Principales Datos Macroeconómicos de México
Principales Datos Macroeconómicos de México
Principales Datos Macroeconómicos de México
PARTE I
El Producto Interno Bruto nominal
El Producto Interno Bruto (PIB) es la principal variable endógena de la macroeconomía. Se trata del
valor de todos los bienes y servicios de uso final producidos en una economía en un periodo
determinado.
En México, el PIB es reportado cada trimestre por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(INEGI). En la práctica existen tres formas de calcular el PIB: a partir de la suma del valor agregado,
a partir de la oferta agregada y desde la demanda agregada.
2) Oferta agregada
Suma los pagos a los factores de producción, el trabajo y el capital. Por definición, el pago al trabajo
es el salario (W) otorgado a todos los trabajadores (N), también conocido como “remuneración de
asalariados” (RA). Los dueños del capital utilizado para la producción reciben el “excedente de
explotación” (EE), que incluye el pago al capital (r*K) y las utilidades y beneficios.
En México, alrededor de la mitad de los bienes y servicios son demandados por los consumidores
privados.
Hay dos maneras de analizar el PIB: a precios de mercado o a costos de factores (el INEGI lo reporta
como “valores básicos”). El PIB a precios de mercado es el que se utiliza con mayor frecuencia. Esta
medición usa los precios observados por los consumidores, contando el impacto de los impuestos
indirectos y los subsidios. Por el contrario, el PIB a costos de factores ajusta los precios de los bienes
y servicios, eliminando los impuestos indirectos y los subsidios.
El desgaste del capital a lo largo del tiempo es conocido como depreciación. Debido a la necesidad
de reparar y dar mantenimiento a bienes de capital, es inevitable que cierta producción nacional
nueva se destine a estos fines. Cuando se habla del Producto Interno Bruto, se incluyen
absolutamente todos los bienes y servicios que se produjeron en la economía, por lo que el valor de
la depreciación está considerado. Sin embargo, cuando se habla de Producto Interno Neto, se ignora
la producción de bienes utilizados para cubrir la depreciación de otros bienes, por lo que se resta la
depreciación.
De acuerdo con las últimas cifras disponibles, el valor del PIB a precios de mercado de México
asciende a 22 billones 513 mil 581 millones de pesos. Esto es alrededor de 181 mil 142 pesos
anuales per cápita, es decir, por habitante.
El INEGI clasifica el PIB por tipo de actividad económica. Las actividades primarias, que incluyen la
agricultura, ganadería, pesca y caza, representan apenas 3.3% de la economía nacional. Las
actividades secundarias, que incorporan a la minería, la generación, transmisión y distribución de
energía eléctrica, la construcción y
las industrias manufactureras,
representan 32.4% del PIB.
Finalmente, la economía mexicana
está fuertemente concentrada en
las actividades terciarias, que
incluyen todo tipo de servicios,
como el comercio, transporte y
turismo, entre otros. Este tipo de
actividades tienen un peso de 64.3%
en la economía nacional.
Índices de precios
Un índice de precios es el promedio ponderado de todos los bienes y servicios que conforman una
canasta. Algunos de los índices de precios más comunes en México son el Índice Nacional de Precios
al Consumidor (INPC), Índice Nacional de Precios al Productor (INPP) y el Deflactor del PIB.
La inflación
El INPC en particular se utiliza para reportar la inflación al consumidor. El INEGI es el encargado de
su medición cada quincena. La canasta usada para el INPC considera 283 bienes y servicios
genéricos, que agrupan el total de gasto realizado por los hogares. Dentro de estos bienes y servicios
genéricos se analizan 83 mil 500 bienes específicos. Para determinar las ponderaciones que cada
bien y servicio debía tener en el INPC, se analizaron los patrones de consumo de los hogares de
acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2010. Así, el gasto
que la ENIGH estima para cada bien o servicio, se compara contra el gasto total de los hogares.
Actualmente, la vivienda propia, las fondas y taquerías, los automóviles, la gasolina y la electricidad
son los bienes genéricos más ponderados en el índice. Tienen un peso de casi 30% en el INPC, por
lo que un aumento en el precio de cualquiera de ellos tiene una incidencia importante en el valor
del índice.
