Cuba y Filipinas
Cuba y Filipinas
Cuba y Filipinas
MEMORIAL
DE INGENIEROS
DEL EJRCITO.
COLECCIN DE MEMORIAS.
(Lili DE LA PUBLICACIN.)
Ao i8o8,
MADRID
IMPRENTA DEL MEMORIAL DE INGENIEROS.
1898
f.
NDICE
DE LAS OBRAS SUELTAS QUE COMPRENDEN LAS ENTREGAS
DEL
MADRID:
IMPRENTA DEL MEMORIAL DE INGENIEROS
1898.
OBJETO DE ESTA MEMORIA.
Herramienta de explanacin.
Revestimientos.
chos, cuyas puntas se aguzan con marrazo hacha de mano; con estas
mismas herramientas se hacen, cuando es necesario, ayudadas por el se-
rrucho, las pequeas esperas y cajas de unin y enlace de pies, torna-
puntas, cumbreras y soleras, y se fortifican las uniones con clavos hinca-
dos con el martillo. Las rozas y hoyos para colocacin de soleras y pies
derechos, se hacen con zapapico y barra.
De los abrigos ms slidos, que se construyen en obras de campaa,
bateras de todas clases, etc., nos ocuparemos ms adelante.
El AI'EO corta de rboles se hace con el hacha de leador, con la, Hacha de
' lenador.
tronzadera, empleando ambas herramientas la vez. En todos casos ^-"c^at
son necesarias, adems: cuas de hierro para introducir en los cortes he- sierra arti-
f culada.
chos por la tronzadera, y cuerdas para tirar de la parte superior del r-
bol. Antes del apeo, tal vez sea necesario escamondar algunas ramas, con
hacha de mano marrazo. Para rboles pequeos, la sierra articulada.
TALAS.Ha de apearse el rbol con las herramientas antes citadas.
Con las mismas se cortan las ranas intiles, se aguzan las tiles, y en
unin del serrucho y mazo se preparan y clavan los piquetes de horqui-
lla que sujetan al terreno los troncos y ramas gruesas.
PIQUETES.Aparte de las herramientas para hacerlos, de que ya se ha
hecho mencin al tratar del material de ramaje, hace falta un mazo que
presente el hueco de la punta de un piquete para apoyarlo sobre las su-
periores de stos y golpear encima con el mazo ordinario. Aqul se pue-
de improvisar con la herramienta de carpintero de que se hablar en
otro lugar.
Pozos DE LOBO.Se hacen con palas, zapapicos, azadas y barras.
ALAMBRADAS.Adems de los piquetes, barra para hacer los agujeros Tijeras pa,-
ra alambre.
en terreno duro y mazos para clavarlos, hacen falta tijeras grandes para Jeioa'~"
cortar alambre, hilera para torcer las ligaduras los piquetes y perrillo
para hacer los empalmes.
ESTACADAS.Basta con hacha de mano, serrucho, martillo y clavos.
El empleo de tronzadera y serrucho, trae consigo el tringulo lima
para afilar los dientes. Si hiciese falta triscador para sacar el trisque
16 PABQUES
Obras de vialidad.
Obras de destruccin.
Trabajos de zapa.
echar hacia atrs las tierras excavadas, que han de ser espaleadas por el
segundo zapador. De todos modos, la draga de mango corto no es otra
cosa sino la pala de posos, de que nos ocuparemos al tratar del material
y herramienta de minador.
Los zapadores restantes de la brigada de cabeza, que arreglan y en-
sanchan la forma, espalean las tierras del parapeto y mscara de frente
y las arreglan despus, necesitan zapapico y pala de mango largo y draga
de mango largo. ,
Si se abre brecha en la mscara de tierra de la cabeza de zapa, ya Escudo de
^ ' > acero. Sa-
por derrumbamiento del plano de cabeza de la trinchera, ya por efecto u
de alguna granada, hay que emplear para taparla momentnea y rpi-
damente el escudo de acero y sacos terreros pequeos.
Conviene tambin disponer en estos trabajos de zapa, de hacha de
mano y serrucho para cortar las races gruesas que se encuentren. Se ne-
cesita tambin, como en todas las zapas, doble metro.
Con las herramientas y efectos ya citados, sin que haya que aadir
otro alguno, se hacen tambin los cambios de direccin de la zapa llena
ordinaria (conversiones y retornos), desembocaduras, empalmes de zapas
y ensanchamiento de stas hasta darles el perfil definitivo.
d) ZAPA DOBLE.Ya sea de traveses sencillos dobles, de cremallera
en zig-zag, se construyen con las mismas herramientas que las sen-
cillas.
e) ZAPAS EXTRAOKDINABIAS.La zapa blindada necesita, como sopor-
te del techo, blindas de madera escuadreada rolliza, que se construirn
fcilmente con la herramienta de carpintero que al tratar de este oficio
se propone y tablas de encofrado. Las blindas y tablas pueden ser subs-
tituidas con cestones y faginas.
Las viguetas de madera de hierro y las faginas que forman la par-
te rgida del blindaje, se adquirirn en la localidad se construirn con
la herramienta de zapador empleada en la confeccin del material de:
ramaje.
Hacen falta zapapico y pala de mango largo, para la excavacin; barra,
para abrir en el terreno duro los huecos en que penetren los pies de las
blindas; mazo, para clavar los piquetes de las faginas, golpear en las ta-
blas del encofrado; grapas, clavos y martillo, parala unin de las blindas
20 ' PARQUES
entre s y de stas las viguetas del techo; hacha de mano y sierra, para
cortar las races y para arreglo de viguetas y tornapuntas de blindas;
plomada, para aplomar stas; horquilla de sapa, para colocar la capa de
faginas del techo las de coronamiento de los soportes, y metro. Es de-
cir, la herramienta ya conocida.
Tampoco se necesitan recursos nuevos para la construccin de las
ZAPAS PROFUNDAS y las ZAPAS SIN PABAPETO.
Cuando el terreno es tan duro que no puede excavarse la trinchera,
se pueda excavar solamente en una pequea profundidad, para la ms-
cara de cabeza, y aun para el parapeto, son necesarios sacos terreros
grandes y pequeos cestones y escudos de acero.
La ZAPA-DIQUE sobre terrenos pantanosos travs de fosos de agua
de pequeas corrientes, necesita para su construccin sacos terreros,
material de ramaje y la herramienta ya citada anteriormente.
Cuando pesar de la dureza del terreno sea imperiosamente necesa-
rio hacer algn trozo de trinchera con la profundidad ordinaria, hay
que apelar los recursos del minador y hacer uso de barrenos cargados
con explosivos, empleando este efecto la herramienta propia para ha-
cer estos taladros instantneos, y de que hablaremos en el lugar corres-
pondiente.
f) ORGANIZACIN INTERIOR DE LAS TRINCHERAS Y ACCESORIOS DE LAS
MISMAS.Las banquetas y gradines, revestidos no; los bonetes y aspi-
lleras en el parapeto; ios pozos para alumbramiento de aguas; las cune-
tas, atajeas y pozos absorbentes para dar salida las aguas de lluvia; las
letrinas; los abrigos, ya sean solamente contra el srhapnel y cascos de
granada, ya tengan resistencia al choque de sta, y todas las dems
obras accesorias que haya necesidad de construir en las trincheras ra-
males, son iguales los trabajos semejantes que ha de hacer el zapador
en otras obras de campaa; de modo que las herramientas y efectos que
su construccin exige, se tienen en cuenta en el correspondiente lugar.
Afilador de sierra.
Alicates p l a n o s . . . .
Figuran tambin en la herramienta de
redondos.... .
carpintero y de minador.
" de cortar.
Almdena.
Azada ordinaria.
Figura tambin en la herramienta de car-
Barra de pie de cabra.. {
( pmtero y de minador.
Braga.
Cinta mtrica.
Cric.
Cua de hierro.
Cuerda de trazar.
Draga recta con mangos largo y corto.
Escudos de acero.
Hacha de leador.
de carpintero. . | Figuran tambin en la herramienta de
de mano j carpintero.
Horquilla de zapa.
Hilera. (Material para recomponer lneas telegrficas.)
Lmparas de zapa.
Mangos de herramienta.
Martillo de hierro.
Marrazo de espiga.
dem de cubo podn.
Mazo de madera.
Metro.
24 PARQUES
Pala recta
Con mangos largo y corto.
redonda
Palanqueta.
Perrillo. (Material para recomponer lneas telegrficas.)
Pico de cabeza.
Porta-tiles.
Rastrillo.
Rodillera de cuero y cubrenucas.
Saco terrero.
Serrucho.
Sierra articulada.
Tijeras para alambre.
Tronzadera.
Zapapico ordinario, con mango largo y corto.
CARPINTERO.
(F).Herramienta varia.
Preparacin de la madera.
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DE CAMPAA.
J
32 PARQUES
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(70 CEPOS.
DE CAMPAA. 33
Es necesario, adems:
Sierra de rodear. Para cepos y ensambladuras de rollizos y para
cerchones curvos.
(i) ROLLIZOS y CERCHONES.
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I
ENTRAMADOS.
Plomada. Con las herramientas citadas, aadiendo la plomada, cinta de medir y
mtrica, flsareqla para hacer monteas, se puede construir toda clase de enfcra-
Falsaregla.' J . r *
mados, como se indica continuacin:
(r) U N I O N E S DE M E S DERECHOS, PIES DE CABALLETE, MONTANTES, E T -
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16
DE CAMPANA. 35
8
11
10
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13
15
PARQUES
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77I-
7I-
Otras obras.
que pueden ser substituidos por los de otras herramientas y efectos im-
portantes y de gran aplicacin/Cuando sea necesario sujetar el trozo de
madera que se labra, se usarn las entenallas que sujetarn al banco
improvisado.
BABBILETE.Debe correr la suerte del banco de prensa por iguales
razones.
BOBEIQUETES.CABALLETES DE ASEBBAB.CABBILLAS DE DEM.LOS
borriquetes pesan 22 kilogramos; el caballete de aserrar, con las palo-
millas, 130 kilogramos, y cada cabrilla de aserrar 28. No se concibe el
transporte de estos voluminosos y pesados efectos. En. caso de necesidad
se improvisan caballetes, borriquetes y cabrillas; y aun en ltimo resul-
tado, se abre una trinchera en el terreno, sobre ella se atraviesan unos
maderos, encima de los cuales se coloca la pieza que haya que aserrar
con la sierra de aire la bracera, situndose uno de los operarios en el
fondo de la zanja. Tambin se improvisan fcilmente las cabrillas, em-
pleadas en el deshilado de las piezas, con la azuela, etc.
CEPILLOS DE CUBO, DE PLANOS Y DE VUELTA.LOS cepillos de planos
se emplean slo para labrar los tablerillos moldados de puertas y venta-
nas de labra fina, que jams han de hacerse en campaa. Los cepillos de
cubo y de vuelta, empleados en labra de superficies cilindricas, son de
escassima aplicacin y pueden ser substituidos por el cepillo de corte y
otras herramientas.
ESCABIADOH.Hace mejor papel el limatn. t)e escariador puede
servir un hierro de seccin cuadrada rectangular, cualquiera que sea,
hasta las espigas de limas y escofinas. . ,. .
GABLOPIN.Para desbastar se emplea el cepillo. Con cepillo y garlo-
pa, no ha de echarse de menos el garlopn.
GUBIAS DE CAN Y PLANAS.Para hacer botoneras y escopleaduras
cilindricas de todo gnero, puede emplearse el formn estrecho, el cual
sirve para todas, mientras que la gubia, segn su curvatura, no se aco-
moda ms que ciertos dimetros de orificio.
GATO DE ASEBBADOB.GBAPAS.-El gato de aserrador no es otra
cosa que una grapa de dos caras; stas, as como las de una cara, van
incluidas en los aparejos y efectos para puentes del momento, de que
nos ocuparemos ms adelante.
DE CAMPAA. 41
Bramil.
Cartabn.
Cazo de cola y brocha.
Cepillo de corte.
dem de dientes.
Cinta mtrica.
Clavazn.
Codales.
Comps.
Cuchilla.
Desclavador.
Doble decmetro.
Entenalla.
Escoplo.
Escofina.
Escuadra.
Falsa regla.
Formn.
Garlopa.
Gato de apriete.
Guillamen derecho.
Hacha de dos manos.
Van incluidas en la herramienta de za-
dem de una
pador.
dem de leador.. . .
Lapiceros.
Limatones de lima y de escofina.
Martillo.
Mazo de madera.
Meti'O.
Nivel de aire.
dem de albail.
Palanca de llave dogo.
Pie de cabra J Vase, tambin, zapador.
Piedra de afilar.
Piedra de sentar filos.
DE CAMAA. 43
Plomada.
Sierra de aire.
bracera.
de mano.
de rodear.
Serrucho de costilla.
ordinario.
de punta.
Tenazas.
Triscador.
A L B A I L Y CANTERO,
Albail.
Cantero.
Albail.
Albail.
Adoberas y gradillas.
Alcotana de dos manos.
de una mano.
Batidera.
Bramante para tendeles.
Cartabn.
Comps.
Criba.
Cubos metlicos y de lona.
Cuezo.
Garfios.
52 PABQUES
Llana.
Martillo de albail.
Nivel ordinario, de taludes y de pendientes.
Niveletas.
Paleta palustre.
Parihuelas.
Pico de punta y martillo.
Piquetilla de empedrador.
Pisn ordinario.
Plomada.
Reglas y reglones.
Tiros.
Zaranda.
El metro y cinta mtrica son comunes todos los oficios.
Cantero.
Herrero.
Cerrajero.
ALICATE.Para torcer alambre. Tambin figura en la herramienta
de carpintero, zapador y minador.
ATORNILLADOR.Para introducir tornillos.
BERBIQU.Con juego de brocas. Para hacer pequeos taladros, y
para avellanarlos cuando la cabeza del tornillo' robln ha de ir embe-
bida en el hierro.
DE CAMPAA. 55
M i ' I M i M f MiH
Martillo para dar los codillos. Estajador y macho para las soldaduras
de las escuadras. Taladro y limas para los orificios de los pernos cla-
vos, en su lugar panceta y punzn.
m) CINCHOS, LLANTAS y otros herrajes similares para la unin de tor-
napuntas y tirantes. Pndolas y tirantes, largueros y traveseros cabe-
ceros, etc. Vigas ensambladas y empalmadas.
60 PARQUES
Degello, destajador, macho y martillo para sacar el vastago cilindrico.
Terraja para la rosca de vastago y tuerca. Punceta y punzn taladro
para los agujeros. Herramienta para tuercas que en otro lugar se cita.
n) AGUZAR Y ACERAR HERRAMIENTA.-Martillo y estajador para pre-
parar los chaflanes de las soldaduras y dar forma los cortes y puntas.
Limas para sacar puntas y cortes.
Adems del acerado y reparacin de la herramienta, que son opera-
ciones importantsimas, se puede atender sobradamente las necesida-
des que en campaa pueden presentarse, y de que se hace mencin en
las siguientes lneas.
FORTIFICACIN.Abrigos y blindajes; explanadas; defensa de locali-
dades; blockhaus; herrajes [(6), (c) y (1)] para unin de piezas de entra-
mados. Obra (e) para escudos, puertas y cubrecabezas acorazados, tam-
bores flanqueantes, cubiertas de palastro ondeado plano, etc.
MQUINAS IMPROVISADAS.Cabrias, tornos, martinetes, cabrestantes?
etc.; [(&), (c) y ()] para uniones de piezas; (g) para fortalecer extremos de
piezas de madera y cojinetes.
PUENTES.Para cepos de pilotes (g). Para empalmes y vigas com-
puestas [(&), (c) y (/)]. Para puentes de cerchas, pilas y estribos, recom-
posicin y construccin de flotantes, etc. [(i) y (m)].
CASTRAMETACIN.Para barracas y toda clase de obra [(&) y (c), (h)
(m)].
RECOMPOSICIONES MS URGENTES Y SENCILLAS DE CARRUAJES [(>) (*)].
BOTADOR.
Para armar Jy aiustar.
J
BURIL.
BOTE DE ACEITE.Para los taladros, terraja, etc.
GRNETE.Para marcar los hierros.
PIE DE REY.Para medir gruesos.
TUERCAS sin filetear.Para improvisarlas con rapidez.
Herrero.
Atizador.
Broca de fragua.
Bigornia con su cepo.
Cincel cortafros.
Clavera.
Compases, recto y de gruesos.
Degello.
Estajador.
Estampas.
PARQUES
Cerrajero.
Alicates.
Atornillador.
Berbiqu.
Botador.
Bote de aceite.
Buril.
Roblones.
Compases, recto y de gruesos.
Cortafros.
Entenallas, ordinarias y de achaflanar.
Escuadra.
Limas y limotones.
Llave de tuercas.
Mquina de taladrar con juego de brocas.
Martillo de banco.
Pie de rey.
Piedra de afilar.
Punzn.
Regla de hierro.
Serrucho.
Soldador.
Tenacillas de cortar.
DE CAMPAA. 63
Tijera.
Tornillo de banco. "
Terraja.
Tuercas sin filetear.
Achicador,
Aparato de poleas para puentes volantes.
Bichero.
Brea.
Brochas para brea.
Burel.
Cazo de brea.
Cincel de calafate.
Cinta mtrica.
Clavazn.
Clavijas de madera dura.
Estopa.
Glibos para caballetes.
Hachas de viento.
Herrajes variados.
Llave inglesa de tuercas.
Jarcia de alambre de acero con alma de camo. (Fiadores y guin-
dalezas.)
Jarcia de cano. (Betas de 6, 10, 16 y 30 milmetros de dimetro
para cabos de ancla y guardalados, cabos de poleas, cuerdas de manio-
bra, ligaduras y trincaduras.)
Martillo.
Martinete para hinca de pilotes.
Mazo grande de madera.
Metro.
Pernos.
Piedra de trazar.
Piquetes herrados.
Rodillos.
Sacos terreros.
MINADOR.
PLVORAS.
nante. por 1", el acompasamiento de fuegos por la mecha exige en sta la mis-
ma mayor velocidad de detonacin. Es nesaria, pues, una cierta can-
tidad de esta mecha.
YESCA.Como procedimiento de inflamacin sencillsimo, puede lle-
varse una pequea cantidad. Servir de auxiliar de los procedimientos
anteriores.
DE CAMPAA. 73
Son necesarios de las dos clases: cebos de hilo de platino incandescente ]J\^fav\
de cantidad, termo-elctricos, correspondientes todos los casos en cTnd
fc i a , para
que se emplean corrientes de cantidad, wy cebos de hilo interrumpido o plvora ne-
* gra y para
foto-elctricos para las aplicaciones de las corrientes de tensin. l'c'eboTde
Estas dos clases de cebos se subdividen su vez en cebos para la in- rompida!
de indue-
flamacin de la plvora, que no necesitan llevar cpsula de fulminato de in foto-
1 r
' ' ^ elctricos,
mercurio, y cebos parala detonacin de cuerpos explosivos, como la &'-sfvroas.explcP"
namita, algodn-plvora comprimida y similares, que han de tener cpsu-
la de fulminato de 1 2 gramos. Estos segundos sirven tambin para
la plvora, siempre que sta se halle contenida en recipientes de alguna
solidez para que no se disperse al detonar la cpsula.
Pero como los cebos de cpsula de fulminato de mercurio son ms
caros, convendr que los parques lleven cebos, para plvora, de hilo in-
candescente, porque en general los hornillos de plvora inflamados por
corrientes elctricas se aplican los casos de permanencia en que con-
viene emplear generadores elctricos de cantidad.
En materia de conductores, el mejor para toda clase de corrientes, Cable ar-
7
K ' mado, tipoi
especialmente las de tensin, es el cable armado del tipo Siemens. Siemens.
Por su coste y volumen, no pueden constituir, ellos solos, el total de
conductor disponible, y hacen falta:
76 PARQUES
5.Accesorios.
1.Minas rpidas.
2,Minas premeditadas.
Reparaciones.
1.Reparaciones en la plataforma.
2.Reparaciones en la va.
4.Encarrilamientos.
Con los aparatos de fuerza que llevan los parques, y las cabrias y
dems que pueden improvisarse, inteligente y maosamente empleados,
7
90 ' PABQUES
Construcciones.
Destrucciones.
Aguja de comprobar.
