Definición de Célula
Definición de Célula
Definición de Célula
La célula es una unidad mínima de un organismo capaz de actuar de manera autónoma. Todos
los organismos vivos están formados por células, y en general se acepta que ningún organismo
es un ser vivo si no consta al menos de una célula. Algunos organismos microscópicos, como
bacterias y protozoos, son células únicas, mientras que los animales y plantas están formados
por muchos millones de células organizadas en tejidos y órganos. Aunque los Virus y los
extractos acelulares realizan muchas de las funciones propias de la célula viva, carecen de vida
independiente, capacidad de crecimiento y reproducción propias de las células y, por tanto, no
se consideran seres vivos. La biología estudia las células en función de su constitución molecular
y la forma en que cooperan entre sí para constituir organismos muy complejos, como el ser
humano. Para poder comprender cómo funciona el cuerpo humano sano, cómo se desarrolla y
envejece y qué falla en caso de enfermedad, es imprescindible conocer las células que lo
constituyen.
Hay células de formas y tamaños muy variados. Algunas de las células bacterianas más pequeñas
tienen forma cilíndrica de menos de una micra o µm (1 µm es igual a una millonésima de metro)
de longitud. En el extremo opuesto se encuentran las células nerviosas, corpúsculos de forma
compleja con numerosas prolongaciones delgadas que pueden alcanzar varios metros de
longitud (las del cuello de la jirafa constituyen un ejemplo espectacular). Casi todas las células
vegetales tienen entre 20 y 30 µm de longitud, forma poligonal y pared celular rígida. Las células
de los tejidos animales suelen ser compactas, entre 10 y 20 µm de diámetro y con una
membrana superficial deformable y casi siempre muy plegada. Pese a las muchas diferencias de
aspecto y función, todas las células están envueltas en una membrana —llamada membrana
plasmática— que encierra una sustancia rica en agua llamada citoplasma. En el interior de las
células tienen lugar numerosas reacciones químicas que les permiten crecer, producir energía y
eliminar residuos. El conjunto de estas reacciones se llama metabolismo (término que proviene
de una palabra griega que significa cambio). Todas las células contienen información hereditaria
codificada en moléculas de ácido desoxirribonucleico (ADN); esta información dirige la actividad
de la célula y asegura la reproducción y el paso de los caracteres a la descendencia. Estas y otras
numerosas similitudes (entre ellas muchas moléculas idénticas o casi idénticas) demuestran que
hay una relación evolutiva entre las células actuales y las primeras que aparecieron sobre la
Tierra.
En los organismos vivos no hay nada que contradiga las leyes de la química y la física. La química
de los seres vivos, objeto de estudio de la bioquímica, está dominada por compuestos de
carbono y se caracteriza por reacciones acaecidas en solución acuosa y en un intervalo de
temperaturas pequeño. La química de los organismos vivientes es muy compleja, más que la de
cualquier otro sistema químico conocido. Está dominada y coordinada por polímeros de gran
tamaño, moléculas formadas por encadenamiento de subunidades químicas; las propiedades
únicas de estos compuestos permiten a células y organismos crecer y reproducirse. Los tipos
principales de macromoléculas son las proteínas, formadas por cadenas lineales de
aminoácidos; los ácidos nucleicos, ADN y ARN, formados por bases nucleotídicas, y los
polisacáridos, formados por subunidades de azúcares.
Entre las Células procarióticas y eucarióticas hay diferencias fundamentales en cuanto a tamaño
y organización interna. Las procarióticas, que comprenden Bacterias y cianobacterias (antes
llamadas algas verdeazuladas), son células pequeñas, entre 1 y 5 µm de diámetro, y de
estructura sencilla; el material genético (ADN) está concentrado en una región, pero no hay
ninguna membrana que separe esta región del resto de la célula. Las células eucarióticas, que
forman todos los demás organismos vivos, incluidos protozoos, plantas, hongos y animales, son
mucho mayores (entre 10 y 50 µm de longitud) y tienen el material genético envuelto por una
membrana que forma un órgano esférico conspicuo llamado núcleo. De hecho, el término
eucariótico deriva del griego ‘núcleo verdadero’, mientras que procariótico significa ‘antes del
núcleo’.
Partes de la célula
El núcleo
El órgano más conspicuo en casi todas las células animales y vegetales es el núcleo; está rodeado
de forma característica por una membrana, es esférico y mide unas 5 µm de diámetro. Dentro
del núcleo, las moléculas de ADN y proteínas están organizadas en cromosomas que suelen
aparecer dispuestos en pares idénticos. Los cromosomas están muy retorcidos y enmarañados
y es difícil identificarlos por separado. Pero justo antes de que la célula se divida, se condensan
y adquieren grosor suficiente para ser detectables como estructuras independientes. El ADN del
interior de cada cromosoma es una molécula única muy larga y arrollada que contiene
secuencias lineales de genes. Éstos encierran a su vez instrucciones codificadas para la
construcción de las moléculas de proteínas y ARN necesarias para producir una copia funcional
de la célula. El núcleo está rodeado por una membrana doble, y la interacción con el resto de la
célula (es decir, con el citoplasma) tiene lugar a través de unos orificios llamados poros
nucleares. El nucléolo es una región especial en la que se sintetizan partículas que contienen
ARN y proteína que migran al citoplasma a través de los poros nucleares y a continuación se
modifican para transformarse en ribosomas. El núcleo controla la síntesis de proteínas en el
citoplasma enviando mensajeros moleculares. El ARN mensajero (ARNm) se sintetiza de acuerdo
con las instrucciones contenidas en el ADN y abandona el núcleo a través de los poros. Una vez
en el citoplasma, el ARNm se acopla a los ribosomas y codifica la estructura primaria de una
proteína específica.
