C-405-98 - Mocion de Observaciones - Concejo
C-405-98 - Mocion de Observaciones - Concejo
C-405-98 - Mocion de Observaciones - Concejo
Las contralorías, si bien son órganos autónomos de control fiscal, que deben
tener una especialización técnica y estar libres de interferencias partidistas,
no por ello se encuentran desvinculados del trabajo del Congreso y de los
concejos. Esto es en gran medida lo que explica que los contralores sean
elegidos, a nivel nacional por el Congreso, y a nivel municipal por los
concejos. Por ello la Corte ya había señalado que el señalamiento de las
plantas de personal, a iniciativa de los respectivos contralores, por los
concejos municipales y distritales, no afecta la autonomía de estos órganos
de control, entre otras cosas porque "la función de control fiscal, en cuanto
tiende a vigilar y asegurar la correcta utilización, inversión y disposición de
los fondos y bienes de los municipios y distritos, antes que ajena, interesa y
guarda relación estrecha con las funciones que le corresponden a los
concejos según el art. 313".
Temas:
Naturaleza administrativa de los concejos
municipales y funciones de control político
a la administración municipal
Moción de observaciones del concejo a los
órganos de control y autonomía de los
personeros y controles municipales.
El sistema global de Hacienda Pública, la
autonomía de la contraloría y su relación con
los cuerpos plurales representativos.
Magistrado Ponente:
Dr. ALEJANDRO MARTÍNEZ
CABALLERO
Ha pronunciado la siguiente
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
Los ciudadanos Carlos Mario Isaza y Carlos Alberto Paz Lamir presentan
demanda de inconstitucionalidad contra el artículo 38 (parcial) de la Ley 136 de
1994, la cual fue radicada con el número D-1952. La demanda es admitida, se
fija en lista para las intervenciones ciudadanas y se corre traslado al Procurador
General para que rinda el concepto de rigor. Cumplidos, como están, los trámites
previstos en la Constitución y en el Decreto No. 2067 de 1991, procede la Corte
a decidir el asunto por medio de esta sentencia.
El CONGRESO DE COLOMBIA
DECRETA:
(…)
III. LA DEMANDA.
Los actores consideran que el aparte demandado desconoce los incisos segundo
y tercero del artículo 113 de la Carta ya que establece una moción de
observación por parte del concejo a las decisiones de los órganos municipales y
distritales de control, con lo cual se vulnera su autonomía e independencia.
Según su criterio, la moción de observaciones, que es de origen legal, puede ser
vista como “una transposición al nivel local, de la moción de censura”, la cual
podría “expresar una tensión de origen democrático entre la administración
municipal y el concejo municipal como depositario de la representación
popular”. Sin embargo, en relación con la expresión impugnada, ese traspaso no
es admisible por cuanto “desconoce los principios de especialización funcional,
autonomía y separación, que preside y justifica la existencia de los órganos de
control, autónomos e independientes”. Por ello consideran que no es posible
incluir a las personerías y contralorías municipales “dentro del radio de control
político de los concejos”, puesto que se les sometería a “una interferencia no
autorizada constitucionalmente”, ya que los órganos de control no hacen parte
de “la estructura gubernamental del municipio” por lo cual no pueden ser objeto
de unas “observaciones con fundamento político”.
V. INTERVENCIÓN CIUDADANA
Competencia.
Ahora bien, según los actores y uno de los intervinientes, no es posible que el
concejo cite y formule una moción de observaciones al personero o al contralor
municipal por cuanto de esa manera se estaría ejerciendo una suerte de control
político sobre los órganos de control, lo cual afecta la independencia y la
autonomía de estos últimos. Además de esa manera se estaría permitiendo que
los controlados (los concejales) pudieran interferir en las labores de los
controladores (el personero y el contralor). Por el contrario, otro de los
intervinientes y la Vista Fiscal consideran que es perfectamente legítimo que el
concejo pueda citar a estos funcionarios y formularles una moción de
observaciones ya que no sólo éstas no son formas de control político sino que,
además, incluso si lo fueran, no por ello vulnerarían la Carta ya que ésta admite
que existan controles mutuos entre los distintos órganos de Estado. Finalmente,
otro interviniente formula una tesis intermedia pues considera que la Corte debe
declarar la exequibilidad condicionada de la expresión acusada. Según su
criterio, los concejos pueden citar a los personeros y contralores municipales con
el fin de obtener información de estos funcionarios, pero en manera alguna
pueden llegar a formular una moción de observaciones a su actuación, por
cuanto estarían afectando la autonomía de estos órganos de control. Como
vemos, el problema que plantea esta demanda es si es posible que la ley atribuya
a los concejos la facultad de citar a los personeros y contralores municipales con
el fin de obtener información y debatir sus actuaciones y, eventualmente,
formular una moción de observaciones sobre su comportamiento, la cual es
remitida al alcalde. Para responder este interrogante, comienza esta Corporación
por examinar si la figura misma de la moción de observaciones es compatible
con las funciones de los concejos municipales, para luego, en caso de que la
respuesta sea afirmativa, estudiar si ese mecanismo de control puede o no ser
aplicado a los personeros y contralores municipales o distritales.
