5 Métodos de Validación en Ciencias Naturales, Laso
5 Métodos de Validación en Ciencias Naturales, Laso
5 Métodos de Validación en Ciencias Naturales, Laso
Eduardo Laso
Ilusión persuasiva que surge a partir de la Modernidad, en tanto no es cierto que cualquiera
pueda poner a prueba y evaluar el conocimiento científico y sus evidencias.
El conocimiento producido por “el método científico” no es un mero resultado del mismo, sino
de la relación del método con el marco del teórico desde el que se comprende y emplea el
método (en la epistemología tradicional este marco es empirista y naturalista).
El método inductivo
Antecedentes:
- Aristóteles (S. IV a.c) Inducción como proceso mental por el cual se identifica un
carácter o relación universal a partir de un caso o suceso singular. Postula una
inducción completa.
- Francis Bacon (S. XVII) La inducción pasa a considerarse el método por el cual la ciencia
elabora sus conocimientos. Las reglas para investigar y descubrir la verdad consisten en
construir enunciados a partir de los sentidos y casos particulares, ascendiendo
gradualmente hasta las leyes más generales.
- En los comienzos del siglo XX las corrientes epistemológicas representadas por el
neopositivismo, le dan nuevo impulso al inductivismo.
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Esther Díaz (editora) (2000): “La posciencia. El conocimiento científico en Repartido
las postrimerías de la Modernidad”, Biblos, Buenos Aires, pp. 115-149. N° 5
Prof. Carolina Macedo. Sobre métodos del neopositivismo y del
falsacionismo
(Esquema tomado de Obiols, G. (2000), “Nuevo curso de lógica y filosofía”, Kapelusz, Bs As, pp.
35)
a tiene la propiedad P
b tiene la propiedad P
4. El método inductivo se apoya en el
c tiene la propiedad P
llamado “principio de inducción”: “Si
d tiene la propiedad P
en una amplia a, b, c y d son S variedad de condiciones se
observa una Todos los S tiene la propiedad P gran cantidad de A, y si todos
los A observados poseen la
propiedad B, entonces todos los A tienen la propiedad B.”
El método consiste en el empleo de cierto número de ejemplos o casos particulares
para justificar una generalización empírica. En este procedimiento las razones para
justificar la generalización no son concluyentes, aunque aportan elementos en favor de
ella. La conclusión es probable más no necesaria. La probabilidad de que la conclusión
sea correcta depende de que los casos que contienen las premisas constituyan una
muestra típica representativa de la clase a que se refieren.
Por ello, la evidencia que aporta una inducción para justificar la conclusión es
lógicamente insuficiente, dado que desde el punto de vista formal no se puede
asegurar con carácter necesario la verdad de un enunciado universal partiendo de un
número limitado de casos particulares (“salto inductivo”).
5. Las condiciones de generalización garantizan la obtención de leyes científicas seguras.
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Esther Díaz (editora) (2000): “La posciencia. El conocimiento científico en Repartido
las postrimerías de la Modernidad”, Biblos, Buenos Aires, pp. 115-149. N° 5
Prof. Carolina Macedo. Sobre métodos del neopositivismo y del
falsacionismo
1. Observación de todos los hechos, sin seleccionarlos ni hacer conjeturas a priori acerca
de su relevancia. En el proceso de observación, el científico parte de los datos que
recoge de la realidad sin ninguna hipótesis previa ni ideas preconcebidas que pudieran
comprometer la objetividad de la investigación.
2. Registro de todo lo observado. El registro implica la traducción de los datos obtenidos
por experiencia en proposiciones que los describan (enunciados observacionales o
protocolares)
3. Análisis, comparación y clasificación de los hechos observados y registrados.
Ordenamiento de los datos para descubrir posibles analogías entre los hechos.
4. Generalizaciones empíricas referentes a las relaciones entre los hechos, sean éstas
clasificatorias o causales legítimas mas no válidas lógicamente, postulando una ley
general que abarque todos los casos (los observados y los que en el futuro pudieran
observarse).
5. Realización de inferencias partiendo de las generalizaciones establecidas. La ley
obtenida por inducción le permite al científico obtener mediante inferencias,
explicaciones y predicciones de hechos. La ley en la que nos basamos para hacer
predicciones, habrá ganado más evidencias que la avalan.
Leyes y teorías
Inducción Deducción
3
(Figura 1 en Chalmers, A. (1987), ¿Qué es esa cosa llamada ciencia?, Siglo XXI, Madrid, pp.17)
- Insalvable invalidez del razonamiento inductivo. Desde un punto de vista lógico las
argumentaciones inductivas no son argumentaciones lógicamente válidas, a
diferencia de las deductivas. Supongamos, por ejemplo, que hasta la fecha haya
observado una gran cantidad de cuervos en una amplia variedad de circunstancias y
que haya observado que todos ellos han sido negros y, basándome en eso concluyo:
“Todos los cuervos son negros”. Esta es una inferencia inductiva perfectamente lícita.
