Articulo Sobre Actitud Ecologica y Educacion Ambiental

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EDUCACIÓN AMBIENTAL Y ACTITUD ECOLÓGICA EN ESTUDIANTES

DE EDUCACIÓN SUPERIOR

Mary Amelia Cardenas Bustamante

UNIVERSIDAD NACIONAL SAN CRISTÓBAL DE HUAMANGA

RESUMEN

En estos tiempos cuando tenemos conocimiento de la problemática ambiental nace la


interrogante del porque no se evidencia en las acciones del cada día, situaciones del como
desechar o disponer de nuestros residuos en lugares adecuados. Debemos entender que la
Educación Ambiental no sólo se refiere al cuidado del ambiente, sino que, también
debería proporcionar la posibilidad de adquirir valores, actitudes y aptitudes necesarias
para proteger y mejorar la convivencia en nuestro planeta. Motivo por el cual la
Universidad es un escenario básico en el desarrollo de transformación de la sociedad. Es
responsable de transmitir los conocimientos, valores y actitudes que contribuyan a una
educación integral de su alumnado capacitarlos la vida laboral con responsabilidad.
Igualmente debería propiciar en sus egresados los niveles de actitud ambiental que les
permitieran interaccionar con su entorno de manera adecuada.

PALABRAS CLAVE:

Actitud ambiental, ambiental, Educación Ambiental.

ABSTRACT

KEY WORDS:

education denvironmental , denvironmental, attitudes ecological


INTRODUCCIÓN

A escala mundial, se estima que el 23% de las muertes en los países en desarrollo es
atribuible a la contaminación ambiental, contribuyendo además al 80% de las
enfermedades y a un quinto en la incidencia global de cáncer (Organización Mundial de
la Salud y Banco Mundial, 2003).
El problema de la contaminación ambiental afecta con distinta magnitud a los diferentes
países. Sin embargo, los lugares más contaminados del planeta y, por ende, con una
población con escasa conciencia ecológica son Agbogbloshie (Ghana), vertedero de
basura electrónica y principal contaminante de plomo derivado de la quema de cable
eléctrico. El segundo lugar le corresponde a Chernobyl (Ucrania), antigua planta nuclear
y principal contaminante de polvo radiactivo de uranio, plutonio, cesio 137, estroncio-90
y otros metales. El tercer lugar es para Río Citarum (Indonesia), fuente responsable del
80% del suministro de agua de Yakarta y principal contaminante de plomo, cadmio,
cromo y pesticidas. En el cuarro lugar se sitúa Dzershinsk (Rusia), zona industrial y
principal contaminante de numerosos químicos y productos de distintos procesos de
manufactura. En América Latina, Matanza Riachuelo (Argentina), es el octavo lugar más
contaminado del planeta, zona industrial con más de 15 mil empresas que vierten
contaminantes (plomo, zinc, cobre y tolueno) al río que atraviesa 14 municipios (Institute
Blacksmith, 2013).
En Perú, Lima tiene el aire más contaminado de Latinoamérica según reportes de la
Organización Mundial de la Salud (2013) con 38 microgramos de partículas
contaminantes por metro cúbico de aire (µg/m³) de un límite máximo recomendable de
10 por cada metro cúbico. Además, Lima cuenta con un millón
300 mil vehículos (entre buses, cústers, combis y taxis) que tienen un promedio de 16
años de antigüedad. Estas unidades emanan toneladas de gases contaminantes al medio
ambiente, ante la indiferencia de las autoridades gubernamentales.
La Región Ayacucho, no es ajena al problema de la contaminación ambiental y se refleja
en la creciente deforestación, la disposición inadecuada de residuos sólidos, el tratamiento
inapropiado de las aguas servidas, contaminación de los ríos, uso desmedido de
fertilizantes, incremento del parque automotor con vehículos que exceden su vida útil,
entre otros (Ayala, Palomino y Palomino, 2014).
En la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, espacio donde se debería
propiciar la educación ambiental, se observan actitudes ecológicas negativas entre los
estudiantes de las diferentes escuelas de formación profesional documentados por Lope
y Sulca (2013), al concluir que el 42,5% presenta una actitud ambiental indiferente y
25,8% negativa, relacionada con el escaso conocimiento sobre contaminación ambiental.
De igual forma, Laura (2014) entre estudiantes de enfermería de la Universidad Alas
Peruanas, muestra que el 50% presenta una conciencia ambiental de nivel medio. Estas
actitudes negativas de conservación del medio ambiente son reflejo de la débil formación
ambiental en el hogar, la escuela y comunidad, considerando que el conocimiento se
construye socialmente de acuerdo a la teoría sociocultural de Vygotsky (1979).
MARCO TEÓRICO REFERENCIAL O CONCEPTUAL

