Ernesto Villanueva y Jorge Carpizo

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EL DERECHO A LA INFORMACIN

PROPUESTAS DE ALGUNOS ELEMENTOS PARA SU REGULACIN


EN MXICO

Jorge CARPIZO*
Ernesto VILLANUEVA**

SUMARIO: I. El derecho a la informacin. II. Su marco jurdico


en Mxico. III. Intentos reglamentarios. IV. Propuestas de al-
gunos elementos para su reglamentacin. V. Conclusiones.

I. EL DERECHO A LA INFORMACIN

1. En 1948, con la Declaracin Universal de los Derechos del Hombre,


nace realmente la garanta fundamental del derecho a la informacin,
aunque existan antecedentes; ste es el resultado de una hermosa evolu-
cin histrica y jurdica.1
El derecho a la informacin, de acuerdo con el artculo 19 de dicha
Declaracin, es la garanta fundamental que toda persona posee a: atraer-
se informacin, a informar y a ser informada.
De la definicin apuntada se desprenden los tres aspectos ms im-
portantes que comprende dicha garanta fundamental:

El derecho a atraerse informacin;


El derecho a informar, y
El derecho a ser informado.

* Investigador titular del Instituto de Investigaciones Jurdicas de la UNAM.


** Coordinador del Programa Iberoamericano de Derecho de la Informacin de la
Universidad Iberoamericana.
1 Nogueira Alcal, Humberto, El derecho a la informacin en el mbito del derecho
constitucional comparado en Iberoamrica y Estados Unidos , en Carpizo, Jorge y
Carbonell, Miguel (coords.), Derecho a la informacin y derechos humanos, Mxico,
UNAM, Instituto de Investigaciones Jurdicas, 2000, pp. 3 y 4.
71
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1) El derecho a atraerse informacin incluye las facultades de: a) ac-


ceso a los archivos, registros y documentos pblicos, y b) la decisin de
qu medio se lee, se escucha o se contempla.
2) El derecho a informar incluye: a) las libertades de expresin y de
imprenta, y b) el de constitucin de sociedades y empresas informativas.
3) El derecho a ser informado incluye las facultades de: a) recibir
informacin objetiva y oportuna, b) la cual debe ser completa, es decir,
el derecho a enterarse de todas las noticias, y c) con carcter univer-
sal, o sea, que la informacin sea para todas las personas sin exclusin
alguna.2
La informacin debe entenderse en un sentido amplio que comprende
los procedimientos acopiar, almacenar, tratar, difundir, recibir; as
como los tipos hechos, noticias, datos, opiniones, ideas, y sus di-
versas funciones.3
El derecho a la informacin emplea los ms diversos espacios, instru-
mentos y tecnologas para la transmisin de hechos e ideas. Algn
medio puede presentar peculiaridades propias pero las instituciones del
derecho a la informacin son las mismas para todos ellos, aunque aco-
modndose a sus caractersticas.
Del propio artculo 19 se desprende con toda claridad que el derecho
a la informacin es un derecho de doble va en virtud de que incluye, y
en forma muy importante, al receptor de la informacin, es decir, al su-
jeto pasivo, a quien la percibe y quien ya sea una persona, un grupo
de ellas, una colectividad o la sociedad tiene la facultad de recibir in-
formacin objetiva e imparcial.
As lo ha entendido acertadamente la Corte Constitucional de Colom-
bia, cuya sala quinta de revisin asent:

...el derecho a la informacin es de doble va, caracterstica trascendental


cuando se trata de definir su exacto alcance: no cobija nicamente a quien
informa (sujeto activo) sino que cubre tambin a los receptores del men-
saje informativo (sujetos pasivos), quienes pueden y deben reclamar de
aqul, con fundamento en la misma garanta constitucional, una cierta ca-

2 Escobar de la Serna, Luis, Manual de derecho de la informacin, Madrid,


Dykinson, 1997, pp. 54-60 y 380-381; Lpez-Aylln, Sergio, El derecho a la informa-
cin, Mxico, Miguel ngel Porra, 1984, pp. 160 y 161; Villanueva, Ernesto, Rgimen
jurdico de las libertades de expresin e informacin en Mxico, Mxico, UNAM, Ins-
tituto de Investigaciones Jurdicas, 1998, pp. 34-36.
3 Lpez-Aylln, Sergio, op. cit., nota 2, p. 176.
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lidad de la informacin. sta debe ser, siguiendo el mandato de la misma


norma que reconoce el derecho veraz e imparcial . Significa ello que no
se tiene simplemente un derecho a informar, pues el Constituyente ha ca-
lificado ese derecho definiendo cual es el tipo de informacin que prote-
ge. Vale decir, la que se suministra desbordando los enunciados lmites
que son implcitos y esenciales al derecho garantizado realiza antiva-
lores (falsedad, parcialidad) y, por ende, no goza de proteccin jurdica; al
contrario, tiene que ser sancionada y rechazada porque as lo impone un
recto entendimiento de la preceptiva constitucional.4

2. Desde luego que los derechos, libertades y facultades sealados en


el mencionado artculo 19 no pueden ser ilimitadas y han de ser compa-
tibles con otros derechos humanos para impedir la violacin de los de-
rechos de terceros y los de la propia sociedad.
La finalidad ltima de los derechos humanos es proteger y hacer
efectiva la dignidad humana, en consecuencia, entre ellos no puede exis-
tir ningn conflicto o enfrentamiento, sino armona y compatibilidad;
quienes tienen que precisar esas armonas y compatibilidades son las de-
claraciones, convenciones, pactos y tratados internacionales, las Consti-
tuciones, las leyes y las respectivas jurisprudencias.
Es indispensable que se realice dicha armona y compatibilidad para
no vulnerar, infringir o anular los derechos y libertades de terceros, por-
que los derechos y libertades son para todos y para cada ser humano.
Es exactamente la misma idea que Emmanuel Kant expres al ma-
nifestar que la libertad de cada uno no debe ser restringida ms all de
lo que es necesario para asegurar la libertad a todos.5
En otras palabras, es la misma nocin de Karl Popper cuando afirm
que la paradoja de la libertad ilimitada es que ella conduce a la domina-
cin del ms fuerte.6
El derecho a la informacin es una de las bases del sistema democr-
tico al defenderlo de inclinaciones autocrticas. El derecho a la informa-
cin protege a los sujetos activos de esta actividad, defiende sus dere-

4 Vase Nogueira Alcal, Humberto, op. cit., nota 1, pp. 21-23; Villanueva, Er-
nesto, Derecho mexicano de la informacin, Mxico, Oxford University Press, 2000,
pp. 41-46.
5 Carpizo, Jorge, Derechos humanos y ombudsman, Mxico, Porra-UNAM, Ins-
tituto de Investigaciones Jurdicas, 1998, pp. 111 y 112.
6 Pigeat, Henri, Mdias et dentologie. Regles du jeu ou jeu sans rgles, Pars,
Presses Universitaires de France, 1997, pp. 7 y 8.
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chos y libertades, pero para fortalecer a la misma democracia, indispen-


sable es que los medios de comunicacin sean respetuosos de todos los
derechos humanos dentro del marco de la norma jurdica.
La democracia regla los derechos y obligaciones de los actores socia-
les, polticos y econmicos. Nadie tiene derechos sin obligaciones. Na-
die tiene libertades ilimitadas porque implicara vulnerar, restringir o su-
primir las libertades de los dems.7
3. El derecho a la informacin es la libertad de expresin que ampla
su mbito para perfeccionarse, para definir facultades que realmente la
hagan efectiva, para incorporar aspectos de la evolucin cientfica y cul-
tural de nuestros das y que son indispensables tener en cuenta para for-
talecerla, pero fundamentalmente para garantizar a la sociedad informa-
cin objetiva, oportuna e imparcial como elemento indispensable del
Estado democrtico y plural.
En otras palabras, el derecho a la informacin comprende una serie
de derechos y libertades reconocidos en las declaraciones universales y
regionales de los derechos humanos a partir de 1948 y en las Constitu-
ciones, pero adems se preocupa por garantizar la efectividad de esa se-
rie de derechos y libertades, as como fortalecerlos y ampliarlos. Por
ello se crean y desarrollan nuevas instituciones y principios. En este
caso es aplicable el refrn de que no hay nada nuevo bajo el sol.
Cuando el liberalismo filosfico y el constitucionalismo comenzaron
a precisar los derechos del ser humano y a garantizarles protecciones,
encontramos como uno de ellos a la libertad de pensamiento, libertad
ntima porque sta no conoce lmites y ningn tirano o autoridad la pue-
de restringir, pero se le enunci como un derecho porque es la base de
varios otros. En esta forma, podemos considerar que la libertad de pen-
samiento es un crculo que contiene las caractersticas de esta libertad.
La libertad de expresin constituye un crculo ms amplio que englo-
ba al de pensamiento, puesto que es la libertad de pensamiento que se
va a exteriorizar y que debe hacerlo sin cortapisas mientras no lesione
derechos legtimos de terceros. La libertad de expresin, entonces, se
garantiza primordialmente como un derecho fundamental de carcter in-
dividual la proteccin del exponente aunque pueda tener repercu-
siones sociales como en el caso de la crtica al gobierno.

