Rayos Catódicos y Rayos Anódicos
Rayos Catódicos y Rayos Anódicos
Rayos Catódicos y Rayos Anódicos
Los rayos catódicos son corrientes de electrones observados en tubos de vacío, es decir los tubos
de cristal que se equipan por lo menos con dos electrodos, un cátodo y un ánodo en una
configuración conocida como diodo. Cuando se calienta el cátodo, emite una cierta radiación que
viaja hacia el ánodo.
El primer experimento interesante que condujo a un modelo sobre la composición de los átomos,
fue hecho por el físico inglés J. J. Thomson, entre los años 1898 a 1903, quién estudió la descarga
eléctrica que se produce dentro de tubos al vacío parcial(algo de aire), llamados Tubos de rayos
catódicos. El aire enrarecido sirve efectivamente para que, si alguna partícula pequeña se desplaza
y choca una molécula de Nitrógeno u Oxígeno, se produzca una iluminación en la dirección del
flujo de partículas de modo que pueda ser identificado. Thomson encontró que cuando un voltaje
suficientemente alto (proveniente de una pila o bobina) era aplicado entre los electrodos como lo
muestra la Figura, un rayo que el llamó rayos catódicos (porque comenzaba en el electrodo
negativo de la pila), se producía. Este rayo viajaba hacia el electrodo (+) por lo que dedujo que se
trataba de un flujo de partículas repelidas por el electrodo (-) que necesariamente significaba que
eran partículas cargadas (-) atraídas por el electrodo (+) y que llamó desde entonces electrones e- .
Rayos anódicos
Los rayos anódicos: también conocidos con el nombre de canales o positivos, son haces de rayos
positivos construidos por cationes atómicos o moleculares que se desplazan hacia el electrodo
negativo en un tubo de Crookes.
Descubrimiento del protón: Si se realiza la misma experiencia del tubo de descarga pero con la
modificación de que el cátodo esté perforado, tal como lo hiciera Goldstein en 1886, se observa
que en la parte posterior del cátodo aparecen rayos luminosos llamados rayos anódicos ó canales.
Experimentos posteriores demostraron que los rayos anódicos son partículas de carga positiva
debido a su comportamiento frente a los campos eléctricos y magnéticos. Pero estos rayos NO se
producen en el ánodo sino que tienen su origen en el choque de los electrones de suficiente
energía con los átomos neutros del gas contenido en el tubo a quienes arrancan nuevos electrones
dejando partículas positivas residuales que se dirigen aceleradas al cátodo y algunas lo atraviesan.
Estas partículas positivas se desvían en sentido inverso a los rayos catódicos frente a campos
eléctricos y magnéticos. Midiendo la relación masa/carga se encontró que son mucho más
pesadas que los electrones y que dependía del gas encerrado en el tubo.
Definición de radioactividad
Definición de radioactividad
Definimos radioactividad como la emisión espontánea de partículas (alfa, beta, neutrón) o
radiaciones (gama, captura K), o de ambas a la vez, procedentes de la desintegración de
determinados nucleidos que las forman, por causa de un arreglo en su estructura interna.
Un radionucleido es el conjunto de los núcleos radioactivos de una misma especie. Todos los
núcleos radioactivos que forman un radionucleido tienen una radiactividad bien definida, común a
todos ellos, que los identifica; de la misma forma que un tipo de reacción química identifica los
elementos que participan.
Con esta definición, el número N de núcleos radioactivos de una misma especie que se encuentran
en una sustancia en un instante t es dado por N = No · e-λt, donde No es el número de núcleos
radioactivos que había antes de que transcurriera el tiempo t. En realidad, difícilmente una
sustancia radioactiva es formada por un solo radionucleido, aunque cada uno de sus componentes
en desintegrarse se transforma en un núcleo diferente que, a su vez, puede ser también
radioactivo.
El radionucleido inicial es llamado padre, y el derivado, hijo. Esta situación puede continuar a lo
largo de múltiples filiaciones y el conjunto de todas es llamado familia o serie radioactiva. En este
caso, la relación que da el número de núcleos radioactivos presentes es más compleja porque,
además de tener en cuenta el número de cada uno de ellos en el instante inicial, hay que
considerar que, por desintegración de unos, se forman otros.
En la naturaleza se encuentran unos 300 nucleidos diferentes, de los cuales 25 son radioactivos
con un período suficientemente largo para que haya aún hoy en día; otros 35 tienen un período
mucho más corto y se crean y se desintegran continuamente en las series radiactivas.
