Sobre El Pensamiento Crítico
Sobre El Pensamiento Crítico
Sobre El Pensamiento Crítico
La forma en que nos desenvolvemos frente a los demás implica habilidades que ya los
discutida a los sofistas por Platón a través de Sócrates, implica sólo un aspecto, tal vez el
nuestro auditorio adecuada a las ideas que queremos sostener, pero fundamentalmente,
adecuada a los argumentos con que vayamos a sostener esas ideas. Quisiera en estos breves
esto es, las diversas problemáticas atendidas por filósofos de todas las épocas, puede prestar
Debería anticipar que estas reflexiones tienen algo de autobiográficas en dos aspectos
diferentes: algunas de las experiencias que voy a comentar me tomaron como profesor de
segundo aspecto biográfico de estas reflexiones está relacionado con las discusiones y
lecturas protagonizadas por el que fui yo mismo durante mis años de estudiante secundario.
tanto a fin de despacharla cuanto antes e incomodar lo menos posible al auditorio, voy a
tratar de evitar anécdotas y avanzar en procura del argumento que pretendo discutir.
compañeros. Razones personales aparte, hoy podría decir que mi búsqueda estuvo inspirada
inicialmente en esa fuerza interior que sentimos algunas personas por saber quiénes somos.
No puedo recordar exactamente en qué momento comenzó a inquietarme esta cuestión.
Diríamos que era una embrionaria pregunta por el ser, que en mi caso cristalizó como
necesidad por ser diferente del resto, sí encontré en la lectura filosófica alicientes para
seguir buscando, aunque fuera significativamente más interesante el proceso que los
casos los textos que tuve a mi alcance no me aportaron el conocimiento exhaustivo que
suele exigirse en los claustros académicos. Más bien, mis lecturas filosóficas de la
las novelas; nuestra actitud como lectores llega a ser tan aproblemática en algunos aspectos,
ideológica o psicológica de los personajes o de las situaciones relatadas en las novelas. Los
libros nos uniforman como lectores, pero nuestras lecturas nos diferencian como sujetos.
Todos los que hemos leido Cien años de soledad hemos estado -digámoslo en la jerga
conductista- ante el mismo estímulo. Sin embargo, cada vez que cualquiera de nosotros se
no pueda compartir con muchas personas, porque ese desafío está reservado a las
En ese sentido, la filosofía de autores como Unamuno, Sartre, Schopenhauer, y textos como
escolares de aquella época no despertaban. Llevé a cabo esta experiencia sin saber que el
propio Borges (un tenaz autodidacta, por cierto) había tomado un camino similar, y que
propugnaba que las claves de interpretación de los textos no debían situarse en las palabras
que fatal u ocasionalmente escogieran los autores, sino en ese tenebroso aspecto de la
subjetividad con que los lectores hacemos que esos textos sean reconocidos como obras
fundamentales para nuestra vida. ¿Hace falta advertir que la propia experiencia de los
de conjeturas y de especulación? ¿Es necesario recordar que gran parte de los textos
Como para cerrar esta parte de mi pasado remoto: creo haber encontrado en mi
adolescencia algunos textos que cautivaron y orientaron mi interés hacia cuestiones que tal
vez yo mismo no entendí cabalmente. Mejor dicho: que tal vez ahora mismo yo ya no estoy
en condiciones de entender cabalmente. Los textos que salieron a mi encuentro por aquel
entonces fueron los necesarios para despertarme la admiración por la actitud y el esfuerzo
correspondiente de algunos autores que nuestra tradición llama filósofos. Pero lo cierto es
atención a los problemas concentra más esfuerzos y desvelos que el análisis práctico de las
comprender a fondo las cuestiones que aprendemos de los textos filosóficos es un camino
vista y de todas las opiniones. No quiero decir que en mi caso haya logrado alguna de las
tres cosas. Lo que sí recupero como experiencia es haber entrado precozmente en contacto
con ámbitos de la producción intelectual que hicieron el suficiente ruido en mi cabeza como
Les prometí al comienzo referir algunas experiencias que me tomaron ya como profesor de
escuela secundaria. Cuando todavía no se habían cumplido los primeros seis meses de mi
graduación, fui convocado a una suplencia por unas horas de Filosofía en una escuela
vespertina de la zona de Quilmes, en el Gran Buenos Aires. Como era de rigor, la profesora
-que había pedido licencia por maternidad- dejó un programa en el que destacaba la
preocupación por cumplir con el Programa Oficial. Allí la filosofía era considerada la
madre de las ciencias, y por tanto, para alcanzar el arcano de tan encomiable función era
la metafísica, la estética, etc., etc. Estos departamentos del gran edificio filosófico
sin cambios a lo largo de los siglos y a pesar del sucederse de procesos históricos y
culturales tan impresionantes como la Revolución Industrial, o la Conquista de América, o
las Guerras del Peloponeso, etc. (de cuya noticia se enteraban los estudiantes en asignaturas
como Historia o Formación Cívica). La idea de modernidad era ajena al plan de estudios de
aquella época, y por lo tanto la evolución del pensamiento filosófico terminaba siendo
retratada como las esfinges egipcias, esto es, sin perspectiva, de perfil, y con un aire de
ideología positivista, como filósofos. Lo que destaco como cuestionable es que los alumnos
no alcanzaban a entender por qué la pregunta por el bien era preocupación sólo de la Etica
y no de la Epistemolgía, que interpelaba a las ciencias sin cuestionar por qué en trantas
ocasiones los científicos han trabajado al servicio de la explotación del hombre por el
que los alunos estudiaran filosofía y no se considerara necesario explicarles por qué el bien
y la verdad no eran objeto del mismo discurso, a pesar de que en la vida cotidiana ambas
común y por la vida cotidiana. En el caso de la enseñanza de la filosofía, creo que hay que
Lo que puede llegar a ser un mérito del pensamiento crítico si no se lo trabaja con
pretensión es a todas luces absurda; desde la mirada de los que están aprendiendo, puede
haber poca distancia entre el autoritarismo elitista que considera supersticiosos los sistemas
"En todo tiempo necesita cada cual cierta cantidad de cuidados, de dolores o
de miseria como necesita lastre el buque para sostenerse a plomo y navegar
derecho.
Así es como seguimos el curso de nuestra vida, con extraordinario interés, con
mil cuidados y precauciones mil, todo el mayor tiempo posible, como se sopla
una pompa de jabón empeñándose en inflarla lo más que se pueda y durante el
más largo tiempo, a pesar de la certidumbre de que ha de concluir por
estallar."
"Los hombres se parecen a esos relojes a los cuales se les ha dado cuerda y
andan sin saber por qué. Cada vez que se engendra un hombre y se le hace
venir al mundo, se da cuerda de nuevo al reloj de la vida humana, para que se
repita una vez más su rancio sonsonete gastado de eterna caja de música, frase
por frase, tiempo por tiempo, con variaciones apenas perceptibles."
" (...) en ce qui concerne l'agréable, on laisse chacun penser ce qu'il veut,