Investigación
Investigación
Investigación
Existe de hecho una última fase, que retorna de nuevo a la primera (el nivel
conceptual), donde los resultados obtenidos se comparan con los objetivos planteados y
la/s hipótesis (primarias y secundarias) de investigación, articulándolos dentro de la teoría
que generó el problema. Es imprescindible que la interpretación de los resultados tenga
en cuenta todas las limitaciones detectadas en el estudio.
Inferencia causal
Se somete a prueba una hipótesis que asume una relación causa-efecto entre al
menos un Tratamiento o programa de intervención (la supuesta causa) y una Respuesta
(el supuesto efecto).
Kline (2009) sintetiza la propuesta de varios autores y señala que deben cumplirse
tres condiciones antes de poder hablar de causalidad:
MANIPULACIÓN activa de (al menos) una variable independiente por parte del
investigador. La manipulación se entiende como facultad del investigador para
variar a voluntad los niveles de tratamiento (programa o intervención) que
representa la variable independiente.
ALEATORIZACIÓN, o utilización de una regla de asignación aleatoria para
distribuir las unidades experimentales entre los niveles de tratamiento, evitando
la presencia de sesgos.
Estas reglas asumen la existencia de una variable de asignación, que representa una
probabilidad conocida e igual para todas las unidades experimentales (o sea, una
constante) en el caso (a), una puntuación de corte que representa la pertenencia a grupo
(o sea, una variable binaria) en el caso (b) y una variable extraña desconocida en el caso
(c).
Validez de la investigación
**Para la primera de las inferencias, se puede concluir de forma incorrecta que causa y
efecto covarían cuando de hecho no covarían (en cuyo caso se comete un error tipo I) o
concluir también incorrectamente que no covarían cuando de hecho sí lo hacen (en cuyo
caso se comete un error tipo II). Para la segunda de las inferencias, al obtener una
estimación de la covariación, se puede subestimar o sobreestimar la magnitud de la
covariación.
El medio más establecido de determinar si causa y efecto covarían es el contraste
de hipótesis, donde se compara una hipótesis nula contra una hipótesis alternativa y se
determina mediante una prueba estadística la probabilidad de rechazar la hipótesis nula
bajo el supuesto de que es verdadera. Por ejemplo, si se desea utilizar la prueba de t para
determinar si difieren las medias empíricas de dos grupos (GE y GC), la hipótesis nula
establece que la diferencia entre las medias es nula en la población de donde tales medias
empíricas se han extraido. La prueba produce un valor empírico del estadístico t (que se
asume distribuido según una distribución t de Student), y se acompaña de un argumento
de probabilidad (por ejemplo, p = .015), que es la probabilidad de que una diferencia
absoluta entre medias como la empíricamente obtenida haya ocurrido por azar en una
población donde se asume que la diferencia es nula.
Características:
Objetivos de investigación
Es una suposición que expresa la posible relación entre dos o más variables, la cual
se formula para responder tentativamente a un problema o pregunta de investigación.
Orientan la investigación, indicando al investigador dónde debe iniciar su labor de
verificación mediante la recolección de los datos o para generar nuevas teorías.
Ho: "No existirá diferencia entre el puntaje del grupo A y del grupo B en la prueba
de razonamiento numérico.
Concepto de población
Cuando por diversas razones resulta imposible abarcar la totalidad de los elementos
que conforman la población accesible, se recurre a la selección de una muestra.
¿Qué es ciencia?
i)Ciencia como proceso, o sea como investigación: Consiste en una secuencia finita,
sistemática y ordenada de actividades encaminadas a resolver algún problema
cognoscitivo, que tiene lugar bajo ciertas condiciones históricas, sociales, culturales,
económicas, políticas, etc. Esta es una dimensión diacrónica y dinámica, porque se da en
y a través del tiempo.
iii)Ciencia como tecnología, o sea ciencia como aplicación del conocimiento para
la solución de problemas extracientíficos. Esta dimensión también es diacrónica y
dinámica.
En toda ciencia, las anteriores tres dimensiones siempre se dan en ese orden
asimétrico en el tiempo: primero, se da la investigación; luego, el conocimiento y después,
la aplicación, si la hubiera. O sea, a la ciencia podemos definirla como un triplo
compuesto por investigación, conocimiento y aplicación del conocimiento, para la
solución de problemas extracientíficos. De estos tres componentes, el tercero no es
indispensable para que una disciplina o teoría sea científica.
Método científico
Se puede sostener que hay una única forma básica de investigación en las ciencias
e inclusive en la filosofía, consistente en la existencia de una secuencia asimétrica de tres
etapas que subyacen en toda investigación, ya que siempre se parte de un problema que
para solucionarlo siempre hay que plantear una hipótesis, y para saber si la hipótesis es
verdadera o falsa siempre hay que someterla a la contrastación.
En primer lugar, ya hemos visto que en la ciencia las proposiciones sólo pueden ser
de una de las siguientes cuatro formas básicas: singulares, existenciales, universales y
estadísticas. En segundo lugar, cada una de las primeras tres formas, a su vez, pueden ser
predicativas o relaciónales. Por lo tanto, para definir el concepto de verdad en las ciencias
fácticas será suficiente con definir el concepto de verdad para cada proposición
∀x P(x) es verdadera.
El problema científico
Son problemas cuya solución tiene como finalidad la adquisición del conocimiento,
la adquisición de la verdad, mediante el método científico. Para que un problema sea
científico es condición necesaria que reúna las siguientes características esenciales:
B) Que exista método científico para su solución. Y si no existiera, que sea posible
descubrir, inventar, diseñar o construir un método que permita su solución, porque si no
existiera ningún método y tampoco fuera posible descubrir, inventar, diseñar ni construir
ningún método para su solución, dicho problema será un problema metafísico o un
pseudoproblema. Por método se entienden ecuaciones, teorías matemáticas o teorías
empíricas, máquinas o instrumentos físicos.
