Cuentos

.transversales

Sal Schkolnik
 Deijin de Color
I.S.B.N : 978-9 56-12-1409-5.
11' ed icin: enero de 201 1.

Obras Escogidos
ISB.N. 978 -956- 1:!- 1457-6 .
12' ed ic in: enero de 2011 .

Direccin editorial: Jos \ 1anuel Zaai"tU.

Direccin de orle: Juan t-Ian uel :\eira.

Direccin de produccin. Franco G iordano.

2000 por Sal Schkolnik Bendersky.

Inscripci n N119.453. Santiago de Chile.

Derechos exclusi vos de edi cin res ervados por

Empresa Editora Zig Zag, S.A

Ed itado por

Empresa Editora Zi g-Zag. S.A.

Los Conquistadores 1700. Piso 10. Providencia .

Telfono 8 10743 8, Fax 81074 55.

E-mail: [email protected]

Santi ago de Chile.

El presente libro no puede ser reproducid o ni en todo

ni en parte, ni archivado ni transmitido por ningn medi o

mecnico, ni electrnico, de grabacin, CD-Rom, fotocopia .

microfilmacin u otra fonna de reproduccin ,

si n la autorizacin de su editor.

lmpreso por RR .Donnelley Chile Ldta.

Antonio Escobar Williams 590. Cerrillos .

Santiago de Chile.

INDICE
PALABRAS PRELIMINARES 6
LA NIA Q1JE VOLABA. 9
JUGANDO AL 'MONITO MAYOR' 17
EL ALICANTO 23
EL CHANCHITO DE GREDA 29
MANCHA 37
LAS NIAS AZULES

EL DA EN Q1JE TODO SE
UNA DISCUSIN

ALOP, POR Q1J LLORA LA PRJ

HABA UNA VEZ ...

LA P!EDREC1TA MANCHADA.

MI PLANTA DE POROTOS?

EL PRNCIPE FLOJO

PALABRAS FINALES
108

5
 PALABRAS PRELIMINARES

Quin es Sal Schkolnik?

Sal Schkolnik naci el 9 de octubre de
1929. y se define a s mismo como "escritor,
pap y abuelo barbn" . Pero tambin es
arquitecto, lice nciado en Filosofa y espe
cializado en Filosofa de las Ciencias.
Le preg untamoscmo lleg a ser escritor.
y nos cuenta: " Haba una vez - nos dice- un
seor que usaba una gran barba y que era
muy serio y bastante grun . Tena tres hijas
muy dulces y muy amorosas, a las que cuan
do eran pequeas, cada noche les contaba
un cuento para que se durmieran. A ellas
les gustaban mucho y siempre queran que
se los contaran igual. Pero el caba llero de
barbas, serio y grun, se equivocaba y a las
dulces niitas les daba una enorm e rabieta y
l grua enojado. Un da el barbudo seor
pens que sera mejor escribir los cuentos;
as no se equivocara, las dulces niitas no
lloraran y l no gruira".
y dicho y hecho: escribi los cuentos.
Pero sucedi que estos empezaron a pasar
de mano en mano, hasta que a alguien se
le ocurri hacer con ellos un libro. Y enton
ces, ioh ma ravilla! apareci un libro que se
llam Cuentos de por qu. Y as surgi el
escritor, amante de unicornios, elefantes,
caballos, sapos, zorros y nios, en especia l

6
se los pequeos Demin Alei y Sergei Marcel, con quienes
:: mplet cinco hijos.
Sus escritos para nios y adultos proliferaron, hizo del
escribir su profesin y public numerosas obras. En una
...e ellas, La leyenda del octavo da, deja ver su interiori
ad, abierta al amor y al darse a los dems. "Queremos
ensearles a conocer y a conocerse -escribe-, a aceptar
'f a aceptarse, a apreciar y apreciarse, para que cada vez
sean mejores. Queremos compartir con ellos la dicha de
u ear, la angustia de la duda, el milagro de la esperanza,
a libertad y la comprensin".

Ms preguntas
Si le preguntamos a Sal qu es para l escribir, nos
responde que "es una profesin; algo a lo cual uno se
dedica y de lo cual vive". Y si le pedimos que nos confiese
por cul de sus obras siente algo especial, nos dice que
por su novela Antai y que todo lo indgena nuestro lo toca
mucho, lo admira. "Tambin por La leyenda del octavo da,
un libro bastante desconocido y para adultos".
Cuando escribes -le preguntamos- entras en el alma
del nio o escribes lo que te gusta? "Escribo pensando
en lo que a m me resulta atractivo y me entretiene -con
esta-o Yeso, no porque piense que tengo alma de nio.
Yo rechazo eso, porque soy un adulto que no ha perdido
la capacidad de juego y asombro, lo que me coloca en
igualdad de posicin con el nio".
Curiosos, queremos saber a qu juega y cmo lo pasa .
" Lo paso bien -nos responde-o Juego a escribir. Juego a
viajar por el espacio, a meterme dentro de los objetos, a

 PALABRAS PRELIMINARES

hacer diabluras con los personajes. Juego a ser historiador,

a hacer poesas ... "
Pero tambin nos interesa saber cmo lleg a los libros.
"Desde muy pequeo me estimularon a leer y me regalaron
muchos libros. A los 20 aos tena ya una buena biblioteca
de ficcin e informacin". Y cules eran los autores que
ms le gustaban? "Julio Verne, Alejandro Dumas y Jack
London" -afirma.
Le preguntamos, adems, por sus gustos y aficiones.
"Me gusta coleccionar cosas -nos dice-: estampillas, bar
quitos, unicornios, elefantes y caballos. Me gusta comer
y ser flaco. Me gusta la msica clsica y los barrocos ... "
Y las otras artes? "Me gusta todo eso -nos informa-,
pero no soy un visitante de galeras, precisamente. Soy
muy sentimental, lloro con los finales felices o tristes de
las pelculas. Me gusta mirar edificios; me gusta conversar
cosas interesantes ... "
Queremos saber cmo se proyecta hacia el futuro y se
lo preguntamos .
"Con la necesidad de vivir hasta los 90 aos consciente
y activo -nos replica alegremente-. Y escribiendo siempre.
Tampoco podemos dejar de saber qu significa para sus
hijos el hecho de tener un padre escritor. "Para mis hijas
mayores no es nada especial -contesta-oPara Demin es
entretenido, pero tiene serias dudas. Me pregunta por qu
mejor no hago casas. No es muy fcil responderle".
Finalmente le preguntamos que ms quisiera que se
supiese de l. "Que estoy muy contento -afirma-, que soy
feliz con lo que estoy haciendo y viviendo".

 Mara, la nia que volaba

Mara aprendi a volar a los tres aos.

Cuando digo que aprendi a volar, es que ...
aprendi a volar!
No! No es lo que t ests pensando ...
No es que haya aprendido a pilotear un avin,
ni que usara un paraguas en calidad de parapente,
o que su pap la 'hiciera volar' por el aire como
un cohete.
No. Lo que pas fue simplemente que Mara
aprendi a volar. Ella solita.
Un da le dieron ganas de volar y se elev
suavemente por el aire como si fuera una pluma
empujada por el viento. No necesit agitar los
brazos ni llenar el pecho con aire. Tampoco se

9
trat de en aire como un tronco que
flota a la deriva en
Entendmonos
Mara
su
Qu hermosos
sauces
-les grit
lllvvv contestaron ellos agitando
sus ramas.

Sigui hasta la pequea huerta en donde sus

en ese momento, finalmente

volvi a volar sobre techo.
All un rato mirando hacia
camino. Vio un un
carretas y varias personas caminando. Desde all
VIO a gallinas sus polli tos,
a la vaca junto abrevadero, cerdo
en el a unas a lo lejos ...
-Hola gallinas!, hola vaca!, hola

elo ... mmmm... -le respon

dieron sus amigos.
volando, vio un montn cosas

10

 Cli ENTOS TRANSVERS.\ LES

Desde ese da, cada vez que pudo, se fue al

ario y vol.
Sus paps nunca la vieron y a ella como que
no se le ocurri contarles; volar, para Mara, era
algo tan normal como caminar, comer o dormir.
Pas el tiempo y el ao en que cumpli los seis,
la mandaron al colegio.
Pero no haba una escuela cerca de su casa, as es
que la llevaron a la ciudad a vivir con sus abuelos
y all la matricularon en un colegio.
Hay que decir que a Mara le cost harto acos
tumbrarse a la ciudad. Era muy difcil volar all pues
todo el cielo estaba lleno de cables: de electricidad,
de telfonos, de televisin y de un montn de otras
cosas, pero ... as es la vida! , como deca su abuela
cada vez que se enteraba de algo malo.
Un da, en el colegio, la profesora les habl de
los peces que vivan en el agua, de los animales
que vivan sobre la tierra y de las aves que volaban.
-Alguien tiene alguna pregunta que hacer?
-ofreci la maestra.
Casi todos los nios levantaron la mano.
Mara tambin lo hizo.
Despus de varias preguntas le toc el turno
a Mara.

11
 -Seorita hombres vuelan
son aves?
Las de los se en
todo el '"'V ....... c:. ... 'u.
-la, ja, ja! -se poder
,
Hasta profesora se a relf.
Desde da, la no volvi a pregun
tar nada volaran y
tampoco se casa
sus abuelos.
Unos dos meses despus, Mara j en el
de su casa una vez
ganas de volar.
Se elev ese enorme placer
de rozar ca pas
cosq uillas en todo el
cuerpo, de cerca a un coli
br que frente a una flor... se
cans de volar se sent en el techo a
lejana cordillera.

Pero, en ese momento, los

abuelos y...
-Mara! Qu haces tejado?
-Baja que te caer!
a bajar, volando, por supuesto,

12
 S;\( l SCH KOl NIK

pero cuando los abuelos vieron lo que se dispona

a hacer, casi se desmayan de puro susto.
-Mara! Cuidado!
-Te vas a caer!
-Espera que traiga una escalera ... -le grit el
abuelo, pensando en cmo habra hecho su nie
tecita para trepar tan alto.
Cuando Mara estuvo en 'tierra firme' junto a
ellos, la abuela la hizo prometer que nunca ms
deba subirse al techo de la casa.
-Es demasiado peligroso! -concluy.
Desde aquel da, la nia no volvi a pensar,
siq uiera, en volar.
y dej de hacerlo.

Pasaron los meses y a Mara casi se le haba

olvidado -eso de volar- aquella locura de nia.
Ahora estaba por terminar el colegio.
Todos los alumnos, profesores y apoderados se
encontraban en el patio central del colegio, en
un acto de despedida a los cuartos medios. El
director estaba hablando...
- ... y es importante para nosotros -deca- que
ustedes, jvenes, sean capaces de hacer lo que

14

 ell E. "TOS TRAl'i S\' ERS i\LES

--erdaderamente les guste, sin que molesten a los

ems, por supuesto ...
y Mara no pudo sino pensar que lo que a ella
le gustara, sera darse una vuelta, volando, por
el colegio, aunque los nios se rieran de ella y
aunque sus abuelos la retaran.
y no lo pens dos veces.
Mara volvi a volar.
El director dej de hablar. Los profesores se
alarmaron tremendamente. Los apoderados la
miraron con la boca abierta y sus compaeros,
sin creer en lo que estaban viendo, se pusieron a
aplaudir y a rer y a gritar:
-Mara est volando?
-Mara est volando!
-Hip! Hip hurra! Por quin? Por Mara! ...