Han sido creados e identificados más de 1000 radionucleidos artificiales. Las series radioactivas
reciben el nombre del nucleido padre de períodos más largo. Hay cuatro. Tres de estas series
radioactivas son naturales: la del torio, la del uranio y la del actinio, que terminan en sus propios
isótopos estables del plomo. Estos isótopos tienen respectivamente los números de masa 208, 206
y 207. Respecto a la serie del neptunio, como los radionucleidos que la componen tienen un
período corto comparado con la duración de las eras geológicas, no se encuentra en la naturaleza
y ha sido obtenida artificialmente. El último nucleido de esta serie es el isótopo 209 del bismuto.
Origen de la radioactividad
La radioactividad fue descubierta en 1896 por Antonie-Henri Becquerel, el cual, al hacer estudios
sobre la fosforescencia de las sustancias, observó que un mineral de uranio era capaz de velar
unas placas fotográficas que eran guardadas a su lado.
La teoría cuántica, es una teoría física basada en la utilización del concepto de unidad cuántica
para describir las propiedades dinámicas de las partículas subatómicas y las interacciones entre
la materia y la radiación. Las bases de la teoría fueron sentadas por el físico alemán Max Planck,
que en 1900 postuló que la materia sólo puede emitir o absorber energía en pequeñas unidades
discretas llamadas cuantos. Otra contribución fundamental al desarrollo de la teoría fue el
principio de incertidumbre, formulado por el físico alemán Werner Heisenberg en 1927, y que
afirma que no es posible especificar con exactitud simultáneamente la posición y el momento
lineal de una partícula subatómica.
Los primeros intentos de los físicos del siglo xix para comprender el comportamiento de los
Átomos y de las moléculas no fueron exitosos del todo. Al suponer que las moléculas se
comportan como pelotas que rebotan, los físicos fueron capaces de predecir y explicar algunos
fenómenos
microscópicos, como la presión que ejerce un gas. Sin embargo, este modelo no informaba del
todo la estabilidad de las moléculas; es decir, no podía explicar qué fuerzas mantenían unidos a los
átomos.
Pasó mucho tiempo para que se descubriera (y aún más para que se aceptara) que las propiedades
de los átomos y de las moléculas no son gobernadas por las mismas leyes físicas que rigen a los
objetos más grandes. La nueva era de la física comenzó en 1900 con el joven físico alemán Max
Planck, al examinar los datos de la radiación que emitían los sólidos calentados a diferentes
temperaturas, Planck descubrió que los átomos y las moléculas emiten energía sólo en cantidades
discretas o cuanto. Las propiedades características de las ondas son su longitud y altura, así como
el número de ondas que pasan por determinado punto en un segundo, la longitud de onda, λ
(lambda), es la longitud entre puntos iguales de ondas sucesivas, la frecuencia, ν (nu), es el
numero de ondas que pasan por un punto particular en un segundo y la amplitud de la onda es la
longitud vertical de la linea media de una onda a su cresta o a su valle.
Teoría ondulatoria
Fue idea del físico holandés C. Huygens. La luz se propaga mediante ondas mecánicas emitidas por
un foco luminoso. La luz para propagarse necesitaba un medio material de gran elasticidad,
impalpable que todo lo llena, incluyendo el vacío, puesto que la luz también se propaga en él. A
este medio se le llamó éter.
En 1801 el inglés T. Young dio un gran impulso a la teoría ondulatoria explicando el fenómeno de
las interferencias y midiendo las longitudes de onda correspondientes a los distintos colores del
espectro.
La teoría corpuscular era inadecuada para explicar el hecho de que dos rayos luminosos, al incidir
en un punto pudieran originar oscuridad.
El efecto fotoeléctrico es un fenómeno muy popular en física, especialmente porque fue gracias al
cual Einstein ganó el premio Nobel de física en 1921 (y no por la teoría de la relatividad, como
muchos piensan.) Se trata de una de las formas en las que la luz interactúa con la materia; en
particular, cuando incide un haz sobre un metal, algunos electrones son emitidos con diferentes
energías. El fenómeno ya había sido observado en 1839 por Becquerel, pero no fue hasta fines del
siglo XIX y los primeros años del XX que se comenzó a estudiar en profundidad.
Un metal puede ser pensado como una serie de núcleos que tienen electrones a su alrededor. Los
electrones que estén más lejos del núcleo se podrán mover prácticamente libremente; estos son
los electrones que transmiten la corriente eléctrica, por ejemplo. Sin embargo a estos electrones
les falta un poco de energía para poder salir del metal y esta energía puede ser provista por un
rayo de luz. La peculiaridad de los experimentos que se realizaron a fines de 1800 es que no
respondían a las predicciones teóricas y no había forma de salvar estas contradicciones; fue este
simple experimento el que desató, años más tarde el Clásica Vs. Cuántica, con Einstein como uno
de sus propulsores.
La luz puede ser pensada como una onda que se propaga, al igual que el movimiento de la
superficie del agua luego de arrojar una piedra sobre ella. Este movimiento tendrá dos
características fundamentales: la amplitud y la frecuencia; es decir que tan alta es la onda y que
tan seguido se producen. En el caso de la luz, la amplitud determina lo que se llama Intensidad.