7 Carpizo, Jorge, Nuevos estudios constitucionales, Mxico, Porra-UNAM, Insti-


tuto de Investigaciones Jurdicas, 2000, p. 359.
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ntimamente ligada a esta libertad se encuentra la de imprenta, porque


es la misma libertad de expresin que va a llegar a auditorios ms am-
plios y en diversos territorios. Es decir, esta ltima engloba al crculo de
la libertad de expresin para perfeccionarla y alcanzar su proteccin
real. Los crculos exteriores van ampliando los derechos y las libertades
contenidos en los crculos interiores con la finalidad de hacerlos ms
efectivos.
Entre los crculos no existe ninguna contradiccin sino, al contrario,
complementariedad y la bsqueda de resultados positivos; se persigue el
objetivo de alcanzar una defensa verdadera de los derechos al irlos pre-
cisando y ampliando.
Es obvio que actualmente la libertad de expresin y de prensa abar-
can cualquier medio o tecnologa que difunda informacin u opinin.
En nuestros das, y a partir de 1948, existe un cuarto crculo que en-
globa a los otros tres y que es el derecho a la informacin. Este cuarto
crculo se desarrolla: a) para proteger y hacer efectivos los crculos que
l engloba en el marco de nuevas circunstancias internacionales y nacio-
nales y de nuevas tecnologas que han modificado el concepto mismo de
la informacin y de la comunicacin; b) hacer nfasis en la relacin in-
disoluble entre derecho a la informacin y sistema democrtico, y c) pre-
cisar el derecho de la persona, grupo de personas y de la sociedad a re-
cibir informacin objetiva e imparcial.
De aqu provienen las mltiples nuevas ideas e instituciones que son
parte del contenido del derecho a la informacin.
En esta forma, el derecho a la informacin es el crculo ms amplio
que engloba a los de las libertades de pensamiento, expresin e impren-
ta. O en otras palabras, estos derechos y libertades son los mismos, pero
en un proceso evolutivo han ido precisndose para ser eficaces en un
mundo que ha cambiado. El quid de esos derechos y libertades es idn-
tico, lo que se modifica son las instituciones para defenderlos mejor
cada da y para extender su proteccin a mbitos que mostraban debili-
dades o eran inexistentes.
El derecho a la informacin, tal vez, est ya transitando a un nuevo
estadio, el de la comunicacin, que es un matiz que enfatiza la existen-
cia de los actores pasivos de aqulla y la relacin e interdependencia
entre todos los actores de la informacin.
4. El derecho a la informacin contiene algunas libertades de carcter
individual y otras de naturaleza social. Entre las primeras podemos men-
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cionar las libertades de expresin y de imprenta. Entre las segundas, el


derecho de los lectores, escuchas y espectadores a recibir informacin
objetiva y oportuna y el acceso a documentacin pblica, pero el dere-
cho a la informacin impregna a todos sus elementos y mecanismos de
un alto contenido social.8
5. Se puede definir el derecho de la informacin como el conjunto de
normas jurdicas que regulan y tutelan las libertades, garantas, faculta-
des y delimitaciones que integran el derecho a la informacin. En otras
palabras, el derecho a la informacin es el objeto de estudio del derecho
de la informacin.
O quiz, en forma ms precisa, se puede decir que el derecho de la
informacin es
...la rama del derecho pblico que tiene por objeto el estudio de las nor-
mas jurdicas que regulan, lato sensu, las relaciones entre Estado, medios
y sociedad, as como, stricto sensu, los alcances y los lmites del ejercicio
de las libertades de expresin y de informacin y el derecho a la informa-
cin a travs de cualquier medio.9

Esta joven disciplina no descuida aspectos que sin ser de carcter ju-
rdico son muy importantes en el campo de la informacin, como los
relacionados con los cdigos de tica, la pluralidad de los medios y el
poder que acumulan muchos de los dueos de los propios medios.

II. SU MARCO JURDICO EN MXICO

1. Las libertades de expresin, de escribir y de publicar fueron reco-


gidas, reconocidas y protegidas desde los orgenes del derecho constitu-
cional mexicano. As, el artculo 29 de los Elementos Constitucionales
de 1811 elaborados por Ignacio Lpez Rayn, manifest: Habr una
absoluta libertad de imprenta en puntos puramente cientficos y polti-
cos, con tal que estos ltimos observen las miras de ilustrar y no zaherir
las legislaciones establecidas .10

8 Vase Informe anual de la Comisin Interamericana de Derechos Humanos,


1999, vol. III; Informe de la relatora para la libertad de expresin, Washington, D. C.,
Organizacin de los Estados Americanos, Comisin Interamericana de Derechos Huma-
nos, 2000, p. 31.
9 Villanueva, Ernesto, Derecho mexicano de la informacin, cit., nota 4, p. 2.
10 Derechos del pueblo mexicano. Antecedentes, origen y evolucin del articulado
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Los diversos documentos constitucionales y legislativos a partir de


1810 y hasta el triunfo de la Repblica en 1867 respondieron a diversas
concepciones polticas y filosficas. Sin embargo, respecto a las liberta-
des de expresin y de imprenta se pueden encontrar en ellas diversas
similitudes. Con los inconvenientes de las generalizaciones, se puede
afirmar que aqullas fueron las siguientes:
1) Se reconoci y protegi la libertad de expresin, y sus manifesta-
ciones ms importantes como son el derecho a escribir y a publicar,
como uno de los derechos fundamentales de especial trascendencia;
2) Se prohibi la censura previa en varios de esos documentos cons-
titucionales;
3) Durante la guerra de Independencia y en las primeras dcadas del
Mxico libre, existieron restricciones a esas libertades que lesionaban
otros derechos humanos. El ejemplo por antonomasia fueron las limita-
ciones por motivos religiosos, de dogma , decan algunos de esos do-
cumentos;
4) Esas libertades no eran ilimitadas sino que deban ser compatibili-
zadas con otras libertades hoy en da diramos, con otros derechos hu-
manos, entre las cuales se mencionaban: el honor de los ciudadanos,
la vida privada, los derechos de los terceros, as como la no perturbacin
del orden pblico y la provocacin a algn crimen, y
5) La remisin constitucional a leyes especficas para la reglamenta-
cin de estas libertades y derechos; algunas de las cuales s llegaron a
expedirse.
2. El principal y ms importante debate sobre la libertad de imprenta
aconteci en Mxico durante el desarrollo del Congreso Constituyente
de 1856-1857. Los temas controvertidos fueron dos: a) las limitaciones
que el artculo 14 del proyecto de Constitucin sealaba a dicha liber-
tad: el respeto a la vida privada, a la moral y a la paz pblica, y b) la
fiscalizacin de un tribunal en los jurados que conoceran de los delitos
de imprenta.11

constitucional, Mxico, Cmara de Diputados del Congreso de la Unin, LII Legislatura,


1985, t. II, pp. 6-20.
11 Cueva, Mario de la, La Constitucin de 5 de febrero de 1857 , El constitucio-
nalismo a mediados del siglo XIX, Mxico, UNAM, Facultad de Derecho, 1957, t. II,
pp. 1290-1292.
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El propio Zarco acept que el bien de la sociedad exige ciertas res-


tricciones para la prensa , aunque stas tenan que ser muy puntuales.12
Las ideas de ese Congreso Constituyente respecto a las libertades de
expresin e imprenta quedaron plasmadas en los artculos 6o. y 7o.
de nuestra Constitucin de mediados del siglo XIX, las que fueron rati-
ficadas por la actual norma suprema y que fundamentalmente continan
vigentes en los mismos artculos constitucionales de nuestra carta de
1917.
3. El artculo 6o. de la Constitucin de 1857 dijo: La manifestacin
de las ideas no puede ser objeto de ninguna inquisicin judicial o admi-
nistrativa, sino en el caso de que ataque la moral, los derechos de terce-
ro, provoque a algn crimen o delito, o perturbe el orden pblico .
Dicho artculo no fue reformado durante la vigencia de aquella Cons-
titucin y la actual lo incorpor textualmente, incluso con el mismo nu-
meral.13
4. A partir de 1917, el artculo 6o. constitucional slo ha sufrido una
reforma para adicionarle una oracin.
El 6 de diciembre de 1977 se public en el Diario Oficial de la Fe-
deracin el decreto que modific 17 artculos constitucionales, entre
ellos el 6o., para adicionarle la oracin: el derecho a la informacin
ser garantizado por el Estado . As, Mxico se incorpor a la corriente
internacional que haba nacido en 1948.
5. El derecho a la informacin est regulado en Mxico principal-
mente por las siguientes disposiciones:
1) La Constitucin en sus artculos 6o. y 7o.
2) Leyes y decretos, entre los que se pueden mencionar:

12 Al respecto, las ideas de Francisco Zarco son muy claras. Vase Zarco, Francis-
co, Crnica del Congreso extraordinario Constituyente 1856-1857, Mxico, El Colegio
de Mxico, 1957, pp. 298-301, 310 y 311: ... al votar en contra del artculo 13, he
estado muy lejos de oponerme al principio de que la manifestacin de las ideas no sea
jams objeto de inquisiciones judiciales o administrativas... Queris restricciones? Las
quiero yo tambin, pero prudentes, justas y razonables... yo quisiera que en lugar de
hablar vagamente de la moral, se prohibieran los escritos obscenos... En vez de hablar
vagamente de la paz pblica, yo quisiera que terminantemente se dijera que se prohben
los escritos que directamente provoquen a la rebelin o a la desobediencia de la ley... .
13 Tena Ramrez, Felipe, Leyes fundamentales de Mxico. 1808-1964, Mxico, Po-
rra, 1964, pp. 61-69. Sobre la evolucin constitucional de las libertades de expresin e
imprenta, vase Lpez-Aylln, Sergio, Notas para el estudio de las libertades de expre-
sin e imprenta en Mxico , Estudios en homenaje a don Manuel Gutirrez de Velasco,
Mxico, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurdicas, 2000, pp. 495-554.
EL DERECHO A LA INFORMACIN 79

a) La Ley de Imprenta;
b) La Ley Federal de Radio y Televisin;
c) La Ley de Vas Generales de Comunicacin;
d) La Ley Federal de Cinematografa;
e) La Ley Federal de Telecomunicaciones;
f) El Reglamento sobre Publicaciones y Revistas Ilustradas;
g) La Ley Federal de Telecomunicaciones;
h) Los reglamentos de la Ley Federal de Radio y Televisin y el
de la Industria Cinematogrfica, y
i) El Reglamento del Servicio de Televisin por Cable.