Calas cuas.
Escalafn de curvas.
Plantilla para cajear traviesas.
Portacarriles.
Taladro de carraca.
"Ai."
TELEGRAFA.
Reparaciones.
habr que embridar y atar quo cortar y empalmar. Para estas opera-
ciones, y para el arreglo de crucetas y palomillas, bastan las herramien-
tas precedentes, que van en la seccin de carpintera.
La colocacin de postes nuevos reposicin de los tumbados de
los recompuestos, exige:
Trcolas grandes y cuerdas. (Ya van en el material de puentes.)
Zapapicos, palas y barras para hacer los hoyos. (Zapador.)
3. AVERAS EN LAS ESTACIONES. Es muy difcil, mejor dicho im-
posible, por la dificultad de improvisar aparatos, el remediarlas.
Destrucciones.
TELEGRAFA PTICA.
Entenallas.
Hilera.
Juego de trcolas para tender.
Juego de banderas para telegrafa ptica.
Perrillo.
Piquete de tierra.
Trepadores.
VIDRIERO, PLOMERO^ Y HOJALATERO.
VIDRIERO.
Objeto de la herramienta.
PLOMERO Y HOJALATERO.
Aumentos.
Grifa.
Cacerola y cazo para fundir plomo.
Diamante.
Brujidor.
Alicates y tenazas.
Plomos para vidrios.
Reglas y escuadras.
Es intil insistir sobre la necesidad de estos efectos, ya demostrada
en las lneas anteriores.
Alicates.
Banco.
Bigornia.
Bolsa de piel de cabrito.
Botador.
Brujidor.
Cacerola y cazo.
Colas de pez.
Cuchilla de empastar.
Diamante.
Escuadras.
Fuelle.
Grifa.
Hornillo.
102 PARQUES
Limas.
Martillo de vidriero.
dem de acopar.
Macetas de madera.
Plomos para vidrios.
Plomo.
Punzones.
Regla.
Remachador.
Soldador.
Taladros de plomero y de hojalatero.
Tenazas.
Tijeras.
Trancha.
Ueta.
PINTOR,
BBOOHA.Para extender los colores, aceites y barnices, sobre las ma- Brochas,
deras hierros.
CUCHILLA DE EMPASTAR ESPTULA.- Como la de vidriero. Sirve para cuchilla
( . de empas-
cmplaatecer o empastar, esto es, llenar con la masilla mstic de pintor tar -
las hiendas, orificios, venteaduras, etc., que tengan las maderas.
ESPONJA. -RASCADOBES.Antes de extender la pintura es preciso Esponja.
"Kascador.
raspar con el rascador la cascarilla de pintura vieja, lavar la madera, si
es posible con agua de potasa, y lo mismo el hierro. Para esto sirven la
esponja y rascador.
OLLAS METLICAS.Para la pintura, grandes y pequeas. roiiasme-
. . . tlicas;.
PINCELES.Para pintar herrajes y superficies pequeas, letreros, etc. pinoeies.
REGLA.Para rayas, fajas y letreros. Begiias.
COLOBES.Deben usarse, principalmente: Colores.
Minio, como mano capa de imprimacin.
Negro, para herrajes, fajas y letreros.
Aplomado y verde oscuro, para maderas,
Blanco, para letreros tambin.
104 I'ABQUES
Aceites.
Barnices.
Brochas.
Colores. Minio, negro, blanco, verde y aplomado.
Cuchilla de emplastecer, y pasta.
Esponja.
Ollas metlicas para la pintura.
Pinceles.
Rascador.
Beglas.
CARRETERO
Las averas de ios carruajes y las reparaciones qae dan lugar, pue-
den dividirse en los dos grupos siguientes:
1." Reparaciones que deben y pueden hacerse inmediatamente en el
campo si es preciso.
2. Reparaciones que se han de llevar cabo en los pueblos, dispo-
niendo de mayor tiempo y algn recurso ms.
Tendremos principalmente en cuenta estas ltimas, que son las que
ms herramientas y material necesitan.
AVERAS EN LAS RUEDAS PARA CUYA REPARACIN SE HACE PRECISO DES-
ARMABLAS.Esto tendr lugar en los casos siguentes:
Rayos y pinas rotos.
Huelgos entre los rayos, pinas y cubo y dislocacin general de la rue-
da por efecto de contracciones de la madera al secarse, por cualquiera
otra causa que obligue recortar el aro.
cuchilla. Si hubiese que improvisar pinas rayos, hacen falta, para su desbas-
C e p i 11 o
de vuelta, te y labra, sierra, cuchilla hacha de mano, cepillo de vuelta, escoplos,
garlopa y cepillo.
Barrena Para arrancar las espigas de los rayos rotos que han quedado meti-
das en las cajas del cubo de la pina, hacen falta la barrena de espiral j
el formn para limpiar la escopleadura.
Llave de Si se desarma la rueda son necesarios: llave de tuercas para aflojar
tuejrcas.
las de los pernos que sujetan las pinas al aro, alminas machos y mar-
tillos.
Para introducir la caonera en un nuevo cubo hace falta almina
macho.
Si hay que disminuir el radio de las ruedas, se hacen cortes de sie-
rra en las puntas de las pinas, alrededor de la espiga, y se recorta el
aro, pegndolo de nuevo, para todo lo cual tienen herramienta ms que
suficiente los parques de herrero y carpintero. El aro vuelve ponerse
DE CAMPAA. 109
en caliente con los gatos de meter aros y los garfios. El copero, que resul-m*rodse
tara algo mayor, se da con una regla. ~TU
Si se ha puesto alguna pina nueva, habr que abrir en ella con la ha- ^"'ar
rrena de herrar el taladro para el paso del perno que la sujeta al aro. Si JeBaensan-
fuese preciso ensanchar los agujeros se emplear la barrena de ensanchar.
Antes de desarmar una rueda por vieja, debe apurarse cuanto se pue-
da, pues una vez desarmada es muy difcil armarla de nuevo por estar
podridas las espigas de los rayos, estropeadas las cajas del cubo y pi-
nas, etc.
Puede evitarse cambiar una pina rajada asegurndola con remaches
y pasadores, con bridas de chapa. Un rayo roto exige renovacin, pero
una pina rota puede durar mucho tiempo con las reparaciones que
hemos indicado.
No se debe, en general, poner cubo nuevo con enrayadura vieja, por-
que como ya estn cortados los rayos, no se pueden dar golpes para en-
rayar.
AVEEAS UE PUEDEN EEMEDIAESE SIN DESARMAS LA EUEDA. P i n a que
se abre por alguna escopleadura, como suele suceder cuando, metida la
rueda en una carrilada, vuelca el carro. Se ponen bridas de hierro, que
se aseguran con pasadores, tornillos pernos. Los agujeros, en las pinas.
se abren con la barrena de herrar.
Si se sale una caonera, por resequedad de la madera por otra cau-
sa, se calza con camo y se introduce de nuevo con la ahnina con el
macho.
La substitucin de los herrajes, en caliente en fro, la colocacin
de otros nuevos, se hace con llaves de tuercas, barrenas, macho y martillo.
La recomposicin de un rayo hendido roto parcial totalmente, se Trincas
^ * ' d e alambre
hace con trincas de alambre de camo, poniendo bridas de madera ^le cna
'
adosando un nuevo rayo.
Las holguras entre rayos, cubo y pinas, se remedian adosando otros
rayos ms largos y atndolos clavndolos.
Nada de esto exige ms herramientas que la de carpintero, que va en
la seccin correspondiente.
ROTUKAS EN LANZAS, BEANCALES, TELEEAS, ETC.Se remedian con bri-
das, pernos y clavazn. La lanza, balancines, etc., se pueden improvisar
110 PARQUES
labrando las nuevas piezas en tosco, con labra fina, segn el tiempo
de que se disponga, y colocando los herrajes de las piezas deterioradas,
empleando la herramienta de carpintero.
Lo misino puede decirse de las dems piezas del bastidor y caja del
carro.
Barrenas de ensanchar.
de herrar,
de espiral.
Cepillo de vuelta.
Cuchilla.
Gato de meter aros.
Garfios para colocar aros.
Herrajes para reparaciones.
Llave de tuercas.
Trincas de alambre y de camo.
HERRADOR.
Cuchilla de rebajar
Escofina.
Martillo de adobar.
112 PABQUES
Martille] o.
Porrilla.
Pujbante.
Tenazas de herrar.
Tenazas de cortar.
Saco con herraduras y clavos.
1W
'IV
OBJETOS DIFERENTES,
Mquinas.
Objetos de ferretera.
en las cartillas de varios oficios, su mucha aplicacin exige que los par-
ques dispongan de gran cantidad de estos efectos.
Co I n
COLECCIN DE CHARNELAS, BISAGEAS, CANDADOS Y CEBRADUEAS.De de c j1 e
b
aplicacin en los carruajes del parque y en los trabajos de cstrame- graV, oan-
., dados y ce-
rraduras.
Objetos variados.
forma con el horizonte, ngulo que puede medirse fcilmente con cual-
quiera de los instrumentos topogrficos que conduce al parque de
campaa.
Aceitera.
Barriles para agua.
Cric ordinario y cric de doble movimiento.
Coleccin de clavos, pernos y tornillos. De bisagras, charnelas, canda-
dos y cerraduras.
Cuerdas de camo y esparto: de polea, de trazar, de carga, las y to-
mizas, bramante y tramilla para armaduras de sierra.
Carbn de forja.
Espuertas.
Escala de asalto. "?
Herrajes para mquinas improvisadas (Plumas, cabrias, cabrestantes
y martinetes).
Metales: hierro en cuadradillo, varilla, pletina, llanta, fleje y chapa.
Acero para acerar herramienta.
Plomo en galpago, plancha y tubos.
Zinc en plancha.
Soldaduras de cerrajero, plomero y hojalatero.
118 PABQUES
Poleas diferenciales.
Pozos rpidos Northon.
Romana.
Tela impermeable.
Torno de engranaje.
INSTRUMENTOS TOPOGRFICOS
Y OBJETOS DE DIBUJO Y OTROS.
Aplicaciones campaa.
Banderolas.
Barmetro Groldschmid.
Brjulas Barcker Breithaupt.
Cinta metlica.
Eclmetro de reflexin Abney.
Gemelos de campaa.
Objetos de dibujo.
Odmetro.
Pantmetra de bastn.
Taqumetro Trougtlion de 3 pulgadas con sus accesorios
Rodete.
MATERIAL DE CARRUAJES,
Atalajes completos.
Botiquines.
Se propondrn cuando sean aprobados los medios de conduccin de
la herramienta de los parques, esto es, bastes atalajes y carros.
DISTRIBUCIN DI LA
EN NMERO Y CLASE
(1) Esta distribucin ha sido aprobada por Real orden de 7 de junio de 1897.
28 PARQUES.
goros de dos ruedas, uno de ellos para equipajes (1). Los carros, compa-
rados con el transporte lomo, poseen mayor rapidez de marcha, ocu-
pan menos espacio en las columnas, exigen menos ganado y distraen
muchos menos soldados para su conduccin y custodia; son, pues, muy
preferibles los carros, para las guerras regulares sobre todo. Las 28 car-
gas que hasta ahora componan el parque lomo de una compaa de
zapadores-minadares, necesitan 28 mulos, 84 soldados encargados de
ellos en las marchas, y 28 para su custodia en el momento del empleo
del parque. Los cinco carros necesitan 10 muas, 15 lo sumo en terre-
nos muy quebrados, y cinco conductores.
No se debe prescindir, sin embargo, de los servicios que puede pres-
tar el transporte lomo en terrenos muy quebrados y guerras irregula-
res, y este efecto han de existir secciones de montaa, secciones lomo,
compuestas de diez cargas cada una.
El estado nmero 1 que acompaa esta Memoria, detalla cuanto
es necesario para la organizacin de los parques rodados de compaa (2).
Las secciones lomo podran consistir en:
Una carga para objetos de topografa y dibujo; explosor, cable y efectos
de artificiero; botiqun de ganado y herramienta de herrador, y do-
cumentacin de la seccin.
Una carga para explosivos y detonadores.
Cuatro cargas para herramienta de oficios (carpintero, albail y cantero).
Cuatro cargas para herramienta de explanacin y destruccin.
Podran conducir sesenta de las primeras y treinta de las segundas,
en total noventa.
PARQUES DIVISIONARIOS.Proponemos que cada parque divisionario
conste de diez carros, saber:
Cuatro carros de herramienta de zapador. Cada carro conduce 118 he-
rramientas de explanacin, 52 de destruccin y adems herramienta de
cantero, albail y carpintero, que tambin puede emplearse en parte
como herramienta de destruccin.
Un carro de minador, con los medios pirotcnicos y elctricos de infla-
(1) Conforme con el proyecto del que fue teniente coronel del Cuerpo D. Evaris-
to Libana, publicado en el MEMORIAL, en el tomo de Memorias de 1894.
(2) Con pequeas variaciones, es lo propuesto por el teniente coronel Libana
on el proyecto antes citado,
180 PAHQU15S.
, Herramientas de
A estas cifras habr que sumar las de las herramientas que conduz-
ca ol parque del cuerpo de ejrcito, de cuya organizacin no nos ocupa-
mos ahora.
Comparando estas cantidades con las relativas ejrcitos extranje-
ros, encontramos lo siglente:
En una divisin aislada, los parques de zapadores espaoles tienen
prximamente las mismas herramientas (de explanacin y de destruc-
cin) que los italianos y franceses, y 2354 menos que los belgas.
Esta ltima diferencia, muy considerable, se debe que el ejrcito
belga, en lo relativo parques de zapadores, tiene slo en cuenta
la organizacin divisionaria, y no existen parques de cuerpo de ejr-
cito.
En un cuerpo de ejrcito de dos divisiones, la herramienta de expla-
nacin y de destruccin correspondiente los dos parques divisionarios
espaoles, tal como se propone, tiene 394 herramientas ms que el cuer-
po de ejrcito italiano y 2017 menos que el francs, pero contando en
estos dos ltimos con los parques de cuerpo, adems de los divisionarios
y de compaa. Esto demuestra la necesidad de la existencia de los par-
ques de cuerpo de ejrcito, con los cuales desaparecern las diferencias
apuntadas, convirtindose en diferencias favor del mayor nmero de
herramientas en los parques nuestros.
Todo hace falta; la divisin francesa aislada, dispone de unas 5000
herramientas de explanacin y de destruccin, y el cuerpo de ejrcito
de ms de 16.000, contando en estas cantidades la herramienta de todas
las armas. Se llega estas cifras porque el soldado de infantera lleva
herramienta individual porttil; pero en Espaa, en donde hay la idea
de suprimir la herramienta individual de mango corto, y aceptar la de
peso medio conducida lomo en carros, el contingente suministrado
por la infantera ser mucho menor, nueva razn que milita en favor del
mayor desarrollo que debe darse los parques de zapadores.
136 . PARQUES
NUMERO POR
HERRAMIENTAS. Carro. Compaa.
Zapador.
Palas redondas 14 56
EXPLANACIN Palas rectas 4 16
Zapapicos 14 56
Barras de pie de cabra 1 4
Hachas de leador 6 24
Hachas de mano 3 12
Marrazos 6 24
Palanquetas 2 8
Picos de roca 2 8
Sierras articuladas 1 4
Serruchos de faginas 1 4
Tijeras para alambradas 1 4
Tronzaderas 1 4
-i
Cintas de medir 4
Cric de cremallera, de chapa de- acero,
de 4 toneladas 2
VARIOS. Cuerda de trazar (rollos de 100 metros.) 1 4
-.ir , , (De seccin elptica . 8 32
Mangos de r e p u e s t o . | D e g e c o i n c i r ^ u ] a r . 4 16
Sacos terreros 50 200
Carpintero.
Afiladoras de sierras 1 4
Alicates planos 1 4
dem de corte 1 4
Almazarrn, kilogramos
Azuelas de mano 3 12
Barrenas de dos manos 4 16
Barrenas de una mano 4 16
Cepillos de corte 2 8
Clavazn (inclusos pernos), kilogramos. 4 16
Compases de hierro.. , 1 4
Cortafros 1 4
Desclavadores 1 4
10
138 PABQES
NUMERO POR
HERRAMIENTAS. Carro. Compaa.
Destornilladores i 4
Dogos palancas de llave. i 4
Escofinas mediacaa i 4
Escoplos 2 8
Escuadras 1 4
Falsa-reglas de madera. . 1 4
Formones de cubo 4 16
Hachas de carpintero. . . 3 12
Lapiceros (docenas) 1 4
Limas, mediacaa 2 8
Limatones 1 4
Llaves inglesas de tuercas. 1 4
Martillos 2 8
Mazos 1 4
Metros 2 8
Niveles de aire. . . . 1 4
Piedras de afilar. . . 1 4
dem de sentar filos.. 1 4
Plomadas 1 4
Serruchos ordinarios. 2 8
Serruchos de punta.. 1 4
Sierras de mano.. . . 3 .12
Tenazas 1 4
Triscadores i 4
Albail y Cantero.
Alcotanas de mano 2 8
Bramante (ovillos) 2 8
Escuadras de hierro 2
Macetas de corte. 1 4
Macetas de mano 2 8
Martillos de cantero 1 4
Mazas de acero 1 4
Niveles de albail 1 4
Paletas 2 8
Plomadas 1 4
Punteros de pico de gorrin.. 6 24
dem de boca de escoplo.. . . 6 24
Minador.
Barras de 1,80 metros. 2 8
Barras de 1,35 metros. 2 8
DE CAMPANA. 139
NMERO POR
HERRAMIENTAS.
Carro. Compaa.
Topografa y dibujo.
Barmetros Goldschmid 2
Barras de tinta 1 4
Brjulas inglesas 2
Cortaplumas 1 4
Dobles decmetros 2 8
Estuches de dibujo 1 4
Eclmetros Abney 2
Gomas 2 8
Gemelos de campaa 1 4
Odmetros 1 4
Papel de dibujo (rollos) 1 4
Papel de barbas
Platillos de dibujo 2 8
Plumas de dibujo (caja) 1 4
Reglas 1 4
Rodetes 1 4
Objetos diferentes.
Bujas 5 20
Linternas 1 5
Frascos de aceite 1 5
Torcida para linterna
Cubos de hierro 1 5
Sacos-morrales para el ganado . 2 10
140 PARQUES
NUMERO POR
HERRAMIENTAS.
Garro. Compaa.
Cajas de grasa 5
Cubiertas de lona 4
Repuestos de pernos 4
Biblioteca
Puentes del momento.
Alambre para ligaduras, rollos de 250 metros X
milmetros 1 4
dem rollos de 500 metros X 2 milmetros 1 4
Jarcia de camo
Beta de 24 milmetros (metros) 20 80
Beta de 16 milmetros (metros) 10 200
Beta de 10 milmetros, para sondalezas de 100 me
tros 100 400
Beta de 6 milmetros (metros) 100 400
Bramante (ovillos) 1 4
Clavazn (kilogramos) 6 24
Hachas de viento
Telegrafa.
Carteras de empalmador
Cada cartera contiene:
Llave inglesa, 1
Barrenas, 2
Perrillos, 2
Tringulo, 1
Juego de trcolas, 1
Aisladores, 2
Cinturones de seguridad. 2
Trepadores (pares) 2
Herrador.
Acial
Cuchillas de rebajar
Escofinas 2
Martillos de adobar 2
Martillejos 2
Porrillas 2
Pujabantes 2
Saco con herraduras . . . . 1
Tenazas de herrar 2
Dt CAMPAA. 141
NMERO POR
HERRAMIENTAS.
Carro. Compaa.
Tenazas de cortar 2
Trabones 2
Guarnicionero.
Aguia larga 1
Papeles de id. (surtidos). . . . . . . . 5
Alicates (uno de boca plana y otro de boca re-
donda) 2
Cinta mtrica 1
Comps 1
Cortafros. . ... 1
Chaira 1
Cuchillo de mano. 1
Hierro para ingerir ... 1
Leznas 3
Martillo . 1
Punzn do bastear . . . 1
Punzn de clavar.. . 1
Rehenchidor 1
Sacabocados de mano 1
Tabla de coser 1
Tenaza de arrancar 1
Tiiera. 1
Ueta.. . . [
Botiquines.
