INTRODUCCION Riegos

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INTRODUCCION

Existen muchas publicaciones relativas a cómo hacer análisis de riesgos por


fenómenos naturales, pero buena parte de esos documentos han sido elaborados para
realidades muy distintas a las de puno, por lo que no son aplicables directamente.
Proporcionar pautas adaptadas no solo a las necesidades del ámbito municipal de sino
también a las posibilidades que ofrece el marco de trabajo

Se pretende proporcionar a los especialistas algunas recomendaciones acerca de la


metodología a desarrollar para la realización de evaluaciones de amenazas y análisis
de riesgos dirigidos a un uso técnico administrativo; se brinda además criterios muy
básicos y fáciles de aplicar para la identificación, tipificación y caracterización de las
amenazas.

El énfasis está en los peligros asociados a terrenos inestables, inundaciones y caídas


de rocas; sin embargo se proporcionan también, aunque a manera general,
indicaciones para la realización de evaluaciones de amenazas asociadas a otros
fenómenos naturales, obviando otros eventos potencialmente peligrosos como los
meteorológicos, entre los que están vientos, tormenta eléctrica (rayos), y sequías.

También se describen algunos conceptos y la metodología para evaluar el grado de


amenaza o de peligrosidad, la vulnerabilidad y el riesgo.

Las evaluaciones de amenazas, vulnerabilidades y riesgos deben ser realizadas por


profesionales capaces y de diferentes disciplinas, ya que el tema de los desastres
requiere de conocimientos que rebasan el campo de una sola especialidad; se necesita
tener experiencia y conocimientos en campos tan diversos como la geología, la
geotecnia, la hidrología, la economía, la planificación, y hasta las ciencias sociales,
entre otros, para poder obtener una visión integral de la problemática de una zona bajo
estudio.
El análisis de riesgos como proceso participativo
La gestión de los riesgos consiste en una serie de actividades diseñadas para reducir
las pérdidas de vidas humanas y la destrucción de propiedades e infraestructuras. Los
resultados de este proceso continuo de manejo o gestión de riesgos pueden ser
divididos en:
- Medidas para disminuir el riesgo de desastres a largo plazo (prevención),
eliminando sus causas como la intensidad de los fenómenos, la exposición o el
grado de vulnerabilidad.
- Medidas de preparación cuyo objeto es asegurar una respuesta apropiada en caso
de necesidad, incluyendo alertas tempranas oportunas y eficaces, así como
evacuación temporal de gente y bienes de zonas amenazadas.
- Medidas de respuesta cuando está sucediendo o ha sucedido un desastre (manejo
o gestión de desastres, recuperación, reconstrucción).

Las medidas de prevención1 incluyen la realización de estudios y análisis para


identificar, evaluar y cuantificar el nivel de amenaza, vulnerabilidad y riesgo, así como
las acciones para mitigar (reducir) los efectos de los peligros observados. Los estudios
y análisis de identificación y evaluación de amenazas y vulnerabilidades están
englobados en el denominado análisis de riesgos. El análisis de riesgos tiene como
objetivo servir como base para la elaboración de los planes de reducción de desastres,
y más allá de los planes de desarrollo municipal.

El concepto de trabajo para el Análisis de riesgos planteado en este documento y


sugerido por varios autores, implica una estrecha interrelación entre los especialistas, la
municipalidad y la población. Es importante integrar desde un inicio a miembros de las
municipalidades al trabajo de análisis y evaluación con el objetivo de trasmitir algunos
conocimientos a éstos, entender más de la realidad del municipio y garantizar la
continuidad e implementación de las recomendaciones vertidas en el documento
resultado del estudio. Así se obtendrá información valiosa sobre zonas a priorizar,
eventos desastrosos ocurridos, (ubicación, daños causados etc.), que permiten ahorrar
esfuerzos y tiempo. El gobierno municipal como máxima autoridad del municipio, tiene
obviamente la potestad de participar en la evaluación proponiendo acciones, obras etc.

