La Manzana de Blancanieves (Sol Silvestre)

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Sol Silvestre

La manzana de
Blancanieves
y otros cuentos enrimados

Ilustraciones: Perica

pequeñaAldea
Silvestre, María Soledad
La manzana de Blancanieves : y otros cuentos enrimados . - 1a ed. - Buenos
Índice
Aires : Gran Aldea Editores - GAE, 2011.
88 p. : il. ; 20x14 cm. - (Pequeña Aldea / Michelle Kenigstein)

ISBN 978-987-1301-46-1
Prefacio para los grandes............................................ 9
1. Literatura Infantil y Juvenil Argentina. I. Título.
CDD A868.928 2 1. La madrastra está llorando......................................13
2. La manzana de Blancanienves................................15
Diseño de colección y diagramación: Michelle Kenigstein
Cuidado de la edición: Estela Falicov 3. ¡Yo quiero ser de madera! ......................................17
Actividades: María Soledad Silvestre
Gestión editorial: Carolina Kenigstein 4. La rana encantada..................................................20
Corrección: Luciana Pérez Andrada
Ilustraciones: Perica 5. Tiempos modernos................................................. 22
Fotografías: Fernando Paredes
6. Siete de un golpe.................................................... 24
1a edición: marzo de 2011
7. ¡Rapónchigos!, ¿y ahora?...................................... 26
ISBN: 978-987-1301-46-1 8. El príncipe vago..................................................... 29
2011 © Gran Aldea Editores 9. La escuela del bosque............................................ 33
© Pequeña Aldea, un sello de Gran Aldea Editores
10. Fue la bruja lavandina......................................... 34
Tel.: (5411) 4584-5803 / 4585-2241
[email protected]
11. El príncipe danzante . ........................................... 36
www.granaldeaeditores.com.ar
12. Piel de guapo........................................................ 39
Esta primera edición de 1500 ejemplares se terminó de imprimir en el mes de
noviembre de 2010 en Área Cuatro SRL, Chingolo 480, Tigre, Provincia de Buenos
13. Alegato del sapo ................................................... 42
Aires, República Argentina. Email: [email protected]
14. Los duendes del zapatero . .................................. 44
Hecho el depósito que establece la ley 11.723 15. ¿Nadie piensa en los zapatos?............................. 46
Se prohíbe la reproducción total o parcial, por cualquier medio electrónico o mecánico incluyendo
16. El testigo . ............................................................ 48
fotocopias, grabación magnetofónica y cualquier otro sistema de almacenamiento de información,
sin autorización escrita del editor. 17. Cuestión de perspectiva ...................................... 50
18. El genio malhumorado ....................................... 52
19. China va a al rescate . .......................................... 54
20. Lucas en el mundo del espejo ............................ 59
21. Julián en el país de las Maravillas ...................... 62
22. La lámpara Más-más brillosa ............................. 67
“Y la verdad es que después de haberte
23. El campeonato .................................................... 69 oído durante mil y una noches, me encuentro con
24. ¡Ábrete, Sésamo! (¡por favor!) . .......................... 72 el alma profundamente cambiada y alegre,
25. ¡No hay derecho! . ............................................... 74 con ansias de vivir.”
(Rey Schariar a Scherezada)
26. Una despedida para mis lectores ........................ 77
Y Colorín, Colorado... ................................................ 81
¡Me animo a todo!...................................................... 83
¡Aquí están, ellas son!................................................. 87

4 5
Dedicatoria enrimada

Son los cuentos enrimados


para mis dos hombrecitos,
para que nunca se queden
sin ganas de imaginar.

Que estos versos enredados


en los cuentos infinitos
para siempre les recuerden
la importancia de soñar...

Porque sí, porque los amo,


¡y cuánto los necesito!
son mis cuentos de juguete
para Lucas y Julián.

7
Introducción

Hace muchos años, los cuentos


circulaban de boca en boca. Esto
quiere decir que, por ejemplo, el
panadero le contaba una historia al
zapatero; el zapatero al ebanista; el
ebanista al boticario; el boticario al
sastre; el sastre a su mujer; la mujer del
sastre a su criada.
Así, era muy difícil saber quién
había sido el autor primero de esa
historia. Además, cada narrador iba
“condimentándola” con sus propias
palabras, agregando o quitando
personajes e, incluso, reinventando
la trama.

8 9
Algunas de esas versiones se han conservado gracias
a la escritura. Un francés, llamado Perrault, nos ha
dejado por ejemplo su versión de El gato con botas y
Caperucita Roja. Y varios años después los hermanos
Grimm, oriundos de Alemania, compilaron otros
cuentos inolvidables como Blancanieves y Hansel y
Gretel.
Pero los cuentos clásicos, aun en la cultura escrita,
se niegan a quedarse con una única versión. Hasta
el cine se ha propuesto reescribirlos una y otra vez
(piensen en Shrek, Colorín Colorado o Enredados).
¿Cómo iba a quedarse afuera la poesía? Los
cuentos de este libro son versiones en rima de todos
esos clásicos maravillosos que no pierden vigencia.
Algunas son versiones modernas, otras disparatadas
o simplemente contadas desde un punto de vista
diferente. Como sea, La manzana de Blancanieves y
otros cuentos enrimados les propone jugar con estos
cuentos que no son de nadie porque nos pertenecen a
todos.
¡Que los disfruten!