De persona] . . . . . . . . 1
J3e g a n a d o 1
Estado nmero
P A R Q U E S DIVISIONARIOS.
NMERO D5
HERRAMIENTAS. Cada Cada
carro. divisin.
Zapador.
Azadas 8 32
Palas redondas 60 240
EXPLANACIN Palas planas rectas.. . .
10 40
Zapapicos 40 160
Barras de pie de cabra.. . 2 8
Caas de acero 2 8
Hachas de leador 8 32
Hachas de mano 8 32
Marrazos 12 48
Palanquetas 6 24
Picos de roca 4 16
Serruchos de fagina. . . . 3 12
Sierras articuladas 3 12
Tronzaderas 2 8
Tijeras para alambradas.. 2 8
Almdenas 4 16
Bragas 4 16
Cintas de medir.. . 2 8
Cuerdas de trazar. 1 4
Hileras 1 4
Lmparas 1 4
Martillos de acero. 2 8
Mazos 2 8
vr j J (De seccin elptica. 10 40
'JDe seccin
Mangos de repuesto.-p. .r ,
. , circular. 10 40
Metros 4 16
Perrillos 2 8
Rastrillos 2 8
Sacos terreros , 200 800
DE CAMPANA. 143
NUMERO DE
HERRAMIENTAS. Cada Cada
carro. divisin.
Carpintero.
Afiladoras de sierra 3 12
Alicates planos, redondos y de corte 6 24
Atornilladores 4 16
Azuelas de mano 6 24
Azuelas de dos manos 2 8
Barrenas de mano 6 24
Barrenas de dos manos, de diversos dimetros. 10 40
Berbiquis y juegos de brocas y barrenas.. . . . 1 4
Botadores 2 8
Bramiles 1 4
Cepillos de corte 4 16
Cepillos de dientes 1 4
Clavazn, kilogramos 5 20
Codales (juegos) 1 4
Compases 2 8
Cortafros 3 12
Cuchillas 2 8
Desclavadores 2 8
Dogos pequeos 1 4
Escofinas mediacaa 2 8
Escoplos (de cubo) 6 24
Escuadras 2 8
Falsa-reglas 2 8
Formones de cubo y de espiga 12 48
Garlopas con hierro de dos hojas 2 8
Griiillmenes 5 20
Hachas de carpintero 2 8
Lapiceros (docenas) 2 8
Limas mediacaa 3 12
Limatones de escofina 2 8
Llaves inglesas 3 12
Martillos 10 40
Mazos de madera 1 12
Metros 5 20
Niveles de aire 2 8
Piedras de.afilar 2 8
Piedras de sentar filos 2 8
Plomadas 2 8
Serruchos ordinarios 3 12
dem do costilla 1 4
dem de punta 1 4
144 PABQUES
NUMERO DE
HERRAMIENTAS. Cada Cada
carro. Divisi n
Sierras de mano 6 24
Sierras de rodear 1 4
Tenazas 2 8
Triscadores 2 8
Albail.
Alcotanas de mano 2 8
Alcotanas de dos manos. . . . 2 8
Batideras 2 8
Bramante (ovillos) 12 48
Cubos metlicos 2 8
Garfios 1 4
Martillos de albail 6 24
Niveles de pendientes 1 4
Niveletas (juego de tres). . . . 1 4
Paletas 6 24
Plomadas 2 8
Cantero.
Gaas de acero 2 8
Escuadras de hierro
i-i
4
Macetas de corte 2 8
Macetas de mano o 12
Martillos de cantero 2O 8
Mazas 1 4
Picos de dos puntas 2 8
Punteros. le boca de escoplo. 15 60
De pico de gorrin. 15 60
DE CAMPANA. 145
Carro de Minador.
NUMERO
HERRAMIENTAS. en cada ca-
rro.
Aceitera
Agujas
Alambre
Atacadores 3
Balanza 1
Barras ordinarias (pie de cabra) 2
Barras de mina 12
-n , ,, \ De 500 metros 2
Bobinas para cables. { T\ Dr>rv J. 2
^ ) De 300 metros. . - 10
Bujas.. 12
Bramante (ovillos)
Caballete para bobinas 15
Cable elctrico (kilmetros) 200
Cpsulas de fulminato, variadas 3
Candeleros de mina 400
Cebos variados
Clavazn de hierro y de cobre en su caja correspondiente 3
(kilogramos) 6
Cucharillas 4
Cuas de acero 4
Dragas pala de pozo 10
Espoletas de torpedo 20
Estopines de friccin 1
Explosor dinamo-elctrico 1
Explosor magneto-elctrico 2
Guantes de cuero para el tendido de lnea 2
Lmparas de seguridad 20
Mechas lentas, rollos de 10 metros 10
Mechas rpidas, idem id 50
Mechas detonantes 4
Martillos de hierro 6
Martillos de cobre 4
Mazas de acero 2
Macetas de mano 6
Metros 2
Mochilas para bobinas 1
Nivel de pendiente 30
Palas de mango largo, redondas y de mango corto 5
Palas de lengua de buey 12
Picos de roca 10
Pistoletes 6
Punzones de grano de cebada
146 PARQUES
NMERO
HERRAMIENTAS. en cada ca
Saquetes impermeables 20
Sacos terreros 100
Tela ordinaria y tela impermeable para hacer salchicha
(metros), dos de cada clase 10
Zapapicos con dobles mangos y stos largos y cortos 20
Zapapicos de corte 4
Bolsas de artificiero, que contienen yesca, eslabn, fsforos
amorfos, cpsulas de fulminato (triples, de 1 y 2 gramos),
cuchillo de artificiero, tijeras ordinarias, alicates de todas
clases, tenacillas Vian, alambre delgado de cobre, papel
fino de esmeril, polvorn, caucho en cinta, pasta y tubos,
gutapercha y chattertaD, resina, perbencina, brochas y
pinceles, cintas de lona, pequea clavazn, limas y esco-
finas, destornillador pequeo
BE CAMPANA. 147
Carro de aparejos y enseres para puentes del momento.
NUMERO
HERRAMIENTAS. en cada ca-
rro.
Herrero.
Atizadores 2
Brocas de fragua 12
Bigornia con su cepo 1
Cortafros 3
Compases rectos y curvos 3
Delantales de cuero 2
Degellos 3
Estajadoros 3
Estampas (juego) 1
Hisopos 2
Machos de fragua 3
Martillos de fragua 3
Pala.. 1
Punzones y puncetas 6
Sufrideras 2
Tajaderas 2
Tenazas de boca larga 2
Tenazas de boca recta 2
Tenaza de boca de codillo 1
Tenazas de arrancar 2
Yunque universal 1
Cerrajero.
Alicates planos 4
Atornilladores 2
Berbiqu completo 1
Botadores 2
Bote de aceite 1
Compases de gruesos 2
Gxanetes 2
Entenalla 1
Escuadras 2
Limas, surtidas 12
Limatones, surtidos 4
Llaves de tuercas (inglesa) 2
Mquina de taladrar 1
Martillos de banco 2
Punzones 2
DE CAMPAA. 149
NUMERO
HERRAMIENTAS. 011 cada ca
rro.
Reglas de hierro 2
Serrucho Liinandel 1
Soldador 1
Tijeras para cortar hierro 2
Tornillos de banco. 2
Terraja Wihtworth 1
Hierro, acero, plomo, etc., clavazn, pernos y tornillos.
Herrador.
Acial 1
Cuchillas de rebajar 2
Escofinas 2
Martillos de adobar 2
Martillejos 2
Porrillas 2
Pujabantes 2
Saco con herraduras 1
Tenazas de herrar 2
Tenazas de cortar 2
Trabones 2
150 PARQUES
MUMBRO
HERRAMIENTAS. en cada ca-
rro.
Telegrafa.
Alambre
Cable
Carteras de empalmador
Cada cartera contiene:
Llave inglesa 1
Barrenas, 2
Perrillos, 2
Hilera, 1
Tringulo, 1
Juego de trcolas, 1
Aisladores, 2
Cinturones de seguridad 4
Entenallas 4
Galvanmetro de reconocimiento 1
Juegos de banderas para telegrafa ptica 4
Piquete de tierra 1
Trepadores (pares) 4
Ferroviario.
Agujas de comprobar 2
Calas cuas 6
Escalafn de curvas.. 1
Llaves de tuercas 6
Plantilla para cajear traviesas 1
Portacarriles 12
Taladro de carraca 1
Repuesto.
Cuerdas (kilogramos) 100
Clavazn, pernos y herrajes (kilogramos) 100
Ruedas 2
Lanzas 2
Ejes con sus bujes 2
Herrajes de recomposicin de carruajes (kilogramos).
Objetos varios :
Tienda de campaa
DE CAMPAA. 151
NUMERO
HEERAMIENTAS. en cada ca-
rro.
Topografa y dibujo.
Banderolas (juego) 1
Barmetro Goldschmid 1
Brjulas inglesas 2
Eclmetros Abney 2
Gemelos de campaa 1
Odmetro 2
Pantmetra de bastn 1
Taqumetro Tronghton de 3 pulgadas, con sus miras y ac-
cesorios 1
Rodetes 4
Objetos de dibujo (juego) 1
Libros (coleccin) 1
152 PARQUES
Herramienta de Guarnicionero.
XTMERO
HERRAMIENTAS. on cada ca-
rro.
Aguja larga 1
Papeles id., surtidos 5
Alicates (1 de boca plana y 1 id. redonda) 2
Bigornia 1
Bloque sacabocados 1
Cinta mtrica 1
Comps 1
Cortafros 2
Chaira 1
Cuchilla de mquina 1
Cuchilla media luna 1
Cuchilla de ala de golondrina 1
Cuchillo de mano 1
Desclavador 1
Hierro para ingerir 1
Leznas G
Lezna de agujetear 1
Licetas 2
Martillos 2
MatacantOB 2
Mazo 1
Pasadores 2
Punzones de bastear 2
Punzones de clavar 2
Punzn para cuerda 1
Eeglador 1
Rehenchidor 1
Ruleta de comps 1
Sacabocados de golpe 4
Sacabocados de mano 1
Tabla de coser 1
Tenazas de piezas 1
Tenaza de arrancar 1
Tijera 1
Tornillo 1
Ueta 1
Botiquines.
De personal 1
De ganado 1
FIN.
PARQUES DE CAMPAA.
NDICE.
reginas.
v
Objeto de esta Memoria
Zapador.
Objeto de la herramienta de zapador 9 -
Herramienta de explanacin 9
Herramienta de destruccin, de construccin de material de rama-
je y de otros usos 10
Otras herramientas y efectos empleados en las zapas 11
Diversas obras de zapador en campaa y herramientas y efectos necesarios
para hacerlas 12
Construccin de material de ramaje 12
Obras de tierra en la fortificacin rpida, en la de campaa y mixta. 13
Revestimientos.. 14
Abrigos en la fortificacin rpida 14
Construccin de defensas accesorias. 15
Obras de vialidad 10
Obras de destruccin .16
Destruccin de defensas accesorias 17
Tabajos de zapa . 18
Herramienta y efectos de la vigente Cartilla del material de zapador cuya
supresin se propone 20
Aumentos que se proponen 22
Relacin por orden alfabtico de la herramienta de zapador que se propone. 23
Carpintero.
Objeto de las diversas herramientas de carpintero 25
(A)Herramienta de trocear, dividir y desbasta]1 25
(B)Herramienta para labrar y acepillar 26
(C)Herramienta para taladrar 27
(D)Herramienta para escoplear 27
(E)Herramienta para trazar ... 27
(F)Herramienta varia 28
Obras de carpintera en campaa y herramientas necesarias para hacerlas. 29
Preparacin de la madera 29
Ensambladuras, empalmes y cepas. 30
Otras obras 36
Herramienta y efectos de la vigente Cartilla del material de carpintero
cuya supresin se propone. . . 39
Aumentos que se proponen , :. 41
Relacin por orden alfabtico de la herramienta de carpintero que se propone. 41
11
154 PARQUES
Pginas.
Albail y cantero.
Objeto de las herramientas de albail y cantero 45
Albail 45
Cantero 47
Obras de albaiiilera y cantera en campaa, y herramientas necesarias para
hacerlas 48
Albail 48
Cantero 49
Obras de albailera y cantera en campaa. 49
Herramientas y efectos de la vigente Cartilla del material de albail y can-
tero cuya supresin se propone 50
Relacin por orden alfabtico de la herramienta de albail y de cantero que
se jjropone 51
Albail 51
Cantero 52
Herrero y cerrajero.
Objeto de la herramienta de herrero y de cerrajero 53
Herrero 53
Cerrajero 54
Diversas obras de herrero y cerrajero en campaa, y herramientas necesa-
rias para hacerlas 56
Trabajo de herrera y cerrajera en general 56
Herramienta y efectos de la vigente Cartilla del material de herrero y ce-
rrajero cuya supresin se propone 60
Alimentos que se proponen 61
Kelacin por orden alfabtico de la herramienta de herrero y cerrajero que
se piopone 61
Herrero 61
Cerrajero . . 62
Minador.
Trabajos del minador 69
PLVORAS 70
Inflamacin de las cargas 72
1.Procedimientos pirotcnicos . 72
2.Generadores de electricidad 7B
:]."Cobos y conductores elctricos. . 75
4."Aparatos de comprobacin y de medida elctricos 70
5."Accesorios 76
Papel de las herramientas y efectos que se emplean en las minas 78
1.Herramientas para excavacin remocin de tierras 78
2.Herramientas jjara trabajar en la,roca y en la manipostera or-
dinaria, de sillarejos sillera . . : . . . 7S
. " DE CAMPAA. 155
Pginas.
. 3.Atraque y carga de hornillos y barrenos 79
4.Alumbrado de los trabajos 79
Naturaleza de las obras.de mina en campaa y herramientas y efectos nece-
sarios para efectuarlas 80
1.rMinas rpidas 80
2.Minas premeditadas 81
Vas frreas.
Reparacin, construccin y destruccin 85
Reparaciones 86
1.Reparaciones en la plataforma. . . , 86
2.Reparaciones en la va 86
3.Reparaciones en las estaciones. . 89
4.Encarrilamientos 89
Construcciones 90
Destrucciones 90
Relacin por orden alfabtico de la herramienta de fexToviario que se propone. 91
Telegrafa.
Reparacin y destruccin de lneas y de estacionea 93
Reparaciones 93
Destrucciones 95
XEIITG-RAFA PTICA 95
Relacin por orden alfabtico de la herramienta para reparaciones de lneas
telegrficas y telefnicas que se propone 95
Vidriero, plomero y hojalatero.
Vidriero 97
Objeto de la herramienta 97
Diversas obras de vidriero en campaa y herramientas y efectos necesarios
para hacerlas 97
Plomero y hojalatero 98
Diversas obras de plomero, zinquero y hojalatero en campaa y herramien-
tas y efectos necesarios para hacerlas 99
Herramienta y efectos de la vigente Cartilla del material del hojalatero
cuya supresin se propone. 100
Aumentos 101
Ueliein por orden alfabtico de la herramienta y efectos de vidriero, plo-
mero y hojalatero que se propone 101
Pintor.
Objeto de la herramienta y efectos del pintor 103
Objetos cuya supresin so propone 104
Relacin por orden alfabtico de la herramienta y material de pintor que se
propone 104
Carretero.
Naturaleza de la obra de carretero que ha de hacerse en campaa 105
156 PABQU.ES DE CAMPAA.
Herramienta de carretero qne debe ser conducida en.los parques y su objeto. 105
Herramientas necesarias para la obra de carretera que ya figuran -en las
secciones de zapador, carpintero y herrero . 106
Herramienta de la vigente Cartilla del material de carretero. cuya supre-
sin se propone 107
Obras del carretero en campaa y herramienta necesaria para efectuarlas. . 108
Relacin por orden alfabtico de la herramienta de carretero que se propone 110
Herrador.
Efectos de la Cartilla del material de herrador cuya supresin se propone 111
Relacin por orden alfabtico de la herramienta de herrador que se propone 111
Objetos diferentes.
Mquinas 113
Objetos de ferretera . ;-. 114
Objetos variados ... 115 .
Herramientas de la vigente Cartilla de objetos diferentes cuya supresin
se propone 116
Aumentos que se proponen . . 117
Relacin por orden alfabtico de los objetos diferentes que se proponen.. . . 117
Material de carruajes.
Atalajes completos :.::'.. 123
Guarnicionero y bastero.
BOTIQUINES 125
A LA ORGANIZACIN
DEL
BATALLN DE TELGRAFOS
POR
MADRID:
IMPRENTA DEL MEMORIAL DE INGENIEROS.
1898.
PRIMERA PARTE.
TELEGRAFA MILITAR.
S XJ Js/E -A. B, I O .
I.Importancia de la telegrafa militar. || II.Diferentes fases por que ha pasado su organizacin
en nuestro ejrcito. || III.Batalln de Telgrafos.Principios que presidieron a su organiza-
cin. || IV. Sazonadas subdivisiones de las compaas y do las reservas. || V.Eeclutamiento
del personal.Deficiencias que ofrece y modo de obviarlas. | VI. Movilizacin.Reservas.
Defectos de stas y modo de evitarlos. [| VII. Instruccin terica del personal. [| VIII.Ins-
truccin prctica. | IX. Bed telegrfica de Madrid y los cantones como elemento de instruc-
cin.Defectos inconvenientes de la misma para el objeto indicado. || 2.Vestuario, arma-
mento y equipo.
I.
II.
Esto no obstante, ya en la reorganizacin de las tropas de ingenie-
ros, aprobada por Real orden del 3 de octubre de 1872 y mandada lle-
var cabo por la Ley de presupuestos de 28 de febrero de 1873, en
vista de la imposibilidad de que los soldados desempearan cumplida
y alternativamente, segn lo exigiesen las circunstancias, las mltiples
funciones de su instituto, y pretendiendo crear, por tanto, las especiali-
dades correspondientes, se dispona que los regimientos de Ingenieros
-fuesen de seis compaas, con el objeto de que cada uno de ellos pudie-
se satisfacer las necesidades de un Cuerpo de ejrcito, y se prescribi
8 El. BATALLN
III.
Una vez descrita la evolucin progresiva por que han pasado las
tropas de Ingenieros en su organizacin durante los ltimos treinta
aos, y ya que, partir del de 1884, existe el batalln de Telgrafos
y puede decirse que desde esta fecha empieza la verdadera organiza-
cin del personal y del material consagrados este servicio, que hoy
por cierto puede ya darse po:\- terminada, expondremos con alguna ma-
yor extensin, ya que no con toda la que sera necesaria para poder for-
mar juicio cabal de su actual estado, los principios en que aqulla se
basa, empezando por reproducir las prescripciones de la repetida Sobe-
rana disposicin relativas este asunto.
Dicen stas, que siendo el objeto del batalln de Telgrafos, en cam-
paa, el de establecer y conservar siempre las comunicaciones de los
IV.
Antes de mencionar las diferentes .subdivisiones de sus varias com-
paas, y una vez que stas se derivan tambin de la misin que ha de
cumplir la telegrafa en la guerra, consideramos indispensable, siquiera
lo hagamos tambin muy la ligera, indicar la manera de realizar
aqulla, y aunque no es fcil, la de condensar en pocas lneas lo que
DE TELGRAFOS. 17
V.
Antes de empezar esta parte de nuestro trabajo, que no deja de ser
penosa y sensible, no parecer extrao, que hagamos una deolaraein
terminante para poner cubierto la responsabilidad que pudiera caber-
nos en los defectos indicados, y es la de que, como tendremos ocasin de
advertir, no habr uno solo de aqullos para el que no hayamos pro-
puesto los oportunos remedios, nuestro modo de ver, sencillos, prcti-
cos y econmicos, sin que hasta la fecha hayan sido aceptados, por ra-
zones que nos son desconocidas, pero que indudablemente sern graves,
dado el inters que para el mejor servicio tienen los asuntos que se.
contraen. . '..
Grandsima importancia ha tenido siempre la conveniente distribu-,
cin, en los diferentes cuerpos institutos del ejrcito, de los reclutas
que anualmente deben ingresar en las filas, de manera que puedan utili-
zarse sus aptitudes fsicas y profesionales, en relacin con los diversos:
servicios militares que estn llamados prestar, y es aqulla tanto ma-.
yor, cuanto es ms reducido el tiempo de servicio activo, especialmente
en los cuerpos que, como el Batalln de Telgrafos, requieren una ins-
truccin prolija, muy especial y costosa, aparte de la diversidad de apti-
tudes que exige en los individuos que lo componen, para el mejor cum-
plimiento de su difcil cometido.
