Historia Delos Gob 05 Zinn

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HISTORIA DE LOS GOBERNADORES


DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS
ANTONIO ZINNY
Naci en Gibraltar el 9 de Octubre de 1821, y vino a Buenos Aires
en 1842, vinculndose al periodismo y la enseanza durante el gobierno
de Rosas.
En 1855, fu nombrado catedrtico de la Universidad de BuenoS'-
Aires; en 1857 fund el Colegio de Mayo, en Buenos Aires, y en 186$
el gobierno de Corrientes le confi la direccin del Colegio Argentino,
En 1866, el gobierno de Buenos Aires le comision para ordenar el Ar-
chivo del Ministerio de Relaciones Exteriores; en 1S69, fu nonilirado-
Comisario del Censo; en 1871, la Municipalidad le encarg la reordena-
cin de su Archivo. Sin apartarse nunca de las tareas educacionales,
fu varias veces Inspector General de Escuelas, desde 1870 hasta 1883,
fecha en que fu jubilado por el gobierno provincial de Buenos Aires.
Completamente asimilado a su patria de adopcin, Zinny se inte-

res muy pronto por las investigaciones histricas, reuniendo datos y


ordenando sucesos hasta entonces dispersos y confusos; su labor, aun-
que imperfecta, representa la ms valiosa fuente de informaciones pu-
blicada en la Argentina hasta su poca. Hoy mismo es imposible escri-

bir sobre historia nacional sin consultar sus obras.

Public sucesivamente un ndice metdico de la prensa de Buenos


Aires y del interior, en dos volmenes titulados "Efemeridografa Metro-
politana" y "Efemeridografa Argiroparquitica" (1S68); ndices met-

dicos y analticos de la "Gaceta de Buenos Aires" (1875) y de la "Ga-


ceta Mercantil" (1875); "Bibliografa Histrica de las Provincias Uni-
das del Ro de la Plata" (1875); "Historia de los Gobernadores" (3 vo-
lmenes, 1879-1880-1882); "Historia de la prensa peridica del Uru-
guay" (1883); "Historia de los gobernantes del Paraguay" (1887); etc.

Son numerosas sus publicaciones monogrficas, biogrficas y biblio-


grficas.

Su obra principal, la "Historia de los Gobernadores", constituy


durante mucho tiempo una rareza bibliogrfica; en 1920 ha sido reim-
presa por "liU Cultura Arg-entiiia", en cinco volmenes, mejorndose-
la distribucin de los materiales de la edicin primitiva.
L.A CULTURA ARGENTINA
ANTONIO ZINNY

de las Poviias Aigeiiliiiss

Volumen V.

SALTA - JUJUV

Ig

ADMINISTRACIN GENERAL
tVaccaro Avenida de Mayo 6-^S Buenos Aire
19 2 1
/^!
p
C^
PROVINCIA DE SALTA
(1778 = 1881)

1351469
FUNDACIN DE LA CIUDAD DE SALTA (1)

"En este valle de Salta, a los 16 das del mes de abril-


de 1582, estando su seora el ilustre seor Licenciado Her-
nando de Lerma, Gobernador y Justicia Mayor de estas
Provincias de Tucumn y sus dependencias, habiendo veni-
no a este asiento para poblar en nombre de S. M. una ciudad,
y estando su seora el seor Gobernador en el dicho Asien-
to, en presencia de todo su campo, capitanes y soldados, di-
jo que por cuanto es notorio en esta gobernacin y Provin-
:

cias del Tucumn, su seora el seor Gobernador ha venido


a este dicho valle y asiento con campo formado y gente de
guerra, a la conquista de los naturales de este valla de Sal-
ta, Jujuy, Calchaqu, Pulares, Cochinoca, Omahuaca y todos
los dems circunvecinos y Comarcanos que son de guerra y
rebelados contra el servicio de S. M. y para poblar en su
;

real nombre una ciudad y pueblo de espaoles, para que sU'


real corona vaya en acrecentamiento, y los dichos naturales
vivan en poltica y tengan doctrina y reconocimiento de la
palabra del Santo Evangelio, y cosas de nuestra santa fe ca-
tlica, y reciban el sacramento del Santo Bautismo, y cesen
los robos, muertes y daos que hasta ahora han hecho y co-
metido, impidiendo los pasos de caminos y otros muchos in-
convenientes de notable dao y perjuicios para esta goberna-
cin :especialmente por estar los caminos de guerra, para
dar aviso a S. M. y a sus reales audiencias del Estado de es-
ta tierra, es necesario armada y junta de gente; asimismo pa-
ra que vaya en escolta y guarda de las mercaderas de tierra
que salen al Per, que es de mucha carga y molestia para los
vecinos de estas provincias que acostumbran salir y salen con
ellas 30 y 40 leguas, para asegurar los pasos, adems de la
perdicin de los naturales que estn de paz y servidumbre,
que van asimismo para su despacho y aviamiento, que no

(1) ZorregTiieta. Apuntes Histricos de la Provincia de Salta en la poca-


del Coloniaje.
Io ANTONIO ZINNY

vuelven a su natural, por cuya causa y haberse quedado mu-


cha cantidad de ellos en las provincias del Per, ha venido
y cada da viene esta gobernacin en gran disminucin, Y
finalmente, no se puede tratar ni contratar libremente de es-
tas provincias con las del Per; y todo cesa y para con esta
poblacin. Y habiendo S. S. el seor Gobernador llegado a
este dicho valle y visto curiosamente con sus capitanes y ve-
cinos y soldados de estas provincias, que trae en su compa-
a y debajo de su bandera, que sera el lugar y la parte ms
cmoda y conveniente y mejor asiento de este dicho valle pa-
ra poblar la dicha ciudad; ha parecido a todos los que en
compaa le vieron y pasearon unnimes y conformes, ser
ste en donde al presente S. S. el seor Gobernador est y
todo su campo, el sitio ms cmodo y conveniente y mejor
asiento para asentar y poblar esta dicha ciudad; as por la
mucha abundancia de tierras frtiles para estancias y se-
menteras, pastos, vias y huertas de recreo que parece tener,
como por estar entre dos ros, el uno llamado de los Sauces
y el otro de Siancas, y prometer muchas otras buenas espe-
ranzas. Por tanto, su seora el dicho seor Gobernador, con-
formndose con el dicho parecer mand hacer y se hizo un
hoyo en este dicho asiento, donde cerca de l estaba un palo
puesto, y dijo: Que en nombre de la Santsima Trinidad, Pa-
dre, Hijo y Espritu Santo, tres personas distintas y un solo
Dios verdadero, y de la gloriossima Virgen su bendita Ma-
dre y del Apstol Santiago, luz y espejo de las espaas, y
en nombre de S. M. el seor Rey Felipe II, como su gober-
nador y capitn general justicia mayor de estas dichas pro-
vincias del Tucumn; como leal criado y vasallo suyo y por
virtud de sus reales poderes e instrucciones mandaba y mand
poner y se puso el dicho palo, por Picota en el dicho hoyo,
que as est hecho y acostumbrado hacer en las dems ciuda-
des de estas Provincias, Eeinos y Seoros de S. M. en su real
nombre, con mero y mixto imperio y entera jurisdiccin. Don-
de dijo que sealaba y seal que fuese la Plaza Pblica de
:

esta dicha ciudad, y el medio de la cuadra de dicha plaza, y


que de hoy en adelante para siempre jams se nombre y lla-
me esta dicha ciudad, la ciudad de Lerma en el Valle de Sal-
ta, Provincia del Tucumn, y que as se ponga en todos los
autos y escrituras que se ofrecieren y el campo entre los dos
;

dichos ros se nombre el Campo de Tablada; y que en dicho


Rollo o Picota se ejecute justicia pblicamente contra los de-
lincuentes y malhechores; y ninguna persona sea osada de
HISTOBIA DE LOS GOBEBNADOBES DE LAS PROVINCIAS AEGENTIITAS II

lo quitar, mudar ni remover del dicho lugar, bajo las penas


n derecho, praemticas y leyes del Eeino, establecidas con-
tra los que lo contrario hicieren. Y
mandaba y mand sea el
nombre y advocacin de la Iglesia mayor de esta Ciudad, cu-
yo sitio quedaba sealado en la traza de ella la Resurreccin,
por cuanto hoy dicho da, segundo de Pascua de Kesurreccin
se ha fundado y establecido esta dicha ciudad. Y
estando su
seora el seor Gobernador en este dicho acto, ech mano a
su espada, y haciendo las ceremonias acostumbradas, dio ta-
jos y reveses y dijo en voz alta: si haba alguna persona que
contradijese el dicho asiento y fundacin? Y
no hubo contra-
diccin.
Todo lo cual dicho era por mandato de su seora
el seor Gobernador, se ley y pregon pblicamente en alta
e inteligible voz por Rodrigo de Carmona, pregonero. en Y
seal de posesin, en nombre de S. M. se dispararon arcabu-
ces, y tocaron trompetas, tambores y cajas. Siendo testigos
que se hallaron presentes el Reverendsimo Seor Obispo don
fray Francisco de la Victoria de estas provincias, y don Pe-
dro Pedrero de Trexo, chantre de la dicha Santa Iglesia, y
fray Nicols Gmez, Comendador de la Orden de Nuestra
Seora de las Mercedes, de estas Provincias, y fray Bartolo-
m de la Cruz, de la Orden del Seor San Francisco, y los
capitanes Lorenzo Rodrguez, Bartolom Valero, Juan P-
rez Moreno, Alonso Abad, Juan Rodrguez Pinoco, Jernimo
Garca de la Jara, y otros vecinos, soldados y caballeros, que
presentes se hallaron en esta Gobernacin. Y
como as pas
su seora el seor Gobernador pidi testimonio a m el pre-
sente escribano para informar a S. M. y a su Virrey del Pe-
r y Reales Audiencias, y firm de su nombre. El Licen-

ciado Hernando de Lerma. Por ante m, Rodrigo Pereira.

ORIGEN DEL NOMBRE


"Salta fu fundada porel gobernador don Gonzalo de
Abreu y.Figueroa, en Valle de Siancas (hoy Cobos), y tras-
el
ladada al lugar que actualmente ocupa en el Valle de Lerma>
en el mismo ao (1582), por el gobernador don Hernando de
Lerma.
"En el da 17 de abril de 1582, hallndose reunidos, en es-
ta ahora llamada ciudad de Salta (1), los seores Licenciado y

(1) Existe hasta la fecha la primera casa que se edific, en 1582, por
el licenciado Lerma. cuya vista hizo sacar el malogrado seor don
ANTONIO ZINNY

Gobernador doctor Hernando de Lerma, y su Seora Ilustrsi-


ma don Fray Francisco de la Victoria, obispo de esta provincia
y obispado del Tucumn, primeramente acordaron dar a este
Valle el nombre de San Felipe de Lerma San Felipe con res-
;

pecto al seor Felipe II rey que en la actualidad es de Espaa


;

y estas Indias; Lerma por ser el apellido de dicho seor gober-


nador; da diez y siete de abril del ante dicho ao, da en que
nuestra madre la Iglesia celebra el misterio de la Resurreccin
de nuestro Seor Jesucristo, en este da domingo, es que los
sobre dichos seores por Dios y por el Rey de Espaa don Fe-
lipe II delinearon la ciudad de Salta, teniendo dichos seores
entre s las puntas de la cuerda que sirvi para delineacin.
"El llamarse Salta, es por los muchos tagaretes que tena
dicho sitio, por lo que se gritaba a los que se sumergan en ellos,
''salta, salta para que no te ahogues." El fundarse la ciudad en
dicho sitio fu por sus muchos tagaretes (tagarotes) que servan
de fosos y contrafosos, por cuyo medio se mantenan los espa-
oles seguros y libres del furor de los naturales que los acome-
tan. Dieron por patrn de esta dicha ciudad de Salta el Miste-
rio de Cristo resucitado, atento el da en que fu fundada perO' ;

como este da era ocupado, se traslad la saca del real Pendn,


para el dimingo siguiente de Cuasimodo o San Alvis, y en este
da dur esta funcin algunos aos. Considerando despus el
seor gobernador ser impropia la saca del real Pendn en la ya
dicha dominica in Alvis, por ser da en que los curas son obli-
gados a dar la comunin de precepto a los enfermos que no po-
dan salir de sus casas para recibirla en la parroquia, determin
y dispuso, que la funcin de enarbolar el real Pendn se trasla-
dara para el inmediato venidero da de fiesta as convenidos
:

hicieron dicha funcin el da primero del mes de mayo, en que


celebr nuestra madre la iglesia los mrtires de los gloriosos
apstoles San Felipe y Santiago el menor" (1).

REAL CDULA SOBRE LA FUNDACIN DE LA CIUDAI>


DE ORAN EN 4 DE DICIEMBRE DE 1796
"El Rey don Ramn Garca Bizarro, gobernador inten-
dente de Salta del Tucumn con carta de 5 de septiembre de

.Tuan Martn Leg-uizam'on. haciendo un obsequio de ella al doctor Liamas,


nuien lioy la posee y probablemente figurar en la Exposicin Continental
*le 18S2, en Buenos Aires.

(1) Zorrppuieta. Apuntes Histricos de la Provincia de Salta en Iw


poca del coloniaje, ya citados.
lUSTOKlA E LOS GOBEKX^ ADORES DE LAS PKOVIXCIAS AKGENTtXAS I

1795, acompa mi virrey de Buenos Aires (Mel de Portugal


y Viileua) uu informe vuestro de 4 de agosto anterior, en que
dais cuenta de haber formado una ciudad titulada Nueva Oran,
en el Valle de Zenta, exponiendo con referencia al testimonio
que acompais, que en la visita que hicisteis el ao de 1792, de
Ja provincia de Salta, reconocisteis la grande utilidad que trae-
ra el establecimiento de una estancia en las inmediaciones del
Fuerte de San Andrs y Reduccin de Indios Matacos, titulada
Nuestra Seora de as Angustias de Zenta, poniendo en ella la
suficiente cantidad de reses de cra, con cuyo aumento no slo
Se pudiese conseguir la subsistencia de dicha Reduccin, que se
hallaba bastante deplorable, sino tambin el mantenimiento de
los soldados que guarnecen el referido fuerte que excitado por
:

otra parte a vista de las deliciosas llanuras del citado Valle de


Zenta, su situacin, temperamento y las grandes ventajas que
prometa la fertilidad del terreno, por producir todo gnero de
semillas, rboles y dems clases de materiales para construccin,
concebsteis, desde luego, la idea de promover el establecimien-
to de una poblacin, persuadido de la grande utilidad que de
ella resultase al Estado, a la defensa de esas provincias y a mu-
chos de esos vecinos, ciue, aunque de buenas costumbres, se ha-
llaban miserables en algunas ciudades; consiguindose tambin
el contener a los indios infieles del Chaco, que se hallan fronte-
rizos, cuyas invasiones no podan muchas veces precaverse por
la grande distancia en que se hallan situados los fuertes de esa
frontera; por cuyo motivo tampoco se podan auxiliar recpro-
camente ni impedir que los citados indios se introduzcan por las
sendas intermedias a saquear las haciendas, de estancias, potre-
ros y chacras, que se hallan a bastante distancia de esa campaa.
Que habindose tratado todos estos puntos en Junta de Real
Hacienda en la capital de Salta, a 18 de diciembre de 1792, y
merecido una entera aceptacin lo representasteis a mi virrey,
proponiendo al mismo tiempo que los 3.000 pesos que contri-
buan en virtud de orden ma de los fondos del ramo de Sisa
de esa provincia para gastos de dicha reduccin y Fuerte del
Valle de Zenta, podan destinarse por una vez los 2.500 para
compra de ganado y fomento de dicha estancia, y los 500 res-
tantes para subsistencia de los soldados del citado Fuerte, por
cuyo medio se sacara mayor fruto de su inversin y aun se po-
dra conseguir a los cuatro aos de ahorro de dichos 3.000 pe-
sos que podran destinarse a otros objetos benficos a la pobla-
cin, o para acrecentar el producto del mismo ramo de Sisa,
que se hallaba bastante alcanzado que tambin hicisteis pre-
;
14 ANTONIO ZINNY

sent que, atradas varias familias de las ventajas del terreno,


haban solicitado se les admitiese para nuevos pobladores, y
consiguindose poner en breve 50 vecinos a las mrgenes del ro
de Zenta se podra suprimir el referido Fuerte; siendo igual-
mente preciso jDara la subsistencia de dichos pobladores, y atraer
a otros, que se les concediese la propiedad de los terrenos que
se les asignara por un agrimensor autorizado, en la cual no re-
sultaba perjuicio alguno, porque adems de estar aquel pas
fuera de lmites y considerarse de enemigos, no poda haber
quien lo comprase, a no ser que se avanzasen los Fuertes, y aun
en este caso sera el valor muy limitado que habindose apro-
;

bado todo lo referido por la Junta Superior de Real Hacienda


de esta ciudad, en 25 de junio de 1794, se os previno que la
compra de ganado se hiciera en remate pblico, para precaver
l mayor gasto, y que tambin se esperaba de vuestro celo que
no slo procurarais que se verificase el ahorro de los 3.000 pe-
sos con que estaba gravado el ramo de Sisa, sino tambin los
adelantamientos que prometa la poblacin proyectada, sin per-
der de vista que se fundase en el terreno ms frtil, saludable
y ventajoso, dando cuenta a la Junta Superior de los adelan-
tamientos para providenciar lo conveniente; que con vista de
esta determinacin expedsteis los oficios correspondientes a
efecto de que las personas que quisieren vender gcnado vacu-
no, caballar y yeguar, acudiesen a la capital de Salta, en donde
se hara la compra en pblico remate, pagndose, desde luego,
el tercio de su valor, y los otros dos restantes, en los aos si-
guientes, quedando hipotecado para su cumplimiento el produc-
to de los ramos Cruzada y Sisa, y por lo respectivo a que se
realice la poblacin, se publicaron bandos en esa capital y ciu-
dades subalternas, a fin de que los individuos casados, ya fue-
ren espaoles o de castas, que quisiesen establecerse en el Valle
de Zenta, acudiesen a dar razn de sus nombres, patria, mujer
e hijos; en la inteligencia de que reconoceran el terreno y la
situacin ventajosa en que se deba efectuar la poblacin, sin
peligro de inundacin, y con abundancia de pastos, lea y r-
boles para construccin, y de que sealara a cada poblador so-
lar suficiente, para la fabricacin de su casa y terreno para
planto y sementera, con arreglo a las leyes; y que, en fin, se
les concederan los dems privilegios y excepciones, como a nue-
vos pobladores, aadiendo que hasta tanto se les pusiese prro-
co, suministraran el pasto espiritual sin contribucin alguna,
los padres doctrineros de la Reduccin de Zenta, que tambin
anhelaban por su parte con el mejor celo a que cuanto antes se
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS I5

fectuara la nueva poblacin en servicio de Dios y mo que, a


;

consecuencia de lo referido se presentaron en dicho Valle, por


una parte 25 familias, j por otra hasta 60 vecinos de varios
pueblos, conducidos por el capitn don Cipriano Gonzlez de
La Madrid, solicitando todos ser admitidos para nuevos pobla-
dores, y que se les designasen terrenos para edificar sus casas,
para sembrados y los correspondientes para cra de ganados,
ofreciendo vivir reunidos en el mismo orden y bajo las mismas
leyes que los dems ciudadanos en esos dominios, reedificando
templos, casas consistoriales y crcel y en cuanto a los oficia-
;

les y ministros de justicia, os suplicaron nombraseis los que


consideraseis precisos, prescribiendo las ordenanzas que los de-
ban gobernar arreglando el cuerpo de milicias que deba haber
;

y los dems puntos que tuvieseis por conveniente, dando cuenta


de la sinceridad con que anhelaban, como mis fieles vasallos, a
situarse en la nueva poblacin, defendiendo esa frontera hasta
perder la vida, en obsequio de la religin, mo y de la causa p-
blica; que habiendo pasado al Valle desde la capital de Salta,
comisionasteis en 11 de julio de 1794 a don Juan Antonio Mo-
ro Daz, capitn de milicias y escribano mayor de gobierno, pa-
ra que reconociese y os informase cul poda ser el terreno ms
a propsito para dicha poblacin y despus de haberlo ejecu-
;

tado, expuso en 15 del mismo mes, que, a distancia de media le-


gua del citado Fuerte de San Andrs y Reduccin de Zenta,
haba una situacin hermosa de campo limpio y suelo ventajoso,
con un bosque de rboles de madera incorruptible para edificar
casas y para otros usos, cuya latitud era de seis a siete leguas
de norte a sur, en una dilatada llanura, que tena varios ma-
nantiales de saludables aguas y la ventaja por una parte, de
poderse regar fcilmente con el agua del ro de Zenta, y por
otra, conducirse la piedra para edificios, de no larga distancia,
sin carecer de cal, arena y tierra para los dems materiales de
adobes, ladrillo y tejas, ni tampoco de pesca y caza, de modo
que por todas circunstancias era la situacin ms ventajosa del
Valle para la dicha fundacin, tanto que deba ser envidiada
por los mejores de esos dominios, y, finalmente, que ningn per.
juicio poda resultar a los indios de la Reduccin de Zenta de
la eleccin de dicho sitio, porque asignndoles una legua de es-
te a oeste, y seis a siete de norte a sur, tenan sobrado terreno
para sus labranzas y para pastar sus ganados, quedando tres le-
guas, por una parte, y de seis a siete por otra, para distrito de
la nueva poblacin; que en virtud de este informe pasasteis al
reconocimiento del referido sitio en compaa del religioso doc.
l6 ANTONIO ZINNY

trinero de los caciques principales de Zeuta, del capitn don


Rafael Bacliers y de todos los pobladores, los cuales despus de
haberle reconocido y conferenciado entre s, no slo acerca de
las utilidades que les podan resultar, sino tambin de poder de-
fender de los enemigos del Gran Chaco, y aun de los Tobas de
ia Reduccin de San Ignacio, convinisteis todos unnimemente
en que el referido sitio era, por todas circunstancias, el ms
ventajoso, por cuyo motivo instaron los pobladores que se fun-
dase en l la nueva ciudad proyectada, y habiendo convenido
en ello en 16 de julio, se puso por seal una cruz, pasando a de-
linear la plaza, manzanas y calles que deba tener dicha ciudad^
y el sealamiento y adjudicacin de los correspondientes sola-
res a los pobladores, de modo que en 4 del siguiente mes de
agosto se contaban ya ms de 70 padres de familia que estaban
edicaudo sus casas, con tanto empeo que graduasteis que, pa-
ra el 31 del mismo mes, quedasen todas a cubierto, mediante un
cuarto provisional, ,y que adems podran estar concluidas para
dicho da las casas consistoriales y crcel, como en efecto se ve-
rific que, con este motivo, expedsteis los correspondientes ofi-
;

cios al Cabildo de Salta y al de Jujuy, noticindoles de todo lo


ocurrido, a efecto de que cada uno nombrase un diputado que
pasase al Valle de Zenta a presenciar y autorizar el acto de enar^
bolar el Real Estandarte el citado da de San Ramn 31 de
agosto, eligindole para patrn de la nueva ciudad, a la cual se
le dara el ttulo de San Ramn de la Nueva Oran, y en efecto
el Cabildo de Salta nombr por su diputado al Regidor de Coro,
de esa ciudad, don Francisco Antonio Gonzlez, y el de Jujuy
a don Diego Pueyrredn, por ser ambos de la mayor distincin
y mrito, los cuales, habiendo pasado al expresado Valle de Zen.
ta, los convocasteis en 30 de agosto de 1794, como tambin a los

pobladores y al cura doctrinero fray Sebastin Cuenca, y todos


convinieron que se pusiese a la nueva ciudad el ttulo de San
Bamn Nonato de la Nueva Oran, jurando con toda solemnidad
guardar el dicho da ambos preceptos, lo cual mereci la acepta-
cin del reverendo obispo de esa dicesis, y consiguientemente
se nombr don Jos Diego Pueyrredn, para que, en
al capitn
calidad de alfrez real, pasease el Real Estandante y practica-
se las dems ceremonias acostumbradas, como en efecto se ve-
rific al da siguiente con una recproca aclamacin de todos:
que adhiriendo a la solicitud de los pobladores, y conociendo
por otra parte las necesidades del establecimiento de milicias
para defensa de la nueva poblacin, determinasteis establecer,
f efectivamente formasteis un escuadrn de dragones, dividida
UISTOKIA DE LOS GOBERXADORES DE LAS PROVINCIAS ARGEXTIXAS 1

en tres compaas, nombrando por coronel comandante al refe-


rido capitn coronel don Diego Pueyrredn, en atencin a ser
la persona ms condecorada, de inteligencia y celo, y a la gene-
rosidad de haber ofrecido poner a sn costa en la Sala de Armas
cuatro caones y proveer de todos. fusiles necesarios al citado es-
cuadrn, las cajas de guerra y dems preciso, y consiguiente-
mente se hicieron los restantes nombramientos de capitanes y
cabos, los cuales solicitis me digne aprobar, concediendo a di-
cho escuadrn el fuero de guerra hasta tanto, que con el aumen-
to de la poblacin, se consiga formar un rgimen completo que ;

ejercindose en la disciplina militar pueda imponer respeto a


los enemigos de esa frontera que, despus de haberse restitu-
;

do a la capital de Salta, se os hizo que, para proveer a la igle-


sia de la Nueva Oran de vasos sagrados y de ornamentos, pare-
ca muy conforme se solicitasen los que se hallaban depositados
en Cajas Reales, que antes sirvieron a la Reduccin de Indios
Petacas, que se hallaba destruida y habindolo hecho presente
;

en Junta de Real Hacienda, se determin se entregasen los que


existan como se verific, precedi antes el consentimiento del
reverendo obispo de esa dicesis, que encarg se hiciese puntual
inventario de ellos, para que sirviese por primera partida del
libro de fbrica, que deba establecerse por los religiosos doc-
trineros, a quienes tena encomendado provisionalmente el pas-
to espiritual de los nuevos pobladores, por cuyo medio y con el
donativo gracioso de cinco casullas, varias pinturas y otras al-
hajas que costeasteis, se socorri a la nueva iglesia de las cosas
ms precisas; finalmente, exponis que exigiendo el estado y
acrecentamiento de la poblacin que en 27 de julio de 1795 con.
tbais ya con ms de 150 vecinos, el establecimiento del Cabil-
do o Ayuntamiento de justicias, y teniendo tambin nombrado
subdelegado para las cuatro causas de justicia, polica, hacien-
da y guerra, pasasteis a ejecutar los nombramientos de primer
regidor alguacil mayor, que desde luego graduasteis preciso;
hasta tanto que se completase el nmero de seis regidores que
podra tener la ciudad, segn lo que prometa su rpida pobla-
cin y que al principio del presente ao de 1796 se hiciesen los
:

dems nombramientos de sndico procurador, mayordomo de


propios, y para lo,s dems oficios concejiles y nombrliteis para
;

alfrez real primer regidor al citado comandante de milicias de


la Nueva Oran, don Diego Pueyrredn, en consideracin a ser,
no slo el sujeto ms condecorado y benemrito y el que ms
contribuy al establecimiento de la nueva poblacin, sino tam-
bin por la oferta graciosa de costear por s un dosel, archivo,
1 ANTONIO ZINNT

mesas, sillas, puertas, ventanas y dems muebles necesarios pa-


ra adorno de la casa capitular; para segundo regidor alcalde
mayor provincial don Juan Antonio Moro Daz, sujeto tambin
de los ms benemritos y de distincin, por cuya actividad y pe-
ricia, le comisionasteis para el reconocimiento del Valle de Zen-
ta, y eleccin del sitio en que se deba hacer la fundacin, y pa.
ra tercer regidor alguacil mayor, el capitn de milicias don Ci-
priano Gonzlez de La Madrid, por ser uno de los vecinos ms
principales y por la particularidad con que se distingui pre-
sentando ms de 60 vecinos para la nueva poblacin, cuyos tres
nombramientos solicitasteis igualmente me digne confirmarlos
por los das de la vida de los citados sujetos, en remuneracin
de sus servicios y ltimamente, expresis que reconociendo la
;

necesidad de prescribir las reglas que deban gobernar a dicha


ciudad y sus individuos, tanto en lo poltico como en lo militar,
expedsteis una ordenanza en 27 artculos, por los que declaras-
teis en conformidad de la ley segunda, ttulo sptimo, libro
cuarto, que la referida ciudad sea sufragnea, conservando el
ttulo de la Nueva Oran, siendo su Patronato titular San Ra-
mn Nonato, y usando como tal de la distincin de Estandarte
y el escudo de armas que me digne declararle conforme a la ley
primera, ttulo 8., libro 4.; que el Cabildo, Justicia y Regi-
miento estar sujeto al gobernador intendente de la Capital,
como las otras ciudades sufragneas, componindose de dos al-
caldes ordinarios conforme a la ley 1.% ttulo 10, libro 4.; y de
seis regidores que se podan completar con arreglo a la 2.^ del
mismo ttulo y libro hasta tanto que beneficien en favor de mi
;

Real Hacienda y se nombren en propiedad, cuyo ejercicio y


funciones tanto en orden al tiempo y forma en que deben ser-
vir, cuanto al modo en que deben celar de los abastos de la ciu-
dad, se prescriben en la misma ordenanza que, respecto a estar
;

la nueva poblacin ms avanzada que los Fuertes de la frontera,


se considerase a sus vecinos por soldados de efectivo servicio, y
que como a tales se les permita llevar armas con las varias res-
tricciones que expresa; que el comandante de armas y subdele-
gado de Hacienda y Guerra tenga conocimiento de las causas
de Justicia y Polica, y, por consiguiente, ejerza la jurisdiccin
ordinaria, presidiendo el Cabildo por ausencia del gobernador
intendente, teniendo el voto y asiento correspondiente que el
;

Cabildo cuide de conservar el terreno adjudicado a la nueva


ciudad para ejidos, el cual se deslindar en forma, y se le pon-
dr en posesin especificndose este acto cuando se verifique con
toda individualidad en el Libro Capitular, para que conste en
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS IQ

lo sucesivo que igualmente cuide del terreno que se le adjudic


;

para propios eu la estancia conocida con el nombre de Salinas,,


reservando la fuente de sal cantrtica que mana en ella, para
que me digne darlas el destino que tengo por conveniente, o se
puedan arrendar para atender a las urgencias pblicas; como
tambin el que se seal para carnicera y otros edificios pbli-
cos; que estableciesen seis pulperas en beneficio del ramo de
propios, y que las que se aumentasen en lo sucesivo contribuye-
sen a mi Real Hacienda, con la cuota establecida, segn previe-
ne la Ordenanza de Intendentes que la piedra y cal para edi-
;

ficios y calzadas sea comn a los vecinos en cualquier paraje,


con tal que no causen daos en otros terrenos al tiempo de su
acarreo, como tambin los rboles para maderas y construccin,
siempre que se reserven a beneficio del dueo de las tierras las
300 varas de monte o bosque de la Nueva Oran se comprenda
por ahora desde el Ro de las Piedras, por la parte sur, que la
deslinda y separa de la de Jujuy, hasta la banda del Ro Quia-
ca, o trminos del distrito de Tarija por el norte, y desde la cs-
pide de la cordillera de Humahuaca, por el oeste, hasta la Ran-
chera de los indios brbaros del Chaco, por la parte del este y ;

que prescribisteis finalmente en dicha ordenanza las preeminen-


cias y asientos que deben ocupar el coronel y dems oficiales del
cuerpo de milicias en las funciones a que asistan, conforme a lo
que se observa en Lima y con arreglo a la ley 102, libro 3., t-
tulo 5. de las Recopiladas de Indias y tambin varias reglas
;

relativas al aseo y polica de la ciudad, y a las formalidades que


deben observar el Cabildo y capitulares en las funciones de igle.
sia todo con sujecin a las leyes y expresando que dentro de
; ;

seis das pasarais a la nueva poblacin con el fin de afianzar


cada vez; ms su subsistencia, y de proveer mi gran servicio
concluis solicitando se apruebe la fundacin de la expresada
nueva ciudad, concedindola escudo de armas y confirmando laa
preeminencias que con arreglo a las leyes la habis declarado.
Visto en mi Consejo de las Indias con lo informado por su
Contadura General y lo que dijo mi Fiscal, habindome con-
sultado sobre ello he venido aprobando cuanto habis escusado
;

para la mencionada fundacin, en manifestaros lo grato que me


ha sido este distinguido servicio, y que lo tendra presente para
el condigno premio y ascenso en vuestra carrera, en aprobar el
nombramiento de ciudad que declarasteis a la nueva poblacin,
respecto a que procedisteis usando de la facultad que para ello
os concede la ley 2.% ttulo 7., libro 4. de Jndias, con el ttulo
que elegisteis, de San Ramn Nonato de la Nueva Oran; previ-
20 AXTOXIO ZINMY

nindoos que la misma ciudad elija y proponga para mi rea


aprobacin el Escudo de Armas que debe usar. Y echando me-
nos en el plan que acompais en vuestro citado informe no de-
signarse el paraje que debe ocupar la carnicera, siendo un edi-
ficio indispensable qu merece la ms cuidadosa atencin, como
que de ello depende en mucha parte el aseo de la poblacin, he
resuelto encargaros que la eleccin del sitio para su estableci-
jniento sea en la posible inmediacin al Ko, conforme a la ley
5.% ttulo 7, libro 4.. Por lo que toca al escuadrn de di-ago-
ues milicianos que formasteis, he venido en aprobarle y conce-
der, como solicitis el fuero de guerra a sus individuos, consi-
derando que deben estar bien disciplinados y con el continuo
ejercicio y vigilancia que exige de hallarse fronteriza la nuev.)
poblacin; aprobando asimismo el nombramiento de coronel
comandante hecho en el capitn don Diego Pueyrredn y tam-
;

bin los de primer regidor alfrez real, hecho en el propio don


Diego Pueyrredn; de segundo regidor alcalde mayor en don
Juan Antonio Moro Daz, y tercer regidor alguacil mayor en
don Cipriano Gonzlez de La Madrid, durante los das de su
vida, como proponis;, por concurrir en estos sujetos las circuns-
tancias de distincin e inteligencia, y ser los vecinos ms pu-
dientes y benemritos y que ms han contribuido a la citada
fundacin atendiendo a que, segi'in exponis, pensabais salir
;

dentro de pocos das para el Nuevo Oran, y que acaso ser pre-
ciso aumentar hasta seis el nmero de regidores y hacer los de-
ms nombramientos de sndico procurador, mayordomo de pro-
pios y otros oficios de aquel Ayuntamiento, he resuelto encarga-
ros que en la eleccin de estos empleos de Eepblica sean prefe-
ridos aquellos vecinos que ms se han distinguido en la funda-
cin de la nueva ciudad, siendo el mvil y ejemplo de los dems-
por su conducta, honradez y buenas costumbres, y que deis
cuenta con justificacin a fin de cada ao, por medio de mi vi-
rrey del Estado, y adelantamientos que haya tenido en sus edi-
ficios, vecindad y dems puntos indicados, relativos al bien del
Estado de mi Real Hacienda y al fomento y defensa de esas
Pro^^ncias, de los progresos que vaya haciendo la citada pobla-
cin, de la distancia a que se halla situada de Salta, Jujuy y
Tarija y de todo lo dems que se os ofrezca respectivo a ello. Y,
ltimamente, resultando del expediente haberse aprobado por
la Junta Superior de Real Hacienda de Buenos Aires la com-
pra de ganados para fomento de la poblacin, destinando los
2.500 pesos de los .3.000 con que contribuye el ramo de Sisa,
para la Reduccin de Zenta, a cuyo fin se expidieron las provi-
HISTORIA DE LOS GOBERXAOKES UE LAS PROVINCIAS AP.GEXTIXAS 21

delicias correspondientes para que se efectuase, y no qonstaii-


do si se verific y distribuyeron elganado entre los pobladores,
lie resuelto advertiros de ello, para que deis cuenta de lo ocu-
rrido en este particular, y no perdis de vista el logro de loa
buenos efectos (uie os propusisteis, de que dentro de tres o cua-
tro aos, podra quitarse el gravamen de los 3.000 pesos al rama
de Sisa. Lo que os participo para, que dispongis, como os lo
mando, tenga por vuestra parte el puntual debido cumplimien-
to la referida mi real voluntad; en la inteligencia de que, al
mismo fin, se comunica por cdula de esta fecha a mi virrey.
Fecha en San Lorenzo, a 4 de diciembre de 1796.

"Yo EL Rey" (Carlos lY).

''Por mandado del Rey nuestro Seor

''Don Silvestre Collar."

"Posteriormente se ha solicitado a vuestro nombre que


mediante a que se sospeche pblicamente se han perdido los co-
rreos de diciembre y febrero ltimos, en los cuales se remita
dicha cdula, se expeda de nuevo. Yisto en mi Consejo de las
Indias, he venido en condescender a esta instancia, y en su con-
secuencia, mando se d entero cumplimiento a la inserta mi real
cdula. Fecha en Aran juez, a 4 de mayo de 1796.

Yo EL Rey.

Por mandado del Rey nuestro Seor

Silvestre Collar.

"En ciudad de Salta a 22 de septiembre de 1797.


esta
El seor don Ramn Garca de Len y Pizarro, Cabaliero de
la orden de Calatrava, mariscal de campo de los reales ejr-
citos, Intendente gobernador y capitn general de esta pro-
vincia, y nombrado pov S. M. para la de Salta y de presi-
dente de aquella real Audiencia de Charcas. Habiendo vista
su seora la real cdula de las fojas antecedentes dada en
Aranjuez a 4 de mayo del corriente ao, puesto en pie y
destocado, la tom en sus manos, bes y puso sobre su cabe-
za, dndole el debido obedecimiento como a carta de nuestra
ANTONIO ZINNY

Eey y Seor naturial a quien Dios guarde y prospere con


aumento de mayores reinos y seoros como la Cristiandad
necesita, y dijo: que se guarde, cumpla y ejecute todo cuan-
to S. M. se dign resolver y previene en ella: que custodian-
do original en el archivo de este gobierno e intendencia se
ponga un testimonio en los autos de la fundacin de la nue-
va ciudad de Oran se remita otra al Cabildo de dicha ciudad,
;

para que copindola en el Libro que cornesponde conserve un


perpetuo documento de la beneficencia que le ha dispensa-
do la incomparable piedad de nuestro Soberano, cumpliendo
aquel Ayuntamiento con todos los puntos, que le toquen, con
sujecin a las rdenes y advertencias que le comunicar por
separado y de que a su tiempo se pondr constancia en los
referidos autos dndose a S. M. la cuenta que se encarga que :

se pase otro testimonio a la real Contadura principal, para


que se tenga presente en los casos y cosas que ocurran de la
nueva ciudad, y que se dirija otro a cada CabiiMo- de los de
esta Provincia y subdelegacin de la Puna, para el mismo
efecto y con preferencia se remita con el correspondiente
;

oficio, otro testimonio al ilustrsimo seor obispo de esta di-


cesis, para que as como su liberalidad se extendi en benefi-
cio de la nueva ciudad de O Han, tenga ahora la satisfaccin
de ver aprobada por la magnificencia de nuestro catlico
Monarca aquella obra; y para que libre con el acierto que
acostumbra sus providencias espirituales a aquel su nuevo
pueblio. Y lo firm su seora por ante mi de que doy f

Ramn Garda Pizarro Do7i Juan Antonia Moro, Secreta-
rio, Escribano de gobierno, guerra y real hacienda".
Oficio del gobernador intendente.
''Con el mayor aplauso dirijo a usa testimonio de la neal
cdula en que S. M. se ha dignado aprobar cuanto he obrado
en la fundacin de esa ciudad, honrndola con el ttulo de
tal y con el escudo de armas que usa elija y proponga para
su real aprobacin, concedindole el fuero de guerra a ese
escuadrn de milicias, que ser regimiento franqueando a
;

esos, ciudadanos Iks grladas y privilegios y excepciones que


les declaran las leyes, y todo lo dems que en dicho real Res-
cripto se expresa: doy a usa y a todos sus convecinos mil
enhorabuenas. Y en vsperas de mi salida para la presiden-
cia de Charcas, les reitero con las mayores veras de mi afec-
to el que no los borrar de mi memoria en toda mi vida, pa-
ra contribuir segn sean mis facultades por el beneficio co-
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 23

mn y por la prosperidad que tanto deseo a esa ciudad, para


el mayor servicio de ambas Majestades, lo cual^, no dudo se
consiga, si observan las rdenes e instruoeiones que les tengo
comunicadas desde sus principios. Luego que reciba usa la
mencionada real cdula, le dar el ms sumiso obedecimiento,
inteligenciando de su contenido al reverendo padre cura Hc-
tor fray Esteban Primo y a todos esos vecinos, para que con
demostraciones de jbilo rindan a Dios las debidas gracias
y le rueguen por la salud y prosperidad de nuestro monar-
ca. En cumplimiento de la realll prevencin eligir usa el es-
cudo de armas que debe usar esa ciudad y lo propondr a
S. M., para que recaiga su real aprobacin, acompandolo
en representacin, y sobre la eleccin del sitio que debe ocu-
par la carnicera se reservar el suficiente inmediato al Ro
de Zenta, y a la lnea divisoria de esa ciudad con la Reduc-
cin.
Dios guarde a Usa muchos aos. Salta y octubre 1.

de 1797. BRAMN Gabca Pizarro Al Cabildo y Subdelega-
do, Justicia y Regimiento de la Ciudad de Oran.
En su vir-
tud, dispusimos convocar al Sndico procurador general de
esta ciudad y a todos los vecinos existentes en ella, igualmen-
te se pas Tin recado de atencin a los reverendos padres fray
Esteban Primo Ayala y fray Sebastin Cuenca, curas recto-
ites interinos, para que se sirviesen concurrir a este acto, y
as juntos, puestos de pie nosotros los individuos de este cuer-
po, cada uno por su turno, tomamos en nuestras manos la
real cdula expresada, y por todos los concurrentes la besa-
mos y pusimos sobre nuestras cabezas acatndola como a car-
ta de nuestro Rey y Seor natural el seor don Carlos Cuar-
to, que Dios guarde por muchos aos, con aumento de ma-
yores reinos y seoros, como la Cristiandad necesita. Y para
la inteligencia de todos, se ley desde el principio al fin en
voz alta, por el presidente de este Cuerpo, e impuesto de su
contenido se le dio el debido obedecimiento y acordamos el
que se guarde, cumpla y ejecute, cuanto S. M. se ha dignado
nesolver y prevenir en dicha real cdula, representndole por
este Cabildo sobre los puntos que le comprende, acompan-
doile el escudo de armas que debe usar esta ciudad segn lo
ideamos, para que recaiga su real aprobacin; y que en esta
hora se hagan repicar las campanas en esta ciudad, y en la
inmediata Redencin en seal de regocijo y lo mismo al me-
dio da y a la noche, poniendo luminarias, y que maana se
diga misa cantada y Te Deum con el Seor manifiesto en ae-
2^ ANTONIO ZIXXY

cin de gracias, etc., etc., etc., y firmamos <;on las reveren-


dos padiies curas y vicarios concurrentes que saben firmar

Rafael Bacher Cipriano Gonzlez de Ja Madrid Andrs
Eamirez
Fraij S.ehastin Cuenca
Antomo Baeza
Juan

Borda Pedro Peralta Ag.ustn Vivas Toms Bravo Pahlo

Barrientos Juan de Dios Gimnez Toms Garnica Jos
Paulino Ordoez.
"Es copia de los libros de la fundacin de esta ciudad,
tete., etc. Pufino Arias
Luis Lpez Domingo Castellanos.
GOBERNADORES INTENDENTES
Brigadier Andrs Mestre, ltimo gobernador de la an-
tigua provincia del Tueumn, desde el ao de 1778, y pri-
mero de la Intendencia de Salta, desde el establecimiento de
sta lia^ta 1792.
Fu su asesor el doctor Tadeo Dvila.
Como la residencia de los gobertoadores del Tueumn era
casi siempre en la ciudad de Salta, liaba sido sta el objeto
predilecto de las atenciones de Mestre. A ms de lo que an-
tes haba hecho en su calidad de gobernador del Tueumn,
como queda referido (Tomo II, pg. 146) a los ciudadanos
tle Mestre debi la mencionada ciudad la reedificacin de
sus casas consistoriales, la obra de las veredas de sus ca-
lles, las de sus puentes y gran parte del hospital, as como la
siembra de tabacos y el establecimiento de una ctedra de
filosofa, dotada con los fondos de temporalidades. De su or-
den, se hizo, una expedicin en 1781, ail mando del coronel
Arias, acompaado del obispo del Parag'uay, seor Cantilla-
ua, y otra en el ltimo ao de su gobierno (1792) al gran
Chaco, con una fuerza de 103 hombres al mando del coro-
nel Juan Jos Fernndez Cornejo, llevada a cabo sin nin-
guna de aquellas violencias, que dejaban de hacer simptico
el nombre espaol', y que produjo el resultado deseado, 'Cuai
eirn el asegurar la frontera.
Terminado su gobierno, fu trasladado a la presidencia
de Charcas, reemplazndole el

Coronel RamnGarca de Len y Pizarro, marqus de


Casa y Pizarro, caballero de la orden de Calatrava, mariscal
de campo de los reales ejrteitos, etc., desde eL ao de 1792
hasta el de 1798, que fu promovido a la presidencia de la
real Audiencia de Charcas.
El 26 de junio de 1794, el gobernador Pizarro convoc
una junta extraordinaria, mediante a que por la junta su-
perior de Buenos Aires y por los cabildos secular y eclesis-
26 ANTONIO ZINXY

tico de la ciudad de Salta fu destinada la igliesia de los je-


sutas expulsos paita ayuda de parroquia, sin que hasta en-
tonces se hubiese perfeccionado su aplicacin. Y habindose
reconocido que dicha iglesia era de mejor arquitectura y so-
lidez que la de la matriz, que se hallaba en deterioro, na
admitiendo otro reparo que reedificarla para lo que no haba
fondos, el expresado gobernador manifest ser su opinin se
trasladase la matriz a l'a iglesia de los expulsos, dndole ma-
yor extensin, hasta igualar con el frente de la plaza, y as
se resolvi, firmando el acta el gobernador Garca Pizarro,
el doctor Vicente A. de Isasmendi, cura rectoi^ y vicario ecle-
sistico, don Juan Estevan Tamayo, don Gabriel de Gemes
Montero, don Antonio de Figueroa, don Juan Antonio Mol-
des, don Jos Alejandro de Palacios, doctor Jos Alonso de
Zavalla y don Cayetano de Viniega, ante el escribano don
Antonio Gil Infante.
Al gobernador Garca Pizarro debe la provincia la fun-
dacin, en 31 de agosto del mismo ao (1794) de la ciudad
de San Ramn Nonato de la Nueva Oran, en el Valle de
Zenta, a distancia de diez cuadras de la Reduccin de Nues-
tra Seoila de las Angustias de indios bejoses, que haba si-
do poblado, en 1792 con 25 familias y con 60 vecinos lleva-
dos por el capitn de -milicias don Cipriano Gonzlez de la
Madrid, habiendo contribuido tambin el capitn don Juan
Antonio Moro Daz.
Los lmites que el gobernador Pizarro prefij al distrito
de aquella ciudad fueron como sigue por el sur el Ro de
:

las Piedras, que la divide con Jujuy; por el norte la dere-


chera al este del Ro de la Quiaca, o trmino de la jurisdic-
cin de Jujuy; por el poniente la cspide de la serrana ms
alta de Humahuaca y su giro al norte, cuyas aguas caen al
este, divide Oran en parte con Jujuy y en parte con el par-
tido de la Puna, hacia a donde se demarcan las aguas para
el poniente ;y por el naciente se extiende dicho distrito de
Oran ante las rancheras de los indios gentiles. As queda-
ron definitivamente aprobados.
La actual pro\'incia de Salta comprende los departamen-
tos siguientes: Capital, Caldera, Cerri'los, Guachipas, Via,
Chicoana, Molinos, Rosario de Lerma, Poma, Cachi, San Car-
los, Cafayate, Metan, Rosario de la Frontera, Candelaria,
Campo Santo, Oran, Iruya, Santa Victoria, Ana y Colonia
Rivadavia: los departamentos divididos en Partidos, a sa-
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGF.MTI\AS ZJ

ber: Gimchipcis tiene 6,Gruachipas, Vichimi, Caraguasi, Ale-


mania, Sauces y Acosta Cafayate tiene 5, Cafayate, Lara-
guasi, Yacochuj'a, Tolombon y Condhas Scui Carlos tiene
10, San Carlos, Angastaco, Merced, Carmen, Animana, Am-
blaillo. Palo Pintado, Barriai\ Corralito y San Lucas Can-
delaria tiene 4, Candelaria, Jardn, Ceival y Ro Tala.
Los caudalosos Ros Juramento (Pasaje), San Francisco
y Bermejo atraviesan la provincia.
El Ro Dulce se forma de los torrentes y ros que des-
cienden de la Sierra de Calchaqu (Aconquija), tomando sU'
origen en las altas cumbres que limitan el Valle de Guaehi-
pas de la proAdncia de Salta, engrosado este brazo de aguas
con los Ros de La Anta y de los Sauces, toma el nombre de
Ro del Tala, que es lnea divisoria entre Salta y Tucumn.
El Jurcm*ento se forma de las nieves del Acay y
del Cacbi,
recorriendo el Valle Calchaqu de norte a sur; de Molinos
se dirige al sudeste, hasta recibir el Ro de Santa Mara, y
de la punta noitte del Aconquija, se inclina al este, siguien-
do al e'ste nordeste y yendo a pasar por San Carlos, Gua-
chipas y el Pasaje, empujado al sur por la Sierra del Alum-
bre, vuelve al norte, hasta Pitos;, para volver al sur y desem-
bocar en el Paran. Otro tributario es el Ro de la Silleta,
que se desprbnde de las alturas del despoblado con el nom-
bre del Ro del Tora, al oeste de la ciudad de Salta recibe
ail Ro de Arias, con cuyo nombre sigue hasta entrar en el
Ro Guachipas, recibiendo el Ro de Chicoaua, del Rosario y
del Baado: desde Pitos toma el nombre de Ro Salado, re-
cibiendo en su curso el Ro Blanco, de las Piedras, de las
Conchas, de los Horcones y el Ro de las Canas, que es el
ltimo tributario que tiene en la provincia de Salta (1).
Bl 1. de septiembre de 1798 se celebr de oficio en la
iglesia de ciudad de San Ramn de la Nueva Oran una
la
misa cantada y vigilada en beneficio del alma del fundador
mariscal de campo don Ramn Garca Pizarro, de la de su
esposa y descendientes.

Coronel Rafael de la Luz, desde el ao de 1798.


Tuvo por asesor al oidor honorario de la real Audien-
cia de Buenos Aires, doctor Jos Medeyros.

(1) Zorreguieta, AiJiintes Histricos de la Provincia de Salta en la


iioca d^l coloniaje.
-: .
ANTONIO ZINNY

Habindose prestado espontneamente, el doctor Manuel


Amtonio de Acevedo, a dictar un curso de Filosofa, sin exi-
gir sueldo alguno, el gobernador Luz le extendi nombra-
miento de catedrtico a 8 de junio de 1799.

Don Toms Arrig.miaga y Archondo, en 1807.


Los para aspirar a cua-
sltenos, constantes e intrpidos
lesquiera empresas y glorias malicales, como el descubri-
miento y debelacin del gran Chaco Gualamba, el descubri-
miento de un prodigioso nmero de naisiones brbaras entre
los serpenteados ros Salivado, Pilcomayo, caudaloso Bermejo,
Centa, Siancas y otros; despus de sus mritos y servicios
contrados en las fronteras del mis^mo Chaco; en la tumul-
tuosa rebelin de Tupac-Amaru al simple aviso de la im-
,-

provisada entrada de los ingleses en Buenos Aires, apron-


tan sin interrupcin un donativo de ms de 6.060 pesos;
recogen con prontitud algunas armas en defecto de los 800
fusiles que en otra ocasin se sacaron de los depsitos d?
Sa.ta para contribuir a la sumisin de Mato Gnoso alistan
200 hombres; los uniforman del peculio aprontado; los or-
denan en dos compaas, y costeando una de ellas 'Con el con-
siderable ahorro de 13.000 pesos a la real hacienda, dan estos
socorros a Buenos Aires. Llega la fuerza a las inmediaciones
de Crdoba, y sabiendo all a feliz restauracin de la nefe-
rida capital, por el general Liniers, regresa por superior dis-
posicin, eon el pesar de no haber tenido parte en aquella
clebre accin. ^

Doctor Jos de Medewos, intei'ino, en 1808.


En el mismo ao (20 de oetubre) el brigadier Jos Ma-
nuel de Goyeneclie y Barreda comisionado por la Junta su-
jDrema de Sevilla, verific su entrada en~la sala ^capitular de
Salta e hizo una prolija narracin de lo acaecido en Madrid^
traicin de Napolen, estado del desgraciado ;ney Femando
VII, manifestando que el objeto de su comisin era pedir
donativos de dinero para auxilio de la Pennsula. El Cabil-
do prometi practicar cuantas dilligencias fuesen posibles a
su consecucin. A los dos das (22) el alcalde del Partido
del Rosario de la Frontera y Candelaria, don Ramn Ven-
tura de Austria, remiti 69 pesos y 3 reales, donados por
aquellos vecinosi que debieron ser entregados al sitadista del
rey, don Antonio Gandarias, para el soicorro de los batallo-
nes de Buenos Aires.
HISTORIA DE LOS GOBEKNADOREp DE LAS PROVINCIAS AKGENTIXAS 2g

1809. Coronel Nicols Severo de Isasmendi, intendente


gobernador y capitn general interino, desde el ao de 1809
hasta el 19 de mayo de 1810.
La eitecein de la Iglesia catedral de Salta tuvo lugar
el 15 de agosto de 1809, en cuyo da tom posesin de la
Iglesia el' oHispo doctor don Nicols Videla del Pino, solem-
nizndose su entrada pblica con toda magnificencia y es-
plendor.
El doctor Videla del Pino, obispo del Paraguay, liaba
sido presentado para el nuevo obispado de Salta del Tucu-
mn, el 17 de febrero de 1807, cuando se dividi en dos el
obispado de Crdoba, quedando el uno en esta ltima ciu-
dad, y el otro en la de Sa'ta, sufragneo de Charcas. Com-
prenda ste todo el territorio y jurisdiccin de la intenden-
cio de Salta, que haba de serlo la capital, San Miguel del
Tucumn, Santiago del Estero, San Romn de la Nueva
Oran, Catamarca, Jujuy y todo el partido de Tarija-, de la
Intendencia de Potos, que perteneca al arzobispado de Char-
cas, de que qued separado en dicha fecha (17 de febrero
1807).

1810. Don Joaqun- Maestr.e, gobernador interino, desde


el 19 de mayo hasta junio.

1810. Doctor Jos Medeiros, oidor hononario y gober-


nador interino, en junio. EU doctor Medeiros, haba tenido
los mismos cargos en 1808.

1810. Severo de Isasm,endi, nombrado


Coronel Nicols
interino, en junio. Como de sofocar los sntomas
ste tratara
revolucionarios que manifestaban los miembros del Cabildo,
cuya prisin se ordenara, comisionaron stos' al regidor co-
ronel don Calixto R. Gauna cerca de la Junta Gubernativa.
Habiendo logrado escapar de la prisin, Gauna verific el
viaje en ocho das causando, como era natural, el asombro
general en Buenos Aires. Entrej'ados los pliegos que condu-
ca manifestando la decisin del Cabildo y de la provincia
por la causa de la libertad, regres en compaa del coro-
nel doctor Chiclana, provisto gobernador de la provincia. Es-
te orden (agosto) la inmediata prisin de Isamendi y su
remisin, con una barra de grillos, a la capital.
El seor Isasmendi era natural de la ciudad de Salta e
30 AXTOXIO ZIXNY

hijo legtimo de don Domiiifio de Isasmendi, teniente de go-


beimador, justicia mayor, y capitn a guerra por nombra-
miento de seis gobernadores que consecutivamente mandaron
la provincia de Tucumn, desde 7 d& julio de 1729 hasta
1759, merecindolo por su prudencia, pericia y generosos des-
embolsos con que mantena las tropas; de suerte que, con
slo saberse sala don Domingo a las campaas, no haba
hombre que no le siguiese, ni mujer que no se contase segu-
ra viendo a su cargo la defensa, contra los brbanos que
amenazaban con totali ruina las ciudades de Jujuy, Salta y
Tucumn. El gobernador don Juan de Santiso y Moscoso le
oblig a aceptar aquellos empleos, bajo la multa de 2.000 pe-
so fuertes, sin admitirle splica ni excusacin.A pedimento
del obispo del Tucumn don Manuel Abad Illana, don Do-
mingo cedi su iglesia de Cachaqu, con todos dios paramentos
sagrados y necesarios, para que sirviera de matriz, 400 varas
de terreno de sur a norte y 100 de este a oeste para cmoda
habitacin de los curas.
Don Nicols fu, en 1775, comisionado por el gobernador
don Gernimo Matorras para someter a los indios de la pro-
vincia de Atacama, que, rebelados contra su corregidor, le
obligaron a salir fugitivo del pueblo de Ingaguasi, con su
teniente, mortalmente he.rdo, y otros espaoles, logrando a
su costa reducir a los reb&I'des a la debida obediencia.
En la sublevacin de 1781, cuando, coligados los emisa-
rios de Tupac-Amaru con los indios del Chaco, intentaban
asaltar a las ciudades de Jujuy y Salta, sali de esta ltima,
caminando 40 leguas a marchas forzadas con la compaa
que coste y arm, para conservar con ella e) punto ms im-
portante y arriesgado, hasta que se consigui la tranquili-
dad gene'ia]. Prest otros servicios no menos importantes en
la ciudad de su nacimiento, hasta que, conducido a Espaa,
en la fragata de S. M. C. la Fama, una de las cuatro que
componan la divisin que atacaron los ingleses el 5 de oc-
tubre de 1804, el referido don Nicols, volando a la fragata
Merced, fu apresado por el enemigo.
A mediados de 1807 volvi a Salta, en donde continu
sirviendo siempre con desinters.

1810. Don Jumi Jos Fernndez Cornejo, teniente go-


bernador del Paiitido de Salta, nombrado por los realistas el
17 de julio.
HISTORIA DE LOS GOBERNADOKES DE LAS PROVIJVCIAS. ARGENTINAS 3

1810. Doctor Marcos Salom Zorrilla, presidente del Ca-


"bido, 'se recibi en el cargo de gober-
en julio y agosto, que
nador el

1810. Coronel Doctor Feliciano Antonio de Chiclana,


nombrado y puesto en posesin del cargo en agosto,
interino
hasta el 24 de diciembre que, de oriden (recibida el 3) del
gobierno de Buenos Aires, pasa a tomar posesin del gobier-
no intendencia do Potos.
El 29 del mismo mes tuvo lugar la eleccin de diputa-
do para el congreso universal de estas Provincias, mandada
practicar por e'l' gobernador Chiclana, que era uno de los ob-
jetos primoiidiales de su nombramiento, y obtuvo los sufra-
gios el doctor Francisco de Gurruchaga.

1810. Coronel Toms d,e Allende, nombrado el 3 y pues-


to en posesin del cargo de gobernador el 24 de diciembre,
habindolo desempeado hasta el 11 de julio de 1811, en que
]a Junta de Buenos Aires resolvi sustituirle por el corone i

J. M. de Pueyrredn, pues, si bien Salta estaba muy avenida


con su gobernador, no lo estaba la provincia, y principalmen-
te Jujuy, con quien aqul tuvo fuertes debates.
En odio a Salta, su diputado pretendi en la Junta de
Buenos Aires que se suprimiesen las intendencias y que to-
das las ciudades, hoy capitales de provincia, se entendiesen
directamente con el gobierno central establecido en Buenos
'
Aires. Este pensamiento no se llev a cabo, si bien lo fu
en la prctica hasta el presente (1882).
La institucin de alcaldes de distrito tuvo su origen en
el gobierno de Allende, habindose hecho el nombramiento
de ellos (1. de febrero de 1811) para toda la jurisdiccin
de fe. provincia, as como se dividi (5 de marzo) la ciudad
de Salta en 7 barrios, a saber Barrio de la Merced, de San
:

Pablo, de San Pedro, del Milagro, de San Juan, de San


Beiniardo y de la Candelaria.
Desde abril exista una Junta Provincial con facultades
gubernativas, .compuesta del mismo coronel Allende, como
presidente de ella, y de llos seores doctor Pedro A". Arias,
Juan Jos Fernndez Cornejo, Francisco Araoz y Juan An-
tonio Moldes. Esta Junta, en cumplimiento de orden que ha-
la recibido de la de Buenos Aires, para que se celebrase]
con una impresin eterna los das 24 y 25 de mayo, en signo
32 ANTONIO ZINNT

de que fueran memorables por haberse empezado en ellos a


recuperar los sagrados derechos "de la patria y en que se dio
el primer golpe al despotismo que los tena usuripados, invi-
t (8 de mayo) a os ciudadanos asistiesen a solemnizar el
paseo del Estandarte, que se haba de celebrar a caballo en
dichos das, previniendo al mismo tiempo que los estantes y
habitantes de la ciudad, y sus inmediaciones deban concu-
rrir con la correspondiente decencia, sin dar mrito a que se
les censurase de poco patriotas. Todo eso se public (9 de
mayo) en la forma de estilo, habindose circulado capias del
auto a los curas pedneos del Rosario, Cerrijlos, etc., para
que lo pusiesen en noticia de los habitantes de sus respec-
tivas parroquias.
El coronel Allende se hallaba en el ejrcito del Alto Pe-
r cuando acaeci su muerte, en abril de 1815.

