Autoestima
Autoestima
Autoestima
Pintura de William-Adolphe Bouguereau. Los humanistas consideran que las artes tienen un papel
importante en la psicología.
La importancia de la autoestima estriba en que concierne a nuestro ser, a nuestra manera de ser y al
sentido de nuestra valía personal. Por lo tanto, no puede menos de afectar a nuestra manera de estar y
actuar en el mundo y de relacionarnos con los demás. Nada en nuestra manera de pensar, de sentir, de
decidir y de actuar escapa a la influencia de la autoestima.1
Abraham Maslow, en su jerarquía de las necesidades humanas, describe la necesidad de aprecio, que se
divide en dos aspectos, el aprecio que se tiene uno mismo (amor propio, confianza, pericia, suficiencia,
etc.), y el respeto y estimación que se recibe de otras personas (reconocimiento, aceptación, etc.). La
expresión de aprecio más sana según Maslow es la que se manifiesta «en el respeto que le merecemos a
otros, más que el renombre, la celebridad y la adulación».2
Carl Rogers, máximo exponente de la psicología humanista, expuso que la raíz de los problemas de
muchas personas es que se desprecian y se consideran seres sin valor e indignos de ser amados; de ahí la
importancia que le concedía a la aceptación incondicional del cliente.1 En efecto, el concepto de
autoestima se aborda desde entonces en la escuela humanista como un derecho inalienable de toda
persona, sintetizado en el siguiente «axioma»:
Todo ser humano, sin excepción, por el mero hecho de serlo, es digno del respeto incondicional de los demás y de
sí mismo; merece estimarse a sí mismo y que se le estime. 1
En virtud de este razonamiento, incluso los seres humanos más viles merecen un trato humano y
considerado. Esta actitud, no obstante, no busca entrar en conflicto con los mecanismos que la sociedad
tenga a su disposición para evitar que unos individuos causen daño a otros—sea del tipo que sea—.1
El concepto de autoestima varía en función del paradigma psicológico que lo aborde (psicología
humanista, psicoanálisis, ó conductismo). Desde el punto de vista del psicoanálisis, radicalmente opuesto,
la autoestima está relacionada con el desarrollo del ego; por otro lado, el conductismo se centra en
conceptos tales como «estímulo», «respuesta», «refuerzo», «aprendizaje», con lo cual el concepto
holístico de autoestima no tiene sentido. La autoestima es además un concepto que ha traspasado
frecuentemente el ámbito exclusivamente científico para formar parte del lenguaje popular. El budismo
considera al ego una ilusión de la mente, de tal modo que la autoestima, e incluso el alma, son también
ilusiones; el amor y la compasión hacia todos los seres con sentimientos y la nula consideración del ego,
constituyen la base de la felicidad absoluta. En palabras de Buda, «el budismo no es el camino hacia la
felicidad, la felicidad es el camino».3
Contenido
1 Fundamentos de la autoestima
2 Grados de autoestima
3 Importancia de la autoestima positiva
4 Falsos estereotipos
o 4.1 La comodidad no es autoestima
o 4.2 La autoestima no es competitiva ni comparativa
o 4.3 La autoestima no es narcisismo
5 Indicadores de autoestima
o 5.1 Indicios positivos de autoestima
o 5.2 Indicios negativos de autoestima
6 Caracterización de la Autoestima
7 Condiciones básicas de la autoestima
8 Consecuencias de una autoestima negativa
o 8.1 Sexismo y autoestima
o 8.2 Una poderosa necesidad humana
o 8.3 Autoeficacia y Autodignidad
9 Repercusión de los desequilibrios de autoestima en adolescentes
10 Conceptos análogos
o 10.1 Autoaceptación
11 Breve reseña histórica
12 La autoestima en el mundo real
o 12.1 Autoestima en el capitalismo
o 12.2 Autoestima en el comunismo
o 12.3 Autoestima en el socialismo
13 El concepto capitalista de la autoestima: críticas y controversia
14 Notas
15 Referencias
16 Véase también
17 Enlaces externos
Fundamentos de la autoestima
Es saber de que uno es una persona de valor no alguien con quien no se quiere y se lastima a si mismo. La
intensidad de desarrollar una confianza y un respeto saludables por uno mismo, es propia de la naturaleza
de los seres humanos, ya que el sólo hecho de poder pensar constituye la base de su suficiencia, y el único
hecho de estar vivos es la base de su derecho a esforzarse por conseguir felicidad. Así pues, el estado
natural del ser humano debería corresponder a una autoestima alta. Sin embargo, la realidad es que
existen muchas personas que, lo reconozcan o no, lo admitan o no, tienen un nivel de autoestima inferior
al teóricamente natural.4
Ello se debe a que, a lo largo del desarrollo, y a lo largo de la vida en sí, las personas tienden a apartarse
de la autoconceptualización [y conceptualización] positivas, o bien a no acercarse nunca a ellas. Los
motivos por los que esto ocurre son diversos, y pueden encontrarse en la influencia negativa de otras
personas, en un autocastigo por haber faltado a los valores propios [o a los valores de su grupo social], o
en un déficit de comprensión o de compasión por las acciones que uno realiza4 [y, por extensión, de las
acciones que realizan los demás].
John Powell, conocido divulgador de psicología,5 confiesa en uno de sus libros que, cuando alguien le alaba
sinceramente, él, en lugar de atenuar sus propios méritos, como suele hacerse, responde: «extiéndase, por favor,
extiéndase». Respuesta que, por insólita, suele hacer reír a la audiencia cuando se cuenta en público. Y también
hace pensar.1
José-Vicente Bonet
Grados de autoestima
La autoestima es un concepto gradual. En virtud de ello, las personas pueden presentar en esencia uno de
tres estados:
Tener una autoestima alta equivale a sentirse confiadamente apto para la vida, o, usando los
términos de la definición inicial, sentirse capaz y valioso; o sentirse acertado como persona.4
Tener una baja autoestima es cuando la persona no se siente en disposición para la vida; sentirse
equivocado como persona.4
Tener un término medio de autoestima es oscilar entre los dos estados anteriores, es decir,
sentirse apto e inútil, acertado y equivocado como persona, y manifestar estas incongruencias en
la conducta —actuar, unas veces, con sensatez, otras, con irreflexión—-, reforzando, así, la
inseguridad.4
En la práctica, y según la experiencia de Nathaniel Branden, todas las personas son capaces de desarrollar
la autoestima positiva, al tiempo que nadie presenta una autoestima totalmente sin desarrollar. Cuanto
más flexible es la persona, tanto mejor resiste todo aquello que, de otra forma, la haría caer en la derrota o
la desesperación.4
Pirámide de Maslow.