10 11
1
La madrastra está llorando...

Llora, llora la madrastra


y ya nada la consuela:
sus dos hijas se han quedado
aburridas y solteras.

Llora, llora la madrastra.


¿Es que extraña a Cenicienta?,
¿o es que acaso se ha quedado
sin mucama que la atienda?

—Madre, cállate que aturdes,


ya tendremos otro reino...
—la consuela la primera
de las hijas, sin remedio.

—Además, debes vestirte


pues la boda casi empieza
—le aconseja la segunda
de sus hijas, y bosteza...

12 13
Llora entonces la madrastra 2
mucho más como respuesta
—Anda, madre, calla y dinos La manzana de Blancanieves
la razón que te molesta...

Llora, llora la madrastra


y en un grito se revela:
“¿Quién ha dicho que nosotras
Ya lo ven, por esa bruja
hoy iremos a esa fiesta?
me ha quedado mala fama.
¡Me ha borrado de su lista
¡Justo a mí, que soy sabrosa,
de invitados,
rica en fibras, linda y sana!
Cenicienta!”.
¿No podía la ladina
usar una mandarina?
¿una uva, una ciruela,
una banana, una pera?

¿Por qué no tomó un limón,


que es una causa perdida?
¿O una fruta abrillantada,
que es un poco de mentira?

Ya lo sé: no le quedaban
más frutas en la cocina.
¿Pero en el bosque no había
ni una verdulería?

14 15
3
¡Yo quiero ser de madera!

Me ha contado Pepe Grillo


que Pinocho se lamenta
desde el día que ha dejado
de ser niño de madera.

Jugó el viernes un partido


de fútbol en la azotea:
era justo al mediodía
y él estaba sin remera.
¿Se imaginan qué desastre?
¡Ni siquiera una visera!
Se quedó todo ampollado
como raba en la aceitera.
Encima la muy taimada
de una abeja traicionera
lo picó justo debajo
de una oreja y se creyera
todo el mundo que Pinocho
¡pobre! andaba con paperas...

16 17
Gepeto muy asustado Pepe Grillo me ha contado
lo llevó hasta el Hospital, que Pinocho pataleó
pero yendo de camino cuando el hada se negara
todo, todo lo hizo mal: a cumplir su petición.
por temor a contagiarse ¿Qué preguntan?, ¿no lo saben?
lo sostuvo de los pies ¡Es sin duda una obviedad!
y el buen niño se mareara ¿Qué repita sus palabras,
por mirar todo al revés... aquí mismo, de verdad?
La cabeza de Pinocho Está bien...no me atosiguen,
muy maltrecha rebotó ¡no me tienen que gritar!
en trescientos escalones Mejor oigan a Pinocho,
(o quinientos, qué sé yo) ¡Yo me voy a descansar!
¿Nadie pudo reclamarle
al viejito su atención Hadita Azul, yo creía
y mostrarle que a un costado que tú eras pura bondad.
dormitaba un ascensor? Te lo pido de rodillas,
compungido ¡Ten piedad!
Pero, esperen, no termina Sé muy bien lo que te digo:
aquí mismo la cuestión. ¡No quiero ser de verdad!
La enfermera lo obligara
sin ninguna dilación
a tomar la medicina
más agria de la nación.
Como si esto fuera poco,
pobrecito, le pinchó
los dos lados de la cola
y una enema le aplicó.
18 19
¡Cómo no! Y ahora resulta
4 que aquel beso me ha dejado
La rana encantada convertida en una rana,
con corona y sin reinado.

Si encontrara yo al chismoso
perverso que me ha contado
que en el fondo de mi estanque
hay un príncipe encantado,

del coscorrón que le diera


se quedaría atontado,
sin ganas de repetirme
un chisme tan infundado.

Pues resulta que era cierto


que una rana parlanchina
con soberbia majestuosa
allí mismo me diría

que una bruja había hechizado


su preciosa gallardía
y que un beso de mis labios
con su pena acabaría.

20 21
5 la encantadora atracción
que el flautista les mostrara
Tiempos modernos sin ninguna compasión.

Fue así como en este cuento


los chicos todos se fueron
embobados y contentos
¡detrás de un televisor!
Me contaron que el flautista
a Hamelín ha regresado
y otra vez el rey tirano
sin la paga lo ha dejado.

Avisado el soberano
del poder del instrumento,
le ha confiscado la flauta
para evitar el intento
de hipnotizar a los niños
con el sonido del viento.
Pero el flautista, ingenioso,
usó un remedio moderno:

Todos los niños del reino


siguieron sin distracción
como zombies, y atontados

22 23
6 Cuenta las siete monedas
el ratón celosamente.
Siete de un golpe Refunfuñando va a verlo
al satrecillo valiente.
(Pido perdón y corrijo:
¡al sastrecillo sin dientes!)

Una carta le ha llegado


al famoso Ratón Pérez,
y está el pobre preocupado
por el monto que requiere.

La da vuelta, la sacude,
la sostiene y la relee.
Y otra vez fija los ojos
en el sucio remitente.

La letra es bien redondita:


“El sastrecillo valiente”;
el sobre está pegoteado
con mermelada en el frente.

