Historia de La Colonización de La Amazonia
Historia de La Colonización de La Amazonia
Historia de La Colonización de La Amazonia
Creo que estos dos ríos son la causa del agua dulce en el mar. Acordamos entrar en uno de estos
grandes ríos y navegar a través de él hasta encontrar la ocasión de visitar aquellas tierras y sus
poblados; preparados nuestros barcos y las provisiones para cuatro días, con veinte hombres
bien armados nos adentramos en el río y navegamos a fuerza de remos durante dos días
recorriendo la corriente por aproximadamente dieciocho leguas, avistando muchas tierras.
Navegando así por el río, vimos signos muy evidentes de que el interior de aquellas tierras estaba
habitado. Entonces decidimos volver a las carabelas que habíamos dejado en un lugar inseguro
y así procedimos.
La sucesiva expedición para explorar las costas brasileras y el estuario del Río Amazonas fue
dirigida por el español Vicente Yánez Pinzón, que había sido el comandante de la Niña en el viaje
de Colón en 1492. Partió de Palos el 19 de noviembre de 1499 al mando de cuatro pequeñas
carabelas. El 26 de enero de 1500, mientras que la flota navegaba a doscientos kilómetros de la
costra brasilera, se dio cuenta de que estaba rodeado de agua dulce. Pensó que debía ser un
enorme curso de agua que entraba prepotentemente en el océano. Reconoció el estuario pocos
días después y bautizó a aquel río Santa María de la Mar Dulce. El viaje de Pinzón fue relatado
por el historiador milanés Pedro Mártir de Anglería, en su obra en latín, Décadas de orbe novo.
He aquí un fragmento:
Descubrieron que de grandes montañas fluía con enorme ímpetu un inmenso río de corriente
muy fuerte. Dijeron que dentro de aquel piélago hay numerosas islas selváticas, pero riquísimas
y con numerosas poblaciones. Contaron que los indígenas de estas regiones son pacíficos y
sociales, pero poco útiles para nuestros propósitos, tanto que no obtuvieron de ellos ninguna
ganancia suficiente, como oro o piedras preciosas. Para compensar la falta de ganancias, los
españoles se llevaron consigo treinta esclavos indígenas. Los indígenas llaman a esta región
Mariatambal, mientras que aquella situada al Oriente del río se llama Camamoro y a aquella
situada al Occidente se le dice Paricora. Los indígenas indicaron que en las regiones internas del
río se encontraban grandes cantidades de oro.
Selva del Perú (ilustrada por el célebre francés Riou, dibujante que ilustró
varios libros de Julio Verne y Edgar A. Poe)
Claro está, que para este asentamiento dadas las características de la ausencia de caminos,
las rutas de comunicación se planteaban por vía fluvial. Es así que para 1853, el año el que
se produjo el primer intento colonizador de la Amazonia, se lleva a debate en el Congreso
la ampliación de un Tratado de Navegación ya suscrito en 1851 con el Imperio del Brasil;
dentro de lo debatido se hallaba el tema de la navegación fluvial, sobre la exclusividad de
las contratas y acá extraigo algunos artículos de un proyecto de contrato presentado para
su aprobación:
Los abajo firmados, ciudadano de la república del Perú D. Evaristo Gomez Sanchez,
encargado por su gobierno del canje de las ratificaciones de la convención de comercio y
navegación fluvial, celebrada entre la dicha república y el imperio del brasil, y al ciudadano
brasileño D. Ireneo Evangelista de Sousa, en calidad de Presidente de la compañía de
navegación del Amazonas, formada en esta plaza de Rio de Janeiro en 9 de setiembre del
corriente año -1852- desean arreglar de manera ventajosa para el Perú y la empresa el
modo de llevar a cabo la expresada navegación del Amazonas y la de los ríos interiores de
la República concluyentes de aquel, han convenido y ajustado lo siguiente, que queda
pendiente de la aprobación del gobierno del Perú:
Art.4 – cuando los barcos de vapor de la compañía no completasen el viaje redondo, que es
de la ciudad de la Barra en la embocadura del río Negro, al punto de Nauta, y de éste otra
vez a aquella ciudad, se abonará tan sólo a la Compañía, la cantidad correspondiente a la
distancia navegada, calculada por el número de millas en relacion al precio del viaje
redondo.