Ponderación INPC
5 más ponderados 5 menos ponderados
Bien o servicio Ponderación Bien o servicio Ponderación
Vivienda propia 14.329 Dermatológicos 0.012
Loncherías, fondas, torterías y taquerías 4.353 Gastos del calzado 0.014
Automóviles 3.935 Medias y pantimedias 0.014
Gasolina de bajo octanaje 3.682 Sopas instantáneas y puré de tomate 0.014
Electricidad 3.560 Condimentos 0.015
Sin embargo, el INPC es solo el insumo para medir la inflación al consumidor. La inflación, el
aumento generalizado y sostenido en el nivel de precios de la economía, se calcula como el cambio
en el valor del índice en un periodo determinado de tiempo; es decir, su tasa de crecimiento.
Usualmente se analiza el cambio en el INPC entre dos quincenas consecutivas (inflación quincenal),
y entre la misma quincena de dos años consecutivos (inflación anual).
Para medir la inflación al consumidor, se analiza el cambio porcentual de los niveles del INPC:
𝐼𝑁𝑃𝐶 𝑓𝑖𝑛𝑎𝑙
𝐼𝑛𝑓𝑙𝑎𝑐𝑖ó𝑛 = [ − 1] 𝑥 100
𝐼𝑁𝑃𝐶 𝑖𝑛𝑖𝑐𝑖𝑎𝑙
Una alta inflación merma el poder adquisitivo de los consumidores, ya que a los hogares les alcanza
para adquirir menos bienes con el mismo ingreso. Bajo este escenario, la mayoría de los bancos
centrales del mundo tienen una meta de inflación que buscan mantener con sus políticas
monetarias. En Estados Unidos, la Reserva Federal estableció 2% anual como su meta de inflación,
mientras en México, Banco de México tiene una meta de 3%, con un margen de ±1% anual. La
inflación ha alcanzado tasas preocupantes en algunos países, como Venezuela, donde el Fondo
Monetario Internacional estima que la inflación será 13,000% en 2018.
En el caso de México, después de haber mantenido tasas ubicadas dentro del rango establecido
como meta por Banco de México entre 2015 y 2016, la inflación salió de dicha meta a partir de enero
de 2017, cuando el aumento en los precios de los energéticos como consecuencia de su gradual
liberalización impactó sustancialmente los niveles del INPC.
A diferencia del INPC, el deflactor implícito del PIB se utiliza para analizar los cambios en los precios
de la producción. En este caso, la canasta es el Producto Interno Bruto, por lo que se excluyen los
bienes importados.
En los últimos 10 años, la economía mexicana ha crecido a un ritmo de 2.1% promedio anual en
términos reales, es decir, quitando el efecto del aumento en los precios. Si se considerara el
crecimiento de la producción y se incluyera el crecimiento de los precios en el cálculo, el PIB nominal
ha crecido a un ritmo de 6.6% promedio anual en el mismo periodo.
El punto en la gráfica donde coinciden el PIB nominal y el PIB real es el año base
que se eligió para mantener constantes los precios en el cálculo del PIB real.
Una de las principales confusiones al analizar el crecimiento económico es el tipo de tasa que se
utiliza. Existen tres diferentes tipos de tasas para presentar el crecimiento del PIB, las cuales no
son comparables entre ellas. Cuando se habla del crecimiento económico trimestral, se compara
la producción de la economía de un trimestre contra la del trimestre inmediato anterior. Por otra
parte, el crecimiento anual compara la producción de cierto trimestre respecto al mismo trimestre
del año previo. Finalmente, el crecimiento anualizado toma como referencia la tasa trimestral y
estima el crecimiento que se tendría en el año si durante los cuatro trimestres se creciera al
mismo ritmo.
Sin embargo, esto no significa que la economía crezca cada año al ritmo de su PIB potencial. Por el
contrario, existen variaciones en la actividad económica respecto a esta tendencia de largo plazo.
Estos son llamados ciclos económicos.
Cuando un habitante de 15 años y más decide incorporarse al mercado laboral, éste comienza a
formar parte de la población económicamente activa (PEA). De acuerdo con los últimos datos
disponibles, únicamente 59% de la población mexicana de 15 años y más forma parte de la PEA. Esta
tasa se conoce como la participación
laboral de una economía. Dentro de
este grupo, se consideran tanto a los
trabajadores que trabajaron una
hora en la semana de la encuesta o
no lo hicieron pero ya tienen un
empleo (estaban de vacaciones o
enfermos) (ocupados), como a las
personas que no trabajaron una hora
en la semana de la encuesta pero
buscaron activamente hacerlo en los
dos meses previos a su
levantamiento (desocupados). La
tasa de desocupación en México es
3.1%.
