Mapas, Secciones Geológicas e Informe
Mapas, Secciones Geológicas e Informe
Mapas, Secciones Geológicas e Informe
Si nos encontramos en un lugar desconocido del mapa, la resección a dos puntos del
terreno que figuren en el mapa como el caso anterior, indicará nuestra posición en la
intersección de ambos (Fig. 15-5). La medida del acimut a un tercer punto permitirá
nuevamente comprobar el grado de precisión en la ubicación del punto. Si las tres líneas se
cortan en un punto, ese es el lugar donde estamos. Es posible que las tres líneas no se corten
en un punto, sino que formen lo que se
conoce como un triángulo de error. Una
segunda determinación más cuidadosa
de los acimuts medidos, permitirá
achicar el triángulo de error o en su
defecto la medida a un cuarto punto (Fig.
15-5).
Una vez orientado el mapa base, se pueden marcar acimuts sobre él también con el uso de
la brújula como se ilustra en la figura 15-7, aunque lo más práctico es volcar los datos
estructurales (acimut e inclinación de estratificación, fallas, diaclasas, ejes de pliegues) con un
transportador ayudándonos con la grilla de coordenadas (recordar corregir los datos por la
desviación magnética).
El método para volcar un acimut en un punto del mapa es el siguiente: 1) colocar la punta
del lápiz en el punto donde se debe volcar el acimut, 2) apoyar el trasportador sobre la punta
del lápiz (Fig. 15-8), 3) deslizar el transportador hasta que su centro coincida con la línea
vertical de la cuadrícula más cercana (flecha amarilla en la figura 15-8), 4) mover el
transportador (manteniéndolo apoyado sobre el lápiz) de manera que su centro se deslice
sobre la línea vertical de cuadrícula hasta que ésta marque sobre el transportador el acimut
buscado (143o en el ejemplo de la figuran, flecha roja), 5) trazar el acimut.
Anotaciones en la libreta
La libreta de campo es el complemento escrito del trabajo de mapeo. Allí constarán todas
las observaciones realizadas: las descripciones de las rocas, las relaciones entre las distintas
unidades litológicas mapeadas, los datos estructurales, las ideas que vayan surgiendo durante
el desarrollo del trabajo y su evolución a medida que el conocimiento de la zona relevada
progresa.
Las notas en la libreta deben ser volcadas de manera prolija. Un buen ejercicio mental, es
pensar que estamos escribiendo la libreta para que sea leída por otra persona. Las
anotaciones deben ser claras y concisas, frecuentemente nos damos cuentas que en
ocasiones esto no ha sido así cuando revisando viejas libretas y, por no recordar claramente
las circunstancias en que hicimos la anotación, no entendemos que quisimos decir (ni que
pensar si la lee otra persona). Por otra parte, recordar que si el trabajo se hace para una
empresa, tanto el mapa de campo como la libreta pertenece al empleador y posiblemente las
notas sean consultadas en el futuro por colegas que sigan trabajando en el área.
En la primera página, además de señalarse nuestro nombre y dirección postal, teléfono y
correo electrónico (para que pueda ser devuelta en caso de extravío) debería constar:
- El título del proyecto y fecha.
- El nombre del o los ayudantes o de los colegas participantes del trabajo si este se hace en
grupo.
- Los nombres de los lugareños a los que deberemos contactar para ingresar a la zona de
trabajo (eventualmente sus teléfonos o direcciones electrónicas si residen en la ciudad).
- El recorrido que se siguió para llegar al área y el tiempo empleado.
- El valor de la declinación y desviación magnética en la zona de trabajo.
- El sistema de coordenadas planas y datum utilizados en el mapa y GPS.
- Y muy importante!! Consignar que tipo de notación de rumbo o acimut/inclinación
usaremos y si tomaremos los datos estructurales con la brújula corregida por la
desviación magnética o no.
Lo más recomendable (opinión personal HE) es tomar los datos estructurales con la brújula
sin corregir y corregirlos en el momento de construir la tabla de rumbo/inclinación en el Sistema
de Información Geográfico que se usará para hacer el mapa final.
