El Monstruo
El Monstruo
El Monstruo
11 septiembre 2005
El caso del 'Monstruo de Armendriz', acusado de violar y matar a un nio, sigue siendo un
enigma. En medio del actual debate sobre la penal capital, aqu la historia.
"Es el crimen ms cruel de todos los tiempos y merece ser castigado por la muerte". La Crnica,
15 de setiembre de 1954.
El cuerpo sin vida de un nio de tres aos, con huellas de haber sido golpeado en la cabeza, se
encontraba en una covacha de Barranco. El horror se divulg rpidamente por las calles. El lugar
se colm de policas, periodistas y curiosos. Un hombre de mediana estatura, delgado y de
bigotes ralos se acercaba. Era el albail Abraham Hidalgo. Desde la noche anterior estaba
buscando a su pequeo hijo Julio Hidalgo Zavaleta.
Se abri paso entre el tumulto. Ya cerca, solo su grito de dolor despert la avidez de los
reporteros y de los detectives. Era su hijo.
Al da siguiente, los canillitas voceaban titulares de los diarios que divulgaban el crimen de la
quebrada. En las radios el crimen era motivo de comentarios que se repetan en buses, esquinas
y bodegas.
Todos exigan a la Polica la captura del homicida. Los padres de familia teman por la suerte de
sus hijos. Decenas de guardias civiles y republicanos se desplazaban por las calles barranquinas
indagando y buscando una pista para dar con el criminal. Hubo redadas en bares, billares y en
cantinas del hampa limea. La poblacin comenz a presionar: quera un culpable.
"Era un sujeto negro y alto... me compr 20 centavos de turrn para el nio. yo lo puedo
reconocer". El turronero Ulderico Salazar.
De inmediato, numerosos individuos sin oficio fueron arrestados. Salazar, ante una decena de
detenidos, apunt a Jorge Villanueva Torres, un vago de 35 aos.
Salazar declarara despus a la prensa: "Logr identificarlo porque tena un dedo torcido, como el
hombre que me compr el dulce para Julito". Desde ese momento, Jorge Villanueva Torres,
conocido como el 'Negro Torpedo' fue bautizado por la prensa nacional como el 'Monstruo de
Armendriz'.
"Yo he cometido muchos delitos... he sido un hombre malo... pero este, este crimen no me
pertenece". Jorge Villanueva Torres.
Aunque el 'Negro Torpedo' clam por su inocencia, ningn favor le hacan los numerosos
atestados policiales que tena por vagancia y robo. Su pasado desordenado y marginal influy
para desacreditar cualquier alegato de inocencia.
En las calles de Lima, la gente exiga que le aplicaran la pena de muerte. Hubo una manifestacin
pblica por las calles de Barranco, donde vivan los familiares de la vctima. "Muerte para el
monstruo", gritaban los vecinos.
La tarde del 14 de setiembre, un puado de detectives inform a sus superiores que Jorge
Villanueva haba admitido ser el autor del crimen. Fue confinado en la Penitenciara Central, una
crcel situada en aquel entonces en el Paseo de la Repblica. Los diarios y las radios seguan
azuzando el fuego del odio colectivo contra Villanueva. Deba morir.
"La ley es dura, pero es la ley". Leonidas Velarde lvarez, fiscal de la Corte Suprema.
El juicio fue cubierto con amplitud por los diarios limeos. Los curiosos se agolpaban cada
maana al pie del Tercer Tribunal Correccional. La defensa de Villanueva fue asumida en el
tramo final por Carlos Enrique Melgar, un joven abogado sanmarquino, que trat de demostrar
que su cliente no era el culpable.
Pero el testimonio del turronero fue demoledor. Jur que Villanueva era el hombre que llevaba al
nio a la quebrada.
Villanueva se defendi como pudo. Afirm que los policas lo haban obligado a autoculparse.
Nadie crey en su palabra, pues durante la audiencia mostr ser un tipo rebelde, dscolo,
conflictivo y contestn.
El 7 de octubre de 1956 fue llevado por ltima vez al Palacio de Justicia. Despus de dos aos de
juicio en el Tercer Tribunal Correccional decidi emitir su fallo: la pena de muerte.
De pronto, las ventanas de la sala fueron quebradas por un golpe. Villanueva estall en ira.
Trat de agredir a los magistrados. Fue maniatado. Luego, con voz quebrada, el sentenciando
insisti en su inocencia. En diciembre de 1957 la Segunda Sala de la Corte Suprema inici la
revisin de la condena. Pero todo fue intil. Los vocales decidieron ratificar la pena.
