Revista Gente - Carta Abierta A Los Padres Argentinos (1976)

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1976

LA LTIMA DICTADURA MILITAR 1983


SERIE DOCUMENTOS DE MEMORIA
LA LTIMA DICTADURA MILITAR
1976 / 1983

SEGUNDO DOCUMENTO
CARTA ABIERTA A LOS PADRES ARGENTINOS

REVISTA GENTE

HISTORIA, MEMORIA Y EDUCACIN


RECORDAR Y ENTENDER
SERIE DOCUMENTOS DE MEMORIA 3
SEGUNDO
DOCUMENTO CARTA ABIERTA A LOS PADRES ARGENTINOS REVISTA GENTE

Recordar y entender: carta abierta a los padres: la ltima dictadura militar 1976-1983 /;
comentado por Edgardo Vannucchi; seleccionado por Edgardo Vannucchi.
- 1a ed. - Buenos Aires : Ministerio de Educacin - Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, 2007.
32 p. ; 30x21 cm. (Documentos de memoria; 2)

ISBN 978-987-549-345-2

1. Derechos Humanos. 2. Dictadura Militar. I. Vannucchi, Edgardo, coment.


II. Vannucchi, Edgardo, selec. III. Ttulo
CDD 323

Coordinacin y realizacin de la Serie:


Edgardo Vannucchi

Diseo y diagramacin:
Germn Dittler y Damin Ziegel
EQUIPO DE COMUNICACIN
Ministerio de Educacin de la Ciudad.

Diseo de cubierta:
Germn Dittler.

Correccin:
Myriam Pelazas.

4 MINISTERIO DE EDUCACION
1976
LA LTIMA DICTADURA MILITAR 1983

PRESENTACIN
Es un honor para este Ministerio, asumir el compromiso de presentar a
nuestros docentes una nueva publicacin de este valioso material que documenta la
existencia de distintas memorias, forjadas en el devenir histrico, y que contribuye a
reexionar sobre el papel de los medios de comunicacin, en un contexto ms am-
plio, ms complejo, y quizs ms doloroso, como lo constituye el acto de indagacin
de las responsabilidades sociales individuales y colectivas que tuvieron lugar en la
experiencia autoritaria y represiva por la que atraves la sociedad argentina durante
la ltima dictadura militar.

Por ello invitamos a la lectura de este Segundo Documento y a poner en


dilogo las dos CARTAS ABIERTAS analizadas hasta aqu, como una bsqueda ms
para seguir haciendo memoria.

LIC. ANA MARA CLEMENT


MINISTRA DE EDUCACIN DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES

SERIE DOCUMENTOS DE MEMORIA 7


1976
LA LTIMA DICTADURA MILITAR 1983

INTRODUCCIN

A ms de 30 aos de la experiencia autoritaria y represiva encarnada por la ltima dic-


tadura militar, instrumentada a partir del terrorismo de Estado, permanecen vigentes y
coexisten con diferentes grados de tensin, las diversas visiones, las distintas memorias
sobre nuestro pasado reciente, forjadas en el devenir histrico y asumidas o rechazadas
por los distintos grupos o actores sociales en el presente.

Reconocer la existencia de distintas memorias implica asumir que las mismas son objeto de
lucha, escenario de conicto, de disputa por la apropiacin del sentido, de la interpretacin
de un conjunto de experiencias compartidas o heredadas de nuestro pasado.

Las huellas, las marcas esculpidas, inscriptas en el cuerpo por la dictadura tanto en
trminos sociales como individuales son las que en algunos casos, paralizan, silencian,
obturan toda posibilidad de acercarse, abordar, enfrentar ese pasado traumtico. En
otros, movilizan, convocan, demandan actos y ejercicios de memoria(s) en tanto operacin
de dar sentido al pasado, es decir, en tanto esas huellas sean evocadas y ubicadas en un
marco que les d sentido. 1

Es en funcin de brindar a los docentes de todos los niveles herramientas para pensar y
reexionar sobre los usos y sentidos de la memoria, para acompaar ese proceso subjeti-
vo que permita activar el pasado en el presente, que proponemos la Serie Documentos de
Memoria.

Buscamos, a travs de ella, promover el ejercicio de memoria a partir de considerar la


necesidad de acercarnos, de abordar nuestra historia reciente desde una doble perspec-
tiva: aquella que implique tanto recordar como entender la experiencia del terrorismo de
Estado en nuestro pas, interpelndonos respecto de qu (nos) pas y por qu (nos) pas.

1 Jelin, Elizabeth: Los trabajos de la memoria, Siglo XXI, Madrid, 2001.

SERIE DOCUMENTOS DE MEMORIA 9


SEGUNDO
DOCUMENTO CARTA ABIERTA A LOS PADRES ARGENTINOS REVISTA GENTE

RECORDAR Y ENTENDER

El acto de recordar emerge en trminos de ejercicio de memoria como la primera expe-


riencia vital. Asimismo se lo asocia comnmente al imperativo categrico bifronte de no
olvidar - (para) no repetir. Como anverso y reverso de la misma moneda se le adjudica
al recuerdo al acto conmemorativo esa potencialidad reparadora, esa capacidad para
conjurar, para evitar el terror futuro. Permtasenos dudar de esa intrnseca capacidad de
conjuro.

Asumir que rememorar o recordar es condicin suciente para evitar la repeticin de


una determinada experiencia histrica puede conllevar un doble riesgo: por un lado el de
deshistorizar el ejercicio de memoria, esto es no tener en cuenta las transformaciones y
cambios en los actores sociales que recuerdan y olvidan en cada momento o perodo, en
sus sentidos y en los climas culturales y polticos.

Por el otro, el riesgo de caer en la participacin ritualizada del deber de memoria mani-
esto en la expresin no se puede no ir es decir, la posibilidad de asumir los mandatos
morales de recordar que implican generalmente repeticiones ms que elaboraciones. 2

Por eso el desafo es recordar pero tambin entender.

El ejercicio de memoria debe evitar el peligro de congelar signicados que eluden el anlisis
y clausuran las interpretaciones. Debe permitir superar las repeticiones, tomar distancia y
al mismo tiempo promover el debate y la reexin activa sobre ese pasado que intenta inte-
ligir en funcin de inscribirlo en su sentido para el presente y proyectarlo hacia el futuro.

Es decir, las marcas e inscripciones materiales y simblicas que van forjando las memorias
sociales, construyendo identidades a travs de prcticas y discursos no estn cristalizadas
para siempre. Sus usos y sentidos son disputados, apropiados y resignicados por diver-
sos actores sociales en diferentes momentos histricos y a partir de distintas estrategias
y relaciones de fuerzas.

El acto de entender nos invita, nos conduce a la reexin, a preguntarnos, a indagar cules
fueron las condiciones histrico-sociales que permitieron la emergencia del Estado terro-
rista y su coexistencia con la normalidad de la vida cotidiana en tiempos de dictadura.

2 Jelin, Elizabeth: Los trabajos de la memoria, Siglo XXI, Madrid, 2001 y Los sentidos de la conmemoracin, en Las conmemoraciones: Las dispu-

tas en las fechas in-felices, Jelin (Comp.), Siglo XXI, Madrid, 2002.

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LA LTIMA DICTADURA MILITAR 1983

PARA SEGUIR PENSANDO

Algunos anlisis coinciden en sealar que en nuestro mundo actual vienen coexistiendo
dos prcticas aparentemente antagnicas: el culto a la inmediatez, a lo instantneo, contra-
puesto al culto al pasado.