C) Que tenga un referente ontológico que sea posible reconocer, identificar y ubicar
objetivamente. Es decir, si es un problema fáctico se deberá poder ubicar en algún punto
de alguna coordenada espacio-temporal, a través de indicadores claramente identificables
y reconocibles. Si es un problema formal matemático o lógico, se deberá poder formular
dentro de alguna teoría matemática o lógica. Si no existe el objeto al cual se refiere el
problema, estaremos frente a un pseudoproblema.
D) Que exista una necesidad real de solución. Una necesidad social, pública,
privada, nacional, de toda la humanidad, o cuando menos de la comunidad científica. Más
aun, en las últimas décadas, la tendencia es cada vez más a la de condicionar el
financiamiento de las investigaciones científicas a la utilidad que va proporcionar.
B) Debe ser exacta y clara. Es decir, debe ser semánticamente unívoca, esto es, debe
tener una sola significación o sentido dentro del contexto donde se la formula, y debe ser
inteligible para toda persona competente en la materia.
La contrastación de las hipótesis tiene que ver con la verdad o la falsedad de las
mismas, porque al contrastar las hipótesis queremos hacerlas verdaderas o hacerlas falsas;
y a su vez, la verdad y la falsedad de las hipótesis depende de dos componentes: un
componente formal y un componente empírico; el componente formal se refiere a la
forma lógica de las hipótesis y el componente empírico se refiere a los distintos métodos
de contrastación con la realidad: observación directa, indirecta, experimentos en
laboratorio, experimento mental, encuestas, trabajo de campo, etc. En consecuencia, para
tratar la contrastación de hipótesis hay que clasificarlas a estas según su forma lógica en:
1. Hipótesis singulares
Para contrastar las hipótesis singulares es suficiente con identificar al sujeto lógico
de la hipótesis mediante la observación o mediante cualquier método científico
intersubjetivo, y segundo, mostrar o demostrar que tiene la propiedad atribuida, y si se
trata de una relación, asimismo, será suficiente con identificar a los dos o más términos
lógicos de la relación y, luego, mostrar o demostrar que existe tal relación.
2. Hipótesis existenciales
Las formas lógicas básicas que pueden asumir las hipótesis existenciales son:
implica lógicamente a (1), para lo cual, se procede como si P(a) y Q(a) fueran
proposiciones singulares, y en realidad, lo son. En cambio, un enunciado de la forma (1),
para un dominio infinito o indefinido, es infalsable, porque para refutarlo habría que
recorrerse todo el universo constatando a cada uno de los objetos para ver si algún objeto
no tiene la propiedad P o la propiedad Q, lo cual, es imposible, como sostiene K. Popper
(1971, p. 67).
3. Hipótesis universales
4. Hipótesis estadísticas
Las hipótesis estadísticas son diversas, no son de una sola forma o de un solo tipo,
por cuanto, depende de qué es lo que se quiere medir, calcular o conocer:
b. Correlación o regresión.
En cada caso, la hipótesis se contrasta con los datos empíricos recogidos por
distintos métodos, eligiendo de antemano ciertos intervalos de confianza, que permitan
determinar el nivel de confianza y márgenes de error.
Ley científica
Por otra parte, las definiciones de las leyes científicas pueden ser verbales o
matemáticas. Esto dependerá de la propia naturaleza de la ley.
Los sentidos más importantes del concepto de ley científica son tres: ontológico,
lingüístico y pragmático.
Los elementos que tipifican o definen a la ley científica son tres: la forma lógica, el
universo de objetos a los cuales se aplica, y su alcance en el espacio y el tiempo.
1. La forma lógica de la ley científica.- Con relación a la forma lógica, a su vez, hay
que examinar dos aspectos:
a) Si con respecto a los objetos a los cuales se aplica la ley, afirma que los objetos
tienen tal o cual propiedad o afirma que dos o más objetos están en tal o cual relación.
De esta manera, por su forma lógica, una ley científica será o un enunciado
predicativo o un enunciado relacional, o un enunciado mixto o complejo, o sea un
enunciado que afirme la existencia de propiedades y relaciones a la vez, siendo en la
práctica este último caso la que tiene mayor lugar.
- La universalidad puede ser con respecto al tiempo y al espacio, como las leyes de
la física y de la química (inorgánica).
E n cambio, si una ley científica no es universal, es estadística. Así, todas las leyes
estadísticas son existenciales, porque una ley estadística afirma que algunos (20%, 45%,
75%, etc.) elementos del universo de objetos a los cuales se aplica tienen una propiedad
o están en una relación. Es decir, todas las leyes estadísticas son existenciales con respecto
al alcance de los objetos de su universo de discurso, o sea, en el espacio, pero son
universales con respecto al tiempo -como las leyes de la mecánica cuántica- . Si no fuera
así no serían leyes.
1.1. Leyes Causales.- Las leyes causales son leyes que expresan una relación
unidireccional, asimétrica e invariante entre la causa y el efecto. Para saber que existe
una relación de causa- efecto, uniforme e invariante, entre dos hechos, basta descubrir y
determinar exactamente cuáles y cuántas son las condiciones necesarias y suficientes para
que se produzca el efecto.
1.2. Leyes deterministas no causales.- Hay leyes deterministas, (leyes universales,
leyes que se cumplen sin excepción para todos los objetos de su dominio), que no son
causales. Podemos distinguir dos tipos de estas leyes:
1.2.1. Leyes descriptivas que simplemente nos dicen que los objetos de cierto
dominio tienen tal o cual propiedad, o que dos o más objetos de dicho dominio están en
tal o cual relación, pero no nos dicen por qué, y en consecuencia no tienen forma lógica
condicional.
Primero sería bueno recalcar que no se puede deducir ninguna proposición universal
a partir de la realidad, de hechos o fenómenos, debe quedar claro que es imposible inferir
y establecer leyes científicas por deducción. La deducción es una relación binaria entre
lenguajes: entre un lenguaje que llamamos «premisa» y otro lenguaje que llamamos
“conclusión»; no es, pues, una relación entre cosas -hechos o fenómenos- y lenguajes. A
las cosas -hechos o fenómenos- podemos describirlas o interpretarlas, pero no tiene
sentido deducirlas, y por lo tanto, no se puede deducir o inferir nada a partir de cosas,
hechos o fenómenos.
