Carlos Sabat Ercasty - Poemas Del Hombre 1921
Carlos Sabat Ercasty - Poemas Del Hombre 1921
Carlos Sabat Ercasty - Poemas Del Hombre 1921
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POEMAS D E L HOMBRE
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CARLOS SABAT ERCASTY
POEMAS
MONTEVIDEO
n en xxi
TALLERES DE LA ESCUELA INDUSTRIAL N.° 1
COMPOSICIÓN EN LINOTIPO
A CARGO DE LOS ALUMNOS
MARÍA CARUSO...................
CARLOTA I L L A ...................
MARIA ESTHER RODRIGUEZ
JULIA S A R A V IA ..................
JUAN J. A L C A ID E ................
EMILIO A Y A L A .................... LIBRO'DE LA VOLUNTAD
JUAN CARLOS F O N T A N A ...
AMÉRICO MANGARELLI-----
JULIO F. M A R IA N I..............
PEDRO V. M A R IA N I............
CLETO M. OLMEDO ---------
PABLO P. SILVEIRA---------
NICOLÁS VIEGA . . . : ..........
JUAN VIZCAINO....................
MONTEVIDEO
3 4 5 2 ff
Libro de 9
LIBRO DE LA VOLUNTAD
%
¿De qué raíz terrestre me he desprendido, dime?
De qué fuerzas enceguecedoras del espíritu
rasgo las vendas últimas?
Qué mundos de color,
qué olas de forma,
qué caminos de luz,
16 Libro de la Voluntad Libro de la Voluntad 17
11
Momentos en que las manos ambiciosas
♦ ya van a entrar al resplandor supremo!
Ah, qué miedo hermanos!
Qué miedo tan imposible de vencer!
Qué modo de doblarme en mi dolor de hombre!
III
Ah, compañera mía!
Tú conoces mi fuego y mi secreto.
Interrúmpeme la voluntad titánica. Hermano!
Rompe mi proa ardiente con tu grito más ágil. Mi alma es la nube
Agárrame por esta carne débil el rayo que da la nube
hasta anudarme al mundo espeso y fuerte. y el árbol que será encendido.
Ponte como un obstáculo de fuego Toma mi mano de cenizas vivas!
entre mi anhelo y Dios, entre el hombre y la esfinge.
Arrástrame a los países de tus ojos Ah,
hasta nacer bien humanas mis pasiones
cuantas veces, hermano, mi voluntad de hombre
y sentir esta vida desesperada y ebria rota en la piedra del mundo
como los otros seres que van ciegos y firmes. era un grito tan hondo y tan puro
Dame a beber la copa de los dulces olvidos.
que no tenía lágrimas ni voz para decirse!
Sálvame de mi sed y de m l'orgullo
antes de que mi frente quede loca. El obstáculo es el vínculo de fuego
Devuélveme todas las mentiras que nos ata la vida con la Tierra.
y bésame estos labios angustiosos Quiero!
hasta que ya no griten frente al misterio mudo. Ese es mi grito único y vasto.
Dame todo el engaño, compañera, Yo quiero para mi y quiero para todos!
hasta olvidar mi anhelo sobrehumano El tiempo pasa
y morir lentamente entre las llamas con su rueda de siglos y de mundos.
con que me envuelven tus ardientes bracos! . . . Quiero! — Quiero!
Pero ya no es posible! ... No es po^jble!... En la huida incontenible de la cosas
mi. anhelo se agarra con uñas y dientes
a una felicidad desesperada
Libro de la Voluntad 21
20 Libro de la Voluntad
Me lo roban todo!
Lo que hago va quedándose en la ruta.
MI anhelo no tiene piedad de mis ojos.
Me cuelga de los astros
desesperado de sed V
y el labio de la luz me dice:
Crece sobre mí!
Ambiciona! Hermano!
Embriágate de ti mismo, hombre! Hermano inmenso!