Las premisas de esta inferencia son un gran número de enunciados del tipo: “Se
observó que el cuervo x era negro en el momento t” y consideramos que todos eran
verdaderos. Pero no hay ninguna garantía lógica de que el siguiente cuervo que
observe no sea rosa. Si éste fuera el caso, entonces “Todos los cuervos son negros”
sería falso. Esto es, la inferencia inductiva inicial, que era lícita en la medida en que
satisfacía los criterios especificados por el principio de inducción, habría llevado a una
conclusión falsa, a pesar de que todas las premisas de la inferencia fueran verdaderas.
No supone ninguna contradicción lógica afirmar que todos los cuervos observados han
resultado ser negros y también que no todos los cuervos son negros. La inducción no se
puede justificar sobre bases estrictamente lógicas. (Lo que está en cursiva está
tomado de Chalmers, A. (1987), “¿Qué es esa cosa llamada ciencia?, Siglo XXI, Madrid,
pp.28)
La imposibilidad de establecer categóricamente la verdad de las leyes científicas a
partir de un determinado número de casos, llevó a los inductivistas al problema de
cómo poder aumentar, en todo caso, la probabilidad de verdad de las proposiciones
universales establecidas mediante inducción.
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falsacionismo
Probabilidad =
n
= 0
∞
- El círculo vicioso inductivista: Las inducciones requieren implícitamente hipótesis
acerca de la homogeneidad de clases de objetos, por ejemplo, “todos los hombres
poseen características comunes”, o acerca del principio de uniformidad de la
naturaleza: “La naturaleza se compone de casos semejantes y lo que ha ocurrido en el
pasado volverá a ocurrir en el futuro, si las circunstancias se asemejan lo suficiente”. El
fundamento de estos supuestos implícitos son las observaciones pasadas, o sea,
argumentos inductivos. Con lo cual la justificación del uso de la inducción supone un
círculo vicioso.
Dado que el principio de inducción no se puede justificar simplemente apelando a la
lógica, el inductivista está ahora obligado a indicar cómo se puede derivar de la
experiencia. Probablemente el inductivista argumentaría que se ha observado que la
inducción funciona en un gran número de casos. Pero esta justificación es
completamente inaceptable, como ya lo demostrara David Hume a mediados del siglo
XVIII. La argumentación que pretende justificar la inducción es circular ya que emplea
el mismo tipo de argumentación inductiva que cuya validez se supone que necesita
justificación. La forma de la argumentación justificatoria es la siguiente:
- Los enunciados observacionales contienen carga teórica: Dado que los enunciados
observacionales se construyen siempre desde el lenguaje de alguna teoría, su precisión
y justeza dependerán del marco teórico desde el que se construyen. Por ejemplo, los
enunciados observacionales en afirmaciones del tipo “el paciente x presenta síntomas
depresivos” o “la sustancia de este tubo de ensayo es alcalina” contienen presupuestos
teóricos acerca de lo que significan términos como “síntoma”, “depresión” y
“alcalinidad”.
Este argumento derriba el planteo inductivista de que los enunciados observacionales
son objetivos y verdaderos, pues se pueden construir enunciados observacionales
falsos a partir de supuestos teóricos falsos.
(Para completar esta crítica leer capítulo de Fourez)
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El método hipotético-deductivo
La corrección falsacionista
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- Se basa en el hecho de que, desde el punto de vista lógico, no es lo mismo refutar que
confirmar hipótesis. La confirmación se apoya en un razonamiento falaz (falacia de
afirmación del consecuente) o en un razonamiento no válido (inductivo) que no
permite asegurar la verdad de las premisas a partir de la verdad de la conclusión. En
cambio es posible afirmar concluyentemente la falsedad de una hipótesis a partir de un
caso u observación que lo contradiga. La refutación se basa en un razonamiento
válido, “Modus tollens” (modus tollendo tollens: modo que niega negando) garantiza
que la conclusión sea necesariamente verdadera si las premisas son verdaderas. Su
forma lógica es la siguiente:
p→q
-p
En este ejemplo, la hipótesis es falsa y queda refutada, por lo que se debe proceder a la
búsqueda de una nueva hipótesis.
