Adaptacion de La Novela El El Proceso de Franz Kafka

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EL PROCESO
FRANZ KAFKA
ADAPTACIN TEATRAL LIBRE

DE ALBERTO MEDIZA
Los contenidos y temticas son de exclusiva responsabilidad del autor. Todos

los Derechos Reservados. Prohibida su reproduccin total o parcial, sin
expresa autorizacin del autor.
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EDITORIAL DE LA UNIVERSIDAD
NACIONAL DE LA PLATA

EL PROCESO
Franz Kafka
Adaptacin teatral de Alberto Mediza
Taller de Teatro de la U.N.L.P.
Editorial de la U.N.L.P.
Edicin, diseo y diagramacin : Fernando Garca Sanz
I.S.B.N.
Hecho el depsito que marca la ley 11.723

Distribucin en el pas y en el exterior :

Asociacin Amigos del Taller de Teatro de la U.N.L.P.
Calle 10 n 1076 (1900) La Plata
Telefax (54)(21) 23-2283

ALBERTO MEDIZA
DATOS BIOGRFICOS
Alberto Mediza naci el 22 de abril de 1942 en Cardona, Departamento de

Soriano, Repblica Oriental del Uruguay.
Curs estudios en la Facultad de Humanidades y Ciencias en Montevideo.
Desde 1966 se desempe como crtico teatral y literario del diario El Popular y
como director de la Revista de Los Viernes, colaborando asimismo en otras
publicaciones especializadas.
A partir de esa fecha, y hasta 1971, actu como miembro del Crculo de la
Crtica Teatral de Montevideo.
En 1966, adapta Volpone de Ben Jonson, espectculo presentado por el Teatro

Circular De Montevideo, bajo la direccin de Omar Grasso. Por ese trabajo
obtiene el premio anual a la mejor versin de la temporada.
En 1967, publica su primer libro de poemas: Descomposicin y otras seales,

editado por Aqu Poesa, y estrena una pieza infantil: Las aventuras de Juan el
pcaro, bajo los auspicios de Club de Teatro, con direccin de Nelson Flores.
Ese mismo ao viaja a Espaa invistiendo la representacin del Crculo de la

Crtica, con la finalidad de hacer los contactos pertinentes con miras a la
organizacin del Festival Mundial de Teatro; misin que el Poder Ejecutivo
dispone sea de carcter oficial y de inters nacional.
En enero de 1968, integra la delegacin uruguaya que asiste al Congreso Cultural

de La Habana en Cuba, visitando a su vez, varios pases de Europa.

Ese mismo ao, junto a Cristina Peri Rossi y Enrique Fierro, funda y dirige
Latitud Sur, revista de carcter literario.
En diciembre, el Caimn Barbudo publica una muestra de joven poesa

latinoamericana que lo incluye.
En 1969, escribe una versin libre de Rey Lear de Shakespeare; el espectculo es

ofrecido por el Teatro Circular, bajo la direccin de Omar Grasso y su trabajo fue
ubicado entre los mejores de la temporada por el Crculo de la Crtica.
Mario Benedetti lo incluye en su antologa Poemas de amor hispanoamericanos,

publicada bajo el sello de la editorial Arca de Montevideo.
En 1970, ofrece un curso de Esttica Dramtica en Club de Teatro.
En 1971, adapta Antgona de Sfocles, obteniendo el Florencio a la mejor versin

de la temporada. El espectculo, en esa oportunidad, conquista adems los
premios anuales al mejor espectculo, mejor direccin (Mario Morgan), mejor
msica (Federico Garca Vigil), mejor escenografa (Osvaldo Reyno) y distincin
especial a la cantante Nelly Pacheco. Posteriormente, su versin de la tragedia
griega ser estrenada en Caracas, Venezuela y editada en revistas especializadas.
En febrero de 1972, obtiene una mencin especial en el Concurso Casa de Las

Amricas por su libro de poemas Del viento que cruz por las ciudades.
En octubre de ese mismo ao, estrena Cachiporra o el zoolgico del poder, bajo
la direccin de Alberto Restuccia, con el elenco de Teatro Uno, cuya direccin
artstica integra, y en el que dicta clases sobre Esttica Teatral.
A lo largo de todos estos aos contina desarrollando sus tareas de crtico teatral
y literario, mientras publica poemas y artculos tericos en revistas y pginas
especializadas.

En 1973, la dictadura militar que se apodera del gobierno de su pas, lo lleva a

prisin por su actividad gremial y poltica. A fines de ese ao, es liberado pero
debe exiliarse en Buenos Aires, ciudad en la que intensificar su actividad como
crtico teatral y literario y como docente en el rea teatral. Sus artculos se
publicarn en La Opinin y en diversas revistas especializadas mientras desarrolla
mltiples talleres de formacin actoral.
En 1974, ya en Buenos Aires, junto a Luis Cerminara, abre una academia de

estudios teatrales en la que dicta Actuacin y Dramaturgia mientras compone el
guin de un espectculo que no pudo estrenarse sobre poemas de Pablo Neruda,
titulado Sube a nacer conmigo, hermano y la versin teatral de Ubu Cornudo de
Alfred Jarry.
En 1976 contina incrementando su actividad como docente teatral y se une a

Ral Serrano, Rubens Correa, Jos Bove y Enrique Laportilla para constituir un
grupo de investigacin sobre prcticas y metodologas escnica, que culminar
con la publicacin de la revista Teora y Practica Teatral en la que incluyen
diversos trabajos tericos de su autora, entre los que se destacan Metodologa de
la Creacin, Apuntes Sobre el Concepto de Improvisacin, etc.
En 1976, realiza la adaptacin de El Proceso de Franz Kafka y co-dirige con Ral

Serrano el espectculo correspondiente que se estrena en la Sala 2 del Teatro IFT,
protagonizado, entre otros, por Rubens Correa y Manuel Callau.
Ese mismo ao pone en marcha un Seminario sobre Formacin de Autores

Teatrales, cuya dinmica de trabajo y numerosa asistencia lo transforman en una
de las actividades ms renombradas en el mundo teatral del momento.
El mismo grupo prepara su adaptacin de Ricardo III de William Shakespeare, la

que no llega a estrenarse por problemas econmicos.
En 1977, se reestrena El Proceso y dirige El retablo de la avaricia, la lujuria y la

muerte, de Ramn del Valle Incln, estrenado en la Sala Molire.
Mientras tanto, contina su abundante produccin potica la que pretenda

recopilar en el libro Los xidos terrestres cuya edicin estaba terminando en
febrero de 1978, cuando muere exiliado, a los 36 aos, en la ciudad de
Buenos Aires.


REQUIEM
El hombre le teme al tiempo, el tiempo le teme a las pirmides. Esto me dijo un

da, en Egipto, un egipcio.
El tiempo... No es acaso, el teatro el tiempo, la msica el tiempo? No es el

ocurrir, el estar siendo, el recordar, el presentir tambin? Tambin esta memoria,
es otra vez el tiempo aquel, cuando Mediza, Alberto, al Sindicato de Msicos, a
la Secretara de Cultura. De la Argentina aquella, la que ya no es, pero que
siempre vuelve, con escasa memoria.
Aquel albino extrao, rioplatense, ancho y extrao, soberbio y sorprendente.

Desesperante, ms que desesperado por saber. Como si presintiera su escaso
tiempo para hacer, y para conocer conocimiento.
Terico, erudito y crtico, apasionado, discutidor y compadrito, hasta las

trompadas.
Florencio Snchez, Shakespeare, Neruda, Valle Incln, tantos!, Kafka casi al

final, y el gran proyecto: Mozart. Y la muerte tan mozartiana; aquella metfora
del arte y del artista, que urdimos en tablados y boliches, tallarines y tintos de por
medio.
Su requiem a los treinta y tantos, como Mozart.
Nada hay tan preciso como el recuerdo vago.
Rolando Alvaro Maanes

Buenos Aires, 9 de Noviembre de 1996.

La msica de EL PROCESO, en ocasin de su estreno en el ao 1977,

pertenece al msico y compositor Rolando Alvaro Maanes.


No es casual que lo "Kafkiano" se halla convertido en una forma de definir

el carcter abstruso del mundo o las absurdas contradicciones que se pueden
producir en el marco de una situacin desarrollada con un fin distinto al de su
resultado, quizs porque Kafka tuvo el mrito de llamar la atencin sobre un
fenmeno de importancia vital para nuestra poca. Esto es, cmo las estructuras
que el propio hombre genera a los efectos de su propia realizacin se vuelven
contra l llegando incluso a determinar su destruccin. De ah el carcter
enigmtico del horizonte narrativo Kafkiano. No slo las formas que el propio
hombre ha construido le resultan extraas, sino, lo que an es peor, le escamotean
sus clases. Es por esto que los hroes de Kafka (y Jos K. es uno de ellos) viven el
desconcierto de su padecimiento y su derrota. Si K. (en tanto que personaje) no
llega a la estatura del hroe trgico es porque ni siquiera est en condiciones de
asumir cabalmente la realidad vivida. No es que carezca de conciencia, pero esta
conciencia se halla enajenada por las propias estructuras del mundo. Si su
historia, su forma de enfrentar las situaciones y de relacionarse con los otros
sujetos, carece de lgica es porque el propio contorno social se ha vuelto a-lgico.
Finalmente, digamos, que nos enfrentamos a una gran dificultad en lo que

hace a la versin teatral: la estructura narrativa tiene un carcter circular y, hasta
podra decirse, repetitivo. Nuestro principal objetivo consisti precisamente en
dotarla de una cierta progresin dramtica. Los cambios introducidos en la
estructura situacional responden a ese propsito. Por otra parte, se nos impona
una necesaria sntesis expresiva, sustituyendo lo que son meros estados de
conciencia por acciones fsicas concretas.
Alberto Mediza
Texto extrado del programa de sala en

oportunidad del estreno en el ao 1977.


EL PROCESO


PERSONAJES
JOS K.
SRTA. BRSTNER
PATRONA
INSPECTOR 1 (FRANZ)
INSPECTOR 2 (WILLEM)
EL TO MAX
LAVANDERA
BERTOLDO
EL UJIER
HOMBRE 1
LENI
EL ABOGADO
EL SEOR JEFE DE OFICINA
EL SEOR DIRECTOR
EL VERDUGO
ORDENANZA 1
EL MATAPALOMAS
CORO
EL PINTOR
BLOCK
EL JUEZ
CARTELERO
3 JVENES FUNCIONARIO 1
FUNCIONARIO 2
FUNCIONARIO 3
ACUSADOS



EL PROCESO fue presentado por primera vez en octubre de 1977 en el Teatro

Estudio I.F.T. de Buenos Aires, co-dirigido por Ral Serrano y Alberto Mediza.

CARTELES PREVIOS A ESTAS ESCENAS
ENCUENTRO CON EL TO MAX

"Una falla administrativa"
LA LAVANDERA
"El saber es ambiguo como una mujer"
EL UJIER
"Los funcionarios tambin tienen sus penas"
EN EL TRIBUNAL
"El peso de la culpa no tiene disculpas"
VISITA AL ABOGADO
"La justicia esta enferma, parece"
EL DIRECTOR
"Las leyes del corazn no son las de la vida"
EL VERDUGO
"Los guardianes tambin tienen tropiezos"
EL MATAPALOMAS
"La vida obliga a muchas cosas"
VISITA AL PINTOR
"El arte no es inocente como parece"
ENCUENTRO CON EL SEOR BLOCK

"La culpa impone obligaciones"
EL JUICIO
"La rebelda tiene su precio"


CONVERSACIN CON LA SRTA. BRSTNER,

RPLICAS CON LA PATRONA Y ARRESTO DE JOS K.
Jos K. esperando a la Srta. Brstner se ha dormido y al or los pasos de sta se

despierta sobresaltado y corre a su encuentro.
JOS K. Srta. Brstner...
SRTA. BRSTNER Buenas noches...
JOS K. Buenas noches... qu suerte que ha llegado... tengo algo

que decirle...
SRTA. BRSTNER Es muy tarde, Seor K. ...
JOS K. Comprendo Srta. Brstner pero es muy urgente.
SRTA. BRSTNER Y la Sra. Grubach puede escucharnos...
JOS K. Cuando le explique se va a dar cuenta que es muy

urgente Srta. Brstner.
SRTA. BRSTNER Est bien, pase. Sintese. Bueno, qu me tiene que decir?
JOS K. (No sabiendo por dnde comenzar.) Quiz usted piense

que el asunto no era tan urgente... Yo, yo creo sentir gran
estima por usted y no quisiera abrumarla o molestarla en
alguna forma...
SRTA. BRSTNER (Sensiblemente molesta.) Por favor, djese de rodeos.

JOS K. (Tomando impulso.) Eso facilita las cosas. (Con

aparente firmeza.) Mire, su habitacin ha sido
desordenada esta maana, y en cierto modo es culpa ma.
SRTA. BRSTNER (Extraada.) Mi habitacin?
JOS K. Han sido ellos los que lo han hecho, muy a pesar mo,
crame.
Observa e inspecciona su habitacin detenidamente. Luego se muestra ms

tranquila y se distiende.
SRTA. BRSTNER Quin ha sido? (Sin siquiera mirarle.)
JOS K. Por eso quera pedirle disculpas. No he podido

impedirlo.
SRTA. BRSTNER Tampoco veo nada anormal.
JOS K. Le aseguro que estuvieron aqu.
En un plano superior se enciende un cenital. All vemos a la duea de la pensin

sentada en una mecedora, bordando cuidadosamente una carpeta.
La Patrona quiere hacerle ver que su inters por los asuntos de la Srta. Brstner
es inmerecido. En realidad ste es el propsito permanente que ella manifiesta a
lo largo de toda su intervencin.
PATRONA (En tono de reconvencin amistosa.) Es usted muy

atento, Seor K. Pero la Srta. Brstner no sabe nada de
lo ocurrido. Como ve, todo est en su lugar. Y no hay
necesidad de que se entere. Es mejor para todos.

JOS K. (Volvindose hacia ella.) No tengo nada que ocultar. Me

hara cmplice de un delito sin razn alguna.
PATRONA Usted toma las cosas a la tremenda, y eso no es bueno.
Jos K. apenas si ha escuchado las ltimas palabras de la Patrona y vuelve

rpidamente junto a la Srta. Brstner. sta, mientras tanto, ha estado
observando la habitacin.
SRTA. BRSTNER (Inspeccionando detenidamente.) Mis fotografas... Mis

fotografas han sido desordenadas. (Volvindose a l).
Eso s que no est bien. (Antes de que Jos K. pueda
decir nada.) Ellas tienen un gran valor para m. Cmo se
ha atrevido. No cre que fuera esa clase de persona.
Le vuelve la espalda y comienza a arreglar las fotos segn su gusto.
Jos K. pretende ayudarla; toma alguna de las fotos y pretende disponerla, pero
evidentemente lo hace mal.
Ella se las quita de la mano y termina su labor sola.
JOS K. Permtame explicarle.
SRTA. BRSTNER Es absurdo que me vea obligada a impedirle, algo que

usted mismo debi impedirse.
JOS K. Esccheme...
SRTA. BRSTNER (Volvindose a l.) No vuelva a entrar en mi habitacin

estando yo ausente.

JOS K. No he sido yo el que desorden sus fotografas. Fueron

ellos.
SRTA. BRSTNER No estoy para bromas.
JOS K. (Tomndola por los hombros y hacindola volver.) Ya

que no me cree, debo confesarle la verdad. Fue la
Comisin Investigadora que estuvo aqu.
SRTA. BRSTNER La Comisin Investigadora?
JOS K. S, la Comisin Investigadora. Ellos son los

responsables.
SRTA. BRSTNER Y qu hacan aqu?
JOS K. Vinieron por m.
SRTA. BRSTNER Por usted. Vamos (Incrdula.)
JOS K. Me cree inocente, verdad?
SRTA. BRSTNER Digamos que no le creo.
JOS K. Pero es as.
SRTA. BRSTNER Entonces es cierto?
JOS K. S. Me cree inocente, verdad?
SRTA. BRSTNER Inocente? Bueno, no quisiera pronunciar un juicio tan

categrico. Para que a alguien se le enve la Comisin
Investigadora es preciso que se trate de un criminal
peligroso. Pero usted se encuentra en libertad, segn veo.

JOS K. Duda de mi palabra?
SRTA. BRSTNER Pudo haberlo soado.
JOS K. No! Le aseguro que estuvieron aqu. Es probable que

descubrieran que soy inocente, o que soy menos culpable
de lo que ellos pensaban. (Tomndola de las manos.)
SRTA. BRSTNER (Soltndose.) Veo que usted desconoce los procederes de

la justicia.
JOS K. Eso es muy cierto.
SRTA. BRSTNER (Encendiendo un cigarrillo con cierto aire de

superioridad.) Sabe usted, voy a aprender mucho de
estas cosas. El mes prximo entrar a trabajar en el
estudio de un abogado.
JOS K. Tal vez me pueda asesorar un poco.
SRTA. BRSTNER Por qu no? Me gustara utilizar lo que s.

JOS K. Hablo en serio. Un consejo no me vendra mal.
SRTA. BRSTNER (Sentndose en un silln muy cmodamente.) Y bien, si

tengo que desempear el papel de consejera, es preciso
que sepa de qu se trata.
JOS K. Ah est la dificultad.
SRTA. BRSTNER Cmo?
JOS K. Quiero decir, que ni yo mismo lo s.
SRTA. BRSTNER (Molesta.) As que ahora se burla de m .

