuentes. Muchas veces nos
entusiasmamos leyendo una historieta y de repente... ¡a esperar hasta el número
siguiente! En algunos casos figura, al principio de cada entrega, un resumen del
episodio anterior para refrescarle la memoria a la gente y al final se anuncia el título
de la siguiente entrega.
A continuación, te presentamos dos entregas de una historieta: El Príncipe
Valiente.* Antes de la primera entrega hay un resumen para que pueda entenderse la
historia.
¡Hasta la próxima!
Resumen de la historia:
*Harold R. Foster, “El Príncipe Valiente” en Historia de los cornics, núm. 26, Barcelona,
Toutain Editores.
Los reducidores de textos
Todos, chicos y grandes, y muy especialmente los que habitamos en las ciudades, estamos
acostumbrados a vivir rodeados de objetos, objetos inventados por nosotros mismos, claro.
Muchos de estos objetos nos son muy útiles, nos ayudan y facilitan nuestros trabajos. Pero
otros, en cambio, no sólo no sirven para nada sino que, más bien, resultan un estorbo. ¡Y
hasta hay algunos objetos que pueden llegar a convertirnos en sus esclavos! Como por
ejemplo, la gente que se pasa todo el tiempo pendiente del auto o los que son esclavos de
la moda, o del último refresco que nos muestra la tele.
Vivimos en una sociedad de consumo. Una sociedad de consumo es la que inventa
necesidades a la gente. Porque nadie necesita de verdad una peladora de plátanos. Ni
tampoco el último refresco que muestra la tele. Una sociedad de consumo le hace creer a la
gente que sólo va a sentirse bien si compra, si gasta, si derrocha.
Por supuesto que en una sociedad de consumo, los que tienen dinero pueden comprar y
consumir lo que les muestran en la tele, en las revistas, en los carteles de la calle. Pero hay
personas que no están en condiciones de hacer esos gastos y, aunque parezca que todos
podemos consumir lo que se ofrece, no es cierto.
Hay necesidades de las personas que son verdaderas y son las que tienen que ver con
los derechos de todos. En cambio, otras necesidades son inventadas porque tienen que ver
con la sociedad de consumo, es decir con las cosas inútiles.
Un problema es que, cuanto más se consume, más basura se hace. Antes se hacía
menos basura porque todo servía, todo se arreglaba y se volvía a usar. Ahora, en cambio, la
mayoría de los envases son desechables. Y no sólo los envases; muchos objetos como
platos, vasos, pañales, manteles, servilletas, pañuelos, relojes...
La basura es un problema cuando no hay modo de deshacerse de ella. Sobre todo
cuando es basura contaminante y peligrosa como la basura radioactiva. Y no siempre hay
leyes que estén preparadas para defendernos de esas cosas o, muchas veces, no se
cumplen. Habría que esperar que los hombres se den cuenta de que la Tierra es la casa de
todos y que entre todos la tienen que defender porque, si seguimos así, ¡no hay Tierra que
aguante!*
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¡No se librarán tan fácil! ¡Ahora hay que escribirlo en cinco renglones!
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Como ya dijimos alguna vez, existen situaciones en las que es necesario medir las
palabras. Una que seguramente tú conoces muy bien es la de hacer un acordeón:
mucha información en poco espacio. En el dobladillo del abrigo, chamarra, en la
parte de atrás de la regla, adentro del estuche o en la manga del saco, el acordeón,
ese texto secreto y comprometedor, puede llegar a salvarnos de lo peor.
Sin duda, el acordeón requiere un gran entrenamiento en la técnica de achicar
textos; sin ir más lejos, algo parecido al resumen.
Te proponemos que, con base en el texto que sigue, prepares un práctico acordeón para la
prueba de mañana. Tiene que ser breve, comprensible y contener la información más
importante.
“En la isla de La Tortuga tampoco existía la propiedad privada de la tierra. O sea que la
isla era de todos pero, a la vez, de nadie en particular. Claro que a los piratas no les
interesaba mucho todo esto, porque la verdad es que eran demasiado cornodinos para
andar preocupándose por averiguar de quien eran las cosas.