Ensancha el corazón hasta que ya sus fibras Contémplame esta enérgica locura
te anuncien que se rompen, y la potencia elástica con que me rompo en músicas.
y rómpelas! Mira estas últimas exaltaciones,
Golpea el mundo de piedra el arrebatado abrazo con que ciño mi vida
con tu cabeza de fuego. a todo el Universo!
Cumple en tu vida tu mayor destino. Mi alma ha llegado a su dolor más puro.
Alimenta de llamas Mi rama altiva
el vuelo de la voluntad, grita sin llorar dentro del viento.
y haz toda la fiebre sobre tu pasión. El primer salto de mi fuego
Sé tu mismo. no me dejó crecer en este incendio, hermano!
Sé terriblemente tu mismo. Y que es ésto, todo ésto, dímelo?
Cierra los ojos y deja caer la espada.
Un solo minuto de ese placer Hermano!
compensa el dolor de desgarrar los lazos. No pueden ser mis noches más inmensas y mudas.
Libre, libre, No encuentro nadie que me hable y me escuche.
hombre de los grandes recuerdos Atam e a tus palabras, tú que ríes aún,
y las anhelantes esperanzas! y échales tus raíces a mi ruta de piedra,
Libre, sobre la ola de la voluntad! y anúdame en sus fibras estos pies sin espera.
L a nave es la luz, de la proa N o puedo estar tan solo y devorándome
y el dolor de los mástiles. en estos anhelantes
Mira qué hermosa actos de voluntad jamás vividos!
es la tempestad sobre los mares! (3
34 Libro de la Voluntad Libro de la Voluntad 35
todo lo más mío, y en lo que podrá ser después de que estés muerto?
se va haciendo más hondo y más humano, Ah,
y el corazón llora de bueno. las raíces se callan en esas dos distancias!
Ah, la pureza última de comprenderlo todo!
Gozo el anhelo inmenso de entregarme Hermano! -— Hermano!
y dar como una fruta de fuego mi emoción. Estas calles violentas que ahora piso.
Lo que interrumpe mi divino impulso Estos cielos activos de luz astral y fuego
caerá también conmigo sobre el sueño cansado que abisma la ciudad,
bajo el peso violento de mis actos. tan vastos y tan finos dentro de mis pupilas.
Me aíslo para verme en lo más mío. Este vigor mental que me lleva a otros orbes
Me dejo ir a la impresión desnuda. y me hace hablar con Dios.
Me miro en el pui^to lejanísimo Esta exaltada y múltiple y ardorosa pasión
y me contemplo libre y desbordante que me vuelca én el río de los seres.
en la más prodigiosa distancia del espíritu. Esta frente tan pura
Qué sorpresa creciente la de sentirme vida! que camina en la voz y en las palabras...
Qué voluntad tan pura es la que hundo en mi abismo! Todo es un aire vano, todo un agua sin huellas,
en un pequeño mundo, infatigable y ebrio,
Hermano! — Hermano! que hace su vuelta triste
Húndete en ti mismo en la rueda potente de los astros?
hasta mirarte en las raíces.
Bájate sin alegrías y sin miedo Ah, si nos igualáramos a nuestro Dios, hermano!
por que todo triunfo es imposible. No tengo conformidad con lo que soy ahora.
Cada hora que pasa Nada calma mi sed.
nos apaga un temblor más lento del espíritu No me he arrancado nunca la palabra infinita
y una llama rríiás suave de la sangre. l ue fuese como un mar
Viene todas las noches el leñador y corta en la lengua quemada del espíritu.
uno más de mis árboles. El árbol alto
Damos la enorme vuelta y el aletazo de los grandes vientos
ciegos a lo que es y a lo que somps. están luchando sobre mi soledad.
No piensas con horror Tanto lo he levantado de la Tierra
en todo lo que ha sido antes de que tú fueras que hoy se quema de estrellas y se hiela de sombras.