ANTECEDENTES REFERENCIALES

Vargas, Medellín, Vázquez y Gutiérrez (2011), en la investigación descriptiva “Actitudes


ambientales en los estudiantes de nivel superior en México”, sobre una muestra
intencional de 377 estudiantes universitarios mexicanos de ambos sexos de un rango de
edad de 15 a 47 años de las carreras de Enfermería, Psicología, Salud, Seguridad y Medio
Ambiente, aplicando el cuestionario con escalamiento Likert compuesto por 11 ítems,
con tres opciones de respuesta, determinó que la actitud ecologista bien encaminada
estuvo mayormente representada con el 75,3%, seguida del 22,5% para la categoría
ecologista cuidadoso de la madre tierra y por último con el 2,1% de consumistas
conscientes.

Palvecinos (2014), en la investigación “Preocupación y Conducta Ecológica Responsable


en estudiantes Universitarios: El rol de la Universidad en la Educación Ambiental: Un
estudio comparativo en una muestra de estudiantes universitarios chilenos y españoles”,
muestra estuvo constituida de 237 estudiantes pertenecientes a dos países (Chile n= 88 y
España n=149) correspondiendo la primera sub-muestra a estudiantes de la Universidad
de La Frontera de Temuco y la segunda sub-muestra, a estudiantes de la Universidad de
Castilla-La Mancha, aplicado la escala de actitudes y preocupación ambiental, conducta
e intención de conducta, inclusión con la naturaleza y datos sociodemográficos,
determinó que la conducta pro ambiental de los estudiantes
No presenta diferencias significativas por países, ya que los contextos sí muestran
diferencias considerables, especialmente en relación a la disponibilidad y posibilidad de
ejecución de conductas responsables con el ambiente (por ejemplo en Chile a diferencia
de España, no existe implementado un sistema de reciclaje de residuos o la identificación
de productos ecológicos, de consumo responsable o comercio justo en forma masiva para
la población). En conclusión, el análisis de correlación entre las diversas medidas, puso
de manifiesto que la estructura de las actitudes y preocupación ambiental entre Chile y
España, son similares, con las mismas dimensiones y tipos de conducta.

Rivera (2009), en la investigación “Actitudes y comportamientos ambientales en


estudiantes de enfermería de una universidad pública del Norte del Perú”, sobre una
muestra intencional de 143 estudiantes de enfermería del 1º al 3º año de la universidad
Nacional de Cajamarca, aplicando el cuestionario, determinó que los comportamientos
ambientales más frecuentes son: cerrar el grifo de agua mientras cepillan sus dientes
(72,8%) y no dejar las luces encendidas innecesariamente (70,7%). Participar en
actividades ambientales (10,5%), resultó ser el menos frecuente. En conclusión, los
estudiantes de enfermería aun cuando tienen actitudes ambientales adecuadas, éstas no se
traducen en comportamientos ambientales adecuados, por lo que a sus conocimientos de
los problemas ambientales, las consecuencias en la salud y sobre qué se debe hacer para
darles solución, es necesario sumar políticas y estrategias educativas que promuevan
significativamente conductas ambientales individuales y de participación social.
Lope y Sulca (2013), en la investigación relacional y transversal “Factores
socioculturales relacionados con la actitud ambiental de estudiantes de la Universidad
Nacional de San Cristóbal de Huamanga. Ayacucho – 2013”, sobre una muestra
estratificada de 372 estudiantes de una población de 11196 estudiantes, aplicando la
escala de actitud ambiental y el cuestionario sobre contaminación ambiental, determinó
que el 42,5% presenta una actitud ambiental indiferente, 31,7% positiva y 25,8%
negativa. En conclusión, la zona de procedencia y el nivel de conocimiento sobre
contaminación ambiental fueron factores socioculturales relacionados con la actitud
ambiental de los estudiantes a un nivel altamente significativo (p < 0,05).