Ellos eran piratas; y su vida estaba en el mar; no en la tierra. Y como les gustaba la
aventura y eran muy codiciosos, se pasaban gran parte de su tiempo planeando cómo iban
a apoderarse de los tesoros que transportaban los barcos que cruzaban el océano. Y
también dé las riquezas que se guardaban en las ciudades de la costa, pues, como los
piratas tenían espías en todas partes, sabían perfectamente dónde encontrar el botín más
valioso. Por eso hubo filibusteros que hacían frecuentes incursiones por las costas de
Panamá, adonde llegaban los metales preciosos extraídos de las minas del Perú Para ser
embarcados rumbo a España.
Uno de esos piratas fue el famoso Hernry Morgan que, luego de apoderarse de los
depósitos de oro y plata que los españoles escondían en Panamá, abandonó a sus
hombres y regresó a Jamaica.
También los piratas invadían muy a menudo lugares de las costas mexicanas.
Como Acapulco, para lo cual los filibusteros se tomaban el trabajo de cruzar las selvas
de Centroamérica, camina que te camina durante varios días. Hasta que al fin llegaban a
las costas del Pacifico, en donde capturaban barcos con los que continuaban sus
fechorías.
O como Veracruz, que fue atacada muchas veces por piratas holandeses y franceses.
O como San Juan de Ulúa, el famoso fuerte veracruzano, que fue tomado por el pirata
inglés Juan Hawkins.
Pero ningún otro puerto de México fue tan asediado como Campeche, invadido en
muchísimas ocasiones por piratas tan famosos como el feroz aventurero llamado “El
Olonés”.Y por el filibustero Eduardo Mansvelt, quien al mando de 1 200 piratas se apoderó
de Campeche, mató a sus defensores, demolió el fuerte y se adueñó de todo lo valioso
que encontró.
Pero el pirata más temido allí fue Lorencillo, que era holandés y había servido al rey de
España combatiendo a… los piratas, precisamente. Parece que, de tanto luchar contra los
ladrones de mar, Lorencillo se “contagió” y decidió probar suerte.
Una de la empresas más conocidas del temible Lorencillo fue por cierto, la toma de
Campeche y de otros veinte pueblos de la zona. ,Allí se quedó durante dos meses como
dueño y señor.
Y capturó tantos prisioneros y robó tantas joyas y piezas de plata que, cuando acabó de
cargarlos, su barco casi se va a pique.
Lorencillo fue perseguido día y noche por tres fragatas españolas llenas de cañones.
Pero el filibustero esquivó los ataques, arrojó al mar toda la carga para que la nave
fuese más ligera y, aprovechando un viento fuerte, se alejó velozmente.
Después de estos sucesos, los españoles empezaron a levantar una muralla de 8
metros de altura alrededor de Campeche. Tardaron muchos años en construirla pero,
cuando estuvo terminada, ningún otro pirata pudo entrar.
La verdad es que por estos rumbos hubo tantos piratas y tantas historias de piratas,
que podríamos pasarnos días enteros recordando sus aventuras.
Algunos eran muy impresionates y muy teatrales.
Como el pirata inglés Barbanegra, que tenía una barba larga y negra, la cual peinaba
en trenzas, enrrollándoselas alrededor de las mejillas y de las orejas. Usaba un gorro de
pieles cuyo color era negro, por supuesto. Y cuando subía a bordo de una nave capturada,
el feroz pirata se colocaba cuatro velas encendidas en el ala del sombrero.
Con este aspecto causaba un miedo tan tremendo a sus prisioneros, que ellos
acababan entregándole todo lo que poseían y contestando a sus preguntas sin ocultar
nada.
También hubo un pirata muy bromista. Se llamaba Juan Lafitte y se creía el amo de
todo el Golfo de México. En cierta ocasión en que el gobernador de Luisiana, cansado ya
de so portar sus piraterías ofreció una recompensa de 5 000 dólares por su cabeza, Juan
Lafitte respondió ofreciendo 50000 por la cabeza del gobernador.*
*Francisco Fernández, Los piratas, col. Colibrí, secc. Historia, México, Libros del Rincón,
1987.
El capítulo del camaleón
A Meche Vega le gustan mucho los idiomas. Suele usar la mayor parte de su tiempo
libre en estudiarlos: se procura gramáticas y diccionarios y se pasa horas
traduciendo poesías, cuentos, textos periodísticos, recetas de cocina, horóscopos,
publicidades y cualquier otra cosa que se le cruce escrita en inglés, francés, italiano,
alemán, griego, latín, guaraní, sánscrito, rumano, polaco, zapoteco, tarasco, maya,
otomí o náhuatl. En cuanto a lenguas, vivas o muertas, nada le es ajeno.