Art.17 – Como en el fin del tercer año de esta contrata el Gobierno del Perú y la compañía
de navegación y comercio del Amazonas deben tener ya una experiencia tal de la empresa,
que los ponga en actitud de renovar a aquella y extenderla a mayor número de años, el
Gobierno del Perú por su i o petición de la compañía, lo declarará así, procediéndose en
consecuencia a la renovación del contrato, con las modificaciones que se creyesen
oportunas. En este caso, la compañía se obliga a fundar en el litoral del Perú,
que baña el Amazonas, y en las márgenes de los ríos interiores de la
República, diez colonias de extranjeros que deberan ser de la nación que el
Gobierno peruano designe. Para este fin se darán gratuitamente a la
compañía la porción de terreno necesario.
Art. 18 – Las colonias que la compañía funde gozarán de las mismas ventajas y exenciones
económicas que se concedieren a iguales establecimientos en la República del Perú o
mayores, y mas especiales si las circunstancias especiales o las conveniencias públicas y de
la compañía asi lo exigieran. Además de esto, el gobierno del Perú protegerá a la compañía
en todo cuanto tienda a facilitar los contratos, venida y establecimiento tanto de los
colonos mencionados como de los misioneros que eche mano para el mayor éxito de la
colonización, y removerá cualesquier embarazos que se opongan a la marcha y
desenvolvimiento de la misma, precediendo la solicitud de la compañía.
Art. 19 – Conviniendo a la empresa de inmigración y colonización de las vastas regiones del
interior del Perú y a la exportación de sus raras producciones que aquellas y estas sean
conocidas del mundo todo, especialmente de las naciones industriosas de la Europa, la
compañía deberá procurar con el mayor ardor que sean conocidas aquellos territorios y
esos productos, haciendo publicaciones por su cuenta mediante la prensa,
exportando en sus barcos las muestras de los frutos que constituyen la riqueza entre los
tres reinos de la naturaleza y adoptando cuantas medidas estén a su alcance.
Dicho contrato no fue suscrito, ni ninguna empresa intentó establecer colonias amazónicas
excepto el tema tratado anteriormente sobre los italianos de Chanchamayo traídos por M.
Kenzie alrededor de 1890. Un punto importante para hacer efectiva y dinámica la
colonización del Amazonas es la navegación fluvial y lo que ello necesita, los barcos. Para
esto el Perú suscribió en 1851 un tratado internacional con el Brasil, estableciendo la libre
navegación a lo largo del río amazonas, exonerando de los derechos de importanción a los
vapores de ambos estados que los surcasen, comprometiéndo a ambas naciones a contratar
conjuntamente los servicios de una compañía de vapores la cual debía hacer viajes
regulares desde Belén de Pará (en la desembocadura Atlántica del Amazonas) hasta el
puerto peruano de Nauta; para ello el gobierno peruano encargó la construcción de dos
vapores en Estados Unidos en 1853 y el Brasil contrató los servicios de la Amazon
Navigation Company, la cual en el curso de los cinco años siguientes la compañía sirvió a
ambos países siendo subsidiada por estos.
El 14 de marzo de 1854 llegaron a Loreto los vapores peruanos "Tirado" y "Huallaga" -los
primeros que con bandera peruana surcaron el Amazonas- de 80 y 50 toneladas
respectivamente, hechos en Estados Unidos, y demostraron estar mal diseñados para su
empleo en la región. Fueron construidos a propuesto de José Whitmore y vinieron en
piezas para armarse en Pará. El 18 de marzo de 1853 Whitmore presenta su propuesta de
construcción, ofreciendo mediante la entrega de 75 000 pesos construir dos barcos de
vapor de río del tonelaje antes mencionado, aceptándose dicha propuesta con las
condiciones de que cada vapor tenga montado un cañón de calibre igual al de la fragata
"Amazonas", a fin de que representen en los puertos fronterizos y ríos interiores la
autoridad nacional y que exploren estos ríos, iniciando el comercio fluvial en toda su
longitud, facilitando la comunicación acuática por el Pozuzo y el Huallaga, evitando las
dilaciones y penalidades del camino de aquel entonces existente entre el Departamento de
La Libertad y de Amazonas.
