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NATURALEZA HUMANA,
PERSONA Y PERSONALIDAD

Era preciso enunciar así : "Naturaleza humana, persona y perso-

nalidad", para, sin necesidad de recurrir a ulteriores referencias, dejar
bien fijado, en una primera ojeada, el nivel en el cual quiero encon-
trame con el tema dicho ; concretamente, con la problemática de la
personalidad.
Al final de la materia de nuestro estudio-fuera de él-comienza
aquello que es propiamente la libertad indiferenciada, bandera que
tanto más se ahorca cuanto más se iza ; porque es a partir de la elec-
ción, la ley y la forma, como nace y se manifiesta una libertad deter-
minada y precisa en cada hombre. En este mismo sentido las con-
cluyentes palabras de Franz Kafka : "El pecado es el sustraerse a nues-
tra misión propia% confirman la necesidad para el hombre de encua-
drarse siempre dentro de los límites de su personalidad y de sus carác-
ter, cual nace incansablemente del hontanar de su auténtico ser.
Volviendo de nuevo, por unos momentos, hacia el título de esta
Ponencia, yo considero oportuno hacer una dicotomía en el mismo :
"naturaleza humana" y "persona" (dos enfoques de casi un mismo
enunciado) de una parte ; "personalidad", de la otra parte. En las
líneas que dedicaré a las Jos primeras partes trataré de hacer una in-
troducción para el estudio de la personalidad . Y estos dos puntos ini-
ciales los mostraré, si me es posible, a retazos y tomando lo que más
de diversidad pueda haber entre ellos.
La naturaleza, el ser biológico del hombre, es un dato por demás
útil, si consideramos la posibilidad o no de cambiar dicho elemento
modo a la ampleada con las
plantas y los animales para mejorar las razas mediante un proceso de
procreación selectiva. Pero aunque dicha posibilidad existiera para

(*) Ponencia presentada al Seminario de Filosofía del Derecho, que dirige

el catedrático D. Luis Legaz Lacambra.
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144 FIDELIO FRAILE

el hombre, no se haría jamás si para ello fuera preciso que cada uno
cediera de su voluntad tanto que su hijo naciera separado ya como
por muchas generaciones de él mismo. Cada hombre quiere tener de
hijo a su teoría de él mismo ; y a ese yo que todo hombre quisiera
habitar se llega entrando por uno mismo ; no hay otro camino .- El
afán porque el propio hijo sea hecho a imagen y semejanza de uno,
no distinto aunque fuere mejor, me recuerda cómo también el sentido
común de cada uno es precisamente el que quisiera tener y no otro.
Lo observa Descartes en unas palabras sin réplica : 'Te bon sens est
la chose du monde la meiux partagée : car chacun pense en 8tre si
bien pourvu, que ceux mémes qui sont les plus difficiles é contenter
en toute autre chose n'ont point coutume d'en désirer plus qu'ils en
ont" (1).
El hombre vive en sociedad y, en consecuencia, para la modifica-
cíón de la naturaleza propiamente humana, el primer cambio que ha-
bría que realizar sería el de las estructuras sociales vigentes y, como
consecuencia, el de la cultura en que está inmerso el indíviduo. Esto
puede realizarse, aunque yo no aseguraría que generaciones muy pró-
ximas al cambio acusaran el impacto originado por el trastorno so-
cial, ni que la modificación de la naturaleza humana fuera pronto
apreciable. Otro intento de cambio trabajado directamente sobre la na-
turaleza física del hombre radica en el verificado en la misma me-
diante injerto de glándulas o, la administración de hormonas para vi-
gorización de las físiologías. Unicamente el primer caso indicado se
realiza de un modo lento y constante en la Historia de la Humanidad,
sin necesidad de acudir a ello y organizarlo conscientemente ; de los
demás tenemos bien reciente el ejemplo sin éxito de totalitarismos
movidos por obsesión racista o absurdo deseo de perfección.
Para comienzo. en el estudio de la persona, considero de gran inte-
res remontarse al sencillo significado que inicialmente tuvo esta pa-
labra. Veamos : Entre griegos y romanos, persona era una máscara
usada por los actores que servía a fin de cuentas para hablar ocultán-
dose detrás de un semblante sin gestos . Esta circunstancia de vacuidad
es manifestada bien claramente en la fábula de Fedro Vulpes ad per-
sonam tragicam (La zorra a la máscara) ; también el viejo dicho "Homo
plures personas sustinet% recogido después en el Derecho, evidencia