Tampoco existe ningún principio, regla o ley que permita inferir válidamente una
proposición universal a partir de una proposición existencial. En otras palabras, una
premisa que consiste siempre de una secuencia finita de n proposiciones singulares, la
cual, por más alto que sea el valor de n, nunca podrá alcanzar a todos los x. Esta es la
razón de por qué no se puede establecer leyes científicas por inducción.
Toda ley científica tiene forma lógica condicional, sea ley estrictamente universal,
o sea ley estadística. Esta es una condición lógica necesaria para que la ley sea
contrastable, confirmable, refutable o falsable.
Teoría científica
Para que exista una teoría es condición necesaria y suficiente que: 1) Que existan
leyes, o mejor, una familia de leyes y 2) Que a partir de las leyes fundamentales (axiomas
o postulados como en las teorías matemáticas o lógicas) se deduzcan lógicamente otras
leyes, o sea, las leyes de segundo orden, en orden de jerarquía; y, a partir de estas leyes
se deduzcan las leyes de tercer orden, etc., hasta llegar a las proposiciones singulares que
se refieren a hechos.
¿Con qué se explican? Para explicar algo es necesario buscar y dar la razón, el
antecedente, el fundamento, la base, la causa, etc. de por qué un sujeto lógico tiene tal o
cual propiedad; por qué dos o más individuos están en tal o cual relación. Por lo tanto, si
en la ciencia -al menos, en las ciencias naturales- se explican proposiciones singulares,
leyes y teorías entonces ¿con qué se explican estas cosas?
b) las leyes se explican con otras leyes de más alto nivel, o sea, con leyes más
generales y más abstractas o con teorías.
c) las teorías se explican con otras teorías más generales y con mayor poder
explicativo.
Las explicaciones científicas, en tanto que son inferencias, son válidas o no son
válidas, son correctas o no son correctas, pero no tiene sentido decir que son verdaderas
o falsas, porque sólo las proposiciones tienen la propiedad de ser verdaderas o falsas.
Clases de explicaciones.
La predicción científica
Conocimiento científico:
Ciencias formales:
Son racionales, sistemáticas y verificables, pero no son objetivas; no nos dan
información acerca de la realidad ni se ocupan de los hechos. La lógica y la matemática
tratan de entes ideales; cuya existencia radica en la mente humana. Los objetos materiales
son numerables, pero no son números; tampoco son números puros (abstractos) sus
cualidades o relaciones. Los números no existen fuera de nuestros cerebros, y aun allí
dentro existen al nivel conceptual, y no al nivel fisiológico. Lo mismo vale para la lógica
formal: algunas de sus partes pueden hacerse corresponder a aquellas entidades psíquicas
que llamamos pensamientos.
Por otro lado, el método por el cual se ponen a prueba los enunciados verificables
de las ciencias formales se contenta con la lógica para demostrar rigurosamente sus
teoremas. Cuando se demuestra un teorema lógico o matemático no se recurre a la
experiencia: el conjunto de postulados, definiciones, reglas de formación de las
expresiones dotadas de significado, y reglas de inferencia deductiva —en suma, la base
de la teoría dada—, es necesaria y suficiente para ese propósito. La demostración de los
teoremas no es sino una deducción: es una operación confinada a la esfera teórica. La
matemática y la lógica son, en suma, ciencias deductivas.
Ciencias fácticas
Las ciencias fácticas necesitan más que la lógica formal para confirmar sus
conjeturas porque en primer lugar, ellas no emplean símbolos vacíos (variables lógicas)
que no son verdaderas ni falsas, sino tan sólo símbolos interpretados. En segundo lugar,
la racionalidad —esto es, la coherencia con un sistema de ideas aceptado previamente—
es necesaria pero no suficiente para los enunciados fácticos; en particular la sumisión a
algún sistema de lógica es necesaria pero no es una garantía de que se obtenga la verdad.
Los enunciados de las ciencias fácticas deben ser verificables en la experiencia, sea
indirectamente (en el caso de las hipótesis generales), sea directamente (en el caso de las
consecuencias singulares de las hipótesis). Únicamente después que haya pasado las
pruebas de la verificación empírica podrá considerarse que un enunciado es adecuado a
su objeto.
Los rasgos esenciales del tipo de conocimiento que alcanzan las ciencias de la
naturaleza y de la sociedad son la racionalidad y la objetividad. Por conocimiento racional
se entiende que es teórico, esto quiere decir que está constituido por conceptos, juicios y
raciocinios que se organizan en un conjunto ordenado de proposiciones de acuerdo con
algún conjunto de reglas lógicas con el fin de producir nuevas ideas (inferencia
deductiva). Que el conocimiento científico de la realidad sea objetivo significa que
concuerda aproximadamente con su objeto buscando alcanzar la verdad fáctica; y que
verifica la adaptación de las ideas a los hechos recurriendo a un comercio peculiar con
los hechos (observación y experimento), intercambio que es controlable y hasta cierto
punto reproducible.
1) El conocimiento científico es fáctico: parte de los hechos, los respeta hasta cierto
punto,y siempre vuelve a ellos. La ciencia intenta describir los hechos tal como son. No
siempre es posible, ni siquiera deseable, respetar enteramente los hechos cuando se los
analiza, y no hay ciencia sin análisis. El investigador produce modificaciones sobre el
objeto que investiga, no aprehende su objeto tal como es, sino tal como queda modificado
por sus propias operaciones; sin embargo, en todos los casos tales cambios son objetivos.
Más aún, en todos los casos el investigador intenta describir las características y el monto
de la perturbación que produce en el acto del experimento; procura, en suma estimar la
desviación o "error" producido por su intervención activa.
Los datos aislados y crudos son inútiles y no son dignos de confianza; es preciso
elaborarlos, organizarlos y confrontarlos con las conclusiones teóricas. El método
científico no provee recetas infalibles para encontrar la verdad: sólo contiene un conjunto
de prescripciones falibles (perfectibles) para el planeamiento de observaciones y
experimentos, para la interpretación de sus resultados, y para el planteo mismo de los
problemas.