15

Jugando al 'manito mayor'

En un pas que no queda ni muy all ni muy ac,

haba un huerto con una casa en la que vivan un
labriego llamado Rudolfindo y su esposa Ofelia.
Tambin vivan all sus seis hijos pequeos,
cinco gallinas castellanas, cuatro cabras de muy
mal genio, tres perros ociosos, dos cerdas gordas
y un burro porfiado.
Todos los das, al despuntar el alba, Rudolfin
do se levantaba, tomaba un rico tazn de leche
de cabra con un pan calentito y sala al huerto
llevando bien envuelta la colacin que su mujer
le haba preparado.
Durante la maana el labriego trabajaba regando
rboles y hortalizas, pero sobre todo arrancando
malezas pues, no le gustaban para nada las malezas!

.17
 encomrar alguna-o As
plantas, ah? -y,
de un tirn lanzndola
en cualquier parte, hasta que hueno quedaba
lleno y secas.
-Cuando se -aseguraba- abonarn

sacaba su cola
mientras desparramaba
y sobras.
se pudran

volva a su trabajo.

veces sus y

pues eran demasiado

embargo,

su fami
la y sus animales de corral, sobraba
en la feria los
y poder a su vez, cosas
el

18
 CUt NTOS T RANSVERSALES

Es que haba un problema: Y grave!

Lo que suceda era que nunca lograba obtener
cosechas tan buenas como las de sus vecinos.
Lo peor -le deca a quien quisiera escuchar
lo- es que s que se debe a la gran cantidad de
basura que esos monos sinvergenzas tiran en
mi huerto y que, por supuesto, impide que mis
plantas se desarrollen bien. Sin embargo, lo que
no s -confesaba- es cmo impedirlo.
Unos monos?, se preguntarn ustedes .
As era: Unos monos! Porque resulta que con
tiguo a su huerto haba un bosque en el que viva
una bandada de monos muy simpticos, que se
dedicaban todo el da a buscar hojas y frutos que
luego coman balancendose en las ramas.
Hasta ah todo habra estado muy bien, pero
el asunto era que los monos, despus de comer
arrojaban hojas, ramas, cuescos, cscaras, en fin,
todo lo que les sobraba, y era bastante, al huerto
de Rudolfindo.
Slo al huerto de Rudolfindo, a ningn otro.
l haba utilizado todo tipo de artimaas para
espantarlos pero ... nada!
Los amenaz .. .
Sin embargo los monos, en vez de asustarse, lo

19

remedaron dando en las ramas. lanz

pero ellos lo imitaron arrojndole frutas.
Con una larga vara los
monos, imitndolo, cortaron ramas y se dedicaron
a el
eseSpe'faClO Rudolfindo decidi
de los huertos vecinos.
este organiz una al
ya que en su casa no caban todos los invitados.
ofreci una gallina
por su mujer, y frutas postre.
con apetito y
a arrojar, como costumbre, los huesitos
los carozos por las cscaras por y
los restos por all, es decir,
obstante, algo llam su atencin: Ninguno
de sus lo
pesar de que uno ellos tena un solo
de todos hicieron unos monton
citos con sus y, despus
comido, los en los platos.
raro! -le dijo
sentado junto a Por qu dejas eso en el plato
en vez al suelo que abono
a las plan tas?

20

 Si se juntan dema
no son
a perder la
ese momento mir hacia el bosque
preocupado los monos no
cosas sobre sus
esta vez los
arrapro n huerto.
dijo entonces Rudolfindo a sus
nos-o Quizs ustedes no se dado pero
me han enseado qu hacer con estos monos a
,.u'-u~'"' les encanta al 'manito mayor',
no vuelvan a ensuciar mi huerto.
Y, feliz, cuando termin de comer, junt todas

...10

21
 El alicanto

una vez un p
ubicado junto al Valle la Luna.
una serena a
aldeas del altiplano: sus casas eran sus
empedradas, con y algarrobos
centenarios en sus orillas.
En este pueblito vivan tres Clara,
Mara y Julia.
eran muy pobres, un da la mayor, Clara,
le dijo a sus
-Papatos, a todo que
no nos alcanza SIqUiera para comer.
Saldr a buscar fortuna.
Y, dicho y hecho, junt unas pocas cosas y parti.
Viaj durante todo un a del
 S,\lJL seI IKOLNIK

de la Luna cruzando aquellos extraos lugares,

nicos en todo el mundo, hasta llegar a los pies
de un cerro. All se recost para dormir, pero ni
bien cerr los ojos, sinti que una luz muy intensa
la iluminaba.
Al mirar, vio el ave ms hermosa que jams
pudiera haber imaginado. Sus ojos lanzaban un
extrao resplandor y desde sus alas surga una luz
que la haca parecer un fantasma resplandeciente
saltando por entre las rocas.
(Djame decirte que era un Alicanto. Pregun-
taras: que es eso.?
I I

Has de saber que el Alicanto es un pjaro muy

bello. Se alimenta de oro y plata, por eso de
sus alas y de sus ojos surgen destellos dorados o
plateados.
Habita en pequeas hendiduras en la montaa
y pone un huevo de plata o de oro.)
y el que la muchacha estaba viendo acababa
de comer oro, pues sus ojos y sus alas irradiaban
una luz amarilla.
Clara haba odo leyendas acerca del Alicanto.
Haba escuchado decir que si se lo segua sin que
ste se diera cuenta, lo guiara hasta una veta de
oro o de plata.

24
 CU ENTOS TRi\NSVERSALES

Por ello, cuando lo vio, de inmediato pens en

hacerse rica sin necesidad de trabajar.
-Slo debo seguirlo y descubrir una mina -se
dijo-o Y tal parece que este pjaro no puede volar
pues seguramente acaba de comer. Lo seguir
fcilmente.
Como era muy ambiciosa, no tom ninguna
precaucin y persigui al ave durante un largo
rato trepando por la escarpada cuesta. Pero, de
pronto.. .
Oh! Ya no estabal Qu habra pasado?
Lo que sucedi fue que el Alicanto advirti
que lo seguan y no queriendo ser atrapado por
esa nia tan codiciosa, pleg sus alas y cerr los
ojos quedando sombro como la noche.
Clara qued a oscuras. Slo al otro da la
muchacha comprendi que estaba perdida en la
montaa.

Pas el tiempo y como Clara no volva, Mara,

la segunda, decidi partir tambin en busca de
fortuna.
March durante todo un da. Al oscurecer se
detuvo para reposar, pero ni bien cerr los ojos
sinti que una luz muy intensa la alumbraba.

25
 mirar vio el pjaro
pudiera haber imaginado.
(Ni que se del Alic.anto.)
Mara tambin haba odo hablar
podra
con y descubrir
as oro ...
vez la ambicin
Mara corri tras el ave imentando
de pronto...
Oh! no habra
ave se haba ocultado en una
Sin menor rastro. La nia pennanec
que ese momento
la menor idea de dnde
se
Despus un tiempo Julia, ver
no volva ninguna sus hermanas, se
y les dijo:
es cada pear.
a
Como era decidida, tom unas cosas co
mer, un cmaro con cristalina para beber,
y se en el Valle la
Camin todo un da hasta llegar a los

26
 n lENTOS TRi\NSVElZS.'\ LES

una montaa. Como era de noche se dej caer

para dormir, pero no haba hecho ms que cerrar
los ojos, cuando de prontO ... una potente luz la
despert.
Al mirar para ver de qu se trataba vio el pjaro
ms hermoso que jams pudiera haber imaginado.
Por supuesto que Julia tambin saba de aquel
pjaro.
As es que, cuando vio el ave, supo que era un
Ali ca..!1 to.
- 'Pobrecito! -se dij o-, no puede volar. Lo
ayudar.
y acercndose al ave, la acarici, puso junto
a su pico el cntaro de agua pura y la observ
mientras saciaba su sed. Luego coloc en el suelo
las pocas provisiones que haba trado y dej que
el ave se las comiera.
Pero justo cuando termin de hacerlo ... jPl08 ...
el pjaro desapareci y Julia se encontr sentada
sobre un enorme filn de oro. .
Corri feliz de vuelta a su casa y con la ayuda
de sus padres extrajeron una enorme cantidad
de oro.
Luego encontraron a las hermanas perdidas y
todos fueron muy felices.

. 27
 El chanchito de greda
. .. .. ... .. .

H aba una vez un chanchito de greda negro,

de esos que fabrican las loceras de Quinchamal.
Tena la cola enroscada, el hociquito claro, una
. gran barriga y una ranura sobre el lomo, por la
cual su dueo, Diego, a veces dejaba caer algunas
monedas.
Porque han de saber ustedes que nuestro
chanchito era una alcanca y que se senta muy
orgulloso por eso.
Viva este seor Chanchito repleto de monedas,
sobre una repisa, en la que tambin haba un
pequeo macetero que alguna vez compr Die
go para tener una planta, pero que luego haba
quedado completamente olvidado.

29

 El macetero no estaba repleto monedas. Slo

en su interior, yel Chanchito
muy en menos, por esa al pobre
macetero, a pesar de que ambos estaban hechos
de la misma
Junto a ellos la seora
Espejo de Marco Dorado, siempre
diciendo cosas desagradables de los ..... ~ . .u~v
importante Perfume Importado,
de yel muy
doctor Reloj de Plata.
eran muy corteses. saludaban las
y luego, durante el
cambiando impresiones:
-Han visto qu desordenada amaneci la
la

delicioso aroma -deca impor

de Importado~; es
cosas
que

el

30

[~ J 14 ~

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 S\L

que no menos importante sus

pobre seor Macetero callaba:

no era conversador,
no era
ni sIquIera monedas en su interior,
slo un poco tierra ...
Nadie deca nada, y l nada
Por maanas, antes de trabajo, Die
lavaba el con un pao mojado, daba
al reloj, colocaba a veces
en la alcanca y el frasco
lo

res y
convencidos de importante
obligacin era cuidarlos, yeso, se
como natural.
que Diego tuvo salir
a ciudad.
a ausentarse de meses,
aquella maana madrug ms de costumbre,
se levant ms apurado,
todo
 CUENTOS T RANSVE RSALES

para lavar el espejo, tropez, derramando parte

de sta en el macetero.
La tierra se empap y se humedecieron, as,
algunas semillas de Suspiros que alguna vez, sin
que nadie lo supiera, haban cado dentro. En
tonces las semillas ... pero no nos adelantemos,
volvamos a nuestra historia.
Diego sec la repisa, termin de lavar el espejo,
arregl el frasco, le dio cuerda al reloj y, tomando
el chanchito de greda ... PUM !!! .. .le dio un
golpe contra la repisa y le abri un hoyo en la
barriga. Entonces, sacudindolo, vaci todas las
monedas y se las guard en el bolsillo, dejando
al chanchito roto nuevamente sobre el estante.
Qu bueno que ahorr este dinero!, se alegr,
ahora me vendr muy bien!
El seor Chanchito de Quinchamal, muy
desconcertado, sin comprender lo que le haba
sucedido, qued roto y vaco.
Ese da, durante la conversacin, la chismosa
seora Espejo de Marco Dorado critic al seor
Mantel por estar muy arrugado y lleno de migas
de pan; el importante seor Frasco de Perfume
Importado hizo notar que su etiqueta azul deca
que l era muy fino; el preciso doctor Reloj de

33

 S.\l;L

Plata les record que l siempre daba las siete

antes de dar las ocho y despus de dar las seis.
Pero el seor Chanchito roto no dijo nada.
Qu poda decir despus de la tragedia ocurrida?
Al siguiente da, el reloj se detuvo. Nadie le dio
cuerda, y algo en su interior dej por lo tanto de
funcionar, hizo 'dic' y se detuvo.
Durante la conversacin diaria, no slo el se
or Chanchito roto estuvo callado, tampoco el
doctor Reloj de Plata sin cuerda abri la boca.
Qu poda decir, si ya no daba ni la hora?
Pas una semana y el polvo fue cubriendo el
espejo. Entonces tambin la chismosa seora
Espejo opaco dej de hacer comentarios. Qu
poda decir, si casi no poda reflejar nada con
todo el polvo acumulado?
y al transcurrir un mes, el poco perfume que
le quedaba al seor Frasco de Perfume Importa
do, se evapor. Y el seor Frasco vaco tambin
guard silencio.

