Historia Antigua de La Peninsula Iberica 1 Parcial
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TEMA 14. LOS ANTONINOS, LOS SEVEROS Y LA CRISIS DEL SIGLO III.
1. ANTONINOS Y SEVEROS (EXAMEN)
El siglo de mximo esplendor corresponde a los aos que van de Nerva a Cmodo (96-
192 d. C.). En esta poca un poderoso clan senatorial hispano ocuparan las mximas
autoridades imperiales. Trajano, Adriano, Marco Aurelio, hispanos, ocuparan el mando
imperial en el perodo de mximo esplendor poltico de Roma; no igualado antes ni
despus, salvo por el gobierno de Augusto. Ellos sern el colofn a un proceso que se
inici con la promocin de hispanos por Csar, Augusto y sus sucesores. Balbo, los
Sneca, Marcial o Quintiliano destacaran en diferentes campos de la cultura, la poltica,
la administracin y el ejrcito.
Con Nerva, Trajano, Adriano, Antonio Po y Marco Aurelio el poder central conoci el
momento de mayor estabilidad; por eso los contemporneos le definieron como el "siglo
de oro". La explotacin de las provincias adquiri un carcter ms organizado y racional.
Este desarrollo se plasma en diferentes aspectos: fomento de la actividad urbanstica,
consolidacin de una excelente red viaria y la implantacin de una moneda imperial
nica. Las ciudades tuvieron mayor autonoma y, a consecuencia de un mayor
desarrollo local de la economa, la cultura, la urbanizacin, etc.
Con los ltimos Antoninos, Marco Aurelio y Cmodo, se aprecia cierto descenso de la
capacidad econmica del Estado. Hay una fuerte devaluacin de la moneda,
acompaada de una subida de precios generalizada. Sin, duda, el incremento de los
gastos del ejrcito, sin una compensacin econmica por guerras de conquistas, redujo
el volumen de los metales preciosos en el erario pblico. Si se le aade el dficit
comercial con la India y China, ruta comercial abierta desde Trajano, produjo una gran
escasez de metales preciosos que llevaron a devaluaciones sucesivas de las emisiones
monetarias. Lo cual implica una subida de los impuestos para paliar el creciente dficit.
Aunque la crisis econmica fue ms de la corte que de los ciudadanos del Imperio, pues
ningn sntoma de decadencia econmica se aprecia en la Hispania del siglo II d. C.
Pero, con los ltimo Severos, se inicia una crisis de autoridad que desemboca en la
llamada Anarqua Militar y los emperadores ilirios (235-284) en el siglo III d.C.
Hispania, durante el siglo III, padecer los cambios polticos y sociales generalizados en
el Imperio, aunque no sufri fuertes crisis econmicas; al menos en lo que se refiere al
sector agrcola y ganadero. El alejamiento de Hispania de las fronteras, donde durante
el siglo III hubo permanentes conflictos y problemas militares de usurpaciones,
contribuy al mantenimiento de la estabilidad en la Pennsula Ibrica.
2. TRAJANO E HISPANIA. (98-117 D. C.) (EXAMEN)
Nerva, siguiendo el consejo del influyente espaol Licinio Sura, escogi como sucesor a
un prestigioso general hispano, que mandaba las legiones de Germania Superior desde
su puesto de gobernador de la provincia.
Nerva, acaba con los escrpulos familiares y los de la vieja aristocracia romana, para
elevar al poder mximo a un provinciano, cediendo ante la fuerza de ciertos grupos de
presin y las posibilidades que ofrece su candidato.
Este grupo de presin est formado por 14 senadores hispanos, de los 165 senadores,
como Ulpino Trajano, padre, Licino Sura, Anni Vero. Adese la presencia de ricos
hombres de negocio o prestigiosos literatos, como Marcial y Quintiliano; pero sobre todo
el peso de ciertos mandos militares hispanos, como su sobrino Adriano que entonces
ostentaba alto puesto de mando militar en Panonia y Severiano, cuado de Adriano, con
mando militar en la Germania Superior.
Trajano perteneca a esa aristocracia hispana a la que los Flavios haban promocionado.
Nombr nuevos senadores procedentes de las provincias. As, de los 231 en su tiempo
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contabilizados, 27 eran hispanos. Exigi a los nuevos senadores invertir en Italia un
tercio de su capital en tierras, para reactivar la economa italiana y de paso que se
identificaran con la propia Roma y las normas de vida tradicional.
Cuid particularmente de la buena administracin y no dud en castigar a los
gobernadores de provincias avaros y exactores que abusaban del poder que les
confera su cargo.
Reclut para las guerras contra los dacios (101-106) mltiples unidades auxiliares de
hispanos. Esta poltica le caus problemas, pues los hispanos protestaron y, si parece
que no tuvo dificultades de reclutamiento entre las gentes del norte, si las tuvo en
algunos sectores ms romanizados con derecho de cives romani.
Las campaas de Dacia y contra los partos le permitiran disponer de gran cantidad de
oro, que le posibilitara desarrollar una poltica benefactora e impulsar las obras
pblicas. El botn de guerra distribuidos entre los soldados, comerciantes e inversin en
obras pblicas, fue un detonante de la reactivacin econmica, en la que la Pennsula
(con su aporte de hombres) se vio beneficiada.
De todas formas la riqueza del comercio btico sera suficiente. Itlica tuvo un magnfico
puerto exportador de aceite, cereales y materias primas cuyos ingresos elevaran el
nivel de vida de las ciudades bticas. As nos podemos explicar el que se produjera
durante este perodo una renovacin total de la estructura urbana de muchas ciudades,
entre otras Corduba, Mugnia, Astigi.
Trajano redujo los gastos intiles y equilibro el presupuesto sin necesidad de aumentar
los impuestos. Los supervits obtenidos le permitieron hacer frente a los elevados
gastos de guerra y obras pblicas. Su labor de fomento de la red viaria fue muy
importante; se repararon las vas de Lusitania, el tramo Castulo-Corduba. Algunas
construcciones de esta poca son los puentes de Alcntara, los arcos honorficos de
Bar, Caparra y Mrida; el faro de La Corua, el anfiteatro de Itlica, etc.
Trajano dio mbito universal al culto de Hrcules y Minerva gaditanos. En esta poca se
divinizan los emperadores e hijos en vida. El culto pierde as su carcter privado para
hacerse ms oficial y pblico.
3. LA HISPANIA DE ADRIANO (117-138 D. C.)
Adriano, natural de Itlica, perteneca a la familia btica de los Aelii. A los 15 aos fue a
Itlica para hacer sus estudios en un colegio de jvenes. Su preparacin en griego, latn
y arte nos ponen de manifiesto el alto nivel alcanzado por las escuelas hispanas de
Gades, Hispalis y Corduba entre otras. Su madre y su esposa eran gaditanas. Sus
servicios en las duras campaas de Dacia y Oriente le dieron una gran popularidad
entre los militares; por eso fue proclamado Emperador por las tropas de Antioqua.
Su principal objetivo era la paz, para ello utiliz la diplomacia, reforz el ejrcito y el
sistema defensivo. Su reinado supuso la evolucin del Principado hacia un gobierno de
corte monrquico-burocrtico en le que la mayora de los puestos administrativos se les
confi a individuos del orden ecuestre y en particular a personas que haban servido en
el ejrcito o en cargo civil, con preferencia a quienes tuvieran conocimientos jurdicos.
La carrera en la burocracia acarre una jerarquizacin de cargos y de los ttulos
honorficos. Adriano era partcipe de que, para que hubiera un buen gobierno, el
Emperador tena que estar presente en todas las provincias, por eso de los 21 aos de
su reinado pas 13 fuera de Roma.
En su visita a Hispania, imparti justicia y administr en Tarraco. Pidi soldados para la
defensa del limes, pero los hispanos se mostraron remisos; no se sabe si por causa del
elevado nmero de reclutas. De todas formas, la participacin hispana en el programa
militar de Adriano es evidente.
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Durante el reinado de Adriano se produjo el renacer de la vida provincial recibiendo
muchas de las ciudades los derechos de colonia y municipio. Itlica fue construida de
nueva planta. La ciudad alcanz una superficie de unas 30 hectreas y cubri en el siglo
II d. C. su ms gloriosa poca urbanstica.
Segn diversos historiadores, la poltica de Adriano, favorable a la utilizacin de
hispanos para desempear altos cargos de gobierno en sus primeros aos, fue
disminuyendo progresivamente, de los 199 senadores de los que se conocen su
procedencia 23 son hispanos. El nmero ha disminuido respecto a Trajano. De ellos la
mayora han nacido en la Btica. y en la Tarraconense. Adriano entreg la
administracin imperial a los caballeros en detrimento de los senadores, lo que motiv
su animadversin; as el Senado intentar anular sus medidas y hubo negativa a
divinizarle al morir.
Para paliar la crisis econmica, Adriano se interes especialmente por la administracin
de la explotacin del aceite y de las minas, elementos bsicos para la economa y
abastecimiento de Roma. El momento culminante de las explotaciones se corresponde
con los aos 140-160 d. C.
El fisco imperial trat de resolver sus problemas econmicos y las provincias de
Hispania tuvieron que presenciar el reordenamiento econmico. En Lusitana aparece los
advocati fisci, nuevo cargo al servicio de los procuradores de distritos mineros.
Se regula la percepcin de la vicessima hereditatum (5% sobre las herencias). De
tiempos de Adriano es la redaccin de la Lex Metalli Vispascensis que refunde las leyes
anteriores. Bajo la tutela del procurador metallorum de cada distrito se organiza la
explotacin de las minas y a la poblacin que all trabaja y vive. La Lex Adriana trat de
arreglar los problemas del campo regulando la ocupacin de campos improductivos,
dando tierras a las gentes ms necesitadas y ordenando su situacin bajo las normas de
los procuratores Augusti.
Adriano fue un gran promotor de obras pblicas. De esta poca son parte de las
murallas de Lucus, Barcino, Asturica, Legio y Caesaraugusta. Su preocupacin por la
red viaria es evidente, especialmente en las vas mineras como Bracara-Asturica,
Bracara-Olisipo, Va Augusta y Emerita-Caesaraugusta. Adriano sigui apoyando las
instituciones de carcter benfico para la atencin de los nios pobres, alimenta.
El culto de Isis comenz a tener una cierta aceptacin durante este reinado en toda la
Pennsula. Poseemos algunas representaciones de esta deidad en Regina, Valladolid y
Clunia. Al igual que Trajano, Adriano dio mbito universal al culto de Hrcules y Minerva
gaditanos. Por otra parte si dio fenmenos de sincretismo religioso entre cultos
indgenas y romanos. Es posible que Adriano mandase reparar el santuario de Melqart
gaditano, como indican las monedas.
4. LA POCA DE MARCO AURELIO Y CMODO (EXAMEN)
4.1. ANTONINO PO. (138-161 D .C.) (EXAMEN)
El reinado de Antonino Po evidencia que el protagonismo hispano sufre un fuerte
descenso. Hay hispanos importantes en la administracin romana; pero ya son los
descendientes de aquellos hispanos llegados a Roma con toda la fuerza de su nueva
savia y poder de iniciativa. Siguen aquellas viejas familias dando senadores a Roma.
Pero ya no asistimos a la llegada masiva a Roma de homines novi hispanos.
Siguen las unidades auxiliares hispanas prestando sus servicios en Mauritania, en
Oriente, o en el limes danubiano. Pero tampoco parece que se recluten unidades de
nueva formacin procedentes de Hispania; y, quiz, estas unidades de origen hispano
cubran sus bajas con reclutas de las localidades en que prestan sus servicios.
Se acusa un claro descenso de inters en las prcticas del culto imperial. Al igual que la
labor de reparacin de vas.
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4.2. MARCO AURELIO. (161-180 D. C.) (EXAMEN)
Era nieto del hispano M. Annio Vero, senador con Nerva, Trajano y Adriano. De
profunda formacin estoica, Marco Aurelio, cuid especialmente de la justicia y buena
administracin de las provincias, a travs de los curatores, cuyo nmero y poder desde
entonces fue en aumento.
Durante su reinado, la Btica y Lusitania sufri razzias de gentes mauritanas entre los
aos 171 y 176 d. C. La peligrosidad de la invasin mora oblig a transformar la
provincia senatorial Btica en provincia imperial con un ejrcito a las rdenes de un
legatus del emperador. A cambio, compens al Senado con la provincia de Cerdea.
Desde mediados del reinado de Marco Aurelio se produce un descenso econmico en la
Pennsula, que se ha calificado como crisis. Desde los aos 160 y 200 d. C. la
exportacin de aceite btico ha descendido. Se han aducido, por los historiadores,
diferentes causas: cada de su precio ante una superproduccin y competencia por parte
del aceite africano que ocup el primer puesto en el mercado; los reclutamientos
militares; la fuga de capitales y hombres. Desde Trajano se oblig a los senadores
hispanos a invertir 1/3 de sus capitales en tierras de Italia para paliar la aguda crisis de
la economa itlica. Con esta medida, adems de proteger al campesino itlico que
venda sus tierras a precios elevados, se evitaba el absentismo de los senadores
hispanos; y esto implica que los senadores hispanos trasladasen a Roma los beneficios
de su capital hispano.
Otros datos aportados por Blzques y Snchez de Len hablan de decadencia y aun
crisis en Huelva y en todo el Medioda: la ausencia de sarcfagos procedentes de Roma
que venan como carga de retorno de las exportaciones de vino, aceite, trigo; la
disminucin de esclavos y de circulacin monetaria, la no reparacin de los acueductos
de Mrida, etc.
Ahora bien, ms que crisis econmica parece que slo se constata el decaimiento de
ciertas ciudades. La aparicin de ciertos mosaico de excelente factura en las zonas
rurales parece indicar que las ciudades haban entrado en un perodo crtico y que eran
abandonas por las gentes ricas. La decadencia de las ciudades arrastrara la del
artesanado y el comercio.
Por otra parte en la zona del norte de la Pennsula la produccin minera segua siendo
buena.
4.3. CMODO (182-192 D. C.) (EXAMEN)
Lo ms destacable del reinado de Cmodo fue la amenaza de Materno en el ao 187 d.
C. Al frente de unas bandas de esclavos y soldados desertores saque la Galia y el
norte de la Pennsula Ibrica, hasta el Ebro.
Es probable que en esta poca aparezcan las primeras comunidades cristianas en
Hispania. La legin VII Germania estuvo acampada en la regin de Tnez, muy
cristianizada desde haca tiempo y, no resulta extrao que con la llegada de la legin,
que acab con la amenaza de Materno, vinieran de Tnez algunos cristianos, o bien que
algunos soldados se hubiesen convertido. A parte del elemento militar, el cristianismo se
difundi debido al grupo de mercaderes cristianos africanos que arribaron a nuestra
Pennsula a travs del frecuentsimo comercio que una ambas costas.
5. LA HISPANIA DE LOS SEVEROS (EXAMEN)
5.1. SEPTIMIO SEVERO (193-211 D. C.) (EXAMEN)
La rpida desaparicin de la escena poltica de Cmodo no le permiti designar a su
heredero. Los ejrcitos del Imperio, casi al unsono, proclamaron emperadores a Clodio
Albino en Britania, a Pescenio Niger en Siria y a Septimio Severo en Iliria y Panonia.
Septimio Severo estaba ms prximo a Roma. Domino rpidamente la situacin en
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Roma. Para ganar tiempo cedi a Clodio Albino el ttulo de Csar y el alto mando de
Hispania, Britania y Galia; de esta manera se enfrent con tranquilidad a Pescenio, al
que elimin. En el 196 d. C. se enfrent a Clodio Albino. ste cont con la ayuda de
tropas galas e hispanas. El legado de la Hispania Citerior se puso al lado de Albino con
un fuerte grupo de senadores y algunos notables hispanos. Septimio Severo derrot a
Clodio Albino y a sus seguidores. Nombr heredero nico del Imperio a su hijo de ocho
aos, M. Aurelio Antonino "Caracalla".
Tras la derrota de Clonio Albino, Severo llev a cabo grandes confiscaciones en Galia e
Hispania a costa de los partidarios de Albino. Dato que se corrobora con la gran
cantidad de aceite btico que lleg a roma durante su reinado.
Septimio Severo, que haba estado en el ao 171 al frente de la Tarraconense y conoca
bien los problemas de Hispania, tom una serie de medidas que se perfilan en una clara
orientacin de Hispania hacia frica. En el sentido de un mayor comercio hispano-
africano. La apertura de mercados nuevos en frica poda compensar la evasin de
capitales que Hispania haba padecido debido a la inversin de tierras en Italia y que
haba descapitalizado Hispania.
Si bien es cierto que no pocos hispanos de la aristocracia fueron vctimas de la
represin por su adhesin a Albino, parece claro que el propio Septimio Severo trat de
reemplazarlos con otros influyentes hispanos. El ms destacado fue, Cornelio Anullino,
que fue su brazo derecho y brillante vencedor del aspirante al Imperio, Pescinio Niger.
Del gobierno de S. Severo en Hispania cabe destacar los arreglos administrativos, como
fue la consolidacin de un mando nico, el legatus iuridicus, para Asturia et Gallaecia; y
la responsabilidad de los magistrados municipales frente a los impuestos con sus
propios bienes.
Se siguieron explotando las minas del Noroeste. El reclutamiento de hispanos parece
que descendi masivamente. Ya que en el 193 aboli el priorativo reclutamiento de
soldados que se haca en Hispania e Italia.
5.2. CARACALLA (212-217 D. C.) (EXAMEN)
De Caracalla hay dos aspectos que definen su espritu universal. El primero, el
"Itinerario Antoniano" o descripcin de las vas de comunicacin de todo el Imperio con
los nombres y distancias entre cada ciudad y el total de cada va. El segundo, el Edicto
de ao 212 que conceda la ciudadana romana a todos los sbditos del Imperio. En
Hispania quiz no tuvo mucho impacto, ya que todos eran cives latini desde Vespasiano
y muchos haban accedido a cives romani mediante el desempeo de cargos
municipales.
En el ao 214, seguramente, se produjo una nueva reorganizacin de las provincias de
Hispania. Se crea una nueva Hispania Citerior Antoniniana. Para A. DOrs estara
formada por la Gallaecia et Asturia, el territorio de la Legio VII Germania (nica unidad
legionaria de guarnicin de la Pennsula) y el Conventus Cluniensis.
Para ciertos autores esta divisin debi ser efmera, pues apenas debi sobrevivir a
Caracalla. Para otros fue duradera, pues este fenmeno se produce en otras zonas del
Imperio, y hay una inscripcin mutilada del siglo IV d. C. a la que hace referencia.
El gobierno de Caracalla prest gran atencin al fomento y cuidado de la red viaria. En
Hispania, se centr en las vas del Noroeste, donde estaban las minas. sta poltica
estaba en relacin con el saneamiento monetario que llev a cabo, tras las
devaluaciones de S. Severo; ya que necesitaba un elevado rendimiento de estas minas
de metales nobles.
Durante este reinado se produce el auge de las villae en la Tarraconense y Lusitania,
aunque ya haban comenzado a mediados del siglo II d. C. Gran parte de la poblacin
urbana se haba retirado a estas villas, agobiada por la pesada carga de la
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magistraturas municipales. Estos terratenientes se transformaron en la cabeza de un
capitalismo explotador, cuya base fue el colonato de hombres libres.
En el reinado de Caracalla se constata la abundancia de comerciantes sirios, judos y
fenicios. Con el control del comercio por Oriente y la descapitalizacin de Occidente se
iniciar el descenso econmico hispano de fines del s. III.
5.3. MACRINO, HELIOGBALO Y ALEJANDRO SEVERO (217-235 D. C.) (EXAMEN)
Durante el reinado de estos tres emperadores en Hispania haban arraigado gentes
judas y sirias dedicadas preferentemente al comercio o al ejercicio de profesiones
liberales.
La preocupacin por el estado de la red viaria del Noroeste continua. Macrino convirti a
Baal de Emesa en el dios supremo del panten romano. Heliogbalo impuso el culto
sirio.
Alejando Severo (223-235 d. C.) lleg al poder siendo muy joven, por lo que su madre
se encarg de los asuntos del Estado. Los militares intentarn oponerse a la
instauracin de un rgimen civil. Con Alejandro continuar la preocupacin por las obras
pblicas, en especial la red viaria. Durante este reinado continu la afluencia de cultos
orientales.
6. LA ANARQUA MILITAR Y LOS EMPERADORES ILIRIOS. (235-284 D. C.) (EXAMEN)
La crisis del siglo III, que se va perfilando a travs de una serie de acontecimientos
polticos y sociales, va a afectar profundamente al Imperio romano en el campo poltico,
social y econmico; y con menor intensidad en Hispania.
En este tema se van a tratar los aspectos polticos, cuyo desarrollo es la base y
fundamento principal de la crisis del Imperio. Tres momentos definen la inestabilidad
poltica:
* La llamada Anarqua Militar (235-268)
* La ruptura del lmes del Rin por los brbaros con la invasin de la Galia e Hispania.
* El restablecimiento de la autoridad de Roma en las fronteras bajo los "Emperadores
Ilirios" (268-284 d. C.)
Hispania no sufrir la inestabilidad poltica por dos circunstancias: El alejamiento de las
fronteras conflictivas y del centro de las luchas civiles. En lo econmico superara la
crisis gracias a su excelente produccin agrcola y minera. La holgada situacin
econmica del siglo II permiti afrontar la crisis del siglo III, que repercute con ms
fuerza en el resto del Imperio que en la Pennsula. De todas formas se aprecia, como en
el resto del Imperio, una evolucin del capitalismo esclavista hacia un latifundismo que
se apoya en el colonato y el arrendatario libre, ante el crecimiento de la presin fiscal, la
escasez y devaluacin de la moneda, la progresiva desaparicin de las clases medias y
artesanas en la ciudad, el abandono de la ciudad, la propensin de los poderosos a la
tesaurizacin y acaparacin de las monedas y objetos de metales preciosos etc. Todo
ello dificulta, cada vez ms, las funciones administrativas del Estado y debilita el
prestigio imperial y el nmero y poder de sus ejrcitos fronterizos.
Aspecto importante es que los emperadores tiene breve reinado y casi todos durante
este siglo desaparecen de forma violenta. Otros sntoma de la crisis poltica se detecta
en el abandono de los deberes cvicos: rehusin de los pagos al fisco, avance de las
religiones transcendentes, como el cristianismo y cultos orientales, el servicio en las
legiones se hace cada vez ms profesional (mercenarios, brbaros, etc.). Avance de
captacin de poderes por parte de los seores de las villae frente al Estado; a los cules
les compete la defensa de las vidas y el ejercicio de la justicia sobre los colonos y los
trabajadores libres de sus tierras.
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6.1. LA ANARQUA MILITAR (EXAMEN)
A partir del 235 el ejrcito se convierte en el instrumento desestabilizador en los
nombramientos y deposiciones de los emperadores. Se suceden, hasta el 268 siete
emperadores de breves aos de reinado y que, salvo Valeriano que cae prisionero de
los persas, perecen todos de muerte violenta.
En Hispania prosigue la poltica iniciada por Alejandro Severo sobre la red viaria.
Durante esta poca se constatan los primeros mrtires cristianos. La carta sinodal
constata la existencia de comunidades cristianas en las provincias de Len-Astorga,
Mrida, Zaragoza, Cartago Nova, Tarragona, Valencia. Es lgico que los puertos
mediterrneos y las sedes de las tropas fuesen los ms cristianizados, como resultado
del contacto militar y comercial con frica en donde se encuentra la cuna de nuestro
cristianismo.
Hacia el 252 todas las provincias del Imperio sufrieron la peste, que duro quince aos, y
que causo grandes estragos entre la poblacin. Lo ms seguro, es que en Hispania
llegase bastante atenuada, sobre todo al interior, pues la peste vena de Oriente y
penetraba en el mundo romano a travs de los puertos mediterrneos.
Al final de este perodo se producen incursiones en las fronteras del Rin y del Danubio, y
con ellas las usurpaciones. El emperador Galieno haba confiado la defensa del limes
renano a Pstuco. ste fue aclamado emperador en 259 por las tropas acuarteladas en
la Galia. La rebelin se extendi por Britania, la Galia e Hispania. Se crea el Imperium
Galliarum. La Galia se convirti en la cabeza de un Estado independiente, que dur diez
aos (258-268), cuya capital fue Augusta Trevirorum (Treveris). Postumo, en su capital,
organiz el nuevo Estado: cre un Senado galo, instituy cargos civiles y militares, y
asumi los ttulos habituales de los emperadores romanos. Su ejrcito estaba formado
bsicamente por galos pero tambin contaba con francos y alamanos. Toda Hispania
reconoci a Pstumo.
6.2. IRRUPCIN BRBARA EN EL 260 D. C.
Las fuentes literarias hablan de una invasin brbara (francos) en el 258 que penetr en
la Galia, continu por Hispania y lleg a Mauritania. Pero esta afirmacin es hoy
insostenible en lo que respecta a Hispania. La hiptesis ms aceptada, fecha en el 260,
a la muerte de Pstumo, la penetracin brbara en la Tarraconense oriental para
cometer actos espordicos de rapia que no tuvieron porque afectar a otras regiones de
Hispania. Lo que si es cierto es que no hubo invasiones sistemticas, aunque tambin
hay que mencionar que al finalizar el siglo III se produjeron destrucciones y ocultaciones
de tesoros ante posibles amenazas, los que no justifica invasiones sistemticas y
temporales, si no ms bien es producto de actos de piratera y de asaltos
circunstanciales.
Por otra parte, la penetracin que en la Pennsula Ibrica pudieron alcanzar las bandas
de pueblos brbaros resulta difcil de precisar mientras no tengamos datos y estudios
ms precisos sobre murallas, ocultacin de tesorillos, etc. Lo que se ha podido estudiar
parece indicar que las correras no pasaron apenas del Ebro y que se limitaron a una
estrecha franja de la costa catalana.
En conclusin, ni las reconstrucciones de las murallas, ni la ocultacin de tesorillos, ni la
decadencia de muchos ncleos de poblacin importantes son una prueba evidente del
paso de unos invasores. Lo que s es evidente es la devastacin de las costas catalanas
hasta el Ebro y que alcanz a Tarragona en fecha no inferior al 259.
6.3. LOS EMPERADORES ILIRIOS (268-284 D. C.)
Los emperadores ilirios reciben este nombre por proceder de las tierras del sur del
Danubio. Tres circunstancias marcan su gobierno:
* Aparicin frecuente de usurpadores.
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* La brevedad de su gobierno.
* La tenaz lucha que sostuvieron en las fronteras para contener a los brbaros, y que
fue culminada felizmente con Diocleciano.
De esta ltima circunstancia se deduce que la obra de los emperadores ilirios en
Hispania fuese ms bien escasa y poco notoria.
Claudio (268-270) ejerci sus poderes en la zona ms septentrional de la Galia, prxima
al Rin. En la parte meridional, otro general de Galineo, Victorino, fue reconocido por su
ejrcito aunque no pudo ejercer el control de Hispania y la Narbonese que se pasaron a
Claudio. Este emperador es recordado en algunas inscripciones en Hispania.
Aureliano (270-275) quiso reforzar su autoridad imperial hacindose titular Dominus et
Deus. Algunas inscripciones aparecen en la zona noroeste. Su explicacin puede ser la
promocin de los puertos del litoral del norte para favorecer las relaciones comerciales
de estas regiones con Britania y la Galia atlntica.
Tcito (275-276) sigui la lnea poltica de Galieno y Aureliano. Intent restaurar el poder
civil. De este Emperador se conservan cinco miliarios en la zona meridional de Lusitania
que ponen de manifiesto su inters por la red viaria de esta regin.
Asesinado Tcito, parte del ejrcito aclam emperador a su hermano Annio Floriano,
reconocido en Italia por el Senado. Parece que mantuvo su poder, por algn tiempo en
Hispania y las Galias. Pero ser Probo (276-282) quien obtenga el ttulo de Emperador.
Probo permiti a las provincias cultivar libremente el viedo, aboliendo el edicto de
Domiciano; aunque no se sabe como afect a Hispania. Puede ser que con esta medida
intentase atraerse a las provincias en su lucha por el poder, pues tuvo que hacer frente
a varios usurpadores.
Caro (282-283) nombr "Csares" a sus hijos Carino y Numeriano y les hizo ms tarde
"Augustos". No sabemos si estos emperadores tuvieron una gran preocupacin por el
buen estado de la red viaria peninsular, aunque de ellos se conservan algunos miliarios
en las vas de Bracara-Asturica, Lusitania, etc.
En el ao 284 empieza el gobierno de Diocleciano. l dar solucin a la mayor parte de
los graves problemas que tena planteado el Imperio: fronteras, crisis de autoridad y
depresin econmica. Restaura el valor de la moneda y la recaudacin de tributos e
intenta dar cohesin religiosa, tratando en vano de acabar con la influencia cristiana y de
unir a los pueblos en torno a la tradicional religiosidad pagana.
Su obra dar al Imperio fuerzas para prolongar su existencia gloriosa otro siglo; aunque
no conseguir detener el proceso de desintegracin del mundo tradicional clsico
romano que se orienta hacia una nueva estructura social, econmica y administrativa.
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Curso 1997-8
Obligatorias:
El rgimen administrativo de las ciudades indgenas Tema X, Hospitium, clientela y
devotio Tema V
Optativas:
Los lusitanos Tema V
Los concilia y la burocracia provincial Tema XV
Poderes y programa poltico de Augusto Tema IX
Poblacin y movimientos migratorios Tema XVI
Curso 1998-9
Obligatorias:
Numancia Tema VIII, La figura de Sertorio y la consolidacin de su poder en Hispania
Tema VIII, La leyes municipales de los Flavios Tema XV (Septiembre)
Optativas:
La conquista de Sagunto y el tratado del Ebro del 226 A.C. Tema VII
Trajano e Hispania Tema XIV
Viriato y el fin de la guerra lusitana TemaVIII
Tito y Domiciano Tema XIII
Tartesos en las fuentes escritas Tema II (Septiembre)
Comercio, tributacin y moneda Tema XII (Septiembre)
Curso 1999-2000
Obligatorias:
Colonia, municipios, populos y civitas Tema XV, Estratificacin social: Senadores, equites,
ordo decurionum y plebe Tema XVI
Provincial, dicesis y conventos jurdicos Tema XV (Septiembre)
Optativas:
Expansin fenicia por el sur de la pennsula y sus aspectos culturales Tema I
Tiberio Sempronio Graco y las primeras fundaciones romanas en Hispania Tema VII
Viriato y el fin de la guerra lusitana Tema VIII
La anarqua militar y los emperadores ilirios Tema XIV
La monarqua tartsica y la cuestin del mercenariado Tema II (Septiembre)
Hospitium, clientela y devotio Tema V (Septiembre)
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