¿Cómo ha podido este niño


quedarse sin siete dientes,
de un golpe, sin anestesia,
de súbito y de repente?

24 25
7 quiso curiosear y entonces
(cuando la bruja se fuera)
¡Rapónchigos!, ¿y ahora? subió veloz por la hebra
de pelo que lo asistiera.

Se vieron y enamoraron
y así tuvieron la idea
de escaparse a otro reinado
Érase una princesa
sin bruja que los agreda.
con extensa cabellera
que vivía en una torre
Pero el amor embobara
sin ascensor ni escalera.
de pronto las dos cabezas,
y un tonto plan emprendió
La bruja que la cuidaba
la infortunada pareja.
usaba su larga trenza
para subir a la cima
Sostuvo el joven gallardo
y ver a la impar doncella.
por la trenza a la doncella
y no pensó que al bajarla
—Rapónchigo —le decía—.
el pelo fuera con ella.
¡Suelta tu pelo, nena!
La joven, brava, aguantaba
Cuando cayeron en cuenta
el peso de la hechicera...
¡cuál fuera la pataleta!
El joven llora en el cielo.
Pero, una vez, un buen mozo
La joven llora en la tierra.
príncipe que la viera
subiendo por el cabello
de la dama prisionera

26 27
Una queda protestando
(le molesta la melena).
8
Otro está refunfuñando El príncipe vago
(ha perdido la escalera).

La historia de Zarzarrosa
es a medias de verdad:
Es cierto que un hada mala
se había querido vengar
por no haber sido invitada
al bautizo colosal,
y entonces lanzó el hechizo:
“Hilando te morirás”.

Pero un hada, compasiva,


que venía por detrás
atenuara aquel destino:
“No morirá, dormirá”.

Cuando todos preguntaran


cómo iba a despertar
la buen hada contestara:

28 29
“Algún príncipe vendrá
a besar sus rojos labios
para verla despertar”.

Y hasta aquí llega la historia


fiel a la realidad
pues la otra parte que cuentan
son chismes, ¿eh? ¡nada más!
Ningún hada prometiera:
“El sueño habrá de durar
cien años hasta que llegue
el que el destino querrá”.
Sucede, en cambio, que el joven
era un poquito holgazán:
no le gustaba agitarse,
mucho menos cabalgar
ni enfrentarse a mil peligros
que lo hicieran despeinar.

Esperó, entonces, cien años


por pura comodidad
y derrotó la espesura
del bosque con un genial
helicóptero moderno
que lo dejó aterrizar
junto al grandioso palacio

30 31
dormido en la inmensidad 9
de un bosque ya resignado
a nada más que esperar. La escuela del bosque
No buscó los aposentos:
su lacayo fue a mirar
dónde la bella durmiente
reposaba sin chistar. En el bosque hay una escuela
Después llamó al arquitecto cuyo techo es todo pan,
(tenía su celular) las ventanas son de azúcar
y en ascensor con espejo y galletas lo demás.
donde poderse mirar Dicen que fue donada
subió el vago vanidoso con toda amabilidad
para por fin despertar por dos hermanos que fueran
a la pobre Zarzarrosa alumnos un tiempo atrás.
que no para de soñar En la cocina hay un horno
con un príncipe a caballo, (no sé si de leña o gas)
buen mozo, valiente, impar. que se encuentra clausurado
por orden ministerial...
¡Pobrecita la princesa, ¿Será porque allí encerrada
se tuvo que conformar —según cuentan por acá—
con un príncipe moderno, hay una bruja malvada
con celular que espera para escapar?
y haragán! ¿O será que si prendieran
el horno se quedarán
sin techo, muro y ventanas
ni escuela para enseñar?

32 33
10 que nunca deja de usar
nadó con la lavandina,
Fue la bruja lavandina la que ha sabido matar
el rojo intenso del traje
que en rosa se quedará...

“Ay, mamita, qué tristeza”.


La niña llorando está,
“¡Es el colmo de los males!”,
pues ha perdido en un tiempo
se lo dice a su mamá
su traje y su identidad.
la pobre Caperucita
que no deja de llorar.
¿Y ahora cuando alguien quiera
llamarla cómo la hará?
¡Si ni ella sabe su nombre!
¿Cómo sabrán los demás?
“Yo soy para todo el mundo
Caperucita, nomás,
y saben que voy de rojo
pues rojo es todo el disfraz”.

La pobre madre no sabe


ya cómo consolar
a la niña acongojada
por un error garrafal:
la célebre caperuza

34 35
de ser príncipe heredero
11 con mi total bendición”.
El príncipe danzante Muchos jóvenes trataron,
pero nadie lo logró,
salvo el príncipe danzante
(según me he enterado yo).
Simuló beber el vino
que una doncella le dio
Había una vez doce hermanas y roncó como dormido
que bailaban un montón y entonces las descubrió:
pero nadie descubría Por un túnel subterráneo
en dónde estaba el salón... que diera a un acogedor
Las zapatillas gastadas palacio se desplazaran
delataban su afición, sin ver a su chaperón.
y aunque todos sospechaban Y de verdad era extraña
y prestaban su atención allí la vegetación:
nunca nadie descubría las hojas fueran de oro,
el secreto; y la misión dorado fuera su olor.
de sorprender la diablura
quedaba sin solución... Algunos dicen que el joven
Una vez dijo su padre al viejo rey le contó
(que era rey en la región): adónde fueran sus hijas
“Al que logre revelarme a desahogar la pasión
la verdad de la cuestión que por el baile sentían,
le daré, pues, a una hija burlando la prohibición
y se hará merecedor de deambular por las noches