Es imposible la salud psicológica, a no ser que lo esencial de la persona sea fundamentalmente aceptado, amado y
respetado por otros y por ella misma.1
Abraham Maslow
El autoestima permite a las personas enfrentarse a la vida con mayor confianza, benevolencia y
optimismo, y por consiguiente alcanzar más fácilmente sus objetivos y autorrealizarse.4
Permite que uno sea más ambicioso respecto a lo que espera experimentar emocional, creativa y
espiritualmente. Desarrollar la autoestima es ampliar la capacidad de ser felices; la autoestima permite
tener el convencimiento de merecer la felicidad.4
El amor a los demás y el amor a nosotros mismos no son alternativas opuestas. Todo lo contrario, una actitud de
amor hacia sí mismos se halla en todos aquellos que son capaces de amar a los demás.
Erich Fromm
Permite la creatividad en el trabajo, y constituye una condición especialmente crítica para la profesión
docente.6 [nota]
La importancia de la autoestima se aprecia mejor cuando cae uno en la cuenta de que lo opuesto a ella no es la
heteroestima, o estima de los otros, sino la desestima propia, rasgo característico de ese estado de suma infelicidad
que llamamos «depresión». Las personas que realmente se desestiman, se menosprecian, se malquieren..., no suelen
ser felices, pues no puede uno desentenderse u olvidarse de sí mismo. 1
José-Vicente Bonet
Falsos estereotipos
La autoestima no tiene nada que ver con la cultura, la clase social, los bienes materiales o incluso el éxito.
En los países civilizados y ricos, y específicamente en las sociedades capitalistas, es frecuente sentirse
«incompleto», peor que otros. El propio sistema fuerza a la gente a sentirse así.
La comodidad no es autoestima
A una persona con la autoestima baja —o «equivocada», según la terminología de Branden—, cualquier
estímulo positivo, a lo más que podrá llegar, será a hacerla sentir cómoda o, a lo sumo, mejor con
respecto a sí misma únicamente durante un tiempo.4 Por lo tanto, los bienes materiales, o las relaciones
sexuales, o el éxito, o el aspecto físico, por sí solos, producirán sobre esa persona comodidad, o bien un
falso y efímero desarrollo de la autoestima, pero no potenciarán realmente la confianza y el respeto hacia
uno mismo.
La autoestima no es narcisismo
Un error común consiste en pensar que el amor a uno mismo es equivalente al narcisismo. Sin embargo,
el narcisismo es un síntoma de baja autoestima, lo cual significa desamor por uno mismo. Una persona
con una autoestima saludable se acepta y ama a sí misma incondicionalmente. Conoce sus virtudes, pero
también sus defectos. A pesar de ello, es capaz de conocer y aceptar tanto las virtudes como los defectos y
vivir amándose a sí misma. Por el contrario, una persona narcisista no es capaz de conocer y/o aceptar sus
defectos, que siempre trata de ocultar, al tiempo que intenta amplificar sus virtudes ante los demás para,
en el fondo, tratar de convencerse a sí misma de que es una persona de valor y tratar de dejar de sentirse
culpable por sus defectos.
Indicadores de autoestima
Indicios positivos de autoestima
(Adaptados de D.E. Hamachek, Encounters with the Self, Rinehart, Nueva York, 1971).
1. Cree con firmeza en ciertos valores y principios, y está dispuesta a defenderlos incluso aunque
encuentre oposición. Además, se siente lo suficientemente segura de sí misma como para
modificarlos si la experiencia le demuestra que estaba equivocada.1
2. Es capaz de obrar según crea más acertado, confiando en su propio criterio, y sin sentirse culpable
cuando a otros no les parezca bien su proceder.1
3. No pierde el tiempo preocupándose en exceso por lo que le haya ocurrido en el pasado ni por lo
que le pueda ocurrir en el futuro. Aprende del pasado y proyecta para el futuro, pero vive con
intensidad el presente.1
4. Confía plenamente en su capacidad para resolver sus propios problemas, sin dejarse acobardar
fácilmente por fracasos y dificultades. Y, cuando realmente lo necesita, está dispuesta a pedir la
ayuda de otros.1
5. Como persona, se considera y siente igual que cualquier otro; ni inferior, ni superior;
sencillamente, igual en dignidad; y reconoce diferencias en talentos específicos, prestigio
profesional o posición económica.1
6. Da por sentado que es interesante y valiosa para otras personas, al menos para aquellos con los
que mantiene amistad.1
7. No se deja manipular, aunque está dispuesta a colaborar si le parece apropiado y conveniente.1
8. Reconoce y acepta en sí misma diferentes sentimientos y pulsiones, tanto positivos como
negativos, y está dispuesta a revelárselos a otra persona, si le parece que vale la pena y así lo
desea.1
9. Es capaz de disfrutar con una gran variedad de actividades.1
10. Es sensible a los sentimientos y necesidades de los demás; respeta las normas sensatas de
convivencia generalmente aceptadas, y entiende que no tiene derecho —ni lo desea— a medrar o
divertirse a costa de otros.1
Ser una persona que no se deje manipular por los demás, Mejorar Día a día,
Indicios negativos de autoestima
La persona con autoestima deficiente suele manifestar algunos de los siguientes síntomas:
Caracterización de la Autoestima
La autoestima es una poderosa fuerza dentro de cada uno, comprende mucho más que ese sentido innato
de auto valía, que es nuestro derecho al nacer; es la experiencia de ser aptos para la vida y para las
necesidades de esta. Consiste en :
el aprecio y valoración que tenemos las personas de si, es verse uno mismo con características
positivas.
la confianza en nuestra capacidad de pensar y afrontar los desafíos que la vida nos presenta.
el derecho a ser felices, de ser dignos y a gozar de los frutos de nuestros esfuerzos.
Basadas en familia. consiste: la persona integra un determinado grupo social . Dependiendo que tipo de
familia tengamos así vamos a desarrollar la pertenencia
Cada persona es única, tiene sus propias normas de vida y sentimientos por lo que es necesario que cada
uno de nosotros descubramos y apreciemos lo que valemos, de esa manera valoraremos a los otros.