El procedimiento implica también la participación de la población en gran parte del


proceso de análisis de riesgos, tanto a través de talleres participativos como a través de
entrevistas individuales a líderes comunales. Se pretende con esto por una parte el
levantamiento de la información histórica sobre desastres ocurridos en la zona o sus
alrededores, y por otra parte la integración de la comunidad en la definición y ejecución
de las recomendaciones, como por ejemplo participación en comités de prevención y/o
emergencia, en obras estructurales participativas como barreras vivas o muros de
contención; o en medidas no estructurales como la reforestación de las zonas
degradadas ambientalmente.
Partes principales de un análisis de riesgos
La metodología de trabajo sugerida plantea el Análisis de "riesgos naturales"a partir de
tres pasos fundamentales que son:

1. Evaluación de amenazas: Se realiza a través de inventarios de fenómenos


realizados de forma participativa, los líderes comunales y la población;
observaciones y mediciones de campo, análisis y revisión de información científica
disponible (mapas, fotos aéreas, informes, etc), con el fin de conocer la probable
ubicación y severidad de los fenómenos naturales peligrosos principalmente en
épocas de lluvias, así como la probabilidad de que ocurran en un tiempo y área
específica. Tiene como resultado la elaboración de un mapa de amenazas, el cual
representa un elemento clave para la planificación del uso del territorio y
constituye un insumo imprescindible para la evaluación de los riesgos actuales y
potenciales.

2. Evaluación de la vulnerabilidad: Es el proceso mediante el cual se determina el


nivel de exposición y predisposición a daños y pérdidas, ante una amenaza
específica. Consiste en la identificación y evaluación de los elementos vulnerables
y la estimación del porcentaje de pérdidas resultante de un fenómeno peligroso.
Factores de vulnerabilidad:
Es importante saber, en una sociedad, cuales son los factores o causas que
conllevan a la construcción de vulnerabilidad (o a su reducción). Por ejemplo, la
falta de recursos económicos o la falta de conocimientos acerca de las amenazas
puede llevar la gente a instalarse en zonas de amenaza.
3. Evaluación del riesgo: Un análisis de riesgo consiste en estimar las pérdidas
probables para los diferentes eventos peligrosos posibles. Evaluar el riesgo es
relacionar las amenazas y las vulnerabilidades con el fin de determinar las
consecuencias sociales, económicas y ambientales de un determinado evento.
Percepción del riesgo:
Se debe tomar en cuenta que los actores sociales (población, autoridades) tienen
una percepción del riesgo que puede ser influenciada por sus valores, su
experiencia, sus prioridades. La evaluación del riesgo deberá ser lo más objetiva
posible, aunque los valores y las prioridades de los actores deben tomarse en
cuenta cuando se formulan las recomendaciones.
Recomendaciones:
Una vez identificado un sitio de coexistencia de vulnerabilidad y amenazas y evaluado
el riesgo asociado se pueden elaborar las correspondientes recomendaciones para la
reducción de riesgos. En particular, las evaluaciones de riesgo sirven como base para
incorporar medidas de mitigación, lineamientos de uso del suelo y otras
recomendaciones a los planes estratégicos de desarrollo a nivel nacional, municipal, de
cuencas e inclusive a nivel micro en el diseño de proyectos de construcción o
infraestructura.
Evaluación de vulnerabilidad
Evaluación de amenazas Vidas humanas, viviendas, bienes,
Terrenos inestables, inundaciones, infraestructura, suelos agrícolas,
caída de rocas, Valoración y aceptación del riesgo;
capacidad de responder y reponerse.
Factores que inciden sobre las
amenazas: cambios climáticos,
Factores que inciden sobre la
alteración ambiental, uso inapropiado
vulnerabilidad: sociales (políticos,
de suelos, obras de ingeniería. institucionales, organizativos, educativos,
ideológico-culturales), económicos, físicos,
ambientales, …

ANÁLISIS DE RIESGOS

Elementos para la gestión de riesgo, en particular para la PLANIFICACIÓN


ESTRATÉGICA DEL DESARROLLO

Tales como:

Lineamientos de ordenamiento territorial; planes maestros.


