El Caballo y Las Razas

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EL CABALLO Y LAS RAZAS

Características generales
Los caballos forman parte de la familia de los équidos, y se encuentran dentro del
orden de los perisodáctilos. Según la clasificación científica, el equino doméstico se
denomina equus caballus, el de przewalski es llamado equus przewalskii y por último el
tarpán denominado equus caballus gmelini.
Es un mamífero perteneciente al orden de los ungulados imparadigitados. Y forma
parte del grupo de los herbívoros por alimentarse principalmente de hierbas.
Se caracteriza por su fuerza, nobleza, energía y valor. Es destacable también la
clara comprensión de la voluntad de su amo y el placer de someterse a esta, tales son sus
principales condiciones. Es considerado un animal de extremada ligereza y esto forma parte
de las características remarcables dado su volumen.
Su mayor desarrollo es adquirido a la edad de cuatro años y la esperanza de vida
del caballo varía entre los veinticinco y los treinta años, pudiendo extenderse pero no
demasiado.
Existe otra clasificación, según la dimensión del equino. Esta abarca a los caballos
pesados, los ligeros y los miniatura. Los que se denominan pesados, se encuentran arriba
de los seiscientos cincuenta kilogramos y generalmente presentan líneas fuertes y algo
toscas. Los caballos de tiro se encuentran dentro de este primer grupo por ser grandes y
fuertes. Generalmente son utilizados para jalar carretas y para realizar labores en el campo.
En el segundo grupo ubicamos a los caballos ligeros cuyo peso es menor a los seiscientos
cincuenta kilogramos, poseen líneas ligeras y bien proporcionadas. Son utilizados para la
monta, es decir para salto, carreras y paseos. Por último los caballos conocidos
comúnmente como póneis corresponden al grupo de los equinos miniatura, que poseen
líneas cortas. Entre los más pequeños se encuentran las razas Shetland y Falabella.
También se pueden clasificar en: caballos de sangre fría, de sangra caliente y de
sangre tibia. Los primeros son de temperamento muy tranquilo, por lo general aquellas
razas como el Percherón y el Clydesdale, entre otras, se ubican dentro de ente grupo. Los
caballos de sangre caliente son de temperamento alerta y nervioso; dos de las razas
características correspondientes a este tipo de equinos son la Árabe y la Pura Sangre
Inglés. Los comúnmente conocidos como "warmblood" son razas obtenidas de la cruza de
caballos sangre fría con sangre caliente. Estos equinos, denominados de sangre tibia,
obtienen del primer grupo su tranquilidad y docilidad y del segundo su agilidad y ligereza.
Las razas más conocidas son las de origen alemán como el Hanoveriano, el Westfaliano y
el Trakener; pero existen otros países, como Holanda y Méjico, que también poseen razas
con dichas características.
Pelajes y marcas:
Existe gran variedad de pelajes cuya denominación del país y del idioma que en él
se hable; muchos de los nombres que se les da a los pelajes son descriptivos y otra gran
mayoría comparativos
El pelaje se fue desarrollando durante millones de años con el objetivo de
proporcionar al animal el mejor camuflaje dentro de su medio ambiente, ya que cuanto más
se parecía a su entorno, más a salvo estaría de sus depredadores. Hoy en día la variedad
es resultado de la crianza controlada y no guarda relación alguna con el camuflaje. Un
ejemplo claro de esto lo encontramos en el siglo pasado cuando la Yeguada Real Alemana
criaba caballos color crema o cremello para ser utilizados en los carruajes. Otra situación de
la misma índole, pero más actual, es la cría de caballos tales como Palominos, Píos o
Pintos, entre otros, principalmente realizada por ser capas raras.
El color no tiene absolutamente nada que ver con el temperamento ni con la calidad
del caballo, ya que es transmitido, como las demás características, a través de los genes.
Existen colores, como el negro y el castaño, que son dominantes porque siempre parecen
en la capa. Otros son recesivos ya que no aparecen por ser transmitidos como un gen
escondido.

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Los seis colores básicos de los cuáles derivan los demás, son los que deben ser
sabidos para poder distinguir los grandes grupos de pelajes. Éstos son el prieto, el tordillo,
el alazán, el bayo, el colorado y el grullo. El primero le es adjudicado a todo caballo cuyo
color de pelo es negro. Cuando hablamos de tordillos, no referimos a las capas blancas.
Curiosamente los caballos que poseen esta capa, por lo general nacen de color oscuro. El
alazán es aquel equino que posee un pelo color café, pudiendo variar desde anaranjado
hasta café oscuro. El pelaje que vulgarmente es denominado amarillo, se llama bayo. El
colorado se atribuye a los caballos con capa color café, pero con cola, tupé y miembros
negros. Por último, un color poco común, es la capa color gris, este pelaje es el grullo.
Un pelaje que cabe ser destacado es el albino. El equino que posee esta capa no
tiene pigmentación, su piel es rosa, su pelo blanco y sus ojos rojizos. Esto último provoca
una visión disminuida para el animal.
Dentro de los pelajes pueden encontrarse diversas marcas. Algunas de ellas son
similares a marcas de cebras, rayas horizontales en los miembros que resultan ser más
oscuras que el resto de la capa. Dichas rayas a veces aparecen en el cuello, en la cruz o en
los flancos. La denominada "raya de mulo" consiste en una línea dorsal más oscura que el
pelaje y es notable solo en ciertas razas.
Los aires:
Los aires del caballo pueden ser naturales o bien producto de un desarrollo
realizado mediante la cría selectiva y el entrenamiento. Los denominados naturales son
principalmente el paso, el trote y el galope, pero también pueden nombrarse en esta
categoría a la ambladura y al galope de carreras. Cada uno de estos posee dos fases para
cada extremidad. La fase de elevación comprende el alzado del pie del suelo, la propulsión
y la suspención; y el apoyo es realizado en dos tiempos, primero la pinta y después los
talones.
El paso es un andar estable, de menos fatiga ya que es lento. Se utiliza en los
trabajos pesados y de agricultura. Es un caminar a cuatro tiempos, moviendo las
extremidades por bípedos diagonales, comenzando con una mano, en el que el caballo
realiza cuatro golpes igualmente espaciados.
El trote es un andar saltado a dos tiempos, por poseer una fase de suspención en el
momento de cambio de una diagonal a otra. Al igual que el paso, es común que se lo utilice
en equinos de trabajo, por ser estable y no cansador. La diferencia con el primer andar es
que presenta una velocidad intermedia.
El galope es un aire saltado de tres tiempos con una suspención luego de haber
apoyado la tercer pisada. La sucesión de movimientos es: primero el posterior, después el
bípedo diagonal opuesto, y finalmente el anterior. Cabe acotar que cuando las patas
traseras o delanteras tocan el suelo, no lo hacen en forma simultanea. La cabeza, funciona
como centro de gravedad y proporciona un incremento de velocidad al ser movida hacia
delante.
La ambladura es similar al trote y al igual que este es un aire de dos tiempos. La
diferencia con el trote radica en que los movimientos de este andar son un juego alternativo
de bípedos laterales, resultando así dos golpes por paso.
Por último el galope de carreras se diferencia del galope normal por ser un andar de
cuatro tiempos. Esto se debe a que se apoyan el pie y la mano diagonal por separado.
Todos los aires deben tener un andar recto, es decir que las extremidades
posteriores deben ponerse en la misma línea justo detrás de la huella de las manos en cada
paso, evitando los movimientos laterales. Si esto no se cumple se lo considerará un andar
defectuoso.
Sus sentidos:
El caballo utiliza todos sus sentidos para llevar a cabo la comprensión de la
información que le es proporcionada, ya sea por la naturaleza o por el hombre.
Los sentidos de audición y de olfato son asombrosos. Los olores pueden ser
percibidos a través de las membranas sensitivas de los labios o de las narinas. Por otro
lado, la visión posee escasa bifocalidad, lo que contribuye a que el animal se asuste con
movimientos violentos y sombras.

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Poseen cierta sensibilidad a la atmósfera que los rodea. Son capaces de valorar el
estado de ánimo de su jinete, convirtiéndose en el espejo de la persona que los monta.
También perciben aquellos sentimientos provenientes de su amo, tales como timidez,
vacilación o miedo, así como la confianza y el valor que se deposite en él.

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Anatomía
El cuerpo de los equinos es un mecanismo complejo. Su estructura corporal está
compuesta por: esqueleto, músculos, aparatos, sistemas y tegumentos. Por su morfología
se los considera atletas naturales, y esa es la condición que les ha permitido sobrevivir, en
su momento, como animal salvaje.
El esqueleto del caballo está compuesto por aproximadamente doscientos diez
huesos individuales, excluyendo los de la cola. Se distinguen el esqueleto axial y el
apendicular. El primero comprende los huesos de la cabeza, la columna vertebral, las
costillas y el esternón, y el segundo los huesos de las extremidades anteriores y posteriores.
Además se clasifican en largos, cortos, planos e irregulares.
Las funciones que posee el esqueleto son variadas, entre las propias de los huesos
están: la formación de células sanguíneas y depósito de minerales; en conjunto
proporcionan sostén a los músculos, protección a los órganos internos, apoyo a las partes
blandas y la movilidad necesaria a sus piezas para que el caballo se desplace a varias
velocidades, se acueste o paste. Los huesos que forman las articulaciones están
recubiertos por cartílago, que es más blando que el hueso y puede compensar los efectos
de desgaste en la superficie. La articulación, o empalme, es completada por una cápsula
que produce el líquido articular, denominado sinovial, que lubrica las superficies articulares y
refuerza los ligamentos. Estos últimos son bandas fibrosas que unen los huesos de ambos
lados de la articulación.
Los huesos de la cabeza son largos. Los de la cara tienen el doble de longitud que
los del cráneo, y la mandíbula inferior constituye un hueso largo de superficie ancha y
aplomada en la parte inferior de la zona posterior.
La columna vertebral está compuesta por siete vértebras cervicales, dieciocho
dorsales, seis lumbares, cinco sacras y quince caudales.
La característica anatómica más notable del caballo moderno es la pezuña con un
único dedo en cada una de sus extremidades, ya que sus formaciones óseas que
corresponden a los dedos laterales desaparecieron por la falta de uso, y hoy en día se
pueden apreciar a los lados del hueso central. Por esta razón se lo considera del orden de
los rinocerontes y los tapires. El dedo que posee el caballo corresponde al tercer dedo de la
especie humana, y se ha alargado mucho con el paso del tiempo ya que sobre él recae todo
el peso. Dicho dedo está rodeado por una sustancia similar a la uña del dedo del ser
humano, este revestimiento córneo rodea sólo la parte frontal y lateral del pie. La función del
casco o vaso, es la de reportar el peso del cuerpo. Posee una estructura extremadamente
compleja, muy sensible a la presión y con un excelente aporte sanguíneo y nervioso. Consta
de una capa externa protegida por la sustancia córnea, que crece hacia abajo, a razón de
0,5 cm al mes aproximadamente, desde la banda coronaria. Esta última es un rodete
carnoso ubicado en la parte superior del casco, equivalente a la cutícula de la uña humana.
Dentro del casco están contenidos el hueso navicular y el bolillo, parte del segundo phalanx
y el flexor digital del tendón. Contiene también la almohadilla digital, cartílagos laterales,
articulación corono-pedal, vasos sanguíneos y nerviosos. Como otras especies de
mamíferos, los caballos, poseen cuatro clases de tejidos básicos. Cada uno de ellos tiene
sus propias características especiales que contribuyen a la función de todo el cuerpo. El
tejido conjuntivo cumple funciones como las de las estructuras óseas, que sostienen y dan
forma al cuerpo y a sus estructuras blandas. Formas simples de este tejido son los
tendones, ligamentos y vainas de material fibroso que protegen diversos órganos y
músculos. Por último el tejido epitelial comprende la envoltura y tapizado del exterior del
cuerpo y de los conductos internos y órganos huecos como el intestino y las vías biliares, la
vejiga urinaria y el útero.
La estructura muscular es el tejido más abundante en la anatomía del equino. Los
músculos permiten al caballo moverse y están insertos en el hueso por un extremo y en sus
tendones por el otro. Existen dos tipos de músculos: voluntarios, estirados o esqueléticos, e
involuntarios, que comprenden los lisos y el cardíaco. Las propiedades de los músculos son:
elasticidad, contractilidad, tono muscular y exitobilidad. La primera es la capacidad que
posee el músculo de retornar en su forma original después de su estiramiento. La