El primero, caracterizado por la absoluta valoracin de lo efmero, la fragilidad, la transito-


riedad de los vnculos y los hechos sociales, la aceleracin de la vida contempornea, la
existencia de un mundo fragmentado en el que la mxima aspiracin es vivir en seguida,
aqu y ahora, consumiendo, erigindose el individualismo, la realizacin personal, en el
valor supremo.

Producto para algunos del cambio epocal denominado posmodernidad 3, la ruptura, la


destruccin de los mecanismos sociales que vinculan la experiencia contempornea del in-
dividuo con la de generaciones anteriores 4 parece consolidarse en los inicios del milenio.

Como explicita Eric Hobsbawm en su mayor parte, los jvenes, hombres y mujeres de
n de siglo crecen en una suerte de presente permanente sin relacin con el pasado del
tiempo que viven. 5

El segundo, maniesto en el consumo y mercantilizacin de distintas modas retro, en las


colecciones privadas-familiares, en el xito de la novela histrica, en las conmemoracio-
nes y marcas materiales en el espacio pblico, en la presencia del pasado en los medios
masivos de comunicacin, en el inters archivstico, llegando a constituir, para algunos,
una cultura de la memoria. 6

La misma es considerada un emergente, en parte, como respuesta o reaccin al cambio


rpido y a una vida sin anclajes o races. 7

3 Otros aludirn a la sociedad postindustrial, al capitalismo tardo, a la modernidad lquida, etc., conceptos que tienen en comn la preten-

sin de signicar, de dar cuenta de que los ideales modernos se estn resquebrajando o han desaparecido.
4 Hobsbawm, Eric: Historia del siglo XX, Crtica, Barcelona, 1995.
5 dem.
6 Algunos hablarn de museicacin, otros de mana preservacionista. Vase, por ejemplo, Sarlo, Beatriz: Tiempo pasado, Cultura de la memoria

y giro subjetivo, Una discusin, Siglo XXI, Madrid, 2005. Jelin, Elizabeth: La memoria en el mundo contemporneo; en Jelin, Elizabeth: Los trabajos
de la memoria, Siglo XXI, 2002. Nor, Pierre: (Director) Los lugares de la memoria, Gallimard, Pars, Obra colectiva.
7 Jelin, Elizabeth: Los trabajos de la memoria. Op. Cit.

SERIE DOCUMENTOS DE MEMORIA 11


SEGUNDO
DOCUMENTO CARTA ABIERTA A LOS PADRES ARGENTINOS REVISTA GENTE

Asumiendo las tensiones vigentes entre quienes destacan y reivindican el lugar de la memo-
ria y aquellos que se lamentan por esos pasados que no pasan 8, que promueven el olvido
como forma de relacin con el pasado, la Serie Documentos de Memoria se propone inter-
pelar a ambos hipotticos destinatarios.

Por un lado, intentando promover en cada docente el inters por la construccin y preser-
vacin de la memoria. Invitando a cada colega a informarse y formarse sobre el perodo
ms nefasto de nuestra historia, cuyas consecuencias an hoy permanecen vigentes.

Por el otro, alertando sobre el riesgo que conlleva que la memoria devenga en un objeto de
consumo ms, tan efmero y pasajero como cualquier otra mercanca. Es decir, que se use
y se deseche sin reexin, sin problematizacin sobre la misma.

En ese sentido es que la Serie Documentos de Memoria intenta generar una grieta en la
vorgine actual. Construir un espacio/tiempo diferente de las urgencias cotidianas.

De all que entre entrega y entrega de cada material medie un plazo temporal considerable,
para que el docente pueda dedicarlo a la (re)lectura, destinarlo a (re)pensar cada uno de
los documentos y ponerlos en relacin con los usos y sentidos de la memoria.

Cronograma

Primer documento: Carta Abierta de Rodolfo Walsh a la Junta Militar. 24.03.77


Descargar archivo PDF en:
http://www.buenosaires.gov.ar/areas/educacion/cepa/primer_documento_memoria.pdf

Segundo documento: Carta abierta a los padres argentinos.


Revista Gente. 16.12.76.

Prxima entrega:
Tercer documento: Seleccin de Boletines, Resoluciones, Circulares del
autodenominado PRN (Proceso de Reorganizacin Nacional) y sus efectos
en el campo educativo.

Propuestas, comentarios, sugerencias:


[email protected]

8 dem.

12 MINISTERIO DE EDUCACION
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LA LTIMA DICTADURA MILITAR 1983

SEGUNDO DOCUMENTO DE MEMORIA


CARTA ABIERTA A LOS PADRES ARGENTINOS
Revista Gente. 16/12/76

POR QU LA SERIE DOCUMENTOS DE MEMORIA?

La Serie Documentos de memoria seleccin de textos escritos, flmicos, sonoros,


audiovisuales, etc. tiene por objeto brindar a los docentes de todos los niveles del sistema
educativo de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires herramientas para pensar y reexionar
sobre la memoria en tanto operacin de dar sentido al pasado 9, ejercicio que posibilite
tanto recordar como entender la experiencia del terrorismo de Estado en nuestro pas.

LA CARTA ABIERTA A LOS PADRES ARGENTINOS.


REVISTA GENTE. 16/12/76

El abordaje y anlisis de este Segundo Documento de Memoria estar organizado en dos


momentos.

El primero ser en el cual -en trminos generales- presentaremos brevemente la reexin


acerca del papel que los medios de comunicacin desempearon en tiempos de terrorismo
de Estado. En ese marco, mientras algunos (una minora) intentaron cuestionar el discur-
so ocial, resistir los efectos de la dictadura militar; otros (la mayora) daban muestras de
adhesin y/o de abierta complicidad y apoyo a los golpistas, colaborando en la bsqueda
por alcanzar lo que los militares estipularon como uno de sus objetivos bsicos: la erradi-
cacin de la subversin y las causas que favorecen su existencia. 10

En el segundo momento -en trminos particulares- propondremos la revisin e indagacin


a travs del contenido de la Carta abierta a los padres argentinos de hasta qu punto la
revista Gente, de la Editorial Atlntida, reprodujo e hizo propio el lenguaje y el discurso de
la dictadura, asumiendo y materializando aquella consigna de los militares que pregonaba
en esta nueva etapa hay un puesto de lucha para cada ciudadano. 11

9 Jelin, Elizabeth: Los trabajos de la memoria, Siglo XXI, Madrid, 2001.


10 Vase Acta jando el propsito y los objetivos bsicos para el Proceso de Reorganizacin Nacional, en Verbitsky, Horacio: Medio siglo de
proclamas militares, Editora / 12, Buenos Aires, 1988.
11 Vase la Proclama del Proceso de Reorganizacin Nacional. 24.03.76; en Troncoso, Oscar: El proceso de reorganizacin nacional / 1. (De marzo

de 1976 a marzo de 1977), CEAL, Buenos Aires, 1984.

SERIE DOCUMENTOS DE MEMORIA 13


SEGUNDO
DOCUMENTO CARTA ABIERTA A LOS PADRES ARGENTINOS REVISTA GENTE

1. EL PAPEL DE LOS MEDIOS


BREVE CONTEXTUALIZACIN

La instalacin en el poder del gobierno de facto a partir de marzo de 1976, contempl desde
el comienzo, una estrategia sistemtica de utilizacin de los medios de comunicacin como
herramienta de construccin y circulacin del discurso ocial y -como reverso de la misma
moneda- de silenciamiento de cualquier mensaje o voz opositora.