Plan de reducción de desastres con medidas activas y pasivas.
Plan de contingencia o de emergencia.

Fig. 1: Estructura general de un análisis de riesgos


Análisis de riesgos cualitativos y cuantitativos
Condiciones de aplicación
Existen diversos métodos para el análisis de riesgos debidos a amenazas naturales;
sin embargo todos plantean una metodología de evaluación que distingue Amenazas y
Vulnerabilidades. Entre los métodos que se utilizan están los métodos de análisis
cualitativos y cuantitativos. Los métodos cuantitativos pueden aportar, cuando son
aplicables, un grado de objetividad superior.
Sin embargo, la escasez de datos prohíbe generalmente su aplicación consecuente.
Además, para permitir una eficiente gestión del riesgo, es generalmente más
importante identificar correctamente las causas profundas (o factores) que causan el
riesgo y que influyen sobre su dinámica (es decir sobre su crecimiento o su reducción),
tanto del lado de las amenazas como del lado de las vulnerabilidades, que disponer de
datos "exactos" sobre los riesgos en sí.

En este documento se plantea por consiguiente una metodología de trabajo basada en


análisis cualitativos. No obstante se dan, a continuación, algunas indicaciones sobre
métodos cuantitativos, ya que estimaciones numéricas de intensidad o de probabilidad
de un fenómeno, o incluso cálculos de riesgo pueden sustentar en ciertos casos una
afirmación cualitativa sobre el riesgo.

Métodos cuantitativos para terrenos inestables


Entre los métodos cuantitativos de amplia aplicación para terrenos inestables se
encuentran aquellos que calculan la probabilidad de ocurrencia de eventos peligrosos
usando modelos de variabilidad de pendientes, probabilísticos de suelo y rocas así
como modelos determinísticos (factores de seguridad). La probabilidad también puede
calcularse combinando el análisis probabilístico con el

análisis semicuantitativo basados en el comportamiento físico del fenómeno tales


como: utilizando información de eventos ocurridos en el pasado en un área
determinada y durante un tiempo de exposición dado debido a que el peligro está
relacionado, con la probabilidad de ocurrencia de un fenómeno, en este caso de origen
natural. relaciones entre la geomorfología y la geología precipitación y pendiente del
terreno, etc.

Métodos cuantitativos para fenómenos hidrológicos


En el caso de fenómenos hidrológicos (inundaciones, crecidas repentinas, flujos de
lodo y escombros), se utiliza generalmente el análisis de frecuencia para determinar las
intensidades de fenómenos asociadas a diferentes probabilidades o períodos de
retorno. Por ejemplo, se puede determinar así los caudales asociados a una
probabilidad de excedencia anual de 1% (probabilidad de no-excedencia de 99% ó
0,99) en una estación hidrométrica (estación donde se miden los niveles de agua de un
río o una quebrada y se estiman los caudales correspondientes).

Relaciones Intensidad – Probabilidad – Amenaza


Las probabilidades asociadas a los diferentes grados de intensidad posibles para un
fenómeno definen su grado de amenaza. El riesgo total se puede obtener luego,
estimando el daño para cada intensidad, y calculando el total de los daños esperados
ponderados por las probabilidades de ocurrencia.

EVALUACIÓN CUALITATIVA DE RIESGOS


La aplicación de métodos cualitativos para el análisis de riesgos implica el
conocimiento preciso de las amenazas, de los elementos en riesgo y de sus
vulnerabilidades, pero expresados de forma cualitativa (basados en la experiencia y
observaciones de campo). Las probabilidades de los eventos peligrosos son
estimaciones realizadas partiendo de la experiencia de los especialistas, las
vulnerabilidades y el riesgo son determinados también de forma relativa.

