El Principe (Nicolas Maquavelo Alvarez Garzon - Juaneda
El Principe (Nicolas Maquavelo Alvarez Garzon - Juaneda
El Principe (Nicolas Maquavelo Alvarez Garzon - Juaneda
INTRODUCCIÓN
VIDA Y OBRA
CONTEXTO HISTÓRICO
“Debe tenerse en cuenta que no hay cosa más difícil de intentar, ni menos segura
de conseguir, ni más peligrosa de manejar, que llegar a ser jefe o príncipe e imponer
nuevas leyes. Porque serán enemigos suyos cuantos aman las viejas instituciones, y
tibios amigos y defensores quien amen las nuevas. La tibieza de los últimos nace, en
parte, del miedo a los adversarios, que cuentan con las viejas leyes, y en parte de la
incredulidad de los hombres, que realmente no creen en las cosas nuevas si primero no
se cuenta con sólida experiencia.” (Nicolás Maquiavelo- El Príncipe- Cap.VI- pág.26)
En este caso nuestro país es un claro ejemplo, de que muchas veces cuando un
gobernante quiere cambiar algo ya instalado, como la burocracia, que trae beneficios a
unos pocos, son muy pocos los que lo apoyan en su reformas porque se ven dañados
sus intereses, por lo que el gobernante o bien desiste de sus reformas o se ve obligado a
renunciar por la falta de apoyo.
“digo que a este principado(civil) se llega o por el favor del pueblo, o con ayuda
de los poderosos. Porque en todo Estado se dan dos tendencias, que nacen del hecho de
que el pueblo no quiere ser gobernado ni oprimido por los potentes que, a su vez, no
anhelan más que mandar y oprimir al pueblo. De estos contrapuestos apetitos nace en
los estados uno de estos tres efectos: o principado, o libertad o anarquía...” “...porque
cuando los grandes o poderosos ven que es imposible resistir al pueblo, empiezan por
apoyar a uno de ellos y lo hacen príncipe por propia decisión, a fin de satisfacer sus
apetitos a la sombra del elegido. El pueblo, por su parte, cuando ve que no puede
resistir a los magnate, elige a un conciudadano y lo hace príncipe para que lo defienda
de la autoridad.” (Nicolás Maquiavelo- El Príncipe- Cap.IX- pág.45)
Esto se ve claramente en algunos gobernantes, que al llegar al poder sólo se
limitan a favorecer a aquellas personas que los apoyaron y se olvidan de lo que es bueno
para la gente, y es así como muchas veces se provocan manifestaciones y disturbios que
no benefician a nadie.
“El príncipe no debe cuidar de que se le llame cruel si se trata de mantener fieles
y unidos a sus súbditos, pues con pocos actos de benignidad será más piadoso que
tantos otros que, por exceso de piedad dejan crecer los desórdenes, con su secuela de
asesinatos y latrocinios. Éstos hacen daño a toda la comunidad, mientras que las
ejecuciones capitales ordenadas por el príncipe son en daño de unos pocos.” (Nicolás
Maquiavelo- El Príncipe- Cap.XVII- pág.77)
“Sobre todo no toque los bienes ajenos porque los hombres olvidan más
fácilmente la muerte del propio padre que la pérdida del patrimonio.” (Nicolás
Maquiavelo- El Príncipe- Cap.XVII- pág.79)
“Ser amigo leal y enemigo verdadero es otra cosa causa de estima del príncipe;
es decir, cuando sin velo alguno se manifiesta a favor de uno o contrario a otro. Esto es
más útil que mantenerse neutral, pues si dos poderosos vecinos tuyos vienen a las
manos, puede ocurrir que la victoria de uno de ellos pueda dañarte o no; en todo caso
es más útil decidirte por uno de ellos y entrar descubiertamente en la contienda; porque
si no te decides y vence quien quiere hacerte daño, caes en sus manos con
satisfacción del vencido, sin que tengas razón alguna que te justifique ni persona que te
de refugio.”(Nicolás Maquiavelo- El Príncipe- Cap.XXI- pág.104)
“Debemos advertir que un príncipe nunca debe hacer alianza con otro más
