Inteligencia Emocional

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Inteligencia Emocional

El control de las emociones es la clave para el xito personal y profesional.

Se dice que la inteligencia emocional es una herramienta muy importante para


concebir el rendimiento de las personas, el xito de las organizaciones e incluso
para afinar los parmetros de lderes y salvar de catstrofes las empresas por
malas decisiones en base a las emociones.

La Harvard Business Review ha llegado a calificar a la inteligencia


emocional como un concepto revolucionario, una nocin arrolladora, una de
las ideas ms influyentes de la dcada en el mundo empresarial.

Se ha puesto de relieve que los CEO (Se conoce como CEO a la siglas de Chief
executive order que en espaol significa oficial ejecutivo en jefe.) son
contratados por su capacidad intelectual y su experiencia comercial y despedidos
por su falta de inteligencia emocional.

Daniel Goleman ha intentado desentraar qu factores determinan las


marcadas diferencias que existen, su tesis defiende que, con mucha
frecuencia, la diferencia radica en ese conjunto de habilidades que ha
llamado inteligencia emocional, entre las que destacan el autocontrol, el
entusiasmo, la 2 empata, la perseverancia y la capacidad para motivarse
a uno mismo.

Las emociones en el cerebro:

El diseo biolgico que rige nuestro espectro emocional ha contribuido, con


demostrado xito, a nuestra supervivencia como especie.

Es as que toda emocin constituye un impulso que nos moviliza a la accin. La


propia raz etimolgica de la palabra da cuenta de ello, pues el latn movere
significa moverse y el prefijo e denota un objetivo. La emocin, entonces, desde
el plano semntico, significa movimiento hacia.

Cada uno de nosotros viene equipado con unos programas de reaccin


automtica o una serie de predisposiciones biolgicas a la accin. Sin embargo,
nuestras experiencias vitales y el medio en el cual nos haya tocado vivir irn
moldeando con los aos ese equipaje gentico para definir nuestras respuestas y
manifestaciones ante los estmulos emocionales que encontramos.

Alrededor del tallo enceflico, que constituye la regin ms primitiva de nuestro


cerebro y que regula las funciones bsicas como la respiracin o el metabolismo,
se fue configurando el sistema lmbico, que aporta las emociones al repertorio de
respuestas cerebrales. Gracias a ste, nuestros primeros ancestros pudieron ir
ajustando sus acciones para adaptarse a las exigencias de un entorno cambiante.
El pensamiento, la reflexin sobre los sentimientos, la comprensin de smbolos, el
arte, la cultura y la civilizacin encuentran su origen en este esponjoso reducto de
tejidos neuronales. En esencia, nuestro cerebro pensante creci y se desarroll a
partir de la regin emocional y estos dos siguen estando estrechamente
vinculados por miles de circuitos neuronales.

Estos descubrimientos arrojan muchas luces sobre la relacin ntima entre


pensamiento y sentimiento.

A diferencia de lo que pensamos, son muchos los asuntos emocionales que siguen
regidos por el sistema lmbico y nuestro cerebro toma decisiones continuamente
sin siquiera consultarlas con los lbulos frontales y dems zonas analticas de
nuestro cerebro pensante.

Joseph LeDoux descubri que, junto a la larga va neuronal que va al crtex,


existe una pequea estructura neuronal que comunica directamente el tlamo con
la amgdala. Esta va secundaria y ms corta, que constituye una suerte de atajo,
permite que la amgdala reciba algunas seales directamente de los sentidos y
dispare una secrecin hormonal que determina nuestro comportamiento, antes de
que esas seales hayan sido registradas por el neocrtex.

El problema que esto puede y suele suscitar consiste en que la amgdala ofrece
respuestas inmediatas que no tienen en cuenta la situacin en toda su
complejidad, sino que se limitan a asociarla con los recuerdos emocionales que
guarda.

Ejemplo, no es de sorprender que una persona que haya sufrido un fuerte


trauma tras haber sido asediada sexualmente por un antiguo jefe, tenga una
reaccin exagerada y violenta cuando se enfrente a un escenario similar al del
ataque o cuando se encuentre con una superior que le recuerde de alguna forma a
su agresor.