Evaluación de amenazas
Metodología general para la evaluación de amenazas
El principal objetivo de una evaluación de amenazas (o de peligros) es predecir o
pronosticar el comportamiento de los fenómenos naturales potencialmente dañinos o,
en su defecto, tener una idea de la probabilidad de ocurrencia de dichos fenómenos
para diferentes magnitudes. De esto modo, se logra una apreciación del riesgo que se
correría en las zonas de influencia de las amenazas, si se utilizaría estas zonas para
ciertos usos que implican niveles de vulnerabilidad alta (en particular el uso
habitacional).

La metodología de evaluación de amenazas inicia desde la presentación de una oferta


técnica interesada, y la elaboración de un plan de trabajo preliminar. Conlleva etapas
de trabajo de campo para las observaciones y mediciones, y otras de oficina para el
procesamiento de la información y la elaboración de mapas e informes. Esta
metodología plantea trabajar con la base topográfica para trasladar todas las
observaciones y análisis de fenómenos peligrosos a planos o mapas hasta un nivel de
detalle permitido a esta escala (mapas indicativos de amenaza).

- Recopilación de información general y de antecedentes, utilizando técnicas


participativas con la población (talleres) y otras fuentes.
- Análisis de fotos aéreas y mapas topográficos
- Elaboración de un diagnóstico y evaluación preliminar de campo
- Levantamientos semi-detallados de campo
- Elaboración de mapas y documentos de apoyo (fichas, bases de datos...)
- de una propuesta de zonificación territorial (incluyendo elementos de uso de
suelos y potencial de uso, así como el nivel de degradación ambiental)
- Elaboración de Informe
- Validación con los actores locales (la población, municipalidad y organismos)
- Consultas suplementarias, finalización de productos

En lo referente a la información a recopilar, es importante definir el tipo de información


requerida y desestimar datos secundarios o exceso de datos socioeconómicos, cuyas
fuentes pueden ser mencionadas sin mayor detalle. Es importante identificar fuentes
documentales para recabar testimonios personales sobre desastres pasados, signos
indicadores de terreno, toponimia, etc. La información obtenida debe ser evaluada
antes de ser utilizada, con el fin de verificar su calidad, actualidad y confiabilidad
utilizando para esto análisis comparativos, deductivos y correlaciones. En el caso de la
información socioeconómica, debe cuidarse que ésta no sea muy antigua o con
grandes diferencias temporales.

La identificación de las zonas de interés especial se realizará partiendo de entrevistas


a las autoridades municipalidades y a la población, con los cuales se puede realizar
talleres participativos, con el fin de obtener la información directamente de los
afectados e informar a la gente sobre la naturaleza del trabajo, para romper la
desconfianza y, una vez que el trabajo ha sido realizado, para informarles sobre las
medidas que se pueden tomar (eventualidad de que pueda instalarse algún sistema de
observación y alerta, brindar consejos prácticos para el manejo del suelo, el manejo
del agua, las construcciones, etc.). La técnica del auto-mapeo se puede utilizar en este
contexto.
El especialista debe tener mucho cuidado para no adelantar opiniones sobre el peligro,
sobre todo cuando éste parece elevado, para evitar una difusión distorsionada de la
información. Estos aspectos son de gran importancia, ya que las metodologías
participativas permiten involucrar a la población en las tareas de prevención y
contribuyen a despertar o generar una conciencia de riesgo y prevención.

Previo al trabajo de campo, se deben analizar los mapas topográficos y las fotos
aéreas de la zona, con el objetivo de identificar áreas susceptibles a inestabilidades de
terrenos, a inundaciones y procesos torrenciales, caída de rocas. Estas actividades
iniciales son de gran importancia ya que proporcionan una visión general previa de la
situación del área de trabajo, lo que permite ahorrar esfuerzos y dinero al enfocar el
trabajo de campo en zonas pre–seleccionadas, en cuya selección es importante incluir
a representantes.

