Derecho A La Huelga
Derecho A La Huelga
Derecho A La Huelga
Con un presupuesto de solo 3,7% resulta bastante lógico que se surjan problemas
como el que hoy presenciamos; esta afirmación no resulta para nada gratuita pues
al contar con un reducido presupuesto, las limitaciones de la aplicación del Sistema
Educativo, sobre todo en un país que cuenta con aspectos tan particulares como su
accidentada geografía y su diversa multiculturalidad, se convierten en algo más
bien, para nuestro pesar, esperado. Vemos así que el Derecho a la Educación ya
de por sí, por lo menos en opinión del autor, sufre carencias indudables en nuestro
contexto. Tema para investigación aparte resulta el carácter conservador y casi
escolástico que nuestro país aún mantiene a pesar de ser, por lo menos en Teoría,
un Estado Laico.
Por otra parte, siendo también un pilar de la satisfacción del Derecho a la Educación,
tenemos a los educadores, quienes reclaman hoy otro Derecho de Vital Importancia:
Un sueldo digno a través de la Huelga. En concatenación con el paupérrimo
presupuesto destinado a la educación, no es de extrañar que tengamos también de
los peores sueldos docentes del globo.
A nivel legal, el Código del Trabajo, define la huelga como un “derecho que tienen
los trabajadores y trabajadoras involucrados en procesos de negociación colectiva
reglada para suspender las actividades a que se encuentran obligados en
conformidad a sus contratos individuales, habiendo cumplido los demás requisitos
legales”. Por tanto, los trabajadores con derecho a huelga son quienes pueden
encontrase involucrados en procesos de negociación colectiva.
El artículo Artículo 28° de la constitución política del Perú señala que el Estado
reconoce los derechos de sindicación, negociación colectiva y huelga. Cautela su
ejercicio democrático: garantiza la libertad sindical, fomenta la negociación colectiva
y promueve formas de solución pacífica de los conflictos laborales. La convención
colectiva tiene fuerza vinculante en el ámbito de lo concertado y regula el derecho
de huelga para que se ejerza en armonía con el interés social. Señala sus
excepciones y limitaciones.
El autor Valente Sini, ofrece una versión restrictiva del derecho de huelga, ya que
concluye que el ámbito propio de éste se reduce a los conflictos entre trabajadores
o empleadores del sector privado, vinculados por un contrato de trabajo, en los se
dilucidan pretensiones relacionadas con el status laboral de los huelguistas y cuyo
acogimiento encuadra dentro de las atribuciones y poderes del empleador. Se sitúa
así fuera de esos límites a las medidas que se llevan a cabo frente al Estado, por
parte de los agentes vinculados a éste por una relación de empleo o función pública,
o como presiones para inducir a los poderes estatales a la adopción de medidas de
contenido económico social.
Para el autor Ojeda Avilés, servicios esenciales son “aquellos sin cuyo
funcionamiento colapsa la sociedad inmediatamente: el abastecimiento de víveres,
el suministro de energía, la protección vital de las personas, las comunicaciones. Se
trata de actividades comprendidas bajo las denominaciones de “servicios de
reconocida e inaplazable necesidad” o “actividades de interés vital”.
En el caso que la huelga afecte servicios públicos esenciales, es decir aquellos cuya
paralización ponga en peligro la seguridad de las personas o bienes, los
trabajadores en conflicto deberán garantizar la permanencia del personal
indispensable con el fin de interrumpir la suspensión integral de labores. No todos
los ordenamientos jurídicos cuentan con una definición de servicios esenciales
plasmada en su legislación específica.
Conclusiones