Trabajo Practico de San Agustin - Texto "Contra Académicos"

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TRABAJO PRÁCTICO DE FILOSOFÍA

SAN AGUSTÍN

Texto: Contra Académicos.

Integrantes:

DEPETRIS, Laura.

KIENER, Ma. Laura.

LAUXMANN, Agostina.

Profesor: MEDINA, Gerardo.

Fecha de entrega: 28-05-15

-UNIVERSIDAD NACIONAL DEL LITORAL-

-Facultad de Humanidades y Cs. Sociales-


CONSIGNAS:

1) ¿En qué consistiría la relación entre Sabiduría, Verdad y Felicidad? ¿Qué diversas posiciones
se expresan? Reconstruye la argumentación de cada uno.

Definición de sabiduría:

La sabiduría es el camino recto de la vida y quien la usa forzosamente será sabio; luego será sabio
el que busca bien la verdad, aun sin lograrla. La sola investigación de la verdad es el empleo más
noble de la sabiduría.

Nueva definición de Sabiduría:

Sabiduría es la ciencia de las cosas divinas y humanas. El amor de la sabiduría es la filosofía. Es la


verdadera hermosura.

Definición de Verdad:

Algunos filósofos del texto creen que sin hallar la verdad, con sólo buscarla, uno puede vivir uno
dichosamente, la sola investigación de la verdad es el empleo más noble de la sabiduría.

Para otros se requiere la posesión de la misma, el investigador de la verdad todavía no es perfecto.


Así como otros creen que la verdad sólo Dios la posee.

Definición de Felicidad:

El hombre feliz no puede errar.

Uno de los filósofos del texto expresa que buscamos la verdad, sin llegar a encontrarla y luego la
sola investigación de la verdad puede compaginarse con la felicidad del hombre.

2) Indica la importancia de dar una solución al problema del Error y muestra qué dificultades
implica su tratamiento.

La importancia de definir el error radica en la posibilidad de definir la felicidad y la sabiduría. Si el


hombre feliz es quien encuentra su perfección por haber hallado la verdad, el error consiste
entonces en nunca obtener esta última. En cambio, si lo que define la felicidad no es el ser
poseedor de la verdad sino mantenerse en su búsqueda siguiendo el camino de la sabiduría, el
error consiste en considerar verdadero algo que no lo es. Radica en esto, también, la dificultad de
definir el término. Trigecio sostiene que errar es siempre buscar y nunca hallar. Licencio se
muestra en oposición a este parecer: “El hombre feliz no puede errar […]. Más tampoco yerra el
que busca, pues para no errar indaga con muy buen método”. Este sostiene que errar no es nunca
encontrar la verdad, sino aprobar lo falso por verdadero. En este sentido, quien no aprueba nada,
es decir, quien se encuentra en la búsqueda de la verdad sin encontrarla nunca, no erra.

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3) ¿Cuál es la definición que en último término expresa Agustín? Coteja además con los pasajes
del Libro III y muestra la diferencia que la Sabiduría tendría con la Filosofía.

Pasajes sobre la diferencia entre sabiduría y filosofía:

Pasajes del Libro III, CAPITULO III: EL SABIO CONOCE LA SABIDURÍA:

“Entre el sabio y el aspirante a la sabiduría no hallo sino esta diferencia: las cosas que el sabio
posee como hábito, el aspirante las tiene en el ardor del deseo”.

“Ninguna diferencia separa al sabio del estudioso de la sabiduría, fuera de que éste ama y aquél
posee la disciplina de la sabiduría-y por eso no dudaste en darle el nombre de hábito-, y nadie
puede poseer en su ánimo la disciplina sin haberla aprendido, y nada aprende el que nada conoce,
y nadie puede conocer lo falso, luego conoce el sabio la verdad, pues has reconocido que tiene en
su ánimo la disciplina o el hábito de la sabiduría.”

Pasajes del Libro III , CAPITULO IX, LA DEFINICIÓN DE ZENÓN:

“Pero examinemos quién los aparta más bien de la filosofía: si el que dijo: «Escucha, amigo mío: la
filosofía no es la misma sabiduría, sino el estudio de ella, al que si te aplicas, nunca llegarás a ser
sabio mientras vivas (y así la sabiduría reside en Dios y no puede ser patrimonio del hombre), mas
luego que con tal ejercicio te hayas adiestrado y purificado bastante, tu alma disfrutará fácilmente
de la verdad, después de la vida presente, esto es, cuando hayas dejado de ser hombre»”.