Durante el trabajo de campo se debe observar el área en detalle con el objetivo de


encontrar evidencias que permitan definir límites, tipología de los fenómenos y grado
de actividad en las zonas afectadas, lo cual proporcionará elementos para la
evaluación del grado o nivel de peligrosidad del fenómeno, así como estimar la
probabilidad relativa de ocurrencia del evento o eventos bajo estudio. El énfasis estará
en las zonas de interés especial previamente identificadas, pero el recorrido debe
cubrir toda la zona de estudio (observación desde puntos altos).

Estimación de probabilidades de ocurrencia de los eventos


La probabilidad relativa de ocurrencia de un evento puede ser estimada en base a la
experiencia del especialista y las evidencias de actividad e intensidad del fenómeno.
Se realiza un análisis relativo (utilizando consideraciones que pueden ser ciertas o no
dependiendo de la experiencia del analizador); este análisis consiste en expresar de
manera cuantitativa observaciones subjetivas.

Cuando es poco probable que un fenómeno ocurra "en los próximos 10 años", y que
su probabilidad solo se puede considerar alta cuando hablamos de "los próximos 100
años", entonces se puede decir que su período de retorno es más bien de alrededor
de 100 años.

Períodos de retorno para mapas de amenazas:


Para la elaboración de mapas de amenazas, no es aceptable limitarse a fenómenos de
de período de retorno, y se deben tomar en cuenta fenómenos menos frecuentes, de
períodos de retorno, preferiblemente más. Si hacemos un mapa de amenaza por
inundaciones considerando su período de retorno, habrá una probabilidad de
alrededor de 50% (o sea: uno en dos) que en los próximos años suceda algún evento
que afecte zonas que no hemos marcado como peligrosas. Sin embargo, por otro lado,
no es recomendable considerar eventos con períodos de retorno superiores, ya que,
por una parte, será muy difícil imaginar qué podría ser un evento de este tipo y que,
por otra parte, tales eventos tendrían una probabilidad demasiado débil para ser
consideradas en las tareas de planificación comunes.

Probabilidades altas, medias, bajas:


Otros métodos semicuantitativos ampliamente utilizados para la estimación de la
probabilidad de ocurrencia de un evento, sobre todo en terrenos inestables son los que
relacionan la geomorfología y la geología del área. Existen dos variantes de este
método, las dos se basan en el principio de Varnes que plantea que lo ocurrido en el
pasado y presente sirve de guía para saber que ocurrirá en el futuro. Ambas son
basadas en la experiencia y juicio del especialista y no implican cuantificación de la
probabilidad, sino que la probabilidad es estimada en términos cualitativos como baja,
media, alta, o asignándole valores asumidos de probabilidad.

Evaluación del grado de amenaza o peligrosidad


Las clases de peligrosidad que se representan en un mapa de amenaza deben permitir
apreciar el riesgo que se correría en un punto del espacio si se le daría a éste un uso
común. Son de especial interés las amenazas que ponen en peligro la vida humana y -
aunque en menor grado - las que ponen en peligro los bienes de la comunidad (por ej.
las infraestructuras importantes) y de los particulares (viviendas, animales,
herramientas, mobiliario, etc.). Debido a la concentración de vidas humanas y de
bienes que implica, el principal uso del espacio que puede significar riesgos elevados
es el de vivienda en asentamientos humanos (pueblos, barrios, urbanizaciones). Por
consiguiente, las clases de peligrosidad deberán sobre todo permitir una apreciación
del riesgo que correrían, en un lugar del mapa, las vidas humanas (al exterior y al
interior de casas o edificios comunes), así como los bienes en las edificaciones.

Los pautas siguientes pueden servir de referencia para establecer clases de amenaza o
de peligrosidad, aunque cada tipo de amenaza pueda tener sus particularidades
Rojo: peligro alto
- Las personas están en peligro tanto al exterior como al interior de las viviendas o
edificios.
- Existe un alto peligro de destrucción repentina de viviendas y edificios.
ó
- Los eventos se manifiestan con una intensidad relativamente débil, pero con
una probabilidad de ocurrencia elevada, y las personas, en este caso, están
sobre todo amenazadas al exterior de las viviendas y edificios.
La zona marcada en rojo corresponde esencialmente a una zona de
prohibición.

