Los Tardigrados

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Universidad Nacional de San Agustín

Escuela Profesional de Biología

Curso:
Metodología
Del Trabajo Intelectual Universitario

Profesora:
Ruth Mery Ochoa Amesquita

Alumno:
Bryan Adrián Torres Huamán

Arequipa – Perú
2017
LOS TARDIGRADOS

Introducción:
Cuando pensamos en un animal, lo primero que viene a la mente es la imagen de un perro, un
gato, una jirafa, pero las especies animales en la Tierra son millones. Según estudios recientes
el número total de especies van de 3 a 100 millones. Entre ellas podemos mencionar los
tardígrados (osito de agua) es decir, organismos que caminan lentamente, clasificados por
Johann August Ephraim Götze en 1773. Los tardígrados son extraños animales multicelulares
microscópicos (0,3 - 0,5 mm) que viven en el agua. Por lo general se alimentan del líquidos
citoplasmáticos de malezas y musgo. Están un poco en todas partes, incluso cerca de nosotros.
Su peculiaridad es que pueden secarse, sólo para volver a la forma original y recuperar la
totalidad de sus funciones vitales una vez rehidratados aun con una simple gota de agua,
incluso después de años. Cuando se secan, los tardígrados pueden sobrevivir a presión y
temperatura muy altas o muy bajas habiéndose encontrado en el océano a 6.000 metros de
profundidad; además, soportan cantidades masivas de radiación. Recientemente, los
tardígrados, debido a sus sorprendentes características de resistencia al estrés, fueron
seleccionados como organismos multicelulares para utilizarse en experimentos en el espacio.
Desarrollo:

Los tardígrados son comúnmente llamados osos de agua, fueron descubiertos en 1773 por el
zoólogo alemán, Goeze, quien les otorgó el nombre “pequeños osos de agua”, gracias a su
gran parecido con el de un oso por sus movimientos. Hay más de 900 especies de ellos y están
en cualquier parte del mundo, desde la montaña más alta hasta los océanos más profundos.
Poseen 8 patas (4 pares) y cada pierna tiene cuatro a ocho garras o pezuñas que hacen, una
vez más, recordar a un oso. Quemarlos, secarlos, exponerlos a la radiación no acabaría con
ellos, son tan resistentes que hasta estarían vivos 200 años después.

Pueden vivir en temperaturas tan bajas como —200 grados Celsius, y resistir a calores como
150 grados Celsius al igual que a 5.700 grays de radiación ionizante. Los humanos morirían
con la exposición a 10-20 grays, al igual que la mayoría de otros animales. Por si fuera poco,
pueden resistir por una década entera sin agua, y hasta están equipados para sobrevivir en el
espacio.

Fue hasta el año de 1776, cuando el científico italiano Spallanzani les otorgó el nombre de
tardígrados (del latín tardigradus, de movimiento lento).

No fue hasta el año de 1962, que tardígrada fue considerada como un Phylum por Ramazotti,
Tardígrada pertenece a la subclase de invertebrados Ecdysozoa. Sus hábitats son
principalmente semiacuáticos, como las películas de agua en musgos, líquenes, plantas
hepáticas y ciertas angiospermas. Otros gustan de habitar en el mar profundo o en las orillas,
sobre algas, así como en agua dulce.

La anatomía de los tardígrados es bastante interesante ya que, con tres grupos filogenéticos
diferentes conocidos como artrópodos, nematodos y Onichophorans, Dificulta mucho su
clasificación. Durante su crecimiento somático mantienen el número de células en la mayoría
de los tejidos. Los tardígrados consumen energía incrementando el tamaño de su cuerpo,
principalmente con el incremento del tamaño de las células (no del número) y produciendo
nuevas estructuras cuticulares (cutícula, garras, tubo bucal y placoides) durante cada muda. Se
considera que el número de células se encuentra alrededor de 40.000.
Tiene una longevidad que hace soñar y resiste al vacío espacial. En el 2007, miles de ositos de
agua viajaron a bordo de una nave espacial y fueron expuestos al vacío del espacio a 270 km
de altura. A su regreso, la mayoría de estos minúsculos invertebrados no presentaba alteración
biológica alguna, e incluso se reprodujeron normalmente.

Los ositos de agua sobreviven a presiones equivalentes a 300 veces la de la atmósfera y a


dosis de rayos ultravioleta mortales para una mayoría de organismos vivos. Superpoderes que
son un enigma para la ciencia.

La criatura tiene muchas copias de una enzima antioxidante y de una sustancia reparadora del
ADN que cualquier otro animal. Además, es propietario de una proteína llamada Dsup que lo
protege de los efectos de los rayos-X, impidiendo que la radiación ionizante rompa las
cadenas de ADN.

Esta proteina puede trasladarse a seres humanos. En pruebas con células humanas, la Dsup ha
logrado incrementar la tolerancia a los Rayos-X del ADN humano en un 40%. Aún es pronto
como para hablar de un suero de tardígrado que proteja a los astronautas en el espacio, pero la
nueva secuenciación es un comienzo muy prometedor para hacer nuestras estas y otras
resistencias muy convenientes.

Entre los metazoos, los tardígrados son los más aptamente desarrollados para sobrevivir a
condiciones adversas y extremas, lo cual quiere decir que pueden adaptarse al estrés
fisiológico de un estado de reposo en el metabolismo se reduce a niveles indetectables. Este
estado de reposo se denomina criptobiosis y es reversible en cuanto reaparezcan las
condiciones favorables.

Criptobiosis

Tal vez la cualidad más fascinante de los tardígrados es su capacidad, en situaciones


medioambientales extremas, de entrar en un estado de animación suspendida conocido
como criptobiosis o estado anhidro biótico. Mediante un proceso de deshidratación, pueden
pasar de tener el habitual 85 % de agua corporal a quedarse con tan solo un 3 %. En este
estado el crecimiento, la reproducción y el metabolismo se reducen o cesan temporalmente y
así pueden pasar hasta 4,4 años. En 2016 científicos del Instituto Nacional de Investigación
Polar de Japón (NIPR) consiguieron reanimar a ejemplares que llevaban más de 30 años
congelados.
Esta resistencia permite a los tardígrados sobrevivir a temporadas de frío y sequedad
extremos, radio resistencia a la radiación ionizante y resistencia al calor y la polución. Existen
estudios que demuestran que, en estado de metabolismo indetectable, pueden sobrevivir a
temperaturas que oscilan entre los –20 °C y los 100 °C. En condiciones de laboratorio
extremas parece que pueden sobrevivir a temperaturas entre -273 °C, casi el cero absoluto, y
151 °C. Asimismo parece que pueden sobrevivir a la inmersión en alcohol puro y en éter.

Conclusión:
Al concluir los tardígrados son microorganismos muy resistentes son mucho más tenaces que
las cucarachas. Es uno de los pocos filos que ha llegado a sobrevivir a cinco extinciones
masivas en nuestro planeta.

Además que su material genético nos puede ser de mucha utilidad, ya que los tardígrados son
inmunes al cáncer y a los rayos X, con la ayuda de la ciencia esto podría aplicarse en nuestras
células modificando así nuestro material genético, volviéndonos más resistentes y porque no
más longevos.

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