Sobre el destino de estos dos vapores, Mateo Paz Soldán en su "Geografía del Perú" (1862)
describe lo siguiente:
"El río Huallaga: Bastante caudaloso, desciende de las alturas del Cerro de Pasco, es
bavegable por barcos de vapor hasta los Pongos de Chasuta, desemboca en el Marañón
cinco leguas más abajo del puerto de La Laguna. El Vapor Tirado ha surcado ya este río,
desde la unión con el Marañón hasta el puerto de Yurimaguas, sin encontrar embarazo
alguno en él..."
"En el año de 1853 el Gobierno del Perú, queriendo proteger la industria naciente de la
provincia litoral de Loreto, mandó construir a los Estados Unidos dos pequeños vapores, el
Huallaga y el Tirado, con el objeto de facilitar la navegación de los ríos de la provincia que
nos ocupa; pero desgraciadamente por su mala construcción, se perdieron
prontamente, quedando abandonados desde el año de 1856, cuyos restos se
pueden ver todavía sobre las playas de Nauta y de Omaguas..."
Luego de una guerra con Ecuador, en 1861 el Perú contrató la construcción en Inglaterra
de cuatro embarcaciones, los vapores Morona, Pastaza, Napo y Putumayo, los dos últimos
encargados de la exploración y cartografía del Amazonas y los dos primeros destinados al
comercio fluvial interno y al uso militar -en 1860 el tratado de libre navegación con Brasil
fue cancelado-.
Indio con cerbatana
"Esta colonia -Pozuzo- fue fundada por mí mismo en 1857, cuando cometí el error de creer
en la consistencia y en las promesas de un gobierno criollo, que no cumplió sus contratos
sino muy imperfectamente, sobre todo en lo relativo a la construcción de caminos."
Lima, julio 25 de 1853. Debiendo marchar al territorio de Loreto de cuenta del Estado y en
calidad de pobladores los norte-americanos Juan Dimiddie, Alejandro Ros, Jorje Enrique
Hayden, Andrés J. Hazen, Enrique Freeze, Enós Cowles, Jorje Lord, Santiago L.
Davenport, Eliás Kicktor, Guillermo Hogan, Enrique Hardi, J.H. Lee, G. Clark, Isaac N.
Lay, Santiago Smith, Andrés Hathacoay y Juan Bruce: los italianos David Rondaneli y
Agustín Cordiglia: los escoceses Samuel Anderson y Guillermo Muir, y el chileno José
Vildózola, se les concede con arreglo al artículo 168 de la Constitución, la calidad de
ciudadanos por naturalización: expídaseles la correspondiente carta y publíquese. Rubrica
de S.E. – Tirado.
Una vez obtenida la independencia, la entonces joven República del Perú se embarcó en
una corriente que recorría el continente, el tema de la inmigración.
A diferencia de otros países como Estados Unidos, Argentina y Brasil, el Perú presentaba
una geografía accidentada, en donde las planicies o pampas no son muy abundantes. En la
costa del Pacífico, la región con mayores vías de comunicación tanto terrestres como la
ventaja del mar, la norma eran las haciendas, grandes extensiones de terreno dedicadas
generalmente a cultuvos agrícolas y en unos pocos casos, a la ganadería. Esta región
natural del Perú ya se hallaba copada por la oligarquía descendiente de los españoles y por
los nuevos propietarios, generalmente caudillos militares y comerciantes, quienes más que
inmigrantes dispuestos a convertirse en pequeños propietarios, necesitaban mano de obra
barata ("semi-esclava"); los intentos de asentar una colonia en la región fueron funestos,
tanto en el caso de las familias vascas de Talambo como los napolitanos traídos por Tomás
Caivano a Ica, debido a las condiciones que se les imponían, similares a los coolíes,
condiciones que los europeos no aceptaban de ningún modo.
En base a ello se dió la ley del 21 de noviembre de 1832 por la que se estipulaba conceder
gratuitamente a todos los que quisiesen establecerse en la región, peruanos o extranjeros,
los títulos de propiedad de terrenos, desde dos hasta cuarenta fanegadas, de acuerdo a la
capacidad de cultivo que tuviesen los nuevos propietarios. Y para el 25 de enero de 1843 se
le encarga a las autoridades civiles, militares y eclesiásticas del departamento de Junín,
que fomenten y protejan cada una por su parte, la empresa propuesta por el P. Fr. Manuel
Plaza de abrir el camino del Pozuzo a Pasco y de mejorar el del Mairo al Pozuzo,
proporcionando los auxilios necesarios para llevar a cabo estas obras, con miras a un
futuro asentamiento de colonos. El 24 de mayo de 1847 en sesión congresal se votan 100
000 pesos para el reconocimiento de los ríos cuya navegación pueda facilitar las
comunicaciones del interior con el Atlántico, 25 000 pesos para el camino del Cerro de
Pasco al Pozuzo por la montaña de Huancabamba, y 25 000 pesos para el camino de
Huánuco al Mayro.