Pero, qu haba pasado mientras tanto con el

pobre seor Macetero, lleno de tierra mojada?
Lo que haba pasado, era que las semillas de
Suspiro haban germinado y haban nacido tres

34
.obustas matitas de Suspiro llenas de hojas como
orazones y de unos enormes capullos, que luego
resultaron ser hermosas flores blancas, celestes y
azules.
El seor Macetero se senta feliz.
Pero el seor Chanchito roto, la seora Espejo
opaco, el doctor Reloj sin cuerda y el seor Frasco
vaco miraban los hermosos Suspiros y se daban
cuenta de lo crueles y descorteses que haban sido
con el seor Macetero.
Sobre todo, teniendo en cuenta que sin guar
darles ningn rencor, sino por el contrario, siendo
muy carioso con ellos, el seor Macetero rode
a la seora Espejo con Suspiros azules; coloc un
Suspiro blanco en el seor Frasco y otro junto al
doctor Reloj; y al seor Chanchito de Quincha
mal lo adorn con flores de todos los colores.
 Mancha

Una tarde, un pincel traz una mancha sobre

un pedazo de papel.
Era una mancha muy bonita, sus formas eran
suaves como sonrisas y su color brillante como
una carcaj ada.
La mancha, que se llamaba Mancha, se qued
a vivir en el papel.
Se senta muy cmoda en su casa.
Hasta que un da se aburri de ser siempre igual
y pens que haba muchas cosas que le gustara ser.
-Oye pincel -le dijo-o Por qu no me haces
como la hoja de un rbol?
y en el papel, el pincel transform a Mancha
en una hoja de rbol.

37
 S\(Il. SCHKOLN IK

Claro que las otras hojas lucan colores diferentes

al suyo, pero eso, qu importaba?
Claro que las otras hojas estaban agrupadas
y se mecan en las ramas con la brisa, mientras
que Mancha se hallaba sola y no poda mecerse
porque estaba pegada al papel, pero eso, qu
importaba?
Claro que las otras hojas se soltaban , caan al
suelo y se iban secando hasta quedar tan arrugadas
como una arruga ... Y eso, s le importaba a Man
cha!, pues no quera ser una arruga de color. As
es que prefiri no ser como la hoja de un rbol.

Mancha se puso a pensar: a ver, qu deseara

llegar a ser?
Eso es! Se le ocurri que quera ser como una...
y le pidi al pincel:
-Por qu no me haces como una mariposa?

Claro que las mariposas tienen muchos colores y

Mancha tena slo uno, pero eso, qu importaba?
Claro que las mariposas se lo pasan volando y
Mancha no poda despegarse del papel, pero eso,
qu importaba?
Claro que la vida de las mariposas es muy corta.

38
 CUl: 'lOS TRA ~SV E:RS;\ U::S

Yeso, s le importaba, porque Mancha tena

ganas de vivir durante mucho tiempo.
Entonces le pregunt al pincel:
-Oye, amigo, qu puedo ser?
El pincel dio algunas pinceladas sobre el papel
y Mancha apareci como si fuera una torcaza.
Las torcazas son grises y Mancha era de color.
Las torcazas caminan por el pasto y Mancha
no caminaba por el papel.
Las torcazas estn hechas de carne y hueso ... y
plumas, mientras que Mancha slo era un poquito
de pintura, pero todo aquello ... qu importaba?
A los cazadores les encanta comer torcazas,
por eso las persiguen y les disparan y las torcazas
tienen que esconderse en los rboles.
Ya Mancha eso s que le importaba, porque no
tena ganas de salir arrancando ni de esconderse
en parte alguna.
Entonces se dio cuenta de lo que queda real
mente:
Queda quedarse en su casa, que era el papel,
porque all se senta muy cmoda, pero, sobre
todo, porque con su imaginacin poda jugar a
ser cualquier cosa!

39

 Las nias azules

-CUIDADO!
-AGRRENSE FIRMES!
-Mira dnde fuiste a bajar!
La pequea nave espacial, posada ... o mejor rucho,
mal posada al borde de un precipicio, comenz
a caer sin que sus tripulantes pudieran evitarlo.
Rod y rod por la montaa hacia ... hacia
dnde? .. ninguno de los cinco poda decirlo ...
hacia un destino desconocido.
-Tratemos de controlar esta mquina -dijo
Tito, sin perder la calma.
Los cinco amigos se miraron. Asustados? No.
Preocupados quiz. Pero no era la primera vez que
paseaban por el sistema solar. .. ni sera la ltima!
Cmo haba comenzado la aventura?
.41
 Tito haba nacido en Titn, del pla
que era el nico
atmsfera tena
Adems terrestres en otros
planeta con anillos.
acostumbrados a volar
entre un y otro, en todo tipo de naves
espaciales. La que tripulaban se la haban
regalado a Tito para su cumpleaos. l se haba
ido en ella a las vacaciones, junto a sus
!J<'>'"",,-,<v a en el
satlite ms grande Jpiter. haban
llegado juntos hasta la playa,
en uno de los
a
fueron a ya Martita,
del planeta
A los das los
- Vamos a conocer la zona de los
-Ya!
Todos aceptaron felices,
miso a sus padres y como se
corto dentro del sistema solar, no tuvieron
ningn en conseguirlo.
Pero este <t\.-L<lU\.

42
 S\(L SCHKO LNI K

Claro que no era muy grave!

La pequea nave espacial para nios estaba
diseada casi para evitar cualquier tropiezo.
Yen este momento las computadoras de la
nave tenan uno!

-CLANG! -son la nave, chocando contra

algo duro.
Mortunadamente el ltimo tumbo de la cada
dej a la nave posada sobre sus cuatro ruedas. O
fue la computadora quien lo consigui?
-Menos mal! -exclam Martita-. No me gusta
salir de una nave caminando de cabeza.
Todos rieron.
-Me asomar -dijo Gano, que era el mayor,
y comenz a ponerse su grueso abrigo de piel.
-Oye! -se burl Vania-, si aqu no estamos
en Ganmedes.
- T crees que no hace tanto fro? -pregunt
Gano, recordando los hielos eternos de su satlite.
-Claro que no! -contest Tito.
7"""Bueno -acept Gano-, no me lo pondr para
el fro, sino porque me de la gana -y termin de
ponerse el chaquetn.
Tito se acerc a la computadora y le pregunt:
-Se puede bajar en este asteroide?
44

 CUENTOS TRANSVERSALES

-Se pue-de ba-jar -respondi la computa

dora, hablando como computadora-, pre-sin,
tem-pe-ra-tu-ra y at-ms-fe-ra per-mi-ten vi-da
hu-ma-na.
-Qu esperamos? -se apur Gano, y abriendo
la compuerta se larg afuera.
Uno tras otros, todos lo siguieron.
-Oh! Esto parece un pueblo!
-Qu casas tan bonitas! -admir Vania.
-Pero todas las ventanas son negras! -se ex
tra Juan.
-Y tienen grandes antenas ... parecen de tele
visin! -descubri Tito.
-Qu raro! Nadie se ha asomado a pesar del
choque! -indic Gano.
-Habrn muerto todos los habitantes? Esta
remos solos? -se pregunt Martita.
-SOLOS? -gritaron asustados-o Enton ...
-CLLENSERIDCULOS!-oyeronquealguien
les gritaba desde el interior de una de las casas.
-Parece que no estamos solos -se alegr Vania.
-Pero qu extraos seres vivirn aqu? -volvi
a preguntar Martita, a quien le encantaban los
cuentos de misterio.
-Entremos a verlos -propuso Gano, el ms
arriesgado.

45
 S.\ L SC I-IK OLN rK

-No me atrevo, podran atacarnos -dijo Tito.

-QUIEREN CALLARSE DE UNA VEZ?

-oyeron nuevamente.

-No seas tonto, vamos -insisti Gano en voz

muy baja.
-Bueno, si quieres toco el timbre -acept Tito,
hablando tambin muy bajito.
Se aproximaron a la puerta y, en el momento
en que Tito iba a tocar el timbre ...
-Jjjjjnnnnnkkkkk -cruji la puerta, abrindose
sola.
Los cinco amigos dieron un paso atrs.
A qu nuevo misterio se enfrentaban?
Entonces, desde adentro, les hablaron:
-jCHITAS QUE MOLESTAN!-protest
alguien.
-ENTREN LUEGO, QUE ME CANS DE
TIRAR EL CORDELITO -dijo otra voz.
-PASEN, PERO NO METAN BULLA-habl
una tercera.
-SINTENSE A MIRAR -invit una cuarta voz.
-SI EST MU... U ... Y ENTRETEN... I...DO!
-repitieron todas las voces con una voz muy aburrida.
Gano, Vania,Tito, Martita y Juan penetraron
en la casa. Estaban en penumbras. La puerta se
cerr tras ellos, dejando todo an ms oscuro.
 CUI:NTOS TR;\ NSV ERSI\LES

). Al frente pudieron ver la parte posterior de

una mquina: era como una pantalla, y estaba
encendida; se vea el resplandor de su luz.
l Delante de ella haba 'algo' como cinco peque
as nias.
-Yo las veo azules -susurr Tito al odo de Juan.
-Yo tambin - le confirm ste.
-Y tan flaquitas.
-Parecen tallarines.
-Estarn enfermas?
-Puede ser, vamos hacia all -respondi Juan.
Todos se dirigieron hacia las nias azules.
-Estn viendo tele! -exclam Vania en voz alta.
-CHIST! -la hicieron callar.
-Aqu tienen galletas -convid una de las nias
azules -; miren y qudense callados.
Cada cual tom una galleta y se sentaron a
mirar televisin.
Finalmente la pelcula termin, y una de las nias
azules, estirando la mano, encendi una luz muy
tenue.
Sin embargo, eso fue suficiente para que nues
tros amigos pudieran verlas mejor.
-Hola! -responpondi una de ellas.
-Cmo se llaman ustedes? -pregunt Juan.
-Yo me llamo TE -respondi una.
47
 SAL SC HKOLN IK

-y yo LE -dijo la segunda.

-Yo VI -dijo la tercera.

-Yo me llamo SI -dijo la cuarta.

-y yo TAS -exclam la ltima.

- y ustedes, cmo se llaman?

Los nios dieron sus nombres.

-AH! -dijeron todos, ahora que se conocan.

-Bueno, nos vamos -dijo Gano, por decir algo.