Sin embargo, y como a cualquiera podría pasarle, a veces Meche no encuentra
las gramáticas ni los diccionarios necesarios para traducir algunas lenguas, sobre
todo las más extrañas.
En esos casos, Meche no desespera; agudiza el ingenio y escribe traducciones
imaginarias. Las palabras por sí mismas le sugieren muchos significados; por sus
sonidos, algunas le parecen sustantivos, adjetivos o adverbios; otras se parecen a
palabras de otros idiomas que ella ya conoce, y entonces la traducción le resulta de
lo más sencilla; otras veces, el texto que está traduciendo viene acompañado de
ilustraciones y, a partir de ellas, Meche inventa fabulosas historias.
Te desafiamos a que te conviertas en un buen discípulo de Meche Vega y hagas
tus propias traducciones imaginarias.
Meche, la infatigable
Lo que sigue es una página de un periódico coreano. Presta atención a los diferentes
textos que contiene, piensa de qué tema tratará cada uno de ellos, elige el que más te
guste y tradúcelo imaginariamente.
Caperucita Roja
¿A que no te imaginas? El texto que sigue es una versión en guarani de Caperucita Roja.
¿Te animas a traducirlo? Para darte una ayuda, Meche nos pasó esta copia que tiene
hecha la división en párrafos; ella dice que si traduces párrafo por párrafo, respetando los
guiones de diálogo y los signos de exclamación, tu trabajo va a salir mejor…
Caperucita Roja
O ikó baekué peteî yeï i túa kuérandie, pe okara hobï porâ me petî mitakuñá mí porâité o
ñehenoiba Caperucita Roja.
Upécha o yeéba ichpé o guerekó gui tapiaité i ñakâ re peteî bosa i pïtâ mí sï rembiapó
kué.
Peteî ara pe, i sï, o moî ayaká í pe, kambî, kesú ha chipá ha he i chupé:
—Nde yarîï oi me hasï, nde ru oi me o mbaapó hina ha ché amboyï baeré ñané rembi´ú.
Ndé re ho baerâ hechabo.
—A bïaité che sï. A hasé voí aína che yarïï roga pe -he i Caperucita.
—Re hone âgaité. Re rahane ichupé â mba’é mbobïmí ha e hechake mbaépa oi
kotebêbé.
—Upéicha a yapone che sï -he i mitakuña . Ha voí a yu yeïne. Caperucita oi pïhï i
yayaká, o yuruyá i sï pe ha oi pïhï tapé í o guerahaba kaaguï pe, mamó o îba i yarïï roga.
O hobo i mandu’á pe mitakuñá ku guéimimí hasïba re., ha sapïánte o ñouguaitî ha o pïtá
o yobái pateî yaguareté ndibé o momaiteíba ichupé.
Mitakuñá mí marangatueté. ndoi kuaábai ha máramondo hechábai yaguareté pe, no
ñemondïri ha ndo kïhïyéi chuguí. O momaiteí abeí ha o mombe ‘ú mamópa o ho ha
mbaépa o guerabá.
Upémaramo yaguareté oi pïhï peteî tapé mbïkïbéba, ha ñanihame, Caperucita o mono o
ayú ïbotï ñu re, o guähéma katú guéimí roga pe.
—¡Taka!, ¡taka! ombotá.
—Abapa oikó.
—Ché Caperucita he i, ha o ha’â upé mitá ñe’é. A ru ndebe chipá, kesú ha kambï.
—Ei kente che remiarirô he si guâimí o ñenohá guibé henimbé pe.
Ha yaguareté oi peakuebo okê o póma boí tupá ari ha ho upaité guâimí me. Upéi, tagê
me o ñenó ha’e tupá pe, o ñemamá peteí ahoya pe, o ñeakâpïî upé guâmí o i haguéicha ha
o haâó.
Caperucita Roja o guâhé abeí i yarïï roga pe ha i kuâ me ombotá oké.
—jTaca! ¡taca!
—Mábapa ndé —o porandú yaguareté— ha âga o haâma ku i yarïï ne’ e.
—Ché ne remiarirô—he i mitakuñá— a ru ndebe chipá, kambï ha kesú.
—Ej ke katú —he i yaguareté.
Caperucita oi ke, o moi i yïbotï ha i yayaká ari ha o guähé i yarïi ïkére o yururá haguâ
chupé.
Upebo o hechá ko i yarïi hobá ambueté ha he i:
—jEá, che yarïi, tuichaitepa pe ne nambí!
