Saber Vivir Saber Elegir
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ELEGIR
Compendio inspirado en las creencias que rigen nuestras vidas
Soren Kierkegaard
Nunca nuestro cerebro estuvo diseado para leer un libro como el que tiene
en sus manos. Es una increble y simple premisa que la gente nunca considera
o quizs se niega a creer. La lectura es un invento cultural que, tal como la
conocemos, comenz hace aproximadamente 6.000 aos. Esto significa que el
cerebro humano nunca fue creado genticamente para leer. No hay genes
especficos para la lectura y no hay un centro o estructura en el cerebro que
se dedique slo a la lectura. Entonces, cmo evolucion el cerebro y aprendi
a leer? Al estudiar cmo lee el cerebro, en realidad lo que se est estudiando,
es cmo el cerebro aprende algo nuevo, cualquier cosa fuera de su repertorio
de la funcin de interseccin cognitiva y lingstica. Y ah es cuando empiezas
a entrar en el rea de la neuroplasticidad. La plasticidad que tiene el cerebro
nos permite tres cosas muy importantes: El primer principio del diseo del
cerebro es la capacidad plstica para el reordenamiento. Al reordenar cmo
se conect la estructura original, el cerebro hace nuevas conexiones
especialmente entre la percepcin y el lenguaje. El segundo principio de
diseo, que es realmente maravilloso, es el de reciclaje. Las neuronas
originalmente estn dedicadas a la percepcin visual de las caras o de los
objetos. Esas mismas neuronas se reciclan para identificar letras, patrones de
letras e incluso las pequeas unidades. El tercer principio es el de
la automaticidad. Hay grupos de neuronas que pueden aprender a trabajar
juntas muy rpido que se vuelven automticas. Eso permiti a nuestros
antepasados reconocer rpido el rastro de un animal peligroso por lo que
mejor la supervivencia. Utilizamos la misma capacidad de automatizacin
para decodificar muy rpido. Podemos hacer la conexin al significado casi
instantneamente. Estos tres principios de diseo permiten construir el
circuito de lectura cerebral. Eso nos lleva ir un paso ms all de solo
identificar una huella o una letra para elaborar mejores conexiones que
generan pensamientos ms complejos. Y como resultado el cerebro consigue
la habilidad para leer.
Cuando se le pregunt a San Agustin acerca de qu era el tiempo, l sin vacilacin
contest: Si no me lo peguntas yo lo se, pero si me lo preguntas no lo se. Es que
nuestro lenguaje conceptual es muy pobre en comparacin con nuestra sabidura
inconciente. El lenguaje al igual que la lectura, nunca fue diseado para entenderse
completamente, ni solo para comunicar ideas y expreasar emociones sino tambin
para ocultar nuestros propositos, por ello que los seres humanos no utilizamos una
lengua comn, sino ms de mil en el planeta. Por lo dems, todava hoy podemos
comprobar que las modalidades del habla, como el tono o el timbre de la voz,
equivalen a ms del 60% del contenido reflejado en la conversacin. Cuando dos
rostros pretenden expresarse, la mirada absorbe un 70% del esfuerzo. Sabemos que
es imposible enamorarse sin mirar fijamente a los ojos o sentir su olor. El lenguaje
corporal y el inconsciente son imprescindibles para barruntar lo que est pasando
por la cabeza de los dems.
Por otra parte, el lenguaje verbal es una espada de doble filo. Nos ayuda a
crear mapas y modelos del mundo, predecir y planificar a futuro, compartir
conocimiento, aprender del pasado, imaginar cosas que nunca existieron y
crearlas, desarrollar reglas que guan nuestro comportamiento efectivo, entre
otras ventajas. Pero el lenguaje tiene tambin su lado oscuro: lo usamos para
hacer hincapi y "revivir" eventos dolorosos del pasado, para asustarnos al
imaginar eventos futuros displacenteros, para comparar, juzgar, criticar y
condenarnos a nosotros mismos y a los dems y para crear reglas que pueden
resultar restrictivas o destructives y de engao. En ltima instancia puede
llegar a crear sufrimiento psicolgico. Una de las maneras en que lo hace
es preparndonos para la lucha contra nuestros propios pensamientos y
emociones, a travs de un proceso llamado evitacin experiencial. Dado que el
abordaje desde la resolucin de problemas funciona bien para el mundo
exterior, es natural que intentemos aplicarlo a nuestro mundo interno: el
mundo psicolgico de pensamientos, emociones, recuerdos, sensaciones e
impulsos. Pero con demasiada frecuencia, desarfortunadamente, cuando
tratamos de evitar o deshacernos de nuestras experiencias privadas no
deseadas, lo que hacemos es crearnos sufrimiento extra. Por supuesto, no
todas las formas de evitacin experiencial son poco saludables.