36 37
sin ninguna otra razón
que el de ser hijas rebeldes 12
del pobre rey santurrón. Piel de guapo
Pero otros me han comentado
que el joven nunca volvió:
se habrá quedado bailando
o haciendo de agricultor,
juntando flores de oro ¿Recuerdan aquella historia
en la dorada región. de la joven fugitiva
que ocultaba su hermosura
tras una piel deslucida
de risible criatura?
(¿Era un asno o una mula?).

La joven había escapado


del palacio de su padre
(¿alguien sabe las razones?)
y aunque fuera buena, amable
y brillante en sus labores,
todo el mundo se burlaba
de su incierta fealdad,
ignorando que debajo
de la piel había en verdad
una joven soberana
de indiscutible beldad.

38 39
Un buen día llega un joven no era un príncipe buen mozo
elegante, fino, noble sino fiera criatura,
y la bella se enamora ¿era un asno o una mula?
de este seductor galán. ¡Algo de eso,
qué más da!
Lo que sigue es conocido:
Verá el futuro marido
sacarse la piel de asno
(¿o de mula?¡Qué más da!)
a la bella princesita;
se enamora enseguidita
y se casa la pareja
con grandeza sin igual.

Y aunque sí fueron felices


(también comieron perdices)
no terminó aquella historia
así, sin más, nada más

Parece que el muy cretino


del príncipe había mentido,
pues engañó a la doncella
con un similar disfraz:
Se sacó todo el pellejo
de guapo frente al espejo
y desnudó la verdad:

40 41
Pero ¿vio? quiso meterse
13 un cardumen en acción
Alegato del sapo y los peces se llevaron
mi pequeña adquisición.

Y seguro Pulgarcita
se lamenta del error
de escaparse de este sapo
Es verdad que a Pulgarcita tan viscoso ¡sí, señor!
aquel día la rapté,
fueran nobles mis razones
ya lo verá, señor juez.

Este sapo introvertido


es mi hijo, ya lo ve.
No es buen mozo pero tiene,
como el padre, un “no sé qué”.

Pulgarcita es tan pequeña


del derecho y el revés,
y tan linda su carita
y su cáscara de nuez
que la quise como nuera;
¿y qué mal le podía hacer
este sapo tan viscoso?
(como el padre, ya lo sé).

42 43
14 ¿Me dejan observar algo?
¿Se me permite opinar?
Los Duendes del zapatero —les dije a este par de duendes
que no dejan de pensar—.
¡O preparan las valijas
o a ponerse a remendar!
¡O no son tan quisquillosos
o no van a veranear!
Cansados de hacer zapatos
los duendes del zapatero
pensaron en veranear:

Pensaron en las montañas


nevadas, pero faltaban
las botas para esquiar...

Pensaron en las ciudades


¿mas cómo sin zapatillas
modernas para gastar?

Pensaron en irse al campo:


faltaban las alpargatas
de yute, para variar...

Pensaron saltar las olas:


Ojotas no confeccionan:
¡la arena los va a quemar!...

44 45
15
¿Nadie piensa en los zapatos?

Pues, muy bien, ha terminado


esa chica de bailar;
al sacarse esos zapatos
rojos pudo descansar...

Todo el mundo la perdona


y ella aprende la lección.
Y nosotros, los zapatos...
¿Nadie tiene compasión?

Pues, muy bien, aquí seguimos


sin podernos detener
cuando nieva, cuando llueve,
cuando sale el sol también.

Por favor, ¿alguien le pide


al autor que nos creó
que detenga ya este baile
que hace siglos empezó?

46 47
¿Qué por qué dejó las botas?
16 ¿Cómo quieren que lo sepa?
El testigo ¡Vamos, gente impertinente!
¡Las tendría que lustrar!

Yo lo vi a este mismo gato


no con botas, con zapatos.
Y sé bien lo que les digo,
¡Tengo pruebas, además!
pues venía con un joven
importante y bien vestido
(imposible que sea otro
que el Marqués de Carabás).

¡Tan panzón iba el menino!


¿Hace falta que recuerde
el atraco que se diera
con el ogro, tiempo atrás?
¿Todavía no me creen?
¿Si les digo que llevaba
una bolsa de arpillera
y un conejo que atrapara
por deporte, nada más?

48 49
49
17 ¡Qué me importa que me digan
Cuestión de perspectiva “qué chiflada está esta hormiga”!
¡Mi abogado me ha contado
del derecho de opinar!

¿Quién ha dicho que es chiquito


el famoso Pulgarcito?
Yo lo he visto y me resisto
a aceptar esa verdad...

Es más bien como un gigante:


en mi mundo, un elefante.
no les miento, solo intento
contarles la realidad...

Y su voz no es un murmullo
¡si suena como un serrucho!
No me achuchen, solo escuchen
ustedes y me dirán...