4) ¿Cómo podría caracterizarse la posición de los filósofos llamados académicos? ¿Podrían


establecerse diferencias entre ellos o se trata de una escuela filosófica compacta y homogénea?
(Ten en cuenta aquí sus afirmaciones comunes y los elementos indicados a unos y otros).

La doctrina académica consistía en sostener que el hombre no puede conseguir la ciencia de las
cosas relacionadas a la Filosofía y, a pesar de esto, que el hombre puede ser sabio, y toda su
misión consiste en investigar la verdad. No afirmaban solamente que todo era incierto, sino que
también apoyaban su tesis con muchísimos argumentos. Afirmaban, siguiendo la definición del
estoico Zenón, que “lo verdadero ha de ser reconocido por ciertos signos que no puede tener lo
falso. Y que estos signos no pueden hallarse en nuestras percepciones”, las humanas. También
dedujeron de esto que el sabio debía abstenerse de aprobar nada, lo que les provocó tiempo
después introducir el uso de cierta probabilidad, de aquello que llamaron verosimilitud (tuvieron
que defenderse de que “el que nada afirma, nada hace”). Se justificaban además diciendo que “la
misma refrenación y suspensión del asentimiento era fruto de una gran actividad del sabio”.

Pueden establecerse ciertas diferencias entre una y otra Academia, sin significar esto que
comparten ciertas afirmaciones. Los filósofos antiguos como Sócrates y Platón (fundador de la
Academia) creyeron que uno podía inmunizarse contra el error siempre y cuando evite el dar su
asentimiento, pero no se dedicaron a investigar particularmente si era posible o no la percepción
de la verdad. La conclusión y lo más importante de la Antigua Academia es que no debía asentirse
ninguna cosa, y que el conocimiento estaba basado en creencias verdaderas justificadas. Mientras

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que los nuevos académicos introdujeron una doctrina insólita y extraña a los antiguos, decía
Antíoco (quien criticó las posturas de ambas Academias), aduciendo en su apoyo la autoridad de
los físicos y otros filósofos. Esta nueva Academia fue la que impulsó la enseñanza de que no se
puede alcanzar más que lo probable, que es imposible tanto la certeza total como la completa
incertidumbre. Antíoco también dice que “los académicos convertían lo verosímil en regla de
conducta, cuando profesaban la ignorancia absoluta de la verdad”. Dice San Agustín que lo que
llaman probable o verosímil los académicos es lo que “sin asentimiento formal de nuestra parte,
basta para movernos a obrar. Digo sin asentimiento (…), conscientes de nuestra ignorancia de la
verdad, no obstante, obramos”.

Lo común a ambas Academias es que les parecía que no podía llegarse a la verdad (aspecto en el
que difiere San Agustín), y también lo mencionado anteriormente: que a pesar de esto, el hombre
puede ser sabio, y su misión consiste en la investigación de la verdad.

5) La discusión que se pone en marcha entre Agustín y Alipio no es un mero ejercicio dialéctico.
Según Agustín, ¿qué cosas entrarían en juego? Detalla estos elementos.

Agustín le dice a Alipio que dejen de lado los ensayos que habían tenido previamente con los
jóvenes, los describe como “cuentos de los niños”, restándoles importancia. Explica enseguida qué
cosas entrarían en juego, justificando así la gravedad del problema de la verdad: “Se trata del
destino de la vida, de las costumbres, de nuestra alma, la cual confía vencer la dificultad de todos
los sofismas, y después de abrazar la verdad, volviendo, por decirlo así, al país de su origen, ha de
triunfar de todas las liviandades y, desposándose con la templanza, como esposa, reinar, segura de
volver al cielo”. Agustín sostiene que sí puede hallarse la verdad, a diferencia de los académicos, y
a diferencia también de Alipio, quien opina que la verdad no puede ser hallada y lo prueba con la
autoridad de grandes y excelentes filósofos.

6) ¿Mediante qué argumentos discuten los académicos la posibilidad de conocer la verdad?