No ahorrar tiempo en el momento de las descripciones de todos los rasgos geológicos
relevados en general y particularmente en las descripciones litológicas (no confiar en nuestra
memoria). El informe final o la memoria que acompaña el mapa normalmente se hace en la
ciudad, a cientos o miles de km de la zona de trabajo, la información que no levantamos en el
campo, en la mayoría de los casos, no podrá recuperarse.
Comenzar cada día de mapeo anotando en la libreta la fecha (¡que incluya el año!), las
condiciones climáticas y cualquier otra referencia que luego nos permita. Se deben numerar las
fotos y notarlas o subrayarlas con otro color para poder identificarlas rápidamente, lo mismo
con las muestras litológicas. En una libreta que reúna notas de muchos días de trabajo,
encontrar esta información puede demandar más tiempo del que estamos dispuestos a
emplear. No ahorrar en fotografías (sobre todo las digitales), es preferible descartar fotos que
lamentarse, a la hora de ilustrar el informe, por no haberlas sacado. No olvidar poner algún
objeto fácilmente identificable como escala.
Muchas observaciones podrán registrarse más adecuadamente haciendo un bosquejo o
croquis que mediante un texto. La facilidad para hacer bocetos razonablemente representativos
y agradables a la vista es una talento innato (Fig. 15-9), no fácil de adquirir, hay que ser
perseverantes.
Figura 15-9. Perfiles esquemáticos de una libreta de campo del Dr. Alfredo Cuerda. Geología de los alrededores de
Jachal, provincia de San Juan levantados en 1945.
El mapa final
En el mapa final se compilarán todo los datos del mapa de campo más la nueva información
obtenida luego de procesar las muestras de roca y la determinación de fósiles.
Tradicionalmente el mapa final se dibujaba en un tablero sobre papel vegetal calcando el mapa
de campo. Se trazaba la grilla de coordenadas con paralelógrafo y escuadra o regla T, las
Tabla 15-1
Detalles de la localidad Identificación del lugar de observación (puede ser alfanumérico), ubicación
(coordenadas de GPS), fecha, hora y estado del tiempo.
1) Identificación de la unidad de roca (puede ser nombre formal o de campo)
y mediciones estructurales (acimut, inclinación, clivaje, etc.). 2) Descripción
litológica, mineralógica y textural (determinación de la polaridad). 3) En las
facies conglomerádicas identificación litológica de los clastos. 4) Descripción
En rocas sedimentarias de estructuras sedimentarias (dibujar esquemáticamente o tomar
fotografías). 5) Medición de estructuras que permitan determinar las
paleocorrientes (con las observaciones recopiladas se podrán trazar
diagramas de rosas). 6) Identificar y describir fósiles (si los hubiera),
orientación, preservación, etc. 7) Identificar facies presente, asociaciones de
facies y repeticiones. 8)
1) Identificación de la unidad de roca (puede ser nombre formal o de campo).
2) Relaciones de campo (intrusiva, extrusiva, por falla, etc.). 3) Grado de
En rocas ígneas meteorización (fresca, alterada). 4) Composición mineralógica, textura y
fábrica (presencia de flujo, estructura cumular, presencia de enclaves, etc.).
5) En el caso de diques, además, determinar posición estructural y
dimensiones.
1) Color general. 2) Tamaño de grano (fino, medio, grueso) y la uniformidad
En rocas metamórficas del mismo (homogéneo, heterogéneo). 3) Los elementos de la fábrica
(planos y líneas). 4) Los minerales (relación entre porfiroblastos y matriz) y
las texturas. 5) Identifica y medición de S0 y S1.
Tipo de fallas, rumbo e inclinación del plano o zona de falla. Dirección y
Fallas sentido de movimiento. Rechazos en el caso que se puedan medir.
Descripción de los productos de la zona de falla, brechas, jaboncillo o
espejos de fricción.
Posición del plano axial, acimut e inclinación de flancos, valor del plunge o
buzamiento del eje, vergencia. Parte del plegamiento de las sedimentitas
surgirá del mapeo de la posición de los estratos. Para poder hacer una
Pliegues correcta interpretación de la estructura y por lo tanto de su deformación, es
recomendable que figure en el mapa al menos un dato de rumbo e
inclinación de la estratificación por cada 5 cm2 en el mapa, (esto es una
regla general e independiente de la escala).