Citoesqueleto
El citoesqueleto es una red de filamentos proteicos del citosol que ocupa el interior de todas las
células animales y vegetales. Adquiere una relevancia especial en las animales, que carecen de
pared celular rígida, pues el citoesqueleto mantiene la estructura y la forma de la célula. Actúa
como bastidor para la organización de la célula y la fijación de orgánulos y enzimas. También es
responsable de muchos de los movimientos celulares. En muchas células, el citoesqueleto no es
una estructura permanente, sino que se desmantela y se reconstruye sin cesar. Se forma a partir
de tres tipos principales de filamentos proteicos: microtúbulos, filamentos de actina y
filamentos intermedios, unidos entre sí y a otras estructuras celulares por diversas proteínas.
Los movimientos de las células eucarióticas están casi siempre mediatizados por los filamentos
de actina o los microtúbulos. Muchas células tienen en la superficie pelos flexibles llamados
cilios o flagelos, que contienen un núcleo formado por un haz de microtúbulos capaz de
desarrollar movimientos de flexión regulares que requieren energía. Los espermatozoides nadan
con ayuda de flagelos, por ejemplo, y las células que revisten el intestino y otros conductos del
cuerpo de los vertebrados tienen en la superficie numerosos cilios que impulsan líquidos y
partículas en una dirección determinada. Se encuentran grandes haces de filamentos de actina
en las células musculares donde, junto con una proteína llamada miosina, generan
contracciones poderosas. Los movimientos asociados con la división celular dependen en
animales y plantas de los filamentos de actina y los microtúbulos, que distribuyen los
cromosomas y otros componentes celulares entre las dos células hijas en fase de segregación.
Las células animales y vegetales realizan muchos otros movimientos para adquirir una forma
determinada o para conservar su compleja estructura interna.
Mitocondrias y cloroplastos
Las mitocondrias son uno de los orgánulos más conspicuos del citoplasma y se encuentran en
casi todas las células eucarióticas. Observadas al microscopio, presentan una estructura
característica: la mitocondria tiene forma alargada u oval de varias micras de longitud y está
envuelta por dos membranas distintas, una externa y otra interna, muy replegada. Las
mitocondrias son los orgánulos productores de energía. La célula necesita energía para crecer y
multiplicarse, y las mitocondrias aportan casi toda esta energía realizando las últimas etapas de
Membranas internas
Núcleos, mitocondrias y cloroplastos no son los únicos orgánulos internos de las células
eucarióticas delimitados por membranas. El citoplasma contiene también muchos otros
orgánulos envueltos por una membrana única que desempeñan funciones diversas. Casi todas
guardan relación con la introducción de materias primas y la expulsión de sustancias elaboradas
y productos de desecho por parte de la célula. Por ello, en las células especializadas en la
secreción de proteínas, por ejemplo, determinados orgánulos están muy atrofiados; en cambio,
los orgánulos son muy numerosos en las células de los vertebrados superiores especializadas en
capturar y digerir los virus y bacterias que invaden el organismo. La mayor parte de los
componentes de la membrana celular se forman en una red tridimensional irregular de espacios
rodeada a su vez por una membrana y llamada retículo endoplasmático (RE), en el cual se
forman también los materiales que son expulsados por la célula. El aparato de Golgi está
formado por pilas de sacos aplanados envueltos en membrana; este aparato recibe las
moléculas formadas en el retículo endoplasmático, las transforma y las dirige hacia distintos
lugares de la célula. Los lisosomas son pequeños orgánulos de forma irregular que contienen
reservas de enzimas necesarias para la digestión celular de numerosas moléculas indeseables.
Los peroxisomas son vesículas pequeñas envueltas en membrana que proporcionan un sustrato
delimitado para reacciones en las cuales se genera y degrada peróxido de hidrógeno, un
compuesto reactivo que puede ser peligroso para la célula. Las membranas forman muchas
otras vesículas pequeñas encargadas de transportar materiales entre orgánulos. En una célula
animal típica, los orgánulos limitados por membrana pueden ocupar hasta la mitad del volumen
celular total.
División celular
Las plantas y los animales están formados por miles de millones de células individuales
organizadas en tejidos y órganos que cumplen funciones específicas. Todas las células de
cualquier planta o animal han surgido a partir de una única célula inicial —el óvulo fecundado—
por un proceso de división. El óvulo fecundado se divide y forma dos células hijas idénticas, cada
una de las cuales contiene un juego de cromosomas idéntico al de la célula parental. Después
cada una de las células hijas vuelve a dividirse de nuevo, y así continúa el proceso. Salvo en la
primera división del óvulo, todas las células crecen hasta alcanzar un tamaño aproximado al