Laura (2014), en la investigación descriptiva y transversal “Conciencia ambiental en


estudiantes de enfermería de la Universidad Alas Peruanas. Ayacucho, 2013”, sobre una
muestra intencional de 90 estudiantes de una población de 227 (100%) matriculados en
el año académico 2013 – II, aplicando la escala de conciencia ambiental, determinó que
el 45,6% presenta una conciencia cognitiva media, 46,7% conciencia afectiva media,
55,6% conciencia conativa media y 60% conciencia activa de nivel bajo. En conclusión,
el 50% presenta una conciencia ambiental de nivel medio.

BASES TEÓRICAS

EDUCACIÓN AMBIENTAL

CONCEPCIÓN FILOSÓFICA

La concepción filosófica de la educación ambiental fundamenta su epistemología en el


Pragmatismo o escuela que centra su actividad en la solución de problemas ambientales,
los cuales pueden originarse tanto en el ambiente natural como en
el ambiente sociocultural. En ambos casos, generalmente se produce una repercusión o
impacto, ya sea en forma directa o indirecta y sólo un análisis global y profundo hacia la
solución de los problemas, permite percibir y tratar integralmente estas repercusiones.

Los efectos antrópicos y algunos fenómenos naturales contribuyen a la alteración o


destrucción parcial o total del subsistema ambiente natural. Situaciones como, la
deforestación, la erosión, las inundaciones, los deslizamientos, los derrumbes, la
desertificación y la pérdida de la biodiversidad,

Son ejemplos que demuestran cómo el índice de la evolución social y cultural es más
rápido que el índice de la evolución biológica. En algunas áreas la evolución biológica no
puede resistir los desequilibrios ambientales provocados por la evolución sociocultural.
(Talero y Umaña, 2012)

CONCEPCIÓN AXIOLÓGICA

Considera que la existencia y el bienestar de la especie humana depende de los valores


que tenga la población con respecto a:

 Respeto y consideración por los demás.


 Cuidado y protección por los recursos de la humanidad.
 Apoyo a las acciones que sirven a la humanidad en su conjunto y que mejoran
el medio ambiente.
 El comportamiento de las personas hacia su medio natural y construido,
concebido como la expresión de sus valores y actitudes.
 Una relación ética armoniosa del ser humano hacia su medio ambiente, que
tenga como eje la conservación, el mejoramiento y el desarrollo
 Los valores que poseen los grupos humanos se clasifican en: valor estético,
valor ecológico, valor económico, valor humanístico, valor tecnológico, valor
recreativo y valor científico. (Talero y Umaña, 2012)

CONCEPCIÓN PEDAGÓGICA

La educación ambiental concibe que el conocimiento es importante, porque permite al


individuo descubrir y comprender una serie de hechos, fenómenos, relaciones, conceptos
y sobre todo: llegar a conclusiones, generalizaciones y esbozos de soluciones respecto a
una determinada situación ambiental. Una teoría pedagógica que permite la construcción
de un conocimiento ambiental es la teoría del «aprendizaje significativo» de Novack
(1981).

La Escuela Constructivista de Novak se fundamenta psicológicamente en la necesidad de


estimular los estudiantes para que se responsabilicen de su propia reorganización en la
elaboración conceptual. Se fundamenta epistemológicamente en establecer que el
individuo construya su propia concepción del mundo, la cual debe ir cambiando y
ampliando cuando el individuo capta nuevos hechos.