Su pie causa un terremoto


¡Madre mía, qué alboroto
cuando llega y pisotea
sin razón mi dulce hogar!

50 51
sin pensar en la lumbalgia
18 que he heredado de mi abuela,
El genio malhumorado la escoliosis de mi espalda,
los calambres de mis piernas,
la tortícolis del cuello,
la fractura de cadera...

Ya lo ven, no es infundada
¿Cómo creen que alguien puede mi conducta inadmisible:
con tremenda contractura? hay razones que me llevan
¿O es que ustedes han dormido para estar tan irascible.
con mis diez metros de altura ¡No soy yo el malhumorado!
dentro de una botellita ¡Los demás son insensibles!
y doblados de cintura?

¡Y después no me comprenden
cuando estoy de mal humor!
¡Hay que estar aquí encerrado
por dos siglos con calor,
encogido y transpirado,
sin ningún ventilador!

Todos piensan en el héroe


que, piadoso, me libera
y reclaman de inmediato
que me aboque a mi tarea,

52 53
19 —Yo lo haré, si me permiten...
—¿Quién es este aventurado?
China va al rescate —Un borracho o un chiflado...

—No, señor, soy escritor...

—Y perdone si pregunto
—Me parece inconcebible ¿dejó listo el testamento?
que aceptemos mansamente ¿Con sus lindas escrituras
que se vaya el ruiseñor... vencerá al emperador?
Toda China se ha quedado
sin su canto de repente: —No con eso, por supuesto,
¡Lo raptó el emperador! aunque sí fue por mi pluma
que al cantor lo han encerrado
—Es injusto, pero vean sin piedad ni compasión.
que la empresa es imposible.
¡Pobrecito del cantor! —¿Fue el autor de ese librito
En la jaula lo han metido que leyera el muy tirano
y, aunque sea aborrecible, sobre el canto majestuoso
ya no habrá una solución... del divino ruiseñor?
¿Del librito que contaba
—El que intente rescatarlo como octava maravilla
perdería la cabeza, la entrañable melodía
¿quién se anima a tal empresa que salía de su voz?
por un simple ruiseñor?
—Soy yo mismo, ciertamente.

54 55
—Pues merece que lo maten...
—Sí, señor, dejen que vaya...
—¡Que se muera el escritor!

—No, tranquilos, compañeros,


No soy yo tan inconsciente
No es preciso que me vaya
¡desde aquí lo salvo yo!

—¡Ya sabía que era un loco!


—¡Pero un loco incompetente!
—¡Por favor, dejen que hable
de una vez este escritor!

—¿Si enviamos al palacio


otra cosa que reemplace
esa voz maravillosa
del precioso ruiseñor...?
¿Otra ave extraordinaria
toda hecha de diamantes
que repita las canciones
con el ritmo de un reloj...?

—Sí, señor, maravilloso.


—Ciertamente interesante.

56 57
—¿No será un poco costoso? 20
—¿De botones no es mejor?
—¿Si pagamos todos juntos? Lucas en el Mundo del espejo
—¡No cubrimos medio ojo!
—¡Terminó siendo un Quijote!
—¡Soñador, el escritor!

—Pero, no, mis compañeros,


Iba caminando Lucas aquel día
¿yo no he dicho que he creado
por las asombrosas calles del espejo.
el librito aquel que hablara
Por allá adelante pudo ver a Alicia
del raptado ruiseñor?
que con Humpty Dumpty muy alegre hablaba.
¡Pues muy bien, ya lo he vendido
por tres mil quinientos reinos
Casi la llamaba Lucas pero en eso
y ya ha sido traducido
vio justo a un soldado que se le acercaba:
al inglés y al mandarín!
—Voy para la guerra —dijo en un bostezo—
¡No son problema los diamantes!
—Chivirín —decía—. Ajajá —cantaba...
Yo los pago, se lo debo
a aquel pobre que han raptado
—¿Cómo te llamas? —preguntó al soldado.
por los versos que escribí!
—Soy Mambrú, mi amigo —chivirín cantaba.
—¿Te vas a la guerra?, —dijo preocupado.
—Ajajá —decía mientras se marchaba.

Mambrú caminaba muy rápidamente.


—Vuelvo para pascuas, —crédulo opinaba.
Lucas tarareaba dentro de su mente
la canción y entonces todo se aclaraba...

58 59
—No, Mambrú, no vayas, —le dijo piadoso—. Vio que allá a lo lejos ya se lamentaba,
No vendrás en Pascuas ni en la Trinidad. pobrecita Alicia, ¡qué barbaridad!,
—Chivirín, ¿te crees, niño indecoroso, pues su Humpty Dumpty ya no conversaba
ajajá, que escucho tu perversidad? porque en un descuido
se cayó para atrás.
Por allá, más lejos vio viniendo un paje
—¿Ves, Mambrú, ese paje que anda por allá? Por allá soldados, todo un regimiento;
—Chivirín, lo veo y, ajajá, ¿qué pasa? vuela un pajarito por aquí nomás.
—¡Trae una noticia que es para llorar! Por allá trabajan para armar el huevo;
—Por aquí cantamos
—Chivirín, no es paje, ¡es sepulturero! —Pio pio pá.
—¿Ves lo que te digo? ¡Si te va a enterrar!
—Ajajá, ya veo, que eres muy celoso.
—No, Mambrú, te digo, que allá vienen más:
Son cuatro oficiales, parte del cortejo
—Chivirín, y el otro ¿quién diablos será?
—Ay, Mambrú, te digo, sigue mi consejo,
es el del costado, cura sacristán.