Ciertamente, los enunciados de las leyes son transitorios. Si se considera a las leyes
como las pautas mismas del ser y del devenir, entonces debieran cambiar junto con las
cosas mismas; por lo menos, debe admitirse que, al emerger nuevos niveles, sus
cualidades peculiares se relacionan entre sí mediante nuevas leyes.
12) La ciencia es explicativa: intenta explicar los hechos en términos de leyes, y las
leyes en términos de principios. Los científicos no se conforman con descripciones
detalladas; además de inquirir cómo son las cosas, procuran responder al por qué. La
ciencia deduce proposiciones relativas a hechos singulares a partir de leyes generales, y
deduce las leyes a partir de enunciados nomológicos aún más generales (principios). Solía
creerse que explicar es señalar la causa, pero en la actualidad se reconoce que la
explicación causal no es sino un tipo de explicación científica. La explicación científica
se efectúa siempre en términos de leyes, y las leyes causales no son sino una subclase de
las leyes científicas.
Pero la tecnología es más que ciencia aplicada: en primer lugar porque tiene sus
propios procedimientos de investigación, adaptados a circunstancias concretas que distan
de los casos puros que estudia la ciencia. En segundo lugar, porque toda rama de la
tecnología contiene un cúmulo de reglas empíricas descubiertas antes que los principios
científicos. La tecnología no es meramente el resultado de aplicar el conocimiento
científico existente a los casos prácticos: la tecnología viva es esencialmente, el enfoque
científico de los problemas prácticos, es decir, el tratamiento de estos problemas sobre un
fondo de conocimiento científico y con ayuda del método científico.
Método científico
El método científico no es una lista de recetas para dar con las respuestas correctas
a las preguntas científicas, sino el conjunto de procedimientos por los cuales se plantean
los problemas científicos y se ponen a prueba las hipótesis científicas.
Ahora bien, los enunciados verificables son de muchas clases. Hay proposiciones
singulares tales como "este trozo de hierro está caliente"; particulares o existenciales, tales
como "algunos trozos de hierro están calientes" (que es verificablemente falsa). Hay,
además, enunciados de leyes, tales como "todos los metales se dilatan con el calor" (o
mejor, "para todo x, si x es un trozo de metal que se calienta, entonces x se dilata"). Las
proposiciones singulares y particulares pueden verificarse a menudo de manera
inmediata, con la sola ayuda de los sentidos o eventualmente, con el auxilio de
instrumentos que amplíen su alcance; pero otras veces exigen operaciones complejas que
implican enunciados de leyes y cálculos matemáticos.
Cuando un enunciado verificable posee un grado de generalidad suficiente,
habitualmente se lo llama hipótesis científica. O, lo que es equivalente, cuando una
proposición general (particular o universal) puede verificarse sólo de manera indirecta —
esto es, por el examen de algunas de sus consecuencias— es conveniente llamarla
"hipótesis científica". Por ejemplo, "todos los trozos de hierro se dilatan con el calor", y
a fortiori, "todos los metales se dilatan con el calor", son hipótesis científicas: son puntos
de partida de raciocinios y, por ser generales, sólo pueden ser confirmados poniendo a
prueba sus consecuencias particulares, esto es, probando enunciados referentes a muestras
específicas de metal.
Las hipótesis no se nos imponen por la fuerza de los hechos, sino que son inventadas
para dar cuenta de los hechos. Es verdad que la invención no es ilegal, sino que sigue
ciertas pautas; pero éstas son psicológicas antes que lógicas, son peculiares de los diversos
tipos intelectuales. Algunas hipótesis se formulan por vía inductiva, esto es, como
generalizaciones sobre la base de la observación de un puñado de casos particulares. Pero
la inducción dista de ser la única o siquiera la principal de las vías que conducen a
formular enunciados generales verificables. Otras veces, el científico opera por analogía,
principios heurísticos o guiados por consideraciones filosóficas; lo único invariante es el
requisito de la verificabilidad.
Por otro lado, los enunciados fácticos no analíticos —esto es, las proposiciones
referentes a hechos, pero indecidibles con la sola ayuda de la lógica— tendrán que
concordar con los datos empíricos o adaptarse a ellos, esta es la segunda regla del método
científico. Esto quiere decir que el método científico, aplicado a la comprobación de
afirmaciones informativas, se reduce al método experimental.
Método experimental
No es fácil decidir si una hipótesis concuerda con los hechos. En primer lugar, la
verificación empírica rara vez puede determinar cuál de los componentes de una teoría
dada ha sido confirmado o disconfirmado; habitualmente se prueban sistemas de
proposiciones antes que enunciados aislados. Pero la principal dificultad proviene de la
generalidad de las hipótesis científicas. En cambio, las proposiciones fácticas singulares
no son tan difíciles de probar. Lo difícil de comprobar son las proposiciones fácticas
generales, esto es, los enunciados referentes a clases de hechos y no a hechos singulares.
Un enunciado general como "los obesos son alegres" no se refiere solamente a nuestros
conocidos, sino a todos los gordos del mundo; por consiguiente, no podemos esperar
verificarlo directamente (esto es, por el examen de un inexistente "gordo general") ni
exhaustivamente (auscultando a todos los seres humanos presentes, pasados y futuros).
La metodología nos dice cómo debemos proceder; en este caso, examinaremos
sucesivamente los miembros de una muestra suficientemente numerosa de personas
obesas.
Después que los datos han sido reunidos, clasificados y analizados, el equipo que
tiene a su cargo la investigación podrá realizar una inferencia. Pero nos gustaría formular
otras preguntas: deseamos entender la ley que hemos hallado. Esto lleva a la sexta regla
de método científico, a saber: no existen respuestas definitivas, y ello simplemente porque
no existen preguntas finales.
Método teórico
Toda ciencia fáctica especial elabora sus propias técnicas de verificación; entre
ellas, las técnicas de medición son típicas de la ciencia moderna. Pero en todos los casos
estas técnicas, por diferentes que sean, no constituyen fines en sí mismos; todas ellas
sirven para contrastar ciertas ideas con ciertos hechos por la vía de la experiencia.
