Lectura Del Inconsciente. Miller
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Ustedes se pueden preguntar por qu desplegar as esa erudicin secundaria,
porque no soy un especialista, soy solamente un narrador de tipografa, ustedes se
pueden preguntar qu tiene que ver esto con el psicoanlisis y me parece que tiene
mucho que ver con el psicoanlisis. Primero quera hacer notar que el aparato
tipogrfico de la puntuacin, que tiene muchas ms utilidades que esto, tiene una
importancia decisiva con respecto a la visibilidad, y ms bien con respecto a la
significacin. El aparato de la puntuacin, vamos a decir, capta el significante grfico
y segn el lugar dado a los signos tipogrficos se determina un sentido u otro en la
continuidad del texto escrito. Jacques Lacan, por ejemplo, deca, en una frase muy
simple y decisiva: "la puntuacin decide el sentido, y escuch hace poco a un
eminente fillogo decir, cuando yo le recordaba esta frase de Lacan sobre el hecho
que la puntuacin decide el sentido, me respondi que en tanto fillogo l pasaba la
vida poniendo comas en los textos. ?? ha sealado que la ausencia de puntuacin
en el texto bblico era una fuente de ambigedad y que los eruditos, y ms all, las
personas, las instituciones, se haban peleado la manera de dar una puntuacin al
texto bblico. La puntuacin dada a una continuidad significante cambia el sentido,
pero cuando se cambia la puntuacin, el sentido tambin se renueva, y a veces es un
trastorno total, y si se pone una mala puntuacin el sentido se desvanece o se altera.
Eso me permite hacer un salto conceptual, para preguntarse, en la experiencia
analtica, lo que hace que el inconsciente se vuelva legible. Y me parece que estoy
hablando para como es una conferencia pblica los no especialistas, que ??
pero hay un nmero suficiente para tratar de comunicarles algo de la prctica
analtica. Me parece que he dicho suficientes cosas para que entiendan que lo que
hace al inconsciente legible, en el psicoanlisis, en realidad es la puntuacin. Es
fundamentalmente la puntuacin lo que agrega, introduce o desplaza el analista. El
psicoanalista agrega al habla una puntuacin, y se podra decir que la interpretacin
analtica es esencialmente un hecho de puntuacin. Siempre que interrogo a un
analista con respecto a las interpretaciones que ha podido dar a un paciente, o si se
interroga directamente a un paciente sobre las interpretaciones que ha recibido del
analista, la respuesta, muy frecuentemente es bastante floja y decepcionante; puede
ser hasta cmica; es algo que explota, por ejemplo, Woody Allen en sus pelculas. Y
no me parece que es por razn de la capacidad del analista, los contenidos de la
interpretacin, an tanto ms en la poca actual, son pobres y son poco
transmisibles fuera de la experiencia analtica, porque lo ms importante de la
interpretacin no es el contenido comunicado por el analista, sino la forma; es decir,
la puntuacin que puede ser casi invisible en la palabra llevada por el analista, y
es muy difcil comunicar la puntuacin como tal. Lo ms importante no es el
contenido conceptual de la interpretacin, el resorte de la interpretacin analtica es
del registro de la puntuacin agregada a la palabra del paciente, y para filsofos,
tienen una cierta dificultad para entender la interpretacin del hecho de la
interpretacin dado la pobreza conceptual de la interpretacin; pero lo importante
no es el concepto, importante es la forma de la puntuacin; de tal manera que una
interpretacin puede ser un simple s dicho por el analista, puede ser, para el
analista, el simple hecho de gruir en un momento dado; puede ser la simple
repeticin de un enunciado del paciente, que corresponde precisamente a la
introduccin de un efecto de comillas en la palabra del paciente; deca la misma
cosa, pero eso es ponerlo entre comillas; el analista repite una frase del paciente y
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por el simple hecho de repetirlo es equivalente a ponerlo entre comillas; hacer una
citacin, y la interrupcin de la sesin con los analistas que practican las sesiones
de tiempo variable tambin puede tener valor de puntuacin de lo que ha sido
dicho; de tal manera he dicho que el analista era como un editor de la palabra, no
solamente alguien que escucha, tambin alguien que edita.