-Oh, no se vayan, ya va a empezar la otra peli

cula! -afirm SI.
-Pero, no se aburren de ver televisin? -pre
gunt Vania.
-Yo me aburr de tanto estar sentada -afirm
Martita.
Las cinco nias azules la miraron extraadas.
- y qu otra cosa se puede hacer? -inquirieron.
-No van a la escuela? -pregunt a su vez Gano.
-No -respondi TE - , nosotras estudiamos
por televisin.
- y no tienen biblioteca en el asteroide? -pre
gunt Juan, a quien le encantaba leer.
-Para qu? Los libros los cuentan resumidos
-contest LE.
-No salen a jugar con otros nios?
-A jugar? Todos los otros nios tambin miran
televisin -dijo VI.

48
 r UENiOS TR ANSV ERSA LES

-Pero hacen deportes? -se interes Martita.

-Deportes, qu es eso? -se sorprendi SI.
-No te acuerdas? -le record Tas- esos progra
mas donde muestran lo que hacan los antiguos ...
-Ah? -se extraaron las nias azules-o y
ustedes hacen todas esas cosas?
-Eso y mucho ms -dijo Gano muy orgulloso-,
all en Ganmedes volamos de luna en luna por
todos lados ...
-Yen la tierra -explic Juan- nos baamos y
nadamos en el mar.
-En Marte -agreg Martita- las ciudades
estn debajo de grandes cpulas y nosotros
hacemos excursiones al campo, con cascos y
zapatos especiales.
-En Venus -cont Vania- nos gusta leer y dibujar
y tocar msica.
-Yen Titn -finaliz Tito- nos gusta asomarnos
por las noches a mirar el planeta Saturno, con sus
anillos, y las otras ocho lunas que hay en su cielo.
-Qu lindo! -se alegr TE-. Y cmo podra
mos hacer esas cosas nosotras?
-Vengan afuera y les mostraremos. y tambin
vern nuestra nave!
-Tenemos que levantarnos y caminar? -pre
gunt asustada TE.
 SAlJ L SnIKOLNIK

-y si nos caemos y nos hacemos una herida?

-consult atemorizada LE.
-Afuera? Nos podemos enfermar -asegur VI.
-Debe hacer un fro espantoso -dijo SI.
-Yo creo que hace mucho calor -la rebati TAS.
Los cinco amigos se echaron a rer y exclamaron: 1
-Que nas estas!
-No les va a pasar nada! Vengan afuera! -las
invit Juan; y se le ocurri una brillante idea-o
Jueguen a que son actrices de televisin.
Entonces las nias azules aceptaron y todos
salieron.
-Oy!, qu bonito! -Se asomaron un largo rato,
hasta que el sol comenz a ponerse.
-Maana voy a invitar a todos, a todos los n
nios a jugar afuera -dijo TE.
-y yo me voy a leer todos los libros que me s
dejaste -le asegur LE a Juan, quien le haba
prestado un montn de libros.
-Nos quedaremos a jugar afuera durante todo el
rato que no tengamos escuela -afirmaron VI y SI. ~
-y los vamos a echar mucho de menos! -se apen ';
TAS, despidindose cuando los nios partieron <l
de vuelta a esa playa del continente americano
en el Ocano Pacfico del planeta Tierra.

50
El da en ,que todo se detuvo

U na vez Cecilia encontr una isla.

As como lo oyes: encontr una isla y con una
montaa al medio!
O si lo prefieres, una montaa con una isla a
su alrededor.
Qu eso no les ocurre a las nias?
Pues a Cecilia s le ocurri.
Un da decidi salir a navegar en su pequeo
barco color de celofn, y como era muy resuelta
y algo impaciente, no se lav, no se pein ni se
arregl la ropa (quin pierde el tiempo haciendo
esas cosas?). Simplemente baj a la playa, carg
en su barco un paquete de galletas, un jarro de

51

 S.'\ L ScrIKOLl\'IK

jugo de manzanas y mucho, mucho jamn, subi

a bordo y se fue navegando por el mar.
Naveg y naveg durante bastante tiempo.
Conversaba con los peces, coma jamn con =(
galletas, jugaba con la corona de espumas de las - I~
olas y beba jugo de manzanas.
Sin saber cmo, apareci frente a ella una e
montaa en medio del mar: jera una isla! (
-Bah! -se sorprendi-o Y t, de dnde has X f
salido? Quieres un poco de jamn?
-jUjum! -respondi la montaa con voz pro- :od
funda-o Yo nac aqu, y no como jamn, gracias.
-Entonces me lo comer yo -dijo la nia y se llm
qued pensando-o Oye, si te he descubierto debo 1
ponerte un nombre ...
Al verla tan contenta, la montaa no quiso de- r
cirle que todas las islas y tambin los continentes, ms
y hasta los archipilagos ya tenan un nombre.
En vez de eso le dijo: (
-Y qu nombre me vas a poner? ver
-Te llamar Mun, y sers mi isla -le anunci 1
ella feliz. do
El pequeo barco color de celofn se haba ga'
acercado a tierra y Cecilia pudo ver la cumbre
de la montaa cubierta por nubes. los

52
 CUENTOS TRANSVERSA LES

-Mun -le dijo-, tienes una corona igual que

las olas.
-No es una corona -le explic la montaa-,
es que me da mucha pena ver lo que ocurre a
mis pies, as es que me cubro con nubes -y sin
poder evitarlo, comenz a llorar con lgrimas
de lluvia.
Cecilia, curiosa, mir a los pies de la montaa,
pero slo vio playas y prados con rboles y flores.
-No veo nada que pueda causarte tanta pena ...
todo me parece muy bonito.
-Desde lejos puede ser, pero si estuvieras ac,
lloveras igual que yo.
La nia se ri:
-Yo no lluevo, yo lloro -le explic.
Pero la montaa, sin dejar de llover despacito,
insisti:
-Es mejor que no te acerques ms.
Cecilia, sin embargo, no hizo caso de la ad
vertencia.
Una gaviota parada en un madero pas flotan
do a su lado; la nia la invit a su isla, pero la
gaviota se rehus.
Unos delfines nadaron junto al barco; Cecilia
los invit a su isla, pero ellos no quisieron ir.

53

 SA(iL SC:HKOLNIK

El pequeo barco color de celofn ya estaba

bastante cerca de la isla.
-Hey! -les grit a los rboles-o All voy. .. a
jugar con ustedes!
Pero los rboles la rechazaron: -ndate... n
date! -le gr.itaron.
Cecilia estaba asombradsima. Qu misterio
horrible encerraba aquella isla? Por qu nadie
quera estar en ella? Ni siquiera acercarse.
Decidi que tena que averiguarlo; adems el
jamn y el jugo de manzanas se haban termi :u
nado. Gui su barco color de celofn hasta la
playa y all desembarc; por supuesto no se lav,
no se pein ni se arregl la ropa (quin pierde
el tiempo haciendo esas cosas?). Simplemente
baj a tierra.
Ah, un solo vistazo le fue suficiente para
comprender. Era cierto que haba cosas bellas,
pero ...
-No puede ser! -exclam-o No puede ser!
tambin le dieron ganas de llorar.
Hasta donde poda ver, la isla se hallaba cu
bierta de basura, desechos y desperdicios. Las
playas, los prados, la ladera de la montaa,
todo ... todo ...

54
 CUI:: NTOS l RANS VI: I<S,\ LES

Hasta el agua estaba llena de basuras!

-Mun... Mun.. .! Cmo puedes estar tan sucia
y descuidada? -pregunt.
-Es la gente que vive aqu -se disculp la
montaa.
-La gente?
-No te lo dije antes porque te vi muy contenta,
pero hace tiempo que esta isla est habitada.
-Entonces tendr que hablar con ellos -dijo
Cecilia muy decidida y, sin lavarse, sin peinarse
ni arreglarse la ropa (quin pierde el tiempo
haciendo esas cosas?), simplemente as como
estaba, parti en busca de la gente.
A muy poco andar encontr a una seora que
vaciaba una bolsa con restos de comida.
-Seora! Qu hace usted? -le pregunt in
dignada-o No ve que est ensuciando la isla?
-Bah, no te preocupes!, la basura se pudrir y
ser un buen abono para las plantas -contest la
seora-o Por eso todas hacemos lo mismo -agre
g-. Por lo dems, mira quin habla de suciedad,
si no te has lavado nunca!
Cecilia no supo qu contestar.
Sigui caminando y se top con un nio que
arrojaba unas cscaras de pltano al suelo.

55
 S!\UL SCHKO LNrK

-Oye, nio, recoge esas cscaras. Estas afeand

la isla -le dijo.
-Las cscaras? Pero si los animales se las co
mern, por eso todos las tiramos al suelo -dijo
extraado y ech a correr gritando:
-Y qun habla ... chascona ... chascona!
Cecilia no supo qu responder. en
Sigui caminando y vio que un hombre deja
ba unos cajones con escombros y chatarra en la
arena, j un to al agua. qu
-Seor -le dijo-, mire la playa: ya est llena br
de cosas feas, y usted echa ms todava ... se ve tal
tan desaseada. pe
El hombre la contempl con enojo. yJ
-Toda la gente bota los desperdicios en la playa
porque sabe que el mar se los va a llevar -dijo, y au
pregunt burln: ab
-Pero a ti, quin te llevar? Andas diciendo lo y
que hay que hacer y mrate!
Cecilia no supo qu contestar.
Lentamente volvi a su barco.
-Has odo lo que dicen, Mun? No s qu
responderles ... ni
La montaa permaneci en silencio , pero el c(
mar le dijo:

56
 CUENT OS TRANSVERSAUS

o -Yo lo o y es cierto que antes me llevaba lo

que encontraba botado en las playas; pero eran
1-
pocas cosas; ahora hay tantos desperdicios que no
D alcanzo a recogerlos todos. Y ah se van acumu
lando. Y si no sucede algo pronto, comenzarn
a morirse todos los peces y las plantas que viven
en mIS aguas.
-Yo tambin los escuch -dijo entonces un
cangrejo bajando de una palmera-o Y es verdad
que antes nos comamos la totalidad de las so
bras que los hombres arrojaban; pero ahora son
tantas las que hay, que aunque quisiramos no
podramos comerlas todas ... y se echan a perder
y nos enfermamos.
-Nosotros tambin omos -seal un rbol- y
aunque la basura se descompone y nos sirve de
abono, ahora hay demasiada. Entonces se acumula
y nos hace ms mal que bien.
- Y qu podemos hacer? -pregunt Cecilia.
Pero ni la montaa, ni el mar, ni las plantas,
nadie, nadie supo qu responder. Todos se que
daron meditando en lo espantoso que sera si ya
no hubiera ni animales, ni plantas, ni un mar
con peces por donde navegar.
Entonces ... lleg el viento soplando con fuerza.

57
 S!\UL SCHKOLNIK

-Seor viento -le dijeron molestas las nubes-o

Deja de soplar, no podemos pensar tranquilas si
t nos ests empujando.
El viento dej de soplar y todo qued quieto.

ESE FU~ EL DA EN QUE TODO SE DE

TUVO.
.::
Se detuvo el viento. Y cuando el viento se
detiene, se detienen tambin las nubes y las olas
del mar y las hojas de los rboles.
Se detuvo el canto de los pjaros, porque los
rayos del sol no llegaron ms a la isla. Todo que
d quieto, silencioso y fro. Hasta los peces se
alejaron buscando aguas ms templadas!
Los habitantes de la isla creyeron que aquel era
otro de esos das nublados y no le dieron mucha
importancia. Pero el viento continu sin soplar al
da siguiente, y al otro da, y al otro, y a medida
que transcurra el tiempo, ms y ms personas
comenzaron a inquietarse.
Entretanto Cecilia, sentada en su pequeo barco
color de celofn, coma galletas, miraba el agua y
junto a sus amigos segua buscando una solucin
para el problema de Mun, su isla.