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contractibilidad es la capacidad de acostarse ante un estímulo adecuado. El tono muscular
corresponde al estado sostenido de contracción de baja intensidad y por último la
exitobilidad, es la capacidad de responder a los estímulos adecuados.
Por su acción los músculos se clasifican en extensores, que responden a la apertura
de las articulaciones; los flexores, que cierran las articulaciones; los sinérgicos, que
colaboran entre si en la realización de una acción; y los antagónicos, que se oponen a la
contracción de otros músculos.
Los combustibles del entrenamiento muscular, son preferentemente los
carbohidratos, pero el metabolismo aeróbico también consume ácidos grasas. Cuando se
realizan ejercicios intensos y prolongados, disminuye a niveles muy bajos el glucógeno
muscular total. Los ejercicios adecuados deben incluir los grupos musculares que se
requieren en la prueba para la que se entrena. El ejercicio es de bajo duración pero con alta
intensidad y frecuencia para lograr los mejores resultados; también es importante que la
carga aplicada en el entrenamiento sea progresiva.
El sistema digestivo comprende los órganos que tratan la digestión, es decir que
transforma la materia compleja en sustancia simple que, luego son utilizadas por el cuerpo.
El órgano principal es el alimenticio, que consiste en un tubo que se extiende de la boca al
anus; y los órganos accesorios son los dientes, la lengua, las glándulas salivales, el hígado
y el páncreas. La boca del caballo tiene una pequeña entrada y los labios, altamente
sensibles, sirven para recolectar el alimento. Este funciona en la conjunción de los dientes
delanteros sostenidos al cosechar la hierba, y la lengua transporta el alimento a los dientes
posteriores. La lengua es larga, pues concuerda con la forma de la cavidad y se ensancha y
redondea en su punta. La superficie presenta abundante cantidad de papilas filiformes que
le imparten una textura aterciopelada. Las papilas gustativas se hallan distribuidas con
menos amplitud. Los conductores descargan en el digestivo los jugos de las glándulas
salivales de la mandíbula y de la sublingual parótida, que se abren en la boca. La boca está
formada por el paladar duro al frente y el paladar blando detrás. Éste último forma parte de
la faringe donde pasa el aire. El alimento cruza la faringe y entra al esófago, donde se
transforma al estómago y por lo tanto a los intestinos, a los dos puntos grandes, a los dos
pequeños y el recto. La cavidad abdominal contiene la zona alimenticia desde el estómago
hasta al recto y en la hembra también contendrá los ovarios y el útero. El estómago es
relativamente pequeño y simple.
El caballo posee una dentadura grande y fuerte, con un total de cuarenta y cuatro
dientes. Cada mandíbula está formada por tres dientes incisivos, un canino, cuatro
premolares y tres molares. Tanto su alimento natural y como el doméstico, son duros
ásperos y asombrosamente abrasivos, es por eso que necesita una buena masticación para
partirlo y facilitar la penetración de los jugos digestivos que deben procesar los nutrientes
para su posterior absorción. Los incisivos se utilizan para cortar la hierba y crecen formando
un semicírculo. Entre los caninos y premolares hay un espacio bien diferenciado que se
denomina diastema. Todos los dientes se caracterizan por tener coronas muy altas y raíces
pequeñas en comparación
La acción de masticatoria se efectúa en forma oblicua, pues la mandíbula superior
es más ancha que la inferior. Los cantos exteriores de los dientes superiores y de los bordes
inferiores puedes hacerse muy puntiagudos y llegar a pinchar las encías o la lengua.
Además se pueden formar cantos en la parte delantera o trasera de los molares, que si no
se liman, pueden causar el mal cierre de la boca.
Los dientes de los equinos crecen continuamente durante toda su vida, por lo tanto
la superficie de los incisivos, en particular, cambia gradualmente, ofreciendo una idea
bastante segura acerca de la edad del animal. Para conocer la edad del caballo mediante la
observación de los dientes, es indispensable explicar su posición y diferencias. Primero y
principal, los colmillos y las muelas no sirven para determinar la edad. También conviene
entender que el caballo nace ya con cuatro dientes mamones, dos en medio de las encías
superiores y dos en medio de las inferiores. A los ocho, diez o doce días de nacido, el potro
ya los posee fuera de las encías y al año tiene los doce dientes de leche que debe tener. A
los dos años y medio, muda los cuatro primeros mamones y a los tres años y medio otros

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cuatro más. Luego de un año le crecen los llamados dientes extremos, que serán
posteriormente incisivos. Cuando estos ya están en medio de su período de crecimiento se
advierte que el animal ya cumplió los cinco años y al manifiesto parejo e igual de los
mismos, ha de cumplir los seis años. Cuando el diente se nota rancio, ya cumplió los siete
años. A medida que el caballo de hace mayor, los dientes se vuelven mas triangulares.

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Reproducción y cría
El caballo manifiesta su instinto sexual al cumplir el primer año de vida y alcanza la
pubertad a la edad de dos años, pero no es recomendable someter a apareamiento a los
machos, ni a las hembras antes de los tres años. La vida sexual de los equinos es
prolongada y puede superar incluso los quince años en las yeguas, y en los machos dura
toda la vida. El caballo está en condiciones de reproducirse todo el año, aunque su actividad
sexual es mayor en los meses de febrero a julio, con un momento máximo entre abril y
junio. Este período se lo conoce con el nombre de "estación de monta" y en él, el estímulo
sexual está más acentuado y el estado de celo de las hembras es más evidente. Durante
esta época los sementales pueden realizar un máximo de dos cópulas al día. El celo de las
hembras tiene una duración de tres a ocho días y en el caso de falta de fecundación lo
repite al cabo de veintidós días. En las hembras, el celo se manifiesta con la tumefacción de
los genitales, con el enrojecimiento de la mucosa vaginal y la emisión de un líquido viscoso;
la yegua muestra a menudo la posición de orinar, levanta la cola, se muestra inquieta y con
tendencia a dar coces. En el macho el estado de celo se ve acompañado por inquietud,
excitación, relinchos intensos y a menudo muestra el órgano sexual en erección.
La elección de los reproductores se basa en la denominada selección artificial, que
debe tener en cuenta tanto los caracteres morfológicos como las características funcionales.
En las hembras grávidas aparecen muy pronto los primeros síntomas de la nueva
condición fisiológica: se muestra más tranquila, con más apetito, sus mamas se engrosan y
el abdomen al cabo del quinto mes aumenta claramente su volumen, adoptando un aspecto
más esférico. El embarazo tiene una duración media de once meses y diez días, durante
este período es necesario evitar someter a las yeguas a trabajos demasiado pesados,
aunque tampoco es conveniente dejarla inactiva. Es aconsejable la realización de un
ejercicio moderado. No obstante, al llegar el último mes de gestación debe practicarse tan
sólo un paseo diario.
Al acercarse el momento del parto, se pueden apreciar una serie de signos que lo
anuncian. La yegua vuelve a mostrarse inquieta, la mirada se hace ansiosa y sufrida, las
mamas se ponen turgentes, el animal se levanta y se acuesta con frecuencia. Llegados a
este punto, comienza el trabajo de parto, los labios de la vulva se abren, y se asoma la
bolsa de aguas, cuya rotura permite la lubricación del canal de parto gracias al líquido
viscoso que contiene. Se inicia a partir de ese momento el período de parto, en el que tiene
lugar la dilatación del cuello del útero, iniciándose las contracciones que se presentan cada
vez más enérgicas y frecuentes. Esta fase es de corta duración y en condiciones normales
el potro nace en poco tiempo, quince minutos como máximo. Si el acto es normal, el feto
nace a merced de los esfuerzos hechos por la madre, presentándose primero las manos y
después la cabeza y partes restantes. En el caso de aparecer en otra posición, el parto se
considera anormal y el veterinario es el encargado de solucionar el problema.
Las yeguas, no son ajenas al aborto, ya que este se produce por causas variadas
que dependen, en algunos casos, de agentes exteriores como los cambios bruscos de
temperatura, mala alimentación y caídas, entre otras. En otros casos depende de vicios
congénitos o de conformación.
Al cabo de pocos días, la yegua vuelve a estar en celo y puede, por lo tanto, volver
a ser fecundada; y luego de un mes, esta nuevamente en condiciones de reemprender un
trabajo moderado.
Pocos cuidados requiere el potro después de nacido, pues la madre lo amamanta
durante unos seis o siete meses y se encarga de vigilarlo, respondiendo a su instinto
maternal. Durante este período la hembra debe alimentarse en abundancia y
sustancialmente.
Luego de la época de lactancia se produce el destete. En forma natural, se realiza
bajo la atenta mirada de la madre, mientras que en cautiverio el proceso se lleva a cabo
gradualmente y en forma no brusca.
La castración del potro puede efectuarse después del nacimiento hasta una edad
algo avanzada, pero generalmente se practica a la edad de uno o dos años.

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La cría de los equinos se hace en agrupaciones que reciben el nombre de yeguadas o
piaras, que se clasifican en salvajes, cercadas y domésticas, según sea en completa
libertad, en sitios cerrados o dehesas, o en cuadras respectivamente. Los machos y las
hembras destinados a la reproducción, se denominan caballos padres, y yeguas de vientre
o madres.

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Etología y domesticación:
Etología
La personalidad de cada equino esta formada por una serie de rasgos de carácter.
De este modo hay individuos que presentan actitudes apáticas, combativos, irritables o
flemáticas, curiosas, indiferentes, obedientes o testarudas. Pero se advirtió que,
generalmente, los caballos tienen un carácter tímido, perezoso, generoso y agradecido; que
hay en ellos cierto espíritu de dignidad o de orgullo. No se los considera animales agresivos
por naturaleza, lo que no resta la posibilidad de que exista un animal así.
Son amantes de la vida tranquila, e incluso en estado doméstico conserva toda su
naturaleza innata y el sentido de libertad que está profundamente enraizada en su carácter.
Su comportamiento verse afectado por alteraciones en su carácter o vicios que,
frecuentemente, reducen su valor desde el punto de visto comercial.
Frente al peligro el caballo actúa su instinto de supervivencia. Los medios o
métodos de defensa que utiliza, generalmente son los mordiscos, las coces o la huida. Pero
este último es el principal como medio de conservación de la especie. Es desarrollada
gracias a sus sentidos muy desarrollados que le obligan a alejarse velozmente ante la
amenaza de un ataque, ya que prefieren huir a combatir.
El caballo necesita de compañía por ser un animal gregario, de este modo vive
siempre en comunicación con otros miembros de la manada. Por seguridad siempre tratará
de permanecer cerca de sus compañeros de especie y en caso de alejarse, volverá junto a
la manada.
Se lo considera un ser sociable porque tiene un buen comportamiento con respecto
a otros animales, especialmente con relación al perro y a la cabra, de cuya compañía gusta.
Forma de comunicarse:
Como ocurre con todos los animales, el caballo también tiene un carácter particular
y diversas formas de comunicación que le son propias. El lenguaje que los equinos es muy
extenso y específico, por lo tanto es necesario conocer a fondo las características del
comportamiento para lograr una buena comunicación. Su sistema puede transmitir
emociones básicas como el miedo y establecer una jerarquía de dominio sin violencia.
La forma de comunicarse es perfectamente visual y gestual por cuestión de
protección, ya que cualquier tipo de comunicación sonora o auditiva puede advertir a
posibles depredadores de la existencia de una manada o grupo de caballos. Sin embargo la
emisión de sonidos como el gemido y el relincho es utilizada pero en menos proporción.
La cara es la que posee los indicadores básicos del estado de ánimo y
comportamiento del equino. Por ejemplo si un caballo muestra sus dientes puede querer
demostrar amor, deseo, apetito o enojo, dependiendo de la situación. Las orejas también
son indicadores del estado de ánimo, según su posición. Siempre que el animal lleve hacia
atrás ambas orejas a la vez replegándolas sobre el occipital, debe interpretarse que está en
actitud de rebeldía o de agresión. Si lleva los pabellones auriculares alternativamente hacia
adelante y hacia atrás puede deducirse un estado de cólera, en cambio si lleva una hacia
delante y otra hacia atrás dejándolas inmóviles, es indicación de tensión y puede una
reacción de defensa frente a quién lo monta o conduce. Si los pabellones se dejan colgar
pasivamente, significa que el animal se desentiende de todo cuanto lo rodea, a pesar de
que continua percibiendo sonidos y rumores. Por último una postura que demuestra
seguridad, es aquella en la que las orejas están hacia delante y ligeramente inclinadas.
Con respecto a la comunicación sonora, es imprescindible diferenciar el gemido y el
relincho. El primero es corto y débil, de baja tonalidad y siempre expresa sensación de
dolor. El relincho, en cambio, puede demostrarse en formas diversas que ponen de
manifiesto situaciones y sentimientos diferentes. Si consiste en la emisión de sonidos
agudos y prolongados, repetidos con cierta frecuencia, se entiende una expresión de
alegría. Si son relinchos cortos y agudos se deduce un estado de cólera. Cuando el sonido
es prolongado y termina con tonos bajos y frecuentes, expresan deseo. Una situación de
temor es determinada cuando la tonalidad del relincho es baja y corta, casi penosa.
Nótese que los caballos enteros tienen el relincho más fuerte que las yeguas y que
los equinos capones, los cuales relinchan muy poco.