3) Los tratados internacionales ratificados por Mxico de acuerdo con


las disposiciones contenidas en el artculo 133 constitucional.
4) Las decisiones judiciales del mbito interno y las del externo. Con
la aceptacin de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana
de los Derechos Humanos, es de esperarse que aqullas jueguen un pa-
pel importante en la proteccin y defensa del derecho a la informacin
en nuestro pas.
6. Ahora bien, este marco jurdico, en algunos aspectos, es anacrnico
pero mucho mejor de lo que parece a primera vista para una ade-
cuada proteccin del derecho a la informacin, aseveracin que resulta
especialmente cierta en lo referente a las normas ordinarias. Un ejemplo
pero el ms importante nos aleccionar al respecto: la Ley de Im-
prenta de 1917.
Dicha Ley la expidi don Venustiano Carranza en abril de 1917 en
uso de facultades extraordinarias para legislar y manifest con toda cla-
ridad que ella tendra vigencia entre tanto el Congreso de la Unin re-
glamenta los artculos 6o. y 7o. de la Constitucin ; se trataba de una
Ley transitoria y provisional mientras el Congreso de la Unin legislaba
al respecto. Carranza inform puntualmente las causas por las cuales se
expeda esa Ley; sus conceptos fueron duros. Se podra decir que la idea
de Carranza era que por el bien del pas resultaba necesario establecer
algunas reglas del juego, porque la nada jurdica a nadie beneficia y a
todos perjudica.14

14 Carpizo, Jorge, Derecho a la informacin, derechos humanos y marco jurdi-


co , Liber Amicorum Hctor Fix-Zamudio, San Jos, Costa Rica, Corte Interamericana
de Derechos Humanos-Unin Europea, p. 513.
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Por increble que parezca, desde 1917 no se ha legislado al respecto


y la Ley de Imprenta sigue vigente tal y como acertadamente ha recono-
cido nuestra Suprema Corte de Justicia.15
La Ley de Imprenta resulta completamente anacrnica y desfasada
del desarrollo que han tenido la sociedad mexicana y los medios de co-
municacin masiva. Sin embargo, a la Suprema Corte le asiste la razn
al reafirmar su vigencia. Es, en el fondo, exactamente el mismo argu-
mento de Carranza: lo peor sera la nada jurdica, la que propicia el do-
minio del ms fuerte y se auspicia el caos vulnerndose la paz social.
7. El derecho a la informacin forma parte de las principales declara-
ciones, convenciones y pactos internacionales.
El artculo 19 de la Declaracin Universal de Derechos Humanos, al
cual ya nos referimos, es el punto de partida de esta nueva corriente in-
ternacional.
El artculo 19.2 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Po-
lticos de 1966, seala:

Toda persona tiene derecho a la libertad de expresin; este derecho com-


prende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de

15 Semanario Judicial de la Federacin, Mxico, 5a. poca, t. XXXIX, nm. 6,


ejecutorias del 18-25 de octubre de 1933, Suprema Corte de Justicia de Mxico, s/f,
p. 1525: La Ley de Imprenta, expedida por el Primer Jefe del Ejrcito Constituciona-
lista, el 9 de abril de 1917, no puede estimarse como una ley de carcter netamente
constitucional, sino ms bien, reglamentaria de los artculos 6o. y 7o., de la Constitu-
cin, puesto que sta ya se haba expedido cuando se promulg la Ley, la cual hubiera
carecido de objeto, si slo se hubiera dado para que estuviera en vigor por el perentorio
trmino de 17 das; y tan es as, que al promulgarse dicha Ley, se dijo que entrara en
vigor entre tanto el Congreso de la Unin (que deba instalarse el primero de mayo si-
guiente), reglamenta los artculos sexto y sptimo de la Constitucin General de la Re-
pblica y como no se ha derogado ni reformado dicha Ley de Imprenta, ni se ha expe-
dido otra, es indudable que debe estimarse en todo su vigor .
Esta tesis constituye actualmente jurisprudencia, como puede verificarse en Juris-
prudencia. Apndice 1917-1988, G-Q, segunda parte, salas y tesis comunes, Mxico, Su-
prema Corte de Justicia de Mxico, 1989, pp. 1536 y 1537, jurisprudencia nmero 939:
La Ley de Imprenta de nueve de abril de mil novecientos diecisiete, que se encuentra
vigente, establece en su artculo... , y en su tesis relacionada se reitera que: El artculo
36 de la Ley de Imprenta de nueve de abril de mil novecientos diecisiete, que se encuen-
tra en vigor, establece que... . En ese mismo tomo, se publica la tesis jurisprudencial
1071, pp. 1703 y 1704, que a mayor abundamiento se cita: Legislacin preconstitucio-
nal. Tiene fuerza legal y debe ser cumplida, en tanto que no se pugne con la Constitu-
cin vigente, o sea expresamente derogada .
EL DERECHO A LA INFORMACIN 81

toda ndole, sin consideracin de fronteras, ya sea oralmente, por escrito


o en forma impresa o artstica, o por cualquier otro procedimiento a su
eleccin.

El contenido del artculo 13.1 de la Convencin Americana de Dere-


chos Humanos de 1969, que entr en vigor en 1978, es similar al artcu-
lo transcrito en el prrafo anterior. Todo este artculo es de especial im-
portancia.16
La Declaracin Universal de Derechos Humanos de 1948, que fue el
resultado de una resolucin de la Asamblea General de Naciones Uni-
das, es actualmente parte del derecho internacional positivo, aspecto que
ya no se debate.17
Mxico ratific en 1980 tanto la mencionada Convencin Americana
como el citado Pacto Internacional.18
8. El artculo 133 de la Constitucin mexicana de 1917, en su parte
primera, ordena que: Esta Constitucin, las leyes del Congreso de la

16 El texto de dicho artculo es el siguiente:


1. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresin. Este
derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de
toda ndole, sin consideracin de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma im-
presa o artstica, o por cualquier otro procedimiento de su eleccin.
2. El ejercicio del derecho previsto en el inciso precedente no puede estar sujeto a
previa censura sino a responsabilidades ulteriores, las que deben estar expresamente fi-
jadas por la ley y ser necesarias para asegurar: a. el respeto a los derechos o la reputa-
cin de los dems, o b. la proteccin de la seguridad nacional, el orden pblico o la
salud o la moral pblicas.
3. No se puede restringir el derecho de expresin por vas o medios indirectos, tales
como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para peridicos, de frecuen-
cias radioelctricas, o de enseres y aparatos usados en la difusin de informacin o por
cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicacin y la circulacin de
ideas y opiniones.
4. Los espectculos pblicos pueden ser sometidos por la ley a censura previa con
el exclusivo objeto de regular el acceso a ellos para la proteccin moral de la infancia y
la adolescencia, sin perjuicio de lo establecido en el inciso 2.
5. Estar prohibida por la ley toda propaganda a favor de la guerra y toda apologa
del odio nacional, racial o religioso que constituyan incitaciones a la violencia o cual-
quier otra accin ilegal similar contra cualquier persona o grupo de personas, por ningn
motivo, inclusive los de raza, color, religin, idioma u origen nacional.
17 La Conqute des Droits de lHomme. Textes Fondamentaux, Pars, Le Cherche-
Midi Editeur, 1988, pp. 139-147.
18 Vase Villanueva, Ernesto, Rgimen jurdico de las libertades..., cit., nota 2, p. 21.
Lpez-Aylln, Sergio, Derecho de la informacin, Mxico, McGraw-Hill-UNAM, 1997,
p. 13.
82 JORGE CARPIZO / ERNESTO VILLANUEVA

Unin que emanen de ella y todos los tratados que estn de acuerdo con
la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la Repbli-
ca, con aprobacin del Senado, sern la Ley Suprema de toda la Unin .
Este prrafo contiene el principio de supremaca constitucional y el
de la jerarqua de las normas en el orden jurdico mexicano. Para los
propsitos de este trabajo, lo que interesa resaltar es que de acuerdo con
nuestra ley fundamental, los tratados internacionales ratificados por M-
xico y que estn de acuerdo con la Constitucin son parte de nuestro
orden jurdico interno y como tales aplicables en el territorio nacional.19

19 Carpizo, Jorge, Estudios constitucionales, Mxico, Porra-UNAM, Instituto de


Investigaciones Jurdicas, 1999, pp. 16-24. Al respecto, en la ltima tesis de la Suprema
Corte de Justicia de la Nacin, se estableci, al resolver el Pleno el amparo en revisin
1475/98 Sindicato Nacional de Controladores de Trnsito Areo el 11 de mayo de
1999 y que a la letra dice:
Tratados internacionales se ubican jerrquicamente por encima de las leyes fede-
rales y en un segundo plano respecto de la Constitucin federal. Persistentemente en la
doctrina se ha formulado la interrogante respecto a la jerarqua de normas en nuestro
derecho. Existe unanimidad respecto de que la Constitucin Federal es una norma fun-
damental y que aunque en principio la expresin ...sern la Ley Suprema de toda la
Unin... parece indicar que no slo la Carta Magna es la suprema, la objecin es supe-
rada con el hecho de que las leyes deben emanar de la Constitucin y ser aprobadas por
un rgano constituido, como lo es el Congreso de la Unin y de que los tratados deben
estar de acuerdo con la Ley Fundamental, lo que claramente indica que slo la Consti-
tucin es la Ley Suprema. El problema respecto a la jerarqua de las dems normas del
sistema, ha encontrado en la jurisprudencia y en la doctrina distintas soluciones, entre
las que destacan: supremaca del derecho federal frente al local y misma jerarqua de las
dos, en sus variantes lisa y llana, y con la existencia de leyes constitucionales, y la de
que ser ley suprema la que sea calificada de constitucional. No obstante, esta Suprema
Corte de Justicia considera que los tratados internacionales se encuentran en un segundo
plano inmediatamente debajo de la Ley Fundamental y por encima del derecho federal
y el local. Esta interpretacin del artculo 133 constitucional, deriva de que estos com-
promisos internacionales son asumidos por el Estado mexicano en su conjunto y com-
prometen a todas sus autoridades frente a la comunidad internacional; por ello se explica
que el Constituyente haya facultado al Presidente de la Repblica a suscribir los tratados
internacionales en su calidad de jefe de Estado y, de la misma manera, el Senado inter-
viene como representante de la voluntad de las entidades federativas y por medio de su
ratificacin obliga a sus autoridades. Otro aspecto importante para considerar esta jerar-
qua de los tratados, es la relativa a que en esta materia no existe limitacin competen-
cial entre la Federacin y las entidades federativas, esto es, no se toma en cuenta la
competencia federal o local del contenido del tratado, sino que por mandato expreso del
propio artculo 133 el Presidente de la Repblica y el Senado pueden obligar al Estado
mexicano en cualquier materia, independientemente de que para otros efectos ste sea
competencia de las entidades federativas. Como consecuencia de lo anterior, la interpre-
tacin del artculo 133 lleva a considerar en un tercer lugar al derecho federal y al local
en una misma jerarqua en virtud de lo dispuesto en el artculo 124 de la Ley Fundamen-
EL DERECHO A LA INFORMACIN 83

