Adoración Infantil 2018 - Aventuras Bíblicas
Adoración Infantil 2018 - Aventuras Bíblicas
Adoración Infantil 2018 - Aventuras Bíblicas
Graciela de Hein
Ministerio del Niño - División Sudamericana
Calendario
Distrito: …………………………………………………........................…………………. Año: ……......…....…....
Iglesia: ……………………………………………………………......……………………………….............……………….
Coordinador (a): …………………………....…………......……… Tel.: …………….....................……………..
FICHA TÉCNICA
Edición y coordinación general: Graciela de Hein – MN MA – DSA
Autora: Jorgeana Alves Longo - USB
Tapa y diagramación: Claudia Suzana Rossi Lima
Traducción: Depto. de Traducción –DSA
TEMA 1
LA AVENTURA DEL
GRAN CREADOR
(Sugerencia para el sábado 6 de enero)
MATERIAL CONCRETO: Un recipiente con tierra y una semilla de poroto/frijol para plantar. Una maceta
con una plantita de poroto ya creciendo o una lámina. Preparar los números del 1 al 7 en tamaño grande para
una ilustración.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¿Cuántos de ustedes han tenido la oportunidad de sembrar porotos/
frijoles? Niños, para que nazca una planta de porotos, primero debemos preparar el suelo (mostrar la tierra en
el recipiente), colocamos la semilla (colocar el poroto dentro de la tierra) y entonces, la mojamos. Toda planta
necesita agua para crecer. Después de algunos días, nacerá una plantita (mostrar el primer brote, en el caso de
que tenga o una ilustración) y al crecer tendrá flores y luego semillas que alimentarán a muchas personas.
Estos son los pasos que debemos dar si queremos plantar algo. Pero, niños, yo les quiero contar de alguien que
solo habló y todo comenzó a existir. ¡A él le encanta crear cosas! ¿Saben quién es? Sí, Dios. No hay nadie igual a
él. ¿Y ustedes saben que lo mejor de todo es que a nuestro Dios le gusta compartir lo que él inventa?
Entonces, un día, él decidió que haría un planeta lleno de colores, plantas, ríos, pájaros; todos los tipos de animales
y cosas bien sabrosas para comer. Él es poderoso, más que cualquier persona. Nadie tiene el poder de Dios. Así, él
solo tuvo que decir el primer día: ¡Haya luz! Y la luz apareció. Ese día comenzó a existir la noche y el día. Y todo fue
quedando organizado y bello. El continuaba creando todo perfecto porque nuestro Dios es perfecto. Él podría haber
creado todo en un solo día, pero no, decidió que haría todo en seis días (mostrar el número 6). El segundo día, dijo:
Haya firmamento entre las aguas y en medio de las aguas. Ah, ese día aparecieron muchas nubes para adornar el cielo azul.
El tercer día Dios miró la gran cantidad de agua que había en la tierra y dijo: Sepárense las aguas en un solo lugar
y aparezca la parte seca. Y así se formó un gran continente, y a su alrededor, un gran océano. Pero él quería más,
y dijo: Haya árboles grandes y fructíferos y muchas flores; haya también hierba para adornar. Dios continuó colo-
cando cosas muy lindas aquí en la tierra. Y en el cuarto día resolvió adornar más el cielo, y lo vemos cuando
dijo: Aparezcan astros que brillen en el cielo. Dios creó el sol para calentarnos y alumbrar durante el día, y dejarlo
más lindo. Creó la maravillosa luna para brillar por la noche, y con ella muchas estrellas radiantes. ¡Cómo me
gustan las estrellas! Dios continuó realizando su plan. En el quinto día, solo dijo: Océanos llénense de peces de
toda especie. Aves llenen el cielo con su canto. Hasta que llegó el sexto día. Todo parecía estar completo, pero Dios
todavía continuó creando, y dijo: Aparezcan animales terrestres, reptiles e insectos. Fue entonces que los animales
aparecieron: el león, el elefante, la mariposa, la abeja, la pequeña tortuga y mucho más. Todo era perfecto.
Ah, tantas cosas lindas creó Dios, y lo que más me impresiona es que él solo hablaba y todo aparecía. ¡Dios es
poderoso! Él hizo todo este mundo perfecto para traer alegría a una pareja muy especial. Todavía hay más, pero
continuaremos el sábado próximo.
LLAMADO: Niños, algunas personas, a veces, enseñan que no fue Dios quien creó la tierra, pero nosotros
tenemos la Biblia y todo lo que está escrito en ella es verdad. Entonces, si ella dice que Dios creó este mundo
con su palabra, tenemos que creer, pues él no miente y tampoco la Biblia. Vamos a decir juntos: EL SEÑOR
ES EL CREADOR Y DUEÑO DE TODO.
ORACIÓN: Querido Dios, gracias por crear un mundo tan perfecto solo con tu palabra. Nosotros queremos
amarte siempre. Gracias porque tú nos amas. En el nombre de Jesús, amén.
EL MATRIMONIO
PERFECTO
(Sugerencia para el sábado 13 de enero)
“[...] Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza […]” (Génesis 1:26).
EL DÍA EN EL
QUE DIOS LLORÓ
(Sugerencia para el sábado 20 de enero)
“[…] Ahora el hombre es como uno de nosotros, conocedor del bien y del mal” (Génesis 3:22).
MATERIAL CONCRETO: Cesta con frutas. Si es posible, un árbol con una serpiente. Una cruz.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: En el jardín donde Dios puso a Adán y Eva existían muchas frutas
sabrosas, y ellos podían saborearlas. Pero Dios puso un lindo árbol en el medio de ese jardín y les dijo: Vean
cuántos árboles frutales, todos son para que ustedes coman, pero este árbol no les pertenece. No pueden comer del fruto
de este árbol, les hará daño, y si ustedes desobedecen, morirán. Yo no los crie para la muerte, sino para vida eterna.
Por eso, quédense juntos. Y si necesitan algo, solo deben llamarme y yo vendré a ayudarlos, pero por favor, nunca
coman de este fruto.
Un día, Eva decidió pasear sola por el jardín, y de repente, estaba frente al árbol del bien y del mal. Se quedó
observando la linda serpiente que estaba enroscada en su tronco. ¿Y saben que sucedió? La serpiente comenzó a
conversar con Eva. Esperen un poco, ¿las serpientes hablan? ¡No!
Eva sabía que no hablan, pero estaba tan admirada con la belleza de la serpiente que ni se detuvo a pensar en
eso y comenzó su conversación con el animal. Y lo que es peor, desobedeció, comió de ese fruto, y además, se lo
dio a Adán para que lo comiera. ¡Qué pena que no llamaron a Dios! Adán y Eva prefirieron escuchar la voz de
la serpiente a oír la voz de Dios. ¡Qué triste, niños! Hacemos cosas malas cuando no oímos a nuestros padres.
Dios estaba mirando todo, él siempre ve todo. ¡Qué triste fue aquel día para Dios! Él lloró cuando vio que sus
hijos amados habían desobedecido su orden. ¿Y ahora? Ellos estaban tan asustados y avergonzados que se escon-
dieron, porque sabían que debían morir.
Como Dios nunca se esconde, fue a buscar al matrimonio. Y allá estaban escondidos, pero Dios los encontró,
y les dijo todo lo que sucedería con ellos por haber desobedecido. ¡Qué momento triste! Dios les dijo que no
podrían vivir más en ese jardín. Cuánto dolor para la pareja, pues debían dejar su hogar perfecto.
¡Todo podría haber sido tan diferente! Pero, a pesar de todo el mal causado por la desobediencia de Adán y Eva,
Dios tenía una solución: el plan de salvación. Consistía en que Jesús vendría a la tierra a morir en una cruz para
que tuviéramos el derecho a vivir en un lugar perfecto.
LLAMADO: ¿Cuántos aceptan el plan de salvación de Jesús?¿Desean ir a vivir con él al Cielo?
ORACIÓN: Querido Dios, muchas gracias por el plan de salvación. Porque tú nos aceptas y nos das fuerzas
para vencer el mal. Que seamos obedientes y agradecidos a ti, en respuesta a tu gran amor por nosotros. En el
nombre de Jesús, amén.
UN BARCO
PARA SALVAR
(Sugerencia para el sábado 27 de enero)
“Pero Noé halló gracia ante los ojos del Señor”. (Génesis 6:8).
MATERIAL CONCRETO: Animales, de todo tipo y una caja de cartón en forma de barco. Martillo, ser-
rucho, clavos y una tabla pequeña.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¿Construyeron algo alguna vez? Construir cosas no siempre es tan
fácil, además de habilidad, conocimiento, se necesita tener el material adecuado. Por ejemplo, si alguien quiere
construir una silla, necesita un serrucho para cortar la madera, clavos y martillo. Y no tiene que desistir, ¿no?
Cuando comenzamos a hacer algo, no debemos parar hasta que esté listo.
Una silla es útil para sentarse y necesitamos de la silla, sino tendríamos que sentarnos siempre en el suelo, y
a veces, no es posible sentarse en el suelo. Construimos cosas que son útiles para el uso: camas, sofás, casas,
celulares, etc. Pero, cierta vez, Dios pidió construir algo bien extraño. El pueblo de la tierra estaba siendo muy
rebelde; había muchas peleas, mataban a los animales, hacían llorar a los niños. Entonces, Dios llamó a Noé, un
hombre justo y bueno, que tenía tres hijos: Sem, Cam y Jafet. El Señor le pidió a Noé que hiciera un gran barco
para él, su familia y los animales de la tierra. ¡Qué extraño! ¿Quién necesitaba un barco en esa época? ¡Y tan
grande! Dios dijo que llovería mucho sobre la tierra, pero nunca antes había llovido. Además, Dios le mandó a
Noé que dijera al pueblo que vendría una gran lluvia, sería un diluvio que destruiría todo.
En esa época, construir un barco tan grande y decir que llovería era cosa de locos. Así que los hombres que no
creían en Dios lo llamaron loco a Noé y a su familia. Pero ellos no se desanimaron; continuaron construyendo,
predicando y predicando, y así obedecían a Dios. Hasta que llegó el tiempo y todo quedó listo. Noé predicó el
último sermón y entró en el barco con su familia. Pero, en seguida, comenzó un ruido muy fuerte, era el sonido
de animales que venían desde el bosque; aves de todos los lugares del cielo y llegaban bien organizados (colocar
los animales en el barco). ¿Quién los organizó en fila de manera tan perfecta? Sí, fue Dios quien los guio. Todos
entraron y un ángel cerró la gran puerta. Llovió muy fuerte durante 40 días y 40 noches. Hasta que la lluvia
cubrió las montañas más altas que existían. Noé estuvo un año dentro del barco con su familia y recién salió
cuando la tierra estuvo completamente seca.
Cuando la familia salió del barco, lo primero que hicieron fue ofrecerle un culto al Señor. Él se alegró tanto
que puso un arco iris en el cielo para que siempre que las personas sobre la tierra miraran al cielo y vieran esos
colores maravillosos, recordaran la promesa que nunca más caería una lluvia tan fuerte sobre la tierra. Todo
sucedió por amor a cada uno de nosotros.
Queridos niños, nosotros también estamos en un mundo donde existen personas malvadas; y hay mucha
muerte y violencia por todos lados. Y Dios no está feliz con las cosas malas que suceden en el mundo. Hoy,
él desea que nosotros seamos pequeños predicadores como Noé, que prediquemos de su amor al mundo y
hablemos sobre el regreso de Jesús. Si somos como Noé, pronto podremos ver regresar a Jesús.
LLAMADO: ¿Ustedes quieren ser justos y buenos como Noé, y predicar sobre el regreso de Jesús a las personas?
ORACIÓN: Querido Dios, estamos muy agradecidos por la linda promesa de que un día, el Señor volverá y yo
quiero ir con todos los niños y sus familias al cielo, donde podremos estar juntos para siempre.
LA TORRE DE LA
DESOBEDIENCIA
(Sugerencia para el sábado 3 de febrero)
“[...] Edifiquemos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo” (Génesis 11:4).
MATERIAL CONCRETO: Una foto grande del edificio Burj Khalifa (ver en Internet) o lleve un palo de escoba
y un lápiz para que entiendan la diferencia de tamaño de ese edificio con los demás. En lo posible, ladrillos y arena.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¿Saben cuál es el edificio más alto del mundo? A los hombres les gusta
construir edificios altos y de tanto en tanto surge uno mayor que el otro. En la actualidad, el mayor de todos
es el Burj Khalifa, que está en Dubai, en los Emiratos Árabes (muestre una foto del edificio y los materiales
sugeridos). Tiene 828 metros de altura y demoraron seis años en terminarlo. Una construcción sorprendente.
A los edificios altos como ese se los llama rascacielos, porque su parte más alta puede llegar a las nubes. No
podemos olvidar que toda esa inteligencia para construir cosas fabulosas viene de Dios; y si están allí es porque
él lo permitió.
Bien, ese edificio nos recuerda a otro del que habla la Biblia. Fue construido por hombres muy inteligentes
en la riquísima ciudad de Sinar. Hace más de cuatro mil años. Ese es el mayor edificio registrado en la Biblia;
su altura alcanzaba las nubes. Sorprendente, ¿no es cierto? Ellos estaban muy satisfechos con el progreso de la
construcción, cada ladrillo que colocaban era una alegría (ir colocando los ladrillos y arena). Pero el motivo de
la construcción de la torre no era bueno. Los hombres que construían esa torre despreciaban al Señor; muchos
eran ateos, o sea, no creían en Dios.
¿Saben cuál era el motivo por el que construían esa torre? Ellos creían que el diluvio había sucedido, pero no
creían en las palabras de Dios de que nunca más vendría una lluvia tan fuerte sobre la tierra. Entonces, se
unieron, proyectaron y comenzaron la construcción, pues pensaban: “Ah, si viene nuevamente una lluvia tan
fuerte, subiremos a lo alto de esa torre, y allá, el agua no nos alcanzará”. Hombres ingratos y sin fe. Solo tenían que
creer en la palabra de Dios que afirma que el arco iris es la señal de que nunca más habrá otro diluvio.
A Dios no le gustó lo que hacían. Vio que el objetivo era malo; que esos hombres eran duros de corazón. Y
como Dios siempre piensa en nuestra salvación, decidió que los hombres no hablaran solo un idioma, envió a
los ángeles para que les cambiaran el modo de hablar. Se produjo un completo desorden, no se entendían unos
a otros. Comenzaron las discusiones, y como no se entendían tuvieron que detener la construcción, que ya
estaba bastante avanzada.
La gente se separó, los que se entendían formaban grupos que seguían el mismo camino. Así surgieron muchos
idiomas, por eso existe el portugués, inglés, español, ruso, italiano y muchos otros idiomas.
La historia de la torre de Babel o torre de la confusión nos enseña lecciones muy importantes: debemos confiar
siempre en lo que Dios dice, pues él no miente. Si somos siempre obedientes seremos más felices.
LLAMADO: ¿Quién desea decir hoy: “Señor, quiero confiar siempre en tus palabras y obedecerte”?
ORACIÓN: Querido Dios, aquí están nuestros niños. Que tu Espíritu le enseñe a cada uno a confiar siempre
en ti. En el nombre de Jesús, amén.
UN HOMBRE
OBEDIENTE
(Sugerencia para el sábado 10 de febrero)
MATERIAL CONCRETO: Una valija o bolsa de viaje, cajas y objetos, zapatos, ropa, etc., auto de juguete.
Foto de una carpa (o una carpa pequeña armada).
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¿Cuántos de ustedes ya se mudaron de casa, por lo menos una vez?
Una mudanza no es algo muy fácil. (Muestre cajas y vaya colocando cosas adentro, mientras habla). Es nece-
sario preparar muchas cosas, colocarlas en cajas, separar lo que no se podrá llevar a la casa nueva. Y después de
que todo esté listo, viene un camión grande (si puede conseguir uno de juguete úselo para ilustrar) y comienza
a cargar nuestras cajas. Cuando llegamos a la casa nueva, nada de descansar. Allí debemos acomodar las cosas
en el lugar, y para arreglar todo pasan días y hasta semanas. Claro, es interesante ir a una casa nueva, todo es
novedad, ¡pero da un trabajo!
Ahora imaginemos juntos cómo eran las mudanzas en los tiempos bíblicos. Ellos vivían en carpas como ésta
(muestre la ilustración). No había camiones, ni autos, tenían que hacer la mudanza en el lomo de camellos. Y si
eran muchas cosas, necesitaban muchos camellos, caballos, burros, varios animales. Si la persona no tenía mucho
dinero, tal vez necesitaba vender lo que tenía y viajar solo con lo más importante, como la ropa y la comida.
Piensen bien. ¿Ustedes tendrían el valor de salir en su auto, dejar su casa y cambiarse a un lugar que nunca
vieron o ni siquiera tienen la dirección? Abraham hizo eso. Él era un hombre diferente a sus hermanos. Su
padre y hermanos creían en Dios, pero también adoraban a otros dioses. Abraham amaba a Dios de todo su
corazón, y su esposa y empleados seguían su ejemplo.
Un día de madrugada, como de costumbre, Abraham estaba orando y Dios le habló. ¡Guau! Se imaginan qué
increíble, ¡Dios habló con Abraham! Y escuchen lo que le dijo: Abraham junta tus cosas, tienes que salir de aquí.
Yo tengo un plan para tu vida. Te amo tanto que voy a hacer de ti una nación bien grande y poderosa. Junta tus cosas
y tu carpa y comienza el viaje. Abraham le preguntó a dónde debía ir, pero Dios le dijo que debía comenzar el
viaje y él le mostraría dónde tenía que quedar.
En verdad, esa era una prueba de fe. Dios quería ver si Abraham confiaba en él. ¿Y qué hizo ese hombre? Le
contó a Sara su esposa y le dijo que comenzara a preparar las cosas porque pronto tendrían que mudarse. Segu-
ramente Sara habrá preguntado a dónde tendrían que ir, pero debe haberse sorprendido cuando supo que él no
tenía idea, pero que Dios le mostraría. Como ella también amaba a Dios confió en sus palabras, y sin quejarse,
dejó el lugar que tanto amaba y siguió viaje a una tierra desconocida. El matrimonio no estaba solo, tenía la
presencia de Dios. Cuando amamos a Dios, hacemos lo que él nos pide, porque él siempre sabe qué es lo mejor
para nuestras vidas.
Abraham devolvía los diezmos de todos sus bienes. La Biblia cuenta que él fue fiel en TODO y Dios lo bendijo.
LLAMADO: ¿Cuántos de ustedes tienen la fe que tuvo Abraham para obedecer siempre lo que Dios nos pide
que hagamos?
ORACIÓN: Querido Dios, aquí están tus preciosos niños. Están aprendiendo a amarte y a obedecerte.