Lucas insistía pero el testarudo


se fue muy deprisa sin escuchar más.
Cuando llegó el paje y trajo la noticia
Lucas, sin pensarlo, se puso a llorar...

60 61
21 todo salpicando:
de roja la cancha
Julián en el País de las Maravillas pronto se tiñó...

Croquet se jugaba
(o eso se decía)
Los palos, flamencos.
Las pelotas son
Vio la puertecita dentro de aquel tronco
erizos cansados
y en un periquete estaba en el salón,
de ser picoteados
con la llavecita dentro del cerrojo
por los desplumados
sin inconvenientes al jardín salió...
pájaros rosados
que apuntan a un arco
Vio a los jardineros
que se desplazó...
cómicos pintando
los blancos rosales
Julián no conoce
de rojo punzó.
las reglas y mete
No dudó en sacarle
su brocha en el pico
la brocha al más alto
del que se cruzó
y así de repente
Alicia se queda
todo lo arruinó.
sin palo y entonces
el pobre flamenco
Y se fue corriendo
pelos escupió...
pronto para el campo
donde aquel partido
Vio que dormitaba
loco se jugó.
cerca una pelota
Iba muy contento

62 63
(que era un pobre erizo)
pronto lo pateó
y voló tan lejos
que si fútbol fuera
como cinco goles
seguro metió...

—¿Quién es este niño,


rojo del demonio?
—con gran tiranía
la reina gritó—...
Pero como rojo
fuera todo el mundo
nadie en aquel campo
lo reconoció.

Vio que una sonrisa


de gato volaba
y allá para el cielo
pronto señaló.
Mas como la brocha
iba bien cargada
también el celeste
cielo se pintó...

64 65
—¿Quién es este niño?, 22
—dijo la condesa—
pinta bien ¿no cierto? La lámpara Más-más brillosa
—grave señaló.
La reina le ordena
con toda realeza:
—¡Que se calle esa,
que nadie le habló!
Nunca nadie ha detenido
—¿cómo va el partido?
en la madre la atención,
—dijo el distraído
¿no recuerdan cómo ha sido
rey que todo rojo
que aquel genio despertó?
nada bien miró.
—¿Pues como demonios
Fue la madre de Aladino,
quieres que yo sepa?
que aquel día la lustró,
Si ese revoltoso
pues pensó que más limpita
todo lo pintó.
le hallaría comprador...
—Que alguien lo detenga
—sentenció la reina—,
Hete aquí que al repasarla
corten su cabeza
aquel fiero efrit salió,
de una vez, —gritó.
se expandió, malhumorado
Julián no era zonzo
y la pobre no lo vio...
(cazó la indirecta)
y en un periquete
—Soy tu esclavo ¿qué deseas?
se volvió al salón.
—el gigante preguntó.
Mas la anciana no contesta,
¡está sorda!, digo yo.

66 67
y ella sigue refregando
23
¡y qué lustre que le dio! El campeonato
No es del susto que cayera
como muerta.
¡No, no, no!

Es que estaba muy cansada


ya de tanto franelear. Sí, señor, yo he presenciado
Solo quiso hacer la siesta su bochornosa actuación,
¡qué se iba a desmayar! me ubiqué en primera fila.
¡Qué terrible papelón!

Cierta ventaja tenía


la Sirenita en el mar
(o eso pensamos nosotros)
¿por qué si no iba a apostar?
Miré a los tres contrincantes:
un pequeñuelo esquimal,
un regordote elefante
y un vejestorio caimán...
Calculamos diez brazadas
¡no mucho más hasta allá!
No, con su cola brillante
toda escamada, además...
Era imposible, pensamos,

68 69
que otro pudiera ganar que el elefante quedara
el magistral campeonato en tercer puesto y la chica
de natación estatal. ¡en el último lugar!

Pero ya ve, yo he perdido


medio penique ¡qué mal!
por apostar ciegamente
que la primera en llegar
al entablado del muelle
sería la niña del mar.
Le digo yo, no es sensato
en una joven confiar.
Por más sirena que sea,
por más que sepa nadar.

Adolescente y tontuela
¿era imperioso parar
para mirar al muchacho
que por allí fue a pasar?

Y, mire usted, vaya y pase


que le pudiera ganar
ese reptil vejestorio
o el pequeñuelo esquimal...
¡Pero no diga, mi amigo,
que es una cosa normal

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¿Cómo diablos se llamaba
24 la semilla esa que estaba
¡Ábrete, Sésamo! (¡por favor!) en la fórmula famosa?
¿No me cuentan, por favor?
¿era lino, mijo, soja?,
¿un garbanzo u otra cosa?

¡Más finito que una hoja


Alí Baba se encontraba el pobre pie le quedó!
justo parado en la entrada
del prodigioso escondite
cuando un estruendo escuchó.

