Inteligencia Espiritual

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INTELIGENCIA ESPIRITUAL

Que no existe un único tipo de inteligencia lo sabemos desde hace mucho. Sabemos que hay
personas con una gran habilidad lógico-matemática y una reducida inteligencia lingüística, y
otras con una inteligencia espacial muy desarrollada y una notable falta de habilidad
emocional.

¿Y la inteligencia espiritual?

Es la que nos permite transcender, crear y, en última instancia, ser felices de una manera
profunda y duradera. Recientemente, Francesc Torralba, autor de Inteligencia Espiritual, entre
otras obras concedió a Plataforma Editorial la entrevista que transcribimos por cortesía de
Espiritualidad Progresista Blogspot

¿Qué es la inteligencia espiritual?

Francesc Torralba: Es una modalidad de inteligencia que también se denomina existencial o


trascendente. Completa el mapa de las inteligencias múltiples que desarrolló, hace más de dos
decenios, Howard Gardner. Nos referimos a una inteligencia que nos faculta para preguntar
por el sentido de la existencia, para tomar distancia de la realidad, para elaborar proyectos de
vida, para trascender la materialidad, para interpretar símbolos y comprender sabidurías de
vida. El ser humano es capaz de un conjunto de actividades que se no explican sin referirse a
este tipo de inteligencia. Es especialmente cultivada en los grandes maestros espirituales, en
los filósofos y artistas, también en los creadores. El ser humano, ¿es un ser espiritual? El ser
humano es un ser que trasciende lo material. Es una unidad de cuerpo y alma. En sentido
estricto, no “tenemos” un cuerpo. Más bien vivimos en él, nos expresamos en él, lo gozamos y
lo padecemos. Tampoco “tenemos” un espíritu, como si fuera un objeto o una propiedad
anexa. Hay en el ser humano algo que escapa a la racionalidad y a la materialidad, un destello
de eternidad, un enigma.

¿Cómo se manifiesta esta espiritualidad? ¿Qué nos aporta?

Lo espiritual en el ser humano permite el ejercicio de la libertad y crear un mundo interior,


tomar distancia de la vida instintiva. Lo fundamental es invisible a los ojos, decía Saint Exupéry.
No se conoce a un ser humano hasta que no se penetra en su vida espiritual, hasta que no nos
da permiso para acceder a este territorio. Lo espiritual se expresa en lo corporal, en el gesto,
en la palabra, en el silencio, en el obrar y, de un modo particular, en la creación. No tiene una
vida paralela; está profundamente arraigado en lo material. Esta espiritualidad, ¿responde a
necesidades prácticas de supervivencia o tiene otro origen? No sabemos por qué somos seres
espirituales. Existen distintas hipótesis. Pero las necesidades espirituales se detectan en todo
ser humano, especialmente cuando éste sufre alguna situación límite. Todos deseamos, como
decía Albert Camus, vivir una vida con sentido, hallar una salida al absurdo, formar parte de un
todo, experimentar la libertad, tomar distancia de la realidad, trascender el tiempo y el
espacio. En suma, ser felices.

¿Cuáles son los beneficios de la espiritualidad?


El cultivo de la espiritualidad no se debe comprender como algo paralelo al cultivo de la
corporeidad. Ambas dimensiones se entrelazan profundamente. Una persona que vive su vida
con sentido, que es capaz de articular su proyecto vital, que puede valorar sus actos y tomar
nota de lo bueno y de lo bello que hay en ellos, vive con más plenitud y gozo su existencia que
otra que tiene atrofiada la inteligencia espiritual. Los beneficios de la inteligencia espiritual son
múltiples: la profundidad, el sentido del humor, la gratuidad, el sentido de pertenencia al
Todo, la relatividad de lo que pasa...

¿Cuáles son las desventajas de acallar (o atrofiar) la espiritualidad?

La atrofia de la inteligencia espiritual conlleva graves problemas. El fanatismo, la banalidad, el


servilismo, el dogmatismo, el sectarismo y otros graves dramas que atañen al mundo actual
son la clara consecuencia de un déficit de inteligencia espiritual. Una persona espiritualmente
inteligente tiene capacidad para analizar con profundidad lo que ocurre en su vida y en la vida
de los otros, tiene el poder para descubrir sus recursos más íntimos y desconoce el
aburrimiento. Tiene un alto grado de libertad, pues sabe relativizar y tomar distancia de los
estímulos externos.

¿Cómo podemos desarrollar la espiritualidad?

Los grandes maestros de las grandes tradiciones espirituales enseñan distintos caminos y
métodos para cultivar y desarrollar la espiritualidad. Como el cuerpo, la espiritualidad también
requiere de una ejercitación para que alcance su plena madurez. La práctica de la soledad, el
gusto por el silencio, la contemplación estética, la práctica de la meditación, el diálogo
socrático e incluso el ejercicio físico son formas de desarrollar la espiritualidad. No existe un
único modo, sino una pluralidad de formas que la historia nos ha legado como un patrimonio
intangible.