Ayúdanos a que siempre elijamos obedecerte y serte fieles como Abraham y su esposa Sara. En el nombre de
Jesús, amén.
LA CANASTA QUE
FLOTABA
(Sugerencia para el sábado 17 de febrero)
“[...] Y al verlo hermoso, lo tuvo escondido durante tres meses” (Éxodo 2:2).
MATERIAL CONCRETO: Un muñeco bebé y una canasta de mimbre. Si es posible, paja limpia.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: Los bebés son lindos, tiernos y llaman la atención. Cuando nace un
bebé, todos quieren sostenerlo, besarlo y acariciarlo. Cuando ustedes nacieron también fue así. La casa se llenó
de alegría y gratitud. Muchos vinieron a conocerlos: amigos, niños, familiares. La mamá entregaba con cuidado
el nuevo miembro de la familia a quien quisiera sostenerlo y demostrarle cariño. ¡Qué lindo!
¿Será que a la mayoría de las personas les gustan los niños? Por desgracia, no les gustan a todos. Nuestro mundo
también está habitado por personas que tienen maldad en su corazón. A algunas personas no solo les disgustan
los niños, sino que también tienen deseos de hacerles cosas muy malas a los pequeños que no pueden defenderse.
La Biblia cuenta la historia de un hombre que no amaba a los niños. Especialmente a los niños hebreos. Ese
hombre era un rey muy poderoso en su época. Sabía que el pueblo hebreo era mucho más fuerte que los
egipcios, aunque eran sus esclavos. Por eso, mandó matar a todos los bebés varones que nacieran. ¡Qué triste!
¿Pueden imaginar el dolor de esas madres al ver a los guardias egipcios entrar en sus casas y llevarse a sus bebés
para arrojarlos al río Nilo? Muchos niños murieron por culpa de ese rey malo que no amaba a Dios.
Nuestro Padre celestial no se sintió contento con lo que vio, y tenía un plan: de esa situación tan terrible,
nacería el Libertador del pueblo de Israel. Y fue así, Jocabed era una esclava hebrea que estaba embarazada y su
hijo nació en ese tiempo. Pero ella escondió el niño. Piensen ¿es fácil esconder a un bebé? Los bebés lloran, y
lloran fuerte; los bebés necesitan tomar un poco de sol y tantas otras cosas. Pero toda la familia la ayudó en ese
trabajo… Hasta que ya no pudieron esconderlo más. Jocabed pensó, y tuvo una idea: construyó una canasta
(mostrar una canasta) cerró todos los huequitos, le pasó brea o betún, la forró con paja limpia y fresca, hizo el
último culto con su bebé, lo colocó dentro de la canasta y la llevó al río Nilo. Allí su hermana se escondió para
ver qué sucedería.
Dios que es bueno y siempre cuida de sus hijos, hizo que la princesa, hija de ese rey malo que mandó matar a
los bebés hebreos, fuera a bañarse en ese lugar. Y al ver a ese bebé que sacó del río, lo sostuvo en sus brazos y
dijo que sería su hijo. La princesa egipcia salvó al bebé hebreo. ¡Qué milagro!
Dios todavía quería hacer algo por Jocabed y por eso permitió que pudiera criar a su hijito libremente hasta que
se hiciera grande. Ella le pidió sabiduría a Dios para educarlo junto a sus hermanos con mucho amor, enseñán-
doles siempre a hacer lo mejor.
Jocabed les enseñó a sus hijos a ser fieles a Dios en un mundo que no lo amaba; y eso no era fácil, pero los
ángeles del Señor cuidaron de esa familia, pues Dios tenía un trabajo muy especial para ese niño y también para
sus hermanos cuando fueran adultos. Moisés fue educado para ser el Libertador de Israel. Fue el mayor líder
espiritual que vivió sobre la tierra. Siempre amó a Dios y oyó su voz. Queridos niños, Dios cambió esa situa-
ción desagradable en una bendición. Dios actúa así cuando confiamos en él. Siempre habrá un medio de salvar
a los que confían en el Señor.
LLAMADO: ¿Cuántos de ustedes desean confiar en Dios así como Jocabed?
ORACIÓN: Querido Dios, ¡tú eres maravilloso! ¡Qué bueno es saber que siempre tienes un plan de salvación
cuando confiamos en ti! Permite que estos niños confíen siempre en tu cuidado y amor. En el nombre de Jesús,
amén.
DÍA DE LIBERACIÓN
(Sugerencia para el sábado 24 de febrero)
“Empero los israelitas entraron en medio del mar en seco, con el agua como una muralla a su
derecha y a su izquierda” (Éxodo 14:22).
MATERIAL CONCRETO: Un hombre vestido como Moisés con un cayado; música de guerra; orientar a la
iglesia a representar el Mar Rojo.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¿Quién sabe nadar? Ah, para quien no le tiene miedo al agua debe ser
muy bueno nadar en un río, mar o en la piscina como un pececito, ¿verdad? Conozco a una niña que le tiene
miedo al mar porque casi se ahogó algunas veces y no sabe nadar. Pero le gusta mirar a las personas cuando
nadan e imaginar que si fuera un pez, conocería muchos ríos y mares.
Nadar no debe ser un problema en un día tranquilo de vacaciones. Imaginen si estuvieran muy cansados y el sol
está muy fuerte, y para llegar a casa antes de oscurecer deben nadar bastante. ¿Sería fácil? ¡No! Sería muy difícil.
Aquél era un día así, el pueblo de Israel estaba cansado y sentía muchos temores. Ellos habían salido de Egipto
porque finalmente Faraón decidió darles libertad. Pero después que el pueblo salió, el rey se arrepintió, juntó
sus carros y sus caballos, su ejército y salió a buscar a los israelitas para hacerlos regresar.
Saben, los israelitas eran muchos más que los egipcios, pero estaban acostumbrados a la esclavitud, por eso
sintieron mucho miedo y estaban bien desesperados. Caminaron lo más rápido que pudieron para alejarse del
pueblo enemigo, pero estos los alcanzaron en frente del Mar Rojo. Y ahora, ¿qué harían?
(Poner música de guerra, pedir a la iglesia que ayude, estando en pie y cerrando los pasillos). ¿Vamos a ponernos
en pie y ver lo que sucedió? El pueblo comenzó a gritar: Moisés, ¿y ahora? Vamos a morir aquí, ¿por qué nos
sacaste de Egipto? Moisés, no tenemos adónde ir, los egipcios nos van a destruir. Socorro, Moisés, socorro. Estaban
desesperados.
Moisés oró, y después golpeó con su vara el Mar Rojo, como Dios le había mandado, y las aguas se abrieron,
el pueblo pasó dando saltos de alegría (si fuera posible, pase con los niños por el medio del pasillo, mientras
continúa hablando). Los israelitas caminaron mucho tiempo por el mar abierto, hasta que todos pasaron al
otro lado sin mojarse. Moisés golpeó nuevamente el mar y las aguas se cerraron (el pueblo cierra los corredores)
destruyendo a todos los egipcios. Finalmente, ahora, estaban libres (solo en este momento la música de guerra
debe dejar de sonar).
¡Viva! ¡Estamos libres! ¡Estamos libres de los egipcios para siempre! ¡Alabado sea Dios! Niños, nuestro Dios es pode-
roso, no existe otro igual a él. ¡Abrió el mar para salvar a su pueblo! En nuestra vida surgen momentos difíciles,
a veces es una enfermedad, un amiguito que no está bien, un problema en la escuela, en fin, existen muchas
cosas que nos molestan, pero en toda situación tenemos a Dios a nuestro lado, y si él abrió el Mar Rojo, puede
hacer cualquier cosa por nosotros.
LLAMADO: ¿Cuántos desean confiar en Dios en todos los momentos de su vida?
ORACIÓN: Querido Dios, te agradezco porque me amas y cuidas de mí en todos los momentos de mi vida.
Que siempre confíe en ti y en tu poder. En el nombre de Jesús, amén.
UNA FIESTA EN
EL DESIERTO
(Sugerencia para el 3 de marzo)
NUBE Y FUEGO
(Sugerencia para el sábado 10 de marzo)
“Y el Señor iba delante de ellos, de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en
una columna de fuego para alumbrarlos, a fin de que anduviesen de día y de noche”. (Éxodo 13:21).
MATERIAL CONCRETO: Hielo. Imagen de un desierto. Llevar una tela grande para ponerla sobre los niños
en el momento indicado. De un lado debe ser roja o anaranjada y del otro azul.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¿A quién le gusta el calor?, levante la mano. ¿A quién le gusta el frío?,
levante la mano. Creo que a la mayoría le gusta el calor, ¿no es cierto? En los días calurosos podemos bañarnos
en la piscina, refrescarnos con la manguera, o ir hasta el río. Yo sé que a los niños les gusta jugar con agua y
aprovechan los días de sol.
Niños, hay lugares donde hace mucho frío, hasta el agua se congela, como este bloque de hielo que tengo aquí
(permita que los niños lo toquen); en otros, hace mucho calor que puede hasta quemar, y existen los desiertos
que son muy calientes durante el día y muy fríos durante la noche. El desierto es una región casi deshabitada y
sin agua de lluvia o de ríos. En los desiertos hay animales, a pesar de que muchos piensen que no, pero no se los
encuentra durante el día por el calor que hace. Por ejemplo, las temperaturas durante el día pueden llegar a 50º
C, pero por la noche puede hacer mucho frío.
Imaginen que hacen un viaje por el desierto. Debe ser muy difícil. Pero, esperen un poco; ¿no fue el pueblo de
Israel el que hizo un largo viaje por el desierto? Sí, ellos estuvieron caminando por 40 años de día y de noche
en el desierto de Sahara, el mayor desierto del mundo. Es tan grande que llega casi a ser del tamaño de Brasil.
¡Pobrecitos! Deben haber sufrido mucho con el calor del día y el frío de la noche, ¿es así? ¡No! ¡De ninguna
manera! Dios cuida siempre de sus hijos donde quiera que estén. Vean lo que dice la Biblia: “Y el Señor iba
delante de ellos, de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego
para alumbrarlos, a fin de que anduviesen de día y de noche”.
Nuestro Dios cuida de sus hijos, él no iba a permitir que el pueblo de Israel sufriera con el calor o el frío. Por
eso, mientras el pueblo caminaba durante el día, en ese calor intenso (colocar la tela sobre los niños del lado
azul para abajo) tenía sobre sus cabezas una gran nube que les hacía sombra, y el clima quedaba más fresquito. Y
de noche, mientras ellos dormían o caminaban, tenían una columna de fuego (colocar la tela sobre la cabeza de
los niños del lado rojo) para calentarlos, protegerlos del frío y de los insectos que pican y hacen mal a la salud.
Dios piensa en todo, y si él pudo enviar una columna de fuego para proteger del frío y una columna de nube
para proteger del calor a los israelitas que anduvieron tanto tiempo en el desierto, ¿qué puede hacer por noso-
tros hoy? La respuesta es: TODO. Dios puede hacer cosas increíbles para bendecir a los que lo aman.
LLAMADO: ¿Qué les parece agradecer a Dios por su protección?
ORACIÓN: Querido Dios, estamos muy agradecidos por esa linda historia que habla de tu cuidado y pro-
tección. Te agradecemos por cuidar siempre de nosotros, y por enviar a tus ángeles. Te amamos, Señor. En el
nombre de Jesús, amén.
AGUA DE LA ROCA
(Sugerencia para el sábado 17 de marzo)
“Yo estaré delante de ti allí sobre la peña de Horeb. Golpearás la peña, y brotará de ella
agua, y el pueblo beberá”. (Éxodo 17:6).
EL PAN DE DIOS
(Sugerencia para el sábado especial 24 de marzo: 10 Días de oración y 10 horas de ayuno)
“El Señor dijo a Moisés: “Os haré llover pan del cielo. Y el pueblo saldrá diariamente, y juntará la
porción para cada día para que yo lo pruebe, si andará en mi Ley o no” (Éxodo 16:4).
MATERIAL CONCRETO: Un pan, una sábana grande, palomitas de maíz, un frasco con palomitas de maíz
que parezcan descompuestas (use algo que deje las palomitas del frasco con aspecto desagradable).
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: Las personas hacen pan desde la época de Abraham. El pan siempre
fue apreciado por la gente. Al principio, hace algunos miles de años, los panes no eran como los nuestros, eran
achatados y bien oscuros. Fueron los egipcios quienes comenzaron a asar el pan en hornos, antes los asaban en
brasas; y fueron también los egipcios quienes inventaron el fermento o levadura. De ahí, el formato del pan
cambió. Muchos intentaron hacerse famosos cambiando la receta del pan, pero fueron los franceses a quienes se
los conoció por una receta sabrosa y linda, y se lo llama “pan francés”.
Ahora, si en el tiempo de los israelitas era necesario el horno o brasas para asar los panes, con seguridad no era
una actividad fácil, ¿verdad? Ellos estaban viajando a la tierra de Canaán y no podían perder tiempo preparando
el alimento. No debía ser fácil tener que cocinar en el desierto. Pero como nuestro Dios es bondadoso y siempre
quiere darnos lo mejor, él hizo algo increíble: Un día, cuando los israelitas se despertaron, vieron que por toda
la tierra había algo esparcido, y muchos corrieron para recogerlo. La noticia se difundió y pronto todos estaban
recogiendo (vaya colocando las palomitas de maíz sobre la sábana y pida a los niños que las recojan).
Moisés ya sabía que ese era el pan del cielo. El pueblo estaba feliz porque Dios les había provisto alimento. El
pan fue conocido como “maná”, y había una forma correcta para recoger el maná: Todos los días Dios enviaría
el maná; así, todos los días el pueblo debería salir y recoger la cantidad exacta para ese día, nada de juntar más,
pues todo lo que quedaba para el día siguiente se echaría a perder. Algunos israelitas fueron desobedientes y
juntaron más de lo necesario. ¿Saben lo que sucedió? Vean, se descompuso (muestre el pote).
Yo no sé por qué algunos todavía insisten en no creer en las palabras de Dios, porque nunca fallan. Moisés
orientó al pueblo y les explicó que podrían preparar el maná como quisieran, pero que no dejaran el alimento
de un día para el otro; esa era una señal de obediencia a Dios.
Pero, había un día en el que podrían juntar el doble. ¿Saben qué día era? Eso mismo, el viernes. Ese día, los
israelitas juntaron más maná, o sea, el doble; lo podían guardar en potes y no se descompondría. Ese sería el
milagro diario en la vida de ese pueblo. Todos los días, Dios mandaba pan del cielo para alimentar a sus hijos, y
el viernes enviaría el doble para que en sábado, el día del Señor, ellos no necesitaran juntar.
Queridos niños, Dios es un Dios de milagros, y él quiere obrar un milagro diario en nuestra vida. Él sabe que
necesitamos del alimento, por eso nos da todos los días lo que necesitamos. Pero lo más importante en la vida
no es el alimento o la ropa. La Biblia dice que “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de
la boca de Dios”, lo más importante, el mayor milagro que necesitamos es a Dios en nuestra vida cada día. Solo
así viviremos felices y contentos.
LLAMADO: ¿Cuántos quieren decirle conmigo a Dios que lo buscarán cada día?
ORACIÓN: Querido Dios, que estos niños aprendan a buscar tu presencia cada nuevo día. Que sean tus pequeños
siervos y aprendan que lo más importante es tener al Señor en sus corazones. En el nombre de Jesús, amén.
EL TESTIMONIO
DE UNA ESCLAVA
(Sugerencia para el sábado especial 31 de marzo – Semana Santa)
“[...] Si mi señor rogara al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra”. (2 Reyes 5:3).
MATERIAL CONCRETO: Un pajarito en una jaula Una tela marrón, un hombre vestido de Naamán con el
cuerpo lleno de círculos rojos de papel.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¡Hola chicos! ¿A cuántos de ustedes les gustan los pajaritos? A mí me
gustan mucho, me gustan sus cantos, y pienso: ¿cómo siendo tan pequeños son tan inteligentes, al punto de
construir sus nidos, orientarse al hacer largos viajes, yendo de un país a otro para huir del invierno, y después
volver, sin perderse? Ellos también saben dónde buscar alimento; y las madres les enseñan a sus hijitos a volar.
Dios es bondadoso al regalarnos esos animalitos. Pero cuando miro a estos aquí en una jaula, me siento triste,
¿saben por qué? porque Dios los hizo para vivir en libertad. No fueron creados para la jaula, y ahí no viven
como deberían.
Y a ustedes, ¿les gustaría vivir en una jaula? De ninguna manera, ¿es así? Al ver a ese pajarito en una jaula, me
acuerdo de una historia bíblica que habla de una niña que vivía bien lejos de sus padres y tenía que trabajar
mucho. Ella no podía salir para jugar afuera ni pasear. Tampoco podía escuchar a sus padres contándoles histo-
rias para dormir, porque estaba bien lejos. Qué triste, ¿verdad?
Saben chicos, a pesar de haber sido llevada a otro país, lejos de sus padres y de tener que trabajar cuando
debería jugar y estudiar, ella era una niña que amaba a Dios y trataba de vivir feliz. La Biblia dice que el señor
de ella, el comandante Naamán se enfermó de una enfermedad llamada lepra, ningún médico pudo curarlo, y
él y su esposa estaban muy tristes. Al verlos tristes, la pequeña tuvo una idea: les dijo que en Samaria había un
profeta que podría orar a Dios para que él cure a Naamán. Creo que Naamán era un buen hombre, y escuchó a
su sierva. Entonces decidió hacer un viaje muy largo para conocer al profeta Eliseo.
Cuando Naamán llegó a Samaria buscó al profeta, éste ya sabía que el enfermo estaba llegando, pero en vez de
ir a conversar con el comandante, el profeta mandó a su siervo para que le dijera que fuera a zambullirse siete
veces en el río Jordán. A Naamán no le gustó esa recepción; y resolvió volver a su casa, pero sus soldados lo con-
vencieron de era mejor hacer lo que el profeta Eliseo le mandó que hiciera. Entonces Naamán fue hasta el río
(aparece Naamán con el cuerpo manchado, use círculos rojos de papel y una tela marrón para que sea el río. Él
debe sumergirse en el río. Dos personas deben sostener la tela y Naamán debe ponerse detrás).
El río era barroso, sus aguas no eran cristalinas, pero era allí donde debía sumergirse. Se zambulló una vez y su
piel continuaba igual. La segunda vez, y nada cambió. La tercera zambullida, ¡y nada! Se zambulló la cuarta vez
y la quinta vez, miró su piel, y continuaba igual. ¡No podía ser! Con la sexta zambullida, todo igual. Bueno,
eran siete zambullidas, y él obedeció. En la séptima zambullida (cuando se agacha alguien debe ayudarlo a qui-
tarse los círculos del cuerpo) salió y ¡guau! Estaba con la piel lisa, sin ninguna mancha. Naamán dijo: “Ahora
conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel” en adelante solo adoraré a Dios porque es poderoso. Mi
sierva tenía razón.