Diaclasas Deberán medirse al menos unas 50 diaclasas para poder hacer inferencias
estructurales.
líneas se entintaban con una lapicera que contaba con puntas de distintos grosores, desde 0,1
a 2 mm (tipo Rotring®). Las letras se dibujaban con plantillas llamadas letrógrafos y el mapa se
pintaba con lápiz. El avance tecnológico ha permitido que actualmente los mapas se dibujen en
computadora con software de dibujo artístico tipo Corel Draw o Acrobat Illustrator o software de
dibujo técnico como AutoCad, ArcGis, MapInfo o QGis (estos últimos tres son Sistemas de
Información Geográficos y el QGis es software libre).
El dibujar el mapa final en computadora tiene varias ventajas, permite hacer correcciones
mientras se construye, se pueden elegir entre distintas fuentes de letra, líneas y colores, su
edición mediante un plotter asegura una alta calidad de impresión y la posibilidad de hacer
múltiples copias.
Existen dos maneras de trasferir el dibujo del mapa de campo al mapa final: a) escaneando
el mapa de campo, importándolo como un archivo raster en una nueva capa en el software de
dibujo, escalarlo, georeferenciarlo y digitalizarlo en varias capas vectoriales de puntos líneas o
polígonos de distintos atributos: red de drenaje, contactos litológicos, datos estructurales, etc,
y b) lo más probable es que si el mapa base fue una imagen satelital, el mapa geológico
comenzó a levantarse durante la interpretación de la imagen, previamente al trabajo de campo,
resultará relativamente sencillo completar el mapa final teniendo el mapa de campo a la vista.
Como se indicó anteriormente, si se tomaron las coordenadas de los puntos donde se
obtuvieron datos de rumbo e inclinación, tanto en AutoCad como en los software de GIS, se
puede construir una tabla para volcar los datos estructurales en sus posiciones precisas.
Hay que recordar que el mapa en la computadora no tiene escala, se puede agrandar o
achicar cuanto uno quiera. Es importante entonces, al elegir el tamaño de las letras o el de los
símbolos, tener presente la escala final en el que el mapa será impreso. En el Anexo IV se
muestran los principales símbolos geológicos aceptados internacionalmente y los tamaños que
deberían tener una vez impresos.
Recordar incluir en el mapa final los accidentes geográficos que serán citados en el texto del
informe o memoria explicativa del mapa, de ser posible usando la toponimia del lugar.
Las curvas de nivel deben dibujarse con una equidistancia adecuada y en color gris de
manera que no enmascaren los datos geológicos. El Servicio Geológico de los Estados Unidos
recomienda que las curvas de nivel se dibujen con líneas de 0,25 mm, con un gris 40% negro y
los valores de las curvas en el mismo gris en letra Arial tamaño 6 pt.
Las unidades litológicas estarán representadas en el mapa por distintos colores que,
elegidos adecuadamente, harán que este sea atractivo a la vista y represente claramente la
geología relevada. En los mapas regionales los colores de las unidades litoestratigráficas, de
ser posible, deberían adecuarse a los sugeridos por la Commission for the Geological Map of
the World (ver Anexo IV). Si existiera un grupo de rocas de la misma edad, puede añadirse al
color una rastra, por ejemplo “v” para rocas volcánicas, “o”, puntos, o líneas para rocas
sedimentarias (Fig. 15-10), teniendo el recaudo de no recargar demasiado el relleno. En mapas
con muchas unidades litológicas, con colores en una misma gama, es conveniente agregar de
manera dispersa sobre el polígono coloreado una etiqueta para evitar confusión (números
correlativos, letras o las abreviaturas de los períodos) que figurará también en las referencias
(Fig. 15-10).
Figura 15-10. A la izquierda porción de la Hoja Geológica 4766 III Puerto Deseado (Giacosa et al. 1998). Cada unidad
litológica posee una etiqueta sobre el polígono en el mapa, que figura también en las referencias sobre la unidad
litoestratigráfica (centro), cuya denominación y característica general se muestra a la derecha.
Además, como norma general, se puede agregar que las áreas grandes deberían
colorearse con colores claros, reservando los oscuros para zonas pequeñas. Por otra parte, es
tradicionalmente aceptado que algunas litologías tengan colores definidos: rojo para las rocas
volcánicas, rosa para las rocas plutónicas, púrpura para rocas ultramáficas o azul para calizas.