Cuanto más numerosos sean los hechos que confirman una hipótesis, cuanto mayor
sea la precisión con que ella reconstruye los hechos, y cuanto más vastos sean los nuevos
territorios que ayuda a explorar, tanto más firme será nuestra creencia en ella, esto es,
tanto mayor será la probabilidad que le asignemos. Esto es, esquemáticamente dicho, lo
que se entiende por el soporte empírico de las hipótesis fácticas. Pero la experiencia
disponible no puede ser considerada como inapelable: en primer lugar, porque nuevas
experiencias pueden mostrar la necesidad de un remiendo: en segundo término, porque la
experiencia científica no
Las teorías científicas deben adecuarse, sin duda, a los hechos, pero ningún hecho
aislado es aceptado en la comunidad de los hechos controlados científicamente a menos
que tenga cabida en alguna parte del edificio teórico establecido. Desde luego, el soporte
racional no es garantía de verdad; si lo fuera, las teorías fácticas serían invulnerables a la
experiencia. Los soportes empíricos y racionales de las hipótesis fácticas son
interdependientes.
En cuanto a los soportes extracientíficos de las hipótesis científicas, uno de ellos es
de carácter psicológico: influye sobre nuestra elección de las suposiciones y sobre el valor
que le asignamos a su concordancia con los hechos. Lo que hemos llamado soporte
cultural de las hipótesis fácticas consiste en su compatibilidad con alguna concepción del
mundo, y en particular, con la Zeitgeist prevaleciente. Es obvio que tendemos a asignar
mayor peso a aquellas hipótesis que congenian con nuestro fondo cultural y, en particular,
con nuestra visión del mundo, que aquellas hipótesis que lo contradicen dogmática. La
única manera de minimizar este peligro es cobrar conciencia del hecho de que las
hipótesis científicas no crecen en un vacío cultural.
1.3 Formulación del problema: planteo de una pregunta que tiene probabilidad de
ser la correcta; esto es, reducción del problema a su núcleo significativo, probablemente
soluble y probablemente fructífero, con ayuda de conocimiento disponible.
4.1 Diseño de la prueba: planeamiento de los medios para poner a prueba las
predicciones; diseño de observaciones, mediciones, experimentos y demás operaciones
instrumentales.
5.2 Reajuste del modelo: eventual corrección o aun reemplazo del modelo.
Ley científica
La definición de una ley, dependerá de las circunstancias o del contexto en que usa
la expresión, así como de su filosofía explícita o tácita. Si el científico concede que el
mundo físico subsiste aun cuando no haya quien lo perciba o lo piense, entonces la
expresión en cuestión podrá significar una conexión objetiva entre las cualidades fuerza,
masa y aceleración, sea que se las mida o no. En cambio, si el científico no asigna
existencia autónoma a los objetos físicos, entonces entenderá por "ley científica" una
relación invariante entre términos anclados de alguna manera a datos de los sentidos (los
cuales funcionarán como términos últimos o "hechos atómicos y no como señales
elementales de nuestro comercio con las cosas). Y si sólo accede a hablar acerca de
operaciones posibles, entonces podrá significar por "ley científica" cierta pauta de la
conducta humana (p. ej.. la predicción) en relación con cierta clase de datos empíricos En
total debiéramos distinguir, pues, por lo menos cuatro significados del término "ley" en:
(1) Ley1, o simplemente ley, son estructuras nómicas (pautas invariantes.) al nivel
óntico. Denota toda pauta inmanente del ser o del devenir; esto es, toda relación constante
y objetiva en la naturaleza, en la mente o en la sociedad.
(2) Ley2 o enunciado nomológico, son proposiciones acerca de pautas objetivas: son
pautas al nivel del conocimiento. Designa toda hipótesis general que tiene como referente
mediato una ley1, y que constituye una reconstrucción conceptual de ella cuyo referente
inmediato es el modelo teórico al que se aplica exactamente.
(4) Generalidad del conocimiento fáctico. Los enunciados fácticos singulares son
deducibles de enunciados fácticos generales (hipótesis llamadas “leyes2”). A esto se
reduce, desde el punto de vista lógico, la explicación científica de los hechos.
Conocimiento científico
Teoría científica
Hipótesis científica
Es un enunciado teórico referido directa o indirectamente a acontecimientos no
sujetos hasta el momento a contrastación empírica y que es modificable a la luz de nuevos
datos. Las hipótesis son, por consiguiente, proposiciones tentativas acerca de la
naturaleza, que suelen formar parte de sistemas teóricos más amplios, es decir, de teorías.
Las hipótesis nacen del armazón teórico de una teoría, tienen el objetivo de enunciar
aspectos determinados relacionados con la teoría y de hacer que ésta sea contrastable
empíricamente.
Ley científica
Es una hipótesis de amplio alcance explicativo que ha sido confirmada y que refleja
las regularidades de la naturaleza. Las leyes sintetizan nuestro conocimiento de los
fenómenos que son objeto de investigación y se funden en el esquema teórico de las
teorías, las cuales las engloban y tratan, a través de ellas, de entender y predecir dichos
fenómenos. No todas las hipótesis confirmadas pasan a ser leyes científicas. Para que esto
ocurra deben cumplirse tres características: 1) que expresen regularidades de
comportamiento bajo determinadas condiciones, 2) que sean universales (es decir,
aplicables a todos los elementos particulares que queden incluidos en el enunciado en el
enunciado de la ley) y 3) que establezcan una relación necesaria entre las condiciones
antecedentes y consecuentes de su enunciado.
Las teorías hacen uso de una serie de términos que son extraídos del lenguaje
común o de otras teorías científicas para describir los fenómenos observados en la
naturaleza. Son los llamados términos primitivos. Estos términos provienen de ámbitos
externos a la propia teoría y no es función de la misma definirlos, ya que pertenecen a
otras áreas de conocimiento en las que ya están definidos. Así, por ejemplo cuando en
Psicología hablamos de intensidad emocional estamos utilizando el término intensidad
importado de la física.