La intencin de monopolizar el relato, de suprimir cualquier disenso, de sintetizar todas las


voces en una nica voz qued explicitada en el Comunicado N 19 del 24 de marzo, el cual
opera como marco general de la estrategia pblica respecto a los medios de comunicacin
instrumentada por el autodenominado Proceso de Reorganizacin Nacional (PRN):

Se comunica a la poblacin que la Junta de Comandantes Generales ha resuelto que sea


reprimido con la pena de reclusin por tiempo indeterminado el que por cualquier medio di-
fundiere, divulgare o propagare comunicados o imgenes provenientes o atribuidas a aso-
ciaciones ilcitas o personas o grupos notoriamente dedicados a actividades subversivas o
al terrorismo. Ser reprimido con reclusin de hasta diez aos, el que por cualquier medio
difundiere, divulgare o propagare noticias, comunicados o imgenes, con el propsito de
perturbar, perjudicar o desprestigiar las actividades de la Fuerzas Armadas, de Seguridad
o Policiales. 12

Sin embargo, ms all de este marco normativo, la dictadura apelar a la persecucin


de medios (interviniendo canales de televisin, radios, expropiando o clausurando algunas
revistas y diarios) y personas (asesinando, encarcelando, forzando el exilio, o recurriendo a
la metodologa de la desaparicin) en funcin de alcanzar sus objetivos en la denominada
lucha antisubversiva. 13

En ese sentido, el Gral. Jorge R. Videla armaba: La lucha se dar en todos los campos,
adems del estrictamente militar, y sentenciaba No se permitir la accin disolvente y
antinacional en la cultura, en los medios de comunicacin, en la economa, en la poltica y
en el gremialismo. 14

12 Comunicado N 19. Diario La Prensa, 24 de marzo de 1976.


13 Algunos ejemplos: Diario La Opinin: su director y fundador, Jacobo Timerman, fue secuestrado, encarcelado y torturado. El peridico fue
intervenido militarmente, nombrando el Gobierno un administrador ocial de la sociedad editora y un director del diario; Diario Buenos Aires
Herald: su director, Robert Cox fue detenido y posteriormente, al igual que su editor, Andrew Gram - Yoll y James Neilson (director desde 1979),
tuvo que partir hacia el exilio forzado. Revista Conrmado: su director, Horacio Agulla, fue asesinado por un grupo de tareas en 1978. Vase el
Informe sobre la situacin de los Derechos Humanos en Argentina. Comisin Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Organizacin de los
Estados Americanos (OEA), Abril de 1980, Cap. VII Derecho a la libertad de opinin, expresin e informacin.
14 Declaraciones del Gral. Videla, 8.07.76; en Avellaneda, Andrs: Censura, autoritarismo y cultura: Argentina 1960-1983, Tomo 1, CEAL, Buenos

Aires, 1986.

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LA LTIMA DICTADURA MILITAR 1983

Cabe destacar que a diferencia de otras experiencias autoritarias (como fue el caso de
Espaa durante el franquismo) no hubo nunca en la Argentina una ocina de censura cen-
tralizada. Desde esta perspectiva, tal como expresara Andrs Avellaneda en su investiga-
cin, este rasgo de ubicuidad, este estar en todas partes y en ninguna, fue desde 1974 el
elemento de mayor efectividad del discurso de censura cultural argentino, en la medida
en que la represin ejercida de modo indiscriminado no permita internalizar masivamente
el concepto de castigo y paralizaba las posibles reacciones.

En este contexto, especie de zona gris, de lmite difuso, indiferenciado entre lo prohibido y
lo no prohibido, entre lo punible y lo no punible, el rumor (tambin) oper como un elemento
disciplinador, lo que habra potenciado el papel y el alcance de la autocensura.

Distintos anlisis han abordado la cuestin del papel, del rol que desempearon los medios
de comunicacin masiva durante la ltima dictadura militar. 15

Centrndonos en el desempeo de la prensa grca pueden reconocerse tres tendencias


oscilantes: una primera, muy minoritaria, representada por aquellos medios que intentaron
a travs de prcticas y estrategias diversas, restar consenso mediante operaciones crticas
o de denuncias abiertas; una segunda basada en la omisin informativa y la autocensura
sistemtica; y una ltima tendencia caracterizada por la colaboracin y el apoyo explcito
a la dictadura militar. 16

En este ltimo grupo se inscriben, claramente, tanto la revista Gente y su Carta abierta a
los padres argentinos -objeto de nuestro anlisis- como el resto de las publicaciones de la
Editorial Atlntida (Para Ti, Somos, El Grco).

15 Es necesario tener presente que -ms all de no ser el tema especco de este Segundo Documento de Memoria- reexionar sobre el papel

de los medios conlleva la obligacin de enmarcar dicha reexin en un contexto ms amplio, ms complejo y (seguramente) ms doloroso: el
de la indagacin de las responsabilidades sociales -individuales y colectivas- en la experiencia autoritaria y represiva por la que atraves la
sociedad argentina durante la dictadura.
16 Vase Franco, Marina: La campaa antiargentina: la prensa, el discurso militar y la construccin de consenso, Facultad de Filosofa y Letras,

UBA; en RIEHR: Red Interdisciplinaria de Estudios sobre Historia Reciente.


http://www.riehr.com.ar/archivos/Investigacion/Franco%20%20Campana%20antiargentina.pdf

SERIE DOCUMENTOS DE MEMORIA 15


SEGUNDO
DOCUMENTO CARTA ABIERTA A LOS PADRES ARGENTINOS REVISTA GENTE

2. CARTA ABIERTA A LOS PADRES ARGENTINOS:


DESDE DNDE LEERLA?

Nuestra prensa es responsable y libre, pero sobre todo responsable.


Gral. Jorge Rafael Videla. 17

El primer elemento que debe considerarse antes de abordar especcamente el contenido


de la Carta abierta es el anlisis del propio recurso, es decir, del formato de carta abier-
ta de la revista Gente. El mismo, utilizado en diferentes ocasiones,18 iba acompaado de la
rma annima, desinteresada de un amigo, un argentino, un ciudadano, pero -y
esto es fundamental para enmarcar la lectura, para delimitar el campo de interpretacin- lo
que era presentado como una supuesta colaboracin espontnea de un annimo ciu-
dadano argentino, debe ser ledo en clave editorial. Es decir: las cartas abiertas que eran
publicadas sin destinatarios precisos y sin rma, o rmadas por el impersonal un amigo,
reejaban y traducan explcitamente el pensamiento, la visin de la direccin de la revista
y de la Editorial Atlntida sobre lo que ocurra en nuestro pas a partir del acceso al poder
de la Junta Militar. 19

En cuanto al contenido especco, puede reconocerse que Gente, a travs de su Carta


abierta asume y reproduce, con toda claridad, tres ejes fundamentales del discurso
que la dictadura busc instalar: a) el relato y la descripcin de un pas en guerra contra
la subversin, entendiendo por guerra no slo el enfrentamiento en el plano militar, sino
tambin y fundamentalmente, en el terreno cultural, en el plano de las ideas; b) la metfora
del cuerpo social enfermo, es decir, la instalacin de la idea de una sociedad infectada
por el virus subversivo, por el veneno marxista; y c) la apelacin directa al papel y la
responsabilidad vital de los padres en la vigilancia y control de sus hijos, presentada como
uno de los antdotos necesarios para combatir la infeccin del cuerpo social.

Para ampliar vase Bibliografa sugerida en este mismo Documento de Memoria.