Si el área cubierta por una unidad litológica fuera tan pequeña que no pueda ser
representada de acuerdo a la escala elegida, debe ser indicada en el mapa con una etiqueta
(por ejemplo un círculo con una cruz centrada) y agregada en las referencias.
Referencias
Las unidades litológicas del mapa normalmente se muestran en las referencias dispuestas
verticalmente y, por convención, ordenadas desde las más antiguas de abajo hacia arriba.
Pueden presentarse como una columna estratigráfica (Fig. 15-10) o con rectángulos separados
(Fig. 15-15) con el nombre de la unidad, formal o informal. Además puede figurar información
sobre la edad estratigráfica de las formaciones, indicando entre llaves el conjunto de litologías
de una misma edad o como se muestra en la figura 15-10.
El resto de las referencias geológicas, tipo de contactos, símbolo de rumbo/inclinación,
símbolos de tipo de pliegues, etc., suelen colocarse por debajo y alineados con les referencias
litológicas o dentro de un recuadro como se muestran en la Hojas Geológica a escala
1:250.000 de la República Argentina. Dentro de otro recuadro se pondrán los símbolos
cartográficos (Anexo IV).
Una flecha (sencilla, los software GIS suelen ofrecer una muy amplia gama de posibilidades
de símbolo de Norte, descartar las muy barrocas) debe indicar la posición del norte verdadero o
geográfico, especialmente si el mapa no está orientado al norte. Es conveniente también
presentar un gráfico con el norte geográfico, norte de cuadrículas y la posición del norte
magnético en el momento en que fue levantado el mapa, consignando el valor de la
declinación, la variación anual y la convergencia (ángulo entre el norte geográfico y norte de
cuadrícula) (Fig. 15-12).
Secciones Geológicas
A modo de recordatorio se enumeran aquí los pasos a seguir para dibujar una sección a
partir de los datos topográficos y geológicos de un mapa. La traza del perfil, sobre todo en
dominio de rocas sedimentarias, debe hacerse lo más perpendicular posible al rumbo de los
contactos litológicos. Una vez definida la traza, deben marcarse con una rastra sus extremos
en el mapa, identificando cada uno con una letra para que el lector del mapa pueda reconocer
la correspondencia del perfil (en cuyos extremos figurarán esas mismas letras, Fig. 15-15). Se
dibuja luego la línea de base del perfil a la escala del mapa. Para representar la topografía se
miden en el mapa las distancias desde uno de los extremos del perfil hasta la intersección del
mismo con las curva de nivel. Desde cada uno de estos se levanta una normal desde la línea
de base cuya altura corresponda a la cota de la curva de nivel, a la misma escala horizontal del
mapa. Los contactos geológicos, fallas, discordancias y cualquier otro rasgo planar se
trasladan de la misma manera a la línea de base, obteniéndose su posición en el perfil
mediante la intersección de una normal a la base con la superficie topográfica. En cada uno de
estos puntos se dibujan los planos geológicos con su inclinación verdadera o aparente según
sea la traza del perfil normal o no a la superficie geológica.
Al extender los contactos en el subsuelo, se deben tener recaudos, ya que las superficies
suelen ser curvas y extenderlas de manera descuidada puede llevar a interpretaciones
erróneas y a inconsistencia con la geología de superficie. En aquellos mapas dibujados en
computadora, los programas suelen entregar secciones topográficas con solo indicar los
extremos en el mapa.
Cuando la traza del perfil no corta de manera normal el rumbo de las capas, las
inclinaciones de estas serán en esa traza, inclinaciones aparentes, por lo tanto, las
inclinaciones verdaderas deben corregirse para ser volcadas al perfil.
Una vez elegida la línea del perfil según una traza dispuesta de manera lo más
perpendicularmente posible al rumbo de las capas, se proyectan los contactos paralelamente a
los rumbos hasta cortar la traza y en el punto de intersección se vuelcan las inclinaciones. En la
figura 15-15a, se ilustra un caso donde los afloramientos están dispersos, parcialmente
cubiertos, eligiéndose la línea AA’ como la traza más adecuada para representar el corte. En el
caso que los rumbos se aparten de la perpendicularidad con traza de perfil (Fig. 15-15b) se los
proyecta hasta cortar a esta y allí se vuelcan las inclinaciones corregidas, en el ejemplo de la
figura 15-15b, las inclinaciones verdaderas de 30° corresponden a inclinaciones aparentes de
26°.
