El Faraón Acoris

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EL FARAÓN ACORIS, ¿ EL ULTIMO GRAN FARAÓN DE EGIPTO?

12 de noviembre de 2010 a la(s) 7:56

El faraón Jenemmaatra-Hakor, o Acoris, reinó durante el periodo comprendido entre el (391 - 379 a. C.) fue, ¡quizá!, el
faraón más importante de la dinastía XXIX de Egipto; desde luego, tuvo que batallar duramente para conservar la
independencia adquirida recientemente por Egipto.

Trece años antes, un audaz hombre llamado Amirteo, o Amenirdis, se levantó en armas contra la ocupación subyugante del
imperio persa sobre su país en el año 404 a. de C., la rebelión triunfó, pero Amirteo era consciente que la precaria
independencia que había cimentado caería en cuanto los persas estuvieran preparados para el contraataque.
En consecuencia, Amirteo, sabiamente, intentó obtener ventajosas alianzas con los principales países continente griego. En
particular, firmó una alianza con Esparta, la potencia griega más importante del momento, con tal aliado, los egipcios de
momento, podían estar tranquilos.

Tras la muerte de Amirteo después de reinar seis años, tuvo un digno sucesor en la persona de Baenra Merynecheru
Nayfaarudye, o Neferites I, (398 - 392 a. C.). Este faraón consolidó aun más la reciente independencia, intentando ayudar a
los enemigos de los persas en lo posible.

En aquella época, los persas estaban en guerra con los espartanos, sus recientes aliados, en consecuencia decidieron
ayudarles, porque todo estorbo al esfuerzo de guerra persa, era un tiempo ganado en el cual, el imperio no pensaría en
como intentar recuperar Egipto.

La oportunidad de ayudar a los espartanos se presentó cuando los espartanos se enteraron de que los persas estaban
reuniendo fuerzas para atacarlos, en consecuencia, decidieron pedir ayuda a Amirteo, este les suministró los materiales
necesarios para la construcción de más de 100 trirremes y el suministro de 600.000 modios (7,6 Kg. cada modio) de trigo.
La flota egipcia transportó al mar Egeo en el año 396 a. de C. los suministros, concretamente se dirigieron a la isla de
Rodas, por aquel entonces aliada a los espartanos.
Sin embargo, un reciente vuelco en las tornas, había hecho que una reciente revuelta hubiera expulsado a los espartanos
de la isla y la flota persa estuviera ya instalada en el puerto de la isla.

A la confiada flota egipcia se la dejó acercar tranquilamente a puerto, y en el momento conveniente, la flota persa dirigida
por el ateniense Conón, la rodeó, procediendo a confiscar tan preciosos suministros.
Tras la muerte de Neferites I en el año 392 a. de C., hubo durante un año un periodo convulso en el que tres faraones
llamados Mutis - Psamutis - Acoris estuvieron disputándose el poder.

Finalmente, Acoris fue el que triunfó, hecho muy importante, porque su reinado fue vital para el país, ya que los persas se
estaban preparando para golpear a los rebeldes egipcios con dureza.
No obstante, tras la toma de poder, no había de momento ningún problema a la vista, los persas estaban ocupados en
otros que aceres; sin embargo, Acoris sabía que esto podía ser pasajero, que en cualquier momento Persia estaría lo
suficientemente tranquila para revolverse contra Egipto.
Esta antigua provincia persa, debido a su levantisco carácter, le había granjeado a los persas muchos problemas, y el
hecho de devolverla a la antigua obediencia, ¡era un asunto de Honor!, los persas, quizá por amor propio, no podían
consentir que los egipcios gozaran mucho tiempo de su independencia.

Por lo tanto, Acoris, sabiendo que sus fuerzas armadas eran insignificantes en comparación con las inmensas fuerzas que
podían desplegar los persas, decidió explotar el arma diplomática.
Ya tenía establecidos acuerdos de alianza y amistad con Esparta, por lo tanto, decidió robustecer este tipo de acuerdos que
más naciones griegas. Es este aspecto tuvo mucho éxito; firmó alianzas el rey de Salamina llamado Evagoras I, por aquel
entonces depuesto de su cargo y en el exilio.

El faraón Acoris lo llevó de nuevo a Chipre en 387 a. C., ayudándole a recurar el trono y es posible, que este le sirviera
como virrey de Egipto. Aunque quizá fue más valiosa la alianza establecida en el año 389 a. de C., con Atenas, poseedora
de una gran flota de combate. Con la alianza de Esparta, Atenas y Chipre, Egipto no corría ningún peligro de ser atacada.
Pero Persia no permaneció inactiva, en el año 386 a. de C., firmó un tratado de paz con Esparta y otras naciones griegas;
con ello, su rey, Artajerjes II, tenía allanado el camino para preparar su ejército para devolver a Egipto a la sumisión.
¡Pero Acoris no permaneció inactivo!, se preocupó de fortificar las fronteras del Delta del Nilo, sabedor de que un ataque
terrestre persa forzosamente penetraría por ahí.