Naamán volvió a su casa feliz por el milagro que experimentó y agradeció a Dios por todo lo que hizo en su vida.
LLAMADO: Podemos ser como la pequeña sierva y hablar del amor de Dios a todos los que necesitan.
ORACIÓN: Querido Dios, ayúdanos a ser siempre seamos fieles y a que hablemos siempre de tu amor. En el
nombre de Jesús, amén.
MATERIAL CONCRETO: Lleve un modelo de una choza, una carpa pequeña (iglú) y, si es posible, un
modelo del tabernáculo que fue construido en el desierto.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: Hola niños, buen día. Les pregunto: ¿para qué sirve una casa? La casa
es el lugar donde generalmente vive una familia. La casa es muy importante porque nos protege del sol fuerte,
de los vientos, de la lluvia, y también puede protegernos de animales feroces y de las personas malas.
Piensen: cuando ustedes están en su casa, ¿se sienten seguros? La casa sirve para darnos seguridad, ¿no es cierto?
Alrededor del mundo existen diferentes tipos de casas: de madera, de concreto (ladrillos y cemento), casas flo-
tantes, casas aéreas, que se construyen en las copas de los árboles. En fin, diferentes tipos de casa y todas sirven
para abrigar a las personas y también para recibir a quienes amamos.
El pueblo de Israel vivía en carpas, que fabricaban a partir de pieles de cabra u otros animales. La carpa era algo
fácil de desarmar y llevar. Así, el pueblo de Israel podría armar su carpa dondequiera que fuera. ¿Pueden ima-
ginarse hacer un largo viaje y tener que llevar su casa a cualquier lugar? Creo que sería agradable poder dormir
siempre en su propia cama donde sea, ¿les parece?
Un día, Dios llamó a Moisés y le pidió que subiera a una montaña bien alta, se llamaba Monte Sinaí. Allí,
mientras conversaban, Dios le dijo: Moisés, todos ustedes tienen sus casas, su lugar donde descansar, y yo quiero estar
cerca de ustedes. Por eso quiero que me construyan una tienda para mí. La llamaremos santuario o tabernáculo y yo
habitaré en medio de ustedes. Así tendrán la seguridad de que yo estaré siempre con ustedes.
¡Qué maravilla! Dios quería tener una casa que estuviera en medio de las carpas de los israelitas, para que
supieran que el Señor Dios deseaba estar siempre con ellos.
Dios le mostró a Moisés un modelo, un dibujo de cómo debería ser ese tabernáculo, y como Moisés era muy
obediente, lo hizo igualito al modelo que Dios le había mostrado. Todo el pueblo entregó ofrendas de lo que
tenía para la construcción del tabernáculo, cada uno dio lo que podía y lo entregó con mucha alegría.
El día de la inauguración, hubo una gran fiesta: cantó un gran coro, se leyeron los mandamientos de Dios y
Dios mostró su gloria a todo el pueblo. Fue un día muy lindo y especial. Allí todos los días se celebrarían cultos
para que las personas aprendieran del amor de Dios.
Me gusta tanto esa historia, porque me hace entender que Dios quiere vivir con nosotros. Él quiere estar
siempre cerca de cada uno de sus hijos, porque nos ama mucho. Dios nos ama más que cualquier persona en
este mundo. Yo también quiero estar bien cerca de Dios todos los días. Y quiero estar aquí en su casa, en la
iglesia, y cantarle alabanzas por ese amor tan grande. ¿Sabían ustedes que parte de nuestras ofrendas se usan
para construir iglesias alrededor del mundo?
LLAMADO: ¿Quieren estar bien cerca de Dios y ayudar a otros niños y sus familias a tener un lugar de
adoración?
ORACIÓN: Querido Dios, estamos agradecidos porque tú deseas vivir conmigo y en mí. Gracias por amarme
tanto. Por favor, quédate conmigo y que mi casa sea tu casa. En el nombre de Jesús, amén.
EL DÍA QUE EL
SOL SE DETUVO
(Sugerencia para el sábado 14 de abril)
“[...] ‘Sol, detente en Gabaón. Y tú, luna, en el valle de Ajalón’. Y el sol se detuvo y la luna se paró,
hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos […]” (Josué 10:12,13).
MATERIAL CONCRETO: Una lámina de la Tierra, otra del sol y otra de la luna. Una música de batalla, y si
es posible, alguien vestido de Josué.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¿Sabían que la Tierra está siempre en movimiento? Les voy a explicar
de una forma bien fácil de entender. Observen el sol (muestre el sol), es importante para muchas cosas. Además
de iluminar la Tierra, sus rayos solares nos dan la vitamina D, muy importante para nuestra salud, y la luna
también es formidable.
Aquí está nuestra Tierra, el lugar donde habitamos. Todo el Universo está en movimiento. La Tierra gira continu-
amente, y mientras gira, recibe los rayos solares que determinan el día y la noche. La Tierra gira alrededor de su
propio eje; a eso lo llamamos movimiento de rotación, que dura 24 horas y marca el día y la noche. También gira
alrededor del sol, lo que llamamos movimiento de traslación, y dura un año entero en dar una vuelta completa.
Pero ¿por qué les digo esto? Bien, ustedes saben que el pueblo de Israel caminaba por el desierto para llegar a
la tierra prometida, la tan soñada Canaán. Cuando ya estaban cerca de ese lugar prometido, Dios les dio un
nuevo líder: Josué, un hombre que amaba a Dios y fue el responsable de llevar el pueblo hasta Canaán y todos
confiaban en él. Era valiente, un hombre de oración, y quien había visto todos los milagros que sucedieron en
el viaje desde el comienzo, cuando el mar se abrió, cuando el agua salió de la roca, cuando recibieron el maná,
había subido con Moisés al monte y vio la gloria de Dios.
Cierto día, cuando ya estaban en Canaán, recibió la noticia que cinco reyes venían a luchar contra el pueblo.
Josué reunió a todos los guerreros de Israel y comenzó una gran batalla. Los enemigos que vinieron a luchar
contra Josué y los israelitas eran muchos pero ellos no tenían miedo porque sabían que Dios estaba con ellos y
les daría la victoria. Ese día sucedió algo muy diferente: la batalla había comenzado y los israelitas se esforzaban
para vencer, pero los enemigos eran muchos, el tiempo pasaba y todavía demorarían para terminar la guerra.
Entonces, Josué, el hombre que confiaba en Dios, miró al cielo y dijo: “...‘Sol, detente en Gabaón. Y tú, luna, en
el valle de Ajalón’. Y el sol se detuvo y la luna se paró, hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos…”
La Tierra paró de girar, de hacer su movimiento de rotación. El sol continuó brillando fuerte, hasta que ellos
vencieron a sus enemigos. Aquel fue un día sin noche, ellos lucharon sin parar y Dios les dio la victoria.
Ese fue uno de los grandes milagros que Dios realizó en medio del pueblo de Israel. Con él aprendemos que no
existe nada difícil para Dios. Dios puede hacer cualquier cosa. Pero también aprendemos que cuando oramos
todos los días, estudiamos la Biblia nos hacemos niños y niñas fuertes en el Señor, y Dios atenderá todo lo que
pedimos que sea para honrar el nombre de Dios y para la salvación de otras personas. Josué era un guerrero
poderoso, porque su vida era una vida de oración.
LLAMADO: ¿Desean ser un héroe así como Josué y ser niños de oración?
ORACIÓN: Querido Dios, te agradecemos porque podemos orar y porque sabemos que si es para el bien de
otros, dirás sí a nuestros pedidos. Que todos aquí seamos personas de fe y oración. En el nombre de Jesús, amén.
LA VICTORIA
DE LOS 300
(Sugerencia para el sábado 21 de abril)
MATERIAL CONCRETO: Un escudo y una espada. Una trompeta (puede ser de papel, como si fuese una
corneta). Un jarrón de barro que se pueda romper y una vela, en lo posible, mantenerla encendida. (*)
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¿Se imaginan ir a una guerra sin escudo y sin espada? Es extraño. En una
guerra los soldados necesitan estar bien equipados con sus armas para poder defenderse del enemigo.
Era un tiempo muy difícil para el pueblo de Israel. Los madianitas eran malos, estaban luchando contra ellos y
les quitaban la comida. Los israelitas no tenían ejército, y así no podían hacer nada. Tenían miedo y estaban asus-
tados. Gedeón era uno de los que tenían miedo; tanto que iba a trabajar de madrugada para que nadie lo viera.
Pero Dios tenía un plan para salvar a Israel de los madianitas, y quería contar con Gedeón. Entonces, envió un
ángel para decirle que debería reunir un ejército. Él no creía que era capaz de hacerlo, pero Dios dijo que estaría
con él y que vencerían a los madianitas.
Gedeón convocó al pueblo para la guerra y muchos se unieron a él. Cuando los madianitas lo supieron, llamaron
a otros ejércitos, que vinieron desde Oriente. Era tanta gente que no se podía contar. Y ahora, ¿Gedeón debería
llamar a más gente? ¡No! Al contrario, Dios le indicó a Gedeón que pasara por un río con su ejército y que todos
bebieran agua. Todos los que se arrodillaban para beber, podían volver a casa. Solo quedarían los que bebían lle-
vando el agua a la boca con la mano, de manera apresurada.
¿Saben cuántos quedaron para la lucha? Solo 300 hombres. Y todavía Dios dio otras indicaciones: debían dejar sus
escudos y espadas y en su lugar llevar una antorcha en un jarrón de barro y una trompeta.
Sí eso mismo, un jarrón con una antorcha dentro y una trompeta. Gedeón repartió a los hombres en tres grupos.
Y les ordenó que tocaran las trompetas; y que cuando él tocara la suya, nadie debería salir del lugar, sino debía
mirar lo que Dios haría en ese momento.
Aquella noche fue increíble. Los madianitas y todos los otros ejércitos cayeron en un sueño profundo; todos
dormían profundamente en el campamento. El pueblo de Israel estaba en posición, listo para la orden de Dios.
Entonces, Gedeón tocó la trompeta (sonido de trompeta) y todos tocaron juntos, y rompieron el jarrón con la
antorcha (romper el jarrón). El pueblo enemigo se despertó asustado, y en la desesperación comenzaron a atacarse
unos a otros; y el pueblo de Israel con Gedeón se quedó allí parado, viendo como Dios ganaba la guerra. ¡Qué
milagro estaba sucediendo!
Nuestro Dios no necesita espada ni escudo ni cañón ni misil. Es el Dios Todopoderoso y puede realizar todas las
cosas. Ama a su pueblo y los libra del mal. Los que se colocan del lado de Dios siempre serán victoriosos.
LLAMADO: ¿Quién desea ser victorioso en Cristo?
ORACIÓN: Querido Dios, te agradecemos por tu amor y porque cuidas de nosotros. Ayúdanos a permanecer
de tu lado para ser siempre victoriosos. En el nombre de Jesús, Amén.
(*) Querida líder, su preparación para esta historia hará toda la diferencia para que nuestros niños entiendan el
mensaje de Dios para ellos. Por favor, no deje de realizar ese momento con sus niños.
LA ORACIÓN
RESPONDIDA
(Sugerencia para el sábado 28 de abril)
“Por este niño oraba, y el Señor me dio lo que le pedí” (1 Samuel 1:27).
MATERIAL CONCRETO: Un bebé de juguete. Una tela o chal para cubrirse la cabeza como lo hacía Ana al
orar.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: Ana se sentía muy triste; su corazón estaba dolido. Entonces decidió ir
al templo a orar. Se arrodilló, se cubrió la cabeza y se puso a orar sin parar. No le preocupaban los que estaban
allí, solo quería orar hasta lograr calmarse. Las lágrimas descendían por su rostro, y solo salían de sus labrios
algunas palabras pronunciadas bien bajito.
Hasta que apareció el sacerdote, quien se quedó mirándola extrañado. Tal vez nunca había visto a una mujer
orar así. Entonces se acercó, y le dijo: “¿Hasta cuándo estarás borracha? ¿Por qué no dejas de tomar vino? Ana le
pidió disculpas, y le dijo que no estaba borracha, sino que estaba muy triste, pues estaba casada hacía muchos
años y no podía tener hijos.
¡Qué triste! ¿Sabían que no todas las mujeres casadas tienen hijos? Existen muchas enfermedades que impiden
que las mujeres tengan un bebé. Y Ana debía tener algún problema que le impedía tener un bebé. Se sentía mal
al ver a las madres jugar con sus hijitos, y ella no podía tener niños.
Aquél día en el templo, ella le pidió a Dios con más fervor: “Por favor, Señor Dios, yo sé que tú puedes todas las
cosas, no hay imposibles para ti. Por favor, quiero ser madre y cuidar de mi hijo. Si tú, Señor, me das un hijo, yo le
enseñaré a amarte y él será un sacerdote”.
El sacerdote se sintió avergonzado por haber juzgado mal a esa mujer; se sintió triste y con dolor por la mujer,
y quiso orar por ella. Le dijo que secara sus lágrimas, que fuera a su casa, y añadió: “Que el Señor te conceda el
pedido que le has hecho”.
Ana hizo lo que le dijo el sacerdote; se fue a su casa. El tiempo pasó y Dios no se olvidó de la oración de Ana.
¿Sabían que él nunca se olvida de nuestras oraciones? Y Dios sanó a Ana y ella tuvo un hijo a quien llamó
Samuel. Ella cuidó de su hijito con mucho amor y le enseñó a amar a Dios más que a cualquier cosa o persona.
Cuando él ya tuvo cierta edad, Ana, su madre, lo llevó al templo y se lo entregó al sacerdote Elí para que le
enseñara al pequeño Samuel a realizar los trabajos en la casa de Dios.
Samuel amaba a Dios y Dios hablaba con él. Cuando fue adulto, Samuel fue el sacerdote más importante que
hubo en Israel, y todas las personas lo amaban porque servía al Señor de todo corazón.
La oración es una conversación con Dios, por medio de ella llegamos más cerca del Señor. La oración nos
enseña que Dios puede hacer cualquier cosa, pero debemos pedirselo y no desistir. Ana no dejó de orar, y en
el momento apropiado, Dios le dio un hijo que fue muy especial. Ustedes son pequeños, pero ya pueden ser
grandes niños de oración.
LLAMADO: ¿Cuántos quieren ser grandes niños de oración?
ORACIÓN: Querido Dios, esta historia nos enseña que nunca debemos dejar de orar, porque en el
momento indicado sabremos cuál es tu voluntad. Bendice a estos niños para que sean grandes en la oración.
En el nombre de Jesús, amén.
EL PEQUEÑO SACERDOTE
DEL SEÑOR
(Sugerencia para el sábado 5 de mayo)
“El joven Samuel ministraba al Señor ante Elí [...]” (1 Samuel 3:1).
MATERIAL CONCRETO: ropa de sacerdote; colchoneta; lamparita; voz masculina de fondo, cuando Dios
llama a Samuel. Un niño para ser Samuel y un hombre para ser Elí.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: A ustedes ¿les gusta estar en la iglesia? A mí me gusta la iglesia, y si
pudiera, viviría en la iglesia. Ustedes ¿tendrían el valor de venir a vivir solos a la iglesia sin sus padres? (Dé
tiempo a respuestas).
Hoy quiero contarles la historia de un pequeño sacerdote. Esperen un poco: ¿Saben qué es un sacerdote? Los sacer-
dotes eran hombres elegidos por Dios para realizar los sacrificios que se hacían dos veces por día en el Tabernáculo.
Aquél lugar de adoración que Dios le pidió a Moisés que construyera en el desierto. El sacerdote era considerado muy
especial por el pueblo, pues Dios hablaba con él y debía comunicarle todo lo que el Señor le decía a los israelitas.
Las personas también venían a él para buscar orientación y resolver problemas. El sacerdote usaba una ropa
muy especial, diferente de las demás personas, para demostrar que era el elegido y representante de Dios (mos-
trar la ropa y explicar).
Samuel vivía en el tabernáculo con Elí, quien era el sacerdote de la época. Él era su pequeño ayudante y estaba
aprendiendo para ser un sacerdote en el momento cierto. La Biblia dice que el niño Samuel era muy pequeño
cuando fue a vivir en el Tabernáculo. Sus padres no estaban allí, pero él era muy obediente. Dios vio que el
corazón de Samuel era bueno y que amaba al Señor de verdad.
¿Quieren ver cuán obediente era? ¿Cuántas veces sus madres deben llamarlos para que se bañen o para comer?
Piensen. Era de noche, y todas las luces del Tabernáculo ya estaban apagadas, Samuel dormía en su cama
cuando oyó una voz: “Samuel, Samuel” (hacer la representación con un niño y un adulto).
En seguida, el pequeño ayudante se levantó, corrió al cuarto de Elí y le preguntó si él lo había llamado. Elí, bien
cansado, le dijo que no y que volviera a dormir. Nuevamente, la voz dijo: “Samuel, Samuel”. Samuel no pensó
dos veces y corrió al cuarto de Elí, quien nuevamente le dijo que no lo había llamado. El niño estaba sorpren-
dido, pero se fue y volvió a acostarse. Y una vez más oyó la voz: “Samuel, Samuel”, Ay, ay, ay, ¿qué estaba suce-
diendo? Cuando Samuel llegó al cuarto de Elí para preguntar si él lo había llamado, finalmente, el sacerdote
entendió que era Dios quien llamaba a Samuel. Y le enseñó a responder si la voz volvía a llamarlo. Samuel se
acostó una vez más, se cubrió con su manta, y cuando estaba por dormirse, oyó: “Samuel, Samuel”. Entonces se
arrodilló, y dijo: “Habla, que tu siervo oye”.
¡Qué lindo! ¡Qué niño obediente! Dios sabía que podía pedirle cualquier cosa a Samuel y él obedecería. Esa fue
la primera conversación de muchas conversaciones especiales que tuvo Dios con Samuel. Dios le habló sobre el
futuro. Así, Samuel, aunque todavía era pequeño, pasó a ser un profeta del Señor. ¡Qué maravilla!
Chicos, Samuel fue un sacerdote muy importante para el pueblo de Israel, y todos lo amaban porque era un
representante de Dios. No importa tu edad, tú también puedes ser obediente como Samuel, pero para obedecer
a Dios, primero debemos aprender a obedecer a nuestros padres. Los que son obedientes verán a Dios y podrán
conversar con él.
LLAMADO: ¿Quieren ser obedientes para poder oír la voz de Dios?