Recientemente el 16 de diciembre de 1998 Mxico reconoci la com-


petencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.20
Lo anteriormente expuesto es muy importante, porque los artculos
6o. y 7o. constitucionales de Mxico deben ser interpretados de acuerdo
con las nuevas corrientes del pensamiento de los derechos humanos con-
tenidas en los instrumentos internacionales mencionados y en la juris-
prudencia que emana de ellos; son, se reitera, parte de nuestro orden ju-
rdico interno. El derecho a la informacin en nuestro pas no puede ser
contemplado nicamente a travs de las normas expedidas por nuestro
Congreso sino tiene que ser completado con aquellas contenidas en los
instrumentos internacionales que Mxico ha ratificado.
Muy importante es, se vuelve a expresar, para la proteccin y la de-
fensa de todos los derechos humanos en Mxico, el reciente reconoci-
miento que nuestro pas ha hecho de la competencia contenciosa de la
Corte Interamericana de los Derechos Humanos porque su jurispruden-
cia viene a ampliar esta proteccin y porque ser posible acudir a esa
jurisdiccin cumpliendo los requisitos del caso cuando no se respe-
ten internamente las normas y la interpretacin judicial de la multicitada
Convencin Americana.21
9. En Mxico no existe la costumbre de que los particulares y los
abogados acudan a los tribunales para hacer valer sus facultades deriva-
das del derecho a la informacin o para la precisin de la armonizacin

tal, el cual ordena que Las facultades que no estn expresamente concedidas por esta
Constitucin a los funcionarios federales, se entienden reservadas a los Estados. No se
pierda de vista que en su anterior conformacin, este Mximo Tribunal haba adoptado
una posicin diversa en la tesis P. C/92, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial
de la Federacin, nmero 60, correspondiente a diciembre de 1992, pgina 27, de rubro:
Leyes federales y tratados internacionales, tienen la misma jerarqua normativa; sin
embargo, este Tribunal Pleno considera oportuno abandonar tal criterio y asumir el que
considera la jerarqua superior de los tratados incluso frente al derecho federal .
20 Garca Ramrez, Sergio, Admisin de la competencia contenciosa de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos. El caso de Mxico , en Fix-Zamudio, Hctor
(coord.), Mxico y las declaraciones de derechos humanos, Mxico, Corte Interamerica-
na de Derechos Humanos-UNAM, 1999, pp. 143-155; vase Fix-Zamudio, Hctor, M-
xico y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Mxico, Comisin Nacional de
los Derechos Humanos, 1999, 161 pp.
21 Vase Carpizo, Jorge y Gmez-Robledo, Alonso, Los tratados internacionales,
el derecho a la informacin y el respeto a la vida privada , Boletn Mexicano de Dere-
cho Comparado, Mxico, nueva serie, ao XXXIII, nm. 97, 2000, pp. 49-60.
84 JORGE CARPIZO / ERNESTO VILLANUEVA

de este derecho con otros derechos, como puede ser el derecho a la vida
privada o al honor de la persona.
Las razones para esta actitud son varias: la deficiente legislacin res-
pectiva; que muchos de los casos presentados no han prosperado; la fal-
ta de abogados especializados en el tema; la politizacin del mismo, el
cual se ha vuelto polmico; el costo econmico de un juicio, y last
but not least que el particular se enfrenta muy desprotegido a uno de
los grandes poderes de nuestros tiempos.22
Sin embargo, s existen algunas, aunque muy pocas, decisiones judi-
ciales sobre la libertad de expresin, provenientes de tribunales colegia-
dos de circuito, principalmente del Primero en Materia Administrativa
del Primer Circuito, que en 1977 resolvi que es contrario a esa libertad
el que las autoridades pudieran imponer patrones artsticos o culturales
a los ciudadanos, ya que ellos mismos deben decidir qu clase de ele-
mentos artsticos o culturales desean asimilar.23 Un ao ms tarde el
mismo tribunal decidi otro caso respecto a las concesiones de las radio-
difusoras y la libertad de expresin, ejecutoria en la cual asent, entre
otros aspectos, que dicha libertad es bsica en un sistema democrtico y
que la misma se extiende a todos los medios de comunicacin masiva, que
todos los canales deben ser utilizados y la autoridad debe cuidar que al
respecto no se constituyan monopolios.24
No deja de extraar que respecto a la garanta de la libertad de expre-
sin existan tan pocas resoluciones por parte del Poder Judicial federal
y no se encontr ninguna emitida por la Suprema Corte de Justicia, ya

22 Carpizo, Jorge, El poder: su naturaleza, su tipologa y los medios de comuni-


cacin masiva , Boletn Mexicano de Derecho Comparado, Mxico, nueva serie, ao
XXXII, nm. 95, 1999, pp. 351-356: Los medios de comunicacin masiva son un
poder porque poseen los instrumentos y los mecanismos que les dan la posibilidad de
imponerse; porque condicionan o pueden condicionar la conducta de otros poderes, or-
ganizaciones o individuos con independencia de su voluntad y de su resistencia .
23 Semanario Judicial de la Federacin, 7a. poca, vols. 97-102, sexta parte, Li-
bertad de expresin en materia de arte y cultura , nm. de registro 253, 108, aislada.
Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito. Amparo en
revisin 487/76, Msica a su Servicio, S. A., del 18 de enero de 1977, Mxico, Suprema
Corte de Justicia de la Nacin, p. 144.
24 Semanario Judicial de la Federacin, 7a. poca, vols. 109-114, sexta parte. Li-
bertad de expresin. Radiodifusoras. Concesiones, nm. de registro 252, 472, aislada,
Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito. Amparo en
revisin 721/77. Victoria Graciela Alba de Llamas y coagraviados, del 25 de enero de
1978, Mxico, Suprema Corte de Justicia de la Nacin, p. 120. Sergio Lpez-Aylln
menciona otra tesis al respecto, Derecho de la informacin, cit., nota 18, p. 13.
EL DERECHO A LA INFORMACIN 85

fuera por el pleno o por alguna de sus salas, a partir de la 5a. poca del
Semanario Judicial de la Federacin.
El propio tribunal colegiado mencionado, en 1983, estableci una te-
sis, tambin sobre el asunto de las concesiones de radio y televisin.
sta es importante porque intenta transitar aunque muy tmidamente, del
crculo de la libertad de expresin al del derecho a la informacin; sos-
tiene que los particulares poseen el inalienable derecho de manifestar
sus ideas y de exigir informacin. Sin embargo, respecto a este ltimo
aspecto, no profundiza la afirmacin ni alcance alguno de la misma.25
A partir de 1992, la Suprema Corte comenz a examinar y definir al-
gunos aspectos relacionados con el derecho a la informacin.
En ese ao, su segunda sala seal que ese derecho constituye una
garanta social, que su reconocimiento en nuestra Constitucin persigui
asegurar la manifestacin de la diversidad de ideas de los partidos pol-
ticos, que su definicin precisa habra de encontrarse en la legislacin se-
cundaria y que la obtencin de informacin por parte del Estado sera de
acuerdo con los sistemas previstos en las normas.26
Es una tesis que desconoce los alcances del derecho a la informacin
y errneamente los circunscribe a aspectos informativos de los partidos
polticos. Asimismo, restringe y nulifica el acceso a la documentacin
en manos del Estado al derivarlo a la ley secundaria que no exista y sin
delinear criterio alguno al respecto.
En 1996, el pleno de la Suprema Corte, al decidir sobre una investi-
gacin solicitada por el presidente de la repblica en los trminos del
artculo 97 constitucional, estableci marginalmente que el derecho a la
informacin resulta estrechamente vinculado con el respeto de la verdad,
que ese derecho contribuir a que la comunidad se encuentre ms ente-
rada, lo cual resulta bsico para el progreso de la sociedad y se pronun-