¿En qué consiste tener una vida espiritual?

La vida espiritual es, en primer lugar, autoconciencia. El ser humano no sólo es capaz de salir
fuera de sí mismo y establecer vínculos con los otros y con el mundo sino que, además, es
capaz de adentrarse, de dialogar consigo mismo, de tomar consciencia de que existe. Esta
toma de consciencia es fundamental para convertir su vida en un proyecto personal, en una
obra de arte. La vida espiritual no es, necesariamente, reclusión, ni mucho menos aislamiento
de lo que san Juan de la Cruz llamaba el mundanal ruido. Requiere de la soledad, pero también
se alimenta de lo que el mundo enseña. La permeabilidad es la base de la vida espiritual. No es
una vida paralela a la vida social o psíquica o física. Influye directamente en los modos de
interaccionar, en los pensamientos y sentimientos que fluyen por la mente y en el mismo
rendimiento físico.

¿A qué llamamos espiritualidad laica, en qué consiste?

Existe una espiritualidad abierta a la trascendencia, pero también una espiritualidad sin Dios,
sin iglesia y sin dogmas. En la primera, el ser humano se halla confrontado a un ser que le
trasciende, un ser que halla en la más íntima de sus intimidades, un interlocutor que está ahí y
con el que establece un diálogo de amor. Este diálogo es la oración. San Agustín le llamaba
maestro interior. También existe una espiritualidad laica que entiende el cultivo de la vida
espiritual como un diálogo con uno mismo, como una especie de autodiálogo como diría don
Miguel de Unamuno. En este segundo caso, existe también vida espiritual, sentido de
pertenencia al mundo, incluso puede haber experiencia mística, superación de la dualidad,
pero no se reconoce a Dios como interlocutor.

¿Cómo sabemos que la necesidad de trascendencia no es una mera búsqueda de intensidad,


de darle un sentido más profundo a la vida, un autoengaño más? No lo podemos demostrar
empíricamente, ni racionalmente. Unamuno lo expresa en un verso de su antología poética:
“¿Soy yo creación de Dios o es Dios creación de mi congoja?”. La necesidad de sentido todavía
no demuestra que el mundo tenga sentido, pero expresa una carencia fundamental en el ser
humano, un rasgo único que le hace particularmente problemático en el conjunto del cosmos,
le convierte en un ser paradójico y, a la vez, espiritual. Se trata de una apuesta, pero que no
carece de razones.

¿Cómo sabemos que las experiencias espirituales (en la meditación, oración, cánticos) no
son sólo experiencias psicológicas-químicas del organismo?

Todas las prácticas de vida espiritual tienen repercusiones en la vida física, psíquica y social. No
cabe duda que la repetición de determinados mantras u oraciones o máximas en el seno de la
consciencia acaban calando y tienen repercusión en el desarrollo de la persona. Cuando un
corredor de fondo se repite a sí mismo que es capaz de seguir corriendo, de superar los
obstáculos y de terminar una maratón, este pensamiento positivo, reiterado, tiene efectos
directos en el rendimiento, puesto que la fuerza espiritual afecta también la fuerza física.

¿En qué se diferencia la felicidad espiritual de los momentos fugaces de felicidad mundana a
los que nos referimos comúnmente?

La sabiduría no es la erudición. La sabiduría tiene como fin la felicidad, la vida plena. Un sabio
infeliz es una contradicción en los términos. La sabiduría es el arte de vivir bien. Los grandes
sabios de Occidente y de Oriente nos han legado máximas para alcanzar tal estado. No existe
una ciencia de la felicidad, pero sí una constelación de itinerarios, de puntos de referencia. La
lucha contra la envidia, el resentimiento, los celos, es fundamental para acercarse a tal estado.
La felicidad espiritual emerge de lo más profundo del ser humano y no depende de estímulos
exteriores, del vaivén de los acontecimientos, del reconocimiento o el aplauso.