ORACIÓN: Querido Dios, ayúdanos a ser obedientes como Samuel para oír tu voz. En el nombre de Jesús, amén.
EL PEDIDO DE
SALOMÓN
(Sugerencia para el sábado 12 de mayo)
MATERIAL CONCRETO: Haga carteles de dirección (izquierda y derecha); dos caminos y póngalos con
anticipación en el lugar donde estarán los niños.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: Hola chicos, ¿cómo están? Yo estoy un poco confundida hoy, ¿será que
alguien me puede ayudar? Les voy a decir lo que necesito. Quiero llegar a la casa de mi amiga Yanina, pero me olvidé
cómo llegar. Y ahora veo estos dos caminos, estos carteles, ¿cómo puedo saber cuál es el camino correcto? ¿Alguien me
puede ayudar? ¡Necesito saber cómo llegar a la casa de Yanina! Qué confusión, ¿es así chicos? ¿Alguna vez estuvieron
sin saber qué hacer? ¿Alguna vez recibieron la prueba y no sabían hacer la prueba? Puede ser que a veces no sepan qué
hacer. ¿Será que todas las personas alguna vez han pasado por una situación así?
La Biblia cuenta la historia de un hombre que siempre sabía el camino y no se confundía con las señales ni con el
camino; su nombre era Salomón, el hijo del rey David. Llegó a ser rey de Israel cuando todavía era muy joven. La
Biblia también dice que un día, dos mujeres llegaron discutiendo por un niño (representar la escena: dos mujeres,
un bebé y un soldado con una espada), las dos decían que el niño era de ellas. Pero un niño no puede nacer de dos
madres, ¿es así? Ellas gritaban y le pedían al rey que resolviera la situación. Salomón mandó al soldado tomar el bebé,
y le ordenó cortar al bebé por el medio para darle una mitad a cada una de las mujeres.
Oh, ¡qué cruel! Esperen un poco. En ese mismo momento, una de las mujeres, gritó: “Dadle a ella el niño vivo, y no lo
maten. Pero la otra dijo: Ni a mí, ni a ti. Partidlo”. Salomón entendió quién era la madre verdadera y mandó a que le
entregaran el niño a la madre que pidió dejar el hijo vivo. Y el pueblo quedó admirado por la sabiduría del rey.
Cierto día, una reina vino de muy lejos a conocer a Salomón, porque en todo el mundo se comentaba que nadie era
más inteligente y más sabio que él. La reina de Sabá quedó tan admirada que le dijo a Salomón que era mucho más
sabio de lo que decían.
La Biblia dice que nadie era más sabio que Salomón, ni antes ni después de él. Pero, ¿por qué Salomón era tan
sabio? ¿Le gustaba estudiar? Sí, era verdad. Pero un día, cuando todavía era joven y comenzó a ser rey de Israel,
Dios se le apareció a Salomón mientras oraba, y le preguntó: Salomón, qué quieres que haga por ti. “Pide lo que
quieras que te dé”.
Salomón no pensó mucho, y dijo: Señor, Dios, yo soy joven y no sé cómo ser rey de tu pueblo. Por favor, dame sabiduría
para ser el rey que tú deseas. Dios se sintió tan feliz con el pedido simple y humilde de Salomón, que dijo: Ya que no me
pediste dinero, ni la muerte de tus enemigos, sino sabiduría, serás sabio, tan inteligente que nunca habrá otro más sabio que
tú. Y yo haré de ti el rey más famoso de la tierra si estás siempre conmigo.
Y fue así que mientras Salomón obedeció a Dios siempre sabía qué decir y qué hacer. Cuando le pedimos a Dios lo
correcto, él siempre nos dará lo que pedimos. Salomón hizo una buena elección.
LLAMADO: : Y ustedes, ¿quieren saber siempre cuál es el camino que deben seguir? Hagan como Salomón,
confíen en Dios, sean amigos de Dios y él les enseñará el buen camino.
ORACIÓN: Querido Dios, queremos ser tus amigos para saber el camino correcto, en el nombre de Jesús, amén.
EL NIÑO VALIENTE
(Sugerencia para el sábado especial, 19 de mayo: sábado del niño y Día del Aventurero)
MATERIAL CONCRETO: Fabrique una honda. Es muy fácil. Solo necesitan 30 cm de cuerda y 10 cm de
material imitación cuero; puede ser una tela. En el medio de la cuerda, coloque esa tela. En una de las puntas,
haga un nudo en el que quepa su dedo. Cinco piedritas. David y Goliat para representar.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¿Alguna vez vieron una honda? La honda era muy conocida antigua-
mente (mostrar e ilustrar cómo usarla). Dicen que en las guerras, hombres muy inteligentes y entrenados utili-
zaban la honda para alcanzar al enemigo. Y que solo con una honda lograban derrotar a muchos enemigos, hasta
más que un soldado con su espada. Y yo pensaba que la honda se usaba solo para espantar animales feroces. Pero,
no cualquier persona podía utilizarla, vean: tenían que colocar esta parte en el dedo, tomar la piedra, colocarla en
la posición correcta, sostener la otra punta de la cuerda, girar y soltar esa otra parte para acertar la piedra exacta-
mente donde se espera. Hasta me canso solo de pensar en la dificultad (si es posible, al hablar, mostrar una honda).
David era muy ágil con las hondas, él era pastor de ovejas y tenía que espantar osos, leones, zorros y otros animales
que querían comerse sus ovejas. Era muy valiente. La Biblia dice que ese jovencito luchó con un oso y lo venció,
tampoco tenía miedo de leones. David era muy valiente. Sus hermanos también eran valientes, luchaban en el
ejército del rey Saúl. Pero un día, sintieron mucho miedo porque apareció un gigante, un hombre muy grande,
que hablaba fuerte y quería que alguien fuera a luchar con él. Nadie tuvo el valor de ir (aparece Goliat).
Por eso, el gigante creía que podía burlarse del nombre de Dios. Decía que nuestro Dios no era poderoso sino
débil. ¡Qué escena más triste! Y nadie hacía nada porque todos le tenían miedo a ese gigante. En ese momento
apareció David en el campamento y oyó lo que decía el gigante. Se sintió muy molesto, y dijo: ¡Cómo puede
ese hombre hablar así de Dios y de su pueblo! Yo voy a luchar contra él, ese hombre nunca más se burlará del Dios de
Israel. ¡Qué valiente era David! Pero nadie quería que David fuera a enfrentar al gigante, porque era muy joven-
cito. David era pastor de ovejas, y el gigante era el soldado más importante del pueblo enemigo. Pero David
tenía a Dios y sabía que cuando estamos con Dios, no necesitamos tener miedo.
David corrió hasta el arroyo, tomó cinco piedras y fue en dirección al gigante. No tenía espada ni casco, y nin-
guna vestimenta especial. Cuando el gigante lo vio, le pareció tan pequeñito que comenzó a reírse: ¿Tú vienes
a luchar conmigo? ¿Por qué no me mandan un soldado de verdad? “¿Acaso soy un perro para que vengas a mí con
palos?” David lo miró bien firme, y le dijo: “Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el
nombre del Señor Todopoderoso, el Dios de los escuadrones de Israel, que tú has provocado”. Y ese pequeño pastor de
ovejas giró la honda y con una sola piedra acertó a Goliat en la frente que cayó al suelo. David venció la batalla
y el pueblo quedó libre. Entonces, los filisteos salieron corriendo de miedo y los ejércitos israelitas corrieron
detrás de ellos y los derrotaron.
David se convirtió en un guerrero del Señor; el pueblo lo amaba y algún tiempo después fue rey de Israel.
David fue el rey más importante de esa época. La Biblia lo llama “el hombre según del corazón de Dios”,
porque era amigo de Dios.
LLAMADO: ¿Quién quiere ser como David, valiente y amigo de Dios?
ORACIÓN: Querido Dios, aquí están tus niños, ayúdalos a ser valientes como David, que hagan siempre tu
voluntad y sean tus amigos. En el nombre de Jesús, amén.
LA VIUDA
QUE CONFIÓ
(Sugerencia para el sábado especial 26 de mayo: Impacto esperanza)
“[...] No temas. Ve, haz como has dicho. Pero hazme a mí primero un panecillo cocido bajo la
ceniza, y tráemelo. Después harás para ti y para tu hijo” (1 Reyes 17:13).
MATERIAL CONCRETO: Llevar dos panes; harina y aceite. Un vaso con agua.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¡Buen día! ¡Qué bueno verlos aquí este sábado tan especial! ¿Les gusta
el pan? ¡A mí también! ¿Qué se necesita para hacer un pan? Eso mismo, harina, aceite, agua, esos son los ingre-
dientes principales. Podemos usar también levadura, si queremos que crezca y quede bien esponjoso. Hoy
quiero contar la historia de alguien que necesitaba pan para continuar con vida.
Elías era un profeta, un hombre de Dios, que vivía en el tiempo en que las personas no amaban a Dios, sino a
un dios falso llamado Baal. El pueblo de Israel andaba por caminos equivocados y hacía cosas que entristecían
a Dios. Entonces, Dios le ordenó a Elías que les avisara al pueblo y al rey Acab que pasarían tres años sin lluvia.
No caería ni una gota de agua del cielo, para que entendieran que debían dejar de ser malos y oraran solo a
Dios. ¡Qué triste! Pero esa era la única manera de hacerles entender sus errores.
Dios también le ordenó a Elías que fuera al desierto y se quedara cerca del arroyo de Querit donde tenía agua
para beber. Todos los días el Señor le enviaba a Elías un cuervo que le traía pan. Así, mientras estuvo en el
desierto, Elías tenía agua para beber y pan para comer. Hasta el día cuando el arroyo se secó. Dios le indicó a
Elías que saliera de allí y fuera a un lugar llamado Sarepta. Allá encontraría una viuda que lo alimentaría. Elías
caminó mucho, y cuando llegó a la casa de la señora, le pidió agua. La bondadosa mujer en seguida le trajo un
vaso de agua. ¡Qué agua tan refrescante! Pero Elías estaba con hambre, entonces le pidió a la mujer que le diera
también un pedazo de pan.
La pobre mujer solo tenía un poco de harina y aceite, y le dijo: “Señor, no tengo pan cocido, solo tengo un poco de
harina (mostrar) y un poco de aceite. Ahora juntaba esta leña, para preparar un pan para mí y mi hijo, para comerlo,
y después morir”. Elías que era un hombre de Dios, le dijo: No, hazme primero para mí y después harás para ti y para
tu hijo. “Porque el Señor Dios de Israel ha dicho: La harina no escaseará ni el aceite hasta que el Señor envíe lluvia
sobre la tierra”.
Aquella mujer confió, creyó en Dios. (Ilustrar) Ella tomó la harina, el aceite y amasó un pan, lo cocinó y
cuando estaba listo, se lo dio a Elías (dé a los niños), él comió y estaba muy sabroso. Después, ella volvió a su
cocina y vio que había harina y aceite, se habían multiplicado. Se sintió muy feliz e hizo otro pan para ella y
para su hijo, y fue haciendo muchos panes con ese poquito de harina, hasta que la sequía terminó. Como Elías
había dicho, la harina del pote ni el aceite de la vasija se acabaron hasta que tuvieron otro alimento. Eso sucedió
porque la viuda confió en el profeta del Señor y obedeció; y el alimento de su casa jamás se terminó.
Niños, ¡Dios nunca nos falla! Podemos confiar siempre en él. Elías confió y los cuervos lo alimentaron en el
desierto. La viuda confió y el Señor no permitió que la harina ni el aceite se acabaran.
LLAMADO: Si confiamos en Dios y obedecemos su voz, veremos suceder cosas increíbles en nuestras vidas.
Por lo tanto, ¡confíen!
ORACIÓN: Querido Dios, qué historia linda de tu amor y cuidado. Te agradecemos porque siempre cuidas de
nosotros. Ayúdanos a que todos confiemos siempre en ti. En el nombre de Jesús, amén.
EL SIERVO CIEGO
(Sugerencia para el sábado 2 de junio)
“Y Eliseo oró: ‘Te ruego, Señor, que abras sus ojos para que vea’. Entonces el Señor
abrió los ojos del criado, y vio el monte lleno de gente de a caballo y de carros
de fuego alrededor de Eliseo” (2 Reyes 6:17)
MATERIAL CONCRETO: Una venda para los ojos. Soldados con espadas de juguete. Un hombre/niño para
ser de Eliseo, una estera/colchoneta y el siervo de Eliseo. Música de guerra, si fuera posible, cuando los soldados
estén llegando.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¿A ustedes les gusta la oscuridad? A la mayoría de nosotros no nos gusta, y
muchos hasta le tienen miedo de la oscuridad. En los niños es común, pero pronto pasa, créanlo. En la oscuridad
es más difícil encontrar las cosas y creo que ninguno de nosotros se arriesgaría de ir de un lugar a otro si no ve nada.
Eliseo fue un profeta muy especial. Amaba a Dios y le gustaba pasar bastante tiempo en oración, por eso su vida
era diferente. El pueblo de Israel vivía en guerra; no era un tiempo muy bueno, pero Dios le comunicaba muchas
cosas a Eliseo, hasta cuando los sirios se preparaban para atacar Samaria. Así, cada vez que los sirios aparecían
para pelear contra Samaria, el pueblo de Dios ya sabía y se preparaba para la batalla. Los sirios salían derrotados.
Entonces, el rey de Siria pensó que había un espía o traidor en medio de ellos que le contaba todo al rey de Israel.
Así que hizo una reunión y dijo que quería saber quién era el traidor. Sus soldados le dijeron que ninguno lo trai-
cionaba, pero que existía un profeta en Samaria y que Dios le decía hasta los pensamientos del rey.
El rey se puso furioso cuando lo supo y mandó un ejército grande para prender a Eliseo. ¡Un ejército para
prender solo a un hombre! Fueron armados y cuando llegaron a Samaria era de noche, el profeta y su siervo
dormían, pero con todo el alboroto, el siervo de Eliseo se despertó. Cuando vio el ejército comenzó a gritar con
desesperación: ¡Despiértese Eliseo, despiértese! ¡Los soldados vienen a atraparlo ahora! ¡Vamos a morir! Eliseo
se levantó con calma, miró por la ventana y vio a los soldados. El siervo estaba desesperado, pero Eliseo le dijo:
¡Tranquilízate! Y comenzó a orar: (antes de la oración coloque la venda en los ojos del siervo). Señor, yo sé que los que
están con nosotros son más que los enemigos, pero mi siervo no puede verlos. Por favor, Dios, abre sus ojos para que vea
que estamos protegidos (quite la venda y entran los ángeles).
Al instante los ojos del siervo se abrieron y vio miles de ángeles. Entonces Eliseo oró otra vez y todos los sol-
dados quedaron ciegos. Eliseo los guio hasta el rey de Samaria, y cuando este vio a todos los soldados enemigos
quería prenderlos, pues lo soldados ahora veían, y también sintieron miedo. Pero, como Eliseo era un hombre
de Dios, orientó al rey a dar pan y agua a todos; y después que hayan comido, los dejara en libertad para volver
a su tierra. Qué extraño tratar así a los enemigos, esto solo puede hacerlo quien permite que Dios guíe su vida.
Los soldados volvieron a su país sin hacer ningún daño a Eliseo ni a nadie. Todos volvieron felices, porque el
rey los había tratado bien. Contaron lo sucedido al rey de Siria. ¿Saben cuál fue el resultado? Los sirios no vol-
vieron a hacer guerra contra Israel. ¡Qué linda historia! ¡Qué preciosas lecciones aprendemos con esta historia!
Primero, los ángeles de Dios siempre nos cuidan, y claro, Dios es bueno y él desea que seamos bondadosos
con todas las personas, hasta con los que no nos hacen bien. Es verdad que esto no es tan fácil, pero con Dios
podremos ser bondadosos con todos.
LLAMADO: ¿Cuántos desean tener la presencia de los ángeles y ser bondadosos?
ORACIÓN: Querido Dios, te agradecemos por esta linda historia que habla de tu cuidado y tu bondad. Que-
remos ser tus siervos, así como Eliseo. En el nombre de Jesús, amén.
LA PLENITUD DE
LOS TIEMPOS
(Sugerencia para el sábado 9 de junio)
“Precederá al Señor, con el espíritu y el poder de Elías […] a fin de preparar para el Señor un
pueblo bien dispuesto” (Lucas 1:17)
MATERIAL CONCRETO: Un celular sin carga; una batería; un megáfono o trompeta (puede ser de plás-
tico); un ángel.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¿A ustedes les gusta quedarse solos? ¿Quién se quedó solo alguna vez?
No es nada agradable quedarse solo. Ahora imaginen que están solos y necesitan hablar con su mamá. ¿Qué
necesitan? Claro, un teléfono o celular. Entonces, corren para buscar el celular o teléfono y se dan cuenta que
el teléfono está sin batería. Entonces ¿qué hacen? Claro, lo tienen que poner a cargar y solo cuando esté con
suficiente carga podrán llamar y conversar con su mamá. Van a tener que esperar un buen tiempo, ¿es así? ¿Es
agradable? ¡No! ¡No nos gusta esperar!
Hace mucho tiempo sucedió algo muy parecido con el pueblo de Israel. Ellos vivían desobedeciendo a Dios,
quien hablaba con ellos, pero ellos no lo escuchaban. Entonces, Dios envió a profetas, pero el pueblo de Israel
no les prestaba atención. Por eso, Dios resolvió quitar la carga del celular (mostrar la batería) y la escondió en
un lugar que ellos no la podían encontrar, así no era posible recargar el celular. Y Dios estuvo en silencio. El
pueblo le pedía a Dios profetas, pero él no los mandaba. Durante 500 años el pueblo se quedó sin ningún pro-
feta. ¿Por qué el Señor hizo eso? Porque quería que ellos estudiaran las Escrituras y allí aprendieran la voluntad
de Dios. Niños, el pueblo estuvo como perdido durante todo ese tiempo, pero ¿por qué? Porque ellos tenían la
Biblia de esa época y no la querían estudiar. ¡Qué pueblo desobediente!, ¿no?
El tiempo pasó, 500 años. Un día, Zacarías, un sacerdote muy fiel a Dios estaba en el templo orando por el
pueblo de Israel. Como se demoraba, el pueblo que estaba afuera se preocupó. ¿Qué será que está sucediendo?
Dios envió al ángel Gabriel, el ángel más poderoso del Cielo, para decirle a Zacarías que el silencio había
terminado.