En el aprendizaje significativo el cerebro humano actúa como centro de aprehensión


cognitiva, como un centro de emociones conscientes e inconscientes donde expresa lo
afectivo y valorativo y como centro de manejo motriz que controla las acciones que
afectan positiva o negativamente el ambiente. Los tres aspectos antes descritos que
distinguen los seres humanos son: el pensar, el sentir y el actuar; los cuales se relacionan
íntimamente con las metas y objetivos de la educación ambiental: crear conocimientos
ambientales, formar actitudes y valores y desarrollar acciones de autogestión.

La Escuela Constructivista desarrolla la técnica del mapa conceptual el cual permite


representar estructuras conceptuales, guiar y evaluar el aprendizaje significativo. Este tipo
de aprendizaje cambia el enfoque memorístico tradicional y se convierte en una
herramienta que permite entender en que momento de la construcción de conceptos está
cada uno de los estudiantes.

El desarrollo humano sostenible se logra con el aprendizaje individual en relación a su


contexto de ambiente natural y social o de interrelación biofísico-psicosociocultural, que
es en si la búsqueda de la educación ambiental. El aprendizaje significativo ocurre cuando
los conceptos del ambiente construyen un sistema de interrelaciones válidos para el
alumno el cual debe enlazar la nueva información a la estructura cognitiva que posee, a
sus actitudes y a su sistema de valores. (Talero y Umaña, 2012)

Por otro lado, los principios de la teoría sociocultural de Vygotsky (1979), pueden
aplicarse en la Educación Ambiental por las siguientes razones (Carrero y García, 2008):

a) Puesto que el conocimiento se construye socialmente, es conveniente que los planes


y programas diseñados para la formación ambiental incluyan en forma sistemática la
interacción social, no sólo entre los grupos participantes y el mediador, sino entre estos
con los diversos grupos poblacionales que conforman la comunidad;
b) La zona de desarrollo próximo de los individuos debe ser considerada dada la
posibilidad de aprender con el apoyo de los demás. En este sentido el mediador debe
conocer las competencias de los individuos para enfrentar la situación objeto del
aprendizaje, a fin de planificar la atención para que los sujetos puedan progresar
gradualmente en su desarrollo próximo;

c) Si el conocimiento es construido a partir de la experiencia, es conveniente introducir


en los procesos de formación ambiental el mayor número de éstas;

d) Debe irse más allá de la explicación teórica, incluyendo actividades prácticas como
el trabajo de campo, las visitas guiadas y estrategias para la solución de problemas, ya
que el ambiente de aprendizaje tiene mayor relevancia que la explicación o mera
transmisión de información;

e) Si el aprendizaje o construcción del conocimiento se da en la interacción social, la


enseñanza, en la medida de lo posible, debe situarse en un ambiente real, en situaciones
significativas;

f) El diálogo entendido como intercambio activo entre locutores es básico en el


aprendizaje, desde esta perspectiva, el aprendizaje colaborativo en grupos y equipos de
trabajo debe fomentarse;

g) Es importante proporcionar a los individuos oportunidades de participación en las


diferentes etapas que comprende el programa.

h) En el aprendizaje o la construcción de los conocimientos ambientales, la búsqueda, la


indagación, la exploración, la investigación y la solución de problemas juegan un papel
importante.
OBJETIVOS DE LA EDUCACIÓN AMBIENTAL

Para Bedoy (1997), el objetivo de la educación ambiental es restablecer las condiciones


de interacción de los seres humanos entre sí y de éstos con la naturaleza, de modo que se
oriente el quehacer desde una perspectiva globalizadora, crítica e innovadora, que
contribuya a la transformación de la sociedad. Se requiere una propuesta educativa propia,
que especifique el cómo, el cuándo, el dónde y el a través de qué; esto es lo que debe ser
redefinido en la educación ambiental, es decir, un planteamiento pedagógico, que
trascienda la visión formal y escolarizada de la educación ambiental y permita su
desarrollo en contextos no convencionales que favorezcan la formación ambiental de la
población para incorporarlos de manera activa en la solución de los problemas
ambientales de su comunidad.