Constructos
Son conceptos son términos que pueden aparecer en las teorías, hipótesis o leyes y
que utilizamos para referirnos a variables que no son directamente observables. Adquirir
o generar un constructo consiste en extraer de todos los posibles ejemplos de la naturaleza,
las características que tienen en común, lo que redunda en la mejor organización de
nuestro conocimiento. La Psicología ha producido una gran cantidad de constructos que
intentan definir lo que hay bajo una serie de manifestaciones de la conducta. La utilización
de los constructos dentro de las teorías es más complicada que la de los términos
primitivos porque no están tan bien definidos al ser abstractos.
Modelo
Es una representación arbitraria de una parcela de la realidad que sirve para simular
su funcionamiento. Por ejemplo, si queremos investigar algo sobre el funcionamiento
cerebral podemos hablar en términos informáticos: si la mente fuese como un ordenador,
podríamos establecer la distinción entre las operaciones que hace la máquina, el
«software», y el soporte físico de tales operaciones, el «hardware». Este modelo o
metáfora, ha servido a la Psicología para adentrarse en la investigación de los procesos
internos. Conviene hacer hincapié en el hecho de que la representación que constituye el
modelo es metafórica.
Método científico
-Es perfectible según Delclaux (1987b), el modo de proceder del método científico
es gradual quedando sus conclusiones siempre sujetas a revisión, proporcionando
verdades parciales y no verdades completas y corrigiéndose a sí mismo, identificando sus
propios errores y buscando respuestas aún mejores.
En la evolución del método científico se han considerado diversas formas, que muy
esquemáticamente podemos caracterizar en:
4) Análisis de datos.
El investigador debe saber qué aplicar y cómo interpretar los análisis estadísticos
obtenidos. En la interpretación y discusión de los resultados el autor de la investigación
valora lo que suponen sus resultados respecto a los objetivos y las hipótesis planteadas.
Éstas nos suele llevar de nuevo al nivel teórico-conceptual ya que sugieren nuevas vías
de investigación, iniciándose otra vez el proceso investigador y de ahí la estructura cíclica
característica de toda investigación científica.
1.1. El problema
Sin embargo, que se resuelva un problema no significa que ahí acabe todo. Muy al
contrario, la ciencia avanza en la medida en que un problema es capaz de generar nuevos
problemas. El problema de la investigación suele formularse en términos de pregunta en
la que suelen expresarse cómo se relacionan las variables.
1.2.1. Definición
Es una característica que puede asumir más de un valor. Los valores pueden ser
numéricos o categóricos. Si a la variable se la designa como X, sus valores se designarán
como X1, X2,. .. , Xn. Ejemplos de variables psicológicas serían el cociente intelectual
(Cl), la depresión, etc. Según vimos, estos conceptos serían constructos, pero los
consideramos variables cuando los definimos en términos explícitos y determinamos qué
indicios son los que nos permiten obtener una medida de ellos.
1.2.2. Medición de variables
Con los valores asignados a las categorías de una variable medida a nivel ordinal,
al igual que ocurría a nivel nominal, tampoco podemos realizar operaciones como la
suma, resta, multiplicación o división porque no tiene sentido el resultado de estas
operaciones.
Formalmente, si la magnitud de la característica del objeto Oi es igual que la de
otro, se le asigna el mismo número Xi. Si es mayor, se le asigna un número mayor y si es
menor, un número menor. Las transformaciones que admite la escala ordinal son las que
preserven el orden de magnitud, creciente o decreciente, en que los objetos presentan
determinada característica.
Por ejemplo, las escalas que permiten medir la temperatura de los objetos. Para la
escala Celsius se introduce en agua destilada una varilla de cristal con mercurio en su
interior y se enfría hasta el nivel de congelación. En ese punto de la varilla se marca el 0.
Luego se calienta el agua hasta la temperatura de ebullición y se marca hasta donde ha
ascendido el mercurio con un 100. El espacio entre el 0 y el 100 se divide en 100 partes
y cada parte será 1 °C. Esta unidad de medida y el origen de la escala (el 0) son arbitrarios
(en el ejemplo, el cero no significa ausencia de temperatura, sino la temperatura de
congelación del agua destilada). Esta es una de las características de la escala de intervalo:
que el punto 0 es arbitrario y no significa carencia absoluta de la característica medida (a
diferencia de la escala de razón que veremos más adelante).
La asignación de los números a los objetos para que preserven las relaciones
empíricas observadas, deberán cumplir las siguientes condiciones: si la diferencia entre
las magnitudes de dos objetos es igual a la diferencia entre otros dos, entonces también
existirá esa diferencia entre los números asignados. Si la diferencia es mayor existirá una
diferencia numérica mayor y si es menor, una menor.
Por lo que se ha podido ver, existe una relación entre las diferentes escalas, pues las
propiedades que tiene una escala nominal son admitidas por la ordinal y las propiedades
de ésta por la de intervalo, y las de todas ellas por la de razón. Además, el nivel de
medida de una variable que se obtiene con cada escala condiciona el tipo de
operaciones matemáticas que se puedan llevar a cabo con esas variables y, por
añadidura, el cálculo de estadísticos. Por tanto, el nivel de medida es uno de los
criterios determinantes a la hora de seleccionar los contrastes de hipótesis más
apropiados para los datos de la investigación.
Las variables pueden ser clasificadas de acuerdo con distintos criterios. En concreto
nos interesa especialmente la clasificación desde el punto de vista metodológico.
Atendiendo a la perspectiva metodológica, es decir, según el papel que las variables
juegan en la investigación, tendríamos tres tipos:
b) Variables Dependientes: Es aquello que decidimos medir para ver los efectos
producidos por la manipulación de la variable independiente, también de acuerdo con su
hipótesis.
c) Variables Extrañas: son las variables ajenas a la relación buscada entre las dos
variables anteriores y que pueden influir en dicha relación; estas variables, procedentes
de los sujetos, del ambiente o de la situación experimental, que no siendo variables de
estudio (variables independientes) pueden incidir en la variable dependiente. Estas
variables se deben prever, detectar y controlar en la investigación.
Otro criterio de clasificación y denominación de las variables está relacionado con
el nivel de medición que ha sido utilizado y de los valores categóricos o numéricos que
pueden proporcionar. Se describen y relacionan en el siguiente cuadro:
2. Formulación de la hipótesis
Consiste en ofrecer a partir de los supuestos teóricos una predicción tentativa del
problema objeto de estudio, de forma que se pueda contrastar con los datos obtenidos.