Teniendo en cuenta sin duda estas exigencias, ya el Real decreto de'
15 de diciembre, tantas veces citado, prescriba en su arfe. 3. que las
tropas correspondientes al expresado Batalln se reclutasen sin sujecin
zonas determinadas, y haciendo extensivo este reclutamiento todas
las de la Pennsula. En tal concepto, se ha seguido desde entonces el
procedimiento de distribuir entre todas aqullas los contingentes anua-
les, fin de que, limitado dos tres el nmero de los reclutas que co-
rrespondiese cada una de las expresadas zonas, pudiera conseguirse
ms fcilmente personal idneo y de buenas condiciones para el repetido
24 KL BATALLN
VI.
Otro defecto, ms grave todava, al que tambin urge poner reme-
dio inmediato, si se quiere que el servicio telegrfico de nuestro ejrcito
responda satisfactoriamente las mltiples funciones de campaa que
dejamos enunciadas, y que, por lo mismo, tenemos especial empeo en
consignar, en previsin de las decepciones que pudiera ocasionar en el
porvenir, consiste en que con la actual fuerza reglamentaria del Bata-
lln al pie de paz y la divisin del tiempo de servicio de la ley actual
de reclutamiento y reemplazo, no ser nunca posible, con la incorpora-
cin del personal de primera reserva, reunir el que necesita al pie de
guerra para la movilizacin de todas sus secciones, ni aun se consegui-
ra este resultado aumentndolo con todos los soldados de segunda re-
serva y dejando sin atender el servicio telegrfico de segunda lnea.
Impnese, pues, inevitablemente el aumento de la fuerza del Bata-
lln, ya que con los 400 hombres de que consta en la actualidad (1) ser
de todo punto imposible movilizar en su da todas las secciones telegr-
ficas en que se divide, y cada una de las cuales necesita para su servicio
unos 50 hombres.
Para suplir esta gravo deficiencia, ya se dict una Real orden con
fecha 19 de octubre de 1892, en la que se ordenaba que en el primer
proyecto de presupuesto se incluyese el crdito necesario para aumentar
la fuerza dicha en 239 individuos, fin de que tuviese la de 636, que lo
sealaba el Real decreto de diciembre del ano anterior; pero es ol caso
que, si entonces fueron atendidas nuestras repetidas excitaciones acerca
de este punto, aquella soberana disposicin qued al cabo sin efecto, por
motivos que no nos ha sido dable conocer.
No hay para qu insistir sbrela absoluta imprescindible necesidad
de atender preferentemente subsanar esta gravsima falta, que un da
pudiera ser muy seriamente sentida; pero la voz, y con el fin de nutrir
de una manera ms eficaz las reservas del Batalln, convendra, en nues-
tro concepto, rebajar en un ao ao y medio el tiempo de servicio ac-
tivo de los soldados que al ingresar en las filas fuesen ya oficiales del
cuerpo de Telgrafos, puesto que ya tendran la principal instruccin
tcnica del servicio y, por consiguiente, en mucho menos tiempo que
los dems podran completarla con la indispensable instruccin militar
y la del servicio de campaa, al mismo tiempo que esta ventaja les esti-
mulara solicitar el ingreso en el Batalln cuando hubiesen de acudir
las filas del ejrcito.
Tampoco debiera darse al olvido, con este mismo importante objeto,
lo que preceptuaba para la en mal hora suprimida Direccin Tcnica de
Comunicaciones militares, el art. 31 del Real decreto de 15 de diciembre
de 1884, en cuanto los beneficios que para nuestros propsitos habran
de resultar de tener siempre, como en dicho artculo se dice taxativa-
mente, noticia exacta y circunstanciada, as de todos los empleados en
las vas frreas y telegrficas, con obligacin de acudir las filas en caso
de movilizacin del ejrcito, como de los destinos que desempeen en
aqullas, para que desde luego pasen servir las compaas de Ferro-
carriles y Telgrafos militares, que se organizaran con stos y con el
personal procedente de los batallones respectivos.
Tambin consideramos de indudable conveniencia, en cuanto ten-
dera facilitar la movilizacin (y esto pudiera ser extensivo, en ma-
yor menor escala, todas las armas institutos del ejrcito), que el
personal de reserva activa dependiese directamente del Batalln, cuan-
DE TELGEAFOS. 29
VIL
Tampoco en este punto haba precedentes que respetar, en la fecha
en que fue creado el Batalln de Telgrafos, puesto que ni existan Re-
glamentos que determinasen el mtodo y progresos de la instruccin del
personal, ni programas que fijasen la que habran de tener las diversas
clases, as en lo militar como en lo tcnico, ni menos todava los indis-
pensables manuales cartillas que sirvieran de texto para las lecciones
tericas, ni, en fin, bases principios generales que seguir en las Escue-
las prcticas.
Era, pues, indispensable pensar, desde el primer momento, en atender
todas estas lamentables omisiones, y en efecto, se organizaron desde
luego las Escuelas tericas militares y tcnicas, as para los telegrafis-
tas, como para los sirvientes y conductores, estudiando y redactando
los programas que haba de sujetarse la enseanza en unas y otras, en
virtud de la clasificacin jerrquica militar y profesional que previa-
mente se hizo del personal destinado al servicio de las estaciones, en as-
pirantes, telegrafistas segundos, telegrafistas primeros y jefes de esta-
cin; proponiendo oportunamente, para estmulo y satisfaccin de stos,
32 EL BATALLN
VIII.
Reunidas las memorias dichas, as como tambin las que escriben los
oficiales subalternos, quienes se encomienda alguna comisin especial,
el jefe de instruccin las resume en una general, consagrando mayor
atencin todas las innovaciones experimentos comparativos que pue-
dan redundar en beneficio y progreso del servicio, indicando todos los
detalles necesarios para que se comprenda perfectamente su objeto
importancia, y exponiendo, juntamente con las suyas y de una manera
sumaria, las conclusiones y observaciones contenidas en aquellas que,
su juicio, sean dignas de atencin, para que el primer jefe del batalln,
al remitirlas, como lo hace anualmente la superioridad, pueda propo-
ner su vez, la adopcin de todas aquellas disposiciones medidas que,
despus de sancionadas por la experiencia, tiendan satisfacer cumpli-
damente las exigencias de los servicios de campaa.
Desgraciadamente, como ya hemos tenido ocasin de hacer constar
varias veces en el curso de este trabajo, y como seguramente tendremos
que repetir todava, no siempre aquellas proposiciones, por muy justi-
ficadas que estn, pueden tener la favorable acogida que fuera de de-
sear, en evitacin de los defectos cuyo remedio tienden, y eso pode-
mos decir de la que tambin hemos propuesto, repetidas veces, para
subsanar una de las deficiencias que se advierten en la instruccin del
personal que, ligeramente, venimos reseando.
El repetido Reglamento de instruccin previene, en efecto, con muy
buen acuerdo, que cuando la tropa haya adquirido prctica suficiente
en todas las operaciones que nos hemos referido, se verifiquen algunas
maniobras de conjunto, con todo el personal y los 'servicios diferentes
del Batalln, reunidos, efectuando marchas y estableciendo lneas, has-
ta conseguir hacerlo con la rapidez que es necesaria en campaa, sea-
lando direcciones distintas las diversas compaas, como si prestaran
servicio en diferentes cuerpos de ejrcito y relevndose las secciones
efectiva simuladamente en la forma que habrn de efectuarlo en la
guerra, conservando siempre comunicacin entre todas ellas y ensayan-
do, por ltimo, con toda la posible exactitud, las aplicaciones combina-
das en los campos de batalla de la telegrafa elctrica y de la ptica-
de seales.
Pues bien, estos tilsimos ejercicios cuya oportunidad y convenien-
40 EL BATALLN
mos preferible el mulo los caballos y las muas, pues aunque estos
son mejores para el segundo de los indicados servicios, como quiera que
el Batalln no ha de disponer nunca, al pie de paz, de todo el ganado
necesario, ni aun esto sera conveniente, sin imponer un gravamen con-
siderable y estril al presupuesto de la Guerra, ser forzoso cuando haya
de efectuarse la movilizacin, requisicionar el ganado indispensable al
efecto, y como entonces ni aun los 60 mulos indicados seran suficien-
tes para el transporte del material lomo, se buscaran muas para el
arrastre, ya que en caballos no es posible pensar en nuestro pas, y para
las necesidades de la instruccin y de las maniobras, cumpliran bien
los mulos todo el servicio, una vez que siempre se prestan mejor para el
tiro, que las muas para las cargas lomo.
No hay para qu decir que en relacin con este indispensable aumen-
to de ganado, convendra aumentar tambin la fuerza del Batalln, as
por las razones indicadas, como por las nuevas necesidades que ocasio-
nara el servicio y cuidado de aqul.
IX.
En fin, la red telegrfica militar de Madrid y los cantones inmedia-
tos, es otro de los elementos de que se dispone para la instruccin de
los telegrafistas, y en este concepto, y deslindando de una manera clara
el verdadero objeto de aqulla, la pona cargo del Batalln, como Es-
cuela prctica permanente, el ya muchas veces citado Real decreto de or-
ganizacin de las tropas del Cuerpo de 15 de diciembre de 1884. Hace-
mos resaltar esta circunstancia, en atencin que, si considerada bajo
este solo aspecto sera siempre un instrumento importante para la re-
petida instruccin, desde el momento en que es la vez un servicio de
la plaza, dependiente de las autoridades militares, ya no se la puede uti-
lizar con todo el desembarazo necesario para aquel nico fin, y aun veces
lo contrara en algunas particularidades, como sucede, por ejemplo, con
la asistencia del personal las Escuelas tericas, puesto que ni pueden
asistir stas por las distancias los que prestan su servicio en las Esta-
ciones destacadas en los dichos cantones, ni aun dentro de las del casco
42 ' EL BATALLN
pensable que sea cabo sargento, y los otros dos han de ser precisa-
mente un telegrafista primero y un segundo, exceptuando la Estacin
central, en la que adems del jefe hay ordinariamente tres telegrafistas
primeros y dos segundos, que la vez hacen el oficio de ordenanzas en
todas ellas, en cuanto solo se los designa para que adquieran prctica
en el manejo de los aparatos, y no pueden prestar el servicio oficial re-
servado exclusivamente los jefes y los telegrafistas primeros, y ni-
camente pueden y deben transmitir y recibir bajo la inspeccin de stos
los despachos relativos al servicio ordinario.
El personal dicho, que, como se v, se releva generalmente todas las
semanas fin de que alterne todo el del Batalln en este servicio especial
y en los del cuartel, se sujeta a unos horarios que tambin disponen los
capitanes por lo que respecta las estaciones que les estn encomenda-
das, con la intervencin del comandante de instruccin, que en lo relati-
vo la red ejerce las funciones de director del servicio, y en los que cons-
tan las horas que unos y otros han de asistir las Escuelas, con la in-
dispensable condicin de que siempre queden dos en las estaciones para
atender al servicio oficial de la plaza, y que, por consiguiente, puedan
relevarse tiempo para la precisa asistencia las referidas Escuelas. Y
previas estas indicaciones, ya se comprende ms fcilmente lo que ha-
bamos indicado respecto al entorpecimiento que se encuentra en el ser-
vicio de la red para la instruccin terica y prctica, militar y tcnica
del personal de tropa, as como las dificultades, no pocas veces insupe-
rables, que se ofrecen para fijar las horas de la maana en que han de
tener lugar las Escuelas tericas de cada clase, con la particularidad de
que, los que presentan aptitudes mejores para ser telegrafistas, son tam-
bin los que ms tienen en materia de cultura intelectual para ser ca-
bos y sargentos, y por consiguiente es forzoso que reciban simultnea-
mente la instruccin peculiar estas dos distintas funciones, y que asis-
tan, en tal concepto, las dichas Escuelas tcnicas y las militares.
La vigilancia de la red y de su servicio est cargo de un capitn
y un teniente, que se nombran tambin en la orden del Cuerpo para es-
te objeto, turnando por semanas los de todo el Batalln, y disponen pa-
ra la reparacin de las averas en las lneas y para la inspeccin y vigi-
lancia de stas, de una cuadrilla de operarios consagrados esta misin
DE TELEtllAEOS. 49
X.
STJMAEIO.
1. Organizacin anterior. || II.Resea histrica ele la telegrafa militar en las campaas moder-
nas. |1 III.La telegrafa elctrica en los campos de batalla. || IV.Clasificacin de la telegrafa
elctrica de campaa. | V. Secciones de montaa. | VI.Secciones de campaa. || VII.Mate-
rial de estacin. ] VIII.Material de lneas. | IX.Mtodos de tendido y repliegue de las lneas
telegrficas de campaa.tiles y aparatos ms importantes empleados en estas oxieraciones. |
2.Aplicaciones de campaa de la telegrafa elctrica.
este punto se desprende de las obras profesionales que del asunto se ocu-
pan y de los reglamentos por que se rigen sus funciones en campaa.
Y aun conviene aadir que no disponan de otro material que de un
cable de doble conductor, del aparato Morse y de pilas secas prusianas
para la telegrafa elctrica, y de un modelo especial de heligrafo para
la telegrafa ptica, con la circunstancia de que, destinado ste reem-
plazar aqulla en los casos de averas interrupcin de las comunica-
ciones, ambos iban mezclados en las cargas y metidos en cajas de hierro,
cuyo peso constitua mucho ms de la mitad de la carga de un mulo.
Incurrieron, pues, aparte de la deficiencia de los medios, en dos errores:
la insostenible confusin de mezclarlos dentro del mismo servicio, sin la
debida separacin, que es tan necesaria, como ya hemos demostrado, y
el empleo en las cargas lomo, tnico sistema de transporte entonces
admitido, de cajas pesadas que exijan un nmero de cabezas de ga-
nado muy superior al que, como veremos, era necesario para el material
que haban de llevar.
Limitando, pues, estas indicaciones todo lo que se refiere los me-
dios con que se contaba para la organizacin del material telegrfico
en la fecha de la creacin del Batalln, una vez que, como decimos, con-
signado est en los estados ele material y en la obra ya citada del capi-
tn Bringas, y puesto que hemos de tener otras ocasiones de insistir
sobre estos puntos, siquiera lo hagamos tan ligeramente como ahora,
pasaremos exponer los principios que se han tenido presentes para la
organizacin actual, no sin hacer antes una somera excursin histrica
por las campaas modernas en lo relativo al empleo que en ellas se ha
hecho de la telegrafa militar, en cuanto puede contribuir poner de
manifiesto el desarrollo gradual y sucesivo de este nuevo material de
guerra, as como los diversos perodos por que ha pasado. Esto nos dar
la vez ocasin para dar conocer las diferentes reorganizaciones que
ha experimentado este servicio en casi todas partes. Cuanto, al estudiar
esas sucesivas transformaciones y progresos en los ejrcitos extranjeros,
se ha encontrado digno de atencin y aplicable nuestro pas, se ha
tenido en cuenta en nuestra organizacin actual, que, prescindiendo de
las cantidades y del nmero, nada creemos que tenga que envidiar
otra alguna.
DE TETJGBAFOS. 59
II.
Sabido es que si las primeras tentativas de aplicacin en gran escala
de la telegrafa elctrica, que se remontan al ao 1839, encontraron se-
rios obstculos causa de los aparatos empleados y de las dificultades
que ofreca el aislamiento de las lneas, luego que empezaron funcio-
nar los aparatos Morse, en 1843, las redes telegrficas se extendieron de
una manera considerable en todos los pases civilizados, adquiriendo en
pocos aos un desarrollo inmenso, la vez que se perfeccionaban todos
los elementos que componen este maravilloso medio de comunicacin.
No era posible, por tanto, que el arte de la guerra, que en todos los
tiempos ha procurado los medios de facilitar las operaciones de los ejr-
citos en campaa, permaneciese indiferente ante semejante portentoso
y eficaz descubrimiento y as se explica que no tardara en aparecer la
telegrafa como poderoso auxiliar de los ejrcitos beligerantes y que, en
vista de los excelentes resultados obtenidos por su medio, se haya agran-
dado ms cada da su esfera de accin en las numerosas ocasiones que
se han ofrecido al efecto.
Selanse como los primeros en aplicarla los aliados en Crimea,, y
ms por razones de comodidad que con fines estratgicos, empleando al
efecto los mismos elementos de que constaban las lneas telegrficas per-
manentes.
Pocos aos despus, en 1857, ya los ingleses tuvieron ocasin de em-
plearla en mayor escala con motivo de la insurreccin de las tropas in-
dgenas en la India, y fueron los primeros intentar con este motivo
una organizacin del servicio telegrfico en la guerra.
Propagada la insurreccin en alarmantes proporciones en todo aquel
vasto territorio, separadas grandes distancias las columnas de tropas
encargadas de sofocarla y combatir los insurrectos, era de la mayor
importancia para el Gobernador general, que resida en Calcuta, el con-
servar directas y rpidas comunicaciones con todas ellas, as para acudir
con refuerzos all donde fuesen necesarios, como para comunicar cada
una la posicin de las dems, y con este objeto se recurri la telegra-
fa elctrica, estableciendo las lneas con los materiales que se encontra-
60 EL BATALLN
ciones elctricas, una vez que era necesario este doble empleo de la fce^
legrafa elctrica y de la ptica para el buen concierto de las fuerzas
sitiadoras.
Los mismos hechos s reprodujeron durante el sitio de Graeta, en el
que se construyeron ms de 40 kilmetros de lneas telegrficas con seis
estaciones, que funcionaron siempre, sin graves averas en los tres meses
que dur el sitio, y satisfaciendo todas las exigencias del servicio
pesar de las difciles condiciones en que fueron instaladas.
En la guerra de Secesin de los Estados Unidos de la Amrica del
Norte, hzose tambin uso en gran escala de la telegrafa elctrica, y
abundan los ejemplos de lneas tendidas con grandsima rapidez en las
marchas y en los cantones y aun en los mismos campos de batalla, sien-
do en todos los casos extraordinariamente ventajosos los resultados ob-
tenidos. El material empleado variaba segn la naturaleza del terreno
en que haba de utilizarse, as como los medios de transporte, puesto que
cuando aqul era llano y ofreca buenos caminos, se llevaban en carros
los aparatos Morse y las bobinas de alambre, mientras que para territo-
rio montaoso se conduca todo lomo en mulos, y desde luego, en uno
y otro caso, para las lneas tendidas, aplicaron el cable conductor ais-
lado, mejorndolo sucesivamente en vista de sus numerosas imperfec-
ciones.
Cable empezaron usar tambin los ingleses en la campaa de Abi-
yinia de 1868, en la que el servicio telegrfico aparece ya dividido en dos
secciones: una que decan ligera, provista del indicado conductor de poco
peso, para que llegase rpidamente con sus lneas hasta las fuerzas ms
avanzadas, y de la que formaba parte tambin un destacamento de se-
aladores, y otra que, con el carcter de material de reserva, haba de
construir las lneas ms slidas y casi permanentes retaguardia de las
tropas. En esta ocasin, sin embargo, la falta de preparacin previa del
personal y material, unida las dificultades que ofrecan los transportes
en aquel pas inhospitalario, fueron causa de que la telegrafa no se des-
arrollase como se deseaba, si bien no anduvo lejos de llegar hasta Mag-
dala, partir del mar Rojo, siendo de advertir que, pesar de las mu-
chas imperfecciones de que adolecan las lneas por los defectos del ma-
terial, en el perodo de cinco meses de duracin de la guerra y desde
62 EL BATALLN
III.
Todava, sin embargo, y siempre con el propsito de exponer razo-
nadamente los motivos que sirvieron de base la organizacin de con-
junto del material del Batalln de Telgrafos, de una manera anloga
como lo hicimos en la primera parte con respecto al personal, necesi-
tamos una nueva digresin, que tienda poner en claro la idea, que ya
tambin anticipamos, relativa las funciones que la telegrafa militar
le estn reservadas en los campos de batalla del porvenir, y esto con tan-
to ms motivo, cuanto que, sin dilucidar previamente este asunto, care-
ceramos de uno de los ms poderosos motivos que han de justificar la
divisin de la telegrafa elctrica en secciones de montaa y secciones
de campaa, as como las disposiciones del material y medios de trans-
porte empleados en cada una de ellas.