Quizá en ningún momento de la vida es tan importante para el niño tener puntos de referencia modelos o
ejemplos a quien imitar como es la etapa de la adolescencia .Estos modelos proporcionan patrones de
conducta al joven que introyecta en su vida, los cuales le ayudan a formar su propia escala de valores,
objetivos e ideales necesarios en el proceso de consolidar su identidad .
Sexismo y autoestima
Sexismo: juzgar el propio sexo como superior. El sexismo puede perjudicar gravemente la autoestima de
las niñas y los niños.
La autoestima es una necesidad muy importante para el ser humano; es básica y efectúa una contribución
esencial al proceso de la vida; es indispensable para el desarrollo normal y sano, tiene valor de
supervivencia.
El no tener una autoestima impide nuestro crecimiento psicológico, cuando se posee actúa como el
sistema inmunológico de la conciencia, dándole resistencia, fortaleza y capacidad de regeneración.
Cuando es baja, disminuye nuestra resistencia frente a las adversidades de la vida.
Autoeficacia y Autodignidad
Autoeficacia: confiar en el funcionamiento de mi mente, capacidad de pensar, en los procesos por los
cuales juzgo, elijo, decido, confianza capacidad de comprender los hechos de la realidad que entran en la
esfera de mis intereses y necesidades, confianza conocedora en sí mismo.
Autodignidad: seguridad de mi valor; una actitud afirmativa hacía mi derecho de vivir y =D.
Autoeficacia y Autodignidad son los pilares duales de la autoestima. La falta de alguno de ellos afecta
enormemente; representan la esencia del autoestima.
Repercusión de los desequilibrios de autoestima en adolescentes
Los desequilibrios de autoestima pueden presentarse de formas como las siguientes:
Trastornos psicológicos:
Ideas de suicidio
Falta de apetito
Pesadumbre
Poco placer en las actividades
Se pierde la visión de un futuro
Estado de ánimo triste, ansioso o vacío persistente
Desesperanza y pesimismo
Culpa, inutilidad y desamparo como sentimientos
Dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones
Trastornos en el sueño
Inquietud, irritabilidad
Dolores de cabeza
Trastornos digestivos y nauseas
Trastornos afectivos:
Trastornos intelectuales:
Trastornos de conducta:
Trastornos somáticos:
Insomnio
Dormir inquieto
Anorexia
Tensión en músculos de la nuca
Enfermedades del estomago
Alteraciones en la frecuencia ritmo cardíaca
Mareos
Nauseas
Conceptos análogos
autoconcepto, autorrespeto, autoaceptación.
[editar] Autoaceptación
1. El reconocimiento responsable, ecuánime y sereno de aquellos rasgos físicos y psíquicos que nos
limitan y empobrecen, así como de aquellas conductas inapropiadas y/o erróneas de las que somos
autores.1
2. La consciencia de nuestra dignidad innata como personas que, por muchos errores o maldades que
perpetremos, nunca dejaremos de ser nada más y nada menos que seres humanos falibles.1
'Autoaceptación' quiere decir que la persona se acepta a sí misma plenamente y sin condiciones, tanto si se
comporta como si no se comporta inteligente, correcta o competentemente, y tanto si los demás le conceden como
si no le conceden su aprobación, su respeto y su amor. 1
Albert Ellis
Investigadores como Coopersmith (1967), Brinkman et al. (1989), López y Schnitzler (1983),
Rosemberg y Collarte, si bien exponen conceptualizaciones de la autoestima diferentes entre sí,
coinciden en algunos puntos básicos, como que la autoestima es relevante para la vida del ser
humano y que constituye un factor importante para el ajuste emocional, cognitivo y práctico de la
persona.6 Agrupando las aportaciones de los autores citados, se obtendría una definición conjunta
como la siguiente:
La autoestima es una competencia específica de carácter socio-afectivo que constituye una de las bases mediante
las cuales el sujeto realiza o modifica sus acciones. Se expresa en el individuo a través de un proceso psicológico
complejo que involucra a la percepción, la imagen, la estima y el autoconcepto que éste tiene de sí mismo. En este
proceso, la toma de conciencia de la valía personal se va construyendo y reconstruyendo durante toda la vida, tanto
a través de las experiencias vivenciales del sujeto, como de la interacción que éste tiene con los demás y con el
ambiente.6
Autoestima en el capitalismo
El capitalismo está basado en el individualismo y la competición. Ayn Rand postula que el altruismo nos
envilece, Sigmund Freud identifica el amor con el narcisismo, y Nathaniel Branden considera el egoísmo
como algo que puede ser saludable. Según Branden, el egoísmo entendido como un sentimiento noble es
algo positivo, ya que constituye la chispa que hace que la gente mejore su autoestima; es decir, bajo esta
concepción la autoestima equivale al propio ego. Sin embargo, las sociedades y la justicia están lejos de
ser perfectas; no todos son nobles, no todos tratan de mejorarse a sí mismos sin degradar a los demás; en
pocas palabras, no todo el mundo consigue al mismo tiempo éxito y autoestima positiva, con lo cual el
resultado en la práctica es injusticia social. Es decir, existe gente muy rica y gente muy pobre, y los ricos
no se preocupan de los pobres, o incluso tratan de evitar en su propio beneficio que estos suban en la
escala social, al tiempo que los pobres sienten envidia de los ricos y consideran el sistema injusto. Desde
el punto de vista humanista, encontramos tanto a ricos como a pobres con baja autoestima. Según Lenin,
la fase de acumulación capitalista lleva de forma inherente un tipo de fascismo que adopta como
ideología la «defensa del mundo libre», la cultura occidental, y el hemisferio, es decir, el mantenimiento
del sistema capitalista mundial.9
Albert Ellis, psicólogo humanista, escribe respecto al fascismo: «¿Cuál es el propósito de valorarse a sí
mismo, conseguir un engrandecimiento del ego o una mayor autoestima? Obviamente, para sentirnos
mejor que otra gente: para deificarnos a nosotros mismos, para santificarnos más que otros, para
“elevarnos al cielo en una carroza dorada”. Bonito trabajo, ¡si se pudiera hacer! Pero desde el momento
en que la autoestima parece correlacionarse altamente con lo que Bandura (1977) llama la autoeficacia,
solamente se puede tener un ego fuerte y estable cuando a) Trabaja uno bien, b) sabe que continuará
haciéndolo bien, y c) tiene la garantía de que siempre será igual o mejor que los demás en trabajos
importantes tanto en el presente como en el futuro. Bien, a menos que sea uno absolutamente perfecto, ¡se
necesitan montañas de suerte para esas aspiraciones!»10
Según Nathaniel Branden, la autoestima es una experiencia íntima, que reside en el núcleo de nuestro ser.