58
 sArA SCHKOLNIK

De pronto, mientras miraba distrada el agua,

VIO su lmagen.
"Oh!", pens, "parece que yo me veo igual
que Mun". Y decidi que aunque tuviera que
perder un poco de tiempo, quizs valiera la pena
lavarse un poco, peinarse un poco y arreglarse la ::'T
ropa un poco. Y as lo hizo; se lav, se pein y se
arregl la ropa.
-Mira t! Qu bien te ves! -le dijeron la
montaa, el mar y los rboles.
Antes de que pudiera agradecerles, observ
que un grupo de gente se acercaba a su barco. p
Entre ellos venan la seora, el nio y el hombre e
con quienes haba hablado. Todos parecan muy e
p reocu pados.
-Como sabemos que t estabas aqu -comenz e
a decir la seora, pero se detuvo, confundida-o
Oye, t no eres la misma nia con la que yo habl!
-S, es la misma. Es que se pein -seal el
nio-; por eso parece otra.
-y se lav la cara y se arregl la ropa -agreg
el hombre-o Sabes? Te ves bastante bien.
-Queramos preguntarte por qu toda la natu
raleza est como detenida en nuestra isla.
-Est pensando -afirm Cecilia.

60
 CUENTOS T/{.\l\SV ERS;\ US

-Pensando? -se extraaron los isleos-o En

qu?
-En qu hacer para que la isla vuelva a ser
limpia y linda.
-Cmo t? -dijo el nio y todos comprendie
ron lo que cada uno tena que hacer.

y limpiaron y barrieron y lavaron y arreglaron

y recogieron y cantaron y bailaron, porque ahora
la isla estaba limpia y hermosa.
Entonces sopl de nuevo el viento y las nubes
pasaron corriendo y las olas del mar llegaron
con los peces a la orilla y las hojas de los rboles
cantaron con los pjaros y Cecilia ...
Cecilia carg un paquete de galletas, un jarro
de jugo de manzanas, mucho jamn, ubi a
bordo y se alej navegando en el pequeo barco
de color de celofn.

61
 Una pequea discusin

Cuando en el pueblo se supo que un sobrino de

don Timoteo, muchacho que viva en una ciudad
al norte de frica, le haba enviado desde all un
camalen de regalo, comenzaron las discusiones
acerca del tema.
Lo primero que debo aclararles es que jams,
jams, en Putrenco haban visto un camalen, ni
siq uiera haban odo hablar de l.
Don Timoteo fue hasta el correo con paso
calmado, aunque arda de ganas de ver de qu
se trataba.
Se dirigi hasta la oficina postal para retirar el
paquete.

63
 S,\(JL SCHKOLNIK

Recibi la caja de manos de la seorita encargada

del correo y regres a su casa, ahora rodeado por !

todos los vecinos. I

Una vez all tom la caja en la cual vena el

regalo y la deposit suavemente -en la caja deca ~e
'FRGIL- en la mesa que estaba en el patio, T
bajo el parr~. se!
Mir la caja. Meda aproximadamente unos .:al
sesenta centmetros de largo, treinta de ancho y en
treinta de alto. l.
A una de sus nietas le llamaron la atencin unos en
pequeos hoyos circulares.
-Mira, abuelo, hay unos hoyitos en la parte de
adelante de la caja. av
Todos miraron los hoyos. oc
-y aqu -descubri otro nieto- dice que esta
parte va para arriba. la
-Bueno -se tranquiliz don Timoteo-, menos
mal que coloqu la caja con esa parte para arriba.
-De qu se trata? -pregunt un vecino que h~
acababa de llegar. lTI

-Es mi sobrino Tomasito, el que vive en el y

norte de frica, que me manda un camalen de ce
regalo.
-Un camalen? -pregunt uno de los nietos de la

64
 CU ENTOS TR--\NSVERSALES

don Timoteo-. Y qu es un camalen, abuelo?

A don Timoteo no le gustaba parecer ignoran te,
y menos a los ojos de sus nietos.
-Mira, Maxi -le respondi-, este camalen
viene del frica, as es que debe ser una cosa negra.
T sabes que all hay muchos negros ... Tiene que
ser algo que res'ista el calor -mir a su auditorio
cada vez mayor-o Ustedes saben que all hay un
enorme desierto, mi sobrino me ha contado de
l... Y, por supuesto -concluy- tiene que caber
en una caja como sta.
Call por unos momentos:
-Ya lo s! -exclam-. Es la caja negra de un
avin! Esa que se usa para averiguar por qu
ocurri un accidente.
Todos, alarmados, detuvieron su aliento. Fue
la seora Dominga la que pregunt:
-Su sobrino tuvo un accidente?
-No, no -la tranquiliz don Timoteo-. Se lo
habra contado en su ltima carta a sus padres. No,
insisti- debe ser una caja negra que l encontr
y me la manda porque sabe que me gustan las
cosas raras y l...
-Usted me va a perdonar, amigo -lo interrumpi
la enfermera del pueblo o, como ella se haca llamar,

65
 S,'IL SCHKOLNIK

la 'asistente mdica', ya que ttulo de enfermera no

tena-, pero pienso que est equivocado. ,
Todos la miraron, ahora, a ella. .:2.

A la asistente mdica, muy aficionada a los -<>r

crucigramas, le gustaba jugar con las palabras. (
-Camalen -murmur-, camalen. Sabe ,
don Timoteo? El camalen que viene en esta en
caja debe ser un tipo de cama plegable que tiene
forma de len ...
Pero entonces le entr la duda: pa J
-O ser un len plegado que tiene forma de SlS

cama?
Como en todo pueblo que se precie, en Putrenco m(
haba un pensador. Y como buen pensador, el se
or Filomeno deba, as es, 'deba' dar su opinin. m:
Acercndose a la caja, coloc una mano sobre ella: su
-Lo voy a pensar -dijo. ne
Cerr lo ojos, como acostumbraba hacerlo
cuando se enfrentaba a un problema difcil, estu
vo as unos momentos mientras todos esperaban
ansiosos su palabras, finalmente hizo un gesto
ambiguo con el brazo, como sealando algn ye
lugar desconocido, all arriba, desde el cual le la
llegaba la inspiracin, y comenz a hablar: p:
-El camalen es un arbusto de la familia de los ta

66
 CUENTOS TIZANSV I:J'$.'\LES

camaeleos, que se caracteriza por tener largas hojas

chatas de color morado, un tronco altibajo, flores
blancas verdeazuladas y races que no requieren
ser enterradas pues no existen.
Claro que nadie -yo creo que ni siquiera l
mismo- entendi, pero como era muy respetado
en el pueblo, todos exclamaron al unsono un ...
Ooohhh!... muy profundo.
-Es la caja negra de un avin! sa que se usa
para averiguar por qu ocurri un accidente -in
sisti, un tanto molesto, don Timoteo.
-Es una cama plegable -porfi la asistenta
mdica.
-Es un pequeo arbusto llamado 'arbustivo ca
maeleos' -insisti el pensador, complementando
su afirmacin anterior-o Una caja negra. Ca ja
ne gra -recalc.
Muy serio, el dueo de la panadera se adelant
hasta llegar junto a don Timoteo, y con voz que
mostraba su superioridad, puntualiz:
'
- Perdon... <:.ah;>.... perd' . '
on, pero permltanme que
yo les aclare algo que ustedes no parecen saber:
la palabra camalen, o chamalen, deriva de la
palabra 'chamal', que es un pao grande que usan
tanto los hombres como las mujeres mapuches

67
 sM Il. SCIIKOLN IK

para cubrirse, y de la palabra 'en', que significa

eterno. O sea, que el regalo que usted acaba de
recibir, don Timoteo, no es ms ni menos que un
chamal eterno.
No muchos, sin embargo, estuvieron de acuer
do con l.
Muy molesta, la asistenta, reiter:
-Una cama!
y los otros:
-Un arbusto! ...
-La caja de un avin!
-Un chamal! ...
De pronto, una vocecita de nio interrumpi
la pequea discusin. Se trataba de uno de los
nietos de don Timoteo.
-Abuelo! ... abuelo! ... r
Pero don Timoteo hizo un gesto con el brazo pIe
-ese que se hace para espantar una mosca-, como 1
diciendo "no moleste, niito, no ve que sta es en<
una cosa de hombres?" 1
-,Ab ue l'
o.... .la b ue l' . . . , e1muc h ac h'no,
o .... -lnSIStlo me
D ,. '
-, Ime., (que qUIeres. ' ;> qu
-Abuelo, para saber lo que es un camalen,
por qu no abres la caja? du
ca

68

 Alop, por qu llora la

princesita?

Todos se haban subido a la cama de Paula.

Por supuesto que pap tena un brazo y una
pierna colgando fuera.
Por supuesto que mam se haba tenido que
encoger entera para poder caber.
y por supuesto que Norala, jusro en ese mo
mento, cuando ya rodos estaban casi acomodados,
quiso ir al bao.
Trep por los barrotes de la cama, se balance
durante un rato sobre la baranda, sin saber si
caa o no fuera de la cama, y luego se precipit al

69
 SA(ll SCH KOLNIK

suelo. Todo esto mientras se bajaba los pantalones

de su pijama.
Paula y Mariana permanecieron sentadas, y
Alop, en un rincn, luca ese lindo color celeste
que usaba por las tardes. ~
No era la primera vez que la familia entera
se hallaba dentro de la cama de Paula. Muchas
veces lo haban hecho, pero ahora era diferente,
y cun diferente!
Esta vez Alop estaba con ellos.

-Que, quin es Alop? Me extraa que me

preguntes eso ... Alop es un oin, es decir, un

nio al revs, como cualquier otro nio al revs.
Ahora que ya sabes quin es Alop, seguir con
mi cuento ...
Norala volvi, finalmente, del bao.
-Ya hice pip -anunci-o Estoy lista para viajar.
Todos miraron a Alop. l era el capitn de la
camanave.
-Todos listos? -pregunt ste.
-Listos!
"Lo que ms me gusta de Alop, es que con
l se puede jugar de verdad," pens Mariana,
mientras la camanave daba un par de vueltas
por la pieza, y iRRUUUUMMMM!!! sala

70 .
 CUENTOS TRANSVERSALES

volando velozmente por la ventana, elevndose

ms all de las nubes, ms all del cielo, ms all
incluso, de ms all.
Mientras la nave volaba lejos, lejos, mam los
arrull y todos se durmieron.
Mariana fue la ltima en despertar.
Un arco iris ' de olores haba surgido frente a
la camanave y Alop maniobr de manera que
se metieran adentro. Pasaron por un montn
de olores y terminaron en el olor a manzanas
asadas.
Haban llegado!
Un cortesano que los estaba esperando impa
ciente, los llev hasta su casa.
-Y? -pregunt pap-o Cmo sigue la princesa?
-Sigue mal -respondi el cortesano-o Y ya se
cumpli un ao.
-Oh! -exclam pap.
-As es! -se lament el caballero, y todos que
daron muy tristes.
-Lo peor -agreg-, es que a pesar de sus l
grimas, nadie en este reino sabe qu hacer para
remediar su gran dolor.
-Pero, qu se ha hecho hasta ahora? -pregunt
Mariana.