Dios recargaría el celular para comunicarse con el pueblo. Enviaría un nuevo profeta, más especial que cual-
quier otro, pues ese profeta anunciaría al Mesías. Andaría por todas partes diciendo: El Mesías está viniendo,
ya está entre nosotros (usar el megáfono o trompeta). Él prepararía todo para que el pueblo de Israel supiera
cuando llegaría. Y además, ese profeta sería hijo de Zacarías y su mujer Elizabeth. ¡Qué privilegio! Zacarías ya
era anciano y su esposa también. Ahora tendrían un hijo profeta que terminaría con el silencio entre Dios y su
pueblo, y ese hijo anunciaría que el Mesías llegó. La plenitud de los tiempos llegó.
LLAMADO: Niños, Dios quiere conversar con nosotros, pero si somos desobedientes, no vamos a poder oír
su voz. Nunca podemos dejar el celular de Dios sin carga. ¿Y cuál es el celular de Dios? La oración. Si oramos y
buscamos hacer la voluntad de Dios, siempre sabremos el camino por donde andar. Y más, si siempre creemos
en sus palabras, seremos más felices.
ORACIÓN: Querido Dios, te agradecemos porque siempre quieres estar cerca de nosotros. Te pedimos que
nuestros oídos estén siempre abiertos para oír tu voz y que seamos obedientes y hagamos siempre tu voluntad.
En el nombre de Jesús, amén.
“Ahora concebirás en tu seno, darás a luz un hijo, y lo llamarás Jesús” (Lucas 1:31).
MATERIAL CONCRETO: Un ángel y una joven vestida de María (haga la representación en un rincón
mientras cuenta la historia).
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¿Ustedes ya vieron un ángel? A veces, me quedo pensando cómo debe
ser, y ya hasta conversé con él. Yo sé que los ángeles son seres celestiales enviados por Dios para cuidar de mí
y de ti. Cada uno de nosotros tiene un ángel que está con nosotros desde que nacemos. Donde vamos, él va.
Nunca quedamos solos. Y nuestro ángel anota todas las cosas que hacemos, las buenas y las malas, para que
queden registradas en los libros del Cielo.
Pero saben, los ángeles tienen diferentes funciones. Existen ángeles de la guarda, que quedan con nosotros.
Tenemos los serafines, ángeles que tienen seis alas y quedan en el templo del Cielo alabando y adorando a Dios
todo el tiempo. Y existen ángeles llamados querubines, que son ángeles de gran responsabilidad en el Cielo, y
están siempre cerca de Dios y hacen cumplir sus órdenes. La Biblia habla mucho de un ángel querubín, lla-
mado Gabriel. Es un ángel que revela cosas muy importantes a los hijos de Dios. Aparece varias veces en la
Biblia; estuvo con Daniel y con el apóstol Juan anunciándoles cómo serán las cosas en el fin del tiempo.
Imaginen si ustedes recibieran hoy la visita del ángel Gabriel, ¿cómo se sentirían? ¿Se esconderían? (entra el
ángel). Hace mucho tiempo Dios envió a Gabriel a un lugar, sin mucha importancia. Era la ciudad de Nazaret.
Llegó a la casa de una joven (aparece María cuidando de su casa). Ella estaba limpiando su casa, cuando el ángel
apareció, y dijo: Alégrate, muy favorecida. ¡El Señor está contigo! María dejó lo que estaba haciendo, contempló
al lindo ángel lleno de luz y se quedó sin palabras, parada como una estatua. Pensaba qué saludo era ese, y por
qué el ángel la estaba visitando.
María se quedó muy asustada, pero el ángel continuó: “¡No temas, María! Porque has hallado gracia ante Dios”.
Eres una mujer del Señor, eres fiel y pura. Tendrás un hijo, un milagro se hará en ti ese hijo será llamado Hijo del
Altísimo. María se quedó impresionada con las palabras del ángel Gabriel. Ella fue elegida por Dios entre tantas
mujeres, para ser la madre de Jesús. Pero ¿cómo sería posible, si ella no era casada? Dios haría un milagro. Y
como ya sabemos, Dios puede todo. Después que el ángel le explicó todo a María, ¿saben qué le respondió ella?
“Yo soy la sierva del Señor, que se haga en mí conforme a tu palabra”. Y el ángel Gabriel se fue.
María se quedó allí, alegre, pensando en cómo sería tener dentro de sí al Hijo de Dios. Yo leo esa historia y
pienso que Dios es maravilloso.
Queridos chicos, Dios nos elige, aunque seamos pecadores. Él nos ama, como nadie en este mundo. Él tiene
todo el poder para hacer lo que quiera. Por eso, eligió a María, una joven humilde de una ciudad pequeña allá
en un rincón del mundo e hizo de ella la mujer más importante de la Biblia. Él quiere hacer lo mismo por noso-
tros. Solo tenemos que decir como María: “Yo soy la sierva del Señor, que se haga en mí conforme a tu palabra”.
LLAMADO: ¿Cuántos desean ser como María y hacer siempre la voluntad de Dios?
ORACIÓN: Querido Dios, aquí están tus hijos y ellos desean hacer siempre tu voluntad en todos los momentos
de su vida. En el nombre de Jesús, amén.
EL HOMBRE
DEL DESIERTO
(Sugerencia para el sábado especial 23 de junio – Día del anciano)
“He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).
MATERIAL CONCRETO: Una foto de un desierto, un pote de miel. Vista a un niño como Juan el Bautista.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¡Hola, niños! Me gusta estar aquí con ustedes, principalmente, porque
amo las historias. Hoy voy a contarles una historia muy interesante. ¿A quién le gusta la miel? La miel es un
alimento hecho por las abejas, es muy nutritivo y hasta ayuda en el tratamiento de algunas enfermedades. No
todos pueden alimentarse con miel, pero existe alguien en la Biblia que le gustaba mucho.
La Biblia nos cuenta sobre un hombre que era diferente. Él fue un bebé muy esperado, el propio ángel Gabriel
vino a anunciar su nacimiento. Se llamaba Juan el Bautista y fue muy amado por sus padres. Cuando llegó el
momento se fue a vivir al desierto para poder aprender a oír la voz de Dios y hacer su voluntad. Su ropa estaba
hecha de cuero de oveja y comía miel silvestre. La Biblia nos cuenta eso para enfatizar que su dieta era muy
distinta. Juan era alguien que impactaba. Por donde pasaba, las personas se detenían para oír a aquel que hacía
todo diferente: su casa era diferente. Nadie vivía en el desierto, niños, nadie se vestía con ropas de cuero y cin-
turón en su cintura, y además, ¿quién come miel todos los días? Pero no era solo eso. Las cosas que hablaba
también eran diferentes.
Juan el Bautista vino a anunciar un tiempo diferente. Vino para anunciar que el Mesías tan esperado estaba por
llegar. Luego, Jesús comenzaría a predicar que Juan era un heraldo, todos estaban oyendo que el Libertador,
que el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, ya estaba entre ellos y pronto comenzaría a predicar.
Las personas estaban ansiosas y comenzaron a salir todos los días de su casa, intentando encontrar al Mesías que
Juan el Bautista estaba anunciando. Se preguntaban: ¿Dónde está el Mesías? ¿Dónde está el Cordero de Dios?
Eh, ¿usted oyó que nuestro libertador está viniendo? La charla entre todas las personas era la misma. Todos que-
rían saber dónde estaba el Mesías. Juan el Bautista era tan diferente que muchos pensaban que él era el Mesías.
Pero Juan decía que él era la voz que clamaba en el desierto para que todos oyeran y se convirtieran al Señor.
Juan nació con un propósito: Hablar de Jesús. Y lo hizo muy bien.
Niños, ¿sabían que debemos ser como Juan el Bautista? ¡Sí! Él vino para decirles a las personas que Jesús, el
Mesías, el Cordero de Dios estaba llegando. Jesús está volviendo y nosotros nacimos para decirle al mundo que
existe un Dios que nos ama y un cielo que nos espera. Tú eres un elegido de Dios para contarle a tus amigos
sobre Jesús y su amor por nosotros. Si eres como Juan el Bautista, les contarás.
LLAMADO: ¿Cuántos quieren ser como Juan el Bautista y hablar de Jesús?
ORACIÓN: Querido Dios, gracias por estos niños. Que ellos sean como Juan el Bautista y que cuenten de
Jesús a sus amigos. En el nombre de Jesús, amén.
EMANUEL, DIOS
CON NOSOTROS
(Sugerencia para el sábado 30 de junio)
“[...] Y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21).
MATERIAL CONCRETO: Busque con anticipación el significado de algunos nombres de niños de su iglesia.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¡Buen día! ¡Qué bueno poder estar aquí todos juntos para alabar a
nuestro amado Dios! Ustedes ¿saben el significado de su nombre? (Si alguno lo sabe, permita que hable). Me
gusta saber el significado de los nombres, por ejemplo: Ana quiere decir “llena de gracia”; Mateo, “regalo”;
Arturo, “noble”; María significa “trabajadora”; Pedro, “piedra”; Regina, “reina”. Cada nombre tiene un signifi-
cado muy especial.
En los tiempos bíblicos, los padres elegían los nombres de sus hijos no solo por considerarlos lindos, sino de
acuerdo con su significado, porque era lo que ellos deseaban para sus hijos. Entonces, si elegían el nombre
Arturo era porque esperaban que su hijo fuera noble, verdadero y justo.
Era noche cerca de Belén. María y José estaban cansados del largo viaje y ya era hora de detenerse. Fue en ese
momento que María con esa barriga bien grande, embarazada de nueve meses, dijo que los dolores ya estaban
llegando; el bebé pronto iba a nacer. Pero, ¿cómo? Ellos no estaban en casa, no había ningún hospital cerca, ni
conocían ninguna partera y no tenían las ropitas del bebé. ¿Qué podían hacer? María era una mujer muy tran-
quila y yo pienso que no se habrá preocupado con esos detalles.
Y comenzaron a buscar un lugar donde alojarse, pero todos los hoteles de la ciudad estaban llenos. No había
lugar, y José estaba preocupado, pues quería que el bebé naciera en un lugar tranquilo. Después de mucho pre-
guntar, un hombre decidió prestarles el establo, un lugar donde duermen los animales. Había varios animales,
vacas, caballos, ovejas, gallinas. Allí en ese lugar, muy diferente a un hospital, o de nuestra casa, nació Emanuel,
que quiere decir Dios con nosotros, ese fue el nombre elegido por el propio Dios. María lo envolvió en pañales
y su cuna fue un pesebre, un lugar donde se ponía la comida de los animales.
El Hijo de Dios, Jesús, el que salva al pueblo de sus pecados, fue nuestro mayor regalo. Él podría haber nacido
en el palacio más perfecto de este mundo, porque todo le pertenece a Dios. Pero no, el Señor eligió un pesebre,
un lugar sencillo para enseñarnos que no importa quiénes seamos, él quiere habitar en nosotros. Dios quiere ser
Emanuel, Dios con nosotros en todos los momentos de nuestra vida. Dios quiere ser Emanuel, Dios con nosotros,
en todos los lugares donde vayamos.
LLAMADO: Dios nos ama, y por eso envió a Jesús para salvarnos de nuestros pecados. Hoy, él quiere ser Ema-
nuel, Dios con nosotros en nuestras vidas. ¿Cuántos desean que él los cuide?
ORACIÓN: Señor, te alabamos por ser Emanuel, Dios con nosotros. Queremos que a toda hora y en todo lugar
estés a nuestro lado. En el nombre de Jesús, amén.
“Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura, y en gracia ante Dios y ante los hombres” (Lucas 2:52).
MATERIAL CONCRETO: Carteles con los siguientes cálculos: 2+2; 4+4; y las palabras: MENE, MENE
TEKEL UPARSIN y otro con la frase: EL UNGIDO VENDRÁ.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¡Feliz sábado! ¿A quién le gustan las pruebas? A mí me gusta mucho
estudiar y leer, porque así aprendo muchas cosas bien interesantes. Quien estudia, siempre sabe las cosas. Pero
vamos a ver si ustedes saben matemática. Respondan cuánto es 2+2 (muestre el cartel para que sea más lúdico).
¡Eso es, 4! ¡Ustedes son muy inteligentes! Y ahora, ¿cuál es el total de 4+4? ¡Eso mismo! ¡Ustedes son muy
buenos! La respuesta es 8.
Ahora quiero ver si me ayudan a descubrir el significado de algunas palabras. ¿Qué quiere decir: MENE, MENE
TEKEL UPARSIN? ¿No saben? ¿Alguien sabe decir, por lo menos, dónde están escritas estas palabras? Entonces
les voy a decir algo menos complicado, ¿qué significa: ‘El Ungido vendrá’? ¿Quién es el Ungido? ¿Dónde podemos
aprender sobre este tema? ¿No saben? ¿Y ahora?
Les voy a hacer otra pregunta más fácil: ¿Quiénes van a la escuela? ¡Qué bien! ¿Y tienen maestros o maestras?
¿Sabían que en los tiempos de Jesús existían escuelas, pero quiénes enseñaban eran solo hombres? Sí, eran los
sacerdotes los que enseñaban en aquella época. Y cuando un niño no iba a la escuela, los sacerdotes decían que no
sabía nada. Jesús no iba a la escuela como los otros niños de su ciudad. Y ustedes pueden pensar: ¡Qué triste! Pero,
¿sabían que Jesús aprendía con su mamá, María? Ella le enseñaba todo lo que necesitaba saber.
Un día, Jesús fue con María y otros amigos a Jerusalén, porque allá se iba a realizar una linda fiesta, la Pascua. La
ciudad estaba llena de gente, y los sacerdotes estaban en el templo enseñando a las personas. Entonces, Jesús quiso
ir hasta allá, pero solo había hombres adultos, ¿y qué haría Jesús allí? Ah, lo que más le gustaba era aprender de
las Escrituras, oír las historias de los profetas y hablar sobre Dios. Los sacerdotes entonces comenzaron a hacer
muchas preguntas, pero nadie sabía responder, ¿nadie? No, Jesús sabía todas las respuestas, y también decía dónde
estaban escritas.
Los sacerdotes se quedaron asombrados; ¿cómo sabía tanto ese niño si él nunca había ido a una escuela? Y conti-
nuaron preguntándole porque notaron que Jesús sabía más cosas de la Biblia que ellos. Jesús también les hizo
preguntas, pero los más inteligentes de aquella época no sabían todas las cosas como Jesús. ¿Y saben cuántos años
tenía Jesús? Solo doce años. Sí, a los doce años, él ya conocía todas las profecías bíblicas.
Chicos, los que estudian la Biblia y la conocen son personas muy inteligentes y saben las cosas más importantes de
esta vida. Jesús era muy inteligente porque la Biblia era su libro preferido. Ustedes también pueden ser como Jesús.
Quieren saber lo que significa “El Ungido vendrá” y MENE, MENE TEKEL UPARSIN? Esa es una tarea para hacer
en casa, ustedes con sus padres estudiarán la Biblia para descubrirlo. Les doy una ayudita: el significado está en el
libro de Daniel.
LLAMADO: ¿Cuántos quieren hacer de la Biblia su libro favorito, así como Jesús?
ORACIÓN: Querido Dios, te agradecemos por la Biblia, ella me enseña sobre tu amor por mí y sobre las cosas
más importantes de la vida. ¡Que ella sea siempre mi libro favorito! En el nombre de Jesús, amén.
EL BAUTISMO
DE JESÚS
(Sugerencia para el sábado 14 de julio)
EL DESIERTO
(Sugerencia para el sábado 21 de julio)
“Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo”. (Mateo 4:1).
JESÚS Y SU VIDA
DE ORACIÓN
(Sugerencia para el sábado 28 de julio)
“[...] Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, por todos los siglos. Amén”. (Mateo 6:13).
ORACIÓN SIGNIFICADO
Padre nuestro que estás en los cielos, Reconoce que existe un Dios que cuida de noso-
tros, él es nuestro Padre.
Sea hecha tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Jesús quería que su voluntad fuera totalmente cumplida
en esta tierra, como los ángeles lo hacen en el cielo.
Tenemos que agradecer a Dios por el alimento
Danos hoy el pan nuestro de cada día. diario, pero también tenemos que alimentarnos de
las cosas espirituales, estudiando la Biblia y orando.
Sino líbranos del mal. Porque tuyo es el reino el Necesitamos la compañía de los ángeles y su pro-
poder y la gloria, por todos los siglos. Amén. tección para que nada malo nos suceda. Jesús nos
enseña a pedir su cuidado todos los días.
Niños, esa es una oración que debemos hacer todos los días. Dios quiere cuidar de nosotros, quiere darnos
todo lo que necesitamos, pero él quiere oír nuestras oraciones por eso Jesús nos enseñó a orar, y así estaremos
haciendo la voluntad de Dios.
LLAMADO: ¿Cuántos desean aprender a orar así como Jesús?
ORACIÓN: Padre nuestro, que estás en los cielos. Santificado sea tu nombre. Venga tu reino, sea hecha tu
voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy el pan nuestro de cada día. Perdona nuestras deudas, como
nosotros también perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino el poder y la gloria, por todos los siglos. Amén.
LOS ESCOGIDOS
(Sugerencia para el sábado 4 de agosto)
“Entonces Jesús llamó a sus doce discípulos, y les dio el poder […]”. (Mateo 10:1).
MATERIAL CONCRETO: Persona vestida de Jesús; aceite en un frasco de vidrio; doce hombres vestidos de
discípulos, deben estar sentados en la congregación, entre los demás miembros de la iglesia. En el momento
oportuno, se levantan (con una música suave de fondo) salen de sus lugares y se dirigen a Jesús.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¿Quién tiene muchos amigos? Es tan bueno tener amigos, ¿es así? Yo
tengo muchos amigos y me gusta estar bien cerca de ellos para conversar y pasear con ellos. Los amigos son per-
sonas especiales que Dios coloca en nuestra vida para que nuestros días sean más alegres.
Cuando Jesús estuvo en este mundo, muchas personas lo seguían, porque él hablaba de Dios con mucho amor,
enseñaba lo que era correcto y sanaba a los enfermos. Jesús anduvo mucho de una ciudad a otra. En aquella
época no había autos ni aviones ni trenes como en los días de hoy. Jesús viajaba a pie. Y mientras caminaba,
hablaba de las cosas del cielo y muchos podían escucharlo y seguirlo. Y tenía algo más que hacer, existían
muchas personas que necesitaban atención, tantas otras para ser sanadas, y Jesús (entra en ese momento y se
sienta cerca de los niños) resolvió elegir entre toda esa multitud (señala la iglesia) a hombres que lo ayuden a
predicar sobre el reino de Dios; eligió a los que podrían ser sus amigos especiales.
Jesús se levantó entre la multitud y comenzó a llamar: (él mismo los llama, nombrándolos) Simón ven aquí,
Andrés, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo, Santiago hijo de Alfeo, vengan hasta mí. Tadeo, yo
los elijo Simón Zelote, Judas Iscariote. En nombre de Dios, los consagro para proclamar que el reino de los cielos
está cerca, sanar enfermos, expulsar demonios y libertar a los cautivos de sus pecados. (Todos se arrodillan a los pies
de Jesús, mientras él los unge con el aceite, después, todos se sientan cerca de los niños).