Es lo que uno, y no los demás, piensa y siente sobre sí mismo.4
Según Branden, durante la niñez, el grado de respeto, amor, reconocimiento y, en definitiva, educación
emocional que se recibe, va influyendo sobre la autoestima, aunque, no obstante, las elecciones y
decisiones propias del niño son un factor crítico en cuanto a la autoestima que éste cosecha en su camino
hacia la vida adulta. No somos, por lo tanto, meros depositarios de las opiniones ajenas. Del mismo
modo, también depende de los adultos el desarrollo de su autoestima independientemente del pasado que
hayan podido tener. Es decir, nadie puede pensar por otro, o imponerle la fe y el amor propio. Una
persona puede recibir amor de todos los que la rodean y seguir sin amarse a sí misma, puede ser admirada
y no encontrar sus valores, puede aparentar seguridad y sentir inseguridad, satisfacer las expectativas de
los demás y no las propias, tener éxito y no reconocerlo.4
Alcanzar el éxito sin alcanzar una autoestima positiva es estar condenado a sentirse como un impostor que espera
con angustia que lo descubran.
Nathaniel Branden
No es necesario llegar a odiarnos para poder aprender a querernos más; no tenemos que sentirnos inferiores para
desear tenernos más confianza. No hemos de sentirnos infelices para querer ampliar nuestra capacidad de alegría.
Nathaniel Branden
Autoestima en el comunismo
Por otro lado, el comunismo está basado en la comunidad y la colaboración. Teóricamente es un sistema
puramente altruista basado en el amor bajo la concepción de Leibniz («amar es encontrar en la felicidad
de otro tu propia felicidad»), y, según autores, «está basado en la promoción de la honra, pero no
entendida como un sentimiento individual, sinónimo de honor, sino como valoración de lo colectivo, el
impulso de la autoestima y la ruptura de la sumisión a intereses oligárquicos».11 En este caso, el egoísmo
se manifiesta como un sentimiento colectivo compartido por todos los miembros: uno desea lo mejor a los
demás, y los demás desean lo mejor a uno. La autoestima mejora cuando la comunidad en conjunto
funciona, y especialmente cuando esta avanza. Uno se siente en armonía consigo mismo como parte
importante del grupo, con el grupo como entidad, y con la naturaleza. Pero, como sucede con el
capitalismo, la imperfección de la sociedad y la justicia lleva fácilmente a efectos indeseados. Algunas
personas pueden no seguir las reglas, y la ausencia absoluta de competición en la sociedad puede hacer
que algunas personas egoístas acumulen una increíble cantidad de poder, o incluso que una sola persona
se haga con el control total de un país. Eso es lo que se conoce como dictadura comunista, a menudo
justificada como necesidad coyuntural. La autoestima, desde el punto de vista humanista, es, en este caso,
baja para el líder narcisista y baja para los trabajadores oprimidos, que ni siquiera tienen la posibilidad de
sentirse responsables del grupo.
Desde el punto de vista opuesto, Carlos Alberto Montaner, vicepresidente de la Internacional Liberal, y
defensor del capitalismo, considera que las razones del fracaso del comunismo son: el colectivismo y la
represión al ego, el altruismo universal abstracto contra el altruismo selectivo espontáneo, la desparición
de los estímulos materiales como recompensa a los esfuerzos, la falsa solidaridad colectiva y el
debilitamiento del «bien común», la ruptura de los lazos familiares, las instituciones estabularias, el paso
del ciudadano indefenso al ciudadano parásito, el miedo como elemento de coacción y la mentira como su
consecuencia, la desaparición de la tensión competitiva, y la necesidad de libertad.12
Autoestima en el socialismo
El socialismo, sistema ideal para Albert Einstein,13 tiene individualismo y competición, comunidad y
colaboración. Es un sistema práctico. El individualismo y la competición son menores que en el
capitalismo, y el sentido de comunidad y colaboración son menores que en el comunismo. Como
resultado, los ricos son más pobres y los pobres son más ricos que en el capitalismo y el comunismo
prácticos, respectivamente. El sistema garantiza mayor justicia económica para el grupo mientras la
economía funciona, a expensas de individualidad y sentido de comunidad, y con la autoestima centrada en
el desarrollo personal y cultural más que en el escalado social. Cuando no funciona, el sistema
involuciona hacia el capitalismo de estado, donde tanto los ricos como los pobres se vuelven más pobres,
siendo normalmente los pobres los que se llevan la peor parte, ya que la falta de dinero constituye un
mayor porcentaje de sus bienes totales. La autoestima, por lo tanto, tiende a volverse baja para los ricos y
muy baja para los pobres mientras el sistema no funcione.
Tal vez las críticas teóricas y operativas más duras provengan del psicólogo estadounidense Albert Ellis,
quien en numerosas ocasiones ha calificado la filosofía de la autoestima como esencialmente
autofrustrante y destructiva en última instancia.20 Ellis considera que, aunque la propensión y tendencia
del ser humano hacia el ego es innata, la filosofía de la autoestima aparece en un análisis definitivo como
irreal, ilógica y destructiva para el individuo y para la sociedad, proporcionando más daño que beneficio.
Cuestiona los fundamentos y la utilidad de la fuerza del ego, y afirma que la autoestima está basada en
premisas definitorias arbitrarias, y sobre un pensamiento sobre-generalizado, perfeccionista y ostentoso.20
Admite que la consideración y valoración de los comportamientos y características son funcionales e
incluso necesarios, pero ve la consideración y valoración de la totalidad de los seres humanos y la
totalidad de uno mismo como irracionales, antiéticas y absolutistas. Según Ellis, la alternativa más
saludable es la autoaceptación y aceptación de los demás de forma incondicional.21 Utiliza una
psicoterapia denominada Rational Emotive Behavior Therapy («terapia de comportamiento emotivo
racional»).22
Notas
A.↑ A pesar de ello, y aunque existen numerosos estudios sobre la autoestima, son pocos los que
se centran específicamente sobre este grupo de población.