— Ro hechá porâbé haguâ che membï—he i yeï pe ambué.
— Ha o hechabo yaguareté retïmá pukú pukú, he i yeï:
—¡Eá, che yarïï, i pukuetepa nde yïbá kuera!
—Ro añuá porâbé haguâ che membï— he i yeï pe ambué.
Ha upéi o ñemomdïima mitakuñá o hechabo ku
i yurúkué tuyá, ha he iseéme o sê rei chuguí:
—¡Ea, che yarïi, tuichaitepa pe nde yurú!
—Ro u porâbé haguâ— o kororô yaguareté, ndai
katubéiguima o yeyokó.
Ha o yepoí Caperucita
ari angaí a ho upaité
chupé. Opá. _
Traducción científica
Para traducir este texto, ten en cuenta títulos, subtítulos, paréntesis, epígrafes (que
son esas frasecitas que están debajo de los dibujos)... Un buen traductor es muy
riguroso en estos detalles. ¡Ah!, nos olvidábamos: según nos precisa Meche que
para clasificar textos es muy rigurosa, se trata de un texto científico.
Desventajas y ventajas
Ignacio trabaja en una agencia inmobiliaria. A veces le toca vender o alquilar casas
que no son muy buenas o están en mal estado. Es un problema, porque Ignacio odia
mentir.
En este momento tiene que vender una casa en un balneario. Esta es la descripción:
“Es una casa muy chiquita. Está a quince cuadras de la playa. No tiene luz eléctrica ni
agua corriente, aunque se puede sacar agua de pozo con una bomba manual. Las
persianas no funcionan muy bien, de modo que, o no se pueden abrir, o, si se abren, no se
pueden cerrar después. Por otra parte, en la casa hay un perro bastante viejo y
malhumorado que, a veces, no deja entrar a nadie, sean conocidos o no.”
Escribe un informe para los clientes, tratando de convertir las desventajas en ventajas.
Eliseo Fernández
Ventajas y desventajas
Como todos somos un poco malos alguna vez, ¡ayuda a la señora Felícitas de
Malacara! ¿Cómo?… Escribiendo tú la carta para don Verlano. Piensa, con toda la maldad
del mundo, qué problemas podrían ocasionarle a Olivia las virtudes de su novio (por
ejemplo: si es alto, no la va a ver y se la va a llevar por delante).
“Elegir el lugar bajo la ventana donde da el sol de la mañana. Cavar el largo de tu propia
altura y luego en dirección a la ventana unos tres metros. Con parte de la tierra, disimular
la entrada. El resto de la tierra, repartirlo en el suelo.”
Como no puede escribir esto, en la carta traduce esta información a una clave: habla de
las costumbres de las hormigas africanas. La carta empieza así:
“Estimado Edmundo:
Voy a comenzar mis clases describiéndote las características de unas extraordinarias
hormigas que habitan en el Africa meridional. Deberás saber que estas hormigas, para
construir su hormiguero, eligen un punto en el suelo que sea iluminado por el sol a media
mañana...”
¿Quién fue?
El pobre secretario está desesperado: ¡faltan todos los signos de puntuación y los
acentos! Resignado, toma un lápiz dispuesto a agregarlos. Pero no es tan sencillo;
según qué signos y dónde los ponga, el fallo del juez declarará culpables a unos u
otros. El secretario puntuó de siete maneras distintas la nota del juez y no está
seguro de que no haya más. Según por cuál de las versiones opte, unos u otros de
los sospechosos dormirán largo tiempo entre rejas.
Información sumaria
El martes por la tarde fue cometido un robo en las oficinas de “Industrias Lecheras La
Vaca-Veca”. El robo llamó la atención ya que nadie fue visto y no se produjo ninguna
rotura en puertas ni ventanas. Tampoco funcionaron los sistemas de alarma instalados
a lo largo del alto muro de más de tres metros que rodea el local. Aparte de algunos
objetos de valor y bonos, también desaparecieron dos cajas con muestras de leche en
polvo que debían ser enviadas a la República de Trulalá.
La policía mantiene detenidas a algunas personas que podrían tener relación con el
asalto y debe enviar un informe llamado “instrucción sumaria” al juez, para que decida
si alguno es realmente sospechoso y debe ser detenido.
Las personas detenidas son:
Importante economista. Autor de libros como El Bono y yo, ¡Al fin Bonos! y Dulce festival.