25 Semanario Judicial de la Federacin, 7a. poca, vols. 169-174, sexta parte. Li-
bertad de expresin. La autoridad administrativa carece de facultades para restringirla
(concesiones de radio y televisin) , nm. de registro 249, 819, aislada, Primer Tribunal
Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, amparo en revisin 1601/82,
Visin por Cable de Sonora, S. A. de C. V. y coagraviados, del 13 de abril de 1983,
Mxico, Suprema Corte de Justicia de la Nacin, p. 119.
26 Semanario Judicial de la Federacin, 8a. poca, t. X-agosto. Informacin. De-
recho a la, establecido por el artculo 6o. de la Constitucin Federal , tesis 2a. 1/92,
nm. de registro 206, 435, asilada, Suprema Corte de Justicia de la Nacin, segunda
sala, amparo en revisin 10556/83, Ignacio Burgoa Orihuela, del 15 de abril de 1985,
Mxico, Suprema Corte de Justicia de la Nacin, p. 44.
86 JORGE CARPIZO / ERNESTO VILLANUEVA

cia en contra de la propensin de las autoridades a incorporar en la vida


poltica la cultura del engao .27
Ese propio pleno, en el amparo en revisin 3137/98, hizo ya suyas las
ideas contenidas en instrumentos internacionales desde 1948. Con esta
ejecutoria la Suprema Corte interpret correctamente, por primera vez,
el derecho a la informacin introducido en nuestra ley fundamental en
1977. La Corte seal los diversos aspectos que tal derecho comprende
y comenz a indicar sus alcances; resalta el anlisis realizado de la obli-
gacin del Estado para proporcionar informacin y las limitaciones a di-
cha obligacin, ya que no se trata de un derecho absoluto.
En marzo de 2000, el pleno conoci el amparo en revisin 2099/99.
Es una resolucin acertada de acuerdo con nuestro criterio, pero en ma-
teria de derecho a la informacin, las ideas no avanzan ms que aqullas
ya contenidas en la ejecutoria comentada en el prrafo anterior.28
A partir del amparo en revisin 3137/98, nuestro Poder Judicial fede-
ral comienza a interpretar el artculo 6o. constitucional desde la perspec-
tiva del derecho a la informacin, lo cual es muy importante para la pro-
teccin de los derechos de las personas y de la sociedad; en forma
especial, por tratarse de un derecho tan extraordinariamente importante
y respecto del cual resulta difcil conocer cundo al fin se va a legislar
en Mxico y si esa legislacin ser adecuada.
10. Tambin hay que tener presente las decisiones de la Corte Intera-
mericana de Derechos Humanos, cuya jurisdiccin, como ya sealamos,
Mxico acept a partir de 1998.

27 Semanario Judicial de la Federacin, 9a. poca, t. III, junio de 1996. Garan-


tas individuales (derecho a la informacin). Violacin grave prevista en el segundo p-
rrafo del artculo 97 constitucional. La configura el intento de lograr la impunidad de
las autoridades que actan dentro de una cultura del engao, de la maquinacin y del
ocultamiento, por infringir el artculo 6o. tambin constitucional , tesis: P. LXXXIX/96,
nm. de registro 200, 111, aislada. Suprema Corte de Justicia de la Nacin, Pleno, Soli-
citud 3/96. Peticin del presidente de los Estados Unidos Mexicanos para que la Supre-
ma Corte de Justicia de la Nacin ejerza la facultad prevista en el prrafo segundo del
artculo 97 de la Constitucin federal, del 23 de abril de 1996, Mxico, Suprema Corte
de Justicia de la Nacin, p. 513.
28 Sentencia engrosada, Amparo en revisin nm. 2099/99. Evangelina Vzquez
Curiel, del 7 de marzo de 2000, Suprema Corte de Justicia de la Nacin, Pleno, ponen-
cia del C. ministro Juan Daz Romero. Esta es una resolucin interesante en cuanto cita
a diversos instrumentos internacionales que Mxico ha ratificado y en cuanto transcribe
las principales tesis de nuestro ms alto tribunal respecto al derecho a la informacin con
lo que se convierte en una buena sntesis de hasta donde ha llegado la interpretacin de la
Suprema Corte de Justicia de la Nacin respecto a este muy importante derecho.
EL DERECHO A LA INFORMACIN 87

Entre algunos de los casos ms connotados en esta materia que dicha


Corte ha resuelto podemos mencionar los siguientes: la exigibilidad del
derecho de rectificacin o respuesta y sobre la colegiacin obligatoria de
los periodistas.

III. INTENTOS REGLAMENTARIOS

En pocas materias del derecho se pueden advertir tantas resistencias y


dificultades para reformar el marco jurdico vigente como ha sucedido
en el proceso que sigue pendiente para reglamentar el derecho a la in-
formacin en Mxico. En efecto, desde 1978 se han desplegado accio-
nes para dotar de contenido normativo a la nueva garanta constitucional
creada en diciembre de 1977, con motivo de la adicin del artculo 6o.
de la Constitucin y a la cual ya nos hemos referido. El primer intento
para reglamentar el derecho a la informacin se inici en 1978 y conclu-
y en 1982 con el gobierno del presidente Jos Lpez Portillo.29
Este primer esfuerzo tiene tres rasgos distintivos:
1) Por primera vez, la Cmara de Diputados, a travs de la Comisin
de Gobernacin y Puntos Constitucionales, convoca el 18 de noviembre de
1979 a sesiones de consulta pblica para analizar el tema. Se celebraron
20 sesiones de consulta pblica y se presentaron 135 ponencias que re-
flejaban la percepcin de diversos sectores de la sociedad.30
De acuerdo al riguroso anlisis elaborado por Sergio Lpez-Aylln,
los ponentes provenientes de la radio y la televisin mostraban una clara
resistencia a legislar en la materia, habida cuenta de que el 60% se mani-
fest en contra, el 21% a favor y el 13% fue ambiguo al respecto.31
En la prensa se advierte, en cambio, una tendencia distinta, pues el
38% de los ponentes se declara a favor, el 31% en contra y se muestra
ambiguo el 31%. Los ponentes de los partidos polticos mostraban su
simpata con la reforma al manifestarse en pro 80%, 10% en contra y
ambiguos 10%. En el mbito de la opinin pblica, las organizaciones

29 Un seguimiento riguroso de este periodo puede consultarse en Lpez-Aylln,


Sergio, El derecho a la informacin, cit., nota 2, pp. 71-130.
30 Casi un ao antes, el 19 de diciembre de 1979, la entonces Comisin Federal
Electoral haba formulado una convocatoria similar, pero no haba establecido las fechas
para celebrar las audiencias pblicas por lo que no se llev a efecto esta jornada. Ibidem,
p. 83.
31 Ibidem, pp. 93-99.
88 JORGE CARPIZO / ERNESTO VILLANUEVA

gremiales mostraban reticencias, pues el 57% se manifest en contra, el


29% a favor y el 14% fue ambiguo. Por el contrario, las instituciones
universitarias manifestaron receptividad al proyecto de reforma legal, al
estar a favor el 52%, en contra el 15% y ambiguo, el 30%. Los sindica-
tos tambin hicieron pblica su simpata para legislar en la materia al
manifestarse en pro el 80%, ninguno en contra y el 20% ambiguo. Final-
mente, el sector gubernamental tambin estuvo claramente a favor con
el 90% de simpatas, ninguno en contra y 10% ambiguo. Con todo, slo
22 de las 135 ponencias manifestaron su rechazo a reglamentar el dere-
cho a la informacin, es decir, se cont con el 84% a favor de que se
avanzara en el tema.
2) Por primera, y nica vez, se advierte una efectiva voluntad del Po-
der Ejecutivo para desarrollar una ambiciosa poltica de comunicacin so-
cial y un amplio proyecto de reformas y adiciones al marco legal vigente
para traducir en acto la reglamentacin del derecho a la informacin.32
La iniciativa y responsabilidad del programa de esta reforma demo-
crtica estuvo a cargo de Luis Javier Solana, coordinador general de co-
municacin social de la Presidencia de la Repblica, quien integr un
amplio grupo de trabajo interdisciplinario del cual formaron parte, entre
otros, Federico Fasano, Jos Barragn, Ral Trejo Delarbre y Beatriz
Sols Leree. El resultado de la labor de este equipo fue un amplsimo
documento titulado Bases estratgicas para la construccin de un siste-
ma nacional de comunicacin social, consistente en 6,550 pginas divi-
didas en treinta tomos.
La propuesta para un proyecto legislativo contenido en el documento
en cuestin (dos de los treinta tomos) abarcaba un sinnmero de aspec-
tos del derecho a la informacin que siguen teniendo una innegable vi-
gencia. El documento propona clarificar las reglas de acceso a la infor-
macin pblica, introducir activamente el derecho de rplica, generar
reglas para el funcionamiento de las agencias de informacin, transpa-
rentar las partidas presupuestales del gobierno federal dedicadas a la co-
municacin social, establecer criterios para el otorgamiento de concesio-
nes de radio y televisin, fomentar la participacin de la sociedad en el
proceso comunicativo estimulando la creacin de asociaciones de recep-
tores de medios y de comits consultivos ciudadanos de los medios im-
32 Sols Leree, Beatriz, El derecho a la informacin, 20 aos despus: crnica de
un debate , en Villanueva, Ernesto (coord.), Derecho y tica de la informacin. El largo
sendero hacia la democracia en Mxico, Mxico, Media Comunicacin, 1995, p. 22.
EL DERECHO A LA INFORMACIN 89

presos, entre otros aspectos. El propsito general era, pues, introducir


una ley marco al amparo del derecho a la informacin recin introduci-
do en la Constitucin, de manera que se aprovechara la oportunidad
para ubicar a Mxico en consonancia con los estndares internacionales
en esta materia. Las diferencias de percepcin y de criterio en algunos
sectores del gobierno y la red de intereses creados hicieron que esta pri-
mera iniciativa fracasara en sus propsitos, ms que por una dificultad
de carcter estrictamente jurdico. As lo reconoce el promotor de la re-
glamentacin, Luis Javier Solana, quien declar el 15 de noviembre de
1981 que:
Vivimos una curiosa situacin. El derecho a la informacin ha sido san-
cionado constitucionalmente pero carece de aplicacin. Todos parecemos
coincidir en lo positivo y necesario de este principio, pero cuando se ha-
bla de volverlo aplicable se generan grandes debates... toda la prudencia
del mundo no nos puede llevar a apearnos de una profunda conviccin; el
derecho a la informacin debe ser reglamentado garantizando la libertad,
el pluralismo y la participacin ciudadana. El tema del derecho a la infor-
macin es especialmente delicado, por lo que su legislacin, esto s, amerita
cuidado, atencin y debate. Pero no debe olvidarse que es especialmente
delicado, en buena medida porque las actividades de comunicacin social
se han desarrollado y han crecido por mucho tiempo sin legislacin o re-
gulacin adecuada que oriente su desarrollo, encontrndonos hoy ante una
situacin de hecho en torno a la cual se tejen innumerables y poderosos
tambin comprensibles intereses. Es la existencia previa de estos in-
tereses en juego lo que convierte en delicado el tema y no su complejidad
jurdica en s, que no es mayor a la de otra gran cantidad y variedad de
reas sobre las cuales se ha legislado hace tiempo.33