El objetivo de la Educación Ambiental a largo plazo es contribuir a que los ciudadanos


lleguen a estar informados en materia medio ambiental y, sobre todo,

preparados para trabajar, individual o colectivamente, por la consecución y/o


mantenimiento de un equilibrio dinámico entre calidad de vida y calidad de Medio
Ambiente. Este tipo de Educación Ambiental procura desarrollar (Ruiz, 2013):
a) Conciencia. Ayudar a las personas y a los grupos sociales a que adquieran mayor
sensibilidad y conciencia del Medio Ambiente en general y de los problemas conexos;

b) Conocimientos. Ayudar a las personas y a los grupos sociales a adquirir una


comprensión básica del Medio Ambiente en su totalidad, de los problemas conexos y de
la presencia y función de la humanidad en él, lo que entraña una responsabilidad crítica;

c) Actitudes. Ayudar a las personas y a los grupos sociales a adquirir valores sociales
y un profundo interés por el Medio Ambiente, que los impulse a participar activamente
en su protección y mejoramiento;

d) Aptitudes. Ayudar a las personas y a los grupos sociales a adquirir las aptitudes
necesarias para resolver problemas ambientales;

e) Capacidad de evaluación. Ayudar a las personas y a los grupos sociales a evaluar


las medidas y los programas de Educación Ambiental en función de los factores
ecológicos, sociales, estéticos y educacionales;

f) Participación. Ayudar a las personas y a los grupos sociales a que desarrollen su


sentido de responsabilidad y a que tomen conciencia de la urgente necesidad de prestar
atención a los problemas del Medio Ambiente, para asegurar que se adopten medidas
adecuadas al respecto.

Los principios de la Educación Ambiental, incluye los siguientes aspectos (Alarcón y


Vega, 2010):
a) Visión socio ambiental. Incorpora en el diseño y operación de sus actividades, la
reflexión y discusión sobre las actividades antropocéntricas;

b) Ética personal y social. Vista desde la doble dimensión; Personal y cotidiana, y la


social, elimina la falsa disyuntiva entre la necesidad y pertenencia promoviendo cambios
en los hábitos y costumbres personales cotidianos, e incidiendo en los procesos sociales;
y

c) Educación integral crítica. Los procesos educativos no deben restringirse a la


transmisión de información y a crear acerbo de conocimientos, sino al desarrollo de
habilidades técnicas y de razonamiento; asumiendo una actitud crítica frente a los
comportamientos y valores personal y colectivo.

CARACTERÍSTICAS DE LA EDUCACIÓN AMBIENTAL

En cuanto a las características de la Educación Ambiental, Alarcón y Vega (2010)


consideran las siguientes:

a) Problematizador. Se orienta hacia un tema o problema ambiental. Utiliza los conflictos


del entorno como centros de interés para el aprendizaje. Cualquier problema ambiental
plantea no sólo una cuestión ecológica sino también una cuestión ética, económica,
política, social;

b) Interdisciplinaria. El enfoque interdisciplinario es un requisito indispensable para la


enseñanza relativa al Medio Ambiente. Ir abandonando la idea de disciplinas cerradas
sobre sí mismas y concebirlas como instrumentos para la interpretación resolución de los
problemas del medio; y

c) Globalizadora. Se refiere a la gran variedad de contribuciones que se necesitan para la


solución de problemas ambientales.

TIPOS DE EDUCACIÓN AMBIENTAL

La literatura bibliográfica reporta los siguientes modelos (Varas, 2010):

a) Conservacionista. Su interpretación es conservar especies y su hábitat natural no


toma en cuenta las necesidades y condiciones sociales, económicas y culturales de
poblaciones humanas.

b) Biologista. Transmite solo conocimiento biológico o ecológico a los educandos en


el supuesto incremento de información, disminuye la actitud negativa, no incorpora los
factores socio económico de la problemática ambiental.

c) Sustentable. Promueve acciones individuales y colectivas que promuevan el


desarrollo sustentable.

ACTITUD ECOLÓGICA

Una actitud es una orientación relativamente duradera hacia un objeto o experiencia


(Schellnberg, 1993). Berkowitz (1972) propone dividir en categorías las definiciones con
base en tres características básicas. Existen varios grupos los cuales han desarrollado
ciertas definiciones para lo que es actitud, algunas de estas definiciones son: actitud es
una evaluación o una reacción efectiva, característica principal de una actitud la
disposición de actuar de cierto modo; mezcla de tres componentes: el afectivo, el
cognoscitivo y el conductual; disposiciones de respuesta similares a cualquier otra
disposición que sirva de base a un a ejecución aprendida.