Fue conocido por fugaces apariciones en televisión en las que se destacaba el extraño
cuello de sus camisas. Aficionado a las carreras de caballos. Grandes pérdidas
económicas. También tiene predilección por los deportes emocionantes. Sesenta y cinco
años, muy delgado. Fue visto en distintas oportunidades, en las últimas dos semanas,
circulando sin razón aparente por las oficinas de “La Vaca-Veca”.
Conocido atleta de nuestro medio, especialista en salto de altura y salto con garrocha.
Cerrajero en su más temprana juventud. Apodado “la lima”. Compitió en los Quintos
Juegos del club “Nosotros Somos los Mejores” donde obtuvo una medalla al “mejor
compañero”. También viajó en repetidas oportunidades al exterior. Fue sorprendido
mientras intentaba agregar al café leche en polvo “La Vaca-Veca” para exportación. El olor
de la sustancia llamó la atención al dueño de la cafetería, quien se comunicó con la policía.
Ludovico Hernández
Coleccionista de objetos de valor. Varios años en prisión por el robo a las “Grandes
Queserías Moreno”. Nunca pudo conocerse el modo de ingreso a las oficinas. Fue robada
valiosa colección de moldes de quesos realizada por el artista Tulio Montelongo.
Hernández fue detenido, en esa oportunidad con varios moldes en su poder. El señor
Hernández es conocido en diversos medios por su corpulencia y buen humor. En el Café
Ruiz, donde pasa gran parte del tiempo que no ocupa en sus oficinas de la Calle Ruiz, se
le conoce, cariñosamente, como “el elefante”.
Identifica los datos biográficos que hacen sospechoso a cada uno de los personajes, y
redacta un informe al juez explicando los motivos de tu sospecha.
La Bella y la Bestia
1. Si la Bella fuera bella pero malvada, astuta y muy interesada, ¿cómo sería el cuento?
2. Si fuera la Bella la que se enamorara de la Bestia, pero la Bestia no la aceptara,
¿cómo sería el cuento?
Es un buen trabajo para pensarlo en grupo.*
* Gianni Rodari inventó un ejercicio parecido a éste, y lo llamó “la fábula al revés”.
Adaptaciones
En El hobbit,* Tolkien narra las aventuras de un grupo de enanos que, acompañados por
Bilbo, el hobbit, intentan recuperar el tesoro y el reino de los enanos en las montañas. El
tesoro está en poder de un terrible dragón:
Smaug. En un momento de la aventura, Smaug ataca a los habitantes de Esgaroth, en El
Lago, que recibieron y ayudaron a los enanos. El gobernador abandona rápidamente la
ciudad, pero los más valientes, dirigidos por Bardo, el arquero, se preparan para resistir el
ataque del dragón...
…Las fauces del dragón despedían fuego. Por un momento voló en círculos sobre ellos,
alto en el aire, alumbrando todo el lago. Los arboles de las orillas brillaban como sangre y
cobre, con sombras muy negras que subían por los troncos. Luego descendió de pronto
atravesando la tormenta de flechas, temerario de furia, sin tratar de esconder los flancos
escamosos, buscando sólo incendiar la ciudad.
Bardo tiraba con un gran arco de tejo, hasta que sólo le quedó una flecha. Las llamas
se le acercaban. Los compañeros lo abandonaban. Preparó el arco por última vez.
De repente, de la oscuridad, algo revoloteó hasta su hombro. Bardo se sobresaltó, pero
era sólo un viejo zorzal. Se le posó junto a la oreja y le comunicó las nuevas. Maravillado,
Bardo se dio cuenta de que entendía la lengua del zorzal, pues era de la raza de Valle.
¡Espera! ¡Espera! le dijo el pájaro. La luna está asomando. ¡Busca el hueco del pecho
izquierdo cuando vuele por encima de ti! (…)
Entonces Bardo llevó la cuerda del arco hasta la oreja. El dragón regresaba volando en
círculos bajos, y mientras iba acercándose, la luna se elevó sobre la orilla este y le plateó
las grandes alas
(...) Descendió de nuevo, más bajo que nunca, y cuando se precipitaba sobre Bardo, el
vientre blanco resplandeció, con fuegos chispeantes de gemas a la luz de la luna, salvo en
un punto. El gran arco chasqueó. La flecha negra voló directa desde la cuerda al hueco del
pecho izquierdo, donde nacía la pata delantera ahora extendida. En ese hueco se hundió
la flecha, y allí desapareció, punta, mástil y pluma, tan fiero había sido el tiro. Con un
chillido que ensordeció a hombres, derribó árboles y desmenuzó piedras, Smaug saltó
disparado en el aire y se precipitó a tierra desde las alturas.