17 Declarado el 18.06.79; en Abs, Alvaro: El poder carnvoro, Legasa, Buenos Aires, 1985.
18 Vase por ejemplo: Carta a un argentino que vive afuera. Gente, Marzo de 1978; Carta abierta a un poltico argentino, Gente, Abril de 1980;

en Qu hiciste t en el Proceso, Pap?: Revista Humor Registrado. Edicin especial 17 Aniversario, Ediciones de la Urraca S.A., Buenos Aires,
1995; o Carta abierta a los miembros de la Comisin Interamericana de Derechos Humanos, Gente, Septiembre de 1979; en Zubieta, Martn
- Blaustein, Eduardo: Decamos ayer. La prensa argentina bajo el Proceso, Colihue, Buenos Aires, 1998.
19 Vase Blaustein, Eduardo: Nada como la Gente. Recuerdos de Editorial Atlntida; en Zubieta, Martn - Blaustein, Eduardo: Decamos ayer. La

prensa argentina bajo el Proceso, Colihue, Buenos Aires, 1998, y Feinmann, Jos Pablo:Gente, es el medio y el mensaje, Pgina 12, 28.12.03.

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1976
LA LTIMA DICTADURA MILITAR 1983

a. El discurso del pas en guerra

El lenguaje ocial, monocorde, hegemnico, altisonante, hablaba constantemente de la


guerra. 20 Desde la retrica del gobierno militar se buscaba convencer a la poblacin de que
la irrupcin de las FF.AA implicaba la drstica opcin entre el caos o el orden y que se
estaba en guerra contra el enemigo interno.

En la concepcin militar la lucha contra la subversin aptrida formaba parte de un con-


icto blico mundial entre el comunismo internacional y las fuerzas de Occidente, en el
marco de la Guerra Fra, del enfrentamiento Este - Oeste. De all las recurrentes alusiones
a la lucha contra el marxismo ateo en defensa de los valores de la civilizacin occidental
y cristiana.

Es decir, se asuma la perspectiva de la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN), elaborada


por los EE.UU. 21 segn la cual se concibe al enemigo como una amenaza que no reconoce
fronteras geogrcas, sino bsicamente ideolgicas y en funcin de ello, todos los conictos,
internos y externos, se vinculan a una misma clave interpretativa: la amenaza marxista. 22

En ese contexto la guerra contra la amenaza comunista era denida como una potencial
Tercera Guerra Mundial, que a diferencia de la primera y la segunda, deba librarse en
todos los frentes, no slo en el militar, sino tambin en el campo de las ideas, en el plano
cultural, en el terreno ideolgico. 23

20 Hoy ms que nunca las FF.AA. tienen la conviccin plena de su victoria () victoria en la que, sin lugar a dudas, habr vencedores y ven-

cidos. Comandante E. E. Massera, 22.06.76. En medio de la incredulidad de algunos, de la complicidad de otros y el estupor de muchos haba
comenzado la guerra. () No vamos a combatir hasta la muerte, vamos a combatir hasta la victoria, est ms all o ms ac de la muerte.
Comandante E. E. Massera, 02.11.76. Aqu han pasado cosas: hemos vivido una guerra. Gral. E. R. Videla, 02.01.78, Aqu no ha habido violacin
alguna de los derechos humanos. Aqu ha habido guerra. Gral. E. Viola 29.05.78; en Vzquez, Enrique: PRN La ltima, Origen, apogeo y cada
de la dictadura militar, EUDEBA, Buenos Aires, 1985; Abs, Alvaro: Op. Cit.; y Garca, Alicia: La doctrina de Seguridad Nacional / 2, CEAL, Buenos
Aires, 1991.
21 Es importante destacar tambin la inuencia de Francia sobre los militares argentinos en lo que respecta a los mtodos empleados para enca-

rar la lucha contrainsurgente. Los franceses, a travs de sus cursos de guerra contrarrevolucionaria, transmiten su experiencia (adquirida
en los aos 50 en los conictos de Indochina y Argelia), su metodologa represiva centrada en dos pilares fundamentales: la tortura sistemtica
(como medio para la obtencin de informacin) y la accin psicolgica para mantener a la poblacin aislada de la subversin. Vase Llum,
Diego: Los maestros de la tortura. La inuencia francesa en los militares argentinos; en Todo es Historia N 222, Buenos Aires, Septiembre de
2002; Robin, Marie Monique: Los escuadrones de la muerte. La escuela francesa, Documental, Francia, 2003; entre otros.
22 Mientras no se resuelva el conicto global, que es el choque de nuestra civilizacin y la marxista, la agresin terrorista ser un peligro siem-

pre presente. Gral. L. F. Galtieri, 29.05.80, con motivo del Da del Ejrcito; en Vzquez, Enrique: Op.cit.
23 El terrorista no es slo considerado tal por matar con un arma o colocar una bomba, sino tambin por activar a travs de ideas contrarias a

nuestra civilizacin occidental y cristiana a otras personas. Gral. Jorge R. Videla, La Prensa, 18.12.77.

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SEGUNDO
DOCUMENTO CARTA ABIERTA A LOS PADRES ARGENTINOS REVISTA GENTE

La revista a travs de la Carta abierta se haca eco de ese discurso y adverta sobre la
necesidad de no bajar la guardia, de no permitirse la menor distraccin:

Despus del 24 de marzo de 1976, usted sinti un alivio. Sinti que retornaba el orden. ()
Hoy, aun cuando el n de la guerra parece cercano, () hay posiciones clave que no han
podido ser recuperadas. () En esta guerra no slo las armas son importantes. Tambin
los libros, la educacin, los profesores. La guerrilla () habr ganado la guerra si consigue
inltrar su ideologa en la escuela primaria, en la secundaria, en la universidad, en el club,
en la Iglesia. 24

Gente busca involucrar a los padres argentinos incentivndolos y convocndolos a co-


laborar abiertamente (volveremos en profundidad sobre este punto en el apartado c) para
evitar que el veneno marxista () se introduzca en la mente de nuestros nios y adoles-
centes, y lo hace predicando con el ejemplo. 25

b. La metfora del cuerpo social enfermo y el discurso mdico

El poder siempre construye y busca instalar una manera, una forma de contar la realidad.

Pone en circulacin -a travs de diversos mecanismos y estrategias de comunicacin-


un conjunto de enunciados que tienen como objetivo ser asumidos y asimilados como
verdad(eros) por el conjunto de la poblacin. En el caso de la dictadura militar (y como
complemento del discurso del pas en guerra) se recurri al relato mdico, a la metfora
de la enfermedad.

Es decir, se parte de concebir a la sociedad como un organismo vivo, el cual puede ser
atacado por un virus que transmita y disemine la infeccin y que -de no extirparse los teji-
dos enfermos, de no generarse los anticuerpos necesarios- pueda devenir en un proceso
infeccioso irreversible.

24 Carta abierta a los padres argentinos, Gente, 16.12.76.


25 Vase el recuadro que acompaa la Carta abierta titulado: Esta foto tiene que ver con la carta, en donde se trata de alertar sobre la inl-

tracin en las clases de Catequesis.


Otro ejemplo de abierta colaboracin, de acto de servicio por parte de la revista es la explcita denuncia de Gente en su nota Dr. Cataln: esto
tiene que preocuparlo, dirigida a llamar la atencin del entonces Ministro de Cultura y Educacin, Juan Jos Cataln, sobre el contenido del
libro de Historia Las Edades moderna y contempornea escritas por los profesores Juan Bustinza-Gabriel Ribas, de editorial Kapelusz y el de
Historia moderna y contempornea de Alfredo Drago, de editorial Stella.
Se denunciaba que el lenguaje y la ideologa que estos libros expresan se parecen demasiado a la ideologa que imponen los subversivos
marxistas en la prdica diaria. Creemos que esto debe ser controlado y corregido, Gente, Abril de 1978. El texto de Bustinza-Ribas fue prohibido
semanas despus por resolucin N 555 del Ministerio de Cultura y Educacin de la Nacin. Tambin consta la medida en el Boletn N 132 de
la SNEP del mes de Mayo. Vase Invernizzi, Hernn-Gociol, Judith: Casos: textos de historia; en Un golpe a los libros. Represin a la cultura
4 durante la ltima dictadura militar, Eudeba, Buenos Aires, 2002.