Anaranjado: peligro medio


- Las personas están en peligro al exterior de las viviendas o edificios,
pero no o casi no al interior.
- Las viviendas y edificios pueden sufrir daños, pero no destrucción repentina,
siempre y cuando su modo de construcción haya sido adaptado a las
condiciones del lugar.
La zona anaranjada es esencialmente una zona de reglamentación,
donde daños severos pueden reducirse con medidas de precaución
apropiadas.

Amarillo: peligro bajo


- El peligro para las personas es débil o inexistente.
- Las viviendas y edificios pueden sufrir daños leves, pero puede haber
daños fuertes al interior de los mismos.
La zona amarilla es esencialmente una zona de sensibilización.

Blanco: ningún peligro conocido, o peligro despreciable según el estado de los


conocimientos actuales

Resultados esperados de la evaluación de amenazas


Como resultado de la evaluación de amenazas (o peligros) se generan dos tipos de
mapas; sin embargo, su elaboración está en función de la disponibilidad de
documentos e información básica. El producto de la evaluación de amenazas
deberá hacer uso de los materiales disponibles. Los mapas topográficos a escala,
porque son los únicos que cubren prácticamente todo puno. Existen proyectos en
curso para obtener mapas a escalas más grandes, sin embargo a la fecha no se han
concretado, entonces lo más adecuado es trabajar a mayor escala.

Según la realidad nacional los mapas factibles de realizar son:


 Mapas de inventario de fenómenos
 Mapas indicativos de amenazas o peligros

Por economía o por escala, no siempre es posible realizar separadamente estos


mapas, por lo que, en la situación actual, y en términos realistas, lo más asequible
es levantar mapas-inventarios con indicaciones genéricas sobre el grado de
amenaza y algunas pautas de gestión (entre ellas una propuesta de zonificación
territorial).
El uso de SIG permite contar con una perspectiva de mejorar progresivamente la
cartografía sin necesidad de iniciar cada vez nuevos trabajos de base.

Mapa inventario de fenómenos

Objetivo: señalar la existencia de fenómenos o procesos o zonas susceptibles de ser


escenario un evento catastrófico.

Contenido:
 Delimitación lo más precisa posible de los fenómenos naturales, incluyendo todas
las zonas afectadas. Cuando estas áreas no se pueden ubicar precisamente en los
mapas topográficos actuales, es mejor marcarlas con un signo y un código, o
referirlas a alguna referencia geográfica notable (progresiva de carretera, cerro
importante, pueblo, etc.)
En especial:
 Indicación de frentes o zonas generadoras de derrumbes, coladas, deslizamientos
u otros fenómenos, etc.
 Delimitación indicativa (hasta donde sea posible por la escala) de las franjas de
inundación (lecho mayor y lecho menor) y de las llanuras de aluvionamiento
probables (precisión muy relativa, por lo que, para evitar suspicacias, deberá
insertarse una advertencia sobre su nivel de validez cartográfica).
 Indicación aproximada de los lugares donde el cauce presenta estrangulación,
obstáculos que puedan entorpecer el flujo de las corrientes y las áreas con material
no consolidado que puede sufrir movilización por crecida o erosión.

Mapa indicativo de amenazas

Objetivo: Indicar el grado o nivel de peligro de los diferentes fenómenos naturales


identificados así como su evolución a través del tiempo. Puede incluir una propuesta
de zonificación territorial considerando las amenazas identificadas y el nivel de
degradación de los suelos, entre otros.

