Seguridad e Higiende de Los Alimentos para Niños
Seguridad e Higiende de Los Alimentos para Niños
Seguridad e Higiende de Los Alimentos para Niños
Es parte de la vida diaria, por lo que enseñar a los niños, cómo actuar en la
cocina, es sin duda algo muy positivo y que va a incrementar su seguridad en ella.
Aprenderá también importantes lecciones de higiene y alimentación.
Es sencillo, pero hay que tratar de cumplirlas, para que sean efectivas y didácticas:
A las bacterias, les gusta tener un hogar con calorcito y con suficiente comida, igual
que a nosotros. ¿Por qué no realizar un pequeño experimento con los niños, para
reforzar en su memoria los motivos y la importancia de algunos factores?.
Dales a tus hijos algunos trozos de fruta, como por ejemplo, naranja ó melocotón.
Evitar la manzana, que tarda más tiempo en desarrollar el moho. Metedlos en una
bolsa de plástico con un trozo de algodón humedecido y cerradla bien. Situad esta
bolsa en un lugar oscuro y cálido, unos pocos días.
Anima a tus hijos a hacer cosas en la cocina, que ellos puedan hacer sin peligro.
La conservación de alimentos en la cocina tiene unas recomendaciones
básicas:
¡No estornudar encima de los alimentos¡ si hay que toser o estornudar, apartaros
de la comida y lavaros las manos seguidamente.
Si alguien tiene un corte o un rasguño deberá llevarlo tapado con una tirita.
La carne y el pescado deben estar bien cocinados. También hay que tener especial
cuidado con los platos precocinados, que compramos en el supermercado. Son
alimentos cocinados y refrigerados que contienen un particularmente elevado
número de bacterias. Nos aseguraremos de calentarlo perfectamente antes de
consumir.
Los huevos son alimentos que merecen especial atención. Los niños pequeños son
especialmente vulnerables, así que lo mejor es cocinar la yema hasta que se quede
dura.
Los buenos cocineros, van probando la comida a medida que la preparan; pero les
explicaremos a los niños, que hay que evitar usar la misma cuchara más de una vez.
Conseguir que tus hijos aprendan éstas cosas, los protegerá de las bacterias, y es
tan sencillo como hacerles participar de las actividades de la cocina. Hay que tener
paciencia y precaución, pero siempre resulta una manera divertida de educar si
un día os proponéis preparar un bizcocho o unas magdalenas, que después se
podrán comer, orgullosos de haberlas hecho con sus propias manos.