(Incorporndose.)
JOS K. Crame, no s de qu se trata.
SRTA. BRSTNER Pero, entonces, cmo sabe que est acusado?
JOS K. Ellos me lo dijeron.
SRTA. BRSTNER Cmo fue que sucedi?
JOS K. S, s. Se lo contar todo con el mayor detalle.
SRTA. BRSTNER La verdad es que estoy muy fatigada. Mejor lo dejamos

para otro momento.
JOS K. Claro, usted regresa muy tarde.
Otra vez vuelve a encenderse el cenital sobre el silln de la Patrona. Pero ahora
el intercambio de Jos K. se realiza simultneamente con los dos planos de
accin.
PATRONA Eso es verdad. La Srta. Brstner regresa muy tarde, Seor K. La

juventud en mis tiempos era distinta.
JOS K. Yo slo lo deca, porque es un poco peligroso.
PATRONA Usted lo ha dicho. No quiero hablar mal de la Srta. Brstner porque es

una buena muchacha. Muy puntual y trabajadora. En su
lugar una chica sola y sin proteccin, se habra
precipitado en el arroyo. De cualquier modo, debera
tener ms discrecin y un poco de amor propio. Ya la he
visto dos o tres veces recorriendo las callejuelas, y
siempre con un hombre distinto. Eso me da mucha pena.

JOS K. Debe ser una confusin.
SRTA. BRSTNER Ahora me hace usted reproches?
JOS K. (Aturdido.) No! No fue esa mi intencin.
SRTA. BRSTNER No deb prestarle atencin.
PATRONA Se lo cuento a usted, porque le tengo confianza. Pero tambin tendr

que decrselo a ella. Por otra parte, no es lo nico dudoso
en su vida.
JOS K. (Sin disimular su desagrado.) Sigue una pista

completamente falsa.
PATRONA (Severa.) Qu me quiere decir? Estoy muy segura de lo que han visto
mis ojos.
JOS K. No pongo en duda lo que han visto sus ojos, Sra.

Grbach, pero su interpretacin de los hechos me
parece... tendenciosa.
PATRONA (Sensiblemente molesta, pero tratando de disimularlo.) Seor K., yo

no tengo ni he tenido la intencin de hablar mal de la
Srta. Brstner. Primero, necesito observarla mejor y
tener pruebas ms concretas sobre sus desviaciones. Hice
apenas una observacin, un simple comentario al pasar,
sin nimo de molestar a nadie. La Srta. Brstner ha dado
pruebas de ser una excelente persona. Pero usted
comprenda que estoy en mi derecho si me preocupo por
tener una pensin decente.
JOS K. Decente? (Con evidente sarcasmo.) Si quiere que su

pensin sea decente, comience por despedirme a m.

Cierra de un golpe la ventana que se supone lo comunica con la Patrona.
La Srta. Brstner quiere que Jos K. se marche.
Ella se acerca a la puerta, incitndolo a marcharse.
SRTA. BRSTNER Le ruego que dejemos esta conversacin para otro

momento. Tengo necesidad de descansar un poco.
JOS K. Es necesario que le explique lo ocurrido. (El Seor K. se

saca los pantalones.)
SRTA. BRSTNER Qu mosca le ha picado ahora?
JOS K. Necesito reconstruir los hechos; es la nica forma de

saber cabalmente lo sucedido. Era de maana muy
temprano y yo estaba an durmiendo...
Jos K. se tira sobre la cama, como si estuviera durmiendo. Ella trata de

disuadirlo. l la sienta en un silln y vuelve a su lugar en la cama.
SRTA. BRSTNER Levntese, levntese, por favor.
JOS K. Slo le pido que observe un momento. Sintese aqu.
El Inspector 1 quiere cumplir con su deber.
Jos K. quiere una explicacin a lo que est ocurriendo.

La Patrona aparece con la bandeja del desayuno. En el momento en que trata de

ingresar en la habitacin del Sr. K., el Inspector, vestido con levita negra y
sombrero de copa, se la quita de las manos y se la alcanza al Sr. K.
El Inspector entra en la habitacin y deposita el desayuno en una mesita que

est junto a la cama. Jos K. lo mira visiblemente extraado. El Inspector, una
vez cumplida esta accin, trata de retirarse.
JOS K. Quin es usted?
INSPECTOR 1 No quera el desayuno?
JOS K. Qu hace usted en mi habitacin?
INSPECTOR 1 No se altere. Trato de satisfacerlo.
JOS K. (Sentndose en la cama.) Quin le ha permitido entrar en

este lugar?
INSPECTOR 1 No haga difciles las cosas.
JOS K. Quiero una explicacin.
INSPECTOR 1 La tendr.
El Inspector se sienta junto a la mesa escritorio, saca su agenda y consulta en

ella sin darle mucha importancia al detenido.
JOS K. (Luego de un momento, incorporndose.) La Sra.

Grbach me tendr que dar una explicacin.

INSPECTOR 1 (Se levanta rpidamente y se interpone a su paso.) Creo

que estar ms cmodo en este lugar.
JOS K. Salga del paso. No quiero permanecer aqu un momento

ms. Tampoco quiero que me dirija la palabra mientras
no me diga quin es y qu hace aqu.
INSPECTOR 1 Tiene que quedarse en esta habitacin.
JOS K. Qu me quiere decir con eso?
INSPECTOR 1 Quiero decirle que est detenido.
JOS K. Detenido? Vamos, es una broma, no? Djeme paso. Le

prometo que me olvidar del incidente. (El Inspector
permanece silencioso, pero firme en su lugar.) Qu
significa que estoy detenido? Qu hice?
INSPECTOR 1 (Tomndolo del hombro paternalmente y conducindolo

hacia el interior de la habitacin; vuelto a sentar en la
cama.) No puedo decrselo. Pero tranquilcese. El
procedimiento est en marcha y ya lo sabr todo en el
momento oportuno. Comprenda, no tengo nada contra
usted. Por el contrario, dira que siento cierta simpata.
Es ms, cuando le hablo de este modo estoy excediendo
mis atribuciones. Trato de ser lo ms humano posible,
pero tambin tengo derecho a pedir reciprocidad.
JOS K. No entiendo. No entiendo todo esto.
INSPECTOR 1 Debe aceptar las cosas como se presentan.
JOS K. Pero no comprende... Vivimos en un estado de derecho.
INSPECTOR 1 Oh, no se puede hablar con usted (Fastidiado.)

Jos K. quiere demostrar su inocencia.
Jos K. busca sus documentos en un cajn y se los entrega al Inspector; ste los
observa y se los devuelve sin mirarlos.
JOS K. Aqu tiene mis papeles.
INSPECTOR 1 (Los toma y los mira.) Y?
JOS K. Son mos.

INSPECTOR 1 Y qu?
JOS K. Vamos, admita que se trata de una confusin.
INSPECTOR 1 (Se los entrega.) Vuelve a empezar?
JOS K. No le parece que ya es suficiente?
INSPECTOR 1 Dios mo! Cmo le cuesta entrar en razn. Se dira que

slo quiere irritarme.
JOS K. (Con firmeza.) Aqu tiene mis documentos de identidad!
INSPECTOR 1 Y qu quiere que haga con ellos?
JOS K. A ver, djeme ver los suyos. Mustreme la orden de

detencin.
INSPECTOR 1 Usted se conduce como un nio. Se figura que adelanta

algo discutiendo conmigo? No soy ms que un
funcionario. Qu pretende de m? Qu quiere que le diga
sobre sus papeles? Mi nica tarea consiste en vigilarlo

durante diez horas por da y cobrar mi sueldo a fin de

mes. Soy un empleado subalterno, crame. Esto no me
impide saber que las autoridades que nos emplean
investigan muy minuciosamente los motivos de
detencin antes de dar una orden. Y le aseguro que
nunca ha habido un error.
JOS K. En este caso se han equivocado.
INSPECTOR 1 Las autoridades que nosotros representamos , y a las que

todava no conozco sino en sus grados inferiores, no
buscan delitos en la gente. Es el delito el que las pone en
accin. (Todo esto debe ser dicho en un tono retrico y
terminante.) Despus intervenimos nosotros para hacer
respetar la ley y castigar a los transgresores.
JOS K. Yo no conozco esa ley.
INSPECTOR 1 Algn da le pesar haber dicho eso.

JOS K. Esa ley slo existe en la cabeza de ustedes.
INSPECTOR 1 Ya ver su peso cuando se cumpla en usted.
Jos K. se encoge de hombros, como quien dice que no le importa, y descubre el

desayuno que todava est intacto. Se aproxima a l y lo prepara. Luego se
vuelve a la Srta. Brstner.
Mientras Jos K. se ocupa de ella, el Inspector se toma el desayuno de Jos K.
JOS K. Comprenda, Srta. Brstner, a esta altura yo tena derecho

a pensar que algo muy malo se ocultaba detrs de esta
gente. An cuando fuera una broma, no era una broma
corriente. Se haban excedido demasiado. Me deban una

explicacin, no cree usted? Me est escuchando? Srta.

Brstner, Srta. Brstner.
La sacude intensamente hasta que logra despertarla. Ella se acomoda mejor en

la actitud de quien quiere seguir durmiendo.
SRTA. BRSTNER Perdneme, sufro ataques de sueo.
JOS K. Estuve hablando intilmente.
SRTA. BRSTNER No, no. Fue un instante. Le dije, le dije que estaba
rendida. Usted tuvo la culpa, no quiso escucharme.
JOS K. Est bien, comenzar de nuevo.
SRTA. BRSTNER Si lo escuch perfectamente.
JOS K. Es que no quisiera que se pierda ningn detalle.
SRTA. BRSTNER En serio, lo he comprendido todo.
JOS K. (Paulatinamente enardecido.) Entonces, ha tomado

conciencia del atropello que se ha cometido conmigo!
INSPECTOR 1 (Comiendo vidamente.) Por qu no se calma? Est
dando un espectculo bochornoso.
JOS K. (Despectivo.) No perder mi tiempo hablando con

subalternos. Quiero hablar con sus superiores.
INSPECTOR 1 Termine de vestirse.
JOS K. Por qu?

INSPECTOR 1 No comprende que lo van a castigar y a m tambin por

su negligencia.
JOS K. Acaso no me han sacado de la cama?
INSPECTOR 1 Usted se ha propuesto sacarme de mis casillas!
JOS K. (Resignando posiciones ante la amenaza del otro.) Est

bien, est bien; si eso apresura las cosas, me vestir.
(Saca ropa de un armario y comienza a ponrsela.) Pero
no tome esto como una aprobacin a sus mtodos. Este
atropello repugna profundamente a mi naturaleza. Un
ciudadano honesto y respetuoso de las leyes, ha sido
sacado de su casa como un vulgar delincuente. A esto le
llaman justicia?
INSPECTOR 2 (Entrando en la habitacin) Jos K. ...?
Jos K. se viste apresuradamente, sin dejar de protestar.
El Inspector 2 entra y se sienta sobre la mesa. Va vestido en la misma forma que

el Inspector 1. Con l vienen tres jvenes ms.
El Inspector 2 quiere terminar rpido con su trabajo.
JOS K. (Volvindose.) S.
INSPECTOR 2 Supongo que est muy sorprendido por los

acontecimientos de esta maana?
Jos K. quiere torcer el curso de los acontecimientos a su favor, creyendo que

las cosas pueden ser distintas con el nuevo Inspector.

JOS K. En efecto, estoy algo desconcertado, aunque no

sorprendido. Hace ya treinta aos que estoy en este
mundo y nada me asombra demasiado. No me tomo las
cosas trgicamente, sobre todo lo ocurrido hoy.
INSPECTOR 2 Cmo sobre todo lo de hoy.
JOS K. Claro, yo lo considero una broma; un poco pesada tal

vez, pero una broma al fin.
INSPECTOR 2 Creo que est en un profundo error. Sintese, por favor.

(Jos K. toma asiento frente al Inspector que ahora se
ha instalado ante la mesa.) Tratar de explicrselo,
aunque lo que yo s es muy relativo. Estos seores que
me acompaan y yo mismo, slo desempeamos en su
asunto un papel secundario. (Mientras sucede, los tres
jvenes, vestidos con levitas negras, se pasean y
curiosean por toda la habitacin, desordenando todo.
Jos K., es evidente, que quisiera intervenir pero no se
anima o se ve retenido por la conversacin del
Inspector. Pero lo que debe ser claro es su lucha
interna.) Tampoco puedo decir que est usted acusado, o
mejor dicho, no s si lo est. Lo que no cabe duda es que
est detenido, pero esto no implica necesariamente una
acusacin. Constituye, en todo caso, un impedimento
administrativo. Una cosa, s, debo aconsejarle: piense un
poco menos en nosotros y viglese a s mismo un poco
ms. Adems, no haga tantos alardes de inocencia; eso lo
perjudica. Produce una impresin contraria.
JOS K. (Que no puede contenerse.) Ve, Srta. Brstner, son ellos

los que desordenan su cuarto! (Sealando a los jvenes
curiosos.) Srta. Brstner! (Ella est dormida de nuevo.)
INSPECTOR 1 Qu le pasa ahora?

JOS K. (Volvindose al Inspector 2.) Conoce al procurador

Hasteret?
INSPECTOR 2 S.
JOS K. Es muy amigo mo. Puedo telefonearle?
INSPECTOR 2 Claro que s. (El Inspector 1 le alcanza el aparato.) Pero

no veo qu tiene que ver con esto, a menos que le quiera
hablar de algn asunto privado.
JOS K. Cmo qu tiene que ver? Ustedes me detienen, quiero

telefonear a un procurador y no tiene nada que ver? (Los
dos Inspectores se miran y se sonren resignados. Jos
K. capta esta mirada de inteligencia.) Est bien, no
hablar.
INSPECTOR 2 Pero s, llame, se lo ruego. (Jos K. levanta el tubo,

comienza a marcar y se detiene; cuelga.) Hable!
JOS K. No, ya no me interesa.
Jos K. observa que en la ventana de enfrente se encuentra un grupo de

curiosos.
JOS K. Y ustedes qu miran? Qu les importa lo que est

pasando? Vuelvan a sus tareas, a sus cochinas tareas!
(Los curiosos desaparecen rpidamente, pero apenas l
se vuelve, reaparecen en el mismo sitio.) Seores, les
propongo que terminemos este asunto de la mejor forma.
Yo comprendo, todo ha sido fruto de un error
lamentable. Tambin yo me puse algo nervioso y he
tenido con ustedes algunas actitudes incorrectas. Mis

ms sinceras disculpas. Y ahora, estrechmonos las

manos. Estas cosas suceden.
Jos K. quiere dar por terminado el incidente, entendiendo que todo ha sido un
error.
Los Inspectores quieren dejar claro su condicin como detenido.
Jos K. avanza con la mano extendida hacia uno de ellos. El Inspector 1 rechaza
su mano y el Inspector 2 hace otro tanto.
El Inspector 2 se incorpora y se coloca el sombrero, en actitud de marcharse. El
Inspector 1 hace otro tanto.
INSPECTOR 2 Usted es muy obstinado, y eso lo perjudica.
JOS K. Se niega usted a estrechar mi mano?
INSPECTOR 2 No olvide en ningn momento que est detenido. Ahora,

si quiere, podemos separarnos. Seguramente, usted
tendr que ir a su oficina.
JOS K. Mal puedo ir a trabajar si estoy detenido.
INSPECTOR 2 Eso no le impide que cumpla con sus responsabilidades.
JOS K. Pero no tiene sentido.
INSPECTOR 2 Es probable. (Antes de salir se vuelve.) Le recuerdo

tambin que con el fin de que su situacin no tome
estado pblico, hemos comisionado a estos tres
caballeros, que casualmente son colegas suyos, para que
lo acompaen al trabajo. (Los tres se vuelven y se
inclinan respetuosamente ante Jos K. El Inspector 2 le

da una tarjeta.) Buenos das. (Se marchan los dos

Inspectores.)
JOS K. (Un tanto sorprendido.) Buenos das, seores. No los

haba reconocido. Est bien, no tengo ningn
inconveniente en que me acompaen. (A los tres
empleados en actitud firme y cortante.) Enseguida estar
con ustedes. (Dirigindose a la Srta. Brstner.) Srta.
Brstner se da cuenta? Estos insectos, estos gusanos, han
puesto sus manos en sus fotografas...
SRTA. BRSTNER No grite.
JOS K. Y ahora pretenden vigilarme.
SRTA. BRSTNER Vyase, Sr. K., me compromete...
JOS K. No me ir hasta verla tranquila. (La quiere besar.)
SRTA. BRSTNER Me compromete Sr. K. (Se va y uno de los tres le corta

el paso a Jos K. mientras los otros dos lo esperan con
el sobretodo y el sombrero de Jos K.)
JOS K. (Se pone el sobretodo y el sombrero que le alcanzan

ceremoniosamente.) Cuando gusten seores. (Se marcha
custodiado por los tres.)

ENCUENTRO CON EL TO MAX
El Cartelero cruza la escena. El texto del cartel es el siguiente:
Una falla administrativa.
El mbito consiste en la oficina donde trabaja Jos K. Varias mesas dispuestas

desordenadamente, creando una estructura abigarrada. En cada una de ellas un
empleado sella expedientes. En un lugar ms destacado se encuentra el Director
del Banco, realizando tareas que hacen a su jerarqua. Tambin K. se halla
abocado a cumplir con sus funciones.
El Director se levanta y recorre cada uno de los lugares recogiendo expedientes,

en actitud rutinaria. Cuando llega ante la mesa de K., duda por un momento. K.
percibe ese movimiento y le entrega voluntariamente el trabajo. El Director no lo
recoge y vuelve a su lugar sin mirarlo. Entra el To, dirigindose a uno de los
empleados. Ninguno contesta a sus requerimientos. Lo miran, eso s, y vuelven a
sus tareas.
EL TO MAX Por favor, quisiera hablar con Jos K. (El empleado lo

mira por un instante y continua con su trabajo.) Perdn
(Creyendo no haber sido comprendido.), yo soy su to.
(El empleado ni siquiera se vuelve. El To va hacia otro
escritorio.) Sera posible hablar con Jos K.? (El
empleado repite la actitud de indiferencia del anterior.)
S, s, con mi sobrino. (Nadie le contesta. Se vuelve y

observa a su alrededor. Todos se sumergen en su

trabajo, eludiendo cualquier contacto. De pronto, l
descubre a K. y lo llama cautelosamente, sin acercarse
demasiado.) Jos, Jos.
JOS K. (Que hasta ahora ha estado absorbido poniendo sellos.)