Referencias
1. ↑ a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r s t u v w x y z aa ab ac ad ae af ag ah José-Vicente Bonet. Sé amigo de ti mismo:
manual de autoestima. 1997. Ed. Sal Terrae. Maliaño (Cantabria, España). ISBN 978-84-293-1133-4.
2. ↑ Cheroky Mena Covarrubias. «Una óptica humanista y conductista de la sustentabilidad».
3. ↑ Juan José Bustamante. «El despertar y la felicidad en el budismo».
4. ↑ a b c d e f g h i j k l m n Nathaniel Branden. Cómo mejorar su autoestima. 1987. Versión traducida:
1990. 1ª edición en formato electrónico: enero de 2010. Ediciones Paidós Ibérica. ISBN 978-84-493-2347-
8.
5. ↑ Página web personal de John Powell
6. ↑ a b c Miranda, Christian (2005). «La autoestima profesional: una competencia mediadora para la
innovación en las prácticas pedagógicas» (PDF). Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y
Cambio en Educación 3 (1). http://redalyc.uaemex.mx/pdf/551/55130179.pdf.
7. ↑ Página personal de José-Vicente Bonet
8. ↑ Ovidio D'Angelo Hernández. Desarrollo de la autoestima y la conciencia moral en las
contradicciones de la sociedad contemporánea.
9. ↑ Helgio Trindade. El tema del fascismo en América Latina. P. 120 (P. 8).
10. ↑ Albert Ellis. Fascismo intelectual.
11. ↑ Ángel Luis López Villaverde, Isidro Sánchez Sánchez. Honra, agua y pan: un sueño comunista
de Cipriano López Crespo (1934-1938). P. 14.
12. ↑ Carlos Alberto Montaner. El totalitarismo y la naturaleza humana: Cómo y por qué fracasó el
comunismo.
13. ↑ Albert Einstein. ¿Por qué socialismo? Monthly Review, Nueva York, mayo de 1949.
http://laberinto.uma.es.
14. ↑ Paul Wink. Two faces of narcissism.
15. ↑ Godfrey T. Barrett-Lennard. Carl Rogers' helping system: journey and substance. P. 65..
16. ↑ Daniel Goleman. Healing emotions.
17. ↑ Paul Tillich. The Eternal Now.
18. ↑ M. Editor Kending. Alfred Korzybski: Collected Writings, 1920-1950. P. 425.
19. ↑ Paul Tillich. A History of Christian thought.
20. ↑ a b Ellis, A. (2001). Feeling better, getting better, staying better. Impact Publishers.
21. ↑ Ellis, A. The Myth of Self-esteem. 2005.
22. ↑ Albert Ellis, Windy Dryden. The Practice of Rational Emotive Behavior Therapy.
Véase también
Adolescencia
Pirámide de Maslow
Trastorno narcisista de la personalidad
Inteligencia emocional
Amor
Yo
Enlaces externos
Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Autoestima.
Condiciones Basicas del Autoestima
Autoestima en la adolescencia
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Categorías:
Conciencia
Psicología
Desarrollo humano
Felicidad
Adolescencia
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Grupo de adolescentes.
Algunos psicólogos consideran que la adolescencia abarca hasta los 21 años3 e incluso algunos autores
han extendido en estudios recientes la adolescencia a los 25 años.4
Contenido
1 Definición y características
o 1.1 Etapas y cuantificación
o 1.2 Características
2 Maduración sexual
o 2.1 Mujeres
o 2.2 Varones
3 Crecimiento y desarrollo
o 3.1 Altura: el estirón de la adolescencia
o 3.2 Otros cambios físicos
3.2.1 Peso
3.2.2 Grasa corporal
3.2.3 Cabeza
3.2.4 Crecimiento muscular
3.2.5 Dentición
4 Atención del adolescente
5 Tradiciones
o 5.1 La adolescencia en el judaísmo
6 Véase también
7 Referencias
8 Enlaces externos
Definición y características
La adolescencia es esencialmente una época de cambios. Es la etapa que marca el proceso de
transformación del niño en adulto, es un período de transición que tiene características peculiares. Se
llama adolescencia, porque sus protagonistas son jóvenes de identidad y de una clara definición, que ya
no son totalmente niños, pero tampoco son adultos, son una especie de híbrido, con rasgos de adulto y
resabios de niño.[cita requerida]
Etapas y cuantificación
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que una de cada cinco personas en el mundo es
adolescente, 85 por ciento de ellos viven en países pobres o de ingresos medios, y alrededor de 1,7
millones de ellos mueren al año.5 La OMS define la adolescencia como la etapa comprendidad entre los
11 u 12 años hasta los 19 años, y considera dos fases: la adolescencia temprana, de los 10 u 11 hasta los
14 o 15 años, y la adolescencia tardía, de los 15 a los 19 años.6 Sin embargo, la condición de juventud no
es uniforme y varía según el grupo social que se considere apto.
Características
Muchas culturas difieren respecto a cuál es la edad en la que las personas llegan a ser adultas. En diversas
regiones, el paso de la adolescencia a la edad adulta va unido a ceremonias y/o fiestas, como por ejemplo
en el Benei Mitzvá, que se celebra a los doce años. Aunque no existe un consenso sobre la edad en la que
termina la adolescencia, psicólogos como Erik Erikson consideran que la adolescencia abarca desde los
doce o trece años hasta los veinte o veintiún años.7 Según Erik Erikson, este período de los 13 a los 21
años es la búsqueda de la identidad, define al individuo para toda su vida adulta quedando plenamente
consolidada la personalidad a partir de los 21 años.8 Sin embargo, no puede generalizarse, ya que el final
de la adolescencia depende del desarrollo psicológico, la edad exacta en que termina no es homogénea y
dependerá de cada individuo.
Maduración sexual
En la adolescencia temprana y para ambos sexos, no hay gran desarrollo manifiesto de los caracteres
sexuales secundarios, pero suceden cambios hormonales a nivel de la hipófisis, como el aumento en la
concentración de gonadotropinas (hormona folículoestimulante) y de esteroides sexuales. Seguidamente
aparecen cambios físicos, sobre todo cambios observados en la glándula mamaria de las niñas, los
cambios genitales de los varones y el vello pubiano en ambos sexos.9
Mujeres
El primer cambio identificable en la mayoría de las niñas es la aparición del botón mamario. La
adolescencia en las mujeres comienza a los 10 o 12 años.