En cada uno de nosotros se solapan dos mentes distintas: una que


piensa y otra que siente. stas constituyen dos facultades relativamente
independientes y reflejan el funcionamiento de circuitos cerebrales diferentes
aunque interrelacionados. De hecho, el intelecto no puede funcionar
adecuadamente sin el concurso de la inteligencia emocional, y la
adecuada complementacin entre el sistema lmbico y el neocrtex exige la
participacin armnica de ambas.

Algunas veces, sin embargo, la carga emocional de un estmulo despierta


nuestras pasiones, activando a nivel neuronal un sistema de reaccin de
emergencia, capaz de secuestrar a la mente racional y llevarnos a
comportamientos desproporcionados e indeseables, como cuando un ataque de
clera conduce a un homicidio.
La inteligencia emocional, entendida, es, como un conjunto de disposiciones o
habilidades que nos permite, entre otras cosas, tomar las riendas de nuestros
impulsos emocionales, comprender los sentimientos ms profundos de nuestros
semejantes, manejar amablemente nuestras relaciones.

La inteligencia ms all del intelecto:

Diversos estudios de largo plazo han ido observando las vidas de los chicos que
puntuaban ms alto en las pruebas intelectivas, Todos ellos han puesto de relieve
que el coeficiente intelectual apenas si representa un 20% de los factores
determinantes del xito, el 80% restante depende de otro tipo de variables, tales
como la clase social, la suerte y, en gran medida, la inteligencia
emocional.

As, la capacidad de motivarse a s mismo, de perseverar en un empeo a pesar


de las frustraciones, de controlar los impulsos, diferir las gratificaciones, regular
los propios estados de nimo, controlar la angustia y empatizar y confiar en los
dems parecen ser factores mucho ms determinantes para la consecucin de una
vida plena que las medidas del desempeo cognitivo.

A menudo se nos presentan en el mundo sujetos con una asombrosa capacidad de


razonamiento, pero completamente inepto en el plano personal. Contrario a
quienes, en cambio, gobiernan adecuadamente sus sentimientos, gozan de una
situacin ventajosa en todos los dominios de la vida, desde el noviazgo y las
relaciones ntimas hasta la comprensin de las reglas tcitas que determinan el
xito en el mbito profesional.

Toda persona tiene los dos tipos de inteligencia (cognitiva y emocional), es


evidente que la inteligencia emocional aporta, con mucha diferencia, la clase de
cualidades que ms nos ayudan a convertirnos en autnticos seres humanos.

Gardner destaca dos tipos de inteligencia personal:


La interpersonal, que permite comprender a los dems.
La intrapersonal, que permite configurar una imagen fiel y verdadera de uno
mismo.

Peter Salovey ha organizado las inteligencias personales en cinco competencias


principales:

El conocimiento de las propias emociones.


La capacidad de controlar estas ltimas.
La capacidad de motivarse uno mismo.
El reconocimiento de las emociones ajenas.
y el control de las relaciones.
El propio Gardner ha dicho que en la vida cotidiana no existe nada ms
importante que la inteligencia intrapersonal, ya que a falta de ella, no
acertaremos en la eleccin de la pareja con quien vamos a contraer matrimonio,
en la eleccin del puesto de trabajo, etctera.

Damasio logr concluir que los sentimientos juegan un papel fundamental en


nuestra habilidad para tomar las decisiones que a diario debemos adoptar, pues
al parecer, la presencia de una sensacin visceral es la que nos da la seguridad
que necesitamos para renunciar o proseguir con un determinado curso de accin,
disminuyendo las alternativas sobre las cuales tenemos que elegir.

Habilidad 1: autocontrol, el dominio de uno mismo


La preocupacin, pues, por gobernarse a s mismo y controlar impulsos y
pasiones parece ir aparejada al desarrollo de la vida en comunidad, pues una
emocin excesivamente intensa o que se prolongue ms all de lo prudente, pone
en riesgo la propia estabilidad y puede traer consecuencias nefastas.

As, el arte de contenerse, de dominar los arrebatos emocionales y de calmarse a


uno mismo ha llegado a ser interpretado por psiclogos de la altura de D. W.
Winnicott como el ms fundamental de los recursos psicolgicos.

El enfado es una emocin negativa con un intenso poder seductor, pues se


alimenta a s misma en una especie de crculo cerrado, en el que la persona
despliega un dilogo interno para justificar el hecho de querer descargar la
clera en contra de otro.