40 Libro de la Voluntad Libro de la Voluntad 41
En grupos y en parejas
se daban el calor unos a otros. no cura más que el bálsamo de una luz más profunda.
esta es mi hora de las risas locas Soy nada más que una gran sed!
la ardiente canción del olvido: Qué belleza más trágica puede darme la vida?
— Voluntad, has entrado a tu'puerto.... Mi punto invisible sobre el Universo
se hará profundo por el fuego.
Pero yo soy la guerra No hay más destino
y pediré de nuevo más batallas y rutas. que una voluntad guerrera.
Qué haría de mi vida sin los altos peligros? .Sentirnos todos
El deseo es también un desafío. hasta la desesperación y el vértigo.
Sobre la nieve más fría Alzarnos violentamente
he afilado mi alma treinta años. como los incendios y las olas.
Ya terminó la lucha con la Tierra. Quemarnos de pasión como la carne cósmica
Un día mis heridas y las suyas se hablaron de las estrellas.
y entonces comprendí que era mi hermana. 1’oner los pies llagados,
Y o fui arrojado hacia la eternidad las grietas agrias, las heridas rojas
como una piedra viva del caminante,
y ya no puedo detener mi marcha. donde no hay sustentación, soporte, nada!
Ella lo mismo, nuestra gran hermana, Es qué en ningún extremo robaremos la antorcha?
la madre de las selvas y los hombres, Es qué toda batalla terminará en batalla?
fué lanzada a las formas Es qué la sed más alta sube otra sed más alta?
como una inmensa fatalidad. Es qué somos la flecha y no es carne la luz?
Tierra y hombre, Es igual!
peso obscuro y ala encendida, Mi voluntad se carga de afanes en la flecha
van amarrados a un destino igual aunque sé que yo mismo soy la herida que hace!
por el silencio, por la sed, por el dolor.
Hermana! Hermana! V oluntad!
Tú me verás subir a tus montañas V ive de tu potencia y crece de ti misma.
por la ruta Fatiga el corazón, devórame la vida.
de los grandes peligros Jamás como esta hora, ah, voluntad suprema!
y las largas caídas Nadie ha de verme en mi trabajo amargo.
y quemará la noche A esta altura divina
el fuego do mis rápidos perfiles mi guerra es un dolor nunca sufrido.
en la actitud rebelde de domar los destinos. No habrá tierra que cubra los restos de mi vida
48 Libro de la Voluntad
(4
Libro del Corazón 51
Si, corazón,
innumerables cantos
como de mar,
me llegan
desde tu carne joven.
No te recuerdas, dime,
cuando los dos teníamos
una carne frutal de niño, y tú te erguías
en la música nueva de mi pecho,
azul y diáfano,
con una gracia ingenua de flores con rocío?
No te recuerdas, dimje,
cuando abriste en mi cuerpo una herida de fuego
para la pasión y para la lucha,
llenabas mi frente de luz y de estrellas,
54 Libro del Corazón Libro del Corazón 55
Recuerdas ?
Corríamos como los niños
por las calles más hondas y mudas de la noche.
V I II
Tus cicatrices se cubrieron de himnos.
Vino después la altísima mañana
a la ciudad de los hombres,
y tú te abriste al mundo como una rosa ardiente La mañana me abrió las puertas del corazón
y entraste de pronto hasta la luz divina y yo me fui a los caminos del mundo.
con todas las formas de la Tierra.
En la hora feliz de la luz nueva
las aves entran a las rutas libres.
Corazón,
íué entonces que me cantó mi anhelo
en la hendidura de tu angustia:
No hay nada prohibido para ti.
Desanuda tu silencio.
Desencadena tus ímpetus irrefrenables y gozosos.
Mézclate a la agitada realidad.
Inúndalo todo,
ata y desata tu actividad potente,
transfigúrate,
sobreponte a todas las alturas.