Para sentir empata por los dems primero tenemos que imaginarnos sus
sentimientos; en otras palabras, tenemos que desarrollar la compasin que
nos permita sospechar lo que ocurre en la mente del otro. Con cierta
frecuencia esto ocurre mediante las expresiones faciales que nos revelan los
sentimientos ajenos, y que sabemos interpretar bien. Lo mismo ocurre con los
gestos y con el lenguaje corporal. Pero recientemente hemos sabido acerca de
clulas nerviosas llamadas neuronas espejo que se activan tambin cuando
observamos emociones en otras personas, neuronas que son las mismas que
se activan con nuestras emociones. De esta manera, las emociones ajenas
pueden afectarnos como si fueran propias. Se supone que estas neuronas son
la base del aprendizaje por imitacin, algo que es fundamental en nuestra
cultura humana. La empata es la base del altruismo, facultad observada
tambin en otros animales cercanos evolutivamente y la cual constituye un
sentimiento importante para la preservacin de la especie o del grupo. Choca
con el egosmo natural y la lucha por la supervivencia observada en todo el
reino animal, pero si el egosmo es necesario para la supervivencia del
individuo, el altruismo lo es para la supervivencia del grupo. Un ejemplo de
la importancia de las estructuras lo tenemos en los nios de los orfanatos de
la Rumana de Ceausescu. Cuando el dictador prohibi todo tipo de
anticonceptivos, los orfanatos se llenaron de nios que fueron abandonados
de todo tipo de cario y cuidados. Los resultados fueron catastrficos. La
mayora sufrieron graves problemas tanto corporales como psquicos, pero
sobre todo lo que llam ms la atencin fue su deterioro emocional. Cuando
fueron estudiados con tcnicas de imagen cerebral se se observ una
actividad muy reducida en la corteza rbitofrontal y en la amgdala. Los
nios eran incapaces de percibir emociones de otras personas y de interpretar
las expresiones faciales. Los niveles de vasopresina y oxitocina, dos hormonas
fundamentales para las relaciones sociales eran muy bajas. Algo similar
ocurre en nios que sufrieron abusos sexuales o fsicos en la niez. En ambos
casos se manifiesta la importancia del entorno para el desarrollo normal de
esos nios, algo que ya se saba por experimentos realizados en macacos. Esto
es otro ejemplo de la importancia del medioambiente para el desarrollo de
facultades mentales, aunque exista una predisposicin gentica para ellas.
Esto ha constituido la base de la ciencia epigentica. La investigacin ms
reciente en la biologa celular y la fsica cuntica , segn el bilogo celular
Bruce Lipton, Ph.D., muestra que nuestros genes y el ADN se activan y son
influenciados por seales procedentes de fuera de la membrana celular. Esta
investigacin pionera en el campo de la medicina vibracional se conoce como
la ciencia de la epigentica. Los alimentos que comemos, el aire que
respiramos, las palabras que hablamos y los sistemas ecolgicos en los que
vivimos influeyen sobre los interruptores que encienden y apagan la
expresin de nuestros genes y el ADN. Adems, las seales generadas a
partir de nuestra percepcin del mundo en que vivimos, nuestros
pensamientos, creencias, oraciones, meditaciones e intenciones influyen en
nuestro ambiente interior, causan cambios qumicos en nuestro cuerpo y en
el cerebro y afectan a la forma en que nuestros genes se comunican con
instrucciones para nuestras clulas y literalmente, afectan alterando y
activando nuestro ADN. La epigentica tambin nos muestra que a travs de
la intencin consciente podemos cambiar nuestra calidad de vida a partir de
lo que nos han transmitido epigentico de las generaciones anteriores. La
ciencia confirma que se trata de nuestras elecciones individuales, basados en
nuestro grado de conciencia, que juegan un papel y cambian nuestra
estructura celular y el nivel de activacin del ADN.
La creencia es una hiptesis sobre la realidad. Por ello mismo es que las
defensas de las creencias conducen a: Sentimientos de decepcin, separacin,
Intolerancia, Preocupacin, Irritacin, Tristeza, Arrepentimiento, Frustracin,
Agresin y codependencia. Todas estas situciones son las que deterioran la
felicidad y la calidad de vida de las personas desde el punto de vista de sus
emociones, aparte de la de su cuidado personal como lo es su alimentacin,
recreacin y su estilo de vida familiar.
Ciertamente no necesitamos "creer" que existe la puesta de sol, que existen las
montaas, los ros. No necesitamos "creer" que necesitamos tener control
sobre el mundo que nos rodea. No necesitamos "creer" que la vida es una
desdicha terrible con su angustia, con su conflicto, con su constante ambicin;
todo esto es mera ilusin a nuestros sentidos. Pero necesitamos apoyarnos en
una creencia cuando queremos escapar de un hecho hacia una irrealidad, es
como construir un puente que pueda unir nuestras creencias con la razn y
la esperanza. William James, declar a propsito, que siempre parece haber
pruebas suficientes para convencer a los creyentes y nunca suficientes para
convencer a los escpticos.
Nuestra percepcin del mundo es una combinacin de nuestros propios
atributos y las circunstancias externas. Entre ms estudiemos nuestro ser
interior, ms encontraremos que la percepcin de la realidad depende de
nosotros. La nica cosa que podemos percibir como real son nuestras
percepciones. En otras palabras, la conciencia es el nico testigo mediante el
cual nos interconectamos con el cosmos. El Color, el sonido, la temperatura
solo existen como percepciones de nuestro cerebro, no como esencia absoluta.