El vello púbico, bajo la acción de los andrógenos adrenales y ováricos, es fino, escaso y aparece
inicialmente a lo largo de los labios mayores, y luego se va expandiendo. El vello púbico en algunos
casos coincide con el desarrollo mamario y en otros puede ser el primer indicio puberal. Suele comenzar a
notarse a los 9 o 10 años de edad. Al pasar los años, el vello pubiano se hace más grueso y menos lacio,
denso, rizado y cubre la superficie externa de los labios, y se extiende hasta el monte de Venus, y alcanza
la forma triangular característica adulta después de 3 a 5 años (aproximadamente entre los 15 y 16 años
de edad). El vello axilar y el vello corporal aparecen más tarde.
Los genitales y las gónadas cambian de aspecto y configuración. Los labios mayores aumentan de
vascularización y aumenta la cantidad de folículos pilosos, hay estrogenización inicial de la mucosa
vaginal, los ovarios y el cuerpo del útero aumentan en tamaño. Las trompas de Falopio aumentan después
de tamaño, y aumenta el número de pliegues en su mucosa. Los labios menores se desarrollan, los labios
mayores se vuelven luego delgados y se pigmentan y crecen, para cubrir el introito. La vagina alcanza una
profundidad de 8 cm y, luego, de 10–11 cm. Por efectos estrogénicos, la mucosa se torna más gruesa, las
células aumentan su contenido de glucógeno y el pH vaginal pasa de neutro a ácido un año antes de la
primera menstruación (conocida con el nombre de menarquia o menarca).
Se desarrollan las glándulas de Bartolino, aumentan las secreciones vaginales, la flora microbiana cambia
(aparece el bacilo de Doderlein), la vulva sufre modificaciones en su espesor y coloración. Por último, en
las mujeres que nacen con himen, éste se engrosa y su diámetro alcanza 1 cm.
La menarquia o menarca, que es la primera menstruación, aparece precedida por un flujo claro, inodoro,
transparente y bacteriológicamente puro que, visto al microscopio, tiene aspecto de hojas de helecho. La
menarquia tiende a presentarse a los 11 o 12 años. Se denomina pubertad precoz cuando aparece de
manera anormalmente temprana (8-10 años).
Varones
Los testículos prepuberianos tienen un diámetro aproximado de 2,5 a 3 cm, el cual aumenta por la
proliferación de los túbulos seminíferos. El agrandamiento del epidídimo, las vesículas seminales y la
próstata coinciden con el crecimiento testicular, pero no es apreciable externamente. En el escroto se
observa un aumento en la vascularización, adelgazamiento de la piel y desarrollo de los fulículos pilosos.
El vello sexual aparece y se propaga hasta el pubis, donde se aprecia más grueso y rizado. Puede
comenzar a aparecer el vello axilar y, en ocasiones, en el labio superior (bigote). El vello en los brazos y
en las piernas se torna más grueso y abundante alrededor de los 14 años. Aumenta la actividad apocrina
(es decir, de la secreción de las glándulas suprarrenales), con la aparición de humedad y olor axilar, igual
que el acné, típico de esta etapa de la vida.
Crecimiento y desarrollo
Véase también: Adolescencia inicial
Desde el punto de vista práctico, los cambios habituales del crecimiento tienen tres grandes
características:
1. Se realizan en forma secuencial, es decir, unas características aparecen antes de que aparezcan
otras, como es el caso del crecimiento de los senos antes de la aparición de la menstruación (o
regla o periodo), el vello púbico antes que el axilar, los miembros inferiores crecen primero que el
tronco, los testículos se incrementan antes que el pene, etc.
2. El tiempo de comienzo, la magnitud y la velocidad de cada evento es considerablemente variable
entre las edades y los sexos.
3. Cada evento del crecimiento sigue la ley de la variabilidad individual del desarrollo. Cada
individuo tiene una propia manera de ser y la conserva a través de los años de la adolescencia y en
el que influyen diversos factores, como su origen étnico, su constitución genética o familiar,
nutrición, funcionamiento endocrino y ambiente sociocultural. Basado en ello, la evaluación de la
maduración sexual suele ser más valiosa desde el punto de vista clínico que la edad cronológica,
que es la correlación que por lo general preocupa a los padres y al mismo adolescente.
Los cambios biológicos y orgánicos durante la adolescencia marcan de modo casi definitivo el
dimorfismo sexual. Estos cambios dependen en gran medida del tipo constitucional, factores genéticos y
otros más circunstanciales como la nutrición o la presencia o no de determinados desbalances hormonales
que no necesariamente tienen que ser patológicos. En ocasiones los adolescentes se preguntan el por qué
de la diferencia en el desarrollo y la aparición de los caracteres sexuales entre unos y otros, y la respuesta
puede encontrarse en cualquiera de los elementos señalados anteriormente. No obstante hay
características que deben aparecer en una edad determinada, independientemente de las variables, por lo
que se recomienda que ante cualquier inquietud se consulten a los especialistas en la temática.
Peso
En las mujeres, durante la pubertad temprana, la ganancia de peso continúa siendo de 2 kg por año, pero
luego experimenta una aceleración que llega a un máximo después de alcanzar el punto de velocidad
máxima de crecimiento. En los varones, el peso coincide con la talla, es decir, de 100 a 200 gramos por
año. El aumento del peso puberal viene a representar el 50 por ciento del peso ideal del individuo adulto.
[cita requerida]
Grasa corporal
La grasa corporal total aumenta en la pubertad temprana para ambos sexos. Más adelante, las niñas
depositan grasa de manera más rápida y más extensa que en los varones, con predominio en miembros
superiores, tronco y parte superior del muslo. En condiciones no patológicas, en ningún momento de la
pubertad se espera que las niñas pierdan grasa, mientras que los varones en el crecimiento rápido, pierden
grasa en los miembros y el tronco.
La mujer y el varón prepuberales tienen igual proporción entre masa magra (tejido muscular, huesos y
vísceras) y tejido adiposo. En el varón, el aumento de la masa magra es paralelo al incremento de la talla
y del estirón puberal en músculos y huesos, los cuales coinciden con el punto de velocidad máxima
(PVM) de crecimiento. Por el contrario, en las niñas se continúa acumulando el tejido adiposo en las
extremidades y en el tronco. Este crecimiento divergente da como resultado que los varones tengan hasta
un 45 por ciento de su peso corporal en músculos y que las mujeres hasta un 30 por ciento de su peso
corporal en grasa. Al final de la pubertad, los varones son más pesados que las mujeres.