Corazón,
fué entonces que me cantó mi anhelo
72 Libro del Corazón
Libro del Corazón 73
en la hendidura de tu angustia:
al amor,
Tú eres una vara sublime de la vida.
a la lucha,
Puedes arquearte,
y así correremos maravillados
puedes crecer como el mediodía,
por la inmensa embriaguez de ser.
puedes castigar,
puedes acariciar,
puedes echar raíces,
y cubrirte de hojas y de cantos,
puedes subir tus ramas hasta Dios
y madurar tus frutas en la eternidad,
porque enlazas tu crecimiento
entre las selvas que ya se fueron
y las selvas que vienen hacia el mundo.
No seas tu obstáculo.
No seas tu dolor.
N o seas tu muerte.
N o busques tu camino
por que está siempre debajo de tus plantas.
No sepas tu fin
por que está siempre en la ruta que haces.
La vida te llama.
La vida te trajo para ella.
Yo te enlazaré a la belleza,
*
74 Libro del Corazón Libro del Corazón 75
Ah, corazón!
Tienes así mi vida íntegra!
Puedes dar mi riqueza y regalar mi fruta.
Esta grande batalla de las noches
ha sido tu triunfo. X
Como las altas aves en el azul del día
podrás viajar por todas las almas que te esperan.
Qué dolorosas extinciones Ah, dime Dios mío!
del egoísmo y del deseo, Por qué no vienen hoy a herirme mis hermanos?
y qué fuerzas, más que nada, qué fuerzas!
No me niegues el dolor de cada día.
Y a soy ahora lo que puede darse. Hermanos,
Me salí todo de la sed por el árbol, aquí tenéis mi corazón.
soy la sombra y la fruta y el licor y las flores. Afilad bien vuestros cuchillos.
Las manos me despojan y canto de alegría. Asegurad el golpe al bajar las espadas.
Ved la probreza mía en que ellos me dejaron, Hundidme el hierro mudo de vuestras lanzas áridas.
ved que todas mis hojas curaron sus heridas, Qué dulce es el metal que nos desangra!
ved que todas mis frutas son la salud de ellos,
ved que mis grandes ramas dan fuego a sus hogares, Ah, dime Dios mío!
y ved, ved bien, hermanos, cómo canta mi pecho Por qué no vienen hoy a herirme mis hermanos?
y con que inmenso júbilo agradezco el despojo!
Es preciso que todos lastimen esta vida
Gracias, mi corazón! — Gracias, mi corazón! incontenible y ebria.
Y a soy ahora lo que puede darse! L a belleza es una herida más.
Soy quien deja los besos más hondos y más puros Mi corazón, hermanos,
en los párpados lentos y morados, está abierto de grietas que me cantan.
sobre los ojos finos y amargos de llorar! Mis dedos anhelantes
desnudaron mis agrias cicatrices.
Las palabras divinas
tienen un sangriento labio
do donde nacen antes de ser dichas.
78 Libro del Corazón Libro del Corazón
XI
Tú, que por ser el niño eres también el hombre,
ven, acércate a mi, disfruta de esta sombra
delicada y profunda que curará tu miedo.
Ah, niño, niño mío! Lo que cierra tus ojos es el temor, hermano!
Tú, que vagas perdido por las calles, Tú mismo no te miras, tú mismo no te ves,
tú que jamás supiste que vas hacia una meta, tú jamás contemplaste con que fuerza tremenda
y cruzas por las plazas y te miran y m iras---- y con'que cobardía te prendes a tu parte'
Ah, niño, niño mío! Es enorme tu nube de tinieblas
Tú, que no ves las sombras hondamente pesadas tu esclavidud, tu tembloroso pánico.
en las ciudades sordas, brutales, instintivas, Vente bajo mi árbol generoso,
donde las cacerías del hombre sobrepasan marea tus sentidos con mi música,
en acechos y asaltos obscuros a las selvas . . . . toma toda tu parte y roba más si quieres
Áh, bestial niño mío! y vete luego y no agradezcas nada.