El fallo deca a la letra: "Con inequvoca certeza de que es agente responsable de excepcional
peligrosidad y conducta inmodificable se reclama la ms severa sancin".
"Yo creo que el final es la hora de la verdad". Monseor Guillermo Babiln, capelln de la
Penitenciara Central.
Al amanecer del 12 de diciembre de 1957, la sentencia iba a ser ejecutada. Miles de personas se
arremolinaran ante la Penitenciara Central. A las 5 y 25 de la maana, cinco vigilantes
arrastraron a Villanueva hasta el paredn. Fue atado a un poste de tres metros de altura. Ocho
guardias lo esperaban con sus fusiles en mano. Se dice que mientras el oficial imparta rdenes
marciales, el condenado exclamaba: Soy inocente!
Afuera, algunas mujeres lloraban, mientras los hombres comenzaban a preguntarse si de verdad
Villanueva era el temible 'Monstruo de Armendriz'.
Cuando los reporteros preguntaron al capelln si un hombre poda mentir estando a un paso de la
muerte, el religioso contest: "Yo creo que el final es la hora de la verdad". Con estas palabras
crecieron las dudas.
Das despus, en una entrevista a Ulderico Salazar, el testigo ms importante del proceso, el
turronero dijo: "Espero que la sociedad me d un trabajo estable para mantener a mis tres hijos".
El diario La Prensa inform que Salazar se haba contradicho ms de 30 veces durante el
proceso. Las dudas en torno a la culpabilidad de Villanueva han dejado un sabor a remordimiento
sobre la pena capital para uno de los delitos ms horrendos.
HACE 50 AOS. Jorge Villanueva Torres, alias Monstruo de Armendriz, fue acusado del
homicidio de un nio de 3 aos y muri fusilado mientras gritaba su inocencia. Hoy, las pruebas
del error judicial que lo conden son tan irrefutables como irreversible su muerte
"El protocolo de la autopsia estableci que no haba signos de violacin; ahora, la incgnita es
despejar si en realidad se trata de un crimen".
El jueves 9 de setiembre de 1954 los titulares de los diarios despertaban a una Lima de apenas
medio milln de habitantes, con una noticia horrenda.
El cadver de Julio Hidalgo Zavala, un nio de 3 aos y medio, fue hallado en una covacha en la
zona que entonces se conoca como la quebrada de Armendriz, zona limtrofe entre los
balnearios de Miraflores y Barranco.
El cuerpo fue encontrado en posicin decbito ventral (boca abajo) y basndose en este indicio
las autoridades y la prensa comenzaron a tejer la historia del "anormal" que habra violado al
menor.
As naca un 'monstruo' que reuna todos los prejuicios y temores de una sociedad.
Las declaraciones de los vecinos a los diarios retrataron al feroz criminal: "un sujeto de estatura
baja, azambado y de ojos rasgados". Inmediatamente comenz la cacera de brujas y las
autoridades detuvieron a todo individuo con estas caractersticas.
Un turronero que trabajaba en la calle Atahualpa, hoy Alberto Lafon, donde viva la familia de la
vctima, afirm que el homicida le compr una melcocha para el nio y se lo llev de la mano.
Una semana despus los diarios exponan como el asesino a Jorge Villanueva Torres, en un
escaparate meditico. "Lo han hecho confesar" aplauda la prensa.
Y aunque segn el protocolo de autopsia de la vctima nunca hubo violacin, la prensa lo calific
de depravado y de violador.
"Con indicios no se condena a muerte. No hay conviccin, miente el turronero. En caso de duda
hay que estar a lo favorable al reo, In dubio pro reo!"
Transcurrieron casi tres aos de juicio cuando, a pedido de Jorge Villanueva, el abogado Carlos
Enrique Melgar tom la defensa y logr que, en solo un mes y medio, se retire el cargo de
violacin. Pero los magistrados, sometidos a la presin popular, lo condenaron por homicidio.
Al promediar las 5:30 a.m. del 12 de diciembre de 1957, el reo fue sacado de su celda en la
Penitenciara de Lima, situada en lo que hoy es el hotel Sheraton y el Centro Cvico.
El corazn deba latirle con fuerza mientras se acercaba esposado, descalzo y vistiendo un
gastado overol azul, hasta el patio donde sera ejecutado.
Vctor Martua, quien se desempeaba como mdico legista durante el caso, presenci la
ejecucin. Incluso le coloc "la escarapela", un pedazo de cartn cubierto con un trapo negro en
la zona del corazn como gua para sus verdugos.
En ese cartn, que conserva hasta hoy, quedaron los orificios de dos balas.