Cristo eligió hombres especiales: no eran los más ricos ni los que más habían estudiado en la nación judía, eran
hombres que tenían el corazón más sincero y Dios podría usarlos. Jesús conocía el corazón de cada uno.
Dios llama hoy a niños y niñas para que hablen de su amor. Ustedes no necesitan tener dinero ni ser los más
inteligentes de la sala de clases. Lo que Dios quiere es un corazón bondadoso, que ama y ayuda a las personas
que están sufriendo. Los discípulos de Jesús trabajaron mucho para que todos conocieran sobre el reino de
Dios. Y si hoy estamos aquí, es porque esos discípulos obedecieron la voz de Jesús.
LLAMADO: Cristo nos invita a ser sus discípulos y hablar de su amor a todos los que necesitan. ¿Aceptan ser
un discípulo de Jesús?
ORACIÓN: Querido Dios, te agradecemos por elegir a los discípulos. Gracias también por elegir a cada uno
de estos niños. Señor, tú eres muy bueno con nosotros y nosotros te amamos. En el nombre de Jesús, amén.
LA MUJER
SAMARITANA
(Sugerencia para el sábado 11 de agosto)
“Vino una mujer samaritana a sacar agua, y Jesús le dijo: ‘Dame de beber’” (Juan 4:7).
MATERIAL CONCRETO: Un pozo (puede ser de cartón); una mujer con un pañuelo para representar a la
samaritana.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¿Alguna vez sacaron agua de un pozo? En el pasado las personas usaban
pozos, pues no había agua corriente. Nadie tenía canillas en sus casas y caminaban bastante para sacar agua
de esos pozos. Todavía hoy tienen que hacerlo las personas que viven en el campo, lejos de las ciudades. Van a
buscar agua en los pozos o en los ríos y hasta lavan ropa cerca de lugares donde hay agua.
Un pozo bien cavado puede funcionar por cientos de años. Cuando leemos la Biblia, vemos que Jacob tenía el
hábito de cavar pozos por donde pasaba. A uno de esos pozos se lo conocía como el pozo de Jacob. Ese pozo
que Jacob cavó fue un regalo a su hijo amado José, y tenía 25 metros de profundidad. El agua del pozo era exce-
lente, de ese lugar ustedes oirán una linda historia de la Biblia.
Jesús estaba de viaje de Jerusalén a Galilea, andaba a pie los 175 km de distancia. Sí, era una distancia larga a ser
recorrida. Jesús, cansado del viaje y con seguridad guiado por Dios, decidió detenerse exactamente en ese pozo
construido hacía mucho tiempo. El problema es que ese pozo estaba en tierra de los samaritanos, y estos y los
judíos no tenían buenas relaciones. Eran enemigos, y estar allí era muy peligroso. Pero Jesús sabía lo que hacía.
Cansado, Jesús se sentó al lado del pozo esperando que alguien llegara para sacar agua. El tiempo pasó ¿y quién
apareció? Una mujer, pero los judíos no hablaban con mujeres samaritanas, ¿qué haría Jesús? ¿Se quedaría con
sed o pediría agua? Jesús no tiene prejuicios ni tiene enemigos. Su deseo es salvar a todos, y esa tarde tuvo una
linda conversación con la samaritana.
Cuando la mujer llegó, Jesús leyó su corazón y notó sus tristezas y aflicciones. “Dame de beber”, le dijo Jesús.
La mujer avergonzada, preguntó: “¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy samaritana?” Jesús res-
pondió: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: ‘Dame de beber’, tú le pedirías a él, […] y el que beba
del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás”. ¿Cómo? ¿Nunca más sed? ‘Esa agua debe ser diferente de las demás’,
pensó la samaritana. Ella quería de esa agua. La mujer estaba un poco confundida, pero vio autoridad en las
palabras de Cristo y continuó allí conversando con él hasta entender que Jesús era el Mesías esperado por todos.
La samaritana también esperaba al Mesías, y después de darse cuenta de que Jesús era el Hijo de Dios, se sintió
tan feliz, que corrió hasta la ciudad y llamó a todas las personas que encontró. Les contó que había conversado
con el Mesías y ellos fueron a Jesús y conversaron con él.
Saben, Jesús podría haber desviado su camino, y haber buscado agua en otro lugar, pero él hizo la voluntad de
Dios, y sabía que era allí donde debía estar. La mujer samaritana también podía haber evitado conversar con
Jesús. Si hubiera hecho eso podría haber perdido la mejor oportunidad de su vida. Con esa historia aprendemos
que Jesús ama a todos, y nosotros tenemos que actuar como él: no tener prejuicios y tratar siempre bien a las
personas. También aprendemos que debemos hablarles sobre el amor y sacrificio de Cristo; y los que son sin-
ceros de corazón seguirán a Jesús.
LLAMADO: ¿Cuántos desean hablar del amor de Jesús con otras personas?
ORACIÓN: Querido Dios, te agradecemos por elegirnos para hablar de tu amor a nuestros amiguitos. Que
seamos siempre como Jesús, amén.
EL LEPROSO QUE
AGRADECIÓ
(Sugerencia para el sábado 18 de agosto)
“... ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los otros nueve, ¿dónde están?” (Lucas 17:17).
MATERIAL CONCRETO: La palabra gratitud (Cada letra en una hoja) y pida a niños que entren cada uno
con una letra. Diez leprosos con campanas. Use telas para las vestimentas y use pintura en el cuerpo para imitar
las manchas. Deben entrar por la puerta principal de la iglesia gritando: ¡leproso!
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¿Ustedes saben lo que significa la palabra gratitud (mostrar las letras)?
Bien, gratitud es agradecer a alguien por algo importante que sucedió, es reconocer el bien realizado. Podemos ser
agradecidos a mamá por preparar siempre una comida rica, por cuidar tan bien de nosotros y de papá. Podemos
agradecer a papá por trabajar tanto por la familia. Podemos agradecer a los colegas, por la escuela, por nuestra
mascota y por tantas otras cosas. Desgraciadamente, hay personas que son ingratas, o mal agradecidas, que en
vez de alegrarse con las cosas buenas que reciben, reclaman, se quejan.
La Biblia nos enseña que la gratitud es parte de la vida de los hijos de Dios y cuenta una historia que demuestra
cuán triste es ser desagradecidos.
(Los niños entran gritando: ¡leprosos!) Jesús estaba yendo a Jerusalén y pasaba por Samaria. Y todos prestaban
mucha atención a lo que hacía. Hasta que, de repente, las personas abrieron paso, pues comenzaron a oír:
¡Leprosos! ¡Leprosos! ¡Leprosos! Eran diez hombres que tenían una enfermedad llamada lepra. Como ustedes
saben esa era una enfermedad muy contagiosa y las personas afectadas tenían que mantenerse alejadas de los
demás.
Ellos estaban tristes porque sufrían esa enfermedad, pero sabían que Jesús podría sanarlos. A las personas no les
gustaban los leprosos y se quedaban bien lejos de ellos. Entonces, le pidieron a Jesús que los sanara, pues habían
oído de su poder. Jesús, a diferencia de otras veces, les pidió a los hombres que fueran y se mostraran al sacer-
dote, para que les dijera si estaban limpios o no (pedir a los niños que salgan). La obediencia a las palabras de
Jesús los libraría de la lepra.
Jesús continuó su camino y más tarde fue interrumpido por un hombre que decía: ¡Gloria a Dios! ¡Alabado sea
el Señor! El hombre llegó bien cerca de Jesús, se arrodilló y le agradeció, pues era uno de los leprosos, y ahora
estaba sano. Se sentía feliz y se convirtió en un discípulo de Cristo. Jesús lo miró, y dijo: “¿No son diez los que
fueron limpiados? Y los otros nueve, ¿dónde están? ¿Solo uno volvió a agradecer?
Es muy triste ser ingratos. La ingratitud significa no reconocer las cosas maravillosas que Cristo hace por noso-
tros cada día. Las personas ingratas no son felices y se enferman. Una forma de agradecer es adorar a Dios,
podemos hacerlo con nuestras ofrendas, aunque Dios no las necesita, es una de las maneras de mostrar nuestra
sincera gratitud. Agradezcamos a Dios por lo que hizo, hace y hará por nosotros.
LLAMADO: ¿Quién desea pedirle a Jesús que le enseñe a ser agradecido por todo?
ORACIÓN: Querido Dios, te agradecemos porque Jesús nos enseñó a ser agradecidos. Que todos los días
agradezcamos tu amor y cuidado por nosotros. En el nombre de Jesús, Amén.
EL TOQUE DE FE
(Sugerencia para el sábado especial 25 de agosto – Proyecto Rompiendo el silencio)
“[...] Alguien me ha tocado, porque yo sentí que ha salido poder de mí” (Lucas 8:46).
MATERIAL CONCRETO: Una extensión con una lámpara que funcione y un enchufe.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¡Hola niños! Es muy bueno poder estar aquí para hablarles sobre Jesús.
¿Cuántos ya recibieron una descarga eléctrica? (Muestre el enchufe). No es algo agradable, ¿verdad? Debemos
tener mucho cuidado con los cables, enchufes y cualquier cosa por donde pasa energía, pues una descarga eléc-
trica puede causar grandes problemas, y en algunos casos, puede producir la muerte. ¿Alguien sabe qué es la
energía? Bien, energía es nada más que trabajo o capacidad de producir una acción.
Si yo coloco el enchufe de mi secador de cabellos en la toma corriente, en seguida quedará encendido. Si yo
coloco el enchufe de esta lámpara en la toma corriente, en seguida tendremos luz. La energía es una fuerza que
nos ayuda mucho en nuestras tareas diarias.
La Biblia, sin embargo, habla de una energía, una fuerza, un poder que es sin igual. Esa fuerza no necesita
de descarga eléctrica, ni de enchufes o tomas. El poder de que habla la Biblia viene de Dios, que es pode-
roso y único, puede todas las cosas. Pero para tener el poder que viene de Dios necesitamos algo llamado FE.
Esa palabra tan corta tiene un significado muy importante, significa confianza, creer. ¿Ustedes confían en sus
padres? Yo confío en mi padre, pero también sé que él puede equivocarse y que yo necesito disculparlo cuando
eso sucede. Con Dios es diferente, podemos confiar en él hasta con los ojos cerrados, pues él jamás se equivoca.
Cierta vez, Jesús estaba predicando en Galilea. Allí él era muy conocido y realizó muchos milagros. La multitud que
lo seguía era muy grande, y por todos lados había gente. Todos querían oír las palabras de Jesús y muchos venían para
ser curados. De repente, Jesús se detuvo, y la multitud también se detuvo. Entonces Jesús preguntó: ¿Quién me tocó?
Los discípulos que siempre estaban cerca de Jesús dijeron que la pregunta no tenía sentido, al final la multitud estaba
todo el tiempo oprimiéndolo. Jesús, nuevamente preguntó: ¿Quién me tocó? Pues de mí salió poder.
Saben, chicos, en medio de esa gran multitud, todos se tocaban y empujaban de continuo pues querían estar
más cerquita de Jesús. Pero, el toque de esa persona, el que Jesús sintió, era diferente de los otros. Era una mujer
que sabía que si tocaba a Jesús con fe y confianza, sería sanada. Entonces, con miedo, ella se acercó a Jesús, y le
dijo: Fui yo, Señor, quien te tocó. Estaba enferma hace más de doce años. Hice todos los tratamientos posibles, gasté
todo mi dinero y nada me sanó. Entonces fue cuando oí hablar de ti. Y hoy vine aquí y pensé que si solo pudiera tocar
tu ropa, sanaría. Y fue eso lo que hice, y ahora siento que estoy sana.
Jesús se conmovió con la historia y le dijo a la mujer que podía irse a su casa en paz, porque su fe la salvó.
Muchos tocaron a Jesús, pero ¿por qué solo esa mujer fue curada? Todos sabían que Jesús tenía poder para curar
cualquier enfermedad. ¿Por qué solo una mujer fue sanada? Porque ella tuvo fe, y confió en el poder de Jesús,
hizo lo que debía hacer. Si ella no hubiera ido hasta allí, y si no hubiera tocado el manto de Jesús, continuaría
enferma. Jesús tiene poder. Él es Dios, su poder no necesita un enchufe para funcionar, pero para recibir las
bendiciones de Dios, necesitamos tener fe así como esa mujer. Ella no se quedó parada, siguió a Jesús. Y eso es
lo que Dios espera de nosotros. Entonces, los milagros se realizarán.
LLAMADO: ¿Cuántos desean tener fe en Jesús siempre?
ORACIÓN: Querido Dios, te agradecemos por esta historia que nos enseña que Jesús tiene poder y quiere
ayudarnos en todas las cosas. En el nombre de Jesús, amén.
EL GRANO
DE MOSTAZA
(Sugerencia para el sábado 1 de septiembre)
“[...] y aunque es la más pequeña de todas las semillas, cuando ha crecido, es la mayor de las hor-
talizas, y se convierte en árbol, tanto que las aves del cielo anidan en sus ramas” (Mateo 13:32).
MATERIAL CONCRETO: Una semilla bien pequeñita (si es posible, de mostaza); una foto de la planta de
mostaza.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¿Alguna vez plantaron algo? Las plantas necesitan agua y buena tierra para
crecer y dar frutos, ¿no es cierto? Si la tierra no es buena, no sirve de nada echar la semilla, la planta no brotará.
A Jesús le gustaba mucho contar historias y hablar de cosas que las personas conocían. Una muy interesante es
sobre la parábola de la semilla de mostaza. Dijo que el reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, es
la más pequeña de las semillas. Cuando ustedes ven el grano, pueden pensar que tal vez de él crece una plantita
bien pequeña, pero no, esa semillita tan pequeña cuando se la planta en tierra buena y crece, llega a ser la mayor
de las hortalizas.
¿Qué quería decir Jesús cuando mencionó que el reino de los cielos es semejante a esa semillita de mostaza? Bien,
Jesús quería que las personas entendieran que toda su obra de predicación y de anunciar el evangelio eterno a
muchas personas podría parecer algo pequeño, en aquella época. Pero crecería, así como una semillita de mostaza,
y llegaría a ser grande y bonita. Saben, mucha gente, a pesar de oír las palabras de Cristo, no creyeron en él. Y
eso lo entristecía, pues Jesús deseaba salvar a todas las personas. Muchos pensaban que todo eso no era verdad y
pronto pasaría.
Si pensamos en las palabras de Cristo, vemos que él tenía mucha razón. Su evangelio comenzó a ser predicado
de manera pequeñita, primero Juan el Bautista, después él, sus discípulos. Pero esperen un poco, miren ahora: El
cristianismo, la religión que habla de Cristo es una de las mayores del mundo, por todas partes se habla del amor
de Dios por nosotros y de su deseo de que seamos sus hijos amados. El cristianismo comenzó pequeño, pero hoy
es un gran movimiento.
Ustedes pueden pensar que por ser niños pequeños no pueden hacer grandes cosas. No piensen así. Con Cristo
ustedes pueden ser grandes y podrán hacer grandes cosas para predicar sobre Jesús y su amor a otros. Piensen en
cuántos amiguitos tienen que no conocen a Jesús. Piensen en sus vecinos, y aunque son pequeños pueden hacer
un lindo trabajo si Dios los guía. Es solo aceptar y hablar a otros.
LLAMADO: ¿Quién desea hablar del amor de Jesús a sus amiguitos?
ORACIÓN: Querido Dios, te agradecemos por tu amor y por permitirnos hablar de ti a nuestros amiguitos.
Te pedimos tus bendiciones y tu ayuda para ser pequeños predicadores. En el nombre de Jesús, amén.
“Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor” (Mateo 24:42).
MATERIAL CONCRETO: Carteles de señales de tránsito. Personajes reales: un niño de la calle con un plato
vacío, un hombre vestido de Cristo, un hombre vestido para la guerra, una mujer que deja su bebé (un muñeco)
en el suelo y se va. A medida que se habla de esos personajes, deberán entrar y salir.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: Buen día, queridos chicos, quiero saber una cosa: ¿para qué sirven estos
carteles? (Pare / prohibido estacionar / giro a la izquierda). Ah, sí, los carteles sirven para orientarnos, y decirnos
qué podemos hacer. Son señales que nos ayudan a tener seguridad y a ser cuidadosos.
Hoy quiero hablar con ustedes sobre un tema muy serio. Estoy muy triste, pero muy triste. Ayer estaba mirando el
noticiero, y ustedes no van a creerlo, escuché que una mujer tomó a su bebecito y lo colocó en un cesto de basura
en la calle. El bebé se quedó allí, llorando, y la madre ni miró para atrás, salió corriendo con un pañuelo en la
cabeza para que nadie la reconociera. Me quedé pensando ¿cómo puede una madre abandonar a su hijito así?
Pensando en eso, recordé algo muy importante que Cristo les dijo a sus discípulos. Eran los últimos días de
Jesús en la tierra antes de la cruz, y ellos querían saber cuándo terminaría toda la maldad del mundo, y Jesús les
dijo: Estén atentos a las señales, presten atención y sabrán cuando se acerca el fin del mundo. ¿Y saben de qué señales
habló? Dijo que en los últimos días de la historia del mundo sucederán estas cosas:
• Habrá hombres que dirán yo soy Jesús, y enseñarán cosas que él nunca enseñó.
• Habrá mucha hambre y los niños implorarán un plato de comida.
• Habrá guerras, las personas se matarán unas a otras sin saber por qué.
• El amor se terminará y las hasta las madres abandonarán a sus hijos.
Cuántas cosas malas y tristes ¿no es cierto, niños? Ahora, piensen, esas cosas que Jesús mencionó, ¿ya están
sucediendo en el mundo? ¿Tenemos guerras? ¿Los niños pasan hambre? ¿Hay mujeres que abandonan a sus
hijos? Sí, todas esas cosas y muchas otras están sucediendo y todas son señales, recordativos de que muy pronto
Jesús volverá. Amén, ¡ven, Señor Jesús!
No debemos tener miedo, lo que tenemos que hacer es prepararnos todos los días, orar, leer la Biblia, hablar a
otros del amor de Jesús, porque muy pronto miraremos al cielo y veremos regresar a nuestro querido Jesús. Si
estamos atentos a las señales, estaremos seguros y no nos perderemos por el mundo.
LLAMADO: ¿Cuántos quieren estar atentos a las señales del regreso de Jesús, hablar a otros sobre esto y así
esperar ese día tan especial?
ORACIÓN: Querido Dios, te agradecemos porque dejaste señales que nos avisan que pronto veremos a Jesús.