18 MINISTERIO DE EDUCACION
1976
LA LTIMA DICTADURA MILITAR 1983

Desde esta perspectiva, apelando a esa metfora, se planteaba que la amenaza comunis-
ta, que la ideologa marxista era un virus que haba infectado y enfermado a nuestro pas.
Lo haba corrompido, lo haba contagiado y era necesario extirparlo, atacando y erradican-
do tanto sus efectos como fundamentalmente- sus causas.

En ese relato, los militares aparecan como el reaseguro mdico de la sociedad, es decir,
los cirujanos que cumpliran la funcin de operar, de eliminar, de hacer desaparecer el
virus subversivo.

Este relato es asumido y reproducido por la Carta abierta, por nuestro annimo ami-
go que busca alertar y movilizar a los ingenuos y desprevenidos padres argentinos, y para
quien luego del acceso al poder de la Junta Militar:

() todo el cuerpo social enfermo reciba una transfusin de sangre salvadora. Pero
() un cuerpo gravemente enfermo necesita mucho tiempo para recuperarse, y mientras
tanto los bacilos siguen su trabajo de destruccin. 26

A los ojos de la dictadura y del annimo autor de la misiva, el aspecto ms peligroso de


la subversin era la ideologa, ya que sta, precisamente como un virus, poda expandir-
se, era capaz de atravesar cualquier barrera, de penetrar cualquier frontera, de inocular
grmenes al tejido social.

La combinacin de ambos discursos (el de la guerra y el de la enfermedad) contribuy


primero a establecer y luego a eliminar, la dicotoma argentino-no argentino, la divisin
adentro-afuera, redeniendo asimismo la relacin de lo privado y lo pblico, borrando los
lmites de ambas nociones, en la medida en que el hogar apareca, junto con los espacios
pblicos, como vulnerable a la penetracin marxista. 27 Es decir, desde esta perspectiva,
la familia no estaba exenta del peligro del contagio y deba hacer todo lo posible para
evitar la infeccin. 28

26 Carta abierta a los padres argentinos, Gente, 16.12.76.


27 Vase Filc, Judith: La gran familia argentina: moral y poltica en el discurso autoritario en la Argentina, 1976-1983; en Filc, Judith: Entre el
parentesco y la poltica. Familia y dictadura, 1976-1983, Biblos, Buenos Aires, 1997.
28 En un mensaje por cadena nacional, el Ministro del Interior adverta a los padres, madres e hijos sanos de nuestro pas para que cuiden

el hogar. Preserven su seguridad. No acepten generosamente las ideas implantadas en las mentes por jvenes expertos internacionales de la
subversin (). La seguridad y la paz del pueblo se deende con las armas, pero se construye dentro del hogar y las escuelas. Padres, hijos y
educadores: deben conocer la verdad y defender a travs de ella, a su familia y a su patria. Gral. Albano Harguindeguy, Ministro del Interior, La
Nacin, La Prensa, 19.06.76.

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DOCUMENTO CARTA ABIERTA A LOS PADRES ARGENTINOS REVISTA GENTE

c. Proteger es querer - El papel de la familia

Proteger es querer fue uno de los slogans instalados por la dictadura. Desde la publicidad
ocial el rostro en primer plano de un joven soldado, un hijo de la Patria nos vigila y nos
cuida. Vela por nosotros y por nuestra familia. 29

La dictadura busc hacer extensiva esa mirada panptica hacia el interior de cada familia.
Precisemos: intentaba mostrarse protegiendo y al mismo tiempo operando para discipli-
nar e involucrar a los padres como elementos de control sobre el ncleo familiar.

A travs de las publicidades ociales, de los avisos televisivos y con la colaboracin y com-
plicidad de ciertos medios de prensa, la dictadura intentaba generar un sentido de respon-
sabilidad y culpa en los padres acerca de la conducta de sus hijos.

En sintona con ese objetivo, el copete de presentacin de la Carta abierta de Gente


sentenciaba y adverta:

Hoy la educacin de sus hijos no slo es una obligacin. Tambin es una responsabilidad.
La escuela es un terreno donde la subversin ha dirigido sus armas (). Este es un toque
de atencin. () Una apelacin concreta a su responsabilidad como madre y como padre.
Lea la carta que sigue. Medtela. Y despus, sin alarma pero con responsabilidad, acte.
Es por su bien. 30

Gente aoraba los buenos y viejos tiempos en los que las familias educaban dentro de
un sistema de valores donde Dios, la Patria, la familia, el respeto por el prjimo, la escuela,
la propiedad y las jerarquas ocupaban un lugar importante. 31

La esencia del ser nacional -encarnada en la trada Dios, Patria y Hogar- tantas veces
enunciada por la dictadura apareca sintetizada en ese pasaje de la Carta abierta.

Ms adelante apelaba a defender la vigencia de los valores morales, esencia de la argen-


tinidad, en trminos de mandato -presentndolos como una cuestin de orden natural ms
que cultural- como antdoto para evitar caer bajo la hipnosis subversiva. Leemos:

Esta guerra no es de los dems. Tambin es suya. () Cumpla con las leyes morales de su
sociedad y de su cultura. () Porque usted tiene una gran responsabilidad en esto. Porque

29 El texto completo del ache reza: Para que usted y su familia puedan celebrar en paz, en el Ejrcito hay argentinos que estn haciendo
guardia. PROTEGER ES QUERER. FELICES FIESTAS.
La eleccin del momento en que se pone en circulacin el ache (diciembre de 1977) no es casual, es un mensaje en poca navidea que el
Ejrcito argentino hace llegar a las familias. La trada Dios, Patria y Hogar -esencia del ser nacional de, segn los militares, la argentinidad-
se simboliza en ese ache.
30 Carta abierta a los padres argentinos, Gente, 16.12.76
31 dem.

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LA LTIMA DICTADURA MILITAR 1983

usted no sabe qu cara tiene el enemigo. Y un da ya es demasiado tarde. Su hijo est hip-
notizado por el enemigo. Su mente es de otro. 32

Para cerrar la idea con una advertencia que operaba pendularmente entre la amenaza y
la culpabilizacin:

Si eso ocurre y un da tiene que ir a la morgue a reconocer el cadver de su hijo o de su


hija, no puede culpar al destino o a la fatalidad. Porque usted pudo haberlo evitado. 33

Con este discurso se sealaba a la familia, a los padres como responsables ltimos de
impedir que sus hijos se transformaran en subversivos.

Teniendo en cuenta esto y en la medida en que para la dictadura militar la familia represen-
taba la clula vital de la sociedad, se pretendi convertirla en pieza clave de su proyecto
reorganizador sirviendo a los nes y objetivos del autodenominado PRN.