1811. Coronel Juan Martn de Pueyrredn, nombrado


por laJunta de Buenos Aires, ei 11 de julio, y a los dos c
tres das emprendi su marcha al Alto Per, como jefe de
la expedicin militar, quedando el mando de la provincia eu

1811. La Jimia Provincial Gubernativa, desde julio


hasta 14 de septiembre, que se nombr por la de Buenos
el
Aires un gobernador interino, para la ciudad de >Salta, con-
tinuando empero aqulla en sus funciones, hasta el 11 de
enero de 1812 que, por disposicin de la citada autoridad de
Buenos Aires, comunicada por el general en jefe del ejr-
cito auxiliar don J. M, de Pueyr.iiedn, qued disuelta.

1811. Coronel Pedro Jos Saravia, nombrado por la


Junta de Buenos Aires el 27 de agosto y puesto en posesin
del cargo de gobernador interino, el 14 de septiembre; y ha-
bindose disuelto la Junta Provincial, continu ejerciendo el
mismo cargo o el' de prefecto de pnovincia, acompaado del
doctor Nicols Laguna, en calidad de asesor letrado.

Despus del ataque de Nazareno (12 de enero de 1812),


Belgrano dio orden a que, en caso de que los habitantes se
vieran en la necesidad de abandonar la provincia, llevasen
HISTORIA DE LOS GOBERXADOKES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS :

consigo los archivos y an los ornament-os y vasos sagrados


de la iglesia y al tener noticia de la proximidad de las tr'o-
;

pas realistas al mando del general Po Tristu, a fines de


agosto, los patriotas evacuaron ambas ciudades, Salta y Ju-
juy, de que muy luego se apoder el enemigo.
El' archivo de Jujuy, que fu entonces trasladado a Tu-

cumn, igualmente que el que se llev despus en 1814
como tambin los tiles y alhajas de las iglesias de aquella
ciudad y la de Salta, fu mirado con tanto desprecio, que
los papeles importantes de escrituras y otros documentos ma-
trices se vendan por las cajles y servan para el despacho,
en las pulperas de la ciudad de Tucumn. En una de stas,
el presidente del congreso observ un legajo del protocolo
del ao 1809 y otro de escrituras antiguas, lo que haca su-
poner, no sin fundamento, el dispendio de otros que habran
corrido suerte ms desastrosa. Esa es la razn por la cual
aparecen, an en el da, en poder de particuL'ares, documen-
tos de ms o menos importancia. Es una felicidad que as
sea, puesto que, ya que han salido del lugar en donde debie-
ran estar, se hayan, por lo menos, salvado de una destruc-
cin segura.
El congreso, pues, no pudiendo ver con indiferencia e1
inters considerable del pueblo, resolvi, en 19 de junio de
1816, nombrar una comisin de su seno, compuesta de los
diputados Anchorena y Gazcn, con facultad para recoger
e indagar acerca de los papefes y tiles indicados y cuantos
incidiesen en el curso de esta operacin, pblicos y privados^
pertenecientes a las ciudades de Salta y Jujuy.

1812. Doctor Domingo Garca, nombrado gobernador in-


tendente el 29 de enero, hasta el 10 de marzo que, presentada
6U dimisin, le fu aceptada.

1812. El Cahildo, cuyo alcalde de primer voto era el


coronel Juan Antonio Alvarez de Arenales, desde junio, y
don Gernimo Lpez, hasta el( 22 de agosto que fu nombra-
do el coronel Manuel Ramos, y, por fallecimiento de ste y
ocupacin de la plaza de Salta por el ejrcito al mando del
general Po Tristn y Moscoso (arequipeo), dependiente del
general Jos Manuel de Goyeneche (tambin arequipeo) don
Jos E. Tirado.
En el mismo mes (agosto), el gobierno haba mandado
I
34 ANTONIO ZIXAY

extraer y conducir, a la ciudad de Tucuniii, todas las alha-


jas de oro y plata pertenecientes a la catedral y conventos
de Salta, y cuando sndico procurador crey oportuno su-
el
plicar, parla maj'or seguridadde esos intereses, que, al ha-
cerse la extraccin, se ordenase a los prelados hicieran la
entrega previo el ms proCijo inventario y con asistencia de
dos regidores, se vino en conocimiento (21 de agosto) de que
algunas de las alhajas haban ya salido de la ciudad, y otras
se hallaban acomodadas y enfardadas para el propio fin, lo
que impidi practicar el inventario y reconocimiento que se
haba pedido. En consecuencia, slo se pidi una razn de
dichas alhajas, para constancia.

1812. Coronel Manuel Ramos, gobernador electo, y por


BU faP.lecimiento acaecido en la ciudad de la Paz el 22 de
agosto, el general en jefe del ejrcito real del Per, don Jo-
s Manuel de Goyeneche y Barreda, mariscal de campo de
los reales ejrcitos, caballero del or^den de Santiago, presi-
dente de la real audiencia del Cuzco, gobernador intendente
de su provincia, etc., etc., etc., nombr gobernador intenden
te interino de la provincia al coronel Jos Mrquez de la Plata.

Evacuadaslas ciudades de Salta y Jujuy por los pa-


en agosto fueron ocupadas po^ las ti"opas realistas, al
triotas
mando del general Po Tristn y Moscoso.

1812. Don Jos E. Tirado, regidor fiel ejecutor, alcal-


de de 2. voto interino y gobernador poltico provisional, con
anuencia del coronel Agustn de Huici, que fu el/ primer
jefe del ejrcito rieal del Alto Per que, el 3 de septiembre,
tom posesin de la plaza de Salta.
El mismo da de la ocupacin, el cabildo acord, que,
debiendo estar prximo el arribo a la ciudad de Salta del
mayor general en jefe del ejrcito real o de su subalterno el
marqus del Valle de Tojo, se tuviese presente el recibimien-
to que segn uso y costumbre deba hacrsele.

1812. Coronel Jos Mrquez ele la Plaia, nombrado in-


terino el 11 de septiembre por el general Goyeneche y Ba-
rreda, a nombre del rey de Espaa, y como general de su
ejrcito reconquistador de estas Provincias, con residencia
en la ciudad de Jujuy.
Cuando ste march a sofocar la insurfreccin de Cocha-
HISTORIA DE LOS GOBERXADORES DE LAS PROVIXCIAS ARGENTINAS S5

bamba, dispuso que el general Po Tristn avanzase sobre


Salta con un ejrcito de 3.500 hombres. En efecto, Tristn
se apoder de aquella ciudad (3 de septiembre) logrando or-
ganizar el cabildo y arreglar el gobierno paia continuar la
marcha en proteccin de su vanguardia, ailf mando de los co-
roneles A. de Huiei y Llano, que haba avanzado; y en vir-
tud tambin de ord^u de Goyeneche, para que avanzase so-
bre Tucumn.

Con la prdida de la batalla de Tucumn, el 24 de sep-


tiembre, se desvanecieron sus proyectos, empi^endiendo su re-
tirada, no sin ser hostilizada su retaguardia por las fuerzas
victoriosas de Belgrano.
El general del ejrcito de vanguardia realista, don Pi
de Tristn y Moscoso, considerjando ai seor Mrquez de la
Plata legtimamente constituido en el empleo de gobernadoi
intendente de la provincia, desde que, subvertida la capitai
de ella en la circunstancias de su arribo, el juramento que
haba prestado ante el ayuntamiento de la fiel y g.enerosa
ciudad de Jujuy, deba sufragar todos los defectos necesarios
en derecho, dispuso su reconocimiento en el ejrcito de su
mando, y' que, publicndose por bando (20 de octubre) se to-
mase razn del ttulo en los libros capitales y cajas reales.
Desde luego, leordenaba procurar, en uso de sus facul-
tades, el restablecimientodel buen orden y armona de las
cosas pblicas, dictando procedencias conducentes a la segu-
ridad, quietud y concordia de sus naturales, a la abundancia
de los abastos, la buena calidad de las especies vendibles y
al castigo de los vagos y delincuentes, que distraj'ndose de
sus tiles ocupaciones, procuran peipetuar la confusin en
que envolvieron los insurgentes [patriotas) estos pueblos.
Y al efecto, le recomendaba la inmediata regeneracin del
Ayuntamiento, eligiendo los individuos de que deba comjx)-
nerse entre las personas que se hubiesen distinguido por su
inalterable adhesin al soberano, y por su conducta; mandan-
do cesar luego en el ejrcito de las funciones pblicas a todos
los capitulares electos y autorizados por el gobierno revolu-
eionario, sin perjuicio del examen y discusin que deba ha-
oerse de la conducta que cada uno de ellos hubiese observado
en las ltimas ocurrencias; pues era absolutamente necesa-
rio que el gobierno por s mismo deposite la parte de autori-
dad que por las leyes le eorresponde en personas de su con-
36 ANTONIO ZINNY

fianza, que la desempeen con fidelidad, para no tocar en lui


inconvenientes que haban resultado de la tolerancia anterior.
Con el fin de retirar el ganado de las estancias y parajes
expuestos a las incursiones y hostilidades de los patriotas,
trasladndolo a otros ms cmodos y seguros, de modo que
el pueblo y el ejrcito realista no careciese de eKos en ningu-
na circunstancia, lel gobei'nador Mrquez de la Plata re-^omen-
d (27 de octubre) al cabildo eli^^iese los sujetos ms celosos,
activos y de conocimiento que desempearan esa importante
comisin; llevando nota de las que sacasen de cada estancia,
con expresin de su nmero, clase, marca y dueo, y diesen
a los interesados los correspondientes resguardos, con que po-
der repetir. Ka .restitucin de la especie su valor; dando al
gobernador aviso de los sujetos comisionados al objeto, y el
lugar ms a propsito para el acantonamiento y reunin del
ganado.
Necesitando el general Tristn proveer de muas al ejr-
cito real de Per, ^para facilitar sus trasportes, por pronto-
recurso, determin remitir a disposicin del general Goyene-
che hasta el nmero de 2000, cuyo acopio recomend ^1 cuida-
do de don Gregorio Ibarbalz para el lefecto, se dirigi (30
:

de octubre) al gobeiinador, para que de acuerdo con e' cabildo,


la propusiesen dos sujetos que intervinieran con el escribano,
en la separacin de las que se destinaron a este objeto, expre-
sando su nmero y marcas y dando a los interesados los res-
guardos que justificaran sus derechos. Igual formalidad de-
ba ejecutarse con las extracciones que se hicieran del terri-
torio de Jujuy.
En cumplimiento de orden del general Belgrano, los
patriotas haban sacado de la ciudad de Salta las mazas, ro-
pajes y estandarte real en su consecuencia, el gobernador
;

Mrquez de la Plata orden (11 de enero de 1813), la cons-


truccin de dos mazas de plata, ropajes de damasco y dems
adherentes pa.ra vestimenta de los raaceros.
Habiendo recibido, por conducto del virrey del Per la
constitucin poltica decretada y sancionada por las cortes
y regencia del reino, el gobernador, de acuerdo con el ayunta-
miento, fij el da 30 de enero (1813) para su publicacin
solemne en los parajes ms pblicos, previo anuncio al pueblo
por bando par'a que adornasen las icalles, iluminndose por-
tres noches, y para que todos los estantes y habitantes con-
niSTOKIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVir^CIAS ARGENTINAS 37

curriesen a oira leer y a prestar el juramento que prescriba


el real decreto de 18 de marzo de 1812.
En su cumplimiento, la maana del citado 30 de enero,
colocado el cuerpo capituil'ar y el gobernado>i^ en un magnfico
tablado en la plaza mayor, en concurso de mucho pueblo, se
ley y public en alta voz la constitucin poltica de la mo-
narqua espaola de 18 de marzo de 1812.
El da 31 se celebr misa solemne en accin de gracias
leyndose la constitucin antes del ofertorio, y concluida, el
den celebrante, de capa de coro, se acerc a una mesa dis-
pueS/ta en el presbiterio, con los santos evangelios, y jur
bajo la forma prescripta hizo lo mismo el gobernador, y ste
:

recibi juramento al clero, vecindario, ayuntamiento, al pro-


visor y gobernador del Obispado (por cautividad del Obispo
Videla), cabildo eclesistico, comunidades de San Francisco,
M6i"iced y Beln y a todos los emp/Jeados en seguida se cant
;

el Te Deum, con lo que se concluy el acto.


Al coronel Mrquez de la Plata le sucedi el coronel
Fernandez Campero, a principios de febrero de 1813.

1812 Don Juwn Antmvio Alvar ez d.e Arenales, gober-


nador interino, nombrado por el flden regular ai 28 de sep-
tiembre, en cuyo da a las cinco de la maana logr la ciudad
de Salta sacudir el yugo de las armas que la dominaban,
asaltondo el cuartel y centinelas de su guarnicin.
A los pocos das, volvi la ciudad de Salta a ser ocupada
por las fuerzas realistas al mando del general P. Tristn.

1813. Coronel Joft Fernndez Campero, marqus de


Yavi y del Valle de Tojo, bajo las rdenes del general Pi
Tristn hasta el 20 de febrero de 1813, que tuvo lugar la
batalla de Castaares, a 2 leguas de Salta, ganada por el
general Belgrano y su 2.\ el coronel Eustaquio Daz Vlez,
habiendo el ejrcito realista, previa capitulacin, rendido sus
armas, artillera y banderas al ejrcito de la patria a las diez
de la maana del siguiente da de la victoria, 21.
Por la capitulacin se permiti al ejrcito enemigo con-
servar la guarnicin de Jujuy.
Teniendo noticia e'J general Belgrano, al llegar con su
ejrcito a la lagunilla, que el general Tristn, que ocupaba la
capital deba salir a su encuentro x>or el camino real del Por
ezuelo, donde tena ya colocada su vangua,r|dia, se dirigi
38 ANTOXIO ZINNY

de la Lagunilla a lia Quebrada de Chachapoya, presentndo-


se, sin ser sentido, en el campo de Castaares, a retaguardia
del enemigo. Esa quebrada, que tiene el cerro de Castaares,
conserva hasta hoy el nombre de Chachapoya; y derrotado
el ejrcito del general Tristn en aquella memorable batalla,
el Real de Lima con fa brigada de aiUillera ocup la falda
del cerro de San Bernardo, sostenindose all heroicamente,
hasta que, vindose rodeado, se rindi aceptando la capitula-
cin que el general Belgrano concedi a Tristn y que no me-
reci la aprobacin general.

1813. General Manuel Belgrano, gobernador y capitn


general de las provincias que libertase, y como tal, de la de
Salta, desde el 21 de febrero hasta el 13 de marzo.
En el propio lugar donde se celebr la batalla, se co-
loc, como seal, una cruz de madera y al pi de esta una
tablilla con la inscripcin siguiente memorable da 20 de
:

FEBRERO DE 1813, EN CASTAARES:


He uqu el sepuhro don-
de yacen vencidos y vencedores".
Los ingleses residentes en Buenos Aires levantaron una
suscripcin, que ascendi a la cantidad de 1113 pesos a favor
de las viudas de los que murieron en aquella accin. El que
ms obl fu don Roberto Billinghurst
100 pesos.
Porla capitulacin acordada en ;l^a Tablada de Salta, el
20 de febrero de 1813, el ejrcito del Per haba de salir d
la plaza a las diez de la maana del siguiente da 21, con
todos los honores de guerra, quedando las tropas al mando del
general Belgrano en la posicin que a la sazn ocupaban. A
las tres cuadras haban de ilendir las armas, entregndose
con 'Cuenta y razn, como igualmente la artillera y municio
nes; que el general, los jefes y dems oficiales haban de pres-
tar juramento de no volver a tomar las armas, as como por
todos los soldados los ejrcito, a quienes el general Belgrano
eonoeda el que pudiesen restituirse a sus casas que, al con-
;

venir ste en restituir los oficiales y soldados prisioneros que


haba en la plaza y territorio que se evacuaba, peda que el
general Tristn por su parte estimulase a su general en jefe,
Goyeneche, para el canje de los prisioneros hechos en las
diferentes acciones de guerra, desde la del Desaguadero in-
clusive; que haban de ser respetadas las propiedades, tanto
de los individuos del ejrcito eomo de los vecinos, sin que se
molestase a nadie por sus opiniones polticas; que los caudaes
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 39

pblicos haban de quedar en tesorera bajo cuenta y razn


presentada por los ministros de hacienda; que el cuerpo de
tropa que se hallaba en Jujuy se haba de retirar sin causar
perjuicio alguno en su trnsito al interior, llevando sus armas.
Esta capitulacin fu firmada en la Tabeada de Salta
a 20 de febrero de 1813 por Maimel Belgrano y Felipe de
la aera, y ratificada en la noche del mismo da 20 por ei ge-
neral Po de Tristn, y por los jefes Indalecio Gmez de So-
casa, Pablo de Astete, Joa Mrquez de la piata, ManiLel de
Ochoa, Francisco de Paula Gonzlez, Jtian Toms Hoscoso,
Buenaventura de la Roca. Jos Santos, Francisco de Noriega,
Francisco Cavero y Antonio Vargas.
Los vencedores de Salta fueron declarados, por la asamblea
general, en su sesin el 5 de marzo (1813), benemritos en
alto grado y condecorados con escudo de orio los oficiales, ds
plata los sargentos y de pao los soldados, como premios mili-
tares; los cuales haban de tener iDor geroglfico una espada
y un morrin en el centro, y alrededor de la orla esta inscrip-
cin La patria a los, vencedores en Salta y en su sesin del
: :

siguiente da 6, decret la erieocin de un monumento cerca


de Salta en el campo de batalla, en honor de aquella memo-
rable victoria, facultando al mismo tiempo al P. E. para ha-
cer los gastos necesarios al complemento de las funciones
pblicas que ste indicara. Ali general Belgrano, en premio
de sus servicios, aquella soberana corporacin decret (8 de
marzo) se le diese un sable con guarniciones de oto, grabn-
dose en la hoja la inscripcin siguiente: La Asamblea Cons-
tituyente al Benemrito General Belgrano, y a ms se le
hiciese la donacin de- la cantidad de 40.000 pesos sealados
en valor de fincas pertenecientes al Estado. Esa suma fu
destinada por el general Belgrano a la creacin de cuatro
escuelas pblicas de primeras letras, en que se ensease a
leer y escribii' la aritmtica, la doctrina cristiana, la grama-
tica castellana y los primeros rudimentos de los derechos y
obligaciones del hombre en sociedad. Esas escueas deban
establecerse en las cuatros ciudades de Tarija, Jujuy, Tucu-
mn y Santiago del Estero, (que carecan de un establ'eci-
miento de esa clase, y an de los arbitrios para realizarlo),
bajo un bellsimo reglamento, dictado poi^ el mismo Belgrano
y muy digno de l, que, desde Jujuy pas al gobierno y que
dirigi, el 25 de mayo a los respectivos cabildos.
Para la mejor y ms pronta ejecucin de los establec-
AXTONIO ZIXNY

mientos proy^ectados por Be(grano, el gobierno general ofineci


(27 de abril) pagar rdito anual del 5 o|o desde la fecha de
la donacin (8 de marzo).
La espada, que en las batallas de Tueumn y Salta llev
Belgrano, fu regalada al general Martn Gemes, despus
del triunfo alcanzado en esta ltima ciudad, y a la muerte
de ste, sus herederos Ik obs'equiaron al gen&rlal R-udecindo
Alvarado, cuya hija y nica heredera la envi al gobierno
nacional, habiendo encargado a don Manuel Antonio Pea
pusiese aquella reliquia histrica en manos de la primera
autoridad de la nacin, en cuyo poder se halla.
En cuanto a las banderas (1) tomadas en aquella me-
morable batalla, se orden (14 de marzo) fuesen depositadas
dos de lellas en el sagrario de la catedral de Buenos Aires,
remitindose la otra al convento de la Merced de Tueumn.
Por lo que respecta a los defensores de la libertad que
finaron en la memorable batalla de Castaares se llen pura
con ellos el deber religioso, celebrndose (13 de mayo) exe-
quias con oracin fnebre en lia Iglesia de San Francisco,
con asistencias de los miembros del cabildo priesididos por
Belgrano. Y
estando ste para pasar a la ciudad de Jujuy
resolvi en la misma fecha que durante la ausencia del go-
bernador intentendente de la provincia, el gobierno poltico
de Salta y todo su distrito quedase a cargo del alcalde ordi
nario de 1^^ voto, y en su defecto al de 2", y que el mayor
general del ejrcito de su mando, don Eustaquio Daz Vlez.
obtuviera el mando militar, con facultad de entender en todo
lo concerniente al gobierno, direccin y economa de dicho
ejrcito.

A de aquella memorable accin (23 de febre-


los tres das
ro) general Belgrano orden que el cabildo entrase en
el
sus funciones, reunindose inmediatamente los individuos de
l, y que, convocando los que a la sazn formaban el cabildo

constitucional, se apoderasen de los papeles y dems docu-


mentos concernientes, tomndoles cuenta y razn de los ramos
de su resorte.
Formaban el cabildo los seores Juan Alvar,ez de Arena
les, Gernm^o Lpez, Calixto Snnsetcnea, Juan Manuel Quiraz,

(l) L,a liandera, que enarbol por primera vez el general Belgrano.
est actualmente (1882) depositada en la iglesia matriz de Jujuy en una
urna de cristal.
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVIXCIAo AnCENTMAS 4 I

Fruciuoso Fi(jucroa, Mufco Jimcno, Juan A. Alvarado


Isidoro de Matorras, escribano. Y reunidos en la sala capi-
[it'.kv, el da 24, presididos por el general Belgraaio, recibi

ste juramiento de reconaeimiento a la autoridad soberana,


representada en la asamblea constituyente de las Provincias
Unidas del Ro de la Plata. En seguida, Belgrano escribi
de su puo y letra, lo que sigue: "Aqu concluye la domina
cin de los Ti\r\anos de las Provincias Unidas del Ro de la
Plata, que fu.cron vencidos el 20 del corriente; y rincbieron
sus armas, hateras y banderas a\\ Ejrcito de la Patria el 21
a las 10 de la maana, de resultas de Kaiser pedido miseri-
cordia. Salta, 24 de Febrero de 1813. maxuel belgra-
NO."
Este caso se celebr luego con Te-Deum en la catedral,
repiques generales y salvas iluminacin de la ciudad por
tres das.

Satisfechas as las aspiraciones del patriota con la bata-


lla de Salta, Be'^-rano dimiti el ttulo de gobernador y ca-
pitn general de provincia que le haba sido conferido por la
Junta de Buenos Aires sin embargo, los pueblos no aceptaron
;

la dimisin y continuaron designndole siempre con el mis-


mo ttulo.

En gobierno del coronel Allende, se haba ordenado


el
(5 de enero de 1811) l'a construccin de una baria para fa^ci-

litar el trnsito del Ro Pasaje (ahora del Juramento), y


la compostura del camino de postas de la jurisdiccin hasta
el Ro Tala, y en 23 de noviembre del mismo se haba orde-
nado igualmente que el ramo de propios se invirtiese en las
obras pbJicas siguientes :en el trabajo anual de los ros
Silleta y Arcos, construccin y repaso de la Recova, cons-
truccin del Puente del Pasaje CJuramento), para el cual
se compraron en Buenos Aires tres .cables, cuyo costo fu de
1176 pesos y 2 reales.
Postemormente, en 1813, para facilitar el trasporte del
ejrcito patriota en elRo del Juramento (antes del Pasaje)
el general Belgrano mand .construir otra barca de que no
le fu necesario hacer uso, y en e'J deseo de darle un destino

benfico al Estado la cedi (1." de marzo) a beneficio de la


ciudad de Salta, con la condicin de que no exigiera cosa
alguna por el trasporte de 'o que fuera perteneciente al Es-
tado, pero s imponer a los particulares, que se sirviesen de
42 AXTOXIO ZIXNY

ella m\ derecho moderado para los gastes de su conserva-


riii y el sobrante a favor de los fondos municipales.

1813
Doctor Ejthan Agustn Gascn, presidente,
gobernador poltico y militar, nombrado el 9 de marzo, hasta
el 13.

1813
Don Hermenegildo G. Hoyos, alcalde de 1^ vo-
to,gobernador poltico y general Eustaquio diaz velez, go-
bernador militar, desde el 13 de marzo que fueron nombra-
dos por el general Belgrano, en ausencia del gobernador in-
tendente de I^a pr'^'-dncia.

1813 Caronel Doctor Feliciano Antonio Chiclana,


noftibrado por el Supremo Poder Ejecutivo de la capital el
13 de noviembre de 1812, para luego que Salta fuese evacua-
da por los enemigos que la ocupaban.
Desempe el cargo hasta el 26 octubre (1813) que fu
relevado por el teniente coronel Francisco Fernndez de la
Cruz,
Chiclana haba sido auditor de guerra de la expedicin
a las provincias del interior (1810), gobernador interino d
Potos (1810), presidente del primer triunvirato (1811) y
despus de su gobierno de Salta, comisario proveedor de v-
veres y caballos para el ejrcito del Per (1814).
La verdadera causa de haber cesado en el gobierno de
Salta fu no haber sabido granjearse las simpatas del pue
blo; lejos de eso, se enajen la benevolencia de los habitantes
por su mal entendido entusiasmo por la causa de la patria.

Las dos banderas enemigas remitidas de Buenos Aires,


por el supremo poder ejecutivo aili gobernador Chiclana fue-
ron (8 de agosto) colocadas a los pies de la Seora de las
Mercedes en su iglesia de la ciudad de Salta, con toda la so
lemnidad y aparato ^correspondiente al triunfo de las armas
de la patria, a costa de la municipalidad.
Los documentos inditos que a continuacin trascribimos,
copiados del Archivo General de la Provincia de Buenos Aires
por el benemrito generaiJ Gernimo Espejo, a cuya bondad
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGEXTTN-AS 43

los debemos, a la A'ez que harn conocer a uno de los autores


de la msica para el Himno Nacional Argentino el padre
fray Mariano Sabater (espaol) a quien el gobernador Chi-
clana haba encomendado su composicin, el lector se instruir
de igual modo de cmo era entonces gobernada, no slo la
provincia de Salta, sino tambin las dems.
Los referidos documentos son 1. Representacin del pa-
:

dne fray Mariano Sabater, quejndose, ante ei general Bel-


grano, del gobernador Chiclana, de quien aqul fuera desaten-
dido por el solo hecho de ser europeo, y acompaando dos
intimaciones del cabildo de Salta, que exiga despticamente
servicios que no le era posible prestar; 2. Oficio del general
Belgrano elevando a la Superioridad la expresada representa-
cin, deplorando el triste estado de las provin.eias, donde no
exista lia seguridad individual, desde el principio de la re-
volucin "por la mala conducta de sus mandones", y temien-
do se generalice el federantismo, de que los pueblos no haban
de hacer un uso conveniente, y 3. del supremo poder eje-
cutivo, que dio motivo a la renuncia del doctor Chiclana.
He aqu los documentos a que se hace referencia:

Representacin del padre Saiater, uno de los autores de la m-


sica para el Himno Nacional argentino.


Excmo. Seor. No dejo de ignorar que en la poca y es-
tacin presente deje de haber) trabajos, y aun con ms razn en-
tre aquellos pobres que carecen de todo valimiento, porque la
pobreza siempre ha sido mal mirada en todos tiempos.
Hasta ahora haba vivido persuadido, en que la soberana
Junta haba expedido una real cdula diciendo que siempre que
hubiese algn europeo, que no se opusiese ni en pro ni en con-
tra de la patria, no se deba tener por sospechoso, sino que .se
le deba mirar como hijo de dicha patria. Desde luego, a mi me
ha salido a lo contrario (el caso es ste). Habindome mandado
el seor gobernador de plaza de Salta, don Feliciano Chicla
la
na, la marcha nueva nacional, que sali de la imprenta en la
funcin del 25 de mayo, que, con todo empeo, procurase com
ponerla por msica desde luego la puse cuanto antes en obra,
;

como lo ver V. E. escrita en estas 18 cuartillas de papel, que


incluyo dentro de la carta de V. E., procur con esmero saliese
alguna cosa regular, que no dejar V, E. de examinarla antes
que se cante. En este tiempo me pas carta de oficio el cabildo
44 A^TO^IO Z1N?(T

secular de Salta, dieijidouie pasase en la escuela de la juven-


tud, a ensearles las canciones de la patria, como ver V. E. en
la carta X." 1. Desde luego mand la resjjuesta bajo del tenor
siguiente:

"(^uedo enterado en lo que usted me dice en su
carta de oficio, fecha 19 del corriente, y en su contestacin di-
go, que actualmente estoy empleado, por orden del seor gober-
nador de esta plaza, en componer la marcha nacional, que en
cuanto acabe de ella, pasar en los ratos que tuA'iese desocupa-
dos, fuera de aquel tiempo que empleaba en el trabajo para

mantenerme". Me parece que V. E. no encontrar nota algu-
na en esta respuesta. Al da siguiente volvieron a mandarme
otra, como ver V. E. en la carta N. 2, y a dicho oficio no con-
test, supuesto que el gobierno me tena ocupado ; y como ya
tena por concluir la composicin de dicha marcha, pens asis-
tir a la escuela concluida que fuere. No ignora V. E. que necesi-
ta contraccin una composicin de msica, y por lo mismo, qui-
se primero concluirla. No se pasaron dos das cuando recib
hi orden del seor gobernador que dentro de cinco das marcha,
se desterrado para la ciudad de Tucumn, y habindome pre-
sentado al otro da, y habindole suplicado .se dignase decirme
cules eran los motivos i^ara semejante destierro, supuesto que
por orden de su seora estaba empleado en componer la mar
cha nacional, me respondi sonrindose de que no haba ms
motivo que el ser europeo, y que, desde luego, ni ahora, ni en
ningn tiempo tendra apelacin en su gobierno. No se pasaron
tres horas cuando recib nueva orden, que inmediatamente me
aprontase para marchar, supuesto que iba a salir una tropa de
carretas con carga para la ciudad de Tucumn, obligndome
pagase diez pesos por mi transporte, que a no ser por don Fran.
cisco Aroz y los seores Alvarado, que m3 costearon el viaje,
me hubiese visto precisado a caminar a pie, conforme estaba la
orden dada, y por ms ignominia, bajo custodia de cuatro indi-
viduos de la patria, como si fuese algn reo de lesa maje.stad.
ltimamente he tenido la orden del seor mariscal Beruti,
gobernador de esta ciudad, para que pasase inmediatamente a
Santiago hice presente un memorial acerca de las enfermeda-
;

des que padezco, que no ignora V. E., veremos a ver lo que Dii^
dispone, y nos conformaremos en su divina voluntad.
No por eso dejo de perder las esperanzas que, por parte
de V. E. deje de mandarme un indulto general, para que por
medio de este indulto me A'ea libre de tan amargo purgatorio:
las prdidas que he tenido en la salida de este destierro son in-
numeralles, tanto en ropa como en otros utensilios, pluguiera

HISTORIA DE LOS GOBERXADORES DE LAS PROVINCIAS ARGEXTIXAS 45

que la bondad de V. E. me hiciese abonar alguna gratificacin,


para remediar las necesidades de este tiemi^o entre aquellos mis-
mos sujetos que son la causa de mi destierro. Dios guarde a
V. E. muchos aos.
Tueumn, 24 de agosto de 1813. Fr. Ma-
riano Sabater. Excmo. seor don Manuel Belgrano Prez, ma-
riscal de la Patria,
N." 1. De acuerdo con el ilustre a3'untamiento de esta ca-
pital, prevengo a ^^ P. que desde el dia de maana, 20 del co-
rriente, pase a la escuela de primeras letras a instruir a la ju-
ventud en las cauciones patriticas siendo de cuenta del maes-
;

tro entregar a V. P. la correspondiente letra, j)reviniendo as


mismo que cualquiera omisin que se note en el particular se

tendr por un defecto culpable. Dios guarde a \ P. muchos

.

aos. {Salta, julio 19 de 1813. Serapwn Jos de Arteaga.


Al padre fray Mariano Sabater.
N." 2. Sin embargo, de cuanto me dice V. P. en su oficio
de fecha 20 del corriente, prevengo por segunda y ltima vez,
que, si desde el da de maana no cumple con el contexto de mi
anterior oficio, instruyendo a la juventud en las canciones pa-
triticas, se tomarn todas las providencias conducentes, a fin
de que el nombre de este cabildo, con c^ue anunci a V. P., no

quede en descubierto, y espero contestacin. Dios guarde a V.
P. muchos aos. Salta, julio 21 de 1813. Serapin Jos de

Arteaga. Al padre fray Mariano Sabater. Es copia. Doc-
tor Anchorena.

Oficio del general Belgrano

Excmo. Seor. Acompao a V. E., en copia, la represen-


aeiii que me ha dirigido desde el Tueumn
el padre fray Ma-
riano Sabater, quejndose de la injusticia con que ha procedi-
do el gobernador de Salta, en desterrarlo de aquella ciudad, sin
hacerle saber su delito, ni darle audiencia, cerrndole las puer-
tas a toda vindicacin.
Sobre este acontecimiento, me dice el gobernador del obis-
pado, doctor don Jos Alonso Zavala, en carta confidencial de
30 del prximo pasado, lo que sigue:

"Al padre Sabater le he
mandado librar 75 pesos que deveng j)or su servicio en esta
catedral, en el tiempo que desempe la sochantra. Hacen 15
o 20 das que camin para Santiago del Estero, confinado por
este gobierno, cuya orden con trmino de seis horas obedeci
ciegamente; ignoro absolutamente los motivos que hayan dado
mrito a tal castigo, pues el gobernador no me ha hablado una
^6 ANTONIO ZINNY

palabra sobre el asunto. Mucho he sentido esta cosa, porque a


ms de no haber odo algo que le perjudique, ya extrao su fal-
ta en la catedral, donde era muy til y asistente. A tiempo que
me dispona para encargarle la enseanza de seis jvenes, que
fuesen con el tiempo tiles a la iglesia en la msica y el coro, ha
sucedido esta imprevista novedad. En n, mi nimo es guardar
una perfecta armona, porque conozco que las actuales circuns-
tancias as lo exigen imperiosamente pero yo quisiera tener el
;

indecible placer de hablar a V. S. una hora solamente de silla


a silla, le descubrira mi corazn.
Las anteriores indicaciones y la satisfaccin que me asiste
de la sinceridad de su autor, me hacen temer que el gobernador
haya procedido con alguna violencia. Pero sea lo que fuere de la
legalidad y justicia de su conducta, no puedo menos de represen-
tar a V. E., que mientras los jefes de provincia no sean muy
escrupulosos en respetar la seguridad individual de sus habi-
tantes y ciegos por la justicia, caiga en quien cayere, sin obrar
con prevencin, no se tranquilizarn los pueblos, no tendr cr-
dito nuestro gobierno, no merecer aceptacin nuestra causa, y
lo que es peor, los pueblos se irn posesionando, como ya suce-
de en el da, de una idea general de federantismo, de la que no
sabrn hacer el uso que corresponda aun cuando sea til, por
no proceder del deseo del bien comn, sino de la exasperacin
que han concebido e irn concibiendo por la mala conducta de
los mandones, pues las obras del resentimiento jams llevan or-
den, ni reconocen un trmino moderado. Est V. E. firmemente
persuadid que las discordias interiores de los pueblos no nacen
solamente de los enemigos de la causa, sino de la impericia
de los jefes, que no son para contener a muchos hombres ma-
los que abundan en todas parte, y que, tomando la mscara
de patriotas, no aspiaian sino a su negocio particu'.lar y a des-
plegar sus pasiones ^contra quienes suponen enemigos del sis-
tema acaso con injusticia, porque desprecian su conducta
artificiosa y rastrera; y as es que, en los pueblos por donde
he pasado, desde que tom el mando del ejrcito, no ha habido
el menor desorden durante mi permanencia, porque he obrado
con esta cautela, y he castigado indistintamente al que he
encontrado delincuente. Es necesario, pues, que V. E. se dig-
ne reencargar a los gobernadores la observancia de estos prin-
'Cpios, y otros que no se ocultan a cualquier hombre de me-
diana razn, pues nada se hace con derramar' la sangre ame-
ricana por la Mbertad de estas Provincias, con declamar so-
bre la necesidad ce la unin de todo? los habitantes, si los en-
HISTORIA DE LOS GOBERTADORES DE LAS PRO\'I^rciAS ARGENTIXAS 47

cargados de autoridad piblica, eu todos los pueblos, no


la
poneu su conducta y los sentimientos de su corazn en con-
cordancia con las palabras, y si unos destruyen por una parte
al paso que otros edifican por otra, a costa de los mayores
desvelos y sacrificios. Dios guarde a V. E. muichos aos.
Potos, 10 de septiembre de 1813. Excmo. Seor. Manuel
Belgrano. Excmo. Supremo Poder Ejecutivo.

Acuerdo del Gobierno

Buenos Aires, octubre 10 de 1813.

Acsese recibo, y pdase informe al gobernador inten-


dente de Salta, insinundole^ que el decreto de seguridad
individual no est suspenso en las Frbvincias, como sucede
en la capital por expresa resolucin de la soberana asamblea
por circunstancias particulares en que se halla y esta l-
:

tima prevencin se circular a las Provincias despus y a


ms tiempo.
1813. El Cahildo, presidido por el capitn Rudecindo
Alvaeado.
A
pesar de la viva resistencia del ejrcito independiente
a las rdenes de Belgrano, sufri un contraste en Vilcapu
gio (30 de octubre) y una completa derrota (14 de noviem-
bre) en Ayoliuma, Alto Per, por el realista, al mando de
Pezuela, cayendo el Alto Per, y an Tari ja y Salta eu po-
der del enemigo. El general Pezuela, a la cabeza de su ejr-
cito, entr (21 de noviembre) en la ciudad de Potos, en
persecucin del patriota.

1813. Teniente coironel Francisco Fernndez de la Cruz,


nombrado interino, el 26 de octubre,por renuncia impuesta
del coronel Chielana, designado como vocal del P. E. nacio-
nal (cargo que no lleg a ejercer) y en propiedad, desde el
29 de noviembre (1813), hasta el 10 de marzo de 1814, que
habiendo sido promm-ido a mayor general del ejrcito au-
xiliar de las provincias interioires, fu relevado por el

1814. Coronen, Bernal} Araoz, nombrado, el 10 de mar-


zo, gobernador intendente, y tuvo por asesor al doctor Lau-
rencio Justiniano Villegas por nombramiento que en l hi-
ciera el gobierno de Buenos Aires, el 10 de mayo de 1813
.jS ANTONIO /INNY

liisla el 2.') de alKl .sig-uieiile (lue le reemplaz el .'iudadano


Serapio Jos de Arteaga, com(! asesor del gobierno intenc^encia.
Despus de los desastres de Vileapugio y Ayohunia que-
d pendiente la felicidad de la patria de la deeisin de los
sltenos, que bajo la denominacin de gauchos, no qued uno
que dejase de alistarsie en el nmero de soldados voluntarios,
dispuestos a hacer la guerra, sin ms armas que sus propios
brazos. Con el fin de preparar auxilios y facilitar toda elase
de diecursos al ejrcito, el cabildo, en sesin del 29 de octu-
bre de 1814, acord se cobrase el dos por ciento de todos
aquellos comerciantes, que, no siendo vecinos, introdujesen
para su expendio toda clases de efectos, y vendiesen por ma-
yor o menor, y de los introductores no vecinos se exigiese de
la yerba y azcar cuatro rea'ies por tercio, y a la coca cua-
tro .reales por tambor.
Por intermedio del gobernador Araoz, el cabildo dirigi
al director Posadas una solicitud para que se recogiesen los
pagars otorgados a favor de los europeos vecinos de Salta,
a quienes se haba exigido el prstamo forzoso en 1813 y .se
endosasen a favor de las famias patriotas que se hallaran
en indigencia, bajo er fundamento de que el enemigo ven-
diera sus bienes, con la mayor crueldad, para reintegrar a
aqu los las cantidades exhibidas. El director pidi el dicta-
men del Consejo de Estado, quien lo dio en los trminos si-
guientes :

"El Con.siejo se hace cargo de los males que el
ejrcito enemigo causara a los patriotas bajo el pretexto de
que a los peninsulares jams se les pagaba el emprstito foi<-
zoso, demostrndose su conducta ms criminal, cuando a pe-
sar de los apuros del erario se ha pagado puntualmente el
emprstito y recibe como dinero los pagars. B'J Consejo te-
me, al tomar las medidas que han de mejorar la suerte de
aquellas vctimas desgraciadas, envolver al Estado entero en
mayo-iles infortunios. Que los inconvenientes que ofrece la so-
licitud del cabildo de Salta, son: 1. que no est justificado
si el enemigo hizo su exaccin por solo el motivo expresado
si la hizo extensiva a los espao'les, o si satisfizo con el pro-
ducto los desembolsos anteriores, por lo que sera injusto des-
pojarles de su propiedad, la provincia sufrira un nuevo gol-
pe igual al primero en la ruina de las familias patricias que
reconocen jefes europeos. 2." Que estos nuevos males no me-
joraran la suerte de las familias, pues el endose de los pa-
gars, que se han de recibir en las tesoreras como dinero,
niSTORTA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARC.ETI.VA8 49

adems de que uo cubrira Ja prdida total, de uada' les po-


da servir, y slo .causara un semillero de pleitos po' la
malicia de los prestamistas, y desorden en el giro y oficinas,
3." Que la prctica del proyecto traera disensiones, por no
poderse reponer los perjuicios de todas las familias, que han
sido saqueadas, maltratadas y reducidas a la indigencia por
el enemigo en la ciudad y la campaa; que sera el descr-
dito de los jueces en comisin; y que no debe hacerse en las
familias de Salta una di>tribucin a que tienen igual dere-
cho las de los dems pueblos; que no hay erario cine pueda
sufragar las prdidas de esta lucha, y por eso ha cerrado su
puerta a las reclamaciones de esta naturaleza, que consumi-
ran los fondos que han de servir para seguir la guerra. 4."
Que no se puede imitar la ferocidad y brutalidad del enemi-
g-o, especialmente en nuestro territorio. En virtud de estas
consideraciones, cree el Consejo que no puede hacerse lugar
al arbitrio piiopuesto por el cabildo de Salta. Que la justicia
y prudencia exigen que V. E., manifestndose sensible a las
desgracias, adopte medidas generales que puedan aliviar a
todas las clases y propenda a que recobren los bienes exis-
tentes y conocidos que por violentas providencias del enemi-
go hayan pasado injustamente a otras manos, sin perjuicio
de que el cabildo medite y proponga cuanto sea eapaz de
beneficiar a los desgraciados sin queja de la justicia y bien
general del Estado".
Conformndose el directoi< con el precedente dictamen
decret como sigue: '"Comuniqese en contestacin al gober-
nador intendente de Salta para que lio trascriba al cabildo
de aquella ciudad". (Legajo de la Secretara de Gobierno
en el Archivo d,c Buenos Aires).

1814. Coronel Jos Anionino Fernndez Cornejo, inte-


rino, hasta noviembre.
La .ciudad de Salta se hallaba ocupada por los .realistas,
hasta octubre, que fu desalojada.
De acuerdo con el decreto (8 de octubre) del director
P-osadas, fijando las ciudades que haban de formar la Pro-
vincia de Salta, se nombr sli g'obernador intendente en la
persona deTi

1814.
General Hilarin de la Quintana, desd el 14 de
noviembre, despus de haber ejercido igual cargo en Tucu-
50 ANTONIO ZINNT

man, cuya independencia provincial tuvo la gloria de man-


dar celebrar con toda pompa (26 de octubre). (Vase Pro-
vincia de Twcumn).
Fu su asesor el mismo Arteaga, ya citado.
En marzo de 1815, renunci el gobierno porque no con-
taba con las simpatas de todo el pueblo, a causa de no ser
natural de Salta.
Antes de Megar a esta ciudad, Quintana fu instruido,
en secreto, por el correo Escaleras, hallarse Salta en agita-
cin a consecuencia" de su nombramiento y que los vecinos
estaban decididos a no recibirle. Quintana, que no haba pen-
sado tomar posesin del gobierno, resentido de tal desaire,
vari de resolucin determinndose a efectuar su recibimien-
to. Dej los emigrados que con l iban, en Lobos, a distancia
de 9 leguas de la ciudad, y se dirigi a sta solo con dos or-
denanzas, hasta a casa del gobernador interino Fernndez
Cornejo. All oy zuzurrar las voces de queja, por no haber
recado el nombramiento en un salteo ;
pero las sofoc di-
ciendo que a l no tocaba ms que obedecer y hacer cumplir
las rdenes que aleciba, como hijo de obediencia que era.
Alojado en casa de su amigo don Francisco Gurruchaga,
recibi Quintana la visita de los capitulares y de otros veci-
nos respetables, quienes le preguntaron cundo determinaba
recibirse, habiendo ste contestado que lo hara a Has ocho
de la maana siguiente, como lo verific en efecto. En el'
juramento se le aadan algunas clusulas no contenidas en
la frmula de estilo, las que Quintana rechaz, jurando en
la misma foalma que lo haba hecho en Tucumn, al recibirse
de la entonces tenencia de gobierno. Terminada esta ceremo^-
nia, invit a I'os concurrentes a un almuerzo que les tena
preparado en el cual les refiri la relacin del citado correo
Escalera, y habiendo llenado la aspiracin que ellos mismos
haban producido en l, no le era ya apetecible el gobierno por
lo que lo renunciaba retirndose al ejrcito. El general Ron-
deau y muchos jefes le instaron a que volviese a. Salta, don-
de, decan, sus servicios eran de mucho inters. Nada consi-
guieron, pero e&eribieron al cabildo de la ciudad, el cual le
llam con tanto empeo, que al fin se decidi a continuar en
el gobierno hasta la fecha antes indicada.
Durante el corto tiempo de tres meses y das que Quin-
tana ejerciera el mando de la provincia, auxili al ejrcito
con ms de 45.000 pesos, con los ganados suficientes para su
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS AUOENTINAS 5

subsistencia y con losi caballos y muas necesarios levanto ;

algunas .contribuciones, forzosas unas y voluntarias otras;


mand hacer vestuarios con los paos que pudo encontrar
en Salta^ remitiendo al ejrcito pantalones, chaquetas, go-
rros y camisas que las damas salteas cosieron sin inters ali-
guno, y tan decentes que sirvieron an para los oficiales; en
una palabra auxili al ejrcito de Rondeau con cuanto es-
tuvo a isus alcances, tanto duilante su gobierno de Tucumn
como del de Salta.

1814. Dmh Pedro Alurralde, gobernador poltico interi-


no,por ausencia de Quintana, y alcalde partidario de il>a Her-
mandad, desde fines de 1814 hasta el 6 de marzo de 1815.

1815. El Cabildo, bajo la presidencia de don Miguel


Francisco Araoz, por renuncia de Quintana, desde el 6 de
marzo hasta el 6 de mayo.

1815. Coronel Martin Miguel de Gemes, nombnado po'-


pularmente el 6 de mayo hasta el 24 del mismo mes de 1821,
en que, por disposicin deill Cabildo "qued depuesto para
siempre para quedar sacudidos d,e su ahoniinaMe yug.o".
Don Toribio Tedin fu su secretario en la primera po-
ca de su administracin.
Despus de la accin del Puesto del Marqus de Yavi,
(12 de abril), Gemes, comandante entonces, ,se retir con
sus milicias (gauchos) ariiiebatando el armamento que haba
quedado en el parque del lejrcito de Jujuy, y se dirigi a
Salta, donde se hizo elegir gobernador.
Esta eleccin, aunque hecha aparentemente por el cabil-
do, segn se ver ms adeKante, fu una usurpacin violenta
de la regla establecida, pues, hasta 1820, el nombramiento
de los gobernadores de provincia emanaba de la primera au-
toridad nacional iriesidente en Buenos Aires. No obstante,
Gemes fu recibido len su gobierno por el general Rondeau,
con todos los desertores que 1 haba patrocinado, habiendo
aumentado su armamento con lo que pudo tomar en la cam-
paa.
La eleccin de Gemes se hizo como se va a referir.

En vista de la gran reunin de pueblb cerca de la sala


eapitulaiT, lel ayuntamiento se congreg (6 de mayo), para
52 ANTONIO ZINNT

tratar el asunto que motivaba tal aglomeracin de gente. El


procurador general doctor Pedro A. Velzquez, a nombre del
pueblo, represent que ste peda se nombra^rc un goberna-
dor mientras quedaba establecido uu gobierno fijo y perma-
nente de la satisfaccin y consentimiento de kis Provincias
Unidas. El Cabildo, pon conducto del mismo procurador, ex-
hibi al pueblo los pliegos e impresos que aqul acababa de
recibir del de Buenos Aires, para que, impuesto de todo lo
que contenan acerca del supremo gobierno provisorio esta-
blecido, en las personas del brigadier Eondeau y coronel^ Ig-
nacio Alvarez en calidad de suplente, a consecuencia de la
revolucin de Fontezuelas (15 de abril), se difiriese su so-
licitud y se tratase primerb de tomar el consentimiento libre
del mimo pueblo acerca de tos puntos que contenan las ci-
tadas circulares impresas. Mas, como el pueblo insistiese en
que, a pesar de todo, se procediera a la eleccin de goberna-
dor, manifestando su deseo de que ella se practicase en el
acto y sin la menor demora, el cabildo procedi a verificarlo
sufragando cada uno de los vecino? con el' orden posible, y
iilesult casi por una general votacin el coronel Gemes, a
quien por peticin del mismo pueblo se le puso en posesin
en el mismo acto, previo el juramento de estilo, que se lo
recibi el alcalde de 1er. voto don Miguel' Francisco Araoz.
Lo mismo se practic eon el doctor don Pedro A-. Velzquez,
nombrado teniente asesor por dicho gobernador, de con-
sentimiento y aclamacin del pueblo. Firmaron el acta lo>
siguientes: Martn Gemes, Miguel Francisco Araoz, Gasp.ir
Castellanos, Alejo Arias, Jos Mariano SanmiUan y Figm-
roa, Juan de la Cruz Monge y Ortega, Juan Manuel Gem-
Inocencio T orino, ngel Lpez, Pedro A. Velzquez, F:
J. Molina, Escribano.
Solicitada por el cabildo de Buenos Aires la libre y es-
pontnea ratificacin de as Provincias Unidas sobre el nom-
bramiento del supremo gobie'rio provisorio hecho por el ex-
presado cabildo y por el pueblo de Buenos Aires, que reca-
y en el general en jefe del ejrcito auxiliar, brigadier don
Jos Rondeau, y en el coronel don Ignacio Alvarez, de su-
plente, mientras el primero terminaba la expedicin a que
se ha;":ilaba destinado, el ayuntamiento de Salta convoc al
pueblo para el da 10 de mayo por bando en los tres cuar-
teles, para nombrar, en cada uno, tres diputados que presta-
sen o denegasen su consentimiento. Hecho el e-crutinio, re-
HISTORIA DE LOS GOBERXADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 53

multaron nombrados, eu el cuartel, el cannigo doctor


1er.
Juan Ignacio Gorriti, Jus G. Figueroa y el presb-
dO'Ctor
tero Florencio Torino, bajo la presidenoia del doctor Juan
M. Ortega en el 2." el doctor Andrs Pacheco, don Guiller-
:

mo Ormaechea y don Mariano Boedo, bajo la presidencia de


don Juan M. Gemes: y en el 3., doctor Pedro A. Yelz-
quez, doctor Marcos Salom Zorrilla y don Teodoro Lpez,
bajo la de don Inocencio Torino, quienes, presididos del go-
bernador Gemes, iratifisaron el gobierno provisorio nombra-
do por el cabildo y pueblo de Bueno? Aires, publicndose por
bando y dirigiendo oficios congratulatorios al citado cabildo,
general Rondeau, coronel Alvarez y a los cabildos de Mon-
tevideo, Crdoba, Mendoza, Tucumn y Paraguay, como igual-
mente a los de Charcas, Potos, Cochabamba y La Paz.
El 11 de diciembre, la asamblea electoral, compuesta de
los seores Jos Alonso de Zavala, doctor Jos G. Figueroa,
doctoi" Manueil' de Ulloa, presbtero Florenc-io Torino, Juan
M. Gemes, doctor Jos Redhead, Franci'co Guzman, Fli.K
Delgado, Pablo de la Torre, Gernimo Lpez, doctor Maria-
no Boedo, Francisco Yelarde y Juan Manuel Quiroz, proce-
di a la eleccin de diputados, para el congreso general que
iba a instalarse en la ciudad de Tucumn, y resultaron nom-
brados cannicamente el coronel Jos Moldes, doctoir' Jos
Ignacio Gorriti y doctor Mariano Boedo. Y el 15 de mayo
de 1816 todo Salta, incluyendo sus autoridades civiles, mili-
tares y eclesisticas, prest juramento de obediencia al con-
greso de Tucumn, as como al reconocimiento del supremo
director Pueyrredn, nombrado por dicho congieso, con arre-
glo a la frmula pasada por ste; habindolo prestado el go-
bernador en manos del alcalde de primer voto, que lo era don
Juan M. Quiroz, y sucesivamente las dems autoridades ecle-
sisticas y civiles, 'corporaciones y vecindarios, recibido por
dicho gobernador. Entre los individuos juramentados se ha-
llaban los siguientes: Facundo Zuvira, Severo V. de A\a-
rado, procurador general, fray Serapio de la Cuesta, presi-
dente, fray Manufil Nazar, guandin, fray Mariano, de Jess,
ngel M. Zerda y Juan Bautista Bustos, el clebre autor
de Arequito, origen de la anarqua del ao 20, de la disolu-
cin del mismo congreso y directorio que jurara y de la gue
rra civil que dur 31 aos largos.
El 7 de diciembre (1816) se celebr y piMoclam solem-
nemente, en la ciudad de Salta la jura de la independencia

(
54 ANTONIO ZTXNY

de Sud Amrica de toda dominacin extranjera, habindolo


practicado desde el gobernador hasta el ltimo ciudadano. En
este acto no figura el nombre del famoso general Bustos.
El 1." de enero del ao siguiente (1817), el general La
Serna, a la cabeza de un ejrcito de 7.000 hombres y secun-
dado por acreditados jefes, invadi la pilovincia, y, despus
de haber experimentado en su ejrcito numerosas bajas por
la poderosa y valiente resistencia que Gemes le opusiera, en-
tr en la ciudad de Salta (22 de abril), hasta que, con la
noticia de haber San Martn franqueado victoriosamente los
Andes y arrollado al general Manc del Pont, emprendi (15
de mayo) su retirada .con la mayor precipitacin, siempre
vigorosamente hostilizado por los gauchos de Gemes. Este,
en persona, tuvo que marchar (6 de diciembre) al ejrcito
de vanguardia en operaciones; disponiendo, en su consecuen-
cia, que, durante su ausencia, quedase el mando poltico en
el alcalde de primeri voto, don Santiago Lpez, y el militar
de la plaza en el teniente coronel don Jos M. Labora.
Como el gobierno J general Gemes y su dominacin
de la importante provincia de Salta, de que era parte inte-
grante la de Jujuy, abraza un perodo de seis ao.*, creemos
pertinente trascribir en este lugar, tomada de un manuscrito
de la poca, una inteilesante relacin, en que, un testigo de-
talla los acontecimientos que, durante aqul, tuvieron lugar.
Dicho manuscrito es como sigue :

"He sido testigo de la ferocidad y malicia que han aso-


lado la provincia de Salta, desde el ao 15, que cay en ma-
nos de Gemes,
"Giiemes-, alentado por el atrevimiento propio de su
idiotismo, se erigi el arbitro de la provincia el ao 15, y
el coronel doctor Jos I. Gorriti, por su conformidad de ideas
con l, apareci hecho diputado al congreso, despus de 25
aos que ocultaba su ignorancia en los bosques de los Hor-
cones, absolutamente desconocido de los hombres. Ambos ene-
migos implllacables de la concordia y organizacin de la na-
cin; se retir el uno del congreso al monte, de donde haba
salido, y el otro sigui haciendo la guerra al ejrcito, a las
leyes, a las propiedades, a la moral, al honor de las familias
y a Ja religin, bajo el pretexto de hacerla al enemigo comn,
a quien l procui'laba conservar, porque era su punto de apo-
yo para toda maniobra y para todo evento. Los vecinos de
caudal, crdito o luces eran perseguidos y robados, sin ex-
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTrXAS 55

cepcin la emisin de moneda falsa, hecha por l, produca


:

en aquella provincia y las vecinas las consecuencias que le


son propias la introduccin al Fer de cabalgaduras roba-
:

das deba cruzar los progM/esos de general San Martn y fa-


cilitar los ataques a la provincia, necesarios para oprimirla
y robarla as sucedi, y todo continu, durante el gobierno
:

directorial y congresal, sin que esta administracin hubiese


podido o querido remediarilo. Disuelta ella, para continuar
el plan de embarazar una organizacin y el imperio de la
ley, sie pusieron en accin todos los. agentes subalternos, se
fingieron conspiraciones, S;e retob a los hombres en cuero y
se llenaron las mazmorras del campo de vctimas destinadas
al furor del tirano, titulado poiri s mismo, general de un
ejrcito, en cuya disolucin 'haba trabajado 'Con todas sus
fuerzas. Entonces, una porcin de comerciantes y gentes de
todas &^-lases, amontonados en aquellas cuevas de ladrones,
aherrojados y atormentados de diversos modos con insulto
de la humanidad, eran robados sin figura de proceso, y en
fin, los pueblos y la campaa, abandonados al saqueo, al ase-
sinato, a la venganza particular y a todo gnario de crme-
nes, aereditaban el reinado de Genies y Gorriti.
Desolada Salta, nada ofreca ya al robo, y era necesario
dirigirse sobre Tucumn por estar a mano y provisto. En
efecto, a pretexto de atacar al enemigo comn, se amonton
en Humahuaca a una porcin de miserables engaados. Pa-
ra mantenerlos all, se acab de despojar la provincia entera
de granos, ganado y cabalgaduras; pero, al mismo tiempo,
se les dejaba precisados a mantenerse con carne de burro,
para que desesperados de hambre, a su tiempo no repug-
nasen dirigirse contra sus hermanos del Tucumn. En estas
circunstancias ascendi Gorriti, de consejero a Gobernador,
instituido por las altas facultades del intruso general; se ca-
lific de enemigos de la independencia del pas, segn cos-
tumbre, a todo el Tucumn se prometi a los gauchos enri-
:

quecerlos con los ganados y dineros de este pas; y todo as


dispuesto, se decamp repentinamente de Humahuaca, aban-
donando la provincia a los insultos del ejrcito enemigo, y
se march sobre ^el Tucumn, Es preciso cerrar los ojos so-
bwe esta guerra; pero ella fu proporcionada a los principios
que la impulsaron, y su xito exactamente correspondiente.
Hubo all cuatro partidas denominadas salteadoras cuya ni-
ca instruccin era: "Vaya Vd, rohe y mate". El ltimo re-
^6 AXTOXIO ZINNY

sultado fu que se perdi todo el armameuto, muuiciaries y


gente; y Salta, indefensa, deba caer sin recurso en mano>
de Olaeta.
"La provincia, pues, sin gobierno, redueida al nii^mo
desorden que una casa de y amenazadas de su ltimo
locos
externniniO; mir come a energmenos a sus dos cmitres;
pues Gemes lo aniquilaba 'codo, y a Gorrid nc se le oan
sino expresiones que manifestaban su anhelo de derribar ca-
bezas.Por estO;Salta y Jujuy, con sus campaas, se formaron
en masa y los depusieron por actas solemnes celebriadas en sus
respectivos cabildos el 24 de mayo de 1821, luego que por la
derrota que sufrieron en Tucumn creyeron verse en estado de
poder respigar de la opresin en que los tenan. Gorriti, enton-
ces, se retir a sus bosques, bajo palabra de no mezclarse en
nada, que no cumi:)li. A los pocos das, cay Gemes de los
montes inmediatos del Tucumn con algunos facinerosos y to-
dos los prisioneros del ejrcito espaol, armados; ahuyent al
pueblo casi indefenso y a los gauchos, y entreg la ciudad al
saqueo.
"Los prisioneros armados y provistos del botn, deban
atraer a su general Olaeta, que se hallaba en las inmediacio-
nes de Jujuy. En efecto, se uni inmediatamente a ellos; se
apoder de Salta y del ltimo resto de armas que quedaban,
y entonces una bala casual acert al tirano en el lugar de los
traidores, que lo hizo ir a morir en los montes. Su gente y el
seor Gorriti huyeron en dispersin.
"En este estado de disolucin y ruina absoluta, con la
ciudad en poder del enemigo, es que don Antonino Cornejo
tuvo bastante coraje para reunir a costa de sus bienes los frag-
mentos dispersos de la campaa, a fin de librar su pas del l-
timo trance. Tambin los vecinos fugados a Tucumn, etc.,
con don Saturnino Saravia (que haba sido nombrado gober-
nador), tuvieron la virtud de empear simultneos y ejempla-
res esfuerzos de patriotismo para proveer de municiones, ca-
balladas y dems necesario a desalojar al enemigo y organizar
un gobierno representativo en medio del desorden e impoten-
cia de una provincia destruida; efectos lamentables de cinco
aos de un gobierno sostenido por una administracin que ha
puesto a todas las provincias al borde del precipicio. Luego
ajust don Antonino con Olaeta una suspensin, o armisti-
cio, bajo la condicin de retirarse a las inmed' aciones de Tu-
ju}^; verificado esto, se form una junta de diputados de toda
la provincia, que se instal a principios de agosto. Ella san-
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 57

cion un reglamento provisorio que rigiese, mientras llegaba


el caso de reunirse un congreso general. Nombr un goberna-
dor, que era digno del empleo, y justificaba la intencin de su
eleccin, que lo fu el mismo Cornejo; instituyndose un go-
bierno representativo con la divisin de poderes que corres-
ponde. Esto manifiesta que el pas es capaz de lo bueno,
y que
los desrdenes y desgracias slo provienen de la oposicin que
hace un cierto nmero de hombres, con fines depravados.
"Olaeta observaba esta delicada operacin, en medio
de las grandes fatigas que le causaban los imponderables y
honrados gauchos de Jujuy, al mando de don Agustn Dvila,
que lo circulaban y hostilizaban de todos modos, hasta sacar-
le los soldados del infcMo de su campamento, tenindolo en
continua alarma, a p- -ar de su connivencia con el anterior te-
niente gobernador Corte. Pero l abandon en fuga el territo-
rio, cuando vio que la obra se haba verificado con aclamacin,
armona y entusiasmo pblico, y sin otro tropiezo que un pe-
queo tumulto tramado por el d'putado don Pablo de la To-
rre, por no haber recado la eleccin de gobernador en Gorri-
ti, que no produjo otro efecto que el de desmascarar a su au-

tor. Un nuevo orden lo dispona todo al restablecimiento de


la justicia en todos sus ramos y a la regeneracin y seguridad
del pas. Sus habitantes creyeron verse ya libres de la devas-
tacin y vandalaje que los haba consumido hasta entonces.
este objeto, se levant un cuerpo de 200 dragones; pero se-
ducidos stos por los secuaces del finado Gemes y reunidos
a algunos facinerosos y ladrones que hacan su squito acau-
dillados por un oficial Cardozo, se arrojaron la noche del 22
de septiembre (1822) a destruirlo todo en sus mismos princi-
pios. Saquearon la ciudad, asesinaron al mayor de la plaza
Labora, y el gobernador Cornejo tuvo que buscar su seguri-
dad en la fuga, mientras saquearon su casa y cometieron to-
da especie de violencias. ETos proclamaron gobernador a Go-
rriti, y provisionalmente a La Torre, que logr reducir a la
junta a la mayor opresin e inmediata disolucin, a pesar de
los esfuerzos que nuevamente hizo Cornejo para restablecer el
orden legal y las autoridades emanadas del pueblo.
"Este modo de apoderarse del poder a viva fuerza, y por
medio de revoluciones tan criminales y contra la opinin ge-
neral del pueblo que lo detesta, y el sostenerse con slo el apo-
yo de un grupo de bandidos acostumbrados a vivir de la ra-
p''a y el desorden, acreditan las verdaderas intenciones de
Gorriti, y su capacidad de hacer feliz el pas y especialmente
;
58 A>^TONIO ZINXY

justifican la sinceridad de esta narracin, pues no puede ser


bueno el gobierno que se establece sobre la usurpacin y la
fuerza. Sin embargo, otra razn poderosa es el establecimiento
de ese sistema feudal inventado por Gemes; pues tiene la
provincia dividida en distritos militares, cada uno a cargo de
un jefe, que, por la mayor parte, han .sido desertores o malhe-
chores, y que respectivamente son tan absolutos en su feudo,
como un pequeo soberano".
No obstante la precedente relacin, ms o menos apasio-
nada, en vista de los importantes servicios que los hijos de
Salta prestaran a la causa de la patria, en la poca ms dif-
cil de lucha por la independencia, el gobierno central, justo
apreciador del mrito, expidi (28 de noviembre de 1817) el
decreto que sigue
"Sin embargo de las dems gracias y condecoraciones con
que esta superioridad piensa perpetuar la memoria de los va-
lientes defensores de la libertad en la provincia de Salta, cuyos
distinguidos sacrificios merecen la gratitud de sus conciuda-
danos, he tenido a bien en prueba del aprecio y consideracio-
nes debidas a tan heroicos esfuerzos, conceder, como concedo,
al jefe principal, (Gemes), comandantes, oficiales y tropa de
la citada provincia, una medalla de premio en la forma si-
guiente el primero lo usar de oro, figurando una estrella de
:

seis brazos, con esta inscripcin en la circunferencia de donde


nacen aqullos Al mrito en Salta, y en su centro
: : Ao de
1817. Los segundos la llevarn con los brazos de oro y el cen-
tro de plata, pendiente a una cinta celeste en el pecho, y los
ltimos un escudo de pao blanco sobre el brazo izquierdo con
la misma inscripcin de letras celestes, exceptuando los sar-
gentos y cabos que la debern traer de hilo de oro, los prime-
ros, y de plata los segundos."
En enero de 1818, Gemes reasumi el mando y el 20 del
mismo mes convoc al ayuntamiento y congregados bajo su
presidencia los individuos que lo componan, hizo presente los
males que de necesidad deban sobrevenir a la mayora y a la
causa nacional, si no se buscaban arbitrios capaces de sostener
una vanguardia imponente a los enemigos, en circunstancias
que la provincia haba agotado todos sus recursos, en las repe-
tidas veces que por s sola los rechaz; y peda se diesen ins-
trucciones, para que los diputados nombrados, teniente coro-
nel Calixto Gauna y sargento mayor Gaspar Lpez se aperso-
nasen con la brevedad que exiga la triste y dolorosa situacin
de la capital de Salta, ante el general en jefe .del ejrcito au-
HISTOBIA DE LOS GOBEBNADOBES DE LAS FR0VINCIA3 ABGENTINAS 59

siliar del Per,y le representasen los apuros de la provincia,


por su total escasez de medios y artculos necesarios, sin los
cuales no se podra lograr ventaja alguna sobre el enemigo, ni
aun poner a salvo las personas de los habitantes de la misma,
quienes con tanto desinters y energa haban sacrificado sus
\das y haciendas, hasta llegar a tocar las puertas de la mi-
seria.
El reglamento provisorio expedido por el soberano con-
greso en 3 de diciembre de 1817 y mandado observar por el
P. E. de las Provincias Unidas de Sud Amrica fu mandado
publicar por bando el 5 de abril (1818) por el gobernador
Gemes, ordenando se dijese en la catedral misa de gracias con
Te Deum, con asistencia de las corporaciones eclesisticas y
seculares, con repiques y salvas de artillera.
Con igual, no mayor soleminidad, se celebr el 25 de ma-
si
yo de 1819, e!juramento de la Constitucin, despus de ha-
berse mandado publicar el da antes por el mismo gobernador.
Por el decreto del director Posadas (8 de octubre de 1814),
ya citado, disponiendo la divisin del gobierno de Salta, la
ereccin del de Tucumn y la demarcacin de lmites, se desig-
naba al de Salta el Partido de Santa Mara; en su consecuen-
cia, el cabildo gobernador presidido por don Miguel Francis-
co Aroz, en su calidad de alcalde de primer voto, haba nom-
brado el 7 de enero de 1815 a don Pedro Alurralde, alcalde
partidario, para este ltim,- ao citado. Desde la ereccin de
la nueva provincia de Tucumn, que pretenda incorporar el
pueblo de Santa Mara y su jurisdiccin a su territorio, qued
pendiente el recurso ante el gobierno central. El gobernador
Gemes, en virtud del derecho que el referido decreto de Po-
sadas acordaba a la provincia de Salta sobre el pueblo de San-
ta Mara y su jurisdiccin, acord con el cabildo, (18 de ju-
nio de 1819) dirigirse al director Kondeau, pidiendo declara-
toria; como igualmente, promover y activar ante el mismo di-
rector la instancia acerca de la propiedad de la Estancia de
Guazn. El derecho de esta propiedad a favor de la provincia
de Salta y no a la del ramo de Temporalidades, qued proba-
do hasta la e^adencia, en copia de un informe que el ministro
contador haba pasado en aos anteriores al mismo gobernador
Gemes. Los originales comprobantes y autos seguidos en di-
versos tiempos fueron entregados al camarista, a la sazn go-
bernador de Crdoba, doctor Manuel Antonio Castro, corrobo-
rado por un oficio de contestacin, pasado por ste, en que ase-
o ANTONIO ZINNY

guraba tener todos los documentos originales presentados en


la Supremaca del Estado.
El Hospital de San Andrs, fundado por el obispo Hos-
coso (1), fu de gran utilidad para los enfermos del ejrcito
que en l eran asistidos, en 1812, por el padre belermita fray
Mariano de Jesiis. El vecindario proporcion entonces 250 ca-
mas. Por fallecimiento de aquel benemrito fraile, el hospital
qued, en enero de 1819, por orden del cabildo, a cargo del
padre fray Jos Antonio de la Asuncin, as como la botica,
librera y dems enseres. Su primer reglamento fu aprobado
el 11 de agosto del mismo ao (1819).
A la aproximacin de los realistas, a las rdenes del gene-
ral Ramrez Orozco, el gobernador Gemes sali a campaa,
en abril de 1820, quedando el gobierno a cargo del cabildo,
hasta el 5 de julio, que, evacuando la ciudad de Salta por
aqullos, reasumi el mando.
El mismo dia, (5 de julio), Gemes convoc a cabildo ex-
traordinario, con asistencia de los presidentes de todas las
corporaciones y de los vocales que se encontraban en la ciu-
dad, por no haber an regresado los ms de los puntos de su
emigracin, y expuso: "que no le quedaban ja en lo posible
sacrificios que inmolar en aras de su amor propio que su en- ;

tusiasmo haba llegado al ltimo de sus quilates, cuando en la


reciente invasin del tirano pudo superar un pliego de incon-
venientes, que d'ficultaban como a porfa la salvacin de la pa-
tria; que, provista por su celo la amagadora borrasca, haba
anticipado el anuncio a los pueblos federados, in-vtndo^os al
combate, o que concurriesen al menos con la prestacin de au-
xilios de que ya careca ste, despus del grandioso tiempo en
que luchara slo l que, sin embargo, de que no pudo ser au-
;

xiliado oportunamente, consigui, aunque a costa del extermi-


nio de sus provincia, el escarmiento de los tiranos. que gra- . .

duaba un hecho de necesidad formacin de un congreso, con


la
sola la facultad de conocer en la guerra, sin mezclarse en otros
ramos de una administracin nacional que el primer deber de
;

este cuerpo fuese nombrar un jefe que ejecute sus sanciones,

(1) El limo, obispo don Angrel Mariano Hoscoso, pastor digno, por sus vir-
tudes, de los tiempos apostlicos, visitaba personalmente, a pesar de la dbil
complexin, hasta los ms humildes aduares, habiendo merecido que el supre-
mo consejo de Indias le propusiese -por ejemplo a los dems prelados de Am-
rica, expendidas las rentas de su mitra en fundaciones tiles que hermanan con
estrecho lazo la religin y la causa pblica. Falleci en Crdoba el 3 de octubr
de 1804, cumpliendo los 92 aos de una gloriosa carrera, llevando en pos de si
las sentidas lgrimas de toda su dicesis.
mSiOUTA DE LOS GOBERNADORES DE LAS TROVINCLVS AKGEMTUv'Afi 6l

extraiga soldados de las provincias cou los recursos necesarios


para su respectivo sostn, y nombre un general que forme de
este modo un ejrcito capaz de atacar al enemigo, en el nme-
ro que, entonces tena (4.000 hombres), o de concluir al me-
nos con sus restos, etc., etc., etc."
Aunque Gemes se consideraba suficientemente autorizado
para nombrar un gobernador sustituto durante su ausencia,
como general en jefe del ejrcito de observacin, solicit y ob-
tuvo permiso para nombrar, como nombr, el 16 de diciembre,
al coronel doctor Jos Ignacio Gorriti.
Sin embargo, el general Gemes no volvi a ocupar el go-
bierno, como se ver por lo que sigue.
El proyecto de la reunin de un congreso en Catamarca,
promovido por Gemes, mereci la ms entusiasta aceptacin
del cabildo y presidentes de las corporaciones de la capital de
Salta, a cuya consideracin fu sometido; pero no lleg a reali-
zarse a causa de la desorganizacin del pas y la guerra civil
entre Santiago y Tucumn primero, y entre esta ltima pro-
vincia y la de Salta en seguida.
El origen de la desinteligencia entre Gemes y el gober-
nador de Tucumn, don Bernab Aroz, fu el haberle ste
negado los auxilios que solicitaba para concluir con los restos
del ejrcito realista en el Alto Per. Los consejos de los sal-
teos emigrados en Tucumn, en cuyo nmero se contaba el
coronel Manuel Eduardo Arias, que militaban en el ejrcito
de Aroz, contribuyeron no poco a la oposicin de ste en eu-
xiliar a Gemes, cuya cada deseaban, as como en provocar la
guerra, que al fin estall entre ambas provincias. Cupo a Ge-
mes la mala suerte de ser derrotado, (3 de abril de 1821) en
las inmediaciones de la ciudad de Tucumn, por el ejrcito de
esta provincia, mandado por el coronel Abraham Gonzlez,
contra los de Santiago y Salta, a las rdenes de Ibarra y don
A. Heredia.
Con la noticia de este descalabro que Gemes acababa de
experimentar, el cabildo, por sugestiones de los enemigos de
aqul, que crean llegada la oportunidad de sacudir su yugo,
convoc al pueblo a son de campana, y procedi a la deposi-
cin de Gemes, el 24 de mayo de 1821, en los trminos si-
guientes: ''Por los enlaces consiguientes a la revolucin de
1810, haba gobernado el espacio de seis aos don Martn Ge-
mes, contra el torrente de la voluntad del pueblo, que gema
en su propio sHencio .'"^s incalculables males que ha sufrido.
Penetrada la Muni,cipt.lidad de los horrores que haba presen-

I
62 ANTONIO ZINNT

ciado, aventurando su existencia, por uno de aquellos golpes


enrgicos, reservados a almas grandes, levant su cabeza hu-
millada, y con rostro firme y sereno, mand convocar a todos
los vecinos y habitantes de la ciudad, haciendo la alarma de
que de terminar sus desgracias y la opresin que
lleg el da
padeca bajo el azote de un jefe endurecido con sus lstimas.
Ansioso el vecindario, acudi de tropel en su marcha, y con
lentitud en su deliberacin a la casa consistorial. All, presi-
diendo la ms pura libertad, tan solemne asamblea propuso el
cuerpo municipal, despus de haberse detenido en la lectura
de su manifiesto sobre la execrable conducta del gobernante,
que mand se archivase, para constancia, hasta la ms remota
posteridad, propuso las cuatro proposiciones siguientes, que
fueron aprobadas: 1^ cortar la injusta guerra con la heroica
provincia del Tucumn, su apreciable hermana, que tan injus-
tamente se sostena por los caprichos de un hombre solo, em-
peado en derramar y hacer correr arroyos de sangre; 2."
deposicin de don Martn Gemes de la silla de gobierno; 3.*
eleccin de un gobierno provisorio en la persona del teniente
e.oronel alcalde de primer voto, don Saturnino Saravia; y 4.*
nombramiento del coronel mavor don Antonio Fernndez Cor-
nejo, para comandante general de armas."
Gemes, a quien fu comunicada aquella resolucin, de-
clar no obedecerla, y, con los restos de sus tropas derrotadas
en la campaa de Tucumn, se present CSO de mayo de 1821)
frente a Salta, donde, al grito de Viva Gemes! se le pasaron
todoQ los escuadrones de caballera y vecinos armados que se
hallaban formados en el campo de Castaares, en actitud de
combate. Gemes entr sobre la marcha en la ciudad, que fu
saoueada por sus soldados,' principalmente las casas de comer-
cio dp los revolucionarios. m "

Ocho das despus (7 de junio) fu herido en la misma


ciudad de Salta, de donde se le condujo al campamento de sus
fuerzas, situadas en el ChamicaL a cuatro leguas al sudeste de
Salta. Dp resultas de aquella herida. Gemes falleci el 17 de
junio QS21) en el lugar llamado ''La Hie-nera" y fu sepul-
tado al da siruiente en la capilla del referido punto, Chami-
eal, (hov San Francisco). Sus restos fueron, en 1822, trasla-
dos a Salta y sepultados con gran pompa, en la catedral, de
donde, el 14 de abril de 1877, fueron nuevamente trasladados ,

al cementerio. 1

1817. Do7i Santiago Lpez y teniente coronel don Jos


HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS AIGENTINAS 6^

M. Lahora, encargados del gobierno poltico, el primero, y del


militiar el segundo,, desde el 6 de diciembre (1817) hasta ene-
ro de 1818, en ausencia de Gemes en campaa contra el ejr-
cito enemigo^ que haba invadido la provincia.

1820. El Cabildo, presidido por don Pedro P. Arias, en


su calidad de alcalde de primer voto, encargado del gobierno
poltico, durante la ausencia del propietario Gemes en cam-
paa, desde abril hasta principios de julio.
En mayo, el gobernador Gemes anunci al cabildo la
aproximacin del enemigo, en la crtica circunstancia de ha-
llarse sin un peso en la caja militar para activar la defensa
del territorio de la provincia, y como por la premura del tiem-
po toda medida de contribucin general sera infructuosa,
puesto que ya sala emigrada la mayor parte del vecindario,
se vea l en la necesidad de autorizar al cabildo, a fin de que
en el trmino de seis horas, impusiese y recaudase, por va de
suplemento, la cantidad de 6.000 pesos, garantizando el ayun-
tamiento el pago a los prestamistas con el ramo de arbitrios.
Sealadas las cuotas a los prestamistas, el cabildo comision
para su recaudacin y entrega en la caja militar, a don Teo-
doro Lpez. Durante esta operacin se recibi noticia de la in-
mediacin del enemigo, por lo que los individuos del cabildo
se vieron en la necesidad de emigrar, como lo efectuaron el 19
del mismo mes, encargando al alcalde de primer voto salvase
los libros y papeles correspondientes al mismo.
La ciudad de Salta fu ocupada por los realistas el 31 de
mayo y evacuada el 5 de julio, desde cuyo da empez a regre-
sar la emigracin.
Cada vez que la ciudad de Salta era invadida por las tro-
pas realistas, se hallaba pronta a ser abandonada; as es que
no haba en ella guardia, fuerza pblica, ni autoridades. Las
oficinas del gobierno se hallaban establecidas fuera de la ciu-
dad, en el campo del general Gemes, y todas sus fuerzas es-
taban a una legua de distancia, en direccin opuesta a la que
haba llevado el enemigo, en nmero de 600 hombres, al man-
do del coronel Jos Mara Valds, y aun los presos polticos es-
taban en el campamento.

1820.General Juan Ramrez Orozco, jefe del ejrcito


desde el 31 de mayo que ste se posesionara de la ciu-
realista,
dad de Salta, aunque invadida la provincia, incluyendo Jujuy.

\
-64 ANTONIO ZINNT

cuya ciudad haba sido ocupada el 24 del mismo mes, hasta el


5 de julio, que fu aqulla evacuada.
Invadida la provincia por la sptima vez, en mayo, por
las fuerzas realistas, el coronel doctor Jos Ignacio Gorriti lo-

gr batir y rendir la vanguardia enemiga al mando del gene-


ral Guillermo Marquiequi, salteo, obligando al ejrcito espa-
ol a evacuar la ciudad el citado da (5 de julio) y retirarse
hasta sus cuarteles de Mojo y Tupiza en el Alto Per.

1820. Coronel Doctor Jos Ignacio Gorriti, gobernador


sustituto, nombradoel 16 de diciembre por Gemes, previo
permiso del cabildo, durante su ausencia en el Alto Per, has-
ta el 24 de abril del siguiente ao, en que, al marchar al pue-
blo de Jujuy, donde a la sazn se hallaba situado el enemigo,
deposit el mando gubernativo en el cabildo, quien, en el mis-
mo da lo trasmiti al alcalde de primer voto por el tiempo
que durase la campaa.
En vista de la revolucin realizada el 24 de mayo de 1821
contra el gobernador Gemes, cuyo' delegado era, renunci el
mando de la provincia.
El cabildo y las autoridades revolucionarias del pueblo,
que le secundaban, le rogaron unnimemente "que continuase
en el gobierno, pero con autoridad emanad' del pueblo mismo,
y no del gobernador delegante." Gorriti rehus tal nombra-
miento por consideracin a la estrecha amistad que lo una al
general Gemes, retirndose tranquilo a su hogar campestre.

1821. Coronel Baturnino Saravia, alcalde de primer vo-


to, a quien el cabildo trasmiti el mando gubernativo el 24 de
abril, hasta el 24 de mayo, que por la deposicin de Gemes
fu nombrado gobernador provisorio.
Ocupada la ciudacB de Salta, el 7 de junio, por las armas
enemigas, al mando del brigadier general Pedro Antonio de
Olaeta, sorprend'endo la plaza sin ser sentido, el cabildo que-
d disuelto, fugando la mayor parte de sus miembros, incluso
e"! gobernador Saravia, hasta el 15 de julio, que qued libre la

plaza, en virtud del siguiente

TRATADO CON OLAETA


"Presidiendo a los nimos del seor comandanta general
de vanguardia del ejrcito del -Per, brigadier don Pedro An-
tonio de Olaeta, y de los jefes poltico y militar de esta pro-
HISTORIA DE LOS GOBER:XADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 65

vincia, un positivo deseo de hacer cesar o suspender los estra-


gos de la guerra, por medios conciliables con los intereses y de-
rechos de ambas partes para conseguirlo de un modo decoro-
:

so y estable, han convenido por sus diputados abajo suscriptos,


y por el presente, en continuar la suspensin de hostilidades,
en que actualmente se hallan, sobre las bases siguientes,

''Art. 1." Las fuerzas del mando del seor comandante
general de vanguardia, que actualmente ocupan esta ciudad, la
dejarn libre, igualmente que todo el territorio del cabildo de
Salta, realizando su retirada de ella, hasta un punto situado
en la campaa de Jujuy, a eleccin de dicho seor, con tal que
sea ms all de la referida ciudad, y que en ella se le propor-
cione una casa para el alojamiento de enfermos, iDermitiudo-
sele a ms comprar de ella los artculos necesarios para su sub-
sistencia.
2 El trnsito de las tropas de dicho seor comandante
general de vanguardia ser enteramente libre de toda hostili-
dad, incursin o cualquiera otra tentativa de guerra, por parte
de la fuerza de la provincia.
3." El mencionado seor comandante general garantiza

por el presente la completa libertad a todos los jefes polticos


y militares y dems ciudadanos y habitantes, tanto de esta ciu-
dad como de la de Jujuy, y sus respectivas campaas, en el
ejercicio de sus funciones y deberes, especialmente en el acto
de nombrar un gobernador propietario de esta ciudad, por el
tiempo que creyesen conveniente, conforme a las reglas e ins-
tituciones que hasta el presente han observado en tales casos.
4. Dicha eleccin deber realizarse en el trmino de 15
das, o algunos ms, si fuere necesario, contados desde que se
hubiese firmado el presente tratado.
5." Inmediatamente despus de posesionado del cargo de

gobernador electo, se reunirn en Ja ciudad de Jujuy, con la


brevedad posible, diputados nombrados por ste y el pueblo
de Jujuy, y los que otras provincias determinaren, con los que
el seor comandante, general tuviese a bien nombrar por su
parte, para que, discutiendo unidos y completamente garanti-
zados por el presente de toda libertad, seguridad y ninguna
responsabilidad por sus votos y opiniones al sagrado objeto
que se tiene indicado, se adopten por un tratado los que pare-
ciesen ms oportunos.
6. Para que la eleccin de gobernador propietario de esta
ciudad lleve el sello de libre, espontneo y sin asomo de vio-
lencia, el actual seor gobernador intendente y el comandante-
66 ANTONIO ZINNY

general con las fuerzas de su mando, se retirarn de los pun-


tos que actualmente ocupan hasta el pueblo de Chicoana, o lu-
gar que a su inmediacin creyesen conveniente, no siendo de
la parte ac de dicho pueblo, librando todas las rdenes nece-
sarias a la libre y tranquila ejecucin de lo propuesto.
Sin embargo, de lo prevenido en el artculo anterior,
7."

los jefes de la provincia ya mencionados, podrn destinar una


Tropa reglada, y en el nmero que creyesen conveniente, para
que en el momento de retirarse los que actualmente ocupan
esta ciudad, cuiden de ella, bajo las rdenes y direccin del
ayuntamiento, de la seguridad, orden, tranquilidad y aleja-
miento de todo trastorno, turbacin u otra tentativa de los es-
pritus inquietos e insubordinados.
8. Hasta la realizacin del tratado indicado, y tiempo
que debe durar el armisticio presente, podr el seor coman-
dante general de vanguardia del ejrcito del Per proporcio-
narse por contratas, con los propietarios de ganados y dems
vveres, por su justos precios, los que legtimamente fueren
necesarios para el sustento de sus tropas, por el tiempo refe-
rido.
9. Todos los prisioneros, jefes, oficiales y soldados, que
constan de las listas que se acompaan, sern canjeados y en-
tregados, respectivamente, por cada parte, en el trmino de
ocho das, contados desde la fecha, los que estuviesen a la ac-
tualidad en los lmites de la provincia; en el tercero los que
estuviesen ms inmediatos, y a la posible brevedad, los que es-
tn fuera de ella, segn las distancias a que existiesen.
10. Ningn individn ie cualquiera clase, o calidad que
sea, podr ser reconvenida-, perseguido ni molestado de mane-
ra alguna, por los sentimientos, hechos u opiniones que hubie-
pe manifestado o practicado durante la residencia de las
fuerzas del ejrcito del Per en esta ciudad, por ninguna de
las partes contratantes, ni en el tiempo presente, mientras du-
re el armisticio, y por el contrario, ambas partes le garantizan
una completa seguridad en cuanto a ello.
11. El armisticio presente no podr cesar, ni darse prin-
cipio a las hostilidades sino al trmino de tres das, contados
desde que hubiese sido entregada la notificacin a una de las
partes.
12. Durante el armisticio no se impondr contribucin,
pecho, ni donativo forzoso sobre algunos de los pueblos, a que
se extiende el presente tratado.
13. Dentro del tiempo referido, no podr el jefe de Jujuy
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 67

extender sus rdenes ms all de la Quebrada de Puramamar-


ca, ni el seor comandante Olaeta tomar providencia ofensi-
va a los habitantes de Humahuaca y sus valles.
14. Las partidas del territorio de la provincia no podrn
estorbar el libre trnsito de la correspondencia para los pue-
blos del interior, durante los das del presente armisticio.
15. Dentro de un da, contado desde esta fecha, ser ra-
tificado el presente por el seor comandante general y por los
jefes interinos de la profnela; y para su cumplimiento lo fir-
mamos en esta ciudad, a 14 de julio de 1821. Gaspar Clavel,
diputado por el seor general Olaeta. Facundo Zuvira, di-
putado por el gobernador y cabildo de Salta. Antonio Palla-
res, diputado por Jujuy. Agustn Dvila, por la comandancia
militar.

tes.
"Salta, 15 de julio de 1821. Eatificado en todas sus par-
Pedro Antonio Olaeta. Saturnino Saravia, goberna-
dor interino y presidente del ayuntamiento. Antonio F. Cor-
nejo, comandante general de la provincia.

1821. Brigadier Pedro Antonio de Olaeta, realista,


desde el 7 de junio, en que la ciudad de Salta fu ocupada por
el ejrcito enemigo.
Exasperados los habitantes de Salta, por el despotismo
con que la gobernaba Gemes, destituido ya y proscrito por
el cabildo, habiendo presentado en pblico una larga enumera-
cin de sus crmenes, que lo hacan aparecer digno de un ca-
dalso y aun de una hoguera, levantaron un acta nombrando
gobernador por seis aos al general Olaeta.
Sin embargo, no pudiendo sostenerse con su limitada fuer-
za, Olaeta tuvo que emprender, el 15 de julio, su retirada al
Per.
Libre Salta de la dominacin de Olaeta, se procedi a
nueva eleccin de gobernador, que recay en la persona del
coronel Cornejo.

1821.El Cahildo, presidido por don Gaspar Jos de


Sola, eme reasumi el poder en consecuencia de la deposicin
de Gemes. el 24 de mayo, en cuyo da fu nombrado goberna-
dor provisorio el alcalde de primer voto, coronel Saturnino
Saravia, hasta el 15 de agosto, que se eligi al general Fernn-
dez Cornejo, perteneciente al partido de los patriotas nuevos.
en contraposicin del de Gemes, que se denominaba de los
patriotas viejos.
68 ANTONIO ZINNT

1821. General Josn Antonio Fernndez Cornejo, electo


el 25 ele agosto, hasta el 22 de septiembre.
En
vista del estado de desolacin y ruina absoluta, cuan-
do ciudad estaba en poder del enemigo, Cornejo reuni a
la
su costa, los fragmentos dispersos de la campaa, con el fin de^
librar su pas. Como comandante general de la provincia, con-
curri con el ex gobernador, coronel Saravia, al ajuste del ar-
misticio con el general Olaeta, que ya conoce el lector.' ,

Verificado esto, se instal, a principios de agosto, una


junta de representantes, la cual sancion un reglamento pro-
visorio que haba de regir, mientras la provincia se reuna en
congreso general.
En la noche del 22 de septiembre fu derrotado por una
partida de montoneros, acaudillados por un oficial Cardozo,
de los que tuvo a sus rdenes el finado general Gemes, ha-
biendo perpetrado en la ciudad de Salta un horroroso saqueo,
despus de haber asesinado al mayor de plaza Labora, sin sal-
varse la misma casa del gobernador Cornejo, hasta tener ste
que fugar.
Apesar de los esfuerzos de Cornejo para restablecer el
orden legal y las autoridades emanadas del pueblo, fu, por l,
proclamado gobernador el coronel Gorriti y provisionalmente
don Pablo de La Torre, que logr disolver la junta.

Coronel Pablo de La Torre, nombrado provisional-


1821.
mente, 22 de septiembre, mientras se presentaba Gorriti a
el
tomar posesin del gobierno, hasta el .31 de diciembre.

1822. Coronel Dootor Jos Ignacio de Gorriti, proclama-


do gobernador propietario a consecuencia de la revolucin de
la noche del 22 de septiembre de 1821, pero no empu el bas-
tn del mando gubernativo sino el 1. de enero.
Fu susecretario el doctor Silvestre Icazate.
Unade las primeras medidas del gobernador Gorriti fu
la de mandar fusilar a los ladrones y saqueadores del 22 de
septiembre, aunque no a los principales.
Adopt igualmente otras medidas tendentes a .evitar la
repeticin de las frecuentes revohiciones, si bien l mismo na-
ciera de una de ellas.
En su gobierno se form (23 de marzo de 1823) una co-
misin filantrpica de vacunacin, para propagar este descu-
brimiento en toda la provincia, y siete das despus (30), se-
HISTOKIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 69

concedi permiso a dot Jos Lorenzo Olmos para abrir, por


PRIMERA vez, casa de billar al pblico.

El doctor Gorriti era amigo personal de Gemes, pero


hombre de probidad y humano. En
1823 mand celebrar pom-
pas fnebres al referido general, obligando a todos los vecinos
y corporaciones a asistir, para que, en su presencia, se dijese
un panegrico que desmintiera el juicio pronunciado por la
provincia, en 24 de mayo de iS21, ratificado por el cabildo en
1822.
El gobernador Gorriti no abus, empero, de su autoridad
y toleraba las censuras, tan amargas como imprudentes, que
hacan sus enemigos, contentndose como venganza y castigo,
con ridiculizarlos en sus conversaciones. Era el nico hombre
que pudiese enfrenar la plebe, por eso fu que la sala de repre-
sentantes no pudo menos que ratificar su eleccin, a pesar.de
componerse en su totalidad de hombres que no le eran afectos.
El dej expeditas las formaciones del cuerpo legislativo;
fij la duracin del mando en dos aos, cumpliendo los cuales
no poda ser reelegido.Fu obediente a las leyes, y pasado el
trmino legal descendi del poder, el 31 de diciembre de 1823,
para dejar el lugar al general Arenales.

1822. Coronel Apolinar Figueroa (f)

1824.General Juari Antonio Alvar ez de Arenales, desde


el de enero que se recibi del gobierno en propiedad hasta
1.

que, teniendo que salir a recorrer el territorio de la provincia,


dej de sustituto al entonces teniente coronel Jos Mara Paz,
previo nombramiento que del doctor Teodoro Snchez de Bus-
tamante hiciera para ministro secretario de gobierno.
Como ste se hallase ausente de Salta, no ocup el puesto
a que haba sido llamado, sino el 1. de octubre.
En agosto reasumi Gorriti el mando que continu ejer-
ciendo hasta marzo de 1825, por las razones que ms adelante
se indican.
Salta careca de imprenta hasta el 30 de septiembre de
1824, que, a la liberalidad del gobierno de Buenos Aires, debe
la provincia el beneficio de ella. Su primera produccin fu
La Revista de Salta, peridico mensual, redactado por el coro-
70 ANTOMO ZIXNY

lie]Jos Arenales, hijo del gobernador* Este liaba^ comisiona-


do a don Victorino Sola, para recibirse de la misma imprenta,
que haba sido de Nios Expsitos (1), regalada por Rivada-
via en su ma,yor parte. En posesin ya de la referida impren-
ta, faltaba una persona que la armase, hacindola servir en
Salta. Felizmente, el seor Sola acert a dar con la persona
de don Hilario Ascasubi, con quien celebr el siguiente con-
trato :

"Conste, como hemos contratado, por una parte don Vic-


torino Sola, como encargado para el particular por el seor
gobernador de Salta, y la otra don Hilario Ascasubi, el que el
ltimo vaya a la ciudad de Salta a armar y servir la impren-
ta propia de aquel Estado, imprimiendo todo lo que el seor
gobernador me mande hacer lo perteneciente a secretara. En
las impresiones que ocurran de particulares, la utilidad ser
propia del profesor, siendo respectivamente del cargo de am-
bos los gastos de papel, tinta etc. Tomar a ensear y hacer
,

trabajar a'l mismo tiempo para obras del gobierno y mas, tres
o ms jvenes, que el seor gobernador me entregue, sin obli-
garme a pagarles ms que el aprendizaje. Quedo obligado a
servir por el trmino de tres meses, que es el del valor de esta
contrata, desde mi llegada a Salta, debiendo para seguir o
renovarla o reformarla con el seor gobernador.
"Por parte y de cuenta del gobierno de Salta, su encar-
gado debe costearme viaje y pagarme anticipadamente tres
el
meses, a razn de veinticinco pesos mensuales, que es en lo
que hemos concertado por los que sirva; entendindose ocupa-
do en el servicio desde el da que salga de aqu, si no comete
morosidad voluntaria en el camino. Tambin se ofrece el en-
cargado a recomendar al seor gobernador de Salta la perso-
na del profesor, para que en vista del desempeo que tenga,
siendo a satisfaccin del gobierno, a esa proporcin le sea ero-
gada alguna gratificacin; en atencin al abandono que hace
de su familia y tambin para el arbitrio y modo de subsistir
en Salta. Y para constancia del contrato, firmamos dos de un
i"enor para credencial del derecho de ambos.
En Buenos Ai-
res, agosto 31 de 1824.

"(f) Victorino Soi. (f) Hilario Ascasu'bi."

(1) Los Uimos tipos que quedaran de esa clebre imprenta fueron, de
rclen riel Gobernador Ovejero, fundidos para hacer balas contra la mnto-
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS /I

Segn se dijo antes, Arenales tnvo que ausentarse, en


marzo de i825, marchando al frente de una fuerte divisin,
con el objeto de entenderse definitivamente con el general es-
paol don Pedro Antonio de Olaeta, con quien mantena
amistosas relaciones desde antes de la batalla de Ayacucho, y
proclamar la independencia en el Alto Per.
Solicit, y le fu concedida, licencia por la Legislatura
para efectuar su marcha con la divisin expedicionaria de la
provincia, de acuerdo y por invitacin del general en jefe del
ejrcito libertador, Sucre, a fin de estrechar por el frente de
Salta al del enemigo, dejando de delegado al dortor Teodoro
Snchez de Bustamante.
Esta campaa termin con la accin de Tumusla, a inme-
diaciones de Cotagaita, el 1." de abril de 1825, en la cual mu-
ri nicamente el general Olaeta y ninguno de la expedicin
libertadora, con la dispersin de las tropas y prdida de todo
el armamento, como se ver por lo que sigue.
Arenales, desde su cuartel general en Tlcara, comunica-
.ba (3 de abril de 1825) al gobernador delegado Bustamante,
ia noticia de haberse pasado a la patria el coronel Carlos Me-
dina Celi, con 400 hombres bien armados, 9 piezas de artille-
ra y 40 cargas de municiones, que el general Pedro Antonio
Olaeta tena en las inmediaciones de Eslara, y logr tomarlas
el mencionado coronel. Este, desde Cotagaita
(29 de marzo),
liizo saber al general Arenales, que, para que su honor no pa-
deciese, ni se viese manchado con la fea nota de traidor, ha-
ba escrito a su general mirase con horror el fomento de la gue-
rra y capitulase; resuelto en caso contrario a no obedecerle,
y seguir las banderas de la patria, como uno de los hijos del
Sur.
Con este feliz suceso. Arenales, desde su cuartel general
en marcha, hizo una intimacin al general Olaeta, destinan-
do cerca de su persona a su ayudante de campo, sargento ma-
yor don Jos Arenales (su hijo), para que en el trmino de
24 horas, desde que recibiese la comunicacin, suspendiera to-
do movimiento hostil contra las fuerzas de la patria a cual-
quier Estado que correspondiesen y contra los pueblos donde
resida, entrando en una honrosa capitulacin o quedase pre-
;

venido de que en adelante las armas obtendran lo que no ha-


ba podido la razn.

era del coronel Felipe Vrela, en octubre de 1867, segn se \er en su


lugar correspondiente. As vino a terminar su carrera en prosecucin ce
su principal objeto, en defensa de la libertad y de la civilizacin.
-Z ANTONIO ZINNY

Mientras esto suceda, 1 general Urdininea, que marchaba


en auxilio de Medina Celi, reciba, a las doce de la noche del
1." de abril, parte del coronel comandante principal de avan-

zadas don Domingo Triarte, que a las siete de la misma noche


haban triunfado 300 chicheos, al mando de Medina Celi,
contra 700 enemigos, en el punto de Tumusla, quedando muer-
to el general Olaeta y tomando ms de 200 prisioneros, todos
los bagajes de guerra, etc.

Con y la muerte de Olaeta se obtuvo la en-


este triunfo
tera libertad del Alto Per y concluida la obra de la Indepen-
dencia; no 'quedando entonces ms enemigo que el coronel
Jos Mara Valdez y los pocos que ste mandaba, de que muy
luego haba de dar cuenta el general del ejrcito unido liber-
tador del Per, Antonio Jos de Sucre, que ocupaba a Potos.
En consecuencia, habiendo desaparecido los motivos que fun-
daran la prohibicin del comercio de artculos de guerra y
trnsito de los ciudadanos de la provincia de Salta al Per,
el gobernador delegado Snchez de Bustamante declar (15
de abril) haber cesado las prohibiciones dictadas con motivo
de la guerra, y quedar abierto el ms franco, libre y expedito
comercio con las provincias del Per.
Acompa al general Arenales, durante esta campaa,
el doctor Jos Mariano Serrano, en clase de auditor secretario.

De regreso de su feliz campaa con el triunfo de Tumus-


la, Arenales, a principios de junio (1825) reasumi el mando
gubernativo, que tuvo que dejar nuevamente a fines de agos-
to, a causa de los asuntos de Tari ja, que hicieron necesaria su
presencia en el teatro de los sucesos, a fin de restablecer el or-
den. Para la reincorporacin de aquel territorio a Salta, trat
de instalar al gobernador electo doctor Mariano Gordaliza.
Sin embargo, el ayudante don Ciraco Daz Vlez (hijo del
doctor), encargado por la Legacin Argentina de tomar pose-
sin de aquel departamento, nterin se nombrase por el go-
bierno de la provincia la persona que haba de ejercer el man-
do en propiedad complotado con algunos habitantes de Tari-
ja, resista entregarlo, so pretexto de esperar la resolucin
del recurso de separacin de aquel territorio de la dependen-
cia de Salta.
HISTORIA DE LOS GOBERXADORES DE LAS I'KOVIXCIAS ARCEXTIXAS 73

En efecto, el 18 de agosto (1825), Arenales anunci a la


sala de representantes la necesidad en que se hallaba de tras-
ladarse personalmente a Tari ja, y, con su aprobacin, march
pocos das despus, nicamente con sus ayudantes y asistentes.
Su sola presencia en Tarija fu lo bastante para aue to-
do quedase arreglado en trminos satisfactorios, regresando
en losprimeros das de octubre. El 8 del mismo mes, solicit
el consentimiento de la Legislatura para conferir el cargo de
teniente gobernador de aquel territorio al miembro de la jun-
ta permanente y de la cmara superior de apelaciones, el ci-
tado doctor Gordaliza, quien tom posesin de su puesto, en
virtud del (nuevo) pronunciamiento del pueblo tarijeo, que
tuvo lugar el 28 de abril de 1826, declarando reincorporado
(10 de mayo) aquel territorio al de la Repblica Argentina,
bajo la inmediata jurisdiccin de la capitana general de Sal-
ta, como lo haba estado hasta julio de 1825.
Eeincorporada Tarija (10 de mayo), se orden a su ca-
bildo pasase desde luego el presupuesto de gastos de la admi-
nistracin de justicia, polica, obras pblicas y educacin, eli-
giendo, a los pocos das, sus diputados al congreso nacional
en las personas del doctor Felipe Echazii y don Domingo Ar-
ce, los cuales, el 30 de mayo, ya se hallaban en la ciudad de
Salta, a fin de proceder a su destino. Y por ley del congreso
general constituyente, de 30 de noviembre (1826), qued ele-
vada al rango de provincia la ciudad de Tarija y su territo-
rio adyacente.
Con este nuevo servicio a la causa de la patria y de la
integridad nacional. Arenales reasumi el mando gubernativo,
a fines de mayo (1826), y a los pocos das (31) hubo de esta-
llar una revolucin, encabezada por el coronel Eustaquio Mol-
des, cuyo fin era atacar el cuartel, armas y gobierno.
Descubierto a tiempo, el gobernador Arenales dispuso la
inmediata captura de Moldes, que no pudo conseguirse sino
con la muerte casual de ste, que se haba encerrado en su
casa quinta, donde se hallaba cuando le fu intimada la orden
de darse preso.
El plan de Moldes y secuaces, segn se crea, era sustraer
la provincia de Salta de la dependencia del gobierno nacional,
y formar una masa compacta en su oposicin con los dems
pueblos disidentes. Su tendencia era, adems, anarquizarlos,
para preparar el camino a los proyectos que en la Repblica
vecina de Bolivia haba formados, sobre las conmociones en-
tre los argentinos, en que srdidamente se influa.
A^'TO^IO ZIXNY

La villa de Tarija, seccin de la provincia de Salta, ha-


ba sufrido repetidos cambios en sus gobiernos, cuya circuns-
tancia hizo que la junta provincial dispusiera el abstenerse de
toda ingerencia relativa a Ja unin o separacin de su territo-
rio, hasta la ltima resolucin de las autoridades nacionales,
a quienes corresponda. Sin embargo, el pueblo tarijeo, al
fin manifest enrgicamente su constante decisin de permane-
cer unido a la Repblica Argentina, y con ese motivo nom-
br cuatro representantes al congreso nacional, a pesar de la
resolucin de ste, de suspender su incorporacin.
El desenlace pacfico de los sucesos de Tarija se debi en
gran parte a Arenales, quien consigui inspirar a los tari je-
os la mayor confianza, logrando frustrar los planes de los
dscolos, que trataban de introducir la anarqua y arrancar
un pronunciamiento forzado en favor de su incorporacin al
Alto Per.
El gobierno de la Repblica tent los medios de hacer res-
petar los derechos de la nacin argentina sobre aquel territo-
rio, mas sus esfuerzos fueron infructuosos.
Arenales haba ya informado (23 de marzo de 1826) al
ministerio de la guerra de la nacin de las maniobras secretas
del coronel O'Connor, a fin de separar a Tarija de la depen-
dencia de la Repblica, ofreciendo a los facciosos grandes pre-
mios y repartiendo despachos de coroneles a favor de los ca-
becillas, como Trigo y Mndez, en el mismo mes de marzo y
;

para cohonestar un paso tan insidioso, aquellos despachos fue-


ron expedidos con fecha 3 y 4 de febrero de 1825, sin recor-
dar que el Alto Per aun era dominado por las fuerzas del
general Olaeta, que el libertador Bolvar exista en Lima y
el general Sucre ocupaba el Desaguadero.

Debiendo proeederse a la eleccin del jefe de la provin-


cia que deba subrogar a Arenales, pidi ste a la junta pro-
vincial, en el deseo de acallar la severa crtica de injustos de-
clamadores, acordase su traslacin al punto que estimase ms
conveniente. La representacin provincial manifest no hallar
en aquella solicitud sino un arranque de demasiada delicade-
za que, si importaba una honra para el jefe que propona la
medida, no era bastante para que la junta se resolviese a adop-
tarla que la provincia se hallaba en perfecta tranquilidad, y
;
HISTORIA DE LOS GOBEENADOBES DE LAS PROVINCIAS ARGE>'TrNAB 75

SUS representantes en el goce de libertad ms completa, sin


que se observara que en sus deliberaciones tuviese el P. E. el
menor influjo. Adems, teniendo presentes los grandes incon-
venientes que ofreca la traslacin y el acabar de descubrirse
y sofocarse una conspiracin contra las autoridades, en fuer-
za de stas y otras consideraciones se decret que la sala no
hallaba conveniente la traslacin propuesta por el gobernador
Arenales a otro punto que el que a la sazn serva a sus se-
siones.

* *

En septiembre (1826), sali Arenales a visitar ambas


costas del Ro Bermejo tomar las providencias conducentes
;

a facilitar la empresa de la navegacin de aquel ro, bajo la


direccin del principal empresario de la Compaa ''Descu-
brimiento y navegacin del Bermejo" don Pablo Soria; reco-
nocer el sitio para un camino a las referidas costas y arreglar
los destacamentos de las fronteras del Gran Chaco, a fin de
preservarlas de invasiones.
Durante su ausencia en esta visita y operaciones que pro-
yectaba, dej de delegado a don Victorino Sola.

*
* *

Por ley de 9 de septiembre (1826) Arenales fu nueva-


mente encargado de continuar en el mando, con calidad de
interino, hasta la reunin de la Legislatura del siguiente ao
de 1827, en que haba de nombrarse un gobernador en pro-
piedad.
Esta ley, agregada a la de 28 de abril del mismo ao, que
dispona la suspensin de la eleccin de gobernador, conti-
nuando en el mando el mismo Arenales hasta que se verificase
aqulla, dio motivo a los revolucionarios para perturbar el
orden en la provincia.
As, (24 de enero de 1827), Arenales tuvo aviso de que
el general doctor Jos Ignacio Gorriti y don Manuel Puch se
alarmaban, en la frontera del Rosario. Con tal aviso. Arenales
tom sus medidas, empezando por mandar tocar generala y en
seguida hacer trincheras a una cuadra de la plaza, a todos
rumbos, que l mismo dirigiera.
7 ANTONIO ZINNY

Keiinidas las fuerzas del general Gorriti en nmero de


500 hombres, a que se a^^reg el comandante Lpez Matute^
las
dirigieron sus marchas sobre la provincia.
Este era el que mandaba el escuadrn de colombianos^
que 19 de diciembre de 1826 se presentara en Salta, ponin-
el
dose al abr.'go y proteccin de la Repblica Argentina, con la
protesta de rendirle sus servicios. Por los derechos de hospi-
talidad y asilo que aquellos reclamaban, el gobernador Are-
nales no pudo prescindir de prestarles acogida, y, no tenienda
destino que darles en Salta para consultar su subsistencia y
10 importante que era su envo al comandante general de la
fuerzas de Tucumn, La Madrid, en la campaa que tena
abierta contra los enemigos de la organizacin nacional, Qui-
roga, Ibarra y Bustos, resolvi marchasen a aquella provin-
cia, a tan conveniente fin, como auxilio que no haba podida
proporcionar antes el gobierno de Salta, cuya atencin se ha-
llaba embargada con la ocupacin de Mojo y Tarija por laa
tropas del Alto Per, desde el 27 de septiembre (1826), a las
rdenes del coronel O'Connor. Este reclam la entrega de los
colombianos; Ip mismo repiti el general Crdoba, pero Are-
nales contest que esperaba la resolucin del presidente de la
Repblica para darle cumplimiento.
En vista de la prdida que, en su retirada de Santiago-
del Estero, haba experimentado el valiente coronel F. Be-
doya, (paraguayo), fu despachado Matute en su auxilio pa-
ra continuar la guerra. Mas ste, cuando se encontr en el
Pozo Verde con don Manuel Puch, accedi a sus insinuaciones,
traicionando la causa que acababa de abrazar y agregando sus
fuerzas a las de'l general Gorriti, para retrogradar en co'ntra
de su protector. (1)
Por este nuevo acontecimiento. Arenales tuvo que oficiar
11 Bedoj'a a Tucumn, para que reuniendo sus fuerzas, fuese
en su auxilio, lo que verific con la brevedad que se le exiga,
ponindose en marcha con cerca de 300 hombres y dos cao-
nes. El 28 de enero (1827) llegaron las tropas de Gorriti y
empezaron el sit'o de la ciudad. A
los tres das (31 de enero),
teniendo ste noticia de que la divisin de Bedo3"a se aproxi-
maba por el camino de las Cuestas, alz el sitio y se acamp en

(1) Lpez Matute tuvo un Ij-gico fin, digno de su perfidia, segn se


r/er m? adelante.
HISTORIA DE LOS GOBEKXADOKES DE LAS PKO^IXCIAS ARGENTI?;A., ~j

punto aparente para estar en observacin, a efecto de operar


segn las circunstancias.
E'i 7 de febrero fu ocupado el pueblo de Chicoana, (u
diez leguas de Salta), por la divisin de Bedoya, la cual des-
de el Valle de Guachipas, haba estado sufriendo un fuerte
tiroteo por el escuadrn de aquel partido. En el' mismo da,
reunidas todas las fuerzas de Gorriti, sitiaron a Bedoya, ce-
rrndole todas las vas, e intimndole rendicin hasta, por
tercera vez. Este no quiso prestarse a capitular por las pro-
mesas de Arenales, de que le haba de remitir auxilios, luego
que pisase las llanuras de la provincia, pero no lo tuvo ni de
iin solo hombre, pues tampoco poda esperarlo desde que esta-
ba convulsionada toda la provincia. A la resistencia de Bedo-
ya, sigui una carga formidable, que, a pesar de haberla re-
sistido en cuadro con denuedo, fu completamente derrotada
ia divisin tucumana.
De los heroicos defensores de Chicoana, salv uno solo,
cuyo nombre sentimos no tener presente, para perpetuarlo
como glorioso recuerdo de aquel sangriento drama, fruto de
la guerra caI. Los dos jefes principales, Bedoya y Magan,
perecieron en la contienda.
El resto del da 7 lo ocup e'l general Gorriti en dar pro-
videncias con respecto a los heridos y muertos, recoleccin de
armas, entre las que se hallaron las dos piezas de artillera, y
en predisponer las divisiones para dirigirse de nuevo sobre
Salta.
El coronel Francisco Gorriti (a) Pachi Gorriti, que ha-
ba sido mandado prender por Arenales, se sublev con 500
hombres sltenos, los que fueron a engrosar las filas revolu-
cionarias de ataque sobre la capital.
El 8, los revolucionarios se acamparon a 5 leguas de la
ciudad de Salta, desde donde, por conducto de dos vecinos
respetables, el general Gorriti propuso una capitulacin re-
ducida a que Arenales dejase el mando; que se entregasen
todas las armas y artculos de guerra, y que el pueb'^o reunido
eligiese un gobernador. Esta propuesta fu dirigida a la jun-
ta provincial pero, impuesto de ella Arenales, reuni un con-
;

sejo de guerra, que se pronunci por sostenerlo a todo trance.


Las fuerzas de la plaza, en vista de las ventajas que haban
adquirido las de Gorriti, fueron de contrario sentir, en tr-
minos que muchos de los ofic'ales de las trincheras dejaban las
armas y se ocultaban, con ^o que se propag ms el desaliento.
En fuerza, pues, de esos acontecimientos, el gran mariscal
ANTONIO ZINNT

Arenales, cuyo honor haba sido atacado por la calumnia, que


lo presentaba aspirante a la perpetuidad del mando, que slo
admiti por amor al pas; de que haba dado tantas pruebas,
y salvarlo de las oscilaciones que continuamente lo amagaban,
se vio eompelido a fugar, como lo efectu esa misma noche
(del 8), asilndose en la Repblica de Bolivia. El 21, lleg a
Guadalupe, desde cuyo punto solicit y obtuvo del presidente
Sucre ms de lo que peda.
Al da siguiente (9) se reuni vecindario en la sala de
el
sesiones, y conviniendo en todos captulos propuestos,
los
procedi a la eleccin de gobernador, que, por uniformidad de
sufragios recay en el general Jos I. Gorriti.

*
*

En el gobierno de Arenales, con la cooperacin del doc-


tor Teodoro Snchez de Bustamante, la provincia de Salta
avanzaba a pasos firmes, aunque mesurados, en la difcil ca-
rrera de su organizacin. Las fuerzas de la provincia, que se
destacaron en auxilio de los pueblos limtrofes del Per, lle-
naron el objeto a que fueron destinadas, acelerando la destruc-
cin del ltimo de sus tiranos. Los principios del gobierno
representativo se establecieron con lucidez. La seguridad in-
dividual fu mirada como un sagrado. Una \ey de amnista
restituy a sus hogares a todos los que haban sido confinados
a principios de 1824. Las propiedades fueron respetadas. Los
espaoles expulsados del Per fueron acogidos en Salta con
una franca hospitalidad. La libertad del pensamiento, atribu-
to de un pueblo libre, qued completamente garantida. En
una palabra, el general Arenales vio establecer en la provin-
cia el importante principio de que ''los gobiernos son para
los pueblos y n stos para los gobernantes".
El general Arenales falleci en Moraya, Bolivia, el 4 de
diciembre de 1831.

1824. Coronel Jos Mara Paz, sustituto de Arenales,


durante su salida a campaa con el objeto de recorrer el te-
rritorio por la parte del sur, hasta agosto.

1825. Doctor Teodoro Snchez de Bustamarvte, sustitu-


to o delegado de Arenales, durante su campaa sobre Olaeta,
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 79-

desde marzo hasta principios de juuio; habindole acompa-


ado en calidad de secretario interino don Francisco Fernn-
dez Maldonado.
El doctor Bustamante qued de delegado, por segun-
da vez en agosto del mismo ao, durante la ausencia de Are-
nales a Tarija para restablecer el orden y reincorporar aquel
territorio a Salta.

1826. Don Victorino Sola, delegado de Arenales, en


septiembre, durante su visita a las costas del Bermejo.

1827. General doctor Jos Ignacio de Gorriti, nombra-


do gobernador interino el 9 de febrero, en consecuencia de la
acefala en que la pro^dncia haba quedado por la fuga del
general Arenales. El resisti aceptar el mando, pero a instan-
cias de los enviados al efecto tuvo que admitirlo, delegndolo
interinamente en el intendente de polica, don Juan Manuel
Quirs, quien continu hasta que, reunida la junta provincial,
hizo la eleccin en el mismo general Gorriti, despus de haber
aprobado lo que hizo el pueblo en las urgencias del momento.
Para que el electo admitiera el destino, fu necesario que
del seno de la sala se enviase una diputacin, compuesta de
los seores Manuel Sola y Pablo Alemn, y por parte del go-
bierno otra, compuesta del doctor Ormaechea y Garca, pues
se saba con certeza la repugnancia de Gorriti a admitir el
cargo por su origen espreo quiz. En efecto, a esfuerzos de
la diputacin, se consigui su advenimiento, e inmediatamen-
te fu puesto en posesin, en medio de aclamaciones generales.
El general Gorriti comunic el hecho de su elevacin al
mando de la provincia a Bustos, gobernador de Crdoba, en
ios trminos siguientes
"Las armas liberales de esta provincia han tenido un
resultado feliz sobre esta plaza. El cielo ha correspondido a
mis deseos y a sus votos, pues que la campaa no ha sido ms
que una serie de triunfos y sucesos los ms favorables. El ti-
rano Arenales fug vergonzosamente tan luego como lleg a
su noticia el resultado de la accin dada en Chicoana, dejando
el pueblo acfalo.

"Con este motivo se reuni el vecindario, y me nombr


gobernador interino y capitn general de la profnela, cal-
mando sus cuidados y poniendo toda su confianza en sus d,e-
fensores.
"Arenales lleva en su fuga la execracin de todo este v^-
So ANTONIO ZINNY

eindario, y dudo que estos acontecimientos acabarn de


iiu
llenar de pavor y espanto a los enemigos de los pueblos.
''Para mayor satisfaccin de V. E. le acompao el diario
de la campaa, que por ahora no ha sido posible imprimirlo,
porque el estado de cosas no ha permitido verificado, pero en
primera oportunidad lo har.
"El gobernador, etc.
Jos Ignacio de Gorriti.
Jos
Benito Grana, secretario interino".
El coronel Domingo Lpez Matute, a quien el lector ya
conoce por su perfidia para con su bienhechor Arenales, quiso
tentar fortuna, pero sta le fu adversa, pagando con la vida
su nueva tentativa.
Vindose destruido y que sus heroicos compaeros de
Chicoana se hallaban en divisin de opinin y disputas del
mando, Matute dirigi dos cartas seductivas a otros tantos ofi-
ciales suyos previnindoles para una revolucin. Estos las en-
tregan a su compadre Pucli, quien las pasa a su suegro, el go-
bernador Gorriti. Noticioso Matute de este hecho, se viene, y
de improviso se entra en 'la casa de gobierno a dar satisfaccin
su padrino el gobernador. Al salir de all, se le manda pren-
der y, con una barra de grillos se le pone incomunicado. Le-
vntasele un proceso y somtesele a un consejo de guerra, por
quien es sentenciado a mnerte. Su ejecucin deba verificarse
en la plaza, mas, por consideraciones a su esposa en cinta, a
quien no se pudo sacar al campo, el gobierno dispuso fuese
ejecutado en una chacarita inm'sdiata, llevando de auxiliar al
guardin de San Francisco. Matute no quera persuadirse de
que iba a morir, y por consiguiente, trabajaba cuanto poda
por, libertarse. El 17 de septiembre (1827) debi tener lugar
la ejecucin; y cuando estaba el padre guardin dicindole
misa, habiendo consumido la forma, al tomar el cliz para el
mismo fin, se le avanz el reo itlatute, asindose fuertemente
de l con amenazas de derramarlo, si no le perdonaban. Ass-
tase el padre, suspende la misa, va la noticia al pueblo que se
alborota temiendo To soltasen, y, al mismo tiempo asombrado
del hecho, se consult al clero, puesto que el gobierno no que-
ra indultarlo. Vindose el reo desengaado, solt el cliz y
fu ejecutado a las once y media de la maana.
Despus de muerto, y l querer, para enterrarle, sacarle
los gr'Tos, que estaban fuertemente remachados, fu necesario
cortarle los pies.
Nombrado el coronel Dorrego, gobernador de Buenos Ai-
res, y disnelto el congreso, el de Crdoba, general Bustos, ha-
HISTORIA DE LOS GOBEEIf ADOBES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 8

'bainvitado (24 de julio) ai de Salta a concurrir a un nuevo


congreso general constituyente, que rechaz Gorriti con fuer-
tes y fundadas razones. Entre otras, las siguientes: que, no
habiendo la provincia de Crdoba figurado en la guerra de la
independencia, importaba un ultraje a todas las otras, y muy
especialmente a la de Salta, que fu un slido muro salpicado
constantemente con la sangre de sus hijos la pretensin de
conducirlas ahora al Templo de la Lihertad; que dos veces las
provincias se reunieron en congreso, dos Aceces fu dada una
carta constitucional por una autoridad soberana que ellas
mismas invistieron con el poder constituyente y dos veces, en
:

fin subi el pas, figurando majestuosamente en el cuadro de


las naciones, por el camino que conduce a la cpula de la g-o-
ria. Mas, dos veces tambin, por una misma mano fu roto im-
punemente 1819, en Arequito, y 1826
con escndalo del
mundo, el cdice constitucional: disuelto el cuerpo legislativo
por vas de horror y terribles a la sociedad civil; y precipi-
tando el pas hasta el foco de la ignominia por un parricida
en jefe el general Bustos ;
que los hijos de Salta, mar-
charon siempre con los ejrcitos de 'la patria y se hicieron ad-
mirar en libertad y nada reservaron de su respectiva forma,
para sostener la lid y llevarla a cuantos puntos ocuparon las
legiones enemigas; que, la provincia de Salta adorn as su
historia en el curso de la Amrica, mientras la de Crdoba en
las oscuridades en que framente yaca, se reservaba para figu-
rar en las pocas de la anarqua, etc., etc.
Consecuente con tales sentimientos y en vista del irregu-
lar proceder de los diputados don Juan Antonio Alvarado,
don Jos Benito Grana, don Juan Esteban Tamayo y don Juan
Jos Castellanos, el gobernador Gorriti orden (19 de noviem-
bre de 1828) la clausura de la sala de sesiones, convocando al
pueblo para el nombramiento de otros en su subrogaci'n y
mandando se levantase contra ellos el correspondiente suma-
rio. En apoyo de la justicia de su proceder, aduca, entre otras
razones, el haber 'elos querido complicar a la provincia en
esa federa&n que l detestaba, pronuncindose por el envo
de diputados a la Convencin de Santa Fe; el haber tratado
de entorpecer las sesiones, alternndose en la inasistencia, a
fin de que no hubiese nmero para poder celebrar sesin; el
"haber, en consecuencia de esa conducta, quedado sin evacuarse
muchos asuntos de importancia que el gobierno haba someti-
do a la deliberacin de la comisin permanente, a que ellos
pertenecan. Declaraba, pues, que el gobierno se expedira con
82 ANTONIO ZINNY

plenitud de facultades, hasta la reunin de la Representacin


general, que deba verificarse el 1. de febrero de 1829.
El general Gorriti ejerci el mando de la provincia de su
nacimiento hasta el 1. de marzo (1829), sueedindole su her-
mano.
Gorriti haba hostilizado con vigor al ejrcito realista del
general Po de Tristn, cuando, derrotado por el general Bel-
grano el 24 de septiembre de 1812, regresaba de Tucumn. La
misma conducta observ para con 'los dems ejrcitos realistas
que llegaron hasta Salta. Fu diputado al congreso, instalado
en 1816 en Tucumn y gobernador, delegado varias veces, des-
de 1820, y propietario despus. Los pron^mciamientos de mayo
de 1829 y de octubre de 1830 le colocaroL. en la necesidad de
ponerse al frente de las fuerzas de Salta, destinadas a ocupar
La Rioja y Catamarca, desempeando asimismo, las funciones
de jefe de las fuerzas de la derecha que le confiara el general
Alvarado. Prisionero el general Paz y triunfante Quiroga en
Tucumn, Gorriti emigr a Bolivia, falleciendo en Sucre el 9
de noviembre de 1835, a la edad de 65 aos.

1827.
Coronel Juan Manuel Quirs, intendente de po-
lica,en ejercicio del P. E., desde el 9 hasta el 14 de febrero,
que, reunida la junta provincial, realiz la eleccin de gober-
nador en forma, en la persona del general Gorriti.

1827. Coronel Pedro Jos Saravia, delegado, en octu-


bre, por la ausencia de Gorriti en su casa de campo.

1829.
Doctor Juan Ignacio Gorriti (cannigo de la ca-
tedral de Salta y joronel de caballera), desde el 1. de marzo
que sucedi a su hermano el general.
El coronel Agustn Arias, titulndose jefe del ejrcito
federal de Salta, dio el grito de federacin, el 2 de noviembre
de 1830, y en consecuencia, dirigi una comunicacin "al go-
bernador, cannigo de su catedral y coronel de caballera, doc-
tor don Juan Ignacio Gorriti", manifestndole el deseo de los
gauchos, que se haban puesto a sus rdenes y del coronel Pa-
blo de La Torre, de que dejase inmediatamente el mando de la
provincia "que ilegalmente ejerca, tanto por carcter del
veto general de ella, cuanto por ser incompatible con el carc-
ter sacerdotalque indignamente investa; lo que formaba la
ignominia de la provincia que era la burla de la Repblica'^'.
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS TROVINCIAS ARGENTINAS 83

El coronel La Torre, 2. que fu del comandaaite Pachi


Gorriti, luego que ste muriera, dio igualmente el grito de
federacin contra la dominacin del hermano del finado Pachi,
y habiendo obrado en sentido anlogo el comandante de la
campaa de Santiago, Francisco A. Ibarra, contra el coronel
Dehesa, a quien se clasificaba de tirano, y pedido su auxilio,
vo-l a prestrselo con 400 hombres, dejando el cargo de las
fuerzas que obraban contra el gobernador Gorriti, al valiente
coronel Arias.
En una accin que tuvo lugar el 26 de diciembre (1830)
a 50 leguas de Salta, al sur, la fuerza del cannigo goberna-
dor sufri una dispersin completa.

1831. General Rudecindo Alvarado,' en ejercicio del


mando supremo de las 4 provincias de Santiago, Catamarca,
Tucumn y Salta, conferido por el general Paz; como jefe su-
premo militar, y reconocido el 21 de junio en la Villa de
Monteros, provincia de Tucumn, por los gobiernos de jas 3
ltimas nombradas, para entablar relaciones de paz, etc., con
el general en jefe del ejrcito confederado, E. Lpez.
Ces en el mando el 19 de noviembre, en que tuvo que
renunciarlo por intimacin del general Quiroga, segn se va
a ver.
El oficial mayor doii Mariano Zavala refrendaba los actos
de gobierno.

*
* *

Amenazada la capital con la entrada (septiembre) del co-


ronel Pablo de La Torre, a la cabeza de su divisin de volun-
tarios, fuerte de 500 hombres, en la provincia de Salta, ha-
bindosele incorporado las fuerzas del teniente coronel Juan
Manuel Blanco, 2. de La Torre, vironse obligados los corone-
les contrarios Francisco Gama y Pucli a replegarse por las
Conchas, al paraje de los Algarrobos, a fin de poner a la ca-
pital a cubierto de las tentativas de los federales; habiendo el
comandante general de las fuerzas auxiliares de Salta em-
prendido su marcha, a fin de obrar de acuerdo con Ibarra
sobre Tucumn.
El 5 de octubre, una partida de 70 hombres al mando de
Blanco, tuvo encuentro, en los Canteros, con el comandante
un
enemigo Fructuoso Gallinato, a la cabeza de 80 hombres, los
54 ANTONIO ZINNiT

ms de ellos colombianos y algunos milicianos de Salta, cuyo


resultado fu la completa derrota de stos, quedando 10 muer-
tos en el campo, incluso Gallinato, y tomndoseles 33 prisio-
neros.
Enemigo de la guerra civil, hasta el sacrificio de su repu-
tacin militar,y en el inters de arribar a un advenimiento,
el gobernador Alvarado manifest (5 de noviembre) al gene-
ral Quiroga no haber economizado cuantos medios consider
que pudieran producir la paz que tanto deseaba, hasta el de
buscar en la mediacin de un amigo comn e imparcial el tr-
mino de los males que aquejaban ai pas, y haba obtenido del
gobierno de Bolivia el nombramiento de don Hilarin Fernn-
dez, prefecto del departamento de Chuquisaca, reconocido ya
por l (Alvaradft) en tal carcter.
Con este motivo, Quiroga sigui una larga corresponden-
cia con el ministro mediador de la repblica boliviana en la
Argentina, el citado Fernndez, llegando aqul a desconocer
el carcter que ste investa, por falta de credencial de su go-
bierno, y terminando por tratarle hasta con algn desprecio.
Quiroga, prescindiendo ya completamente de lo manifes-
tado por Alvarado respecto de la mediacin de Bolivia, diri-
gi (8 de noviembre) a ste una carta, hacindole ver que l
no era obedecido por sus jefes subalternos, refirindose a ac-
tos vituperables que stos cometan, y que, para evitar los ho-
rrores de la guerra, le prevena, a nombre de las provincias
que componen la Repblica Argentina, pusiese inmediata-
mente en libertad al general Jos Flix Aldao y le hiciese for-
mal entrega del armamento y dems artculos de guerra que
tena a su cargo; que con la misma brevedad saliese (Alva-
rado) de la Repblica, con todos sus jefes y oficiales, y que,
6 desoa el grito de la patria que con voz imperiosa deca
[hasta de sangre!, poda disponerse sin perder un slo instan-
te y preparar el cementerio a los libertadores de Cuyo, Rioja,
Oatamarca y Tucumn pero teniendo entendido que l (Al-
;

varado) slo sera responsable ante Dios y los hombres de


todo funesto resultado, y que la divisin de los Andes no co-
noca peligro que la arredrase, siendo su resolucin inaltera-
ble que en el campo de batalla haba de quedar muerta o
vencedora.
En vista de tal intimacin y en el deseo de evitar la pro-
longacin de la guerra sin la menor esperanza de obtener re-
sultado alguno que fuese favorable a la causa que sostena
Alvarado, no le qued a ste otro recurso que presentar su
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 85

dimisin, la que fu (19 de noviembre), admitida desde luego


por Quiroga.
El mismo da (19 de noviembre), la Junta de Represen-
tantes de Salta puso en conocimiento del general Quiroga,
que, admitida por ste la renuncia del cargo de gobernador
hecha por el general Alvarado, en consideracin a que su exis-
tencia en el gobierno se estimaba como un bice para termi-
nar la guerra, fueron nombrados para componer el Poder Eje-
cutivo los diputados coronel Alejandro Heredia y don Fran-
cisco Gurruehaga, y tratar sobre los medios de terminar la
guerra con Quiroga.
La referida ley, promulgada con el cmplase del mismo
general Alvarado el prop'o da de su sancin por la Legisla-
tura, acordaba el nombramiento de los representantes don
Vicente Uriburu, don Saturnino Tejeda y el presidente de la
sala, don Jos Toms Toledo, quienes haban de ejercer el
P. E. provisoriamente, por el tiempo que tardase la legacin
al Tucumn cerca del general Quiroga.

18R1. Coronel Evaristo rihuru, delegado de Alvara-


do, en abril.
El oficial mayor don Bernab Lpez refrendaba las dis-
posiciones gubernativas,

General doctor Jos Ignacio de


!

1831. Gorri'ti, delegado


de Alvarado.

1831. Coronel Alejandro Heredia y don Francisco Gu-


rrucJiaqa, nombrados por la Junta de Representantes, el 19
de noviembre, para componer el P. E. de la provincia y tratar
sobre los medios de terminar la guerra con el general Quiroga.
Este haba dado poder al doctor Nicols Laguna para
ajustar con los enviados de Salta, Heredia y Gurruehaga, las
bases de la paz, bajo las cuales solamente haba de ser conclui-
da y por l ratificada, y, para secretario de la comisin, nom-
braba al a\Tidante de infantera, don Jos Mendiolaza.
En consecuencia, el 2 de d'ciembre se ajust el siguiente
Convenio de paz, celehrado entre los dipuiados de la sala
de representantes de la provincia de Salta y el general Qui-
roga, don Alejandro Heredia, don Francisco de Gurruehaga y
don Nicols Laguna, y secretarios don Francisco Aroz y don
Jos Mendiolaza, hajo los artculos siguientes :

"1. Que ^todos los jefes y oficiales que combatieron con-


6 ANTONIO ZINNT

tra la causa de los Pueblos saliesen de la Repblica Argentina,


quedando a discrecin del general Alvarado hacerlo o no por
su individuo.
"2. Que las armas de la provincia de Salta haban de
quedar al mando del coronel don Pablo La Torre.
"3." Que el gobierno que se nombrase en Salta deba re-
caer en una persona federal, neta.
"4. Que para reparar alguna parte de los perjuicios
que sufri el pueblo de La Rio ja, en la emigracin de todos
sus habitantes, que motiv la invasin de las tropas de Salta,
como igualmente de los gastos que hizo para ponerse en pre-
cauc'n de la ruina que la amenazaba ltimamente, abonase
"a provincia de Salta al gobierno de La Rio ja treinta mil pe-
sos en metlico, catorce mil y quinientas cabezas de ganado de
dos aos arriba, dos mil caballos j ocho mil bueyes.
"5. Que a las provincias de San Juan y Mendoza se les
permitiese por ocho aos la introduccin de sus frutos sin de-
recho alguno, en reparo de los gastos que hicieron en la divi-
sin de los Andes.
"6. Que al gobierno de Catamarca
se le entregaran cin-
co mil cabezas de ganado por gobierno de Salta.
el
7. Al de Santiago del Estero otras cinco mil cabezas.
"8. Que la provincia de Salta indemnizara cuantos in-
tereses hubiese confiscado, o sacado de contribucin a los Z^"
derales.
"9. Que en el trmino de 40 das, contados desde la fe-
cha (2 de diciembre de 1831), en que se celebraba el presente
tratado, se haba de hacer "^'itivo el abono de los 30.000 pesos
metlicos, y en el de 90 a el del ganado".
,

1831. Don Jos Toms Toledo, presidente de la Legis-


latura y los Representantes.

183]. Don Vicente TJrihuru y don Saturnino Tejeda,


encargados del P. E. provisoriamente durante la legacin de
ios diputados coronel Alejandro Heredia y don Francisco Gu-
rruehaga, a Tueumn, cerca del general Quiroga, para tratar
sobre los medios de terminar la guerra con ste.

1831. Coronel Fahlo de la Torre, nombrado interina-


mente el 2 de diciembre, pero renunci el cargo, y habindose
'lisuelto la sala, en virtud de cierto convenio, lo acept, hasta
'ue le fuera usurpado el gobierno.
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 87

Sin embargOj eu consecueueia del triunfo de ios Cerrillos,


el 8 de febrero de 1832, fu restablecido en su puesto que dele-
gara en el coronel Pablo Alemn.
Despus de haber recorrido toda la campaa y dejado
completamente afianzada la tranquilidad pblica, La Torre
reasumi el mando el 12 de octubre (1832).
Dos das despus, el gobernador Heredia, de Tucumn,
anunciaba anticipadamente al de Santiago, Ibarra, que, con
oportunidad, tomase las providencias necesarias, sobre el he-
cho de hallarse Salta en movimiento, habiendo cubierto con
gente los principales caminos .del Alto Per, en razn de que
el coronel Cruz Puch se asomaba con 70 hombres, y que los
disidentes de Salta estaban combinados con el objeto de remo-
ver la administracin, para agregarla a la Repblica boli-
viana.
En precaucin de hacer frustrar los proyectos de los des-
contentos, Alemn haba ordenado la prisin de los dos prin-
cipales caudillos, coronel Cruz Puch y don Napolen Que-
mes, que fueron llevados a Castaares (2 leguas de Salta).
Estos haban logrado seducir parte de la guarnicin, compues-
ta de 100 hombrcvs, bajo las rdenes del comandante Pedro
Pablo Arias, la cual los puso en libertad y proclam por go-
bernador a Saravia, despus de una refriega, en que Arias,
tratando de contei],er a los sublevados, fu herido. En conse-
cuencia, La Torre sali inmediatamente a la campaa con di-
reccin a Chicoana y el coronel Alemn, a quien dejara de de-
legado, a los primeros tiros, apel con gran dificultad a la
fuga que verific sobreponindose a toda clase de peligros.
Los amotinados, apoderados de la plaza, giraron rdenes
a la campaa, para que se reuniesen algunos escuadrones en
apoyo de la revolucin.
El delegado Alemn, con la rapidez del rayo, march
para colocarse a la cabeza de los escuadrones de la frontera,
reunindolos con la celeridad requerida por las circunstan-
cias.
He una relacin de lo ocurrido en Cas-
aqu, en extracto,
taares,dada por el mismo gobernador La Torre:
Sorprendida una comunicacin al coronel Manuel Puch,
uno de los emigrados, y descubrindose por ella la incursin
que deba ejecutar sobre la provincia, con otros oficiales tam-
hin emigrados, y en combinacin con algunos que estaban
encubiertos en Salta, se tomaron cuantas providencias eran
necesarias, para cruzar los designios de los revolucionarios. A
88 ANTONIO ZINNY

favor de la actividad y vigilancia desplegados por La Torre^


fueron capturados el coronel Cruz Puch y don Napolen Ge-
mes, que, atravesando cerros, se internaron en la Quebrada de
Jujuy. Conducidos a :1a capital, fueron procesados para ser
juzgados y descubrir sus cmplices y tomar las medidas ms
conducentes a la pblica seguridad. Amedio proceso, y para
evitar cualquiera seduccin en la guarnicin, fueron, por pre-
caucin transportados los procesados a Castaares, juntamen-
te con toda la guarnicin. Comprada y seducida la tropa, sin
que hubiese entrado oficial alguno, el 25 de octubre, en que
deba celebrarse el consejo de guerra a los presos, como a la
una de la maana estall la revolucin y amotinamiento de los
soldados de la guarnicin, en nmero de 80 hombres. Inme-
diatamente los amotinados relajaron las prisiones a los pre-
sos, y colocndose a la cabeza de la tropa alzada el coronel C.
Puch, su hermano don Dionisio, el coronel Juan Mariano Na-
dal y don Napolen Gemes, se anzaron de sorpresa sobre el
pueblo, del que se apoderaron sin dificultad. El gobernador
delegado Alemn logr evadirse del poder de los alzados y
reuni los escuadrones de la frontera, con los cuales y con la
fuerza de los jujeos que llevaba La Torre, y que pasaba de-
1.000 hombres, march ste sobre los revolucionarios, cuya
fuerza era como de 600 hombres, que fueron sorprendidos, a
las 5 de la maana del 7 de noviembre en el campo de Pula-
res (a 10 leguas de la ciudad de Salta), rotos y hechos peda-
zos en la carga que los puso en precipitada fuga, dejando en
el campo de batalla como 100 muertos, muchos heridos y 200^
prisioneros, de los que fueron fusilados los principales. Puch
y Gemes fugaron muy al principio y el coronel Juan Maria-
no Nadal y su ayudante Felipe Nio quedaron muertos en el
campo.

Despus de esta accin, La Torre reasumi el gobierno


hasta principios de 1833, que se ausentara de la capital con el
objeto de reconocer la campaa y dejar afianzada la tranqui-
lidad pblica.
En 12 de enero de 1834 fu La Torre nuevamente electo
en propiedad y puesto en posesin del cargo por s mismo,
eomo que no era sino continuacin del ejercicio de gobierno
por la misma persona, hasta el siguiente mes de febrero, que
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 89

tuvo que salir por corto tiempo a campaa. En ambas ocasio-


nes, deleg elmando en su ministro el doctor Grana.

Restablecido el orden pblico despus de la accin de los


Cerrillos (8 de febrero), los ciudadanos, que se haban ausen-
tado para la Repblica vecina de Bolivia, se restituyeron a sus
hogares, gozando de las garantas que acuerdan las leyes.
Interpelado el gobierno de La Torre por el general Qui-
roga, por el gobernador de Santiago, Ibarra, y por el de Ca-
tamarca, coronel Arambur, sobre el cumplimiento de los tra-
tados celebrados en Tucumn, y no pud'endo, en las afligentes
circunstancias, en que a la sazn se hallaba, realizar lo esti-
pulado, sino por plazos, remiti a Quiroga, de pronto, una
cantidad de dinero, e igualmente a los gobiernos de Santiago
y Catamarca, y al de La Rioja, a quien est ltimo haba he-
cho traspaso. En una palabra, satisfizo La Torre todos los
compromisos contrados por la provincia de su mando, aunque
a costa de algn sacrificio, habiendo tenido que recurrir al ar-
bitrio de un emprstito forzoso a los comerciantes de la capi-
tal y de la ciudad de Jujuy, bajo las garantas de los fondos
capelnicos.
Por la escasez de fondos, se vio en la necesidad de supri-
mir temporalmente algunos empleos; entre stos, el de jefe
comisario ordenador del departamento de polica, reasumin-
dolo el gobierno, sin que el erario fuese gravado en ms de lo
que erogaba. Prohibi expresamente la inliumacin de cad-
veres en los templos, y en el Cementerio de la Misericordia,
bajo de penas fuertes; entre tanto se trabajaba un Panten,
se orden se sepultasen en los cementerios muy capaces de
San Francisco y de la iglesia de la Merced. Orden la clausu-
ra de todos los sitios que estaban en descubierto, y que slo
servan para depsito de basuras. Mand refaccionar las vere-
das e igualmente trabajar puentes de piedra que cubriesen
:

las acequias: se terraplenaron las cavidades del cai'lejn que


serva de camino para el ro, extinguiendo el depsito que se
formaba de aguas infectas se mand abrir calles por todos los
:

cercados que obstruan la salida de la ciudad se construy un


:
^

mercado para las placeras, destinando el que serva a los pro-


veedores de carne para los artculos de primer consumo intro-
ducidos de afuera, habiendo sido trasladados aqullos al mer~
yo AM'MO ZIN'NY

cado antiguo y evitando as el contacto y roce de hombres con


mujeres. ' I

Los leprosos, cuyo nmero se acrecentaba con perjuicio


de la higiene pblica, fueron los de la ciudad y campaa, con-
signados a un punto distante.
Se erigieron escuelas de primeras letras en todos los de-
partamentos de la campaa; y tambin, en muchos de stos,
se establecieron comisaras de polica, ltimamente creadas.
Cuando el coronel La Torre tom posesin del gobierno,
la hacienda pblica se hallaba reducida a un estado el ms
deplorable. No haba un centavo en arcas, ni los ramos que
lo formaban producan cosa de provecho. Por otra parte, la
provincia se hallaba gravada por los tratados celebrados con
Quiroga y con los gobiernos de Santiago y Catamarca. Los
soldados defeccionaba.n, porque, despus de haber sufrido tan-
tas fatigas en la campaa que acababan de hacer, no se les
haba dado recompensa alguna, ni haba de dnde conseguir
un peso para un objeto tan exigente.
Privada la Caja del ramo de sisa a virtud de los tratados
celebrados en Tucumn, y sin comercio alguno, los ingresos se
limitaban exclusivamente al producto del ramo de panaderas
y de las reses que se mataban. As, este ramo fu gravado im-
poniendo el doble derecho, y estableci el de patentes, aumen-
tando el de sisa a los caballos que se extraan fuera de la pro-
vincia. Con este pequeo producto, al favor de una estricta
economa y buena administracin y con el aumento del dere-
cho de alcabala al 8 por ciento, de acuerdo con el comercio de
la capital, el gobierno de La Torre march sin contraer ms
deuda que la de dos rail y tantos pesos, para auxiliar las tro-
pas fronterizas que deban regresar a sus hogares.
A la inteligente y firme cooperacin del ministro doctor
Jos Benito Grana, que acompa a La Torre en toda su es-
pinosa administracin, se debi que la provincia marchase del
mejor modo posible, dadas las difciles circunstancias de aque-
lla poca.

Con motivo de la invasin de una partida saltea, acau-


dillada por doctor ngel Lpez y su to don Manuel Lpez,
el
'"1. las provincia de Tucumn,
y abiertamente protegida, segn
V'^r'^ia, por el gobernador La Torre, los gobiernos de Tucu-
HISTORIA DE XOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS QI

mu, Santiago y Catamarca requirieron del de Salta, en pri-


mer lugar, la entrega, en el preciso trmino de 8 das, de los
citados Lpez, sobrino y to; en el segundo, dar explicaciones
sobre la conducta de fomentar invasiones y sediciones, arman-
do al efecto partidas de facinerosos, y en el tercero, indemni-
zar los graves perjuicios y gastos que, intilmente y sin ob-
jeto, haba inferido a la provincia de Tucumn, en la inteli-
gencia de que tomaran las providencias y medidas que eran
consiguientes a la naturaleza del agravio, si el chasque con-
duct'or del requerimiento volva sin la respuesta terminante, o
si se haca notable la tardanza de ste.
En vista, pues, de una proclama de "Heredia, complicando
a La Torre en la asonada que hubo tener lugar en la provin-
eia del mando de aqul y de otros avisos relativos a las miras
hostiles que abrigaba, el gobernador La Torre recurri a la
Legislatura. Esta, abundando en trminos benvolos y fra-
ternales, recomend al P. E. el empleo de medidas concilia-
torias con toda la prudencia, tino y circunspeccin que el
caso requera, y ocurriendo un rompimiento de guerra, facul-
taba y proporcionaba al mismo P. E. los recursos bastantes
para defender el honor, la integridad y los derechos de la
provincia.
La segunda tentativa de invasin del doctor ngel L-
pez contra el orden establecido en Tucumn, haba escollado
por la vigilancia de Heredia. Ese joven, acusado, procesado
y sentenciado a muerte por el crimen de rebelin, haba sido
Indultado por Heredia, sin responsabilidad alguna. Tenaz en
el pensamiento de revolucionar la provine 'a de Tucumn,
con el objeto de restituir en el mando al general Javier L-
pez, se asil espontneamente en la de Salta, adonde, por el
eonducto de sus deudos, Heredia le dirigi los pasaportes para
Bolivia y Buenos Aires. Mas protegido y auxiliado con arma-
mento y gente en Salta, form su cuartel general sobre la
lnea divisoria de la provincia de Tucumn, nombrando por
jefe de la fuerza invasora a su to don Manuel Lpez.
Sabedor de sus aprestos y movimientos militares, Here-
dia favoreci la empresa de Lpez hasta hacer a ste con-
sentir que deba contar con los artilleros y vnitjeros.
Don ngel y don Manuel cayeron en emprendien-
la red,
do la marcha, a su parecer, secreta; decididos y resueltos a
sorprender a Heredia, avanzaron hasta una legua de la ciu-
dad de Tucumn atolondrados con la prisin de tres de sus
:

mejores espas, eontramarcharon hasta la colonia, en donde


92 ANTONIO ZINNY

fueron prisioneros y deshechos, salvando slo don ]\IanueV


al abrigo de los bosques y favorecido de su excelente caballo,
y su sobrino, los cuales fugaron a ]a capital de Salta.
Antes de decidir la cuestin por medio de las armas, el
gobierno de Tucumn exigi la deposicin de La Torre, que,
si bien era un mal, era necesario, porque todos los departa-
mentos de su mando se haban sublevado contra l de un
modo que haca imposible restituir su poder sin el sacrificia
de inmensas vctimas y ruina total de la provincia. Heredia
hizo uso de todos los recursos que designaba la poltica y sa-
gacidad de las armas, estrechando el poder de La Torre para
obligarle a dimitir el mando que ya no poda permanecer en
sus manos, y hubiera conseguido su objeto, si un movimiento
extraordinario de las dbiles tropas que haban quedado a su
flevocin no hubiesen proporcionado un encuentro con las de
Jujuy.
A la cabeza de 4.000 tucumanos, el general A. Heredia
anunci (19 de noviembre de 1834) a los sltenos, por medio
de una proclama, que, solicitada su proteccin por una ter-
cera parte de la poblacin .saltea, que se haba sustrado del
dominio de su gobernador La Torre, y marchaba a proteger-
los hasta morir.

En la misma fecha de la proclama de Heredia declaran-


do la guerra a La Torre, aqul se dirigi al gobernador de
Buenos Aires (Maza), que haba ofrecido su mediacin, cons-
tituyndole juez de aquella causa, declinando su responsabili-
dad en las consecuencias.
Este nombr entonces al general Quiroga en el carcter
de comisionado representante del gobierno de Buenos Aires,
cerca de los de Salta y Tucumn, con el fin de mediar y reca-
bar un avenimiento y con plenitud de facultades al efecto.
Sin embargo, a pesar de la celeridad con que parti de
Buenos Aires el general Quiroga, no alcanz a llegar a tiempo
de evitar la efusin de sangre. A los diez daz de viaje, el co-
misionado se hallaba en Pitambal, 25 leguas ms ac de San-
tiago, y all supo la terminacin de la guerra con la derrota
del brigadier Pablo de La Torre y su prisin, el 13 de diciem-
bre (1834).
Antes de acontecimiento, las tropas tucumanas, al
este
mando de Heredia, haban pasado la frontera e intimado ren-
dicin a La Torre, garantizndole la vida y bienes. Una cues-
tin, puramente personal, entre Heredia y La Torre, pas
HISTORIA DE LOS GOBEKXADOKES DE LAS FEOVIXCIAS ABCSKIHTAO 93

eer iuterprovincial, por el solo hecho de disponer de fuerza


armada, uno y otro.
La Torre fu, pues, batido, no por las fuerzas de Tucu-
mn, sino por las auxiliares de Salta, al mand del goberna-
dor Faci, de Jujuy, tomado y puesto en prisin, donde fu
lanceado en su mismo lecho, en la noche del 29 del mismo mes
(diciembre), juntamente con el coronel Jos Mara Aguilar.
Don Mariano Santibaez, de quien se habla ms adelan-
te, fu acusado de haber sido quien hiriera mortalmente a La
Torre.
No obstante la noticia de la terminacin de la guerra y
muerte de La Torre, el comisionado Quiroga avanz hasta
Santiago, donde se detuvo a causa de una grave enfermedad.
Desde all, trabajaba por hacer efectiva la mediacin en favor
de la paz y de los vencidos.
El lector conoce ya el fin trgico que al comisionado y
comitiva cupiera en Barranca Yaco, a su regreso. (V. Provin-
cia de Crdoba).

1831
Do^i Jos Gemes, gobernador accidental, por
haber usurpado el gobierno a La-Torre que haba sido nom-
brado en virtud de los tratados del 2 de diciembre, desconoci-
dos po'i' aqul.
Ejerci el mando hasta el 8 de febrero de 1832 que fu
completamente derrotado en los Cerrillos y hecho prisionero
con la mayor parte de los que le acompaaban.
El seor don Amancio Alcorta fu su ministro, despus
de haberlo sido del general Dehesa en Santiago del Estero.

1832
Coronel Patio Alemn, delegado de La-Torre, des-
de de febrero hasta el 12 de octubre y por segunda vez
el 8
hasta el 8 de noviembre.
A los seis das, el coronel Alemn participaba
al gober-
nador de Buenos Aires que da 8 de (febrero) sera para
"eiL
la provincia de Salta un recuerdo peiyptuo de gloria en los
fastos de la libertad de ella, por ser aqul en que l (Alemn)
fuera colocado en el gobierno de la misma".
Con no menos originalidad que la referida comunicacin,
pocos meses despus (4 de julio), Alemn pona en conoci-
miento del mismo gobierno de Buenos Aires, que en la im--
posibilidad moral de reunirse la Legislatura por diferentes
causas, a nombre de sta, que, segn su propia confesin, no
exista moralmente, autorizaba al de Buenos Aires ( Rosas ">
94 ANTONIO ZINNY

para que dirigiese los negocios de paz, guerra y relaciones


exteriores.
La noticia sobre proyectos de revuelta, que Heredia le

trasmitiera, puso a Alemn en alarma y por instrucciones de


La-Torre o Heredia probablemente, mand perseguir (octu-
bre) al coronel Cruz Puch y don Napolen Gemes, los cuales
fueron aprehendidos, en la Quebrada de Jujuy, juntamente
con el prctico que los conduca. Entre los papeles tomados,
se encontr una carta de don Manuel Puch,- fechada en Mojo,
a 23 de septiembre, y dirigida a su hermano don Cruz, ma-
nifestndole su conformidad de vistas en el plan que inten-
taban.

Despus de haber vivido por mucho tiempo La-Torre y


Alemn en buena armona, indispusironse repentinamente,
acusando el primero a su compadre Alemn de que conspiraba
contra l y extrandolo en 'consecuencia fuera de la provin-
cia. Kefugise ste en Tucumn, desde donde se puso en comu-
cacin con algunos oficiales descontentos y se present en la
frontera a la cabeza de unos 100 liombries. La-Torrc, con .cono-
cimiento de lo que pasaba, march para Jujuy, donde reuni
como 1000 hombres. Apenas saliera de Juju, LarTorre reci-'
bi la noticia de haber sido Alemn sorprendido en su cam-
pamento y tomado prisionero, con el comandante Ovejero,
muy temible por su valor intrepidez. A
las 24 honras fu ste
pasado por las armas en Cobos, en virtud de sentencia pronun-
ciada por un consejo de guerra. Alemn, ms feliz que Oveje-
ro, salv la vida, merced a la intercepcin de doa Petrona
Sierra, esposa de La-Torre y de su hija, Eafaelita, acompaa-
da de 15 personas ms de lo puineipal del pueblo.
El modo cmo el -comandante Ovejero encar su triste
suerte excit la admiracin de todos los espectadores. March
al lugar del suplicio sin la menor inquietud, diciendo a la
tropa que saba morir como soldado y pidiendo al mismo tiem-
po que, cuando se diera la orden de hacer fuego, tocase la
banda, a fin de que terminase su vida con msica.

1832.
Don Jos Mara Saravia, electo provisoriamente
25 de octubre, a consecuencia de la revolucin de Castaares,
hasta el 8 de no^embre.
ilISTOEIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 95

Saravia al icoinumcar aquella ocurrencia a Ibarra, el 31


de octubre, false los hechos dicieudo que, hallndose el ge-
neral La-Torre, a las dos de la maana del 25, en la hacienda
de Castaares, ocupado de un juicio criminal, tuvo lugar un
movimiento de anmas de lia sola tropa que llev consigo, que
en el momento, abandonada sta, desconoci a sus jefes y ofi-
ciales, y convirtiendo sus armas contra stos, proclam por
jefes a los mismos que se conservaban y custodiaban en la
prisin (Puch y Gemes) que notndose la acefala en que
;

haba quedado la -ciudad con la desaparicin de sus autorida-


des (pues pudo escapar La-Torre), y no existiendo represen-
tacin provincial, se reuni el pueblo en las casas consistoria-
les y por votacin directa y uniforme fu l (Sara\a) electo
gobernador interino de la provincia; la cual, despus de eso,
no sufri alteracin moral en su marcha, por cuanto slo hu-
bo cambio de personas que la provincia se regira por la for-
;

ma federal; que los peligrosos ciudadanos y militares (unita-


rios) existentes en Bolivia no seran permitidos pisar el terri-
torio de Salta. Ibarra contest desconociendo la autoridad que
investa Saravia, por considerarla ilegal y violentamente ad-
quirida, y en consecuencia empezaba a obrar de acuerdo con
los gobiernos de Tucumn y Catamarca, a n de restablecer el
orden en Salta^ ayudando al propietario La Torre que la
presida por la ley.
Preparbase Ibarra a enviar una divisin auxiliar que
coadyuvase al restablecimienta del orden en la provincia de
Salta, cuando recibi, en copia, el parte oficial 'del triunfo
completo obtenido por el general La-Torire el 7 de noviembre
a las cinco de la maana. '

1834 Doctor Jos Benito Grana, delegado de La-Torre,


desde febrero hasta marzo.

1834 Don Jos Mara Saravia, nombrado por el pueblo,


el13 de diciembre, a consecuencia de la acefala en que que-
daba la provincia con la derrota y prisin de La-Torre.
Este nombramiento, empero, slo tuvo efecto en ell pri-
mer momento, pues, el mismo da se nombr a

1834. Don Santiago Lpez, juez de I.** nominacin, igo-


bernador poltico accidental, nombrado el 13 de diciembre,
por haber caducado la autoridad que presida La-Torre.
g5 ANTONIO ZINNT

A los dos das, se reuni, en la sala de representantes,


laasamblea convocada el da antes por Lpez, con el objeto
de nombrar un gobernador provisorio que durase dos meses,
como tiempo bastante para la reunin de la Legislatura pro-
vincial, quien haba de nombrar al propietario. Todo esto se
practic por indicacin del gobernador y jefe de las fuerzas
auxiliares de Jujuy, don Jos Mara Faci, y del de Santiago
del Estero, general Ibarra, 'Comunicada de oficio a Lpez y
trasmitida por ste de igual modo al juez de 2" nominacin
don Saturnino Tejeda, que presida la asamblea popular, re-
sultando electo por votacin verbal del pueblo el general Fer-
nndez Cornejo, quien se hallaba en su hacienda de Campo
Santo, adonde pas una comisin nombrada a efecto de re-
querir su aceptacin y conducirlo a la ciudad.

1834 General Jos Antonio Fernandez Cornejo, electo


popularmente gobernador provisorio de(' 15 de diciembre, por
dos meses, es decir, hasta el 15 de febrero de 1835, habiendo
tenido por ministro a don Juan Antonio de Moldes.
Apenas elevado al mando de la provincia, el coronel Fer-
nndez Cornejo particip a Rosas (que an no era goberna-
dor) su nombramiento; as como el desenlace de los sucesos
con la muerte de La-Torre, "debida a su ciega obstinacin,
creyendo triunfar del pas, cuyo pronunciamiento, a mano
armada, se hizo sentir en todos sus ngulos, sin dejarle la
ms pequea esperanza de continuar en su poder desenfrena-
do"; agregando: "Sin ieste "uniforme pr,onunciamicnto la
provincia habra sufrido males incalculables :una atroz y
prolooigada guerra civil la hubiese devorado. Pero felizmente
el movimiento concluy por todas partes, con la misma rapi-
dez que se anunci. Muy pocas victimas se han sacrificado
a la libertad; y las fortunas no han padecido un menoscabo
'
considerable '.
El ministro de gobiei'no de Santiago, doctor Adeodato
de Gondra, len carta al doctor Manuel Vicente de Maza, ha-
blndole de la muerte del general La-Torre, le deca, que esta
fu decretada por un baile de Hotentotes, y que los mismos,
que dieron parte al gobierno de haberlo asesinado, figuraron
una revolucin gritando Viva LorToire! Agrega, que no
nombraba los autores hasta despus, que lo hara con ms de-
talles; pero s afirmaba que el gobierno de Salta, Cornejo, j

el de Jujuy, Faseio, eran unitarios, a los que cual gratuito
HISTOEIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 97

guardin de la pseudo federacin se propona observar


"sin perderlos de vista un solo momento".
Esta insinuacin del doctor Gondra, que era la guardia
avanzada de la federacin en el norte de la Repblica, fu
lo bastante para que Cornejo no fuera reconocido por Rosas,
que an no era gobernador de dereclio, aunque s de liecho.
y por Lpez de Santa F.

Los gobernadores de Santiago, Tucumn y Salta, con la


debida autorizacin de sus respectivas Legislaturas, acordaron
y lestipularon, (6 de febrero de 1835) un tratado de paz, amis-
tad y alianza, comprometindose y obligndose a no iConcurrir
jams al funesto medio de las armas para terminar cualquiera
diferencia que en lo sucesivo tuviera lugar. En el caso de lo
que antecede, haban de ocurrir pnecisamente, a uno, dos o
ms gobiernos de la Repblica, solicitando la amigable media-
cin para conciliar a los desavenidos. Al fin de disminuir el
cmulos de males que haba causado la anterior contienda en-
tre Tucumn y Salta, ambos gobiernos se obligaban a respe-
tar las propiedades de las personas de los Acecines sin excep-
cin. Los tres gobiernos contratantes declaraban a la provin-
cia de Salta exenta de pagar contribuciones de guerra o in-
demnizaciones pecuniarias resultantes de la anterior contienda
citada. El de Santiago exoneraba al de Salta del pago de 5000
cabezas de ganado que gravitaba sobre ella por el artculo 1.
del tratado de paz oei'lebrado en Tucumn eii 2 de diciembre
de 1831. El de Salta, en conformidad al mismo artculo de
dicho tratado, se obligaba a no permitir el regreso de todas
aquellas personas que hicieron la guerra a los pueblos y emi-
graron al pas extranjero en caso de excepcin, haba de
;

preceder el consentimiento de los gobiernos de la Repblica


Los tres gobiernos 'Contratantes haban de perseguir a muerte
toda idea relativa a la desmenbracin de la ms p?quea par-
te dei^ territorio de la Repblica. Los de Salta y Santiago fa-
cultaban al de Tucumn para dirigirse, en nombre de los tres,
a los dems de la Repblica, invitndolos a adherirse a este
tratado, si lo reputaban interesante al bien nacional. El re-
ferido tratado fu acordado y firmado en la capital de Santia-
go del Estero, por Alejandro Heredia, gobernador de Tucu-
q8 ANTONIO ZINNY

man, Felipe Iharra, de la de Santiago; y Juan Anionio Mol-


des, ministro representante del de fSalta, y refrendado por
Adeodato de Gondra, ministro general de Santiago, y Fran-
cisco Araoz, secretario de la legacin de Salta.
Rosas, desde San Jos de Flores a 28 de marzo (1835),
en contestacin a Ibarra, le informaba que al recibir el go-
bierno de Buenos Aires el aviso oficial del asesinato de Qui-
roga, mand suspender la marcha del correo que haca la ca-
rrera hasta Sai3ta, cuyo gobierno consideraba ser heehura de
la facin unitaria que no dejara piedra por mover hasta
acabar con todos los federales. No aprobaba el tratado cele-
brado por Heredia, Ibarra y el intruso Cornejo, cuyo paso
impremeditado abra la ms espantosa brecha a la causa na-
cional de la pseudo-federacin, que legalizaba la conducta ds
los asesinos de La-Torre y que altamente sancionaba el prin-
cipio de que los denominados unitarios podan impunemente
acabar con los ms ilustres federales, y sobre sus cadveres
erigirse en arbitros y seores de toda la Repblica. Que las
diferencias entre La-Torre y Heredia no ,eran de provincia a
provincia, sino de persona a persona. Que el gobierno de Bue-
nos Aires ni el de Santa F no reconocern al intruso de Saltu
(1) ni la emanacin de Jujuy, y que probablemente (o mejor
dicho, segur amiente) lo mismo haran los dems de la Confe-
deracin. Y
en cuanto a la ciudad y distrito de Jujuy, n"6 po-
da considerarle provincia separada e independiente de la de
Salta de derecho y con justo ttulo, aun cuando Ja recono-
ciera bajo ese carcter cada una de las provincias separada-
mente, sin que precediese para ello el convenio de todas en-
tre s.

Con la noticia de la desaparicin del general Javier L-


pez, de Tupiza, con una escolta de 25 hombres, en direccin
a Tucumn, un cambio en su administracin,
a fin de operar
el gobernador Fernndez Cornejo sali (23 de julio de 1835)
para Chicoana, con el objeto de observar las operaciones del
Valle, mandando poner sobre las armas las fuerzas de la pro-
vincia, para embarazar la marcha de J. Lpez.
Aunque el gobierno de Salta manifestaba adhesin a la
causa de la ps.eudo-federacin, se le acusaba de obrar en abier-
ta oposicin al principio que profesaba y ser la ciudad de

(1) El general Fernndez Coornejo era sobrino de Heredia y amigo


poltico de Rosas.
HISTORIA DE LOS GOBEBNADORES DE LAS PROVIWCIAS ABGEITTIITAB 99

Salta el foco en que los enemigos de la tal federacin formu-


laban sus planes de agresin.
Las invasiones llevadas a cabo desde Salta sobre la pro-
vincia de Tueumn y las noticias dadas por los prisioneros
tomados en la accin del 23 de enero de 1836, en Famaill,
determinaron al general Alejandro Heredia, a avanzar de
una vez sobre aquella ciudad y quitar al gobernador.
Favoreca tanto ms la adopcin de esta medida cuan-
to que Jujuy, que antes formaba parte de la provincia y que
se haba declarado independiente, depusiera por una insurrec-
cin, a su gobernador federal el coronel don Eustaquio Medi-
na.
En consecuencia, Heredia march con una uerza su-
ficiente como para hacer frente a otra de 5000 hombres, si
se hubiera presentado la ocasin; pero, despus de fatigosas
marchas, lleg al territorio de Salta, atravesando esta provin-
cia y la de Jujuy sin disparar un tiro. Fu recibido con el ma-
yor entusiasmo por los habitantes,y an tomando una parte
activa en favor del sistema de la pseudo-federacin.
La expedicin termin con la cada del .gobernador y con
la completa pacificacin de las provincias de Salta y Jujuy,
que de ese modo se salv de la ms espantosa anarqua y de
os males ocasionados por las numerosas partidas de monto-
neros armados que obraban sin concierto.
As, el general Felipe Heredia, hermano de don Alejan-
dro, fu electo gobernador de la provincia, por la cmara de
representantes, y, despus de mucha resistencia, acept pro-
visionalmente el cargo; y el coronel Eustaquio Medina res-
tablecido en el gobierno de Jujuy, pero habiendo muerto ste
repentinamente, la legislatura provincial respectiva procedi
a nombrar un sucesor, a invitacin del general A. Heredia.
De este modo, todas las provincias que constituan la
Repblica, incluyendo a Salta y an a Jujuy (si bien no ha-
ba sido aun reconocida su independencia explcitamente por
el resto de la Confederacin) se hallaban gobernadas por el
sistema pseudo-federal.

1836 General Felipe Heredia, electo gobernador pro-


visorio,perono acept, habiendo presentado por consiguiente
su renuncia, a la que no se hizo lugar. Por ley de 15 de abril
fu nuevamente electo en propiedad, aceptando el cargo, ms,
no sin hacer presente que por otra ley de 4 de octubre de
lOO , ANTONIO ZINNY

1834, ninguno que no fuese natural de la provincia de Salta


podra ser gobernador de la misma, por cuanto l era natural
de Tucumn. La Legislatura entonces dict una nueva ley,
(27 del mismo mes), revocando la citada de 4 de octubre y
estableciendo que cualquier ciudadano de la Repblica Argn,
tina podra ser nombrado gobernador de Salta, con tal que
hubiese prestado servicios a la propia provincia, o a la Rep-
blica en general y tuviese treinta aos de edad.
EL ciudadano don CcMedonio de la Cuesta comparti con
Heredia las tareas administrativas en calidad de ministro se-
cretario.
La misma Legislatura por ley de 14 de abril (1836) re-
conoca a Rosas como- Restaurador de las Leyes de su pro-
vincia y como Brigadier de la de Salta, por los eminentes
servicios que haba prestado a la causa de la F.cderacin.
Por otra de la misma fecha declar a don Alejandro Here-
dia como Protector de la provincia. Por otra del 15 reconoca
a don Estanislao Lpez y a don Felipe Ibarra, como Briga-
dieres de la misma provincia y por otra del 18 reconoca en
el mismo rango a don Alejandro Heredia.
El 29 de septiembre (1836), Heredia dirigi una circu-
lar a los gobiernos de las dems provincias de la Confedera-
cin, manifesitndole que habiendo cesado enteramente la
discordia en las provincias argentinas, ninguna ocasin era
ms propicia para entrar, una con otra, en arreglos que ten-
diesen a fomentar la industria del pas y estrechar ms los
vnculos de amistad y buena inteligencia que tan felizmente
exista a la sazn, etc.
En diciembre (1836) expidi un decreto sobre distribu-
cin de solarles en las costas de los Ros Itao o Itat, Berme-
jo, del Valle, fronteras del Chaco, Valle de Centa y dems
tierras baldas pertenecientes a;l Estado.
La obra pblica del ro de la Sileta, encomendada por el
gobierno de Heredia al coronel Evaristo L^riburu, fu lleva-
da a cabo por ste en febrero de 1837.

Durante la misma administi'acin tuvo lugar la consa-


gracin del obispo m partihus de Camaeo y Vicario apost-
lico de la dicesis de Salta en la persona den doctor Jos
Agustn Molina. El acto se celebr en la iglesia del Colegio
(San Ignacio) de Buenos Aires, (7 de mayo de 1837), en
presencia de una numerosa congregacin.
iMarchaba el gobierno de Heredia por el sendero de la
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS lOI

paz y concordia hasta que, en la noche del 13 de sieptieiiibre,


estallara un motn en el batalln Cazadores de la Libertad,
encabezada por don Clemente Usandivaras, cordobs, quien
consigui huir. Al instante fu sofocado por los dems regi-
mientos de la ciudad, principalmente por los esfuerzos de
los Coraceros de la Muerte.
El inspector general de la provincia, don Gregorio Paz,
al anunciar el heieho al gobernador Heredia, haca presente
que era la obra de algunos traidores vendidos a Santa Cruz,
quienes sedujeron las tropas. Y un peridico de Chile, al dar
noticia de ese acontecimiento, deca: "Esi digno de notarse
que el enemigo entraba en la ciudad de Humahuaca por sor-
presa a las tres de la maana del 13 de septiiembre, y pocas
horas despus estall el motn en Salta".
Habiendo sido nombrado 2. general y jefe de Estado

mayor del ejrcito confederado de operaciones 'Contra el pre-


sidente de Bolivia, general Santa Cruz, Heredia interpuso (21
de noviembre) renuncia del empleo de gobernador que no le
fu admitida, y slo se le autoriz a delegar el mando de la
provincia en la persona que l juzgam digna de ocupar el
puesto, durante su ausencia. En virtud, pues, de aquella re-
solucin, el 25 del mismo mes, deleg el gobierno en el

1837. Coronel Evaristo de Urihuru, delegado de Here-


dia, desde el7 de diciembre, en que fu puesto en posesin
del cargo.
El ciudadano don Ciraco Cornejo le acompa en cali-
dad de ministro secretario.
Alas demost'Paciones de entusiasmo de los jicfes de guar-
dia nacional y d la mayor parte de los ciudadanos se debi
que el delegado Uriburu, al aproximarse el general boliviano
Braun a la frontera, ofreciera al general en jefe de las fuer-
zas confederadas los servicios de 4.000 hombres de caballera
y 500 infantes, todos bien arimados y listos para marchar con
su gobernador e incorporarse al ejrcito de operaciones .don-
de fuera necesario. El anciano soldado de la independencia
residente a la sazn en Tucumn, general Jos Martn Fe-
rreira, ani^nado del espritu blico de sus compatriotas, pidi
permiso pai"a cambiar su puesto de comparativa comodidad
por otro de peligro. A tal peticin el general Heredia puso
el decreto siguiente: "Dbense las ms fervientes gracias a
este viejo soldado de la independencia por los dignos senti-
I02 ANTONIO ZINNY

mientos que demuestra en su solicitud, a los que se dar la


publicidad que merecen. Pero es conveniente que conserve el
puesto que ahora ocupa, donde presta tan grandes siervicios
como poda prestar en el ejrcito, rmenos que fuese para
tomar prisionero al genera^ Santa Cruz segunda vez, salvn-
dole la vida como generosamente hizo en Tarija, cuando es-
tuvo amenazada por el acero de ion hsar arg.entino que pe-
leaba por la causa de la Lihertad, mientras 8. E. se jactaha
de hallarse al servicio del rey Fernando".

18S8.Don N. Catrera, delegado de Heredia, en octu-


acompaado como
bre, hasta el 17 de noviembre, habindole
ministro don Ciraco Cornejo.
Con motivo de la invasin del ejrcito boliviano hasta el
punto de Humahuaca y sobre el departamento de San An-
drs, con otros movimientos interiories que se advertan de
cohecho y seduccin, afectando de inmediato peligro la tran-
quilidad del pas, el gobernador delegado Cabrera expidi
(26 de octubre) un decreto mandando cesar a la honorable
sala de representantes en el ejercicio de sus funciones hasta
tanto que el gobierno declarase oportuna la poca de su res-
tabJeeimiento.
En vista de tal estado anmalo, debido a los partidos
que principiaban a asomar en la provincia, y que su i^erso-
na no pareca ser simptica para algunos sltenos, el gober-
nador propietario Heredia, desde su cuartel general en San
Agustn, expidi (16 de noviembre) un decileto nombrando
una Comisin gubernativa en quien recaj'ese el supremo P.
E. provisorio in solidum. Esta deba prestar el juramento
de estilo ante el gobernador delegado, en la sa'la de gobierno,
haciendo Heredia de este modo dimisin del mando, y de-
jando al pueblo salteo en el libre goce de sus derechos y
soberana, por medio de una proclama que expidiera, no ya
como gobernador, puesto que dejaba de serlo, sino .como 2
general del ejrcito de operaciones contra Santa Cruz, presi-
dente de Bolivia.

1838, Coynisin Guher7iativa, compuesta de los ciudada


nos coronel don Juan Manuiel Quirs y teniente coronel don
Manuel Sola, desde el 17 de noviembre hasta el 5 de di-
ciembre.
El oficial mayor don Casiano J. Goita refrendaba las
disposiciones gubernativas.
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS I03

Calmadas las agitaciones que dieron existencia a esta


Comisin, su primera disposicin (5 de diciembre) fu de-
clarar arbitrario, atentatorio y nulo el bando promulgado el
26 de octubre intimando el cese en sus soberanas delibera-
ciones a la honorable junta de representantes, y poT* conse-
cuencia en el libre ejercicio de sus funciones tan luego se
reuniesen los individuos de ella.
El mismo da (5 de diciembre) la Legislatura fu convo-
cada por la Comisin para entregar su autoridad.

Coronel Manuel Sala, electo en propiedad.


1840.
Pronunciada
la provincia (13 de abril) contua Rosas, se
dio un manifiesto (al 22) en que se desconoca su gobierno,
retirndole la direccin de las relaciones exteriores, y tres
das despus (25) el i)ueblo dio el grito de Lihertad, Cons-
titucin o Muerte (1).
En
sostn de aquel pronunciamiento, el P. E. fu auto-
rizado por la Legislatura (1. de julio) parla negociar un em-
prstito de 30.000 pesos, ya fuera interior o exterior, bajo
las garantas que tuviese a bien acordar con los prestamistas,
sin excepcin y para que tomasie las medidas que considerara
necesarias. Pero no poda, en viritud de esta autorizacin, im-
poner pena de muerte a ningn ciudadano, desterrar fuera
de la provincia a vecino alguno, ni ratificar tratados que lle-
gara a celebrar, sin especial autorizacin de la sala.
Dispuesto a llevar a u trmino aquel pHonunciamiento,
el gobierno, en medio de sus atenciones para poner en defen-
sa y seguridad la provincia, organiz una fuerza de lnea
compue.sta de 300 infantes y 200 coraceros, a las rdenes del
coronel Mariano Acha, destinada a expedicionar a donde las
necesidades de la guerra lo exigieran. Dicha inema. junto con
otras tropas de milicias de Tucumn y de Catamarca, al
mando del gobernador de sta, don Jos Luis Cano, fueron
puestas a sus rdenes y en operaciones sobre la provincia de
Santiago contra su gobernador, aliado de Rosas, opositor a
la organizacin del pas y que se haba declaiiado enemigo
de las del norte, invadindolas varias veces. Ibarra tena con-
tradas sus hostilidades solamente a la interceptacin de las

( 1 ) el gobierno delegado del coronel Manuel A. Sara va, se


Durante
dict una(25 de julio) di.sponiendo se quemase por la mano del ver-
ley
dugo en plaza principal aquella acta, y anulando todo lo obrado en la
la
administracin de los anti-rosistas, titulados unitarios.
104 ANTONO 2IN17T

comunicaciones, pues se haba interpuiesto entre los ejrcitos


libertadores.
No obstante eso, como los pueblos haban jurado "la li-
bertad de toda la Repblica, o la tumba", organizada la Coa-
licin del Norte, y designado el gobernador Sola como gene-
ral en jefe del segundo cuerpo del ejrcito de lia Liga, movi-
liz ste, previa autorizacin de la Legislatura, una divisin
con recursos propios de la provincia, compuesta del batalln
"Libertad", al mando del teniente coronel don Lorenzo Al-
varez; escuadrn de coraceros, al de iguail! clase don Juan J.
Wierna y una compaa de carabineros de caballera. Iba de
2." jefe de la divisin el coronel Zamudio, jefe de estado ma-

yor el general Mariano Acha, edecanes del gobernador Sola,


los tenientes coroneles don Florentn Santos de Len y don
Mariano Brizuela y secretario el doctor BiJas Bedoya.
Con esta fuerza march (octubiie de 1840) sobre la pro-
vincia de Santiago, a fin de emanciparla de la esclavitud de
veinte aos, y al pisar el ejrcito aquel territorio (el 27),
Sola ofreca a los santiagueos proteccin y garantas; que
sus propiedades seran escrupulosamente respetadas, pagan-
do lo que se les demandara para lel consumo del ejrcito en
su justo pilecio. Pero no haca extensiva esta conducta para
con los que, desoyendo el clamor de la libertad, permanecie-
ran en las filas de la tirana mantenindose en una actitud
hostil para con sus libertadores.
Despus de haber sostenido varios combates en su trn-
sito. Sola consigui llegar a Crdoba e incorpor su divisin
al ejrcito de La Madrid, cumpliendo as el compromiso que
la provincia haba contrado de entregar la divisin saltea
en el punto acordado.
Corriendo los mayores peligros por las partidas de san-
tiagueos y catamarqueos que cruzaban la campaa, el go-
bernador Sola regres a Salta, acompaado del oficial don
Salvador Cabrera, y con la derrota y disolucin del ejrfcito
libertador, sali emigrado, abandonando la provincia y el
pas, hasta fines de 1849 que regresara, protegido por el go-
bernador Tamayo, quien solicit del gobierno general per-
miso, para que pudiese aqul arreglar sus asuntos particu-
lares. Rosas contest manifestando no haber inconveniente,
por su parte, en conceder el permiso solicitado, y an acor-
darle un indulto, bajo la garanta del referido Tamayo.
HISTOBlA )E tos QOBUNADES ) -AS ^SVllCAS RGENTUVAS 5

Comparti las tareas administrativas con el gobernador


Sola, en calidad de ministro general, el doctor Bernab L-
pez.
Este digno ciudadano dej de existir en Salta, ciudad
de su nacimiento, en enjero de 1880, a la edad de 72 aos.
Fu uno de los bombres ms iliustrados de la provincia y des-
empe en diversas ocasiones cargos pblicos de alta impor-
tancia.
Siendo an joven, fu nombrado secretario de la sala de
representantes y dos aos despus oficial mayor y ministro
de gobierno durante la administracin del general Alvarado,
hasta que, con el triunfo de Quiroga en la Ciudadela de Tu-
cumn (4 de noviembre de 1831), tuvo que emigrar a Bo-
livia.
Regres en 1835, 'consagrando todos sus esfuerzos al
afianzamiento de lias instituciones de la provincia y a la de-
fensa de su autonoma, contra las pretensiones dictatoriales
de los Heredia.
Su patritica conducta le vali ser llevado a Tucumn
con una barra de grillos y puesto en la crcel de donde sa-
li despus de la muerte del general Alejandro Heredia.

Restituido a Salta, desempe las funciones de ministro


de la administracin Sola y en el pronunciamiento que tuvo
lugar en 1840, en contra la dictadura de Rosas, fu uno de
los ms ardientes y ms entusiastas partidistas.
A voz de "lberiad, Constitucin o Muerte" que esos
la
patriotas escribieron en la banflera argentina, la divisin salr
tea march a Crdoba a engrosar el ejrcito libertador, hi-
eo aquella heroica campaa, cubrindose de gloria en Anga-
eo y Rodeo del Medio, para sufrir luego el martirio por
su fe.
Vencidos los defensores de la organizacin nacional, el
doctor Lpez emigr nuevamente a Bolivia, donde permane-
ci expatriado hasta lia cada de la tirana.
Vuelto a su pas, fu muy luego llamado por el gobierno
nacional del Paran para formar la coai;e de justicia fede-
ral, de donde pas a desempear el ministerio de relaciones
exteriores, hasta que, habiendo estallado la guerra civil, re-
gres a su provincia retirndose a la vida privada. Sin em.-
bango, sirvi muchos aos como vocal de la suprema cmara
de justicia hasta pocos meses antes de su muerte. (Vase La
Reforma de Salta de enero de 1880, que registra un extenso
I06 ANTONIO ZINNT

tomamos los precedentes prra-


artculo necrolgico, del que
fos,copiados de La Nacin de Buenos Aires del 1." de febre-
ro del mismo ao).

1840. Teniente coronel Teodoro Lpez, delegado de So-


la, desde octubre, en que ste sali a campaa.

1841. Don Miguel Otero, nombrado en febrero o mar-


zo, hasta junio que fu derrocado, ponindose en fuga, aun-
que restablecido despus de la derrota del ejrcito libertador
y muerte casual del general Lavalle.
Luego que se internaron en Bolivia los restos del ejr-
cito de ste al mando de su 2." el general Pedernerla, el go-
bernador Otero remiti un oficial a Chichas con despachos
a la autoridad de all, reclamando el armamento y pertrechos
que llevaban aquellas fuerzas, y despach a otro oficial, (Rive-
ra) al pueblo de Atacama, exigiendo de la autorida respectiva
la devolucin de las armas que llev el coronel Florentn San-
tos con sus tropas. Este resida en Potos, con varios otros emi-
grados, a los que fu a reunirse el general La Madrid y habien-
do solicitado pasaporte para frontera del sur, le fu negado,
exigindole caucin de seguridad en su marcha a Chile por
Cobija, donde se dirigi. Fugado Santos de Potos, con otros
emigrados, recal a Atacama con la fuerza que le segua, en
noviembre de 1841, y La Madrid, desde Chile, se dirigi con ofi-
ciales, soldados y armamento a Cobija, donde desembarc, reu-
nindose en Calama, provincia de Atacama, con Santos y otros
jefes y oficiales. All trataron de organizar una fuerza para
invadir a Salta y Tiicumn. Sabido esto por Otero, dirigi a
principios de diciembre (1841) un oficio al gobierno de Bo-
livia exponindole que La Madrid no se presentaba all co-
mo refugiado que peda asilo^ sino como un invasor con armas
y tropas que trataba de organizar una fuerza para invadir, y
;

conclua reclamando del gobierno boliviano reprimiese a los


invasores, en el supuesto de que el gobierno de Salta tomara
las medidas convenientes para contener la irrupcin y evitar
la alteracin del orden y la paz que tanta sangre haba cos-
tado restaurar.
El reclamo de Otero fu atendido y La Madrid, perdi-
das sus esperanzas, ,&e retir a Chile por el mismo camino de
Cobija.No as el coronel Santos, considerado mejor militar y
ms a propsito y de mayor audacia. Este, acompaado de
HISTOEIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS I07

otros, sali de Potos con pasaporte, a principios de 1842, y


lleg a Atacama atravesando ms de cien leguas de territorio
boliviano. All organiz una fuerza armada, con la que se di-
rigi hasta Antofogasta, marchando otras ciento y tantas le-
guas igualmente de territorio boliviano. En aquel pueblo^ en
que fij su cuartel general, se le reuni con otra fuerza el
comandante Silverio Sardinas, y entre ambos, aun antes de
salir del territorio boliviano ya estaban anarquizados dispu-
tndose el mando, como siempre aconteci durante toda la
campaa libertadora contra la Dictadura.
Al fin se verific la invasin por Fiambal y otros pue-
blos de La Rioja y Catamarca, desde donde el coronel Santos
avanz hasta San Carlos, territorio de la provincia de Salta,
donde fu derrotado en Rumiguasi (2 leguas de San Carlos)
el 28 de julio y fusilado por el gobernador delegado general
Manuel Antonio Saravia, el 9 de agosto de 1842, juntamente
con el comandante Juan Vicente Torres y capitn Pedro Pa-
blo Paz, don Benjamn Omill y otros. (Vase Provincia de
Tucuman)
Despus de los triunfos del ejrcito de la Confederacin
al mandodel general Oribe, entraron (13 de octubre) en la
capital de Salta, como jefe de vanguardia el coronel Jacinto
Andrada y el comandante Gregorio Sandoval {vecimo de Mo-
rn, mulato), quien, envalentonado con su traicin, ejecut,
con las fuerzas de su mando en las poblaciones del trnsito,
varios sltenos, habiendo asesinado al excelente ciudadano
Quiroz en la Lagunilla. Aqul estableci su cuartel en la Quin-
ta Grande y ste en el convento de San Bernardo.
El mismo da de la entrada de la vanguardia, fu resta-
blecido en el mando Otero, quien, de acuerdo con Andrada
y con la misma fuerza de Sandoval, llev a cabo (20 de octu-
bre) la prisin de este traidor, la cual se verific como sigue.
Hallbase ste tomando sol al pi de la torre de San Bernardo
unos de sus .soldados sale del cuartel y le dice: "mi coronel,
preste su pual, para comer ste asado";
sin contestar,
prest el pual. Luego otro le dijo: ''su espada, coronel,
para limpiarla" ; desatando los tiros, la entreg en el acto se
:

form la guardia y fu reducido a prisin. A


las dos horas
era conducido al cabildo y puesto en capilla.
Al da siguiente (21 de octubre), es decir, a los 18 das
de ver el fruto de su negra traicin y perfidia, tuvo lugar su
ejecucin. Sentado en el banquillo, entreg al cajero el quep
de Avellaneda^ que tena puesto, y su uniforme, y dijo: "Ti-
I08 ANTONIO ZINNY

radares, tirad al pecho, no desfiguris l r ostro''-, las balas


contravinieron sus rdenes
haban hecho pedazos el rostro
-

de un traidor.
La provincia de Salta dio en tan lamentable poca, este
gran ejemplo de moralidad, debido a su gobernador Otero, y
a cuyo fin contribuyeron tan eficazmente el coronel Andrada
Y la gente del mismo Sandoval.
Otero, previa delegacin del mando en Saravia, abando-
n la provincia en abril de 1842, pasando a la ciudad de Bue-
nos Aires, adonde lleg el 19 y fu alojado en la misma casa
(calle Mayo) que, dos meses y medio antes, haba ocupado el
general Aldao.
A pesar de la residencia de Otero en esta ciudad, de la
que nunca sali despus, ni an por su nombramiento de mi-
nistro plenipotenciario cerca del gobierno de Bolivia, continu
titulndosele gobernador de Salta, hasta el 13 de octubre de
1844, que la provincia nombr un sucesor en propiedad.
No obstante su residencia en Buenos Aires, Otero reciba
puntual y generosamente su sueldo de ministro plenipoten-
ciario y tena el encargo de estar en correspondencia con las
repblicas vecinas del Per, Bolivia y Chile, lo mismo que el
seor don Jos Mara Eojas y Patrn con el Brasil, en cuanto
tuviera relacin con la poltica dominante a la sazn.
Su ministro general de gobierno de Salta fu el doctor
Fernando Arias, y su secretario privado en esta ciudad, para
los fines ya indicados, el seor don Justo Maeso, ex jefe de la
oficina de Estadstica y residente desde muchos aos, en Mon-
tevideo.

1841. Coronel Gaspar Lpez, nombrado interino en


junio, habiendo contribuido eficazmente al arreglo y movili-
zacin de una brillante divisin de caballera y artillera,
provista de todo lo necesario, que march para La Kioja, don-
de los generales Benavidez, Aldao y Lucero, despus de haber
vencido a Brizuela, trataban de estorbar el paso a La Madrid,
que se acercaba con el ejrcito del norte, y que tuvo, como ya
se sabe, un fin desgraciado.
No considerndose el coronel Lpez capaz de emplear las
necesarias medidas de energa en las difciles circunstancias
de aquella poca, deleg el mando, en julio, en el general Dio-
nisio Puch. A
mediados -de septiembre lo reasumi, hasta el
13 de octubre, que, en el inters de salvar la provincia del
HISTORIA DE LOS QOBERN ADOBES DS LAS PEOVINCIAS ARGENTINAS Io9

victorioso ejrcito de Oribe que la invada y que se encon-


traba ya en Metan, prefiri delegar el cargo.

1841, General Dionisio Fuch, delegado de Lpez.


Apenas instalado en el gobierno, estall en Salta (22 de
julio) un motn militar, cuya relacin es como sigue
"Haban regresado de la frontera algunos soldados per-
tenecientes a la divisin que el gobernador Puch destin a
perseguir la montonera que estaba localizada en Metan, Esta
obtuvo rendir la infantera en el Ro de las Piedras, por dis-
persin de la caballera al avistar la montonera, y por haber
agotado las municiones en el reido combate que sostuvo, pa-
rapetada en el cerco del potrero de la estancia de la Sierra.
"El hroe de la desgraciada jornada fu el sargento Fer-
nando, joven de 16 aos, que haba alentado a sus acalorados
compaeros, y con nimo esforzado, contest a las intimacio-
nes de los montoneros "no nos rendimos" sosteniendo
el combate hasta quemar el ltimo cartucho.
"Este contraste ocasion que el gobernador, general
Puch, organizara una fuerte divisin de 500 hombres, desti-
nada a batir la montonera la que, estando p'ara marchar, for-
;

m la infantera cuadro en el extremo nordeste de la plaza, y


la caballera ocup la calle Victoria, al este,
"Eran las diez de la maana del 22 de julio de 1811. La
divisin reciba de manos del capitn Fras cuatro reales; al
tomarlos, el sargento Fernando, le dijo nos han ofrecido lla-
:

gar cinco pesos, y por cuatro reales no se va a perder la vida";


arroj los cuatro reales y carg el fusil. En ese instante, se
vio a ocho soldados siguientes de la derecha cargar al propio
tiempo sus armas :el sargento Pomares, como ms veterano,
fu el primero que carg el fusil, da dos pasos al centro del
cuadro, hinca la rodilla y apunta al general Puch, que se en-
contraba en el centro del cuadro. El capitn Fras separa el
fusil con su espada, y sale el tiro al aire, sin direccin. Po-
mares logra escapar sin ser perseguido, y refugiase en la zan-
ja del norte.
"Los dems soldados no siguieron el movimiento, y el

motn fu sofocado por el general Puch. nterin esto ocurra,


la caballera haba desaparecido; se le hizo regresar a la La-
gunilla.
"El sargento Fernando y los seis compaeros del motn
eran conducidos al cuartel.
"Manda el general Puch guardar las bocacalles de la pa-
lio iNTONIO ZINNY

za, con orden de no dejar entrar ni salir: hace venir sacerdo-


tes, para que absuelvan a los presos, y los hace fusilar en la
plaza.
"Eran las doce del da cuando tuvo lugar la ejecucin.
Despus de dos descargas, la fuerza pasaba ya sobre los ca-
dveres, cuando el sargento Fernando se levanta del banquillo,
camina con paso firme, arroja la venda y dice ''Soy Uhre
por la ley, porque me han errado dos descargas".
Todo qued paralizado el asombro se apoder de todos
'
' :

los circunstantes. El jefe ejecutor pide nuevas rdenes, y en


su cumplimiento el sargento Fernando fu muerto.
"La divisin march inmediatamente a su destino.
"El gobernador Puch dio cuenta de este suceso, pasan-
do al general Lavalle, que se encontraba en Tucumn, la co-
municacin siguiente: "Salta, julio 31 de 1841. Oficialmen-
te comuniqu a usted el motn que tuvo lugar en la plaza
principal de esta ciudad y de la marcha de la divisin de
500 soldados al sur de la provincia, despus de la ejecucin
de siete individuos, principales promotores de este desorden.
Dionisio Puch."
.

"Si
el motn militar hubiera tomado mayores proporcio-
nes, era indudable que la provincia se insurrecciona, el gene-
ral Lavalle se hubiera visto detenido, y el ejrcito libertador
hubiera perecido en manos de Oribe, que lo persegua." (1)
El general Lavalle entr (22 de agosto) en la ciudad de
Salta, donde fu recibido con el mayor entusiasmo, sin que
esto importara la existencia de confianza en el xito de la
empresa en que todos estaban empeados entonces. En vista,
pues, de este malestar Puch present su renuncia
poltico,
(6 de septiembre), pero no
fu aceptada; y a pesar de in-
le
timrsele se presentase en el acto, bajo la ms severa respon-
sabilidad ante la patria en peligro, la reiter hasta tercera
vez, sindole al fin admitida el da 9.

1841. Don Mariano Bentez, nombrado por renuncia


del precedente, el 9 de septiembre, pero su gobierno slo dur
dos o tres das.

1842. Coronel Manuel Antonio Saravia, desde abril


hasta el 11 de diciembre, que, por ley de la provincia, qued

(1) Zorreguieta, en La Reforma de Salta de lo de agosto de 1877.


HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS III

Otero reconoxjido y proclamado gobernador y capitn general,


y aqul en delegacin hasta el regreso de ste.
Sin embargo, como Otero jams regresara, ni contestase
la comunicacin que le fuera dirigida al efecto, la Legislatura
dict 'otra ley (18 de septiembre de 1844), disponiendo se
practicasen nuevas elecciones para diputados, que se haban
mandado suspender por la anterior de 11 de diciembre de
1842.
Instalada la nueva Legislatura, procedi a la eleccin de
gobernador propietario, verificndolo en la persona de Sara-
via, quien, en tal carcter, tom posesin del cargo el 13 de
octubre (1844) por el trmino que expira en igual fecha de
1846.
Acompale, en calidad de ministro general de gobierno,
el ciudadano don Juan Pablo Figueroa.
El acta del pronunciamiento que haba tenido lugar el
13 de abril de 1840, contra la dictadura, se mand quemar
por mano del verdugo (25 de julio de 1842), en la plaza prin-
cipal de Salta, en presencia del gobierno y de todo el pueblo;
declarando al mismo tiempo nulos y de ningn valor todos
los actos y transacciones polticas que emanaron de la admi-
nistracin de los denominados unitarios y que tuviesen ten-
dencia a comprometer el honor de la Confederacin Argenti-
na; as como a menoscabar su integridad, sentando por acta
ese acuerdo y firmndolo los siguientes
Manuel Antonio Saravia, coronel, gobernador delegado.

Fernando Arias, ministro de gobierno. Pedro de Uriburu,

juez de alzadas. Nicols Carenzo, juez de primera instancia.
Antonio del Pino, ministro tesorero intendente del ejrcito.
Manuel Mariano Ormaechea, procurador general de ciudad.
Francisco Tejada, defensor general de pobres y menores.

Apolinar Saravia, jefe del estado mayor. Evaristo de Uribu-
ru, .coronel.
ngel Mariano Cerda, comandante general de

armas. Jos Mara Rivero, coronel. Juan Antonio Alvara-
do, presidente del tribunal mercantil.
Teodoro Correa, vocal

de dem. Juan Manuel Aguirre, id. de id. Atanasio Mar-
tnez de Triarte, intendente interino de polica. Antonio
Gonzlez y Sanmilln, provisor vicario capitular del obispa-
do.
Juan Jos Castellanos, cannigo Ermenegil-
doctoral.
do Arias, cura rector. Jos Manuel Salguero, Manuel id.

Antonio Marn, capellndel colegio de educandos. Toms


del Campo, juez del cuartel niim. 1..Pedro Ortiz, id del 2..

Bartolo Mndez, id del 3.. Guillermo Fernndez, id del


112 ANTONIO ZINNY

4..
Aniceto Latorre. Toms Arias. Juan Nepomueeno de

Uriburu. Manuel Alejandro Espinosa. Nabor Crdoba, etc.
etc., etc.

* \ .

* *

Como todas las dems provincias, la de Salta, por medio


de su Legislatura, dict una ley el 19 de junio de 1845, pre-
sentando un voto de gracias y reconocimiento a la persona del
"primer hroe americano (Rosas), que ha sostenido con sa-
bia poltica, energa y poder, la independencia de la patria,
su soberana y dignidad de sus leyes", con motivo de la in-
tervencin anglo-francesa en el Ro de la Plata. Ese voto ha-
ba de leerse todos los aos, en el solemne aniversario del da
9 de julio, despus de leda, como era de costumbre, el acta
de nuestra emancipacin poltica, incluj^endo las tres pocas,
en que luciera el hroe argentino, la primera en 1820, la se-
gunda en 1828 y la tercera en 1835, consignadas ya en la his-
toria de Amrica y que sirve de considerando para el referido
voto. Adems, el retrato de Rosas haba de colocarse, como se
coloc, en la sala de sesiones, en medio de dos cuadros, conte-
niendo, el uno, el acta y declaracin de la independencia, y
el otro, la citada sancin.
A tanta humillacin, a que haba cado el pueblo argsn-
tino, en todos los ngulos de la Repblica, Rosas contest al
gobernador Saravia no poder aceptar para s solo un honor
que corresponda a los gobernadores de las provincias, a sus
legislaturas y a la nacin argentina; al mismo tiempo que los
principios invariables, que siempre profesara, le hacan creer
inconciliable con la sencillez del sistema republicano toda dis-
tincin eminente y extraordinaria a una persona. En conse-
cuencia, renunciaba los honores y distinciones, expresando su
reconocimiento a la junta de representantes de Salta.
Los emigrados argentinos, asilados en Bolivia, mantenan
en continua alarma a los gobiernos de Salta y Jujuy, con
nimo de cambiar el orden de cosas, con puaditos de patrio-
tas decididos, pero sin la menor esperanza de xito favorable.
En octubre de 1845 combinaron una expedicin sobre la
provincia de Jujuy, despus de sus frecuentes reuniones en
Choroma, en casa del coronel "Wi^de. La referida expedicin,
compuesta de unos 100 hombres ms o menos, entre jefes y
oficiales, a saber: coronel Anselmo Rojo, jefe; coronel Juan
IIISTOKIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS II3

Crisstomo Alvarez, segundo jefe de estado mayor; don Juan


Manuel Ubierna, comandante Toms Lobo, un capitn, her-
mano de ste, capitn Benito Martnez, Rodrguez (santafe-
cino), Felipe Basualdo, Ayudante Felipe Garzs, teniente
Juan Manuel Araya (boliviano), subteniente Dionisio Jurez,
teniente Jaramillo, ayudantes del estado mayor Mariano Paz
y Pedro Pascual Castellanos,' comandante Rufino Canclii, Ra-
fael Alvarez, Jos Gutirrez, Gabino Robles, Lorenzo Zelaya
y cuatro oficiales ms. La tropa constaba de 60 bolivianos, 30
de infantera y 30 de caballera, 24 coraceros argentinos, ar-
mados stos de tercerola y sable, con 3 paquetes de municin
y 3 piedras, etc. En Tarija se incorporaron los emigrados
Mariano Bentez, Doroteo Correa, Mateo Ros, Benito Alva-
rez y Roque Alvarado; desde all pasaron a la Quiaca, punto
de reunin de la mencionada fuerza, rompiendo la marcha el
25 de septiembre sobre Humaliuaca. El plan, segn declara-
cin de don Rafael Alvarez, ante el intendente de polica de
Salta, coronel Zenn Saravia, era quitar al gobernador Iturbe,
de Jujuy, a su ministro y al intendente de polica, y de fu-
silar igualmente que a stos, de, comandante para arriba.
Con una fuerza tan insignificante, se present la expedi-
cin en la frontera de Jujuy, y con slo la noticia de haber
sido sentidos, se pusieron en fuga, como era consiguiente., des-
de que el gobierno de Salta tena una fuerza de 5.627 hom-
bres, distribuida como sigue

En la capital 900
En Tos Sauces 600
En la frontera del Rosario 527
En los Valles Calchaaues 600
En Oran 1.000
En los puntos de las fronteras del este y
regimientos de Guachipas 2.000

El gobierno tuvo siempre una fuerza respetable sobre las


armas, en precaucin de las invasiones frecuentemente anun-
ciadas, hasta por cartas del coronel Wenceslao Paunero, que
haban sido interceptadas, haca muchos meses antes.
Lo nico que consiguieron los expedicionarios fu poner
en alarma a las provincias del norte y prepararse para su in-
mediato rechazo, como sucediera.
La declaracin de don Juan Alvarez Prado, subdelegado
de la Puna, se extiende algo ms que la de don Rafael Alva-
114 ANTONIO ZIXN

rez. Deca que su destino exiga de l una vigilancia activa en.


la paz y tranquilidad; que desde que se
conserA''acin de la
comenzaban a oir voces alarmantes de invasin, le era nece-
sario descubrir su origen y fundamento, e impedir que se re-
novasen los sucesos de 1842, en que, una partida de antirro-
sistas, salida del territorio boliviano, invadi nuestro territo-
rio y saque el pueblito de Santa Catalina; que, con ese moti-
vo se traslad a inmediaciones de la lnea divisoria del terri-
torio boliviano, para informarse ms de cerca de personas fi-
dedignas; que el 20 de septiembre (1845), a las ocho de la ma-
ana, estuvo en Sococha, pueblo de Bolivia, donde se le infor-
m que el emi^Tado comandante Toms Lobo se haba presen-
tado en Tupiza, pocos das antes, con 15 hombres, y condu-
cidos desde La Paz; que, con ese aviso, regres, y al siguiente
da, estando cerca de Yavi, como a las doce de la maana, re-
cibi parte de Tacna y en seguida de Cerrillos, que dista 12
leguas, en que se Te deca que el expresado Lobo, con el co-
mandante don Juan Manuel Ilbierna y don Pedro Pascual
Castellanos, comandando 20 soldados, se haban posesionado
de dicho punto, en el que haban publicado un bando decla-
rndose jefes de la Puna, y esparciendo proclamas sediciosas:
mas que, sabiendo esto los vecinos de los pueblitos inmediatos
de Rinconada y Cochinoca, se reconcentraron al interior, para
incorporarse a la fuerza que los rechazara; que no teniendo
en el pueblo de Yavi ninguna fuerza, march solo para Hu-
mahuaca, y a distancia de pocas cuadras fu sorprendido por
una avanzada de cuatro soldados enemigos, que le persiguie-
ron hasta que> rodando su caballo, fu aprehendido. Que le
llevaron al pueblito donde estaban reunidos los enemigos al
mando de Lobo que stos marcharon en seguida a La Quiaca,
;

llevndole en clase de preso, juntamente con el cura don Pe-


dro N. Moreno. Que el 22 siguieron presos en La Quiaca; que
entre las diversas conversaciones que tuvo Lobo le mostr un
pasaporte que llevaba del presidente Ballivin, el cual deca
as: "Pasa libremenie el comandante del 2. escuadrn de
Coraceros, Toms Loho, con 15 soldados y 3 oficiales de los
mismos, a la BepnMica Argentina; por tanto, las prefecturas,
fjol)iernos y corregimientos no les pondrn impedimento, dn-
tes s, les proporcionarn auxilios. Paz, agosto de 1845. Ba-
llivin." (1) Que la manifestacin que de este pasaporte le

(1) del n-.-inistro de Bolivia. don Jos Mara Silva al prohierno


En nota
argentino, desmiente la autenticidad del pasaporte firm'ado Ballivin..
se
dando los fundannentos para considerarlo un hecho inventado.
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PRO\T:iSrCIAS ARGENTINAS 1I5

hiciera Lobo, tuvo por objeto persuadirle (a Lobo) que su in-


vasin a nuestro territorio se efectuaba con acuerdo y cono-
cimiento del presidente de Bolivia; que lo mismo repetan los
dems oficiales. Que el 23 se le compeli a que escribiese una
carta al comandante don Pedro P. Hurones, del pueblo de
Humahuaca, curo contenido fu dictado todo por Lobo y
IJbierna, invitndole a reunrseles y aparentando mucha ms
fuerza que la que tenan que teniendo l plena seguridad y
;

confianz-a de la acendrada divisin, lealtad y patriotismo del


comandante Huyones, no dudaba que su carta, as arrancada,
sera un a\so para el gobierno, como efectivamente sucedi.
Que el 24 lleg el coronel don Anselmo Rojo, comandante ge-
neral de la expedicin, con una escolta de ocho hombres, sus
ayudantes y auditor de guerra, segn le comunicaron los mis-
mos oficiales; que a las diez de la noche se le hizo comparecer
ante s; que todo el intento de Rojo se reduca a persuadirle
que vena mandado por el presidente Ballivin; que la inva-
sin se liara por tres puntos, l por el can de la Quebrada
de Humahuaca, sobre Jujuy, con 100 hombres, 70 bolivianos
y el resto emigrados argentinos; don Mateo Ro, de Oran, con
igual nmero, todos bolivianos, 40 infantes y 60 de caballera,
j el coronel Aquino por la va de Chile, con el mismo nmero
de hombres, para invadir los pueblos de Cuj^o, asegurando
Rojo que el general Juan Pablo Lpez (a) Mascarilla, exista
en Santa Fe con 4.000 hombres, que Rosas estaba fuera de
Buenos Aires y que los franceses ocupaban ya esta capital.
Que el 25 fu (Prado) entregado, bajo escolta, al coronel don
Juan Crisstomo Alvarez, y dieron principio a la marcha a
las once de la maana con 120 hombres, inclusos los jefes y
oficiales, y acamparon en Cangrejillo. Que el 26 continuaron
la marcha y acamparon en Poyita; que en la marcha le dijo
Alvarez que en Tarija tena a sus rdenes un batalln, y que
por no creer necesaria ms gente no lo traa, pero que si fuese
necesario lo hara venir a ste y otros ms, y que el presiden-
te Ballivin les haba ofrecido la gente que quisieran de su
ejrcito. Que el 27 recalaron a la Cueva, y a las ocho de la no-
che se comenz la marcha, yendo a amanecer en el pueblo de
Humahuaca; que all se acamp el 28 un rato, pasando luego
a Uqua. Que en esta marcha cay prisionero el teniente Jos
Maidana, que estaba de avanzada con 15 hombres en Tres
Cruces; que fiado ste en su valor no conoci la debilidad de
fu caballo, en la fuerte carga que le hicieron; que esa fu la
Il6 AXTOXIO ZINNY

nica desgracia que aconteciera en toda la marcha. Que en


Uqua, no encontrando forraje alguno los incursores para los
caballos, ni el menor asomo de comestibles, se vieron en la ne-
cesidad de regresar prontamente, porque 100 hombres mili-
cianos, que comandaba don Pedro P. Huyones, les impusieron
sin dejarles ms recursos que regresar muertos de hambre y
marchando en toda la noche, hasta amanecer, en el lugar de
la Negra Muerta. Que aqu hicieron alto el 29, para tomar
alimento y dar forraje a los caballos; que, como a las doce del
da se divisaron 4 hombres con direccin al campamento per-
;

suadindose que era alguna descubierta enemiga, dieron la


orden de asesinarle (a Prado) y a Maidana al primer tiro
que les hiciesen los hombres, que crean ser descubierta; mas
eran 4 hombres de la misma tropa que haban quedado atrs.
Que, despus de A'arias marchas y huyendo de las fuerzas de
Jujuy, regresaron los invasores al territorio boliviano, de
donde haban salido, llevndolo en clase de preso. Que en la
marcha le comunic el capitn Garca que acababa de recibir
de su compaero Rojo comunicaciones del prefecto de Tarija
en las que le ordenaba se retirasen a las fronteras de Bolivia,
para auxiliarlos con ms gente, y que pronto renovaran ms
prontamente sus incursiones. Que acampados en Yalnapa (te-
rritorio boliviano)apareci el comandante del resguardo, don
Segundo Pareja, los desarm, poniendo a Prado en libertad.
Que se suscit en aquel acto mucho alboroto y confusin; que
el comandante Pareja procur aquietarlos y contradecir las
inculpaciones que hacan al presidente Ballivin por haber
desistido de la empresa, despus de haberlos lanzado en ello,
sin que alcanzasen a descubrir el motivo secreto de este cam-
bio sbito. Que esta fu una cuestin muy acalorada entre Pa-
reja y Rojo, apoj^ado por todos sus compaeros. Que no le
qued (a Prado) duda alguna de que esa farsa se exhiba a
su vista con premeditado y convenido designio, agregndose
el arresto del coronel don Juan Crisstomo Alvarez, coman-
dante general de Tarija, quien fu conducido a La Paz, di-
ciendo ste que inmediatamente vera al presidente Ballivin,^
cuyas rdenes invocaba. Que al despedirse de l (de Prado),
el comandante Pareja le encarg dijese al gobernador de Ju-
juy, coronel don Jos Mariano Iturbe, que en aquella inva-
sin, hecha sin conocimiento alguno suyo, no tena la menor
influencia el presidente Ballivin, cuya conducta y cualidades
alabara en un largo y caluroso discurso. Que, oyndolo Rojo,.
HISTORIA DE LOS GOBERXADOKES DE LAS PROVINCIAS xVRGENTIXAS II 7

le llam ste, dicindole que todo lo que haba expresado el


comandante Pareja era una fbula, y que el desarme era mera
apariencia, para que Prado fuese testigo de ese aparato. Que
en el acto regres a Yavi y dio cuenta a Iturbe de su llegada.

Durante ia administracin del coronel Saravia se mand


imprimir el mensaje del gobierno general correspondiente al
ao de 1845, en nmero considerable, y se reparti en toda la
provincia, con el fin de manifestar la gratitud del pueblo sal-
teo a Rosas, por las palabras encomisticas que en l se hallan
consignadas, alusivas a la actitud de Salta y Jujuy, para con
los invasores por la frontera del norte de la Repblica desde
Rolivia, que fu inmediatamente repelida, segn queda re-
ferido.
A pesar de los continuos amagos de perturbacin, a que
ia provincia estuvo siempre expuesta, de parte de los emigra-
dos argentinos, que, desde Bolivia, acechaban el momento que
consideraban oportuno para derrocar la tirana, no por eso
dej de introducirse algunas mejoras, en el sentido material.
El nmero de casas trabajadas en losi dos ltimos aos
de la administracin Saravia, era de 102 templos trabajados
;

en la campaa, 6. Se construy un puente ms, que dejaba ex-


pedita la salida al campo, habindose hecho tiles para el tr-
fico tres calles, que antes no daban desde la ciudad fcil acce-
so al ro para los carruajes. De manera que la ciudad de Sal-
ta, rodeada de manantiales por sur y norte, tena ya 6 puentes
de construccin do cal y piedra, que facilitaban a todas direc-
ciones el trfico diario con toda comodidad. Se compr un re-
loj encargado a Europa, para colocarlo en la torre del cabil-
do, donde estuvo el antiguo. La agricultura marchaba a pasos
agigantados; existiendo establecimientos de caa dulce (que
se produce sin riego) y destilaciones que prometan ser un
ramo de riqueza importante.
Enjunio de 1844, Saravia concedi a una sociedad pri-
vilegio exclusivopara elaborar, por el trmino de ocho aos,
la yerba mate, que se fabricaba con suceso en el territorio de
Oran, y que, a juicio de una comisin competente nombrada
para reconocerla, resultaba ser de mejor calidad que la que
se introduca en la plaza de Salta con el nombre de Parana-
gu. Los yerbales de que abunda la provincia, son en tanta
I 1 ANTONIO ZINNT

copia, que, segn informes de prcticos, eran, en aquella po-


ca, ms que suficientes, i^ara proveer con sus productos a to-
da la Repblica.
Amenazada la ciudad de Oran y su campaa por los in-
dios del Chaco, que, despus de haber invadido los Llanos de
Manso, invadieron por tres puntos distintos, en nmero con-
siderable, y reclamada por su- municipalidad y por su tenien-
te gobernador una pronta y eficaz proteccin, Saravia mar-
ch (julio) con una divisin auxiliar para salvar aquella ciu-
dad, y consigui escarmentarlos, persiguindolos hasta pene-
trar muchas leguas en los desiertos del Chaco. Esta operacin
de guerra era insuficiente para garantir aquellas poblaciones
de futuras depredaciones de los salvajes, y convencido de ello,
Saravia pidi (18 julio de 1845) y obtuvo (23 de id) autori-
zacin para establecer un fuerte en Los Llanos de Manso
(banda oriental del Bermejo), para afianzar en lo sucesivo la
seguridad y propiedad de aquellos vecinos.
Ocupado ya en preparar los medios para esa empresa,
Saravia se vio en la necesidad de convertir aquella fuerza en
rechazar una invasin que tuvo lugar (22 de julio de 1845)
al territorio de la Repblica, por los emigrados argentinos,
refugiados en Bolivia, a qiie ya, se hizo referencia.
De las facultades extraordinarias, con que Sara^da, como
los dems gobernadores, estaba investido, no hizo uso de ellas,
sino en favor de la clemencia. Dio un decreto de amnista,
para que pudiesen regresar a la patria los que se haban com-
plicado en los acontecimientos del mes de septiembre de 1844,
con algunas excepciones.
Tampoco desatendi la instruccin primaria de la juven-
tud, tanto en la ciudad como en la campaa, hasta en los n-
gulos ms remotos, no habiendo entonces en la jDrovincia jo-
ven de quince aos que no supiese, por lo menos, leer y es-
cribir.
Con el auxilio de personas entendidas en la materia, Sa-
ravia form, en 1845, un reglamento que hiciera, como hizo
cesar el semillero de pleitos que acarreaban mucha disencin
y "discordia en el vecindario, con motivo de las grandes inver-
nadas de las tropas de muas que del territorio de Salta, por
sus pastos, clima y posicin geogrfica, limtrofe a Bolivia, se
internaban a los mercados de la Repblica vecina.
El ejrcito de la profnela, en 1846, se compona de un
batalln de infantera de las tropas cvicas de la ciudad y de
n regimientos de caballera de las milicias de campaa.
HISTORIA DE LOS GODEKXADORES DE LAS PKOVIX'CIAS ARGENTINAS g
1844. Don Juan Pablo Figueroa, delegado de Saravia,
desde diciembre liasta marzo siguiente, la primera vez, y des-
de el 4 de julio hasta septiembre (1845) la segunda, por ha-
ber tenido ste que salir a campaa en auxilio de la ciudad
ds Oran.

1845.
Coronel Evaristo de Urihuru, delegado de Sara-
via,durante la ausencia de ste, en julio, con motivo de las
amenazas de los indios del Chaco sobre la ciudad de Oran y
su campaa, y por haber tenido, despus de esta operacin^
que rechazar la invasin de los emigrados argentinos.

1846. Coronel Jos Manuel Saravia, nombrado en pro-


piedad el 13 de octubre, habiendo tenido por ministro gene-
ral al doctor Juan de Dios Usandivaras y en seguida a don To-
ms Arias.
En mayo (2) de 1847, por haber tenido que salir a cam-
paa, deleg el mando en don Toms Arias. La segunda vez
que se ausent (17 de junio de 1848) de la capital, dej de
delegado al teniente coronel Nicols Saravia.
Ejerci el mando de la provincia hasta el 25 de octubre
de 1848, y al descender de l fu, por la cmara de represen-
tantes, en nombre de la provincia, hecho general y obsequia-
do con una espada de distincin correspondiente al grado.

1847. Don Toms Arias, ministro general, delegado de


Saravia, durante su ausencia, en mayo, a la ciudad de Oran
y a las fronteras del "Ro del Valle.

1848. Teniente Coronel Nicols Saravia, delegado, du-


rante la ausencia del propietario en campaa, en junio.

1848, Coronel Vicente Tamayo, electo en propiedad el


25 de octubre, habiendo asociado a su administracin al doc-
tor Nicols Carenzo, en calidad de ministro general.
Una revolucin que estallara (22 de febrero de 1849) en
Jujuy, encabezada por el coronel Mariano Santibez, oblig
a Tamayo a marchar a la cabeza de una fuerte divisin sobre
aquella pro\incia, con el objeto de reponer al gobernador
Castaeda, que haba sido derrocado, y durante su ausencia
<n esta v otra oeasin (abril) deleg el mando en su ministro

doctor Carenzo.
Termin su perodo el 25 de octubre de 1850.
I20 ANTOIO ZIXJS'Y

1849. Doctor Nicols Carenzo, delegado de Tamayo, la


primera vez en febrero y la segunda en abril.
Refrendaba las disposiciones gubernativas el oficial mayor
don Fortunato Tamayo.

]850. Doctor Pedro rihim, interino, (25 de octubre a


1 de noviembre) en ausencia del

1850. General Jos Manuel Saravia, electo en propiedad


el 25 de octubre y puesto en posesin el 1. de noviembre.
Tuvo por ministro al teniente coronel Celedonio de la
Cuesta.
La Legislatura autoriz (28 de noviembre) al goberna-
dor Saravia, para que, por s solo, hiciese todos los arreglos
que juzgara convenientes en los diferentes ramos de la admi-
nistracin, sin poder alterar ninguna ley fundamental no ;

importando, empero, esa autorizacin una investidura de la


suma del poder pblico que se hallaba conferido al jefe su-
premo, Rosas, bajo cuya sujecin haba de obrar el gobierno
de Saravia, segn los casos. Al acordar a ste dicha autoriza-
cin, que slo haba de durar seis meses
hasta el 28 de ma-
yo de 1851 se impona a Saravia la obligacin de dar cuen-
ta a la Legislatura del uso que hubiese hecho de las facultades
que se le concedan para su examen y aprobacin.
Con motivo de la revolucin que tuvo lugar en Jujuy, en
agosto de 1851, el gobernador Saravia, invitado o solicitado
personalmente por el comandante .general ex gobernador de
Jujuy, don Mariano Iturbe, y su ex ministro don Gumersindo
Ulloa, march a la cabeza de una fuerte columna y, despus
de haber impuesto a Iturbe para gobernador, mand capturar
a los sindicados por salvajes unitarios que pudiesen emigrar
por el punto de los Molinos y toc la desgracia de ser tomado
el coronel don Mariano Santibez, presidente de la junta
permanente, el cual fu al punto amarrado y conducido a San
Pedrito, en donde se le remach una pesada barra de grillos,
que arrastr por dos das, habiendo sido decapitado al tercer
da, a las ocho de la maana.
Durante su ausencia qued de delegado su ministro Cues-
ta, y despus de esta sangrienta campaa reasumi el mando
en 20 de septiembre, hasta principios de 1852, que lo delega-
ra nuevamente en don Juan Manuel Aguirre, para no vol-
verlo a ejercer ms.
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS rROVIXCIAS ARGENTINAS 12 1

En SU nota a Rosas, comunicando aquel hecho, Saravia


acusaba al desgraciado coronel Santibez de haber sido el
que, en 1834, hiriera mortalmeute al general Pablo de La
Torre, el que, en 22 de febrero de 1849, encabezara 'el movi-
miento anrquico desnudando de la autoridad a don Pedro
Castaeda, gobernador de Jujuy, y el agente, para introducir
en aquellos pueblos, los impresos del seor Sarmiento.
A las cinco de la tarde del 3 de marzo de 1852 tuvo lugar
un movimiento popular, que produjo la deposicin de Sara-
via en la persona de su delegado, huyendo aqul en seguida a
Santiago del Estero. Slo se concedi garantas a su persona,
en atencin a que su marcha poltica, con especialidad desde
que tuvo noticia del pronunciamiento del general Urquiza, el
1. de mayo de 1851, fu en abierta oposicin a los intereses

de la Repblica y al voto ardiente del pueblo salteo.

1852.
Don Juan Manuel Aguirre, delegado de Saravia,
desde enero a febrero, hasta el 3 de marzo, que fu obligado
a dimitir el mando en la Municipalidad, por el hecho die la
deposicin del propietario.

1852. La Municipalidad, en ejercicio del P. E. durante


ana o dos horas del da 3 de marzo.

1852. Don Toms Arias, gobernador provisorio, acla-


mado por pueblo en la plaza mayor, el 3 de marzo, a conse-
el
cuencia de la deposicin de Saravia.
Ejerci el gobierno provisorio hasta el 1. de mayo que
entrara a desempearlo en propiedad, habiendo llamado para
compartir con l las tareas de la administracin, en calidad de
ministro secretario general, al doctor Bernab Lpez, y duran-
te la ausencia de ste, ^el oficial i." don Jos Manuel Outes,
autorizaba los actos gubernativos.
En el acto de recibirse Arias del bastn de mando, el
doctor Facundo Zuvira, presidente de la sala de repres;en-
tantes, pronunci un bellsimo discurso que mereci, con jus-
ticia, la acogida de toda la prensa argentina.
Invitado Arias, como los gobernadores de las dems pro-
vincias, al acuerdo de San Nicols de los Arroyos, celebrado
el 31 de mayo (1852), deleg el mando en don Miguel Fran-
cisco Aroz; y a pesar de no haber llegado a tiempo, ni l, ni
el de Jujuy, ni el de Crdoba, representado por su plienipo-
tenciario doctor Jenaro Carranza, tanto aqul como stos, se
AMONIO ZI^'^'T

adhirieron suscribiendo el citado acuerdo, en nmero de 15


jemplarfes, enPalermo de San Benito (1. de julio).
A su regreso de Buenos Aires, a fines de julio, Arias reasu-
mi el mando, hasta la nochp del 21 de mayo de 1853, que el
orden pblico fu alterado momentneamente por un motn
militar que estallara en la capital de la provincia, debido a la
traicin del jefe de la guarnicin, don Bernab Choeobar, aso-
ciado con don Indalecio Tolosa y algunos tucumanos.
A la simple noticia del motn, los milicianos de la cam-
paa y todos los sltenos volaron con las armas en la mano
en sostn del orden legal, pero al saber que el gobernador
Arias se hallaba preso y puesto en casa del doctor Linares,
bajo la garanta de ste, el cuidado de su persona les hizo
suspender el ataque sobre los revoltosos. Al da siguientie (22
de mayo), reunido el pueblo en asamblea, nombr una comi-
sin gubernativa y puso en libertad al ex gobernador, dndole
pasaporte para la provincia de Jujuy, puesta en armas por
su gobernador don Roque Alvarado, en apoyo del movimiento
que tuviera lugar en la misma Jujuy.
Al aviso de que Arias estaba en libertad, todos los depar-
tamentos se levantaron ms imponentes para restablecer la
pblica tranquilidad, como se efectuara sin grande efusin de
sangre. Los sediciosos, a quienes slo cost la vida de uno de
sus soldados, no encontrando ningn apoyo, quedaron redu-
cidos a un pequeo crculo.
Los representantes de la provincia trataron de reunirse
en el recinto de sus sesiones, mas no les fu posible realizarlo
por la manifiesta disposicin en que estaban los amotinados
para estorbarlo con la violencia y las armas.
Atenviadas despus esas causas, aunque n extinguidas,
pudieron verificarlo (2 de junio) declarndose en sesin per-
manente. Las deliberaciones y medidas expedidas por la jun-
ta, durante aquella sesin, en los das 2 y 3, fueron declara-
das, por la misma, sin efecto ni ulterioridades, desde que ha-
ban cambiado las circunstancias que las motivaran, con la
reposicin de Arias (3 de junio).
Con el objeto de evitar nuevos trastornos y hasta tanto
se pusiera en vigencia la constitucin del Estado y se dictase
la interior de la provincia, la junta, bajo la presidencia del
vicepresidente 1. don Casiano J. Goita, actuando como se-
cretario accidental, el diputado don Zacaras T'edn, sancion
una ley (15 de junio) disponiendo que, en ningn caso ni
por motivo alguno, podra el pueblo reunirse para deliberar,
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 1 23

crear autoridades o destruirlas. Cuando por algn accidente


quedase sin jefe el Ejecutivo, la autoridad gvibernativa re-
caera provisoriamente en una comisin de tres individuos del
seno de la Representacin, elegidos a pluralidad de sufragios
por los representantes qu'e pudieran en el acto reunirse, sea
cual fuere su nmero, no bajando de nueve. Y si por ausencia
de los representantes u otra cualquiera circunstancia, no pu-
diera tener lugar la reuniii y eleccin a que se hace referen-
cia, recaera el gobierno y se ejercera por uno de los funcio-
narios del poder judicial, empezando por el ms caracterizado.
Esta ley fu promulgada por el gobernador Arias al da
siguiente de su sancin.
La constitucin de la Confederacin Argentina, sancio-
nada por el congreso general constituyente, el 1. de mayo, en
la cindad de Santa Pe, fu promulgada por el gobernador
Arias, en 24 de junio y solemnemente jurada el 9 de julio etn
toda la provincia.

Los generales Celedonio Gutirrez, Jos M. Saravia, Ma-


nuel Lpez, etc., t'enan combinado un plan general, concer-
tado con un personaje residente en el Rosario, para asaltar,
por varios puntos, la Repblica, a fin de restablecer el antiguo
rgimen de la pseudo-federacin, que iba siendo planta ex-
tica, difcil de aclimatarse de nuevo. El primero de los referi-
dos generales anud amigables relaciones con el gobernador
Arias, a fin de preparar mejor el terreno a sus maniobras.
Conociendo Arias que el ex gobernador Saravia se diri-
ga a la frontera del sur a reunir fuerzas, con cuyo auxilio se
propona sofocar la opinin que progresivamente se pronun-
ciaba contra su administracin, le dirigi nna orden prescri-
bindole permaneciese en el punto donde fuese alcanzado,
despus de entregar el armamento y disolver la fuerza que le
acompaaba, reservando slo la muy necesaria para custodia
de su persona. Mas, como emprendiera la fuga precipitada-
miente al tener noticia del movimiento de las milicias de la
frontera, no pudo recibir la comunicacin sino en los confi-
nes de la provincia, desde donde, sin contestar oficialmente,
se intern en la de Santiago. All, menospreciando las garan-
tas acordadas, solicit de aquel gobierno, y le fu denegado,
<e\ auxilio de una fuerza con aue meditaba invadir a Salta.
124 ANTONIO ZIXNT

Despus de eso, se traslad Saravia a la capital de Tu-


cumn, a cuj^o gobernador, Gutirrez, pidi Arias lo manda-
se retirar de su territorio, a lo que se neg, ofreciendo, em-
I)ero, vigilar su conducta.
Descansaba Arias bajo la buena fe de esas relaciones^
cuando Gutirrez, no slo nombr a Saravia comandante ge-
neral de Tucumn, sino tambin, y a pesar "de ser reclamado
por el director provisorio, como eterno perturbador de la
paz de su provincia natural, le lanz (21 de agosto) sobre
Salta, a la cabeza de 500 hombres, cometiendo en su trnsito
en el norte de la provincia, todo gnero de excesos. Al pisar
Saravia el territorio salteo, se sublevaron sus partidarios-
contra el gobernador Arias y en apoyo de su antiguo caudi-
llo; pero el gobierno tena preparada una fuerte columna al
mando del coronel Aniceto Latorre, la cual cay sobre los in-
vasores, derrotndolos completamente (27 de agosto) en el
Ro del Rosario o Palata y escapando Saravia hacia Tucumn.
A consecuencia de este suceso, 'el gobernador Arias dispu-
so una invasin a Tucumn, para vengar en la perfidia del
general Gutirrez el insulto inferido a la paz de una provin-
cia hermana y el desconocimiento de la intimacin concluyen-
te de la autoridad nacional respecto de disenciones interpro-
vinciales.
Suspendido de su libertad, Saravia obtuvo, en 1855, por
declaracin del gobierno de la Confederacin, que el gober-
nador Lascano, de Catamarca, le otorgase pasaporte, para po-
der residir o transitar en cualquier punto de la expresada
provincia.
Arias ejerci el gobierno hasta el 9 de mayo de 1854.

1852. Don Miguel Francisco Aroz, delegado durante-


la ausencia de Arias al acuerdo de gobernadores en Buenos
Aires.

1853. Comisin Onhernativa, compuesta de don Pedro


A. Castro y don Miguel Daz de la Pea, autor del movimien-
to del 21 de mayo, contra el ex gobernador Arias, de acuerdo-
con el general Roque Alvarado, gobernador de Jujuy.
A los dos das (23 de mayo), ste, traicionando sus pro-
mesas a Daz, se intern en la provincia con fuerzas jujeas.
Apercibido de esta deslealtad, Daz fu a verse con Alvarado^
cuyas instancias y compromisos precipitaron el cambio per-
sonal de la administracin en Salta,
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 12 J

En el acto ele llegar EHaz a la Caldera fu preso e inco-


municado. Con esta noticia, don Pedro A. Castro march con
ana divisin de 700 hombres de infantera y caballera, a exi-
gir la devolucin de la persona de don Miguel Daz y hacer
salir del territorio las fuerzas jujeas.
En 'efecto,march ^batindose desde Castaares hasta
ia Caldera, desalojando a los invasores. En este ltimo pun-
to, celebr un tratado, por el que el vencedor resultaba capi-
tulado, comprometindose a depositar el mando en un terce-
ro y entregar al gobierno de Jujuy 7.500 pesos en dinero.
En el tratado hecho por Castro no apareca recuerdo al-
guno del otro miembro de la comisin gubernativa, Daz, que
permaneca preso.
Sin embargo, de haber estipulado que las fuerzas de Ju-
juy permaneceran en la Caldera, Alvarado continu su mar^
cha con sus fuerzas y con don Toms Arias, a la retaguardia
de la divisin >en que regresaba Castro, violando ya el conve-
nio. De este modo avanzaron hasta la ciudad de Salta, en don-
de, apercibidos los oficiales, comprometidos en el movimiento,
que iban a ser entregados, fugaron unos y se ocultaron otros,
que despus fueron proscriptos. La fuerza se entreg, luego
que se vio abandonada, sin jefe ni oficiales.
El coronel Rojo, que fu encargado por el mismo gobier-
no (la comisin gubernativa) del arreglo de ciertos asuntos
en Tucumn y Santiago, qued desterrado, igualmente don
Miguel Daz, miembro de la misma, fu hecho salir, por el go-
bierno de Jujuy del territorio argentino, pasando en seguida
a Bolivia.

1854. Do7i Miguel Francisco Aroz, gobernador interi-


no, desde el 9 de mayo hasta el 15 de abril de 1855, en ausen-
cia del electo en propiedad general Rudecindo Alvarado, que
se hallaba en el Paran.
El oficial primero de la secretara, don Jos Manuel Ou-
tes, refrendaba los actos gubernativos, hasta el 1." de julio,
que fu nombrado ministro el doctor Benjamn Dvalos.

1854. Brigadier General Rudecindo Alvarado, electo en


propiedad 9 de mayo (1854), cuando se hallaba desempe-
el
ando el ministerio de la guerra y marina de la Confedera-
cin, cargo que dimiti en noviembre (despus de haber pre-
sentado, el 4 de dicho mes, su memoria), fundndose, de una
manera contradictoria, en el mal estado de su salud y en el
120 ANTONIO ZINNT

deber en que .se liallabu de trasladarse a Salta, para tomar po-


sesin del gobierno a que fuera electo.
El 15 de abril de 1855 tom posesin del puesto, acompa-
ndole, en calidad de ministro general el doctor Juan de Dios
Usandivaras (1) desde el 9 de mayo.
Alvarado haba sido elevado (15 de noviembre de 1854)
al rango d-e brigadier de los ejrcitos de la Confederacin, per-
cibiendo el sueldo de su grado, como en actividad, cualquiera
que fuera su destino, dentro o fuera del teriMtorio de la Con-
federacin.
En mayo (27) deleg el mando en don Jos Mara Todd,
hasta septiembre, que lo reasumiera. Sin embargo, algunos
que queran verle descender del gobierno, para ocupar su lu-
gar, le hicieron tal oposicin que le obligaron a presentar su
renuncia. La inmediata aceptacin de sta fu origen de aca-
loradas discusiones en la cmara^ con motivo de sus reitera-
das renuncias.
Afectado vivamente el pueblo que no deseaba ver bajar
del gobierno a un hombre, a quien tanto estimaba y veneraba,
dirigi una peticin firmada por ms de 200 ciudadanos, cu-
ya presentacin decidi a la Legislatura a reconsiderar la re-
nuncia que ya haba sido aceptada. Decretada su continua-
cin, Alvarado reasumi el mando de la provincia, hasta el 12
de octubre (1856), que lo trasmitiera a su sucesor el general
Manuel de Pueh.
Despus de sus numerosos servicios a la Repblica y a la
Amrica, el general Alvarado termin sus das en la ciudad de
su nacimiento. Salta, el 22 de junio de 1872.

1856. Don Jos Mara Todd, sustituto, durante la au-


sencia del general R. Alvarado, desde el 27 de mayo hasta el
5 de octubre.
Fu su ministro el doctor Jos Manuel Arias.

1856.Z>o Martn Gemcs, interino, desde el 5 hasta el


'20 de octubre.

1856. General Manuel de Pnch. Tuvo por ministro a


don Jos Mara Orihuela primero, y en seguida al doctor don
Benjamn Villafae.

(1 ) ]^l doctor IT.sandivara.s. miem'bro del condeso del Paran, ministro


<lrl gobierno de Jujuy y de Salta, falleci en diciembre de 1S5T.
HISTORIA DE LOS GOBER^'ADORES DE LAS PROVIXCIAS AKGE^XINAS 1
27

La administracin de este seor slo dur siete m-eses,


desde 20 de octubre (1856) hasta el 7 de junio de 1857, que
el
dimiti el mando, para pasar a Europa, donde cooper al
fomento de la inmigracin, cuj'o ofrecimiento, fu aceptado
con muestras de agradecimiento por la representacin pro-
vincial.
La memoria que present a la Legislatura dando cuenta
de su corta administracin es uno de esos documentos que re-
comiendan por s solos a un gobernante.
El pueblo salteo recordar siempre con agradecimiento
el nombre del general Pucli.
Bajo su administracin, grandes e importantes son las re-
formas, las mejoras y los adelantos qu el pueblo presenciara.
El general Puch fu uno de los gobernantes que ms cum-
plidamente llenara sus propsitos.
Por medio de la ms estricta aplicacin de la ley, afirm el
imperio de las instituciones, inspirando al pueblo que presi-
di el ms acendrado amor a la Carta de Mayo.
Entre las mejoras que introdujera en la provincia, se re-
cuerdan las siguientes dar principio a la obra del ro iDroiii-
:
;_

bir el entierro de cadveres en los atrios de los templos inci- ;

tar el celo del poder judicial para la mayor publicidad de sus


actos procurar la creacin de un centro comn de reuniones
;

de placer para la culta sociedad de Salta, en una palabra, el


gobernador Puch demostr ser un mandatario ilustrado y pa-
triota.
Con su separacin del mando, la provincia de Salta per-
da uno de los ms ardientes sostenedores del orden pblico
pero el buen sentido d'e sus representantes eligi para suce-
derle al ciudadano Martn Gemes.
Al ausentarse de Salta, el general M. Puch dirigi, (18
de julio de 1857), a los guardias nacionales esta proclama:

"Sltenos. Debo ausentarme de vosotros por corto
tiempo, y llevo el consuelo de que cuanto dejo me pertenece
por patriotismo y amor. Yo he dado pruebas inequvocas de
este sentimiento, y no eseusar las ms, que en obsequio a
vuestra ventura, se imponga a mi lealtad.

"Guardias Nacionales. He sido vuestro jefe para po.
der penetrar con orgullo el pensamiento de orden que domina
'en vuestros valientes pechos ante este muro de bronce esco-
:

llaran cualesquiera sugestiones prfidas, que, felizmente, no


habis visto agitarse, y que espero con confianza no encon-
128 ANTONIO ZIXXY

traraiijams en la provincia el terreno en que g"erminar pu-


diera tan pestfera semilla. Bajo el imperio de la ley sois
dichosos sea siempre la ley el dolo d'e vuestros sacrificios.
;


"Paisanos. Tenis autoridades que velan por vuestra
fortuna, guiados por la senda trazada por nuestras institu-
ciones nacionales y provinciales. En aqullas est la expre-
sin de ^vuestro voto de confianza, y en vuestra adhesin y
concurso est fijado el porvenir de vuestra dicha.

"Saijteos. Tenis una noble ambicin de gloria venida
de nuestros mayores: defendedla con el mismo ardor con que
aqullos supieron hacerlo. Pertenece a vuestra fidelidad no
mancillarla por acto alguno que contradiga el espritu de h-
roes que lucharon hasta la tumba por la independencia y por
la libertad en la ley.Salta, julio 18 de 1857.

"Manuel Puch."

A los dos das parti ste acompaado de su hermano don


Dionisio, con destino al Paran.

1857. Don Miguel F. Aroz, interino, desde el 7 hasta


el 10 de junio.

1857. Don Martn Gemes, desde el 10 de junio hasta


el 10 del mismo mes de 1859.
El doctor Benjamn Villafae, ministro general en la ad-
ministracin anterior, acompa a Gemes en la suya, al prin-
cipio y sucesivamente, don Po Jos Tedn, don Gumersindo
Ulloa y don Casiano J. Goita.
Al poco tiempo de hallarse ste en el gobierno, se descu-
bri una tentativa de revolucin en Salta, con tendencia, so-
bre Tucumn y Catamarca, preparada, segn se crea, por los
individuos procesados Manuel Ramayo y Primitivo Medina,
oficiales y soldados dependientes del ex gobernador de Tucu-
mn, general Celedonio Gutirrez, y otros emigrados polti-
cos, como Gabriel Carranza y Carlos Gutirrez, que, desde
mucho tiempo antes haban vivido en Salta pacficamente, sin
dar motivo en su conducta pasada de alarma alguna. Apenas
apareci el general Gutirrez, aqullos trataron de seducir a
los hijos de la provincia, excitndolos a un cambio que ellos
anunciaban deba realizarse en Salta. Presentaban por candi-
datos para esta ltima a don Jos Manuel Saravia, en Tucu-
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 12 Q

man a Gutirrez y en Catamarca a Laseano. Sin embargo, de


la sumaria levantada y de las declaraciones de los empleados
de polica, result no haber lugar a formacin de cau.sa contra
los referidos procesados, por invertir el orden constituido,
sino contra los oficiales de guardias nacionales, don Mariano
Torena y don Francisco Jurez, quienes haban dado vivas en
favor de don Juan M. Rosas y del general Saravia.
El juez de letras, doctor Celedonio de la Cuesta, fall (22
de julio de 1857) mandando sobreseer en la prosecucin de la
causa, salvndose el derecho de los procesados; y consultada
la resolucin, el fiscal doctor Isidoro Lpez, dijo, "que apare-
ciendo comprobado que no hubo provocacin ni seduccin a
los oficiales de batalln Cazadores, sino un vulgar entreteni-
miento de todos y acaso red tendida por stos a los sindicados,
red cu3^o origen debi empearse en averiguar el juez del cri-
men, encontraba el auto pronunciado por ste conforme a la
ley." La Cmara de Justicia, compuesta de los doctores D-
valos, Carengo y Orihuela, confirm el auto pronunciado en
todas sus partes.
El resultado fu que no apareci del sumario tal plan de
conspiracin contra el orden establecido.

1859. Don Manuel Sola, electo en propiedad el 8 y reci-


bido 10 de junio, hasta el 18 de agosto de 1860, que por el
el
hecho de haber aceptado el cargo de diputado a la convencin
nacional ad hoc, debiendo ausentarse de la provincia a des-
empearlo, fu desconocida su autoridad, declarndosele ce-
sante.
En consecuencia de esa resolucin de la Legislatura, el
presidente de sta, don Jos Mara Todd, asumi el mando el
mismo da 18, vetndola al siguiente el gobernador Sola. La
sala insisti en su resolucin, mandndola poner en ejecucin.
Tuvo por ministro general a don Casiano Jos Goita,
quien le acompa tambin a la convencin nacional, como di-
putado por su provincia.

1860. Don Jos Mara Todd, presidente de la Legislatu-


ra, nombrado gobernador provisorio, el 18 de agosto hasta el
18 de octubre; habiendo asociado a su administracin, en ca-
lidad de ministro general, al doctor Jos Manuel Arias y en
seguida a don Jos E. Uriburu.

1860. General Anselmo Rojo, puesto en posesin del car-


lyj AXTOMO ZINNY

go en propiedad el 18 de octubre, y aunque presentara su di-


misin no se hizo lugar.
Durante su visita a los departamentos de campaa, des-
de mayo hasta el 6 de junio de 1861, acompaado del doctor
Jos E. Uriburu, en clase de secretario general, qued de sus-
tituto don Juan N. de Uriburu.
Su primer secretario general de gobierno fu -el doctor
Jos M. Arias.
Hallndose en desacuerdo con la opinin dominante a la
sazn, Kojo elev (29 de julio) su renuncia, la cual fu en el
acto aceptada por la Legislatura, cuyo presidente ocup pro-
visoriamente el mando de' la provincia hasta la eleccin del
gobernador propietario.

1861. Don Juan Nepomuceno de Urihioru, delegado de


Rojo, desde maj'o hasta el 6 d-e junio.

1861. Doctor Moiss Oliva, presidente de la Legislatura,


en ejercicio del P. E. en calidad de gobernador provisorio,
desde el 29 de julio hasta el 30 de agosto.
El oficial mayor don Gumersindo Ulloa refrendaba los ac-
tos gubernativos.

1861. Don Jos Mara Todd, electo gobernador constitu-


cional el 29 V recibido el 30 de agosto, hasta el 19 de marzo
de 1862.
Fu su ministro general el doctor Juan Pablo Saravia
primero, y en seguida don Gumersindo Ulloa.
Luego que el gobernador Todd tuvo conocimiento de la
derrota del general Celedonio Gutirrez en la batalla del Cei-
bal, (16 de diciembre) y en el ManantiaJ de Marlopa (el 18),
se dirigi a la Representacin de la provincia, llamando su
atencin sobre lo inminente del peligro y sobre la urgencia
con que era necesario proceder a conjurarlo, pues deba espe-
rarse la invasin de un momento a otro. En consecuencia, pidi
(24 de id) las facultades inherentes al presidente de la Rep-
blica para declarar a la provincia en estado de sitio e impo-
ner contribuciones forzosas, a fin de levantar un ejrcito con
que resistir a la invasin qu'e la provincia de Santiago lanza-
ba sobre su territorio.
Al principio, la Legislatura le neg las facultades pedi-
das, pero a una nueva insistencia tuvo que ceder.
Desde ese mom'ento (25 de diciembre) el magistrado civil.
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVCNCIA.-, AICKXTINAS I31

que as se denominaba, se titul gobernador de la provincia y


agente del gobierno nacional, y expidi un decreto disponien-
do que sus actos, len el carcter de agente del presidente Der-
qui, seran autorizados con su firma y responsabilidad por el
secretario general de gobierno, don Gumersindo Ulloa.
Despus de Pavn, la provincia de Salta fu la ltima a
adherirse al nuevo orden de cosas, disculpndose Todd con su
ignorancia sobre lo que pasaba en la Repblica; y sin embar-
go, Jujuy, que se encuentra ms al norte y, por consiguiente,
a mayor distancia, proclam la nueva poltica mucho antes.
Para que nada faltase en el catlogo de los desaciertos
del gobernador) Todd, tuvo la celebrrima idea de expedir, co-
mo expidiera (25 de enero de 1862) un decreto suprimiendo
los partidos polticos; no permitiendo ms que el de la cons-
titucin.
Cuando el pueblo salteo exhibi su sentimiento en la
tribuna, en la prensa y en los clubs, y cuando ya iba a lanzar-
se en las vas de hecho sobre sus opresores, el gobernador Todd,
por antonomasia el magistrado civil, con el fin de calmar la
tormenta, manifest la necesidad que tena de salir a campaa,
y antes de 'efectuarlo, proclam la tropa en la plaza, delegando
su magistraiura civil en el Seor del Milagro, en cuyas manos
deposit el bastn de magistrado civil, con grandes moos de
cintas coloradas, segn se deca, aunque no parece creble esto
ltimo.
En febrero regres de la campaa, reasumiendo, el mando
hasta que, en vista de la actitud del pueblo que se le opotaa,
consider ms prudente emprender la fuga, como lo efectuara
a media noche del 13 de marzo, dejando as la provincia en
acefala de gobierno. Se asil en Jujuy,
Luego que se hizo sentir esta violenta fuga, en la maana
del da siguiente, 300 socios del Club Libertad, con fusil en
mano, se precipitaron a exponer la ltima sazn que los pue-
blos tienen para desconocer toda autoridad que, ultraiiasando
sus deberes y conculcando las leyes, vilipendia a los hombres,
que le 'confiaran sus destinois. Con el asentimiento que el pue-
blo prestara a este acto todos los poderes quedaron, de hecho
y de derecho, anulados.

1862. El Seor del Milagro, (1) en posesin del bastn

(1) Es costumbre en Salta celebrar el da 14 de setiembre, con toda


pompa, la procesin del Seor del Milagro, a la cual asiste el gobierno de
3a provincia, acompaado de los empleados civiles y militares y del pueblo
devoto.
132 ANTONIO ZINNY

del mando, a principio del ao,y encargado del orden, en la


don Jos Manuel Fernndez.
capital, el intendente de polica
El seor Todd en carta suya original que tenemos a la
vista se expresa en los trminos siguientes
"En el mes de diciembre de 1861 se conmovi esta provin-
cia por la inesperada noticia de que las fuerzas de Tucumn
la haban invadido por la frontera del sur, saqueando las ca-
sas y llevndose cuanto ganado exista en esos lugares tan pro-
vistos de pastoreo. Invoqu el patriotismo de los sltenos, y en
ocho das reun una divisin de 4.000 hombres, incluso 800 in-
fantes. Como yo marchase al frente de ella, busqu al designa-
do por la ley para dejarle el gobierno, pero se hallaba ausente.
"El gobernador eclesistico haba querido solemnizar
nuestra marcha con una misa con exposicin de las venerandas
imgenes del Seor y la Virgen del Milagro. Al final de la fun-
cin se me ocurri dirigirme a la gran concurrencia, dicindole
"Seores, en estos momentos solemnes, no es la insignia del
poder, sino su accin la que se necesita. Este bastn, que me
es initil en la campaa, yo lo deposito a los pies del eterno-
Protector de Salta", y, dirigindome a la imagen, lo coloqu
en sus andas. La concurrencia me aplaudi frenticamente;
pero los contrarios, con el n de ridiculizar ese acto, inventa-
ron la patraa de que yo haba delegado el mando en el Seor
del Milagro.
"Al marchar a campaa, encargu el orden al jefe pol-
tico asociado a dos ciudadanos respetables, hasta que llegase el
president'8 de la Legislatura, (don Miguel Francisco Aroz), a
quien dirig un oficio para que viniese a ejercer el gobierno,
como lo verific luego.
"March a la frontera, y, a mi aproximacin, toda la in-
vasin desapareci, llevndose cuanto ganado pudieron arrear.
All recib un oficio del gobernador (de Tucumn) Campos,
invitndome a un tratado de paz y amistad, y que si yo acep-
taba esta idea le mandase un salvo conducto, para enviar sus-
comisionados. Vinieron, pues, como tales, el coronel Elias y el
malogrado joven doctor Zavaleta

"Exped un decreto asumiendo la soberana de la provin-


cia y convocando Llegu a esta ciudad en febre-
la Legislatura.
ro del 62 asum
; el gobierno y pas un mensaje a la Legislatu-
ra dndole cuenta de la situacin, manifestndole la uecesidad
de autorizar al general Mitre para la reorganizacin de los po-
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 1 33

cleres nacionales.As se hizo, y el 19 de marzo me retir a Ju-


juy reserva, dejando el mando al presidente de la Legisla-
71

tura, rogndole la integrase, pues se hallaba sin quorum, y le


presentase la renuncia motivada que le inclua, protestando
permanecer en Jujuy para responder a los cargos que se qui-
siera hacerme.
"Tres das antes de dejar el gobierno, dirig chasques a
los jefes principales de la campaa, avisndoles mi resolucin,
rogndoles no ofreciesen resistencia alguna; que as salvaran
la provincia y la nacin; que nuestro partido {constitucional)
haba cado y que debamos descender con l, dejando el cam-
po libre a los hombres de la nueva situacin. As lo hicieron;
y el cambio en Salta se produjo sin una gota de sangre. Este
haba sido mi anhelo. Desde entonces me separ de la poltica
local, y slo he tomado parte en los asuntos nacionales, etc.,
etctera."
Por lo dems, el seor Todd es un antiguo servidor de la
patria e invlido de Ituzaing.

1862. Don Miguel Francisco Aroz, presidente de la Le-


gislatura, en ejercicio del P. E. desde febrero hasta el 13 de
marzo, que fu derrocado.

1862. General Anselmo Rojo. Encontrndose la provin-


cia en completa acefala de gobierno por la repentina desapa-
ricin del gobernador Todd y por la ausencia del presidente
de la Legislatura, anarquizada a consecuencia del golpe de Es-
tado que tuvo lugar en la sesin extraordinaria del 13 de mar-
zo, en que fueron expulsados los diputados liberales que inte-
graban la honorable corporacin, el pueblo, llamado a toque
de campana, segn costumbre, se reuni en la casa consistorial
y eligi unnimemente gobernador provisorio al general Rojo,
el 19 de marzo, recibindose el mismo da, hasta el 5 de mayo,

que renunciara el cargo.


El doctor Joaqun Daz de Bedoya le acompa en su cor-
ta administracin, como secretario general de gobierno.
La provincia de Salta considera, pues, el 19 de marzo de
1862, como un da de eterno recuerdo, porque desde l empieza
a ser para los sltenos un hecho prctico la libertad y las ins-
tituciones.
El cuadro de la situacin de la provincia, cuando Rojo se
recibi del mando, puede trazarse, a grandes rasgos, como si-
134 ANTONIO ZIXNY

8'ue : el impagos en seis meses


tesoro exhausto, los empleados
las reutas municipales hipotecadas por un ao y el poder mu-
nicipal en receso por falta de fondos con que existir; el sistema
de recaudacin en un estado lamentable; el poder judicial mal
organizado la accin gubernativa apenas sentida en los depar-
;

tamentos, por falta de comunicacin directa y fija entre los


poderes de la capital y sus agentes de la campaa, habindose
visto que una medida del gobierno haba tardado un mes para
ser conocida en un departamento, nueve leguas distante de la
capital. La instruccin pblica completamente abandonada:
hay departamentos que no tenan una sola escuela pblica, y
las que haba se hallaban mal desempeadas, en su mayor
parte. El comercio paralizado, por consecuencias de la guerra
la agricultura arruinada por las expediciones militares y por la
seca. Keducido, pues, a escombros el edificio poltico, la pri-
mera necesidad era su reorganizacin; mas para esto era nece-
sario restablecer los resortes administrativos que se encontra-
ban completamente relajados. Esta tarea fu llenada por el go-
bierno provisorio del general Rojo.

1862. Don Juan Nepomuceno de rihuru, presidente de


la Legislatura, en ejercicio del P. E. de la provincia del 5 al 7
de mayo, que fu electo en propiedad, hasta el 9 de abril de
1863, que, con el objeto de restablecer la tranquilidad pblica,
amenazada por fuerzas del general Pealoza, sali a campaa
al frente de una fuerte divisin de las dos armas, habiendo
delegado el mando en el nuevo presidente de la honorable cor-
poracin.
Fu su ministro secretario general el doctor Jos Manuel
Arias, primero, y en seguida don Genaro Feijo.
Al mes y tres das (12 de mayo^, reasumi el mando que
continu ejerciendo hasta que fuera derrocado, tres das antes
de terminar su perodo legal.
Varios jefes de la provincia, encabezados por el coronel
Aniceto Prez, que se hallaba a cargo de la guarnicin, apro-
vechando la ausencia del mayor Emilio Alfaro, que, con la fuer"
za del 8." de lnea, que estaba a sus rdenes, haba salido a
ejercicios a una legua de la capital, efectuaron (8 de mayo de
1864) una revolucin, a la cabeza de 500 hombres de guardia
nacional de infantera, deponiendo al gobernador, a quien
arrestaron en su casa y nombraron de interino a don Jos Uri-
buru, sobrino del que acababa de ser derrocado.
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PRO^^XCIAS ARGKMrXAS I35.

Al da siguiente (9), los representantes fueron convoca-


dos a junta electoral, que no pudo efectuarse, tanto por la pre-
sin de la fuerza cuanto por haber el nuevo gobernador man-
dado al edecn de la sala cerrar las puertas y quitndole a ste
las llaves. El doctor Segundo Daz de Bedoya, en su calidad
de presidente de la Legislatura, cit (el 10) a los representan-
tes a su casa particular, en donde una vez reunidos, fueron to-
mados presos y llevados al cabildo bajo custodia. All perma-,
necio Bedoya hasta las once de la noche del 12, que, en virtud
de un pacto, fu conducido a su casa por el mismo nuevo go-
bernador J. Uriburu.
Despus de haber declarado caducos los poderes pblicos
de la provincia, quedando, por consiguiente, en la misma con-
dicin del 19 de marzo de 1862; no considerarse como presi-
dente qu'8 era de la Legislatura, con derecho a asumir el man-
do gubernativo ser inaplicables en el presente caso los ar-
;

tculos de la constitucin de Salta, que disponen que "por


muerte o ausencia del gobernador de la provincia, en servicio-
de la nacin, que pase de cuatro meses, se nombrar otro go-

bernador" (art. 56) y "si la ausencia fuere en la provin-
cia, dejar el mando al presidente de la sala (art. 57); y que
el nombramiento de don Jos Uriburu fu hecho en virtud de
haber asumido el pueblo su soberana en el pronunciamiento
del 8 de mayo (1864), Bedoya sali clandestinamente, en la
noche del 13, y fu a colocarse en Caldera, desde donde ejer-
ca la autoridad que le confera la constitucin provincial.
Nombr secretario interino al camarista doctor Po J. Tedn
y llevando su asiento de gobierno, ya en el Campo de la Cruz,
ya en los Tres Cerritos, dictaba las medidas del caso para or-
ganizar los elementos de resistencia.
A las cuatro de la tarde del 27 de mayo (1864), la ciudad
de Salta experiment un nuevo trastorno, por medio de una
inA^asin, llevada a cabo por varios grupos de infantera y ca-
ballera, al mando de los jefes reaccionarios Gutirrez, A. La-
torre, Castro Boedo, Martn Cornejo, Ramayo, los Figueroa,
etc., y despus de un reido combate con las fuerzas destaca-
das de la plaza y de las que estaban acantonadas en las trin-
cheras, al mando del mayor Emilio Alfaro, el enemigo fu re-
chazado, dejando en las calles 40 muertos, 81 heridos y 8 pri-
sioneros. El combate termin a las siete de la maana del 28,
habindose hallado en l, bajo las rdenes de Alfaro, el inspec-
tor general, coronel Evaristo Uriburu, coroneles Pedro Jos
Prez, Aniceto Prez y Jos Oteiza y Bustamante.
I 36 AXTOXIO ZIXNV

Los revolucionarios, encerrados y atrincherados en la ciu-


dad, sufrieron un asedio de algunos das, hasta el 3 de junio de
1864, que se rindi la plaza, abriendo las trincheras, para dar
paso a los sitiadores, encabezados por Bedoya, quien qued n
plena posesin de la autoridad.
Durante la administracin de don Juan N. Uriburu, la
ciudad de Salta fu el asilo de todos los ex gobernadores de-
rrocados o perseguidos por sus comprovincianos. Hasta octu-
bre de 1862, se hallaban reunidos en Salta los siguientes doc-
:

tor Fernando F. Allende, de Crdoba; general Celedonio Gu-


tirrez, de Tucumn; don Samuel Molina, de Catamarca; don
Pedro Alcorta, de Santiago don Patricio Acua, de Tucumn
;

don Jos Mara Todd y el ex ministro doctor Juan Arredondo.

1863. Doctor Segundo Daz de Bedoya, presidente de la


Legislatura, en ejercicio del P. E. provisoriamente, por dele-
gacin del propietario J. N. Uriburu, desde el 9 de abril has-
ta el 12 de mayo.
Al ao justo (13 de mayo de 1864), Bedoya, en su misma
calidad de presidente de la Legislatura, volvi a ejercer el P.
E. provisorio simultneamente, con don Jos Uriburu, habin-
doles acompaado como ministros don Genaro Feijo y en se-
guida el doctor Andrs Ugarriza, hasta el 3 de agosto.
En la noche del 31 de octubre (1863), el gobierno tuvo
conocimiento de un plan de revolucin, que deba estallar,
apoderndose por la fuerza de la guarnicin y cuartel, nom-
brar gobernador al general Puch o al de igual clase don Cele-
donio Gutirrez, quien hallndose en la Isla, a distancia de 3
o 4 leguas de la ciudad de Salta, fu capturado y puesto en
prisin pero, despus de haberse pasado el sumario al juez
;

del crimen, le puso ste en libertad bajo de fianza.


Sofocadas las tentativas sediciosas de los enemigos del go-
bierno de Bedoya y derrotados en el Brete los amotinados del
Kosario de Lerma por las armas de la legalidad, el orden fu
nuevamente amenazado de ser perturbado por los que ambi-
cionaban el mando de la provincia.
Los cabecillas sediciosos (Uriburu) evacuaron la plaza de
la capital la noche del 4 de junio, ocupada por ellos desde el
motn del 8 de mayo, cesando, por consiguiente, aquella poca
de desgobierno y entrando, desde luego, la provincia en pleno
goce de sus instituciones, con la fuga de aqullos, no habiendo
costado, felizmente, una sola vctima, a lo que contribuy no
HISTORIA DE LOS GOBEENADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 1 37

poco simpata del gobernador de Jujuy, doctor Da-


la legtima
niel Aroz, provincia de su mando.
y la
Esas continuas perturbaciones alejaron de Salta a mu-
chos distinguidos ciudadanos que desde entonces fijaron su
residencia definitiva en Buenos Aires.
Despus de defensor de la consti-
la victoria del ejrcito
tucin, di'cron un
manifiesto los coroneles Pedro Jos Fras,
Martn U. Cornejo, Alejandro Figueroa, Francisco Centeno,
Daniel Milagran, Solano Cabrera, Manuel G. Tejada, tenientes
coroneles Manuel S. Burela, Pedro Corvaln, Santiago Caste-
llanos, Gregorio Beliz, Jos Daz, Antenor Saravia, Felipe
Arenas, Hilarin Arce, Manuel Gorgonio Crdoba; mayores
Juan N. Sola y Segundo Burela y otros jefes y oficiales, ex-
poniendo que una familia de Salta se aprovechaba del triunfo
de Pavn para la dominacin absoluta y el monopolio de las
funciones pblicas. Colocado en el gobierno uno de los miem-
bros de esa familia, los atentados se sucedieron unos a otros;
la dignidad del ciudadano fu hollada, la constitucin violada,
la moral ultrajada, el sistema representativo destruido en sus
fuentes, por haberse mancillado con la fuerza y con las violen-
cias las elecciones; el lenguaje oficial convertido en un sistema
de falsificaciones sobre los hechos y los principios que el pue- ;

blo de Salta, en vista del escndalo del 8 de mayo (1864), lan-


z un grito de indignacin y entr en lucha contra una oli-
garqua de sangre, que haba asegurado 20.000 pesos de renta
anual a hermanos, primos y sobrinos, y que, usurpando el
nombre del pueblo, se alz contra la constitucin, encarcel a
la sala provincial y se dispuso a resistir a la provincia levan-
tada en masa, etc., etc.

1864. Don Jos Urihuru, elevado, el 8 de mayo, por me-


dio de una revolucin, y confundido su gobierno con el de Be-
doya, segn se habr visto en el relato, de la que derroc al
gobernador J. N. Uriburu.
Su el doctor Po J. Tedn, y para
ministro general fu
.autorizar este nombramiento se design especialmente al di-
putado don Andrs Ugarriza.
Don Jos Uriburu usurp el mando, a favor de un motn
militar, o ms bien una farsa, en la que fu uno de los autores
principales el ex gobernador don Juan N. Uriburu, to de
aqul, que fingi hacerle revolucin el da antes de su cesacin
en el perodo gubernativo, para impedir el nombramiento de
138 ANTONIO ZINNY

gobernador legal, disolviendo el cuerpo legislativo, reunido en


sesin, por medio de la fuerza.
En presencia de tal usurpacin, la provincia se levant
contra dqn Jos Uriburu, habindose reunido de tres a cuatro
mil hombres, bajo el mando del presidente de la Legislatura,
don Segundo D. Bedoya, cuya autoridad fu reconocida como
la de gobernador provisorio legal. Esa fuerza circund la ciu-
dad, que estaba atrincherada y defendida por la que obedeca
al maj'or Emilio Alfaro.
Don Jos Uriburu, al entrar a ejercer el mando de la pro-
vincia, por haber el pueblo reasumido su soberana y declara-
do caducos los, poderes pblicos provinciales, se propona reor-
ganizarlos de nuevo a la mayor brevedad posible.
Lo ms original es que el seor Bedoya, que haba reco-
nocido espontneamente el pronunciamiento y sometdose a la
autoridad del gobernador Jos Uriburu, declarando l mismo
(13 de mayo) haber caducado los poderes pblicos de la pro-
vincia, sin excluir el que l ejerca, como presidente de la Re-
presentacin provincial, de cuyo derecho se consideraba des-
posedo por la soberana del pueblo, no tuvo embarazo en de-
clararse, al da siguiente (14) desde el punto de Caldera, en
ejercicio del P. E. provisorio.
En vista de los innumerables reclamos que contra don
Jos Uriburu se presentaban, por perjuicios causados a diver-
sos ciudadanos en saqueos de sus propiedades, su sucesor Be-
doya expidi (6 de junio) un decreto mandando poner en se-
guridad los bienes pertenecientes a aqul, as como los docu-
mentos y dems papeles, todo a cargo de una comisin com-
puesta de los ciudadanos don Manuel Antonio Alvarez, don
Jos Ovejero y don Anacleto Toranizo.

1864. Doctor Cleto Aguirre. electo en propiedad y pues-


to en posesin del cargo el 3 de agosto, hasta igual fecha de
1866, habindole acompaado en calidad de ministro general
el doctor Francisco J. Ortiz.

Algn tiempo antes de la eleccin del doctor Aguirre, era


ste redactor de La Actualidad, de cuya redaccin se separ
protestando tener que ausentarse al campo, siendo el verdade-
ro motivo el de que aquel peridico sostuviera su candidatura
para el gobierno, acto de delicadeza altamente honroso para el
doctor Aguirre, que, desgraciadamente, no fu imitado por
,
ninguno de sus sucesores, en Salta, ni en ninguna de las dem-
provincias de la Repblica.
HISTOniA DK I-OS (OHEKXADOKES DE LAS l'ROVIXCIAS AKGEXTl.VAS 1
39

Terminadas las agitaciones en que la provincia haba es-


tado envuelta, el orden se restableci, procurando el goberna-
dor Aguirre prestigiar su administracin y 'estableciendo las
garantas y los derechos constitucionales.
Suscitse, empero, al poco tiempo de entrar en ejercicio
de sus funciones, como gobernador propietario, una cuestin
que preocup algn tanto los nimos. El caso es, poco ms o
menos, como sigue.
Haba el gobierno colocado en el curato del Rosario, du-
rante la ausencia del obispo Rizo, al ex clrigo doctor Emilio
Castro Boedo, haciendo sal;' de all violentamente al cura Six-
to Senz. Sabedor el obispo de esta ocurrencia, pretendi re-
poner en su curato al despojado y con ese fin march al Rosa-
rio;
pero el gobierno, al tener conocimiento de esa resolucin,
mand una orden al jefe poltico del departamento, para que,
en el momento de ser rei^iiesto el cura Senz, lo prendiesen y
sacasen desterrado con fuerza armada, como se verific en
efecto.
el obispo, burlado por el expresado doctor, ex
Entretanto,
clrigo,y don Emiliano Echaz, primo del gobernador, quie-
nes rompieron los sellos puestos 'en las puertas de la iglesia,
regreso a la ciudad, dejando aquella parroquia en entredicho.
La Cmara de Justicia se declar incompetente para juz-
^ar a aquellos funcionarios.
Los camaristas V. Anzotegui y Saravia, presentaron sus
renuncias, las que fueron aceptadas y nombrados en su lugar
a don Isidoro Lpez y don Benjamn Dvalos Molina.

Prximo a trasmitir el mando a su sucesor el doctor D-


valos, el gobernador Aguirre exigi de la Representacin pro-
vincial, de un modo tan perentorio como enrgico, contestase a
los diversos mensajes en que aqul daba cuenta de sus actos
administrativos, sobre los cuales no se haba sta pronunciado
ni durante las sesiones ordinarias ni en^ las extraordinarias.
T^a cmara legislativa presidida por el seor don Juan M,
Leguizamn, (ya finado), manifest al P. E., que se reservaba
el clasificar los actos administrativos de que en sus mensajes
daba cuenta, como todos los dems del gobierno de Aguirre, en
el tiempo sealado por la constitucin de la provincia y que ;

la Legislatura no aceptaba la teora que estableca el gobierno


de ocurrir directamente a los Representantes que no se pro-
nunciasen en el perentorio trmino (4 das) que .se les desig-
naba, porque se encontraba en diametral oposicin a la cons-
titucin.
14 ANTONIO ZINNT

El goberuador Aguirre insisti nuevamente a que la Re-


presentacin fuese convocada por el trmino de ocho das, en
vista de que no se hubiese despachado el asunto para el que lo
haba sido por el trmino de cuatro das^ y despus de refutar
los puntos que el doctor Aguirre consideraba ofensivos a la
dignidad del gobierno, declar estar en su perfecto derecho
para pedir que la opinin pblica se pronunciase sobre sus
actos.
Con las explicaciones dadas por el gobierno y la que die-
ra su ministro Ortiz, en la sesin del 27 de julio (1866), ter-
min la desinteligencia que exista entre ambos poderes, pro-
metiendo, empero, el legislativo ocuparse del asunto que haba
motivado la nueva convocatoria.
Sin embargo, los actos administrativos del gobierno del
doctor Aguirre, de que diera cuenta en sus mensajes del 25 de
octubre de 1865 y 3 de agosto de 1867, no fueron aprobados
hasta el 21 de febrero de 1868.
Terminado el perodo de su gobierno el 3 de agosto de
1866, el doctor Aguirre trasmiti el mando a su sucesor electo
constitucionalmente, el doctor Jos Benjamn Dvalos.
Sin embargo, el doctor Aguirre, como presidente de la
Legislatura, estuvo al frente del P. E. en 1867, segn ver el
lector en su lugar correspondiente.
Al gobierno de Aguirre, la provincia es deudora de las me-
joras que a continuacin se expresan.
La obra de la pirmide, de orden gtico, con adornos ele-
gidos con habilidad y gusto por el eientfico director don Pl-
cido Aim, ejecutada por el artista don No Maqui y bajo la
inspeccin del intendente de polica, don Manuel Jos Fer-

nndez: Nivelacin de la pl^za principal, con plantaciones
simtricas de naranjos y asientos formando calles en los cua-
tro frentes. Establecimiento de una nueva industria de im-
portantes resultados al pas, como lo es la cantera de piedra
lo ja y granito yjara veredas y otros objetos. Compostura de
cinco puentes de la ciudad, ponindoles asientos de material

con respaldos. Construccin de un puente seguro y cmodo
en el manantial de Juregui, camino real para los departa-
mentos de Cerrillos, Rosario de Lerma y Valles de Calchaqu.
Persecucin constante y ejemplar escarmiento a los ladro
nes.
Proteccin a los animales de servicio. Persecucin a los

muchachos vagos y mal entretenidos or las calles. Vigilan-
cia sobre el aseo y limpieza de las calles, sobre la venta del
agua pura y saludable, sobre la buena calidad, peso y medida
HISTORIA DE LOS GOBEKN ADOBES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS I4I

legal de la carne, pan, leche y dems artculos de consumo


diario. EfetabLecimiento de una casa de correccin para muje-
res de mala vida, etc., etc.

Doctor Jos Benjamn Dvalos, electo en propie-


1866.
dad de julio y recibido el 3 de agosto, hasta su falleci-
el 9
miento, que acaeci el 27 de mayo del siguiente ao (1867).
El doctor Francisco J. Ortiz le acompa en calidad de
secretario general de gobierno y durante la ausencia de ste,
don Juan Martn Leguizamn, subsecretario y jefe del Depar-
tamento de Hacienda.
Como a medio da del 22 de abril (1867), fueron apresa-
dos en Candelaria, el jefe poltico, el comandante La Rosa y
el capitn Polidoro Molina, tomando las armas, que se halla-
ban en casa de la seora del coronel Torres, por don Isidoro
Lpez, tucumano, que se titulaba coronel, a la cabeza de unos
100 hombres. Ocupbase el coronel Fermn de los Ros en po-
ner sobre las armas la fuerza de su mando {Regimiento Are-
nales), cuando le lleg (23 de abril) la noticia de que en el
departamento de Metan se haba sublevado el teniente Pereda,
don Lisandro Madariaga y otros^ y que reunan la fuerza de
aquel punto. Por falta de armas y de la cooperacin del te-
niente coronel Ignacio Gimnez, no fu posible impedir la re-
unin de gente que se haca en el partido de la Candelaria.
Con la noticia de que el general Aniceto Latorre y el te-
niente coronel Santiago Castellanos se hallaban a la cabeza de
la montonera, como a ocho cuadras de Chicoana, los coroneles
Francisco Centeno y Desaln Villegas, con sus fuerzas reunidas,
los persiguieron hasta darles alcance en las cinagas del Ba-
ado, donde fueron batidos (5 de mayo), quedando prisionero
el citado Castellanos y la mayor parte de la montonera; ha-
biendo escapado el general Latorre a pie, a merced de los in-
accesibles bosques. Castellanos fu destituido (5 de junio) del
cargo de teniente coronel de la provincia y don Desaln Ville-
gas, que desempeaba en comisin el de jefe militar del depar-
tamento d Chicoana, sumariado por causa criminal ante los
tribunales provinciales.

1867. Doctor Cleto Aruirre, presidente de la Legislatu-


ra, en ejercicio del P. E., por falleeimiento del doctor Dva-
los desde el 27 de mayo hasta el 14 de julio.
Le acompa en su gobierno el mismo ministro que tuvo
durante su anterior administracin, doctor Francisco J. Ortiz.
J :^ 2 A .\ T .\ 10 /, I NXY

El i)riiii('i- acto del goljeriiador Aguirre fu lioiirar la uie-


mora del distinguido ciudadano doctor Jos Benjamn Dva-
ios, que acababa de fallecer, decretando la concurrencia de la
guardia nacional de infantera y artillera de la capital, para
hacer los honores fnebres correspondientes al gobernador de
la provincia; as como la asistencia de las corporaciones civi-
les y militares, en traje de duelo a la casa de gobierno, para
concurrir a los funerales y entierro, que se celebraron a las
doce del mismo da.
Para el mejor xito de las operaciones del ejrcito del
norte, al mando Taboada, y en cumpli-
del general Antonirio
miento de rdenes del gobierno general, el de la provincia dis-
puso, (17 de junio) la movilizacin de la guardia nacional en
nmero de 700 plazas, al mando del coronel Martn Cornejo,
como tambin las de los departamentos de Cachi y Molinos
para la ocupacin de Beln y guardar los caminos que condu-
cen a Antofagasta.
Llenado este deber en testimonio de adhesin de la pro-
vincia a la causa de las instituciones, el doctor Aguirre tras-
miti el bastn de mando a su sucesor.

1S67. Don Sixto Ovejero,


electo en propiedad el 14 de
abril de 18&'9, habiendo tenido por ministros seicretarios .suce-
sivamente a los ciudadanos doctor Isidoro Lpez, David Sara-
via y Juan Martn Ijeguizamn.
Durante el gobierno de Ovejero, la provincia experimen-
t fuerte* ataques de la montonera, acaudillada por el coronel
(titulado jefe expedicionario del norte) Jos Felipe Vrela.
El primer contraste (29 de agosto) para los defensores del or-
den, proporcion a este caudillo l'a ventaja de quedar dueo
del campo y de cinco departamentos, debido principalmente a
incitaciones de los triaidores ms que al esfuerzo de las armas,
de que carecan los montoneros, cuyo nmero tampoco era tan
numeroso. La fuerza de "^'arela coiistaba de unos 300 hombres,
y iCon slo una avanzada de 40 consigui destrozar completa-
mente, en Amaicha, sin disparar un solo tiro, una divisin de
600 hombres, a las rdenes del coronel Pedro Jo> Fras, co-
mandante en jefe de los Valles Calchaques, quien huy co-
bardemente, abandonando la tropa.
A
las tres de la tarde del 8 de octubre don Juan M. Le-
guizamn, jefe de estado mayor, dio la noticia de que al da
siguiente deba entrar Vrela en la ciudad, que se hallaba des-
provista de armas y municiones. No obstante, el gobernador or-
niSTOKIA DE LOS GOBERXADOKES DE LAS PKO^IXCIAS ARGENTINAS I43

den inmediatamente se hiciesen trincheras, y en el acto la


plaza fu puesta en estado de defensa y sostenida por 14 ba-
rricadas, bajo la direccin del gc?ner;al boliviano Nicanor Flo-
res. Al da siguiente se concluyeron las trijclieras, dndoles
los nombres de las 14 provincias, como sigue
La 1.^ ''Buenos Aires", con 18 hombres, bajo el comando
de don David y don Flix Saravia; la 2.'', "Crdoba", con 17
liombres, bajo el de don Francisco Uriburu y don Indalecio
Gmez; la 3.'', "Santiago", con 20 hombres, bajo el de don
Baldomerlo Castro y don Victorino M. Sola; la 4.% "Tucumn",
con 20 hombres, bajo el de don Jos G. Ovejero y don Mariano
Lavn; la 5.', "Santa Fe", con 20 hombres, bajo el de don Ben-
jamn Valdez y don Salustio Lacroix; la 6.% "La Rioja", con
18 hombres, bajo el de don Luis Aroz y don Martn Romero:
a 7.", "San Juan", con 18 hombres, bajo el de don Ramn R.
Avellaneda y don Benjamn Zerda; la 8.% "Mendoza", con 17
hombres, bajo el de don Martn Gauna y don Hermgenes Mo-
ra; la 9.", "Corrientes", con 18 hombres, bajo el del doctor
Francisco J. Ortiz y don Manuel Antonio Pea; la 10.% "En-
tre Ros", con 18 hombres, bajo el de don ngel Zerda y don
Claudio Ortiz; la 11.% "San Luis", con 17 hombres, bajo el
de don Zacaras Tedn y don Manuel Sosa; la 12.% "Catamar-
<?a", con 21 hombres, bajo el del doctor Gleto Aguirre y don
Emilio Echaz; la 13.% "Salta", con 15 hombres, bajo el de
don Bernardo y don Napolen Pea; la 14.% "Jujuy", con 18
hombres, bajo el de don Manuel y don M. A. Ovejero.
Con 255 armas defectuosas, ;eon plvora de la peor, con
soldados que apenas saban cargar un fusil, con algunos cao-
nes sin artilleros, se prepar el pueblo a su defensa. (1)
A las ocho de la maana del 9 aparecieron los montoneros
en la orilla del pueblo, y media hora deanes hicieron la pri-
mera descarga, pero fueron rechazados, retirndose, en conse-
cuencia, al campo de la Cruz, donde permanecieron hasta la
noche, en que, una parte, comO' 200 hombres, se replegaron ha-
cia el pueblo, y el grueso avanz hasta Vaqueros hacia Jujuy,
En la madrugada del da 10, los montoneros se pusieron
en movimiento, preparndose al combate. Al aproximarse a la

( El resto de loa tipos de la primera imprenta que perteneci a Nios


1 )

(vase pg. 625), falta de plomo con que hacer balas, tueron
Exisitoft
fundidos en esos das (9 y 10 de octubre) de orden del gobierno, em-
plendose contra la montonera. Singular coincidencia despus de haber
!

Introducido la civilizacin y el progreso contribuyendo a la libi-tad de las


Provincias Unidas, esos tipos terminaron su carrera tipogrfica fundindo-
se en holocausto de la libertad de una de las mismas (Salta), expuesta
II sumergirse en la barbarie.
144 ANTONIO ZINNY

ciudad, Vrela dirigi al gobierno una intimacin, pidiendo la


entrega de la p'aza en el trmino de una hora y haciendo res-
ponsables con la vida a sus defensores, en caso de denegarse a
ello. Un grit-o de indignacin fu la respuesta unnime a la in-
timacin, trasmitindosele por medio de una descarga de diez
rifleros, que se hallaban colocados sobre un andamio en el fon-
do de la casa del gobernador. Media hora despus el combate
se hizo general, y no quedando a los defensores un solo cartu-
cho, tuvieron stos que abandonar las trincheras y dejar el
pueblo en poder de los montoneros. Vrela no slo conoca la
situacin de la plaza tan bien como los mismos defensores de-
ella, sino que nada ignoraba de cuanto ocurra, y conoca per-
fectamente a todos uno por uno todo esto debido a unas mu-
;

jeres que vivan en la finca de campo la Calavera, que estaban


en continua comunicacin con Elizondo y Vrela, ponindoles
al corriente, por medio de chasques, de lo ms mnimo que pa-
saba dentro de la plaza.
Los montoneros fueron dueos de sta slo una hora, du
rante la cual no respetaron ni las iglesias, ni el obispo, ni los
sacerdotes, ni el sexo, ni la nacionalidad, ni el partido insul-
:

taron, asesinaron y robaron, sin distincin alguna. Las muje


res, refugiadas en los templos, fueron echadas afuera a sabla-
zos, y las tiendas abiertas y saqueadas.
El jefe de estado ma3^or, don Juan Martn Leguizamn,
con la mayor actividad y lileno de patriotismo, estuvo en todas-
partes en los momentos del combate, retirndose a la vista del
enemigo y cuando ste haba ocupado ya la plaza.
Hubo en la defensa algunos episodios entre stos un acto
;

de sublime patriotismo, digno slo de un espartano. Cuando


el joven Patricio Vrela caa examine en brazos de su herma-
no el teniente Rafael Vrela, su anciano padre, animando a
sus compaeros, les dijo: "No importa, muchachos, que mue-
ra mi hijo, todava me quedan cuatro para defender la patria."
Entusiasnjada la guarnicin dio un extentreo grito de Viva
Varea! y creyendo el enemigo que se le vivaba, respondi de
un modo atronador que viva! Indignado el anciano padre,
se subi sobre la trinchera y, dirigindose al enemigo que es-
taba a medio tiro de pistola, le dijo: "Es a m miserahles! a
quien viva esta gente, y no a vuestro jefe, que es un as.esino y
ladrn. Yo tambin me llamo Vrela, pero soy honrado y pa-
triota,"
Sin embargo, no faltaron traidores que el da de la entra-
HISTORIA DE LOS GOBERXADORES DE LAS PR0\1NCIAS ARGENTINAS I45

da de losmontoneros dejasen de dar felicitaciones y ramos dt


flores a los libertadores Elizondo y Vrela.
Los defensores de la Unin Americana, como se titulaban
los montoneros, no tuvieron tiempo de consumar su obra de
destruccin y de vandalaje, pues, al apanecer la divisin sal-
tea y catamarquea a las rdenes del general Octaviano Na
varro y de don Martn Cornejo, huyeron los varelistas, lle-
vndose sus heridos, el botn, los 6 caones y 50 hombres pri-
sioneros de la gente de Salta. Vrela, al tiempo de retirarse
hizo el elogio de los defensores de la plaza, exp-resndose en los
trminos siguientes: '' Siento io llevarme las cabezas de to-

dos estos salvajes. Miserables! con slo cuatro gatos me han


resistido dos diasj matndome mi m.cjor gente; pero no hay
cuidado; yo he de volver; y entonces me he de vengar."
La fuerza de Vrela, encabezada por ste, Sebastin Eli-
zondo, Santos Guayama. Corvaln. Chumbita, Cceres, Age-
ro, Aguilar, Brandana y otros jefes chilenos, constaba de 900
a 1.000 hombrtes, de los que Vrela perdi 125, entre muertos
y heridos; los defensores de Salta, cuyo nmero no alcanzaba
a 200, slo perdieron 15.
Salvada la ciudad de Salta, Navarro continu la persecu-
cin hacia Jujuy, cuya plaza,_desocupada ya por orden de su
gobernador Belaunde, que haba dispuesto, que las familias,
con todo lo que pudieran llevar consigo, se retirasen al lado del
pueblo Tres Ros, fu tomada por Vrela con la mayor faci-
lidad.
El 15 march de Salta un batalln de 400 hombres, en
proteccin de Jujuy, de donde llegara, el da antes, un chas-
que con la noticia de la muerte de Elizondo, segundo de V-
rela, y titulado j^fe de vanguardia del ejrcito expedicionario
del norte, y la toma de su valija, conteniendo toda la corres-
pondencia que este caudillo sostuvo con personas de Salta.
divisin tucumana, al mando de su gobernador Luna,
La
lleg (18 de octubre) a Cobos, punto distante 10 leguas de
Salta, desde donde mancharon en seguida, en combinacin con
las tropas salteas, todas las fuerzas bajo el comando superior
del general Navarro, por un camino distinto, hacia Jujuy,
a donde se haba dirigido el jefe expedicionario y representan-
te de Sud Amrica (Vrela). Perseguido por todas partes y sin
descanso, no le qued a ste otro recurso que resolverse a ter-
minar la guerra que haca a su pas, sometindose a las auto-
ridades bolivianas (5 de noviembre) en calidad de asilado y
1^6 AMONIO ZIXXY

prometiendo observar todas las prescripciones clel clorccho in-


i.ernacionaJ. Ms adelante se ver cmo cumpli Vrela su pro-
mesa.
Entretanto, el gobernador Ovejero, que haba asumido el
mando de la provincia (l'i de octubre) tuvo que ausentarse
,

de nuevo (17 de diciembre), al departamento de Molinos, cor.


el fin de poneme al frente de las fuerzas movilizadas contra la
montonera de Vrela. El da antes (16 de dieieipbre), don Pe-
dro Jos Pea se present al gobernador pidindole que re-
nunciare, como nico medio que haba de salvar el pas. Antes
de eso, Ovejero haba ya recibido amonestaciones /indirectas en
igual sentido, p^ero mucho ms severas; y cuando menos se es-
peraba, se public por bando (el 17) un decreto delegando el
mando en el' presidente de la Legislatuilaj don Miguel Aroz,
por tener que marchar a los Valles Calchaques, con el objeto
de atender e impulsar la organizacin de la fuerza movilizada.
El 29 de enero (1869) reasumi el mando hasta el 24 de abril,
que lo renunciara.
El hecho es gobernador Ovejero, activo, enrgico y
que el
patriota, no descansaba en tomar las medidas ms convenien-
tes, de acuerdo con el comandante (actualmente brigadier ge-
neral y presidente de la Repblica) don Julio A. Roca, que
haba sido nombrado jefe superior de todas las fuerzas movili-
zadas en la provincia, para rechazar al caudillo Vrela.

1867. Coron.el Jos Felipe Vrela, jefe de la montonera


contra los salvajes unitctrios, representante ele su amrica (Sud
Amrica), 'etc., en posesin de la ciudad de Salta durante una
ola hora del da 10 de octubre.

1868. Doctor Segnndo Daz ele Bedoya, presidente de la


Legislatura, en ejercicio del P. E. en ausencia de Ovejero, del
12 de julio al 13 de octubre, habindole acompaado como mi-
nistro secretario general el ciudadano Juan Martn Leguizamn.

1868. Don Miguel Aroz, presidente de la Legislatuiu,


en reemplazo de don Delfn Leguizamn, que haba sido arbi-
traria e ilegalmente expulsado de aquella corporacin nom- ,

brado el 17 de diciembre, delegado. Sin embargo^, dando una


alta prueba de dignidad, Aroz present l*a renuncia de ese
puesto, que le fuera ofrecido por medios ilegales y violentos;
HISTORIA 1)K LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS AlitiK.N'J I XAS 1-17

V el mismo da eme se public el cleciveto de delega,:-iii, reuni-


da la Legislatura, acept ac^uella renuncia, nombrando al

1868. Coronel Alejandro Fig.ueroa, interino, desde el 17


e diciembre (1868) hasta el 29 de enero siguiente.
El ciudadano don Juan Martn Leguizamn fu su minis
tro general, hasta de enero (1869), que, estando la ciu-
el 1.
dad amenazada por la nueva invasin de
A'arela, se le agreg
a aquel cargo el de inspector general de armas de la provin-
cia y jefe de la plaza.
No representando la montonera ninguna causa poltica,
jii teniendo ms principio que el robo, la violacin y la muer-

te, el gobierno de Figueroa invoc el patrioti;mo, el honor y el


inters de l'a poblacin extranjera, coma se practica en todo
el mundo en casos anlogos, invitndolos a concurrir a la de-
fensa comiin a la par de los ciudadanos argentinos.
El clebre jefe de la montonera fu al fin derrotado en la
accin del Pasto Grande (.12 de enero de 1869), por el coronel
Pedro Corvaln.

Coronel Delfn Le.guizamn, presidente de la Le-


1869.
gislatura, nombrado gobernador
interino, el 24 de abril, por
renuncia de Ovejero, hasta el 13de junio; habindole acompa-
ado, como ministro general, el ciudadano don David Saravia.
El coronel Leguizamn ejerci el gobierno, en propiedad, ms
tarde, segn se ver en sn lugar correspondiente.

1869. Doctor Benjamn Zorrilla, electo en propiedad el


10 y recibido el 13 de junio, hasta igual fecha de 1871, que
termin tranquilamente su perodo constitucional.
Acompale, en calidad de ministro genera^', el doctor Fe-
derico Ibarguren, hnsta marzo de 1871, que, habiendo ste di-
mitido el cargo, el oficial primero don Ramn Rosquellas, au-
torizaba las disposiciones gubernativas.
Dunante el gobierno de Zorrilla no consta la ocurrencia
de la ms mnima perturbacin del orden, el cual sigui con
toda regularidad ha^ta el fin. Pudo solemnizarse de un modo
esplndido la conmemoracin del da 9 de julio (1869)., con
embanderamiento, salvas, formacin del primer batalln de in-
fantera ''Sarmiento", e iluminaciones por la noche. Las de-
ms fiestas patrias de su administracin fueron celebradas con
Igual esplendor.
Cnese una oficina de Registro (30 de julio), suprimin-
148 ANTONIO ZINNY

dose el derecho de alcabala. Fomentse la educacin en los di-


versos departamentos de la provincia, encomendando su cuida-
do a una comisin de Instruecin pblica, compuesta de I0&
respetables ciudadanos don Juan Martn Leguizamn, inspec-
tor de escue''as, como presidente, don Luis Castro y don Vic-
torino M. Sola. Al gobernador Zorrilla debe la provincia el es-
tablecimiento de ti'es lneas de correos provinciales, la prime-
ra de la capital al departamento de Campo Santo y Oran la ;

segunda comunicando la capital con los departamentos de Chi-


coana, Via de Guachipas, Guachipas, San Carlos y Cafayate,
y la tercera, con los departamentos de Cerrillos, Rosario de-
Lerma, Cachi y Molinos.
Deseando conmemorar el da 10 de octubre de 1867, ani-
versario de la heroica defensa de la ciudad de Salta contra la
invasin del famoso Vrela, solemniz el mismo da de 1869,
con la colocacin de la piedra fundamental del edificio desti-
nado para Escuela Normal; y a los que perecieron en aquella
defensa, se les exhum sus restos, colocndolos en un sepulcro'
erigido por la gratitud del pueblo, con funerales y formacin
de tropa en la misma fecha.

1871. Coronel Delfn Leguizamn, electo en propiedad


y puesto en posesin del mando el 13 de junio, habiendo com-
partido con l las tareas administrativas, sucesivamente Ios-
ciudadanos doctor Juan Pablo Saravia (hasta el 7 de febrero
de 1873), don Zacaras Tedn, don David Saravia, don Manuel
de Tezanos Pinto y doctor Elseo F. Outes.
Con motivo de la apertura de la Exposicin Nacional de
Crdoba, a que, como todos los gobernadores de las dems pro-
vincias, fuera invitado por el presidente de la Repblica, Le-
guizamn deleg (2'9 de septiembre) el mando en el vicepresi-
dente primero de la Legislatura y autorizado a llevar en su
;

comitiva, con carcter oficial, adems de uno o dos edecanes,


un secretario del gobernador de la provincia en comisin, eli-
gi al doctor Feneln Zuvira para dicho cargo. Reasumiendo-
el mando (21 de noviembre), lo deleg nuevamente (12 de ju-
nio de 1872) en el presidente de la Legislatura, por haber te-
nido que ausentarse de la capital, a fin de practicar la visita a
los departamentos de campaa, de conformidad a la ley de 20'
de enero de 1857, hasta el 7 de septiembre.
Entre las disposiciones administrativas del gobernador
Leguizamn, una fu (17 de junio de 1871) la descentraliza-
cin del Departamento de Polica, ponindolo a cargo de urt
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARCENTfXAS 1^9

intendente, un secretario contador y cuatro comisarios de sec-


cin, para la capital, y cada comisara con un jefe de seccin,
un auxiliar celador y seis gendarmes vigilantes. Era intenden-
te de aquella reparticin el ciudadano don Martn Torino (ms
tarde gobernador de Jujuy, a quien Leguizamn nombr (22
de junio) en comisin especial, para que, trasladndose al de-
partamento de Rivadavia y en representacin del P. E. de la
provincia, dictase y tomase las medidas conducentes a facilitar
todos los trabajos de canalizacin del Ro Bermejo, que se em-
prendieran por la compaa annima, repnesentada por don
Natalio Roldan y protegida y fomentada con patritico entu-
siasmo por el mismo gobernador. Las autoridades de la ciudad
de Oran con su distrito y las de los departamentos de Anta y
Rivadavia fueron puestas bajo las inmediatas rdenes del co-
misionado Torino.
Con la aprobacin del gobierno de Leguizamn (21 de
agosto) fuepon declarados por la Municipalidad suburbios de
la ciudad de Salta: por el norte, la zanja del Estado en toda
su extensin; por el este, el Puente de San Bernardo y el ca-
nal que sigue hacia el sur, por el sur, la margen septentrional
del ro de Arias, y por el oeste el callejn que divide la cur-
tiembre de los seores Patrn, de los Molinos de sur a norte.
Durante su administracin, la ciudad de Oran experi-
ment un horrible terremoto que ocasion numerosas vctimas
y redujo a muchos inocentes a la orfandad. En medio de esa
desgracia, las provincias hermanas no fueron sordas al cla-
mor del infortunio, concurriendo a su alivio con los socorros
de que a cada una le fu posible disponer. La Legislatura fcle
la de Buenos Aires acord (24 de noviembre de 1871) autori-
zar al gobernador A. Alsina, para poner a disposicin del go-
bierno de Salta la suma de 10.000 pesos fuertes, con destino a
los pobres y hurfanos, vctimas de los temblores ocurridos en
aquella ciudad.
Para el buen manejo de esos fon/dos, cre el gobierno una
comisin de socorros, compuesta de los seores don Antonio
Arias, don Samuel riburu y don Pedro Ugarriza, a cuya or-
den puso la Caja de Depsitos y Consignaciones de la provin-
cia, en donde se hallaban consignadas las sumas procedentes
de socorros para la ciudad destruida de Oran. La referida co-
misin tena el encargo, adems del alivio de la orfandad y de
la indigencia, propender por la reconstruccin de los edificios
destruidos, la construccin de uno para hospital y otro para
escuelas de primeras letras, etc.
ANTONIO ZINNY

Ningn E-tado de la Amrica del Sur comprendi mejor


Inda la importancia que tiene la Educacin Popular como la
provincia de Salta. Es la primera en la Repblica Argentina
y en la Amrica Espaola que, con el objeto de fomentar y di-
fundir la Educacin del pueblo, crease, como en Inglaterra y
Estados Unidos, un Consejo de Instruccin Pblica, compues-
to de las ms a'tas dignidades, tales como el gobernador de la
provincia, los presidentes de la representacin provincial y
Consejo de la Municipalidad central y de cuatro vecinos, nom-
brados anualmente por la Legislatura. (Este Consejo ces en
febrero de 1875. cuando empezara a regir la constitucin re-
formada). Al gobernador Leguizamn cupo la alta gloria de
promulgar (9 de febrero de 1872) aquella importantsima ley,-
como igualmente otra (19), declarndose feriado el da 20 de
febrero, aniversario del triunfo alcanzado por el general Bel-
grano, el ao de 1813, en los campos de la ciudad de Salta,
sobre el ejrcito espaol, al mando del general don Po Tris-
tn.
Cre (24 de febrero) un xVsilo de Mendigos, que haba de
establecerse en el local conocido por el' antiguo cuartel de la

banda de msica, bajo la direccin de una comisin, que la


componan los ciudadanos teniente coronel David Saravia, Luis
Aroz, Nicols B. Ojeda, Samuel Uriburu, Manuel Antonio
Pea y Jess Zerda. Dise por recibido (21 de febrero de 1878)
el edificio construido por los seores Maqui y Hermanos, en
virtud de contrata celebrada con el gobierno.
Habiendo laprovincia aceptado los beneficios de la ley
nacional' de 21 de septiembre de 1871, cre (4 de marzo de
1872), sobre todos los impuestos, uno adicional, con la denomi-
nacin de ''Impuesto de Escuelas", destinado exclusivamente
a la coiLstruccin de edificios para escuelas pblicas en toda
la provincia; adquisicin de moblaje, libros y tiles; sueldos
de inspectores y de maestros al fomento de Bibliotecas Popu-
;

lares, etc. Esta ley empez a regir el 1." de enero de 1873.

En recompensa de los sacrificios hechos por el ciudadana


don Natalio Roldan para obtener la navegacin del Ro Ber-
mejo, la Legislatura dict (18 de marzo) una ley concedindo-
le diez .leguas de terreno de frente por diez de fondo, sobre la
margen oriental de dicho ro y al sur de la.s terrenos concedi-
dos a la empresa de navegacin a vapor, que representaba. A
sta le fu concedido, en remuneracin de sus esfuerzos, para
la navegacin de dicho ro, otras quince leguas de frente y
HISTORIA I)F. LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS I SI

quince de fondo, sobre la margen oriental' del mismo ro y a


la altura del lugar denominado "Pescado Flaco".
Sancionse (19 de marzo) otra ley. autorizando a los se-
ores Pedro Ijary-Storch y Compaa, el establecimiento, en la
capital de Salta, de un Banco d? descuentos y emisiones, bajo
la denominacin de "Banco de la Provincia de Salta", cuyos
billetes seran los nicos recibidos en todas las oficinas fiscales
y municipales, por el trmino de 50 aos, para el pago de im-
puestos y contribuciones y para la compra de tierras pblicas
y pago de deudas al fisco o municipalidades.
Habiendo desaparecido del archivo de Salta las reales c-
dulas y dems resoluciones dadas sobre los lmites de la pro-
vincia con l'os de Tucumn y Santiago del Estero, las euales
cdulas y resoluciones deban encontrarse en el de la extingui-
da Audiencia de Charcas o en el de la provincia de Buenos Ai-
res, capital del virreinato del Ko de la Plata, y en el inters
de tenerlos a la vista, el gobernador Ijeguizamn comision (10
de abril) al cnsul argentino, residente en Sucre, capital de l'a
Eepblica de Bolivia, para que practicase las diligencias nece-
sarias, a fin de obtener copia legal de dichas cdulas y resolu-
ciones e igualmente en Buenos Aires al diputado por Salta al
;

congreso nacional, doctor Rafael Ruiz de los Lanos, para que


practicaje iguales diligencias.
El malogrado ciudadano don Juan Martn Leguizamn,
que haba sido encargado de reunir los documentos conducen-
tes al esclarecimiento de los lmites de la provincia, expuso al
gobierno, hallarse autgrafo aquel documento en un libro ma-
nuscrito, en poder del ciudadano Victorino Sola; en su con-
secuencia, se orden (21 de diciembre) sacar copia textual de
l, firmada por el referido Sola, por el sndico procurador de

la ciudad y por el fiscal de hacienda, como testigos, con el es-


cribano de gobierno.
Por motivos de pblica utilidad, compr
el gobierno dos
reas de terreno al norte de de 75 varas de este a
la ciudad,
oeste y 150 de sur a norte, destinndose a plaza pblica, el
rea que est a continuacin del BouJ'evard Belgrano, a la que
se denominaba "Plaza General Belgrano", en cuyo centro se
haba de levantar una columna, colocndose una estatua en su
cspide. La otra rea fu destinada a la construccin de una
Penitenciara; y la inauguracin de ambas obras y colocacin-
de la piedra fundamental tuvo lusar el da 11 de junio de
1872.
il 5^ ANTONIO ZINNY

Al da siguiente de haberse solemnizado el acto que se


acaba de referir,el gobernador Leguizamn se ausent de la
capital, a efecto de visitar los departamentos de campaa,
acompaado del secretario general don Juan Pablo Saravia.
El 13 de junio de 1873, Leguizamn termin paccamen-
te su perodo constitucional.

1871. Doctor Vicente Anzotegui, ^vicepresidente prime-


ro de la Legislatura, en ejercicio del P. E., en ausencia de Le-
guizamn, desde el 29 de septiembre hasta el 16 de octubre, en
que, por la lev ces en su carcter de d-iputado.
El ciudadano don David Saravia ejerca las funciones de
secretario general.

1871. Do7i Saturnino San Miguel, vicepresidente segun-


do de la Legislatura, puesto en posesin del P. E. por el doc-
tor Anzotegui, diputado cesante, el 16 de octubre, hasta el 27
de noviembre.

1872. Doctor Moiss Oliva, presidente de la Legislatura,


en ejercicio del P. E en '\useneia del propietario Leguiza-
,

mn, desde el 12 de junio hasta el 7 de septiembre.


En ausencia del ministro Saravia, que se hallaba con el
gobernador en su visita a los departamentos de campaa, el
oficial mayor doctor Manuel Tezanos Pinto qued de secreta-
rio intenino, habiendo continuado en desempeo del mismo
-cargo hasta el 14 de septiembre.

Doctor Juan Tahlo Saravia, electo el 13 d- junio.


1873.
Tuvo por ministros secretarios, sucesivamente a los ciuda-
danos don Zacaras Tedn y don Segundo Linares.
Durante su visita a los departamentos de campaa (27 de
noviembre a 14 de enero siguiente) qued encargado del P. E.
el presidente de la Legislatura. En el mismo ao, estableci (4
de julio) un ''Boletn Oficial de la Provincia de Salta", para
la insercin de los documentos oficiales.
Con motivo de haber estallado en Buenos Aires, (24 de
septiembre de 1874) una revolucin del partido nacionalista,
todo el territorio de la Eepblica fu declarado en estado de
sitio y puestas en campaa las fuerzas de cada provincia, por
orden del gobierno nacional. El gobernador propietario de Ju-
juy sali igualmente, al frente de las de su provincia, pero
stas no fueron suficientes para reprimir la sublevacin de los
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTr?AS 1 53

departamentos de la Puua, cuyos habitantes en nmero con-


siderable, se declararon en abierta rebelin contra las autori-
dades nacionales. En virtud, pues, de requisicin del goberna-
dor delegado de Jujuy, el de Salta, Saravia, consider (7 de
diciembre) llegado el caso de contribuir con los elementos que
tena organizados a reforzar la divisin exiDedicionaria de
aquella provincia, con un batalln de 300 plazas, al mand del
teniente coronel don Salvador Tula y al frente de la fuerza, en
representacin del gobierno de Salta, el ministro secretario
Linares. A los cuatro das lleg a Salta la noticia de la victo-
ria de Santa Rosa, obtenida eu Mendoza por el entonces coro-
nel JuHo A. Roca, sobre el general Jos Arredondo, con cuyo
motivo fu licenciada la guardia nacional movilizada en San
Carlos y Cafaj-ate y la que haba prestado sus servicios sobre la
frontera de Santiago,
La restitucin de la paz a la Repblica, con los triunfos
de Santa Rosa y La Verde, dio ocasin al gobieri^o nacional a
declarar feriado el da 17 de diciembre (1874), para dar gra-
cias al Todo Poderoso, y el gobernador Saravia orden se can-
tase en aquel da, en la iglesia catedral un solemne Te-Dum,
salvas, formacin del regimiento "20 de Febrero", ilumina-
cin en las noches del 17 y 18, embanderamiento de todas las
casas y clausura de todas las tiendas y casas de comercio, etc.
Sancionada por la convencin constituyente, (29 de ene-
ro de 1875), la constitucin reformada de la provincia, el go-
bernador Saravia orden su promulgacin para el 20 de febre-
ro, en cuyo da se celebr un solemne Te-Dum en la catedral,
con asistencia del gobierno y de las corporaciones, formacin
de dos regimientos en la plaza principal, promulgndose en
seguida, en bando solemne llevado por las calles, por el escri-
bano de gobierno escoltado por los regimientos de guardias
nacionales de la capital y hacindose un disparo de can en
cada esquina, despus de verificada la lectura.
Por el hecho de haber empezado a regir la constitucin
reformada de la provincia, ces en su ejercicio el Consejo de
Instruccin Pblica; en consecuencia, el gobernador Saravia
cre un Departamento de Instruccin Pblica (23 de febrero),
bajo la dependencia del ministerio general de gobierno, con
un jefe del Departamento y un escribiente, teniendo las mis-
mas atribuciones que las que haban sido conferidas al ex-
tinguido Consejo.
Todas las escuelas que costea la municipalidad quedaron,
desde el 20 de marzo, bajo la direccin inmediata de la Ofi-
154 ANTONIO ZINNY

eiiia de Instruccin Pblica, a cuyo jefe haba de entregar


mensualmente aquella corporacin las cantidades 'Correspon-
dientes, segn el presupuesto ; todo con la aprobacin del go-
bierno.
El cargo de subinspector departamental de escuelas fu
(8 de abril de 1875) declarado anexo al de jefe poltico, con
dependencia del Departamento de Instruccin Pblica, que-
dando el fomento y cuidado de las Bibliotecas a cargo de los
respectivos Consejos municipales.
El doctor Saravia termin su perodo constitucional (13
de junio de 1875), habiendo trasmitido tranquilamente el

bastn del mando a su sucesor Aroz.

1873. Dcictor Benjamn Zorrilla^ presidente de la Legis-


latura, en ejercicio del P. E. por ausencia del propietario Sa-
ravia en su visita a los departamentos de la campaa, deed^e
el 27 de noviembre hasta el 14 de enero de 1874.
El seor don Segundo Linares, ministro secretario del
gobernador Saravia, acompa al dejlegado, durante su corta
administracin.
La nica disposicin de inters general de la administra-
cin Zorrilla fu la promulgacin de la ley (10 de enero) crean-
do un cuerpo denominado '' Guardia Policial'', formado de
guardias nacionales de todos los regimientos y batallones de
la provincia, sacados a la suerte y obligados a prestar sus
servicios por el trmino de un ao, pero con el derecho de po-
ner personero. Esta ley no deba ser derogada sino cuando el
Te"^oro de la provincia estuviese en posibilidad de costear el
cuerpo de Guardia Policial, por medio de enganche volun-
tario.

1875. Don Miguel Francisco Aroz, propietario desde


el 13 de junio hasta el 21 de diciembre de 1876, en que pre-
sent su renuncia, sindole aceptada el mismo da.
El seor don Juan Martn Leguizamn fu su secretario
ge,neral de gobierno.

1876. Don Benedicto Fresco, presidente del Senado, en


ejercicio del P. E., desde el 21de diciembre hasta el 9 de ju-
lio del siguiente ao, en cuyo da expir el perodo constitu-
cional, que por renuncia de Aroz haba quedado vacante.
El doctor Po J. Tedn fu su ministro general de go-
bierno.
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 1 55

1877.Teniente coronel Juan Sola, electo en propiedad


el 6 y puesto en posesin del cargo el 9 de julio por el pero-
do constitucional, habiendo organizado su ministerio con los
doctores Miguel S. Ortiz, (Abrahn Echazii, que no acept)
y Eliseo F. Outes.
En cumplimiento de la ley de 9 de noviembre (1876),
Sola tuvo que marchar al departamento de Oran, el 21 de di-
ciembre, y durante su ausencia el presidente del Senado que-
d en ejercicio del P. E.
Ejerci el gobierno hasta el 9 de julio de 1'879, que hizo
la "trasmisin legal del mando en la persona del presidente
del Senado, en ausencia del electo en propiedad, doctor Moi-
ss Oliva, diputado al congreso en Buenos Aires, en repre-
sentacin de su provincia natal.

1878. Don Juan Martn Leguizamn, presidente del Se-


nado, en ejercicio del P. E. en ausencia del propietario Sola,
desde el 21 de diciembre (1878), y segunda vez, desde el 9
de julio de 1879, que termin el coronel Sola su perodo le-
gal, hasta el 29 de julio del mismo ao.
Muri en Buenos Aires, siendo senador por Salta el 30
de julio de 1881, a los 45 aos de edad.

1879.Doctor Moiss Oliva, electo en propiedad durante


se hallaba en Buenos Aires representando ante el congreso a
su provincia como diputado y reeibido del cargo el 29 de
julio.
Organiz su ministerio con los seores doctor Pedro Ig-
nacio Lpez Cornejo, gobierno, y don Benedicto Fresco (ex
gobernador interino), hacienda y posteriormente reformado
(marzo de 1880) con los seores don Miguel Tedn, gobier-
no, y don Manuel Sola, hacienda.
Como el doctor Oliva entrase a presidir el gobierno de su
provincia en una poca de grande agitacin electoral, se pro-
dujo, con motivo de los sucesos de Jujuy (vase esta Provin-
cia) una grave desinteligencia entre l y el ministro del inte-
rior, seor Sarmiento.
El caso, tan curioso 'Como raro es que, ignorndose el pa-
radero del gobernador Torino, de Jujuy, el ministro Sar-
miento pregunt telegrficamente al doctor Oliva dnde se
hallaba el referido gobernador? Contestsele (3 de octubre de
1880) que en Perico (departamento de Jujuy, de que exis-
ten dos con el mismo nombre, con el agregado del Carmen,
156 ANTONIO ZINNY

uuo, y de San Antonio, el otro). El ministro tom la contes-


tacin como una burla, no pudiendo suponer, como lo dijo l
mismo despus, que en un pueblo hubiese una localidad que
se llamase Perico, y dirigi al gobernador Oliva un telegrama
punzante, que fu contestado en un tono no menos hiriente.
Cerciorado el ministro del interior de la existencia de
un pueblo llamado Perico, cosa que ignoraba, y que no haba
en el doctor Oliva la ms remota intenc-in de faltar al res-
peto debido a aqul, le pidi disculpa por los conceptos que
en su telegrama empleara, la cual fu cordialmente aceptada,
reanudndose de este modo las amistades momentneamente'
interrumpidas.
Desde entonces,el gobernador Oliva continu rigiendo
Jos destinos de provincia a entera satisfaccin del pueblo
la
hasta el 9 de julio de 1881.
Un mes antes de descender del poder (9 de junio) el doc-
tor Oliva dict un importante decreto disponiendo la compi-
lacin de disposiciones fiscales de Salta, comprendiendo una
'Compilacin de cdulas, pragmticas, leyes, decretos, orde-
nanzas, acuerdos, autos, edictos, notas y otros documentos re-
lativos a la hacienda y tierras pblicas de la provincia de
Salta"; y encomend esta tarea a don Jos S. Aroz, bajo la
direccin del ministro de hacienda, don Manuel Sola. La re-
ferida compilacin se divide como sigue 1.^ Desde la ere'ccin
:

de la provincia de Salta hasta la inauguracin de la primera


Legislatura 1782-1822. 2.^ Desde esta primera Legislatura
hasta la poca constitucional 1822-1855. 3.^ La poca cons-
titucional, 1855 hasta la fecha. Slo ha Aasto la luz la 3.^
poca.

1881. Doctor Miguel S. propietario,


Orti.z, puesto en
y)Osesin del cargo el da designado por
la constitucin (9 di^
julio), habiendo organizado su ministerio con los seores doc-
tor Domingo Gemes, gobierno, y don Manuel Sola, hacien-
da, y, desmembrado el gabinete por renuncia del primero,
fu nombrado el 7 y tom posesin el 8 de marzo de 1882.
l^revio acuerdo del senado, el doctor Abraham Echazii, quien
haba cooperado con entusiasmo, en Be^grano, a la cada de
los rebeldes de junio de 1880 y a la elevacin del vencedor de
Santa Kosa a la presidencia de la Repiiblica.
PROVINCIA DE JUJUY
(1810 - 1882)
ACTA DE FUNDACIN (1)

En el nombre- de la Santsima Trinidad Padre, Hijo y


Espritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verda-
dero, y de su gloriosa virgen Madre Santsima Mara Seora
Nuestra, estando en el asiento y Valle de Jujuy entre el ro
que llaman de Sevirivi, y el ro Grande, que viene de la Que-
lu'ada que dicen de los Reyes, y trminos y jurisdiccin de
esta Gobernacin del Tucumn, a diez y nueve das del mes
de abril de mil quinientos noventa y tres (19 de abril de
]593) aos. El capitn don Francisco de Argaars, teniente
de gobernador de este dicho Valle y Provincia por S. S. del
Gobernador Juan Ramrez de Velazco, Capitn General de
esta provincia del Tucumn por Su Majestad, en presencia
de todo el campo que est de vecinos y pobladores para la di-
cha poblacin dijo, que como es notorio en esta Provincia ha
;

venido a este Valle de Jujuy, y asiento donde est con ella a


poblarla y conquistar la tierra del que est de guerra y re-
belados los indios contra el servicio de S. M., para que su real
eorona vaya en acrecentamiento, y los dichos naturales ven-
gan a poltica y tengan doctrina, y vengan ya a conocimien-
to de la palabra del Santo Evangelio y cosas de Nuestra San-
ta Fe Catlica y reciban el Santo Bautismo, y cesen los robos,
muertes y daos que hasta ahora han hecho y cometido, impi-
diendo los pasos y caminos, y otros muchos inconvenientes de
notable dao y perjuicio para toda esta Gobernacin, y espe-
cialmente para dar aviso a Su Majestad y a su Real Audien-
cia del estado de esta tierra, la cual se prepara, y se eviten
otros de los inconvenientes con esta poblacin y habiendo su;

merced de dicho capitn con la dicha gente llegado a este va-


lle, y pasendolo, y visto curiosamente con todos los dichos ve-

cinos y pobladores y gente de Guerra de esta provincia que


trajo en su compaa, cul sera el lugar y parte ms emo-

(1) erisfa de Buenos Aires, tomo IX, i^g 236.


1 6o ANTONIO ZINNY

da y conveniente y mejor asiento de este Valle para poblar


Ja dicha ciudad, y parecido a todos los que en su compaa

vienen, habindolo bien visto, unnimes y conformes dije-
ron ser el asiento donde al presente estn, el sitio ms cmo-
do y conveniente, y mejor asiento para sentar y poblar la di-
cha ciudad, as por la mucha abundancia de tierras frtiles y
para estancias y sementeras, y pastos y vias, huertas y re-
creacin, como por estar entre los dichos dos ros, donde se
pueden sacar muchas acequias y hacer molinos, y prometer
otras muchas y buenas esperanzas; por tanto su merced el
dicho capitn don Francisco de Argaars, conformndose
con el parecer de todos, mand hacer, como se hizo, un rollo
en dicho asiento, donde cerca de l estaba puesto, y dijo que
:

en nombre de la Santsima Trinidad, Padre, Hijo y Espritu


Santo, tres personas y un solo Dios verdadero y de la glo-
riosa Virgen Mara Nuestra Seora su bendita Madre, y del
apstol Santiago, luz y espejo de las Espaas, y del bienaven-
turado Serfico Padre San Francisco, y en nombre de S. M.
y como su capitn y de S. S. del gobernador Juan Ram'r-ez
de Velazeo, capitn general en estas Provincias por S. M. y
como leal criado y vasallo suyo, y por virtud de la comisin,

poderes e instruccin que para ello tiene de S. S. mandaba
y mand poner y puso dicho palo por picota en dicho rollo,
que as est hecho, el cual fu fijado, y puesto en alto, segiin
y como se acostumbra hacer en las ciudades de esta Gober-
nacin y dems reinos y Seoros de S. M. en su real nom-
bre, con mero y mixto imperio y entera jurisdiccin, donde
dijo que sealaba, y seal fuese la plaza pblica de esta
dicha ciudad y el medio de la cuadra de dicha plaza, y que
desde hoy dicho da en adelante para siempre jams se nom-
bre y llame esta dicha ciudad San Salvador de Velazco en el
Valle de Jujuy, provincia del Tucumn, y que as se ponga
en todos los autos y escrituras que se hicieren y en el dicho
;

rollo y picota se ejecute justicia pblicamente contra los de-


lincuentes y malhechores, y mandaba y mand que ninguna
persona de ninguna suerte y calidad que sea, no sea osado de
lo quitar, mudar, ni remover, so pena de muerte natural y
perdimiento de todos los bienes aplicados para la real cma-
ra, y de ser habidos por traidores a la Real Corona, y que la
Iglesiamayor de dicha ciudad sea su nombre y advocacin de
San Salvador, por cuanto en dicho da, segundo de Pascua
de Resurreccin, se ha fundado y establecido esta dicha ciu-
dad y estando su merced el dicho capitn en este dicho asien-
;
HISTORIA DE LOS GOBEBNADOEES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS l6l

to ech mano a su espada, y haciendo las ceremonias acos-


tumbradas ech tajos y reveses, y dijo en voz alta, si haba
alguna j)ersona que contradijese la posesin y jurisdiccin, y
no hubo contradiccin de persona aiguna, la cual dicha fun-
dacin y ciudad, dijo que la haga y goce, con cargo y adita-
mento que si j)ercibiere y se hallare otro R=iento en mejor co-
marca, ms frtil y til y provechosa para dicha poblacin,
y conversin de los naturales, que se pueda y haya de trasla-
dar y mudar por su persona y por S. S. el gobernador, o por
la persona que en nombre de S. M. gobernare estas Provin-
cias, no quitndole el nombre a dicha ciudad, ni a la Iglesia,
ni a nadie sus cuadras y solares; y as en esta forma qued
fijado el dicho rbol de Justicia y tomada la dicha posesin,
todo lo cual que dicho es, por mandato de su merced del di-
cho capitn se hizo y pregon pblicamente en altas e inteli-
gibles voces, por voz de Juan Quichoa ladino, y en seal de
la dicha posesin en nombre de !S. M. se dispararon arcabu-
ces y otros regocijos que se hacen en casos semejantes, con-
curriendo muca gente a caballo para el dicho efecto y de co-
mo as pas, su merced de dicho capitn lo pidi por testipao-
nio a mi el presente escribano para informar a S. M., su Keal
Audiencia y a t. iS. a todo lo cual fueron presentes el muy
Reverendo Padre Juan Puente, Rector de la Compaa de
Jess de esta Gobernacin, y el capitn Francisco de Bena-
vente, y Pedro de (iodoy, Juan de iegura, y Lorenzo de He-
rrera, Miguel Garca y Marco Antonio, Francisco Falcn,
Juan Mndez, Bartolom de Cceres, Gabriel Garca de Val-
verdi, Juan Muoz de Vern, Juan iSandi, Antonio Lujan y
otros vecinos y soldados que presentes se hallaron, de esta
Gobernacin, y su merced la firm de su nombre don Fran-
cisco DE Argaars. Ante mi Eodrigo Pereira Escribano."
En l mismo da y acto continuo, Argaars nombr por
alcaldes ordinarios a Pedro de Godoy y a Lorenzo Herrera,
por regidores a Juan de Segura, a Miguel Valverde, a Fran-
cisco Jb'alcn y a Marcos Antonio; por procurador al capitn
Francisco de Beuavente; por mayordomo de la ciudad a Juan
Muoz Garbii (debe ser Galvn), y por alguacil mayor a
Juan de Segura, a quienes tom juramento, para que *' guar-
den Justicia a las partes y no sean parciales, ni llevarn co-
hechos ni derechos demasiados, ni manden ni prometan sus
VOTOS POR dineros, awior y amistad y en todo miren el servi-
cio de Nuestro Seor y de 8. M. y bien de esta repblica."
1 62 HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROMNCIAS ARGENTINAS

Tres dias despus, (22 de abril de 1593) don Francisco


de Argaars, reconocido ya como capitn y teniente de go-
bernador por la autoridad constituida, vestido de todas gaias,
as como los pobladores, armados de todas armas, entreg el
real estandarte e insignia de la nueva ciudad, prestando ju-
ramento y pleito homenaje el regidor y aifrez Miguel Gar-
ca de \'alverde, jurando guardar fideddad a su rey y seor
natural, defender su autoridad y acudir a su llamado.
El da 26 (abril de 1593), el teniente gobernador Arga-
ars procedi al reparto de las cuadras, de 440 pies cada
una, huertas, etc., dando una cuadra al gobernador ^'elazco,
otra para s, para su hijo, y as a los dems. Igual operacin
practic respecto del reparto de chacras, de 50U pies de fren-
te y de largo, desde el ro Grande hasta lo alto de las lomas,
designando la primera para el gobernador Yelazco, otra para
el hijo de ste, dos para s, haciendo el reparto hasta el lui-
mero de 32 chacras, y dando a algunos suertes dobics.
El da 30 (abril de 1593) el capitn Argaars dict las
ordenanzas siguientes.
1. Que durante seis aos, desde la fundacin, ningn

vecino ni poblador puede ser preso por deudas. 2 Que a

ningn fundador se le pueden vender por va de ejecucin


sus casas ni heredades. 3." Que los 3'anconas sirvan por seis
aos, que puedan ser trasladados; pudiendo repartirse
sin
los ejidos. 4." Que en los das de pascua de Resurreccin "a

vsperas y el segundo da a misa", los regidores de primero


y segundo lleven las borlas del estandarte que conducira en
sus manos el alfrez, etc.
El como estuvo por muelio.s
territorio de Jujiu' sujeto
aos a las continuas invasiones del ejrcito real en la guerra
de la independencia, hizo necesaria la traslacin de su archi-
vo a Tucumn, el ao de 1812, en la que se perdi la mayor
parte.
Fundada la ciudad de Jujuy (el 19 de abril del ao 1593)
por don Francisco de Argaars, seal por entonces los l-
mites de su jurisdiccin territorial, designando el Ro de Ali-
sos y Perico por el sur; el Ro Grande y Valle abajo de Ju-
juy hasta la confluencia con el de Siancas, por el sijdeste
hasta la estancia de don Diego Espeloca, cacique de Talina y
40 leguas hacia la parte de Tarija, por el norte.
La notable impropiedad, que se observa en la demarca-
cin de los referidos lmites, hace creer que ])roviniese de ({ue,
en a(piel tiemi^o, era casi desconocida esta parte de territo-
ANTONIO ZINNY 163

rio, en especial la de naciente y poniente, que, ocupado desde


las goteras de la ciudad de Jujuy el primer rumbo por los
brbaros del Chaco y el segundo por los naturales, no pudo
el fundador sealar lmites por ellas.

Dos Aceces demolida la ciudad de Jujuy i)or los brbaros


del Chaco, y vuelta a ser reedificada en el ao de 1595, lo.s
vecinos nuevamente establecidos en ella se empearon en ale-
jar a esos enemigos, que tanto les hostilizaban, ya para impe-
dirles la repeticin de sus asaltos, como para adquirir terri-
torio por los rumbos que no se tena. Con este propsito y
contando con sus solos esfuerzos y recursos se pusieron en lu-
cha contra ellos, consiguiendo arrojarlos desde las inmedia-
ciones de esta ciudad hasta la^s lomas bajas situadas al otro
lado de la serrana de la Lumbre o Santa Brbara por el na-
ciente, y de todo el Valle de San Andrs de Centa, por el
norte. Esta conquista la aseguraron con fuertes establecidos
desde el de San Juan a oeho leguas, hasta el de Centa, a 80
de esta ciudad, reduciendo a la vez a los naturales de la Pu-
na y sucesivas localidades del poniente, hasta la cima de hi
Cordillera de Atacama.
De este modo es, que Jujuy vino a poseer un territorio
deslindado as:
Por el naciente, el fuerte de San Bernardo, cuyos vesti-
gios al otro lado de la sierra de la Lumbre existen hoy en el
Tunal. Por el poniente, la cima de la Cordillera de Atacama.
Por el norte, el fuerte de San Andrs de C?nta, en el valle de
este nombr, y 40 leguas hacia la parte de Tarija, desde el
arroyo de la Quiaca. Por el sur, el Ro de Alisos, en una par-
te, y el de Perico, en otra.
Para manifestar la causa porque se cambi el lmite arri-
ba, expresado, hacia la parte del norte, parece necesario ex-
poner que, siendo gobernador de Jujuy don Ramn Garcki
Pizarro obtuvo el consentimiento de esta ciudad, para que se
fundara la de Oran en el Valle de Centa, cedindole el terri-
torio comprendido dentro de los lmites siguientes : Al po-
niente de Oran, la cima de la Cordillera de Humahuaca, co-
nocida por Qalilegua. Al sur el Ro de las Piedras hasta su
desembocadero en el Grande de Jujuy. Al norte el arroyo de
la Quiaca. Al naciente, la ranchera de los indios brbaros
del Chaco, que dista de ella ocho leguas.
Aprobada que fu por real cdula de 4 de diciembre de
1796 la fundacin de Oran, en el territorio que se deja sea-
lado, y formalizada sta, vino a quedar Oran como enclava-
1
64 ANTOrrtO ZINNT

do en de Jujuy, sin terreno alguno a la banda


el territorio
oriental del Ro Grande de Jujuy, que desemboca enel Ber-
mejo, limitado por el de las Piedras, que desemboca en el de
Jujuy y por la cima de la Cordillera de Calilegua, quedan-
do al otro lado de sta, San Andrs, Iruya y Santa Victoria,
de que est despojado Jujuy.
TENIENTES GOBERNADORES

1810. Coronel Feliciano Antonio Chiclana, nombrado en


agosto.

1810.
Coronel Diego Pueyrredn, hasta octubre, que
fu substituido por el

1810. Doctor Mariano de Gordaliza, nombrado en octu-


bre, por elrepresentante de la junta, doctor Castelli, en subs-
titucin del coronel Diego Pueyrredn, que march al Per
con el referido Castelli.
Antes de su partida, el doctor Castelli dej a Gordaliza
instrucciones, dinero, y recomendacin al cabildo y comandante
militar para que le prestara el auxilio que llegara a necesitar.

1812. Coronel Francisco Pico, nombrado en 29 de enero


y recibido en 5 de abril.
El 25 de mayo de este ao, formado el ejrcito en la pla-
za, desde antes que el sol naciente esparciese sus rayos, el ge-
neral Belgrano, en presencia de todo el pueblo de Jujuy, enar-
bol la bandera azul y blanca, que fu saludada por todos con
patritico entusiasmo, y, con ella en la mano, alent a las mul-
titudes mantuviesen sus fuerzas en beneficio de la causa co-
mn, recordndoles el da en que A'ean por primera vez aque-
lla bandera, que distingua a los argentinos, como nacin, de
las dems del mundo.
A
pesar de todos los vaivenes por que despus pasara Ju-
juy, pudo salvarse y conservarse hasta este momento aquella
misma bandera, que el gobierno patrio mand ocultar y exis-
te en el templo principal de la ciudad, como recuerdo legado
al pueblo de Jujuy por el patriota general. Cada vez que la
causa de la patria sufra un revs, la vista de esa bandera, que
se enarbolaba y bendeca, reanimaba el espritu patritico de
los jujeos, aumentando las filas de los defensores de la inde-
pendencia.

P
1 66 ANTONIO ZINNY

1812. General Manuel Belgrano, capitn general de pro


vincias, hasta el 23 de agosto, que en consecuencia de la apro,-
ximacin del ejrcito realista ai mando del general Po Tris-
tn, abandona la ciudad, retirndose con su ejrcito en direc-
cin a Tucumn.
En su retirada, se inicia (3 de septiembre) un combate
en la margen del ro de Las Piedras, entre su retaguardia y la
vanguardia del ejrcito del general Tristn, dando por resul-
tado la completa derrota de sta, a la que hace algunos pri-
sioneros, quitndole una buena cantidad de armamento, de que
careca el ejrcito patriota. Poco ms de un mes despus (8 de
octubre) una parte de la vanguardia del ejrcito de Belgrano,
mandada por 1 capitn C. Zelaya, lleva el ataque sobre la ciu-
dad donde ya estaban atrincherados los realistas, pero es re-
chazada.

1812. General Po Tristn, realista, desde el 24 de agos-


to que, con su ejrcito, ocupa la ciudad por primera vez y nom-
bra al general Juan Ramrez de la defensa de ella, a fin de ha-
llarse en aptitud de atender a las operaciones de la guerra.

1812. General Juan Bamrcz Orozco, realista, puesto por


Tristn al cuidado de la ciudad, hasta el 22 de febrero de 1813,
que, a consecuencia de la batalla del 20' de febrero en el cam-
Do de Castaares, emprende la fuga.

1813. La Municipalidad,
presidida por don Pedro Ca-
bero, desde 22 de febrero que, por la fuga de Ramrez, que-
el
da la ciudad en acefala, hasta el 9 de marzo, que fu nom-
brado el

1813. Coronel Jos Blanos, nombrado teniente goberna-


dor interino, en marzo, en sustitucin del patriota coronel Pico,
Restablecidas las autoridades civiles y municipales que e
hallaban antes de la ocupacin de Jujuy por los realistas, el
general Belgrano se present en ia ciudad, y en el libro de ca-
bildo escribi
"Aqu (24 de agosto de 1812) empieza el cahildo del
Tiempo de los Tirayios." Y al final de los testimonios de los
actos gubernativos de la poca de ocupacin, escribi este otro
*'Aqu (22 de febrero de 1813) concluye el cahildo esta-
blecido por la Tirana que fu repulsada, arrojada, aniquilada
HISTOaiA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 1 67

y destruida con la clebre y memorable victoria que obtuvieron


Las armas de la patria el 20 de febrero de 1813, siendo el pri-
mer soldado de ellos Manuel Belgrano/'
El solemne acto del reconocimiento
y obediencia a la so-
berana asambJea general constituyente tuvo lugar en la ciu-
dad de Jujuy el 22 de mayo, por toda la poblacin, prestando
.iuramento ante el mismo Belgrano, el gobernador Bolaos y
ante ste el ayuntamiento, el clero y el pueblo, y procediendo
en seguida a terminar el acto en el templo ante Dios, rindin-
dole gracias por tan sealados beneficios a la libertad.
Igual reconocimiento se verific el 27, del triunvirato cons-
tituido, para ejercer el P. E. N., que haba creado dicha asam-
blea constituyente.
Vencedor el ejrcito espaol, primero en Vilcapugio (1."
de octubre de 1813) y en seguida en Ayohuma (14 de no^dem-
bre), al mando del general Pezuela y dueo de todo el Alto
Per, march sobre Salta y Jujuy, y al aiDroximarse a esta l-
tima ciudad, los patriotas, la abandonaron, ocupndola aqul
R principios de 1814,

1814. General Juan Ramrez Orozco, jefe de la vanguar-


dia del ejrcito realista al mando de Pezuela, en posesin de
Salta y Jujuy, establecido en esta ltima ciudad desde el 16
de enero hasta fines de agosto.
A los pocos meses de la ocupacin (27 de mayo) entr el
general Pezuela en Jujuy, donde permaneci hasta emprender
su marcha a Suipacha. En el mismo da de su llegada a este
ltimo punto (3 de agosto) estall en el Cuzco una revolucin.
promovida por los oficiales capitulados y juramentados en
Salta. Apoderndose stos del cuartel y las armas de la guar-
nicin y poco despus se agreg a los revolucionarios el valien-
te coronel salteo Saturnino Castro, uno de los que ms se dis
tinguiera en la accin de Vilcapugio, contribm'endo activamen-
te a la derrota de los patriotas y triunfo de los realistas. El
plan de ste era ponerse, como en efecto se puso, de acuerdo
con el general Belgrano, para aproximarse con sus fuerzas a
las posiciones del ejrcito real, en el concepto de que la rebe-
lin estallara en la noche del 1." de noviembre. El plan fu
descubierto y su autor, el coronel Castro preso, juzgado y sen-
tenciado a ser pasado por las armas, y ejecutado (octubre) en
el Cantn de Moraya. A
este desgraciado salteo cupo la triste
gloria de ser el primero que con la vanguardia del ejrcito
I 68 ANTONIO ZINNT

realista, ocupara las ciudades de Salta y Jujuy, y de ver emi-


grar a Tucumn las^ principales familias patriotas.

1814. Teniente Coronel Manuel Ramrez, teniente gober-


nador, nombrado el 31 de agosto, por estar ya libre la ciudad
de San Salvador de Jujuy del poder de los enemigos realistas
que la ocupaban, hasta el 14 de noviembre que, por orden del
director Posadas, pas a servir el mismo emi^leo en Santiago del
Estero.
Por decreto del referido director, de fecha 8 de octubre
de 1814, de las ciudades de Salta, Jujuy, Oran, Tarija y Santa
Mara, se form una provincia conservando la denominacin
de "Provincia de Salta", teniendo por capital la primera de
dichas ciudades, con un gobernador intendente.

1814. Teniente coronel Mariano Saraza, o Zaraza, ex ts-


niente gobernador de Santiago del Estero, nombrado el 14 de
noviembre, para servir el mismo empleo en Jujuy.

181'5. Dador Mariano de Oordaliza, desde el 17 de mayo


hasta marzo de 1816.

General Martn Miguel de Gemes, slo ejerci el


1815.
mando unos pocos das violentamente, hasta que, en vista de
la manifiesta oposicin del pueblo jujeo, se a' obligado a di-
mitirlo, reasumindolo el

1815. Doctor Mariano Gordaliza, restablecido en el go-


bierno que le haba usurpado Gemes.
En vista del estado de anarqua que a la sazn exista y
de la desinteligncia entre el cabildo y el general Gemes, en-
tr, (enero de 1816) sin su divisin, el general Domingo French
quien consiguiera terminar por el momento las diferencias y
obtener copiosos auxilios de los vecinos de Jujuy, para el
ejrcito patriota.

1816. Coronel Francisco Pico, en mayo.

1817. Coronel Francisco Javier gobernador


Olarria,
militar, desde el 6 de enero hasta 1. de que abandon
abril,
la ciudad, marchando sobre la de Salta, que fu ocupada el
15 (abril).
HISTORIA DE LOS OOBERXADORES DE LAS PROVINCIAS ARGEXTI.VAS l6g

Varios son los sucesos que tuvieron lugar en Jujuy des-


de 6 de enero hasta el 21 de mayo.
el
Enarbolado el estandarte real en la casi desierta ciudad
de Jujuy, en la que entrara (6 de enero) el general Olaeta
a la cabeza de la vanguardia de La Serna, despus de haber
derrotado las varias partidas de los patriotas que le disputa-
ban el terreno, stas, engrosadas con el resto del pas que se
haba levantado en armas, pusieron sitio a la plaza. En una
salida a forrajear, los sitiados fueron (6 de febrero) ataca-
dos por dos escuadrones de guerrilleros (gauchos) sltenos,
que a las rdenes del comandante Juan Antonio Rojas sitia-
ban a La Serna, en los potreros de alfalfa de San Pedrito,
donde en un combate a bala, sable, bolas y cuchillo, consigue
aqul un sealado triunfo contra fuerzas superiores, cuyas
armas quedan en poder de los vencedores. Estos, despus de
aquella victoria, regresaron vestidos con niimerosas batas,
charreteras y levitas, gorras, sombreros elsticos y sables con
vainas de acero.
Entretanto, el pueblo fortificado de Humahuaca fu to-
mado (1." de marzo) por asalto por el valiente comandante
Manuel Eduardo Arias, al frente de 150 gauchos sltenos.,
consiguiendo por trofeos 86 prisioneros, incluso 6 oficiales, 7
piezas de artillera, 100 fusiles, muchas provisiones, ganados
y cabalgaduras, y adems dos banderas, una de ellas del afa-
mado regimiento de Picoaga, que llevaba la efigie del desgra-
ciado patriota Pumacahua. En premio de esta memorable ha-
zaa, el director Pueyrredn decret 5 medallas de oro para
Arias, capitn Hilario Rodrguez, tenientes Manuel Postal y
Pablo Mariscal y alfrez Ontiveros, que ms se distinguieron
en el asalto para los dems oficiales, medalla de plata y para
;

la tropa, una cinta celeste y blanca, con la inscripcin : Hu-


molivoca
Ln Serna continuaba encerrado en Jujuy, bajo un rigu-
roso itio, hostilizado diariamente por los nauclros de Ge-
mes. hasta que, el 14 de marzo, tiene lugar el ms formidable
pombat^^, en el que el comandante Jos Francisco Gorriti Ta)
PacJi Gorriti. cargando sobre las trincheras, consisrue un se-
alado triunfo. No obstante de hallarse sitiado, al mes des-
pus de este suceso, el general La Serna, dejando la plaza
guarnecida con la divisin del general Olaeta, sale de ella
(13 de abril) con su ejrcito, formado en tres columnas con
t)anderas desplegadas y en disposicin de combate, en direc-
cin a la ciudad de Salta, en la que, a pesar de ser incesante-
I JO ANTONIO ZINNY

mente hostilizado por guerrilleros sltenos, consigue en-


los
trar, evacundola a 17 das (5 de mayo) y regresando a
los
Jujuy al da siguiente (6), hasta que la abandona del todo,
(el 21), dirigindose al Alto Per.

1817. Brigadier Pedro Antonio de Olaeta, en ejercicio


del mando, durante la ausencia de Olarra en campaa contra
los patriotas, por quienes los realistas eran continuamente
hostilizados, y principalmente por los gauohos de Gemes.

1817.
Coronel Manuel Lanfranca. El 28 de enero, Ola-
eta levant su campo de Jujuy, con todo su ejrcito, y se
dirigi a Salta, y habiendo sido nuevamente ocupada la pro-
vincia por el ejrcito realista al mando del general Valds,
(15 de abril de 1817), Corte fu sorprendido en los Bajos de
Prpala, apoderndose aqul de todas sus avanzadas y lle-
gando sin ser sentido hasta tiro de pistola de su campq,men-
to. Slo Corte con 3 o 4 de sus ms adictos pudieron sustraer-
se a la furia de los realistas los dems fueron muertos, ex-
;

cepto 2 oficiales y 16 hombres que rindieron sus armas. Este-


contraste de los patriotas, proporcion a los realistas algunas-
muas, caballos, la tienda del mismo Corte, su equipaje y al-
gn dinero.
Cuando
el brigadier Olaeta ocun la ciudad de Jujuy,
en enero, se hallaban en campaa todors los hombres de armas
llevar; a excepcin de los muy viejos; uno de los prrocos,
un legO' de San Francisco, prestaba un importante servicio
con las campanas, hasta que despus tuvieron los realistas-
necesidad de prohibir que las tocase, por haberse descubier-
to que servan de aviso a los patriotas.

1818. Don Juan Ramrez Orozco, realista, desde el 14


de enero, que el general Olaeta ocup la ciudad de Jujuy,
aunque la evacuara en la tarde del mismo da, y, hostilizado-
de da y noche por fuertes partidas del general Gemes, con-
tinu dominando el territorio de la provincia durante algn
tiempo.

1819. Don Bartolom de la Corte, hasta que el jefe de


estado mayor general del ejrcito realista, don Jos de Can-
terac, tom (22 de mayo de 1820) posesin de Jujuy y con-
tinu su movimiento sobre Salta, habiendo tenido ocasin de
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS I71

adquirir un nuevo triunfo en el punto de Cuyaya y ocupado


Ja provincia nueve das despus (31 de mayo).

1821. Coronel Agustn Dva, desde mayo hasta el 23


de junio de 1822, que estall una revolucin de que result
!a muerte del coronel Manuel E. Arias y lierido Dvila de un
balazo en el ojo, con peligro de la vida.
Por determinacin de Gorriti fu reemplazado Dvila
por don Bartolom de la Corte.
El teniente gobernador Dvila y don Manuel E. Arias,
comandante de Humahuaca, mantenan comunicaciones pri-
vadas y amistosas con el general enemigo don Pedro Antonio
de Olaeta, lo cual, por una poltica ine"\dtable en aquellas
circunstancias, era tolerado por el gobernador de Salta, de
quien Jujuy dependa.
Olaeta remita con regularidad todas las disposiciones
que dictaba, as como las dictadas por el A'irrey La Serna,
exigiendo reciprocidad de parte de Dvila.
He aqu una carta del mismo, acompaando la nmina
de los fusilados y castigados en Potos: "Mojo y febrero 7
de 1822.
Muy seor mo y amigo. Considerndolo a usted
deseoso de tener papeles pblicos nuestros, y consecuente a
lo que le tengo ofrecido, le incluyo los que han llegado a mis

manos uno de ellos era el decreto sobre el pueblo de Canga-
llo, expedido por La Serna y un manifiesto de ste
y le su-
plico no sea tan mezquino con los que tenga de su gobierno.

"Es regular que haya usted oido devotamente algunas



misas de accin de gracias por el suceso de Potos refirin-
dose a la. revolucin que en aquella villa tuvo lugar el 1. de
enero de 1822, encabezada por el teniente coronel Casimiro

Hoj'os; y con razn, porque a todos los de la adjunta lista
los considero en el cielo, y es bueno encomendarse a ellos. Yo
no lo har, porque en vez de darme gusto, me han dado bue-
nos tabardillos. Su apasionado amigo Q. B. S. M. Pedro

Antonio de Olaeta. Seor don Agustn Dvila, gobernador
de Jujuy", en la relacin de lo<; juzgados y pasados por las
armas el 26 y 28 de enero (1822), figuran los comandantes
Antonio Silva y Jos Ignacio Gorriti, los comandantes gene-
rales Juan Manuel Camargo y Marcos Zavala, y el gobernador
Casimiro Hoyos.
Con fecha 15 de febrero del mismo ao, Dvila le con-
test:
'
No tengo embarazo n rezar v encomendarme a las
'
172 ANTONIO ZINNY

almas de los sacrificados por la tirana, pues, en mi juicio,


Fon mrtires, que algn da ocuparn lugar en el catlogo de
las almas justas, porque han perecido en defensa de su pa-
tria y sostn de cristiana... Desde nue comenz
la religin
la revolucin^ no me
ocult que costara sangre conseguir
se
la independencia: con ella se lia labrado el edificio (^ue ve us-
ted al concluirse... No me ha asombrado, por lo tanto, la
carnicera de que me noticia pero me queda el placer de que
;

a los americanos no les arredra la cuchilla, despus que bajo


sus filos comenzaroii, siguieron y finalizaron la grande obra
"
de su libertad. . .

Dvila le remite algunos impresos de Buenos Aires y


llamando la atencin d'^ Olaeta a hacer una comparacin en-
tre uno y otro estado, le dice que asegure su existencia, deei-
dindose por confesarse arrepentido. "El destrozo que el des-
potismo, agrega, ha obrado en Potos, surtir, no se dude, en
todos los hijos de este suelo, el mismo efecto que el fuelle de
la fragua, etc."

1821. El Cahildo, presidido por don Fermn de la Quin-


tana.

1821. fV/roiif] Doniingo Iriarfc, delegado, en octubre.

lS22.^Doii Bartolom de la Corte, sacado de la prisin


en que se hallaba y puesto en el gobierno, en consecuencia
de la revolucin de la noche del 23 de junio, en que fu asal-
tado el gobernador Dvila, en su propia casa, por los comi-
sionados del general Gorriti.
Cada noche ';e celebraban fiestas con funciones en casa
del gobernador Corte, mientras se di'^paraban tiros, saquean-
do las pulperas y cometiendo otros infinitos excesos, Tom-
ronse tambin las ms activas y astutas medidas con el obje-
to de prender al sndico procurador general don Pablo Soria,
despachando al efecto, hombres disfrazados por las calles y
lanzando amenazas del gobernador de Salta al cabildo de Ju-
juy, si ste no propona al compadre de (orriti, coronel Qui-
roz, para teniente gobernador.
El seor Soria, sujeto de las mejores cualidades, luces
y sentimientos, fu perseguido, con la mayor tenacidad, para
matarlo descerrajaron la puerta de su habitacin, solicita-
:

ron con esfuerzos sus papeles, y especialmente unos autos


]ue ste segua sobre los robos de su c.asa y bienes, que Corte
HISTORIA DE LOS GOBERNADOKES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS I
73

3^Gemes le haban hecho, j, no habindolos encontrado, los


exigieron al escribano.
En fin, hicieron del cabildo un juguete ridculo y colo-
caron de gobernador al

1822.Coronel Juan Manuel Quiroz, nombrado en junio


por gobernador de Salta, Gorriti, y recibido en julio.
el
Apenas tomara posesin del mando, Quiroz aprob y so-
lemniz cuanto se haba hecho, a pesar del disgusto manifes-
tado por los buenos comandantes y gauchos de la campaa
de Jujuy, a quienes consigui tranquilizar por medio de al-
gunas concesiones que obtuviera del gobernador de Salta, con
quien estaba ya de acuerdo.
Abri el comercio, sin restriccin alguna, al Per, prove-
yendo abundantemente a aquel ejrcito enemigo de las caba-
lleras y dems artculos de que careca, para activar la gue-
rra que a la sazn haca a la Repblica Argentina.
Al mismo tiempo que calificaba de godos y sarracenos a
todos los habitantes de Jujuy y a sus jefes, el gobernador
Quiroz expeda pasaportes pgra el Per a todos los que los
solicitaban, sin excepcin de persona, ni aun de individuos
conocidamente enemigos.
El capelln del mismo general Olaeta haba salido de
Crdoba, directamente a ocupar su empleo en Mojo y el Pe-;

r era frecuentado con tanta libertad, como en tiempo de


paz; de modo que, por las condiciones de ese trfico, la pro-
vincia de Salta, de que Jujuy dependa, vena a ser una po-
sesin del mismo Olaeta.
Este, con unos 400 hombres, entre infantera y caballe-
ra, se posesion (30 de noviembre de 1822) de Humahuaca y
Guacalera: el 4 de diciembre se avanz una partida de caba-
llera compuesta de 80 hombres hasta el Volcn, de donde re-
trograd el mismo da, llevando algunos caballos y vacas, a in-
corporarse con la fuerza que se hallaba en Guacalera, por
haber recabado aquella partida por el abra de Pumamarca. El
5 dirigi Olaeta al teniente gobernador, un oficio, en que le
prevena no permitiese salir a ningiin comerciante a los pue-
blos del interior, porque seran decomisados todos sus intere-
ses, segn las rdenes que para ese efecto tena del virrey La
Serna. El teniente gobernador Quiroz, tom entonces las pro-
videncias concernientes a la seguridad del pas, y proclam a
los gauchos. En la madrugada del mismo da haba sido sor-
prendido el teniente erobernador 'de Oran por el comandante
174 ANTONIO ZINNY

don Benito Masas, quien le llev prisionero con 76 ms, entre


varios oficiales, igauclios y paisanos de aquel pueblo, donde no
dej sino muy pocos vecinos, despus de haber robado algn
ganado, saqueado muchas casas y talado todas las sementeras.
El 6, a la madrugada, se retir precipitadamente Olaeta de
Humahuaca para Mojo, de resultas de haber recibido dos chas-
ques en que le comunicaban del desembarco de tropas en los
puntos inmediatos a Atacama, y la destruccin de la guarni-
cin que all haba al mando de Medina-Celi. El plan de Ola-
eta era fijar su residencia en la Quebrada, reducir a sus ha-
bitantes, y, apoyado de esta fuerza, asaltar a Jujuj^, y hacer
la guerra a la provincia, como que ya haba logrado se le pre-
sentasen los ms de los gauchos, y an los de los Valles de San
Andrs y de esas inmediaciones.
En vista de la intimacin de Olaeta, comunicada por
ste a todos los comerciantes, el gobernador Quiroz contest
el 6, en los trminos siguientes: "El oficio de usted, datado
en Guacalera de 3 del corriente, ha correspondido de un modo
cumplido a mis deseos. Era cabalmente, uno de los asuntos que
en la actualidad ocupaba mi imaginacin, y en el que tena
contrado todo mi conato^ para cortar el comercio y toda co-
municacin directa o indirecta que pudiera comprometer en
lo sucesivo la buena opinin de los patriotas he dado cuenta
;

con su comunicacin al seor gobernador y capitn general de


esta provincia, y entretanto que ] toma la resolucin conve-
niente, por mi parte pongo los medios para que no se expon-
gan los incautos comerciantes, que quieran emprender cual-
quiera negociacin por los lugares que ocupan los enemigos de
la patria."
La proclama que el gobernador Quiroz dirigi el 8 a los
defensores de la patria no es menos digna, pero es demasiado
larga para ser reproducida.
Posteriormente, al recibir el bando publicado (19 de ju-
nio de 1823) por el general Olaeta, de orden del virrey La
Serna, prohibiendo de nuevo todo comercio de la provincia
con el Alto Per, el gobernador Quiroz contest (7 de julio)
como sigue
"Al paso que el gobierno espaol se esmera an en sus
ltimas boqueadas en oprimir a los americanos, stos no pue-
den olvidar su generosidad nativa. As es que, si La Serna
obstruye los canales de la pblica felicidad, este gobierno los
limpia, se franquea, alarga la mano de amigo, abre la puerta
de su comercio para que los comerciantes del interior vengan,
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PR0\T:NCIAS ARGENTINAS 1 75

entren y salgan, cuando quieran con los efectos que gusten


cambiar con dinero de contado los frutos de su industria. La
tierra, o cra flores, o abrojos, segn la mano que la cultiva, o
los pies que la dominan.
'
Se engaa su virrey-, pensando hacer sentir su brazo tr-
'

mulo con la prohibicin del comercio. Saben estos vecinos que


esta providencia se dirige a evitar el transporte del numerario,
y saben, que, ms que sin oro y sin plata, pueden ser opulentos
con los frutos de sus tareas y labores^ al paso que sin alimentos
es imposible mantener ejrcitos. Los tiempos desastrosos y ca-
lamitosos son los muy a propsito para descubrir las races in-
ficionadas de los .gobiernos: all se trabaja en oprimir, devastar
y engullir cuanto se ve aqu el pastor no quiere comer solo la
:

leche de su rebao, ni el labrador los frutos de su sudor. Pue-


de ser que no hagamos dichosos, pero ser cierto que no hare-
mos desgraciados.
"Estas ideas mi concepto, de pu-
liberales son dignas, a
blicarse; nadie debe ignorarlas, pues a ningn ser viviente
perjudican, mucho menos a la lucha (gloriosa, que sostenemos
los americanos despiertos, contra la potencia que nos domin-
dormidos. Dgnese V. S. hacer divulgar este rudo rasgo de un
patriota, que, con la mejor consideracin queda muy suyo para
cuanto ceda en su obsequio.
Juan Manuel Quiroz."

1823. Coronel Jos Antonio Fernmidez Cornejo.

1824. Coranel Agustn Dva^ hasta el 15 de julio de


1826, que le sucediera el

1826. Doctor Teodoro Snchez de Bustamante, nombra-


do a propuesta de la Municipalidad por el gobernador de la
provincia de Salta y puesto en posesin del mando poltico y
militar de la ciudad y su comprensin el 15 de julio.

1827. Doctor Manuel Gemes, en febrero.


1830. Doctor Mariano de GordaMza.

1830. Coronel Fermn de la Quintana, hasta 1831 que,


al ir,con 200 hombres a atacar a los titulados federales, que
eran superiores en nmero, fu derrotado y preso.
GOBERNADORES DE PROVINCIA
1834. Teniente Coronel Jos Mara Fascio, gobernador
del Municipio, hasta el 18 de noviembre, que, declarada la in-
dependencia de Jujuy, como provincia, fu nombrado primer
gobernador poltico y militar de ella, con la calidad de provi-
sorio.
Fascio era espaol ,y uno de los capitulados en Ayacucho,
avecinado en Jujuy, cuya independencia inici llevndola a
cabo. Salta la reconoci el 2 de diciembre del mismo ao (1834),
pero bajo tales condiciones que equivalan a su no reconoci-
miento, hasta el 17 de septiembre de 1836, que lo fuera defini-
tivamente por el gobierno general (Rosas), siendo gobernador
de la provincia el coronel Pablo Alemn; sin perjuicio de lo
que tuvieran a bien resolver en debida forma las Provincias
de la Confederacin, despus de haberlo considerado entre s,
en virtud del tratado litoral de 1831.
He aqu el

Acta pe: la Independencia de la Provincia de Ju.juy

En la ciudad de San Salvador de Jujuy, a los 18 das del



mes de noviembre de 1834 aos. Reunidos los seores del
Ilustre Cuerpo Municipal, invitado por el teniente coronel don
Jos Mara Fascio, que fu conducido a esta sala consistorial,
con la mayor decencia y decoro, por el ciudadano don Marce-
lino BustamantCj a nombre y representacin de los seores je-
fes y comandantes militares y prestando su voz por orden que
Reunidos
;

tena expresa al efecto :


los ciudadanos del pueblo
todo, a toque de campana, y por citacin expresa de los jue-
ces de barrio, mandados de orden de la ilustre Municipalidad
y su presidente, se abri la sesin por este seor, dando cuenta
al pueblo reunido, que a las cinco de la maana de este da,
fu sorprendido en su habitacin y conducido a estas casas
consistoriales por el ciudadano don Marcelino Bustamante, sin
violencia, con orejen, decoro y dignidad. Expresando que su
persona y autoridad, eran precisas para convocar al pueMo,
178 ANTONIO ZINXY

reunir los jefes militares, para iratar de la independencia y


separacin de este pnehlo de la capital de la provincia. Estaba
decidido el clamor general; y los comandantes militares ejecu-
taban por que .se trate y decida este delicado e importante
asunto. En seguida se propuso que se pronuncie y decida el
pueblo, si esta reunin y representacin investa el carcter de
soberana y por votacin uniforme, se declar que el pueblo
;
:

HABA KEASUMIDO TODOS SUS DERECHOS para discutir, resolver y


decidir de su suerte y que, en esta conformidad se propongan
;

todos los puntos que se crean conducentes a la felicidad gene-


ral. El seor presidente expuso, que el asunto ms ejecutivo e
interesante que haba motivado la convocatoria y reunin de
todo el vecindario, jefes y militares subalternos, era el de la
independencia poltica de esta capital, su campaa y territorio
de la capital de Salta, a que perteneca, como parte integrante
de la provincia; y que la propona en discusin, para que ca-
da uno exponga su voto y opinin con toda libertad, sin temor,
coaccin, ni violencia alguna, garantiendo su inviolabilidad la
asamblea toda. Con este conocimiento, pesadas las ventajas y
beneficios de la independencia poltica de este pas; los peli-
gros, escollos y dificultades que puede presentar vertida la
;

opinin de los ciudadanos, escuchado el voto y dictamen de los


que quisieron pronunciarse por s, se declar por aclamacin,
y voz general de toda la asamblea y numerosa barra que asis-
ta a esta discusin, que queran ser libres e independientes,
con repetidos vivas y aclamaciones. Calmada esta exaltacin,
se procedi a una votacin nominal, tomada de cada uno de
los concurrentes, y result por unnime conformidad de sufra-
gios; y todos, sin discrepancia, se pronunciaron por la absoluta
independencia poltica de esta- ciudad y su territorio de la an-
tigua capital de Salta, declarndose desligados de los vnculos
que le unan a ella y al jefe que la preside, y que desde hoy era
su voluntad decidir por s de su suerte y arreglar los destinos
de esta nueva Provincia, protestando la mejor armona y amis-
tosas relaciones con las dems de la Kepblica Argentina, y
muy particularmente con la de Salta y su digno jefe, asegu-
rndoles los principios de buena fe, rectitud y justicia que ha-
rn la base de la admiiiistracin de este nuevo gobierno a cu-
;

yo efecto se invit al jefe para que oficie a todos los de la Re-


pblica, hacindoles saber el pronunciamiento y resolucin ge-
neral de esta ciudad. Para mayor solemnidad se propuso que
todos y cada uno de los concurrentes jirestasen el juramento
que corresponde, el que tom el seor presidente en estos tr-
HISTORIA DE LOS GOBERf ADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 1 79

millos :

Ciudadanos Juris libre y espontneamente a Dios
!

Nuestro Seor por esta seal de la (cruz) f de sostener y de-


fender, con \Tiestra fortuna y vuestras vidas, la independencia
poltica de esta ciudad, su territorio y campaa, y su separa-

cin de la capital de Salta? A que todos contestaron por s y

con separacin S, juramos besando en fe de ello la seal de
!

la-j Si as lo hiciereis. Dios os ayude, y de la contrario. Dios


y la Patria os lo demanden. Igual juramento prest separada-
mente la ilustre Municipalidad, recibindoselo al seor presi-
dente el seor juez de primera nominacin, y el clero ante el
eclesistico comisionado por el seor vicario forneo de esta
ciudad, jurando por su parte sostener y defender la indepen-
dencia poltica de este pas, segn lo permite su clase y estado
conformando su voto con la opinin de todos los ciudadanos.
El seor presidente expuso en seguida, que su autoridad. haba
caducado, y que en esta virtud depona el mando que se le ha-
ba confiado, debiendo proceder la asamblea a la eleccin y
nombramiento de un jefe poltico y militar, que presida esta
provincia admitida su dimisin y procediendo a votacin, por
;

aclamacin general se decidi que contine el mismo seor don


Jos Mara Fascio en el empleo de gobernador poltico y mili-
tar de esta provincia, con la calidad de provisorio, hasta la
reunin de la junta general de la provincia, que debe convo-
carse a la mayor brevedad, bajo de las bases que prescribe el
reglamento antiguo de elecciones de la provincia de Salta, con
las atribuciones de constituyente y las dems que previene el
eitado reglamento, pasando al efecto los correspondientes ofi-
cios a los departamentos de esta comprensin, hacindoles en-
tender que la ejecucin del acto no ha permitido convocarlos
oportunamente, pero que sus derechos quedan siempre a salvo
y que sern reconocidos y respetados en la persona de sus di-
putados representantes. Reservndose el juramento a los jefes,
comandantes militares, oficiales subalternos y tropa, que lo
prestarn tan luego como se renan, poniendo constancia a
continuacin de esta acta; y la firmaron por ante m de que

doy fe. Jos Mara Fascio. Francisco Borja Fernndez.

Ignacio N. Carrillo. etc., etc. Ante m: Pedro Antonio de
Aguirre, Escribano pblico de Cabildo y gobierno. (1)
Nombrado secretario de gobierno en la persona de don Ca-
siano Jos Goita, sin prdida de tiempo, el ojobernador Fascio

(1) I.'hros Capitulares de la Cixdad de Jujii en la Historia ele Jujul


por el doctor Joaqun Carrillo.
I So ANTONIO ZINNY

comunie (19 de laoviembre de IS'A-) al de Buenos Aires, doc-


tor Maza, el acto solemne con que el pueblo jujeo pronunciara
su independencia, manifestando al mismo tiempo, a todos los
de las provincias (9 de diciembre) que aquel pronunciamiento
era puramente la independencia de Jujuy, sin mezcla de otro
objeto, bajo los auspicios del sistema federal en que la Rep-
blica se haba constituido.
La provincia de Salta manifest su reconocimiento en los
trminos siguientes :
'
Sala de sesiones en Salta, diciembre 2
'


de 1834. La Honorable Junta General de la Provincia, en se-
sin de hoy ha decretado con valor y fuerza de ley lo que
sigue :

"Artculo 1." Queda reconocida la indep.adencia de la


nueva Provincia de Jujuy.
"Art. 2. La disposicin del artculo anterior ser some-
tido a un Congreso nacional.
"Art. 3. Por comisiones sucesivas, se' arreglarn los ne-
gocios convenientes a los intereses de ambas provincias.
"Art. 4." A consecuencia del art. 1. de la presente ley^
quedan separados del seno de la H. S. de la provincia los re-
presentantes que pertenecan al territorio de Jujuy.
"Art. 5. Comuniqese al supremo Poder Ejecutivo.
"El infrascrito presidente al comunicar a S. E. el seor
gobernador y capitn general de la provincia, la resolucin de
la H. S., se complace en saludarle con su acostumbrada consi-
deracin. Evaristo Urihuru, presidente.
Francisco Aroz,
secretario.
Jnan Francisco VaMs. secretario. Excmo. seor
gobernador y capitn general de la Provincia. Es copia.
Graa^ ministro.
Salta, diciembre 2 de 1834.
Adjunta a S. E. el infrascrito gobernador provisorio, co-
pia legalizada de la ley dada por la H. R. P., relativamente a
la independencia que ha proclamado esa benemrita provincia.
Con lo que se contesta a la nota de S. E. que la ha motivado,
Dios guarde a S. E. por muchos aos. Fal)lo de La Torre.

Jos Benito Grana, ministro. Excmo. seor gobernador y

capitn general de la provincia de Jujuy. Est conforme.
Goitia, secretario de gobierno.
El precedente decreto expedido por la Legislatura de Sal-
ta no satisfizo a los jujeos, porque no vean tan prximo el
deseado momento de la reunin de un congreso nacional, que
slf vino a tener lugar a los 18 aos de la declaracin de la in-
dependencia de la nueva provincia.
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS l8l

La guerra entre Salta y Jiijuy se hizo, pues, inevitable


tanto ms cuanto que todos los departamentos del mando del
gobernador La Torre se haban sublevado contra ste, teniendo
adems en su contra, la provincia de Tucumn, cuyo ejrcito
marchaba ya sobre Salta.
Luego que el general Alejandro Ileredia^ a la cabeza de
numerosas fuerzas tucumanas, haba ocupado la frontera por
Pozo Verde y ordenado la ocupacin de la del Ro del Valle,
el gobernador Faseio, jefe de las fuerzas de Jujuy, auxiliares
de Salta, contra la administracin La Torre, bati (13 de di-
ciembre) y tom prisionero a ste, con una considerable prdi-
da entre muertos y heridos. (Vase Provincia de Salta).

1835. Coronel Fermn


ele la Quintana, desde marzo has-
cuya maana fugara a consecuencia
ta el 28 de noviembre, en
de una revolucin encabezada por el

1835. Coronel Eustaquio Medina, quien, en la noche del


27 al 28 de noviembre, se apoder de la plaza de Jujuy, sin
oposicin alguna^ declarndose dictador, hasta el da 30, que
fu proclamado por el pueblo gobernador provisorio de la pro-
vincia.
Al tomar posesin del cargo, el coronel Medina prometi
desempear la primera magistratura de la provincia bajo el
sistema pseudo-federal.
Fu, sin embargo, depuesto por una insurreccin militar
y restablecido por el general Alejandro Heredia, gobernador
de Tucumn ; y habiendo muerto repentinamente en marzo de
1836, la Legislatura, a invitacin del expresado Heredia, nom-
br al general P. Alemn.

1836. Coronel Miyuel Puch, delegado, en enero.

1836. Coronel Roque Alvarado, (jiromovido a general el


31 de mayo de 1855), delegado.

1836. Brigadier General Pablo Alemn, nombrado pro-


visorio el 28 de marzo, hasta el 3 de abril de 1837, que fu elec-
to en i^ropiedad.
E! acta popular celebrada por la municipalidad en 23 de
abril (1836), reconoca, con aclamaciones, al gobernador Ro-
sas como Restaurador de las Leyes de la Repblica y brigadier
general de Jujuy, y asimismo, como brigadieres generales de
Jujuy, a los gobernadores Lpez, de Santa Fe; Ibarra, de San-
1 82 AXTONIO ZINNY

tiago del Estero : Felipe Heredia, de Salta, y Alemn, de la


misma provincia (Jujuy).
Este fu felicitado por Eosas por su activa cooperacin en
la tranquilidad de la Repblica, y particularmente por sus es-
fuerzos en el in quil amiento de la faccin nnitaria, enemiga
i

implacable do la causa ele ta federacin.

1838. Coronel Jos Mariano liirhe, nombrado en propie-


dad, hasta abril de 1840, que fu derrocado por una revolucin
encabezada y protegida por don Manuel Sola y sustituido por
el coronel Roque Alvarado.

Fu restablecido en el gobierno en octubre de 1841, en


consecuencia de los triunfos del general Oribe y dems genera-
les de la psendo-federaein, Aldao, Benavides, Gutirrez, Pa-
checo, etc., sobre los ejrcitos libertadores.
El ciudadano don Benedicto Ruzo fu su ministro areneral.
-
-(

1840. Coronel Boque Alijarado, nombr-ado en abril de


3840, a consecuencia de una revolucin, hasta los primeros das
de octubre d 1841. que qued el

1841. Doctor Anfonno Aherastai)i,mQr\r\V) o delegado de


R. Alvarado. a principios de octubre hasta el 19, que. con la
derrota del ejrcito libertador en el Monte Grande (19 de sep-
tiembre), con la del general La Madrid en el Rodeo del Medio
(24 del mismo mes) v con la muerte casual del general Lava-
lie, en la ciudad de Jujuv, en la casa de Ela (9 de octubre),

fu dicha ciudad ocupada por el

1841. Coronel Jos Mariano Ifvrhe. pronietfrio. desde el


19 de octubre de 1841, que reasumi el mando, de nue hab?
sido despojado en abril de 1840 "oor el partido liberal, hasta el
8 de enero de 1849 que le sucedi don Pedro Castaeda.

En gobierno de Tturbe. se trat de ses:regar


la r)oca del
de de Oran, correspondiente a la provincia de Sal-
la tenencia
ta, los departamentos de Iruya, San Andrs y Snnta Victoria.
con el objeto de agregar este territorio a la de Jujuy. Puesto
esto en conocimiento del s-obierno general (Rosas), qued a-
tisfactoriai-p'^nto arren'lado, reservando el asunto hasta mejor
oportunidad.
El coronel Itnrbe fu reelecto el 4 de enero de S45 por
,

otros dos aos, quedando suspendido en sus efectos el Regla-


HISTORIA DE LOS GOBER^* ADORES DE LAS PRO\'IXCLi.S ARGENTINAS 1S3

ment Provisional, en cuanto se refiere al nombramiento de


gobernador.
En igual fecha del ao de 1847 fu nuevamente reelecto
por otros dos aos, hasta enero de 1849, que fu definitiva-
mente sustituido por Castaeda, ministro privado de Iturbe,
condicin que se impuso para que ste cesase en el mando.

1849. Don Pedro Castaeda, comerciante, hermano del


famoso padre fray Francisco, presidente de la Legislatura,
electo en propiedad el 8 de enero, hasta que fu derrocado por
Tin movimiento anrquico.
A las doce del da 22 de febrero penetraron seis vecinos
encabezados por el coronel Mariano Santibez, (1) sin ms
armas que dos pistolas, en casa del gobernador Castaeda, que
se encontraba con el coronel Iturbe, a quienes intimaron pri-
sin, conducindolos en seguida, a ambos, a la crcel.
Dado este paso, procedise lue^o a convocar al pueblo a
que S3 reuniese en la sala consistorial, el cual nombr gober-
nador provisorio al cura de Jujuy, don Escolstico Zegada.
Sin embargo. Castaeda fu (14 de marzo) restablecido
en el mando en propiedad, con la cooperacin del gobernador
de Salta, coronel Tamayo. (Vase esta Provincia).
El oficial mayor don Gumersindo Ulloa refrendaba las
disposiciones gubernativas, a falta de ministro secretario.
El gobernador Castaeda llen su compromiso contrado
con Zegada, tratando con generosidad a los que haban tomado
parte y contribuido activamente a su deposicin, y termin su
perodo haciendo un gobierno que mereci el aplauso general
y dejando completa libertad para la eleccin del que le suce-
diera.
Entre otros servicios, la provincia debe a Castaeda una
hermosa imagen de la Trasfiguracin del Seor, trada desde
Eoma, con que l obsequiara a la iglesia de la capital de Jujuy.
Instruido el gobernador Castaeda de que en la serrana
de Santa Brbara, especialmente en el cerro llamado as, haba
minerales de plata, mand (1849) algunas personas para que
le trajesen piedras de las vetas que encontrasen. Regresaron
stas trayendo metales de varias clases, los que por su color
parecan buenos, y eran semejantes a los de las minas de Co-

(1) El coronel Santibez era acusado de haber sido quien hiriera


jfrx)rtalmpnte al gobernador de Salta, Pablo de la Torre y al coronel Jos
Mara Aguilar.
kS4 ANTONIO ZIN.XY

piap. Por falta de ensayador no fueron reconocidas, pero


Castaeda las conserv para ensayarlos en oportunidad.
En el elevado cerro de Clia, como a 8 leguas al poniente
de la ciudad de Jujuy, se encontraron tambin algunas pie-
dras que fueron extradas de los minerales; como igualmente
en varias partes de la serrana de Tlcara, como 20 leguas al
norte de Jujuy.
Antes de esto, en 1830 y 1831, el seor don Ruperto Oroz-
co, inteligente en minera, ensay varios metales, los que, en
vista del buen resultado que obtuviera, le decidieron a estable-
cerse all para formalizar el trabajo de algunas minas, cuando
las ocurrencias polticas le obligaron a abandonarlo y trasla-
darse a Chile.
En 1851, bajo el gobierno del mismo Castaeda, se form6
en Jujuy una sociedad para emprender trabajos en aquellas
minas. Principiada la explotacin de metales y verificados en-
sa.vos por personas incompetentes, no pudieron dar la ley de
ellos.

184,9. Doctor Escolstico Zcgada (presbtero), elevado^


al gobierno por una revolucin el 22 de febrero, y depuesto el
14 de marzo por el gobernador de Salta, don Vicente Tamayo,
para restablecer a Castaeda.
El presbtero Zegada fu nombrado con objeto de que
convocase la Legislatura para elegir gobernador propietario.
A los cuatro das del movimiento revolucionario de que-
resultara la elevacin de Zegada al gobierno provisorio de la
provincia, se tuvo aviso de la reunin de fuerzas en Salta, cu-
yo gobernador Tamayo exigi oficialmente explicaciones acerca
do aquel acontecimiento, marchando al mismo tiempo a la cabe-
za de una fuerte columna.
A este amago, Zegada reuni una fuerza que puso al man-
do del coronel Santibez, con la cual sali de la ciudad, lle-
vando consigo a los ex gobernadores Castaeda e Iturbe y si-
tuando su cuartel general en los Molinos, como a una legua de
'

la capital.
Previendo un ciioque inevitable cuyo resultado habra sido
enlutar ambas provincias, y a pesar de la oposicin manifesta-
da por sus jefes y principales ciudadanos que haba convocado
a junta secreta, llam aparte a Castaeda y le propuso repo-
nerle en el gobierno, con la condicin de que no perseguira a
JOS comprometidos. Castaeda empe su palabra de que, no-
slo llenara e-^a condicin sino que evitara en adelante la in-
HISTORIA DE LOS GOBERXADORES DE LAS PROVINCIAS ARGEXTIVAS 185

fluencia de Iturbe, principal mvil de la revolucin y trabaja-


ra por el inmediato regreso de las fuerzas invasoras.
Despus de este acuerdo entre ambos, acompaado de Cas-
taeda 3^ una escolta,, Zegada se traslad al campo de Tamayo,
quien acept lo convenido, volviendo Castaeda al frente de la
administracin.
Kestablecido el orden, el presbtero Zegada se retir a So-
livia, donde permaneci hasta mediados de junio del mismo
ao.

1851. Don Jos Lpez Villar, nombrado en propiedad en


enero, sucediendo legalmeute a Castaeda, hasta el 10 de sep-
tiembre, que el gobernador de Salta, eneral Jos Manuel Sa-
ra\a, con una fuerte divisin, compuesta de las dos armas, in-
vadi el territorio de Jujuy. Despus de una entrcAasta que
ste tuvo con Villar, para c[ue hiciese salir de la provincia a
algunos titulados unitarios, a que no quiso acceder^ Saravia
sigui su marcha, y, entrando en la ciudad, depuso a Villar,
por dbil en perseguir a los anti-rosistas, que se haban asila-
do en Jujuy, dio las disposiciones para que fuesen aprehendi-
dos los individuos coronel don Mariano Santibez, don Alejo
Belaunde, doctores Patricio Bustamante, Manuel Lucero y
Jos Manuel Padilla. Estos, apenas se present la divisin, se
pusieron en fuga, a excepcin de Santibez que, hallndose
gravemente enfermo, tuvo la desgracia de caer el mismo da
(10 de septiembre) en poder de una de las partidas. En toda
la noche del 12, le tuvo con un pie en tierra y el otro suspen-
dido de un rbol, y a las ocho de la maana del da 13 fu fu-
silado al frente de la divisin, por orden de Saravia.
El da anterior a este asesinato, (el 12) se present una
comisin compuesta de los seores Mariano Gonzlez, Mariano
Cabezn, Matas Avila y Francisco Porja Fernndez, ante el
gobernador Villar, para obligarle hiciese la dimisin del man-
do en la persona de Iturbe, amenazndole si no renunciaba.
pues se proponan por este medio salvar la vida al desgracia-
do coronel Santibez. Villar contest a los de la comisin que
les avisara al da siguiente, delegando el gobierno en la per-
sona de don Borja Fernndez.
El mismo da por la tarde, Saravia pas una nota al co-
mandante general Iturbe, para que convocase al pueblo y nom-
brase ste su gobernador; dicindole en la nota que l era el
nico federal neto y de antecedentes que conoca en el pa>i
para que presidiese la reunin que tuvo lugar el siguiente da.
l86 ANTONIO ZINNT

13, obteniendo as los sufragios del pueblo sin dificultad al-


guna.
El oficial mayor don Gumersindo Ulloa autorizaba los ac-
tos de gobierno.

1851. Don
Francisco Borja Fernndez, juez de primera
en
instancia, delegado de Villar, impuesto, el 11 de septiembre,
que entraron en la ciudad de Jujuy las fuerzas del general Jo-
s Manuel Saravia, hasta el da 13, que^ convocado el pueblo
por el comandante general Iturbe, en virtud de nota del inva-
sor Saravia, para que se nombrase gobernador, y presidido el
acto por el mismo Iturbe ocupando el lugar del presidente San-
tibez, fu elegido para ponerse al frente de los destinos de
la provincia el federal neto

1851. Coronel Jos Mariano Iturhe, desde el 13 de sep-


tiembre, en que se le eligi en una reunin popular, presidida
por l mismo, en reemplazo de Lpez del Villar, depuesto.
Posesionado del gobierno y teniendo a su disposicin la
uerza invasora del general Jos Manuel Saravia, no perdona
Iturbe medio alguno para satisfacer sus resentimientos, opri-
miendo al vecindario con una contribucin que impuso a de-
terminadas personas, recurriendo en seguida a las arcas pro-
vinciales, que encerraban algunos miles. Luego llam a su com-
paero don Gumersindo U^'loa, que se bailaba en Salta, nom-
brndole su ministro general, y entonces se dio principio a
procedimientos federales. Public un bando haciendo desapa-
recer de hecho la undcima Legislatura y dando por nulos to-
dos los actos de la administracin Villar.
Continu en el mando de la provincia hasta el 4 de mar-
zo de 1852, que, con la noticia de la victoria de Caseros (3 de
febrero), unos cuantos vecinos desarmados, aprovechando la
ocasin, se apoderaron de la persona de Iturbe, sometindole
a juicio, a l y a sus cmplices en los atentados de septiembre,
con el coronel Santibez.
Iturbe y Saravia haban salido desde Salta con el desig-
nio de fusilar a Santibez, como lo hicieron, lo mismo que a
don Alejo Belaunde, doctores Patricio Bustamante^ Manuel
Lucero y Manuel Jos Padilla, quienas lograron escapar.
Sentenciado a muerte, Iturbe fu (5 de mayo de 1852)
sentado sobre un banco de crneos o cabezas de vaca, fusilado
dentro de un rastrojo, donde estaba la fuerza reunida, y lle-
vado su cadver desde all al panten de la ciudad, con decen-
cia y sin ninguna desatencin anterior ni posterior a la ejecu-
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 1 87

cin. Don Antonio i\Ias 011er, espaol, despus cura y vicario


de Jujuy y ltimamente (octubre de 1881) cannigo honora-
rio, fu quien espiritualmente le auxiliara.

1852. Doctor Jos Benito de la Barcena, nombrado pro-


visorio el 4 de marzo^ a consecuencia de la prisin del coronel
Jos Mariano Iturbe.
Fu su ministro general el doctor Macedonio Graz.
Apenas lleg a Jujuy la noticia del triunfo de Caseros, el

4 de marzo, se reuni el pueblo, depuso a Iturbe, nombr go-


bernador provisorio en la persona del doctor Barcena y con-
firi elencargo de las relaciones exteriores en la del general
Urquiza, libertador de la tirana.
Invitado, como todos los .gobernadores de las provincias,
para concurrir al acuerdo de San Nicols de los Arroyos, el
gobernador Barcena marcb, pero no lleg a tiempo, dejando,
entretanto, a

1852. Don Alejo Belaunde, delegado de Barcena^ duran-


te la ausencia de ste a San Nicols de los Arroyos, a cuyo
acuerdo de gobernadores no pudo concurrir, por haber llegado
cuando ya haba terminado la tarea para que haban sido con-
vocados.

1853. Coronel Boque Alvarado, gobernador constitucio-


nal, electo el 3 de febrero, primer aniversario de la victoria de
Caseros.
Fu su ministro secretario general el doctor Patricio Sn-
chez de Bustamante, y en seguida don Plcido S. de Busta-
mante, y por ausencia de ste, el oficial mayor don Jos G. P-
rez autorizaba los actos gubernativos.
Con motivo del motn militar que estallara en la capital
de Salta en la noche del 21 de mayo del mismo ao, el gober-
nador Alvarado, a la cabeza de una divisin auxiliar de la pro-
vincia, march, y con la simultnea y enrgica decisin de las
fuerzas de todos los departamentos de Salta, contribuy a res-
tablecer el orden legal, habiendo regresado a la capital de Ju-
juy el 10 de junio.
El coronel Alvarado ejerci el gobierno de la provincia
hasta febrero de 1855.

1855. Don Pedro Castaeda, presidente de la Legislatu-


1 88 AXTO:SIO ZINXY

ra,encargado del P. E. desde el 3 hasta el 7 de febrero, que


puso en ])osesi6n del mando al electo Bustamaute.
El oficial mayor, don Santiago Alvarado, autorizaba las
disposiciones gubernativas.

1855. Don Plcido Snchez de Bustamante, propietario,


desde el 7 de febrero (1855) hasta igual fecha de 1857, te-
niendo por ministro general al doctor Jos Benito Barcena.
GOBERNADORES CONSTITUCIONALES

1857. General Roque Alvarado, primer gobernador cons-


titucional, electo el 18 de enero por mayora absoluta de su-
fragios de 8 contra 9, habiendo votado por s mismo, y puesto
en posesin del cargo el 3 de febrero hasta igual fecha de 1859.
Tuvo por ministros generales de gobierno sucesivamente
a los ciudadanos don Plcido S. de Bustamante, don Sabino
O'Donell y don Serapio Tezanas Pintos.
En el gobierno de Alvarado, la Legislatura sancion una
ley con fecha 23 de marzo de 1858, autorizando al P. E. la
fundacin de un Hospicio de misioneros apostlicos, mandan
do se les entregase el templo de San Francisco, existente en la
capital; sin embargo, no se llev a cabo esa autorizacin sino

en el gobierno de don Pedro J. Portal. ^Promulg (29 de ma-
yo) la ley de elecciones.

1858. Bou Serapio T. Pintos, ministro, delegado de Al-


varado, por au-encia de ste en campaa, desde el 17 de junio.

1859. Don Jos de Quintana, ex administrador de ren-


Ja
tas nacionales en el Rosario, electo enpropiedad y recibido del
cargo de gobernador el 3 de febrero, hasta igual fecha de 1861,'
habiendo compartido con l las tareas administrativas, en ca-
lidad de ministro general, el doctor Jos Benito de la Barcena,
en seguida don Gabino Prez, y en ausencia de ste, el oficial
mayor don Pedro Pablo Molouny.
Durante su visita oficial al departamento del Ro Negro
(20 de agosto al 9 de septiembre de 1860), qued de delegado
su ministro Prez.

1860. Don Gabino Peres, ministro general, delegado de


Quintana desde el 20 de agosto hastael 9 de septiembre.

1861. Don Pedro Jos Portal, propietario, desde el 3 de


febrero hasta igual fecha de 1863, compartiendo con l las ta-
IQO ANTONIO ZINNY

reas de la administracin el doctor Macedonio Graz, en clase


de ministro general de gobierno.
De las primeras disposiciones del gobierno de Portal, una
fu la de conceder (9 de febrero) por autorizacin de la Le-
gislacin, a que ya se hizo referencia, al cura y vicario don
Escolstico Zegada la fundacin de un Hospicio de misione-
ros apostlicos en la capital, mandando se les entregase el tem-
plo de San Francisco.
Promulg la ley (21 de febrero) creando una "comisin
del Registro Oficial", para la reunin, por su orden cronol-
gico, de todas las leyes, decretos y disposiciones vigentes de la
proAncia.
Con el deseo de construir un saln destinado a la ensean-
za primaria, el gobernador Portal aprovech la permanencia
del diputado don Jos de la Quintana en la ciudad de Buenos
Aires, dndole (17 de julio de 1862) la comisin de indagar
y asegurar una donacin que el general Manuel Belgrano hizo
n la escuela del pueblo de Jujuy. El resultado fu que el comi-
sionado dio con un expediente que exista en el archivo del
Crdito Pblico, en el cual consta que debindole el Tesoro
:

nacional al genera"! Belorano, 40.000 pesos de sueldos, don de


esta suma, para la fundacin de la escuela de Jujuy, 8.333 pe-
sos 2 y 3!4 reales; que luego de fallecer dicho general, su al-
baeea promo\n pleito para que se anulase la referida donacin,
el cual fu sentenciado no haciendo lugar a la peticin del al-
bfcea, y, en consecuencia, el presidiante de la Repblica mand
(21 de iulio de 1862) que se inscribiere y reconociese en fon-
dos pblicos del 6 olo la expresada cantidad de 8.333 pesos 2
y 3|4 reale<5. pertenecientes a la escuela de Jujuy, desde cuya
poca se cobra el inters correspondiente por trimestres. Re-
sulta, pues, que los capitales reconocidos en la deuda pblica
no pueden ser cobrados, pero tozru del inters al 6 ojo, paga-
deros T)or trimestres, a pernetuidad.
En la administracin Portal se dio cima al trabajo del
temnlo del Ro Blanco; a }^ obra del m^^rcado; la del Panten
<!a<^i terminada; en una palabra, cumpli el deber que la cons-

titucin le iranona. corresTiondinrlo a las esperanzas del pas


en pronorcin a los recursos votados.
Al seor Portal debe la capital de Jujuy el reloj pihUco
que ostenta la torre del templo de San Francisco, pedido por
l a Londres directamente, destinando para su compra los suel-
dos que ganara como gobernador de la provincia.
He ah un ejemplo digno de imitacin.
HISTORIA DE LOS GOBERXADORES DE LAS rROVI>'CIAS ARGENTINAS IQI

1863. Doctor Daniel Arcioz^ propietario, desde el 3 de fe-


brero hasta igual fecha de 1865.
Nombr al doctor Jos Benito Barcena para ministro ge-
neral de gobierno, y en seguida a don Jos Manuel Molina,
terminando su administracin con el primero.
A los dos meses y algunos das, con motivo de la invasin
de Catamarca por fuerzas de La Rio ja, mandadas por jefes
adictos al genera' Pealoza^ con tendencias anrquicas y reac-
cionarias contra el orden de cosas, tanto en la citada provincia
como en toda la Repblica, el gobernador Aroz dispuso (12
de abril) para la conservacin del orden pblico, que los indi-
viduos emigrados y residentes en Jujuy, desde antes, general
Celedonio Gutirrez, coronel Aniceto La Torre, teniente coro-
nel Martn Cornejo, coronel Isidoro Lpez y doctores Fernan-
do Allende y Damin Torino se alejasen temporariamente a
la Quebrada, al pueblo de Tlcara.
La provincia debe al gobernador Aroz, el Reglamento de
polica, publicado el 21 de mayo de 1863, el mismo que. segn
nuestro conocimiento, rige hasta el da.
La obra del Panten, iniciada por la anterior administra-
cin, q^uedaba, en la del doctor Aroz prxima a su termina-
cin. Dej tambin muy adelantada la refaccin completa del
cabildo, siendo casi una obra del todo nueva, y la casa de go-
bierno empezada a trabajar en junio, desde sus cimientos.
Llev a cabo la obra de la iglesia de Tlcara, que haba
permanecido ms de medio siglo sin trabajarse.
Otras obras, que correspondan a la municipalidad, fue-
ron emprendidas y terminadas por el gobierno de Aroz.
Procur fomentar el pensamiento de construir un teatro
al lado del mercado nuevo^ costeado por suscripciones particu-
lares, con el auxilio del tesoro provincial, y aunque la idea fu
bien acogida, no se haba an llevado a ejecucin durante su
gobierno.
Pas un extenso informe (abril de 1863) sobre la aper-
tura del camino, desde la capital de Jujuy hasta el punto del
Ro Bermejo que el gobierno nacional designara, como puerto
de los vapores que hiciesen la navegacin de ese ro.

1865. Don Pedro Jos, Portal, propietario, desde el 3 de


febrero (1865) hasta igual fecha de 1867, acompandole en
calidad de ministro secretario general, don Ignacio N. Carrillo.
La administracin Portal, en cumplimiento de los decretos
del gobi'^rno nacional de abril y junio de 1865, cre una fuer-
192 ANTONIO ZINNY

za de 200 plazas de tropa con destino a la remonta del ejrcito


de lnea, y, con el fin de aprestar y remitir aquel contingente
al teatro de la guerra contra el Paraguay, fu autorizado (11
de agosto de 1866) por la Legislatura para, negociar un em-
prstito hasta la cantidad de 20.000 pesos bolivianos, bajo la
garanta de las rentas de la provincia.

1867. Coronel Cosme Behiunde, propietario, desde el 3


de febrero (1867) hasta el 1. de enero s2:uiente, que fu obli-
gado a dimitir el mando.
Su ministro general fu don Toms R. Alvarado.
Invadida la provincia de Salta por la montonera que en-
cabezaba el titulado coronel Felipe Vrela, y que ocasion la
movilizacin de la guardia nacional de cinco provincias, para
rechazar la invasin, el gobernador Belaunde fu nombrado co-
mandante en jefe de todas las fuerzas movilizadas de aquella
provincia y ;
al marchar a campaa deleg el mando guberna-
tivo (3 de septiembre) en su ministro Alvarado.
Para estar a la mira de su provincia, Belaunde tuvo el
propsito de estacionarse en las inmediaciones de la ciudad de
Salta algunas leguas al norte mas despus, de innumerables
;

splicas y de promesas de pago que le hacan las personas


principales de aquella ciudad, pas a acuartelarse a esta l-
tima. Instado a cada momento por el gobernador Ovejero y
otros par.j que, con las fuerzas de Salta y Jujuy (450 infan-
tes), marchase sobre Elizondo, que estaba solo en los Valles.
Belaunde no quiso acceder. Sin embargo, un da, fati^:ado con
tanta instancia, dijo en tono spero, al gobernador Ovejero,
general Manuel Puch, jefe de estado mayor J. M. Leguizamn
: '
y otros, las textuales palabras siguientes Seores, es en vano
'

que ustedes se cansen en decirme que marche a los Valles; les


declaro que no avanzar de este punto una lnea m.^; les de-
claro tambin que si los montoneros vienen, yo no los he de
batir, sino cuando vea que su fuerza es la mitad de la ma yo ;

no me he de atrincherar en ninguna parte, lo que he de hacer


es tomar posicion^^s y hacer guerra de recursos."

En que fu reprobada por todos


vista de tal declaracin,
los jefes y de la divisin jujea, se hizo ya, no slo
oficiales
innecesaria sino aun perjudicial la permanencia de Belaunde
en Salta, retirndose, on consecuencia, a su provincia.
Vrela, en su fuga de Salta, se present en Jujuy, cuya
plaza ocup ((11 de octubre), sin que el gobernador Belaun-
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS I93

con 400 infantes y 300 hombres de caballera, hiciese la


de,
menor resistencia, hasta (17 de idem) que aqul la abandonara.
El gobernador Belaunde llam la atencin del gobierno
nacional sobre el apoyo que los anarquistas encontraban en las
autoridades fronterizas de Bolivia, cuya conducta era, hasta
cierto punto natural y anloga a la que siempre haban obser-
vado para con todos los partidos que sostuvieron la lucha ei^'il
en la Repblica Argentina.
La divisin tucumana, en su retirada del territorio de
Jujuy, a cuyo auxilio haba concurrido, arre los animales que
en su trnsito encontrara, pertenecientes a los vecinos de Oran,
vendindolos hasta por dos reales bolivianos. Los desertores de
la misma di^sin, agregados a otros salteadores, completaban
la obra de devastacin, robando en el Ro Negro, etc.
1867. Don Toms R. Alvarado, delegado, durante la au-
sencia de Belaunde en auxilio de la provincia de Salta contra
la montonera, en septiembre.
Los actos del gobierno delegado eran autorizados por el
oficial mayor interino, don Felipe Machuca.

1867. Coronel Jos Felipe Vrela, titulado general jefe


expedicionario, representante de Sud Amrica {su amrica)',
etc., etc., en posesin de la ciudad de Jujuy, desde el 11 hasta
el 17 do octubre, que la desocupara, despus de haberla sa-
queado, asolado la campaa, robando y arreando todos los ga-
nados, destruido la agricultura, degollado las personas que
encontraba en su trnsito, llevando mujeres y familias cau-
tivas.
Con fruto de sus depredaciones. Vrela se intern en
el
donde fu recibido en calidad de asilado.
territorio boliviano,
(Vase Provincia de Salta).

1868. Don Soria no Alvarado, presidente de la Legislatu-


ra, encargado del P. E., por renuncia impuesta del coronel Be-
launde^ desde el 1." de enero hasta el 16 de marzo, que fu nom-
brado gobernador propietario por el bienio constitucional.
Acomparonle como ministros generales sucesivamente
don Miguel Iturbe, don Crislogo (interino) y don Restituto
Zenarruza.
El gobernador Alvarado, segn algunos ciudadanos como
los Toms R. ^1 varado, Teodoro Snchez de Busta
seores
niante, Emilio Faseio, Alejo Belaunde, Lucas Blasco, Neme-
sio Alvarado, Ricardo Belaunde, Elias Saravia v Estanislao
194 AMOXIO ZIXXY

Ecliavarra, haba arrebatado al pueblo la libertad del sufra-


gio para hacer triunfar a sus favoritos, haba removido a los
;

jefes militares que no aceptaban el compromiso forzado de ha-


cer triunfar su candidato en una palabra, hacen pesar graves
;

cargos contra su gobierno por abuso de autoridad para triun-


far en las elecciones. En ese sentido, poco ms o menos,, eleva-
ron una protesta a la cmara nacional de diputados, para de-
mostrar la nulidad de las dos elecciones practicadas en la pro-
vincia, la primera para diputado al congreso, y la segunda, de
electores de presidente de la Repblica.
Qued as asentada, como principio, la doctrina de los he-
chos consumados, por una de las fracciones en que ha estado
dividido el pas, contra todas las leyes, cueste lo que costare y
pese a quien pesare.
Despus de una ausencia del gobierno, por enfermedad,
desde el 27 de agosto de 1869, el gobernador Alvarado reasu-
mi el mando el 25 de octubre, hasta el 16 de marzo de 1870^
que lo trasmitiera tranquilamente a su sucesor Zenarruza.

1869. Don Restituto Zenarruza, ministro general, dele-


itado de S. Alvarado. en ausencia de ste, a objeto de restable-
cer su salud, desde el 27 de agosto hasta el 25 de octubre.
Durante la delegacin, el oficial mayor don IManuel S,
Ovejero, autorizaba los actos administrativos.
Nombrado gobernador en propiedad, el 13 de marzo de
1870, tom posesin del cargo, el 16. habindolo ejercido hasta
su fallecimiento, acaecido el 18 de julio del mismo ao.
Tuvo por ministros secretarios al doctor Pablo Carrillo y
a don -Jos Napolen Sosa.

1870. Don Mariano Triarte, como presidente de la Comi-


sin Permanente de la Legislatura, asumi el P. E. al da si-
guiente del fallecimiento de Zenarruza (19 de julio), y. nom-
brado interinamente el 11 de agosto, continu ejerciendo el
mando gubernativo hasta el 19 de octubre, que. a consecuen-
cia de una revolucin que estall en Tleara, encabezada por
varios ciudadanos que daban por motivo haberse empleado el
fraude y la violencia en las elecciones del 24 de septiembre y
de haber sido vencidas, el 3 de noviembre, las fuerzas del go-
bierno en Len o Jaire, se retir a Salta, desde donde requi-
ri la intervencin nacional, dejando el gobierno en acefala.
El gobernador de Tucumn. doctor Uladislao Fras, fu
nombrado comisionado nacional, habiendo obtenido el ms fe-
HISTORIA DE LOS GOBEEXADORES DE LAS PROTIXCIAS ARGENTINAS I95

liz xito a satisfaccin de todos, sin haberse derramado una


sola gota de sangre.
El gobernador Iriarte fu acusado de haber falseado la
libertad del sufragio, y, haciendo un abuso clsico de los pres-
tigios del poder, emple al mismo tiempo la coaccin y la
A'iolencia contra el libre voto de los ciudadanos, para impo-
nerles su propia candidatura.
En consecuencia de tal proceder, el pueblo armado con
el derecho que le concede la constitucin para defender los
suyos propios, reunido en gran mayora e indignado con las
demasas del poder abusivo, pudo derrocarlo en el preciso
trmino de 15 das, mediante un triunfo y despus de varios
combates parciales.
El mismo da (19 de julio), cuando acababa de sepul-
tarse al seor Zenarruza, una parte del pueblo recorra las
callesa son de msica en actitud de triunfo por el recibimien-
to accidental delgobernador Iriarte, quien desprendi en se-
guida la banda de msica en serenata con vivas y mueras.
A los dos das (21 de julio) pidi a los jefes militares
que, en asunto de elecciones, no diesen odos a otras personas
para nada y que slo escuchasen las aspiraciones oficiales.
Por decreto de 11 de agosto, puso en actividad de servi-
cio a la guardia nacional, para hacer pronunciamientos mi-
litares en los diferentes cuerpos. Por el ministro don Soria-
no Alvarado, se pasaron circulares en trminos acres a todos
los ciudadanos que no se manifestaban adictos a su persona.
El poder judicial qued destruido, y sus miembros fueron
obligados a renunciar sus cargos. La prensa oficial se convir-
ti en arma de difamacin contra el pueblo las rentas p-
:

blicas fueron empleadas en los trabajos electorales del go-


bierno. En una palabra, se hizo pesar sobre la persona del
gobernador Iriarte cargos muy graves por los principales ciu-
dadanos de Jujuy, tales como Jos Mara Alvarez Prado,
Tefilo Snchez de Bustamante, Nemesio Alvarado, Fermn
Quintana, Pascual P. Blas y otros igualmente notables, en
una exposicin acerca de su conducta, firniada por los expre-
sados ciudadanos, los mismos que encabezaron el movimiento
popular que tuvo lugar en julio y termin el 3 de noviembre.
El seor Iriarte trat de vindicarse de los cargos que se
le hicieran publicando una Refutacin en La Verdad de Sal-
ta del 19 de noviembre (1870) y en una hoja suelta, la cual
fu, a su vez contestada por don Pablo Carrillo, desvanecien-
Iq6 ANTONIO ZINNY

do cargos que aqul haca a ste sobre su conducta en los mo-


mentos del fallecimiento del gobernador Zenarruza.

1870.
Don Emilio Quintana, nombrado provisorio el 6
de noviembre, por una reunin de ciudadanos en la capital,
a causa de haber quedado en acefala el gobierno, con la reti-
rada de Iriarte a Salta.
Desempe el P. E. hasta el 1. de enero de 1871, en que
lo trasmitiera al doctor Barcena, como presidente de la Legis-
latura.
La.s resoluciones del gobernador Quintana iban autori-
zadas por el doctor Felipe Escalier, oficial mayor interino, por
hallarse ausente el que lo era en propiedad.

1871. Doctor Jos Benito de


Barcena, presidente de
a
de enero hasta
la Legislatura, en ejercicio del P. E. desde el 2
el 3 de febrero, que fu nombrado gobernador constitucional
l que sigue.
I

1871. Don Pedro Jos


Portal, propietario, desde el 3
de febrero hasta igual fecha de 1873.
Con el nombramiento e instalacin de Portal en el go-
l)ierno, qued terminada la intervencin nacional, que haba
sido encomendada al doctor tJ. Fras, gobernador de Tucu-
mn.
El seor Portal eligi a don Pablo Carrillo para que
<3ompartiese con l las tareas administrativas en calidad de
ministro general.

1873.
Don Tefilo Snchez de Bustanuinte, propieta-
To, desde el 3 de febrero hasta igual mes del siguiente ao
(1874), que delegara en su ministro Pintos. Tomado preso
en la Quebrada de Humahuaca, fu obligado a renunciar "so-
lentamente, quedando encargado del P. E. el vicepresidente
1. de la Legislatura.
Fu su ministro general, primero el doctor Daniel Aroz,
y. por renuncia de ste, el oficial mayor, doctor Marcelino Se-
gundo Salas, qued encargado interinamente para refrendar
los actos, gubernativos, hasta el 16 de junio, que el ciudadano
don Luis A. Costas ocupara la vacante de ministro general, y
el doctor Simen Barrero la de oficial mavor, y, por renun-
cia, de Costas, el ciudadano don Pedro de Tezanos Pintos.

Bustamante se ausent de la capital por objetos graves


HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS ICjJ

c importantes del servicio pblico, segn deca, no siendo otros


los objetos graves que la revolucin iniciada en Perico del
Carmen, encabezada por el diputado don Victorino Lpez,
quien haba reunido fuerzas para marchar sobre la capital.
Fu secundada en la Quebrada, tomando preso en su paso por
el Volcn^ a diez leguas de la capital, al gobernador Busta-
mante, que se diriga a Ya vi. Preso el gobernador (27 de fe-
brero), las fuerzas revolucionarias del Volcn y de Perico del
Carmen se dirigieron a Jujuy, donde termin todo, sin efu-
sin de sangre ni desgracia por una u otra parte.
Don J. S. de Bustamante, que se hallaba en Salta, y por
consiguiente, ausente del territorio de la provincia de Jujuy,
fuera de los ejercicios de sus funciones, como presidente del
cuerpo legislativo, a la vez que del judicial, requiri la inter-
vencin nacional, que no fu acordada por esas y otras razo-
nes, todas fundadas en la constitucin.

1874. Don Pedro Tsanos Pintos, ministro, delegado


de Bustamante, en febrero, hasta el 28, que, a consecuencia dp
la revolucin del da antes, fu desconocida su autoridad,
como delegado de Bustamante, que se hallaba preso en el Vol-
cn y renunciante, e investido del cargo de gobernador el
vicepresidente 1." de la Legislatura.
1874. Preshitero Antonio Mas OUcr (espaol), presi-
dente 1. de la Legislatura, encargado del P. E. desde el 28 de
febrero, por renuncia violenta del gobernador Bustamante y
en ausencia del presidente de aquel cuerpo y del superior
tribunal de Justicia, don Juan Snchez de Bustamante, que
haba fugado a Salta, por no considerar segura su persona
permaneciendo en el territorio de Jujuy.
El presbtero Mas 011er desempe las funciones de go-
bernador hasta el 25 de abril, refrendando sus disposiciones,
como ministro secretario general, el doctor Cstulo Aparicio,
a quien se atribua el haber sido una de los promotores y eje-
cutores de la revolucin del 27 de febrero contra Bustamante.

1874.
Don Jos Mara Aharez Prado, electo en pro-
piedad y puesto en posesin del mando el 25 de abril, habien-
do nombrado al doctor Cstulo Aparicio ministro general,
hasta el 6 de julio, que, proclamado ste^ diputado al congreso
nacional, present su renuncia del cargo, quedando encargado
de refrendar los actos gubernativos el oficial mayor, doctor
Simen Barrero.
198 ANTO>'IO ZINNY

El 21 de agosto fu llenada la vacante que dejara el doc-


tor Aparicio con el ciudadano don Julio Iriarte, hasta el 13
de octubre, que el doctor Barrero volvi a quedar encargado
de refrendar los actos gubernativos, por haber marchado el
ministro Iriarte a Tucumn, como jefe superior de la fuerza
expedicionaria, compuesta de 502 hombres de guardia nacio-
nal mo\lizada en la provincia de Jujuy, contra los revolucio-
narios de septiembre y en defensa del gobierno nacional.
Durante la ausencia del ministro Iriarte, tuvo lugar una
sublevacin en los departamentos de la Puna, que hizo nece-
saria la salida del gobernador Prado de la capital, a la cabeza
de las fuerzas movilizadas, para refrendar la rebelin. En
consecuencia, fu nombrado (28 de noviembre) ministro ge-
neral interino el doctor Aparicio, mientras regresase de su
comisin el propietario, y gobernador delegado durante la au-
sencia de Alvarez Prado, en campaa.
Terminada la rebelin, reasumi el mando en enero de
1875, hasta el 25 de abril de 1876, que lo trasmitiera a su
sucesor.
Por fallecimiento del ministro don Julio Iriarte, acaeci-
do en mayo de 1875, el ciudadano don Manuel S. Ovejero en-
tr a desempear el mismo cargo, desde el 6 de diciembre
hasta terminar Alvarez Prado su gobierno.

1874.
Doctor Castillo Aparicio, juez de primera ins-
tancia, ministro .general interino, por ausencia del propieta-
rio Iriarte, en campaa, gobernador delegado de Alvarez Pra-
do, desde el 28 de noviembre, que ste march a sofocar la
rebelin en los departamentos de la Puna.
El delegado deba poner a Iriarte en posesin del minis-
terio y de mando gubernativo, tan luego co-
la delegacin del
mo en la capital, como lo efectu el 15 de
ste se encontrase
diciembre, cesando por consiguiente, el doctor Aparicio.

1874.
Don Julio Iriarte, ministro general, delegado de
Alvarez Prado, por ausencia de ste en campaa, desde el 15
de diciembre.

1876.
Doctor CstuJo Aparicio, electo gobernador pro-

pietario y puesto en posesin del cargo el 25 de abril.


El doctor Simen Barrero fu encargado de refrendar los
actos gubernativos desde aquella fecha, hasta el 23 de octubre,
que el ciudadano don Jos M. Alvarez Prado entr en calidad
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 199

de ministro general. El mismo da, el .gobernador Aparicio,


previa licencia concedida por la comisin permanente, para
ausentarse de la provincia por el trmino de un mes, deleg el
mando en el referido ministro.
Al da siguiente (24 de octubre), el doctor Aparicio par-
ti para Tucumn, acompaado del doctor Jos Mara Orihue-
la, juez de primera instancia, con el objeto de asistir a la inau-
guracin del ferrocarril, en virtud de invitacin que recibiera
del presidente de la Repblica y del gobernador de aquella
provincia^ doctor Padilla.
Este viaje del gobernador Aparicio, hecho de su cuenta,
aprovechaba a la provincia en el sentido de que, conferencian-
do con el presidente, obtendra algunos resultados favorables
a la marcha de la administracin, que pasaba por tantas nece-
sidades, a causa de que el gobierno nacional no satisfaca los
compromisos que con la provincia tena pendientes.
Al regreso de su viaje (13 de noviembre de 1876) reasu-
mi el mando gubernativo.
En la noche del 25 de diciembre de 1877 estall en la ca-
pital de Jujuy una revolucin contra las autoridades legales
al grito de Viva Urihuru! Los revolucionarios, que eran sol-
dados del batalln 12 de lnea, bajo las rdenes del teniente
coronel Napolen Uriburu, enemigo de los gobernadores de
Salta, y de Jujuy particularmente, atacaron a balazos el ca-
bildo y la casa particular del gobernador Aparicio, en cuyo
dormitorio alcanz a penetrar una bala^ encontrndose ste en
cama enfermo. Felizmente, no hubo que lamentar desgracia
personal alguna, y la revolucin fu prontamente sofocada,
apresurndose a rodear a las autoridades legales todos los ha-
bitantes de la provincia.
Una mayora compuesta de 11 diputados, inici un juicio
poltico contra el gobernador Aparicio, el cual qued en la
nada.
El 7 de enero del ao siguiente (1878), una partida de
14 hombres, armados de remington, al mando de Caro, atac
a Santa Catalina, asaltando la casa del comandante Laureano
Saravia, entre vivas a Uriburu y miieras al gobernador Apa-
ricio, siendo una guerrilla de los revolucionarios de la noche
del 25 y maana del 26 de diciembre.
El ciudadano don Domingo T. Prez form parte del go-
bierno del doctor Aparicio, en calidad de ministro general,
desde el 15 de febrero de 1877 hasta el 28 de enero de 1878
que, por su renuncia, el oficial mayor doctor Simen Barrero,
200 ANTONIO ZINNY

fu autorizado a refrendar los actos gubernativos, hasta ter-


minar (25 de abril de 1878) su gobierno el seor Aparicio y
an dos meses despus, en el de su sucesor Torino.

1876.
Don Jos Mara Alvarez Prado, ministro gene-
ral,delegado del propietario Aparicio, desde el 23 de octubre,
y aunque ste haba obtenido licencia por el trmino de un
mes, para ausentarse de la provincia, regres, antes del plazo
sealado, el 13 de noviembre, en que reasumi el mando gu-
bernativo.
Durante la delegacin, el oficial mayor doctor don Si-
men Barrero, qued encargado de autorizar los actos guber-
nativos.

1878. Don Martn Torino, ex comisario de polica de


Salta, nombrado en propiedad y puesto en posesin del cargo
el 25 de abril.
El doctor Jos Mara Orihuela comparti con el seor
Torino las tareas administrativas en el carcter de ministro
general de gobierno.
En febrero del mismo ao (1878), debiendo procederse a
la eleccin de gobernador, los partidarios de una lista se ha-
ban reunido pacficamente dentro de una casa, hasta esperar
el da y hora de la eleccin (22 de febrero) en la plaza prin-
cipal, para evitar ser detenidos en el cam2io. A
las dos de la
maana, fueron asaltados, rotas las puertas a balazos, muertas
14 personas y heridas varias, con lo que los dems se dispersa-
ron y la eleccin la hizo slo el partido contrario, que era el de
los amigos del gobernador Torino.
El delito, con todos los caracteres de matanza, premedi-
tada, aleve, sin provocacin inmediata, con violacin del do-
micilio, asalto, fractura de puertas, etc., qued impune, sin
haberse intentado procedimiento judicial alguno por las auto-
ridades. Sin embargo, la eleccin se practic, faltando la
mesa principal, y en virtud del escrutinio se procedi a nom-
brar gobernador.
La mayor parte de los miembros de la Legislatura huye-
ron poco despus o se escondieron, a consecuencia de violen-
cias cometidas ya con algunos de ellos. Cuatro de los miembros
adictos al, gobierno convocaron al pueblo a nuevas elecciones,
declarando vacantes los asientos de los ausentes. Estos, en-
contrndose 'en nmero suficiente, pidieron intervencin al
congreso y no fu acordada, con cuya resolucin qued reco-
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 20I

nocida como legal la nueva Legislatura y gobernador el seor


Torino (1).
En la madrugada del 30 de julio (1878) fu asaltada la
plaza de la ciudad de Jujuy, por un destacamento del regi-
miento 12 de lnea, y despus de una hora de combate fueron
rechazados los revoltosos, dejando muchos heridos y prisio-
neros. Con la movilizacin de las milicias y persecucin a los
revolucionarios, Torino consigui que en todos los departa-
mentos de campaa se restableciese la paz y se manifestasen
dispuestos a sostener su autoridad.
El seor Torino fu llamado a gobernar la provincia,
porque era el primer gobernador, hasta entonces, ajeno a la
lucha de los partidos que tuvieron lugar en la provincia, y
sin pretenderlo y sin encontrarse afiliado a ninguno de los
crculos polticos. Y a pesar de las favorables condiciones en
(pie aparentemente se hallaba el gobernador Torino, fu (12
de mayo de 1879) derrocado mediante una revolucin enca-
bezada por el doctor Plcido Snchez de Bustamante, hijo del
antiguo senador^ el doctor Gonzlez, Pintos y otros. Al que-
rer apoderarse del principal, murieron en la refriega Busta-
mante y Barrero, mdico titular; el primero en defensa de la
revolucin, y de la parte contraria el segundo.
Consumada con la prisin de las primeras
la revolucin
autoridades, la provincia qued en acefala de los poderes
constitucionales del 12 al 17 de mayo, en que fu popularmen-
te electo don Silvestre Cao. Sin embargo, el gobierno de ste
no tuvo larga duracin.
Despus de una hora de combate, los revolucionarios fue-
ron derrotados (domingo 1. de junio) en la cuesta de Cho-
rrillos, por el ministro doctor Orihuela, con la eficaz coopera-
cin del coronel Gregorio Villegas, jefe superior de las fuer-
zas de los departamentos de la Quebrada y de Humahuaca, y
de Alvarez Prado. Con esto, el orden qued aparentemente
restablecido y Torino en su puesto.
Sin embargo^ los revolucionarios conservaron su determi-
nacin hasta nueva oportunidad, que no tard en presentarse
muy luego. En la madrugada del 24 de septiembre, un grupo
de hombres encabezado por Lizrraga, asalt por sorpresa la
casa del citado coronel Villegas, que se hallaba en la Quebra-

(1) Vase el Mensaje del P. E. nacional, fecha 29 de setiem'bre de 1879.


pasado al congreso pidiendo autorizacin para intervenir en Jujuy.
ANTONIO ZIXXY

mandn-
da, e hirindole gravemente, lo redujeron a prisin,
dole remachar una barra de grillos. Apoderronse al mismo
tiempo de todo el armamento de que se sirvieron los que ca-
recan de l y emprendieron en seguida la marcha sobre la
capital, que no esperaba un ataque.
Entonces, el la defensa de la
gobernador Torino resolvi
plaza, dando de las operaciones al ministro Ori-
la direccin
huela, encargndole al mismo tiempo del gobierno, y l, con
unos cuantos ciudadanos, sali al departamento de Perico de
San Antonio, con el propsito de organizar algunas fuerzas.
El doctor Orihuela se fortific en la plaza, donde tambin se
hallaba el comandante Domingo T. Prez, aprestndose a re-
sistir. Los defensores del cabildo, acosados por el hambre y
la sed y despus de haber muerto el gobernador delegado
Orihuela, de un balazo que recibiera en la parte posterior del
crneo, en una salida que intent hacer el da 30 (septiembre)
y un hijo del jefe de Polica, Morse, se rindieron (1. de 'oc-
tubre), quedando prisioneros los ciudadanos Domingo T. P-
rez, los dos Morse, Gonzlez, Ichauste, Mora y el coronel Vi-
llegas.
Luego que el gobernador Torino tuvo noticia de este acon-
tecimiento, abandon la provincia y se dirigi a Salta, junta-
mente con el presidente de la Legislatura. Desde Salta requi-
ri la intervencin nacional para ser restablecido, y al mismo
tiempo sali de la referida ciudad con alguna fuerza, la cual
fu batida a las dos leguas antes de llegar a Jujuy.
Acordada la intervencin por el congreso, el ministro del
interior (Sarmiento), con el fin de evitar la efusin de san-
gre, orden gobernador Torino suspendiese todo movimien-
al
to en proteccin de la ciudad y se retirase, dando luego cuenta
de haber obrado as, para disponer en seguida que los revo-
lucionarios hicieran otro tanto. El ex gobernador Torino dio
exacto cumplimiento a la orden del ministro del interior, li-
cenciando su gente y regresando a la ciudad de Salta.
Los sucesos de Jujuy que, con motivo de la eterna cues-
tin electoral para presidente de la Eepblica, venan prepa-
rndose desde mucho tiempo atrs, produjeron graves y tras-
cendentales acontecimientos en el gobierno nacional. El minis-
tro del interior, general Sarmiento, al sostener en el congreso
nacional un proyecto sobre intervencin a Jujuy (8 de octu-
bre), denunci la existencia de una liga de gobernadores en
sostn de la candidatura del ministro de la guerra, general
Julio- A. Roca, para presidente de la Repblica, prometiendo
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVi:XCIAS ARGENTINAS 203

patentizarlo cou la publicacin de documentos (telegrficos)


fehacientes de que estaba en posesin. El gobernador Torino
apareca formando parte de la tal liga. Tanto se escandaliz
el general Sarmiento que prefiri presentar, como presentara,
su renuncia el mismo da (8 de octubre) del cargo de mi-
nistro.
Con esta misma fecha, el doctor Simen Barreiro, oficial
mayor de la secretara de gobierno, que acababa de llegar a
la ciudad de Salta, donde se hallaba Torino, remita un tele-
grama, autorizando al doctor C. Aparicio, diputado al con-
greso, a publicarlo en todos los diarios deBuenos Aires, ga-
rantizando Torino, bajo su palabra de honor, que "una horda
de bandidos se haba apoderado de la ciudad de Jujuy y que
a ms de los atentados de saqueos y violencias cometidas con-
tra los defensores del orden legal, incendiaron el archivo de ?a
secretara de rjo'bierno y del juzgado del crimen".

1879. Don Silvestre Cao (salteo), electo gobernador


provisorio por el pueblo, el 17 de mayo, habiendo nombrado,
para compartir con l las tareas de su gobierno revoluciona-
rio, al doctor Pablo Blas.
El gobierno de Cao dur hasta el 2 de octubre.

1879. Doctor Jos Mara Orihuela, ministro general,


delegado de Torino, en ausencia de ste, en 24 de septiembre,
al departamento de Perico de San Antonio, para organizar la
defensa.
A los dos das (26 de septiembre), se presentaron los
revolucionarios en la plaza, encabezados por Lizrraga, quie-
nes ofrecieron garantas a la jjuarnicin que defenda la pla-
za, en caso de capitular, exceptuando al doctor Orihuela, al
jefe de polica Moi*se j a los diputados Domingo T. Prez y
Gregorio Gonzlez.
Despus de una heroica resistencia, de la muerte del de-
legado Orihuela, j acosada la guarnicin de hambre y sed,
como consecuencia de cinco das de riguroso sitio, se rindi
la plaza en virtud de la siguiente capitulacin
"En el inters de evitar para lo sucesivo luchas fratrici-
das en la provincia, y mirando nicamente por el bienestar y
tranquilidad entre hermanos, hemos resuelto arreglar nues-
tras diferencias bajo las bases siguientes
"1.^ Se firarante la vida de todos los individuos encerra-
204 AXTOMO ZIXNY

dos en el principal, bajo la palabra de honor del seor don


Silvestre Cao, jefe de las fuerzas sitiadoras, y los seores que
suscriben.
"2.* El gobernador interino ser nombrado por todo el
pueblo, indistintamente.
"3.* Los jefes principales del cuartel permanecern en
la caa del seor don Domingo T. Prez, bajo la custodia de
cincuenta hombres, hasta tanto que se organice la pro\dncia.
Jujm^ 1. de octubre de 1879.
"Nota 1.* Nos comprometemos con nuestras personas a
asegurar la vida de los seores del principal.
"2.^ Declrase sin efecto el convenio, siempre que se
oculte armamento y municiones.
Silvestre Cao.
A. Gi-
mnez. Jos A. ZJriona.
Jiimi A. Heredia.
Carlos Cos-
tas. C. CehaUos. Antonio Mas-Oller.
Salvador Lpez.
Es copia. Cosme Orias, oficial mayor'".
El doctor Orihuela, abogado del foro de Buenos Aires e
hijo de la provincia de Salta, slo tena 27 28 aos de edad,
cuando le cupo la desgracia de sucumbir el da 30 de septiem-
bre de 1879.

1879.
Don E. Cancedo. juez de paz, suplente, presiden-
te de la reunin popular convocada por el mismo a toque de
campana del cabildo, a las cuatro de la tarde del 3 de octubre,
en virtud de hallarse la ciudad en acefala de sus principales
autoridades, sin P. E., ni judicial, ni legislativo.
Asociado el juez Cancedo al escribano del superior tri-
bunal de Justicia, don Cosme Orias, en presencia de los cuatro
municipales, don A. Gimnez, cura y vicario, doctor Ismael
Carrillo, doctor Benigno Estopian y el mismo escribano, se
procedi a la votacin del pueblo, resultando electo por ma-
yora el ciudadano don Feneln de la Quintana, gobernador
provisorio, para que procediese a organizar los dems pode-
res y entrar en el rgimen constitucional. Acto continuo, to-
m posesin del cargo.

1879.
Don Feneln de la Quintana, desde el 3 de octu-
bre hasta el 21 de noviembre, habiendo nombrado ministro a
don Delfn Snchez.

1879. Doctor TJladislao Fras, interventor nacional, en


posesin del mando de la provincia y de la guardia naicional
HISTORIA DE LOS GOBERNADORES DE LAS PROVINCIAS ARGENTINAS 205

de misma, desde el 21 de noviembre^ conservndose, empe-


la
ro, en sus puestos, los funcionarios existentes, sin poderse
implear la guardia nacional en servicio pblico, sino e;i vir-
tud de orden de la intervencin.
El ciudadano don Juan Agustn Obando acompa al in-
terventor en clase de secretario.
Alos pocos das de haber asumido el mando de la pro-
vincia, el interventor nacional orden la prisin y entrega al
juez federal Ibarguren, de los ciudadanos Laureano Saravia,
Moiss Muoz, Adam Cceres, Nicanor Simpita, Mariano Va-
lle y Jos Flix Alvarez Prado.
El pueblo de Jujuy, por su parte, protest (26 de di-
-ciembre) ante el representante de la autoridad nacional y
ante sus conciudadanos de toda la Repblica, contra la inge-
rencia de las autoridades de Salta en las cuestiones internas
de la provincia, exponiendo ser notoriamente "impuro y san-
griento el origen del poder que, desde abril (25) de 1878 ha-
ba ejercido en la provincia el seor Martn Torino". Que su
antecesor divorciado con la opinin pblica y sin un amigo
dentro del territorio de su jurisdiccin, que tuviera el coraje
bastante para prestarse a encubrir sus desmanes, fu a bus-
carlo en la vecina provincia de Salta y lo coloc al frente de
aquella situacin de violencias, creada por los atentados del
22 de febrero y 20 de marzo (1878), (jue ahogaron la libertad
y suprimieron el gobierno representativo republicano que la
constitucin nacional garante a las provincias. Que slo con la
decidida participacin que el gobierno de Salta tomara en las
cuestiones internas de Jujuy, pudo imponerse a la provincia,
con el ttulo de gobernador, al ex comisario de polica de
aquella ciudad, y slo con armas, hombres y toda clase de ele-
mentos suministrados por las autoridades de Salta, pudo tam-
bin aquel gobernante volver al poder, despus del movi-
miento popular del 12 de mayo (1879) a autorizar los fusila-
mientos sin juicio previo y ep altas horas de la noche; las
exacciones de dinero y las violencias de todo gnero ejercidas
contra los vencidos, sin respetar ni las garantas escritas a
que se comprometi el mismo seor Torino. Que derrocado de
nuevo por el movimiento del 24 de septiembre (1879), fug
a la provincia de Salta, desde donde, con hombres reclutados
en las calles y suburbios de aquella ciudad y armados por su
jefe de polica, invadi la provincia para ser dispersados en
los "Alisos". Que derrotado en este ltimo punto y refugiado
de nuevo en los "Sauces'", mantuvo all con asentimiento de
AMOM ZIX>'Y

las mismas autoridades de Salta, fuerzas armadas amenazan-


do la tranquilidad y orden creado en la provincia, hasta que
con parte de ellas se present en la ciudad de Jujuy en la
noche del 18 de noviembre (1879) a imponerse al interventor
doctor Fras, confiado en el falso triunfo de Humahuaca. Que
a la ingerencia indebida de las autoridades de Salta pudo el
seor Torino conservar, en los departamentos de la Puna y
Quebrada, los caudillos que invadieron ltimamente la pro-
vincia, empapando en sangre su suelo. Que a esa ingerencia
debe la provincia de Jujuy la prdida de muchos de sus hijos
y la sangre derramada en Tres Cruces (17 de noviembre) y
Humahuaca, rechazando la invasin preparada y llevada des-
de Iruya (departamento de Salta), con conocimiento antici-
pado del gobierno de la misma provincia.
Entre los 282 ciudadanos firmantes de la protesta figu-
ran los siguientes: Jos B. Barcena, Plcido S. de Bustaman-
te. Delfn Snchez, Pablo Blas, Juan Jos Julia, Ismael Ca-
rrillo, Pedro J. Portal, Justo P. Barcena, Jos Mara Prado,
Eugenio Tello, Delfn S. de Bustamante, Silvestre Cao, Fe-
neln de la Quintana, Anselmo Estopian, etc., etc., etc.
El interventor procuraba con empeo un arreglo entre
los partidos disidentes, y, convencido de la imposibilidad' de
conseguirlo, dict (6 de .enero de 1880) un decreto convocando
al pueblo de los respectivos departamentos de la pr.ovincia a
elegir, el 18, diputados a la Legislatura, en reemplazo de los
que, habiendo sido elegidos en 1878, terminaron su mandato
el 31 de diciembre de 1879, y prohibiendo, a fin de garantir
la libertad electoral, la reunin o citacin de milicias desde
esa fecha hasta pasada la eleccin. Esta medida adoptada por
el interventor vena a desconocer explcitamente la Legisla-
tura que subsigui y que acompa al gobernador Torino en
su administracin. En la misma fecha (6 de enero) dict otro
decreto, disponiendo cesasen en sus puestos, hasta nueva re-
solucin, todos los jefes y oficiales de la guardia nacional
nombrados antes y despus del movimiento revolucionario del
24 de septiembre de 1879. El intertentor, en el deseo de la
pacificacin de la provincia, propona a Torino renunciase el
cargo de gobernador^ pero ste se neg redondamente, hasta
que, cansado de ver que sus esfuerzos en favor de la paz no
producan el efecto deseado, a los dos das parti para Salta,
presentando su renuncia reiteradas veces hasta que ai fin le
;

fu aceptada y nombrado en su lugar al


HISTORIA DE LOS GOBEUN ADORES r)E LAS PIZOVINCIAS AKCEXTIXAS ZOJ

1880. Doctor Vicente Saravia, interventor nacional,


nombrado 13 de febrero, con las mismas instrucciones que
el
su antecesor el doctor Fras, hasta el 31 de marzo, que, con la
eleccin del doctor Bustamante para gobernador, ces comple-
tamente la intervencin, declarndolo as el doctor Saravia,
por decreto.
Sin embargo^ para garantir el orden pblico y a pedido,
con insistencia del nuevo gobernador, resolvi el doctor Sa-
ravia que el comandante don Jos Antonio Llano, con la fuer-
za de lnea de su mando, quedase, como en efecto qued, de
guarnicin en la provincia, a las rdenes del gobernador, slo
durante el mes de abril.

1880.
Dador Plcido S. de Bustamante, electo en pro-
piedad el 28 de marzo, y recibido del cargo el 1. de abril,
desde cuya fecha cesara de hecho y de derecho la interven-
cin nacional.
Comparti con l las tareas administrativas, por algn
tiempo, en calidad de ministro general de gobierno, el ciuda-
dano doctor Pablo Blas.
El doctor Bustamante desempe su misin con su carac-
terstica rectitud y a completa satisfeccin del pueblo juje-
o, hasta el 13 de marzo de 1882 que, ofendido por grandes
desaires que la Legislatura le hiciera, se vio en la forzosa ne-
cesidad de presentar su renuncia indeclinable del puesto, la
que no hubo ms remedio que aceptrsele a los dos das (15),
habiendo entregado el mando gubernativo a quien correspon-
da de derecho.

1882. Doctor Pablo BVos, presidente de la Legislatura,


en ejercicio del P. E. a consecuencia de la renuncia del doctor
Bustamante, desde el 16 hasta el 22 de marzo, que, practicada
la eleccin de gobernador propietario, recay en el mismo, ha-
biendo prestado el juramento de ley el 1. de abril y sigue
hasta la fecha (junio) ejerciendo el cargo a satisfaccin del
pueblo que lo eligiera.

FIN
Tsr r> lo E
Pgs.

Provincia de Salta (1778-1881)

Fundacin de la ciudad de Salta 9


Origen del nombre
H
Real Cdula sobre la fundacin de la ciudad de Oran, en 4 de
diciembre de 1796 12

:
'j'i
Gobernadores Intendentes

1778. Brigadier Andrs Mestre 25


1792. Coronel Ramn Garca de Len y Pizarro 25
1798. Coronel Rafael de la Luz 27
1807. Toms Arrignaga y Arenando 28
1808. Doctor Jos de Medeiros 28
1809. Coronel Nicols de Isasmendi
S. 29
1810. Joaqun Mestre -. 29
1810. Doctor Jos Medeiros 29
1810. Coronel Nicols de Isasmendi S. 29
1810. Juan Fernndez Cornejo
J. . . .- 30
1810. Dr. Marcos ZorrillaS. 31
1810. Coronel Dr. Feliciano A. de Chiclana 31
1810. Coronel Toms de Allende 31
1811. Coronel Juan M. de Pueyrredn 32
1811. La junta Provincial Gubernativa 32
1811. Coronel Pedro Saravia J. 32
1812. Dr. Domingo Garca 33
1812. El Cabildo .,.: .
33
1812.
Coronel Manuel Ramos 34
1812. Jos E. Tirado 34
1812. Coronel Jos Mrquez de la Plata 34
1812. Juan A. Alvarez de Arenales 37
1813. Coronel Jos Fernndez Campero 37
1813. General Manuel Belgrano 38
1813. Dr. Esteban A. Gazcn 42
1813. Hermenegildo G. Hoyos 42
1813. Coronel Dr. Feliciano A. Cbiclana .- 42
1813. El Cabildo 47
1813. Teniente Coronel Francisco Fernndez de la Cruz 47
1814. Coronel Bernab Aroz :. 47
1814. Coronel Jos A. Fernndez Cornejo 49
1814. General Hilarin de la Quintana 49
1814. Pedro Alurralde .v . 51
1815. El Cabildo 51
1815.
Coronel Martn M. de Gemes ...^ 51
2l ndice

Pgs.

1817.
Santiago Lpez &2
1820.- -El Cabildo 63
1820.- General Juan Ramrez Orozco 63
1820. Coronel Dr. Jos Ignacio Gorriti 64
1821. Coronel Saturnino Saravia 64
1821. Brigadier Pedro A. de Oiaeta 67
1821. El Cabildo 67
1821. General Jos A. Fernndez Cornejo 68
1821. Coronel Pablo de la Torre 68
1822. Coronel Dr. Jos I. de Gorriti 68
1822. Coronel Apolinario Figueroa ( ?j 69
1824. General Juan A. Alvarez de Arenales 69
1824. Coronel Jos Mara Paz -^ 78
1825. Dr. Teodoro Snchez de Bustamante 78
1826. Victorino Sola .: -. 79
1827. Coronel Juan Manuel Quirs 82
1827. Coronel Pedro J. Saravia 82
1829. Dr. Juan Ignacio Gorriti 82
1831. General Rudecindo Alvarado 83
1831. Coronel Evaristo Uriburu 85
1831. General Dr. Jos I. Gorriti
5
1831. Coronel Alejandro Heredia y Francisco Gurruchaga. . . 85
1831. Jos Toms Toledo 86
1831. Vicente Uriburu y Saturnino Tejeda 86
1831. Coronel Pablo de la Torre .-.; 86
1831. Jos Gemes 93
1832. Coronel Pablo Alemn 93
1832. Jos Mara Saravia 94
1834. Dr. Jos B. Grana 95
1834. Jos Mara Saravia 95
1834. Santiago Lpez 95
1834. Coronel Jos A. Fernndez Cornejo 96
1836. General Felipe Heredia r.^ 99
1837. Coronel Evaristo de Uriburu 101
1838. N. Cabrera ^ 102
1838. Comisin Gubernativa 102
1840. Coronel Manuel Sola 103
1840.
Teniente Coronel Teodoro Lpez 106
1841. Miguel Otero 3: 106
1841.
Coronel Gaspar Lpez . . .-^
. 108
1841.
General Dionisio Puch 109
1841. Mariano Bentez 110
1842.
Coronel Manuel A. Saravia 110
1844.
Juan P. Figueroa 119
1845.
Coronel Evaristo de Uriburu 119
1846. Coronel Jos M, Saravia 119
1847. Toms Arias -^ 119
1848.
Teniente Coronel Nicols Saravia 119
1848. Coronel Vicente Tamayo 119
1849. Dr. Nicols Carenzo r^.. 120
1850. Dr. Pedro Uriburu . . .-. 120
1850. General Jos M. Saravia -. 120
1852. Juan M. Aguirre 121
1852.
La Municipalidad , 121
1852.Toms Arias >,. 121
ndice 211

PgS.

18:2. Miguel F. Aroz , 124


1853. Comisin Gubernativa 124
1854. Miguel F. Aroz 125
1854. Brigadier General Rudecindo Alvarado 125
1856.Jos Mara Todd 126
1856. Martn Gemes 126
1856. General Manuel de Pucli 126
1857. Miguel F. Aroz 128
1857. Martn Gemes 128
1859. Manuel Sola 129
1860. Jos Mara Todd 129
1860. General Anselmo Rojo 129
1861. Juan N. de Uriburu 130
1861. Dr. Moiss Oliva 130
1861.Jos Mara Todd .- 130
1862. El Seor del Milagro 131
1862. Miguel F. Aroz 133
1862.
General Anselmo Rojo 133
1862.Juan N. de Uriburu 134
1863. Dr. Segundo Daz de Bedoya 136
1864. Jos Uriburu >
137
1864. Dr. Cleto Aguirre 138
1866. Dr. Jos B. Dvalos 141
1867.Dr. Cleto Aguirre 141
1867. Sixto Ovejero 142
1867. Coronel Jos F. Vrela 146
1868. Dr. Segundo Daz de Bedoya 146
1868. Miguel Aroz 146

1868 Coronel Alejandro Figueroa 147

1869. Coronel Delfn I^eguizamn 147

1869. Dr. Benjamn Zorrilla
147

1871. Coronel Delfn Leguizamn 148

1873. Dr. Vicente Anzotegui ^ 152

1871. Saturnino San Miguel 152

1872. Dr. Moiss Oliva 152

1873. Dr. Juan Pablo Saravia 152

1873.- D/. Benjama Zorrilla 154

1875. Miguel Francisco Aroz 154

1876. Benedicto Fresco 154

1877. Teniente Coronel Juan Sola 155

1878. Juan M. Leguizamn - 155

1879. Dr. Moiss Oliva -. 155
1881.Dr Miguel S. Ortiz 156

Provincia de Jujuy (1810-1S82)

Acta de fundacin -. 159

Tenientes Gobernadores

1810.
Coronel Feliciano A. Chiclana -. 165
1810,
Coronel Diego Pueyrredn 165
1810.
Dr. Mariano de Gordaliza 165
1812.
Coronel Francisco Pico 165
1812.
General Manuel Belgrano 166
1812. General Po Tristn 166
Pgs.

1812.
General Juan Ramrez Orozco 166
1813. La Municipalidad 166
1813.
Coronel Jos Bolaos 166
1812.
General Juan Ramrez Orozco 167
1S14.
Teniente Coronel Manuel Ramrez 168
1814.
Teniente Coronel Mariano Saras?, 168
1815.
Dr. Mariano de Gordaliza 168
1815. General Martn M. de Gemes 168
1815. Dr. Mariano Gordaliza 168
1816.
Coronel Francisco Pico 168
1817.
Coronel Francisco J. Olarra 168
1817.
Brigadier Pedro A. de Olaeta 170
1817.
Coronel Manuel Lanfranca 170
1818.
Juan Ramrez Orozco 170
1819. Bartolom de la Corte 170
1821.
Coronel Agustn Dvila 171
1821. El Cabildo 172
1821.
Coronel Domingo Iriarte 172
1822. Bartolom de la Corte ' 172
1822. Coronel Juan Manuel Quiroz 173
1823. Coronel Jos A. Fernndez Cornejo 175
1824. Coronel Agustn Dvila 175
1826. Dr. Teodoro Snches de Bustamant? 175
1827. Dr. Manuel Gemes 175
1830. Dr. Mariano de Gordaliza 175
1830. Coronel Fermn de la Quintana 175

Gobernadores de Provincias

1834. Teniente Coronel Jos M. Fascio 177


1835. Coronel Fermn de Quintana
la 181
1835. Coronel Eustaquio Medina 181
1836. Coronel Miguel Puch , 181
1836. Coronel Roque Alvarado 181
1836. Brigadier General Pablo Al-^mn 181
1838. Coronel Jos M. Iturbe 182
1840. Coronel Roque Alvarado 182
1841. Dr. Antonio Aberastain 182
1841. Coronel Jos Mariano Iturbe 182
1849. Pedro Castaeda 183
1849. Dr. Escolstico Zegada 184
1851. Jos Lpez Villar 185
1851. Francisco Borja Fernndez 186
1851. Coronel Jos M. Iturbe 186
1852. Dr. Jos B. de Barcena
la 187
1852. Alejo Belaunde 187
1853. Coronel Roque Alvarado 187
1855. Pedro Castaeda 187
1855. Plcido Snchez de Bustamante 188

Gobernadores Constitucionales
1857. General Roque Alvaradct 189
1858. Serapio T. Pintos 189
1859.Jos de la Quintana 189
ndice 213

Pgs.

1860. Gabino Prez 189


1861. Pedro J. Portal 189
1863. Dr. Daniel Aroz 191
1865. Pedro J. Portal 191

1867. Coronel Cosme Belaunde 192
1867. Toms R. Alvarado 193
1867. Coronel Jos F. Vrela .
., 193

1868. Soriano Alvarado 193
1869. Restituto Zenarruza 194

1870. Mariano Iriarte 194

1870. Emilio Quintana 196

1871. Jos B. de la Barcena 196
1871. Pedro J. Portal - 196
1873. Tefilo Snchez de Bustamante 196
1874. Pedro Tezanos Pintos 197
1874. Presbtero Antonio Mas OUer 197
1874. Jos M. Alvarez Prado 197
1874. Dr. Cstulo Aparicio 198
1874. Julio Iriarte 198
1876. Dr. Cstulo Aparicio 198
1876. Jos M. Alvarez Prado 200
1878.- Martn Torino 200
1879. Silvestre Cao 203
1879. Dr. Jos M. Orihuela ; 203
1879. E. Cancedo 204
1879. Feneln de la Quintana 204
1879. Dr. Uladislao Fras 204
1880. Dr. Vicente Saravia 206
1880. Dr. PlcidoS. de Bustamante 207
1882. Dr. Pablo Blas 207
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