(Cambio cassette)
... aprender a escucharse hablar, el analista le debe poner en presencia del gran Otro
impersonal. Pero ocurre que esta modificacin del dispositivo sea permanente; por
ejemplo, con un sujeto histrico ocurre que sea conveniente conducir el anlisis cara
a cara; digo sujeto histrico y no la histrica, porque se encuentran hombres
histricos, que son de los ms interesantes de la categora de la histeria el sujeto
histrico se caracteriza por el hecho de que no se interesa en la abstraccin del gran
Otro, del gran Otro como funcin, del gran Otro como funcin de puntuacin, con el
saber supuesto que le permite cambiar la puntuacin, no es para el sujeto histrico
un interlocutor avalado, no le interesa el gran Otro como operador de la funcin;
como abstraccin, este gran Otro podra estar muerto, y al sujeto histrico no le
interesa hablar a un muerto, el sujeto histrico se puede vincular al Otro solamente
al nivel del deseo de ese Otro y es por esa razn que necesita asegurarse que el Otro
sea viviente, o pueda ser vinculado al sntoma de este Otro; lo que le interesa al
sujeto histrico en el mundo, es el deseo del sntoma del Otro; por eso, por ejemplo,
el sujeto histrico se debe asegurar de que el analista no es perfecto, y trata de
descubrir dnde se esconde el deseo propio de su interlocutor, y tambin dnde se
esconde su sntoma y sus lmites. En el anlisis el sujeto histrico necesita verificar
que el Otro analtico est vivo, y por eso recibir de este Otro signos de vida y de
deseo; es por esa razn que es difcil para este sujeto satisfacerse de un analista
decidido por un puro te escucho, es difcil para l satisfacerse con una simple
oreja; el paciente histrico prefiere, a veces, hacer gritar al analista, hacerle gritar
para verificar que est vivo, que es un ser de carne y hueso. Un cierto nmero de
analistas pueden considerar al sujeto histrico, cuando la histeria es intensa, como
inanalizable, porque no logra este sujeto dirigirse al Otro invisible de la oreja. En mi
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opinin, y en la opinin de los analistas que tienen la misma orientacin de prctica,
nosotros pensamos que se puede tranquilizar al sujeto histrico dndole algunos
signos de vida, el analista debe dar algunos signos de vida, y a veces eso implica
conducir un anlisis cara a cara, eso puede ser un verdadero anlisis, a pesar de que
el dispositivo sea modificado.
Puedo recordar una curiosa paradoja, que encontr en una paciente: una
paciente histrica que vino a verme despus de cinco aos de anlisis con otro
analista: haba aceptado muy bien la prctica de este otro analista, aunque, me dijo
la paciente, dorma frecuentemente durante las sesiones de la maana, y la paciente
se haba quedado cinco aos con un analista que frecuentemente dorma durante las
sesiones, y no se fue por esta razn; es interesante saber lo la hizo salir, lo que hizo
separarse a la paciente de este analista, pero no lo voy a decir, voy solamente a
pensar en qu encontraba esta paciente en este analista que dorma frecuentemente
en la sesin de la maana, y me deca la paciente que ella continuaba hablando, que
eso no la molestaba, no es tanto que el analista mostrara una cierta indiferencia a la
significacin, dado que no escuchaba nada del sentido explcito del discurso, pero
me parece que lo importante era que este analista roncaba, y creo esta es una
consideracin lmite, por supuesto que el roncar era finalmente una puntuacin,
era un signo de vida del analista; evidentemente, es un ejemplo totalmente lmite y
no me parece una prctica que se debe recomendar. Tambin la modificacin cara a
cara se impone en los casos de psicosis, cuando la funcin misma del gran Otro no
se sostiene, y vamos a decir, que como en la psicosis hay como un agujero en ese
gran Otro, es necesario que sea colmado con la presencia fsica visible del analista; es
necesario tomar la precaucin de no librar un sujeto psictico al gran Otro invisible,
porque eso podra desencadenar una psicosis.