¡Cómo olvidar el berrinche,


el escándalo, el bochinche
que Ali Baba provocara
cuando su pie se quedó
prisionero de la trampa
de esa puerta milenaria
que, aunque nadie lo ordenara,
de repente se cerró!

¡De la angustia se quedara


sin memoria ni palabras!
Le salió un “abracadabra”
¡Pobre hombre!, no sirvió.

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A las habichuelas
25 sí las respetaron,
¡No hay derecho! y al gigante malo
¡bello porvenir!

Al que escala, en cambio,


nombre le cambiaron
Jack lo bautizaron.
Sube que te sube ¡Pobre Periquín!
troncos sujetando
nubes traspasando.
¡Pobre Periquín!

Trepa que te trepa


cielo atravesando
va como volando.
¡Pobre Periquín!

Anda que te anda


ramas escalando
ángeles pasando
¡Pobre Periquín!

Todo para el cuento


célebre y famoso
que aunque sigue hermoso.
¡No es de Periquín!

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26
Una despedida para mis lectores

Peter Pan y Campanita vuelan:


van con alas invisibles
desafiando al viento, ¡libres!
y unas nubes, boquiabiertas
deliberan si son globos, aves
ovnis o avionetas…

Yo voy volando con ellos


Aquí bien alto ¿me observan?
¿no ven allí, que a lo lejos
un fiero barco navega?
Aquel de allá, ese que lleva
una espantosa bandera
que en el mar, como en espejo
dibuja una calavera.

Lleva ese barco a montones


bombas, piratas, cañones.
Y entonces Garfio dispone

76 77
y el viejo Smee nos increpa: Voy a pelear contra el viento
─¡Venid aquí a la cubierta enfrente de los cañones
que entre indios y sirenas de los piratas gruñones
libraremos la batalla más cruenta! de aquel que diga “está loca
sólo son puras visiones”.
No hagamos caso ¡volemos!
que ya está cerca la tierra Porque este libro es ejemplo
donde gobiernan los sueños de que es posible volar.
porque no hay más pobladores ¿O alguno podrá negarme
que varios niños pequeños. que hay algo de magia en esto?
Yo lo soñé, así, enrimado
Ninguna duda me altera. lleno de cuentos alados
No habrá temor que me pierda: Y mientras vos vas leyendo
creo en las hadas, los duendes seguro yo estoy pensando
los niños que nunca crecen, ¿Qué niño estará leyendo
los magos, las hechiceras. los versos que yo he soñado?

Quiero volar ya muy alto Y aunque ignoro muchas cosas


adonde vayan mis sueños de este mundo complicado
Sin preocuparme del tiempo Campanita me ha confiado
del porvenir, del sustento una innegable verdad:
de la gente que me diga Para alcanzar nuestros sueños
“¡Peter Pan es puro cuento!” ¡hay que animarse a soñar!

Nada me importa, ¡yo creo!


Vale la pena el intento.

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Y Colorín, Colorado...

Y Colorín colorado...
estos cuentos enrimados
ya se van a descansar.

Y colorín colorete...
¿Quién será el nuevo jinete
que se ponga a cabalgar?

Pues los cuentos infinitos,


como saben, nunca duermen.
Sólo esperan que alguien quiera
volverlos a despertar...
¿Quién de todos los oyentes
será el príncipe valiente
que se atreva al desafío
de volverlos a inventar?

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¡ME ANIMO A TODO!

DESAFÍO
Para después de leer

Lean la frase que está al inicio del libro: son las palabras que el rey
Schariar le dice a Sherezada después de haber estado escuchando
durante mil y una noches sus historias.
Discutan entre todos: ¿disfrutan escuchando cuentos? ¿por qué?
¿recuerdan alguno gracioso, que los haya hecho reír mucho?
Compártanlo con sus compañeros.
Schariar y Scherezada son los personajes de un libro muy conocido
llamado Las mil y una noches, en el que aparecen cuentos como
“Aladino y la lámpara maravillosa”, “Alí Babá y los cuarenta ladrones”
y “Simbad el marino”. ¿Conocen alguna de estas historias? Si es
así, cuéntenla en voz alta para el resto de la clase.
De los tres cuentos mencionados en la actividad anterior,
dos forman parte de esta antología. ¿Cuáles? Escriban sus
títulos en el cuaderno y señalen en qué página están.
Expliquen el subtítulo de esta antología, ¿por qué
cuentos? ¿por qué enrimados?
Unan con flechas: ¿qué cuento se relaciona con qué poema?

La cenicienta ¡Rapónchigos! ¿y ahora?