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Descanso:
Al igual que el hombre el caballo necesita dormir, pero necesita sólo unas cuatro
horas de sueño cada veinticuatro horas. Estas horas las duermen a ratos de media hora
aproximadamente y en el momento en el que se encuentre muy fatigado o cansado,
generalmente en la noche por ser la hora de menor actividad o después de haber comido.
Es curioso pero cierto que los caballos capones duermen más veces y durante períodos
más extensos de tiempo que los enteros; al igual que los potros, como cualquier recién
nacido, requiere más horas de sueño.
Por su instinto de animal predado, que tan a menudo persiste en su domesticación,
es difícil sorprenderlo mientras duerme, a menos que se sienta muy seguro. Si pasara
muchas horas seguidas profundamente dormido, sería una presa fácil, es por eso que se ha
acostumbrado a dormir por períodos cortos de tiempo.
Aparte de dormitar se conocen dos tipos de sueño: S.W.S. y R.E.M.. La fase S.W.S.
es un sueño de onda corta, denominado también duermevela; ya que es un sueño ligero de
modo que el caballo puede despertarse fácilmente. La segunda fase se denomina sueño de
movimiento rápido de ojos, es decir profundo y es el cansado cuando las ondas cerebrales
son más largas. Es decir que en la fase R.E.M. el cerebro es activo, pero el cuerpo queda
totalmente relajado. El cuerpo ha de estar tumbado, y de lado ya que pierde el tono
muscular. Es probable que, al igual que los humanos los caballos sueñan durante la fase
R.E.M.
Existe una falsa creencia de que los caballos duermen de pie y que nunca se hecha
para dormir. La verdad es que el equino tiene diversos modos de descansar durante el día y
la noche. Durante el día es más probable que dormite, esto puede verse en el campo
cuando los caballos suelen tumbarse un rato.
Si se halla de pie puede estar dormitando o durante el sueño ligero. Al dormitar
bajan la cabeza, relajan los músculos de la cara y los belfos quedan colgando, el cuello
queda en posición horizontal al nivel del lomo, es común que descansen una extremidad
anterior. Esto lo hacen liberando del peso a una de las patas y apoyando únicamente la
parte delantera del casco de dicha extremidad, dejando los tendones y los músculos en
estado de relajación. En el caso de que lo haga con una mano, no debe considerarse
normal.
El dormitar de pie se debe al, ya nombrado, instinto de animal predado, que el
caballo. Esto dos aspectos se ven relacionados porque, si el equino se halla en esta
posición, le será más fácil salir al galope en caso de alerta, sólo eleva la cabeza y deriva el
peso del cuerpo al tren posterior.
El descanso profundo lo realiza generalmente estando echado. Existen dos
posiciones que son las más representativas en el comportamiento del caballo. En la primera
posición se dice que el animal está aborregado, y se lo encuentra echado sobre su
esternón, sus costillas y su abdomen, sin recargar ninguno de los lados en el piso; las
manos quedan flexionados bajo el pecho y las patas dobladas bajo el abdomen y hacia un
lado. En la segunda posición el caballo se acuesta sobre todo su costado apoyando en el
suelo desde la cabeza hasta la grupa, descansando casi todos los músculos y permitiendo
que el caballo duerma.
Si el animal no dispone de un recinto lo suficientemente amplio para tumbarse,
queda privado de la fase profunda de sueño y puede manifestarse cansado, de mal humor e
incluso neurótico, como consecuencia.
Relación con el hombre:
El ser humano es capaz de comprender al caballo y comunicarse con él a través de
gastos o sonidos. Pero sólo si se tiene en cuenta que como seres humanos somos
predadores, porque nuestro instinto nos mueve a acercarnos mucho más violentamente de
lo que el caballo lo haría con nosotros. Un equino antes de arrimarse a otro animal lo mira,
crea espacio y distancia; esta diferencia de acercamiento crea, a veces, el temor que el
animal siente en presencia de un hombre.
Para entablar una buena relación desde un principio, la forma más efectiva supone
mantener los hombros bajos y no mirar al animal a los ojos, es decir no demostrar la

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superioridad. También es necesario presentarnos antes de tocar a un caballo por primera
vez, ya que por tener más sensibilidad que el ser humano, esta fase es de gran importancia
y hay que crear un ambiente de confianza. Podemos presentarnos hablándoles, para
estableciendo así el contacto comunicativo previo.
Siempre es importante llegar a reconocer qué está expresando el animal, desde el
miedo hasta el placer, para brindarle la mejor atención y para establecer mejores formas de
convivencia entre el caballo y el dueño, ya que este último a partir de que se estableció el
contacto, forma parte de la manada. El animal se identifica con su dueño, participa de sus
sentimientos y adivina sus intentos a la más leve iniciación.
Su sumisión al hombre es de cierto modo una especie de acomodo, que permite al
caballo resolver la inseguridad que caracteriza su plano psicológico. Su relación se basa en
la confianza, es por eso que no hay necesidad de someterle al miedo, el cual es
interpretado por el caballo a través del tono y de las inflexiones de su voz. En el caso de que
haya sufrido malos tratos por parte del ser humano, no serán olvidados a pesar de ser un
animal de índole buena.
Domesticación:
Argentina y Nueva Zelanda son los dos únicos países del mundo en donde el
caballo puede vivir, en casi todo el territorio, sin necesidad de comprar alimentos especiales,
debido a las extensas áreas verdes que existen en ellos.
El caballo es un animal que, en vida salvaje, se encuentra adaptado al medio que lo
rodea, y en él sobrevive adecuadamente; pero desde el momento en que es domesticado,
ya no depende totalmente de sus capacidades naturales. Cuando el hombre decide tener al
caballo bajo su cuidado, pone al animal casi por completo en sus manos. El equino está
dispuesto a entregarse al cien por cien si el hombre le brinda a cambio todo su cariño y le
proporciona un correcto entrenamiento.
Históricamente el caballo fue domesticado en el Lejano Oriente por las civilizaciones
primitivas de hace cinco mil años, es decir, aproximadamente tres mil años antes de Cristo.
Algunos expertos creen que este fenómeno tuvo lugar en la Rusia Asiática y otros que fue
en Mesopotamia, Asiria y Babilonia. No obstante, dibujos en rocas correspondientes a la
Edad de Piedra, muestran algo que pudo ser una cabezada, por lo tanto, es posible que
otros pueblos primitivos ya tuvieran cierto dominio sobre el caballo.
En un principio, las tribus primitivas habrían perseguido manadas de caballos
salvajes, cazándolos para comer. La domesticación, probablemente se inició cuando se
capturaron animales jóvenes, y fueron encerrados. Estos se usaban para carne y leche, y
poco a poco se acostumbrarían al contacto humano.
Los nómades pronto se darían cuenta que el caballo se podía utilizar para llevar
carga, y así sucedió. El primer uso que se le dio al caballo doméstico fue como animal de
carga y de enganche. Es probable que incluso en esta primera etapa de domesticación, el
caballo se haya clasificado en dos topos, el de enganche y el de monta, y que, a raíz de
esto, la gente comercializaba los distintos tipos con el fin de obtener el animal
correspondiente, según la tarea que debía realizar con el mismo.
Los caballos comenzaron a ser montados muy pronto, aunque en algunas
civilizaciones antiguas, como la griega y la egipcia se los utilizaba para jalar carros. Los
persas, en cambio, fueron excelentes jinetes y alrededor del quinientos antes de Cristo,
poseían una poderosa caballería preparada para cargar armamento pesado. Con el paso
del tiempo los griegos fueron buenos jinetes, pero los romanos, a pesar de su caballería
montada, no se distinguieron de modo especial.
De este modo el caballo se convirtió en un compañero indispensable para el
hombre, ya que fue el factor principal de las civilizaciones conquistadoras. En Europa y en
América contribuyó también a la expansión de los pueblos y apenas hace un siglo y medio,
era en tierra el único medio de locomoción y de transporte rápido.
Particularmente en nuestro país, fue el gaucho quien hizo del caballo, un amigo
inseparable. Este individuo encontró en el equino un vehículo indispensable que lo trasladó
sobre la dilatada llanura característica de la Argentina

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Hoy el caballo ha tenido que multiplicarse para contribuir con la gran obra del
progreso, pero eso se encuentran y se crían con esmero, multitud de razas, cada una de las
cuales tiene su aplicación espacial.
En el trabajo y el deporte:
Desde su domesticación, el caballo ha sido empleado para todo tipo de trabajo.
Incluso actualmente, cada raza tiene un trabajo específico para el cual es más apto.
En un principio se utilizó para carga y se mantuvo en este papel hasta comienzos
del Siglo XX. Los equinos de tipo ligero, más pequeños, se utilizaban para este trabajo,
mientras que los más grandes y potentes, se empleaban en la guerra. No obstante, con el
invento de las armas de fuego, las armaduras se abandonaron y se buscó un tipo de caballo
diferente para la guerra, de modo que los animales pesados pasaron a realizar otras
actividades.
Con la llegada de la industrialización, cargamentos pesados de equipo y mercancía
se tenía que transportar por todo el país y, así se desarrollaron razas pesadas como el Shire
y el Clydesdale. Durante el Siglo XX, también se empleaban caballos para tirar de las
barcazas de los canales, desde la orilla y para mover los campamentos de carbón y equipos
hacia las minas.
El caballo también jugó un papel importante en la agricultura. Al comienzo, los
arados fueron tirados por bueyes, ya que era un trabajo demasiado pesado para los
caballos de tipo ligero. Pero ya en el Siglo XVIII comenzaron a utilizarse maquinarias
agrícolas, y hacía falta rapidez e inteligencia en los animales de tiro, de este modo el caballo
de tiro liviano pasó a hacer trabajos de campo.
También fue el medio de transporte más importante para las personas. A principios
del Siglo XIX las carretas se hacían cada vez mejor, y así en esta época los carruajes
alcanzaron el auge. Se hicieron más ligeros y rápidos, y comenzó la demanda de caballos
elegantes para carro, como las razas Hackney y Trotón Francés.
Con la llegada del ferrocarril, y después del coche, el caballo ya no hizo falta para
transporte ni para el trabajo de campo. Parecía que muchas razas pesadas llegarían a
extinguirse, pero las empresas se han dado cuenta que, en trayectos cortos, el caballo
resulta más económico para hacer entregas que los camiones, y siguen usándose para este
fin en los pueblos menos desarrollados.
Las industrias aprovechan desde siempre, su carne, cuero, huesos, pezuñas y crin.
Al mismo tiempo la medicina utiliza su sangre para la preparación de sueros y vacunas.
El desempeño del caballo no depende solamente de él, sino también del trabajo,
dedicación, amor y disciplina que imponga su jinete al entrenar juntos.
Los deportes ecuestres están en pleno auge, y cada día son más populares tanto
para jinetes como espectadores. Uno de los deportes a caballo más antiguos es la caza. Al
principio el ciervo era la presa principal, pero hoy en día en los países de habla inglesa es el
zorro. Tanto en Estados Unidos como en Australia, la caza se rige por el modo inglés.
El polo es otro deporte antiguo, y fue creado en Persia hace dos mil años
aproximadamente. Desde allí se extendió a China, Mongolia, Japón e India, donde fue
descubierto por los ingleses en el Siglo XIX. Desde entonces se ha hecho popular en el
mundo entero. Como deporte, exige mucho de los caballos, que necesitan ser rápidos,
ágiles, resistentes y valientes.
Las carreras de caballos han sido populares en todo el mundo durante siglos, pero
desde principios del Siglo XVIII, se convirtió en una industria deportiva.
Otro deporte en auge es el enganche, en el cual se utilizan aquellas razas que
antiguamente se utilizaban para tirar los carruajes. El enganche completo se introdujo en
1969 y es equivalente a un concurso completo, dura de tres días, que incluye una prueba de
doma, un maratón y un recorrido con obstáculos en la pista de exhibición.
Concursos que combinan la competición con la exhibición, se empezaron a celebrar
a fines del siglo XIX. Hoy en día incluyen pruebas de salto y doma, así como concursos
morfológicos donde se juzga a los caballos por su tipo y conformación. Estos últimos son
más pausados pero pueden ser muy fascinantes para sus seguidores.