Refirindonos, desde luego, la x-epetida resea histrica, se advier-
te, y as se puede comprobar con un anlisis ms detenido de las campa-
as contemporneas, que apenas se encuentra en ellas un ejemplo de
aplicacin de la telegrafa elctrica en el campo mismo del combate, ya
que no puede considerarse de este modo el hecho de que en la de Egip-
to, la seccin, telegrfica que acompaaba al ejrcito conservando las co-
municaciones retaguardia, en la marcha sobre Tel-el-Kebir y con el
objeto de encontrarse siempre tan cerca como fuese posible del cuartel
general, se viese, al empezar la accin, dentro del alcance del fuego
enemigo.
Cierto es que los historiadores citan numerosos hechos de audacia
llevados cabo por los telegrafistas en los combates librados durante la
ya citada guerra de la Secesin de los Estados Unidos, asegurando que
muchas veces se establecan las lneas algunos pasos solamente de los
tiradores enemigos, que, de este modo, se entretenan en cortar los alam-
bres telegrficos con sus balas, mientras que hasta la artillera tiraba so-
bre los postes, y aun veces lograba derribarlos; pero considerando s-
DE TELGRAFOS. 67
IV.
De la anterior ligersima resea histrica relativa las aplicaciones
de la telegrafa en las guerras modernas, hemos deducido como la con-
secuencia que ms interesa nuestros propsitos, que el material de
que se sirven en todos los ejrcitos permite la instalacin de lneas de
cable y de lneas areas, anlogamente al que se emplea tambin en la
telegrafa civil, por ms que en sta la construccin de las lneas y la
instalacin de las estaciones se hacen sin precipitacin ni urgencia, y
se les puede dar, por consiguiente, como primera condicin, toda la soli-
dez apetecible.
En cambio, durante la guerra el ejrcito se mueve todos los das y
es preciso que el telgrafo le siga todas partes y que, por consiguien-
te, las lneas se establezcan y se retiren con gran rapidez; que apenas
tendidos los conductores se vuelvan replegar, y que este servicio, sin
entorpecer ni molestar los .movimientos de las tropas, conserve intactos
sus recursos y siempre en condiciones de utilizarlos con oportunidad. .
Es, pues, necesario que el material telegrfico militar para el servi-
cio de campaa satisfaga numerosas exigencias, entre las que figuran
en primer trmino, la par de la sencillez que ser siempre la ms re-
comendable, las de la ligereza posible y la solidez conveniente, con los
carruajes y medios de transporte ms oportunos y ms rpidos y eco-
nmicos. . ' ......
Si dentro de estas condiciones se compara el relativamente pesado
DE TELGRAFOS. 73
sible, de las ramas de los rboles, por el paso de los carruajes y los
dems accidentes que se comprende que se hallan expuestas en el pri-
mer caso, y por los rozamientos, roturas y dems causas destructoras
que fcilmente se adivinan en el segundo, y porque, independiente-
mente de los motivos indicados, se producen con frecuencia desperfec-
tos en los cables, cuyo descubrimiento se hace difcil y cuyas reparacio-
nes son largas, aparte de que siempre son muy difciles de averiguar
las averas en ellos, principalmente cuando se establece una solucin de
continuidad en el conductor sin que se revele por signos exteriores. As,
pues, este material necesita mayor atencin para manejarlo y mayores
cuidados para su conservacin.
En cambio, las lneas areas tienen la gran ventaja de que si el con-
ductor se rompe en algn punto, se puede ver inmediatamente la avera
y efectuar fcilmente la reparacin, sin recurrir largas investigacio-
nes, y son, por consiguiente, muy fciles de vigilar caballo.
Sea como quiera, no cabe duda y as lo acreditan diferentes testimo-
nios, que si en los trminos generales en que se ha de plantear natural-
mente el problema, y de acuerdo con las disposiciones adoptadas en
casi todos los principales ejrcitos de Europa, se debe dar la preferencia
las lneas areas sobre las de cable para la telegrafa elctrica de
campana, mucho influyen tambin en la bondad relativa de unas y
otras, las circunstancias locales y del momento en que se las emplea, y
hasta las circunstancias atmosfricas.
Y si esto se agrega la consideracin de que el cable puede ser has-
ta indispensable cuando las lneas hayan de atravesar una comarca que,
ya por estar cubierta de bosques, parques obstculos anlogos, ya por
ser de pendientes muy rpidas, en fin, por la naturaleza de su suelo de
roca excesivamente duro, no se preste la plantacin de los postes
necesarios para la suspensin del hilo de las lneas areas, entendemos
que no puede excluirse tampoco el cable del repetido material, y que,
por consiguiente, ste debe comprender el correspondiente estas dos
clases de lneas en proporciones convenientes, para emplear unas
otras segn las circunstancias.
Con esto y con lo que oportunamente habremos de exponer ms ade-
lante acerca de este mismo asunto, parcenos lo suficiente para justifi-
76 . EL BATALLN
V.
En armona con la racional clasificacin anterior de la telegrafa
elctrica de campaa, se ha seguido el principio de adoptar un material
mixto de lneas areas y de cable, ya llevndolo confundido en las mis-
mas divisiones ya tambin con separacin, en secciones determinadas,
como sucede en Austria y en Inglaterra para la telegrafa llamada de
montaa.
No podamos nosotros dejar de aceptar esta divisin, dada la natura-
leza de nuestro pas, y de aqu el que se hayan organizado las secciones
de montaa, especialmente para los casos en que el ejrcito haya de
operar en comarcas montuosas, en que por cualquier concepto, como
la carencia de caminos propsito, no sea posible el transporte en ca-
rros, razn por la cual se adopt desde luego el cable como nico mate-
rial de lneas y el principio de que fuese transportado lomo, en mulos,
ya que as lo aconsejaba hasta la circunstancia de que los terrenos en
que deber emplearse no suelen ser los mejores para la fcil instalacin
de los postes de las lneas areas.
Contribuy tambin esta misma resolucin y procurar la mayor
ligereza posible en el material, el pensamiento de que ste sera el que
hubiera de aplicarse en los campos de batalla cuando se considerase po-
sible y prudente, de acuerdo con lo que dejamos manifestado, y una vez
que entonces no es de esperar que se encuentren las ms de las veces
caminos fciles para el tendido de las lneas, y que, por consiguiente, se
impone la necesidad de que los medios de transporte se acomoden
cualquiera clase de terreno que sea practicable para el hombre.
DE TELGRAFOS. 77
zacin en proyecto, una vez expuestas las doctrinas y sentados los prin-
cipios que informan la que en la actualidad tiene el Batalln de Tel-
grafos, tan diferente de aqulla; pero hemos credo deber citarla, en sus
rasgos ms salientes, en cuanto se relaciona con la existencia del mate-
rial adquirido en aquella fecha y con la composicin que se pretenda
dar las secciones, as como con los medios de transporte adoptados,
una vez que se variaron radicalmente.
Oportunamente indicaremos los motivos que nos indujeron des-
echar sucesivamente el repetido material, as como las pruebas y ensayos
que han precedido la adopcin del que hoy tenemos. Por el momento
nos limitamos consignar que nos hemos visto precisados utilizar
aqul, en cuanto fue posible, en la nueva organizacin, en gracia de la
economa y porque no disponamos tampoco de recursos inmediatos para
adquirir en el acto otro nuevo de mejores condiciones. Verdad es que,
por lo que las secciones de montaa se refiere, estaba reducido, como
ya hemos dicho, los aparatos Morse, las pilas, al cable y las bobi-
nas en que ste se arrollaba, pues que del resto no exista nada, y las pi-
las y el cable se cambiaron tan pronto como fue posible, segn hemos
de ver.
Respecto la pretendida composicin de las secciones, tampoco te-
nemos mucho que aadir, en cuanto la resolucin adoptada, de acuer-
do por otra parte con lo que ya prevena el Real decreto de 15 de di-
ciembre de 1884, de separar en absoluto la telegrafa elctrica de la
ptica, ni tampoco relativamente la extensin que dentro de una mis-
ma compaa se daba las indicadas secciones, sujetndose la idea de
que siempre marchasen unidas un mismo Cuerpo de ejrcito, y hasta
con la circunstancia de que este haba de estar formado de tres divisio-
nes. Pero si podemos pasar ligeramente sobre estos asuntos, no as sobre
las consideraciones que, nuestro juicio, han de servir de base para
fijar el nmero de estaciones de cada seccin, proporcionalment la
longitud de las lneas que con su material pueda establecer.
Es, en efecto, un hecho fuera de duda, que para que pueda apreciar-
se de una manera eficaz la rapidez de las comunicaciones elctricas, es
preciso que las distancias entre los puntos que se hayan de enlazar sean
ya de alguna consideracin, pues que en otro caso, y algo dejamos ya
DE TELGBAFOS. 81
VI.
Las secciones de campaa, dotadas especialmente de material de l-
neas areas, constituyen la base de la telegrafa militar con diversas de-
nominaciones; pero siendo, por decirlo as, el organismo elemental la
subdivisin inferior del indicado servicio, y antes de ocuparnos de la
composicin que tienen las de nuestro Batalln de Telgrafos, parcenos
oportuno, en consonancia con el sistema de exposicin que nos hemos
propuesto seguir, hacer algunas ligeras indicaciones respecto de la que
tienen en los principales ejrcitos extranjeros, con arreglo los datos
que nos ha sido posible recoger.
En Inglaterra, la seccin telegrfica de campaa es la unidad del
servicio, y consta de dos oficiales, 52 hombres entre telegrafistas, con-
ductores y sirvientes, con cuatro carros de material de seis caballos,
que llevan de 32 33 kilmetros de lnea y tres estaciones completas.
El ejrcito austraco puede movilizar 43 secciones telegrficas de
montaa y de campaa, y entre estas ltimas las hay de dos clases, lla-
madas ligeras pesadas, segn que los carros de que se sirven para el
transporte del material son del modelo construido en 1877 del de los
aos 1867 70.
Las secciones ligeras se componen de un oficial y 64 individuos entre
sargentos, cabos, telegrafistas, sirvientes y conductores, dos caballos de
silla, 22 caballos de arrastre y seis carros (cuatro de material y dos de
estacin), que conducen 16 kilmetros de alambre ordinario, 8 kilme-
tros de cable, 1500 metros de cable de doble conductor y 320 postes.
Las llamadas pesadas slo difieren de las anteriores en que tienen
27 caballos de arrastre y ocho carros. En cinco de stos conducen 20 ki-
lmetros de alambre, 250 metros de cable y 450 postes, y de los otros
tres, dos son carros estacin y el otro para utensilios y accesorios.
DE TELGKAFOS. 85
campaa en los ejrcitos que nos hemos referido, ni ste ha sido nues-
tro objeto, y s, solamente, el de dar conocer, como decamos al prin-
cipio, la composicin de las secciones de campaa, en cuanto como
organismo elemental pueden compararse con las anlogas de nuestro
ejrcito.
Posible es tambin que, desde las fechas que se contraen estos da-
tos que hemos podido recoger en libros y revistas varias, y aun dado
que entonces fuesen completamente exactos, nuevas modificaciones los
hayan alterado, pero siempre se podr advertir la grandsima variedad
que existe en los medios de satisfacer este servicio de campaa, que,
por lo dems, en todas partes se define y reglamenta con sujecin las
doctrinas que dejamos expuestas.
No cabe dudar tampoco que esa diversidad de criterios en la organi-
zacin de la telegrafa militar procede, en gran parte, de circunstancias
particulares, ya por la constitucin misma de los ejrcitos, ya por la in-
tervencin, en este servicio especial, del elemento civil, y ya en fin, por
las guerras probables que algunos de ellos estn llamados sostener:
pero aun apartando nuestros razonamientos de todos aquellos pequeos
estados que, como Dinamarca, Suecia, Blgica y Suiza, imprimen un
carcter peculiar todos sus organismos militares, y atenindonos
solamente los de las principales potencias de Europa, se observa, en
primer trmino, la notable diferencia que existe entre las grandes di-
visiones del servicio telegrfico de campaa en Rusia, y la excesiva
subdivisin de estas secciones, que se advierte, como regla general, en
Austria.
Esta misma discrepancia que resalta de la comparacin de las seccio-
nes telegrficas de aquellos ejrcitos, no slo justifica lo que hemos ade-
lantado respecto de la dificultad que ofrecera la eleccin si nos hubi-
ramos propuesto imitarlos, sino que parece revelar la absoluta carencia
de principios que pudieran servir de base la composicin de las men-
cionadas secciones, y de aqu la necesidad en que nos hemos visto de
exponer previamente, grandes rasgos y limitando nuestros razona-
mientos lo que hemos credo ms indispensable, las consideraciones
que nuestro juicio deban informarla.
Ni aun examinadas desde el punto de vista del nmero y de las can-
88 EL BATALLN
por la mayor rapidez en el tendido de las lneas, cuando stas sean cor-
tas y de pequea duracin, como lo seran, por ejemplo, las que, en algn
caso excepcional, sea conveniente instalar entre el cuartel general del
Cuerpo de ejrcito y el de alguna de sus brigadas, y en n, para las que
alguna vez pudiera ser necesario construir durante la noche.
Creemos, pues, con sujecin este criterio, y pesar de la indicada
variedad que en este punto existe en los ejrcitos extranjeros, que las
secciones telegrficas de campaa, sin perjuicio de llevar todo el mate-
rial necesario para el establecimiento de una lnea suspendida de longi-
tud un poco superior la que en una jornada recorre ordinariamente
un Cuerpo de ejrcito, y esto por las ya indicadas razones, debe contar
adems con el de lneas tendidas para una cuarta quinta parte de esa
longitud, fin de satisfacer las mencionadas exigencias, y de aqu
que las de nuestro ejrcito se las haya dotado del material necesario
para 32 kilmetros de lneas areas y de 8 kilmetros de cable.
Aceptado este principio y resuelto este punto, era preciso decidir si
el cable debera ir proporcionalmente distribuido en todos los carros de
la seccin si convendra ms que fuese separado en uno slo, y en los
primeros, que se construyeron en 1888, optamos por esta ltima solu-
cin, reservando, sin embargo, disposiciones en los dems para poder
cambiar dos de sus bobinas de alambre con otras dos de cable, tomadas
del carro dicho, en el que haban de ser substituidas por aqullas cuan-
do fuese preciso. Pero en las modificaciones que se introdujeron ms
tarde por las razones que veremos, y al construir los correspondientes
tres nuevas secciones, nos atuvimos al primer sistema, no ya slo por
alcanzar mayor uniformidad y sencillez en el material, lo que siempre
es una ventaja importantsima, sino para que todos los carros estuvie-
sen dispuestos siempre para satisfacer en todos los casos al estableci-
miento de una lnea de 10 kilmetros, y porque adems con esto queda-
ban rnejor dotadas de postes las lneas areas dentro de cada carro y no
tenamos que recurrir la disposicin que antes habamos tomado de
llevar un corto nmero de stos corno repuesto en el que conduca el
cable. Y vena en apoyo de esta medida la consideracin de que, como
por regla general los carros de una misma seccin han de marchar siem-
pre unidos, era indiferente una otra disposicin en cuanto al empleo
90 EL BATALLN
para rboles y otros tantos para muros y para objetos de madera, dis-
tribuidos todos ellos, en las proporciones convenientes, en los diversos
carros de material.
Conviene aqu tener presente que, como el alambre, dada la eleva-
cin ordinaria de los postes, no queda bastante altura para que puedan
pasar por debajo de l carros muy cargados y otros objetos anlogos,
cuando la lnea haya de atravesar algn camino se aumenta la de los
postes por medio de unas alargaderas de longitud prximamente igual
la mitad de la altura de aqullos, los que se fijan con unas abraza-
deras de hierro por otro sistema anlogo, como ya veremos; pero como
estas alargaderas no pueden tener otra aplicacin que sta, y en vista
de que puede conseguirse el mismo resultado empalmando dos postes
enteros, hemos optado nosotros por esta ltima solucin, en cuanto de
este modo simplificbamos el material, reduciendo el nmero de objetos
diversos que ha de comprender, y porque, adems, cuando no sea nece-
sario apelar dicho recurso, los postes pueden utilizarse siempre como
tales en las aplicaciones ordinarias, mientras que las referidas alargade-
ras no podan aprovecharse en otra cosa ni de otro modo. Cada sec-
cin lleva, por consiguiente, para este objeto, 200 abrazaderas bri-
das repartidas tambin en los carros, nmero muy suficiente para cuan-
tas atenciones de esta clase puedan ocurrir en el establecimiento de
una lnea de la longitud indicada y aun para subvenir las frecuentes
prdidas de estos objetos que se han de registrar en el servicio de campa-
a, consideracin que tambin hemos tenido en cuenta para determinar
la cantidad el nmero de todos los dems objetos de la misma clase
que por sus dimensiones estarn ms expuestos extravo.
Los postes extremos de las lneas areas, los que corresponden
cambios de direccin de stas y los que se colocan en curvas de pequeo
radio, se refuerzan con vientos de alambre, sujetos piquetes clavados
en el suelo y los postes en los ganchos de unas anillas de hierro que
abrazan stos y los que se sujetan por medio de tornillos. Aparte de
estas circunstancias, en que son indispensables, todava resultan muy
ventajosos y hasta necesarios estos refuerzos, colocados de distancia en
distancia uno y otro lado de la lnea y en el sentido mismo de su lon-
gitud en las direcciones rectas, puesto que de este modo se evita en lo
DE TELGRAFOS. 93
posible que aqulla se caiga hacia uno otro lado por los vientos fuer-
tes, en el sentido de su misma direccin cuando ocurra la rotura de un
poste otro accidente semejante. En tal concepto, y con este objeto,
llevan tambin las secciones 120 anillas y los vientos correspondientes,
ya preparados con sus piquetes.
Del mismo modo, y como el cable ordinario no respondera su
objeto en buenas condiciones cuando fuese preciso sumergirlo en el
paso de un ro y en otras circunstancias semejantes, lleva cada seccin
para este fin, y anlogamente las de otros ejrcitos de Europa, una
bobina con 500 metros de cable propsito para estas aplicaciones, as
como otras dos de medio kilmetro cada una para lneas telefnicas, con
la mochila correspondiente para su tendido.
Y en fin, para no tener que ocuparnos de la multitud de otros obje-
tos que, as para el servicio y constitucin misma de las lneas y de las
estaciones, como para el montaje de stas y establecimiento de aqullas,
conducen las mencionadas secciones de campaa, enumerados ya los
principales y los motivos que nos indujeron fijar el nmero de cada
uno de ellos, consideramos suficiente por el momento asegurar que no
carecen absolutamente de nada de lo que puede serles necesario, inclu-
sos los indispensables tiles para la reparacin de las lnes permanentes,
y que todos han sido cuidadosa y minuciosamente estudiados bajo el as-
pecto de su mayor ligereza y buenas condiciones para el servicio.
Y resumiendo ahora lo que grandes rasgos dejamos indicado, di-
remos que cada seccin de campaa lleva material para la instalacin
de tros cuatro estaciones y una longitud de lnea area de 32 kilme-
tros y 8 kilmetros de cable con ms de 500 metros de ste para el paso
de ros y dos bobinas de medio kilmetro para lneas telefnicas, trans-
portado todo en cinco carros, de los que uno es el carro estacin y los
otros cuatro son de material.
El carro estacin lleva montados en su interior dos aparatos Morse,
y por consiguiente puede servir cuatro lneas diferentes y aun mayor
nmero de lneas si fuese preciso por medio de conmutadores dispuestos
al efecto, as como en caso necesario podra desprenderse de uno de los
dichos aparatos para instalar una nueva estacin en otra parte. Es, pues,
su objeto principal el de ocurrir al servicio en los puntos en que con-
94 EL BATALLN
VIL
Expuestos con toda la concisin que nos ha sido posible los razona-
mientos y las consideraciones que se han tenido presentes en la compo-
DE TELGRAFOS. 99;
VIII.
No de otro modo que la telegrafa permanente, emplea la militar
para el establecimiento del indispensable conductor que ha de enlazar
los puntos que hayan de comunicarse, las lneas areas y las de cable,
siquiera las condiciones que ha de satisfacer el material de stas sean
muy distintas de las que se exigen en aqulla, por las grandes diferen-
cias que separan sus respectivos servicios.