En el sentido ms amplio, no podemos estar seguros de un universo ajeno a
nuestro espiritu o como lo dice Sri Aurobindo: Slo penetrando en una
Consciencia mayor, puede uno captar la inevitabilidad de la creacin y su
propsito.
Creamos lo que creemos. Las creencias son ideas que te poseen y estn en tu
inconsciente para determinar nuestro mundo. Ellas configuran el mapa de el
y enmarcan lo que conocemos como realidad. Son generalizaciones y se
convierten en profecas autocumplidas.
Nuestro cerebro nos engaa con la creencia de que la fruta madura ha llegado
realmente a su punto ptimo de maduracin. No sabemos como son las cosas
en su totalidad, slo sabemos como las interpretamos. Las creencias pueden
ser racionales o irracionales. Las primeras nos ayudan a sentirnos bien o
adems, son las que nos pueden provocar tanto sentimientos inapropiados
(depresin, excesiva culpabilidad, ansiedad, ira etc.) como conductas
autodestructivas (adicciones, violencia, suicidio etc.)
El psiclogo Robert Abelson afirm que las creencias son como posesiones
materiales. Adquirimos y conservamos las posesiones por las funciones que
cumplen y el valor que ofrecen. Tambin protegemos nuestras creencias de
las crticas ajenas como si fueran posesiones materiales que debemos proteger
de ser usurpadas.
Las creencias han sido impuestas y tambin las imponemos por el mero hecho
de que las debemos acatarlas como leyes sociales. Lo curioso de todo, es que
estn asociadas a nuestras emociones negativas insanas, que surgen de ideas
de sometimiento y control. Se presentan como leyes de supervivencia, de la
moral y de valores que reclama nuestra seguridad y autestima, adems estn
respaldadas por promesas de felicidad y recompensa. A nivel cientfico, por
ejemplo, la recompensa final que produce la compra de un reloj nuevo, coche,
u otro smbolo de estatus produce una liberacin a corto plazo de la
dopamina, que desencadena un breve perodo de satisfaccin personal. Sin
embargo, la felicidad que se obtiene de valor material es de corta
duracin. Despus de un tiempo, el comprador volver a su comportamiento
original, obteniendo al mismo tiempo una sensacin de confort y seguridad
de esas cosas nuevas que compraron. Desde esta perspectiva, se empieza a
tener sentido por qu las personas prsperas del mundo en desarrollo son
algunos de los que se encuentran ms propensos a la depresin; se convierten
en miedo de perder lo que tienen. De hecho, aquellos que estn en el extremo
opuesto se demuestra que tienen el efecto contrario y, a menudo se deprimen
ms cuando se rodean de aquellos con mayor riqueza. Contrariamente a la
creencia popular de que las tazas mal altas de pobreza producen mayores
tasas de homicidio, resulta contrario a la realidad, estn entre los que tienen
ingresos ms altos.
Todos los seres humanos estamos limitados por sesgos cognitivos y falacias
lgicas. Una falacia lgica es un error en la argumentacin lgica. Un sesgo
cognitivo, por el contrario, es una carencia genuina o limitacin en nuestro
pensamiento - una falla en el juicio que surge de los errores de la memoria,
costumbres sociales y errores de clculo o falsas expectativas. Algunos
psiclogos sociales creen que nuestros sesgos cognitivos ayudan a procesar
la informacin de manera ms eficiente, especialmente en situaciones
peligrosas. Sin embargo, ellas nos llevan a cometer, algunas veces, notables
equivocaciones. Podemos ser propensos a este tipo de errores en el juicio,
pero al menos podemos estar al tanto de ellos. La primera falacia es que nos
encanta relacionarnos con las personas que estn de acuerdo con nosotros y
ellos son preferentemente los amigos que normalmente elegimos. Igualmente
tendemos a rechazar los medios que nos hacen sentir incmodos o inseguros
acerca de nuestros puntos de vista - lo que el psiclogo del comportamiento
BF Skinner llama disonancia cognitiva . Es este un modo preferencial de
comportamiento que nos induce a reforzar nuestras creencias - el acto
inconsciente de incluir slo aquellos puntos de vista preexistentes, mientras
que al mismo tiempo se ignora o desprecia las opinions opuestas - no importa
cun vlidas sean - que amenazan nuestra visin del mundo.
Aceptar que las cosas son como son y no como yo quiero que sean, es la clave
para liberarse del condicionamiento adictivo. Esta misma condicin cuando
es reforzada en los grupos o redes sociales es una forma ms explcita de la
co-dependencia grupal que a marcha junto con la multitud. Es el hombre
masa que llama Ortega y Gasset, un hombre con mentalidad de colmena que
no se atreve a correr el riesgo de disentir de un grupo; y asume una
dependencia emocional de los dems. Tenemos la tendencia a asumir que la
mayora de la gente piensa igual que nosotros - aunque puede haber ninguna
justificacin para ello. Esta deficiencia cognitiva a menudo nos conducen a
un efecto relacionado con la conocida la falsa polarizacin de
consenso, donde se tiende a creer que la gente no slo piensa como nosotros,
sino que tambin estn de acuerdo con nosotros.