Figura 15-15. a) Rumbos perpendiculares a la traza del perfil. En gris se representan las áreas afloradas. b)
Rumbos oblicuos a la traza del perfil donde fueron corregidas las inclinaciones.
Cuando los rumbos de las capas son variables, como se muestra en la figura 15-16, donde
las capas posiblemente correspondan al flanco de un pliegue buzante, la proyección de los
rumbos a la traza del perfil como se indicó anteriormente, puede producir un adelgazamiento
según una geometría poco probable como se ilustra en la figura 15-16a. Una solución más
adecuada en este caso, es aplicando el método de Busk, que consiste en trasladar el rumbo
con un compás desde el punto donde se corta la proyección de la dirección de inclinación con
la traza del perfil (Fig. 15-16b). En este caso se volcarán las inclinaciones verdaderas.
Como se recordará del Capítulo 10, la inclinación de un plano geológico se mide en una
sección vertical normal a su acimut o rumbo. La medida en cualquier otra sección no
perpendicular al acimut dará un valor de inclinación aparente menor al verdadero. La relación
entre inclinación verdadera y aparente es importante a la hora de realizar perfiles. Cuando la
traza de un perfil no corta de manera normal el rumbo de las capas, las inclinaciones en esa
traza serán inclinaciones aparentes, por lo tanto las inclinaciones verdaderas deben corregirse
para ser volcadas al perfil.
La relación entre la inclinación verdadera y la inclinación aparente, función del desvío de la
traza del perfil respecto a la dirección de inclinación verdadera o al rumbo de las capas, se
indica a continuación.
Supongamos que se hace un perfil que corta al estrato gris de la figura 15-17a de
inclinación i. Si la traza del perfil se ubica en la dirección AA`, la inclinación de la capa que
volcaremos en el mismo es la inclinación verdadera ya que la traza es normal al rumbo de la
capa (Fig. 15-17b). Supongamos ahora que se corta la capa según un perfil cuya traza tenga la
dirección BB`, ¿cuál será la inclinación aparente de la capa que se debe volcar al perfil?
Figura 15-17. a) Bloc diagrama donde se muestra la traza de un perfil (BB’) que no es normal al rumbo de la capa.
b) Inclinación real i del plano en la traza AA’ normal al rumbo. c) Inclinación aparente φ en la traza BB’.
En el triángulo OPQ
tg i = PQ / OP
PQ = tg i * OP (1)
En el triángulo OTR
sen b = TR / OR
OR = OP / sen b (2)
En el triángulo ORS
tg f = RS / OR
como RS = PQ tg f = PQ / OR (3)
Donde i = inclinación verdadera
f = inclinación aparente
acimut de la capa, conocemos el ángulo m entre la traza del perfil y el RBZ de la capa (Fig. 15-
18b):
f = arc tg (tg i cos m)
Otra manera de obtener la inclinación aparente de un plano es mediante el uso del ábaco de
Tangier Smith (Fig. 15-19).
Para obtener una inclinación aparente se debe encontrar la intersección entre la línea
vertical que representa la inclinación verdadera y la línea inclinada del ángulo de desviación
entre el rumbo y la traza del perfil. Se traza una recta que una el vértice del ángulo de 90° (eje
de inclinación verdadera) con la intersección mencionada que cortará al arco del ábaco en el
valor de inclinación aparente.
El caso del ejemplo anterior está marcado
con líneas verdes, una inclinación verdadera
de 50° con un ángulo de desviación de 45°
origina una inclinación aparente de39°.
En algunas ocasiones, para que los rasgos geológicos resulten más evidentes, los perfiles
suelen representarse sobrealzados, es decir con una escala vertical 2 o 3 veces más chica que
la escala horizontal. Cuando se construye un perfil según una escala vertical exagerada, se
debe tener el recaudo de corregir las inclinaciones de las capas y fallas (Fig. 15-20).
