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DOI 10.19267/16R010
(dicembre 2016)
Por primera vez en español se publica por completo el volumen inicial de la Filosofía de la
redención (Philosophie der Erlösung), obra del aún poco estudiado Philipp Mainländer
(1841-1876), distinguido discípulo de Arthur Schopenhauer, obra preparada y editada por
Carlos Javier González Serrano y traducida por Manuel Pérez Cornejo.
Si buscamos en el Diccionario de Filosofía de Ferrater Mora – herramienta de referencia
básica en el mundo filosófico hispanohablante – la entrada «Mainländer, Philipp», caemos
muy pronto en la cuenta del gran vacío que existe sobre esta figura en el contexto
académico de nuestra disciplina. A pesar de su encomiable esfuerzo y de su titánico trabajo,
Ferrater apenas dedica veinte líneas a este filósofo alemán, prácticamente desconocido para
los lectores de habla hispana. En ellas, además de una brevísima nota biográfica y de un
muy compendioso resumen de sus tesis principales, leemos que «Mainländer recibió sobre
todo sus inspiraciones filosóficas de Schopenhauer», por lo que, acaso, el autor del célebre
Diccionario duda de la originalidad del pensamiento de nuestro protagonista.
Podemos preguntarnos, en este sentido, a qué se debe la falta de información sobre
Mainländer, y si, quizá, existe alguna razón por la que los especialistas no se han hecho
cargo de las obras de este pensador de tan breve existencia (1841-1876) que se encuentra en
tan interesante periodo del devenir filosófico de la segunda mitad del XIX. En efecto, el
periplo vital de Philipp Batz (quien adoptaría el pseudónimo de «Philipp Mainländer» para
remarcar su hermanamiento con la ciudad que le vio nacer, Offenbach am Main) transcurre
a caballo entre la muerte de uno de sus inspiradores, Arthur Schopenhauer (1788-1860), y el
florecimiento académico, literario y filosófico de quien, con el tiempo, recogería diversos
frutos de su pensamiento, nada menos que Friedrich Nietzsche (1844-1900)1.
Puede que su temprano suicidio en 1876, así como su particular modo de vida (en el que
primó un voluntario aislamiento que no dejó de extrañar a sus allegados), contribuyeran al
escaso éxito de sus escritos en su propia época. Sin embargo, no podemos permitirnos,
pasado un tiempo más que suficiente para considerar el auténtico valor de su obra, obviar la
original aportación de su pensamiento al devenir de la historia de la Filosofía. Una
aportación que no se ciñe a la publicación – el mismo año de su muerte – de su obra magna,
la Philosophie der Erlösung (Filosofía de la redención)2, sino a todo un conjunto de textos
en prosa y verso que, aún hoy, siguen sin ver la luz en castellano a pesar de su enjundia
literaria y profundidad filosófica. Y es que hasta bien avanzado el siglo XX (o mejor dicho,
1
Cfr., por ejemplo, F. Nietzsche, Correspondencia. Vol. III. Enero 1875-diciembre 1879, Madrid, Trotta, 2009, p.
187, donde Nietzsche reconoce en misiva a Overbeck que tanto él como Paul Rée han «leído mucho a Voltaire», pero
que «ahora le toca el turno a Mainländer».
2
Como se ha mencionado, el autor de estas líneas ha publicado la edición completa en castellano de esta obra,
junto al profesor Manuel Pérez Cornejo – a quien debemos sin lugar a dudas el mayor acercamiento en el mundo
hispanohablante a la filosofía de Philipp Mainländer. He tenido la inmensa suerte de poder trabajar codo con codo con
el profesor Pérez Cornejo, a quien me une no sólo mi franca admiración por su trabajo, sino una sincera amistad, en la
preparación final del texto de la Filosofía de la redención, que vio la luz en 2014. Siempre que se cite en adelante esta
obra, la edición corresponde a la obra P. Mainländer, Filosofía de la redención, edición de Carlos Javier González
Serrano y traducción de Manuel Pérez Cornejo. Madrid, Xorki, 2014.
Rocinante - n. 9/2015-2016
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Conocidas son las palabras del filósofo en F. Nietzsche, Schopenhauer como educador, Madrid, Valdemar, 2006,
pp. 49-50, traducción de Luis Fernando Moreno Claros: «Pertenezco a esos lectores de Schopenhauer que, tras haber
leído una primera página suya, saben con certeza que leerán todas las demás y escucharán cada una de las palabras que
haya dicho. […] Lo comprendí como si hubiese escrito para mí».
4
Cfr. P. Mainländer, Filosofía de la redención, cit., «Física»: «Esta unidad simple ha existido [ist gewesen], pero ya
no existe [sie ist nicht mehr]. Se ha hecho añicos [zersplittert], transformando su esencia completa y enteramente en el
mundo de la pluralidad. Dios ha muerto y su muerte fue la vida del mundo [Gott ist gestorben und sein Tod war das
Leben der Welt]».
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RECENSIONI
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Rocinante - n. 9/2015-2016
Y es que Mainländer anhela fervientemente beber el alma de las cosas, pero repara en el
hiato fundamental impreso en cualquier producto de la naturaleza: esa «miseria que no tiene
fin», a la que se refiere la poetisa Antonia Pozzi en una desgarradora misiva, se encuentra
recogida y acentuada en la poesía mainländeriana en forma de un desesperado y lastimoso
regreso, de una vuelta imposible a la casa del Ser. Un deseo de reencontrarse con la esencia
de cuanto nos rodea para llegar a saber si, tras tanta lucha y esfuerzo, algo merece la pena.
Son numerosos los versos de Mainländer en los que se deja traslucir esta ambición,
menguante a medida que el tiempo de la vida transcurre, de poner paz en el campo de
batalla (Kampfplatz) del sí mismo: «Cansados van los pastores hacia sus moradas, / y toda
criatura busca un dulce reposo», «… en el corazón aún habita la paz; / el anhelo de un
reposo más profundo, en él aún vive».
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