"Me llam la atencin que hasta el ltimo momento insistiera en su inocencia. Ped el expediente
del caso y me dijeron que estaba perdido. Pero logr conseguir el protocolo de autopsia y no hay
evidencias que prueben el crimen", advierte Martua.
LA "MONSTRUITIS" DE LIMA
En su niez Jorge Villanueva fue un "pjaro frutero". As se llamaba en esa poca a los nios
ladrones o "piraitas" de hoy. En su juventud, un ladronzuelo que haca de las suyas en los
tranvas, atiborrados de gente, que surcaban Lima. A sus 35 aos ya haba pisado la crcel y era
conocido como vago y ladrn de poca monta en las comisaras.
Para Manuel Jess Orbegoso, periodista que sigui el caso, a Villanueva se le juzg ms por
negro, vago y ladrn que por asesinar a un nio. "Lo peor de las ejecuciones que he presenciado
es no tener la certeza de que el reo era culpable. Lo mismo ocurri con el monstruo de
Cajamarca, Udilberto Vsquez Bautista, ejecutado en 1970 por violar y asesinar a una pastora.
Se convirti en un santo popular."
Vctor Martua ensaya una teora para la desgracia de Villanueva en su libro "La pena de muerte
y los delitos de violacin": Villanueva fue vctima de la "monstruitis", un fenmeno que se difunde
a travs de los medios de comunicacin, creadores de seres siniestros que aterrorizan a la
sociedad y la hacen clamar por la aplicacin de una teraputica radical: la pena de muerte.
Descubri que sus restos tuvieron que ser incinerados por falta de pago en 1964.
Su historia dio origen a un mrtir entre los presos, una cancin y una pelcula, pero a pesar de
todas las pistas de su inocencia, nunca dejaron de llamarlo Monstruo.
El 07 de setiembre de 1954, a las 11.00 de la maana el nio Julio Hidalgo Zavala, de tres aos
de edad, domiciliado en el Jr. Atahualpa N 158, en la ciudad de Lima, estando ausente su madre,
la seora Fausta Zavala por encontrarse efectuando compras domsticas, sali para jugar con
sus amigos en la calle. Siendo las 12:30 del da, Fausta Zavala se percat de la ausencia de su
hijo, solicitndole a su esposo el Sr. Abraham Hidalgo que proceda a denunciar el hecho a la
Comisara de Barranco, en la cual se le informo que deba transcurrir un lapso de 24 horas de
desaparecido el nio para que pudieran intervenir.
Dos jvenes estudiantes, Marcelo Rojas Prez y Alfonso Navarro Vilca, que recorran la quebrada
de Armendriz quedaron pasmados ante un sobrecogedor hallazgo, el cuerpo sin vida de un nio
de tres aos con huellas de haber sido golpeado en la cabeza, se encontraba en una covacha de
Barranco. El horror se divulgo rpidamente por las calles, el lugar se colm de policas,
periodistas y curiosos, un hombre de mediana estatura, delgado y de bigotes ralos se acercaba,
era el albail Abraham Hidalgo, quien desde la noche anterior estaba buscando a su pequeo hijo
Julio Hidalgo Zavaleta, se abri paso entre la gente, oyndose un grito de dolor que
El niito Hidalgo tena el pantaln bajado y pequeas erosiones en la frente; la polica Conoci del
hecho movilizndose para poder esclarecer el caso46. Al da siguiente, los Titulares de los
peridicos publican el asesinato en Armendriz, exigiendo adems a la Polica Nacional del Per
la captura inmediata del asesino. La bsqueda fue intensa, Un nmero importante de guardias
civiles y republicanos se movilizaron por los lugares Cercanos del crimen, realizando redadas en
chinganas y en billares del lumpen limeo, Como es lgico de esperarse, la poblacin presiono
para encontrar un culpable.