71
 S"'l! L SCI-I KOLNI K

-Qu no se ha hecho! Se le ha cantado, se le El

ha explicado ... hasta se la ha retado!, pero como 2b
ahora tiene que subirse y bajarse sola ... sufre! - ro
-Busquen otra cama -propuso mam, que era U
(

muy prctica. - ,

-Otra cam:.?, pero si en el reino se han usado nue

las mismas camas con baranda que tiene la prin entl
cesa -explic el cortesano-o El rey Apap recorri, en 1
personalmente, todas las casas, yen todas sucede hen
lo mismo, los nios sufren. lug~
-Yo los entiendo -dijo Norala compadecin lo t

dose-. Yo sufro a veces cuando me subo o me

bajo de la cama de la Paula, que tambin tiene que
baranda ... -agreg. E
-Y el concurso? -pregunt Alop.
-Llegan justo a tiempo. Pero sabes que si fracasas, r
puB, te conviertes en "olor a leche ahumada" -lo car
previno el caballero. COI

No obstante, como Alop insistiera, todos fueron la 1

al palacio real. baj
]
All, el mismo cortesano los gui hasta el saln
de actos y les indic sus asientos. tre
Paula mir a su alrededor. All adelante estaba la 1
la familia real: el rey Apap, la reina Amam, las zaJ
princesas Anairam y Ailaron y la princesitaAluap. de

72
 CUENTOS TMNSVERS.\L ES

En el saln estaban los concursante... y cuntos

haba! Iba a ser muy difcil para Alop ganar esta
competencia.
Un gentilhombre anunci:
-Seores, ustedes saben lo mucho que sufre
nuestra amada princesita Aluap cuando tiene que
entrar o salir de su cama con barandas. Como
en nuestro reino todas las camas son iguales, los
hemos llamado a ustedes, que vienen de lejanos
lugares, para que nos muestren sus inventos, por
lo tanto ...
-Basta, basta! -se impacient el rey-o Lo que
queremos es evitar que Aluapita siga sufriendo.
Entonces el gentilhombre dijo:
-Que pase el primer inventor.
Pas primero un famoso mueblista. Traa una
cama bellamente tallada con dos toboganes: uno
corto para subir desde el interior de la cama hasta
la parte superior de la baranda, y otro largo, para
bajar desde la baranda hasta el suelo.
La reina coloc a Aluap en la cama y la princesa
trep fcilmente por el resbaln corto. Pas sobre
la baranda hasta el resbaln largo, y se dej desli
zar hasta el suelo. Como le gustara mucho, trat
de subir ahora desde el piso por el resbaln, pero

73
 S\OL SCI-lKOLNIK

no logr hacerlo; llegaba como hasta la mita

y... puuuffi, caa de nuevo al suelo. Despus
intentarlo un par de veces, se puso a llorar. Ec
tonces puf1, el mueblista se transform en "010:
a leche ahumada".
Luego lleg otro inventor. Traa una cama e
la que el colchn bajaba hasta el suelo para que
la princesa saliera gateando por debajo de las ba
randas. Pero cuando intent usar la cama, pum!,
rebot el colchn en el suelo y, pom pom!, rebot
la princesa. As es que iPuf1 hizo el inventor y
comenz a oler como leche ahumada. h
Un escritor se present con una cama que te [:

na hermosos cuentos dibujados en las barandas [

para que la princesa olvidara se sufrimiento, pues

mientras suba o bajaba por ellas, poda entrete
nerse leyndolos. Pero le explicaron que Aluap
slo tena un ao y que todava no saba leer.
Despus lleg el seor de la aspiradora. Expli
c que se colocaba la aspiradora sobre la cama,
aspiraba a la princesa, giraba y la depositaba en
el suelo sin ninguna dificultad. Y para volver al
interior de la cama? Aspiraba a la princesa desde
el suelo, giraba y la dejaba adentro de la cama.
Muy sencillo y muy eficiente.

74
 CUENTOS T R/\ NsvmSALES

La princesa se par junto a la cama. Colocaron

le sobre ella el tubo de la aspiradora, y... i JUIIIIP!
1 Aluap fue aspirada. La mquina gir quedando
lr sobre la cama y... y... iY no pas nada! La princesa
no apareca!
n Entonces se oy una voz que vena desde aden
e tro del tubo: '
-Socorro, socorro ... squenme de aqu!
I.,
(Era la princesa que, aunque slo tena un ao,
ya hablaba casi de todo.)
v La mquina fue desarmada, y Aluap sali. Se
haba quedado atascada porque se le ocurri
rascarse una rodilla. De todas formas, se neg
rotundamente a repetir la prueba.
Puf! hizo el inventor y... ya sabes lo que pas!
y le toc a Alop. Este se adelant haciendo una
reverencia ante el rey, pero como era ms chico que
el dedo pulgar y ms grande que un profesor que
yo conozco, rod hasta los pies del monarca. Se
levant, se arregl su traje de bombero, convid a
las princesas tres caramelos de poesa, de los mismos
que Paula, Norala y Mariana estaban comiendo,
y sac un rollo de papeles de su sombrero.
Todos se acercaron, rodendolo para ver qu
haba en ellos, pero por supuesto estaban en blanco.
 SMJL SCHKOL 'IK

Necesito un pintor -pidi Alop.

y lleg un pintor llamado por el rey Apap.
-Pinceles -pidi Alop.
y Ailaron le trajo pinceles.
-Pintura -pidi.
y Anairam le trajo pintura.
-Paleta - pidi.
y la reina Amam le trajo una bandeja de la
cocma..
-Ahora t tienes que dibujar as... y mum...
y chum ... y cataplum .. y pum, pum -le explic
Alop al pintor.
y ste dibuj para ac y para all y de nuevo
para ac y...
-Listo! -exclam feliz Alop.
La princesa Aluap se aproxim despacito ...
Todos contuvieron la respiracin ... aquello era
muy raro; como si le faltara algo ... entonces, de
un salto, la nia se subi al dibujo de la cama que
Alop haba inventado, y de otro salto se baj, y
se volvi a subir y se volvi a bajar.
-YUUUU JUUUU! -se puso a cantar la
princesa-o Subo y bajo y no me cuesta nada!
(Recuerda que la princesa, aunque slo tena un
ao, ya hablaba casi de todo.)

76

 Si\L SCI-1KOLNIK

-Viva! -grit el rey-o Extraordinario, fabul

fantstico ... una cama sin barandas!
Todos felicitaron calurosamente a Alop, q'-==
estaba muy orgulloso. Mientras Aluapita se sub.:.
y se bajaba de esa maravillosa cama sin barandas..
Paula tambin quiso probar aquella cama, .'
como le gust mucho, pap le prometi una igual.
-Ahora te dar tu premio -le dijo el rey Apap al
oin Alop-. Aqu tienes tu cuento -y le entreg
este cuento que yo estoy tratando de terminar
muy apurado... porque si no lo hago ... pufL.
casi, casi estoy oliendo a leche ahumada...
Menos mal que alcanc a terminarlo justo a
tiempo!
1
e
a
tl

78
 Haba una vez ...
Cuento para construir creativamente

Haba una vez una nia... O era un nio?

Tal vez fuera una cigea de patas cortas o un
elefantito con la trompa verde ... que tena muchas
ganas de... de qu tena ganas?
Bueno!, ganas de hacer algo.
Sus paps, por supuesto, no lo dejaban. O s
lo dejaban? Qu crees t?
La cosa es que un da decidi partir de su casa ...
o fue de su nido, o fue de una cueva, o de un rbol
o de una nube, o fue de un relmpago o de un
rayito de sol, o de qu se yo? Uf! Difcil saberlo.
Pero de alguna parte tuvo que irse.

79

 SAl) L SCH KOLNIK

Se ech a la espalda un saco. repleto co.n pane

cillo.s ... man?, pasto tierno.?, semillas de gira
so.l?, go.tas de lluvia?, ruido.s de selva? .. co.n lo.:
que se alimentara mientras caminaba - vo.laba.
nadaba, saltaba, giraba, se deslizaba, cabalgaba:
do.rma - (no., do.rma no., po.rque se puede caer
al despertar).
Despus de alguno.s das ... quizs fueron ho.ras
acaso. minutos, a lo. mejo.r no.ches, difcilmente
pudiera tratarse de ao.s, lleg a ... a alguna parte
tuvo. que llegar!, y se detuvo..
-Aho.ra s -se dijo.- po.dr hacer lo. que tantas
ganas y durante tanto. tiempo. he querido. hacer.
Dej su bo.lso. en el suelo.. O lo. habr dejado.
en el agua, o. en el aire, o. en la luna?, y mir a su
alrededo.r.
El lugar estaba lleno. de _ _ y tambin haba
mucho.s _ _ y muchas _ _ y algunas _ _ y
alguno.s _ _ y uno.s po.Co.S _ _ y unas po.cas

-En realidad -se dijo.-, ste lugar es el ideal

para hacer lo. que tengo. tantas ganas de hacer. al
Te acuerdas qu era lo. que tena tantas ganas
de hacer?
Pues, aunque t no. lo. creas.. . lo. hizo.!

80
 ( li ENTOS TR.A NSVERSA LES

Qu ser lo que habr hecho?

Entonces, agarr de nuevo su saco y se...

Me cans! Puedes terminar t esta historia?

Por favor!

HABA UNA VEZ ...

(Cuento para que t lo escribas siguiendo las
indicaciones como a ti se te ocurra)

;: Haba una vez

---------------------
____________ que tena ganas de _______

Sus paps, por supuesto, _ _ _ _ _ _ __

[)

La cosa es que un da decidi partir de su

En busca de ----------------------

Se ech a la espalda un saco repleto con

__________________ con los que se
alimentara mientras - - - - - - - - - - - -

Despus de algn _ _ __ _ _ _ _ lleg a

___ ____________ ____ y se detuvo.

81
 S.A.lJ L SCHKOLNfK

-Ahora s -se dijo- podr _ _ _ _ _ _ __

Dej su bolso en _____________

________ y mir a su alrededor.
Ellugarestaballenode _ _ _ _ _ _ _ __
y rambin haba muchos ____________
y muchas _________________ _
___ y algunas _____________
y algunos y
unospocos ___________________
y unas pocas _ _ ______________
-En realidad -se dijo-, ste lugar es el ideal .
para_____________ _ _ __ _ _
y aunque t no lo creas ... lo hizo!
Que,' que' h'iZO.:
t
Lo que hizo fue _ _ ___________

un
Entonces, agarr de nuevo su saco y se _ __ sen
un
1

(Nombre del autor) yo;

mz
Fin. tar

82
 La piedrecita manchada

N o lejos de aqu, caminando hacia la playa,

encontr una vez una piedrecita con manchas.
Me detuve y me puse a conversar con ella.
He aqu su historia:

-Hace mucho tiempo -me cont- yo viva en

un camino cercano a la montaa. Era un hermoso
sendero bordeado por altos lamosy junto a l corra
un arroyo.
Pasaban las carretas lentas, los autos, los campe
sinos con sus herramientas al hombro, y ah estaba
yo mirando y mirndolos pasar. Hasta que un da,
mi corazn de piedra se aburri de estar siempre
tan quieto y decid marcharme a conocer el mundo.