(1) DESCARTES (Ren¿), Discours de la méthode (Considérations tauchant les

sciences).
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NATURALEZA HUMANA, PERSONA Y PERSONALIDAD 14 5

la variedad de papeles que un hombre solo puede desempefiar en la

sociedad.
En mi propósito de citarme sólo a nivel humano con el problema
de la personalidad, consideraré a la persona como el supuesto de na-
turaleza racional ; y por naturaleza hemos de entender, en palabras
de escolástico, naturae naturat.ae, y no natura naturans. Para comple-
mentar lo dicho en las pasadas últimas lineas viene perfectamente
a punto recordar la definición que da Boecio de persona : "Rationa-
nis naturae individua substantia" .
Cumplida esta exigencia formal, yo quisiera enfrentarme con el
problema de la máscara y su estimación en una axiología de la per-
sona, la desnudez y mudo decir de la voz al faltarle ese otro elemento
que es el puente que permite pasar al pensamiento hecho palabra has-
ta la vida en tomo .
Cíertamen-te, si nos faltara en nuestra tarea de conocimiento una
inmediata falsedad primera,. una mentira de contacto, , menguado sería
nuestro deber. Afortunadamente-y de esto entiende más la máscara
que la zorra-tenemos las palabras para cubrir en un primer pudor
la verdad de las cosas, lo cual ya es un constante acicate para desear
desvelar aquello que existe t,ras de ellas.
Pero no hay en el mundo, esa desnuda desnude2~ alétheia alétheias,
de las cosas que busca el filósofo de gabinete . El misterio que busca-
mos exuda y se derrama de tal modo que, a la vez que se inhibe, viene
en simpatía hacia nuestro mundo propio. Era el único modo de tomar
contacto y de valorar en su medida justa cada parte. Así la aguda ob-
servación de Rabindranath Tagore : "Cuando despojamos a la verdad
de su apariencia pierde Ja mejor parte de la realidad . Porque la apa-
riencia es una relación personal ; existe para mí. En el crisol de nues-
tra razón el mundo de las apariencias se desvanece y lo llamamos ilu-
sión. Pero esto es la visión negativa . En cambio, nuestra felicidad es
positiva. Una flor no, es nada cuando l,a analizamos, pero es positiva-
mente una flor cuando gozamos de ella . Esta alegría es real porque es
personal" (2).
De qué modo se manifiesta, cómo es, qué elementos entran en la
fragua de la personalidad humana? De todo ello intentaremos dar una

(2) TAGoRE (Rabindrana-th), Meditaciones. Meditación 3.a: La Personalidad

Ed . Escelioer, S. A., Madrid, 1961 .
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146 FIDELIO FRAILE

visión en las líneas que siguen, agrupando el estudio en tres apartados

donde, desde puntos de vista antropológicos, sociológicos y psicoló-
gicos, estudiaré sucesivamente los temas de los Factores constitutivos
de la personalidad, personalidad y grupo y personalidad y cultura.