47 Das despus, un vendedor de turrones de nombre Alarico Salazar, que trabajaba en La calle
Atahualpa, hoy Alberto Laffn, donde viva la familia de la vctima, afirm que Un individuo afro
descendiente que se llevaba al nio por la quebrada de Armendriz le compr una melcocha para
el nio, manifest que era un sujeto negro y alto () me compro 20 centavos de turrn para el
nio. Yo lo puedo reconocer 48; entre las fotografas que le mostraron en investigaciones,
identifico a Jorge Villanueva Torres como el sujeto que a las 11.00 de la maana del da 07 de
setiembre, lo detuvo cuando se retiraba del Parque de Barranco para comprarle unas melcochas,
este lo describi por sus caractersticas personales: pantaln marrn, zapatos mocasines, dedo
pulgar chato, etc. Estas minuciosidades fueron comprobadas en Villanueva Torres.49
El testigo declarara despus a la prensa: Logr identificarlo porque tena un dedo torcido, con
el hombre que me compr el dulce para Julito (el nio asesinado), Ulderico Salazar.50 Jorge
Villanueva Torres, conocido como el negro Torpedo fue bautizado por la prensa como el
Monstruo de Armendriz.51 En las calles de Lima, como era de predecirse la gente exiga que le
aplicaran la pena de muerte, se realizaron manifestaciones por las calles de Barranco, en donde
los pobladores exclamaban Muerte para el monstruo, incluso la prensa apoyaba la pena de
muerte para Villanueva. Un ejemplo de ello, es el titular del diario La Crnica del 15 de septiembre
de 1954 el que expres: Es el crimen ms cruel de todos los tiempos y merece ser castigado por
la muerte.
Jorge Villanueva Torres, desde su niez tuvo un comienzo criminal que con el tiempo fue
creciendo, cuando era nio era conocido como "pjaro frutero", trmino que se le daba a lo que
hoy en da conocemos como "piraitas" (nios ladrones). As su pasado, delincuencial fue
creciendo, robando en tranvas que surcaban Lima atiborrados de gente y reforzando su imagen
de ladronzuelo. Cuando por fin cumple los 35 aos, este seor ya haba pisado la crcel y tena
una muy bien ganada imagen de vago y ladrn de poca monta en las comisaras.
B) PROCESO PENAL EN CONTRA DE JORGE VILLANUEVA TORRES:
El proceso se inici en el Tercer Tribunal Correccional de Lima, integrado por los doctores
Octavio Santa Gadea, presidente, Octavio Torres y Jos Merino Reina.
Pasaron tres aos de su juicio, cuando a pedido de Jorge Villanueva, el abogado Carlos Enrique
Melgar tom la defensa, este era un joven abogado san marquino, que trato de demostrar que su
cliente era inocente, habiendo logrado que, en solo un mes y medio, se retire el cargo de
violacin. Los fundamentos de la defensa fueron que la confesin ante las autoridades policiales
se dio porque hubo presin de tipo moral, y que el hecho de hallar al menor a medio vestir se ha
aseverado el tipo de delito, pudiendo haber sido vctima de un indolente chofer, quien luego de
arrollarlo pudo haberlo llevado hasta el lugar donde lo hallaron, producindose la asfixia por la
accin inconsciente del propio menor.
El testimonio del turronero fue demoledor, este juro que Villanueva fue el hombre que llevaba al
nio a la quebrada, Villanueva se defendi como pudo, afirmo que los policas lo haban obligado
a auto culparse, nadie crey en su palabra, pues durante la audiencia demostr ser un tipo
rebelde, dscolo, conflictivo y contestn.
Fue bajo este rgimen que se ejecutaron los tres nicos casos de fusilamiento de individuos
violadores de nios59, y en aplicacin del artculo 152 del Cdigo Procedimientos Penales,
puesto que segn el protocolo de autopsia de la vctima nunca hubo violacin. Al leerse la
sentencia, Villanueva estallo en ira, trato de agredir a los magistrados, fue maniatado, luego con
voz quebrada, el sentenciado insisti en su inocencia, este manifest: Yo he cometido muchos
delitoshe sido un hombre malopero este crimen no me pertenece.
"Con indicios no se condena a muerte. No hay conviccin, miente el turronero. En caso de duda
hay que estar a lo favorable al reo, Indubio pro reo!", (Carlos Enrique Melgar/ Abogado defensor)
Los medios que se haban encargado de estar al tanto de cualquier novedad en este caso que
haba conmocionado a la opinin pblica se interesaron por relatar los ltimos momentos de vida
de Villanueva Torres.
Jorge Villanueva se cambi de terno ayer despus de baarse. Su nimo era de los mejores.
