Asertividad
Asertividad
Asertividad
Introducción:
Hoy se habla mucho de esta palabra: “Asertividad” y creo que una buena
parte de las personas no la entienden en su totalidad. No deseo hablar sobre
habilidades sociales, pero si deseo que aprendamos a ser asertivos en
nuestra vida cristiana. La asertividad es una estrategia comunicativa que se
ubica en el medio de dos conductas que resultan opuestas y que son
la pasividad y la agresividad.
Una de las cosas que más anhelo en mi vida es ser asertivo en lo que hago
para el Señor y debo agregar una primera palabra a nuestra lista de
asertividades, quiero que tome nota: La primera palabra es una cualidad
imprescindible en nuestro servicio al Señor, pero también en cualquier área
de la vida en que nos desarrollemos. Yo todo lo que hago lo hago con
mucho entusiasmo, porque deseo que el nombre de Cristo quede muy en
alto, pero que es el lo que llamo: “Entusiasmo” El entusiasmo es un deseo
ardiente de agradar a Dios, de hacer su voluntad y de promover su gloria en
el mundo.
Por naturaleza nadie siente este deseo, pero Dios lo pone en el corazón de
cada creyente en el momento de su conversión. En algunos creyentes este
deseo es mucho más fuerte que en otros. Cuando es realmente fuerte, un
hombre hará cualquier sacrificio, soportará cualquier dificultad, se negará a
sí mismo cualquier comodidad, dará todas sus fuerzas y aún la vida misma,
con el fin de agradar a Dios y honrar a Cristo. Es como el amor, del cual
hablé la semana pasada, ese amor que todo lo cree, todo le espera, todo
lo soporta y nunca deja de ser.
Un hombre o una mujer entusiasta vive para una sola cosa. Toda su vida está
entregada a un solo propósito y éste es el de agradar a Dios. No le importa
cuáles sean las consecuencias o qué opinen los demás. Su entusiasmo
siempre se manifestará en cualquier circunstancia. Si no puede servir en
forma activa, entonces se entregará a la oración. Si no puede hacer la obra
él mismo, pedirá a Dios hasta que el Señor levante a otros para que lo
hagan. Esto es lo que Pablo le pregunta a los gálatas: ¿qué pasó con todo
ese entusiasmo?
“Y ahora tengan en cuenta que voy a Jerusalén obligado por el Espíritu, sin
saber lo que allí me espera. Lo único que sé es que en todas las ciudades el
Espíritu Santo me asegura que me esperan prisiones y sufrimientos. Sin
embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con tal de
que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado
el Señor Jesús, que es el de dar testimonio del evangelio de la gracia de
Dios.”
Hechos 20: 22 -24
¿Se da cuenta? El apóstol Pablo sabía lo que le esperaba: prisiones y
sufrimientos, pero con tal de cumplir su mandato no le importaba. Esta es
una persona entusiasta con la actitud mental correcta.
La segunda palabra del mismo texto de Gálatas que deseo recalcar como
un rasgo distintivo de una persona asertiva es la que menciona en dos
ocasiones Pablo a sus hermanos de Galacia y dice:
“Está bien mostrar interés, con tal de que ese interés sea bien intencionado
y constante, y que no se manifieste solo cuando yo estoy con ustedes.”
Gálatas 4:18
La Biblia requiere que los creyentes sean personas bien intencionadas. Así
que podríamos decir que esta es la segunda cualidad de una persona
asertiva: Una persona bien intencionada. Pablo tenía claro el panorama de
que cuando haces algo para el Señor debes hacerlo bien intencionado.
Una persona bien intencionada no tiene un as bajo la manga, no esta
pensando como logrará sus objetivos sin importar los demás, simplemente
actuará correctamente y tendrá la capacidad de comunicarse de la mejor
manera. Nos urgen hoy personas bien intencionadas.
Algo que el mundo necesita es ese tipo de personas que cuando hacen las
cosas las hagan con las intenciones correctas. Podemos equivocarnos, pero
si tenemos una buena intención entonces estaremos sinceramente
equivocados. Hay algo más que el apóstol Pablo nos enseña sobre una
persona asertiva y es justo lo que le menciona a su discípulo Tito en el
capitulo dos y dice:
Cuantas veces nos desanimamos por las cosas que suceden cerca de
nosotros, por las circunstancias que nos rodean, por la influencia de lo que
otros hacen, pero debemos aprender a vivir la vida con intensidad y servir a
Dios con esa misma pasión que quema nuestras entrañas. Vea que estoy
hablando de algunas cosas importantes no las pierda de vista la asertividad
es: Entusiasmo, buenas intenciones, dedicado a hacer bien, pasión.