To, qu ests haciendo por aqu. (Se abrazan
calurosamente y K. lo lleva cerca de su mesa de
trabajo.)
EL TO MAX Tengo que hablarte de algo muy importante.
JOS K. Sintate.
EL TO MAX Estoy bien parado. Dime, qu hay de cierto en lo que me

han contado?
JOS K. No te pongas as. (Vuelve a su trabajo.)
EL TO MAX (Con un poco ms de intensidad.) Siempre me has dicho

la verdad, por qu me la ocultas ahora?
JOS K. (Sin dejar de trabajar.) No s a qu te refieres.
EL TO MAX (Alzando la voz.) Por favor, hablemos claro!
Ante la salida intempestiva, todos dejan de sellar al mismo tiempo y observan

suspicazmente. Jos K. se da cuenta de la situacin y tambin el To percibe que
todos los ojos se concentran en ellos. Jos K. comienza a sellar, en actitud de
que nada ha ocurrido. Los dems empleados tambin vuelven paulatinamente a
sus tareas.
JOS K. Supongo que te han llegado ciertos rumores.

EL TO MAX Rumores? Mucho ms que eso. (Busca en sus bolsillos,

extrae un papelito y se lo entrega.) Tu prima Ema me ha
escrito contndomelo todo.
JOS K. (Toma la nota, le echa una ojeada y se la devuelve.) No

te preocupes, no tiene ninguna importancia.
EL TO MAX Ah no?
JOS K. No te das cuenta que es un error? Incluso, ya ves, estoy

en mi trabajo.
EL TO MAX Entonces, es cierto.
JOS K. No te lo niego.
EL TO MAX Y ests ah tan tranquilo, cuando en cualquier

momento... (Nuevamente ha levantado la voz y todos
han dejado su trabajo para concentrar su atencin en
ellos. El To se da cuenta y por eso se interrumpe.
Tratando de aliviar la situacin, se sienta frente a K.
Los otros recomienzan sus tareas.)
JOS K. No entiendo por qu te pones as.
EL TO MAX Es que no comprendes la gravedad de la situacin?
JOS K. (Ambos en tono confidencial.) Te aseguro que no hice

nada.
EL TO MAX Te crees que con eso vas a tranquilizarme? (Se siente

observado y corre la silla acercndose a K.) Es que no
has pensado en ti, en tus parientes, en nuestro buen
nombre?

JOS K. No pueden hacerme nada. Soy inocente.
EL TO MAX (Acercndose ms.) Si sigues as, te convertirs en

nuestra vergenza. Te has olvidado que eres el crdito de
la familia?
JOS K. El que te escucha pensara que he cometido un crimen.

(Sigue revisando papeles por no saber qu hacer.)
EL TO MAX Es peor que eso.
JOS K. Comprende, no se trata de un asunto comn.
EL TO MAX (Golpeando la mesa con el puo.) Precisamente! (Todos

se vuelven y dejan de trabajar, como si se hubiera
profanado la paz de un templo. Jos K. se ha quedado
alelado mirando a su To y ste se siente sensiblemente
incmodo y sin saber qu hacer.)
JOS K. (Recobrndose y viendo que de seguir all se puede

perjudicar, se adelanta al seor Director y le pide
permiso para marcharse por un momento.) Perdn,
salgo por un momento. (El Director asiente. El To toma
su sombrero y saluda embarazosamente a todos, como
queriendo disculparse.) (Ya fuera de la oficina.) No cre
que lo tomaras tan en serio. Yo me deca: no hay por
qu preocuparse; se trata de un error. Sucede a menudo,
no es as?
Mientras ambos dialogan, los empleados observan temerosamente y se consultan

entre s, como si dialogaran con sus miradas. El Director, consciente de esto,
comienza a recorrer los distintos lugares de trabajo, viendo que se cumpla con
las tareas que cada uno tiene asignadas.

EL TO MAX Ah, Jos, Jos, cmo has cambiado! Siempre te tuve por
un hombre sensato. Sin embargo, ahora ests perdiendo
tu dominio sobre la realidad. Sabes lo que implicara tu
derrota? Equivaldra a ser borrado de la sociedad y todos
tus parientes caeran contigo. Sera la peor humillacin
que podras hacernos.
JOS K. Tan grave es?
EL TO MAX No quisiera alarmarte.
JOS K. Qu debo hacer?
EL TO MAX No te han dejado ninguna pista?
JOS K. S, creo que una direccin; slo una direccin. (Busca en

sus bolsillos y saca un papelito.) S, aqu est.
EL TO MAX (La toma y la observa.) Bueno, averigua de qu se trata.

(Se la entrega.) Yo por mi parte, ver qu puedo hacer.
Ambos se marchan. El Director hace sonar una campanilla que se encuentra
sobre su escritorio, y todos, al unsono, se levantan, toman sus cosas (incluidas
sillas y mesas), forman fila y salen. Pasa el enano con el cartel correspondiente y
son los mismos empleados del Banco, vigilados por el Director los que
introducen los elementos de la Lavandera.

LA LAVANDERA
El saber es ambiguo como una

mujer.
JOS K. Buenas tardes.
LAVANDERA (Sin dejar de lavar.) Buenas tardes.
JOS K. Perdone. (Le muestra la tarjeta.) Es esta direccin?
LAVANDERA S, aqu es.
JOS K. Est segura que es esta direccin.
LAVANDERA S, sintese y espere. ste es el tribunal.
JOS K. El tribunal?
LAVANDERA Pues claro, el tribunal... Ud. qu quiere?
JOS K. Lo que quiero es informacin. Tengo derecho, no? (Ella

contina con su tarea sin prestarle demasiada
atencin.) De pronto me veo implicado en algo que no s
qu es. Soy culpable? Bueno, vamos a ver. Qu delito he

cometido? Y contra quin, contra qu? No es justo?

(Ella contina su trabajo.) Despus de todo tienen el
deber, estn obligados a decirme qu pasa conmigo.
Estoy equivocado?
LAVANDERA No, no.
JOS K. Entonces?
LAVANDERA Todos dicen lo mismo.
JOS K. No s de quin me habla. Pero partamos de lo que es

razonable y sensato para todo el mundo. No estoy
pidiendo ningn privilegio. Cualquiera lo entiende. Slo
pretendo un poco de claridad en todo esto. Me asiste
todo el derecho, segn creo.
LAVANDERA Quiz pretende introducir reformas?
JOS K. Reformas?
LAVANDERA (Dejando de lavar.) Cree usted que conseguira obtener

mejoras?
JOS K. Para decir verdad, no intento obtener mejoras, como

usted dice. Jams me hubiese mezclado voluntariamente
en estas cosas, si no fuera que me he visto obligado, eso
es obligado a esclarecer mi propia situacin. Siempre he
estado contra las grandes utopas. Yo he tenido una sola
consigna en mi vida: acomodar el cuerpo en este mundo
y basta. Nunca me he mezclado en asuntos que no me
incumban. Nadie ms ajeno que yo a la costumbre
morbosa de cierta gente que le gusta meter su hocico en
todas partes. Yo soy un hombre pacfico, un hombre de
trabajo, entiende. Slo aspiro a dejar aclarado, de una
vez por todas, este malentendido para volver a mi vida

normal. Le aseguro que ha habido una confusin. Yo no

soy el que ellos creen que soy.
LAVANDERA Todos piensan lo mismo.
JOS K. Djese de tonteras. No s a qu se refiere. Pero s s que

usted podra prestarme un servicio.
LAVANDERA Y por qu habra de hacerlo?
JOS K. Bueno, por solidaridad, supongo.
LAVANDERA Qu es lo que quiere?
JOS K. Qu le parece? Quisiera consultar las actas o los

informes que hablan de mi caso. No s. Ver todo aquello
que me pueda servir de ayuda y orientacin.
LAVANDERA (Secndose las manos.) Est bien, le traer lo que busca.

(Volvindose antes de salir.) Usted me cae bien. (Sale y
luego de un instante regresa trayendo un montn de
papeles ostensiblemente desordenados en sus brazos.)
Tendr que ocuparse de revisarlos.
JOS K. (Haciendo lugar en la mesa.) No se preocupe por eso.

(Se pone a examinar los papeles uno por uno.)
LAVANDERA Mire que hay ms.
JOS K. Ms?
LAVANDERA Por supuesto. (Sale nuevamente y vuelve con otra pila

ms grande an y la coloca junto a l.)
JOS K. Es que no tienen un orden?

LAVANDERA No que yo sepa.
JOS K. Cmo puedo ubicar el informe que me corresponde?
LAVANDERA Lo hacen a propsito. As todos desisten en su empeo.
JOS K. Pues yo no. (Ella sale y vuelve siempre con una pila ms
grande que la anterior. A medida que revisa, va
esparciendo papeles por el piso. Las pilas que estn
sobre la mesa se desordenan y se le caen encima, dando
la sensacin de que est siendo aplastado por ellas.)
Pero, es que estn locos. Tiene que haber una lgica en
esto.
LAVANDERA Nunca nadie pudo entenderlo.
JOS K. (Luchando infructuosamente con los papeles.) Yo lo

har. (Ella le sigue trayendo papeles hasta completar
una montaa rebosante, en medio de la que l lucha
tratando de encontrar el informe que le pertenece.)
LAVANDERA (Tratando de calmarlo y sacndole papeles de encima.)

Si usted quiere, yo lo ayudar.
JOS K. Oh no, djeme. No quiero comprometerla ms.
LAVANDERA Lo har con gusto.
JOS K. Puede hacerlo sin ponerse en peligro?
LAVANDERA Yo me tomo los peligros que quiero. Venga, es preciso

que hablemos. (Lo toma de la mano y se sienta con l en
los peldaos de la escalera.) Tiene usted unos hermosos
ojos negros.

JOS K. (Interrumpindola.) Qu quiere decir con eso?
LAVANDERA Eso. Que tiene unos hermosos ojos negros. Todos me

dicen que yo tambin tengo ojos hermosos. Pero yo no
estoy segura. Los suyos son ms profundos, ms
sugestivos, dira. Me di cuenta apenas lo vi.
JOS K. (Desilusionado.) No creo que usted me pueda ayudar en

nada. (Trata de zafarse pero ella lo retiene.) Para
ayudarme de veras sera necesario estar en contacto con
los altos funcionarios, y usted, evidentemente, slo ve a
los empleados subalternos, a pinches y ordenanzas que
nada pueden decidir sobre mi caso. Por otra parte, usted
se comprometera intilmente y nada sacara de
provechoso.
LAVANDERA Yo slo deseaba ayudarlo. Hacer algo por usted.
JOS K. (Acercndose nuevamente a ella que sigue sentada en

uno de los peldaos de la escalera.) No se ofenda, por
favor; siento hablarle as. Para ser sincero, tengo que
confesarle que usted me gusta mucho, sobre todo cuando
me mira con ese aire tan triste. Sus manos
(Tomndoselas.), se parecen a dos pjaros inquietos. Son
blancas como una calavera y tersas como el ltimo
suspiro. Me gustara agonizar dentro de ellas. Se dira
que la amo como un fogonero al carbn o como un
verdugo a su hacha. Tiene usted los ojos fros de un
carcelero y los labios sensuales de un idlatra. Desconfo
de sus palabras porque ellas se asemejan a dos muelas
cariadas. Despiden un fuerte olor a vinagre. A usted le
gusta revolcarse en el lodo. Hay una vocacin de cerdo
en su piel. Todo su cuerpo est recubierto de escamas.
No s cmo he podido acercarme a usted. (Se aleja de
ella como si temiera contagiarse.) Usted lo que busca es

confundirme... me tiende una trampa. No es lo que

parece.
LAVANDERA No, no se puede marchar as. No tiene derecho a

marcharse con un juicio tan falso de m. Podra
realmente dejarme ahora. Soy en verdad tan
insignificante que no me quiere dar el gusto de quedarse
un momento conmigo. Tan poca cosa represento para
usted?
JOS K. Si quiere que me quede, lo har. Pero le aseguro que

entre nosotros no puede haber nada. Fue un
encandilamiento fugaz (Ella se acerca y lo besa.), una
rfaga de pasin (Ella lo besa nuevamente.), un impulso
del corazn que no tiene medida. (Ahora ella lo abraza y
no lo suelta. Finalmente, l tambin la toma en sus
brazos y la besa.)
LAVANDERA (Un joven, pequeo y patizambo, con una rala barba

roja, se ha detenido cerca de ellos. Se para displicente,
en actitud de suficiencia intelectual; cruza sus brazos
sobre el pecho y con una de sus manos se acaricia la
barba. Ella es la primera que lo ve, separndose
bruscamente de Jos K.) Cuidado, Bertoldo nos ve.
JOS K. (Volvindose, pero sin separarse de ella.) Quin es?
LAVANDERA Es uno de ellos. (El estudiante se limita a llamarla con

una simple sea.) Seguramente quiere que vaya con l.
S, es preciso que lo haga. (Trata de soltarse, pero l la
retiene.) Por favor, no me detengas ni me juzgues mal.
Es necesario que vaya con l. (Luchando por
desprenderse.) Te juro que no me agrada para nada, pero
debo satisfacer sus deseos. Has visto las piernas torcidas
que tiene. Es un ser horrible. (Persuadindolo.) Volver

en seguida y te seguir a donde quieras. Podrs hacer de

m lo que te plazca.
JOS K. (Volvindose hacia el enano.) Qu hace aqu. Por qu no

se va? Nadie lo ha llamado. (Ella aprovecha este
descuido para liberarse de Jos K. y va hacia el enano.
ste la toma bruscamente de la mano, pasa uno de sus
brazos por la cintura y comienza a acariciarle el cuerpo
y a besarla en el cuello y en el rostro. Jos K. se acerca
en forma agresiva y lo toma por los pelos, pero el otro
no suelta a la mujer.) Qu hace? Est loco?
BERTOLDO Sulteme! No ve que est entorpeciendo un

procedimiento.
JOS K. Djela de una vez.
BERTOLDO Mrchese ya! Le aseguro que le conviene. Est

complicando su causa.
LAVANDERA Djalo hacer. No te metas en esto.
JOS K. (Tratando de arrancarla de los brazos del enano.) Ven

conmigo.
LAVANDERA Creme, no se puede hacer nada.
BERTOLDO (Dndole un empelln a Jos K. y liberndose de l, que

ha cado al suelo.) Fue un error dejarlo en libertad. Fue
una torpeza. Ya se lo dije al juez de instruccin. Por lo
menos, se le debi haber obligado a permanecer en su
casa. Usted es un elemento peligroso. Hay veces que no
comprendo a la justicia.
JOS K. (Incorporndose.) No se saldr con la suya.

LAVANDERA Por favor, djelo que cumpla con su deber. No hay nada
que hacer.
JOS K. Y usted tampoco quiere liberarse de l. (Gritndole.)
LAVANDERA (Mientras Jos K. pone una de sus manos sobre la

espalda del enano y ste trata de mordrsela.) No!
Sobre todo aqu. (Rechazando con las dos manos a Jos
K.) Eso sera mi perdicin y la tuya. Djalo hacer, te lo
ruego. No hace otra cosa que obedecer rdenes. (El
enano, dando muestras de una fuerza insospechada en
l, se pone a la mujer sobre el hombro y parte,
aprovechando el desconcierto de Jos K.)
JOS K. Pues bien, vyanse. (Corrindolos y asestando un golpe

en la espalda del enano que lo hace tambalear.) No
quiero verlo ms, y a ti tampoco.

EL UJIER
Los funcionarios tambin tienen sus penas.
UJIER Su cara me resulta conocida.
JOS K. A m tambin la suya. Permtame observarlo de cerca.

Tiene usted nariz puntiaguda como la de un Ujier;
mentn sobresaliente de Ujier; ojos avizcados y pies
planos como un Ujier, y hasta renguea en forma de Ujier.
Ahora que me doy cuenta, lleva usted traje de Ujier.
Probablemente sea usted el Ujier.
UJIER Cmo se dio cuenta?
JOS K. Estuve con su mujer hace un momento.
UJIER Qu hizo con ella?
JOS K. No me creer usted, pero se la llevaron.
UJIER Cmo no habra de creerle, siempre me hacen lo mismo.

Y hoy no correspondera, no correspondera..., porque es
domingo. Los domingos no estoy sujeto a ninguna
obligacin. Sin embargo, ya ve, me envan a comisiones

intiles con el slo propsito de alejarme de aqu. Yo me

apresuro todo lo que puedo; corto camino y me valgo de
todas las astucias posibles a fin de demorar lo menos
posible. En algunos casos, he llegado a gritar mi mensaje
desde la puerta en articulaciones tan rpidas que nadie
poda entenderme. Pero igualmente es intil, cuando
vuelvo ya no est aqu.
JOS K. No hay algn medio de evitarlo?
UJIER Que yo sepa. Lo ms humillante, es que al principio se la

llevaban con el mayor sigilo y todo suceda a nivel
privado. Pero ltimamente, tambin la entregan a sus
superiores y disponen de ella colectivamente. Para mayor
desgracia, mi mujer es la ms hermosa de todo el edificio
y yo, que soy el ms indefenso de todos, tengo que sufrir
los perjuicios de su belleza.
JOS K. Y su mujer, no tiene responsabilidad en ello?
UJIER Claro que s, claro que s; ella es la ms culpable. Yo se

lo digo constantemente. Pero ella me contesta que para
qu mantenerse pura en un mundo corrupto. Y a m, la
verdad, no me preocupara tanto que se corrompiese si lo
hiciera con un poco ms de discrecin. Porque, al fin de
cuentas, la vida pecaminosa, vaya y pase, pero que se lo
estn recordando a cada instante, eso s constituye una
afrenta. De todos modos, no puedo evitarlo.
JOS K. Si es as, no hay nada que hacerle.
UJIER Cmo que no hay nada que hacerle, cmo que no hay
nada que hacerle? Le parece sa la actitud de un
hombre?