Era pensada como el mbito donde se deba contener cualquier desborde de sus miembros,
ejerciendo su control y vigilancia, para garantizar la seguridad y la libertad de la propia
familia, de la sociedad y de la Nacin. 34

Desde esa perspectiva la convocatoria a la poblacin a colaborar, a participar en la lucha


antisubversiva tena una fuerte presencia en la retrica procesista,35 de la cual Gente,
amigo annimo mediante, se apropiaba sin eufemismos:

Usted sabe qu lee su hijo? inquira Gente -remitiendo explcitamente, sin mediaciones
a la propaganda televisiva que durante la noche interpelaba y buscaba instalar el terror en
los espectadores: Sabe Ud. dnde est su hijo ahora?- y ms adelante aconsejaba:

(...) prudencia. Cautela. Vigilancia. Analice las palabras que su hijo aprende todos los das
en la escuela. Hay palabras sonoras, musicales, que forman frases llenas de belleza. Pero
que encierran claves que el enemigo usa para invadir la mente de su hijo. Cierto tono cla-
sista en los comentarios, la palabra compromiso, () la historia como una eterna lucha
de clases. 36

32 dem.
33 dem
34 Vase Laudano, Claudia: La familia en la mira; en Laudano, Claudia: Las mujeres en los discursos militares. Papeles de investigacin,
UNLP, UNL, UNQ, 1995; y Filc, Judith: Op. Cit.
35 Otro mecanismo utilizado por los militares para orientar el control familiar fue el de dejar volantes en los hogares requisados por el ejrcito

que decan:
Ciudadano: la lucha contra la subversin exige a todos una cuota de sacricio. la paz, la seguridad y la libertad para Ud. y su familia se ganan
cada da. Su colaboracin es necesaria. Facilite la accin de las fuerzas legales, La Nacin, 30.10.76.
36 Carta abierta a los padres argentinos, Gente, 16.12.76.

SERIE DOCUMENTOS DE MEMORIA 21


SEGUNDO
DOCUMENTO CARTA ABIERTA A LOS PADRES ARGENTINOS REVISTA GENTE

La operatoria de puricacin del lenguaje reclamada por Gente a los padres argentinos
fue un objetivo que los militares intentaron llevar a cabo a travs de, por ejemplo, la quema
de libros ya que consideraban que era necesario incinerar documentacin perniciosa que
afecta al intelecto y a nuestra manera de ser cristiana. 37

Gente termina su acto de servicio exhortando una vez ms a involucrarse, a defender y


cuidar a los hijos del veneno subversivo, a actuar por su bien.

De ahora en adelante mucho -casi todo- depende de usted. Intersese. Averige y con-
trole. () Si usted se desinteresa, no tendr derecho a culpar al destino o a la fatalidad
cuando la llamen de la morgue. 38

Para Gente y para los militares el enemigo poda acechar, anidar en cualquier parte e
intentar inltrar sus ideas disolventes. Vigilar y castigar pareca ser la consigna, el
antdoto necesario para defender la vigencia de los valores de la institucin familiar y
combatir la infeccin del cuerpo social.

La familia deba funcionar como lugar principal de educacin moral, mbito donde los pa-
dres deban actuar a la vez como modelos y guardianes de la conducta de sus hijos.

Con ese objetivo, la dictadura -con la ayuda de ciertos medios de comunicacin que adhi-
rieron al proyecto reorganizador- a travs de diferentes mecanismos, pretendi instalar la
duda, trabaj con la idea de que los padres no conocan la verdad acerca de las vidas de
sus hijos, buscando promover un mayor compromiso en la vigilancia, el control e incluso, la
delacin de los mismos.

37 Comunicado del Gral. Luciano B. Menndez, Comandante del Tercer Cuerpo de Ejrcito, ordenando la quema de libros realizada en Crdoba

el 29.04.76; en Invernizzi, Hernn - Gociol, Judith: Un golpe a los libros. Represin a la cultura durante la ltima dictadura militar, Eudeba, Buenos
Aires, 2002. En otro pasaje del Comunicado se esgrimen ms argumentos: A n de que no quede ninguna parte de estos libros, folletos, revistas,
etc., se toma esta resolucin para que con este material se evite continuar engaando a nuestra juventud sobre el verdadero bien que represen-
tan nuestros smbolos nacionales, nuestra familia, nuestra iglesia, y en n, nuestro ms tradicional acervo espiritual sintetizado en Dios, Patria
y Hogar, La Opinin, 30.04.76.
38 Carta abierta a los padres argentinos. Gente. 16.12.76

22 MINISTERIO DE EDUCACION
1976
LA LTIMA DICTADURA MILITAR 1983

Bibliografa utilizada

Abs, Alvaro: El poder carnvoro, Legasa, Buenos Aires, 1985.


Avellaneda, Andrs: Censura, autoritarismo y cultura: Argentina 1960-1983. Tomos 1 y 2,
CEAL, Buenos Aires, 1986.
Blaustein, Eduardo: Nada como la Gente. Recuerdos de Editorial Atlntida; en Zubieta,
Martn - Blaustein, Eduardo: Decamos ayer. La prensa argentina bajo el Proceso, Coli-
hue, Buenos Aires, 1998.
Feinmann, Jos Pablo:Gente, es el medio y el mensaje, Pgina 12, 28.12.03.
Filc, Judith: Entre el parentesco y la poltica. Familia y dictadura, 1976-1983, Biblos,
Buenos Aires, 1997.
Franco, Marina: La campaa antiargentina: la prensa, el discurso militar y la construc-
cin de consenso, Facultad de Filosofa y Letras, UBA; en RIEHR: Red Interdisciplinaria
de Estudios sobre Historia Reciente; en http://www.riehr.com.ar/investigacion.php
Garca, Alicia: La doctrina de la Seguridad Nacional. Tomos 1 y 2, CEAL, Buenos Aires,
1991.
Invernizzi, Hernn - Gociol, Judith: Un golpe a los libros. Represin a la cultura durante
la ltima dictadura militar, Eudeba, Buenos Aires, 2002.
Informe sobre la situacin de los Derechos Humanos en Argentina. Comisin Inte-
ramericana de Derechos Humanos (CIDH). Organizacin de los Estados Americanos
(OEA). Abril de 1980. Cap. 7 Derecho a la libertad de opinin, expresin e informacin;
en http://www.cidh.org/countryrep/Argentina80sp/Cap.7.htm
Laudano, Claudia: Las mujeres en los discursos militares. Papeles de investigacin,
UNLP, UNL, UNQ, Editorial La Pgina, Buenos Aires, 1995.
Llum, Diego: Los maestros de la tortura. La inuencia francesa en los militares argen-
tinos; en Todo es Historia N 222, Buenos Aires, Septiembre de 2002.
Troncoso, Oscar: El proceso de reorganizacin nacional / 1. (De marzo de 1976 a marzo
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Varela, Mirta: Los Medios de Comunicacin durante la Dictadura: Silencio, Mordaza y
Optimismo; en Todo es Historia N 404, Buenos Aires, Marzo de 2001.
Vzquez, Enrique: PRN La ltima, Origen, apogeo y cada de la dictadura militar, EUDE-
BA, Buenos Aires, 1985.
Verbitsky, Horacio: Medio siglo de proclamas militares. Editora / 12, Buenos Aires,
1988.
Zubieta, Martn - Blaustein, Eduardo: Decamos ayer. La prensa argentina bajo el Pro-
ceso. Colihue, Buenos Aires, 1998.

Revistas

Humor: Qu hiciste t en el Proceso, Pap? Revista Humor Registrado, Edicin espe-


cial 17 Aniversario, Ediciones de la Urraca S.A., Buenos Aires, 1995.