Cayó estrellándose en medio de la ciudad. Los últimos movimientos de agonía lo
redujeron a chispas y resplandores. El lago rugió. Un vapor inmenso se elevó, blanco en la
repentina oscuridad bajo la luna. Hubo un siseo y un borboteante remolino, y luego
silencio.
2. Escribe en una lista las acciones que llevan a cabo los personajes.
3. Te proponemos que cuentes la historia de una lucha como ésta, pero en otro
escenario y con otros personajes. Te damos tres opciones, para que elijas la que más te
guste:
En Ciudad Gótica, en 1994.
En Hueso Partido, ciudad ferroviaria del Lejano Oeste, en 1887. En Fobos, una de las
lunas de Marte, en 3050.
Ayuda
Hacerte algunas preguntas te va a ayudar. Por ejemplo: ¿quién atacará en ese lugar
y esa época?, ¿qué poderes tendrá?, ¿con qué armas se defenderán?, ¿cómo será
el lugar?, ¿quién será el héroe y quién su aliado?, ¿cuál será el motivo de la lucha?
Metáforas
PESCA VENTA
el anzuelo exponer la mercancía
la carnada oferta
picar pago
tirar la cuerda buena mercancía
un pez gordo cliente
buena pesca comprar
recoger la cuerda
El Tuercas miró para todos lados y descubrió el mejor lugar para exhibir la mercancía.
Era un día de sol y los otros vendedores ya se habían instalado. Cubrió la mesa con un
trapo rojo y acomodó la bisutería. Canturreando, se sentó a esperar que apareciera el
primer cliente. Una mujer de aspecto opulento se acercó al puesto atraída por el brillo de
la tela. Preguntó algunos precios, sin decidirse. El Tuercas, presintiendo que era una
buena clienta, le ofreció una rebaja. La mujer aceptó el precio. Abrió la billetera y depositó
sobre la mesa una suma equivalente al costo de toda la mercancía expuesta. Ni tardo ni
perezoso, el hombre guardó el dinero y levantó el puesto. ¡Buena venta!, se dijo,
mientras volvía a casa disfrutando del sol matinal.
Horóscopo chino
Lina Luna es una afamada astróloga. Las paredes de su casa están cubiertas de
mapas del cielo con las constelaciones de los dos hemisferios y dibujos de los signos
del zodíaco. Sobre la mesa de trabajo, tiene desplegadas cartas astrales y diversos
libros de astrología. Ahora está estudiando el horóscopo chino. La primera lección del
Manual del horóscopo chino cuenta que el Buda les puso a los doce signos del
horóscopo chino los nombres de los doce animales que lo fueron a visitar el día de
Año Nuevo: Rata, Búfalo, Tigre, Gato, Dragón, Serpiente, Caballo, Cabra, Mono,
Gallo, Perro y Jabalí. Así, los nativos de cada signo heredarían algo de la
personalidad del animal.
Mientras saborea un aromático té de jazmín, Lina Luna avanza algunas páginas
en el Manual, hasta llegar al Tigre, que es su signo:
El Tigre ha nacido bajo el signo del coraje. Es muy firme para sostener sus opiniones y
creencias. Es inteligente y muy rápido. Adora el desafío y ama verse envuelto en cualquier
cosa que represente un futuro excitante. Al Tigre le gusta sentirse libre para actuar a su
gusto, odia sentirse limitado. También puede ser bastante impulsivo y en muchas
ocasiones se arrepentirá de su manera de actuar cuando ya sea tarde. Le importa mucho
su imagen, se conduce con aires de dignidad y de autoridad y quiere ser el centro de
atención. Le resultará difícil entenderse con otro Tigre o con un Dragón: ambos querrán
manejar la relación y no podrán llegar a un acuerdo. El Tigre tiene muchas cualidades
dignas de elogio. Es honesto y valiente. Mientras sea capaz de refrenar los excesos
impulsivos de su naturaleza inquieta, tendrá una vida muy plena y satisfactoria.”*
*La información esta tomada de Horóscopo chino para 1991 de Neil Somer-ville,
Barcelona, Granica, 1990.