PERSONALIDAD

Quiero entender por personalidad el cambiante sello de la mani-

festación auténtica del individuo. Ciertamente, cabe merced a la coin-
cidencia de medio físico, grupo y cultura, por virtud del hábito y del
entorno social, la casi estandardización de la personalidad humana
como siguiendo el conocido dicho, americano de que "ser diferente es
indecente". Pero frente a esta norma de masificación humana está
la distintiva indicación del doctor Leo Baeck, observando en la raíz del
ser mismo : "Lo que la necesidad requiere ., se quiere ; la compresión
de la diferencia de uno se transforma en la resolución de ser diferen-
te". Camina así el hombre hacia donde, entre cercados y rejas, le es-
pera impaciente su propia y única libertad posible, allí donde está su
medida . El camino, es difícil extraordinariamente si quiere uno al-
canzar la ascesis a que exhortaba Nietzsche cuando decía al hombre :
Werde der du bist!, esto es, ¡llega a ser tú mismo, consíguete, vete
a la realización de lo que eres 1
Si bien sabemos que el hombre es un constante viajero en su teoría
de posibilidades, que, en todo caso, camina hacia una meta en él, la
cual afortunadamente no existe en tanto dure su vida, la personalí
dad, por el contrario, es cada versión auténtica de su íntima realidad
al revelarse en la vida, cada ser mismo del hombre en el tiempo. Fue-
ra de normas ,. de encasillamiento,, de pies forzados, la individualidad
se manifiesta definida y clara en cada uno. Por su carácter íntimo,
la personalidad se expande y apaga entre las multitudes . Sin duda se
manifiesta vivamente en las individualidades, aun en la propia soledad
del hombre; porque antes de que un ser es un contra ser del yo mis-
mo, aunque el yo cambie .
Tratando en torno al problema de la educación y de la persona-
lidad, el Prof. Millán Puelles (3), glosando a Santo Tomás de Aquino,
opinaba que lo verdaderamente importante era la posesión de la ver-

(3) MILLÁN PUELLES (A .), La formación de la personalidad . Ed . Rialp, Ma-

dríd, 1963 .
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NATURALEZA HUbIANA, PERSONA Y PERSONALIDAD 147

dad por encima del afán auténtico de su búsqueda. Yo podría ser de su

criterio de no haber una valiente generación en la tarea del pensamien-
to mostrándonos camino : desde Sócrates, dedicado a la mayéutica
en las plazas de Atenas, hasta Nietzsche, incansable en la venatoria
del lagas. Pienso que la caza es anterior a la presa y considero que el
empezar de todo trabajo, el comienzo de todas las empresas, está en
el principio.
En el individuo nos encontramos con dos elementos distintos, an-
tagónicos y, en cuanto que no excluyentes, complementarios en la
formación de la personalidad : un armazón fisiológico y una carga
psicológica integrando el ser del hombre.
Si la conducta psicológica del individuo he de trabajar y de convi-
vir con la conducta fisiológica del mismo, como es inevitable, pronto
necesitará acudir a esa característica que le diferencia de la fauna,
quiero decir, a su socialización o educabílidad . Personalmente creo
como muy posible que su parte fisiológica se adelante en profundidad
y tiempo a cuanta tarea parece que corresponde más bien el aspecto
psicológico del individuo.
Pasada la aventura prenatal del ser humano ., donde resultaría tan
importante como posible el estudio de la agrupación y características
de los genes de la inauguración biológica de cada hombre, es preciso
ir directamente al estudio de su constitución fisiológica, entendiendo
como tal el producto de una interacción compleja de las estructuras
genéticas y de los factores ambientales.
En modo, alguno trartaré de exponer la gran complejidad de la
constitución física del inidividuo ; únicamente haré unas considera-
ciones sobre el sistema nervioso y las glándulas de secreción interna,
como base de la conduta mental y emotiva, psicológica, en fin, del
hombre.
El sistema nervioso, extendido como una malla viva de sensibilidad
por todo el cuerpo humano, y las glándulas de secreción interna, pro-
duciendo sustancias necesarias para la vida y derramándolas directa-
mente en la corriente de la sangre, son los dos elementos que determi-
nan constantemente el sentido, y alcance de la conducta fisiológica
del individuo.
Como simple ilustración del mecanismo del sistema nervioso vale
el guiño, de un ojo, el tic que corta la máscara de un gesto~ ; este sen-
cillo mecanismo interno es el que responde a la acción conocida por
acto reflejo.
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148 FIDELIO FRAILE