Las hipótesis cumplen una doble función: epistemológica, dado que son los elementos
que permiten relacionar las teorías con los hechos de la naturaleza; y metodológica,
porque orientan todo el proceso de la investigación.
Por un lado, los requisitos para la formulación de la hipótesis son: ser consistente
(esto es, formulada sin contradicción entre sus partes), ser compatible con otras teorías,
leyes, y, por último, ser comprobable empíricamente. Además, los principios a tener en
cuenta al elegir la hipótesis son la simplicidad y la generalización, es decir, elegir la más
sencilla y de mayor alcance explicativo. Asimismo, las hipótesis formuladas en términos
generales, deberán operativizarse para ser contrastadas. La operativización es el acto de
traducir el constructo en su manifestación externa, por tanto conlleva definir con exactitud
las variables implicadas y la relación entre ellas, cuáles serán las condiciones antecedentes
y las consecuentes.
Ahora bien, ¿qué significa contrastar una hipótesis? Pues es ponerla relación con
los hechos para determinar si se adecúa o no a ellos. Debemos tener en cuenta que una
hipótesis nunca se puede probar, sólo se puede contrastar. Esto quiere decir que si la
hipótesis se ve apoyada por los datos se acepta y, temporalmente, se sigue manteniendo
como verdadera. No obstante, si esto no es así, se rechaza y otra hipótesis se asume como
cierta. La decisión sobre aceptar o rechazar la hipótesis, se hace con un cierto margen de
error o nivel de confianza, que es una probabilidad. Así pues, los enunciados científicos
siempre se plantean de forma provisional, hasta que los datos demuestren lo contrario.
Como decíamos anteriormente, en cualquier investigación y una vez que hemos
definido el problema, para proceder a su estudio empírico. Es necesario redefinido,
creando lo que se suele denominar una hipótesis de trabajo. No debemos confundir esta
hipótesis con las hipótesis generales (mucho más amplias) que se derivan de las teorías.
La hipótesis de trabajo (también llamada de investigación o científica) es una forma muy
concreta de formular un aspecto del problema, de manera que pueda ser objeto inmediato
de comprobación empírica.
Esta es una etapa muy importante porque las conclusiones del estudio se basarán en
dichos datos. El investigador debe decidir qué clase de datos necesita recoger (edad de
los sujetos, respuestas a un cuestionario, medidas psicofisiológicas, etc.) y con qué
instrumentos o técnicas debe recogerlos, eligiendo instrumentos existentes o elaborando
instrumentos propios. Es decir, tendrá que tomar decisiones sobre el procedimiento
(grupos a formar, materiales a utilizar, tarea a realizar, cómo se van a medir y controlar
las variables extrañas, etc.) que mejor se ajuste a sus objetivos dentro de la estrategia
metodológica (experimental, observacional, de encuesta, cuasi-experimental, etc.) con la
que se desarrolle el estudio. Esto supondrá tomar decisiones sobre el diseño concreto y
sobre las técnicas de recogida de datos.
Para elegir una muestra, primero hay que especificar la población del estudio
(Conjunto, finito o infinito, de elementos definidos por una o más características de las
que gozan todos los elementos que la componen y sólo ellos). Luego, se hará el muestreo
donde elegirá la muestra, la cual es un subconjunto de elementos de una población. Para
que los resultados puedan ser generalizados a la población debe tener como característica
fundamental la representatividad: se trata de que sus elementos representen al conjunto
de elementos que componen la población. El muestreo puede ser:
Existe una gran gama de posibilidades por lo que habrá que considerar por ejemplo,
respecto a los instrumentos a utilizar 1) si son test o cuestionarios estandarizados,
convendría conocer su estandarización, fiabilidad y validez, el número de Ítems que
contiene y el formato de respuesta y 2) si los instrumentos son elaborados por el propio
investigador, se deberán contemplar cada uno de los aspectos citados, aunque sea con
datos del propio estudio. En cualquiera de los dos casos el investigador debe tener buenos
conocimientos de psicometría para la selección o elaboración de los instrumentos de
medida.
4. Análisis de datos
Para contrastar la hipótesis de que las medias de dos grupos son distintas, se calcula
un valor, denominado estadístico de contraste, y que se distribuye de acuerdo a algún
modelo de probabilidad. El estadístico de contraste, en general se plantea como una
medida estandarizada de la discrepancia que hay entre la hipótesis de partida (nula) que
se hace sobre la población (en este caso la hipótesis nula sería que las medias son iguales)
y el resultado de la diferencia de medias obtenido en la muestra. Como criterio de
decisión, si la probabilidad de obtener un estadísitico de contraste con un valor tal (el
obtenido en el estudio) es menor que una cierta cantidad (generalmente 0,05 o 0,01), se
rechaza la hipótesis nula de ausencia de diferencias, por lo que se asume como resultado
(siempre provisional hasta que se demuestre otra cosa) que existen diferencias entre los
grupos y, por tanto, que hay efecto de la variable independiente. En el caso contrario, en
el que la probabilidad resulta mayor que el valor límite asumido, se mantiene la hipótesis
nula de que en la población las medias son iguales, y por tanto no podemos concluir que
las diferencias encontradas entre los grupos sean significativas y en consecuencia no se
atribuyen efectos relevantes a la variable independiente.
La elección del estadístico de contraste más adecuado para analizar nuestros datos
se basará en los objetivos del análisis y en la comprobación de que los datos cumplen un
conjunto de supuestos o características. Entre ellos se encuentran:
En función de que nuestros datos cumplan unos u otros podremos elegir entre los
llamados contrastes paramétricos y no paramétricos. Los contrastes paramétricos son
los más utilizados en la investigación empírica. Permiten contrastar hipótesis referidas a
algún parámetro (por ejemplo la media o varianza poblacional pero su aplicabilidad se
ve reducida, fundamentalmente por dos razones: 1) requieren del cumplimiento de
algunos supuestos (Generalmente normalidad y distribución homogénea de las varianzas
u homocedasticidad) que en ocasiones pueden resultar demasiado exigentes y 2) es
necesario trabajar con unos niveles de medida (escala de intervalo o de razón) que,
especialmente en disciplinas como la Psicología, no siempre resulta fácil de alcanzar. Por
otro lado tenemos los contrastes no paramétricos que son los que nos permiten poner a
prueba hipótesis no referidas a un parámetro poblacional, que no necesitan establecer
supuestos exigentes sobre las poblaciones originales de donde se muestrea, y por último,
que no necesitan trabajar con datos obtenidos con una escala de medida de intervalo o
razón.