Figura 15-20. Arriba perfil geológico construido con datos de afloramientos y pozos. Abajo, el mismo perfil sobrealzado
con la escala vertical exagerada 3 veces. Observar el incremento en los valores de inclinación de las fallas.
Informe geológico
Introducción
Presentación del informe, objetivos, tiempo invertido, metodología, instrumental, ubicación
de la zona mapeada y accesos a la misma, fisiográficas de la región. Puede incluir un mapa de
ubicación.
Metodología
Esta sección es opcional. Aquí pueden describirse los detalles acerca de los métodos
utilizados en la adquisición de los datos así como los análisis realizados. Se pueden incluir las
condiciones instrumentales en las que se hicieron análisis mineralógicos, geoquímicos o
isotópicos.
Resultados
Geología local (estratigrafía)
Descripción de las unidades de mapeo reconocidas ordenadas cronológicamente desde las
más antiguas a las más jóvenes. Nombre de las rocas, formaciones o unidades cartográficas,
áreas de distribución de cada una. En rocas sedimentarias, espesores y relaciones
estratigráficas, concordancias o discordancias. En rocas ígneas o metamórficas, litología,
espesores (coladas y diques), relaciones con las rocas encajantes. Ilustraciones mediante
dibujos esquemáticos o fotografías. Descripciones petrográficas ilustradas con fotos de
microscopio.
Estructura
Descripción detallada de las estructuras reconocidas en el campo: fallas, pliegues, fracturas
menores, diaclasas. Bosquejos ilustrando las principales relaciones estructurales. Inclusión de
mapas de detalle de los sectores deformados dentro del área de mapeo general que muestren
el estilo de deformación. Descripción de perfiles perpendicular a las estructuras principales a la
escala del mapa y los mapas de detalle. Inclusión de diagramas estereográficos de las
estructuras relevadas. En caso de haberse hecho análisis de lineamientos, incorporar detalle
gráfico del mismo. Descripción de las fracturas, espaciados promedio y relaciones de
fracturación. Diagramas de rosa de las fracturas medidas.
Geomorfología
En algunos informes puede ser importante la descripción del paisaje en función de los
procesos dominantes que lo han modelado. Se podrán indicar los agentes y procesos
geomórficos involucrados, a partir de los rasgos de acumulación y erosión. Las unidades
geomórficas diferenciadas serán ordenadas y descriptas en el texto de acuerdo a los distintos
orígenes de las mismas. Los rasgos cuya escala no permita su mapeo, serán igualmente
identificadas, caracterizadas y descriptas en el texto.
Las ilustraciones del informe, mapa de ubicación, perfiles, fotos, etc., se insertarán en el
texto como figuras numeradas correlativamente con sus respectivas leyendas y estarán citadas
en el texto.
Discusión
Finalizada la parte descriptiva del informe, en algunos trabajos es importante hacer una
revisión sobre el conocimiento previo existente que enmarca la interpretación de los resultados
alcanzados. Se comparan los resultados con los obtenidos en otros trabajos similares por otros
autores para afianzar los propios o para revisar deducciones anteriores objetadas en este. Se
analiza en la discusión los siguientes temas (sensu Gómez Rinesi, 2001): comentario sobre las
limitaciones del trabajo, análisis e interpretación de los resultados, comparación de los
resultados, juicio de valor del autor sobre los resultados del trabajo. En definitiva, es la
discusión la que da legitimidad a las conclusiones, discusión es análisis y conclusión es
síntesis.
Conclusiones
En este apartado se reúnen los resultados y las conclusiones extraídas de ellos. En algunos
casos puede sintetizarse en una historia geológica. No se incluyen aquí observaciones o
información que no fue obtenida en la elaboración del trabajo (por lo tanto no suelen tener citas
bibliográficas). En informes profesionales cuyos objetivos pueden involucrar aspectos
económicos, las conclusiones pueden incluir recomendaciones de acciones a seguir en
próximas etapas de desarrollo del proyecto.
Referencias
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Provincia de Santa Cruz. Subsecretaría de Minería de La Nación, Series Boletín 240.
Buenos Aires.
Gómez Rinesi, J. F. (2001). La discusión en el trabajo científico. Revista de Posgrado de la
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Lisle, R.J., Brabham, P.J. & Barnes, J.W. (2011). Basic Geological Mapping. Fifth Edition.
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