Mercier y Sperber sostienen que los seres humanos no somos crdulos por
azar. Ante los argumentos de otra persona, somos bastante expertos en
detectar las debilidades. Casi invariablemente, las posiciones que nos hacen
ciegos provienen de nosotros mismos. Pero es necesario aclarar que require
un consentimiento o revaluacin.
El profesor Krause y Dr. John Dyer, llevaron a cabo una serie de experimentos
en los que grupos de voluntarios caminaron al azar en torno a una gran
sala. Dentro del grupo, algunos recibieron instrucciones acerca de dnde
caminar. A los participantes no se les permiti comunicarse entre si o tratar
de influenciar a alguien intencionadamente.
Los resultados en todos los casos revelaron que las personas informadas
fueron seguidas por los otros en la multitud, formando una auto-
organizacin, estructurada en forma de serpiente. (o rebao de ovejas).
Todos hemos estado en situaciones en las que hemos sido arrastrados por
una multitud, dice el profesor Krause. Pero lo interesante de esta
investigacin es que nuestros participantes terminaron tomando una decisin
de consenso a pesar de que no se les permiti hablar o hacer algn gesto entre
s. En la mayora de los casos, los participantes no se dieron cuenta que
estaban siendo dirigidos por los dems .
Tengo todos los recursos que necesito o podemos crearlos. No hay personas sin
recursos, solo estados mentales sin recursos.
Toda conducta tiene un propsito. acto para conseguir algo aunque no me de
cuenta de ello".
Muchas de las cosas que denominamos como "malas" son el resultado del
trauma asociado con la toma de conciencia sobre ciertas experiencias y cosas
que son el resultado de las falsas visiones del mundo que nos han
reprogramado y condicionado desde nuestra infancia. Como resultado, cuanto
mayor sea el grado de disociacin con la experiencia. mayor ser la respuesta
emocional, ms predecibles sern nuestras decisions, contaminadas con
procesos irracionales que tratan de evitar que se aclare un trauma largamente
olvidado. El miedo, cuando se asocia conscientemente con un evento o cosa
puede ser til, y accionar nuestras alarmas emocionales, al igual que el olor a
humo nos indica el incendio. Pero, cuando elegimos huir desde la fuente de
nuestro miedo, creamos un escudo que solo nos proteger hasta que de tanto
sostenerlo har que se doblegue nuestras fuerzas y quedemos expuestos a las
decisions irracionales. Siempre la clave para vencer el miedo es enfrentarlo y
ampliar el conocimiento acerca de las cosas que teme tan profundamente para
que trascienda por completo. As es como se superan las fobias.
Debido a que no nos gusta pensar que somos tan inconscientes, llegamos a la
conclusin de que queda an ms restos de los episodios que nos ham
sucedido. No obstante, hay que reconocer que siempre hay una gran cantidad
de eventos sobre los que no somos conscientes y por lo tanto, debemos hacer
el ejercicio de no tratar nunca de controlar lo que no podemos, tomar
conciencia y controlar lo que realmente s estamos dispuestos a cambiar y
mantener una mente abierta para que pueda entrar la certeza.
Repita ahora mismo lo que alguien deca muy sabiamente: Hay dos das en la
semana que nunca me preocupan y estoy libre de miedos y temores. Uno de
esos das es el de ayer... y el otro da que no me preocupa, es maana. A
nosotros los seres humanos nos resulta muy difcil imaginarnarnos a nosotros
mismos en el futuro y por lo tanto, tambin alterar nuestros comportamientos
y expectativas. La mayora de nosotros preferimos experimentar placer en el
momento actual, mientras aplazamos el dolor para ms adelante. Este es un
sesgo de particular inters para los economistas (es decir, nuestra falta de
voluntad para no gastar y ahorrar dinero), y que tambin atae a terapeutas y
a profesionales de la salud. De hecho, un estudio realizado en 1998 mostr que,
al hacer la eleccin de alimentos para la prxima semana, el 74% de los
participantes eligi la fruta. Sin embargo, a la hora de elegir la comida que era
para ese mismo dia, el 70% eligi el chocolate.
LA CREENCIA Y LA SUERTE
Proberbio birmano
Paracelso
El sentido de que nuestra suerte tiene que cambiar con el tiempo, y que la
buena fortuna est en camino, nos produce la misma sensacin que tenemos
cuando empezamos una nueva experiencia que nos lleva a creer que esta vez
ser mejor que antes. Esta forma de co-dependencia llamada suerte, atribuye
la creencia de que los acontecimientos de nuestra vida acontecen a partir de
una asignacin de energa mgica que con el tiempo "se agota". Esta reaccin
ante los acontecimientos en nuestras vidas es de nuevo debida a la falta de un
conocimiento clave. La suerte, como concepto, est, por definicin, ms all de
nuestra influencia creativa. Posiblemente se encuentra arraigada la mayora de
las veces en la idea de que el destino divino o religioso es de donde viene
nuestra suerte. Creer que tenemos mala suerte es el peor de los destinos.
2. La segunda regla de la buena suerte dice que muchos son los que quieren
tener buena suerte, pero pocos los que decidimos ir por ella.