Las pruebas estadísticas nos ayudan a aceptar o rechazar nuestras predicciones. Nos
sirven para detectar la probabilidad de que los resultados obtenidos reflejen un efecto
significativo y no sean producto del azar. De manera convencional se ha establecido el
95% de confianza como el umbral mínimo (no es un resultado al azar) para rechazar la
hipótesis nula cuando es falsa. El modo opuesto de mirar esto es decir que hay un 5% o
una probabilidad de 0,05 de riesgo de que un resultado que estamos asumiendo como
cierto (que supone un efecto relevante) ocurra por azar.
1.5. Interpretación de los resultados de la investigación
Todos los trabajos deben acabar con la redacción de un informe escrito u oral que
comunique lo realizado y las conclusiones obtenidas. La redacción del informe es muy
importante en cualquier trabajo porque es donde el investigador transmite a la comunidad
científica lo que ha hecho y cómo lo ha hecho. Se debe exponer de forma sintética, clara
y comprensible tanto los métodos empleados como los resultados de la investigación, con
el fin de poder recibir una evaluación crítica de la misma y que con ello se enriquezca el
saber científico.
La comunicación de los resultados comprende tanto las ponencias a congresos o
reuniones científicas, nacionales o internacionales, como la redacción de un informe o
artículo sobre la investigación para publicar en una revista, libro o sencillamente para
rendir cuentas ante los promotores del estudio.
Los puntos prefijados para redactar un informe no son exactamente los mismos
siempre, ya que dependen del tipo de investigación y de la ciencia estudiada. Por ejemplo,
la redacción de un informe cualitativo tiene ciertas características propias como: la
ausencia de hipótesis específicas y cuantificables que someter a prueba, la precisión de la
definición de las variables, la inclusión de una sección sobre la reflexividad, etc.
Todos aquellos escritos presentados en habla no inglesa, necesitan incluir junto con
el resumen lm abstract, es decir, una traducción del resumen al inglés.
Muchas revistas requieren en su publicación que el autor designe explícitamente un
conjunto de cuatro a ocho palabras clave (keywords) o términos que describen el
contenido principal del documento. Estas palabras clave, junto con las que aparecen en el
título y en el resumen, van a ser de suma importancia para la utilización de motores de
búsqueda en Internet.
1.6.1.3. Introducción
En esta sección se responde a las cuestiones Qué se hizo y Por qué. En primer lugar
se describe, de manera general, el problema que se aborda en la investigación. Para poder
realizar este objetivo, se recurre a la revisión bibliográfica de investigaciones precedentes
sobre la misma temática, donde se seleccionarán aquellos estudios que están relacionados
de manera más directa con nuestra investigación, citando las contribuciones de otros
autores que nos han ayudado al entendimiento del problema a investigar. Lo que debe
proporcionar esta sección es la línea de ubicación del estudio, la relación entre la
investigación y los estudios previos relacionados. Esta manera de realizar la introducción
facilita la justificación de la investigación al reflejar la falta de solución existente al
problema estudiado. Pero en la justificación también es muy importante, aunque difícil,
poder aportar argumentos sobre la relevancia del estudio, es decir, cómo la investigación
ayudará, de forma notable, a la solución del problema investigado. Por ello, es
recomendable que en este apartado se anticipen las posibles consecuencias o aplicaciones
de lo que se espera encontrar tras el estudio.
Debemos tener en cuenta, cara a la citación de trabajos, que cuando estos tienen
doble autoría cada vez que se presente la referencia dentro del texto se deben citar a ambos
autores. Si el trabajo tiene tres, cuatro o cinco autores se deben citar todos la primera vez
que se presenta la referencia, pero en las citas subsecuentes deberá aparecer únicamente
el apellido del primer autor seguido de «et al .». Si el trabajo tiene seis autores o más,
desde la primera cita solo hay que poner el apellido del primer autor seguido de et al. y
del año de publicación.
1.6.1.4. Método:
1.6.1.5. Resultados:
El Manual de estilo APA nos da una serie de indicaciones para plasmar los datos
estadísticos en el texto. Dada la limitación de tiempo y espacio a la que estamos
sometidos, solo veremos la forma de reflejar dichos datos para dos de las pruebas
estadísticas más empleadas, la prueba t y la X2. En concreto, para la prueba de t se pondría
de la siguiente forma: «t (grados de libertad) = valor del estadístico, nivel de significación
estadística», es decir, por ejemplo t (38) = 3,492, p < .05. Si queremos representar los
datos de una prueba X2 seguiríamos la siguiente expresión: «X2 (grados de libertad,
tamaño de la muestra) = valor del estadístico, nivel de significación estadística., por
ejemplo X2 (2, 2861) = 9,23, p < .01.
El formato que deben tener las referencias bibliográficas, según normas APA, está
en función del tipo de material al que se refiera: publicaciones periódicas, libros, capítulos
de libros, medios electrónicos, etc. En líneas generales, se pueden describir una serie de
pautas a seguir a la hora de redactar la lista de referencias bibliográficas:
Las referencias deben ser escritas en orden alfabético según el apellido del primer
autor o editor.
Si la obra está escrita por tres o más autores, simplemente se meran separados por
comas -en el orden que se haya establecido la fuente-, salvo el último, quien se asocia a
sus colegas por la «y griega» o «&».
Esta sección es opcional. Aquí se deben incluir todos los materiales, instrumentos y
tablas extensas utilizados durante la investigación que son de interés, pero cuya aparición
en las otras secciones haría que el informe se vea desordenado.