83
 S,\ UL SCHKOLN[':

Empec a rodar por el camino abajo. Vine a

dar, con el correr de los das, a un prado en dona
me encontr con otra piedra igual a m. Por lo
menos yo crea que era igual! Era tan ignorante
en ese tiempo!
Me acerqu. a ella y la salud:
-Hola, piedrecita! Cmo ests t?
Me mir sonriendo y, comprendiendo que yo era
muy ignorante, me explic con ese aire bonachn qu
de la gente de campo:
- T ests confundida. Yo no soy una piedrecita:
soy un poroto.
Qued muy asombrada por esta revelacin, pero (

despus me acord que no saba lo que era un poroto, plM

as es que se lo pregunt: 1.
- y qu es un poroto? .i

-Un poroto -me explic con mucha paciencia- estt

es un poroto de donde crece una planta tan alta ... esp
como esos rboles grandes de all.
qu;
-Ahora s que estaba exagerando -me dijo, inte )'u
rrumpiendo su relato,- pues la planta de porotos es
pequea, pero es que l se senta muy importante.
)' s.
Mi corazoncito de piedra dio un brinco. Pens hu
que me gustara ser un poroto y que, si me pareca cor
84

 CUENTOS TRANSV ERS..\ LES

:anto a l, bien podra llegar a ser tambin un rbol

como aqullos. As se lo dije.
-Qu hay que hacer para llegar a ser tan alto
como esos lamos?
-Hay que enterrarse -me contest- en un hoyo en
la tierra; y all esperar bien abrigado y con mucha
agua, para germinar.
Yo tampoco saba lo que era germinar, pero pens
que me gustara mucho hacerlo.
Quera ser algo ... pero no saba muy bien qu
poda ser ese algo. As es que la idea de germinar y
de ser rbol me pareca formidable.
Cuando elporoto se enterr para convertirse en una
planta, ansiosa, yo tambin me enterr junto a l.
Lentamente pasaron los das.
Afortunadamente el.fro no llegaba hasta donde
estbamos elporoto y yo, enterrados juntos, esperando,
esperando, hasta que una maana...
Una maana el poroto comenz a moverse in
quieto, y de pronto ech unos brotecitos hacia arriba
y unas races hacia abajo.
-Estoy germinando -me dijo.
y los brotes pronto alcanzaron a flor de tierra
y salieron a tomar el sol mientras las raicillas se
hundan ms y ms en el suelo. El poroto se haba
convertido en una planta.

85
 SAl)L SCHKOLNIK

Viendo lo que era capaz de hacer mi amigo, hice

fuerza, mucha fuerza para echar yo misma uno ;m J
brotes o unas races. Pero mis esfuerzosfueron intiles. -

Por ms que trat y trat, ni una sola cosa asom de p rin

m: ni para arriba, ni para abajo, ni siquiera para -i
los lados. No sali nada! galle
Entonces me aburr de hacer fuerzas y me aburr sos,
tambin de estar enterrada. Me desped de la plan Se
ta con un poco de pena y sal de nuevo al camino, que:
donde segu rodando y rodando ... llega
Lep;
Hizo un alto la piedra en su relato, rod un -

poquito para acomodarse, y luego continu: com

-}

As, bajando por el valle, fui a dar a un enorme para

gallinero, junto a una cosa blanca con manchas y Qz
un poco ms redonda que yo. me i,
-Hola, poroto! -le dije, orgullosa de saber dis emp
tinguir ahora un poroto. elhu
Se ri la cosa y me contest: a ver
- Yo no soy un poroto. Ni
-Hola, entonces, piedrecita! -insist, pensando despl
que si no era un poroto, entonces tendra que ser se m,
una piedra como yo. H
Sin embargo, la cosa se ri an ms de m y me dep,
dijo: purr

86
 CUENTOS TRANSVERSALES

- Tampoco soy una piedra. Has de saber que soy

un huevo.
-Un huevo? -pregunt extraada, pues era la
primera vez que vea uno-o Y qu es eso?
-Un huevo -me explic- es de donde nace un
gallo grande, con una gran cresta colorada, como
sos que se pasean all.
Se me encogi de emocin el corazn al pensar
que siendo tan parecidos, quiz yo tambin podra
llegar a ser un gallo grande con una cresta colorada.
Le pregunt:
-Yqu hay que hacer para llegar a ser tan grande
como esos gallos?
-Hay que ponerse debajo de mi mam gallina
para que ella me empolle -me contest.
Qued pensando, para mis adentros, que tambin
me iba a poner debajo de la gallina para que me
empollara. As es que cuando la gallina se ech sobre
el huevo, me acurruqu a su lado esperando ansiosa
a ver qu pasaba.
No tuve, esta vez, que esperar mucho, porque
despus de algunos das sent cmo mi amigo huevo
se mova.
Hasta que de pronto: ,pum! apareci una cabeza
de pollo. Y pum, pum! aparecieron dos a litas. Y
pum, pum! aparecieron dos patitas.

87

 S!\ UL SCH KOLNIK

Del huevo slo qued la cscara. En vez de l ha

ba un pollito. Yahora mi amigo mova la cabeza
y deca po-pa-po.
Entonces hice enormes esfuerzos para que me
salieran unas alas como las del pollito, o siquiera
unas patita,s... todo fue en vano!
Mi corazn casi revent con el intento pero, por
mucho que quise, ni siquiera fui capaz de hacer
que me apareciera un piquito. Decididamente eran
intiles mis esfuerzos. Yo no era como el huevo: era
solamente una piedra. Y me haba dado cuenta de
que de las piedras no nacen pollos diciendo po-po.
As, pues, me qued muy triste, acurrucada, mientras
mi amigo sala a conocer su gallinero. Slo deseaba
volver de nuevo a mi camino para seguir rodando
por el mundo. Y no tuve que esperar mucho, porque
la gallina me vio en su nido y me arroj fuera ...

Una lgrima de piedra, como un granito de

polvo, rod por la piedrecita.
Debo reconocer que yo haca esfuerzos porque
no se me salieran las lgrimas, as es que trat de
consolar a la piedrecita dicindole que era muy
bonita, y que sus manchas eran muy simpticas, y /

que se vea muy bien, as, redonda. Pero todo fue

intil, y ah no ms nos pusimos a llorar los dos.

88

 I
I

{
 S,\ L SCH KOLNfK

Estbamos en lo mejor de nuestro llanto, cuando

vimos que un seor se acercaba con su hijita de
la mano. Me desped presuroso de la piedrecita,
que qued en medio del camino, y me fui a parar
junto a un poste cercano esperando que pasaran.
Cul no sera mi asombro, primero, y mi susto,
despus, cuando vi que se detenan justo frente
a mi amiga y la contemplaban.
El caballero se agach y recogi la piedra. Po
nindola a la luz del sol se la mostr a la nia.
-Mira -le dijo-, mira que gata ms hermosa
hemos encontrado.
La piedrecita me dirigi entonces una mirada
interrogante.
y la nia pregunt:
-Qu es un gata, pap?
sac
-Un gata, mi amor, es una piedra como sta,
1
que se parece a todas las piedras, pero que al
ser pulida, al quitrsele la cscara, que es lo que
ser
vemos, queda un corazn de piedra puro, trans
lcido y muy hermoso. Te la colgars al cuello
con una cadena.
El corazn de la piedra dio un brinco de alegra.
tie.
Su deseo se cumplira y llegara a ser algo muy
1
hermoso: un gata.
Pie

90

 Mi planta de porotos?

Pedro lleg a su casa muy entusiasmado.

-Mam, mam! -grit-o Necesito una semilla.
Su madre lo mir como diciendo y de dnde
saco yo una semilla?
Pedro, para facilitar las cosas, explic:
-Me sirve un poroto porque tambin es una
semilla.
Pens un momento:
-Adems, necesito algo de tierra para plantarlo.
La mam busc en el patio un macetero con
tierra y se lo dio al nio.
Pedro hizo un hoyo con el dedo en la tierra.
Plant su semilla-poroto cubrindola con tierra.

91
 SACL SCHKO LNI K

La reg bien regada y dej el macetero en el patio... ecl

y hasta ah no ms lleg, porque se fue a jugar ha
a la pelota y... bueno, haba tantas cosas intere ffi (

santes que hacer que no le qued tiempo para

acordarse del poroto. do
No se ac<?rd ni ese da ni al siguiente ni al qu
siguiente ...
Pero, qu pas con la semilla-poroto durante
ese tiempo?
Quieres saberlo? rec
Te lo dir: la tierra recogi el roco de las noches
y con esa humedad hizo que la semilla-poroto se
abriera en dos, que un brote pequeito creciera plc
hacia arriba y que unas raicillas crecieran hacia
abajo. As

Como a los tres das lleg su amigo Antonio. 1m

Estuvieron jugando un rato, y cuando ya estaba
por irse, el nio vio el macetero y se dio cuenta COI

de que haba un tallo a punto de brotar.

-Qu hay aqu? -pregunt.
Pedro, entretenido con otra cosa, no respondi.
-Me lo puedo llevar? -volvi a inquirir.
y como Pedro tampoco respondiera, Antonio
tom el macetero y se lo llev a su casa. All, le

92
 CUENTOS TR\l'SVERS\U:S

ech agua y apret suavemente la tierra, como

hacindole cario , para que la plantita creciera
meJor.
Muy pronto el tallo sali de la tierra, le crecieron
dos hojitas, despus otras dos y dos ms, hasta
que hubo una linda planta de porotos.

Pasaron varios das ...

Entonces lleg Pedro, y viendo el macetero
record el poroto que haba plantado.
-Ah, es mi planta de porotos! -exclam.
-No, no -lo corrigi Antonio-, es 'mi'
planta.
-Pero yo la plant! -argument Pedro-o
As que es mi planta.
-Yo la regu y la cuid. Por eso es ma
insisti Antonio.
La pequea planta de porotos los mir
con ternura y les dijo:
-Por qu no me lo preguntan a m? ..

93
 La vela

Haba una vez una vela.

Estaba colocada en un candelabro muy viejo.

Junto a ella haba siempre una caja de fsforos.
La vela miraba la caja y pensaba: "Yo valgo
mucho ms que los fsforos".
Entonces les deca:
-.:Ustedes son flacuchentos y chicocos. Mrenme
a m: yo soy alta y maciza, como debe ser.

Los pobres fsforos se quedaban callados.

No saban qu contestar.

95

 SACi L SCHKOLNIK

La vela tambin se rea de la pequea llama

que daban los fsforos.
-Ja, ja, ja -se rea-o La llama de ustedes -les
recordaba- dura mucho menos que mi llama.

Los fsforos callaban. p;

No saban 'q u contestar. m

Una tarde, la vela les dijo a los fsforos: n<

-Ustedes son slo un pedazo de palo con la
cabeza pintada, pero yo soy suave y brillante. te
En aquella oportunidad un fsforo trat de
responderle:
m
-Es que nosotros ...
ce
Pero la vela no lo dej hablar.
-Nosotros, nosotros!- le remed, burlndose-o
Ustedes estn siempre amontonados adentro de
esa caja de cartn ... en cambio yo tengo un trono
para m solita.

Pero un da ...

La ventana qued un poco abierta.

-Fs fs fs fs! -el viento se col dentro de la
habitacin y ...

9G
 CU ENTOS TRANSVERS.-\LES

1 Y sabes lo que sucedi?:

El viento apag la vela!

s Eso pas.