JOS K. No comprendo, entonces, por qu no hace algo para

terminar con esta situacin?
UJIER Porque cualquier actitud que yo asumiera en tal sentido

se hallara reida con mis propias funciones. Y ahora,
disclpeme; es preciso que me presente en el tribunal.
Quiere venir conmigo?
JOS K. No tengo nada que hacer all.
UJIER Pens que podra interesarle.

JOS K. Est bien, lo acompaar.

EN EL TRIBUNAL
El peso de la culpa no tiene disculpas.
Dan vueltas por algunos corredores y, finalmente, penetran en la sala de espera.

El pblico que se encuentra en el lugar no es muy escaso. Todos tienen un
aspecto modesto y desgastado; se hallan sentados en bancos de rstica madera,
colocados a los costados. Todos se hallan vestidos con negligencia; se respira un
aire total de abandono. Algunos sombreros y abrigos estn colocados sobre los
bancos. Algunos mordisquean fruta, otros un pedazo de pan. Al ver venir a Jos
K. y al Ujier los que se encuentran ms cerca de la puerta se levantan para
saludarles. Los que se hallan ms alejados, siguen tambin el ejemplo de sus
predecesores. Parecen mendigos en la esquina de una calle.
JOS K. Cuntas humillaciones han debido soportar.
UJIER Naturalmente, llevan en sus hombros el peso de la culpa.

Todos estos hombres son acusados. Observe las piernas
cmo se les doblan y la cabeza cada sobre el pecho,
indica arrepentimiento.
JOS K. No hay ningn inocente entre ellos?
UJIER Cree usted que tendran este aspecto si lo fueran?

JOS K. (Cortsmente.) Seor, qu es lo que espera aqu?
El hombre se muestra totalmente desconcertado por la pregunta y por la

amabilidad con que ha sido hecha, de modo que slo atina a ponerse a mirar a
sus compaeros sin saber qu responder.
UJIER Este seor le ha preguntado qu es lo que espera aqu,

respndale.
HOMBRE 1 Yo espero... (El hombre se interrumpe sin saber cmo

continuar; los restantes acusados van rodeando al
grupo. El Ujier los saca de encima con fuertes
empellones.)
UJIER Vamos, vamos; dejen libre el paso.
HOMBRE 1 Hace ya un mes que envi una demanda ante el tribunal y

espero que se ocupen de ella.
JOS K. Parece que estuviera demasiado preocupado por eso.
HOMBRE 1 Acaso no se trata de un asunto mo?
JOS K. Todos no piensan como usted. Vea, yo tambin tengo

que ventilar cierto asunto, pero tan cierto como que
quiero ir al cielo que nunca he hecho documentos ni
cosas por el estilo. Cree usted que eso es necesario?
HOMBRE 1 No lo s exactamente. (Dijo el hombre totalmente

desconcertado por la situacin.) En lo que a m
concierne, yo lo hice.

JOS K. No se da cuenta que yo tambin estoy acusado.
HOMBRE 1 Oh, s, seor, seguramente. (Se disculp el hombre con

evidente temor.)
JOS K. (Tomndolo por las solapas.) Yo tambin soy un

acusado igual que usted, pienso igual que usted, veo
igual que usted. Y no hice ningn documento. Acaso
estoy equivocado? Respndame! Acaso estoy
equivocado?
UJIER (Forcejea con Jos K. para que ste suelte al hombre;
cuando aqul lo hace, el hombre cae al suelo y queda
all inmvil.) Djelo, djelo; no sacar nada de l. La
mayora de los acusados son as de sensibles...
JOS K. (Mientras lo rodean los acusados.) Quisiera

marcharme...
UJIER Todava no ha visto usted todo.
JOS K. No quiero verlo todo. (Los acusados cierran el cerco y

se tiran sobre l.) Quiero irme. Por dnde se sale?
UJIER No tiene ms que dar vuelta la esquina, se encontrar all

con un pabelln, siga derecho, luego tuerza a la
izquierda, al final ver tres puertas, tome la del centro,
baje la escalera y siga por el corredor hasta la salida.

VISITA AL ABOGADO
La justicia est enferma, parece.
EL TO MAX (Mirando el reloj. Golpea con firmeza. Inicialmente,

nadie contesta, por lo que aqul golpea con ms fuerza.
Detrs de la puerta se escucha una voz muy tmida.)
LENI Quin es?
EL TO MAX (Volviendo a golpear.) Abra! Somos amigos del

Abogado.
LENI (Siempre detrs de la puerta.) El Seor Abogado se

encuentra enfermo.
EL TO MAX (Dialogando a travs de la puerta.) Enfermo? (Como si

le hubieran provocado una gran ofensa.) Dice usted que
est enfermo? Y qu espera para abrirme?
LENI (Entreabriendo la puerta.) El seor Abogado no recibe a

nadie.
EL TO MAX (Empujando la puerta y entrando resueltamente.) Otra

vez abra ms rpido. (Viendo su perplejidad.) No se

preocupe, soy amigo personal del Abogado. Qu tiene?

Es el corazn nuevamente?
LENI (Guindolos con un candelabro en la mano.) Eso creo.
EL ABOGADO (Se escucha su voz desfalleciente) Qu pasa, Leni?

EL TO MAX (Acercndose al lecho.) Soy yo, tu viejo amigo. No me
reconoces? (El cuarto se halla en penumbras.)
EL ABOGADO (En un acceso de tos.) Claro que s, claro que s. Oh, ya

ves en el estado en que me encuentro.
El To Max Tan mal te sientes?
El Abogado Como el mundo, ni ms ni menos.
El To Max Debe ser un acceso de debilidad, producto tal vez del

excesivo trabajo. Ya otras veces has pasado por crisis
semejantes.
El Abogado Es posible, pero sta parece peor que las otras. Apenas si
puedo respirar, no duermo y pierdo mis fuerzas da a da.
El To Max Lo importante es que ests bien cuidado. Y la verdad es

que este lugar me parece un tanto triste y sombro. Hace
mucho tiempo que no vengo, pero me parece que antes
esta casa tena ms vida. Incluso esta Srta. tiene el
aspecto de estar muy triste, a menos que no sea una
mscara.
El Abogado Cuando se est enfermo como yo, se tiene la necesidad

de descanso. Esta calma no es triste para m. (Leni se
acerca y coloca el candelabro sobre la mesita de luz que
se halla junto al Abogado. ste, aprovechando la
penumbra, le acaricia las piernas disimuladamente.)

Adems, Leni, me cuida muy bien y es muy amable

conmigo.
El To Max (Acercndose a la enfermera, intrigado por el cuchicheo

que se produce entre ella y el Abogado.) Srta. (En tono
ms que imperativo.), le agradecera que nos deje un
momento. Tengo que hablar un asunto personal con mi
amigo.
Leni (Que en ese momento se inclinaba profundamente sobre

el lecho del enfermo, ocupndose, aparentemente, de
arropar su cama, se vuelve tranquilamente.) Como usted
puede ver, el seor Abogado est muy enfermo, y no est
en condiciones de discutir asunto alguno.
El To Max (Fuera de control.) Cmo se atreve? (Levanta sus puos

en forma tan amenazadora que Jos K., que hasta ese
momento se haba mantenido en un respetuoso segundo
plano, se abalanza sobre l tratando de calmarlo y
tomndolo por las manos. Sin soltarse.) Todava no he
perdido la razn, Srta.! Si lo que pido no fuera posible,
sencillamente no lo pedira.
El Abogado (Incorporndose trabajosamente tomado de la mano de

Leni.) Puedes decir todo lo que quieras delante de Leni.
Es de total confianza.
El To Max El asunto del que debo hablarte, no me concierne, y por

ello debo mantener la mayor reserva.
El Abogado De qu se trata? (Acostndose nuevamente.)
El To Max De mi sobrino, a quien hice venir expresamente.
El Abogado (Estirando su mano hacia K., que se ha adelantado al

efecto.) Perdneme, no lo haba visto. (Volvindose a

Leni.) Leni, por favor, djanos un instante. (Ella se

marcha, no sin antes lanzar una mirada de inteligencia
sobre Jos K.. Al To Max que se ha vuelto a sentar muy
cerca del enfermo.) Entonces, no has venido por el
enfermo sino por un asunto que te preocupa.
(Incorporndose con mayor libertad que antes.)
El To Max Ves, ves, al marcharse esa bruja ya te sientes mejor. (Le

murmura al odo.) Apostara a que est escuchando. (Se
desplaza hacia la puerta y verifica si hay alguien detrs.
Al comprobar que no hay nadie, vuelve decepcionado.)
El Abogado Ests equivocado; resulta para m una ayuda

inapreciable. En cuanto al asunto de tu seor sobrino, me
considerara muy dichoso si me dieran las fuerzas para
hacerme cargo de una tarea tan penosa.
Lamentablemente, no creo estar a la altura de la
situacin. Hablando francamente, este proceso me
interesa demasiado como para que renuncie de primera
intencin a ocuparme de l personalmente. Si el corazn
me fallase, te aseguro que habra encontrado una ocasin
digna para hacerlo. De todos modos, llegado este caso,
siempre habr tiempo de pedir la ayuda de algn colega.
Jos K. (Desconcertado y temeroso.) Perdn, no comprendo.
El Abogado (Igualmente perplejo.) Estoy equivocado? Pens que se

trataba de su proceso. Posiblemente mi precipitacin me
lanz sobre una pista falsa. De qu queran ustedes
hablarme?
El To Max (Presuroso.) Naturalmente que de su proceso.

(Volvindose a K.) Qu es lo que quieres?

Jos K. (Sin prestarle atencin a su to y dirigindose al

Abogado.) Pero..., cmo es posible que tenga noticias de
m y de mi proceso?
El Abogado Ah, se trata de eso. (Condescendiente.) No hay nada de

sorprendente en ello. Soy abogado y frecuento a la gente
de la justicia. Ellos hablan constantemente de los
procesos pendientes, y uno, naturalmente, se acuerda de
los que ms le llaman la atencin, sobre todo cuando se
trata del sobrino de un amigo.
EL TO MAX Ests satisfecho?
JOS K. (Sin prestarle atencin y con evidente ansiedad.) Usted

frecuenta a la gente de la justicia?
EL ABOGADO Claro est.
EL TO MAX No te entiendo, sobrino. Haces preguntas propias de un

nio.
EL ABOGADO A quines he de ver, sino a mis colegas.

JOS K. Quiero decir, usted trabaja para la justicia?
EL ABOGADO Naturalmente. (Como continuando su pensamiento

anterior.) Piense usted que esas relaciones son muy
tiles para mi clientela, as como en otros muchos
aspectos. No debiera decirlo. Mi enfermedad me molesta
mucho por el momento y me acarrea grandes dificultades
para moverme. Pero siempre tengo en la justicia buenos
amigos que vienen a verme y me ponen al da con las
novedades. Y hasta es muy probable que est mejor
informado que muchos otros que se pasan todo el da en
los tribunales. En este momento tengo aqu a una persona
que me es muy querida. (Sealando un rincn oscuro.)

EL TO MAX (Sin poder reprimir una exclamacin.) Dnde?

(Observando la oscuridad. En la penumbra una sombra
se movi hacia adelante, emergiendo una figura
desgarbada y enclenque; rengueaba de una pierna y
llevaba gruesos anteojos que caan sobre un rostro
afilado, como el de un ave de rapia.)
EL ABOGADO Seor jefe de oficina... Ah, perdn, an no les he

presentado. Aqu mi amigo, el Sr. K., y su sobrino, el
seor Jos K. ste es el seor jefe de oficina. El seor
jefe de oficina ha tenido la amabilidad de venir a verme.
Un profano no puede apreciar todo lo que vale esta
visita. Para ello es necesario estar iniciado en el espritu
de la justicia; por otra parte, es preciso destacar las
mltiples ocupaciones que abruman a este querido seor.
Sin embargo ha venido a pesar de todo y nos
dedicbamos a conversar tranquilamente, en la medida
en que me lo permite mi debilidad, en el momento en que
ustedes llegaron, o mejor dicho, en que hemos odo tus
puetazos contra la puerta. Fue as que el seor jefe de
oficina se retir a un rincn, en un acto de elemental
prudencia. Pero ahora me doy cuenta de que, si lo
queremos as, tenemos un tema en comn. Acrquese,
por favor, seor jefe de oficina.

EL SEOR JEFE
DE OFICINA No puedo quedarme sino algunos minutos. (Sentndose
en un silln contiguo y consultando el reloj.) El trabajo
me llama. Pero no puedo dejar la ocasin de conocer a
un amigo de mi amigo. (Dicho lo cual se levant
bruscamente, hizo una inclinacin de cabeza hacia
todos lados y se march. Todos quedan un tanto
sorprendidos. Antes de que alguien pueda decir una
palabra, se escucha un ruido de platos rotos; ellos se
miran en forma interrogativa, momento que Jos K.
aprovecha para deslizarse en la habitacin vecina.)
JOS K. Voy a ver lo que ocurre. (Sale.)

ENCUENTRO CON LENI
La luz de la habitacin en que se encuentra el Abogado y el To se va

extinguiendo, hasta que todo se encuentra a oscuras. Jos K. desciende
trabajosamente, se le oye tropezar y lanza una exclamacin de dolor. Luego se
ve aparecer una sombra que se le acerca.
JOS K. (Siente que alguien le toma la mano en la oscuridad.)

Quin es usted? (Retirando la mano.)
LENI (Lo alumbra con un candelabro.) No me reconoce?
JOS K. (Reaccionando.) Ahora s. Vine a ver lo que haba

pasado.
LENI Nada. He roto un plato contra la pared para hacerlo salir.
JOS K. Espero que no lo haga muy a menudo.
LENI Se burla de m?
JOS K. No. La verdad es que yo tambin pensaba en usted.
LENI Tanto mejor. (Tomndolo de la mano y guindolo.)

Venga conmigo. (Lo hace entrar en una habitacin slo
iluminada por un candelabro. Es un cuarto no muy
espacioso. En la penumbra se puede apreciar un amplio
escritorio, un silln y un cuadro detrs, en el que se
encuentra retratado un Juez de Instruccin. Al frente se
encuentra un banco ms bien largo, donde Leni hace
sentar a Jos K.) Sintese aqu. (Ella se ubica junto a l,
asumiendo una actitud de fingida inocencia.) Pens que

a usted se le ocurrira venir sin que tuviera necesidad de

llamarlo. Es curioso, cuando recin llegaron, usted me
miraba de una forma tan penetrante, que me hizo sentir
avergonzada. Y luego, me hace esperar de este modo.
JOS K. Ver usted...
LENI Puede llamarme Leni.
JOS K. Con mucho gusto. Mi conducta tiene su explicacin, por

ms que pueda parecerle un poco extravagante. Estaba
obligado a escuchar la charla de esos seores. No poda
alejarme de ellos sin alguna razn. Por otra parte, debo
decirle que tengo un carcter ms bien tmido. Tampoco
usted tiene el aspecto de conceder confianza desde un
principio.
LENI (Tomndolo de las manos y mirndolo a los ojos.) Sr.

K., por qu no dejamos esto para otro momento? Acaso
yo no le agrado, o es que no le agradar nunca?
JOS K. (Entrando en el juego.) Agradar? Agradar sera una

palabra demasiado mezquina.
LENI Entonces?
JOS K. Por casualidad, no ser se mi Juez?
LENI S. Lo conozco muy bien. Viene aqu con mucha

frecuencia. (K. observa atentamente el retrato, tratando
de descubrir alguna pista.) Naturalmente, ese retrato
pertenece a su juventud, aunque no creo que se le haya
parecido nunca. El verdadero Juez es extremadamente
pequeo, lo que no le ha impedido hacerse representar
como si fuera un hombre corpulento y elegante. (K. la
mira interrogativamente.) Es por pura vanidad. Bueno, a

decir verdad, aqu todos son vanidosos; incluso yo. En

este preciso momento, sin ir ms lejos, no puedo menos
que sentirme desairada. Es evidente que no le agrado.
JOS K. (Vuelve a sentarse junto a ella y le toma cariosamente

las manos. Ella apoya su cabeza sobre el pecho de K.)
Qu grado tiene?
LENI (Como quien no ha escuchado bien, pero en el fondo

dolorida por la actitud de K.) Quin?
JOS K. El Juez.
LENI (Separndose de l.) Es juez de instruccin.
JOS K. Un simple juez de instruccin. Los grandes funcionarios

siempre permanecen ocultos.
LENI (Se retira hacia una punta del banco.) Usted slo piensa
en su proceso.
JOS K. Probablemente pienso demasiado poco en l.
LENI (Sigue en actitud de ofendida.) Yo no dira eso. He odo

decir que es usted muy obstinado. Y ahora me doy
cuenta de que es cierto.
JOS K. Quin lo ha dicho?
LENI (Disfrutando por haberlo atrapado.) Ah!, no puedo decir

tanto. No me pregunte nombres porque me
comprometera. Pero corrjase. Le har bien. De poco le
servir su empecinamiento ante la justicia.
JOS K. (Vuelve junto a ella y le toma nuevamente las manos.)

Qu debo hacer, entonces?