Junta toda tu vida al fuego de mi alma, No te alejes, hermano, si vas á darte vuelta
déjame verte bien, hasta el fondo, hasta el barro, a reír satisfecho, espléndido, gozoso,
niño ardiente y salvaje, niño hermoso y violento! ah, niño mío, niño,
Déjame que te asalte mi vida generosa hombre de las ciudades y los campos,
por tu sorpresa torpe, desconfiada y maligna! magnífico y salvaje!
Niño mío, no temas!
Yo comprendo tu marcha en medio de las cosas, No me ocultes tu crimen por que no lo comprendes.
por este inmenso bosque de dolor y fatiga, Y si quieres vengarte de verme generoso,
y agarrado al instinto como una antigua espada. si tanto te fastidia mi gran desprendimiento,
ven más cerca a reírte, ríe más, niño mío,
Qué bien!
La empuñadura para la fuerza, arrojáme las piedras que ocultan tus rencores
y hazme correr la sangre
y lo demás, simple y perfecto,
delicada y profunda de mis sienes. (6
para poder!
82 Libro del Corazón Libro del Corazón
Ah, niño mío, niño! Ah, si me fuese dado estar vivo hasta entonces
Ves qué pobre, qué triste y frío eres para verte tan nuevo, conmovido, profundo,
en medio del festín? con una primer lágrima que no sea egoista
Con qué torpeza ingenua devoras tu ración! y una mancha de sangre en cada mano
Qué ancha, qué potente, qué ruda es tu mandíbula, por el fuego de todas las llagas que tocaste!
y como vas pasando de una venda a otra venda
y ejercitas los dientes y te afilas las garras!
Eres como los tigres y las hienas
pero en tus ojos brilla una luz que no has visto
yi por la carne aguda del corazón, de pronto,
se va a encender la llama de la música.
Y es así que te amo, niño mío,
por la luz que te arde en las pupilas,
por el fuego anhelante que quemará tu carne!
Las orillas del mar las está haciendo el agua. de tanto fuego humano que te arde y te quema.
Tu sed es la que hace tus orillas.
Sólo lo que en tí se hunde Más allá, más a llá !...
tiene un camino firme y verdadero. En medio de la noche, más allá, más a llá !...
L a frente nunca sale de los laberintos. Yo te siento, ella te siente,
Entre las confusiones, caldas y fracasos, te sentirán los mundos no nacidos,
cuando todo se pierde, cuando no alcanzo nada, logras para tu amor la infinita presencia.
cuando me doblo arqueándome Pegado contra el barro de tu astro
bajo las grandes sombras, eres lo más ardiente, lo más fino y más hondo
me echo de golpe sobre tu luz potente que ha nacido del lodo y de la piedra.
y me quemo de amor y de sed en tu fuerza! Corazón de los hombres!
Qué has querido decir con todo ésto?
Más allá, más a llá !... Ahora que tu latido es de luz y de miel,
En medio d é la noche, más allá, más a llá ! . . . ahora que tu fruta es tan pura que salva
A llí donde no encuentra el deseo una puerta, y puede consolar a todos los sedientos,
tú golpeas, tú sufres, tú porfías, ahora corazón, más allá, más a llá ...
tú haces la salida en el abismo. en medio de la noche, más allá, más a llá ...
La raíz de tu árbol Levántate en un canto primordial y profundo
es la única llave de las cosas. como la fuerza que hizo los toros y las águilas,
Tan agudo y tan fino de sentir has quedado levántate en un canto que ofrezca un ala Inmensa
que eres todo de música, de temblor y de nervio. para darle a los hombres un abrigo de música!
Tu carne hizo cadena con mil carnes
y tu sangre hizo río con mil sangres,
y cuántos corazones, desde lejanos siglos,
te dejaron más luz, más amor, más anhelo.
Tú eres como el final de las generaciones.
En qué otro corazón-hubo tanta potencia,
tanta cosa de Dios y de los hombres,
y tanta libentad y alegría de darlas?