Una de las razones por las que la tasa de desocupación en México es relativamente baja a
comparación de otras economías es la dificultad de mantener un hogar sin ingresos provenientes
del trabajo. La falta de prestaciones por desempleo, a diferencia de economías como la española,
hace fundamental que la población se ocupe bajo cualquier circunstancia. Bajo este escenario nace
el concepto de informalidad laboral, cuya definición varía entre países.
Para que una persona sea considerada trabajador formal en México, debe estar afiliada por su
patrón al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y tener acceso a todas las prestaciones sociales
establecidas en la ley, desde acceso a servicios de salud, hasta créditos para vivienda y una cuenta
de ahorro para el retiro. En caso que el trabajador sea considerado independiente, por no depender
directamente de un patrón, su empleo es formal únicamente si reporta sus actividades a la
autoridad fiscal. Esta autoridad es el Servicio de Administración Tributaria (SAT). Sin embargo más
de la mitad de los trabajadores en México, 52.2% al excluir a los trabajadores agropecuarios,
trabajan en la informalidad. Esta ha sido una preocupación recurrente en el país, pues las
disminuciones en la tasa de informalidad han sido mínimas en los últimos años, y han sido
insuficientes para disminuir el número de trabajadores informales debido al crecimiento de la PEA,
que en 15 años se ha incrementado en más de 10 millones de personas.
Otro fenómeno entre los trabajadores ocupados son aquellos que tienen la necesidad y
disponibilidad de ofrecer más horas de trabajo de lo que su ocupación actual les permite. A estos se
les llama población subocupada. 6.8% de los trabajadores ocupados en México laboran en esta
condición.
La población de 15 años y más restante que no forma parte de la PEA se agrupa dentro de la
población no económicamente activa (PNEA). Dentro de la PNEA, la población se divide entre la
población disponible y la no disponible. Los disponibles son, por un lado, aquellos que están
disponibles para trabajar pero han desistido de buscar empleo, así como aquellos que, aunque están
disponibles para trabajar, no buscan empleo por considerar que no tienen posibilidades. La
población disponible es 15.2% de la PNEA. Por su parte, los no disponibles incluyen, en primer
lugar, a las personas de 15 años y más que tienen interés en trabajar, pero están en un contexto que
les impide hacerlo1. En segundo lugar incluye a las personas sin interés de trabajar por atender otras
obligaciones. Finalmente, los no disponibles también engloban a aquellos con impedimentos físicos
para trabajar.
1
De acuerdo con el INEGI, se consideran "personas con interés para trabajar pero bajo un contexto que les
impide hacerlo" aquellas que son explícitas en cuanto a que nadie más en el hogar se hace cargo de los niños
pequeños, enfermos o ancianos, o porque algún familiar les prohíbe trabajar o también por algún
impedimento físico de carácter temporal (embarazo difícil o avanzado, convalecencia de una enfermedad o
accidente).
Tipos de desempleo
Existen cuatro tipos de desempleo:
1) El desempleo friccional es propio del mercado de trabajo. Incluye desde estudiantes que
recién graduados están en busca de un empleo, hasta aquellos trabajadores que
renunciaron a su empleo y están buscando otro.
2) El desempleo cíclico responde a los ciclos económicos. El crecimiento del PIB usualmente
viene acompañado de un crecimiento en el empleo, ya que es uno de los factores de
producción. Por ende, durante periodos de alto crecimiento económico la tasa de
desempleo disminuye.
3) El desempleo estacional corresponde a temporadas. Un ejemplo es el crecimiento de las
contrataciones eventuales durante diciembre, donde se necesitan más trabajadores de los
usuales en las tiendas. Sin embargo, esos trabajadores serán despedidos una vez que
termine la estación para la que fueron contratados.
4) El desempleo estructural responde a una industria o zona geográfica en específico. Este
sería el caso en un escenario donde una empresa automotriz quiebra y se ve obligada a
despedir a cientos de trabajadores.
Se dice que una economía está en pleno empleo cuando todos aquellos que pueden y quieren
trabajar están empleados a los salarios vigentes de la economía. A una situación de pleno empleo
corresponde una tasa natural de desempleo (TND), cuando todo el desempleo en la economía es
de carácter friccional.
La tasa de interés
Se le denomina tasa de interés nominal al precio que conlleva la obtención de un crédito. En la
práctica, la tasa de interés suele ser la herramienta de los Bancos Centrales para el manejo de la
inflación. De manera general, cuando la tasa de interés aumenta, se vuelve más caro solicitar un
crédito, por lo que menos personas estarán dispuestas a endeudarse. Asimismo, cambian los
incentivos a ahorrar, pues el rendimiento será mayor. En consecuencia, el consumo privado tiende
a frenarse y, ante la menor demanda de los consumidores, los aumentos en los precios se vuelven
menores. Los incrementos en las tasas de interés también pueden tener consecuencias adversas en
una economía, como la caída en la inversión por parte del sector privado por el mismo aumento en
el costo de endeudarse.