SERIE DOCUMENTOS DE MEMORIA 23


SEGUNDO
DOCUMENTO CARTA ABIERTA A LOS PADRES ARGENTINOS REVISTA GENTE

Bibliografa sugerida
Sobre Dictadura y Medios de comunicacin
En Internet
Varios autores: Medios, comunicacin y dictadura. Centro de documentacin y debate.
http://www.mediosydictadura.org.ar/index.htm
Los medios de comunicacin y el horror 1976-1983
http://www.comisionporlamemoria.org/dossiers/8.pdf
Los medios de comunicacin y el horror 1983-2003
http://www.comisionporlamemoria.org/dossiers/9.pdf

Sobre el perodo
Novaro, Marcos - Palermo, Vicente: La dictadura militar, 1976-1983: del golpe de Estado
a la restauracin democrtica, Paids, Buenos Aires, 2003.
Romero, Luis Alberto: Breve historia contempornea de la Argentina, FCE, Buenos
Aires, 1994, Cap: El Proceso, 1976-1983.
Duhalde, Eduardo Luis: El Estado terrorista, Ediciones El Caballito, Buenos Aires, 1983.
Vzquez, Enrique: PRN La ltima, Origen, apogeo y cada de la dictadura militar,
EUDEBA, Buenos Aires, 1985.
Troncoso, Oscar: El Proceso de Reorganizacin Nacional, CEAL, Buenos Aires, 1984-
1992.

En Internet
Memoria Abierta
http://www.memoriaabierta.org.ar/principal.php
Comisin Provincial por la Memoria
http://www.comisionporlamemoria.org/
Nunca Ms
http://www.nuncamas.org/document/document.htm
Riehr (Red Interdisciplinaria de Estudios sobre Historia Reciente)
Varios trabajos:
http://www.riehr.com.ar/investigacion.php
Imgenes de archivo (Fragmentos de discursos y declaraciones Massera / Videla)
http://www.youtube.com/watch?v=jcdVTApZ6_s&mode=related&search
Publicidad del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales): A 30 aos del golpe, nada
signica lo mismo
http://www.youtube.com/watch?v=DgN6XQrYg40&eurl=http%3A%2F%2Fwww%2Edes
aparecidos%2Eorg%2Fbbs%2Farchives%2F003279%2Ehtml

24 MINISTERIO DE EDUCACION
1976
LA LTIMA DICTADURA MILITAR 1983

CARTA ABIERTA
A LOS PADRES ARGENTINOS
Hoy la educacin de sus hijos no slo es una obligacin. Tambin es una respon-
sabilidad. Los tiempos han cambiado. La escuela es un terreno donde la subver-
sin ha dirigido sus armas para ganar en este campo lo que no ha podido lograr
con la violencia. Este es un toque de atencin. Un llamado a la cautela y a la
reexin. Una apelacin concreta a su responsabilidad como madre y como padre.
Lea la carta que sigue. Medtela. Y despus, sin alarma pero con responsabilidad,
acte. Es por su bien.

Buenos Aires, 16 de diciembre de 1976

Seora, seor:

Pasaron los buenos y viejos tiempos. Se acuerda? Un da de marzo. Primer da de clase.


Guardapolvo blanco y almidonado. Trenzas. O moo azul. Su hijo o hija empezaron
la escuela, como sola decirse. Mucha emocin, un poco de miedo, algunas lgrimas.
Pero en el fondo una gran tranquilidad. Me dijeron que la seorita Rodrguez es una
monada, que quiere mucho a los chicos. Despus, la primera esta patria. Y su hijo,
a lo mejor, abanderado. Los buenos y viejos tiempos.

-----------------------------------------------------------------
As, a vuelo de mquina, le quiero recordar algunos hechos, algunos nombres, algunas
cifras. Despus del 25 de mayo de 1973, cuando Cmpora asumi el poder y liber
a los guerrilleros, la izquierda marxista que haba trabajado en todos los frentes para
facilitar ese asalto al poder recibi el premio que ms codiciaba: la conduccin de la
educacin del pas. Un marxista ocup el Ministerio y un cura tercermundista que
haba dejado los hbitos para casarse qued como responsable de la enseanza privada.
La guerrilla ocup facultades, expuls profesores y convirti las aulas que usted pagaba
-no lo olvide, que usted pagaba- en arsenales y muestrario de hoces, martillos y bande-
ras rojas. A su hijo le impusieron una materia (estudios de la realidad social argentina)
que lo obligaba a leer libros de Marx, Engels, Fidel Castro y el Che Guevara. A eso
se le llam transformacin educativa y cultural. Linda frase. Sonora. A lo mejor a
usted mismo le pareci, entonces, algo importante. Sabe qu signic esa materia

SERIE DOCUMENTOS DE MEMORIA 25


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DOCUMENTO CARTA ABIERTA A LOS PADRES ARGENTINOS REVISTA GENTE

y esa transformacin educativa y cultural? Anote: 5.757 profesores expulsados. En


pocas palabras, una purga marxista a la manera de la Unin Sovitica. Su hijo, por
aquellos das, oa hablar del compaero decano, de liberacin, de patria socia-
lista. El marxista peronista Rodolfo Puiggrs gobernaba la Universidad de Buenos
Aires, y la de Baha Blanca la manejaba el terrorista Vctor Benamo. Mientras tanto,
Francisco Urondo, un escritor marxista implicado en el asesinato del Almirante Be-
risso, haca y deshaca en Filosofa y Letras. Ral Aragn, rector del Colegio Nacional
Buenos Aires, proclamaba: los combatientes lucharon por el cambio y son la garanta
de una Argentina que va hacia el socialismo. Hay que continuar la lucha se lleg a
proponer un sistema curioso. Que los alumnos se calicaran mutuamente, o bien que
se prorratearan las notas. Ejemplo: su hijo, con esfuerzo y tal vez sacricio, estudiaba y
sacaba un 10. Un compaero de su hijo, que no estudiaba y se pasaba el da pintando
carteles guerrilleros, sacaba un 1. Pero como estaba prohibido estimular la compe-
tencia capitalista, el 10 de su hijo se divida por 2 y as le tocaban 5 puntos al vago
guerrillero, que adems gozaba de todas las ventajas de una Universidad gratuita. La
que usted, con sus impuestos, le regalaba. Le puedo contar cien o mil casos similares.
Pero creo que es suciente.

-------------------------------------------------------------
Durante ese tiempo muchos hijos de familias honestas y trabajadoras, de familias que
los haban educado dentro de un sistema de valores donde Dios, la Patria, la familia, el
respeto por el prjimo, la escuela, la propiedad y las jerarquas ocupaban un lugar im-
portante, fueron adoctrinados sutilmente. Los idelogos de turno le dijeron que todo
eso era mentira, y en muchos casos consiguieron que su presa empuara las armas y
pasara a la guerrilla. Yo supongo que muchos padres vieron el peligro. Las malas com-
paas, las reuniones sospechosas, los libros extraos, el desorden de costumbres. Pero
no hicieron nada. No se defendieron contra la agresin. Se callaron. Fueron cmplices.
Por amor o por comodidad o por indiferencia o por cobarda fueron cmplices. No
hablaron con sus hijos. No le preguntaron nada. No intentaron detenerlos. Tampoco
denunciaron el caso cuando se desat -por n- la lucha contra la guerrilla. Y a lo mejor
terminaron en la morgue, reconociendo el cadver de su hijo o de su hija. Cuando era
demasiado tarde para arrepentirse.