Por otra parte, Campbell (1963) propone clasificar las distintas definiciones de actitud en
dos categorías: Conductistas (disposiciones de respuesta a cualquier disposición que sirva
de base a una ejecución aprendida). Cuasi-fenomenológicas (considera tres componentes
fundamentales: afectivos, conductuales y cognoscitivos).

Las actitudes han sido consideradas ya sea como preparación mental o como
predisposiciones implícitas que ejercen una influencia general y continua en muchas
respuestas evaluativos. Las actitudes son, por lo tanto internas, eventos privados cuya
existencia inferimos de nuestra propia introspección o de alguna forma de evidencia
conductual, cuando se expresan abiertamente en palabras o en obras. Una actitud
verbalizada se llama opinión (Zimbardo, Ebbesen, Maslach, 1982).

En lo que respecta al problema del medio ambiente comenzó a trabajarse bajo la óptica
de lo que se conoce como Psicología Ambiental, aunque el enfoque inicial de esta
tendencia se centraba en estudiar la influencia del entorno sobre el comportamiento
(Wohlwill, 1970). Hoy día, el estudio de la relación que se establece entre la especie
humana y la naturaleza es más rica en matices ya que se tiene en cuenta un conjunto de
variables que se suponen determinantes en el comportamiento que desplegamos hacia el
medio ambiente. El estudio de los valores ecológicos, las actitudes ecológicas, la
importancia atribuida a la naturaleza así como ciertas variables sociodemográficas han
cobrado importancia a la hora de explicar nuestro comportamiento respetuoso hacia el
entorno.
Desde la Psicología Ambiental, Holahan (1991:15) las definió como “los sentimientos
favorables o desfavorables que se tienen hacia alguna característica del medio o hacia
un problema relacionado con él”; por su parte, Taylor y Todd (1995), entienden la actitud
ambiental como un determinante directo de la predisposición hacia acciones a favor del
medio.

Respecto a los valores ecológicos, se han propuesto que las actitudes hacia el medio
ambiente dependen del antropocentrismo y del ecocentrismo, dos formas de valorar la
naturaleza que influyen diferencialmente sobre la conducta ecológica (Thomson y Barton,
1994).

Las personas en las que predominan los valores ecocéntricos (espiritualistas, biosféricos
o morales) establecen que la naturaleza es un bien valioso en sí mismo, y ese es el motivo
primordial para protegerla. Por su parte, las personas

en las que predominan los valores antropocéntricos (instrumentalistas, utilitaristas o


sociales-altruistas) consideran que el principal motivo para conservar la naturaleza estiba
en la necesidad de legar un ambiente saludable a la próxima generación. Así pues, las
personas ecocéntricas tenderían a considerar que la naturaleza se debería conservar por el
bien del resto de los seres vivos del planeta, mientras que las antropocentristas piensan
que se debería de conservar para el disfrute de la especie humana. Se ha encontrado que
existe una relación entre los valores ecológicos y la actitud hacia el medio ambiente
(Hernández, Suárez, Martínez y Hess, 1997) y que los valores ecocéntricos tienden a
favorecer conductas ecológicas responsables como el reciclaje mientras que los valores
antropocéntricos tienden a inhibirlas (González y Amérigo, 1999; Pato, Ros y Tamayo,
2005). No obstante, aunque los conceptos de ecocentrismo y antropocentrismo son de
utilidad para entender el comportamiento y las actitudes hacia el medio ambiente; se ha
sugerido que podrían establecerse diferentes topologías de antropocentrismo en función
de si la conducta afecta al individuo o a la sociedad (Schultz y Zelezny, 1999).