Por otra parte, la disminución en las tasas de interés nominal es uno de los mecanismos
frecuentemente utilizados para reactivar la economía. Al disminuir las tasas, se vuelve más atractivo
para el sector privado – tanto consumidores como inversionistas – obtener créditos, invertir y
demandar bienes y servicios, mismos que ocasionan un aumento en la producción.
Durante la crisis financiera de 2009, México inició el año con una tasa de interés de referencia de
8.25%, y después de siete anuncios por parte del Banco de México, terminó el año con una tasa de
4.50%. Banco de México mantuvo esta misma tasa hasta 2013, cuando volvió a disminuirla a 4%.
Entre diciembre de 2015 y junio de 2017, Banxico realizó 13 alzas en su tasa de interés de referencia
con el fin de frenar el crecimiento de la inflación.
A diferencia de otros Bancos Centrales en el mundo que tienen diversos mandatos, el Banco
de México cuenta únicamente con un objetivo prioritario: procurar la estabilidad del poder
adquisitivo de la moneda.
Estas son las tasas de interés nominales establecidas por algunos Bancos Centrales en el mundo al
9 de agosto de 2018:
Tasa de interés nominal
País Tasa
Argentina 40%
México 7.75%
Brasil 6.50%
Chile 2.50%
EUA 1.75% - 2.00%
Reino Unido 0.75%
Japón -0.10%
Suiza -0.75%
El Banco Central determina una tasa de interés de referencia a partir de la cual las demás tasas de
interés de la economía se mueven, aunque no necesariamente en la misma magnitud ni al mismo
tiempo.
Los agentes económicos consideran la tasa de interés nominal en sus decisiones de inversión, pero
a partir de ella calculan la tasa de interés real. La tasa de interés real le descuenta la inflación a la
tasa de interés nominal.2 De esta manera, si la tasa establecida por el Banco Central es 7% durante
un año en que la inflación fue 6%, los rendimientos que un ahorrador obtendrá serán
aproximadamente del 1% sobre sus ahorros.
2
Este cálculo de la tasa de interés real se obtiene al realizar una aproximación logarítmica de la ecuación de
1+𝑖
Fisher: 1 + 𝑟 =
1+𝜋
PARTE II
El tipo de cambio nominal
El tipo de cambio nominal es el precio de una moneda en términos de la otra. Dependiendo del
régimen de tipo de cambio de cada país, éste puede ser fijo o flexible.
Cuando una economía establece un tipo de cambio fijo se elige una moneda extranjera – como el
dólar estadounidense – respecto a la cual el precio de la moneda local mantiene su precio en el
tiempo. Para que esto suceda, el gobierno de dicho país debe garantizar la cantidad de divisas en el
mercado, para lo cual debe disponer de los recursos en las reservas internacionales de su Banco
Central.
El tipo de cambio flexible, por el contrario, se determina de acuerdo a las condiciones del mercado,
es decir, a partir de la oferta y demanda de divisas. Por consiguiente, el gobierno no interviene en
la determinación del tipo de cambio.
En los últimos años, a excepción de algunas contadas ocasiones en las que Banco de México ha
intervenido en el mercado cambiario para disminuir la volatilidad, el tipo de cambio del peso
mexicano respecto al dólar estadounidense ha respondido a condiciones de mercado.
En la cuenta de capital se registran las transferencias de capital entre residentes y no residentes, así
como la adquisición y disposición de activos no financieros no producidos (por ejemplo, la venta de
una marca de un residente a un extranjero o la transferencia de un futbolista mexicano a un equipo
extranjero). También se contabiliza la inversión directa, ya sea entrante o saliente, inversión de
cartera, derivados financieros y activos de reserva.
En caso de que no cuadren las entradas de recursos con las salidas, los ajustes correspondientes se
hacen en la cuenta de errores y omisiones.
Conclusiones
Todas las variables macroeconómicas están interconectadas. Es por esto que la implementación de
una política que en un inicio se propone para impactar una sola variable siempre tendrá
repercusiones sobre el resto de la economía. Entender el funcionamiento de la contabilidad nacional
permite que los tomadores de decisiones estén enterados sobre la cadena de consecuencias que
cada medida puede tener, y dicha información les permite implementar estrategias mejor
coordinadas.