3) Si bien en este primer intento no se pudo concretar reforma jurdi-


ca alguna, se logra, sin embargo, que el Poder Ejecutivo ratifique en
1981, con la aprobacin del Senado, la Convencin Americana de Dere-
chos Humanos y el Pacto de Derechos Civiles y Polticos.
El segundo intento para reglamentar el derecho a la informacin tiene
lugar quince aos despus de celebradas las primeras jornadas.34

33 Lpez-Aylln, Sergio, El derecho a la informacin, cit., nota 2, p. 117.


34 Beatriz Sols recoge como un intento previo el Foro de Consulta Popular sobre
Comunicacin Social convocado por el gobierno del presidente Miguel de la Madrid en
1983 para integrar el Plan Bsico de Gobierno donde, aunque no fue organizado espec-
ficamente para reglamentar el derecho a la informacin, se presentaron ms de dos mil
90 JORGE CARPIZO / ERNESTO VILLANUEVA

En efecto, a instancias de la diputada Mara Teresa Gmez Mont, el


8 de febrero de 1995 se crea la Comisin Especial de Comunicacin So-
cial en la Cmara de Diputados, con el propsito de presentar inicia-
tivas de ley para actualizar la legislacin en materia de comunicacin
social, que contemplen el punto de vista de la sociedad, el respeto y for-
talecimiento de la libertad de expresin y de prensa que consagra la
Constitucin .35
Este intento observa las siguientes caractersticas:
1) Es ahora el Poder Legislativo, no el Poder Ejecutivo, el que pro-
mueve modernizar el marco legal.36
El 5 de abril de 1995 se convoca de nueva cuenta a una consulta p-
blica en materia de comunicacin social, la cual se llev a cabo del 8 de ju-
nio al 11 de julio en diez sedes regionales. Se presentaron un total de
694 ponencias con 2,908 propuestas, siendo el tema general de Estado,
sociedad y medios de comunicacin con el 57.06% el que mayor nme-
ro de ponencias registr, seguido de los medios electrnicos con el
18.01% y del tema de medios impresos con el 5.76%.37
De las 698 ponencias el 89% se manifest a favor de reglamentar el
derecho a la informacin contra el 11% que manifest rechazo a la ini-
ciativa.38
Como resultado de esta consulta ciudadana, los integrantes de la Co-
misin Especial de Comunicacin Social de la Cmara de Diputados se
dieron a la tarea de preparar una iniciativa de ley reglamentaria de los
artculos 6o. y 7o. constitucionales, que habra de abrogar la Ley de Im-
prenta vigente desde 1917, tal y como ya hemos asentado anteriormente.

ponencias, muchas de las cuales reclamaban acciones para retomar los trabajos iniciados
en 1979 para actualizar el marco jurdico en la materia; op. cit., nota 32, pp. 26 y 27.
35 Idem.
36 El Poder Ejecutivo, empero, se haba comprometido en el Plan Nacional de De-
sarrollo a proponer y adoptar medidas efectivas para cumplir y regular, oportuna y su-
ficientemente con el derecho a la informacin. El Gobierno de la Repblica ofrecer
asiduamente informacin econmica y social, generada por el Estado, que permita a la
ciudadana el anlisis, seguimiento y evaluacin de las polticas pblicas .
37 Consulta pblica en materia de comunicacin social. Primera etapa. Relatora
de Foros de Consulta, Mxico, Comisin Especial de Comunicacin Social de la LVI
Legislatura del Congreso de la Unin, 1995.
38 Documento de trabajo de la Comisin Especial de Comunicacin Social de la
LVI Legislatura del Congreso de la Unin. Cabe sealar que en la relatora oficial de los
foros se omiti este dato esencial.
EL DERECHO A LA INFORMACIN 91

Los miembros del Partido Revolucionario Institucional manifestaron su


desacuerdo y el consenso se alcanz nicamente entre los legisladores
de los partidos Accin Nacional, de la Revolucin Democrtica y del
Trabajo, quienes suscribieron la iniciativa en cuestin que, presentada al
pleno, fue enviada para su estudio y dictamen a las comisiones de Ra-
dio, Televisin y Cinematografa y de Gobernacin y Puntos Constitu-
cionales, momento que coincidi con la conclusin de la LVI Legislatu-
ra del Congreso de la Unin sin que se registraran mayores avances.
2) De nueva cuenta se present una ley marco como mecanismo para
proceder a la reglamentacin del derecho a la informacin.
La iniciativa retoma muchos de los aspectos previstos en el proyecto
de 1980 e introduce algunas novedades normativas derivadas de la revi-
sin acuciosa de fuentes del derecho comparado. La iniciativa establece,
entre otros rubros, normas para hacer efectivo el derecho de acceso a la
informacin pblica, ampla el derecho de rplica a cualquier medio de
comunicacin,39 introduce las figuras del secreto profesional y de la
clusula de conciencia de los periodistas, propone medidas para dar
transparencia al gasto del gobierno federal en los medios de comunica-
cin, incorpora criterios para la reforma de los medios sufragados con
cargo al erario pblico y crea una Comisin Nacional de Comunicacin
Social como rgano con amplia representacin ciudadana de aplica-
cin de la ley, institucin que habra de generar una ardua polmica ms
adelante por desconocimiento o por inters de algunos sectores por evi-
tar toda reforma normativa.
3) En el mbito de los medios de comunicacin no hubo en este pe-
riodo una movilizacin activa sobre el proyecto, acaso porque los parti-
dos promotores de la reforma legal carecan de mayora parlamentaria
en el Congreso de la Unin y el Partido Revolucionario Institucional ha-
ba decidido mantenerse al margen de la iniciativa en cuestin.
El tercer intento de reglamentacin se promueve en forma activa en
la LVII Legislatura, es decir, inmediatamente despus de concluido el
esfuerzo anterior. La iniciativa no aprobada en la LVI Legislatura pasa
para su revisin y anlisis a la Comisin de Radio, Televisin y Cine-
matografa como resultado del compromiso adquirido entre el Poder Le-
gislativo y el Ejecutivo sobre la agenda de discusin legislativa, que ha-
39 En este aspecto, recoge el espritu del artculo 14 de la Convencin Ameri-
cana de Derechos Humanos, que tambin forma parte de nuestro derecho vigente en los
trminos del artculo 133 de la Constitucin, tal y como ya sostuvimos.
92 JORGE CARPIZO / ERNESTO VILLANUEVA

ba incluido un apartado dedicado a los medios de comunicacin y al


derecho a la informacin.
Las principales caractersticas de este periodo son las siguientes: 1) Por
primera vez en la historia del pas los partidos de oposicin se convier-
ten en mayora en la Cmara de Diputados, quedando tambin de mane-
ra indita la presidencia de la Comisin de Radio, Televisin y Cinema-
tografa en un diputado de oposicin, Javier Corral Jurado, militante del
Partido Accin Nacional. Esta doble circunstancia permiti que se resca-
tara el proyecto de la legislatura anterior y se procediera a realizar una
serie de consultas con los ms distintos sectores de la comunidad (perio-
distas, editores, acadmicos y organizaciones sociales y gremiales) que
permitiera trazar algunas lneas para el posterior trabajo de revisin del
proyecto en cuestin.
Las consultas estuvieron reforzadas con la celebracin de una confe-
rencia internacional, realizada del 6 al 9 de mayo de 1998, titulada El
derecho de la informacin en el marco de la reforma del Estado en M-
xico, que tuvo como rasgo distintivo el haber sido el primer esfuerzo
para reflexionar sobre el tema con la visin de ponentes de los cinco
continentes y nacionales. Ms tarde, el 10 de septiembre de 1998, la Co-
misin de Radio, Televisin y Cinematografa acord por unanimidad
integrar una subcomisin revisora para el estudio correspondiente del
proyecto de ley federal de comunicacin social. La subcomisin revisora
celebr 12 sesiones de trabajo, del 21 al 30 de septiembre de 1998, du-
rante las cuales se realiz un anlisis puntual de cada uno de los artcu-
los del proyecto de referencia. La revisin, sin embargo, fue suspendida
por el retiro de los representantes del Partido Revolucionario Institucio-
nal de la mesa de la subcomisin legislativa. Si bien es cierto que el 4
de noviembre de 1998 la Comisin de Radio, Televisin y Cinematogra-
fa de la Cmara de Diputados acord por unanimidad continuar los tra-
bajos de la subcomisin revisora, lo cierto es que la cercana del proceso
electoral federal y de elecciones en los estados min la conviccin ini-
cial de las distintas fracciones parlamentarias para continuar con el an-
lisis del mencionado proyecto y nunca se concluy el trabajo de revisin
por falta de qurum, a causa de las ausencias de los diputados del Par-
tido de la Revolucin Democrtica y del Partido Revolucionario Institu-
cional.40