¿Cómo son rebatidos estos argumentos?

Los académicos sostienen que la verdad existe, pero juzgan que es no se puede encontrar ni
contemplar. Nada puede percibirse: es por esto que no tienen ninguna cosa por cierta y se
abstienen de afirmar sentencias, valiéndose sólo de la probabilidad. Definen la verdad como algo
imposible de ser comprendida por los humanos, puesto que, en palabras de Agustín y definición
de Zenón, “lo verdadero ha de ser reconocido por ciertos signos que no puede tener lo falso, (…) y
no pueden ser hallados en nuestras percepciones”. Entendiendo la opinión como despreciable,
acuerdan que el sabio debe abstenerse de afirmar nada. Consideran sabio, entonces, a quien
conoce y vive en la verosimilitud de las cosas, aquello que es posible. Agustín se muestra en contra
de estas ideas, alegando la incoherencia de decir que alguien sabio es quien aprueba lo parecido a
la verdad, pero no conoce esta última: “cuando tú dices que no conoces ninguna verdad, ¿cómo
puedes abrazar lo que se asemeja a ella?”.

7) ¿Qué condición es puesta por Agustín para la adquisición de la verdad? ¿Por qué?

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San Agustín se interesa en la búsqueda de la verdad, de cómo el hombre podía alcanzarla,
tomando dos caminos posibles, si la verdad existe y luego si es posible encontrarla. A su vez, le
interesa demostrar que la verdad pertenece a la sabiduría. Encontrar la verdad debía ponerse en
relación con la manifestación de Dios a los hombres, ya que San Agustín mostraba gran interés por
la verdad, decía que Dios es la suma verdad. La felicidad va unida a la posesión de Dios, quien es
fuente de todo lo verdadero y el único que la posee, como se puede apreciar en LIBRO I CAPITULO
III: UNA OBJECIÓN:

“Pero aquella verdad sólo Dios creo que la posee, o quizá también las almas de los hombres,
después de abandonar el cuerpo, es decir, esta tenebrosa cárcel. Pero el fin del hombre es indagar
la verdad como se debe: buscamos al hombre perfecto, pero hombre siempre”.

De esta manera Agustín afirma que la verdad es necesaria de Dios, para cualquier verdad relativa.
Desea conocer la verdad para la compresión de la inteligencia. Así se expresa en Libro III,
CAPITULO XX: CONCLUSIÓN DE LA OBRA.-PLATÓN CONDUCE A CRISTO:

“Y para mí es cosa ya cierta que no debo apartarme de la autoridad de Cristo, pues no hallo otra
más firme. En los temas que exigen arduos razonamientos-pues tal es mi condición que
impacientemente estoy deseando de conocer la verdad, no sólo por fe, sino por comprensión de la
inteligencia-confío entre tanto hallar entre los platónicos la doctrina más conforme con nuestra
revelación”.

8) ¿Por qué Agustín halla compatibilidad entre su posición y la de Platón? Justifícalo.

Agustín coincide con el pensamiento de Platón en cuanto a la inmortalidad del alma y la


sistematización de la filosofía en cuanto a la visión del mundo en dos planos. Platón propone el
orden visible y el inteligible, y en el segundo de estos es donde encontramos la Verdad, la ciencia.
Todo aquello que parece ser verdadero es porque está hecho a imagen de la Verdad, lo verosímil
pertenece al mundo de lo sensible y de este sólo puede obtenerse la opinión, nunca el
conocimiento verdadero de las cosas. “Con todo, lo que se hace en este mundo por las virtudes
llamadas civiles, semejantes a las verdaderas virtudes, y sólo conocidas de un reducido número de
sabios, no merece sino el nombre de verosímil”. Agustín plantea, de acuerdo con las ideas de
Platón, que sí es posible conocer la verdad, contrario a lo que sostienen muchos académicos
posteriores al discípulo de Sócrates. Estos, según sus palabras, fueron juzgados como “indignos de
manifestarles y confiarles las […] sacrosantas doctrinas de Platón”. Agustín de Hipona adopta la
filosofía platónica respecto a los órdenes del mundo y sostiene que manteniéndose cerca de la
autoridad de Cristo “confía entre tanto hallar entre los platónicos la doctrina más conforme con su
relación”.

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