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La cría de caballos de competición da como resultado animales más elegantes y
rápidos, incluso el cambio de aspecto. Esto se ve reflejado en muchas razas europeas de
sangre caliente, como el Hannoveriano, el Holstein y el Trakkener, que hoy poseen un gran
porcentaje de la raza Pura Sangre Inglés. Esto se realizó con el objeto de proporcionar
rapidez, calidad y reacciones rápidas a las razas nombradas, para proporcionales una mejor
calidad en la realización de los deportes modernos.
Hoy en día hay tres modalidades hípicas que son avaladas por los Juegos
Olímpicos. Estas son: salto, doma y concurso completo.
El salto tubo su origen en la caza. La exhibición realizada en Dublín en año 1868, se
probó a los caballos para la caza con un salto de altura y uno de anchura.
En 1881, se construyó allí un recorrido de salto permanente y así este deporte
comenzó a llevar vida propia. En los Juegos celebrados en Francia en el 1900, se llevaron a
cabo las primeras competencias de salto como deporte olímpico.
La doma clásica se ha desarrollado a partir de la equitación de alta escuela de los
Siglos XV y XVIII, que era popular en las cortes europeas. Los movimientos originalmente
desarrollados para su uso en la batalla, se combinaron en una demostración de sabiduría
ecuestre, mostrando la elegancia, agilidad y obediencia del caballo y la habilidad del jinete.
El origen del concurso completo se halla en el campo de batalla, y se desarrolló a
partir de las pruebas de resistencia que se hacían para probar los caballos destinados a la
caballería. A principios del S XX, fue celebrado en Francia el primer concurso completo,
pero fue introducido por primera vez en los Juegos Olímpicos en el año 1912 y, hasta hoy es
la prueba que garantiza el desarrollo máximo de las aptitudes del caballo

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Cuidados del animal
La cría de la especie caballar se ve afectada por numerosos agentes infecciosos,
que pueden ser virales, bacterianos o micóticos. Estos pueden afectar a cualquier animal si
no se toman las medidas necesarias para lograr un adecuado manejo dentro del recinto de
crianza. La toma de medidas no sólo reduce la posibilidad de aparición de enfermedades
infecciosas, sino que evita problemas como trastornos de crecimiento, abortos infecciosos,
alteraciones nutricionales o de fertilidad, entre otros, que no son de carácter infeccioso.
Para disfrutar al máximo de la compañía de estos hermosos animales es necesario
estar pendientes de las necesidades, tanto físicas como mentales, básicas y tomar medidas
para satisfacerlas. El humano adquiere, desde el momento en que decide domesticar al
caballo, la responsabilidad de cubrir todos sus requerimientos.
Las necesidades de las cuales hablamos pueden resumirse en: alimentación,
alojamiento, personal idóneo, higiene, ejercicio, compañía y salud.
Alimentación:
El caballo necesita ser alimentado adecuadamente, pero la cantidad y la calidad de
dicho alimento tiene efectos distintos en cada una de las categorías equinas. Esto se debe a
que los requerimientos nutricionales varían de acuerdo a su especie, raza y grado de
actividad. Es por eso que cada animal tiene un peso ideal determinado según su situación
Si el caballo es alimentado correctamente, los problemas de salud serios como la
anemia, la obesidad y la epifisitis, son prácticamente erradicados. Lo mismo sucede con las
enfermedades infecciosas, las cuales tienen mayor injerencia en aquellos animales
desnutridos o mal alimentados.
Los elementos fundamentales dentro de una buena dieta son: proteínas, hidratos de
carbono, grasas, minerales, oligoelementos y agua. Las proteínas son adquiridas a través
del pasto verde, del seco y de la soja; los carbohidratos son proporcionados al animal
cuando se lo alimenta con avena; los aceites y vegetales constituyen el aporte de grasas;
los minerales se encuentran en la alfalfa, el suelo de las pasturas y en las sales; y por último
los oligoelementos como el magnesio, el potasio, el hierro, el cobre y el cinc, están
contenidos en los suplementos alimenticios y en las denominadas "piedras de sal". El agua
fresca y limpia es indispensable durante todas las etapas de la crianza del equino.
Alojamiento:
El caballo necesita de un espacio mínimo vital en el que se siente cómodo y de un
predio con pastos naturales o sembrados al que tenga acceso. Esto le permite mejorar su
estado físico, poder ejercitar sus músculos y articulaciones, y disminuir las condiciones de
estrés que genera el hacinamiento en boxes. Ya sea que se quiera mantenerlo en un box o
en una caballeriza, será ideal que estos cuenten con las dimensiones adecuadas para cada
categoría, de piso absorbente, liso, antideslizante, con drenaje, bien ventilado e iluminado,
corrales de encierro amplios, galpones de servicio de fácil acceso y de fácil limpieza.
Un espacio reducido puede ocasionar que el caballo se eche y quede entrampado,
ocasionando que el animal se lastime e incluso llegue a fracturarse.
Una caballeriza sucia y con e aire viciado predispone a problemas digestivos y
respiratorios entre otros.
Personal idóneo:
El personal de un haras comprende a: mayordomo, padrillero, encargado de retajeo
y servicios, encargado de cuida, de yeguas preñadas y de destete. Cada uno de ellos
cuenta con una cantidad variable de peones que colaboran en las tares cotidianas dentro
del establecimiento.
Es fundamental que las diferentes secciones del haras sean recorridas diariamente,
para que el funcionamiento del recinto y la atención que se brinda al caballo sean las
mejores.
Por lo general, el profesional veterinario del haras es el encargado de entrenar al
resto del personal, coordinar las medidas de manejo y profilaxis, y organizar las diferentes
tareas que son necesarias en vida del equino. Dicho personal informa al encargado o al
médico veterinario, acerca de cualquier novedad referente a las anormalidades vistas, tal
como animales echados, potrillos que no maman, caballos cortados o golpeados, yeguas

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con signos de distrofia, abortos y otros. El veterinario diagrama un plan sanitario que debe
involucrar las diferentes categorías de equinos que admita el haras. Es imprescindible que,
además de este control planificado, el veterinario haga una revisión a cada animal por lo
menos dos veces al año.
Limpieza e higiene:
Los caballos en estado salvaje no necesitan que el hombre se ocupe de ellos, ya
que se limpian entre sí de manera sencilla, frotándose mutuamente con los dientes,
rascándose contra arbustos y troncos o revolcándose en la tierra.
Cuando el animal vive en un establecimiento especializado, debe ser cepillado para
estimular la piel, limpiarla y proporcionar una mejor circulación sanguínea y calidad
muscular. Una piel limpia puede excretar correctamente el sudor y los residuos del ejercicio
y de una dieta concentrada.
Rasquetas, cepillos y franelas, son los elementos que utilizan los cuidadores para
realizar el mejor cuidado del pelo. Es uso de un cepillo duro e útil cuando se quiere quitar el
sudor seco, el barro y la suciedad. Luego con la ayuda de una almohaza de goma, se cepilla
todo el cuerpo, con firmeza. Cada dos o tres pasadas se limpia el cepillo contra la
almohaza. El cepillado debe realizarse siempre hacia atrás y hacia abajo.
Cuando se cepillan las crines, se las debe colocar hacia el lado contrario de caída y
después llevarla nuevamente a su lado poco a poco con el cepillo desde la raíz. La cola
debe ser cepillada mechón por mechón desde las puntas hasta la inserción o raíz.
Para limpiar los ojos, las fosas nasales y los labios, es necesaria una especie de
esponja escurrida en agua tibia, que no deben ser mezcladas con la que se utilice para
limpiar debajo de la cola y entre las piernas.
Para alisar el pelo se puede pasar por ña crin y por la inserción de la cola un cepillo
mojado en las puntas. Por último con un paño o con una franela se puede dar brillo a la
capa.
Ejercicio y compañía:
Es importante para lograr la estabilidad fisicomental del caballo, que este tenga
oportunidad de retozar y de contar con un ambiente agradable en compañía de su especie y
bajo el cariño y la atención de su amo. Dicho ambiente es proporcionado a través de
espacios verdes y pasturas, donde tiene el contacto natural con su especie.
El caballo es un animal rutinario y necesita de recreación para evitar vicios tales
como la aerofobia. La mejor rutina a seguir es aquella que puede mantenerse los trescientos
sesenta y cinco días del año.
Medicina preventiva:
Para que nuestro animal goce de buena salud, es necesario llevar un buen control
sanitario, que está a cargo del veterinario ayudado por el personal encargado. La función de
este control es evitar una serie de problemas que se pueden entrar con la medicina
preventiva. Los pilares del plan de manejo estarán dados por desparacitación interna y
externa, cuidado dental, recorte de cascos y herrado, manejo adecuado de la dieta y
vacunación. También existen controles completos realizados mediante métodos y técnicas,
que tienen como objetivo determinar el estado de salud del caballo. Este largo examen, se
denomina propedéutica y consta de diversas partes: anamnesis, examen físico,
humectación, recreaciones, integridad, tiempo de llenado capilar, anillo tóxico, sonidos
intestinales, temperatura y embrocado.
La desparasitación, tanto tóxica como interna, resulta básica dentro de la vida de un
animal doméstico. Se inicia con la hembra y se continúa con la yegua preñada, la parida y el
potrillo a partir de los veinticinco y treinta días de nacido. Para al fin por lo general se
emplean combinaciones de bencimidazoles con algún organofosforado vía oral,
combinaciones de estos con pirantel en forma de pasto, vía bucal, o bien derivados de la
avermectina, vía oral. La desparacitación debe ser repetida después de noventa días o de
sesenta días en caso de tratarse de potrillos al pie de la madre.
Los parásitos externos deben controlarse por medio de baños medicados, cepillado
periódico y a través de la aplicación de insecticidas en las instalaciones.

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Ambas desparacitaciones deben ser realizadas en forma regular, más aun cuando
el caballo debe reducirse a un área limitada de pastoreo, donde los parásitos del propio
animal suelen reproducirse fácilmente. De esta manera se puede llevar a cabo el control de
la población de parásitos en el organismo del caballo, disminuyendo así el riesgo de
problemas digestivos y de condición corporal pobre. No es recomendable disminuir la carga
parasitaria a cero, pues esto evita que el caballo produzca defensas contra los parásitos,
haciéndolo más susceptible a próximas infecciones.
El cuidado dental es vital y debe ser realizado por el veterinario mediante una
revisión periódica.
El desgaste de los dientes en los caballos no se da en forma regular y esto provoca
la formación de odontofitos en los molares superiores e inferiores. Los superiores
desarrollan odontofitos en su cara exterior y los inferiores en su cara interior. Los odontofitos
se caracterizan por tener bordes irregulares y cortantes que pueden llegar a lacerar la
mucosa de la lengua y los carrillos. Para evitar problemas secundarios a su aparición, hay
que limarlos de manera periódica y regular, cada seis meses aproximadamente. El limado
de odontofitos se lleva a cabo con unas limas de tungsteno, diseñadas especialmente para
ello. Cuando se realiza, el animal debe estar bien sujeto y de ser necesario tendrá que ser
tranquilizado para poner en riesgo la vida del médico veterinario.
La vacunación equina se realiza para mejorar la expectativa de vida del animal, y
debe hacerse en forma periódica. Aquellos ejemplares que son transportados
frecuentemente a concursos u otros eventos, deben ser vacunados de manera más regular.
Cabe destacar que los caballos, por lo general, reciben vacunas comunes y otras propias
según categoría.