Quiero acentuar que el te escucho, que parece tan inocente, es algo que
puede ser amenazante, como se encuentra en los casos de psicosis, que cuando se
introduce, para un sujeto psictico este discurso del analista, eso puede
desencadenar su psicosis, porque este discurso significa que es permitido decir;
formular a alguien te escucho tiene la significacin de dar permiso de decir; de tal
manera que hay un factor muy importante de tomar en cuenta, que es el permiso
psicoanaltico. El permiso psicoanaltico es el hecho que el analista hace entender a
travs del recurso si t puedes decir lo que quieres, pero este si no es un s de
acuerdo con el contenido de lo dicho, no es un s que permite, que autoriza al sujeto
a pasar al acto; cuando el analista se manifiesta ms all de la puntuacin y de la
interpretacin, lo hace ms bien en el sentido de invitar l al sujeto a quedarse en la
palabra, de no dar consecuencia de acto a lo que dice, y es por esta razn que Freud
recomendaba a los pacientes no cambiar nada importante en su vida durante el
anlisis, quedarse en la palabra y no decidir en una sesin el descubrir que la pareja
es un monstruo e inmediatamente divorciarse, que haba que esperar la sesin
siguiente para descubrir otra versin de la pareja. Freud deca de no cambiar nada
esencial en la vida durante el anlisis, porque la verdad descubierta en el anlisis
tiene facetas variables. Eso es un problema, porque los anlisis del tiempo de Freud
duraban tres meses, seis meses, un ao; en la poca contempornea los anlisis
duran mucho ms tiempo y es mucho ms difcil obtener del sujeto que no cambie
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nada de su vida en cinco aos o diez aos. Eventualmente, esa regla freudiana, por
supuesto, necesita otra puntuacin. Entonces, es en razn de tcito permiso analtico
que es necesario tener mucho cuidado antes de introducir un sujeto a este discurso
del analista; me parece que este discurso del analista no debe ser ofrecido a un
sujeto detenido; es decir, un sujeto que gracias a su neurosis ya tiene un sistema de
interdiccin suficientemente fuerte para protegerle del pasaje al acto, me parece que
es mejor haber verificado esto, que el sujeto est detenido, antes de aprobar qu se
dirige en un anlisis, porque el te escucho tiene, eventualmente, consecuencias
muy fuertes de supuesta liberacin; no a cualquier sujeto se le puede dar este
permiso. Lacan seala especialmente el peligro que hay en introducir en la cura
psicoanaltica un sujeto que llama el dbil; el dbil es un sujeto flotante, es un sujeto
vaciante con respeto a los sistemas simblicos, en particular con respecto al sistema
de interdiccin. Si un tal sujeto, un dbil, un sujeto flotante est introducido al
permiso analtico, el riesgo es que se deslice totalmente; cuando a la debilidad del
sujeto se agrega el permiso psicoanaltico, se obtiene lo que Lacan llama un canalla;
es decir, un sujeto que nada detiene, y cuando nada detiene a un sujeto, un cierto
nmero de catstrofes pueden ocurrir. Al contrario, con un sujeto inserto en el
sistema de interdicciones, el te escucho se traduce, a veces muy rpidamente, por
el hecho de que la vergenza, la inhibicin, la culpabilidad, se alivia; en un sujeto
normalmente comprimido por el sistema de interdicciones, el te escucho, con el
permiso que contiene, se traduce en el hecho de que el sujeto se alivia de la
vergenza, de la inhibicin, de la culpabilidad, y a veces esos son efectos que se
producen muy rpidamente con el anlisis.