LENI (Con aire de suficiencia.) Confiese, y usted mismo se

sentir ms libre. Luego tendr tiempo suficiente de
pensar en cmo escapar a la acusacin.
JOS K. Pero qu debo confesar?
LENI (Tomndolo por el cuello y sentndose sobre sus

rodillas.) Ah, mi querido amigo, eso slo usted lo sabe.
(Le da un beso.)
JOS K. (Desprendindose de ella.) Parece que conoce muy bien

a la justicia, as como las mentiras que hay que emplear
con ella.
LENI Ah, se olvida que trabajo con el Abogado desde hace

mucho tiempo.
JOS K. (Acerca sus labios y la besa. Ella lo toma con firmeza y

lo besa y acaricia intensamente.)
LENI (Soltndose de improviso.) Me est usando. Decidi

usarme, Sr. K. Pretende sobornarme, no Sr. K.? (Jos K.
baja la cabeza.) Si a m no me importa, Sr. K. Usted me
pertenece. Usted es mo, totalmente mo. (Se le echa
encima para hacerle el amor.)

EL SEOR DIRECTOR
Las leyes del corazn no son las de la vida.
Lentamente se enciende luz sobre otro de los niveles. Se ve al Director Adjunto

del Banco ocupado en revisar algunos expedientes en su propio escritorio.
Paulatinamente su atencin se desplaza hacia el lugar en que se encuentran Jos
K. y Leni. Se aproxima lo ms posible a ellos y los observa con curiosidad.
El seor Director quiere saber qu le est pasando al empleado Jos K. y de

acuerdo con ello tomar alguna decisin al respecto.
Jos K. quiere disimular lo que pasa y arreglar las cosas de la mejor forma o de
un modo que no lo perjudique.
Al ver a su jefe, Jos K. se incorpora rpidamente, en la actitud de quien ha sido

cogido en falta. Leni, por el contrario, se retira pero en actitud desafiante y ms
bien haciendo ostentacin de su poder de seduccin.
EL SEOR DIRECTOR Malas noticias?
JOS K. No, no. (Acomodndose las ropas.)
EL SEOR DIRECTOR Se encuentra fatigado, verdad?

JOS K. No. En absoluto. Me siento perfectamente.
EL SEOR DIRECTOR Sintese, por favor.
El seor Director le indica una silla que se encuentra frente al escritorio del
Abogado y el mismo se ubica en el silln ubicado al otro lado. Le ofrece un
cigarrillo de una caja y l tambin enciende uno.
EL SEOR DIRECTOR Hablemos sinceramente. Me gustara saber qu es lo que

le pasa, y de qu manera podemos ayudarlo.
JOS K. No me ocurre nada en especial. Se lo aseguro.
EL SEOR DIRECTOR ltimamente lo noto muy nervioso, y esto no es bueno

para su salud y tampoco favorece nuestra actividad. Si le
sucede algo malo, por qu no me lo dice?
JOS K. No hay nada fuera de lo normal; puede crermelo.
EL SEOR DIRECTOR (Abriendo un expediente que seguramente pertenece a

Jos K.) Sr. K., usted es un hombre eficaz, responsable y
disciplinado. Tenemos un buen concepto sobre su
desempeo. Pero no puedo ocultarle que en los ltimos
tiempos nos hemos sentido un poco preocupados por su
irregularidad y bajo rendimiento.
JOS K. La verdad es que me hallo en dificultades, pero yo

mismo no s cmo explicarlo.
El director quiere sacrselo de encima del mejor modo posible.

EL SEOR DIRECTOR Entindame. (Interrupindolo.) No es que quiera

meterme en sus asuntos privados. Cada uno sabe cmo
resolver sus problemas personales y sera un
atrevimiento de mi parte opinar. Pero considero que
necesita un descanso para tranquilizarse y hallar una
solucin adecuada.
JOS K. Seor Director, yo creo que no ser necesario llegar a ese

extremo, y si en los ltimos tiempos mi actividad se ha
visto resentida..., espero, mejor dicho, le aseguro que no
volver a suceder.
EL SEOR DIRECTOR Perdn. Usted no me ha entendido. Aqu no est en duda
su celo profesional. Slo que hemos credo conveniente
que se tome unas vacaciones que le permitan
recuperarse. Eso es todo.
JOS K. Es que eso agravara las cosas, no comprende?
EL SEOR DIRECTOR Todo lo contrario, eso es lo mejor para sus intereses.
JOS K. (Incorporndose.) Le pido, por favor, que lo reconsidere.
EL SEOR DIRECTOR (Cerrando la carpeta.) Lamentablemente, eso est fuera

de mi alcance. No puedo.
JOS K. (Golpeando la mesa con el puo.) Cmo que no puede!

No dice que se me tiene en un alto concepto?
EL SEOR DIRECTOR Por favor, clmese, clmese. (Jos K. vuelve a sentarse.)

Puede estar seguro que goza de mi mayor estima. Pero
pngase en mi lugar. No puedo modificar decisiones que
se han tomado al ms alto nivel. Yo tambin soy un
funcionario que obedece rdenes, por ms que en el
fondo, crame, slo me importe el individuo.

JOS K. Yo slo quera tener cierta seguridad econmica

mientras doy solucin a mis problemas.
EL SEOR DIRECTOR (Consultando una agenda.) Lo entiendo, lo entiendo.

(Incorporndose, en franca actitud de marcharse.) Me
siento muy mal por no poder ayudarlo. (Volvindose a
punto de salir.) Desgraciadamente, las leyes del corazn
no son las de la vida.
Jos K. queda solo. Luego de un momento, toma el expediente que se encuentra

todava sobre el escritorio y lo examina. En l se encuentra resumida toda la
historia personal, incluyendo los datos sobre su proceso. De modo que el actor
ha de tener presente que la consulta de la carpeta tiene un peso dramtico
fundamental, ya que confirma su situacin de acorralamiento. Contina la
escena del Verdugo.

EL VERDUGO
Los guardianes tambin tienen

tropiezos.
El seor Director se marcha apresuradamente sin darle tiempo a reaccionar a

Jos K., quien desconcertado por un momento slo atina luego a correr detrs
suyo pero infructuosamente. En otro de los planos entra un hombre con pantaln
ajustado y la clsica chaqueta de cuero de Verdugo, llevando un ltigo, una
soga que deposita sobre la mesa. Luego, los dos Inspectores que acometieron a
Jos K. en su departamento, entran cantando alegremente y bromeando.
EL VERDUGO Qutense la ropa y sintense. (Los dos Inspectores ren

como si se tratara de una broma y el Verdugo los llama
a la realidad con sendos puetazos en el estmago.)
Vamos, he dicho. (Los Inspectores se quitan la ropa
hasta quedarse slo con el pantaln y se sientan; el
Verdugo les tira la soga a los pies.) tense. (Los
Inspectores toman cada uno de los extremos y se atan a
la altura de los tobillos. Se acerca el Verdugo y los
golpea y les descarga latigazos. Jos K. escucha los
gritos y penetra en el lugar.)
JOS K. Qu hacen ustedes aqu?

INSPECTOR 1 (En tono de reproche.) Ya ve, somos azotados porque

usted se ha quejado de nosotros.
JOS K. Que yo me he quejado. No!, es un error. Lo nico que he

hecho es exponer sencillamente lo que me ha sucedido,
sin agregar ninguna acusacin. Ustedes, por su parte, no
se condujeron de una manera demasiado honorable.
Entraron en mi casa intempestivamente y sin dar
explicacin alguna se llevaron cosas de valor personal.
INSPECTOR 2 Si usted supiera lo mal pago que estamos no nos juzgara

tan mal. (Afirm, mientras Franz trataba de ocultarse
detrs suyo de la amenaza del Verdugo.) Yo tengo una
familia que mantener y Franz quera casarse.
(Disculpndose.) Uno trata de enriquecerse como puede,
y eso no es posible mediante el trabajo aunque uno se
deslome como un buey. Ya sabemos que est prohibido a
los inspectores obrar as, pero tenga en cuenta que ya es
tradicional que nos quedemos con la ropa de la gente.
Siempre ha sido as, cramelo, y es muy natural por otra
parte, ya que no pueden servir esas cosas a los que tienen
la desgracia de caer detenidos. La experiencia indica que
una vez que son sometidos a proceso ya no la necesitan
ms.
JOS K. Yo no saba lo que usted me dice y adems no he pedido

su castigo, para m slo se trata de una cuestin de
principios.
INSPECTOR 2 (Volvindose a Franz.) No te deca yo que l no haba

pedido nuestro castigo. Ya ves, ni siquiera saba que
debamos ser castigados.
EL VERDUGO (A Jos K.) No te dejes convencer por sus discursos. El

castigo es tan justo como inevitable.

INSPECTOR 2 No le escuche usted... (El Verdugo lo interrumpe

descargndole un latigazo en la mano.)
INSPECTOR 1 (Reaccionando.) Nosotros somos castigados porque

usted nos ha denunciado. De otro modo, nada nos
hubiera sucedido, aunque se hubiera sabido lo que
habamos hecho. Siempre hemos demostrado ser buenos
guardianes. (Al Verdugo.) No puedes negar que nos
hemos comportado bien desde el punto de vista de la
autoridad. (Volvindose a Jos K.) Podamos incluso
esperar un adelanto en nuestra carrera, y ahora, seor,
todo est perdido. Ya no nos emplearn sino en trabajos
subalternos. Prcticamente estamos terminados y adems
debemos soportar este castigo.
JOS K. No hay alguna forma de evitar esos golpes? (Al

Verdugo.)
EL VERDUGO Ninguna. (Divertido.) Desndense! (Orden a los

Inspectores.) No hay que creerles todo lo que dicen (A
Jos K.), el miedo los embrutece un poco. Lo que ste
cuenta de su carrera es completamente ridculo. Mire qu
gordo est; los primeros latigazos se perdern en su
grasa. Yo dira que ni los va a sentir. Sus adiposidades
son una verdadera coraza. Sabe cmo se ha puesto tan
gordo? Comindose el desayuno de los detenidos. Acaso
no se comi el suyo? Con ese vientre no se puede llegar
a ser un buen verdugo.
INSPECTOR 1 (Aludiendo al Verdugo.) No veo la diferencia.
EL VERDUGO (Pasndole el ltigo por el cuello.) No se trata de hablar.

JOS K. (Sin mirarlo y sacando la billetera.) Te pagar bien si

los dejas marchar.
EL VERDUGO No me digas. Luego podras denunciarme a m tambin y

terminara azotado como ellos.
JOS K. S razonable. Si hubiera querido hacer castigar a estos

dos hombres, no estara ahora tratando de comprar su
libertad; me bastara con cerrar la puerta, para no ver ni
or ms nada. Si hubiese sabido que seran castigados,
nunca habra pronunciado sus nombres, ya que en el
fondo no los creo responsables de lo que me ocurre. La
organizacin y los altos funcionarios son los culpables de
todo esto.
INSPECTOR 2 (Que se halla con el torso desnudo.) As es. (Recibiendo

como toda respuesta un latigazo en las costillas.)
JOS K. Si tuvieses bajo el ltigo a uno de los magistrados

(Tomando el ltigo por uno de los extremos.), puedes
estar seguro que no te impedira que lo usaras.
EL VERDUGO Puedes seguir hablando, pero no me dejar sobornar. Mi

oficio es castigar y cumplo con l lo mejor que puedo.
INSPECTOR 1 (Tal vez confiado en el xito de la intervencin de K.,

avanza hacia la puerta, vestido nicamente con el
pantaln, y lo toma del brazo, arrodillndose junto a
l.) Si no puede conseguir que nos perdonen a los dos,
trate al menos de librarme a m solo.
EL VERDUGO Esto es indignante. Hay que tener ms honor ante el

sufrimiento. (Dicho lo cual comienza a descargar
latigazos sobre Franz. ste intenta ocultarse detrs de
K., agarrado de sus pantalones. K. trata de disuadir al

Verdugo pero no lo logra totalmente. Willen, mientras

tanto permanece en un rincn. Franz, pese a los
esfuerzos de K. es castigado brutalmente y entra a
lanzar fuertes alaridos de dolor. K. de un golpe se
desprende de l. Franz rueda por el piso, perseguido
por el Verdugo.)
JOS K. (Fuera de s.) No grite as! (Se oyen pasos de gente que
se acerca al lugar. Aparecen dos ordenanzas. Jos K.
sale a la puerta a fin de disimular lo que pasa.)
ORDENANZA 1 Buenas tardes, Sr. K., ha ocurrido algo?
JOS K. No, no. Es un perro que ha ladrado en el patio. (Los

ordenanzas se quedan un tanto perplejos; luego se
marchan no del todo satisfechos.)

EL MATAPALOMAS
La vida obliga a muchas cosas.
Una vez que acaba la escena del Verdugo, Jos K. sale del Banco; camina hasta
un espacio abierto, se supone que es una plaza y se sienta en un banco a tomar
aire fresco. No lejos de all un anciano da de comer a las palomas. Muy pronto
esto absorbe la atencin de Jos K. Y mucho ms cuando descubre que luego de
ofrecerle migas, el anciano las golpea con su bastn. Jos K. se acerca, primero
incrdulo, y ms tarde escandalizado, al lugar. No sabe bien si intervenir o
marcharse.
Jos K. quiere detener al anciano.
El anciano quiere divertirse matando palomas.
JOS K. Qu hace?
MATAPALOMAS (Sin volverse y mostrndole una paloma muerta.) Ha

visto, as es el hombre de ingenuo. (Ha dejado migas en
el suelo y, cmodamente apoyado sobre su bastn,
aguarda a que se acerque una paloma. Cuando sta lo
hace, la toma a bastonazos con una increble agilidad.)

JOS K. (Echndosele encima a fin de detenerle, mientras el

anciano se resiste.) Qu hace! Qu hace! (En el forcejeo,
Jos K. lo ha tomado por las solapas.)
MATAPALOMAS Qu chico es el mundo. (Jos K. intenta marcharse pero

el anciano lo retiene.) No se vaya, tengo algo que
decirle. (Jos K. se suelta y trata de huir.) Le conviene.
Tiene que ver con su proceso.
JOS K. (Se detiene en brusco y se vuelve hacia el anciano.)

Cmo lo sabe ?
MATAPALOMAS (Jos K. duda por un momento. Luego se ubica en uno

de los bancos que se halla cercano.) He odo hablar de
su proceso a cierto pintor llamado Titorelli. (Mientras
contina su charla, el anciano vuelve a tirar migas a las
palomas y a proceder como antes. Precisamente, el
conflicto de K. se produce a partir de esta situacin
difcilmente resoluble: por un lado quiere obtener
informacin, y por el otro, quiere impedir que siga
matando a los animalitos.) Se trata casi de un mendigo,
aunque hay que reconocer que pinta hermosos cuadros.
S, s, trabaja para el tribunal. Los jueces son
extraordinariamente vanidosos y se hacen retratar por l.
As se entera de todo lo que sucede all dentro, y como es
muy charlatn, creo que estar en condiciones de darle
buena informacin y an intervenir ante los jueces, si
usted se sabe ganar su voluntad.
JOS K. Qu tengo que hacer?
MATAPALOMAS Yo le dar cmo ubicarlo. Tenga (Le ofrece su bastn.)

No la deje escapar que ya est picando. (Comienza a
sacar papeles y ms papeles de su bolsillo. Los va
colocando sobre el banco luego de revisarlos y siempre
mirando de reojo a Jos K.. ste ve acercarse a una

paloma y, sabindose vigilado, levanta el bastn para

descargar el golpe, pero finalmente, el linyera le quita
el bastn y mata a la paloma.) No, mi amigo. As no va
a ir a ninguna parte. (El linyera le entrega un papel todo
arrugado, Jos K. lo observa y se marcha al igual que el
linyera.)

VISITA AL PINTOR
El arte no es inocente como parece.
Entra una "nia" con una mueca de trapo cantando una cancin. La nia est
representada por la lavandera. Deposita la mueca de trapo en una silla y a ella
se le unen otras dos "nias" personificadas por Leni y la Srta. Brstner, todas
ellas vestidas de nias. Hacen una ronda alrededor de la silla y la mueca
mientras cantan:
"El cocodrilo / tiene tres dientes

y un ojo solo / sobre la frente
cuatro patitas / llenas de garras
y una coleta / como una estaca.
Cuando a la noche / los navegantes
ven sus pupilas / llenas de sangre"
Las nias ren ferozmente y se disputan la mueca quedndose cada una con una
parte. En ese momento aparece Jos K. observando el papelito con la direccin
que le dio el Matapalomas.
JOS K. (Tratando intilmente de calmarlas.) Conocen al pintor

Titorelli? (No lo escuchan.) Conocen al pintor Titorelli?

(Continan bailando y cantando.) Conocen al pintor

Titorelli? (Hasta llegar al grito.)
JOROBADA (Todas se han detenido como paralizadas.) Para qu lo

quiere?
JOS K. Quiero que me haga un retrato.

JOROBADA Un retrato? (Levantndose la pollera sobre la cabeza.
Luego a las otras.) Quiere que le haga un retrato!
CORO (Remedando a la otra que parece ser lder.) Quiere que

le haga un retrato. (Todas vuelven a cantar y bailar a su
alrededor, tirndosele encima. La cancin contina.)
"Se le aproximan tranquilamente

porque de lejos parece un faro.
El cocodrilo no se impacienta
tiene aceitadas sus herramientas"
Jos K. lucha desesperadamente por quitrselas de encima. Ante el tumulto, un

hombrecito ha salido a la puerta de su pieza y observa lo que sucede. Viste un
ridculo camisn, medias y gorra de lana. Lleva barba de varios das y fuma en
pipa.
Titorelli, entre golpes y zamarreos, le quita a las nias de encima. l las

persigue y ellas huyen, menos la jorobada que se le escapa y, entrando en la
habitacin, se le mete en el desvencijado camastro que le sirve de lecho. Titorelli
la toma de una oreja y la echa afuera.
Las nias, mientras tanto, se han reunido no lejos de all y continan cantando
en forma burlona.
JOS K. Gracias.