Esquema comparativo entre la base lógica del método inductivo (1) y el método falsacionista
(2):
CONTRASTACIÓN DE HIPÓTESIS
H → CO p →q H → CO p →q
CO q - CO -q
H p -H -p
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falsacionismo
La actitud del científico debe ser crítica ante las teorías que elabora. Debe abandonarse la
búsqueda de casos que confirmen las teorías propuestas, a favor de la búsqueda de hechos
que la derriben. No se trata de salvar hipótesis, sino de refutarlas.
Saber acerca del error representa también un conocimiento valioso para el investigador, pues le
permite elaborar nuevas hipótesis que intentarán ser mejores y que no caerán en los errores
anteriores. Y en caso de que fracase en los intentos de refutar, la hipótesis se mantendrá como
la mejor explicación con la que se cuenta hasta ese momento. La hipótesis ha resistido los
intentos de refutación y se mantiene provisoriamente hasta que aparezcan casos refutatorios
de la misma.
Pasos metodológicos:
1. Frente a problemas de investigación el científico es libre de proponer hipótesis como
soluciones tentativas a los mismos.
2. Una vez propuesta la hipótesis, el investigador debe poder deducir de ella
consecuencias observacionales que, de llegar a producirse, mostrarían que la misma es
falsa.
3. El científico realizará observaciones o experimentos que se requieran para intentar
encontrar las consecuencias observacionales refutatorias.
4. De llegar a encontrar los falsadores potenciales, mediante enunciados observacionales
falsados, la hipótesis se refuta y descarta.
5. Búsqueda de una nueva hipótesis.
6. En caso de que no se refutara, se la conserva provisoriamente hasta que aparezcan
hechos que la refuten.
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falsacionismo
En resumen, lo que separa a los enunciados científicos de los que no lo son, es la posibilidad
de que sean falsables. Un enunciado no pasible de ser falsado, no constituye conocimiento
científico.
No son enunciados falsables:
1. Enunciados y teorías tautológicas: Por su forma son siempre necesariamente
verdaderos. Ej.: “Los perros son canes” (p v p) “Los virus son seres vivos o no vivos”
(p ˄ -p)
Tautología: en lógica, fórmula proposicionalmente válida. Fórmulas que son siempre
verdaderas, cualquiera sea el valor de verdad de los elementos componentes. Ej., los
principios lógicos, como el de Identidad o el de Contradicción.
2. Enunciados y teorías metafísicas: Por la naturaleza de los objetos a que aluden (dios,
espíritu, esencia, alma, etc.) no se pueden inferir enunciados observacionales que
permitan hacer contrastaciones directas o indirectas con la realidad.
3. Enunciados y teorías vagas e imprecisas: No establecen un estado claro y delimitado
posible del mundo y, por lo tanto, no permiten definir posibles casos falseadores. Ej.:
“Gran parte de los argentinos presenta trastornos emocionales”: no explicita el alcance
numérico de “gran parte”, ni explica con precisión a qué se llama “trastornos
emocionales”.
4. Teorías que explican cualquier estado posible del universo: Cualquier estado es
explicable desde esas teorías. Tal el caso de la Astrología. Si se le pidiese a un astrólogo
que nos indicara qué hechos, de llegar a producirse en la realidad, le indicarían que su
hipótesis de que los astros influyen en el destino de la gente es falsa, éste se vería en
aprietos para contestar, dado que cualquier situación que se llegara a producir sería
explicable en términos de la influencia astral. Por lo tanto a la teoría astrológica le es
indiferente si se da “p v –p” puesto que ambos casos serán explicados por ellas. Esto
significa que la teoría no prohíbe ningún estado del mundo y que entonces posee una
estructura tautológica.
Una teoría científica está formada por un conjunto de hipótesis básicas (Hb) relacionadas entre
sí, de donde se deducen hipótesis derivadas (Hd), elaboradas para articular los principios
generales de la teoría con los hechos (e.o = enunciados observacionales) a los que se quiere
explicar. Este conjunto de enunciados explicativos, articulados lógicamente presenta un
carácter sistemático y, en la medida en que incorpora nuevos enunciados, logra explicar hechos
nuevos.
Esquema:
TEORÍA
Hb Hb Hb Hb
Hd Hd Hd Hd Hd Hd Hd
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Las preferencias entre teorías y el valor del error (La posibilidad del progreso para la ciencia)
Para el falsacionismo, cuanto más audaz sea una hipótesis respecto del estado de
conocimiento aceptado, mejor explicación científica es (siempre que sea falsable y que en la
contrastación sobreviva a los esfuerzos por refutarla). Una teoría muy buena es aquella que
proponga explicaciones de amplio alcance acerca del mundo ya que la convierte en muy
falsable y, como siempre, resista los intentos de refutación.