Entonces, la nia que viva en esa casa con sus

padres, al ver lo que haba sucedido, llam a su
mam:
-Mamaaa, mamitaaaa ... !, se apag la vela y
no veo nada ... Sabes dnde estn los fsforos?
a -Estn a tu lado, junto al candelabro -le con
test su mam desde la otra pieza.
e
"U8", pens la niita. "Menos mal que a mi
mam se le ocurri dejar esta caja de fsforos
cerca!, no s qu haramos sin ellos".

e
o

97

 EI .prncipe flojo

Si ustedes no conocen la historia del principito

flojo, se las voy a contar:

En un reino vecino viva junto a sus hermanos,

los prncipes, ya sus padres, los reyes, un princi
pito llamado Juan.
Y Juan era el nio ms flojo que ustedes pue
dan imaginar!
Un da, mientras descansaba en el jardn, de
pronto:
CATAPLM!
apareci en su carroza de espuma el hada madrina
de Juan.

99
 S\(L SCl IKOL ' IK

-Juan, Juan! -le dijo-, qu podemos hacer

contigo para que no seas tan flojo?
-Pues, no lo s, hadita -respondi Juan, muy
fatigado-, me da flojera pensar qu podemos
hacer conmigo.
De todas maneras los dos se sentaron a pensar, y
pensaron y pensaron, pero no se les ocurri nada.
Entonces Juan se fij en un pollito que pico
teaba el prado, y decidi que le gustara ser igual
a ese pollito, pues lo nico que tendra que hacer
durante el da entero sera subir y bajar la cabeza,
nada ms.
El hada madrina, por supuesto, adivin lo que
Juan pensaba, y decidi darle una leccin:
-Sabes, Juanito? -le dijo-, sabes lo que hare
mos? Te conceder cinco deseos, un deseo cada
da, pero slo uno. Pinsalo bien y cuando ests
listo, me llamas y yo har que se cumpla lo que
has pedido.
Mucho se alegr el prncipe, y aquella noche
so con todas las cosas que le gustara pedir a
su madrina.

A la maana siguiente, Juan despert y comenz

lentamente a vestirse. Cuando lleg el momento

100
de ponerse los zapatos, ya estaba agotado; entonces P
s(
record al pollito que haba visto el da anterior y
pens que le gustara tener, tal como aquel pollito n
tena, unos zapatos que no tuviera que ponrselos
todas las maanas y sacrselos todas las noches.
Al instante a,pareci el hada y le pregunt: h
-Me has llamado, prncipe Juan? Qu deseas?
-Deseara tener -pidi Juan- unos zapatos
que no me dieran trabajo, que pudiera llevarlos
siempre puestos.
-No tienes ms que decir: Kikirik, kikirik y se
vers cumplidos tus deseos.
-Kikirik, kikirik! -grit muy contento el
principito flojo y:
CATAPLM! er
en lugar de sus zapatos, el prncipe vio que tena 19
los pies cubiertos de pequeas escamas, tal como
nt
si fueran patitas de pollo. Feliz, el principito corri
por el prado con sus zapatos nuevos.
Ya no se los tendra que sacar ni poner nunca
ms.
ac
Pas otro da y Juan se encontr con un nuevo
problema: por la maana comenz a vestirse ... s
pero tena mucha flojera, y... uf'!... tener que h;:

102
 CUENTOS TRANSVERSA LES

ponerse los pantalones ... y luego la camisa ... De

slo pensarlo se cansaba. Si tuviera un traje que
no le causara tantos problemas!
De inmediato apareci el hada y le pregunt:
-Me has llamado, prncipe Juan? Qu deseas
hoy?
-Pues, sabes lo que quiero? Quiero un traje que
no tenga que estarme poniendo y sacando cada da
-pidi el prncipe.
-Pronuncia las palabras que te ense y tu deseo
se ver cumplido -dijo el hada y se fue.
-Kikirik, kikirik! -grit el principito y:
CATAPLM!
desaparecieron el pantaln y la camisa, y Juanito se
encontr con todo el cuerpo cubierto de plumas,
igual que un pollito.
Qu contento se sinti el prncipe con su
nuevo traje!

As pas otro da y lleg otra maana.

Se levant Juan y al comenzar a peinarse, se
acord nuevamente de su hada madrina.
-Me has llamado, prncipe Juan? -pregunt
sta, apareciendo en su pompa de colores-o Ya
has pensado tu deseo de hoy?

103
 SAL SCHKQlNIK

-Oh s, hada madrina! -contest-o No po

dras hacer algo para que yo no deba peinarme ql
todos los das?
-Ya sabes lo que tienes que decir -le record
el hada, y sonriendo se fue.
-Kikirik, kikirik! -grit el prncipe y: d
. CATAPLM! Al
en vez de su pelo rizado y colorn apareci una Y
hermosa y roja cresta de pollo. pI
Muy contento, el principito se fue por el jardn
con su traje de plumas amarillas sus patitas de
pollo y su nueva cresta colorada. JUi
Y entonces pas otro da y... bueno! ... Juan ha
ya no tena que preocuparse por vestirse ni por se
pemarse.
Pero an haba que hacer tantas otras cosas ... !
-Me has llamado, prncipe Juan? -pregunt
el hada apareciendo, pues haba adivinado los m
pensamientos del principito. h2
-Sabes, hada madrina? -le dijo-o Hay algo p
que me molesta mucho: todos los das tengo que m
darle la mano a mucha gente y tambin tengo que so
escribir, tengo que sujetar el cuchillo yel tenedor
'No se,, SI. ,
y... se me cansan tanto 1as manos.... tu er
pudieras hacer algo ...

104
 CU[,NTOS

-Di LH"~;"L'-'<Lv y vers cumplido lo

que ........,,'.. . 0..:> -contest
kiki n'k'l
o. prncipe y:

las manos Juan se transformaron en un par

pequeas igual que alas un pollo.
Alete muy contento su
y corri con sus patitas de pollo luciendo sus
plumas amarillas.

Ese da se durmi muy temprano, y siguiente,

la en un nuevo
hasta que lleg la hora del almuerzo. Entonces
se del
como en das sta apareci.
has llamado, prncipe Juan?
-Oh, Sabes?, me canso
mucho saludar por y al tener
hablar y hablar entero. lo
todo es a hora de comer! No te puedes
lo

-Bueno, bueno -sonri el hada-, creo te

T decir.
-Klkiriki, kikirik! -grit Juan y:

105
 S!\ OL SCHKOLN1K

CATAPLM!
donde haba estado su boca, le apareci un largo
y duro piquito, como el pico de un pollo.
Ahora la felicidad de Juan era completa: ni si
quiera tendra que cansarse hablando o masticando.
Corri feliz. Aleteaba y gri taba "po, po, po."
r
Pero algo iba a interrumpir la alegra del pe
queo Juan.
J
En ese momento sala al patio la cocinera, yal
verlo corriendo, se le ocurri que podra preparar (

una rica cazuela de pollo. ,

Cmo pudo la cocinera creer que Juan era
un pollo?
Pues simplemente porque el prncipe Juan,
con sus patitas de pollo, sus plumas amarillas de
pollo , sus alas, su pi quito y su cresta de pollo,
pareca un pollo y no un prncipe.
Corra Juan, aleteando asustado, gritando
po-po, y detrs suyo, con un gran cuchillo, lo
persegua la cocinera.
Cmo corra el pobre Juan tratando de no
convertirse en cazuela, bastante arrepentido de su
flojera! Pero la cocinera era ms grande y corra
ms rpido ... y cuando ya lo iba a alcanzar...

106
 CU ENTOS TRANSVERSALES

CATAPLM!
apareci el hada madrina, y la detuvo.

Entonces se dirigi a Juan, que se haba sentado,

agotado por la carrera.
-Bueno, prncipe Juan -le dijo-o Tienes un
nuevo deseo?
-Po, po, po, po -fue todo lo que pudo decir
Juan.
Sin embargo, el hada entendi lo que el prncipe
quera pedir: estaba tratando de decir que quera
volver a ser de nuevo un nio y tener zapatos y
tener sus manos y sus pantalones y su pelo y su
boca.
-Kikirik, kikirik! -logr gritar Juan para
realizar su ltimo deseo y:
CATAPLM!
el prncipe Juan volvi a ser el prncipe Juan .

107
 PALABRAS FINALES

Para el profesor o profesora

Con los cuentos del presente libro el profesor o la pro
fesora podr trabajar -aparte de los conceptos literarios y
de recreacin- con actividades complementarias basadas
en los valores transversales que en ellos se destacan. La
presente obra pretende, por lo tanto, colaborar con los
objetivos fundamentales transversales de los nuevos planes
y programas del Ministerio de Educacin de Chile.

Objetivos fundamentales transversales. Desde

primer ciclo de enseanza bsica
En relacin a su forma tica:
Se pretende que los alumnos y alumnas desarrollen una
capacidad y voluntad para autorregular su conducta
en funcin de una conciencia ticamente formada y
llevarles as a:
1. Ejercer de modo responsable grados crecientes de
libertad dentro del marco del reconocimiento y res
peto por la justicia, la verdad, los derechos humanos
y el bien comn.
Cuento: Mara, la nia que volaba.
2 . Ejercer de modo responsable grados crecientes de
autonoma personal dentro del marco del reconoci
miento y respeto por la justicia, la verdad, los
derechos humanos y el bien comn.
Cuento: Jugando al monito mayor.

108

3. Realizar habitualmente actos de generosidad.

Cuento: El alicanto.
4. Reconocer, respetar y defe'lder la igualdad de dere
chos esenciales en todas las personas, Sin distincin
de sexo, edad , condicin fsica, etn ia, re ligin o
situacin econmica.
Cuento: El chanchito de greda.

En relacin con el crecimiento y la autoafirmacin

personal
Se pretende estimular rasgos y cualidades potenciales
de los estudiantes para conformar y afirmar su identidad
personal, favorecer su equilibrio emocional y estimular
su inters por la educacin permanente como modo
de vida. Se espera en los nios y nias de esta manera:
5. Afirmar su identidad personal.
Cuento: Mancha .
6. Promover y ejercitar el desarrollo fsico personal en
un contexto de respeto y valoracin por la vida y
el cuerpo humano.
Cuento: Las nias azules.
7. Promover la higiene personal en u n contexto de
respeto y valoracin por la vida y el cuerpo humano.
Cuento: El da en que todo se detuvo .
8. Promover el inters de conocer la realidad, uti
lizar el conocimiento y seleccionar informacin
relevante.
Cuento: Una pequea discusin.

109
 PALABRAS FINALES

9. Desarrollar la capacidad de resolver problemas.

Cuento: Alop, por qu /lora la princesita?
10. Desarrollar la creatividad.
Cuento: Haba una vez ...
11 . Promover una adecuada autoestima, la confianza
en s mismo y un sentido positivo ante la vida.
Cuento: La piedrecita manchada.

En relacin a la persona y su entorno

Se pretende favorecer una calidad de interaccin perso
nal, familiar y nacional; de esta manera se busca llevar
a los alumnos y alumnas a:
12 . Desarrollar la iniciativa personal valorando la impor
tancia del trabajo como forma de contribucin al
bien comn, al desarrollo social y al crecimiento
personal.
Cuento: Mi planta de porotos?
13. Desarrollar el trabajo en equipo, valorando la im
portancia del trabajo como forma de contribucin
al bien comn, al desarrollo social y al crecimiento
personal.
Cuento: La vela .
14. Desarrollar el espritu emprendedor, valorando la
importancia del trabajo como forma de contribucin
al bien comn, al desarrollo social y al crecimiento
personal.
Cuento: El prncipe flojo .

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