40 Datos proporcionados por Beatriz Sols Leree.


EL DERECHO A LA INFORMACIN 93

2) El nuevo acomodo de las fuerzas representadas en la Cmara de


Diputados, que abran posibilidades para legislar en la materia, se convirti
en el escenario para una campaa meditica tendente a desprestigiar el
proyecto de reforma democrtica calificndolo como ley mordaza , aus-
piciada, en buena parte, por algunos de los principales medios, pero sin
ofrecer ciertamente argumentaciones racionales que fundamentaran su
dicho. Para el actual impulsor legislativo de la reglamentacin del dere-
cho a la informacin, Javier Corral Jurado, las dificultades para avanzar
se encontraban en el hecho de que ...la obsolescencia de las leyes ha
servido para generar una red de complicidades en muchos sentidos, y la
discrecionalidad en el manejo del gasto pblico en la materia ha privile-
giado a unos cuantos. Ese es el tema fundamental, y por eso se mani-
fiestan las resistencias .41
En consecuencia, se puede observar que a casi veinte aos de distan-
cia entre el primer y el tercer intento de reglamentar el derecho a la in-
formacin los argumentos esgrimidos por sus principales promotores
tienen una gran coincidencia.
Hasta el da de hoy, se ha intentado reglamentar el derecho a la informa-
cin en tres ocasiones sin haber tenido xito, aunque la distancia entre un
esfuerzo y otro ha sido cada vez ms reducida. Se puede observar una
tendencia recurrente a no abandonar el debate; antes bien, se puede ad-
vertir que da con da las discusiones sobre el tema cubren sectores ms
plurales. Con todo, no se debe ignorar que existen, por supuesto, diver-
sas razones que permiten comprender por qu no se ha podido avanzar
en este terreno normativo. Veamos dos de las ms significativas.
Primero. Es importante hacer notar que las discusiones sobre el dere-
cho a la informacin, siendo cuestiones de inters pblico, han sido aje-
nas al pblico. No hay duda de que la reglamentacin del derecho a la in-
formacin puede proporcionar herramientas adecuadas para vivir en un
Estado democrtico, y para darle verdadero sentido a la nocin de ciu-
dadana. Esa percepcin, empero, no se encuentra al alcance de la mayor
parte de la poblacin. Concurren aqu problemas estructurales para la
formacin no slo de masa crtica, sino incluso de ciudadanos con las
habilidades adecuadas para el ejercicio de sus derechos y el cumpli-
miento de sus obligaciones consubstanciales en un Estado de derecho.
La plida presencia de los segmentos organizados de la sociedad en M-

41 Entrevista con lvaro Delgado, Proceso, 19 de octubre de 1998.


94 JORGE CARPIZO / ERNESTO VILLANUEVA

xico pone de relieve los problemas existentes para crear un ambiente so-
cial propicio que apoye y estimule reformas legales de gran calado de-
mocrtico.
Segundo. Las universidades y los centros acadmicos no han satisfe-
cho plenamente su papel de reproductores sociales de conocimiento
cientfico, particularmente entre los egresados de las carreras de comu-
nicacin y periodismo. Una investigacin que realiza la Universidad Au-
tnoma Metropolitana revela, por ejemplo, que slo nueve facultades
de comunicacin de las ciento cuarenta afiliadas al Consejo Nacional de
Escuelas y Facultades de Ciencias de la Comunicacin (CONEICC) pre-
vn en sus planes de estudio la materia de derecho y comunicacin. De
esta suerte, los comunicadores egresados de las universidades se encuen-
tran con las mismas debilidades cognitivas en la materia que gran parte
de la poblacin en general, circunstancia que tampoco crea las mejores
condiciones para promover la reglamentacin del derecho a la informa-
cin.42
En los ltimos aos algunos de estos fenmenos han ido cambiando,
circunstancia que permite atisbar un ambiente mejor que en el pasado
para transitar hacia un sistema legal ms desarrollado en el mbito del
derecho a la informacin. Existen, por ejemplo, presiones adicionales a
las existentes en el pasado inmediato.
De manera particular, habra que mencionar el informe sobre Mxico
elaborado por la Comisin Interamericana de Derechos Humanos, el
cual concluy en 1998 que:

669. En virtud del anlisis precedente, la CIDH formula al Estado mexi-


cano las siguientes recomendaciones:
670. Que promueva la revisin de la legislacin reglamentaria de los
artculos 6o. y 7o. de la Constitucin mexicana, en una forma abierta y
democrtica, a fin de que las garantas consagradas en los mismos tengan
vigencia efectiva, acorde con el derecho a la libertad de pensamiento y
expresin consagrado por la Convencin Americana.43

Un ao despus, en su informe general correspondiente a 1999, la


CIDH recuerda que:

42 Datos proporcionados por Beatriz Sols Leree de una investigacin en proceso


que ella dirige en la UAM-X.
43 El informe completo puede encontrarse en: http://www.cidh.org/countryrep/Me-
xico98sp/indice.htm
EL DERECHO A LA INFORMACIN 95

No se ha recibido informacin acerca de avances en la reglamentacin de


normas constitucionales, desde la aprobacin de su Informe sobre Mxi-
co. La Red Mexicana de Proteccin a Periodistas y Medios de Comunica-
cin inform cuanto sigue:
Mxico es uno de los siete pases en el mundo con mayores rezagos en
materia de derecho de la informacin. Nuestra Ley de Imprenta data de
1917 y si realmente se acatara revelara su fondo restrictivo y autoritario.
La Ley Federal de Radio y Televisin se expidi en 1960 y salvo ligeras
modificaciones reglamentarias se mantiene inalterable, pese al evidente
desarrollo tecnolgico de los medios electrnicos en pocas recientes. Au-
nado a ello, la propia evolucin poltico-social y el gradual ensancha-
miento de los cauces democrticos patentizan la necesidad de incorporar,
dentro del marco jurdico, nuevas disposiciones tendentes a garantizar y
hacer respetar las libertades de expresin e informacin.44

IV. PROPUESTAS DE ALGUNOS ELEMENTOS


PARA SU REGLAMENTACIN

En el contexto actual, la reglamentacin del derecho a la informacin


sigue siendo una asignatura pendiente. Debe reflexionarse sobre la ido-
neidad de seguir promoviendo una ley marco, reglamentaria de los ar-
tculos 6o. y 7o. de la Constitucin, o bien modificar la estrategia legis-
lativa para privilegiar un desarrollo gradual, pero sostenido, que permita
que en el mediano plazo Mxico pueda salir del acusado atraso legisla-
tivo que registra en el concierto de las naciones. Entre los aspectos que
debe contener el proceso de reglamentacin del derecho a la informa-
cin, cabra llamar la atencin, entre muchos otros, sobre los siguientes:
1. Es conveniente introducir en nuestro marco normativo una ley de
acceso a la informacin. El derecho de acceso a la informacin es uno
de los elementos vitales del derecho de la sociedad, porque permite con-
tar con los elementos adecuados para que el gobernado pueda participar
de mejor manera en la toma de decisiones. Legislar en este sentido ofre-
ce distintas ventajas, a saber:

44 El seguimiento sobre Mxico se encuentra en: http://www.cidh.org/annual-


rep/99span/capitulo5b.htm
96 JORGE CARPIZO / ERNESTO VILLANUEVA

a) Fortalecimiento de la legitimidad democrtica de los gobiernos en


tanto operan bajo el principio de un gobierno abierto o transpa-
rencia gubernamental;
b) Acotamiento de los ndices de corrupcin al existir frmulas ms
exhaustivas de escrutinio pblico con conocimiento preciso de
causa que premian al buen gobierno y castigan al que se aparta
de la ley;
c) Incremento de la calidad del ejercicio de las libertades de expre-
sin e informacin que tienen como requisito sine qua non datos
y hechos. Es posible pensar que, a mayor acceso de informacin
de calidad, se tendrn mayores posibilidades de ejercer proactiva-
mente las libertades informativas;
d) Reduccin de la discrecionalidad oficial y del llamado presiden-
cial a creer per se en que sus posturas y actos de gobierno, cons-
tituyen la mejor alternativa sin ofrecer, a cambio, un sistema rigu-
roso de rendicin pblica de cuentas que oxigene la vida pblica
del pas;
e) Democratizacin de la informacin pblica al ensanchar los espa-
cios para que todos puedan tener la posibilidad de saber de los
asuntos que, de una u otra forma, podran afectar su vida colecti-
va. Se debe eliminar el sistema de informacin privilegiada don-
de unos cuantos deciden por s y ante s el destino de la mayora
que hace posible la riqueza social;
f) Reduccin del crecimiento emergente del rumor y de las noticias
no confirmadas. En la medida en que se cierran los espacios de
informacin, se incrementan las posibilidades para la elucubra-
cin y la informacin no veraz, afectando con ello el derecho a la
informacin de la sociedad. Por el contrario, los sistemas de
transparencia informativa desactivan en una buena proporcin las
causas primarias que derivan en rumores, y
g) Fomento activo del trnsito paulatino de individuos a ciudadanos
susceptibles de participar de mejor manera en los procesos de for-
macin de la voluntad poltica en aspectos de la vida colectiva.

2. Es necesario crear tambin una ley de transparencia publicitaria


que resuelva de fondo la vinculacin presupuestal que existe entre el go-
bierno y algunos medios impresos en Mxico, circunstancia que acota el
EL DERECHO A LA INFORMACIN 97

derecho a la informacin y minimiza las posibilidades de una prensa li-


bre e independiente. En este sentido, la ley en cuestin debera:

a) Establecer los criterios para la asignacin de publicidad oficial;


b) Prohibir la insercin de publicidad redaccional (conocidas como
gacetillas) porque violenta el derecho a la informacin al ofrecer
al pblico propaganda disfrazada de informacin;
c) Prohibir que los contenidos publicitarios impliquen de manera ex-
plcita o implcita la promocin personal de los servidores pbli-
cos ajustando los contenidos a los programas previstos en el Plan
Nacional de Desarrollo;
d) Integrar una comisin de evaluacin y seguimiento del presu-
puesto pblico en los medios de comunicacin con la activa par-
ticipacin de periodistas, empresarios informativos y miembros
de la sociedad civil, y
e) Publicar de manera peridica los montos y los destinos que dedi-
ca cada dependencia a gastos de comunicacin social.45

3. Resulta necesario actualizar la legislacin vigente en materia de ra-


dio y televisin. La Ley Federal de Radio y Televisin debe ser refor-
mada para introducir tanto elementos que brinden plena seguridad jur-
dica a las inversiones efectuadas por los concesionarios como aquellas
disposiciones que protejan el inters de la comunidad en las transmisio-
nes, a imagen y semejanza de los estndares democrticos internaciona-
les. Veamos algunos de ellos:

a) Resulta necesario que la facultad para otorgar concesiones y permi-


sos de radio y televisin no dependa ms de atribuciones discre-
cionales de la Secretara de Comunicaciones y Transportes, sino
de un rgano autnomo que garantice los mejores intereses de los
sectores involucrados;
b) Es conveniente analizar la posibilidad de introducir normas que
regulen la concentracin y la posicin dominante en el mercado,
a efecto de garantizar el pluralismo y la diversidad en las ofertas
mediticas;