Un poco más complicado es el llamado reflejo condicionado, el

cual es un acondicionamiento a nivel del reflejo. Fue expuesto por
Pav1ov e ilustrado por su conocido experimento : si siempre que da-
mos alimento, a un perro hacemos que suene una campana determina-
da durante un cierto número de veces, llegará a ser suficiente el soni-
do de la campana, sin precisarse ya el olor o la vista del alimento,
para que la boca del animal segregue saliva .
De más interés y generalidad, como algo que se va acumulando en
la experiencia del individuo, está la respuesta condicionada, la cual,
aunque nace y se ordena por virtud de situaciones sociales, es en sí
misma un proceso fisiológico. Se puede asegura que la respuesta con-
dicionada, generalmente, tiene su base en la simple añoranza de ex-
periencia o vivos sentimientos, y se manifiesta mediante confronta-
ciones anecdóticas e impensadas de realidades actulaes, relacionadas
de algún modo con el pasado ; así los ojos claros y el pelo rubio de
una chica puede subimos a los altos paisajes de los Vosgos, entre
Metz y Epinal ; unos bocadillos dispuestos, en la penumbra de una ha-
bítación, los vemos siempre nimbados de sol y de paisajes.
Es preciso observar cómo también la violenta urgencia de los
impulsos, movidos a través de los reflejos del sistema nervioso, actúan
sobre los estímulos, tanto externos como internos del individuo.
Por su parte, las glándulas de secreción interna tienen una impor-
tante misión que cumplir en el proceso, fisiológico del individuo. Es-
tas glándulas producen hormonas, substancias químicas necesarias
para el desarrollo humano ; y, al hacerlas pasar a través de la sangre
allí donde son necesitadas-en la variedad en que las glándulas de
secreción interna las producen-, provocan estímulos en gran modo
parecidos a los conseguidos mediante el sutil engranaje del sistema
nervioso para conseguir la realización de los actos. A modo general
se ha podido afirmar que los sentimientos, los impulsos emocionales
-aunque pertenecen esencialmente al mundo p~sicológico-tinen gran
relación con la labor de las hormonas ; acaso porque esta cara de la
fisiología, mucho más que el mecanismo nervioso, nota sobre sí el influ-
jo y se relaciona con el factor psíquico del individuo.
En cuanto al temperamento, es indudable que las glándulas de
secreción interna tienen gran importancia en la formación y cambio
del mismo. Sobre esto existen pruebas convincentes que no dejan lu-
gar a duda, efectuadas en tratamiento, supresión y ciclo de la actividad
glandular.
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NATURALEZA HUMANA, PERSONA Y PERSONALIDAD 149

También puede afirmarse que es de estas glándulas y del factor ge-

nétíco en general de quien depende en gran modo la personalidad,
sin duda mucho más que de la inteligencia del individuo.
Respecto a la relación de los tipos anatómicos con la personalidad,
probablemente no se ha llegado aún a nada serio. Los seguidores de
la frenología se inclinan por el tecnicismo actual ; así el psicógrafo,
invento americano, con el cual se clasifica y valora la capacidad men-
tal trabajando directamente sobre el cerebro. En este último punto
que expongo ahora ha sido muy estimado el criterio de Kretschmer (4)
quien relacionó el tipo asténico con la inclinación a la filosofía y la
introversión de carácter en tanto que Ja anatomía pícnica venía a co-
rresponder a los científicos célebres y al espíritu extrovertido ; en el
centro, entre uno y otro tipo, es donde coloca Kretschmer a la per-
sonalidad equilibrada.

PERSONALIDAD Y GRUPO

Es urgente, aunque obvio, decir que el hombre no puede ser con-

siderado solo. La vida enseña cómo, cuando se está separado de los
demás, se vive desgarrado .
De no estar elevados sobre la tierra, yo me atrevería a decir que
aquellos anacoretas cristianos de los primeros siglos, que se retiraban
al desierto para ser capiteles de fe en las columnas de los derruidos
templos tebanos, estaban también desnudos de esa personalidad que
precisa darse y tomarse para que crezca, y tiene su origen en la gene-
rosidad del alma humana . Porque los elementos constitutivos, de la
personalidad, de que antes he tratado, están empujando desde dentro
al hombre a la convivencia.
"No existe un hombre hasta que sean do?, observó brevemente
Fichte en el pasado siglo. Y el trabajo, la guerra y la habitación han
sido razones de acercamiento y convivencia.
Actualmente grupo y cultura son dos componentes del hombre,
dos distintos componentes ,. por otra parte inseparables .
Aveniurándome a caer en error-pero quiero creer que sólo error
de margen-, yo, diría que "grup~o" es la cultura del niño y adoles-
cente ; "cultura" el grupo del hombre formado ya .
Lo cierto es que el hombre es un ser social y que vive en unidades