Dichas expediciones partieron de Lima acompañados del alemán Cosme Damian Schutz, a
la sazón residente (y con carta de ciudadanía) en el Perú quien se hallaba asociado con el
empresario minero Manuel Ijurra, negociando un contrato con el Estado para traer
inmigrantes alemanes. El 1 de junio de 1853 se les expide las cartas de ciudadanía
correspondientes a los europeos Carlos Federico Dominico, Guillermo Baner, Juan Kroger,
Carlos Kuhn, Guillermo Wersh, Federico Wersh, Augusto Forgens, Guillermo Tuppen,
Augusto Kroll, Augusto Lorenzen, Juan Torbom, Juan Mishlenstadt, Luis winterstein,
Cristobal Holz, Guillermo Jakobi, Augusto Hachmeister, Guillermo Dorovends, Federico
Gartner, Guillermo Hanenstein, Juan Wakob, Augusto Gellert, Guillermo Possert, Julio
Enrique Behrens, Federico Bathmann, Guillermo Schsof, Francisco Gruber, Carlos
Botlman, Enrique Locher, Augusto Siegnitz, Federico Brending, José Jungmann, Gustavo
Holzel, Federico Kleefus, Guillermo Reinecke, Carlos Tuhrmann, Adam Jhelsheimer,
Gustavo Enrique Mollard, Antonio Kramer, Carlos Kleist, Juan José Bernard, Tomás
Macvary, Pedro Ripoli, quienes marchaban a colonizar Loreto.
Sobre la ruta y destino de los colonos, Raimondi en su obra de 1862, "Apuntes sobre la
provincia litoral de Loreto" lo siguiente:
Estos colonos salieron de Lima para el Cerro de Pasco, de donde pasaron a Huánuco,
después marcharon a pie hasta Tingo María y bajando por el río Huallaga, se introdujeron
en Tarapoto y Moyobamba. Imagínense ahora los trabajos que habrán pasado, solamente
en el camino de Lima al Cerro, hombres que nunca tal vez, habían montado un caballo y
atravesar la encumbrada cordillera, sin tener la menor idea de que en Perú hay lugares más
fríos que los de Europa de donde venían. Después de esta primera prueba, marchar a pie
por caminos muy escabrosos, bajar el Huallaga con todos sus peligrosos malos pasos, en
pequeñas embarcaciones que se voltean al menor movimiento, sufriendo mil privaciones,
no hallando sino plátanos por alimento, expuestos a las fuertes lluvias y continuamente
atacados por los murciélagos, los mosquitos y los zancudos. El colono que sufre todos estos
trabajos en el camino pierde todas las dulces ilusiones que se había formado del lugar
donde va a establecerse, pensando que tal vez, tendrá que vencer obstáculos mayores, de
los que está pasando en el camino, y como en la ruta que hemos señalado, se va siempre
marchando, de mal en peor, el colono llega a perder todas sus esperanzas y a la primera
ocasión favorable se dispersa. Esto es lo que ha sucedido con las expediciones enviadas en
1853 de las que solo 3 o 4 individuos llegaron hasta Moyobamba.
Río Amazonas
Pero dos años después, el 15 de Julio de 1855, el gobernador general del litoral de Loreto,
Francisco Alvarado, redacta un informe sobre el estado de las colonias al ministro de
estado en el departamento de gobierno, de donde extraigo lo siguiente:
... En contestación y aprovechando de la confianza con que S.E. se digna honrarme, debo
decir a US. que la primera colonia que remitió el gobierno anterior, fue compuesta de
hombres inmorales y corrompidos, que atropellando a las autoridades y maltratando a los
pueblos desde Trujillo hasta este litoral, solo sirvieron para hacer un gasto inconsiderado
al erario nacional, y después de colocarse en el pueblo de Caballo-cocha, adonde fueron
destinados de orden suprema, se ocuparon sólo de destruir aquella población cometiendo
toda clase de excesosm sin que el poder de la autoridad ni la persuación, hubiesen sido
suficientes para inclinarlos al trabajo ni a la más leve industria en el país, hasta que se
marcharon para el Brasil en diferentes fracciones... de 96 individuos que
desgraciadamente ingresaron a estos valles y se situaron en Caballo-cocha, solo ha
quedado un ruso con su esposa, nombrado Augusto Crolk, de ejercicio sastre y hombre de
bien, y un francés nombrado Luis Floré con seis personas de familia, situado en el pueblo
de Pebas, pero hombre inmoral y corrompido...