El enfado, pues, se construye sobre el propio enfado y su naturaleza altamente


inflamable atrapa las estructuras cerebrales, anulando toda gua cognitiva y
conduciendo a la persona a las respuestas ms primitivas.
Dolf Zillmann, psiclogo de la Universidad de Alabama, sostiene que el
detonante universal del enfado radica en la sensacin de hallarse amenazado,
bien sea por una amenaza fsica o cualquier amenaza simblica en contra de la
autoestima o el amor propio.

Diane Tice ha descubierto que expresar abiertamente el enfado constituye una


de las peores maneras de tratar de aplacarlo, porque los arranques de ira
incrementan necesariamente la excitacin emocional del cerebro y hacen que la
persona se sienta todava ms irritada.
Benjamn Franklin sentenci que siempre hay razones para estar
enfadados, pero stas rara vez son buenas. El problema est en saber
discernir.

Zillman ha descubierto que alejarse de los estmulos que pueden recordar las
causas del enfado y cambiar el foco de atencin es otra forma muy efectiva de
aplacarlo, pues se pone fin a la cadena de pensamientos irritantes, se reduce la
excitacin fisiolgica y se produce una suerte de enfriamiento en el que la clera
va desapareciendo.

De manera semejante a lo que ocurre con el enfado, la tristeza es un estado de


nimo que lleva a la gente a utilizar mltiples recursos para librarse de l,
muchos de los cuales resultan poco efectivos.

La tristeza como tal no es necesariamente un estado negativo; por el contrario,


puede desempear las funciones necesarias para una recomposicin emocional,
como sucede con el duelo tras la prdida de un ser querido. Pero cuando adquiere
la naturaleza crnica de una depresin, puede erosionar la salud mental y fsica
de una persona llevndola incluso a cometer un suicidio.

Habilidad 2: el entusiasmo, la aptitud maestra para la vida


La capacidad de pensar, de planificar, concentrarse, solventar problemas, tomar
decisiones y muchas otras actividades cognitivas indispensables en la vida
pueden verse entorpecidas o favorecidas por nuestras emociones.

Habilidades emocionales como el entusiasmo, el gusto por lo que se hace o el


optimismo representan unos estmulos ideales para el xito. De ah que la
inteligencia emocional constituya la aptitud maestra para la vida.
Diversos estudios han trazado la correlacin entre ciertas habilidades
emocionales y el desempeo futuro de una persona ejemplo:

Delante de un grupo de nios de cuatro aos de edad se coloc una golosina que
podan comer, pero se les explic que si esperaban veinte minutos para hacerlo,
entonces conseguiran dos golosinas. Doce aos despus se demostr que aquellos
pequeos que haban exhibido el autocontrol emocional necesario para refrenar
la tentacin en aras de un beneficio mayor eran ms competentes socialmente,
ms emprendedores y ms capaces de afrontar las frustraciones de la vida.

Se ha ratificado que cuanto ms proclive a angustiarse es una persona, menor es


su rendimiento acadmico. As pues, la ansiedad y la preocupacin, cuando no se
cuenta con la habilidad emocional para dominarlas, actan como profecas auto
cumplidas que conducen al fracaso.

Segn Snyder, la esperanza es algo ms que la visin ingenua de que


todo ir bien; se trata de la creencia de que uno tiene la voluntad y dispone de
la forma de llevar a cabo sus objetivos, cualesquiera que estos sean.
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Con el optimismo sucede algo parecido. Siempre que no se trate de un fantasear
irreal e ingenuo, el optimismo es una actitud que impide caer en la apata, la
desesperacin o la depresin frente a las adversidades. Martin Seligman, de la
Universidad de Pensilvania, lo define en funcin de la forma en que la gente
se explica a s misma sus xitos y sus fracasos. Mientras que el optimista ubica la
causa de sus fracasos en algo que puede cambiarse y que podr combatir en el
futuro, el pesimista se echa la culpa de sus reveses, atribuyndolos a alguna
caracterstica personal que no es posible modificar.

En sntesis, canalizar las emociones hacia un fin ms productivo constituye una


verdadera aptitud Maestra.

Habilidad 3: la empata, ponerse en la piel de los dems


Algunas personas tienen ms facilidad que otras para expresar con palabras sus
propios sentimientos. Peter Sifneos, psiquiatra de Harvard, acu el
trmino alexitimia, que se compone del prefijo a (sin), junto a los vocablos
lexis (palabra) y thymos (emocin), para referirse a la incapacidad de algunas
personas para expresar con palabras sus propias vivencias.
No es que los alexitmicos no sientan, simplemente carecen de la capacidad
fundamental para identificar, comprender y expresar sus emociones. As, al no
tener la menor idea de lo que sienten, los alexitmicos se encuentran
completamente desorientados con respecto a los sentimientos de quienes les
rodean.