45 Un estudio sobre el rgimen de subsidios a la prensa en varios pases europeos


puede encontrarse en Villanueva, Ernesto, Derecho comparado de la informacin, M-
xico, UIA, 1998.
98 JORGE CARPIZO / ERNESTO VILLANUEVA

c) Es importante incorporar a la ley de la materia el derecho de r-


plica previsto en la Convencin Americana de Derechos Huma-
nos, precisando su alcance de manera que no avasalle la libertad
de expresin, pero tampoco lesione el derecho al honor y a la
vida privada de los gobernados;
d) Es oportuno analizar la conveniencia de introducir normas de
proteccin a la juventud y a la infancia y de regulacin sobre pro-
gramas de sexo y violencia, de tal suerte que se delimiten los m-
nimos necesarios que debe recoger la ley, dejando los mximos a
normas de carcter tico a cargo de organismos de autorregula-
cin como entidades complementarias no sustitutivas ni antit-
ticas de los rganos de aplicacin de la ley;46
e) Es conveniente analizar si se mantiene o reforma, en razn de los
mejores intereses de Mxico, la figura de los tiempos del Estado
creados por el acuerdo presidencial del 27 de junio de 1969, en el
cual autoriza a la Secretara de Hacienda y Crdito Pblico para
recibir de los concesionarios de radio y televisin el pago previs-
to por el artculo 9o. de la Ley que Establece, Reforma y Adicio-
na Disposiciones Relativas a Diversos Impuestos, a travs del
12.5% del tiempo diario de transmisin de cada estacin.47

4. Es compatible con un Estado democrtico de derecho introducir los


derechos de los periodistas al secreto profesional y a la clusula de con-
ciencia. Se trata, en ambos casos, de derechos instrumentales subsidia-
rios del derecho a la informacin que garantizan, por un lado, la amplia-
cin del universo de la informacin susceptible de ser conocida por los
gobernados y, por otro, la garanta de independencia de los periodistas
frente a los medios de comunicacin para privilegiar el derecho a saber
y la informacin veraz en beneficio de la colectividad toda.

46 Un excelente estudio sobre la reforma jurdica que se ha dado en esta materia en


Europa puede encontrarse en Robillard, Serge, Television in Europe: Regulatory Bodies.
Status, Functions and Powers in 35 European Countries, Londres, The European Insti-
tute for the Media, 1995.
47 Es importante hacer notar que el artculo 9o. de la Ley que Establece, Reforma
y Adiciona Disposiciones Relativas a Diversos Impuestos, expedida un ao antes, esta-
bleca un impuesto especial por el uso comercial del espacio areo de la nacin, consis-
tente en el 25% de los ingresos totales de los concesionarios, circunstancia que gener
protestas generalizadas por parte de stos, cuya solucin se encontr en la conversin
de dicho monto por el 12.5% del tiempo total de transmisiones.
EL DERECHO A LA INFORMACIN 99

5. Es necesario transformar los medios del gobierno en medios de Esta-


do antes que proceder a su privatizacin. Los medios pblicos no deben
competir con la programacin de los medios privados sino enriquecer y
complementar la oferta programtica. Los medios del Estado deben:

a) Brindar informacin veraz, imparcial y equilibrada sobre hechos


noticiables de inters pblico;
b) Otorgar espacios de expresin, plurales y equitativos, a las ms
distintas corrientes y posturas polticas, sociales y culturales que
dan vida al tejido social, y
c) Promover programas educativos y de esparcimiento compatibles
con los valores democrticos que nutren a la sociedad civil y que
norman la conducta de la sociedad poltica.

Para el logro de estos objetivos no basta el cambio de personas o la


adopcin de polticas transitorias, sino que es necesario establecer las
bases normativas que garanticen la ms alta satisfaccin del inters p-
blico. Y ello slo es posible en la medida en que los medios pblicos:

a) Sean creados por una ley expedida por el Poder Legislativo, cir-
cunstancia que les brindara adecuada seguridad jurdica en la
medida en que para reformar, adicionar o derogar su articulado
se requiere del concurso de varias voluntades representadas en el
Congreso y no una sola, por muy importante que sta sea;
b) Posean una junta directiva o consejo de administracin, integrado
por representantes de los diversos sectores sociales, y dotado de
atribuciones para fiscalizar y vigilar el efectivo cumplimiento del
articulado de la ley; de esta suerte, se logra un saludable equili-
brio entre la ejecucin y la programacin de actividades en bene-
ficio de la propia sociedad;
c) Puedan nombrar a su director general o administrador con el con-
curso del consejo de administracin o junta directiva. Se garanti-
za de este modo que el designado posea las cualidades personales
y profesionales entre sus pares, y
d) Los derechos de expresin de las corrientes polticas y culturales
se encuentren expresamente previstos en el cuerpo de la ley. De
esta manera, se habilita a los grupos, que eventualmente pudieran
verse afectados por falta de espacios en la carta de programacin
100 JORGE CARPIZO / ERNESTO VILLANUEVA

de los medios estatales, para acudir en busca de justicia ante los


rganos jurisdiccionales competentes, a efecto de que se les resti-
tuya su derecho lesionado, si hubiere lugar a ello.

V. CONCLUSIONES

1. El derecho a la informacin se integra tanto con garantas indivi-


duales como sociales; se le puede contemplar como un amplio crculo
que, a su vez, engloba los crculos de las libertades de pensamiento, ex-
presin e imprenta.
2. El derecho a la informacin es un derecho de va doble en tanto
incluye la proteccin del sujeto activo el informador as como la
del sujeto pasivo, que es quien recibe la informacin, ya sea de manera
individual o colectiva.
3. El marco jurdico del derecho a la informacin en Mxico no es
tan deficiente y anticuado como parece a primera vista; por una parte, si
se considera que los instrumentos internacionales que el pas ha ratifica-
do constituyen parte del orden jurdico interno y, por la otra, el papel
que juega la jurisprudencia tanto la de rganos internacionales como la
de la CIDH, y la interna en virtud de que nuestra Suprema Corte de Jus-
ticia a partir de 1998, ha comenzado nicamente comenzado a dic-
tar resoluciones que realmente se refieren a esta materia. Aun cuando en
este aspecto Mxico se encuentra en pinitos, esas tesis del mximo tri-
bunal son alentadoras.
4. Es necesario crear la costumbre de que las personas cuyos dere-
chos y libertades son violadas en los diversos aspectos del derecho a la
informacin acudan a la va jurisdiccional a defenderse y que las orga-
nizaciones no-gubernamentales apoyen a aqullas que necesiten auxilio
jurdico, econmico o social.
5. Los abogados deben hacer valer ante los tribunales los alcances del
artculo 6o. constitucional en cuanto establece que el derecho a la in-
formacin ser garantizado por el Estado , as como los tratados inter-
nacionales ratificados por nuestro pas y las incipientes tesis de la Su-
prema Corte de Justicia sobre esta materia.
6. Los jueces debern ir estableciendo los precedentes judiciales y los
casos ms importantes habrn de llegar al conocimiento de la Suprema
Corte de Justicia de la Nacin. Los tribunales pueden y deben jugar un
EL DERECHO A LA INFORMACIN 101

papel importantsimo para defender estos derechos y libertades y, en ge-


neral, todos los derechos humanos.
7. Cuando sea necesario, y despus de agotarse todos los recursos in-
ternos, se debe recurrir a instancias internacionales como la Comisin y,
en su caso, la CIDH, cumplindose con los requisitos de procedencia.
8. Todo parece indicar que la Suprema Corte de Justicia de la Nacin
y, en general, el Poder Judicial de la Federacin, van a desempear el
trascendente papel que les corresponde en la defensa de este esencial de-
recho fundamental. Es de esperarse que las tesis que la Corte ha estable-
cido, a partir de 1998, nicamente sean el comienzo de un desarrollo
jurisprudencial que colabore a colocar a Mxico como un pas en el cual
se respeta, protege y defiende el derecho a la informacin, tal y como
acontece en los pases democrticos de Europa Occidental.
9. Los diversos intentos por reglamentar el derecho a la informacin
en el transcurso de estos ltimos veinte aos presentan problemas de na-
turaleza conceptual, pero fundamentalmente, la existencia de intereses
creados y de ausencia de una amplia base social que comprenda bien a
bien la importancia de estas reformas para su vida cotidiana.
10. Es necesario proseguir con los esfuerzos universitarios y de las
organizaciones de la sociedad para socializar la importancia que tiene el
derecho a la informacin en la calidad de convivencia democrtica, en
la vida diaria de los gobernados y en la posibilidad de un efectivo rgi-
men de gobierno con rendicin de cuentas.
11. La reforma jurdica no se asegura con el simple cambio de parti-
do en el poder, sino que es imprescindible que se convierta en parte de
la agenda social para que pueda convertirse en normas jurdicas que
brinden certeza al cambio en la materia.
12. Las propuestas integradoras o leyes marco, siendo probable-
mente aconsejables desde el punto de vista de tcnica legislativa, han
enfrentado histricamente resistencias que han hecho naufragar toda ini-
ciativa de reglamentacin del derecho a la informacin preparada hasta
la fecha. Por ello, parece que conviene privilegiar ahora la bsqueda de
consensos en temas esenciales, sin que ello signifique claudicacin o re-
nuncia a proyectos de largo aliento; debe observarse, por el contrario,
como un camino gradual pero consistente para que la reforma democr-
tica tenga asidero legal, por un lado, y, por el otro, para que se destierre
la percepcin que existe en algunos sectores de que el espacio de la co-
municacin es una zona de excepcin para la regulacin jurdica.

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