Descuella entre las condiciones dichas, como una de las principales,
la de toda la posible ligereza, compatible con su relativa solidez y con-
servacin, muy inferiores las de las primeras en cuanto su duracin ha
de ser tambin muy limitada y porque as lo requiere con imperio la
necesidad de proveer fcilmente al transporte de su material y la preci-
sin de manejarlo cmoda y rpidamente en los incesantes tendidos y
repliegues que han de estar forzosamente sujetas las lneas telegrfi-
cas de campana.
DE TELGRAFOS. 117
la dura substancia de que estn formadas, y que por medio de una esca-
lera se clavan en los muros y en otros apoyos fijos, la altura conve-
niente.
En fin, as el cable como el alambre desnudo, se transportan en. bo-
binas carretes, que no difieren unos de otros ms que por sus dimen-
siones, y en las que hemos procurado la mayor ligereza dentro de la so-
lidez y la capacidad que nes pareci mejor, y que como ya hemos indi-
cado respecto sta ltima, es de un kilmetro en todas ellas. Constan
de dos discos de palastro, que tienen vaciados varios sectores para
evitar peso intil, y de un alma cilindrica de madera, en la que se
arrolla el conductor, siendo movible el eje [de hierro en que descan-
san, y al que se sujetan por una especie de tijera con resorte, que lle-
van en la cara exterior en uno de los discos mencionados. Mediante esta
disposicin, es sumamente sencilla la operacin de cambiar sus ejes
fijos con los articulados que se emplean para el tendido de las lneas,
en los que se sujetan del mismo modo que en aqullos, entrando las ho-
jas de las tijeras por la sola accin del resorte dicho en unas, muescas
que aqullos tienen oportunamente preparadas en los puntos conve-
nientes.
Despus de lo que acabamos de decir respecto al conductor de las
lneas tendidas de campaa, impnesenos dedicar unos cuantos renglo-
nes al empleado en las lneas areas suspendidas, y empezaremos por
consignar, al efecto, que los dos nicos metales adoptados con este obje-
to, son, el cobre y el hierro. Considerados desde el punto de vista de la
conductibilidad elctrica, el primero es preferible, puesto que la tiene
de seis siete veces mayor que la del segundo, y por consiguiente
pareca llamado disfrutar de la exclusiva en esta aplicacin mili-
tar, en cuanto podra por aquella importante propiedad reducirse
mucho el dimetro del alambre correspondiente en favor de la tan
preciada ligereza del material; pero presenta otros defectos tan gra-
ves, que fueron suficientes para que al fin se le desechara casi en todas
partes.
As sucedi, en efecto, que si en un principio todos los ejrcitos de
Europa dieron la preferencia al alambre de cobre para sus lneas de
campaa, en la actualidad slo lo conservan de esta clase y de 2 mili-
124 EL BATALLN
un serio obstculo para la rapidez con que deben efectuarse las cons-
trucciones y el repliegue de las lneas, sin que ni an pueda combatirse
este inconveniente engrasndolos con frecuencia, lo que, por lo dems,
sera siempre una operacin enojosa y difcil en campana.
Esta clase de apoyos cuentan tambin algunas piezas pequeas que
pudieran considerarse como accesorias, pero que son tan indispensables,
que una vez perdidas rotas, como fcilmente puede ocurrir conse-
cuencia de los golpes que estn sujetas, las inutilizaran por completo.
Y sin extendernos un examen ms detallado de sus condiciones, ha-
remos observar, que para su buena conservacin exigen el costoso cui-
dado de pintarlos con frecuencia, y aun de este modo seran difciles de
evitar las oxidaciones durante el servicio, lo que desde luego demuestra
que ni an son aceptables bajo el aspecto econmico, como pudiera
creerse al comparar la duracin que racionalmente se les ha de suponer,
con la que "desde luego tienen los postes de madera.
Las caas de bamb ofrecen desde luego la inapreciable ventaja de
su ligereza, que por s sola era motivo sobrado para atraer la atencin
de los que se han ocupado con algn detenimiento de estos asuntos, y
con ste objeto las ensayaron, entre otros, los italianos y los ingleses,
aunque sin conseguir resultados satisfactorios, siquiera los ltimos las
hayan tenido de diversas procedencias y parezcan dispuestos, como hi-
cimos notar, substituir con ellas los postes de madera de que antes se
servan.
Motivos eran estos suficientes para que nosotros procursemos ad-
quirir el convencimiento de su utilidad por observaciones personales, re-
curriendo al efecto las que con tanta abundancia se producen en las
islas Filipinas; y al efecto, por medio de la antigua Direccin de Inge-
nieros, so pidi un buen nmero de ellas la comandancia general
del Cuerpo en aquel Archipilago, marcando puntualmente el objeto
que se destinaban y las dimensiones y dems circunstancias que debie-
ran reunir; pero ya sea porque, aun as, no se hubiesen penetrado bien
de la importancia que realmente tena el asunto, ya porque el encarga-
do de buscaras y remitirlas no se atuviese las condiciones que se le
exigan, ya tambin, aunque se nos resiste creerlo, porque no las en-
contrasen mejores, el hecho es que las que nos mandaron eran de tal
128 EL BATALLN
des estriban en el modo de efectuar las uniones dichas, que no son otras
que el de aadir las citadas alargaderas sobre las cabezas de los postes,
sujetando y consolidando la unin con una especie de manguito, el de
acoplarlos en una tercera parte prximamente de su longitud, por medio
de dos pares de abrazaderas que pueden acomodarse los dimetros va-
riables de los postes, en un punto cualquiera, por medio de tornillos que
las oprimen fuertemente y las hacen solidarias.
Desechando, desde luego, el primero de los indicados medios en
cuanto no proporcionaba la exactitud y solidez necesarias, aun contan-
do con que el dimetro de la alargadera fuese muy justo, y porque
adems los referidos manguitos se llenaban de tierra y se oxidaban con
las lluvias, dificultando su aplicacin, nos atuvimos las indicadas
abrazaderas que ya previamente se haban construido de las dimensio-
nes propias para acomodarse las de aqullos, y no siendo ya entonces
precisas condiciones determinadas de exactitud en las alargaderas di-
chas, nos pareci oportuno suprimirlas, substituyndolas en los casos en
que deberan aplicarse, con dos postes ordinarios empalmados en la
forma descrita, que satisfacen perfectamente y evitan el tener que lle-
var en el material un objeto ms, que no poda tener otra aplicacin
que la indicada, mientras que los postes que, como ya vimos, son en
nmero suficiente para las exigencias de cada seccin, sirven siempre
como tales y son, por consiguiente, mucho ms tiles.
No bastan, sin embargo, los postes en que se suspende el alambre,
para asegurar la buena conductibilidad de las lneas areas, puesto que
aun siendo stos de materias poco conductoras de la electricidad, se
convertiran en otros tantos puntos de derivacin en tiempos hmedos
y de lluvias, y de aqu la imperiosa necesidad, como ocurre en las lneas
permanentes, de aislar, cuanto mejor sea posible, el alambre, emplean-
do los aisladores sujetos los postes, en los que descansa directamente el
conductor.
La eficacia de los aisladores depende, pues, de la materia de que es-
tn formados y de su misma forma, siendo los ms generales, por lo que
se refiere la primera, los de porcelana y de ebonita, y an de stos po-
demos decir que los ltimos son los casi universalmente aceptados,
puesto que si en un principio hubo algunos ejrcitos, como el prusiano
BE TELGRAFOS. 131
Los aisladores dichos, que son los que conocemos con el nombre de
aisladores ordinarios, por su ms frecuente aplicacin, se fijan rosca
en el centro de la cabeza de los postes, mediante una varilla de hierro
de que van provistos, asegurada en el vrtice de la campana.
Por lo dems, y puesto que, como ya dijimos, la telegrafa de campa-
a debe aprovechar para suspender el alambre todos los apoyos fijos
que se presenten en buenas condiciones, al efecto, en la direccin de
las lneas, como son, por ejemplo, los muros, los mismos postes telegrfi-
cos de las lneas permanentes, los rboles, y en fin, todos los objetos an-
logos, es indispensable llevar con este objeto un cierto nmero de aisla-
dores especiales, que realmente solo difieren de los anteriores en los
medios de fijarlos; los de los muros y los de los objetos fijos de madera,
van montados, para los primeros, en una especie de alcayata con una
punta propsito para clavarla en las maniposteras, y los segundos, en
otra varilla anloga encorvada, que termina en una rosca propia para
penetrar en la madera; mientras que los destinados los rboles, cuel-
gan sencillamente de una anilla en que termina la aguja de hierro para
asegurarlos y el alambre se suspende en una especie de rosca en que
termina otra Varilla que arranca del fondo de la campana. Con esta dis-
posicin se consigue, hasta cierto punto, hacer independiente la lnea
de las sacudidas que el viento imprime los rboles, en cuanto los ais-
ladores tienen el juego suficiente para moverse con entera independen-
cia, y sin exceder de ciertos lmites, por lo que se les conoce tambin
con el nombre de aisladores pndulos.
Por ltimo, ya hemos visto la necesidad de fortalecer las lneas a-
reas, asegurando con vientos algunos postes, no ya slo en los cambios
de direccin y en las curvas, sino tambin en los mismos tramos rectos,
y de aqu que nos fuera preciso estudiar el mejor modo de proveer es-
ta exigencia, bajo los diversos aspectos que entraa.
Diremos, desde luego, que los vientos empleados son ordinariamen-
te de alambre de cuerdas delgadas de camo, y que no tardamos en
decidirnos por los primeros, no ya slo, en cuanto los segundos son de
menor duracin y ms propensos excitar la codicia de los transentes,
sino porque, como se sabe, el camo experimenta variaciones importan-
tes en su longitud, segn los estados higromtricos de la atmsfera y
DE TELGRAFOS. 133
IX.
Indicados los razonamientos y consideraciones que presidieron la
actual composicin de las secciones telegrficas, as como las pruebas y
ensayos que precedieron la definitiva adopcin de las partes ms im-
portantes del material que comprenden, es preciso todava, para comple-
tar este trabajo en lo que este ltimo punto se refiere, exponer los ex-
perimentos que se llevaron cabo, no ya slo para determinar los m-
todos ms expeditos y ordenados que deben segairse para utilizar aqul
en el establecimiento de las lneas, teniendo en cuenta sus condiciones y
los medios empleados para su transporte, sino tambin los que era for-
zoso ejecutar con los aparatos y tiles ms convenientes que deben em-
plearse en las indicadas operaciones.
Ya, en lo que dejamos dicho, se ha podido apreciar, desde luego, que
en lo que con la telegrafa de campaa se relaciona, se ha procurado
con empeo en todas partes conseguir la mayor ligereza posible en vis-
ta de facilitar el transporte, y de que el servicio pudiera desempearse
con toda la posible celeridad, siendo estos, por decirlo as, el carcter dis-
tintivo y la condicin ms saliente y apreciada de cuantas pueden exi-
girse en las funciones de la telegrafa de campaa.
Era, pues, ms que natural, obligada conducta, al ocuparse de estos
asuntos, que ya que la operacin ms enojosa y pesada estriba precisa-
mente en el tendido y repliegue de las lneas, se tratase de investigar
cules seran los mtodos que diestramente aplicados permitiran obte-
ner mayores ventajas en la realizacin de estos trabajos, por lo que res-
pecta la rapidez con que dentro del mayor orden pudieran verificarse,
y como stos comprenden varias ocupaciones distintas en relacin con
los diversos elementos que entran en la composicin de aqullas, se ha
buscado el medio de satisfacer las referidas exigencias, dividiendo el
personal encargado de ejecutarlas en grupos diferentes, y sealando
dentro de cada grupo las funciones peculiares cada uno de los indivi-
viduos que las componen, sea aplicando estas operaciones, con no
menos ventajas que en la industria, el tan fecundo principio de la di-
visin del trabajo.
DE TELGRAFOS. 135
millas de hierro, que tienen en sus extremos los ganchoso muescas con-
venientes para recibir los del eje de una bobina pequea, de modo que,
cuando ha de funcionar en el tendido de una lnea, basta que un hom-
bre se la coloque la espalda, y haciendo entonces girar las dichas pa-
lomillas, se coloca en ellas la repetida bobina, que otro hombre mueve
con una manivela adaptada uno de los extremos del eje, en el replie-
gue del cable.
Este mtodo, que por lo fcil y desembarazado podr ser til mu-
chas veces para el tendido de lneas telefnicas y aun para aquellos ca-
sos en que los telegrafistas deban atravesar un terreno impracticable pa-
ra cualquiera de los dems procedimientos de que hablaremos, nos ha
parecido digno de conservarse, modificando; al efecto, los tirantes de la
mochila, de modo que el hombre que la lleve pueda ponrsela alternati-
vamente y segn ms le convenga la espalda al pecho, sin que tam-
poco en esta segunda posicin le moleste por su poco peso, y ya que de
este modo se consigue que, sin necesidad de auxilio ajeno, pueda l slo
tender y replegar sin fatiga y muy rpidamente el cable de lsu media
bobina.
Emplebanse para el tendido brazo, unos ejes rectangulares de hie-
rro, articulados en la mitad de su longitud, en vista de que pudieran
doblarse para la mayor facilidad de su transporte, y terminados en sus
extremos en dos porciones cilindricas que se introducen en unos man-
gos torneados de madera, en los que giran con facilidad. Introducidos
los ejes dichos en el hueco que al efecto tienen las bobinas en el sentido
de su longitud y provistos luego de sus mangos correspondientes, sus-
pendan el todo dos hombres, cogiendo cada uno el mango de cada ex-
tremo, y en esta disposicin, sosteniendo todo el peso con los brazos na-
turalmente tendidos lo largo del cuerpo, desarrollbase el cable me-
dida que ellos marchaban en la direccin convenida, mientras que para
arrollarlo era preciso que uno de ellos, sin dejar de suspender el man-
go de la bobina con la mano izquierda, hiciese girar, con la derecha, la
manivela, unida, tambin al extremo del eje con este objeto. Claro est
que de este modo la operacin resultaba muy fatigosa y cansada en to-
dos los casos, pero muy especialmente en el repliegue de las lneas, que
as vena ser mucho ms lento y pesado que el tendido, puesto que si
140 EL BATALLN
X.
(1) En. la distribucin del ltimo crdito extraordinario se lia concedido al Ba-
talln la cantidad necesaria para adquirir todo el material que necesite en pie de
guerra.
150 EL BATALLN
Y sin duda teniendo esto presente, el'tantas veces ya citado Real de-
creto de 15 de diciembre de 1884, al crear la Direccin tcnica de comu-
nicaciones militares, le asignaba como uno de sus ms importantes co-
metidos el que contiene el art. 24 de aquella soberana disposicin, y;que
copiado tambin la letra dice as: Dirigir (la indicada Direccin)
todo el servicio telegrfico en el teatro de la guerra, mantenindose en
relaciones constantes con la Direccin general de telgrafos fin de que
no se produzca interrupccin alguna entre los telgrafos de campaa y
la red permanente del pas, teniendo sus rdenes el personal de las es-
taciones de empalme entre ambas redes, aunque el personal dicho perte-
nezca al Cuerpo de Telgrafos civiles. Y esto, parte de otros varios
cometidos que tambin le encomendaba durante la paz, pero con la mis-
ma tendencia de asegurar siempre el buen servicio de las comunicacio-
nes durante la guerra.
No se nos alcanzan los motivos que posteriormente pueden haber
existido para la radical supresin de aquel tan necesario organismo, que
tantos otros asuntos de no menor importancia tena su cargo y que, si
estaba llamado desempear funciones de tan vital inters dentro de
nuestro sistema militar, as en la paz como en la guerra, debiera ha-
ber sido, hbilmente dirigido y ampliado, la vez que fundado motivo
de brillantes y muy provechosos servicios para el ejrcito, germen fe-
cundo de no pocos beneficios para el Cuerpo.
Pero sean cualesquiera las razones que hayan aconsejado la citada
supresin, es lo cierto que en la actualidad carecemos del centro auto-
ridad que deber encargarse de la direccin del servicio telegrfico en
campaa, y que en tal concepto ni aun es posible redactar el Reglamento
que ha de sujetar sta sus funciones en los diversos casos en que ne-
cesariamente ha de intervenir, acomodndose al carcter y la ndole.de
las operaciones militares.
Consideramos, pues, indispensable cubrir esta nueva deficiencia,
que tampoco no es dado remediar, restableciendo un organismo anlogo,
si no fuese el mismo, la repetida Direccin de comunicaciones milita-
res, y procediendo, la yez, redactar Releglamento dicho, que as ha
de regular la misin directiva de los jefes y- oficiales que la tengan su
cargo, como las que correspondan las diversas secciones telegrficas
BE TELGRAFOS. 155
Las reglas que debiera seguir la telegrafa militar en una guerra de-
fensiva, se extienden tambin las lneas establecidas con fines pura-
mente militares, las de la red permanente retaguardia del teatro de
las operaciones, y en fin, las comunicaciones con los estados neutrales.
El aislamiento deber procurarse por zonas de 45 75 kilmetros
de profundidad, correspondientes dos tres das de marcha, retirando
todas las lneas y estaciones estables, y sustituyndolas con otras provi-
sionales que irn estableciendo las secciones de primera lnea, ayuda-
das en este caso por las de segunda lnea, mientras que la telegrafa
civil, desarrollando todava mayor actividad que en la ofensiva en
cuanto al repliegue de las lneas permanentes, que requiere mucho tra-
bajo y mucho tiempo, retira, la vez que el personal de las estaciones,
los aparatos^ las pilas y todo el material til, as como el alambre y los
aisladores de las lneas, quemando los postes, no ser cuando se prevea
que la retirada es momentnea, y que pronto se ha de volver ganar
terreno, caso en el cual se procurar dar las destrucciones un carcter
parcial, limitndolas trozos pequeos, y aun ser tambin oportuno
recurrir al engao produciendo averas difciles de descubrir para obli-
gar al enemigo mayores prdidas de tiempo en el restablecimiento de
las comunicaciones.
En la guerra de sitios, deber el sitiador envolver la plaza con lneas
telegrficas que pongan en comunicacin entre s y con el cuartel gene-
ral los diferentes comandantes, y stos con los parques, los depsi-
tos, etc.
En general, ser suficiente una sola lnea, pero cuando se trate de
una gran plaza, como sucedi en Pars, entonces ser preciso establecer
dos, fin de que la interior sirva exclusivamente para las operaciones
del sitio, y la exterior para conservar la comunicacin entre los cuer-
pos sitiadores con el gran cuartel general y la de ste con los dems
ejrcitos en campaa.
En los trabajos de aproche, las lneas debern ser enterradas par-
tir de la primera paralela hacia la plaza, mientras que retaguardia de
aqulla podrn utilizarse las lneas areas, empleando al efecto material
de campaa que ser poco visible.
Convendr tambin que sean dobles, es decir, areas y enterradas
158 En BATALLN
PTICA.
STT3vI.A- R I O .
I.Utilidad de la telegrafa ptica en las campaas modernas. | XX.Composicin de las secciones
de telegrafa ptica. || XIX.Banderas. || IV.Heligrafos. (| V.Aparatos de luces. || VI.Apli-
caciones de la telegrafa ptica.Conclusin.
I.
Por lo dems, aparte de los defectos dichos, de los que algunos re-
sultan ya muy atenuados con los aparatos modernos, y sin que tenga-
mos que insistir en las ventajas que ofrece en casos como el de estable-
cer inteligencias entre una plaza sitiada y el exterior, demasiado evi-
dentes y conocidos, y en todos aqullos en que convenga comunicarse
por encima del enemigo, en que, como en nuestras pasadas guerras
civiles, sea de todo punto imposible la conservacin de las lneas elc-
tricas, no cabe duda, siquiera, de que la telegrafa ptica es el comple-
mento indispensable de la elctrica, y que sin que pudiera pretender
substituir sta en general, ser siempre til, en muchos casos necesa-
ria, y en otros insustituible. De aqu que haya tenido tan frecuente
aplicacin en muchas de las campaas modernas, ya emplendola aisla-
damente, ya en combinacin con la elctrica, y que haya merecido, en
vista de los buenos resultados conseguidos, que se le consagre atencin
especial en casi todos los ejrcitos.