Ayúdanos a estar atentos y esperar ese gran día. En el nombre de Jesús, amén.
EL MINISTERIO
DE JESÚS
(Sugerencia para el sábado especial 15 de septiembre – Día Mundial del Conquistador)
MATERIAL CONCRETO: Un frasco con hormigas; un ciego; un cojo; un leproso; Jesús (representar la parte
que Jesús cura)
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: Me gustan las hormigas. Creo que son insectos muy lindos y delicados.
Pero desde niña lo que más me atraía de las hormigas es su forma de trabajar, de buscar comida. La hormiga
trabaja unida con otras hormigas, y trabaja sin cansancio durante toda la primavera y el verano para tener
comida suficiente durante el invierno. A las hormigas no les gusta mucho el frío, por eso, en esta época del
año se quedan bien escondiditas. ¿Vieron alguna vez una hormiga llevar una hoja? Ellas son bien fuertes. Otro
detalle sobre las hormigas que me gusta mucho es que mientras van a buscar alimento, entre su hormiguero y
el lugar donde necesitan llegar van dejando un rastro, un camino que otras hormigas pueden seguir sin miedo,
porque es seguro.
En cierta forma, esto me recuerda a Jesús. Cuando él comenzó su ministerio de predicar a la gente, trabajaba
mucho durante todo el día. Conocía el camino y se lo mostraba a todos los que quisieran seguirlo.
En la época de Jesús había muchos maestros, eran personas importantes que querían enseñar algunas cosas.
Pero Jesús era diferente de todos, andaba entre las personas y con ellas y no se preocupaba quiénes eran, porque
deseaba llevar amor y salvación a todos. Por eso, no se detenía.
Jesús visitaba las ciudades y predicaba a todos. La gente le traía cojos, ciegos, leprosos, endemoniados, y él los
sanaba. Jesús iba tanto a la casa del pobre como del rico, pues no despreciaba a nadie. Por eso, algunos amaban
mucho a Jesús y otros lo odiaban. ¡Qué situación!
Como tanta gente seguía a Jesús, los sacerdotes sintieron tanta envidia de Jesús que decidieron matarlo.
Hicieron una reunión cuando el trabajo de Jesús crecía para planear su muerte. Aunque Jesús sabía todo con-
tinuó su trabajo. Por donde pasaba dejaba sus marcas, señaló un camino seguro para llevar el amor de Dios a las
personas. Jesús sabía que llegaría el tiempo cuando ya nadie escucharía su voz, por eso trabajó con dedicación
para cumplir su misión.
Existe un versículo en la Biblia que menciona la misión de Cristo, Isaías 61:1 “El espíritu de Dios, el Señor,
está sobre mí, porque me ungió para predicar buenas nuevas a los pobres. Me envió a vendar a los quebrantados de
corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel”.
LLAMADO: Así como Jesús, nosotros también tenemos una misión: No importa el tamaño, la edad o la
raza, todos debemos trabajar. Así como Jesús, enseñemos a otros el camino que lleva al cielo. Que puedan ser
pequeños misioneros de Cristo.
ORACIÓN: Querido Dios, estamos agradecidos por Jesús y porque él nos ha enseñado el camino que lleva
al cielo. Ayúdanos a ser como él y que nunca nos cansemos de hablar a otros de su amor. En el nombre de
Jesús, amén.
HASTA EL MAR
LE OBEDECE
(Sugerencia para el sábado 22 de septiembre)
MATERIAL CONCRETO: Un barco, los discípulos y Jesús (puede usar fieltro, goma Eva, u otro material),
también puede dramatizar con personas o hasta usar cucharas para representar los personajes y una fuente
como barco.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: Fue un día muy agitado y Jesús y sus discípulos estaban cansados. Él
había predicado a una gran multitud y sanado a muchas personas de diferentes enfermedades. Jesús quería des-
cansar, pero donde iba, la multitud lo seguía, porque todos querían estar cerca de Jesús.
Entonces Jesús tuvo una idea, llamó a Pedro y le dijo: Entremos al barco y pasemos a la otra orilla para descansar.
El viaje no sería corto, y Jesús podría descansar en el barco. Y fue eso lo que hicieron, entraron en el barco y
Jesús se recostó para dormir.
Algunos de los discípulos eran excelentes pescadores y entendían de mar, lluvia o tempestades. El viaje iba
bien, y me imagino que los discípulos comentaban sobre cómo había sido ese día, cómo Jesús había sanado a
los enfermos, sus palabras, el amor demostrado; hasta que en el cielo estrellado aparecieron nubes oscuras, se
levantó viento, hubo rayos y comenzó a llover. Todo bien, Pedro y Juan tenían experiencia en tiempo lluvioso,
todo estaba bajo control hasta que la lluvia se transformó en tempestad (sonido de truenos, lluvia fuerte, usted
misma puede hacer los sonidos).
Intentaron todas las cosas que sabían hacer, pero la lluvia era fuerte y nada de lo que hacían mejoraba la situación.
Entonces comenzaron a desesperarse porque no podían dominar el barco, tuvieron miedo a la muerte, y comen-
zaron a gritar. ¡Nos hundimos! ¡Vamos a morir! En medio de la desesperación recordaron que Jesús estaba allí.
Jesús estaba durmiendo tranquilamente en medio de la tormenta. Llegaron a los tumbos hasta Jesús, lo desper-
taron, y le preguntaron: Maestro, ¿cómo puedes dormir? ¿No te das cuenta que nos hundimos? Por favor, ¡sálvanos!
Con la tranquilidad que Jesús siempre tenía, se levantó y ordenó al viento y al mar: “¡Calla! ¡Enmudece! ¡Quédate
quieto! Inmediatamente el mar se calmó, la lluvia dejó de caer, y todos se asombraron.
Me imagino que los discípulos se quedaron más impresionados que antes. Ellos se preguntaban: “¿Quién es éste,
que hasta el viento y el mar le obedecen?”. Chicos, ¿quién era ese? Sí, era nuestro amado Jesús, él es Dios y tiene
todo el poder.
A veces nos suceden cosas malas, desagradables y tenemos mucho miedo. En cada momento necesitamos
recordar que tenemos a Jesús. Él nos ama, y cuando está en nuestro barco, en nuestra vida, no necesitamos
tener miedo, pues él cuidará de nosotros. Los discípulos no debían haber tenido miedo; Jesús estaba con ellos.
Recuerden siempre: Jesús está con nosotros en todos los momentos. ¡Confíen!
LLAMADO: ¿Cuántos desean tener a Jesús siempre cerca?
ORACIÓN: Querido Dios, te agradecemos porque tú estás siempre con nosotros. Enséñanos a buscar tu
ayuda en los momentos felices o tristes de nuestra vida y a que nunca nos olvidemos de Cristo. En el nombre
de Jesús, amén.
EL CONSOLADOR
(Sugerencia para el sábado 29 de septiembre)
“Y yo rogaré al Padre, para que os dé otro Consolador, que esté con vosotros siempre” (Juan 14:16).
MATERIAL CONCRETO: Lleve un cocodrilo (jacaré) de peluche o plástico, si no lo consigue, puede usar
una lámina.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¿Alguna vez ustedes escucharon la frase: “Él está derramando lágrimas
de cocodrilo”? ¿Cómo es eso? ¿Los animales lloran? Sí, los animales lloran, pero ningún animal derrama
lágrimas, podemos saber que están llorando por los sonidos que producen, pero solo los seres humanos pro-
ducen lágrimas. Decir que está llorando lágrimas de cocodrilo viene del hecho cuando un cocodrilo traga a una
presa, lo hace sin masticar. Entonces, debe abrir bien su boca, lo que presiona toda su cara y el esfuerzo le hace
salir lágrimas, pero en verdad el cocodrilo no está llorando.
Y ustedes ¿lloran mucho? ¿Saben por qué lloramos? Nosotros lloramos por diferentes razones: cuando nos las-
timamos, cuando extrañamos a alguien, cuando queremos continuar jugando con un amiguito y no podemos,
cuando no queremos comer, cuando estamos irritados por algo, pero también podemos llorar de alegría cuando
nos sucede algo muy bueno.
Parece que los niños lloran con más facilidad, especialmente los niños bien pequeños. Nuestros párpados supe-
riores son nuestra fábrica de lágrimas, y allí se producen todas nuestras lágrimas. Saben, no me gusta ver llorar
a un niño; mi deseo es tomarlo en los brazos, acariciarlo con cariño y conversar con él hasta que se calme. Creo
que soy una buena consoladora.
¿Consoladora? ¿Qué es eso? Consolar es exactamente eso, aliviar el dolor, limpiar las lágrimas de alguien y
hacerlo sonreír nuevamente. Esto me recuerda un tema de la Biblia. Jesús estaba conversando con sus dis-
cípulos, posiblemente era el jueves, el último que Jesús pasó aquí en la tierra, pues pronto sería crucificado.
Cristo quería calmar el corazón de sus discípulos, anticiparse a lo que sucedería y explicarles que no quedaría
siempre aquí; tenía que volver al cielo.
Los discípulos se sintieron muy tristes con las palabras de Jesús. Ellos no podían entender por qué Jesús tenía
que morir y por qué tendría que volver al cielo. Algunos, creo, hasta lloraron y le preguntaron: “Jesús, ¿por qué
nos vas a abandonar? ¿No nos amas, Jesús?” Entonces, con mucho amor, les dijo: “Ustedes no lo entienden, pero
escuchen, yo los amo mucho. Entonces, no se preocupen, debo morir, resucitar y volver al cielo, para estar cerca de mi
Padre. Pero no los dejaré solos, les enviaré el Consolador. Él les limpiará las lágrimas de sus ojos, y siempre estará con
ustedes hasta el día que yo regrese”. ¡Qué consuelo!
En aquella época, Jesús pensaba en todo, hasta en alguien para consolar a los discípulos. Y hoy ¿quién enjuga
nuestras lágrimas? Jesús envió su Santo Espíritu para que estuviera siempre con nosotros y lo llamó Consolador.
Por eso nunca estamos solos. Siempre tendremos la presencia del Espíritu Santo con nosotros. Él nos enseña
a ser bondadosos como Jesús, nos enseña sobre su amor y nos da la seguridad de que Cristo pronto regresará.
No se sientan tristes, pues tenemos el Espíritu Santo, el Consolador. Cuando ustedes están tristes o necesitan
llorar, basta pedirle que calme su corazoncito, el Espíritu Santo los cuidará.
LLAMADO: ¿Cuántos desean tener el Espíritu Santo en sus vidas?
ORACIÓN: Querido Dios, te agradecemos por nuestro Consolador, el Espíritu Santo. Ayúdanos a hacer
siempre tu voluntad. En el nombre de Jesús, amén.
MATERIAL CONCRETO: Una botella de agua chica (500 ml); tres cucharas de sopa de bicarbonato de
sodio; 100 ml de agua; un globo vacío; un embudo; un corazón y objetos que les gusta a los niños dentro de
una bolsa (ver en la historia)..
OBSERVACIONES PARA LA EXPERIENCIA: Primero, haga el experimento en casa, para tener la seguridad
de que saldrá bien, y estar más preparada. Antes de comenzar, use el embudo para colocar el bicarbonato de sodio
dentro del globo. El globo solo debe colocarse en la boca de la botella en el momento indicado en la historia, y al
colocarlo, levantarlo para que el bicarbonato caiga en el agua y el globo se infle. Cuanto más bicarbonato, más se
inflará el globo.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: Ustedes ya saben que el Espíritu Santo es un amigo especial que
tenemos aquí en la tierra. Él es quien nos ayuda a amar a Jesús y a parecernos más a Cristo. La Biblia nos acon-
seja a estar llenos del Espíritu. Pero, ¿qué es eso?
Bien, niños, podemos estar llenos de muchas cosas. Estar lleno de algo es llenar nuestro corazón de algo que
nos gusta (mostrar un corazón, sacar de la bolsa los objetos). También podemos estar llenos de TV, de juegos
en video (videogames), podemos estar llenos de nuestros amigos, de comida, de muñecas, de viajes. Nos pueden
gustar todas esas cosas, pero no podemos poner a nada ni nadie en lugar de Jesús.
Cuando colocamos cosas y personas en primer lugar en nuestro corazón (mostrar el corazón) no seremos felices,
pues solo podemos ser felices cuando Jesús es el primero en nuestro corazón. Nada tiene que ser más impor-
tante que él; y así, siempre seremos obedientes y bondadosos.
Pero, ¿cómo dejar que Jesús viva en nuestro corazón? Eso solo sucede cuando estamos llenos del Espíritu Santo.
¿Y cómo sucede? Presten atención para ver como sucede: (tome la botella con agua) imaginen que ustedes son
este globo, el agua simboliza a Jesús que entra en nuestra vida. (Tome el globo y colóquelo en la boca de la
botella cuidando que el bicarbonato no caiga fuera). Cuando oramos y pedimos que el Espíritu Santo viva en
nosotros, Jesús siempre nos escucha y nos llena. (Levantar el globo sin sacarlo de la botella, permitiendo que el
bicarbonato caiga lentamente para que el globo se infle).
Queridos niños, así deben ser ustedes, llenos del Espíritu y no de otras cosas. Muy pronto Jesús volverá para
llevar al cielo solo a quienes buscaron estar llenos del Espíritu Santo todos los días. Serán personas obedientes y
bondadosas como Jesús.
LLAMADO: ¿Cuántos quieren pedir que el Espíritu Santo viva en su corazón, para estar llenos de ese amor
por Jesús?
ORACIÓN: Querido Dios, te agradecemos por el amigo Espíritu Santo, quien nos enseña a amar a Jesús de todo
el corazón. Que estemos llenos del Espíritu Santo todos los días de nuestra vida. En el nombre de Jesús, amén.
LA CRUZ
(Sugerencia para el sábado 13 de octubre)
“[...] Él llevó nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores […]” (Isaías 53:4).
MATERIAL CONCRETO: Use un sol y una luna para ejemplificar el eclipse. Una cruz.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¿Vieron alguna vez un eclipse? Un eclipse se produce cuando la luna
y la tierra están en perfecto alineamiento con el sol y sus rayos quedan tapados parcial o completamente. Si
durante el eclipse, el sol se ocultara completamente, parecerá de noche. Ese es un evento muy interesante en la
naturaleza y si ustedes todavía no vieron ninguno, tal vez algún día lo podrán ver.
Hoy quiero hablar sobre un día muy triste, cuando al medio día todo quedó totalmente oscuro, pero no fue un
eclipse. Ese no era un día común. La ciudad de Jerusalén estaba llena de personas de todos lados, todos habían
venido a celebrar la Pascua, la fiesta más importante para un judío. Pero lo que hizo que ese día fuera tan dife-
rente de los demás no era solo la fiesta.
Durante la noche, los soldados enviados por los sacerdotes, además de un gran grupo de personas fueron hasta
el jardín de Getsemaní, donde Jesús estaba orando. Él sabía que estaba llegando la hora de entregar su vida y
morir en nuestro lugar. Entonces, pasó la noche en oración. Aquellos hombres malos traían antorchas, espadas
y cadenas y prendieron a Jesús. Llevaron a nuestro Salvador para ser juzgado, y aunque no encontraron nada
equivocado en él, lo condenaron a muerte.
La muerte de cruz era la peor de las muertes conocidas en aquella época. Satanás quería hacer sufrir a Jesús más
que a cualquier otro, para que así desistiera de morir en nuestro lugar para salvarnos. Antes de ser crucificado,
Jesús fue azotado, y después colocaron sobre su cuerpo herido una enorme cruz, que no era de él.
Al llegar al Calvario, donde se crucificaban a los malvados, colocaron a Jesús entre dos ladrones. Muchas de las
personas que veían la escena, no tenían amor y decían palabras horribles. Otras miraban el rostro de Jesús, veían
su sufrimiento y tenían la seguridad de que él era el Hijo de Dios. Después de sufrir todo eso, Jesús dijo: ¡Está
consumado! Que quiere decir que su muerte era la victoria sobre Satanás, nuestro enemigo, y ahora podemos
tener esperanza de una vida nueva. Cristo murió por nuestros pecados y para que un día podamos vivir con él
en el cielo.
La Biblia menciona que hubo un terremoto y el cielo se oscureció, el sol no brilló. Fue porque toda la natura-
leza sintió la muerte de nuestro Salvador. Sus discípulos quitaron el cuerpo de la cruz, lo envolvieron en lienzos
y lo colocaron en un sepulcro que estaba en una caverna. Para ellos, toda la esperanza y alegría se había termi-
nado. ¿Será?
LLAMADO: Ustedes son pequeños, pero Dios les dio inteligencia para que aprendan sobre cosas tan impor-
tantes. La muerte de Jesús en la cruz fue el momento más triste de la historia de esta tierra, pero también
el momento más alegre, después del pecado. Porque la muerte de Cristo nos trajo salvación. Jesús fue la
OFRENDA MÁS GRANDE Y PERFECTA, porque trajo salvación a todas las personas.
ORACIÓN: Querido Dios, te alabamos y te agradecemos por Jesús y por su sacrificio en nuestro lugar. Que
nada en este mundo sea más importante para nosotros que nuestro Señor. En el nombre de Jesús, amén.
REFLEJEMOS
A CRISTO
(Sugerida para el sábado especial 20 de octubre – Día del pastor)
MATERIAL CONCRETO: Una linterna; una taza (o cualquier otro objeto que tape la luz y se proyecte
una sombra).
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¿Cuántos tienen una sombra? Cuando caminan en un día soleado se
proyecta una sombra, ¿ya observaron su sombra? Y si observan un animal o un objeto, ¿será que todo tiene
sombra? ¿Por qué a veces no vemos nuestra propia sombra?
Una sombra es una región oscura formada por la falta de luz, provocada por un obstáculo. Una sombra ocupa
todo el espacio que está detrás de un objeto que tiene una fuente de luz frente a él. La sombra cambia de posi-
ción según el origen de la luz. El objeto o persona está expuesto a algún tipo de luz (solar, eléctrica, etc.), pero
bloquea la luz (use los objetos para ejemplificar) y por lo tanto, crea lo que llamamos sombra.
¿Por qué hablamos de esto? Después de que Jesús subió al cielo, sus discípulos se empeñaban en hacer lo mismo
que había hecho Jesús. Ellos iban de ciudad en ciudad, predicaban sobre Jesús, sanaban a las personas y bauti-
zaban. Por todas partes, el nombre de Cristo quedó conocido hasta en lugares más lejanos. Todos querían oír a
los discípulos de Jesús. La Biblia dice que mucha gente, de las ciudades cercanas a Jerusalén, venía trayendo a
los enfermos y endemoniados y todos eran curados.