EL PINTOR Titorelli, artista pintor, a sus rdenes.
JOS K. Precisamente lo buscaba a usted.
EL PINTOR Adelante. (Jos K. entra en la habitacin. Titorelli

observa a las nias y luego cierra con mucha
precaucin.) Estos pequeos demonios no me dejan
tranquilo. Una vez hice el retrato de una de ellas y desde
entonces no puedo quitrmelas de encima. Usted dir en
qu puedo servirle.
JOS K. (Sensiblemente incmodo en medio de aquel cuchitril.)

He conocido su direccin por este seor (Entregndole
el papelito.) y vine a verlo siguiendo su consejo.
(Titorelli lo lee y luego hace una bolita de papel entre
sus manos.)
CORO (Las nias de afuera.) Titorelli, podemos entrar?
EL PINTOR No!
JOROBADA Y yo sola, puedo?
EL PINTOR Tampoco. (Asegurndose que la puerta se encuentra

bien cerrada. Durante toda la escena, las nias se
mantienen, ya junto a la puerta, ya observando por las
rendijas que dejan las maderas que conforman la pared
del cuarto.)
Jos K. quiere obtener informacin sobre su caso.
El Pintor, sabedor del propsito del otro, quiere seguirle la corriente para
divertirse un rato.

EL PINTOR Quiere comprar cuadros o que le haga un retrato?
JOS K. (Un poco desconcertado.) Est trabajando en un cuadro?
EL PINTOR (Quitando con mucho esmero un pao que se halla

cubriendo el caballete.) Es un retrato. Me animara a
decir que es mi mejor trabajo, aunque todava no est
terminado.
Jos K. se acerca al caballete y observa con mucha dificultad debido a la falta

de luz.
El Pintor enciende una pequea lmpara de querosn y se acerca, iluminando

con ella el caballete. Jos K. toma la lmpara de manos del Pintor.
JOS K. (Un poco asombrado.) Pero, es un juez.
EL PINTOR No veo qu tiene de particular.
JOS K. Y eso que est detrs... No entiendo.
EL PINTOR Es la justicia.
JOS K. Tiene razn. Ahora me doy cuenta. (Iluminando mejor.)

Ah est la banda alrededor de los ojos, y ah tambin se
ve la balanza. Pero, tiene alas en los talones y parece que
fuera a correr.
EL PINTOR Claro, es la Justicia y la Victoria al mismo tiempo. As

me ordenaron que la pinte.

JOS K. Es una alianza difcil de concebir. La justicia no puede

moverse. De otro modo, la balanza vacilara y no podra
pesar con exactitud.
EL PINTOR Lo he hecho como quera mi cliente. (Cortante.)
JOS K. (Queriendo aliviar la tensin.) El juez se ve muy

solemne.
EL PINTOR Esos seores son bastante vanidosos. Pero sus superiores

los autorizan a ser representados de ese modo.
JOS K. Pero usted sabe que no es as.
EL PINTOR Yo cumplo con la voluntad de mi cliente. A m me

corresponde la ejecucin de la obra y no determinar su
significado. (Le quita la lmpara de la mano, con tanta
violencia que sobre la tela caen unas gotas de
querosn.)
JOS K. Perdone! (No sabiendo qu hacer.)
EL PINTOR No se preocupe. (Limpia la tela con el codo y friega

varias veces el lugar, mientras se alumbra con la
lmpara. Luego la coloca sobre la mesa o el lugar
donde se hallare inicialmente.)
Jos K. se siente muy incmodo y de alguna manera afiebrado. Se afloja la

corbata y seca su transpiracin. Siente que se ahoga.
EL PINTOR (Asumiendo su desconcierto.) De un modo u otro, todos

vendemos nuestro trabajo. Yo pinto y obedezco. Usted
tambin hace lo mismo. Quiere que me avergence. No!

Yo no hice este mundo. Lo asumo como es. Como lo

hacen todos. (Levantando el cuadro del caballete con
una mano.) Aqu est mi trabajo, venga el dinero. Tomen
(Tirando el cuadro a los pies de K.), sa es la imagen
que queran!
JOS K. (Levanta el cuadro del suelo y se lo devuelve, luego de

observarlo.) Se manch.
EL PINTOR (Tomndolo.) No se preocupe. Yo lo restaurar, segn la

voluntad de mi cliente.
El Pintor quiere rehacer el cuadro y con ello reasumir los principios a los que se
halla sujeto. Es decir, pinta para reafirmar su sometimiento a la justicia,
aceptando su propia enajenacin.
Titorelli coloca el cuadro sobre el caballete, dispone sus pinceles y comienza a

rehacerlo, sin prestarle ninguna atencin a Jos K.
Jos K. sigue transpirando y a medida que transcurre la accin se va quitando

ropa. El desvestirse, obviamente, representa el despojamiento de las
convenciones y su aceptacin o reconocimiento de su condicin enajenada.
JOS K. Cmo entr en relaciones con los jueces? (Quitndose la

corbata y guardndosela o tirndola al piso.)
EL PINTOR (Volviendo a su aplomo inicial.) Es muy sencillo. Mi

padre era pintor del tribunal y yo hered sus relaciones.
En ese cajn que ve ah, conservo el reglamento que era
de mi padre. Es preciso conocerlo a fondo para hacer el
retrato de los jueces.
JOS K. (Se quita el abrigo y lo sostiene entre las manos.) Cmo

se llama ese juez?

EL PINTOR (Sin volverse, pero sensiblemente molesto.) No puedo

decirlo. (Contina su labor.)
JOS K. Usted, seguramente, es un hombre de confianza para

ellos?
Titorelli deja sus pinceles, observa el cuadro una vez ms mientras se limpia las
manos con un sucio pauelo y se vuelve a Jos K.
EL PINTOR A m me gusta la verdad. Usted ha venido aqu para que

le hable de la justicia. Sin embargo, ha comenzado por
adularme hablndome de mis cuadros. No le guardo
rencor. Pero debera saber que la adulacin no entra en
mis clculos. En lo dems, tiene razn: soy un hombre de
confianza de la Justicia. (Vuelve a su tarea inicial.)
JOS K. (Vindose descubierto, deja caer el abrigo al suelo y se

sita detrs del caballete, tratando de entablar un
dilogo ahora ms directo.) Su puesto es reconocido
oficialmente?
EL PINTOR Qu es lo que pretende?
JOS K. (Replegndose detrs del caballete.) Tiene razn.

Quiero que me diga todo lo que sabe.
El Pintor quiere saber el grado de compromiso que implica el proceso de Jos K.

Directamente, trata de sondearlo.
Pinsese en el juego del gato con el ratn. A medida que lo va interrogando, lo

va cercando con los objetos que estn a su alcance, hasta dejarlo reducido a un
espacio en el que ni siquiera se puede mover.

EL PINTOR (Sin abandonar el cuadro.) Muy bien (Pausa.) Es

inocente?
JOS K. S.
EL PINTOR Seguro?
JOS K. Soy completamente inocente.
EL PINTOR Siendo as, no hay por qu preocuparse.
JOS K. No es tan simple.
EL PINTOR (Arrimando su caballete hacia K.) Cmo?
JOS K. Mi inocencia no sirve de nada.
EL PINTOR (Cercndolo con una silla.) Qu me quiere decir?
JOS K. Siempre terminan por descubrir un crimen donde nunca

lo hubo.
EL PINTOR (Arrinconndolo) Duda de la Justicia?
JOS K. No, pero...
EL PINTOR S! Eso es muy peligroso, comprende?
JOS K. Usted los conoce mejor que yo. Cuando lanzan una
acusacin es porque estn convencidos de la culpabilidad
del acusado. Es muy difcil que vuelvan atrs.
EL PINTOR Difcil?

JOS K. Eso me han dicho.
EL PINTOR Pero usted es inocente?
JOS K. (Acorralado fsicamente en un rincn. Dudando.) En lo

esencial, s.
CORO (Ronda infantil, cantando.)
"Dnde vas, cabeza cortada?

No te lo digo; es un secreto.
Me voy al bosque del hada embrujada,
donde mi perro entierra sus huesos."
EL PINTOR Cllense! Cllense!
JOROBADA Titorelli, demora mucho ese seor?
EL PINTOR (Tomando una tranca que hay junto a la puerta.) Les

voy a dar una leccin! (Sale y las corre blandiendo la
tranca.)
JOROBADA Titorelli, a se le queda poco, muy poco, muy poco...
EL PINTOR Un da las voy a tirar por las escaleras. (Se vuelve para
regresar a su habitacin y se encuentra de frente con
Jos K. que ha salido detrs de l.) No les haga caso.
(Penetrando en la habitacin y cerrando la puerta.)
JOS K. (Siguindole los pasos.) Ellas tambin pertenecen a la

justicia?
EL PINTOR (Sentndose en la cama.) No hay nada que no dependa

de la justicia.

Jos K. comienza a recoger su propia ropa que se halla esparcida por el suelo.
El pintor lo observa en silencio.
EL PINTOR Ya que es inocente, ver cmo puedo influir sobre los

jueces.
El Pintor quiere favorecer a Jos K. explicndole la complejidad de su situacin.
Jos K. quiere sacar algo en limpio.
EL PINTOR Olvid preguntarle la clase de abolicin que prefiere.

Hay tres posibilidades.
JOS K. Tres?
EL PINTOR Tres. La absolucin real, la absolucin aparente y la

prrroga indefinida.
El Pintor se sirve vino y bebe. Luego le tira la botella a Jos K. y ste se ve

forzado a beber, siempre a disgusto. K. devuelve la botella a su dueo.
EL PINTOR La absolucin real es evidentemente la mejor. (Toma la

botella en una mano y el vaso en la otra.) Mire: usted
genera un proceso, y este proceso es puesto a
consideracin de la justicia. (Ha volcado el vino en su
vaso.) La justicia estudia la causa (Mientras observa
atentamente el vaso de vino.), y entiende que el acusado
es inocente. Entonces, (Se toma el vino de un sorbo.)
cierra el caso. (Jos K. intenta hablar, pero l lo

detiene.) No se apresure. En realidad, quizs le interese

la absolucin aparente.
JOS K. En qu consiste la absolucin aparente?
EL PINTOR (Tomando la botella y el vaso, pero a nivel imaginario.)

Fjese: usted da lugar a un proceso (Volcando el
contenido de la botella en el vaso.), y ste es puesto a
consideracin de la Justicia. La Justicia lo observa
(Haciendo otro tanto con el vaso imaginario.), lo
considera y lo digiere, otorgndole su absolucin, pero
slo en forma aparente.
JOS K. No podra lograrse que me absolvieran realmente?
EL PINTOR Ya le he dicho que no. (Jos K. intenta abrir la pequea

ventana que se encuentra sobre la cama. Detenindolo.)
No se puede abrir. Es un vidrio fijo. (Jos K. desiste. El
Pintor lo observa irnico.) Por lo que puedo ver, la
absolucin aparente no le entusiasma demasiado. Tal vez
le interese conocer la prrroga ilimitada. (Jos K. asiente
con la cabeza.) Bien, observe: usted desencadena un
proceso (Valindose nuevamente del vaso y la botella.),
entindame bien, desencadena un proceso. La Justicia es
perturbada por su causa y pone a funcionar sus
mecanismos. Comprenda bien, esto implica tiempo,
condiciones materiales, un presupuesto. (Todo esto
mientras observa detenidamente el vaso, como si se
tratara de un experimento. Despus coloca el vaso sobre
la mesa y se sienta a beber de la botella tranquilamente,
como si esperara algo.)
JOS K. Y luego?
EL PINTOR Luego qu? Eso es una prrroga ilimitada.

JOS K. Es que nunca me ver libre?
EL PINTOR Tampoco se ver condenado. (Jos K. intenta recoger su

ropa para marcharse. El Pintor se le interpone,
impidindoselo.) Ya se va?
JOS K. S.
EL PINTOR (Ofrecindole el vaso de vino que an se encuentra

intacto sobre la mesa.) Tome. No se ponga nervioso.
Beba. (Jos K. toma el vaso y bebe con sensible
desagrado.) Yo en su lugar tambin hara lo mismo. No
tiene por qu decidir ahora. Pinselo. Las dos opciones
tienen sus inconvenientes. Es preciso analizarlo
detenidamente. Por supuesto, sin dejar pasar mucho
tiempo.
JOS K. Comprendo. brame, por favor. (Yendo hacia la

puerta.)
EL PINTOR No le aconsejo que salga por ah. Las muchachas lo estn

esperando. Venga; aqu hay otra salida. (Corre la cama
dejando al descubierto un montn de cuadros
desordenados. Se arrodilla y se pone a observarlos
detenidamente. Debe quedar claro que esto es lo que
hace con todos los acusados que lo visitan.)
El Pintor quiere venderle alguno de sus cuadros.
Jos K. quiere marcharse lo ms rpido posible, pero sin indisponerse con el

Pintor.

EL PINTOR Quiere comprar un cuadro? (Antes de que K. pueda

reaccionar.) Es una llanura. La naturaleza en todo su
esplendor. (Se la entrega.) Tiene el precio sobre el
ngulo superior izquierdo.
JOS K. (Busca en sus bolsillos y extrae dinero.) Tenga.
EL PINTOR (Guardndoselo.) Un momento. (Busca, o mejor dicho,

toma otro de los cuadros al azar, ya que todos son
idnticos.) Vea. ste y el primero forman un hermoso
conjunto. Aparentemente son iguales, pero el tratamiento
de la luz es diferente. (Se lo entrega.)
JOS K. Est bien. Lo llevo. (Saca dinero y lo paga.)
EL PINTOR Pertenecen a una serie. A ver, a ver; creo que por aqu
est el tercero. S, s. Mrelo. Sera una lstima romper la
continuidad de la obra.
JOS K. Dmelo tambin. (El Pintor se lo coloca encima de los

otros. A K. se le hace cada vez ms difcil tener los
cuadros y manejar el dinero; pero con todo lo paga.)
EL PINTOR Parece que le gusta el motivo? Mejor as. Tengo otros

paisajes del mismo gnero. Observe.
JOS K. Es muy bonito, pero no tengo ms dinero.
EL PINTOR El dinero no me importa. Pasar por su oficina en su

momento. (Echndole encima tres o cuatro cuadros
ms.) Lo importante es favorecer el goce esttico de la
gente y no el valor material de las obras. Pero, no lo
quiero detener ms. Pase por aqu. (Indicndole la
puerta detrs de la cama.) Cuidado, no vaya a pisar mis

obras. (Jos K. traspone la puerta con sumo cuidado.)

Hasta pronto. No tarde en tomar una decisin.

ENCUENTRO CON EL SEOR BLOCK

Y RUPTURA CON EL ABOGADO
La culpa impone obligaciones.
Cuando K. sale del cuartucho del pintor, lo aguardan las tres nias mujeres y
tratan de atraerlo hacia s. La Lavandera y la Srta. Brstner se marchan detrs
suyo, mientras que Leni - la jorobada - se queda arreglndose las ropas y los
cabellos, en actitud seductora.
El pintor se le acerca por detrs y trata de acariciarla. Al principio, ella

coquetea un poco con l, pero siempre en la actitud de un juego. Por otro lado,
aparece Block que observa lo que acontece. El Pintor trata de arrastrarla hacia
su estudio y ella se resiste, chillando como un marrano. Finalmente, logra
deshacerse de aqul. Y ste, en venganza, le escupe la cara.
Block, en camisn y con un candelabro en la mano, al ver esto viene en su

auxilio. Saca un pauelo y le limpia el rostro en forma diligente. Ella le
agradece dndole un beso en los cabellos. l se desliza hasta sus pies y all se
queda como un perrito.
Ella se quita la joroba y la deja caer al suelo. Luego hace otro tanto con el
vestido. Esto es, se despoja de todo aquello que le corresponde a la jorobada
para recuperar la personalidad de Leni. Cada cosa que ella tira, es recogida por
Block. Finalmente, cuando ya no quedan ms prendas, l las lleva a guardar

rpidamente y le alcanza un camisn. Mientras ella se lo coloca, l le alcanza

una silla y un espejo, y se los coloca enfrente. Ella se sienta frente al espejo y se
arregla el cabello. l se echa junto a ella en espera de rdenes.
Jos K. golpea la puerta. Leni se sobresalta. Block sale a abrir. Cuando Leni ve
a Jos K., huye apresuradamente. Jos K. trata de seguirla, pero se arrepiente.
Finalmente, se dirige hacia Block y lo toma del cuello.
JOS K. Es su amante?
BLOCK No! Soy inocente! Soy inocente! (K. lo suelta y el otro

cae al suelo. Luego, levanta el candelabro y limpia el
piso.)
K., sensiblemente cansado, se sienta en la silla que est frente al espejo y, sin
proponrselo, se mira en l. Comienza a descubrir sntomas de envejecimiento y
decadencia en su rostro. Block le trae algo fuerte de beber. K. lo toma, y a
medida que se convence de su propio decaimiento, vuelve a hacerlo varias veces.
JOS K. Quin es usted?
BLOCK Un hombre.
JOS K. Y qu ms?
BLOCK Un acusado, como usted.
JOS K. (Observndolo detenidamente.) Como yo?
BLOCK Qu duda tiene.

Block lo cubre con una frazada que lleva sobre sus espaldas y le envuelve los
pies con algo abrigado. Le coloca una gorra, su propia gorra de dormir. Quiere
convertirlo en l mismo; transferirle su propia personalidad. Luego, saca de
entre sus ropas un fajo de papeles, todos viejos y rotos, y se los entrega.
BLOCK Soy un viejo cliente del abogado.
JOS K. Hace mucho que lo asiste?
BLOCK Probablemente, veinte o treinta aos. No me acuerdo

muy bien. Lo he anotado todo aqu. Si usted quiere
puedo decirle la fecha exacta. Uno no se puede acordar
de todo. Djeme ver. Mi proceso debe durar desde hace
muchsimo tiempo. Fue despus que muri mi esposa.
Vea, esto es muy confidencial. No me va a traicionar?
JOS K. Por qu habra de hacerlo?
BLOCK Le dir mi secreto, pero usted tambin me tendr que

confiar uno suyo; as, nos sentiremos solidarios frente al
abogado.
JOS K. Por qu se preocupa tanto? Por lo que veo, usted le es

muy fiel.
BLOCK Cuando se enoja, no tiene consideraciones. Adems, no

es cierto que le sea fiel.
JOS K. No le entiendo.
BLOCK (Acercndosele an ms.) Tengo otros abogados,

adems de l.
JOS K. Y eso, qu importancia tiene?