poderoso que él para atacar a un tercero, a menos que sea absolutamente necesario,
porque si el más fuerte vence, serás prisionero suyo.” (Nicolás Maquiavelo- El
Príncipe- Cap.XXI- pág.106)
“...cuando ves que el ministro piensa más en si mismo que en ti y que en todos
sus actos sólo busca el propio bien, puedes decir que no es un buen servidor, ni
podrás nunca fiarte de él. Porque quien gobierna el Estado de un príncipe nunca debe
pensar en sí mismo, sino en su señor, ni recordar a este nada que no sea propio de su
posición.” (Nicolás Maquiavelo- El Príncipe- Cap.XXII- pág.109)
ANÁLISIS
Antes que todo hay que aclarar que el Príncipe es un producto típicamente
renacentista, ya que se ha visto que en el campo de las ciencias y del pensamiento en
general, el Renacimiento aporta dos novedades sustanciales que son: el dato
experimental como punto de arranque de la inducción científica, y la independización
de las ciencias con respecto a aquella unidad teológico-filosófica que preside el
pensamiento de la Edad Media. Y aunque actualmente esta separación ya sea algo
normal, en el siglo XVI suponía una lucha a veces violenta con los sustentadores de la
vieja unidad, rota ya en parte por el Humanismo y mucho más por el Renacimiento.
Creemos que lo que Maquiavelo quiere expresar es que el príncipe debe tener
la capacidad de adecuar la propia conducta a las circunstancias que lo rodean, ya que si
él no piensa en el bienestar de su Estado nadie lo hará, y de discernir lo que es útil para
su gobierno, de forjarse un ejército propio a fin de prescindir de tropas mercenarias y
auxiliares que son la ruina segura.
Se suele decir que las normas dadas por Maquiavelo para la actividad política
“se aplican pero no se proclaman”; los grandes políticos empiezan maldiciendo a
Maquiavelo, declarándose antimaquiavélicos para luego aplicar sus normas sin cargos
de conciencia. El mismo Maquiavelo señala que lo que él escribe es aplicado ( y
siempre lo ha sido) por los grandes de la historia.
Es nuestra opinión que Maquiavelo pensaba en “el que no sabe”, que se
proponía educarlo políticamente, pero no en el sentido negativo, enseñándole a odiar a
los tiranos, sino de modo positivo, de quien debe reconocer como necesarios
determinados medios, aunque sean propios de los tiranos, porque se quiere alcanzar
determinados fines. Cuando uno nace en la tradición de los hombres de gobierno,
adquiere o “absorbe” por el ambiente familiar las características del político realista;
pero si uno nunca ha tenido contacto con la política esto es muy difícil. Puede
considerarse que Maquiavelo quiere persuadir, o mejor enseñar, a estos últimos que
existe la necesidad de un “jefe” que sepa lo que quiere y cómo conseguirlo, y de la
necesidad de aceptarlo con entusiasmo aunque sus acciones sean o parezcan contrarias
a la ideología de la época o la religión.
El pesimismo de Maquiavelo
Es fácil, en la condición personal de Maquiavelo y en el complejo mundo
político-social de su tiempo, derivar hacia un pesimismo que encuentra expresiones
extremas: “...es necesario a quien gobierna una república presuponer que todos los
hombres son malvados...” dice en los “Discursos” ( cap I ) y en el capítulo XV de “El
Príncipe”: “....un hombre que quiera obrar en todo como bueno, necesariamente
fracasará rodeado de tantos malos....” y en el XVII: “.... de los hombres en general
puede decirse que son ingratos, volubles, disimuladores, ansiosos de ganancia y de
evitar peligros...”; por último en el capítulo XXIII: “....los hombres obran el mal a
menos que la necesidad los obligue a obrar el bien...”.