AUTOR: FRANCESC TORRALBA, AUTOR DEL LIBRO INTELIGENCIA ESPIRITUAL


INTELIGENCIA ESPIRITUAL

INTELIGENCIA: En el desarrollo del concepto de Inteligencia como tal, un primer momento


estuvo representado por el trabajo de Alfred Binet a principios de 1900, quien desarrolló el
concepto de cociente intelectual (CI). Aquí, la inteligencia está referida principalmente a una
capacidad lógico-matemática y verbal, es lo que se conoce como racionalidad instrumental,
una capacidad para el control técnico del mundo, un concepto nacido de una visión
unidimensional de la conciencia.
Un segundo momento está representado por el trabajo de Howard Gardner y un grupo de
académicos de la Universidad de Harvard quienes en el año de 1967empezaron a desarrollar
una visión plural de la inteligencia a través del Proyecto Zero. Gardner desarrolló así su teoría
de las inteligencias múltiples reconociendo diversas facetas de la cognición así como
potenciales y estilos cognitivos en las personas. Las ocho inteligencias de Gardner son:

 inteligencia lógico-matemática
 inteligencia lingüística
 inteligencia musical
 inteligencia corporal
 inteligencia espacial
 inteligencia interpersonal
 inteligencia intrapersonal
 inteligencia naturalista
La teoría de las inteligencias múltiples abrió el camino para seguir investigando acerca de la
inteligencia como el trabajo desarrollado por Daniel Goleman sobre inteligencia emocional, en
parte inspirado por el trabajo de Gardner sobre la inteligencia interpersonal e intrapersonal.
Según Goleman, la inteligencia emocional es mejor para predecir el éxito futuro en la vida
social y profesional de los estudiantes, ya que la inteligencia lógico-matemática no va más allá
del éxito escolar. La inteligencia emocional se define como la capacidad de mantener la calma
y dominar la impulsividad, la capacidad de motivarnos a nosotros mismos, de perseverar en el
empeño a pesar de las posibles frustraciones, de diferir las gratificaciones, de regular nuestros
propios estados de ánimo, de evitar que la angustia interfiera con nuestras facultades
racionales y la capacidad de empatizar y confiar en los demás.
INTELIGENCIA ESPIRITUAL: El tercer momento está representado por la inteligencia
espiritual. La inteligencia espiritual es la más nueva y la más antigua. Hay reportes muy
específicos de ella por lo menos hace 2.500 años, cuando el Buda la llamó visión
cabal o Vipassana; señaló que era la capacidad de visión penetrativa para comprender la
realidad profunda de los fenómenos, ver las cosas como son. Esta comprensión era la base
para superar la ignorancia, base del sufrimiento, y alcanzar la verdadera felicidad. El
Apóstol Pablo de Tarso en la carta a los Colosense en el Cap. 1: 9-10 ora pidiendo inteligencia
espiritual y la describe como la capacidad dada por Dios para vivir plenamente en congruencia
con la fe cristiana proclamada.
Con la inteligencia espiritual, por primera vez tenemos un orden holárquico, un modelo de tres
niveles de la inteligencia, donde la inteligencia espiritual se ocupa del sentido de
trascendencia.

 El primer nivel de la inteligencia es el más básico y lo compartimos con los animales, es el


nivel subhumano de la inteligencia emocional, está basado en nuestros instintos, impulsos
y sensaciones y opera con el ojo de la carne, es una inteligencia primitiva, pre-racional,
pero necesaria y muy importante para la supervivencia.
 El segundo nivel de la inteligencia tiene una importancia media pero ya es exclusiva de los
humanos, son todas las inteligencias múltiples basadas en la mente, de una u otra forma
son inteligencias intelectuales, está basada en nuestra capacidad de razonamiento, en lo
cognitivo, en nuestro pensamiento lógico, en la capacidad de simbolizar y opera con el ojo
de la mente; es una inteligencia cultural, social, basada en el lenguaje y nos sirve para
controlar y medir el mundo. Las inteligencias múltiples de Howard Gardner son
combinaciones de elementos de estos dos niveles, son combinaciones de lo emocional y lo
racional en diferentes grados y del uso de los ojos carnal y mental. Siguen el plano de
capacidades de nivel intermedio.
 El tercer nivel de la inteligencia es el más importante y se corresponde con la inteligencia
espiritual, también es exclusivamente humana y está basada en la sabiduría, nuestra
capacidad de visión holista de la realidad profunda, de comprensión de contextos y
totalidades significativas. Es la capacidad de trascendencia, de ir más allá de lo biofísico y
social, más allá del cuerpo y las emociones. Opera con el ojo de la contemplación, es una
inteligencia transpersonal porque se sitúa más allá del ego narcisista. Opera con visión
universal. Es transracional, no se limita a la racionalidad instrumental mecánica de la
ciencia. Es la única que puede darle sentido espiritual a la vida, es decir, generar sentido
trascendente para vivir, alimentar la integridad de nuestra conciencia. Las otras
inteligencias y los dos niveles inferiores no pueden hacer esto. También es la capacidad de
relacionarnos armónicamente con la totalidad, de estar relacionados con el todo, es la
capacidad de ser felices a pesar de las circunstancias.
EDUCACIÓN DE LA INTELIGENCIA ESPIRITUAL: El Dr. Ramón Gallegos explica que la
Inteligencia Espiritual permite, por primera vez, construir un modelo integral de todas las
inteligencias sobre la base de tres niveles jerárquicos y nos ofrece un Modelo Holista de la
Inteligencia donde considera tanto dimensiones como niveles. En el Modelo de Inteligencia
Espiritual se observa:

 En el primer nivel, la inteligencia más básica, la inteligencia emocional, que está más
relacionada con el cuerpo, los instintos y es acerca de sentir.
 El segundo nivel lo ocupa la inteligencia intelectual que está más relacionada con las
actividades de la mente, lo cognitivo y es acerca de pensar.
 El tercer nivel lo ocupa la inteligencia espiritual que está más relacionada con el bienestar,
con vivir una vida feliz y es acerca del Ser.
La inteligencia espiritual ha sido relacionada últimamente con la educación holista, como dos
campos de desarrollo paralelos, un verdadero proceso de educación holista debe incluir el
desarrollo de la inteligencia espiritual.
DEFINICIÓN: Para Danah Zohar e Ian Marshall la Inteligencia Espiritual es la inteligencia
primordial; es la inteligencia que nos permite afrontar y resolver problemas de significados y
valores, ver nuestra vida en un contexto más amplio y significativo y al mismo tiempo
determinar que acción o camino es más valioso para nuestra vida. Consideran que la
inteligencia espiritual está en todo nuestro Ser, como una totalidad trabajando de manera
armónica con la inteligencia racional y la inteligencia emocional.
Según Danah Zohar e Ian Marshall, la Inteligencia Espiritual se distingue por las siguientes
características:

 Capacidad de ser flexible


 Poseer un alto nivel de conciencia de sí mismo
 Capacidad de afrontar y trascender el dolor y el sufrimiento
 La capacidad de ser inspirado por visiones y valores
 Reluctancia a causar daños innecesarios
 Tendencia a ver las relaciones entre las cosas (holismo)
 Marcada tendencia a preguntar ¿Por qué? o ¿Y si? y a pretender respuestas
fundamentales
 Facilidad para estar contra las convenciones
Dan Millman considera que la Inteligencia Espiritual pertenece a cada uno de nosotros; se
encuentra en nuestros corazones y está en el corazón de cada religión, cultura y sistema
moral, y señala que la vía de acceso a la inteligencia espiritual se da a través de las Leyes
Universales.
Robert Emmons, considera que aquellos que tienen inteligencia espiritual poseen ciertas
capacidades, como la capacidad de trascendencia, la capacidad de experimentar estados
elevados de conciencia, la capacidad de encontrar el sentido de lo sagrado en las actividades
diarias, la capacidad de usar los recursos de la espiritualidad para resolver los problemas
prácticos de la vida, y la capacidad de comprometerse en llevar una vida virtuosa expresada en
el perdón, la gratitud, la humildad, la compasión y la sabiduría.
Para Tony Buzan, la Inteligencia Espiritual es la forma como cultivamos las cualidades vitales de
la energía, el entusiasmo, el coraje y la determinación, así como la protección y el desarrollo
del alma. Él sugiere 10 formas para despertar el poder de la inteligencia espiritual que incluye
una visión global y de la vida, tener un propósito, desarrollar la compasión, la caridad y la
gratitud, descubrir el poder de la risa y de vivir una actitud de entusiasmo, amor ilimitado,
sentido de aventura, confianza y sinceridad, así como así como reconocer la importancia de la
paz, los rituales espirituales y el poder del amor.
Por su parte, Frances Vaughan señala que la Inteligencia Espiritual implica múltiples vías de
conocimiento y se orienta a la integración de la vida interior de la mente y el espíritu con la
vida exterior del trabajo en el mundo. Para ella, la inteligencia puede ser cultivada a través de
preguntas fundamentales, la indagación, la práctica y las experiencias espirituales. Vaughan
considera que la inteligencia espiritual es necesaria para discernir sobre las decisiones
espirituales que contribuyen al bienestar psicológico y a una salud amplia del desarrollo
espiritual.
Ramón Gallegos señala que la inteligencia espiritual es exclusivamente humana. Agrega que
mientras animales y computadoras muestran evidencias de inteligencia emocional e
intelectual, la inteligencia espiritual es de exclusividad humana, ni máquinas ni animales tienen
inteligencia espiritual ni pueden desarrollarla. La inteligencia emocional está arraigada en
nuestro cuerpo biofísico, depende de nuestros instintos, sentimientos, hormonas, etc., su
objetivo es dar una respuesta emocional aceptable a una situación particular. Los animales
también muestran inteligencia emocional. Para lograr atrapar a su presa, un tigre necesita ser
silencioso, esperar la oportunidad, posponer la satisfacción, atacar en el momento indicado,
en síntesis, controlar sus emociones; la inteligencia emocional no pregunta ¿por qué?

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