Si bien para el falsacionista todas nuestras teorías son suposiciones y no podemos justificar su
verdad empíricamente, existen sin embargo criterios racionales para preferir unas hipótesis a
otras.
Una teoría es comparativamente mejor a otra cuando:
a) Tiene éxito en explicar lo que explicaban las teorías anteriores.
b) Tiene éxito en explicar hechos que no lograban explicar las otras teorías.
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En resumen, se debe elegir la teoría mejor contrastada, aquella que a la luz de la crítica parece
mejor por el momento pues ha logrado sobrevivir a todos los intentos de refutación de los
científicos.
Modus tollens
(a) H → CO
(b) - CO
(c) -H
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D. Las hipótesis principales de una teoría no se refutan por decisión de los científicos: Para
explicar este punto vamos a tomar un ejemplo que pone el mismo Popper, que toma
de Hume. La hipótesis “todo el pan alimenta” se considera sumamente prudente y
avalada por infinidad de hechos. Popper diría de ella que es una hipótesis que
afirmamos hasta tanto no se encuentren consecuencias observacionales que la
refuten. Pero supongamos, siguiendo a Popper, que en un pueblo la gente come pan y
muere. ¿Es razonable, desde el punto de vista de la investigación científica, descartar la
hipótesis “todo el pan alimenta”? Los científicos, en su práctica cotidiana no lo
consideran así: dado que todo fenómeno puede encerrar varias explicaciones, muchas
de las cuales desconocemos, lo razonable, antes de descartar una hipótesis
considerada segura, es pensar qué hipótesis podría explicar la aparente excepción a la
regla general, y luego ponerla a prueba en la experiencia. Para el ejemplo, los
investigadores pueden proponer la hipótesis de que el pan que comieron ese día
estaba elaborado con harina en mal estado, con agua contaminada o que alguien puso
veneno en el pan. Estas explicaciones que los investigadores proponen son hipótesis
auxiliares que cumplen una doble función: salvar de la refutación la hipótesis
considerada segura e intentar dar cuenta de la aparente excepción. La hipótesis auxiliar
puede ser tomada como una explicación independiente de la principal y se la puede
contrastar con la experiencia. Si se la refuta, el científico puede proponer otra hipótesis
auxiliar hasta lograr explicar la excepción o anomalía a la hipótesis principal (en
nuestro caso, hasta encontrar la causa de muerte por la ingesta de pan).
Supongamos ahora que los investigadores han ido proponiendo hipótesis auxiliares que
luego han sido refutadas por la experiencia y ya no se les ocurre proponer nuevas
explicaciones. En ese caso, los científicos cuentan con el recurso de seguir salvando la
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hipótesis principal mediante una hipótesis ad hoc. Tal hipótesis cumple únicamente con
la función de salvar de la refutación una hipótesis considerada segura, sin explicar la
aparente excepción ni aportar ninguna dirección a las investigaciones. Solo “emparcha”
la hipótesis principal del “agujero” en el que el conocimiento que ciertos hechos le
producen. De esta manera la hipótesis se sigue manteniendo por decisión de los
científicos, hasta que “futuras investigaciones arrojen nueva luz sobre este inexplicable
fenómeno”. En este caso, aplicar una hipótesis ad hoc sería afirmar que todo el pan
alimenta “menos en este pueblo donde la gente comió pan y murió”. Se advierte la
inconsecuencia lógica de tal afirmación: “todo A es B, menos un A que no es B”. Sin
embargo, el procedimiento puede ser razonable desde el punto de vista pragmático de
una investigación: de no encontrar una explicación satisfactoria de por qué la gente de
ese pueblo comió pan y murió, ¿se debe anunciar al mundo que no es cierto que el pan
alimenta, o se tratará más bien de informarle a la gente de ese pueblo en particular
que no coma pan hasta saber por qué allí está matando, y que esto no afecta, hasta
nuevo aviso, al pan del resto del mundo?
Las hipótesis auxiliares y las ad hoc1 se emplean usualmente en la investigación
científica, pero su uso afecta directamente la tesis de la propuesta falsacionista, pues
siempre es posible salvar una hipótesis considerada segura por los científicos mediante
este tipo de procedimientos. Con lo cual nunca se llegarían a refutar las hipótesis
principales de una teoría, y la refutación se realizaría solo con las hipótesis auxiliares.
1
Hipótesis ad hoc: literalmente, para un determinado efecto o propósito. Tipo de hipótesis que se
introduce para salvar otra hipótesis que encuentra dificultades en la confrontación con la experiencia.
Siempre son “sospechosas”, porque su función es fortalecer una teoría contra las posibilidades de ser
refutada.
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