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Enfermedades
Según las diferencias de cada raza y de cada individuo en particular, existen
actitudes y temperamentos variables, pero hay señales o signos que el caballo da a conocer
cuando se siente mal, incómodo o con dolor. Las enfermedades y los problemas más
comunes ocurren hasta en los mejores sitios donde puede vivir un equino.
A lo largo de la vida del equino hay enfermedades que según la edad en la que se
encuentra. Durante los primeros años de vida, el potro está particularmente predispuesto a
las enfermedades óseas, ya que los huesos de las extremidades son largos y se desarrollan
con gran rapidez provocando que sean más vulnerables a los trastornos de crecimiento,
producidos por desequilibrios nutricionales, infecciones y por alteraciones propias de la
crianza, como ser la sobrealimentación y la falta de ejercicio. Otra de las causas de que
dichos trastornos sean más predispuestos en algunos animales, es la herencia genética.
Los problemas óseos más representativos de la vida del potro son: las contracturas
de los miembros anteriores, las curvaturas de las patas y la epifisitis. Esta última suele
producirse cuando la placa de crecimiento, situada al extremo de los huesos largos, se
cierra, provocando hinchazones firmes y dolorosas que aparecen sobre la zona.
La hipolapsia cerebelosa es una enfermedad que afecta a ciertas razas en
particular, durante los primeros años de vida. Es, probablemente, hereditaria y sus síntomas
son el cabeceo y la falta de coordinación de los miembros que aumenta con el paso del
tiempo. Los potros son también susceptibles a las enfermedades pulmonares como la
neumonía y las infecciones de dicho órgano.
Durante todo el ciclo de vida existen diversas enfermedades que pueden afectar al
equino, algunas más comunes que otras. En general, los caballos están menos
predispuestos a las enfermedades urinarias que otros animales. En cambio los problemas
de sensibilidad originados por las lesiones en los nervios, son más frecuentes. Las
afecciones que se ven son la parálisis facial o radical con dificultad para el avance del
miembro, parálisis supraescapular, hemiplejia laríngea, enfermedad del tambaleo o temblor.
Con respecto a las enfermedades del corazón, es importante aclarar que los
caballos no suelen sufrir ataques cardíacos de la misma forma que los humanos y que es la
más frecuente de las alteraciones cardiovasculares equinas es la rotura de una arteria.
También pueden percibirse arritmias cardíacas, bloqueos parciales, fibrilación auricular y
soplos cardíacos.
Son posibles las enfermedades del aparato respiratorio, tales como la neumonía, la
bronquitis, los silbidos y la tos. Esta última puede tener su origen en una gran variedad de
virus, infecciones bacterianas o alergias al polvo del moho, heno y paja.
Los problemas oculares y los de la piel, son también parte del conjunto de
afecciones que sufre el caballo. El ojo puede llegar a sufrir úlceras por ser un órgano
vulnerable a traumatismos y la piel puede sufrir de una inflamación, denominada dermatitis,
que puede ser de carácter infeccioso, parasitario o alérgico.
Las enfermedades infecciosas son comunes en la vida de un equino. Son causadas
por microorganismos y se las puede clasificar en virales, bacterianas y micóticas, según su
origen.
También existen las afecciones parasitarias, pudiendo clasificarse como
endoparasitarias, es decir dentro del cuerpo, o ectoparasitarias, sobre la superficie del
cuerpo. Dentro del primer grupo, los parásitos más comunes son los gastrointestinales como
ser el stronglylus, trichonema, anaplocephale, oxyurus y gasterophilus entre otros, y los
respiratorios como el ascaris y el dictyocaulus. Abarcando el grupo de los ectoparasitarios,
encontramos a las garrapatas, ubicadas por lo general en las orejas del animal, y las
moscas que resultan extremadamente molestas y pueden llegar a causar problemas en la
piel.
No son comunes las enfermedades óseas en el caballo adulto. Estos trastornos
pueden atribuirse a traumatismos, a infecciones y a deficiencias en la nutrición.
Las lesiones que sufre el hígado, debido a infecciones, toxinas o venenos, pueden
alterar sus funciones y provocar la aparición de síntomas de alguna enfermedad. La más
común es la hepatitis, producida por una inflamación del hígado.

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Los órganos genitales de la yegua y del macho, pueden también sufrir
enfermedades. La infertilidad o las enfermedades de la preñez, también son problemas que
afectan al organismo del equino.
Entre los males que con mayor frecuencia presentan los caballos, está la cojera.
Puede ser causada por una simple piedra en el casco o por una enfermedad. Las
afecciones de los tendones son frecuentes, ya sea por golpes o por presión, mientras que la
inflamación del menudillo y la artritis, que son causadas por sobrecarga y desgaste,
suceden con menos frecuencia. La enfermedad que afecta al hueso navicular del pie, puede
causar cojera crónica y es consecuencia de un choque o una sobrecarga.
El cólico:
El aparato digestivo, también puede sufrir enfermedades y el padecimiento más
común es el cólico. Cuando nos referimos a esta afección hablamos de dolor agudo en la
cavidad abdominal, producido por un trastorno en el tracto digestivo, específicamente en el
colon. Dicho dolor también está relacionado, en algunos casos, con el aparato urinario y el
útero.
Por las características anatómicas del aparato digestivo del equino, se trata de un
padecimiento común. Esta predisposición se debe a: impedimento para vomitar, bajo
volumen estomacal de doce a quince litros promedio, esfínteres estomacales muy cercanos
entre sí, mesenterio del intestino delgado muy largo y laxo, válvulas del ciego muy
pequeñas, flexura pélvica y colon dorsal derecho muy angosto y colon menor estrecho, laxo
y largo.
Su impedimento para vomitar se debe al carecimiento de centro de vómito y por su
largo paladar blando. Los esfínteres, al estar muy cerca entre si, se colapsan al dilatarse el
estómago permitiendo la entrada de aire y substancias, pero no su desalojo. El mesenterio
del intestino delgado permite que el intestino tanga torsiones, por ser muy largo y laxo. Las
válvulas del ciego, tanto las ileocecales como las cecólicas, son muy pequeñas y funcionan
como embudos. Esto predispone a impactaciones cecales, facilitadas por la flexura pélvica y
el colon dorsal derecho muy angosto. Por último el colon menor, al ser estrecho, laxo y
largo, evita la salida de enterolitos.
Además de las causas relacionadas con la predisposición de la especie, existen
otras que tienen que ver con la alimentación del equino estabulado, como errores de manejo
y también con ciertas enfermedades. Los errores de manejo más comunes son: una dieta
excesivamente rica en granos, los cambios bruscos en la misma, tanto en calidad como en
cantidad, la ingestión de elementos extraños por tener los boxes sucios, poca cantidad de
agua consumida, ejercicio físico excesivo combinado con la previa o posterior alimentación
del equino en exceso. Entre las razones más frecuentes se encuentran las dilataciones del
estómago o del intestino, producidas por diversos motivos. La obstrucción intestinal es uno
de ellos y puede ser el efecto de la ingestión de cuerpos extraños, como bolsas de plástico
o arena, o bien debido a una masa compacta de alimento en el estómago. Esto se conoce
como impactación. La acumulación excesiva de gas, o los espasmos, causados por las
fuertes contracciones de los músculos de la pared del tubo digestivo, son también factores
que causan el cólico; al igual que las inflamaciones de intestino y los desplazamientos de
este órgano dentro de la cavidad abdominal. Esto último puede dar lugar a torsiones,
anudamientos, invaginaciones y estrangulamientos. La distensión del estómago, por su
parte, puede conducir al estallido del órgano en casos muy severos. Los parásitos internos,
principalmente los gusanos redondos o estrángilos, son otra de las principales causas que
provocan el cólico.
Ante cualquiera de las causas nombradas anteriormente, el organismo reacciona
deteniendo la motilidad intestinal. De esta manera el líquido comienza a acumularse al igual
que los alimentos y el gas, produciendo la dilatación de los órganos digestivos. Esta
sensación, dolorosa y molesta, desencadena un efecto dominó, porque a raíz del mismo
dolor se detiene la motilidad de las porciones siguientes del intestino, las cuales al cabo de
unas horas, también se dilatan y causan dolor abdominal.
Los síntomas que un caballo con cólico presenta van desde una molestia leve hasta
cuadros desesperantes de dolor. Según el caso el animal se muestra inquieto, escarba el

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suelo con sus manos, suda profusamente, adopta posturas con los miembros estirados,
voltea la cabeza mirando a su abdomen intentando morderse o patearse dicha zona,
también suele tirarse al piso y pararse varias veces o rodar sobre su lomo, provocándose
daños en la cara y miembros. La sudoración excesiva es también un signo, al igual que el
rechinar de dientes, bajar la cabeza y estirarse para dar más capacidad al abdomen y a los
pulmones.
Existen otros síntomas que el veterinario evaluara durante la inspección del caballo,
como el aumento de la temperatura y de la frecuencia cardiorespiratoria, la presencia de
sonidos en la cavidad abdominal, el cambio del estado de las mucosas, las características
de la materia fecal y de la orina entre otros.
Es importante que el propietario o cuidador esté preparado para reconocer las
señales tempranas que muestran los animales afectados y tenga un plan de emergencia
para actuar en consecuencia.
No necesariamente el caballo debe presentar todos los signos para que sea
diagnosticado el cólico. Con el mismo criterio existen algunos signos que pueden surgir
durante otras patologías, es decir sin que el animal tenga la enfermedad.
A la hora de diagnosticar un cólico hay que tomar en cuenta las constantes
fisiologícas normales del caballo. También son relevantes a la hora de determinar la
gravedad y el origen del cólico las actividades que realizó el caballo antes de notarle
extraño, es decir, el tipo de dieta, los cambios recientes en la misma, el consumo de agua,
la frecuencia, cantidad y características de evacuación, última vez que se desparasitó y
medicina que se utilizó en ese momento, tipo de trabajo realizado, situaciones recientes de
estrés, historias anteriores de cólicos y que diagnóstico se dio en ese momento.
En algunos casos, no es más que de un dolor pasajero, sin embargo en otros
resulta letal para el caballo. El manejo de un cuadro de cólico requiere acciones cuidadosas
y rápidas, ya que en muchos casos el tiempo es un factor de vida o muerte. El cuidador es
quien debe observar detenidamente al animal para evaluar la urgencia de llamar al
veterinario, quien hace el diagnóstico. Si es posible debe evitar cualquier tipo de medicación
antes de que llegue el profesional. A pesar de ello existen medidas útiles que se pueden
tomar mientras se espera: retirarle el alimento, darle solo una pequeña cantidad de agua,
tomarle la temperatura y observar la frecuencia respiratoria. A veces también es útil hacerlo
caminar o trotar en forma moderada durante veinte o treinta minutos, para estimular la
motilidad intestinal y disminuir de esta manera el dolor. Llevarlo a un espacio abierto o
acolchonar el box, es una medida práctica que evita los daños en el cuerpo del caballo que
pudiese realizarse al patear, echares al suelo o rodar.
Existen métodos para determinar la gravedad de un cólico, estos son: auscultación
de las constantes fisiológicas, sondeo nasogástrico, palpación rectal, paracentesis y
cecocentesis. En el primer método se toman en cuenta la frecuencia cardíaca y respiratoria
principalmente. Los datos obtenidos en ambas auscultaciones son completados al tomar la
temperatura y al observar las mucosas.
Al auscultar el corazón, es decir medir la frecuencia cardíaca, el cólico se
clasifica según su gravedad, de la siguiente manera:
Frecuencia cardíaca Gravedad del cólico

de 40 a 60 pulsaciones/minuto Ligero

de 60 a 80 pulsaciones/minuto Moderado

de 80 a 100 pulsaciones/minuto Severo (por lo general infartante)

mas de 100 pulsaciones/minuto Muy grave (puede causar la muerte)