En prueba de nuestras afirmaciones y de una manera anloga
como lo hicimos al ocuparnos del material de la telegrafa elctrica, y
aun ms someramente que entonces, en cuanto no tiene en este caso la
misma importancia, y porque si hubiramos de hacerlo ms detallada-
mente necesitaramos llenar algunas pginas sin gran provecho para
nuestro objeto, indicaremos continuacin las guerras de nuestros das
en que se hizo uso de manera ms menos extensa de la telegrafa p-
tica y de las seales.
Ctase, como la primera, la guerra de Crimea, en la que la emplea-
ron las tropas francesas, aunque abandonndola al poco tiempo median-
te la importacin por los ingleses de la telegrafa elctrica. Parece que
en el sitio de Sebastopol se usaron tambin las seales, empleando tres
clases distintas de cohetes para indicar los ataques del "enemigo sobre
el centro y las dos alas.
En la ya citada guerra de la Secesin de los Estados Unidos de la
Amrica del Norte, se emple seguramente ms que en ninguna otra
la telegrafa ptica, ya para substituir la elctrica en los frecuentes
casos en que sta se vea interrumpida por la destruccin de las lneas
por otras causas, ya para concertar los movimientos y la accin de las
escuadras con los de los ejrcitos de tierra, ya, en fin, y muy principal-
166 EL BATALLN
los turcos no hicieron uso para nada de la telegrafa ptica, puesto que
apenas emplearon la elctrica, siquiera parece que los egipcios contaban
con un sistema de seales con banderas, que les serva para comunicar
entre las diferentes obras de campaa, y en cuanto los rusos, parece
que tampoco la emplearon en Europa. Les prest, por el contrario, el
heligrafo muy buenos servicios en el Asia para conservar el enlace de
los extremos ms avanzados de sus lneas telegrficas con las tropas y
con su base de operaciones, para la unin del cuerpo principal y los
destacamentos de exploracin, y durante el sitio de Geok-Tep, para fa-
cilitar el tiro de la artillera, para dar noticias acerca de los movimien-
tos del enemigo en el desierto y al Norte de la plaza, y para vigilar las
reuniones destinadas sorpresas nocturnas.
Los ingleses, que, como creemos haber indicado ya, haban empleado
con xito la telegrafa de seales combinada con la elctrica en la cam-
paa de Abisinia. la aplicaron despus de una manera todava ms
satisfactoria en sus guerras en el Asia y en el Sur del frica. No obstan-
te el material de telegrafa elctrica de que dispusieron en el Afghanis-
tn, que les permiti construir unos 700 kilmetros de lneas, emplearon
en gran escala en substitucin de stas, que eran frecuentemente corta-
das por los indgenas, la telegrafa ptica, por medio de heligrafos y
banderas, para mantener las comunicaciones entre las diversas colum-
nas, veces muy distantes unas de otras.
Durante sus campaas de frica, son numerossimas las ocasiones
notables en que la telegrafa ptica hubo de prestarles servicios excep-
cionales, que se relatan minuciosamente en las obras de algunos oficia-
les de aquel ejrcito que tomaron parte en las referidas campaas y d
los que nos limitaremos nosotros citar uno de los ms notables ocu-
rrido en la del Zululand. Estando el coronel Pearson encerrado con
1300 hombres en Ekowe y completamente rodeado por unos 15 20 mil
zuls, lleg ponerse en comunicacin con el resto del ejrcito y con el
fuerte Tenedos, distante de aqul unos 40 kilmetros, y gracias esta
feliz circunstancia, las tropas inglesas pudieron acudir en socorro de los'
sitiados y derrotar completamente los sitiadores, aprovechndose de
las noticias que acerca de stos les haban sido transmitidas.
Durante la campaa de los austracos en la Bosnia, se sirvieron stos
168 EL BATALLN
II.
Una vez probada la utilidad de la telegrafa ptica en la guerra, y
antes de exponer la organizacin de conjunto del material adoptado
con este objeto en el batalln de Telgrafos, sin perjuicio de que ms
adelante indiquemos de manera anloga como lo hemos hecho para el
de la telegrafa elctrica, las consideraciones, pruebas y ensayos que
DE TELGBAPOS. 169
por la ndole del servicio que haya de prestar, como sucedera en el ca-
so de tener que acompaar un destacamento de caballera, se requie-
ra, como primera condicin, una gran movilidad. En cada caja hay
asientos para tres hombres, y detrs de aqullos los ganchos y las co-
rreas necesarios para asegurar las mochilas y el armamento. Los oficia-
les y los sargentos son montados, as como los dos ordenanzas corres-
pondientes cada estacin doble, que adems cuenta los seis telegrafistas
que van en el carro correspondiente, tres para cada estacin, de los
cuales uno es el jefe.
La formacin de las secciones de etapa depende de las circunstancias
locales de los puntos en que hayan de prestar servicio, y las estaciones se
renen en. grupos, segn la importancia y las distancias que las sepa-
ren, dependientes su vez de la configuracin de los lugares.
El material es prximamente el mismo que el de las secciones de
campaa y se pensaba utilizar la luz elctrica en algunos aparatos, pero
sin que se haya considerado necesario organizarlo en la forma en que lo
est aqul. t
La telegrafa ptica en Inglaterra, aparte de los sealadores para
cortas distancias con que cuenta en los regimientos de infantera y ca-
ballera, est tambin cargo del batalln de Telgrafos, y tiene su es-
cuela correspondiente en Aldershot, punto de residencia de ste, y en
donde se verifican experiencias y maniobras muy interesantes al finali-
zar los cursos de instruccin, estableciendo durante varios das largas
lneas de sealadores, sujetndose determinadas hiptesis de guerra
posibles, suponiendo destruidas por el enemigo las lneas elctricas y
obligando de este modo al defensor emplear exclusivamente las sea-
les pticas, como banderas y heligrafos de da, y linternas aparatos
de luces por las noches.
Siquiera no sea ms que como testimonio del esmero con que se
consagran cultivar esta rama de la telegrafa militar, ya que por otra
parte revela esto, la vez, la importancia que conceden este medio de
comunicacin y, bajo este aspecto, no parecer aqu tan fuera de lugar,
no resistimos al deseo de indicar ligeramente el programa que se
sujet uno de los citados ejercicios, que haba de durar una semana,
que, por otra parte, nos parecen muy dignos de imitacin, y as lo hu-
174 EL BATALLN
III.
Por la indicacin de los aparatos adoptados para la telegrafa de se-
ales, se v que satisfacen al precepto de poder servir las comunica-
ciones de da y de noche, y que son anlogos los generalmente usados
en los dems pases; pero, esto no obstante, hemos de consagrar algunos
renglones una somera relacin de los ensayos que con ellos hemos eje-
cutado antes de admitirlos, y aun las consideraciones que tuvimos
presentes con este objeto.
Empezando, pues, por los comprendidos en el primer grupo de la
clasificacin que nos condujo el examen de los empleados en obros ejr-
citos, y que, como se recordar, comprendan los sistemas de seales por
medio de semforos, discos, banderas y otros anlogos, habremos de in-
dicar, en primer trmino, los motivos que hemos tenido presentes para
proceder la seleccin de los que ms pudieran convenir nuestros pro-
psitos, entre la grandsima variedad que ofrecen los ideados al efecto y
los que con facilidad pudieran imaginarse, poco que se pare la aten-
cin en este asunto.
Desde luego se advierte que cualquier objeto puede servir para sea-
les, si antes se ha convenido en atribuirle una significacin determina-
da y que, por consiguiente, representando las diferentes letras del alfa-
beto por un nmero igual de objetos distintos, se obtendra un medio
d comunicarse distancias ms menos largas, segn fuera mayor
menor la facilidad con que aqullas pudieran descubrirse, y que se lie-
182 EL BATALLN
IV.
De todos los aparatos de telegrafa ptica empleados en las ltimas
campaas, no hay seguramente ninguno que pueda competir con el he-
ligrafo telgrafo de sol, en resultados positivos y brillantes, tomada
esta palabra en sus sentidos literal y metafrico.
El prodigioso alcance de los rayos solares reflejados, el poco vohimen
y consiguiente ligereza del aparato dicho, la facilidad de su instalacin
y manejo, y aun ms especialmente, la rapidez que con l se alcanza en
la transmisin de los despachos, slo comparable la de la telegrafa elc-
trica, le recomiendan como instrumento de inapreciable valor para las
comunicaciones pticas, siquiera su dependencia del sol al descubierto
disminuya en gran manera su importancia, especialmente en los pases
en que la aparicin en el horizonte de aquel astro es tan rara como su
ausencia en las comarcas meridionales, en las que, por esta circunstancia,
es mucho mayor su utilidad y en las que ha sido empleado con mayor
xito.
No por interesante y curiosa dejara de ser menos estril para nues-
tro objeto una sucinta resea histrica de las vicisitudes y diversas ten-
tativas que dio origen el aprovechamiento de los rayos del sol refleja-
dos como medio de comunicacin largas distancias, en cuanto se refie-
re las disposiciones del aparato mismo, ni de las aplicaciones que le
atribuyen algunos, concedindole un abolengo demasiado aejo, y por
consiguiente no hemos de someter al examen de una sana crtica la ve-
racidad de los relatos que suponen que ya sirvieron los aparatos de esta
clase para guiar las flotas de Alejandro travs del Golfo Prsico su
regreso de la invasin de las Indias, ni los que atribuyen los indios
de la Amrica del Norte el uso de los rayos del sol reflejados por espe-
jos, para conducir sus guerreros en el combate, ni aun acercndonos
ms nuestros das, los que afirman haber sido empleados por los rusos
192 EL BATALLN
tro del espejo un pequeo crculo sin azogar, que tiene la apariencia de
un agujero. Mirando travs del indicado crculo y con el auxilio de
una varilla clavada en el suelo unos 8 10 metros de distancia del
aparato, hacia la estacin con que se quiere comunicar, se consigue muy
fcilmente la alineacin deseada, y como lo largo de la varilla dicha
resbala una especie de mira que se puede asegurar cualquiera altura
por medio de un tornillo, se mueve sta tambin hasta que resulten en
una misma visual el centro del espejo, la mira y la estacin distante. De
aqu se sigue, que cuando el destello del espejo caiga sobre la mira, ser
visible desde el punto que va dirigido, de modo que el sealador slo
tiene que cuidarse, durante la transmisn, de que el repetido destello
suba la mira cuando oprima el manipulador, mientras que el observador
se fija simplemente en la estacin que seala y traduce la sucesin de
apariciones brillantes que percibe. Sobre la varilla, resbala tambin co-
munmente una barrita cruzada, que se asegura por debajo de la mira
una distancia de sta igual al espacio que recorre el destello cuando se
oprime el manipulador, de modo que cuando el espejo est en su posi-
cin de reposo, el destello cae precisamente en el punto de cruce de la
barra con la barilla. Con esto, como la posicin del sol vara constante-
mente, y en tal concepto vara tambin el destello, el sealador se pue-
de dar cuenta fcilmente de estas alteraciones y conservar siempre la
direccin exacta de los rayos reflejados, moviendo oportunamente, y
cortos intervalos, el tornillo tangente y el ajuste vertical del espejo. As
la varilla como la barra se hacen ordinariamente de madera blanca, poi-
que resulte ms visible la reflexin, que si se efectuase sobre un objeto
de otro color.
En fin, cuando las seales hayan de dirigirse en una direccin preci-
samente opuesta la del sol, 6 lo que es lo mismo, cuando el sealador
haya de trabajar con el sol la espalda, es forzoso emplear otro espejo
auxiliar que refleja los rayos solares sobre el primero, que por lo dems,
funciona del mismo modo y como si no existiese semejante intermedio.
Y sin entrar en otros detalles, innecesarios para nuestro objeto, de-
dcese de esta ligersima descripcin, que el heligrafo consta, en con-
junto, de tres partes distintas, saber: el espejo heliogrfico, propiamen-
te dieho, con su trpode correspondiente; el espejo auxiliar, que tambin
DE TELGRAFOS. 195
V.
Problema importantsimo, y motivo de numerosas investigaciones
inventos, ha sido siempre el de encontrar un buen sistema de telegrafa
nocturna, basado en el empleo de luces artificiales ms menos pode-
rosas, y en las variadas combinaciones que pueden dar origen las apa-
riciones ocultaciones de las mismas, ya se las cuente en mayor me-
nor nmero, ya se las distinga por la diversidad de sus colores, sin que
hasta estos ltimos aos haya recibido solucin tan satisfactoria como
sencilla, siquiera ya se atribuyan aparatos de esta clase de relativa per-
feccin los antiguos griegos y los romanos, entre los que, indudable-
el blanco y el rojo, que son los ms visibles, se puede aplicar las trans-
misiones el alfabeto Morse.
Semejante sistema de seales tiene el grave inconveniente de que
slo puede usarse muy cortas distancias, porque si una luz blanca,
por ejemplo, puede distinguirse 8 10 kilmetros, la roja, de la mis-
ma intensidad, no alcanza ms que unos 3 kilmetros; la verde, unos
2, y poco ms de uno, la azul; de modo que, aun empleando slo las
dos primeras, se disminuye mucho la eficacia que bajo este aspecto se
obtiene empleando solo las luces blancas, ya se las diferencie solamen-
te por su nmero por sus posiciones relativas.
Esto, no obstante, suponiendo nosotros que empleando las luces blan-
ca y roja para-representar el punto y la raya del alfabeto Morse, pudie-
ra conseguirse mayor rapidez en la transmisin, tanto ms apreciable
cuanto menores sean precisamente las distancias que separen las esta-
ciones, que empleando las ocultaciones ms menos largas de la luz
blanca solamente, que es el mtodo generalmente seguido en esta clase
de seales, intentamos algunas pruebas con dicho objeto, fin de dispo-
ner en un mismo aparato de los dichos dos medios de comunicacin y
emplearlos alternativamente, segn lo exigiesen las circunstancias; pero
renunciamos al fin continuarlas, ms que por el escaso resultado ob-
tenido, por las eternas dificultades con que constantemente hemos lu-
chado para llevar la prctica, en buenas condiciones, nuestros proyec-
tos, y redujimos ya nuestros intentos la adopcin de un aparato que
se fundase en el ltimo de los dos indicados sistemas.
No quisimos, sin embargo, dejar de ensayar la vez la antorcha de
que se servan los sealadores de los Estados-Unidos, que consiste en
un cilindro hueco de latn de l',20 prximamente de longitud y unos
0m,03 de dimetro, cerrado en una de sus extremidades y en cuyo otro
extremo se atornilla otro cilindro de menor dimetro y de unos 0m,12
de largo, tambin hueco, y con la superficie cubierta de numerosos pe-
queos agujeros.
Este segundo cilindro se halla en comunicacin con el primero, por
un estrecho tubo, en el que existe una especie de vlvula, de modo que,
disponiendo en aqul una porcin de pequeos discos de amianto, que
hacen las veces de mecha incombustible, y llenando el mayor de tre-
202 EL BATALLN
mentina, sta pasa humedecer los referidos diseos y arde al salir por
los indicados agujeros, produciendo una llama muy voluminosa y bas-
tante brillante, que se sostiene merced los movimientos de la antor-
cha, en cuanto con ellos se renueva el lquido inflamable, en la parte
superior.
A fin de impedir que la llama abatida por el viento caliente dema-
siado las paredes del cilindro inferior, se separa de ste por un disco de
latn de unos 0m,15 de dimetro. Con una de estas antorchas en la mano
y otra encendida los pies del sealador para que sirva de punto de re-
ferencia los movimientos de la primera, se usaron principalmente co-
mo en Amrica, manejndolas exactamente como las banderas, y en
efecto, los rastros de fuego que marcaban en el espacio al describir los
arcos de crculo que implicaba el procedimiento adoptado para las sea-
les, eran visibles distancias de alguna consideracin, que no hemos
precisado, porque adems del inconveniente de verter fcilmente el com-
bustible al menor descuido, era su intensidad poco constante y el vien-
to ejerca en ellas una influencia perjudicial bajo este aspecto. Tambin
las empleamos algunas veces colocndolas simplemente en el suelo, in-
terceptando intervalos la luz para marcar los signos del alfabeto Mor-
se; pero aparte de que entonces resultaba todava ms lenta la transmi-
sin, no se evitaban tampoco los defectos indicados, y por consiguiente
desistimos de continuar las pruebas emprendidas.
Entretanto llegaron nuestro poder las linternas de diferentes ta-
maos que habamos encargado Londres, de las que todava se emplean
en aquel ejrcito, y que son simplemente linternas de las llamadas in-
glesas, montadas en sus trpodes correspondientes. En lugar de cristal
tienen una gruesa lente muy resistente, que concentra todos los rayos
luminosos en una sola direccin. La lmpara se alimenta con petrleo y
lleva en su interior una pantalla que, por medio de un manipulador
anlogo al Morse, permite interceptar la luz y producir, por consiguien-
te, eclipses destellos ms menos largos, que representan puntos y
rayas. La transmisin de los despachos resulta de este modo muy lenta
con relacin las distancias que pueden distinguirse, relativamente
muy cortas, aun observadas las seales con buenos anteojos, y en .tal
concepto, nos parecen de muy poca aplicacin, y aunque todava en
DE TELGRAFOS. 203
aquella fecha formaba parte una linterna de esta clase deL material de
telegrafa ptica del ejrcito dans, las consideramos muy lejos de satis-
facer nuestras aspiraciones.
Intentamos despus adquirir, aunque renunciamos ms tarde este
propsito por el giro que tomaron nuestros experimentos sobre este
asunto, la linterna de Spakowsky, que para reemplazar la anterior
haba adoptado la compaa de Telgrafos de Dinamarca, despus de
varias pruebas y perfeccionamientos, y que consideraron aceptable para
el servicio de campaa, con tanto ms motivo cuanto que ya haba sido
admitida en la marina para las seales de noche con las estaciones de
la costa. Consiste este aparato en una linterna de espritu de vino, en la
que, por medio de una especie de pulverizadores, se proyecta sobre la
llama manera de lluvia una corriente de petrleo, que produce una
luz muy brillante y cuyos destellos ocultaciones se obtienen por el
mecanismo ya indicado. Segn parece, las seales de esta linterna se
han distinguido bien simple vista en tiempo claro, distancias de ms
de 20 kilmetros, y dicen haberla empleado con xito ms de 6 kil-
metros en dias de lluvia.
Por las mismas razones dejamos de ensayar la luz empleada por los
ingleses, conocida por algunos con el nombre de luz Chathan, y que se
obtiene anlogamente la anterior, proyectando con una especie de pe-
queos fuelles sobre una llama de espritu de vino, un polvo compuesto
de magnesio, resina y licopodio, en proporciones diferentes, segn la in-
tensidad que se desea en la luz, que resulta siempre muy brillante por
la combustin de la indicada mezcla.
Y en verdad que no pusimos tampoco grande empeo en realizar
estos ensayos, pues ya tenamos conocimiento de los llevados cabo
por los ingenieros daneses con el mismo objeto, y sabamos, por consi-
guiente, que tampoco se acomodaba bien los fines deseados en cuanto
es siempre incompleta la combustin del polvo mencionado, y de aqu
resulta que mientras una parte cae sin utilidad en el fondo de la lmpa-
ra, otra parte se adhiere al cristal y lo empaa, hacindole perder su
transparencia al cabo de algn tiempo, con grave perjuicio para la cla-
ridad de las seales, en las que se hace ms difcil apreciar la duracin
de los destellos, aparte de la complicacin que implica en ste y los de-
204 EL BATALLN
VI.
Bien pudiramos al acercarnos al trmino de la tarea que nos impu-
simos, con mejor voluntad que facultades para llevarla cabo, reforzar
con nuevos argumentos las consideraciones que en otra parte consagra-
mos demostrar la necesidad, ms que la conveniencia, de someter el
servicio telegrfico militar una direccin inteligente y acertada, pues-
to que ocasin propicia nos ofrece al efecto esta nueva rama de las co-
municaciones rpidas de campaa, de que nos venimos ocupando, y que
como desde luego se comprende, introduce nuevas complicaciones en el
difcil cometido de su aplicacin oportuna y adecuada; pero no lo con-
sideramos necesario en cuanto no ha de pasar desapercibido lo que pu-
diramos alegar en favor de aquella idea, y en cambio alargaramos pro-
bablemente, sin fruto, un trabajo que ya excede de las proporciones que
pensbamos darle y que acaso tenga por nica virtud la de agotar la
paciencia del que forzosamente haya de leerlo.