Del lado del analista el te escucho va con el silencio, para que el paciente
hable y sea escuchado es necesario que el Otro, el analista se quede mudo. Hay que
decir que los analistas, a comienzos del siglo decan muchas ms cosas. Segn Freud
la interpretacin era como una pieza de una larga construccin terica distribuida al
paciente por pedazos. Tambin los analistas que se remiten a Melanie Klein, de ellos
se dice que hablan al mismo tiempo que el paciente en sesin analtica, porque
conciben la interpretacin como una traduccin, y por supuesto, lo que se usa para
realizar la interpretacin como puntuacin se opone a la concepcin de la
interpretacin como traduccin; introducir una puntuacin no es pronunciar una
traduccin.
Las situaciones fantasmticas aparecen como islas que emergen del mar de un
monlogo, que es esencialmente el monlogo de la queja. La experiencia llamada
asociacin libre dispersa al ser de sujeto, lo disemina de tal manera que la palabra
abierta por el te escucho y por la puntuacin se transforma en una experiencia de
lo que Lacan llama: la falta en ser; es decir, que la escucha y la puntuacin
disuelven las identidades y muestran a qu punto es ilusoria la identidad del sujeto;
el monlogo produce una accin disolvente; al mismo tiempo, el sentido de lo que se
trata est siempre ms subyugado, como si solamente se tratara de la huida del
sentido. Un resto invariable, por esta misma razn, emerge progresivamente. Qu es
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lo que en la experiencia analtica se revela como lo ms real?. Hay en el interior de
sntoma una satisfaccin que queda, una satisfaccin inconsciente que se manifiesta
con un displacer aparente. Freud haba percibido eso, la satisfaccin inconsciente
que haba en el sntoma, que hace mal. l lo haba percibido en lo que llamaba
reaccin teraputica negativa; no lo voy a desarrollar, pero a travs de esto haba
percibido que detrs del displacer que produce el sntoma se esconda una
satisfaccin inconsciente, y que haba que apuntar a la satisfaccin inconsciente que
produce el aparente displacer. Es la diferencia que hay que hacer entre placer y goce.
El goce, vamos a decir, es una satisfaccin que no da placer, el goce es una
satisfaccin que puede ser compatible con el displacer. De tal manera como
podemos oponer el goce patente en el fantasma y el goce escondido en el sntoma.
En el transcurso del monlogo analtico se sustituye la identidad ilusoria del sujeto
por su identidad de goce; es decir, la identidad que tiene de su sntoma, es en este
lugar donde se revela lo ms real de su ser. La experiencia del monlogo analizante,
o del sujeto en condicin de reconocer, no solamente qu no dice o qu sera
necesario decir, no solamente que no logra cernir lo real de este goce, sino adems,
la experiencia le conduce al punto de no entender ms lo que l mismo dice; de tal
manera que finalmente debe suspender toda acepcin sobre la significacin, y que
surja, en su opacidad, el goce inconsciente de su propio sufrimiento. As, la lengua
que el sujeto habla se convierte, para l mismo, en una lengua extranjera. Ha aislado
el significante que hace enigma. La neurosis consiste precisamente en la
interpretacin de este significante enigmtico vinculado al goce inconsciente. En los
comienzos del anlisis eso se llam traumatismo, la puntuacin analtica trabaja en
el sentido del traumatismo, trabajar en la direccin de separar el significante del
significado ha producido una disyuncin entre significante y significado, lo que tiene
el efecto de colocar el enigma por doquier. Uno se puede preguntar cmo se resuelve
el enigma; no pienso que se puede hablar de solucin, sino que se aprende, poco a
poco, a proceder con este real desigual y que finalmente es posible que cada final de
anlisis sea solamente una interrupcin, cuando el sujeto considera que ya sabe
hacer con lo real, que no se apasiona ms por su propio enigma.
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