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El sondeo nasogástrico consiste en la introducción de una sonda por uno de los
ollares del caballo a lo largo del meato ventral, esto se hace para llegar al estómago y
determinar la cantidad y el tipo de contenido que se encuentra en el mismo. El resultado
puede ser la presencia de gas, de contenido gástrico o alimento, o reflujo proveniente del
intestino delgado. Estos elementos en exceso provocan el aumento de presión en el
estómago y por lo tanto, de dolor. El gas, en particular, puede ser consecuencia de una
fermentación excesiva de concentrados, como los granos. Si como resultado se obtiene
líquido de color amarillento, se puede deducir que hay gas en el estómago, el color se debe
a la acidez estomacal. El contenido gástrico que provoca el dolor es el alimento seco,
impactado, que probablemente no salga si no se realiza un lavado de estómago. Esto se
atribuye al bajo consumo de agua. Por último el reflujo proveniente del intestino delgado
posee un PH alcalino que provoca el dolor abdominal.
La sonda no debe quedar puesta por más de veinticuatro horas, porque puede
llegar a pegarse al esófago, además es recomendable utilizar sondas de materiales poco
irritantes y que no cambien de forma con la variación de temperatura.
El sondeo no sólo se realiza en animales con malestar, sino que es recomendable
realizarlo para la administración de algunos medicamentos.
Si sondeo no calma al caballo, entonces el cólico tiene mayor probabilidad de ser
infartante y tener la necesidad de ser sometido al tratamiento quirúrgico.
La palpación rectal se realiza con un guante lubricado, y consiste en introducir la
mano por el recto del equino para detectar anormalidades en sus estructuras internas, como
ser: desplazamiento, es decir cambio de posición de una víscera; aumentos de volumen,
como tumores, enterolitos e impactaciones; y por último sitios con inflamación y dolor. El
veterinario debe tener experiencia para poder detectar, realmente, si hay o no alteraciones
en las estructuras que palpe.
El método de paracentesis, se basa en la obtención de líquido peritonial, para
determinar sus características macroscópicas y microscópicas. El líquido obtenido, se verá
más turbio y opaco, mientras mayor sea la afección. Se recomiendo punzar en la parte mas
baja del abdomen y ligeramente a la derecha de la línea media, para evitar lastimar otros
órganos allí ubicados, como el bazo. Este proceso debe llevarse a cabo bajo medidas
estrictas de limpieza y desinfección del área. El diagnóstico no será válido, si previamente
se le a practicado una cecocentesis al animal. La paracentesis se realiza cuando se trata de
un cólico infartante, luego de realizar la auscultación del corazón y obtener una frecuencia
cardíaca elevada, dolor o cambios de posición durante la palpación y nula respuesta al
analgésico. Este método es un auxiliar que determina si se requiere o no tratamiento
quirúrgico
La cecocentesis consiste en la punción del ciego, para permitir la salida del gas, que
si se deja acumulado en esta víscera provoca la ya nombrada distensión. Como
procedimiento es considerado de emergencia. No debe ser realizado antes de la
paracentesis, pues puede alterar los resultados y la confiabilidad de esa prueba ya que por
lo general durante la punción del ciego hay una ligera contaminación del líquido abdominal.
Este procedimiento se realiza para liberar la presión que el gas ejerce sobre las vísceras,
sin embargo no es suficiente para corregir el problema. De este modo debe ser
complementado con tratamiento quirúrgico o médico, para resolver el cólico.
Cuando se le administra un analgésico para combatir el cólico, pueden resultar dos
reacciones como respuesta, negativa o positiva.

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Razas
A lo largo de los últimos trescientos años, los criadores de caballos han llevado a
cabo una labor de mejora en varias razas, así como el desarrollo de otras que sirvieron para
una finalidad determinada.
De este entrecruzamineto, se lograron ejemplares que reunían las mejores
características de las razas que le dieron origen y que eran necesarias para el propósito
para el cual se destinaba al animal.
Como resultado se obtuvieron nuevas razas, como el caballo de silla, el de caza, el
de tiro y diferentes pónies.
Entre las razas más conocidas de América Latina, están el Caminador Peruano, o
Peruano de Paso; el Paso Fino Puertorriqueño; el Falabella; y por último el Criollo
Rioplatense.
Los conquistadores españoles e ingleses fueron los primeros que introdujeron el
caballo doméstico en América, y se cree que podrían ser los progenitores primitivos de las
manadas que hoy viven en el oeste de Norteamérica, y en la Pampa Sudamericana. La raza
que dio origen a nuestros equinos es principalmente la Árabe.
Criolla
El caballo criollo tubo su origen en el año 1942, cuando Cristóbal Colón y los
restantes descubridores y conquistadores españoles permitieron la entrada de caballos
Berbeíscos y Andaluces al Río de la Plata. Años después, cuando Don Pedro de Mendoza
abandonó Buenos Aires, los potros descendientes de estos animales se extendieron
libremente por la extensa llanura argentina. Ya en el año 1583 se avistó a los indios
araucanos del Sur utilizando el caballo como herramienta de guerra. A través de los siglos
se fue desarrollando un animal fuerte, valiente, sufrido, de gran rusticidad y resistencia,
producto de la selección natural en la que sólo sobrevivieron los más fuertes. A fines del
Siglo XVII la raza experimentó un proceso de degeneración, causada por la mezcla de
sementales de Europa y Estados Unidos, perdiendo con ello su calidad de sobriedad y
resistencia a las enfermedades. Recién a comienzos de este siglo, aproximadamente en el
año 1918, se estableció para esta raza un Stud Book regular. Su registro se inició gracias a
los esfuerzos del Doctor Emilio Solanet, quien recorrió el país comprando yeguas de origen
patagónico a los indios, sentando así las bases de esta raza. Los padrillos fundadores de
sus líneas de sangre fueron "Olivo Cardal" y "Africano Cardal", ambos de conformación y
características notables que los consagraron como verdaderos pilares de la raza.
Actualmente en su selección se clasifica en desempeño de los reproductores en las
duras tareas de campo y su conformación corporal
El Criollo se distribuye por toda la región de América del Sur y es de interés
internacional. Es criado con diferentes características y denominaciones, según el país. En
Chile se denomina Chileno y deriva del Criollo Argentino, aunque es más rústico y
resistente; en Colombia tomo el nombre de Guajira, debido a la región donde se originó. ; en
Venezuela se denomina Caballo Llanero y es menos consistente y más ligero, con perfil
frontonasal convexo; en Perú recibe el nombre de Salteño y se presenta en tres versiones
distintas: el Costeño, el Morochuco y el Cholo; en Brasil se distinguen otras tres razas que
se diferencian entre si: el Crioulo del Río Grande del Sur, el Mangalarga y el Campolina.
En la Argentina se lo destaca por ser un animal de gran potencia, resistente y veloz.
Ágil y de andares sueltos, es capaz de recorrer grandes distancias durante largo tiempo, sin
consecuencias funestas. Su temperamento se caracteriza por se tenaz y voluntarioso, es
un animal extremadamente enérgico, activo y dócil. Otras dos características que definen
esta raza son su longevidad y su fertilidad.
Esta familia es inigualable debido a su guapeza e inteligencia. Además en nuestro
país, fue siempre el compañero fiel de cada hombre del campo, y hoy en día continúa
pastando dentro de nuestras fronteras.
Las aptitudes más reconocidas de la raza Criolla son los trabajos ganaderos, en los
cuales demuestra gran facilidad, y los realizados con silla, gracias al equilibrio armónico que
posee.

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Se aceptan todos los pelajes, de preferencia tapados, aconsejándose eliminar los
albinos totales o parciales. Los pelajes que no son aceptados son el pintado y el tobiano. En
la sangre del caballo Árabe, presente también en la del caballo español, se encontraba el
tono isabelino en sus genes, sin embargo el pelo más característico es el gateado o bayo
leonado. El gaucho tuvo que definir la gran variedad de pelajes y señales que posee la raza,
es por eso que se conocen mas de cien vocablos para expresar los pelajes criollos.
Morfología:
Esta raza presenta un caballo de tipo mesoformo y enumérico, es decir que posee
medidas y formas medianas. Sin embargo se considera al Criollo, como un animal de
constitución robusta, musculosa y fuerte. No es un animal muy pesado, generalmente ronda
entre los cuatrocientos kilogramos.
Es un animal de poca alzada, cuya talla ideal es de 1,44 metros, con fluctuaciones
para los machos que varían entre 1,40 metros y 1,48 metros, pudiendo excederse hasta
1,50 metros, pero no deben medir menos de 1,38 metros. Las fluctuaciones de las medidas
deben guardar debida armonía con la estructura básica del caballo.
Su cabeza es bastante corta, de base ancha y vértice fino. Proporcionalmente se
considera que posee mucho cráneo en comparación con la cara. Esta es de perfil rectilíneo
o subconvexilíneo, frente ancha y con tendencia a ser plana. Las mandíbulas o carrillos,
tienen un particular destacado y se muestran separadas entre si. Los ojos reflejan
inteligencia, perspicacia y son muy expresivos, sus ollares por otro lado son puntualmente
dilatados. Las orejas son chicas, pero anchas y separadas en su base, y paralelas entre si.
El cuello es largo, fornido e incluso flexible. Presenta una perfecta unión en sus dos
extremidades, ligeramente convexo en su línea superior y en forma de ángulo casi recto con
las paletas y el tronco, en la inferior. La cruz es larga, musculosa y no muy destacada, es
decir que está insensiblemente unida a sus extremos y medianamente perfilada.
El tronco es de gran desarrollo, posee costillas bien arqueadas, y vientre profundo y
amplio. Visto de costado, se nota profundo desde la cruz hasta la cinchera y de frente tiene
forma oval. Las espaldas o paletas son medio largas e inclinadas, fuertemente musculadas
y separadas entre si por ambos encuentros. El pecho es ancho, robusto y bien descendido,
y el esternón se ubica aproximadamente a la mitad de la alzada del animal, dentro del tórax.
Este último es amplio, y posee un perímetro ideal de 1, 78 metros en los machos y de 2
centímetros más en las hembras.
Las extremidades son consistentes, con una buena osamenta y musculatura. Los
antebrazos, bien aplomados, deben ser largos y anchos, y al llegar a la rodilla afinarse.
Estas últimas se encuentran cerca del suelo, son anchas, medianamente largas y nítidas.
Los brazos y los codos, son paralelos al plano mediano del cuerpo. El codo debidamente
inclinado con el brazo, se muestra bien desprendidos del tórax. Las piernas son largas y
anchas, con tendones fuertes, separados y nítidos, al igual que los garrones; los cuales
están cerca del suelo y paralelos al plan mediano del cuerpo. El ángulo interior del garrón es
medio abierto. Las cañas son cortas, nítidas y con tendones fuertes y bien destacados, y su
perímetro ideal es de 0,19 metro en los machos y un centímetro menos en las hembras. Los
nudos son también fuertes y nítidos, y las cuartillas o pichicos son de longitud e inclinación
mediana, anchos, fuertes y límpidos. Por último los cascos o vasos, están bien
conformados. Son de volumen proporcionado al cuerpo, resistentes, tensos y bien
aplomados. El color de preferencia para estos es el negro.
El dorso del caballo Criollo es ancho y de extensión proporcionada para completar
superiormente el tórax. Es largo fuerte firme y robusto hacia el posterior. Suavemente unido
a la cruz y al riñón, son los que conforma una correcta línea superior recta. El riñón, por su
parte, es ancho, corto y musculado, bien unido a la grupa para mantener la perfecta
armonía del conjunto. La grupa, de largo y ancho medianos, es semioblicua, fornida y bien
desarrollada. Vista desde el posterior, es redondeada y sin protuberancias óseas, ni
hendiduras perceptibles. Los flancos son cortos y los muslos anchos y mazisos. Las nalgas
son largas y descendidas. Finalmente la inserción de la cola, que es baja y continúa la línea
superior de la grupa. El maslo es corto y grueso con cerdas abundantes, al igual que el tuse
de la crinera.