3. Si ahora no tienes buena suerte, tal vez sea porque las circunstancias (tus
circunstancias) son las de siempre. Para que la buena suerte llegue es
conveniente crear nuevas circunstancias.
7. A los que slo creen en el azar, crear circunstancias les resulta absurdo,
mientras que, a quienes se dedican a crear circunstancias, el azar no les
preocupa.
9. Cuando ya se han creado todas las circunstancias, hay que tener paciencia
y no abandonar. Es decir, para que la buena suerte llegue, confa.
Absolutamente todo lo que hay a nuestro alrededor que sea material (un vaso,
una botella, un reloj, un micrfono...), no se haba creado. Todo ha pasado por
la imaginacin y por el deseo de alguien. Por tanto, la creacin de
circunstancias es, al fin de cuentas, fruto de activar la imaginacin y el deseo;
entonces es cuando las oportunidades aparecen.
LA CREENCIA Y EL ENGAO
Para usted, eres el centro del universo. Para alguien ms, eres solo alguien. -
Annimo
Tambin existe una bien conocida trampa de la relatividad, una tendencia que
tenemos es comparar y contrastar slo un conjunto limitado de elementos. Se
llama el efecto de anclaje debido a que temenos a fijarnos en un valor o un
nmero que se obtiene al comparar todo lo dems. El ejemplo clsico es un
tema en la tienda que est en venta; tendemos a ver (y valor) la diferencia de
precio, pero no el precio global en s. Por eso, algunos mens de los
restaurantes cuentan con platos muy caros, mientras que tambin incluye ms
(aparentemente) los precios razonables. Es tambin por eso, cuando se les da
la opcin, que tienden a recoger la opcin de en medio - no nos resulta
demasiado caro, no siendo barato. Esta situcion nos hace proclives a tomar
decisiones en base de un marco contextual limitado; a pagar el precio del
prestigio, aunque cueste demasiado, a pagar una cuota muy alta de sufrimiento
con tal de disfrutar de la brevedad de un placer fugaz. A sacrificar nuestra paz
para que salgan airosas nuestras creencias.
LA INTOLERANCIA
Shantideva
La tolerancia, es fcil de aplaudir, difcil de practicar, es imposible de explicar,
porque desde su distante horizonte, con frecuencia se les confunde como
acciones permisivas de impunidad, y tendemos a creer, que siempre se le
permite al actuar mal con complicidad. Los principios de la tolerancia son:
Nadie posee la razn ni la verdad absolutas y de la misma manera que nadie
tiene la verdad, segn esto, nadie pude estar completamente equivocado. El
saber del respeto mutuo se deriva del reconocimiento de que, aunque no
siempre nos compartamos de la misma manera, es precisamente lo que nos
hace reclamar el derecho a cometer errores.
Esta posicin, desde luego, implica una tolerancia entendida como todo vale,
acorde con la imposibilidad de hallar certezas permanentes en el mundo. El
escepticismo la reclama. El respeto al otro no puede sino ser un mero ser
indiferentes o permisivos; no existen razones para rechazar al otro, pero
tampoco para aceptarlo. No hay deberes ni modelos fijos. Su regla es la
espontaneidad y la ausencia de certezas permanentes. Por esto se da un fuerte
relativismo de los valores
Hay que ser tolerantes con los intolerantes? Se debe confrontar al intolerante
con la realidad que todos comparten como espacio vital, llevarlo al dilogo
incansable y hacerle pensar en las contradicciones de su posicin. La tolerancia
no puede ser absoluta, se encuentra limitada, pues la tolerancia
indiscriminada, la tolerancia pura, sin limitaciones, termina negndose a s
misma. Y cules habran de ser los limites?
Toda la dicha que hay en este mundo, proviene de desear que los dems
sean felices; y todo el sufrimiento que hay en este mundo, proviene de desear
que solo uno sea feliz. Shantideva
La verdadera tolerancia no teme escuchar las voces del otro y de los otros en su
bsqueda del conocimiento y la verdad, pero no se puede aceptar al otro si nos
protegemos, si se teme escuchar el cuestionamiento profundo del pensar, que
no del ser y actuar tico. Las relaciones generosas y gratificantes se
fundamentan en la ayuda mutua, ms no en la dependencia y dominio, sino en
la receptibilidad y apertura al otro, de escucha y dialogo en la inclusin que
rechaza la exclusin
La tolerancia es la virtud del que afirma una verdad y que se niega a imponerla,
no por impotencia, sino en atencin al respeto al otro y la conciencia de las
propias limitaciones espirituales e intelectuales. La tolerancia no es la
indiferencia de quien todo le da lo mismo, la indulgencia cmplice con crmenes
y atrocidades ni la arbitrariedad de quien cree que su libertad no tiene lmites.
La tolerancia supone, para ser virtud y no debilidad, creer en la existencia de
verdades objetivas que se renuncia a imponerlas por respeto al otro y en
atencin a otros valores prudencialmente aquilatados como la humildad ante
nuestras propias limitaciones.
Creencias y Esperanza
Muchas cosas que hoy son verdad no lo sern maana.
Quizs, la lgica formal quede degradada a un mtodo escolar para que los
nios entiendan cmo era la antigua y abolida costumbre de equivocarse.