11- La Corte considera que la expresión acusada persigue una finalidad legítima,
ya que estimula el debate ciudadano y el ejercicio del control político local por
parte de las corporaciones de representación plural en los municipios. La medida
es igualmente adecuada para tal efecto, en la medida en que permite al concejo
citar a los personeros y contralores, debatir sus actuaciones, y eventualmente
formular una crítica pública, con lo cual se estimula la deliberación democrática
y el control político sobre la actuación de esos organismos de control. Sin
embargo la pregunta que surge es si el mecanismo puede llegar a afectar a tal
punto la autonomía de los organismos de control, que resulte manifiestamente
innecesario y desproporcionado en relación con la finalidad que se pretende
satisfacer.
8 Esteban Jaramillo. Hacienda Pública (5 Ed). Bogotá: Librería voluntad S.A, 1953, p 549.
9 Sentencia C-272 de 1996. MP Antonio Barrera Carbonell.
En ese mismo orden de ideas, la labor de los personeros tampoco es extraña a las
competencias de los concejos municipales pues ambos existen en gran parte para
fiscalizar la labor de la administración local a fin de que ésta cumpla
adecuadamente sus labores, esto es, que las alcaldías actúen en beneficio del
interés común, sin que sus funcionarios infrinjan las leyes o abusen de sus
atribuciones. Es cierto que la función de control del concejo y el personero
tienen cada una su especificidad, pues la fiscalización de los concejos es
eminentemente política, por las características de este cuerpo representantivo,
mientras que la tarea del personero tiene otro carácter, por cuanto éste ejerce
funciones de Ministerio Público. Sin embargo, en ambos casos existe el interés
de fiscalizar la la gestión de la administración. Por ello históricamente la figura
del ombudsman, que corresponde en gran medida, en otros países, al Ministerio
Público en nuestro régimen constitucional, se encuentra tan íntimamente ligada
a la labor de fiscalización de los cuerpos representativos, que se considera que
estos funcionarios son una suerte de agentes de esas corporaciones. El sistema
colombiano acoge otro modelo, ya que el Ministerio Público es un órgano de
control autónomo, pero no por ello se encuentra separado de las actividades del
Congreso, en el plano nacional, ni de los concejos, en el ámbito local, lo cual
explica que estos cuerpos representativos tengan una incidencia directa en su
elección (CP arts 276 y 313 ord 8º). Además, en el caso específico de los
personeros municipales, el artículo 178 de la Ley 136 de 1994 señala que fuera
de las funciones que determinen la Constitución y las leyes, este funcionario
ejercerá también las atribuciones que le fijen los respectivos acuerdos
municipales. Por ende, si el concejo, mediante acuerdo, puede señalar al
personero del respectivo municipio nuevas responsabilidades, resulta razonable
que esa corporación pueda ejercer un especial control sobre la manera como este
funcionario ha desarrollado esos cometidos.
16- Con todo, la Corte precisa que los anteriores condicionamientos a la norma
acusada, que buscan preservar al máximo la esfera de acción de la moción de
observaciones pero sin que ésta vulnere la autonomía de los órganos de control,
en manera alguna significa que las actuaciones de los personeros y los
contralores no se encuentren sujetas a los correspondientes controles penales y
disciplinarios. Por ende, si el concejo, al examinar la conducta de estos
funcionarios, encuentra que estos servidores han cometido faltas disciplinarias o
hechos punibles, tiene no sólo la facultad sino la obligación de remitir la
información a las autoridades competentes para que éstas adelanten las
correspondientes investigaciones de rigor.
17- Con las anteriores precisiones, la Corte encuentra que la expresión acusada
se ajusta a la Carta, por lo cual declarará la exequibilidad condicionada de la
misma. Como se desprende de la argumentación de esta sentencia, resultaba
imposible analizar esos apartes sin estudiar en su integralidad los artículos 38 y
39 de la Ley 136 de 1994, que regulan las citaciones a ciertos funcionarios y la
posibilidad de que el concejo formule una observación sobre su conducta. Ahora
bien, en relación a los secretarios, los jefes de departamento administrativo y los
representantes legales de las entidades descentralizadas, la Corte no encuentra
ninguna objeción constitucional puesto que estos servidores son agentes del
alcalde, por lo cual la remisión de la moción de observaciones tiene plena
operancia frente a ellos. Por ende, y en aplicación de la figura de la unidad
normativa, la Corte declarará la exequibilidad simple del resto de esos artículos.
VIII. DECISIÓN
RESUELVE