(4) KkETscHmER (E .), Phisique and character, New York, 1925 .

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150 FIDELIO FRAILE

y grupos . Es en medio de una de estas sociedades donde hace su apa-

rición el niña. Progresivamente se manifiestan en 61 dos tipos de nece-
sidades que tiene que satisfacer : unas necesidades orgánicas para po-
der vivir, subsistir ; y un grupo de desarrollo de necesidades sociales
o sociogenéticas nacidas de la urgencia para poder convivir en el grupo.
En este campo social o sociogenético propiamente destacan en el
niño el aprendizaje de la imitación y el proceso de identificación (con-
síderado este último como un grado más en el mecanismo de la sim-
patía).
En el aprendizaje de la imitación la personalidad evoluciona visi-
blemente y se perfecciona. Considero oportuno anotar que, en este
caso, "imitación" no es por razón de envidia, sino por celo, a fin de
parecerse a los mejores dentro del grupo.
Durante el proceso de identificación se fortalece grandemente la
personalidad, puesto que es una tarea llena de dificultades y, final-
mente,, no logrará llegar a su propósito si no es defraudando a su yo
cambiante.
En todo caso el yo lo encontrará siempre el niño como rebote de
su ecúmenos ; así, pues, entrará en sí mismo. desde su entorno.
Pero en este momento que estamos analizando acontecen dos cosas
importantes :
1. Al niño y pequeño joven les interesa grandemente ser acepta-
dos por el grupo, integrarse en el mismo, sentirse a su nivel. Esta es,
en cierto modo, con aspecto formal, la conocida visión de la sociali-
zación del bienestar de Jorge Luckács.
2. Mala época esta de la juventud primera y de la infancia para
saber de nortes, de medidas, de caminos. Todos los hombres son iguales,
pero los individuos son distintos. Las consecuencias en la falta de
estimación de esta diferencia pueden ser desastrosas. Escuchemos a
Alexis Carrel : "Ce sont également les malades, les críminels et les
fous qui attirent la sympathie du public . Cest le mythe de Fégalité,
Famour du symbole, le dédain du fait concret qui, dan une large
mesure, est coupáble de Faffaissement de Vindividu. Comme il était
impossible d'élever les inférieurs, le seul moyen de produire Fégalité
parmi les hommes était de les amener tous au plus bas niveau . Ainsi
disparut la force de la personnalité ."

(5) CA~ (Alexis), L'homme, cet inconnu . Chap VH, núm . X .