Durante un buen rato estuvo tocando guitarra en la celda especial donde ha sido aislado () A
las 09 de la noche se acost despidindose antes del vigilante del penal y del soldado de la
guardia republicana que lo custodian. A poco, durmi plcidamente sin despertarse toda la
noche A las 6 de la maana de hoy se levant de la cama el Monstruo de Armendriz. A las
6.30 tomo su desayuno consistente en caf con leche y dos panes con mantequilla. El servicio se
cumpli en la celda. Al igual que ayer no demostraba ningn temor por la muerte, no obstante que
ya sabe extraoficialmente su condena. Durante la maana el sentenciado a muerte estuvo
contemplando el jardn que da frente a su celda. No perdi el control en ningn momento.64 Las
ltimas catorce horas de vida del monstruo de Armendriz son una serie de protestas de
inocencia y de acusacin a la justicia, el Juez Carlos Carranza Luna fue el encargado de notificar
a Jorge Villanueva Torres de que la Corte Suprema haba dado el fallo definitivo, confirmando la
pena de muerte, sealando: vengo a anunciarle que la condena de muerte ha sido confirmada y
que ser fusilado. El juez pronuncio esas frases que temblaban y su rostro estaba plido
completamente. La actitud de Villanueva fue serena, haba una tranquilidad rara en l. La noticia
era desconcertante pero los funcionarios fueron los que quedaron desconcertados ante esta
actitud, paso un momento de silencio donde haba tensin, el escribano Froiln Manrique, inicio la
lectura de la sentencia, y Villanueva comenz a reaccionar y repentinamente grit: Pueden leer
lo que quieran y dirigindose al Juez- Ud. sabe que yo soy inocente, Ud. me hace matar y
puede hacerlo cuando quiera. El sacerdote capelln del
El da del fusilamiento a las 03.15 a.m. llego el juez instructor Carlos Carranza Luna, se le
prohibi la entrada a los reporteros grficos, en el lapso de una hora y cuarto llegaron los mdicos
legistas Jorge Gaviria y Fernando Gambirazzio, y siendo las 05.05 a.m. se inici el ingreso al
patio en el que se deba efectuar la ejecucin, las personas presentes sumaban sesenta y siete.
En un patio de veinticuatro metros de largo por veintids metros de ancho se
encontraba colocada una mesa con un lamparn donde tomo asiento el Juez instructor y el
escribano Froiln Manrique. Al centro del patio se coloc el madero donde seria colocado
Villanueva y detrs del mismo, costales de arena.
Al promediar las 5:30 a.m. del 12 de diciembre de 1957, de una friolenta y nublada maana, fue
llevado con mucha violencia a la Penitenciara de Lima, situado en lo que hoy se conoce como el
Sheraton y el Centro Cvico, haba sido insultado, golpeado, caminaba esposado, con un overol
jean azul muy gastado y descalzo, camin hasta el patio donde sera ejecutado, Vctor Maurta,
quin era mdico legista presenci la ejecucin, fue amarrado a un poste de madera con una
soga.
A las 5.38 a.m. se hizo presente en el patio el pelotn de fusilamiento compuesto por ocho
soldados de regimiento de la guardia republicana, al mando del alfrez Orlando Carrasco, y
cuando el pelotn de fusilamiento iba a hacer fuego, grito: soy inocente, yo perdono a Uds.
pero a el- dirigindose al Juez- asesa Y una descarga cerrada cort las frases, 68sonaron ocho
disparos, impactaron tres disparos en su cuerpo, Carrasco se acerc y de acuerdo a ley le
proporciono el tiro de gracia, acabando todo
A las 05.40 a.m., hora en que los mdicos constataron su muerte y el cadver se baj del poste,
colocndolo en un atad de madera negra, luego de lo cual evantaron el acta de fusilamiento de
acuerdo al procedimiento ordinario. Afuera, algunas mujeres lloraban, mientras los hombres
comenzaban a preguntarse si de verdad Villanueva era el temible Monstruo de Armendriz.
Cuando los reporteros preguntaron al capelln si un hombre poda mentir estando a un paso de la
muerte, el religioso contest: "Yo creo que el final es la hora de la verdad".
Media hora despus de que se haba escuchado la descarga y los mdicos haban constatado la
muerte de Villanueva, sali por el portn de la penitenciaria un vehculo plomizo llevando el atad,
seguido de carros patrulleros y autos de los periodistas. En el lugar destinado para los muertos
sin familia se detuvo la carroza y fue extrado el atad por empleados de la administracin del
Camposanto, siendo enterrado en una fosa por orden de un comandante de la guardia civil, quien
se neg a esperar que se cumplieran los tramites de ley pese a la insistencia de unos de los
empleados de la Beneficencia Pblica; el cadver de acuerdo al Acta sentada a la ejecucin,
deba entregarse al Dr. Carlos Enrique Melgar, defensor del ejecutado, quien lo haba reclamado
para darle cristiana sepultura; pero pocas horas despus tuvo que ser desenterrado pues el Dr.
Melgar efectu todos los trmites correspondientes para que le hagan entrega del cuerpo sin vida
de Villanueva. Das despus, en una entrevista a Ulderico Salazar, el testigo ms importante del
proceso, el turronero dijo: "Espero que la sociedad me d un trabajo estable para mantener a mis
tres hijos".