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Silla Argentino
La raza Silla Argentino, también denominada Anglo Argentino, es un producto
originario de nuestro país, que resultó de la cruza de distintas razas. Entre ellas se
encuentran: Silla Francés, Anglo Árabe, Holstein, Hannoveriano y Pura Sangre de Carreras,
conformando de esa manera una raza con una excepcional combinación de sangre.
La Asociación Argentina de Fomento Equino, es responsable de la aceptación y
reconocimiento de este animal en la Sociedad Rural Argentina. A partir del año 1941, se
iniciaron ya las primeras presentaciones regulares en las exposiciones de Palermo, con
reproductores inscriptos y aprobados en el Registro Anglo Argentino. Toda la obra de la
Asociación y su preferencia por el mejoramiento de la especie caballar de silla, tiene como
resultado que este animal haya dejado de ser un "tipo de caballo" para convertirse en la
raza que hoy conocemos. Actualmente es criado, sobre todo, en Buenos Aires y en la
Provincia de Córdoba.
El comportamiento de esta raza es sobresaliente, pues además de ser un animal de
buen temperamento, es enérgico y vivaz, con prontas reacciones nerviosas que revelan, por
su calidad y dinamismo, la influencia del Pura Sangre de Carreras.
Los mantos más comunes son el alazán, zaino, tordillo, bayo, bayo oscuro, oscuro y
otros pelajes firmes. El grullo y el overo, son capas aceptadas pero poco comunes.
Es un caballo utilizado para todo tipo de competencias ecuestres, ya que su aptitud
principal es la silla, tanto así que se lo considera equino deportivo por excelencia. Debido a
la creciente demanda de ejemplares, de ja determinado orientar la crianza hacia dos tipos
bien definidos de lineamientos generales de la estructura: el grande, destinado a la
equitación, a la alta escuela, al salto y a la prueba completa, y el chico, utilizado en polo y
pato, deportes en los que es muy exitoso.
Morfología
Por ser un animal resultado del cruzamiento de diferentes razas, puede variar la
conformación de un animal a otro. Sin embargo la mayoría se caracteriza por poseer mucha
fuerza en los miembros posteriores y por lo tanto, por tener una buena técnica de salto.
Este caballo, como heredero natural de la raza Anglo Normando, también
denominado Silla Francés, es un animal de tipo mesodolocoformo. Tiene volumen y peso
medianos, este último es de cuatrocientos kilogramos, oscilando entre trescientos y
quinientos kilogramos. Su estructura es fuerte y proporcionada, típica del caballo de silla, de
acción baja y larga, recta y desenvuelta. Sus medidas longitudinales y verticales son
equilibradas con las transversales, teniendo en cuenta sus proporciones.
Su altura a nivel de la cruz varía entre 1,55 metro y 1,75 metro, pero con el fin de
orientar a los criadores, se realizan la clasificación por alzada, que coincide con la realizada
según el tipo de deporte que realiza. El ejemplar denominado, anteriormente, mayor posee
una altura superior a 1,62 metros y el menor o de polo y pato, tiene una alzada de variable
entre 1,52 metros y 1,58 metros.
La cabeza de los animales pertenecientes a la raza Silla Argentino, es liviana, seca
y descarnada, por lo tanto se la califica como pequeña. No obstante, posee los maxilares
inferiores pronunciados y bien separados, que permiten flexionar con facilidad la cabeza
sobre el cuello. La frente es ancha, de perfil rectilíneo o convexo. Los ojos vivos y
expresivos, los ollares dilatados y las orejas medianas, con tendencia a ser largas.
El cuello es largo y bien soldado, de base ancha y vértice fino. Se une a la cabeza
por la línea inferior en forma recta y por la superior en forma curva, esta última es grácil y
sin depresiones. Su fuerte constitución muscular, de líneas armoniosas, le proporciona
equilibrio y flexibilidad en el cuello. La cruz es larga y prominente, poniendo así en evidencia
la amplitud y oblicuidad de sus paletas.
La caja torácica, vista desde un costado, es profunda desde la cruz hasta el
esternón, y de frente es de forma ovalada, amplia en su perímetro y cercana al suelo. El
vientre también es amplio, con las costillas moderadamente arqueadas hasta la sección
donde comienza la cadera.
Las extremidades son fuertes y robustas, gracias a su notable musculatura, con
articulaciones enjuntas y tendones separados. Los antebrazos y las piernas son largos y

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correctamente aplomados. Las rodillas y los corvejones o garrones son bajos, las primeras
son además chatas, anchas y profundas, mientras que los segundos son amplios, profundos
y netos. Las cañas son cortas y anchas, con tendones fuertes y destacados, libres de
estrangulamientos debajo de las rodillas y los corvejones. Los nudos deben ser ovalados y
sin la presencia de cernejas. Las cuartillas son flexibles, de longitud e inclinación medianas.
Por último los cascos, parejos, de volumen medio y preferentemente de color negro.
El dorso del animal es corto y visto de perfil es recto. El lomo es corto, alto y ancho,
cubierto por masas musculares fuertes y redondeadas que sobrepasan la apófisis de las
vértebras. La línea dorsolumbar debe elevarse suavemente reforzando la unión con la
grupa. Si ambas paletas son inclinadas y la grupa es semioblicua, el dorso y el lomo serán
cortos y fuertes, la línea superior corta y la inferior prolongada, proporcionando un amplio
lugar para el movimiento de los miembros. La grupa de esta manera aporta armonía a las
demás regiones. Esta es generalmente larga desde la cadera hasta la inserción de la cola y
cubierta por musculatura extensa.
La cola se encuentra a una altura media, poblada de lacias y finas cerdas, al igual
que el tuse. El cuerpo entero está recubierto por una fina piel, protegida por un refinado
pelaje, liso y sedoso.
Cuarto de Milla
Esta es la raza estadounidense más antigua, así como la más popular en todo el
mundo, ya que se extiende no sólo por el continente americano, sino también por algunos
países europeos. Desciende de los caballos que los colonos ingleses trajeron al llegar
desde el Viejo Continente. Dichos animales comenzaron a ser criados a principios del Siglo
XVII, por los primeros colonos que habitaban en los actuales estados de Virginia y Carolina
del Norte y del Sur, quienes acostumbraban realizar carreras con sus caballos por la calle
central, las cuales tenían una distancia de un cuarto de milla. Pronto empezó la selección
mediante el cruzamiento entre individuos de ascendencia Andaluza, Árabe y Berbeísca,
razas que ya se habían asentado en la región y la raza Pura Sangre importado de
Inglaterra. El resultado fue la creación de un animal extremadamente veloz, sobre todo en la
distancia ya mencionada (un cuarto de milla) que, en breve, comenzó a ser criado con
esmero. Al ser esta nueva raza, más rápida que ninguna otra en las distancias cortas,
recibió el nombre de Cuarto de Milla. Pero no sólo era utilizado para las carreras, ya que
estos animales eran también los encargados de transportar por las nuevas rutas a los
colonos y a su ganado, y si bien habían sido criados para correr, eran sumamente diestros
en los trabajos ganaderos. Finalmente surge un tipo de caballo desprendido, ágil y de
rápidos reflejos, con un instinto natural para trabajar la hacienda.
La raza fue reconocida oficialmente como tal en el año 1941. El Stud Book o registro
de cría de esta raza, está confiscado a la American Quarter Horse Association o Asociación
de Criadores de Caballos Cuarto de Milla, que tiene su sede en Amarilla, Texas. Dicho
registro se divide en tres parte: Registro Puro, Apéndice y Cruza.
Podrán inscribirse como padres de la raza, bajo la denominación de Puros de
Origen, aquellos los padrillos Cuarto de Milla cuyos pedigríes provengan directamente de
animales inscriptos en la Asociación. Las madres de la raza, estarán bajo el nombre de
Puras de Origen, cuando cumplan la misma disposición descripta para los padrillos. Los
hijos de un padrillo y una yegua, ambos puros de origen, se inscribirán bajo la misma
denominación, los cuales, a menos que sean castrados, quedarán automáticamente
inscriptos como padres o madres de la raza.
En el Registro Apéndice serán inscriptos los siguientes ejemplares:
 Aquellos productos resultantes de los cruzamientos entre Cuarto de Milla y animales Pura
Sangre de Carrera.
 Aquellos animales que sean producto de la mezcla de Cuarto de Milla y animales inscriptos
en el Registro Apéndice.
No serán admitidos en este registro los hijos de reproductores inscriptos en el
Registro Cruza. Los animales pertenecientes al Registro Apéndice, podrán pasar al Registro
Puros de Origen, siempre que antes de haber cumplido los seis años de edad, hayan

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alcanzado determinado pontaje el Registro de Mérito por su desempeño en exposiciones y
competencias.
Podrán inscribirse como padres de la raza del Registro Cruza, los Puros o Puros por
Absorción, los animales denominados Cruza y las yeguas Base. Los padrillos o yeguas que
poseen un grado de sangre o igual o superior al 96,875%, considerado equivalente a haber
obtenido durante cinco generaciones potros hijos de padrillos Cuarto de Milla, serán
considerados Puros o Puras por Absorción, el cual no podrá generar Puros de Origen. El
Registro Cruza incluye a las yeguas inscriptas en las distintas etapas del registro, las cuales
se indican como primera, segunda, tercera y cuarta cruza. Cada etapa será adjudicada
según el grado de sangre Cuarto de Milla que posean. La primera adquiere un 50,00% de
sangre Cuarto de Milla, la segunda 75,00%, la tercera 87,50% y la cuarta 93,75%. Solo los
padrillos proporcionan a sus productos un mayor porcentaje de sangre pura de raza. En el
Registro Base se ubican aquellas yeguas que hubieran cumplido los requisitos establecidos
en el reglamento.
El resultado de la cruza de reproductores de diferentes grados de sangre es el
siguiente:
Madres
Base 1º Cruza 2º Cruza 3º Cruza 4º Cruza P por A P de O
Padres
Puros de 1º Cruza 2º Cruza 3º Cruza 4º Cruza
P por A P por A P de O
Origen

Puros por 1º Cruza 2º Cruza 3º Cruza 4º Cruza


P por A P por A P por A
Absorción

4º Cruza

3º Cruza
NO APTOS PARA LA REPRODUCCIÓN
2º Cruza

1º Cruza

Hoy en día existen tres líneas fundamentales y bien diferenciadas de caballos


Cuarto de Milla. En primer lugar se encuentran el caballo de trabajo, ideal para la hacienda y
muy ágil, su contextura física es bastante compacta y muy fuerte, de alzada más bien
mediana, baja. Luego el caballo de carreras, que se caracteriza por ser el más veloz en los
cuatrocientos metros. Es fuerte y más alto que el anterior, con musculatura imponente. Por
último una línea de morfología pura, con un balance posterior y anterior perfecto, como
también lo son sus angulaciones, también es destacable su cuello fuerte pero despejado.
Es uno de los caballos más domésticos, puesto que su gran docilidad lo hace
fácilmente manejable para chicos y mujeres. Esto se debe a que en sus orígenes eran
domados por los niños de la tribu. Poseen un andar armonioso y natural, en el que su pie es
levantado libremente y colocado de una sola vez en el suelo.
Su apariencia refleja su tranquilidad, además de su destacada fuerza, la cual
mantiene bajo control y calma.
Los pelajes o capas que se distinguen principalmente son el alazán, alazán tostado,
castaño, zaino, gateando, palomino, negro, lobuno, tordillo, rosillo y bayo. No serán admitido
por el Registro de animales que sean producto de un overo, tobiano, blanco o albino,
aunque este resulte ser del pelaje reglamentario. Las capas nombradas anteriormente no
podrán ser inscriptos en el registro.
Se caracteriza por ser dócil, aunque también vivo y enérgico, está dotado de un
gran equilibrio psíquico. Con un temperamento excelente, amable y solicito, es un animal