Cabeza
La cabeza aumenta muy poco en tamaño, pero la cara se diferencia tomando aspecto de adulto, sobre todo
por el reforzamiento mandibular, muy evidente en el varón y por los cambios en la nariz. Bajo las
influencias de los andrógenos se establece también una diferencia en la parte anterior del cartílago tiroides
y las cuerdas vocales, que tienen el triple de longitud en los niños que en las niñas.
Crecimiento muscular
Dentición
Importa el diagnóstico de las caries y alteraciones mecánicas. En general, se completan 28 piezas durante
la adolescencia.
De 9 a 11 años: 4 premolares
De 10 a 12 años: los segundos premolares
De 10 a 14 años: los caninos
De 11 a 13 años: los segundos molares
De 14 a 18 años las llamadas muelas de juicio, con lo que se completa la dentadura adulta.
Alteraciones en el
Menarquia precoz, discapacitación o retardo mental.
desarrollo puberal
Desatención y
otros problemas
Fugas frecuentes o deserción del hogar, desempleo del jefe del hogar mayor a 6 meses.
en la relación
familiar
Trastornos de la
Malnutrición, hipertensión arterial, arterosclerosis, diabetes, enfermedades crónicas,
conducta
como el cáncer, tuberculosis, etc.10
alimentaria
Riesgos Analfabetismo, bajo rendimiento y/o deserción escolar, crisis de autoridad, tiempo libre
intelectuales mal utilizado, segregación grupal
Factores
Tabaquismo, alcoholismo y otras drogas; uso de automóviles
biológicos
En el planeta, las principales causas de fallecimiento entre los adolescentes varían poco entre los distintos
países: heridas no intencionales (particularmente accidentes de tránsito), SIDA (es la principal causa de
muerte de mujeres jóvenes en África), otras enfermedades infecciosas, homicidio y otras heridas
intencionales (especialmente importante en Suramérica), como la guerra, el suicidio y las heridas auto-
infligidas.13
Tradiciones
La llegada a la adolescencia se ha celebrado siempre con distintos rituales y ritos de paso, como pueden
ser, por ejemplo, las distintas fiestas que, organizadas por los quintos, se realizan en España e
Hispanoamérica. También por ejemplo, la celebración de Japón de esto se llama seijin shiki (la "venida de
la edad").
La adolescencia en el judaísmo
La tradición judía considera que los varones son miembros de la comunidad adulta a la edad de 13 años y
las chicas a la edad de 12, y esta transición se celebra mediante un ritual, llamado "Bat Mitzvah" para las
mujeres, y el "Bar Mitzvah" para los varones.
Véase también
Pubertad - Adolescencia inicial Métodos anticonceptivos Derechos
Juventud - Mayoría de edad Anticonceptivos de reproductivos
Convención sobre los emergencia Planificación familiar
Derechos del Niño Embarazo Drogas -
Declaración de los Derechos Embarazo adolescente Drogodependencia
del Niño Embarazo no deseado Alcoholismo
Declaración Universal de los Aborto inducido Delincuencia juvenil
Derechos Humanos Hebiatría (medicina de Desempleo
Educación sexual adolescentes)
Relaciones sexuales Rito de paso
Infecciones de transmisión
Edad de consentimiento sexual sexual
Referencias
1. ↑ Los adolescentes, en OMS - WHO
2. ↑ La salud de los jóvenes: un desafío para la sociedad, 2000, Informe Salud para todos en el año
2000, pag. 12 OMS
3. ↑ http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/puericultura/desarrollo_adolescente%282%29.pdf
4. ↑ http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/puericultura/desarrollo_adolescente%282%29.pdf
5. ↑ a b Secretaría de Salud. Dirección General de Información en Salud. Adolescents mortality. Bol.
Méd. Hosp. Infant. Méx. [online]. 2005, 62(3), [Último acceso 19 de abril de 2008], pp. 225-238.
Disponible en: [1]. ISSN 1665-1146.
6. ↑ M Rodríguez Rigual. Mesa redonda: Adolescencia - Necesidad de creación de unidades de
adolescencia (en español). An Pediatr, 2003; 58:104-106. Último acceso 19 de abril de 2008.
7. ↑ «Adolescencia».
8. ↑ [2]
9. ↑ a b Texas Children’s Hospital (octubre de 2002). «Crecimiento y desarrollo de los adolescentes»
(en español). Consultado el 19 de abril de 2008.
10. ↑ Instituto del Corazón de Texas (junio de 2007). «Factores de riesgo cardiovascular para niños y
adolescentes» (en español). Centro de Información Cardiovascular. Consultado el 19 de abril de 2008.
11. ↑ BARALDI, Ana Cyntia Paulin, DAUD, Zaira Prado, ALMEIDA, Ana Maria de, et al. Gravidez
na adolescência: estudo comparativo das usuárias das maternidades públicas e privadas. Rev. Latino-Am.
Enfermagem [online]. 2007, vol. 15, no. spe [citado 2008-04-19], pp. 799-805. Disponível em: [3]. ISSN
0104-1169. doi: 10.1590/S0104-11692007000700014
12. ↑ Academia Estadounidense de Psiquiatría del Niño y del Adolescente (abril de 1998). «El
Desarrollo Normal de la Adolescencia: La escuela intermedia y los primeros años de la secundaria» (en
español). Información para la familia. Consultado el 19 de abril de 2008.
13. ↑ Departamento de Estado, Programas de Información Internacional (enero de 2005). «La salud en
los adolescentes: problemas mundiales, retos locales.» (en español). Periódico Electrónico USA.
Consultado el 19 de abril de 2008.
Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Adolescencia.
Medicina de adolescentes
Los problemas sociales en la juventud contribuyen a la ansiedad y la depresión (en español).
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare.
Cómo hablar con su hijo sobre la pubertad (en español). Por KidsHealth.com (2005).
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Pirámide de Maslow
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La Pirámide de Maslow, o jerarquía de las necesidades humanas, es una teoría psicológica propuesta
por Abraham Maslow en su obra: Una teoría sobre la motivación humana (en inglés, A Theory of Human
Motivation) de 1943, que posteriormente amplió. Maslow formula en su teoría una jerarquía de
necesidades humanas y defiende que conforme se satisfacen las necesidades más básicas (parte inferior de
la pirámide), los seres humanos desarrollan necesidades y deseos más elevados (parte superior de la
pirámide).