Echado contra el peso de la Tierra,
tu llanto la estremece y la desmaya
LIBRO DEL TIEAPO
Libro del Tiempo 3
‘Aquí,
en la orilla del gran río,
yo, hombre del mundo y de las estrellas,
me he detenido a sentir
los pasos profundos de la eternidad.
Hermano mío!
Vengo arrastrando pesos enormes
desde encima de mi dolor.
Me he puesto a traerte ahora
las cosas de más arriba.
He ahí para todos
mis robos profundos a la noche.
Mi raíz trabaja.
Mis frutas caen.
V oy por el camino de las estaciones.
Y a no está el medio día en mi tiempo.
92 Libro del Tiempo Libro del Tiempo 93
IV
III
Hermano! — Hermano!
Una arruga nueva Sólo tengo sed y preguntas en los labios.
se me acuesta en la frente. El tiempo corre
Tengo otra grieta para el llanto. pero el viajero soy yo.
Qué no se me levante un sollozo A l poner mi frente en la eternidad
que no sea colérico! solo junté río con río.
Qué mis ojos de varón La ola es lo más alto del mar.
mantengan sus sales y su fuego! Mira como van mis voces
Me dormiré sobre maderas encendidas. sobre las corrientes inmensas!
La noche se hará tan honda y tan aguda Mi corazón pregunta para todos:
que el filo de su frío despertará mis ojos. Dé qué confines sobre — astrales
Me levantaré con un ave de fuego en-el corazón. se desprenden los ríos del tiempo?
Llevaré mi boca al costado A qué finales sobre — divinos
donde las ramas se llenen de savia. camina la eternidad?
Todas las frutas del bien ¿Qué soy yo mismo
cargarán los árboles de mi espíritu. entre el nacimiento y la muerte?
Y estaré a la orilla del gran río ¿Qué vertientes obscuras
pálido de amor y mordido de fiebre! dejan caer las grandes aguas?
Qué es durar, estar, permanecer?
Lo fuerte es lo efímero.
El polvo resiste más que la piedra.
Los mundos se gastan como vértices.
Barcos en el mai
y estrellas en la eternidad. . .
La misma zozobra!
96 Libro del Tiempo
Libro del Tiempo 97
(7
os Libro del Tiempo
Libro del Tiempo 99
Ah,
no puedo más, hermano!
He perdido la voz
a lo largo de los gemidos.
Pasa el gran río
y las aguas eternas me gastan.
Se me rompe el silencio
por el costado más amargo.
Virginidad, sencillez, serenidad
en la frente y la carne luminosas del n iñ o!. . .
Cuerpos de músicas ebrias y de ágiles danzas! . . .
Dónde se fueron los días de luz pura
en el aire y en el corazón?
Volaban las cosas y las horas
y nosotros no supimos que nos íbamos también.
Ah, me detengo a meditar, hermano!
Recuerdo y tiemblo!
Siento como si mi alma fuese
esa sombra inmensa que duele tanto
en la noche de los caminantes y los ciegos.
Las raíces del tiempo donde se alzan los actos
se alimentan de nuestra carne ansiosa,
y cada hora hacemos
una obscuridad más alta en el deseo.
104 Libro del Tiempo Libro del tiempo 105
En el calor de un vientre
se iba haciendo un destino, un corazón, un alma.
Cómo pasaron los días por esa raíz!
Cómo nos alzamos en la eternidad!
Cómo entra una forma nueva XV
el pasado es de la-muerte,
y el presente impetuoso se desmorona ciego
con un grito abrasado, incontenible y loco.
Me convierto en un drama inmóvil y anhelante.
Para qué destino caminaré? XVI
Tengo más fuerza para soñar que para andar!
Mi voluntad se me descarga adentro
en unos golpes enormes I 1na vida deja otra vida antes de irse.
que se me hunden todos en las raíces del ser. Se hace un hombre más en el universo.
El tiempo va gastando los nudos de la vida, H ay otro dolor, un amor nuevo,
mientras pasa sus hilos cortantes y un deseo que nunca pedía.
sobre el pasmo erizado y agudo de mis nervios! c u ,! 110
*
El dolor nos mira y nos esgpra.