También este pesimismo se expresa al decir que los bienes materiales son más
importantes para el hombre que los valores morales. En palabras del autor: “....sobre
todo no toque los bienes ajenos porque los hombres olvidan más fácilmente la muerte
del propio padre que la pérdida del patrimonio.” (Nicolás Maquiavelo- El Príncipe-
Cap.XVII- pág.79)
Sin duda hay que entender esta mirada pesimista de Maquiavelo desde “su”
perspectiva: él había sido traicionado, engañado, y exiliado por personas en las que solía
confiar y esto lo llevó a pensar que todos los hombres son egoístas y piensan primero
en su beneficio antes que en la honestidad y los valores.
La Italia de Maquiavelo
Una de las principales preocupaciones de Maquiavelo, era ver a Italia
disgregada por las luchas internas, a diferencia de lo que sucedía en España y Francia,
en donde monarquías estaban llevando a su esplendor a la sociedad de la época. Y nos
podríamos preguntar por qué esto no ocurría en Italia; y esto se debe a que no existía
una voluntad colectiva, que buscase ese líder que los llevase al progreso, ya que Italia
todavía en esta época tenía muy arraigado el sistema feudal, lo que provocaba que
hubiese una pequeña aristocracia terrateniente y una gran cantidad de campesinos
desinteresados por la política. Y para que se formase esa voluntad colectiva de la que
hemos hablado, es necesario que toda esa masa de campesinos “irrumpan
simultáneamente” en la vida política, como sucedió en Francia con los jacobinos.
Sin embargo, lo que en la teoría parece tan fácil, que es que se una todo el
pueblo, a lo largo de la historia y sobre todo a partir del siglo XVII, se ha visto que se
repite la lucha de las clases tradicionales por impedir la formación de la voluntad
colectiva, para mantener el poder.
En fin podríamos considerar a Maquiavelo como la expresión necesaria de su
tiempo, como un hombre estrechamente ligado a las condiciones y a las exigencias de
su época, que resultan de:
• Las luchas internas de la república florentina y de la estructura particular del
Estado, que no sabía liberarse de los residuos comuno-municipales, es decir, de
una forma de feudalismo que se había convertido en un estorbo.
• Las luchas entre los Estados italianos por imponer un equilibrio en el ámbito
italiano, obstaculizado por la existencia de un Papado demasiado influyente y
los restos del sistema feudal.
• La luchas de los Estados italianos, más o menos solidarios, por un equilibrio
europeo.
El Príncipe en la actualidad
Una de las cosas que mas nos atrajo de las lectura de este libro es el ver cómo
la figura del príncipe trazada por Maquiavelo sigue siendo actual en nuestros tiempos:
que el Príncipe vive aún, gobierna, rige, es astuto y cruel, invade territorios, crea
imperios, persigue y elimina enemigos, supera obstáculos, crea ejércitos y armas
nuevas, procura ganarse los pueblos o por la persuasión o por la violencia, cree que los
hombres se inclinan por el mal antes que por el bien, coloca a los hombres de
confianza en los puntos clave del Estado, elimina rivales, lleva a cabo purgas,
genocidios, asesina, roba, deporta, confisca y destruye para construir su gran máquina
de poder que tiende no ya al dominio de pequeños estados, como el reino de Nápoles o
el Milanesado, sino de continente enteros, o del mundo si fuera posible.
Bibliografía
9 Juan José Abad Pascual, Historia de la Filosofía, Ed. Mc Graw Hill, España
1996.
9 Bernhard Feiner, Atlas de Filosofía, Ed. Alianza, España 2000.
9 Antonia Gransci, La política y el Estado Moderno, Ed. Planeta-Agostini,
España 1993.
9 François Châtellet, Una historia de la razón, Ed. Nueva Visión, Buenos Aires
1998.
9 Nicolás Maquiavelo, El Príncipe, comentado por Cristina de Suecia y Napoleón
Bonaparte, Ed. Claridad, Buenos Aires 1970.
9 Nicolás Maquiavelo, El Príncipe, Ed. Planeta, España 2001.
9 Diccionario Ilustrado de Cultura Esencial, Ed. Reader’s Digest, España 1999.
9 Diccionario Enciclopédico Ilustrado, Ed. Planeta, España 1984.
9 Hermann Kinder, Atlas Histórico Mundial, Ed. Istmo, España 1979
9 http://www.terra.es/personal8/biografia/maquiavelo.htm