Aburrida de tanto leer, Lina Luna que ya va por la tercera taza de té de jazmín se
pone a improvisar. Saca el cuaderno e inventa las características de los otros once
signos.
Elige alguno de los once signos restantes e imagina la personalidad de los nativos de
éste teniendo en cuenta las características del animal correspondiente.
Abracadabra
Las cosas que decimos no siempre corresponden con la realidad. Por ejemplo, si mi
tía Eulalia le dice a su hijo Confucio “Te voy a matar!”, nadie piensa que lo vaya a
hacer realmente.
Pero en “El problema de Carmela”, Graciela Montes cuenta el curioso caso de
doña Carmela, a la que se le hace realidad todo lo que dice. Un día le dio por decir
que iba a llover “a cántaros” y en ese instante “Las nubes negras se volvieron
decididamente negrísimas. Y cuando el aire se puso oscuro y espeso empezó a
llover. Aunque llover no es la palabra. Caían chorros, cataratas, paquetes de agua
desde el cielo, que reventaban las macetas y agujereaban los paraguas. Los gatos
de Carmela quedaron bastante maltrechos y, como conocían el problema de su
dueña, la miraron de costado y le dijeron: ¡Uff!…”
¿Qué habrá pasado el día que doña Carmela dijo “Me muero de risa”? ¿Y cuando
dijo “Esta casa está helada”? ¿O “Hace mil años que no la veo”? ¿O “Toqué el cielo
con las manos”? ¿O “Se me hace agua la boca”? ¿O “Me van a sacar canas
verdes”? ¿O “Me estás poniendo los pelos de punta”? ¿O “En un suspirito me les
voy.
Escribe un texto en el que utilices expresiones de uso común y que, por supuesto, no sean
reales.
Ejemplo
El escuincle siempre había hablado hasta por los codos, pero ahora sí lo habían
agarrado en curva. No supo qué decir cuando chocaron; se quedó mudo.
“Ahora sí me cayó el chahuiztle” pensó. Miles de veces había hecho su agosto
dejando a la gente chiflando en la loma. Estaba que se lo llevaba el tren. Sí aquello lo
había dejado medio muerto.
“Me tengo que desaparecer —se dijo— antes de que me llueva sobre mojado. No
me queda de otra.”
El capítulo del loro
Adrián era un niño muy pobre. Un día al pasar por un pueblo situado al pie de una montaña
se detuvo a descansar en una calle sombría donde vio lo que le pareció una pequeña
alfombra castaña. Se acostó a descansar, pero no sobre las piedras del camino, como
solía hacerlo, sino sobre la alfombra. Ya el sueño cerraba sus párpados cuando sintió que
la alfombra se movía. Varias veces trató de dormir, pero en cuanto se dormía, lo
despertaba el movimiento de la alfombra. Creyó oír un gruñido. Sintió contra su mano el
latido de un corazoncito, dio un salto, se puso de pie. Después se arrodilló para mirar al
monstruo que imaginaba escondido. Levantó cuidadosamente los vellones y descubrió
debajo de la lana, el hocico, el cuerpo de un perro.
—Timbó. Soy hijo de un árbol con orejas — contestó el perro —. ¿Cómo te llamas?
En la forma de mirar.
Un cuento fantástico
El fragmento siguiente se llama “Final para un cuento fantástico” y es del escritor A. lreland,
inglés y nacido en 1871:*
Nada al azar
Te proponemos que escribas un cuento. Como ayuda y para que sepas bien adónde vas,
te damos el principio, el medio y el final. Estas frases tienen que aparecer tal cual en tu
cuento en la ubicación indicada:
Medio: Volvieron a oírse los gritos con mayor fuerza y al parecer más cerca
se repitieron por tercera vez con mayor intensidad.
Final: Pero, al fin, tras escapar por una cloaca, uno de los prisioneros logró
poner en libertad a los demás.
*Como cualquier lector pudo haber sospechado, las frases pertenecen a un cuento de
Edgar Allan Poe, “El sistema del doctor Tan y del profesor Fether” y lo puedes leer en el
volumen 2 de Cuentos del autor, publicados por Alianza Editorial, y traducidos por Julio
Cortázar.
Desde niño, Vladimir había escuchado las historias más maravillosas de boca de su
abuela Tatiana. Entre dragones, princesas, brujerías, alfombras voladoras,
regimientos de soldados y muchas otras cosas se le pasó la infancia hasta que
creció y se convirtió en el Profesor Vladimir Propp de la Universidad de Leningrado.