Ay,
las manos recojen la fruta cansada
de nuestra frente,
X V II
y un viento helado
hace gemir de golpe
la rama de los deseos!
Lo ilimitado es nuestro límite.
La carne vive.
Los ojos ven las cosas que no somos nosotros.
Nos abrazamos a los cuerpos
hasta hacerlos brotar.
Vemos, oímos, soñamos, reímos.
La vida danza entre sus dos extremos,
pero al final palidecemos todos
tocándonos el pecho que se extingue.
Ah, si me fuese dado no sentirme vivir!
Y si pasase ante los grandes hechos
ocultos,
sin sospecharlo nunca!
Estar, sin saberlo!
Ser, sin percibirlo casi!
Llenar un punto incesante del espacio,
y trazar esta línea incomprensible
en el tiempo de Dios,
y no haberlo presentido,
y morirnos sonrientes!
122 Libro del Tiempo Libro del Tiempo 123
Es qué hay algo tras ellas? todo lo que está como puerta
En qué punto de luz para asomarnos al infinito
apoyaron los hombres sus interrogaciones? pero qué no es el infinito mismo?
La contraparte del misterio nuestro
es la verdad acaso?
L a contraforma de la ignorancia humana
es la forma de Dios?
Nuestra sombra caótica es lo opuesto a la luz?
Qué aplanamiento,
qué espantosa sinceridad!
Acaso nunca
supimos preguntar.
Acaso las palabras de los hombres
ni aún el sentido de sus errores tengan.
N i la verdad arriba
y ni la esfinge abajo.
A lgo más espantoso que no saber sería
esta impotencia humana para ver el abismo.
Todo lo que dijimos hasta ahora
sería mucho menos que el error y la sombra
N o es que las flechas no lleguen.
No es que las flechas no vuelvan.
Es que ni aún son flechas.
Y el arquero pregunta todavía:
Para qué la belleza,
el dolor,
la música,
la gran noche estrellada,
el canto con que se abre la embriaguez hacia el mundo,
la pasión y la sed, el amor y la cólera,
la inquietud y los éxtasis.
134 Libro del Tiempo Libro del Tiempo 135
X X II X X III
Me mareo.
Ah, esa impresión fluida
Y a no comprendo nada.
de irme cayendo siempre
Grito con todo el horror de la carne.
hacia el vacío inmenso!
Frente a este agudo desgarramiento
Ese tiempo sin horas, sin medida, sin luz,
es lo único, hermano, que puedo hacer!
sin color, sin contacto, sin límites, sin ritmo,
Gritar!
siempre igual, absoluto, indefinible,
Clavar mis gritos en Dios!
que se hace en las cosas por todo el universo,
Entre tanto,
que todo lo atraviesa
los días pasan para mi
que sobrenada sobre la tensión de los espacios,
y pasan para todos.
y en el que caen molidas la fuerza y la sustancia!
Los caminos se acortan.
Se me ablandan las carnes,
L a tierra negra y disolvente
se enternecen los hiKsos,
espera nuestra forma con su vientre bestial.
se atenúan las líneas violentas de la vida,
Seré tragado por el barro,
se me borran las formas donde se prende el alma!
y barro yo mismo.
Siento que se desgastan los mundos y los seres.
Estos ojos inmensos, mi corazón sin fin,
Veo polvo en la piedra
barro también!
y en la eterna quietud en los ágiles vientos
Festín de otras vidas
y los pausados astros.
felicidades de otras hambres.
Un vasto sueño cósmico disuelve la sustancia.
Sobre los huesos pálidos
Con que terrible burla el diente del minuto
borrachos de m i sangre dormirán los gusanos
roe pacientemente la luz que hay en mis ojos,
bajo el peso viscoso de un olor que ahora guardo.
y con que risa cruel m,e devora los puntos
Se horroriza la lengua ágil y melodiosa!
lejanos de la noche donde están mis miradas!