Para el hinduismo, todo lo que le pasa al ser humano tiene sentido, pues
responde a la ley del karma, lo que puede traducirse como obra, destino o
fuerza y es lo que hace que el alma deba reencarnarse constantemente: somos
lo que hemos hecho, seremos lo que hagamos o haremos. Por otra parte, para
el budismo El Budismo nace como respuesta contraria al hinduismo. Tiene su
origen en Siddharta Gautama, nacido prncipe cerca del ao 560 a. C. quien
dice: nuestras miserias replicaba el futuro Buda a los sabios hindes- no
proviene de la esclavitud del alma, sierva, como ustedes dicen, de las pasiones,
sino de que no nos hemos liberado de la personalidad, del yo. Dicen ustedes
que pueden separar el yo de sus actos, pero se equivocan; el hombre es un
compuesto de sus facultades; no existe ese ente extrao que, oculto por un teln,
percibe lo que pasa adelante.
Este factor de esperanza es un refuerzo muy fuerte para apoyar las creencias.
Sin embargo, cuando esta se ampara en las creencias negativas, entonces sucede
lo contrario, se acelera la desconfianza y aparece la fatalidad. Veamos el
siguiente experimento con ratas que hizo el profesor Rudolf Bilz. Se sabe que
las ratas pueden nadar en el agua hasta 80 horas, pero si se arroja a una rata a
un gran cubo de agua con paredes lisas que le impiden treparse, entonces la
rata se ahoga despus de 15 minutos aproximadamente. De la rpida muerte
de la rata podramos interpretar que, al perder la esperanza de salvarse,
renuncia enseguida a la lucha por salir.
El astrofsico Carl Sagan asegur en una ocasin que damos sentido a nuestro
mundo por la valenta de las preguntas que nos hacemos y la profundidad de
nuestras respuestas y, por eso, aunque no podamos dar contestacin a las
grandes cuestiones de la vida (quin podra?) s nos podemos plantear a
nosotros mismos cuestiones que nos ayuden a ser ms felices y a sentirnos ms
realizados en nuestro da a da.
LAS DECISIONES Y LAS CREENCIAS
La vida es el arte de las opciones, los los sueos, los desafos y la accin
J. A. Wanderley
Usualmente creemos que tomar una decisin es un acto racional, en el cual no
interviene ningn otro factor. Esta, sin embargo, es una idea profundamente
falsa, alimentada, entre otras cosas, por el culto que en nuestra cultura
occidental se le ha tributado casi exclusivamente al raciocinio. Nos han
enseado a ser muy lgicos y razonables tomando decisiones, pero resulta que
no hay una sola decisin -lgica, supuestamente razonable- que no est
contaminada por una emocin. No hay un proyecto que no empiece por una
emocin; ni un proyecto que no termine con una emocin.
Qu nos ocurre cuando estamos a punto de decidir algo? El 95 % o ms de las
decisiones que tomamos son emocionales (en su gran mayora reguladas por el
hemisferio izquierdo). En ocasiones pensamos que tomamos una decisin
racional (utilizando la razn). Sin embargo, aunque pensemos que es racional,
esta termina siendo emocional (enfocada en las emociones). Cuando utilizamos
nuestros sentidos, percibimos nuestro medio ambiente. No necesariamente eso
implica que sea una realidad (racionalidad). Esta es regulada por el lbulo
occipital de nuestro cerebro. Nuestro cerebro se organiza al momento de tomar
decisiones y a travs de lo que percibimos le damos valor decisorio a las cosas
(por ejemplo, cuando compramos ropa, cuando decidimos que alimentos
ingerir, etc).
Desde pocas remotas hemos asumido que cuando tomamos una decisin lo
hacemos racionalmente, valorando los pros y los contras, analizando las
alternativas, en suma, deliberando conscientemente antes de dar ese paso
olvidando nuestros sentimientos y emociones. Pero para nuestra sorpresa el
cerebro no funciona as. Las emociones juegan un papel fundamental y afectan
nuestro juicio. La dicotoma razn-emocin no es correcta. La corteza
rbitofrontal se encarga de integrar las emociones en el proceso de toma de
decisiones. Curiosamente, esta regin de la corteza cerebral es una de las pocas
reas que son mayores en humanos que en otros primates. Si antes se crea que
la corteza nos protega de las emociones, resulta que es justo lo contrario. Joseph
LeDoux, un neurocientfico de la Universidad de Nueva York dice: El cerebro
consciente se lleva toda la atencin, pero la consciencia es una pequea parte
de lo que hace el cerebro, y es una esclava de todo lo que se opera bajo ella. La
corteza rbitofrontal es importante para identificar qu tipo de conocimientos
sociales son importantes para una situacin particular. Cuando tenemos que
tomar una decisin solemos reaccionar emocionalmente ante una situacin
dada. Esta reaccin emocional se manifiesta en nuestro cuerpo como
marcadores somticos, como dice Antonio Damasio, es decir, como cambios
en el sistema nervioso vegetativo o autnomo como respuesta a una alerta
fisiolgica. La corteza rbitofrontal se supone que es la base del aprendizaje de
asociaciones entre situaciones complejas y los cambios somticos. Coopera con
otras regiones para considerar situaciones previas que suscitaron cambios
somticos similares y as evaluar las respuestas conductuales posibles. Se
supone que regula la planificacin de la conducta en relacin con la recompensa
y el castigo.