-------------------------------------------------------------
Despus del 24 de marzo de 1976, usted sinti un alivio. Sinti que retornaba el
orden.
Que todo el cuerpo social enfermo reciba una transfusin de sangre salvadora. Bien.
Pero ese optimismo -por lo menos en exceso- tambin es peligroso. Porque un cuerpo
gravemente enfermo necesita mucho tiempo para recuperarse, y mientras tanto los
bacilos siguen su trabajo de destruccin. Hoy, aun cuando el n de la guerra parece

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LA LTIMA DICTADURA MILITAR 1983

cercano, aun cuando el enemigo parece en retirada, todava hay posiciones clave que
no han podido ser recuperadas. Porque hay que entender algo, con claridad y para
siempre. En esta guerra no slo las armas son importantes. Tambin los libros, la edu-
cacin, los profesores. La guerrilla puede perder una o cien batallas, pero habr ganado
la guerra si consigue inltrar su ideologa en la escuela primaria, en la secundaria, en la
universidad, en el club, en la iglesia. Ese es su objetivo principal. Y eso es lo que todava
puede conseguir. Sobre todo si usted, que tiene hijos, no est alerta.

------------------------------------------------
Entienda algo y de una vez por todas. Esta guerra no es de los dems. Tambin es suya.
Si usted manda a su hijo a un colegio -religioso o laico- cumple apenas con una obliga-
cin civil. Eso no es lo ms importante. Lo importante es que cumpla tambin con las
leyes morales de su sociedad y de su cultura. Cmo? No es tan difcil. Intersese por
los libros que los profesores o los sacerdotes recomiendan a su hijo. Sea cauteloso ante
las actividades escolares que no son estrictamente materias de promocin, como por
ejemplo Catequesis o Moral. No mire con indiferencia o con absoluta conformidad
otras actividades que se prestan a desviaciones: los campamentos, los encuentros de
convivencia, los retiros espirituales, las visitas a villas miseria. Usted tiene una gran res-
ponsabilidad en esto. Porque usted no sabe -no puede saber- qu cara tiene el enemigo.
O de qu se disfraza. Usted le entrega, le regala su hijo a la escuela durante muchas
horas por da -a veces durante semanas enteras-, e ignora qu ocurre. Seguramente lo
estarn educando como corresponde. Pero cabe la posibilidad de que no sea as. Y un
da, cuando su hijo empieza a discutir con usted, cuestiona sus puntos de vista, habla
de brecha generacional, arma que todo lo que aprende en la escuela es bueno y
todo lo que aprende en la casa es malo o est equivocado, ya es demasiado tarde. Su
hijo est hipnotizado por el enemigo. Su mente es de otro. De all a la tragedia hay un
corto y rpido paso. Si eso ocurre y un da usted tiene que ir a la morgue a reconocer
el cadver de su hijo o de su hija, no puede culpar al destino o a la fatalidad. Porque
usted pudo haberlo evitado.

--------------------------------------------------------------------------
Por ejemplo: Usted sabe qu lee su hijo? Repasemos. Yo s que hay colegios donde
Cien aos de soledad, de Gabriel Garca Mrquez, es un texto obligatorio. Cien
aos de soledad es para muchos una novela bien escrita, interesante, llena de ganchos,
entretenida. Pero usted la ley? A lo mejor no. Confa en que es buena porque ley
comentarios, crticas, elogios. Porque fue best seller. Porque durante mucho tiempo
medio mundo habl de ella. Y de pronto en esa conanza hay un error. Yo la le
y me gust. Pero yo soy un adulto. Y tengo una hija adolescente. Que qu quiere
que le diga? A m no me gusta que mi hija adolescente lea -y menos por obligacin-
una novela que rezuma sexo, hedonismo, indelidades y descripciones sicalpticas. En

SERIE DOCUMENTOS DE MEMORIA 27


SEGUNDO
DOCUMENTO CARTA ABIERTA A LOS PADRES ARGENTINOS REVISTA GENTE

otros colegios ya no se lee a Cervantes. Ha sido reemplazado por Ernesto Cardenal,


por Pablo Neruda, por Jorge Amado. Buenos autores para adultos seguros de lo que
quieren, pero malos para adolescentes acosados por mil sutiles formas de inltracin y
que todava no saben lo que quieren. Si usted no los ley, lalos y saque conclusiones.
Eso tambin es parte de su trabajo y de su responsabilidad en este tiempo y en esta
guerra. Piense que si no lo hace, de pronto tiene que aceptar que Las venas abiertas de
Amrica Latina, por ejemplo, sea uno de los libros de texto de su hijo. No se asombre.
Ocurri.

------------------------------------------------
Por eso, por todo eso y por mucho ms, prudencia. Cautela. Vigilancia. Analice las
palabras que su hijo aprende todos los das en la escuela. Hay palabras sonoras, mu-
sicales, que forman frases llenas de belleza. Pero que encierran claves que el enemigo
usa para invadir la mente de su hijo. Cierto tono clasista en los comentarios, la palabra
compromiso, descripciones del mundo como un mundo de pobres y de ricos, y de
la historia como una eterna lucha de clases. Por ese trampoln se salta rpidamente de
la educacin bancaria (la tradicional, la que conoce jerarquas: el alumno en el banco
y el profesor en el estrado) a la educacin liberadora que preconizaba Paulo Freire,
un idelogo de Salvador Allende. Sabe qu postula la educacin liberadora? Yo se lo
digo. Nada de jerarquas. Igualdad entre profesores y alumnos. Lo mismo el que sabe
que el ignorante. En una palabra: anarqua.

----------------------------------------------------------
Creo que esta carta llega a su n.

De ahora en adelante mucho -casi todo- depende de usted. No basta con almidonar
el guardapolvo, comprar los libros y los cuadernos y pagar la cooperadora. Hay otras
responsabilidades ms profundas. Est atento. No se deje sorprender. Cuando le digan
que un colegio es serio, no traslade toda la responsabilidad a los otros. Intersese.
Averige y controle. Esta carta no pretende alarmarlos, seora, seor. No le pide tam-
poco que desconfe hasta de su sombra. Simplemente le pide prudencia, que se interese
-con ms esfuerzo, si es posible- por el mundo que rodea a su hijo. Sabe por qu?
Porque lo que pas durante la pesadilla del Camporismo no surgi por generacin
espontnea. Fue el resultado de veinte aos de trabajo sutil de una cultura para matar
otra cultura. Y ese trabajo sigue. En muchas trincheras. Se acabaron los buenos y viejos
tiempos. La seorita Rodrguez puede ser una monada. Pero no deje todo librado a
otros. Porque si usted se desinteresa, no tendr derecho a culpar al destino o a la fata-
lidad cuando la llamen de la morgue.

Un amigo

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1976
LA LTIMA DICTADURA MILITAR 1983

ESTA FOTO TIENE QUE VER CON LA CARTA

En algunos colegios de nuestro pas se utiliza en las clases de catequesis una obra
denominada coleccin Mundo Joven, que est dividida en 3 partes llamadas:
1) QUIERO VIVIR
2) NOSOTROS
3) SOMOS LIBRES

Cada parte se compone de un conjunto de fascculos, una gua de trabajo para los
catequistas y una carpeta de actividades para los alumnos.

En la pgina 10 de uno de los fascculos de Somos libres aparece a toda pgina esta
foto de un guerrillero o activista custodiado por un miembro de las fuerzas de seguri-
dad, con un texto tendencioso e inaceptable en la Argentina de hoy.

Este es un claro ejemplo del veneno marxista que disfrazado de nuevo enfoque cate-
qustico se trata de introducir en la mente de nuestros nios y adolescentes.

Curiosamente toda esta literatura est editada por Ediciones Paulinas, la misma edito-
rial responsable de la famosa Biblia Latinoamericana.

SERIE DOCUMENTOS DE MEMORIA 29

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