13G Libro del Tiempo Libro del Tiempo 137
eres tú,
tiempo total!
Y o lo comprendo bien!
Ahora estoy levantando y todo erguido en ti,
hasta que tú mismo me acuestes y me lleves!
Qué sencillo y qué obscuro!
Nacer y c a e r....
Mientras no éramos,
subíamos como propósitos hacia la creación.
Miles y millones de años nos subíamos!
Desde dónde? — Cómo era ascender?
Desde que somos caemos a la nada.
Por dónde?
Por qué camino de las cosas? (10
116 Libro del Tiempo Libro del Tiempo lt?
Cómo caemos?
Qué cosa es no seguir siendo esto mismo?
Y o veo bien hacia abajo.
Yo veo muy hondo hacia abajo.
Madre y padre, X X V III
abuelos,
padres de los abuelos,
cadenas insondables de cuerpos y de amores, Todo cae!
siempre la rama y siempre el brote, Tú, yo y todo!
y así, y siempre así, Mis dientes y mis uñas y mis brazos
hasta no saber nada, hasta no verse nada, y mis fuerzas enteras,
hasta que esta mano era piedra, quieren detenerse en algo,
y estos ojos a gu a ... vencer loá días, los años, los siglos,
y sólo el tiempo pasaba! sostener mi alma, mí corazón, mi frente
hasta ser con mi vida el gran espectador.
Ah,
detenernos para siempre
a mirar como pasan las olas!
Kstar enhiesto en la sucesión de los instantes!
Ser más que la piedra y ser más que los astros
y ser más que el espacio y más que el tiempo mismo!
No caer!
Subir!
Sostener siempre un pie encima del momento!
Alzar mi cuerpo íntegro y violento
más allá de los fondos obscuros del naufragio!
Ser y estar sobre todo!
Y sufrir...,
Y qué importa sufrir si tengo tanta sed?
Ay,
pero no es posible!
7
para los hijos de nuestros hijos? Y qué importan las altas esperanzas,
Es qué a tuerza de vidas y más vidas los destinos celestes de ultratumba,
aligeraremos si yo no veo nada,
y espiritualizaremos si esta carne que siente en mí ser, no ve nada,
el peso enorme de la sustancia si no enlazo el presente por una verdad sola
con que trabaja Dios? a lo que no sabemos si ha de venir después?
Sea mi sacrificio! Todo lo que se ignora, así, sinceramente,
Ahí está toda mi carne, y toda mi fiebre no me deja creer en éstos que consuelan.
y todo mi esfuerzo Prefiero sufrir como hombre
para los que vendrán, con un r udo valor y una ardiente entereza,
para los últimos que vendrán! y morirme heroicamente y ferozamente
Ah, con los labios malditos de rencor y blasfemia.
cuánta incertidumbre, Ah,
cuántas dudas, esta dura conciencia de varón,
cuántas vacilaciones! levantada terriblemente
No hay nada firme para agarrarnos. como una piedra áspera y amarga,
N i una grieta, ante le vasto fracaso,
ni un agujero, ante el gusano repugnante y blando,
ni un resquicio ante el polvo ceniciento de los huesos.
para ver lo absoluto. Me voy, hermano, pero escúchame:
El hecho horrible es que pasamos. Grito espantosamente!
Nos vamos todos. Me han hecho para el dolor
Pisamos el mundo y no he encontrado nadie que me cure las lágrimas!
y la misma tierra que pisamos El tiempo pasa!
nos cubre para siempre. Es el tiempo el que muele mi carne hasta borrarla
Polvo y devolverla obscura de sufrir, a la tierra!
y nada más que polvo! Pero yo maldigo todo mi destino,
Qué importa ser la flor, y mi puño se fatiga
ser otra vida, o agua, o árbol, o luz, de martillar mi pobre frente de hombre!
si ya no anudaré esta alma de hoy
a las formas activas del barro de mañana?
Sj ' vs ,