Damasio plantea que: Decidir bien es seleccionar una respuesta que en ltimo
trmino ser ventajosa para nuestro organismo en trminos de supervivencia y
de la calidad de dicha supervivencia, directa o indirectamente. Decidir bien
tambin significa decidir prontamente, en especial cuando el tiempo es
indispensable, y, al menos, decidir en un marco temporal que se estima
apropiado para el problema inmediato (Damasio, 1994/2010, p. 162).
Para que sus pensamientos no les destrocen por dentro, tienen que
desahogarse. Para eso existen los confesores, los amigos y los
psicoterapeutas. Si no nos sacan una astilla a tiempo, nos pueden causar una
infeccin sangunea. La gente que calla y lo guarda todo dentro est bajo
riesgo psicolgico, psiquitrico e incluso somtico. Cualquier profesional
estar de acuerdo conmigo todo empieza con una lcera en el estmago
. La mente y el cuerpo de cada persona estn ntimamente relacionados.
En otras palabras, estos estudios demostraron que el ser humano acta siempre
desde la conciencia mediante lo aprendido considerado como libre albedro.
Esto rompe de alguna manera con el determinismo, brindando una mayor
responsabilidad sobre cada una de las acciones tomadas y realizadas a lo largo
de la vida. Sin embargo, para que esta teora funcione, se requiere de un flujo
efectivo y saludable de informacin entre lo consciente y lo inconsciente. En
el caso de que agentes inconscientes, como la automaticidad rutinaria diaria, se
pudiera reprogramar, y controlarse al grado de inhabilitar el libre albedro.
Ahora bien, llevando a la prctica esta informacin, el libre albedro podra
estar en riesgo a la honra de someternos a sutiles mtodos de reprogramacin
Inconsciente.
CREENCIAS Y MORALIDAD
Nos gusta pensar que nuestra capacidad de hacer juicios morales y tomar
decisiones importantes de la vida (o en realidad cualquier decisin) solo
incumbe a nuestra conciencia. Despus de todo, eso es lo que queremos decir
cuando afirmamos que tenemos libre albedro. Pero los psiclogos y
neurlogos recientemente se han dado cuenta de que esto parece estar en
contradiccin con los hechos. Jaynes (hacia mediados de los aos 70) hace
referencia a un buen estudio que l se cita con frecuencia. Estudios recientes
Tmabin han confirmado mediante analisis de pupilometra, en los que se han
detectado que pequeos cambios en el tamao de pupila estn relacionados con
el grado de esfuerzo mental que se llevan a cabo en nuestro cerebro. El hecho
importante que se revela aqu es que cuando se les permiti a los sujetos
sometidos a prueba tomar una decisin libre, sus pupilas se dilataron para
indicar que su inconsciente estaba pensando mucho sobre ello. Sin embargo,
estos ya la haban tomado con antelacin y eran conscientes de ello. A menudo,
el sujeto no saba de antemano cmo iban a decidir.
En psiquiatra se estima que un 25% de la poblacin carcelaria tiene tendencias
psicopticas. El psicpata es proclive a la violencia, especialmente para
satisfacer una meta que se ha propuesto, como, por ejemplo, un deseo sexual.
La caracterstica de estos sujetos es que toman decisiones de tipo amoral.
Aunque la moralidad es un concepto no muy claro, aqu en este caso podramos
decir que las decisiones morales seran aquellas que renuncian a la violencia,
que tratan a los dems de manera correcta o que ayudan a extraos si lo
necesitan. Con otras palabras, que las personas que actan con moralidad
sienten compasin por el sufrimiento ajeno, que simpatizan con sus
necesidades. Todo esto es justo de lo que carecen los psicpatas. En test
psicolgicos son personas normales, con memoria, lenguaje, inteligencia y
lgica normales, pero son peligrosos porque tienen un deterioro en su cerebro
emocional. Suelen ser incapaces de sentir arrepentimiento, tristeza o alegra, es
como si tuviesen un vaco emocional. Sus actos de violencia no hacen que
aumenten los correlatos vegetativos de la emocin, como aumento de la presin
arterial o de la 11 frecuencia cardiaca. Al revs, generalmente estos ndices
suelen ser ms bajos que lo normal durante la violencia. Esta falta de emociones
es lo que los hace peligrosos. El problema principal parece ser un dficit en el
funcionamiento de la amgdala, que es responsable de propagar las emociones
aversivas, como el miedo o la ansiedad. Y tambin parece que el sistema de las
neuronas espejo, base de la empata, no funciona correctamente. El psicpata
nunca se siente mal haciendo el mal a otros. La agresin no los pone nerviosos.
El terror no significa nada para ellos. Deca Chesterton: El loco no es el hombre
que ha perdido la razn, sino quien ha perdido todo menos la razn.
