Maniobras de Palpación
Maniobras de Palpación
Maniobras de Palpación
Es fundamental aprender a palpar con habilidad. Se necesita aptitudes y destreza no solo para evaluar
los tejidos, sino para manipularlos.
La palpación se puede efectuar sin emplear lubricantes o cremas de masaje; es un método excelente
para adquirir sensibilidad en las manos.
La observación y evaluación se mantienen durante todo el tiempo que dura el tratamiento. Es esencial
que la palpación se realice con delicadeza y seguridad, que las manos estén relajadas, pues así aumenta
su sensibilidad. Para palpar se emplean principalmente las yemas de los dedos. Que son las zonas más
sensibles; pero es muy frecuente que se utilice toda la mano para “percibir” los tejidos y para efectuar la
compresión del masaje.
La profundidad de la palpación varía según el tejido al que se dirige: los tejidos superficiales se deben
palpar con suavidad, y los músculos profundos o ciertas viseras necesitan compresiones algo más
intensa. Si se palpa algo anormal, es impredecible averiguar si la anomalía se encuentra en las fascias
profundas, en los músculos, huesos o algún órgano.
Es probable que palpando los tejidos por capas se puedan descubrir y distinguir alteraciones tales como
un nódulo muscular, una cicatriz de la fascia superficial, el engrosamiento de un relieve óseo o unas
masas compacta en el colon.
.1 Calor: Una elevación local es un signo de inflamación subyacente. La causa puede ser el
trastorno funcional de algún órgano, como una inflamación de algún órgano, una infección
renal, o puede asociarse a una lesión de los tejidos, una distensión muscular o una fibrosis. Si la
elevación térmica es más difusa, puede depender de la existencia de fiebre o del aumento de la
presión arterial.
.2 Frio: Desciende localmente cuando disminuye el riego sanguíneo a los tejidos, suele observarse
en las manos y pies. El enfriamiento generalizado puede indicar una circulación precaria que se
asocia principalmente a un corazón débil o a la edad avanzada.
Un órgano que funciona mal puede producir dos alteraciones en los tejidos periféricos