La palabra empata proviene del griego empatheia, que significa


sentir dentro, y denota la capacidad de percibir la experiencia subjetiva de
otra persona. El psiclogo norteamericano E.B. Titehener ampli el alcance del
trmino para referirse al tipo de imitacin fsica que realiza una persona frente al
sufrimiento ajeno, con el objeto de evocar idnticas sensaciones en s misma.
Se ha demostrado que desde los primeros das de vida, los bebs se muestran
afectados cuando oyen el llanto de otro nio, lo cual ha sido considerado por
algunos como el primer antecedente de la empata.

A su vez, la ausencia de empata suele ser un rasgo distintivo de las personas que
cometen los delitos ms execrables: psicpatas, violadores y pederastas. La
incapacidad de estos sujetos para percibir el sufrimiento de los dems les infunde
el valor necesario para perpetrar sus delitos, que muchas veces justifican con
mentiras inventadas por ellos mismos, como cuando un padre abusador asume
que est dndole afecto a sus hijos o un violador sostiene que su vctima lo ha
incitado al sexo por la forma en que iba vestida.

Segn los estudios realizados, el coste de la falta de sintona emocional entre


padres e hijos es extraordinario. Cuando los padres fracasan reiteradamente en
mostrar empata hacia una determinada gama de emociones de su hijo, como el
llanto o sus necesidades afectivas, el nio dejar de expresar ese tipo de
emociones y es posible que incluso deje de sentirlas. De esta forma, y en general,
los sentimientos que son desalentados de forma ms o menos explcita durante la
primera infancia pueden desaparecer por completo del repertorio emocional de
una persona.

Finalmente, las investigaciones sobre la comunicacin humana suelen dar por


hecho que ms del 90% de los mensajes emocionales es de naturaleza no verbal, y
se manifiesta en aspectos como la inflexin de la voz, la expresin facial y los
gestos, entre otros. De ah que la clave que permite a una persona acceder a las
emociones de los dems radica en su capacidad para captar los mensajes no
verbales.

Este dato parece sugerir que la empata favorece el rendimiento escolar o, tal vez,
que los nios empticos son ms atractivos a los ojos de sus profesores.

Inteligencia emocional para el trabajo


Una persona que carece de control sobre sus emociones negativas podr ser
vctima de un arrebato emocional que le impida concentrarse, recordar, aprender
y tomar decisiones con claridad.

De ah la frase de cierto empresario de que el estrs estupidiza a la gente.


El tiempo de los jefes competitivos y manipuladores, que confundan la empresa
con una selva, ha pasado a la historia. La nueva sociedad requiere otro tipo de
superior cuyo liderazgo no radique en su capacidad para controlar y someter a
los otros, sino en su habilidad para persuadirlos y encauzar la colaboracin de
todos hacia unos propsitos comunes.

En los entornos profesionales contemporneos, la diversidad constituye una


ventaja competitiva, potencia la creatividad y representa casi una exigencia de
los mercados heterogneos que comienzan a imperar. Pero para poder sacarle
provecho, se requiere la presencia de aquellas habilidades emocionales que
favorecen la tolerancia y rechazan los prejuicios.

Conclusin

Los estragos que la ineptitud emocional causa en el mundo son ms que evidentes,
tradicionalmente hemos sobrevalorado la importancia de los aspectos puramente
racionales de nuestra psiquis, en un afn por medir y comparar los coeficientes de
la inteligencia humana. Sin embargo, en aquellos momentos en que nos vemos
arrastrados por las emociones, la inteligencia se ve desbordada y los esfuerzos
por entender la capacidad de anlisis racional de cada sujeto no parecen tener
mayor utilidad.

La abundante base experimental existente permite concluir que, si bien todas las
personas venimos al mundo con un temperamento determinado, los primeros
aos de vida tienen un efecto determinante en nuestra configuracin cerebral y,
en gran medida, definen el alcance de nuestro repertorio emocional.

Las empresas y los profesionales que quieran lograr el xito en el entorno de


especializacin y diversidad que caracteriza al mundo moderno deben tener
consciencia de sus emociones y dotarlas de inteligencia.

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