Por otro lado, la actitud positiva hacia el medio ambiente ha sido relacionada con un
mayor grado de compromiso conductual hacia la naturaleza (Fraj y Martínez, 2007;
González y Amérigo, 1999; Pato et al, 2005). Sin embargo, la relación entre actitud y
comportamiento ecológico es delicada (p. e. Hernández y Suárez, 2006; Pardo, 2006), ya
que manifestar una actitud ecológica tiene una alta deseabilidad social, mientras que los
comportamientos ecológicos son más difíciles de registrar y los auto informes son
sensibles a ser contaminados por la deseabilidad social (De Castro, 2002).

Stern y Oskamp (1987), sostienen que aunque todavía no se conoce con certeza si las
actitudes hacia el medio ambiente son variadas o si existe una preocupación o actitud
ambiental general, se puede sostener de algún modo la existencia del constructo
“preocupación ambiental”. Con el objetivo de entender este constructo, los autores
plantean un modelo teórico de preocupación ambiental basado en tres orientaciones de
valor: biosférica, altruista y egoísta. Las actitudes ecológicas surgirían de orientaciones
de valor que reflejarían preocupación por la biósfera, por otras personas y por uno mismo,
respectivamente. La preocupación de un individuo por el medio ambiente podría estar
basada en valoraciones ecológicas, altruistas y egoístas, lo que en cierto modo explicaría
que prácticamente todos los sujetos expresen actitudes favorables hacia el medio
ambiente.

FORMACIÓN DE LAS ACTITUDES


La experiencia directa es uno de los factores más poderosos en la creación de actitudes o
en la influencia sobre ella, a partir de esto, generalizará con actitudes positivas o negativas
dando lugar a un comportamiento futuro. Entre otros factores que modifican y crean
actitudes está el efecto de la comunicación. Esta puede provenir de los padres quienes
dicen que está bien o mal, cómo comportarse y como sentirse ante situaciones
relacionadas con la actitud (Whitaker, 1988).

COMPONENTES DE LAS ACTITUDES

Martín-Baró (1989) dimensionan las actitudes de la siguiente manera:

COMPONENTE COGNITIVO: es el conjunto de datos e información que el sujeto


sabe acerca del objeto del cual toma su actitud. Un conocimiento detallado del objeto
favorece la asociación al objeto. Dado esto, si podemos inducir cambios en los
conocimientos que una persona tiene acerca de algún objeto social, es probable que
produzcamos un cambio en los sentimientos y la manera de actuar que dicha persona
muestra ante tal objeto.

COMPONENTE AFECTIVO: es el conjunto de sensaciones y sentimientos que dicho


objeto produce en el sujeto. Y este mismo sujeto puede experimentar distintas
experiencias con el objeto, estas pueden ser positivas o negativas. No sobra mencionar
que afectos y cogniciones tienden a estar en armonía y que si uno de esos elementos
cambia, quizá cambie el otro. Un ejemplo de lo mencionado es cuando los que antes eran
nuestros enemigos, se han vuelto amigos y viceversa. Esto debido a que cuando sucede,
el cambio en el afecto liberará una búsqueda de apoyo cognoscitivo que esté en armonía
con el sentimiento modificado. En la nueva amistad surgen una variedad de cosas buenas,
mientras que en la enemistad surgen cosas malas. No sólo el afecto y el conocimiento
tienden a estar en armonía cuando se está trabajando de actitudes, sino también la actitud.
Por consiguiente si modificamos los elementos afectivos y cognoscitivos de una actitud,
es probable que la conducta cambie.

COMPONENTE CONATIVO:

CONCLUSIÓN

La Educación Ambiental es un recurso de aprendizaje que conduce al desarrollo de


actitudes y valores con respecto al ambiente estos conceptos deben socializarse y
plasmarse en el actuar de todo estudiante universitario.
Son importantes tener conocimiento claro de actitud ecológica ya que esta evidencia
nuestro conocimiento, nuestros sentimientos y conducta en el respeto a nuestro medio
ambiente.
La educación ambiental y la actitud ecológica merece un trabajo de investigación
experimental para encontrar los factores que influyen en nuestro contexto que evidencien
nuestro conocimiento y encontrar una respuesta del porque no se da en la práctica en la
vida diaria.

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