... La segunda colonia conducida por José Monteza, en número de sesenta individuos, los
más, jóvenes de volante e incapaces de cultivar la tierra, llegaron hasta este punto sin
recursos de ningún género... y hallándose en la imposibilidad de poder trabajar,
contramarcharon por fracciones, ocasionando mil molestias a los pueblos, y sólo ha
quedado en este lugar una desgraciada familia compuesta de seis personas, que no pueden
trabajar en ninguna cosa ni avenirse con el temperamento, ni con las malas comodidades
que este lugar refiere.
Las dos colonias han desaparecido pues, dejando amargos recuerdos en todos estos
lugares, después de haber hecho un gasto considerable al erario nacional, y la mayor parte
de los primeros ha aumentado la población del imperio del Brasil..."
Vemos aquí claramente cómo existe una contradicción entre Arona y Raimondi sobre el
destino de estas expediciones en cuanto al número de colonos que llegaron a su destino (3
o 4 versus 96 y 60), aunque ambas versiones coinciden en el fracaso de este intento
migratorio.
Pese a este infructuoso intento -es discutible achacarlo al caracter o a las "malas
costumbres" de los colonos en contraposición a achacarlo a la escasa o nula previsión del
estado para la colonización- aun el gobierno continuaba sus planes de colonización en la
región de la montaña. Producto de este empecinamiento se originó años después la colonia
tirolesa y prusiana de Pozuzo, la cual estuvo aislada del resto del país prácticamente cien
años y que aun hoy en día es difícil llegar en época lluviosa.
Incluso hasta una fecha tan posterior como 1890, en un informe redactado por Samuel
Palacios sobre la colonización de Caballococha se menciona lo siguiente:
Para el verdadero y sólido progreso del departamento de Loreto y para que el Perú pueda
aprovechar de las inmensas riquezas que se hallan en estas agrestes regiones, es
indispensable que se establezca una gran corriente inmigratoria, que inyectando fuerza y
poderosa savia, convierta al indio en elemento de actividad y lo saque de la gran apatía en
que se encuentra… siempre que se trata de colonizar una región, es indispensable fijarse en
que los inmigrantes puedan fácilmente adaptarse a las condiciones del nuevo país en que
van a residir. Por eso y teniendo en cuenta el clima y demás condiciones de Caballococha
creemos que pueden fácilmente adaptarse allí inmigrantes oriundos de los países
meridionales de Europa y septentrionales del Africa. Esos individuos encontrarían en los
terrenos de Caballococcha condiciones muy análogas a sus lugares de nacimiento y en poco
tendrían que variar su género de vida y costumbres.
Sin embargo, en el siglo XIX también hubieron voces disonantes sobre este proyecto de
colonización amazónica, como la de Manuel Pardo en la Revista de Lima (1860):
"
En otro lugar hemos tenido ocasión de manifestar cuan peligroso y absurdo es dedicar la
inmigración europea a poblar los territorios del Amazonas y cuanto más fácil y racional
sería hacer seguir en el Perú a la inmigración europea el mismo camino que en todas partes
ha seguido, esto es llamarle hacia la parte poblada de nuestro territorio, donde cuenta con
cuantos elementos necesita para ejercer sus industrias y donde al mismo tiempo que es
muy conveniente puede hallar ella misma condiciones de prosperidad más seguras que en
el corazón de nuestras montañas… "
----------------------
(1) Juan de Arona. La inmigración en el Perú (1891)
(2) Carlos Larrabure y Correa. Colección de leyes, decretos, resoluciones y otros
documentos oficiales referentes al departamento de Loreto (1905)
(3) Antonio Raimondi. Apuntes sobre la provincia litoral de Loreta (1862)
(4) Manuel Pardo. Inmigración vascongada. Revista de Lima (Agosto, 1860)
(5) Pedro Gálvez. Proyecto de inmigración al Perú (1872).