Esto no obstante, como quiera que se halla en proyecto la tambin
indispensable reglamentacin de este servicio, no parece del todo ocioso
que digamos cuatro palabras en cuanto los principios que en general;.
deben informar las aplicaciones de la telegrafa ptica en la guerra,ya
que en ellos han de fundarse los preceptos y las reglas que aqullas
habrn de sujetarse. _
Examinaremos, pues, sucesivamente, el partido que" podra sacarse
de estos medios de comunicacin en las diversas situaciones en que pue-
den encontrarse los cuerpos de tropas que se hallen afectas las seccio-
nes pticas, indicando grandes rasgos la manera de aplicarlas, as du-
rante la marcha como en la estacin y en el combate.
Cuando el ejrcito se encuentra en movimiento, hay que distinguir,
por la gran diferencia que entraan, las comunicaciones paralelas al
frente de marcha, que han de unir las diferentes columnas que sigan la
misma direccin por varios caminos, de las que se establezcan, dentro
de la misma columna y en el mismo sentido del movimiento, para unir
la vanguardia con el grueso de las tropas la retaguardia.
DE TELGRAFOS. 209
da, medida que sta avanza, se sita una estacin, al romper la marcha,
en el punto de partida en otro lugar prximo si aqul no conviniese,
y sucesivamente se van dejando otras en los puntos sealados, que no
se retiran hasta que haya desfilado la retaguardia la que se van incor-
porando para proceder despus con arreglo las rdenes recibidas, por
ms que en columnas un poco largas ser ya difcil que vuelvan re-
unirse hasta despus de terminada la jornada.
Ya se comprende que no han de ser muy frecuentes los casos en que
pueda verificarse esta aplicacin de la telegrafa ptica en buenas con-
diciones, por el especial concurso de circunstancias que requiere, hasta
en la topografa del terreno atravesado; pero no cabe duda tampoco que
en alguna ocasin podr ser til, y que, por consiguiente, no debe des-
dearse, siempre que no se disponga de material de telegrafa elctrica,
porque entonces no habra generalmente para qu ocuparse de este re-
curso.
Pero no sucede lo mismo cuando las tropas hayan de estacionarse
durante algn tiempo en posiciones determinadas, porque entonces aun
contando con que la telegrafa elctrica conserve, como ya dijimos, las
comunicaciones con la red telegrfica permanente del pas y con los
cuarteles generales de los diferentes cuerpos de ejrcito, sera muy dif-
cil que, no disponer de una gran cantidad de material, pudiera tender
las lneas necesarias para unir los cuarteles generales de las divisiones y
de las brigadas, y por consiguiente, aun en este caso quedara la misin
la telegrafa de seales de servir las comunicaciones de los puestos
avanzados.
Pero el caso ms general y ms frecuente ser el de que un cuerpo
de ejrcito se acantone en varias localidades, cuyo enlace telegrfico
sea preciso proveer, estableciendo las estaciones pticas necesarias en
las diversas fracciones de tropa separadas por distancias de alguna con-
sideracin, que no debern ser menores ordinariamente que las que pue-
dan separar las brigadas, puesto que las comunicaciones entre los
cuarteles generales de stas y los regimientos batallones que los for-
men, se obtendrn ms fcilmente, no ser por rara excepcin, median-
te los ordenanzas de caballera.
Se verificara, pues, en consonancia con lo que ya expusimos como
DE TELQ-KAFOS. 211
(1) Dicha comisin ha sido ya nombrada do Real orden, pero hasta la fecha no
ha emitido informe.
DE TELEGUIADOS. 215
te, tendiendo lneas intiles, sin consideracin las distancias que se ha-
yan de salvar y dems circunstancias que deben tenerse presentes, cuando
seran preferibles las seales pticas, empleando stas en lugar de orde-
nanzas montados, y suponiendo que el material de las lneas y los apara-
tos estn siempre preparados y dispuestos para desempear los servicios
que se les encomienden, sin averas ni interrupciones de ninguna clase.
A la importancia que tiene que el jefe cuyas rdenes se halle este
servicio conozca detalladamente sus ventajas inconvenientes y el modo
ms oportuno de emplearlo, si ha de cumplir bien su cometido, agrga-
se la necesidad de que el personal que ha de desempearlo sea suficien-
temente hbil y se encuentre perfectamente instruido, as en la trans-
misin y en el manejo de los anteojos y de todos los aparatos de que
dispone, como en cifrar y descifrar los telegramas por medio del cript-
grafo, y en fin, en los medios de orientarse y fijar su posicin rpida-
mente, aun en comarcas desconocidas, estando familiarizado con las for-
mas del terreno y con la suficiente habilidad para encontrar, sin mucha
prdida de tiempo, los sitios en que deben estar colocadas las dems es-
taciones.
Y an es preciso que la educacin moral de los telegrafistas sea tam-
bin muy acabada, puesto que la desidia negligencia de uno slo, en
el cumplimiento de sus deberes, puede ser causa de graves contratiem-
pos, sin que en la mayor parte de los casos pueda sealarse con seguri-
dad el culpable de las faltas cometidas de los retrasos ocasionados en
el servicio, que necesita, en primer trmino, el celo y la buena voluntad
de todos los que en l intervienen.
A conseguir estos resultados se dirigen constantemente nuestros es-
fuerzos, sin que acaso nos sea dado conseguirlos en la medida que se
extienden nuestros deseos, por muchas de las razones que dejamos enu-
meradas en el curso de este trabajo, y que, como ya dijimos, no est en
nuestra mano remediar; as, que nos sirvira de especial satisfaccin ver
atendidas las deficiencias que, con verdadero disgasto, nos hemos visto
obligados searlar en descargo de las responsabilidades morales que
en otro caso pesaran sobre nosotros.
216 EL BATALLN
(1) Ya cuenta tambin su favor con esta prueba, despus de los brillantes ser-
vicios que la telegrafa militar ha prestado estos ltimos aos en las campaas de
Cuba y Filipinas.
FIN.
15
NDICE.
PRIMERA PARTE.
TELEOBAPIA
SUMABIO.
Pginas.
I.Importancia de la telegrafa militar 5
II.Diferentes fases por que ha pasado su organizacin en nuestro ejr-
cito 7
III..Batalln de Telgrafos.Principios que presidieron su organiza-
cin 11
IV.Razonadas subdivisiones de las compaas y de las reservas 16
V.Reclutamiento del personal.Deficiencias que ofrece y modo de ob-
viarlas 23
VI.Movilizacin.Reservas.Defectos de stas y modo de evitarlos. . 27
VII.Instruccin terica del personal SI
VIII.Instruccin prctica 86
IX.Red telegrfica de Madrid y los cantones, como elemento de instruc-
cin.Defectos inconvenientes de la misma, para el objeto indi-
cado 41
X.Vestuario, armamento y equipo 50
SEGUNDA PARTE.
.CI3ST
SMAEIO.
I.Organizacin anterior 55
II.Resea histrica de la telegrafa militar en las campaas modernas. 59
III.La telegrafa elctrica en los campos de batalla 66
IV.Clasificacin de la telegrafa elctrica de campaa 72
V.Secciones de montaa 76
VI.Secciones de campaa 84
VII.Material de estacin , 98
VIII.---Material de lneas 116
IX.Mtodos de tendido y repliegue de las lneas telegrficas de campaa.
tiles y aparatos ms importantes empleados en estas opera-
ciones 134
X.Aplicaciones de campaa de la telegrafa elctrica 149 .
220 EL BATALLN DE TELGRAFOS.
TERCERA PARTE.
TELEGRAFA PTICA.
SUMARIO.
I . U t i l i d a d de la telegrafa ptica en las c a m p a a s m o d e r n a s 1G1
I I . Composicin de las secciones de telegrafa ptica.. 168
III.Banderas 181
IV.Heligrafos 191
V . A p a r a t o s de luces 198
"VI.Aplicaciones de la telegrafa ptica.--Conclusin. . . . . . . . . . . . 208
BLOQUEO Y SITIO DE SANTIAGO DE CUBA.
Y
DE
SANTIAGO
POR
xsxsx* XJXS
1898.
BLOQUEO Y SITIO
SANTIAGO DE CUBA.
cuales y dos Krupp de 0"',09 construy, bajo las rdenes del coronel Ko-
sell (que con anterioridad haba ido la Caimanera), dos bateras ente-
rradas; una en Cayo Toro (pequeo islote que defiende el canal de en-
trada), y otra en la Caimanera. Terminadas stas, procedi poner en
condiciones de defensa Guantnanio, que, como Santiago, se hallaba
solamente defendido contra un golpe de mano de los insurrectos.
Terminada en Santiago la batera de Punta Gorda y empezadas
colocar las lneas de torpedos por el teniente de navio Sr. Arauco y las
casetas de las estaciones de convergencia por nuestra comandancia, se
pens en construir en la Socapa y en las inmediaciones del Morro dos
bateras, que armadas con los caones y obuses de antecarga de que
disponamos, pudiesen dar fuegos al exterior.
Los trabajos necesarios para montar estas piezas haban de ser, y
fueron en efecto, sumamente penosos, porque era de todo punto impo-
sible, dada la cota de 60 metros que tiene el Morro, subir las piezas, y
sobre todo los obuses, con los aparatos de fuerza de que se dispona, y de
aqu que en los tres meses siguientes "nicamente se llegaron subir dos
tres basas, un obs y una curea, no obstante que los artilleros y fuer-
za agregada trabajaron como titanes, dirigidos por el coronel Ordez.
Haba adems otras razones para que la idea de la construccin de
las bateras con aquellas piezas no fuera simptica. Estas eran: primera,
su escaso poder, pues pretender combatir con ellas contra buques acora-
zados que no presentan ningn punto vulnerable sus disparos, era
pretender un imposible; segunda, la imposibilidad de dar proteccin
los artilleros que haban de servir piezas de antecarga ante los fuegos
de una escuadra moderna; tercera, que lo nico que conseguamos era
hacer creer la nacin que disponamos de medios ofensivos, cuando en
realidad aquellas piezas no nos iban servir para hacer ni poco ni mu-
cho dao al enemigo.
Sin embargo de estas razones, prevaleci el criterio de montarlas, an-
te la idea muy razonable de que vinieran caonearnos barcos mercan-
tes y cometieran la torpeza de acercarse tiro de ellas, y tambin por-
que era vergonzoso no tener con qu contestar al fuego que el enemigo
pudiera hacer desde el mar.
El capitn Borra recibi la orden de construir una batera en las
10 BLOQUEO Y SITIO
Primer caoneo.
nuestro can del Morro y de las dos piezas de 0'",08 que aquella maana
se llevaron la Socapa, se rompi el fuego sobre ellos para incitarles al
combate, que no tardaron en trabar; los barcos entraron en el sector de
fuego de Punta Gorda y sta lo rompi, durante el combate, unas dos
horas, sin novedad, alguna por nuestra parte, habindose visto clara-
mente que un disparo del can del Morro toc la proa del mercante,
acudiendo inmediatamente su tripulacin remediar la avera con ta-
blones.
Durante el combate estuvieron tan cerca de la Socapa, que se les
lleg hacer fuego con las piezas de 0m,08, y si hubiera estado montado
all algn Hontoria, hubieran salido mal parados de aquel primer reco-
nocimiento.
Bloqueo.
Otro caoneo.
anterior haba demostrado que se poda hacer fuego sin avera sensible
en la explanada; nicamente haba que apretar de vez en cuando las ca-
bezas de los pernos ir cortando las roscas que quedaban al descubierto
para que no impidiesen la rodadura del montaje.
El caoneo, que comenz las ocho de la maana, termin la una
de la tarde y fue gallardamente sostenido por nuestras improvisadas
bateras, contra las cuales se dispararon unos 1500 proyectiles de todos
calibres sin conseguir desmontar ni una pieza. Hubo momentos en que,
por orden del comandante de artillera, se abandon la del Morro por la
lluvia de proyectiles que sobre ella caa, y porque sabiendo el poqusi-
mo dao que con ella se poda hacer al enemigo, era una temeridad ex-
poner aquellos bravos artilleros una muerte segura, sin resultado al-
guno, al subir al parapeto para cargar las piezas ante el fuego de los
caones de tiro rpido. Cuando ste era intenssimo, los artilleros se gua-
recan en zanjas abiertas al efecto en las inmediaciones de la batera y
nada revela el excelente espritu militar de aquella admirable tropa, co-
mo dejar los abrigos y entrar en batera una simple indicacin del ofi-
cial que los mandaba.
Nuestras bajas, con ser muy dolorosas, no fueron ni con mucho las
que eran de temer ante un caoneo de la importancia del que se haba
aguantado en obras improvisadas en pocos das; tuvimos que lamentar
la muerte del segundo comandante del Reina Mercedes, Sr. Acosta, que
muri en su barco fondeado detrs de la Socapa, y unas 30 bajas ms,
entre muertos y heridos. Entre los muertos figuraba un cabo de la com-
paa de Zapadores.
A partir de aquel da, la escuadra americana caone frecuentemen-
te nuestras bateras y varios puntos de la costa, donde haba situados
pequeos destacamentos en previsin de desembarcos, sin dejar tampo-
co de lanzar proyectiles por elevacin dentro de la baha para poner en
peligro nuestros barcos. La mucha prctica del enemigo en tirar contra
nuestras obras, adquirida en aquellos frecuentes caoneos en que tan c-
modamente disparaba, por tener la seguridad de su impunidad, y el gran
conocimiento de la costa, merced su larga permanencia en ella, hicie-
ron que en los sucesivos caoneos llegase hacernos mucho ms dao,
porque las sinuosidades de la costa le permitan encontrar posiciones
DE SANTIAGO DE CUBA. 17
Preludios de desembarco.
En la maana del 20 aparecieron treinta trasatlnticos ms de los que
estbamos acostumbrados ver, componiendo entre todos un total de
cincuenta y tantos buques enemigos.
En la noche del 21 al 22 comenzaron los preludios del desembarco
con un ligero caoneo las bateras, que nos caus en el Morro un
muerto y varios heridos. En. la maana del 22 rompieron sobre la costa
vivo caoneo, que poco despus degener en fuego lento. Todos los pun-
tos de la costa donde tenamos alguna fuerza, fueron caoneados; aque-
llos reducidos destacamentos aguantaron impasibles en sus trincheras
el caoneo de la escuadra, que no ces hasta que hizo desaparecer hasta
los fortines de madera construidos contra los insurrectos.
Desembarco.
biera sido sumamente difcil recorrer el camino que le separaba de. la-
plaza, porque su poca prctica en guerra de monte y lo accidentado del
terreno que haba de recorrer, hubieran convertido ese camino para l
en un verdadero calvario. Pero contaba con todas las partidas separatis-
tas de aquellas inmediaciones y algunas ms que en seguida acudieron
del interior; estas partidas prestaron un servicio tilsimo los america-
nos, rodendoles de un magnfico servicio de seguridad que impeda toda
sorpresa por nuestra parte, al mismo tiempo que les proporcionaron in-
mejorables prcticos.
Todo esto lo vio en seguida el general Linares y renunci pequeos
combates, que no hubiesen dado otro resultado que ir perdiendo estril-
mente nuestras fuerzas. '
Para proteger la retirada la plaza de las tropas que defendan la
costa oriental, reuni el general todas las fuerzas que se pudieron sacar
y que ascendieron unos 1000 hombres, con dos piezas de montaa; con
ellas march por el camino del Pozo los altos de Sevilla, punto de re-
unin- sealado con las que se retiraban; estas eran, la cuarta compaa
del batalln de Ferrocarriles, el batalln de Talavera y una guerrilla
movilizada. Verificada por la tarde la reunin, se avistaron en seguida
las fuerzas enemigas, con las que inmediatamente se trab el combate,
que dur hasta bien entrada la noche y que se reanud al amanecer del
da siguiente 24. Ya entonces eran considerables las fuerzas americanas
desembarcadas con artillera de campaa, y estas fuerzas comenzaron
rebasar nuestros flancos, amenazando la retirada la plaza. Compren-
dindolo as el general y viendo lo intil de aquella defensa tan aislada,
orden la retirada, que, aunque molestada por el enemigo, se verific tan
ordenadamente que no se dej ningn herido ni se perdi ningn fusil,
hacindoles en cambio considerables bajas. Lstima grande que no se hu-
biese dispuesto en la plaza de fuerzas suficientes! Diez 15.000 hombres
en los altos de Sevilla, convenientemente fortificados, hubieran podido
detener por mucho tiempo al ejrcito americano y castigarle seriamente.
hemos sabido por oficiales americanos que qued un slo teniente man-
dando poqusimos soldados.
Pero pronto se repusieron los americanos: sus considerables reservas
les permitieron en seguida presentar enfrente de Canosa extensas y bien
nutridas lneas de tiradores, y el combate volvi generalizarse con
mayor intensidad. Nuestras fuerzas de Canosa consistan en dos compa-
as de infantera y una de desembarco de la escuadra, mandadas per-
sonalmente por el general Linares. Despus de un nutridsimo fuego por
ambas partes, intent el enemigo varios ataques la bayoneta, que fue-
ron briosamente rechazados con grandes prdidas, y en aquellos mo-
mentos en que el combate llegaba su perodo lgido, es cuando cay
herido el general Linares.
Dolorosa y sensible era su prdida en aquellos crticos momentos,
pero por fortuna estaba all nuestro bravo coronel Caula, que inmedia-
tamente tom el mando de las fuerzas.
Aunque el espritu de nuestras tropas era excelente, sin embargo, la
prdida de San Juan, los rumores que ya comenzaban llegar del ani-
quilamiento de la columna del general Vara y la herida del general Li-
nares, eran causas suficientes para que flaquease el nimo del mejor sol-
dado del mundo.
Comprendindolo as el coronel Caula, y para infundir confianza y
serenidad la tropa, hizo un derroche de herosmo, colocndose man-
dar la lnea en medio de aquel huracn de balas, encima de una zanja-
trinchera y montado caballo. Los soldados, admirados de aquella he-
roica intrepidez, se creyeron invencibles y bien pronto se oyeron entre
el fragor de las descargas, los gritos de Viva el coronel Caula!
El enemigo era dursimamente castigado cuantas veces sala de sus
posiciones intentaba llegar las nuestras; sin embargo, el coronel vea
que los refuerzos enemigos continuaban llegando incesantemente, mien-
tras que nuestras fuerzas no tenan nadie que las socorriese; ya tena
bastantes bajas y ya le haban matado el caballo, montando inmediata-
mente en el del ordenanza del jefe de Estado mayor de la escuadra, se-
or Bustamante. El enemigo haba hecho aparecer varias ametrallado-
ras, y aunque tuvo que retirarlas en seguida por haber barrido con nues-
tras descargas todos sus sirvientes, supuso el coronel, con mucho funda-
26 BLOQUEO Y SITIO
2 de julio.
Contina el parlamento.
q5e ya estaba en la baha, pues haca muchos das que haba abandona-
do el fondeadero de la Socapa, fuese echado pique en el canal de en-
trada para'cerrarlo, y la orden fue tan urgente, que no dio- tiempo para
quitarle las dos piezas de 0,16 ni la artillera de tiro rpido que an te-
na, ni de desembarcar varias reses y buena cantidad de vveres que
bordo le quedaban.
El crucero march las doce de la noche hacia la entrada de la
baha, pero al llegar al canal fue divisado por la escuadra enemiga y
caoneado sin piedad fue echado pique en la disposicin que se ve
en el plano y que no entorpece para nada la entrada en la baha. Con
la llegada de la octava compaa de Zapadores, el capitn Daz Muela,
como ms antiguo, tom el mando de la Comandancia de Ingenieros,
cesando en l el capitn Borra, que lo haba venido desempeando desde
el da siguiente la herida del coronel.
Otro parlamento.
Algunas consideraciones.
FIN.
BlanuPD v sitio de SEiano de Cuba Lam. I a
v SI P Smmn E m I Bill. ^ a
Bloquea y sitia de Sanliayo ds Cuba
DE LA ENTRADA DE LA BAHA
DE
ICACIH