CONCIENCIA Y CREENCIAS
La Madre
Para creer solo hay que imitar y para crear hay que estar concientes. La
conciencia nos pone en contacto con la realidad y las valoraciones del instante
que nos acontece, nos permiten percibirnos a s mismo como alguien capaz de
modificar su entorno o por el contrario como alguien sujeto a unas restricciones
que nos superan. La conciencia predispone a la persona a actuar de forma
equilibrada entre su cosmovisin y los hechos percibidos en el presente. La
representacin mental que tengas de tu futuro es la creencia ms poderosa del
cambio porque el futuro se construye desde las acciones actuales concientes.
Por esta misma razn es que nuestras creencias son una fuerza muy poderosa
dentro de nuestra conducta. Esto afecta nuestra forma de pensar e interpretar
la realidad; las creencias estn basadas en nuestros juicios de valoracin y
tambin proceden de la experiencia diaria
No es verdad que necesitemos ser amados, sino sentir que nos aman, no
valemos por la cotizacin que los demas pongan sobre nosotros. No debemos
sentirnos tristes porque an no encontremos reconocer nuestro camino. No es
inevitable pensar que lo que nos ocurri en el pasado tenga que seguir
afectndonos en el presente. Si quieres saber qu cree una persona, fjate en lo
que hace, no en lo que dice. Son solo tus juicios los que te separan de t mismo,
de los dems y del mundo. Las personas orientadas fijamente al pasado se
quedan con ganas de cambiar lo que hicieron, como si pudieran entrar en la
mquina del tiempo. Tienden a llorar o buscar culpables y estn ms orientadas
a las amenazas. Las personas orientadas al futuro buscan resultados, aceptan
las situaciones existentes como punto de partida, no confundiendo a la
aceptacin con conformismo, y buscan identificar y actuar de acuerdo con las
oportunidades. Tal ves la cita de Roosvelt se ajuste claramente a lo que acabo
de exponer: El progreso es realizado por los hombres que hacen y no por los
que discuten el modo en que las cosas deberan haber sido hechas.
Cada ser humano, tiene un conjunto de creencias personalizadas que le dan una
visin nica de la realidad. Determinan el significado que le damos a cada
situacin. A travs de nuestro sistema de creencias y valores damos significado
y coherencia a nuestro modelo del mundo y creamos el destino donde nuestra
alma desea habitar, a donde creemos que estamos profundamente vinculados.
Nuestras creencias pueden moldear, influir e incluso determinar nuestro grado
dede integrarnos al mundo para nuestra propia complacencia.
Nadie cambia una creencia a menos que uno sienta una intensa necesidad de
cambiarla. De nada sirve intentar tampoco cambiar las creencias de otra
persona o hacerle ver que son intiles, pues estas son parte de su experiencia y
no de su conciencia. Cambiar a veces nos produce dolor, pero quedarnos en el
produce sufrimiento intil.
Lo que vale para las personas tambin vale para las relaciones interpersonales
y para el mundo, de ello depender el entorno de armona que creamos. Sin
embargo, quien tiene xito o fracasa, estar de acuerdo en que la libertad de
elegir no necesariamente no es garante de Felicidad, aunque si lo es de su
responsabilidad de su enfoque, sus sistemas de creencias y valores. Por lo que
el cerebro se autoeduca, es por lo que debemos favorecer el afecto, la confianza
y en nuestros instintos y emociones a fin de recibir las grandes recompenzas.Y
aunque no podamos desechar nuestros razonamientos a veces irracionales nos
indican en donde nos encontramos en el presente.
Si lo oigo lo olvido Si lo veo lo recuerdo Si lo hago lo comprendo Si lo descubro
me motivo Si lo construyo es mo (Confucio)
CIENCIA Y CREENCIAS
La mente, una vez se expande a unas dimensiones superiores de mayores
ideas, nunca regresa a su tamao original
Oliver Wendell Holmes
Sir James Jeans que escribi la siguiente cita : "La corriente del conocimiento
humano se encamina hacia una realidad no fsica. El universo comienza a parecerse ms
a un gran pensamiento que una gran mquina. "Esta es una visin de la realidad
compartida hoy por muchos fsicos. Con toda probabilidad, no vamos a tener todas las
respuestas a la verdadera naturaleza del universo en nuestras vidas, pero una cosa que
s parece claro - los viejos dogmas de la ciencia de los materialistas han sido probados
como reliquias del pasado, y un nuevo concepto de un universo fundacionalmente
consciente claramente parece ser surgiendo para ocupar su lugar. Y all, en trminos
simples, se apoya en el caso de la conciencia humana, de nuestra compasin, y el espritu
que nos une a todos.
Debido a que no nos gusta pensar que somos tan inconscientes, llegamos a la
conclusin de que hay ms de esta cosa de la que haba en el pasado. Los seres
humanos tienden a ser aprensivos al cambio, que a menudo nos lleva a tomar
decisiones que garanticen que las cosas sigan siendo iguales, o a cambiar lo
menos posible. No hace falta decir que esto tiene ramificaciones en todos los
campos, sean religiosos, culturales o polticos. Nos gusta apegarnos a nuestras
rutinas, a nuestras simpatas polticos, y an a nuestras comidas favoritas en los
restaurantes.
Fin