Rapunzel El testigo
Caperucita roja El campeonato
El gato con botas ¡No hay derecho!
La Sirenita La madrastra está llorando
Jack y las habichuelas Fue la bruja lavandina

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LIBRE EXPRESIÓN Divídanse en grupos para ver las siguientes películas y discutir entre
todos. ¿Qué diferencias hay entre la película y los cuentos que se
TALLER DE PRODUCCIONES ESCRITAS relacionen con ella? ¿Qué versión les gusta más, la del cuento o la de la
película? ¿Por qué?
¿Se animan a escribir un nuevo cuento enrimado? Elijan uno de los
que está en la antología. Si les parece muy difícil hacerlo en forma de Shrek (I, II, III o IV)
rima, pueden escribirlo en prosa: ¡lo importante es que cuenten una Encantada
nueva versión del cuento que eligieron! Enredados
Colorín Colorado
Relean “La madrastra está llorando” y discutan entre todos: ¿cuándo La increíble pero cierta historia de Caperucita Roja
está llorando la madrastra, antes o después de que Cenicienta va
al baile? Imaginen la vida de una de las hermanastras cincuenta Jueguen en grupos al Dígalo con mímica: elijan un cuento enrimado
años después: ¿cómo será de anciana? ¿Qué habrá sido de su vida? y represéntenlo sin hablar para que el resto de la clase lo adivine.
Escriban las respuestas en el cuaderno. Después de haber jugado, respondan en el cuaderno: ¿es posible
comunicarnos a través de los gestos y los movimientos?
¿Jugaron alguna vez al teléfono descompuesto? Formen grupos de a
cinco. Uno de ustedes deberá elegir una estrofa de cualquiera de los Imaginen que son escenógrafos, las personas que se encargan de
poemas del libro y repetirla (sin leer y tratando de hacer memoria) al decorar el escenario en una puesta teatral. Elijan una de las siguientes
oído del compañero que esté al lado. Lo mismo harán los demás. El frases para armar un decorado (pueden hacerlo en grupos, sobre papel
último en escuchar, dirá la estrofa en voz alta y todos la copiarán en afiche y usar cualquier técnica para pintar, incluso el collage) y luego
el cuaderno, tal como salga. ¡Habrán creado una nueva versión de la respondan en el cuaderno: ¿es posible comunicarnos a través del dibujo
estrofa! Ilústrenla. y la decoración?
A partir de alguno de los siguientes títulos escriban un relato en el Era una oscura noche de tormenta.
cuaderno: Aquel día hacía mucho calor en el campo.
La ciudad estaba especialmente ruidosa esa mañana.
Caperucita Azul
Blancanieves y los tres cabritos Escuchen alguna versión del cuento musical Pedro y el lobo del
Cenicienta y el lobo feroz compositor ruso Sergéi Prokófiev; (Por ejemplo la que se encuentra
Rapónchigos y Ali Babá en: http://www.youtube.com/watch?v=aZKC8R_RD2A y
La sirenita durmiente http://www.youtube.com/watch?v=Z7V8oxD6PtE).
Alicia en Hammelin En esta obra, el autor utiliza los diversos instrumentos de
La madrastra y el Capitán Garfio la orquesta para identificar a cada uno de los personajes de
la historia. Luego reflexionen: ¿de qué otras maneras nos
VAMOS POR MÁS podemos comunicar a través de la música?
Integración con otras artes Un compositor francés llamado Camile Saint-Saëns escribió
una divertida obra instrumental en la cual describe a diversos
No solamente la literatura ha creado nuevas versiones de los cuentos
animales a través de la música. Escuchen alguna versión de
tradicionales. En otras artes, como en el cine y la danza, también es muy
El Carnaval de los Animales y traten de identificar a cuál
común jugar con los cuentos de hadas.
animal corresponde cada movimiento o parte.

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¡AQUÍ ESTÁN, ELLAS SON!
Soledad SIlvestre
LA AUTORA
Hace unos cuantos años estudié Letras. Aunque se llama así,
no vayan a pensar que me la pasé repasando el abecedario, el
que por suerte me aprendí muy bien en la primaria. Estudiar
Letras fue algo mejor que eso: me enseñaron muchas cosas
sobre nuestro idioma y me dejaron leer un montón de libros,
algo que me encanta hacer.
Después fui profesora de Lengua en el secundario y la pasé
tan bien que me costó mucho dejar el colegio cuando mis
tiempos comenzaron a complicarse: estaba coordinando
talleres de escritura en la UBA y me había convertido en
mamá. En ese momento me puse a escribir “en serio”. Participé
en algunos concursos literarios, y a veces me fue bien. Presenté
algunos manuscritos en editoriales, y a veces me los publicaron.
Desde entonces, no paro de hacer lo que más me gusta: enseñar, leer y escribir
para chicos como ustedes.

Perica
LA ILUSTRADORA
Me llamo Silvia Jacoboni. Mi sobrenombre o “nombre
artístico” es Perica, y es por eso que a veces aparezco así en
los libros. Nací en Pergamino en el 68, pero me fui a vivir
a San Nicolás de los Arroyos, provincia de Buenos Aires,
cuando era muy pequeña.
Estando en la secundaria, descubrí mi interés por el
dibujo y la pintura, y me inscribí en la Escuela de Bellas
Artes, en donde me gradué de Maestra Nacional de
Dibujo. Luego, viajé a Buenos Aires a estudiar Diseño
Gráfico en la UBA. Ya viviendo en Capital, trabajé
en algunas editoriales y descubrí que me gusta más la
ilustración que el diseño.
Además de dibujar, soy maestra de escuela primaria, lo que
me ayuda como ilustradora, ya que intercambio ideas y técnicas de trabajo
con chicos en un ambiente de espontaneidad, simplicidad, experimentación y
diversión conjunta. Mis actividades favoritas son: andar en bici, comer asado con
papas fritas, nadar en la pileta o en el mar y dibujar… dibujar y dibujar…

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