Lo que más me llama la atención es que la Biblia también dice que por donde Pedro pasaba, muchos lo seguían
y la multitud era tan grande, que algunas personas colocaban en el camino camas con enfermos y cuando él
pasaba si por lo menos su sombra lo tocaba, el enfermo quedaba curado. ¡Qué poder! Es para quedarse con la
boca abierta ¡solo una sombra! En verdad, niños, lo que sanaba no era la sombra, era la fe que aquellas personas
tenían en el Cristo que Pedro predicaba. Ellas sabían que Pedro había estado con Jesús, el que tenía poder y solo
querían estar cerca de quien reflejaba a Cristo.
Chicos, Jesús era la luz de la vida de Pedro y de todos los demás discípulos. Por eso, el reflejo de ellos era Cristo.
Cuando las personas miraban a los discípulos, veían proyectada una sola persona: Cristo Jesús, el Mesías, el Sal-
vador del mundo. Para ellos Cristo era lo más importante, nada en el mundo tenía más valor que amar a Dios
y hacer su voluntad.
LLAMADO: Si amamos a Jesús como los discípulos, las personas nos mirarán y verán a Jesús. Así, estaremos
predicando aún en silencio sobre nuestro Salvador.
ORACIÓN: Querido Dios, te agradecemos por tu amor siempre presente en nuestra vida. Hoy queremos
pedir que Cristo sea la luz de nuestra vida y que al mirarnos todos vean a nuestro Salvador. En el nombre de
Jesús, amén.
ÉL RESUCITÓ
(Sugerida para el sábado 27 de octubre)
“E id de prisa a decir a sus discípulos que ha resucitado de los muertos […]” (Mateo 28:7).
MATERIAL CONCRETO: Ruido de terremoto; hojas de palmeras para que los niños las agiten mientras
dicen: ¡Él vive!
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¿Alguna vez se sintieron muy tristes? ¿Y alguna vez lloraron tanto que
parecía que no podían dejar de llorar? No siempre llorar es bueno; a veces, lloramos porque no tenemos espe-
ranza que las cosas cambien. La Biblia cuenta que después de la muerte de Jesús, los discípulos estaban muy
tristes y lloraban mucho. Pensaban que todo había terminado.
Era de madrugada, el sol todavía no había salido; los soldados romanos vigilaban el sepulcro de Jesús, cuando
hubo un gran terremoto, y de repente, un ángel vino del cielo, quitó la piedra que cerraba el sepulcro de Cristo
y se sentó allí. Jesús, entonces, salió del sepulcro y fue a encontrarse con sus discípulos.
Los discípulos estaban muy tristes, tan tristes que no podían pensar en las palabras de Jesús sobre su resur-
rección. Para ellos todo había terminado. María y otras mujeres fueron bien temprano a visitar el sepulcro,
llevaban perfumes. Cuando llegaron, encontraron la tumba vacía. Había un ángel que les dijo que Jesús había
resucitado, pero ellas no creyeron.
María Magdalena salió de allí desesperada, buscando a Jesús. Fue cuando se encontró con un hombre, y sus
ojos estaban tan llenos de lágrimas, que le preguntó: “Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto”. El
hombre simplemente respondió: ¡María! Esa voz era la más especial entre todas las demás y ella la reconoció,
era Jesús mismo. Humildemente, María se arrodilló a los pies de su Maestro. Jesús le dijo que llevara la noticia
a los discípulos.
María corrió a contar las nuevas de la resurrección a los discípulos. Todos estaban reunidos en una casa, tenían
miedo de lo que los sacerdotes podrían hacer con ellos. María contó todo lo que vio y lo que sucedió, pero
muchos no querían creerlo.
La Biblia dice que estaban reunidos y mientras hablaban sobre eso, Jesús llegó. Todos quedaron asombrados,
pero el Señor dijo: “¡Paz a vosotros! No tengan miedo, soy yo”. Vengan, toquen mis manos y vean que soy yo. Jesús
resucitó, ¡él vive! ¡Él vive! Decían los discípulos mientras se abrazaban. ¡Él vive! Todas las lágrimas cesaron y
ahora solo era alegría.
Después de que Jesús resucitó, se quedó por 40 días con sus discípulos enseñando sobre las verdades que nece-
sitaban saber. Y muchas otras personas pudieron ver a Jesús resucitado.
LLAMADO: Fue por amor y por el deseo de salvarnos que Cristo murió y resucitó. Él vive y en breve volverá
para buscar a quienes lo aman. Que amemos a Jesús de todo nuestro corazón
ORACIÓN: Querido Dios, te agradecemos por tu gran amor y por habernos enviado a Jesús para salvarnos.
Que Jesús sea la persona más importante de nuestra vida. En el nombre de Jesús, amén.
ÉL VENDRÁ
OTRA VEZ
(Sugerencia para el sábado 3 de noviembre)
“[...] Ese mismo Jesús, que ha sido llevado de vosotros al cielo, volverá del mismo modo en que lo
habéis visto ir al cielo” (Hechos 1:11).
“Pero un ángel del Señor, abrió de noche las puertas de la cárcel, los sacó fuera […]” (Hechos 5:19).
ANIMALES EN
UN LIENZO
(Sugerida para el sábado 17 de noviembre)
MATERIAL CONCRETO: Un lienzo grande; animales de plástico: caballo, jirafa, elefante, yacaré, sapo,
pájaros. Alguien para interpretar a Pedro.
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¿A ustedes les gustan los animales? ¿Qué animal les gusta más? (Per-
mita que los niños hablen). A mí me gusta mucho el oso (muestre el oso u otro animal de su preferencia). Es
grande, bien gordito y su pelo es muy suave. A pesar de ser tan grande y tener esa cara tan tierna, el oso es un
animal bien fuerte y no podemos llegar muy cerca de él porque puede asustarse y atacarnos.
Al oso le gusta la miel. Lo interesante de este animal es que come mucho durante la primavera y el verano,
puede llegar a engordar un kilo por día, para poder dormir durante todo el invierno. ¡Qué dormilón! Debe
soñar bastante. ¿Alguna vez soñaron con un oso?
Un día el apóstol Pedro tuvo un sueño bien raro (aparece Pedro durmiendo). Soñó con un oso. De repente, vio
un lienzo que descendió del cielo, bajaba sostenido de las cuatro puntas. En ese lienzo había un oso, y no solo
el oso, había un caballo, jirafa, yacaré, cebra, sapos, patos y muchos animales cuadrúpedos, reptiles y aves del
cielo. En verdad, Pedro tuvo una visión dada por Dios. Y una voz decía: “Levántate, Pedro. Mata y come”. Qué
extraño, la Biblia dice que no debemos comer carne de jirafa, de caballo y de ninguno de esos animales. Están
en la lista de animales prohibidos de Levítico 11.
Pedro nunca había comido esos animales, y no los comería. Entonces, Pedro respondió: “Señor, no. Ninguna
cosa profana e impura he comido jamás”. La voz le habló por segunda vez: “Lo que Dios limpió, no lo llames pro-
fano”. Esto sucedió tres veces, y el lienzo fue subido al cielo. Pedro no comió esos animales.
¿Qué quiere decir esa visión? Pedro se quedó pensando qué significaba esa visión y qué quería decirle Dios con
eso. Con seguridad no era que de ahora en adelante debía alimentarse de esos animales, de ninguna manera.
Mientras Pedro pensaba en eso, llegaron unos hombres enviados por Cornelio que lo buscaban para llevarlo
con ellos hasta un lugar llamado Cesaréa, una ciudad romana.
Cornelio era un hombre muy importante, había oído hablar de Jesús y quería saber más. Pero Pedro solo pre-
dicaba a los judíos. Tenía cierto prejuicio de los romanos. Entonces, el Señor le dijo a Pedro: “Tres hombres te
buscan. Levántate, y ve con ellos sin vacilar, porque yo los envié”.
Pedro simplemente obedeció, y más tarde entendió. Con esa visión, Dios quería que él entendiera que ante el
Señor todas las personas son dignas de oír acerca de Jesús. No podemos hacer acepción de personas ni consi-
derar que algunas son mejores que otras. Jesús murió por todos. Más tarde, Pedro llegó a ser el primer evange-
lista entre los romanos, los que crucificaron a Jesús.
LLAMADO: No podemos despreciar a otros niños, si seguimos a Jesús seremos como él, amaba a todos y los
trataba muy bien.
ORACIÓN: Querido Dios, vivimos en un mundo donde falta amor por otros. Te pedimos que nos enseñes,
así como le enseñaste a Pedro, a amar y hablar de Cristo a todos. En el nombre de Jesús, amén.
EL HOMBRE QUE
CAYÓ AL SUELO
(Sugerencia para el sábado 24 de noviembre)
LOS VIAJES
DE PABLO
(Sugerencia para el sábado 1 de diciembre)
“Habiendo dicho esto, tomó el pan, dio gracias a Dios en presencia de todos, y
partiéndolo, empezó a comer” (Hechos 27:35).
MATERIAL CONCRETO: Imagen de una serpiente; una víbora, un mapa del mundo o globo terráqueo
(puede conseguirlo en una escuela, imprimir el mapa o dibujarlo).
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¿A quién le picó alguna vez una víbora? Creo que a nadie, ¿es así? Si
no, podría no estar vivo. Las víboras son animales muy peligrosos y venenosos. Por eso debemos quedar bien
lejos de ellas, especialmente cuando estamos en medio de la naturaleza, en un campo, por ejemplo.
El apóstol Pablo, después que se convirtió en discípulo de Cristo, recibió un llamado muy especial para pre-
dicar a las personas en todas partes. Como él hablaba varios idiomas, le resultaba más fácil comunicarse. Viajó
por muchas ciudades en Europa y Asia, y miles de personas aceptaron a Jesús como su Salvador, a través de sus
sermones. Pero al final de su vida, sin querer lo mordió una víbora venenosa y no le pasó nada. ¿Quieren saber
cómo fue?
Pablo estaba yendo a Roma, lo llevaban para ser juzgado por predicar acerca de Jesús. Ese fue su último viaje.
No fue un viaje nada fácil. El tiempo cambió completamente y Dios le mostró a Pablo que ese no era un buen
día para continuar el viaje por mar, pero el comandante no quiso escuchar a Pablo y se arriesgó a seguir.
En medio del viaje, se levantó una tormenta, y perdieron el barco porque se rompió golpeado contra las rocas.
Dios protegió a las personas del barco y nadie murió. La isla donde naufragaron se llamaba Malta, sus habi-
tantes fueron bondadosos con ellos y les dieron comida y un lugar donde protegerse. Como hacía frío necesi-
taban calentarse.
Cuando Pablo juntaba algunas ramas secas, para echarlas al fuego, una víbora, huyendo del calor, se prendió de
su mano. Los hombres se quedaron preocupados porque era una víbora venenosa. Pablo sacudió al animal en el
fuego y no sufrió ningún mal.
Todos esperaban que Pablo muriera, pero nada sucedió, y para todos quedó claro que el apóstol tenía la pro-
tección divina. Fue exactamente lo que Jesús dijo sobre quienes predicarían el evangelio. Se encontrarían con
serpientes, pero estas no les harían daño.
LLAMADO: Dios protege a sus hijos. No tengan miedo de lo que pueda suceder por hablar de Jesús. Él cuida
de ustedes.
ORACIÓN: Querido Dios, te agradecemos por cuidarnos en todos los momentos de nuestra vida. En el
nombre de Jesús, amén.
EL DISCÍPULO
EN UN ISLA
(Sugerencia para el sábado 8 de diciembre)
“¡Dichoso el que lee las palabras de esta profecía, y dichosos los que la oyen, y guardan lo que está
escrito en ella, porque el tiempo está cerca!” (Apocalipsis 1:3).
MATERIAL CONCRETO: Haga una maqueta sencilla que represente una isla. Use su creatividad, use
agua, arena y algo verde para mostrar flora; un muñeco pequeño para ser de Juan (puede hacerlo de palitos
de fósforo).
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: Una isla es una porción de tierra seca, rodeada por agua. Las islas
pueden ser bien pequeñas y también pueden ser grandes habitadas por muchas personas. En la Biblia se men-
ciona una isla que se la conoce como la isla de Patmos.
Juan era uno de los discípulos más cercanos a Cristo. Durante todo el ministerio de Jesús, Juan estaba cerca de
él, y siempre escuchaba con mucha atención las palabras de su Maestro. La vida de este hombre cambió com-
pletamente. A Juan se lo conocía como hijo del trueno, pero después de estar con Cristo, se transformó en el
discípulo del amor. Así como Pedro y los demás discípulos, Juan luchó por la misión de predicar a Cristo y su
segunda venida.
Predicó en una época muy difícil. La iglesia estaba siendo perseguida; muchos cristianos perdieron sus vidas.
En medio de esa persecución, Juan fue llevado prisionero, y para tener la seguridad de que no hablaría a nadie
sobre Cristo, lo llevaron a la isla de Patmos. Allá quedó solo sin tener a quien predicar.
Pero Dios siempre transforma el mal contra sus hijos en bien, y en esa isla apartada, le dio a Juan la visión más
importante para nosotros los cristianos que vivimos en el tiempo del fin. Esa visión, que fue escrita por Juan y
enviada como carta a las iglesias de aquella época, es el último libro de la Biblia, llamado Apocalipsis, que sig-
nifica revelación.
Dios, a través de Jesucristo, le mostró a Juan las cosas que sucederían en los últimos días de la historia de este
mundo, antes de que Jesús regrese a buscarnos. Saben, mucha gente tiene miedo de ese libro, pero no necesi-
tamos temer. Las cosas que están escritas en este libro nos dan esperanza, y no importa lo que intenten hacer
con los hijos de Dios, el Señor nos protegerá y seremos victoriosos.
Juan estaba en una isla, rodeado solo de agua, pero allí tenía la presencia de Dios; entonces, tenía todo lo que
necesitaba para ser feliz. Él sabía que un día estaría en el cielo y todo el mal quedaría olvidado.
Juan, Pedro, Pablo, son algunos de los personajes que dieron todo lo que tenían, hasta su vida, para que otras
personas conocieran a Jesús. Saben chicos, Jesús está por volver, él lo prometió y las señales nos muestran que
pronto lo veremos en las nubes del cielo. Tenemos que ser como esos hombres, amar tanto a Jesús que con valor
hablemos siempre de él en todo lugar donde vayamos.
LLAMADO: Jesús los invita hoy a cada uno de ustedes a ser sus pequeños discípulos para decirle al mundo
que él volverá pronto. Ustedes no están solos.
ORACIÓN: Querido Dios, te agradecemos por la vida de Juan. Que nuestra vida también sea una vida de ser-
vicio a ti. En el nombre de Jesús, amén.
EL ÁRBOL DE LA VIDA
(Sugerencia para el sábado especial 15 de diciembre - Navidad)
“En medio de la plaza de la ciudad, a uno y a otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que
lleva doce frutos. Cada mes da su fruto [...]” (Apocalipsis 22:2).
“Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos [...]” (Apocalipsis 21:4).
“Mirad que viene con las nubes; y todo ojo lo verá, aun los que lo traspasaron. Y todos los linajes
de la tierra se lamentarán por él. ¡Así sea! ¡Amén! (Apocalipsis 1:7).
MATERIAL CONCRETO: Una mesa; tres vasos transparentes; una cuchara; 200 ml de agua; un paquete de
jugo en polvo; 100 ml de agua sanitaria/lavandina/cloro; sonido de trompeta; ángel y Jesús.
ORIENTACIONES: Colocar sobre la mesa los tres vasos, escribir en los vasos: Nosotros, Pecado y Jesús;
colocar en cada uno de los vasos los siguientes ingredientes: en el vaso nosotros, agua; en el vaso pecado, jugo
en polvo; en el vaso Jesús, cloro (en lo posible haga el experimento en casa antes de hacerla con los niños).
HISTORIA CONTEXTUALIZADA: ¡Buenos días, niños! ¿A cuántos les gustan los experimentos? Hoy apren-
deremos cómo Dios limpia los pecados. Cuando Dios nos creó, dijo: Hagamos al hombre parecido a nosotros, será
amable y puro. Y fue así que nos hizo Dios, puros y limpios como esta agua (mostrar el vaso con agua). Saben
niños, nosotros éramos parecidos a Dios, nos gustaban las cosas que le gustan a Dios y vivíamos muy felices.
Pero, desgraciadamente, un día nosotros, desobedecimos, y el pecado entró en el mundo (mostrar el vaso pecado);
y ya no éramos puros, pues el pecado nos ensució (derramar el jugo en polvo en el agua y mezclar con una
cuchara), no podíamos vivir más en el jardín y fuimos expulsados del paraíso. Dios se sintió muy triste, porque
nos ama mucho. Nuestro Dios siempre tiene un plan, y él no nos dejaría así, sucios. Iba a resolver ese problema.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él, no perezca, sino
tenga vida eterna”. Entonces él envío a Jesús (mostrar el vaso de Jesús), tan puro y bondadoso, lleno de amor por
todos. Jesús llevó mi pecado, y tu pecado, murió en una cruz y así tenemos la salvación (derramar el líquido del
vaso Jesús en el vaso nosotros, espere para que el líquido se aclare). Así, por la muerte de Cristo podemos ser lim-
pios nuevamente, y podemos parecernos nuevamente a Dios.
Pero, si Jesús nos limpia del pecado, si eso nos hace parecidos a Dios nuevamente, ¿por qué continuamos aquí
en esta tierra? ¿Por qué todavía existen enfermedades, muerte y tanta tristeza? Es porque Dios está esperando por
muchas otras personas que todavía no están aquí en la iglesia. Son personas que no conocen a Cristo.
Dios desea que todos tengan la misma oportunidad de conocer la salvación en Jesús. Muy pronto, muy pronto,
oiremos el sonido de trompeta muy fuerte (colocar el sonido de trompeta, si alguien sabe tocar pida que lo haga
para que quede mejor, mientras tanto Jesús entra con los ángeles), una música celestial y en ese momento nuestras
miradas serán atraídas al cielo, y allá en las nubes, con los ángeles, veremos a Jesús.
Él viene a buscarnos y seremos para siempre como él, perfectos, puros y limpios. ¡Deseo mucho que llegue ese día,
porque quiero vivir para siempre con mi Jesús, aquel que murió en la cruz para salvarme!
Pronto comenzará un nuevo año y junto con ustedes quiero anunciar que ese será el mejor momento de la historia
de este mundo.
LLAMADO: ¿Cuántos desean ser puros como Jesús y un día vivir en el cielo con él?
ORACIÓN: Querido Dios, ¡qué bondadoso eres Señor! Te agradecemos por amarnos tanto y enviar a Jesús
para salvarnos. Por favor, ayúdanos a estar siempre a tu lado para que cuando Jesús regrese, podamos ir con él al
cielo. En el nombre de Jesús, amén.