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inteligente, tranquilo y fiable. Gracias a estas aptitudes es una raza que practica variadas
actividades, destacándose las carreras en distancias cortas y el arreo de manadas vacunas.
Pero también son aptos para salto, polo, exposición y silla, y son capaces de
desempeñar tareas como animales de carga y de tiro. Una talento que destaca su potencia
y destreza, es la capacidad de parar y girar sobre su tren posterior con gran rapidez y
emboscar al vacuno, aún si viene al galope tendido.
Se puede apreciar, por la diversidad de eventos existentes, que el Cuarto de Milla
es la raza que más se destaca en el área de competencias. Además de las pruebas y
actividades ya mencionadas, realiza otro tipo de desafíos.
El Aparte es una competencia que requiere de toda la habilidad que el caballo
posee en el trabajo ganadero. El jinete, montado en su animal, debe entrar con tranquilidad
en un rodeo ganadero, apartar un animal y arriarlo hasta el centro de la pista y mantenerlo
allí. Para esto los movimientos del caballo deben corresponderse con los de la vaca,
anticipando cada desplazamiento que la misma realice, sin la intervención del jinete. Los
jueces otorgan un puntaje al caballo por su capacidad de evitar que la vaca vuelva al rodeo,
por su sentido ganadero, por su atención y por su coraje. El tiempo límite es de dos minutos
y medio, y los competidores deben apartar como máximo dos o tres cabezas de ganado.
El Concurso de Rienda consiste en un esquema predeterminado por la Asociación
de Criadores de Cuarto de Milla, en el que el caballo demuestra su excelencia en el cambio
de aires y maniobras, como el giro sobre sus patas traseras y la rayada. En esta última, el
animal frena deslizando su posterior mientras camina con sus manos. El jinete debe recorrer
uno de los diez esquemas, que incluyen maniobras, spins, rollbacks, cambios de mano y
círculos al galope. Pero no sólo debe guiar al caballo, sino que también es responsable de
controlar cada uno de sus movimientos, pues el animal se deja guiar prestando poca o
ninguna resistencia. Los jueces colocaran el puntaje, que varía del cero al cien, teniendo en
cuenta los movimientos del caballo, el dominio ejercido sobre el esquema y la actitud del
caballo. Cuando el puntaje es de setenta, se considera que el desempeño ha sido promedio.
El Western Pleasure es uno de los eventos más populares de las exposiciones que
realiza la Asociación. En esta prueba el caballo trabaja el paso, el trote, y el galope,
mostrando la fluidez de sus movimientos, su buena disposición y su constante atención,
pues responde en forma inmediata a los cambios de aire, manteniendo siempre un ritmo
suave y tranquilo. Los participantes compiten simultáneamente, dando vueltas por el
perímetro de la pista de exhibición. Los jinetes deben sostener las riendas en una mano y
no pueden cambiarla durante la competencia, tampoco pueden tocar al caballo o a la silla
durante el transcurso de la misma.
La Carrera de Barriles es una de las combinaciones de velocidad y agilidad, que
más entusiasmo genera en toda exhibición de Cuarto de Milla. El caballo se mueve
rápidamente alrededor de tres barriles dispuestos en forma triangular, luego de doblar en el
último barril, hace una carrera contra el reloj, hacia la línea de llegada. El tiempo se cuenta
desde que el hocico del caballo cruza la línea de largada. Los barriles se pueden tocar, pero
si se derriba alguno durante el recorrido se agrega una penalización de cinco segundos por
barril.
La Exhibición de Salto, es la culminación de todos los eventos de origen inglés. Se
basa en un recorrido de cuatro obstáculos como mínimo, sobre los cuales el caballo deberá
ejecutar ocho saltos. La altura máxima de los mismos es de tres pies y seis pulgadas, para
la división de jóvenes. El puntaje es otorgado se adapta al tiempo y a las penalizaciones por
faltas, entre ellas podemos nombrar el voltear un obstáculo y el negarse a saltarlo. Aquel
binomio que completa el recorrido sin cometer ninguna falta, vuelve a una competencia final
de tiempo para determinar su clasificación final de tiempo para determinar su clasificación
definitiva en el evento. El no completar el recorrido por la caída del jinete o del caballo, es
causa de descalificación automática.
El Enlace de Terneros es una de las destrezas que en el pasado se realizaba en el
oeste, y hasta el día de hoy, sigue utilizándose en los establecimientos ganaderos del
mundo entero. El evento somete a una prueba de capacidad del caballo de seguir un
ternero a gran velocidad, dándole al jinete la mejor oportunidad de enlazarlo. La

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competencia comienza cuando se suelta al ternero desde la manga. Luego de unos minutos
de ventaja el jinete y su caballo salen del box, en el caso salir antes de tiempo serán
penalizados. Una vez en el campo el caballo se acerca al ternero, el enlazador arroja el lazo
y el caballo se detiene rápidamente. Mientras el jinete se baja y voltea al ternero para poder
atarle las patas, el caballo debe permanecer quieto con el lazo firmemente atado a la
montura y tenso. Esta competencia puede realizarse en equipos variando algunas reglas y
se denomina Lazo por Equipos. Participan en ella dos binomios, el jinete del primero debe
tomar al novillo por las astas y el otro tiene que enlazarlo por sus talones. A pesar de
participar dos caballos, sólo se juzga uno por competencia.
Otra popular competencia por tiempo, es la denominada Team Penning, y se basa
en ñas tareas que realizaban los vaqueros en la época del Oeste, tal como su nombre lo
indica, un equipo de tres jinetes debe apartar del rodeo tres cabezas de ganado,
identificados específicamente, y encerrarles en un corral al otro extremo de la pista, dentro
de los noventa segundos de tiempo que poseen. Los jinetes deben apartar los animales
marcados, cuidando que no más de cuatro vacunos crucen la línea o perderán el tiempo, ya
que los animales que restan deben mantenerse en su lugar cuando este termine, de lo
contrario se descalificará al equipo.
La Carrera de Estacas es una prueba de rapidez y agilidad, en la que el caballo
debe recorrer un esquema compuesto por seis estacas colocadas en línea recta, a seis
metros y medio de distancia entre una y otra. Por cada estaca derribada hay una
penalización de cinco segundos. Este evento se define por tiempo y pueden participar sólo
los jóvenes.
La competencia de Western Horsemanship, está diseñada para probar la capacidad
de manejo del caballo. Los jinetes deben seguir, en primer lugar un esquema de maniobras
determinadas que ponen a prueba su destreza. Luego, se solicita a los finalistas de la
primera parte que vuelvan a la pista como grupo para exhibir sus caballos al paso, trote y
galope, dentro del perímetro de la pista. Los jueces se fijan en la posición del cuerpo del
jinete, como se sienta en la silla y su capacidad de dominar al caballo.
Por último la competencia de Conformación, que juzga la estructura corporal del
caballo cuarto de Milla como raza. Las clases se dividen por edad y sexo. Los caballos se
exhiben con un cabestro de cuero y se muestran a los jueces para que puedan evaluar su
balance, grado de musculatura y características propias de la raza y el sexo
correspondiente.
Morfología:
Al hablar de la conformación de un caballo, nos referimos a su belleza estética y a
su armonía. El Cuarto de Milla es una raza que presenta caballos de tipo dolicoformo,
consistente y de poderosas formas. Su cuerpo compacto denota un perfil pesado, aunque
su peso es de quinientos kilogramos promedio. Son caballos cuya altura media varia entre
1,50 metros y 1,60 metros aproximadamente.
La cabeza del Cuarto de milla tiene forma piramidal, es relativamente corta, con la
frente ancha y el perfil recto. Los ojos son grandes y traslucen su carácter tranquilo. El
hocico y las orejas son pequeños, a diferencia de la quijada que es bastante grande. La
boca es chica, los labios delgados y los ollares amplios. La cabeza se junta con el cuello
formando un ángulo de noventa grados, este ultimo es musculoso y bien conformado. Se
inserta suave y flexible entre las paletas largas y robustas. El tórax es amplio y profundo
como lo indica su gran perímetro torácico y el costillar también es profundo y bien arqueado.
Las extremidades son consistentes y están bien estructuradas con articulaciones
anchas flexibles y enjuntas, coxas musculosas, curvas cortas, y tendones estrechos y bien
marcados. La pierna es amplia y vista desde atrás muestra la convexidad interna y externa
de su masa muscular. El garrón es amplio, chato y fuerte, ubicado cerca del suelo y libre de
tejido blando. No debe haber flojedad en la articulación del garrón excepto en su movimiento
hacia delante. La caña es corta porque como ya se advirtió, el garrón esta cerca del suelo al
igual que las rodillas. Vistas de frente o de atrás muestran una posición perpendicular, y
aparecen anchas al verlas de perfil. El nudo es fuerte y bien conformado pues debe resistir
los choques y el esfuerzo. Las cuartillas son de longitud mediana, bastante rectas y

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fornidas. Los cascos son pequeños en comparación con los de otras razas, y se los
considera resistentes.
La cruz queda bien definida y es algo prominente, aproximadamente tiene la misma
altura que la grupa. La línea dorsolumbar es recta y corta, esta bien unida al lomo el cual se
haya recubierto por una sólida y notable musculatura. Los cuartos traseros son anchos,
profundos y pesados, tanto vistos de perfil como desde atrás. Deben ser bien llenos con
abundante musculatura en el muslo, la babilla y la pierna descendente hasta el garrón. La
grupa debe ser larga y suavemente inclinada hacia el anca, donde se encuentra la inserción
de la cola que es algo baja

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Conclusión
Luego de haber investigado durante un año acerca de los caballos, creo estar
capacitada para realizar un breve comentario.
El equino es uno de los animales más complejos que existen sobre esta tierra, tanto
por su morfología como por su comportamiento. Es este último punto el que más llamó mi
atención, ya que por ser un animal gregario necesita de la constante compañía de sus
semejantes y, en caso de estar domesticado, del cariño y cuidados del ser humano.
Otro tema que debo destacar es la importancia del caballo en las actividades
ecuestres. Hoy en día la equitación, las carreras, el polo y el pato, son los deportes que más
se practican y que mayor repercusión tienen sobre el espectador, son populares también el
concurso completo, la doma clásica y la cacería. Pero su uso como animal de trabajo sigue
siendo el más importante, en lo que se refiere a nuestro país.
Acerca de las razas, puedo decir que es realmente notable la labor realizada por los
criadores, quienes lograron crear una increíble variación de tipos de caballos mediante el
cruzamiento de las diferentes razas dispersas sobre el planeta. El caballo Criollo Argentino,
es la raza nacional que nos representa en el mundo y está especialmente capacitada para
el trabajo del campo. La raza Silla Argentino, relativamente reciente, y se destaca
esencialmente en las exhibiciones de salto. Finalmente, el Cuarto de Milla, oriunda de
Estados Unidos, se destaca en las exhibiciones y competencias propias de la raza. Los
eventos más reconocidos son: el concurso de rienda, la carrera de estacas y el western
pleasure.
En los años venideros, creo posible el surgimiento de razas inéditas, que
satisfacerán las nuevas necesidades del hombre. Pero el ser humano debe aprender a no
abusar de lo que el equino le ofrece, pues a pesar de ser un animal excelente y compañero,
jamás olvida los malos tratos

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Bibliografía
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edición- México D.F.- Marzo 1999.
"Asociación Argentina de Fomento Equino"- Editado por Equinos Argentinos- Revista nº 79-
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"Caballos del Mundo"- Mc Bane y Douglas Cooper- Editorial Hispano Europeas S. A.- 1º
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"Ciencia Veterinaria"- Agro editorial S.R.L.- Volumen 13, revista nº 70- Junio 1997.
"Ciencias Físico Químicas y Naturales"- Alberto Fesquet- Editorial Kapeluz y CíA- 12º
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"Anuario 1999"- Editado por Criadores Argentinos de Caballos Cuarto de Milla.
"Diccionario Enciclopédico Hispano Americano"- Editores: Montaner y Simón- TomoIV-
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 "Magazine Equino" Salud, producción y deporte- Editada y comercializada por
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María Victoria Lucas


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