BLOCK Est prohibido. (Como quien se libera de una culpa que

ya no resiste.). Tengo cinco abogados particulares.
JOS K. Cinco?
BLOCK Y ahora, estoy negociando con el sexto.
JOS K. Pero, por qu?
BLOCK No quiero perder mi proceso. Todava me acuerdo del

tiempo en que esto recin comenzaba. Entonces, yo tena
un solo abogado y guardaba esperanzas de una
absolucin definitiva.
JOS K. (Tomndole las manos.) Y luego, qu pas?
BLOCK Luego? Luego? Consagr todo mi tiempo y mi dinero a

defender mi proceso. Antes, tena un gran negocio. Mis
oficinas ocupaban todo un piso. Era un hombre respetado
y querido por todos. Hoy en da, me contento con que me
dejen dormir en un rincn. Yo soy negociante! Y en esa
poca lo era ms que ahora.
JOS K. Pero, nunca ha logrado nada.
BLOCK (Pausa.) No. (Pausa.) Naturalmente, uno nunca pierde

las esperanzas. Pero en el fondo s que lo nico posible
es prolongar indefinidamente las cosas.
Jos K., abrumado, tira los papeles lejos de s. Block, sorprendido, los recoge y
los guarda afanosamente. Finalmente, se vuelve hacia K. en actitud algo irnica.

BLOCK Usted ya sabe cmo es eso.
JOS K. Eso?
BLOCK Los tribunales. Yo lo vi cuando estuvo y tambin estuve

presente cuando interrog a aquel hombre. El que se
mantuvo callado, el que no quiso hablar. Sabe el porqu
de su silencio, Sr. K.; lo sabe? l vio en sus labios el
signo de la muerte.
JOS K. En mis labios? Qu tienen mis labios. (Se observa al

espejo.) No veo nada.
BLOCK Yo tampoco. No se preocupe. Es muy supersticiosa esa

gente.
Entra Leni y detrs suyo el Abogado. Ella se acerca a K. sin ser vista, le tapa los
ojos y lo besa apasionadamente. l se deshace de ella, siempre envuelto en la
frazada y tratando de conservarla.
LENI Claro, no se preocupe, Sr. K. Esta noche se quedar

conmigo y le har feliz. El mismo abogado pregunt
muchas veces por Ud. No descuida ni un minuto su
proceso. (K. se la quita de encima. En tirar los papeles y
rechazar a Leni, comienza su estado de rebelin.)
BLOCK Sr. K., usted me debe un secreto.
JOS K. Es cierto.

Comienza por observarse a s mismo en el espejo; se incorpora lentamente, tira

al suelo la frazada y otro tanto hace con el gorro de dormir. El Abogado,
mientras tanto, es testigo mudo de todo lo que sucede.
JOS K. Voy a despedir al abogado.
BLOCK Usted no puede hacer eso. (Yendo nuevamente hacia l.)
JOS K. Voy a despedir al abogado.
LENI Has perdido el juicio.(Tratando de rodearle el cuello

con los brazos.)
BLOCK (Tomndolo de las piernas.) Reflexione, Sr. K.
JOS K. (A Leni.) Squelo de aqu!
Leni mira al Abogado, que ahora se acerca, como pidiendo su aprobacin. ste
le indica que proceda como quiere K. Ella toma a Block por el cuello y lo
conduce hasta el jergn que le sirve de cama y lo cubre con la frazada que,
inicialmente, usaba de abrigo. De inmediato vuelve junto al Abogado, y lo
abraza complaciente, en forma tal que puede corresponder a la solicitud de una
enfermera o a la ternura de una amante. El Abogado avanza hacia K. que se
encuentra un poco confuso. Le pide, primero, y luego le exige que se siente.
Luego hace otro tanto con la bebida. Todas estas cosas K. se ve forzado a
aceptarlas, un poco obligado por las circunstancias.
EL ABOGADO (Tranquilamente.) Hace mucho que lo espero, Sr. K. En

el futuro no volver a recibirle tan tarde.

Finalmente K. se incorpora, se arregla frente al espejo, es decir, recupera su

imagen.
JOS K. No tendr necesidad de hacerlo.
EL ABOGADO (Hacindose el distrado.) Viene por algn motivo en

particular?
JOS K. (Ensanchndose frente al espejo.) Quiero decirle que no

se ocupe ms de m.
EL ABOGADO (Como pasando a otra cosa.) Block!
BLOCK (Presuroso.) S seor.
EL ABOGADO Retira el espejo. (Block se lo lleva.) Lo noto impaciente.
JOS K. (Ya no tan seguro.) Impaciente, no; disconforme. Nunca

mi proceso me ha causado tantas molestias como desde
que usted se ocupa de l.
EL ABOGADO Me parece que usted se ha formado una idea equivocada

de lo que significa mi asistencia jurdica. Tal vez porque
se lo ha tratado con excesiva consideracin por tratarse
de un sobrino de un ntimo amigo mo. Pero, a veces, es
mejor estar encadenado que libre. Si usted conociese la
manera como se procede con los dems acusados, estoy
seguro que no pensara lo mismo. (Como si pasara a
otra cosa.) Block! Block!
BLOCK (Entra corriendo.) Para servirle.
EL ABOGADO Qu quiere?

BLOCK Aqu estoy.
EL ABOGADO Viene en un mal momento.
BLOCK No me ha llamado usted?
EL ABOGADO Eso no impide que venga en mal momento.
BLOCK Me retiro?
EL ABOGADO Ya que est aqu, puede quedarse. Block, quin es su

abogado?
BLOCK Usted.
EL ABOGADO Y adems de m?
BLOCK Nadie.
EL ABOGADO Entonces, no obedezca a nadie ms que a m. Ahora,

bsqueme la lupa que se me ha perdido.
BLOCK Qu lupa?
EL ABOGADO La lupa, Block!
Block busca afanosamente la lupa por el suelo. Anda en cuatro patas como un
animalito. Obviamente, el abogado no ha perdido nada. Luego de un momento.
EL ABOGADO Block! (ste se acerca.) Ladre.
BLOCK (Desconcertado.) Cmo?

EL ABOGADO Ladre. No sabe lo que es ladrar?
BLOCK Pero, seor abogado...
EL ABOGADO Ladre, Block! Ms fuerte, Block, ms fuerte...
Finalmente, Block hace lo que se le pide. Es evidente que al principio no

entiende, o ms bien, no quiere entender. Jos K. al ver tremenda abyeccin, le
da una patada en el culo. Block se incorpora, entonces, lentamente, lo toma por
el cuello y, si no es por la intervencin del abogado, casi lo ahorca.
JOS K. Arrodllese! Arrstrese en cuatro patas, si eso le

satisface. (Pegndole la patada.)
BLOCK Usted no es mejor que yo! Usted tambin es un acusado!

Usted tambin tiene un proceso! (Lo ha tomado por el
cuello y cuando lo suelta lo tira al suelo.)
EL ABOGADO Sultalo, Block!
Block lo suelta y vuelve junto al Abogado. Se pone a lamerle las manos, como si
fuera un perrito. Jos K. se incorpora trabajosamente, recupera sus cosas y se
marcha. El Abogado festeja ruidosamente su victoria sobre K.
BLOCK Ha visto usted cmo me habl ese hombre?
EL ABOGADO No se preocupe y haga siempre lo que le convenga.
BLOCK Estoy a sus rdenes, mi abogado.

EL ABOGADO (Entre risas, a K.) Si se arrepiente, vuelva por ac, Sr. K.

Todava est a tiempo.

JUICIO Y MUERTE DEL SEOR JOS K.
La rebelda tiene su precio.
Jos K. se marcha de la casa del Abogado y ese mismo mbito se transforma en

la sala del juicio. El Ujier anuncia la iniciacin del juicio. El seor Jefe de
Oficina entra y le besa la mano al Abogado; luego se coloca a su espalda. Block
naturalmente se conserva a sus pies. La Lavandera y el enano tambin proceden
al besamanos. Los siguen el Ujier, el Director del Banco, los policas castigados,
el Verdugo, el Pintor, en fin, todos los funcionarios de la justicia y sus cmplices.
Todos ellos se han colocado a las espaldas del Abogado, en actitud de quienes
componen una foto para un lbum familiar. Finalmente, entra el Juez. El
Abogado se arrodilla junto a l y le besa la mano. Se arrodillan los dems
tambin e inclinan su cabeza. Y luego, se colocan en el lugar que les
corresponde para que comience el juicio.
K. entra en ltimo lugar. El Juez, que se halla consultando unos folios, estira
automticamente la mano para que se la bese. K. se acerca a l, pero se retira
sin cumplir con el rito. Todos se miran asombrados y hasta el propio Juez se
muestra desconcertado. El seor Block acompaa al seor K. al banquillo de los
acusados.
EL JUEZ Ha venido muy tarde, Sr. K.

JOS K. Que haya venido tarde o no, estoy aqu. (Se esparce un
rumor por toda la sala ante la osada de K.)
EL JUEZ He dicho que ha llegado tarde, Sr. K., demasiado tarde.
El Juez, sensiblemente nervioso, consulta un libro, que ms parece un viejo

cuaderno de escolar.
EL JUEZ De manera que usted es el pintor de brocha gorda.

(Sealndolo con el dedo.)
JOS K. No. Yo soy empleado de un Banco.
EL JUEZ No escuchar sus impertinencias, Sr. K.
El Juez se muestra claramente contrariado; revisa sus papeles una y otra vez.
Finalmente, el cuaderno se le cae al suelo. El Abogado, en forma casi servil,
baja con dificultad de su silln de ruedas para alcanzrselo, pero Jos K. se le
adelanta y tomndolo con la punta de los dedos, se lo muestra a todos.
JOS K. Usted me ha preguntado, seor juez de instruccin, si soy

pintor de brocha gorda, o mejor dicho, lo ha afirmado.
Eso define perfectamente el carcter de esta justicia y el
modo de proceder contra m. (Volvindose a los
funcionarios y mostrndoles el cuaderno.) Todo esto no
sirve para nada! He aqu los documentos de que se vale
el seor juez de instruccin!
Todos aplauden, primero, tibiamente y luego con mayor fervor. Jos K. deja caer
el cuaderno sobre la mesa del Juez. El Juez, por su parte, toma el registro y trata
de ordenarlo un poco, en una clara actitud de humillacin.

JOS K. Lo que me ha sucedido, no tendra importancia si fuera

solamente un caso aislado. Pero es mucho peor que todo
eso: resume el arbitrario procedimiento de esta justicia
con toda la gente. Yo hablo aqu en nombre de todos y
no en el mo.
Alguien grita : Bravo! Por qu no? Bravo, bravsimo!
Todos aplauden calurosamente. El Juez baja del estrado y se dirige a los

funcionarios amenazadoramente. Estos callan. Jos K. trata de reanimarlos con
su discurso, mientras el Juez vuelve a su lugar.
JOS K. No dudemos, seores, de que detrs de las

manifestaciones de esta justicia, detrs de mi detencin,
para hablar slo de m, y detrs del interrogatorio que se
me ha hecho sufrir hoy, se encuentra una gran
organizacin. Una organizacin cuyo fin ignoro. Se me
ha detenido, y no s por qu. Se me ha sometido a un
proceso, y no s por qu. Se me juzga, se me absolver o
se me condenar, y no s por qu. Una organizacin que
no slo ocupa a inspectores venales, a oficiales y a
jueces de instruccin, sino que mantiene tambin a
funcionarios de alto rango; con su numeroso cortejo de
criados, escribientes, gendarmes y otros auxiliares,
incluso verdugos, y no retrocedo ante la palabra. Y cul
es el sentido de esa gran organizacin? Detener a los
inocentes y abrirles proceso sin razn alguna. En medio
de la falta de sentido del conjunto de este sistema, por
qu habramos de asombrarnos de la venalidad de los
funcionarios? Por eso los inspectores se roban los efectos
de los acusados; por eso los oficiales se introducen en

casa ajena; por eso los inocentes se ven perseguidos y

condenados. De dnde proviene el poder de esta justicia?
Todos vuelven a aplaudir calurosamente. Jos K. los hace callar.
JOS K. No tengo ms que decir.
Vuelven los aplausos y los vivas de entusiasmo. Un verdadero clamor se levanta

en torno de K. ste, toma sus cosas y trata de marcharse. Ahora se hace un
silencio total. Los funcionarios que se hallan en la salida por donde pretende
salir K., se colocan insignias del tribunal y se interponen, silenciosamente, a su
paso. K. resuelve buscar otra salida. Los de aquel sector hacen otro tanto. Y as,
sucesivamente, hasta que comprende que se encuentra prisionero y que de all no
podr escapar.
JOS K. Todos ustedes son, por lo que veo, funcionarios de la

justicia; pertenecen a esa banda de perdidos; estn
reunidos aqu para escuchar y espiar y han hecho como
que estaban de acuerdo conmigo slo para engaarme.
Aplaudan para sondearme; pues bien, no vala la pena.
Se han divertido? Han aprendido realmente algo? Les
felicito por su oficio.
El Juez es evidente que ya no lo escucha. Guarda sus gafas, saca una jeringuilla
para asmticos y se da aplicaciones. K. pretende seguir hablando, pero todos
comienzan a hablar al mismo tiempo; el murmullo termina hacindose
ensordecedor, hasta el punto de que ya no se escucha nada de lo que dice. Se lo
ve, eso s, gesticular intilmente. Finalmente, K. se calla y el resto hace otro
tanto. Por un instante nadie se mueve ni se oye nada. Luego, el Juez toma sus
cosas y se marcha. Todos encienden velas y comienzan un canturreo, muy
parecido a un gregoriano. K. se acerca a uno de los feligreses y ste se levanta y

se va. Otro tanto hacen los otros. El Director le da un apretn de manos y Leni
lo despide con un beso. El To Max se acerca con intencin de abrazar a su
sobrino y los policas lo hacen retirar pese a sus protestas. Los nicos que han
quedado en el lugar son dos policas y un seor vestido de negro que est de
espaldas. Jos K. se acerca y lo toca en el hombro y cuando se se da vuelta es el
Verdugo. Jos K. retrocede y se encuentra con los policas. Intenta escapar y los
policas lo toman de los brazos. Se acerca el Verdugo y lo desmaya tras varios
golpes. Los policas colocan a Jos K. sobre una silla y le abren la camisa.
Avanza el Verdugo, se para frente a l y le ejecuta con un pual. Jos K. cae, el
Verdugo se retira. Un polica ausculta a Jos K. y al comprobar que est sin
vida, junto con su compaero lo arrastran hasta sacarlo de escena. Queda un
solo foco sobre una mancha de sangre en el escenario.


APNDICE 1
Versin Escnica


El Taller de Teatro de la Universidad Nacional de La Plata, que depende de la

Secretara de Extensin Universitaria, supone un tipo de organizacin y define
una forma de abordar nuestro trabajo. Este taller, no se aplica a un desarrollo de
tcnicas teatrales en cursos autnomos de formacin (actuacin, expresin
corporal, etc.); tampoco aborda una obra con la confianza y seguridad que supone
esta formacin, sino que investiga y experimenta sobre las variables concretas que
surgen de la obra elegida: texto, espacio, tiempo, aspectos visuales y sonoros,
maquillaje, mscaras, vestuario, etc. son propuestos a manera de hiptesis con el
fin de alcanzar algn resultado que en principio divierta y entretenga como
espectculo y a su vez, pueda acercarnos alguna respuesta de tipo formal en el
campo de la investigacin y el experimento teatral.
En ese sentido, en febrero de 1992, el Taller realiza una convocatoria pblica

dirigida a todas aquellas personas (con o sin experiencia previa) que tuvieran la
inquietud de participar del montaje de la obra de Franz Kafka, "El Proceso",
adaptada por el poeta uruguayo Alberto Mediza. En marzo de ese mismo ao
comenzaron los ensayos y en mayo, a slo dos meses, se estren en el Auditorio
del Pasaje Dardo Rocha con 50 actores en escena. Al cabo de cinco aos, 15.000
espectadores han sido convocados por esta experiencia.




Acerca de nuestra concepcin de la obra de Kafka en el marco de las

circunstancias dadas en nuestra escena.


INCLUSIONES REALIZADAS A LA ADAPTACIN

DE ALBERTO MEDIZA DURANTE EL PROCESO
DE NUESTRO MONTAJE
Al comenzar el espectculo y en simultneo con la proyeccin sobre el piso

blanco de las diapositivas, se escucha en off una voz que relata el cuento
ANTE LA LEY, inspirado en la versin flmica de Orson Welles, EL PROCESO.
(Texto en pgina 109)
Personaje NARRADOR :
Realiza entradas de observacin a consideracin del Director.
Ejemplos:
Cruza la escena durante el relato que prologa la obra,
caminando sobre la proyeccin de las diapositivas, en el piso
blanco.
En el final de la escena LA LAVANDERA retira el balde.
En el final del espectculo, queda como ltima imagen una

mancha de sangre sobre el piso blanco, que el
NARRADOR limpiar con un trapo de piso, antes de
marcharse, momento en que se produce el apagn final.
Tres actores interpretan el personaje JOS K. en tres etapas del espectculo:
JOS K. 1 Desde el comienzo hasta el fin de

(Etapa 1) la escena EN EL TRIBUNAL.
JOS K. 2 Desde la escena VISITA AL ABOGADO,

(Etapa 2) hasta el fin de la escena EL VERDUGO.