7 Enlaces externos
La idea básica de esta jerarquía es que las necesidades más altas ocupan nuestra atención sólo cuando se
han satisfecho las necesidades inferiores de la pirámide. Las fuerzas de crecimiento dan lugar a un
movimiento ascendente en la jerarquía, mientras que las fuerzas regresivas empujan las necesidades
prepotentes hacia abajo en la jerarquía. Según la pirámide de Maslow dispondríamos de:
Necesidades básicas
Son necesidades fisiológicas básicas para mantener la homeostasis (referente a la salud); dentro de estas,
las más evidentes son:
Estas surgen cuando las necesidades fisiológicas se mantienen compensadas. Son las necesidades de
sentirse seguro y protegido, incluso desarrollar ciertos límites en cuanto al orden. Dentro de ellas
encontramos:
Están relacionadas con el desarrollo afectivo del individuo, son las necesidades de:
Asociación
Participación
Aceptación
Se satisfacen mediante las funciones de servicios y prestaciones que incluyen actividades deportivas,
culturales y recreativas. El ser humano por naturaleza siente la necesidad de relacionarse, ser parte de una
comunidad, de agruparse en familias, con amistades o en organizaciones sociales. Entre estas se
encuentran: la amistad, el compañerismo, el afecto y el amor. Estas se forman a partir del esquema social.
Necesidades de estima
Maslow describió dos tipos de necesidades de estima, una alta y otra baja.
La estima alta concierne a la necesidad del respeto a uno mismo, e incluye sentimientos tales
como confianza, competencia, maestría, logros, independencia y libertad.
La estima baja concierne al respeto de las demás personas: la necesidad de atención, aprecio,
reconocimiento, reputación, estatus, dignidad, fama, gloria, e incluso dominio.
La merma de estas necesidades se refleja en una baja autoestima y el complejo de inferioridad. El tener
satisfecha esta necesidad apoya el sentido de vida y la valoración como individuo y profesional, que
tranquilamente puede escalonar y avanzar hacia la necesidad de la autorrealización.
La necesidad de autoestima, es la necesidad del equilibrio en el ser humano, dado que se constituye en el
pilar fundamental para que el individuo se convierta en el hombre de éxito que siempre ha soñado, o en
un hombre abocado hacia el fracaso, el cual no puede lograr nada por sus propios medios.
Autorrealización o autoactualización
Este último nivel es algo diferente y Maslow utilizó varios términos para denominarlo: «motivación de
crecimiento», «necesidad de ser» y «autorrealización».
Son las necesidades más elevadas, se hallan en la cima de la jerarquía, y a través de su satisfacción, se
encuentra un sentido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad. Se llega a ésta cuando
todos los niveles anteriores han sido alcanzados y completados, al menos, hasta cierto punto.
Personas autorrealizadas
Maslow consideró autorrealizados a un grupo de personajes históricos que estimaba cumplían dichos
criterios: Abraham Lincoln, Thomas Jefferson, Mahatma Gandhi, Albert Einstein, Eleanor Roosevelt,
William James, entre otros.
Maslow dedujo de sus biografías, escritos y actividades una serie de cualidades similares. Estimaba que
eran personas:
Metanecesidades y metapatologías
Maslow también aborda de otra forma la problemática de lo que es autorrealización, hablando de las
necesidades impulsivas, y comenta lo que se necesitaba para ser feliz: verdad, bondad, belleza, unidad,
integridad y trascendencia de los opuestos, vitalidad, singularidad, perfección y necesidad, realización,
justicia y orden, simplicidad, riqueza ambiental, fortaleza, sentido lúdico, autosuficiencia, y búsqueda de
lo significativo.
Cuando no se colman las necesidades de autorrealización, surgen las metapatologías, cuya lista es
complementaria y tan extensa como la de metanecesidades. Aflora entonces cierto grado de cinismo, los
disgustos, la depresión, la invalidez emocional y la alienación.
Ciclo de proceso
Maslow definió en su pirámide las necesidades básicas del individuo de una manera jerárquica, colocando
las necesidades más básicas o simples en la base de la pirámide y las más relevantes o fundamentales en
la cima de la pirámide, a medida que las necesidades van siendo satisfechas o logradas surgen otras de un
nivel superior o mejor. En la última fase se encuentra con la «autorrealización» que no es más que un
nivel de plena felicidad o armonía.
Críticas a su teoría
Acorde con Manfred Max-Neef, Antonio Elizalde y Martin Hopenhayn en el libro Desarrollo a escala
humana publicado en 1986, y también con Paul Ekins en Riquezas sin límites, Atlas Gaia de la economía
verde, a esta concepción de Maslow se le atribuye la legitimación de la "piramidalidad" social. Si las
necesidades están jerarquizadas y son infinitas, la sociedad se configurará también "naturalmente" como
una pirámide donde sólo la cúspide accede a más y a más a costa de mantener abajo a una base cuanto
más amplia y desposeída más conveniente. Esto se contrapone a la visión del desarrollo a Escala Humana,
donde se esgrime que las necesidades son pocas, finitas, clasificables y universales. Forman un sistema de
9 necesidades con cuatro formas de realización: Subsistencia, Protección, Afecto, Comprensión,
Participación, Creación, Recreo, Identidad y Libertad, mediante el Ser, el Tener, el Hacer y el
Relacionarse.
Mahmoud A. Wahba y Lawrence G. Bridwell realizaron en Maslow Reconsidered: A Review of Research
on the Need Hierarchy Theory (1976) una revisión extensa de la teoría de Maslow y encontraron escasas
evidencias de que este orden de necesidades de Maslow fuese así o de que existiera jerarquía alguna.
Véase también
Abraham Maslow
Psicología humanista
Psicoterapia
Bibliografía
George Boeree (2003) Teorías de la personalidad, de Abraham Maslow. Traducción: Rafael
Gautier.
Abraham Maslow A Theory of Human Motivation, en books.google.es
Abraham Maslow A Theory of Human Motivation, en emotionalliteracyeducation
Abraham Maslow (1943) A Theory of Human Motivation, en psychclassics.yorku.ca
Abraham Maslow A Theory of Human Motivation, en altruists.org