Clásicamente lo que se pensaba era que las ondas podían entregar energía a los electrones del
metal paulatinamente, hasta que alcanzaran el nivel suficiente para ser desprendidos de la
superficie. Esto quiere decir que cuanto más intensa fuera la luz, los electrones arrancados
deberían poseer más energía (deberían haber recibido más energía del rayo luminoso.) Sin
embargo experimentalmente se observó que la energía de los electrones eyectados del metal era
independiente de la intensidad de la luz que recibían, pero que variaba con la frecuencia.
En este momento es cuando entra en juego la teoría de Planck de radiación de cuerpo negro.
Planck había propuesto que la energía de una onda no dependía de su amplitud, sino más bien de
su frecuencia y que era directamente proporcional una con otra. Einstein tomó este hecho y
elaboró su teoría encima de él. Lo que propuso fue que la luz que llegaba al metal, tenía una dada
energía, que dependía de su frecuencia (equivalentemente de su color, o longitud de onda), que le
podía entregar TODA su energía a los electrones, pero no una parte, y que el electrón no podía
acumular esa energía que recibía: o era liberado o no pasaba nada. De esa forma fue que surgió la
cuantización de la energía y de las ondas de luz: se puede pensar que la luz son pequeños
paquetes (fotones) que al impactar contra un electrón le ceden o toda su energía o nada. Si esa
energía fue suficiente para el electrón escapar del metal, podrá ser detectado, más aún, la energía
con la que saldrá es directamente proporcional a la frecuencia de la onda que incidió. Además se
observa que la intensidad de la luz, sólo contribuye al número de electrones que son liberados por
segundo, pero no a su energía.
Fue por este trabajo que Albert Einstein ganó el premio Nobel de física en 1921; muchos suelen
cometer el error de pensar que la Relatividad fue la teoría que le valió el premio. También se suele
pensar de Einstein como un científico completamente opuesto a la mecánica cuántica y a la
probabilidad (basta recordar la frase "Dios no juega a los dados") mientras que, por este y otros
trabajos, se lo puede considerar como uno de los padres fundadores de la cuántica. También cabe
destacar el gran paso intelectual que dio Planck, científico que en general queda relegado al
momento de la divulgación, al estudiar la radiación de cuerpo negro y su interpretación.
PARA LA LIENA DEL TIEMPO
Modelo atómico de Demócrito, el primer modelo atómico, postulado por el filósofo
griego Demócrito.
Modelo atómico de Dalton, surgido en el contexto de la química, el primero con bases
científicas.
Modelo atómico de Thomson, o modelo del budín, donde los electrones son como las
"frutas" dentro de una "masa" positiva.
Modelo del átomo cúbico de Lewis, donde los electrones están dispuestos según los
vértices de un cubo, que explica la teoría de la valencia.
Modelo atómico de Rutherford, el primero que distingue entre el núcleo central y una
nube de electrones a su alrededor.
Modelo atómico de Bohr, un modelo cuantizado del átomo, con electrones girando en
órbitas circulares.
Modelo atómico de Sommerfeld, una versión relativista del modelo de Rutherford-Bohr.
Modelo atómico de Schrödinger, un modelo cuántico no relativista donde los electrones
se consideran ondas de materia existente.
Espectro de emisión y absorción
Cada átomo es capaz de emitir o absorber radiación electromagnética,aunque
solamente en algunas frecuencias que son características propias de cada uno de los
diferentes elementos químicos.
Espectro de absorción:
se presenta cuando un sólido incandescente encuentra rodeado por un gas más frio, el
espectro resultante muestra un fondo interrumpido por espacios oscuros denominados
líneas de absorción, porque el gas ha absorbido de la luz aquellos colores que éste
irradia por sí mismo. Suele ocurrir que unos cuerpos absorben sólo la radiación de unas
determinadas longitudes de onda y no aceptan absorber otras de otras longitudes, por
lo que cada cuerpo, cada elemento químico en la práctica, tiene su propio espectro de
absorción, el cual se corresponde con su espectro de emisión, al igual como si fuera el
negativo con el positivo de una película. En la naturaleza se da también que otros
cuerpos absorben radiación de otros cuerpos dejando rayas negras.
Espectro de emisión:
mediante suministro de energía calorífica, se estimula un determinado elemento en su
fase gaseosa, sus átomos emiten radiación en ciertas frecuencias del visible, que
constituyen su espectro de emisión. Ninguno de estos se repite. Por ejemplo, algunos de
ellos lo hacen en el infrarrojo y otros cuerpos no. Ello depende de la constitución
específica de cada cuerpo, ya que cada uno de los elementos químicos tiene su propio
espectro de emisión.