Contenido:
 Delimitación, lo más precisa posible, de las zonas de amenaza alta, media y baja
para los diferentes fenómenos evaluados.
 Ubicación indicativa de los sitios críticos y elementos expuestos.
 Zonificación del territorio.
Si las condiciones o cualquier razón no permiten realizar un análisis integrado de
riesgos, pueden elaborarse informes intermedios de esta fase de evaluación de
amenazas, en los que deben plantearse todas las recomendaciones posibles y viables.
Este informe proporcionará algunas pautas para ser integradas en los planes de
desarrollo.
Evaluación de vulnerabilidad
La vulnerabilidad constituye un sistema dinámico, que surge como consecuencia de la
interacción de una serie de factores y características (externas e internas) que
convergen en una comunidad o área particular. A esta interacción de factores se le
conoce como vulnerabilidad global. Esta vulnerabilidad global puede dividirse en varias
vulnerabilidades o factores de vulnerabilidad, todos ellos relacionados entre sí:
vulnerabilidad física; factores de vulnerabilidad económicos, sociales y ambientales.

La vulnerabilidad física se refiere a la localización de asentamientos humanos en


zonas de amenaza, como por ejemplo en las laderas, en las llanuras de inundación de
los ríos, al borde de los cauces, en zonas de influencia de fallas geológicas, etc. La
vulnerabilidad estructural se refiere a la falta de implementación de códigos de
construcción y a las deficiencias estructurales de la mayor parte de las viviendas, lo
que conlleva a no absorber los efectos de los fenómenos naturales; la vulnerabilidad
natural se refiere a aquella que es inherente e intrínseca a todo ser vivo, tan solo por el
hecho de serlo.

Los factores de vulnerabilidad económica y social se expresan en los altos niveles de


desempleo, insuficiencia de ingresos, poco acceso a la salud, educación y recreación
de la mayor parte de la población; además en la debilidad de las instituciones y en la
falta organización y compromiso político, al interior de la comunidad o sociedad. Se ha
demostrado que los sectores más pobres son los más vulnerables frente a las
amenazas naturales.

Un análisis de vulnerabilidad es un proceso mediante el cual se determina el nivel de


exposición y la predisposición a la pérdida de un elemento o grupo de elementos frente
a una determinada amenaza o peligro. La vulnerabilidad puede ser definida por tres
niveles: baja, media y alta; también puede ser expresada como un porcentaje de
elementos que pueden sufrir daño o destrucción (pérdida) sobre un total, aunque es
difícil establecer una referencia de carácter absoluto. Los porcentajes pueden ser
establecidos en función de las características del área, del tipo de fenómeno, de la
densidad y frecuencia de ocupación humana, densidad de construcciones, etc.

Debido a la escala de trabajo no es posible realizar verdaderos mapas de


vulnerabilidad, ya que estos corresponden a una fase de estudios detallados y no es
del todo viable, para áreas grandes como son en realidades como las de Nicaragua.
Por ello, se recomienda introducir la variable de vulnerabilidad dentro de los mapas de
inventario o de amenaza a través de indicaciones que evidencien los elementos o
grupos de elementos más vulnerables en zonas de mayor peligro. Por cuestiones de
legibilidad, lo mejor es marcar la vulnerabilidad como parte de los sitios críticos, con un
signo y un número que remita a una ficha.

Evaluación del riesgo


Para realizar análisis de riesgos, las evaluaciones de amenazas y vulnerabilidades son
el primer paso. Las evaluaciones de riesgo pueden elaborarse a partir de una
apreciación relativa del nivel de amenaza, de las indicaciones relativas a la
vulnerabilidad global, y de la frecuencia de los fenómenos, mostrando una zonificación
donde se indique el grado o nivel de amenaza y se le correlacione con el nivel de
concentración de población y de inversiones o infraestructura.
Con los recursos existentes y la escala de trabajo, no puede realizarse un mapa de
riesgo propiamente dicho, pero sí pueden elaborarse mapas indicativos de amenazas
con calificaciones de riesgo relativo. En particular, se puede llamar la atención sobre la
existencia de lugares de alto riesgo mediante la representación de sitios críticos.

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