Inteligencia Espiritual
Inteligencia Espiritual
Inteligencia Espiritual
Que no existe un único tipo de inteligencia lo sabemos desde hace mucho. Sabemos que hay
personas con una gran habilidad lógico-matemática y una reducida inteligencia lingüística, y
otras con una inteligencia espacial muy desarrollada y una notable falta de habilidad
emocional.
¿Y la inteligencia espiritual?
Es la que nos permite transcender, crear y, en última instancia, ser felices de una manera
profunda y duradera. Recientemente, Francesc Torralba, autor de Inteligencia Espiritual, entre
otras obras concedió a Plataforma Editorial la entrevista que transcribimos por cortesía de
Espiritualidad Progresista Blogspot
Los grandes maestros de las grandes tradiciones espirituales enseñan distintos caminos y
métodos para cultivar y desarrollar la espiritualidad. Como el cuerpo, la espiritualidad también
requiere de una ejercitación para que alcance su plena madurez. La práctica de la soledad, el
gusto por el silencio, la contemplación estética, la práctica de la meditación, el diálogo
socrático e incluso el ejercicio físico son formas de desarrollar la espiritualidad. No existe un
único modo, sino una pluralidad de formas que la historia nos ha legado como un patrimonio
intangible.
La vida espiritual es, en primer lugar, autoconciencia. El ser humano no sólo es capaz de salir
fuera de sí mismo y establecer vínculos con los otros y con el mundo sino que, además, es
capaz de adentrarse, de dialogar consigo mismo, de tomar consciencia de que existe. Esta
toma de consciencia es fundamental para convertir su vida en un proyecto personal, en una
obra de arte. La vida espiritual no es, necesariamente, reclusión, ni mucho menos aislamiento
de lo que san Juan de la Cruz llamaba el mundanal ruido. Requiere de la soledad, pero también
se alimenta de lo que el mundo enseña. La permeabilidad es la base de la vida espiritual. No es
una vida paralela a la vida social o psíquica o física. Influye directamente en los modos de
interaccionar, en los pensamientos y sentimientos que fluyen por la mente y en el mismo
rendimiento físico.
Existe una espiritualidad abierta a la trascendencia, pero también una espiritualidad sin Dios,
sin iglesia y sin dogmas. En la primera, el ser humano se halla confrontado a un ser que le
trasciende, un ser que halla en la más íntima de sus intimidades, un interlocutor que está ahí y
con el que establece un diálogo de amor. Este diálogo es la oración. San Agustín le llamaba
maestro interior. También existe una espiritualidad laica que entiende el cultivo de la vida
espiritual como un diálogo con uno mismo, como una especie de autodiálogo como diría don
Miguel de Unamuno. En este segundo caso, existe también vida espiritual, sentido de
pertenencia al mundo, incluso puede haber experiencia mística, superación de la dualidad,
pero no se reconoce a Dios como interlocutor.
¿Cómo sabemos que las experiencias espirituales (en la meditación, oración, cánticos) no
son sólo experiencias psicológicas-químicas del organismo?
Todas las prácticas de vida espiritual tienen repercusiones en la vida física, psíquica y social. No
cabe duda que la repetición de determinados mantras u oraciones o máximas en el seno de la
consciencia acaban calando y tienen repercusión en el desarrollo de la persona. Cuando un
corredor de fondo se repite a sí mismo que es capaz de seguir corriendo, de superar los
obstáculos y de terminar una maratón, este pensamiento positivo, reiterado, tiene efectos
directos en el rendimiento, puesto que la fuerza espiritual afecta también la fuerza física.
¿En qué se diferencia la felicidad espiritual de los momentos fugaces de felicidad mundana a
los que nos referimos comúnmente?
La sabiduría no es la erudición. La sabiduría tiene como fin la felicidad, la vida plena. Un sabio
infeliz es una contradicción en los términos. La sabiduría es el arte de vivir bien. Los grandes
sabios de Occidente y de Oriente nos han legado máximas para alcanzar tal estado. No existe
una ciencia de la felicidad, pero sí una constelación de itinerarios, de puntos de referencia. La
lucha contra la envidia, el resentimiento, los celos, es fundamental para acercarse a tal estado.
La felicidad espiritual emerge de lo más profundo del ser humano y no depende de estímulos
exteriores, del vaivén de los acontecimientos, del reconocimiento o el aplauso.
inteligencia lógico-matemática
inteligencia lingüística
inteligencia musical
inteligencia corporal
inteligencia espacial
inteligencia interpersonal
inteligencia intrapersonal
inteligencia naturalista
La teoría de las inteligencias múltiples abrió el camino para seguir investigando acerca de la
inteligencia como el trabajo desarrollado por Daniel Goleman sobre inteligencia emocional, en
parte inspirado por el trabajo de Gardner sobre la inteligencia interpersonal e intrapersonal.
Según Goleman, la inteligencia emocional es mejor para predecir el éxito futuro en la vida
social y profesional de los estudiantes, ya que la inteligencia lógico-matemática no va más allá
del éxito escolar. La inteligencia emocional se define como la capacidad de mantener la calma
y dominar la impulsividad, la capacidad de motivarnos a nosotros mismos, de perseverar en el
empeño a pesar de las posibles frustraciones, de diferir las gratificaciones, de regular nuestros
propios estados de ánimo, de evitar que la angustia interfiera con nuestras facultades
racionales y la capacidad de empatizar y confiar en los demás.
INTELIGENCIA ESPIRITUAL: El tercer momento está representado por la inteligencia
espiritual. La inteligencia espiritual es la más nueva y la más antigua. Hay reportes muy
específicos de ella por lo menos hace 2.500 años, cuando el Buda la llamó visión
cabal o Vipassana; señaló que era la capacidad de visión penetrativa para comprender la
realidad profunda de los fenómenos, ver las cosas como son. Esta comprensión era la base
para superar la ignorancia, base del sufrimiento, y alcanzar la verdadera felicidad. El
Apóstol Pablo de Tarso en la carta a los Colosense en el Cap. 1: 9-10 ora pidiendo inteligencia
espiritual y la describe como la capacidad dada por Dios para vivir plenamente en congruencia
con la fe cristiana proclamada.
Con la inteligencia espiritual, por primera vez tenemos un orden holárquico, un modelo de tres
niveles de la inteligencia, donde la inteligencia espiritual se ocupa del sentido de
trascendencia.
En el primer nivel, la inteligencia más básica, la inteligencia emocional, que está más
relacionada con el cuerpo, los instintos y es acerca de sentir.
El segundo nivel lo ocupa la inteligencia intelectual que está más relacionada con las
actividades de la mente, lo cognitivo y es acerca de pensar.
El tercer nivel lo ocupa la inteligencia espiritual que está más relacionada con el bienestar,
con vivir una vida feliz y es acerca del Ser.
La inteligencia espiritual ha sido relacionada últimamente con la educación holista, como dos
campos de desarrollo paralelos, un verdadero proceso de educación holista debe incluir el
desarrollo de la inteligencia espiritual.
DEFINICIÓN: Para Danah Zohar e Ian Marshall la Inteligencia Espiritual es la inteligencia
primordial; es la inteligencia que nos permite afrontar y resolver problemas de significados y
valores, ver nuestra vida en un contexto más amplio y significativo y al mismo tiempo
determinar que acción o camino es más valioso para nuestra vida. Consideran que la
inteligencia espiritual está en todo nuestro Ser, como una totalidad trabajando de manera
armónica con la inteligencia racional y la inteligencia emocional.
Según Danah Zohar e Ian Marshall, la Inteligencia Espiritual se distingue por las siguientes
características: