PAVLICIC, PAVAO Intertextualidad Moderna y Postmoderna PDF
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PAVLICIC, PAVAO Intertextualidad Moderna y Postmoderna PDF
Pavao Pavlicic
* Texto publicado originalmente en la edicin especial de la revista Criterios con motivo del
Sexto Encuentro Internacional M. Bajtn, en julio de 1993. Pavao Pavlicic es un notable investigador
y narrador de origen croata. Ha publicado diversos estudios en Teora Literaria [N. del E.].
Traduccin del croata: Desiderio Navarro. Moderna i postmoderna intertekstualnost, en
Umjetnost rijeci, Zagreb, XXXIII, nm. 1, enero-marzo, pp. 35-50.
can be found within itself and the other sees the text as an intertext whose
qualities are a function of its relation with other literary works. On the
other hand, the readings of the texts also differ markedly: the modernists
only expect the reader to accept or reject the proposed link, while the
postmodernists demand a high degree of competence in order to define the
significance of the link itself.
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* [N. del T.] El autor emplea los trminos croatas modernizam y moderna (y, en una ocasin,
modernitet), as como postmodernizam y postmoderna. En la literatura cientfica croata, los primeros
de cada pareja suelen referirse a un movimiento artstico (N.B. sufijo izam, ismo), y los segundos
(adjetivos sustantivados, empleados tal vez bajo la influencia de la terminologa italiana y/o
alemana), a una poca o periodo histrico-cultural. Para mantener esa dualidad terminolgica,
hemos introducido homlogos espaoles de los segundos, aprovechando aqu el hecho de que ya
en ms de una ocasin la lengua espaola ha sustantivado un adjetivo para denominar un periodo
(o un estilo) de la historia del arte o la cultura (el Barroco, el Romntico, el Gtico).
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1
En la recopilacin Dronta (1981), Slamnig tiene el poema Slaga Gunduo o prosastju,
en el que se sostiene un dilogo con Suze sina razmetnogo, especialmente con un pasaje en el
poema. Para comparacin, citamos la primera y la ltima estrofa del poema de Slamnig y la
estrofa del poema de Gundulic que es la ms importante para ese dilogo: Slaga Gunduo o
prosastju/ er sto e bilo uvijek stoji,/ bijele sjene istom vlascu/ bulje u danas sto se boji/ a
dojduceg Vijeka slika/ samo ovog je prilika [...] Hip je onde, hip je ode/ kako jedna FISA
zvijezda,/ niti jedan nas ne prode,/ sved smo topli usted gnijezda,/ na hipu se brjeme vrti,/
ton as spasava od smrti (p. 36). Sto je bilo roslo je vece,/ sto ima biti jos nije toga,/ a sto je
sada za cas nece/ od prosastja ostat svoga;/ na hipu se brjeme vrti,/ jedan hip je sve do smrti
(II, pp. 245-252). Cit. segn: Djela Dziva Frana Gundulica, SPH, IX, Zagreb, 1938.
2
En nuestro pas: Zagreb, 1985.
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3
En la recopilacin Gazale i druge pjesme, Zagreb, 1970.
4
En la recopilacin Premjestanja, Zagreb, 1972.
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las citas. La cita tambin puede a veces estar oculta, como es sabido que ocurre
en Slamnig, pero en nada la hace menos cita, porque sta suele ser reconocida
tarde o temprano.
Naturalmente, las cosas ocurren de otro modo en los posmodernistas. Puesto
que la relacin intertextual con cierto grupo de textos ellos la establecen de tal
forma que asimilan las convenciones genricas o de todo tipo a que se han
atenido los viejos textos, no tiene nada de asombroso que aqu a menudo
aparezcan pseudocitas y mistificaciones. Se citan, digamos, fragmentos de una
obra inexistente, para la cual se inventa entonces tanto un autor como el
conjunto de la obra de ste, o, en otros casos, se escribe hasta un estudio sobre
un escritor inexistente, y, al hacerlo, se desarrolla una amplia argumentacin,
o, por ltimo, en un caso extremo, se demuestra que Los novios de Manzoni
son una continuacin del Finnegans Wake de Joyce, como hizo Umberto Eco.5
Est claro tambin por qu se hace eso: puesto que para los posmodernistas lo
importante es el gnero, la poca o la convencin, les resulta ms fcil remitirse a
ellos a travs de la pseudocita o la mistificacin, ya que en tal texto es fcil incrustar
todas las propiedades de un gnero, una poca o una convencin. Lo que hoy
da sabemos sobre el barroco (lo que es nuestra idea comn sobre l) no est
contenido ni en un solo poema individual, ni en el conjunto de la obra de un
solo autor; por ende, si para alguna nueva obra nos hace falta algo que sea
claramente barroco, algo que sea barroco en forma pura, entonces para nosotros
lo mejor es escribir ese texto e inventar su autor e imaginarle una biografa. Tales
procedimientos los hallaremos en abundancia en Borges, pero tambin en una
serie de otros autores, desde Eco, pasando por Kis,6 hasta la interesante
mistificacin de Soljan sobre el imaginario escritor Simun Freudenreich.7 En la
misma serie entrara tambin el citar conclusiones pseudocientficas, insinuaciones
enciclopdicas y apuntes de cronistas, as como la falsificacin de documentos
(que en el texto literario se ofrece facsimilarmente) y una serie de procedimientos
5
El objetivo de este procedimiento es pardico, pero otros autores se sirven de l con otros
fines, y eso lo hace a veces el propio Eco. En el libro Diario mnimo, 1963, se puede hallar el
texto mencionado.
6
En la recopilacin de relatos Grobnica za Borisa Davidovica, que devino objeto de discusin
precisamente a causa de sus aspectos intertextuales (su libre utilizacin de textos ajenos) y a
causa de la falta de preparacin del medio para tal convencin.
7
Vanse las obras escogidas de Sljanov en PSHK, Zagreb, 1988.
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c) Con eso ya hemos dicho bastante tambin sobre la funcin de tales vnculos
en las dos pocas. Ms exactamente, en esa parte de la exposicin hemos dicho
un tanto sobre la estilstica, y especialmente sobre la potica de los procedimientos
intertextuales; aqu slo es menester formularlo de una manera ms precisa. Si
fuera necesario hacerlo en una forma del todo aforstica, se podra decir que el
objetivo del establecimiento modernista de vnculos intertextuales es la adicin
de nuevos significados a un nuevo texto, mientras que el objetivo del estable-
cimiento postmodernista de tales vnculos es la adicin de un nuevo texto a los
significados ya existentes. Cuando tal vnculo se establece en el modernismo, en
el centro de la atencin est el nuevo texto; cuando se establece en el posmoder-
nismo, el viejo texto. En el modernismo se afirman lo nuevo y la novedad de lo
nuevo; en el posmodernismo, lo viejo y la eternidad de lo viejo.
En otras palabras, cuando un modernista (digamos, Joyce) establece un
vnculo con viejos textos literarios (digamos, con La Odisea de Homero), lo
hace para que su Ulises adquiera ciertos nuevos significados, para que se vuelva
ms complejo, profundo y artsticamente valioso; le da empleo a Homero en
la construccin de su propia novela. Por el contrario, cuando Eco establece un
vnculo con Arthur Conan-Doyle en El nombre de la rosa, no lo hace para (o,
no slo para) enriquecer el texto propio, sino mucho ms para afirmar el modelo
de la novela policial, por una parte, y por la otra, para mostrar cmo la novela
policial no es incompatible con Aristteles y cmo tambin el destino de los
escritos de Aristteles puede ser tomado como un thriller. Por tanto, no es slo
que la novela policial pueda medirse con los principios de la Potica de
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Paljetak tiene ms poemas a la manera de Dubrovnik, en los que se adopta el lenguaje
y el estilo de la recopilacin de Ranjinin; vase especialmente el libro Necastivi iz ruze, Zagreb,
1967.
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diferencias, es necesario que nos preguntemos cmo cada una de estas dos pocas
concibe el texto, y cmo cada una de ellas concibe la relacin entre los textos.
Si desnudamos totalmente sus concepciones, podramos describirlas as:
la literatura modernista concibe la obra literaria como un texto, mientras
que la posmodernista la toma como un intertexto. En otras palabras y todava
ms claramente, la premisa de la obra moderna es que todas sus cualidades
esenciales sean buscadas dentro de ella misma; la premisa de la obra posmoderna
es que todas sus cualidades esenciales sean buscadas en su relacin con otras
obras literarias.
En el modernismo el texto literario es concebido como un sistema encerrado
en s mismo, como un todo redondeado; hacen de l un todo, por una parte,
su carcter redondeado desde el punto de vista del sentido y, por otra, la decisin
autoral con la que precisamente esa secuencia de material lingsticamente
conformado (o incluso no conformado) es proclamado texto. Todo lo que hay
que saber sobre el texto, el lector llega a saberlo por el texto mismo; ste es
cierta especie de universo en el que existe todo lo necesario para su funciona-
miento. Naturalmente, no quiere decir que esto, en realidad, sea as (porque
ningn texto literario es comprensible fuera de su relacin con otros textos),
sino que quiere decir que las obras modernistas as se plantean, parte de tal
premisa.
Asimismo, la afirmacin sobre el carcter cerrado y autosuficiente de las
realizaciones modernistas no contradice el hecho de que en el modernismo
muchas obras son intencional y programticamente abiertas y, por tanto, evitan
precisamente el carcter redondeado y definitivo. Porque son abiertas ora de
manera que no tienen una estructura determinada y pueden cambiar, ora
de manera que son aleatorias. Este carcter abierto, entretanto, est incrustado
en el sistema semntico de todo texto de esa especie como una parte inseparable
del mismo. Con sus aspectos abiertos la obra moderna est abierta ante todo
hacia la realidad, y no hacia otras obras literarias. Como texto, la mayora de
las veces se comporta como si fuera la nica obra en el mundo.
Esto se ve claramente cuando se examinan desde ese punto de vista los
procedimientos intertextuales en el modernismo. Toda relacin intertextual
modernista es tal que la nueva obra incluye dentro de s la vieja, la rompe por
completo y la incrusta en su propio sistema semntico, de tal manera que de la
obra vieja apenas queda algo. Por eso, no es casual que los modernistas en
las artes plsticas as como en la literatura hagan collages con fragmentos de
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y no literarios) con los que es comparado, con la ayuda de las cuales es inter-
pretado, para que despus, como a un texto artstico aparte si en esa red de
relaciones es identificado como artstico, se le confiera precisamente cierto
significado, asignndoles un puesto entre los otros textos. Por eso el texto lite-
rario posmoderno es escrito con la intencin de que se una a otros textos
literarios, y no con la intencin de que sea completamente distinto de ellos y
est completamente separado de ellos. Esto se deriva de que los autores posmo-
dernos son conscientes de que todo texto es unido a algo, y por eso se esfuerzan
por dirigir ellos mismos esa unin o por influir en ella. As pues, en el posmoder-
nismo el texto ya no est cerrado, ni es autosuficiente, incluso ya no es siquiera
el centro de la accin literaria misma. Es, por definicin, intertextual, porque
entra intencionalmente en relaciones con otros textos literarios y no es compren-
sible al margen de la relacin con ellos. Igualmente es muy manifiesta la
conciencia de la influencia del lector sobre el sentido del texto, de la importancia
de las convenciones, etctera. En todo caso, la obra posmoderna siempre tiene
en cuenta otras obras, siempre procura de ellas un apoyo, siempre se une a
algo ya existente (aunque aquello a lo que se une sea tambin completamente
ficticio).
Un buen ejemplo de obra postmoderna es Marina o acerca de la biografa 9
de Irene Vrkljan. Se trata de un libro que es en cierta medida autobiogrfico,
pero, teniendo en cuenta que se trata de una autobiografa de una literata, la
mayor parte de su vida la ocupa la literatura, y as la vida deviene un medio
para hablar de la literatura, y no a la inversa, como, por lo dems, es lo acos-
tumbrado. Ms an, como la situacin es precisamente esa, la autora puede
unir no slo el conjunto de sus obras al conjunto de las obras de otro autor,
sino tambin su vida a otra vida, y hablar de s entrando en detalles sobre
Marina Tsveteva, pero tambin a la inversa. La obra de Irene Vrkljan est,
pues, abierta hacia otra obra y otra experiencia, es intertextual ya en su
concepcin misma.
Precisamente este ejemplo muestra bien qu aspecto tiene desde otro
punto de vista la intertextualidad en el posmodernismo. Esto es, si el texto
ya no est cerrado ni es autosuficiente, entonces tampoco la intertextualidad
puede ser tal que el nuevo texto reelabore e incluya dentro de s completamente
al viejo, sino que debe ser tal que le permita al viejo texto conservar la integridad
9
Zagreb.
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10
Se trata de la descontruccin, y la mencionada idea ha sido elaborada de manera
particularmente minuciosa por Jacques Derrida.
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11
Sobre la importancia de los surrealistas, y especialmente Breton, le concedan al escndalo
como forma de accin artstico-social, vase, por ejemplo, en el libro de Luis Buuel, Moj
poslednji uzdab, Beograd, 1983.
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12
Sobre los aspectos intertextuales de la creacin de Bresanov, vase en particular: Ivo Vidan,
Intertekstualnost u dramama Ive Bresana, Knjizevna smotra, nm. 61-62, Zagreb, 1986.
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III
Como fecha del fin del modernismo lo mejor es tomar el ao 1968, cuando
fracasaron los movimientos revolucionarios estudiantiles en Europa y Am-
rica.13 Y tal periodizacin est realmente justificada, teniendo en cuenta que el
modernismo como se ha subrayado aqu no fue, en modo alguno,
nicamente un fenmeno artstico: las poticas modernistas prevean tambin
la influencia social, y algunas de las ideologas de la poca moderna fueron
una realizacin de ideas modernistas en el plano social. En este sentido, est
justificado, pues, que se tome como frontera un acontecimiento eminentemente
social, tanto ms cuanto que tambin ste tuvo consecuencias artsticas y de
qu magnitud: la mayora de los movimientos artsticos de vanguardia muri
definitivamente con l.
A pesar de todo, ese establecimiento de fecha no puede ser satisfactorio, por
ms que en esencia sea correcto. Por una parte, porque el modernismo, no
obstante, no fue nicamente un fenmeno social (ni el aspecto social se debe
mostrar en ltimo anlisis como el ms importante para l) y, por otra, porque
en el derrumbe del modernismo y la aparicin del Posmoderno influy tambin
toda una serie de otros factores. Es preciso tomar en cuenta todos esos factores si
queremos tratar de responder a las preguntas cundo y cmo lleg al cambio?
La pregunta cundo? es inseparable de la pregunta cmo?, y viceversa. Los factores
de que se trata pueden clasificarse para esta ocasin en tres grupos.
a) Unos son las causas sociales y sobre ellas aqu ya hemos mencionado algo.
Lo que en la segunda mitad de los aos sesenta se puso de manifiesto
definitivamente, fue para decirlo un tanto metafricamente la falta de
porvenir, y hasta la locura, del intento de ordenar el mundo con arreglo a los
libros y, por ende, de tratar de cambiar la sociedad de manera de ponerla en
conformidad con alguna filosofa. Se hizo evidente que tales tentativas conducen
al totalitarismo y a desgracias an mayores. Si hasta entonces todo el problema
se reduca a realizar consecuentemente alguna de las doctrinas, ahora se abri
un abismo entre toda doctrina y la realidad y se hizo evidente en qu medida
las doctrinas aunque sean enteramente de vanguardia o estn basadas en la
13
Dubravka Oraic hace esta proposicin y la fundamenta convincentemente en su trabajo
Citatnost, universalni tipovi i povjesni modeli (mecanografa), Zagreb, 1988.
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b) Para el arte, todo eso tuvo consecuencias de largo alcance. En los aos sesenta
aparecieron nuevos media; la electrnica en el espacio que va de la grfica por
computadora al word-processor abri una serie de nuevas posibilidades, las
que de nuevo, por su parte, se esforzaron por satisfacer las nuevas necesidades
surgidas de los cambios sociales. El arte, en gran medida, empez a ocuparse de
s mismo y al mismo tiempo se orient a la caza del consumidor, sin desdear
siquiera la produccin masiva de artefactos. No slo es que se hayan aparecido
teoras de los nuevos media (McLuhan), sino que los nuevos media cambiaron
tambin el destino del arte. As la ms conocida obra posmoderna de importancia,
El nombre de la rosa de Eco, devino el primer hit planetario en un tiempo corto
y de una manera tal, que antes con otros media y otra situacin del arte
simplemente era inconcebible. El arte, entretanto eso se ve tambin despus
de la novela de Eco, se volvi hacia su propia historia y sus propios recursos,
para con ellos alimentar a los media, pero tambin para renovarse con la ayuda
de ellos.
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15
Vase, en nuestro pas, en la recopilacin de Moroslav Beker, Suvremene knjizevne teorije,
Zagreb, 1986.
16
Vase H. R. Gauss, Esttica recepcje, Beograd, 1978, y en el mencionado libro de Beker.
17
En nuestro pas, vanse en particular los trabajos de Z. Skreb, V. Zmegac, S. Lasic y
M. Solar.
18
En nuestro pas, vase en especial: Aleksandar Flaker, Poetika osporavanja, Zagreb, 1982;
all detalladamente tanto sobre el trmino como sobre el destino del mismo.
19
Trabajo JAZU 350, Zagreb, 1968.
20
En el trabajo Le Mot, le dialogue et le roman, Recherches pour une smanalyse, Pars,
1969.
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IV
a) En las dos pocas que aqu hemos examinado se logran, con ayuda de la
intertextualidad, efectos estilsticos diferentes. Pero son efectos difcilmente
reductibles a alguna de las definiciones corrientes de estilo por ejemplo,
como desviacin caracterstica de la norma o como expresin de afectividad.
Tambin est claro por qu: el proceso de creacin y recepcin de los
procedimientos intertextuales es ms complejo de lo que es el caso en otros
recursos estilsticos; es negacin de la norma antes desviacin de ella y una
operacin intelectual antes que afectiva. Por eso, dichas diferencias tal vez poda-
mos describirlas de la mejor manera diciendo que la relacin entre el texto
nuevo y el viejo en el modernismo es metafrica mientras que en el posmo-
dernismo en metonmica.
Esto es, el texto modernista entra en dilogo con alguna obra vieja, la
mayora de las veces a partir de alguna semejanza entre l y esta ltima. Esta
semejanza puede ser temtica o de motivos: el hroe del Ulises de Joyce es
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Poema publicado en la recopilacin Opscenacija, Zagreb, 1982, y dice: S nog cast je
moljen cello zarit,/ no casec Nojev jed je bog, te/ i mojem, izlizan o sari,/ um rijet cu, smocan
odljev, pote.// Dusman je strah sna, utuk Buhni,/ Onan je zub, Ja ud mu moci;/ plast jimo,
plastjimo, gustis ini,/ um rimom, um rimom musa oci.
22
Se trata del poema Linfinito, probablemente el ms conocido de los escritos por
Leopardo; el verso mencionado es citado con relativa frecuencia, y ha entrado tambin en el
uso coloquial.
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realizacin, y ello de tal manera que defina el sentido del vnculo, que d su
propia interpretacin del mismo. De l no se demanda, pues, que simplemente
acepte o rechace lo que el texto ya hizo por l, sino que contribuya conscien-
temente a su creacin. Tal es, por supuesto, la posicin de toda lectura (y
tambin de la lectura de los textos modernistas), pero en el posmodernismo se
trata de potenciar esa funcin y de hacer que se tome conciencia de ella, lo que
est totalmente de acuerdo con la naturaleza metatextual de la mayora de los
esfuerzos posmodernistas.
Eso se ve tambin en el ejemplo que aqu ya hemos mencionado varias
veces, o sea, en la novela de Eco. En ella aparecen haces enteros de vnculos
intertextuales, pero escasos lectores los identificarn e interpretarn todos, y
ello porque no estn destacados, ni tienen la provocatividad del gesto intertextual
modernista. Al lector se le propone que participe y que, descubriendo o no
esos vnculos, cree su visin de la novela. El lector ms competente ver ms,
pero ni siquiera el incompetente se ver totalmente impedido, ni podr dejar
de participar; su aceptacin o rechazo de esa obra no depender de su inclinacin
a aceptar el tipo de vnculos intertextuales que aparecen en la obra, sino de su
inclinacin a aceptar el papel de lector que la obra le asigna.
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