JOS K. 3 Desde la escena EL MATAPALOMAS

(Etapa 3) hasta el final.

Personaje LA TA :
Acompaa a la figura de EL TO MAX a los efectos de reforzar el
entorno familiar de JOS K..
Escena ENCUENTRO CON LA SEORITA PITL :

Inspirada en la pelcula EL PROCESO de Orson Welles.
Escena LA TCNICA :
Inspirada en la versin flmica de Orson Welles, EL PROCESO.
Escena EL SACERDOTE :
Extrada de la novela, Captulo EL CAPELLN DE LAS PRISIONES.
CONCEPTOS DE LA NOVELA MATERIALIZADOS

EN PERSONAJES-GRUPOS O COROS:
ALIENACIN/ANIMALIDAD : Grupo de mujeres jvenes que realizan

saqueos, desmanes, a consideracin del
director.
MASIFICACIN : Grupo de oficinistas con mscaras

que deambulan a consideracin del director.
ORDEN PERVERSO : Grupo de cuatro jvenes que movilizan la

maquinaria teatral de una secuencia a otra, a
consideracin del director.

Por detrs del espectador la obra seguir manteniendo una organizacin de la

que los traspuntes sern responsables, de tal manera que el pblico pueda
advertirlos como tales. Es decir, que casi alcanzarn categora de personajes.

ANEXO


ANTE LA LEY
NARRADOR
Ante las puertas de la Ley hay un guardin. Un hombre que viene de

lejos quiere entrar a la Ley. Pero el guardin no lo deja.
- Puedo esperar a ser admitido ms tarde? - pregunta el hombre...
- Es posible - responde el guardin.
Por la puerta entreabierta el hombre intenta ver el interior.
- Acaso no le fue dicho que todos los hombres tienen derecho a la

ley?
- No intentes entrar sin mi permiso! - le advierte el guardin -

Recuerda que soy muy poderoso, pero no el ms poderoso entre los
guardianes... De sala en sala, de puerta en puerta, siempre hay un
guardin ms poderoso que el precedente.
Con el permiso del guardin, el hombre se sienta a esperar, mientras

espera se va desprendiendo de todo lo que posee con el propsito de
sobornar al guardin, pero a cada cosa que le ofrece recibe la misma
respuesta:
- No acepto nada para que ests seguro de haberlo intentado todo.
Ya en el umbral de la muerte, agnico, con un hilo de voz, el hombre

hace una ltima pregunta al guardin.
- Cmo es posible - dice - que si est escrito que todos los hombres
tienen derecho a la Ley, no he visto en todo este tiempo

transcurrido a ningn otro hombre llegar a esta puerta para ser

admitido?
- Porque esta puerta estaba destinada solamente a ti, ahora voy a

cerrarla.
Esta historia est narrada dentro de otra historia, la novela de Franz

Kafka, titulada EL PROCESO.
El Proceso
Se ha dicho que la lgica de esta historia es la lgica de un sueo, o de una

pesadilla.
El error est en pensar que el problema puede ser resuelto por conocimientos
especiales o perspicacia.
Esto es un misterio y como todo misterio es insondable.
Se encuentran ustedes perdidos en un laberinto? Es posible. Pero no busquen la

salida, no la encontrarn... No hay salida.

ENCUENTRO CON LA SEORITA PITL
JOS K. Seora! Seora! Seorita! Disculpe,

pero esa valija, no es de la seorita Brstner?
PITL Y si fuera as, qu?
JOS K. No, nada... djeme ayudarla.
PITL No gracias.
JOS K. Por favor...
PITL Dije que no.
JOS K. Entonces, djeme llamar un Taxi. Taxi!
PITL No todo el mundo tiene medios para

pagarse un taxi, seor K.
JOS K. Conoce mi nombre. Claro, claro, es

usted amiga de la seorita Brstner. Se muda?
PITL Cmo?
JOS K. Digo si la Srta. Brstner se muda o si

tiene intencin de hacerlo. En ese caso... a dnde...
mejor dicho, por qu? Por qu se muda?
PITL Y usted no lo sabe?
JOS K. No, no lo s. No saba que tena la

intencin de mudarse.

PITL Ella nunca tuvo la intencin de dejar

el cuarto en la pensin de la seora Grubach, en
donde... tambin usted... alquila... casualmente...
JOS K. Qu quiere decir con eso?
PITL Vamos, seor, pretende hacerme

creer que no tuvo nada que ver con esto?
JOS K. Yo no pretendo nada!
PITL No grite por favor.
JOS K. Disculpe.
PITL Soy mujer y estoy impedida, pero eso

no quiere decir que tenga que soportar groseras.
JOS K. Le pido mil disculpas. Djeme

ayudarla, esta valija parece tan pesada...
PITL Pesada no, muy pesada.
JOS K. Entonces, djeme...
PITL No, se la llevar sin la ayuda de

nadie.
JOS K. Llevrsela? Pero, a dnde la lleva?
PITL Supongo que no tendr la intencin

de seguirme.
JOS K. No, no, de ninguna manera...

PITL Lo que no le impide seguir

pisndome los talones!
JOS K. Es que me pone enfermo ver a una

mujer arrastrar una carga tan pesada!
PITL Sobre todo a una mujer como yo!

Defectuosa!
JOS K. No, no, no es eso...
PITL No lo comprendo seor K.! Ya que

esta situacin le resulta tan desagradable, qu espera
para alejarse? Qu espera?
LA TCNICA
La Tcnica.
LA TCNICA Qu hace ah?
JOS K. Usted me dijo que espere. Que me iba a ayudar.
LA TCNICA Muy bien, las coordenadas.

JOS K. Las tengo. Anot todo para usted. Primero el crimen o

eso por lo que fui inculpado...
LA TCNICA No existen coordenadas para eso. Es una simple

hiptesis.
JOS K. Cmo una simple hiptesis. Si un cerebro electrnico no

puede decirme nada con respecto a mi proceso, entonces
no puedo creer en nadie.
LA TCNICA Por favor, no mezcle la ciberntica con la buenaventura.
JOS K. Quiero que esta mquina o como se llame me diga algo

sobre mi abogado.
LA TCNICA La abogaca tampoco es de nuestra incumbencia. Slo

podemos analizar hechos precisos.
JOS K. S, bueno, pero aqu no existe ningn hecho... Nada...
LA TCNICA Entonces, qu espera usted. Dele quimeras y obtendr

silencios. La mquina sin embargo, puede contarle las
estrellas.
JOS K. No gracias.
LA TCNICA Una universidad completa de fsicos tendra que pasarse

un ao calculando para resolver lo que ella solucionar
en algunos segundos.
JOS K. S, s, pero en cuanto a mi problema, ste parece estar un

poco ms all de sus posibilidades. Puedo aceptar que
nadie pueda superarla, pero no obstante tiene sus lmites.

LA TCNICA Es usted quien es limitado, seor K. Ella no puede

resolver sino aquello que puede ser formulado. ste es su
problema y tambin su limitacin: la lingstica.
JOS K. Mi problema. La lingstica?
LA TCNICA Aunque usted pudiese enunciar de un modo preciso lo

que piensa, tampoco ella podra saber lo que desea
conocer. Las preguntas de carcter legal o criminal son
desesperadamente resueltas por los llamados "valores
morales": Conciencia. Inocencia. Culpabilidad. Bien y
Mal.
JOS K. Qu dice el papelito. Qu dice?
LA TCNICA Dice de probabilidades, nada ms que de probabilidades.

Como de costumbre.
JOS K. Qu dice?
LA TCNICA De los probables crmenes que usted podra cometer, hay

uno al cual estara ms predispuesto.
JOS K. Cul es?
LA TCNICA No adivina?
JOS K. Por supuesto que no.
LA TCNICA El suicidio, seor K.
JOS K. Suicidio?
LA TCNICA Segn las probabilidades, ella deduce que...

JOS K. Es ridculo. Todo esto es ridculo. Ridculo!

EL SACERDOTE
SACERDOTE Es usted Jos K?
JOS K. S.
SACERDOTE Un acusado?
JOS K. S, por lo menos eso dicen.
SACERDOTE Su asunto se presenta mal seor.
JOS K. Sin embargo, an no he prestado mi primera declaracin

jurada.
SACERDOTE Mientras no sea probado lo contrario, su culpabilidad

est considerada como cierta.
JOS K. Pero yo no soy culpable. Cmo se puede decir de un

hombre que es culpable. Somos hombres, solamente
hombres. Tanto unos como otros.
SACERDOTE Todos los culpables dicen lo mismo, hijo mo.
JOS K. Yo no soy su hijo.
SACERDOTE Muy bien. Qu piensas hacer?
JOS K. Buscar ayuda.
SACERDOTE Qu tipo de ayuda?

JOS K. Existen numerosas posibilidades que todava no he

aprovechado.
SACERDOTE Cuentas demasiado con la ayuda exterior. Sobre todo por

parte de las mujeres.
JOS K. Las mujeres tienen mucha influencia, seor. Mire al juez

de instruccin, por ejemplo, es capaz de patear el
banquillo y hacer caer al acusado a cambio de una mujer.
ste es un aspecto del Tribunal que usted probablemente
ignore.
SACERDOTE Es usted excesivamente soberbio, seor K., y sta es una

condicin contraria para un acusado. Le aconsejo
reflexionar sobre este aspecto... Hgame caso, la
humildad mejorara su situacin. Conozco muchos actos
de generosidad por parte de los jueces. Claro, si el
acusado lo permite.
JOS K. Los jueces tienen el deber de ser justos en todos los

casos. Usted est siendo cmplice de un lamentable
error.
SACERDOTE Seor K., lo que algunos llaman errores, otros llaman

aciertos.

MATERIAL CONSULTADO
1 - SUPLEMENTOS LITERARIOS
Una valoracin de Kafka

por Jorge Luis Borges
Clarn Cultura y Nacin, 30/6/83
Franz Kafka: el horror de los paisajes ntimos

Suplemento de cultura del diario Tiempo Argentino, 3/7/83
La libertad es la lucha por la libertad

Reflexiones sobre un trgico moderno: Franz Kafka
por Carlos Fuentes
Si hay miseria que no se note

por Jorge Luis Borges.
Fragmentos de un diccionario personal

de Miln Kundera
en Setenta y siete palabras, 6ta. parte de El Arte de la Novela
Revista Babel, 4/88
Miln Kundera escribe sobre Kafka: 'La sombra castradora de San Garta'
Ensayo de Los testamentos traicionados
El Cine busca develar los enigmas de Franz Kafka

Seccin Espectculos del diario La Nacin, 26/1/92

Hermoso como un encuentro mltiple

por Miln Kundera
Paul Auster y el pas de sus secretos

Anticipo de un libro de ensayos y Las Cartas de Kafka
Justicia kafkiana
Folha de S. Paulo
Peridico de San Pablo, 29/6/93
Kafka y otros
preferencias del escritor Alan Pauls
Aquel escritor realista

Crtica a la pelcula Kafka
de Steven Soderbergh
Kafka, una potica del realismo

La obra dentro de la vida

Comentario sobre el libro Franz Kafka Una bsqueda sin salida
por Rodolfo Modern
El Da, 26/6/94
El viaje
por Toms Eloy Martnez
Contratapa de Pgina/12, 19/3/95

2 - ARTCULOS DE REVISTAS
New York City - El Proceso

Historieta espaola
Guin y dibujos de Will Eisner.
Ante la ley
Historieta
Adaptacin y dibujos de Leopoldo Duraona.
Kafka indito: Cartas a sus padres (1922-1924)

Seleccin y notas de Yaki Setton
El Porteo n 34, 5/91
La literatura, salario del Diablo

por Maurice Nadeau
Kafka y su concepcin de lo femenino

por Rodolfo Modern
Sur, 11/58 y 12/58
Kafka y la segunda consulta al Dr. Negro

por Arturo Serrano Plaja
Franz Kafka: la poesa que nace del terror

por Rafael Freda
La actualidad en el arte n 38, 10/83 y 11/83
Fotos de la revista Los hombres: Adolf Hitler
Concepto de Foro en la Enciclopedia Jurdica.
Un hombre en el laberinto
por Jorge Zicolillo
Revista Clarn


La Gaceta del Fondo de Cultura Econmica, Mxico

Nueva poca n 206, 2/88
Revista dedicada a Franz Kafka, en base a la
recopilacin de artculos de Gnter Grass, Maurice
Blanchot, Marthe Robert, Jorge Luis Borges, Roger
Caillois, Jos Emilio Pacheco, Ezequiel Martnez
Estrada, Jos Lezama Lima, Octavio Paz, Elas
Caneti, Jos Bianco, Eduardo Mallea, Luis Izquierdo,
Milena Jesensk, Guillermo Cabrera Infante, y
otros...
Franz Kafka. Seleccin y compaginacin de la U.B.A.

Teora y anlisis literario (Silvia Delfino y Daniel Link)
ADORNO Apuntes sobre Kafka

BENJAMIN Franz Kafka
FOUCAULT La escritura y la muerte
FISCHER Los nuevos mtodos de representacin
CANETTI Kafka y el poder
BARTHES La respuesta de Kafka
BOURDIEU La ltima instancia
STAROBINSKI Figuras de Franz Kafka
LUKACS Franz Kafka o Thomas Mann?
STEINER K.
BLANCHOT La ltima palabra
ROBERT Franz Kafka y el proceso de la literatura
DELEUZE Y GUATTARI Qu es la literatura menor?
3 - LIBROS
Mito de Ssifo
de Albert Camus

Hacia un realismo sin fronteras (Picasso- Saint-John Perse- Kafka)

de Roger Garaudy
El espacio literario
de Maurice Blanchot.


APNDICE 2



Plano de distribucin del escenario circular y piso blanco.



Vista de silla, banquito y mesita. Esquema de distribucin de blanco y negro.



Vista de mesa y banco de plaza. Esquema de distribucin de blanco y negro.


Mscaras.

Las mscaras que son utilizadas por los acusados, hacen a la idea de masificacin
y deshumanizacin. Son seres despersonalizados, como parte del engranaje
burocrtico del Estado.


Inicialmente, la diapositiva era proyectada sobre una pantalla vertical.

Finalmente, resolvimos proyectarla directamente sobre el piso blanco.



INDICE
ALBERTO MEDIZA
Datos biogrficos ............................................................................. Pg. 5
REQUIEM
por Rolando Alvaro Maanes .......................................................... Pg. 9
TEXTO PRELIMINAR
por Alberto Mediza (1977) .............................................................. Pg. 11
EL PROCESO
Adaptacin teatral
de Alberto Mediza ........................................................................... Pg. 13
APNDICE 1
Sobre la puesta en escena
a cargo del Taller de Teatro de la U.N.L.P ...................................... Pg. 99
ANEXO
Texto de las inclusiones ................................................................... Pg. 107
APNDICE 2
Bocetos ............................................................................................ Pg. 123


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ADAPTACIN TEATRAL LIBRE

Los contenidos y temticas son de exclusiva responsabilidad del autor. Todos

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Edicin, diseo y diagramacin : Fernando Garca Sanz

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Distribucin en el pas y en el exterior :

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Alberto Mediza naci el 22 de abril de 1942 en Cardona, Departamento de

Curs estudios en la Facultad de Humanidades y Ciencias en Montevideo.

En 1966, adapta Volpone de Ben Jonson, espectculo presentado por el Teatro

En 1967, publica su primer libro de poemas: Descomposicin y otras seales,

Ese mismo ao viaja a Espaa invistiendo la representacin del Crculo de la

En enero de 1968, integra la delegacin uruguaya que asiste al Congreso Cultural

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En diciembre, el Caimn Barbudo publica una muestra de joven poesa

En 1969, escribe una versin libre de Rey Lear de Shakespeare; el espectculo es

Mario Benedetti lo incluye en su antologa Poemas de amor hispanoamericanos,

En 1970, ofrece un curso de Esttica Dramtica en Club de Teatro.

En 1971, adapta Antgona de Sfocles, obteniendo el Florencio a la mejor versin

En febrero de 1972, obtiene una mencin especial en el Concurso Casa de Las

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En 1973, la dictadura militar que se apodera del gobierno de su pas, lo lleva a

En 1974, ya en Buenos Aires, junto a Luis Cerminara, abre una academia de

En 1976 contina incrementando su actividad como docente teatral y se une a

En 1976, realiza la adaptacin de El Proceso de Franz Kafka y co-dirige con Ral

Ese mismo ao pone en marcha un Seminario sobre Formacin de Autores

El mismo grupo prepara su adaptacin de Ricardo III de William Shakespeare, la

En 1977, se reestrena El Proceso y dirige El retablo de la avaricia, la lujuria y la

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muerte, de Ramn del Valle Incln, estrenado en la Sala Molire.

Mientras tanto, contina su abundante produccin potica la que pretenda

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El hombre le teme al tiempo, el tiempo le teme a las pirmides. Esto me dijo un

El tiempo... No es acaso, el teatro el tiempo, la msica el tiempo? No es el

Aquel albino extrao, rioplatense, ancho y extrao, soberbio y sorprendente.

Terico, erudito y crtico, apasionado, discutidor y compadrito, hasta las

Florencio Snchez, Shakespeare, Neruda, Valle Incln, tantos!, Kafka casi al

Su requiem a los treinta y tantos, como Mozart.

Nada hay tan preciso como el recuerdo vago.

Rolando Alvaro Maanes

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La msica de EL PROCESO, en ocasin de su estreno en el ao 1977,

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No es casual que lo "Kafkiano" se halla convertido en una forma de definir

Finalmente, digamos, que nos enfrentamos a una gran dificultad en lo que

Texto extrado del programa de sala en

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EL PROCESO fue presentado por primera vez en octubre de 1977 en el Teatro

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CARTELES PREVIOS A ESTAS ESCENAS