Allí se dedicó a estudiar todos esos cuentos que había conocido de niño y empezó
a descubrir que todos tenían algo en común; se dio cuenta de que a pesar de que
eran cientos de cuentos muy diferentes entre sí, todos compartían algunos
elementos.
Por ejemplo, era muy frecuente que algún personaje
—que luego se convertiría en el héroe de la historia— partiera de su hogar para
recorrer el mundo, para cumplir una misión o para buscar fortuna. También podía
suceder que en su camino se encontrara con trampas tendidas por sus enemigos o
que tuviera que combatir con ellos. A veces, el héroe recibía la ayuda de un auxiliar
mágico un anillo, una lámpara que le permitía superar los obstáculos.
Muchas de las historias que conocía Vladimir terminaban con el éxito de la misión,
con la boda del héroe y con el castigo a los adversarios. A cada una de estas
acciones que se repiten en los distintos cuentos —partida, trampa, engaño, combate,
donación, regreso, boda— él las llamó funciones. Propp dice que son treinta y una.
Unos años después al maestro italiano Gianni Rodari (del que ya te habíamos
hablado) se le ocurrió transformar esas acciones en cartas y así inventar juegos para
que sus alumnos escribieran historias.
El nuevo Escriturón te presenta una nueva versión de “Las cartas de Propp”. Con
ellas podrás realizar actividades que te permitirán contar y escribir historias. A
continuación te proponemos algunos juegos para usar las cartas. Puedes hacerlos
más de una vez o inventar nuevos, siempre y cuando sirvan para escribir:
1. Se mezclan las cartas, se saca una y a partir de ella se escribe una historia.
2. Se sacan del mazo 5 cartas al azar. Se colocan en orden de manera que pueda
contarse una historia —se puede dejar 1 o 2 cartas y cambiarlas por otras—. A
continuación se escribe la historia.
3. Se saca una carta del mazo y se empieza a escribir una historia. Para continuarla
se saca otra carta y se sigue escribiendo. Se continúa hasta haber sacado un mínimo de 5
cartas y un máximo de 10. (¡ojo!: las cartas se sacan de una por una, nunca todas juntas.)
4. Se reparten 5 cartas por persona. Cada una las coloca en orden de manera que
pueda escribir una historia. Si lo desea puede dejar 1 o 2 cartas y cambiarlas por otras. En
lugar de escribir la historia, anota el orden que le dio a las cartas y se las pasa a su
compañero de la derecha que repite la operación. Después se comparan oralmente las
historias que pensó cada uno.
5. En este juego pueden jugar entre 4 y 30 participantes. El primer jugador saca una
carta al azar y empieza a contar a todo el grupo una historia referida a la acción de la
carta. Luego pasa el mazo al jugador de la derecha quien saca otra carta y continúa la
historia que comenzó el primero. Así hasta el último jugador o hasta terminar las cartas.
Después, cada participante escribe lo que recuerda de la historia contada por todos.
6 En este juego juegan 2 participantes con un solo mazo. Cada uno saca una carta y
escribe el comienzo de una historia con ella. Cuando termina le pasa el texto inconcluso
a su compañero. Este saca otra carta y continúa la historia que recibió del compañero
anterior. Cada uno sacará un mínimo de 3 y un máximo de 6 cartas.
Ayuda
En las historias puede haber personajes muy distintos. Como ayuda te presentamos
algunos que podrás usar si te interesa.
Para llevar a cabo los juegos de “Las cartas de Propp” será necesario que en unas tarjetas (de cartón de ser
posible) se copien las siguientes palabras, cada una de las cuales corresponde a las distintas funciones de
Propp.
Castigo Boda
Para escribir, casi siempre necesitamos un pretexto. Uno bueno es, por ejemplo, escribirle
una carta a nuestra mejor amiga que se fue a vivir lejos y a quien queremos contarle
alguna cosa. Otro, muy común; resumir el libro de español en un acordeón para pasar el
examen final. Cuando alguien nos gusta muchísimo y no nos atrevemos a decírselo en
persona, podemos escribirle un recadíto y mandárselo con alguien. Si nos sucede algo
importante y queremos recordarlo, entonces lo escribimos en un cuaderno, nuestro diario.
En El nuevo Escriturón vas a encontrar nuevos pretextos para escribir, ordenar,
transformar, reducir y ampliar textos; describir y combinar palabras; jugar con el abecedario
y también inventar historias.