Agregamos un elemento más a nuestra lista “La pasión”.
Aquí se nos une otra palabra más, la cuarta característica de una persona
asertiva: Esfuerzo.
La asertividad nos lleva a una palabra más que ha sido mal utilizada o
satanizada por muchos y es: “El celo”. El celo es lo que hace que prosigas
cuando otros abandonan. Te hace perseverar en los momentos duros y te
da una energía interna que desconocías. No hay nada que pueda sustituir
al celo. Tomemos las oportunidades, por ejemplo. Podría presentarse una
oportunidad, pero si no tienes celo, no la aprovecharás y no llegarás a tu
destino.
El celo verdadero debe ser conforme a conocimiento, esto es, iluminado por
la Palabra de Dios. Los judíos quienes persiguieron la Iglesia primitiva, tuvieron
un gran celo, pero no fue según el conocimiento.
Puedo declarar en favor de ellos que muestran celo por Dios, pero su celo
no se basa en el conocimiento.
Romanos. 10:2
Pedro tuvo gran celo cuando cortó la oreja de Malco, pero este celo no fue
de acuerdo con la verdad. Los seguidores de muchas religiones falsas
frecuentemente son muy celosos, pero su celo no está de acuerdo con la
verdad.
El celo verdadero debe brotar de motivos verdaderos. El celo de los fariseos
brotó de su espíritu sectario. El celo de algunos hombres nace de su
egoísmo, lo que les mueve es algún interés personal. El celo de algunos
hombres nace de su orgullo y deseo de ser alabados. Pero Dios examina
nuestros corazones, y el celo verdadero debería brotar del amor a Dios y el
deseo de su gloria.
El celo verdadero se preocupa por las cosas por las cuales Dios mismo se
preocupa. Debemos ser celosos para buscar la santidad.
Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa
hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que
está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios
ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús.
Filipenses. 3:13–14
Así que en la lista que venimos desarrollando el celo es otra forma correcta
de mostrar asertividad. El celo nos lleva a ser asertivos a la hora de buscar la
salvación de los inconversos y esto nos definirá las estrategias con tal de
lograr los objetivos. Pablo mismo reconoce en la carta a los corintios que
habrá momentos en que debemos amoldarnos a ciertas circunstancias con
tal de ganar a otros para Cristo:
Entre los débiles me hice débil, a fin de ganar a los débiles. Me hice todo
para todos, a fin de salvar a algunos por todos los medios posibles.
1 Corintios. 9:22
Debemos ser asertivos en oponernos a todas las cosas que Dios odia, y
celosos para mantener las doctrinas del evangelio. Esto le paso a Pablo en
la iglesia de Galacia donde tuvo su enfrentamiento con Pedro por la
hipocresía de apartarse de los gentiles cuando llegaron los hermanos de
Jerusalén y Pablo le reclama diciendo:
Una persona asertiva no se deja llevar por la ira, ni pasa por alto la situación
y la motivación es el amor, no será amargo o severo. Odiará el pecado, pero
amará al pecador. Odiará la iniquidad, pero estará dispuesto a hacer bien
a los hombres malos. Jesús puso al descubierto a los falsos maestros, pero
lloró sobre Jerusalén. Pablo regañó fuertemente a los gálatas por sus errores,
y no obstante tuvo cuidado de ellos como si fueran niños pequeños.
Queridos hijos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto hasta que Cristo
sea formado en ustedes
Gálatas. 4:19
Por otro lado están los agresivos y si bien es cierto la vida requiere
agresividad, si no lo sabes controlar puedes echar a perder las
oportunidades, tenía un compañero demasiado lanzado en la farmacia,
Oscar era el tipo de muchachos que no se guardaban nada y se lanzaban
de un solo sin medir las consecuencias, una vez se enamoró de una
muchacha que también llegaba a la farmacia, desde la primera vez que la
vio el se lanzo a decirle un montón de cosas, a piropearla, a invitarla a salir
sin conquistar ni nada. Por supuesto ella no le dio bola con el tiempo el se
cansó y no la volvió a molestar, una vez en una conversación ella me dijo
que desde la primera vez que lo vio el le llamo la atención, pero cuando lo
vio tan lanzado ella dijo: Este es el típico tipo que a todas les dice lo mismo,
y también perdió la oportunidad.
Conclusión
Hoy mas que nunca la iglesia necesita personas asertivas, que sepan hacer
las cosas con mucho entusiasmo, enamorados de Cristo y su iglesia, sirviendo
a él y no a los hombres.
Personas que sean bien intencionadas con las motivaciones correctas que
sirvan a Dios por amor y no por interés, no con intereses mezquinos como las
ganancias terrenales sino por el amor a las almas que se pierden a diario.