Para construir dichas fortificaciones, contrataron a un veterano general ateniense llamado Cabrias, así como también se
hizo con los servicios de numerosos mercenarios griegos, aprovechando las sólidas relaciones que tenía con numerosos
países del continente griego.
Fue toda una suerte para el faraón hacerse con los servicios de tan distinguido general; este había destacado en la guerra
de Corinto (395 a. C. y 387/6) en el continente griego, distinguiéndose en Egina contra los espartanos en el año 388 a. C.,
a los cuales derrotó, posteriormente comandó la flota enviada en ayuda de Evagoras I, rey de Chipre, el cual estaba siendo
acosado por los persas.

Durante dos años, del 384 a. C. y 382 a. C., Cabrias prestó unos valiosos servicios a la causa egipcia; fortificó el Delta del
río Nilo acertadamente, por ejemplo en Pelusium, al norte del sistema de fortificaciones, este general construyó un
impresionante castillo fortificado al que se llamó, “el Castillo de Cabrias”.
Aquí en Pelusium, el sistema defensivo era particularmente fuerte, el conjunto de canales y pantanos por donde pasaba el
Nilo estaba excelentemente fortificado y eran defendidos por los mercenarios griegos de Cabrias.
Las obras defensivas de Cabrias fueron cruciales, ya que Artajerjes II tras restablecer un poco la calma en su reino, había
vuelto los ojos al rebelde reino de Egipto; tras preparar un poderoso ejército, marchó este por tierra y tras atravesar el Sinaí,
se acercó a las puertas de Egipto.

Durante dos años, del 385 al 383 a. de C. Artajerjes II atacó obstinadamente el Delta del Nilo lanzando una ofensiva tras
otra, con el objeto de romper el sistema defensivo egipcio; tras ello, la conquista de Egipto era pan comido.

El ataque se concentró en las fortificaciones de Pelusium, y esto fue un error, ya que ese punto estaba sólidamente
fortificado y defendido por los mercenarios griegos y tropas egipcias al mando de Cabrias.
El fracaso del ejército persa durante esos dos años sume a estos en el desconcierto. Esto es aprovechado por el rey
Evagoas I, el cual, se hace con el control del mar que rodea su isla de Chipre y se alía con la ciudad de Tiro tomando sus
zonas aledañas y parte de la región persa de Cilicia.
Egipto por su parte se lanza a la contraofensiva y logra tomar zonas de Palestina con poca resistencia por parte de los
persas. También llegaron los egipcios a combatir contra los persas en zonas tan alejadas como la región de Cilicia, pero
solo consolidó las conquistas hechas en la zona de Palestina.

Los persas reaccionan con prontitud, y tras el desconcierto inicial, preparan una ofensiva sin parangón para retomar la
iniciativa el 381 a. de C.; con el apoyo de la flota persa y trasportando al ejército por mar, las fuerzas de los generales
Orontes y Tiribazo doblegan a las del rey Evagoas I, el cual firma la sumisión de la isla al imperio persa.
Acto seguido le toca el turno a los egipcios, sin embargo la ofensiva se pospone unos años debido a que estallan
distensiones en el imperio persa. Este periodo de calma fue aprovechado por Acoris para restablecer la riqueza y
prosperidad en el reino egipcio.

Efectivamente, el comercio se restableció con gran fuerza, pero no solo el comercio interior, el exterior cobró gran fuerza
también, preferentemente con los países aliados griegos y la zona del mar Egeo.
El oro empezó a fluir a las arcas estatales del faraón, hecho de mucha importancia para él, porque gracias a ello, podía
iniciar un programa edificador en el reino con el que glorificar su nombre.
Ciudades y zonas como Karnak, Letópolis, Menfis, Elefantina, Medinet Habu y Saqqara se beneficiaron del programa de
restauración y edificación de templos patrocinado por el faraón. También en esta época, se acuñaron las primeras monedas
egipcias para pagar a los mercenarios griegos contratados en sus ejércitos.

En el año 379 a. de C., fallecía Acoris tras un reinado de 12 años; su reinado puede ser considerado como sumamente
fructífero para el rieno egipcio en todos los aspectos. Acoris demostró un gran temple a la hora de moverse en el plano
diplomático, estableciendo solidadas alianzas con las potencias griegas para poder defender su reino.

A la hora de mayor peligro, durante el ataque persa a su territorio, supo hacerse con los servicios de un gran estratega
como Cabrias, (en la que no esto exento la contratación de mercenarios griegos) los cuales prestaron unos grandes
servicios en la supervivencia de su reino.
Después de pasado el peligro, restableció la calma en el reino, así como también la prosperidad en el país gracias a la
potenciación del comercio interior y exterior; así como también realizando edificaciones por numerosas ciudades egipcias.
Tras su muerte dejaba un reino fuerte, solido y próspero y en relativa calma; por lo que con toda ley, se puede asegurar sin
duda, que fue el mejor faraón XXIX dinastía de faraones.

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