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NATURALEZA HUMANA, PERSONA Y PERSONALIDAD 15 1

PERSONALIDAD Y CULTURA

Muy poco es lo que voy a tratar en este apartado, aunque sólo

sea por lo mucho que, desde mil enfoques, ha sido estudiado. Bien
es verdad que, en su mayoría, los autores no se han preocupado
excesivamente del punto de la personalidad, dedicándose de un modo
especial a la cultura y aun a la "culturatría" .
También es cierto que ha sido en fechas recientes cuando han
empezado a aparecer estudios y publicaciones periódicas destinadas
precisamente al hecho de la cultura en relación con la figura de la per-
sonalidad.
Acaso los antecedentes más lejanos en la observación de esta
relación estén en el Barón de Montesquien (principalmente 'VEsprit
des Lois", 1784). En los comienzos de nuestro siglo han hecho mucho
más por el estudio de esta relación los realizadores de encuestas y esta-
dístícas, e igualmente los autores de interesantes "diarios de viaje"
que los tratadistas del problema psicológico o cultural.
Se trata de una línea de contacto inaugurada casi por los escritos
de Plants, Linton, Sorokin, Du Bois y, posteriormente, Sargent, Stan-
tsfeld y Smith desde la edición newyorkina "Culture and Personality",
como publicación más importante a este respecto .
Partindo de la realidad de una cultura existente, puede pasarse pri-
meramente a una influencia general en los individuos por inconsciente
y leve fuerza de homogeneidad . El paso siguiente sería una variedad de
influjos culturales que actúan también sobre la personalidad, siendo
su razón distinta herencia social, formación intelectual, hábitos, eco-
logía, en fin, en que el hombre vive .
Quiero insistir en lo anteriormente dicho. Es preciso hacer constar
con honestidad que esta relación de nuestro epígrafe más se ha hecho
en forma de cálculo, estudio o juego de estadísticas y observaciones
anecdóticas que a modo de estudio propiamente científico . Así Efron
y Foley han destacado la cultura inmaterial del habla como dato espe-
cialmente significativo en la personalidad ; Irving Hallowell y Muzafer
Sherif han relacionado nuestro, tema con la reacción del desarrollo
tecnológico ; Kardiner y Linton consideran esencial en el conocimiento
de la personalidad el cuidado que se dedica al niño en las diversas cul-
turas, habiendo hecho en torno a esta visión del problema numerosos
estudios de distintos países .
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15 2 FIDELIO FRAILE

Una eje las más importantes aportaciones a esta relación es segu-

ramente el estudio de Sapir (6) considerando el tono y modo del habla
en los pueblos como, sello de personalidad, así como las observaciones
llevadas a cabo en los Estados Unidos de América en torno a la ma-
nifestación de la personalidad en las diversas clases sociales. Según
Harríson G. Gouth (7) hay mayor inestabilidad social en el espíritu
de los jóvenes de clases sociales inferiores, pero observa también que,
en general, son los pobres más convencionales en sus ideas religiosas
que los ricos ; no obstante, a través de Jiversas encuestas llevadas a
cabo entre chicos de distintas escuelas y hospicios, Gesell y Lord (8)
muestran cómo los pobres son más radicales en su criterios económico-
políticos.
Es preciso considerar que en el seno de una misma cultura se da
una amplia gama de manifestaciones personales . Y a ello contribuyen
no sólo los factores genéticos nerviosos, glandulares, psíquicos y edu-
cativo,s del hombre ; también', las exigencias externas de un lado y el
oscuro mundo de la raíz íntima de cada ser configuran la personalidad
del individuo. Flotando sobre todos, como' una inmensa boya que está
unida a millones de anclas, se nos presenta el glorioso y flotante es-
pectáculo de la cultura de los pueblos y las épocas .
En cuanto a nuestro tiempo, lean-Baptiste Clamence, el personaje
de 'Ta Chute" de Camus, nos dice sencillamente en una charla desen-
fadada e íntima desde el bar "México-City" de Anisterdam : "le réve
parfois de ce que diront de nous les historiens futurs . Une plirase leur
suffira pour I'homme moderne : il. forniquait et lisait des journaux .
Aprés cette forte définition, le sujet sera, si j'ose dire, épuisé ."

Para terminar mi estudio acaso , debería hablar de los desequilibrios

y de las manifestaciones patológicas de la personalidad ; pero pongamos
ya punto final y limitémonos a considerar a la personalidad en suma
como una patología del instinto.
FIDELIO FRAILE

(6) SAPIR (Edward), Sp~eech as a Personality Trait, en "American Journal of

So,ciololgy", mayo 1927.
(7) G . GouTH (Harrison), A Neiv Dimension of Status: 1 . Development of a
Personality Scale, en (American Sociological Review, agosto 1948 .
(8) GEssELL (A .) y LoRD (E . E .), Psycholoigical Co~mpariso~n Of Nursey School
Children from Ho~mes of Low and High Eco~nomic Status, en "Journal of Genetic
Psyc,holo,gy", septiembre 1927 .