Los Aportes de La Escuela de Frankfurt

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 3

LOS APORTES DE LA ESCUELA DE FRANKFURT

10 de agosto de 2008
MARIEL ORTOLANO
http://cultura.wordpress.com/2008/08/10/los-aportes-de-la-escuela-de-frankfurt/

La Perspectiva crtica
Conformada entre los aos 1924 y 1932, esta escuela de pensamiento contina la lnea crtica
que se inicia en Europa con la Ilustracin y que caracteriza en definitiva al pensamiento
europeo: la fuente del filosofar es ms la incredulidad que el asombro. En el contexto del
surgimiento del nazismo, representan la defensa de la razn a ultranza frente al avance del
irracionalismo. Sus fuentes doctrinarias representadas por las teoras de Hegel, Marx y Freud
establecen una perspectiva pesimista en relacin con los fenmenos culturales que se
asociaban en la primera parte del siglo XX a la masificacin de las comunicaciones.
Desde la publicacin de La industria cultural (1947) el anlisis de los fenmenos ideolgicos en
relacin con la institucionalizacin econmica y cultural de los medios es su principal objeto de
estudio y, por consiguiente, los efectos de las industrias culturales sobre el pblico.
El concepto de industria cultural que introdujeron Adorno y Horkheimer por primera vez en La
dialctica de Iluminismo reemplaza el concepto de cultura de masas (la eleccin del trmino
tiene como finalidad evitar malentendidos en torno a su enfoque: su obra no implica una crtica
a la cultura de masas entendida como cultura popular, es decir, la cultura surgida de las
propias clases populares, sino para definir lo que hoy ms genricamente podemos denominar
cultura meditica: la cultura producida y difundida por los medios masivos de comunicacin).
La nocin de industria cultural da cuenta del proceso de transformacin cultural en su
contrario. La cultura concebida como mercanca (es decir, no se concibe y produce como un
bien en s mismo sino como valor de cambio) estandariza los gustos del pblico, les ofrece
estereotipos y baja calidad, determina el consumo y elimina riesgos: como consecuencia de
este dominio no declarado, el individuo es manipulado por los medios y termina por adherir de
manera acrtica a los valores impuestos por el sistema imperante.
Su anlisis parte de la comprobacin de la crisis de las instituciones que sostenan a la
sociedad en la etapa preindustrial y la religin como factor unificador de las conciencias. En el
siglo XX los medios masivos sustituyen como factor de uniformidad a los factores de poder que
Marx, por ejemplo, defina como instrumentos de narcotizacin de la conciencia poltica.
Siguiendo esta tesis, a la creciente sociedad de consumo le conviene ms la cultura meditica
que la religin, ya que el hedonismo que instaura es ms rentable que el ascetismo de los
sentidos propiciado por las religiones. Al retomar la tesis marxista sobre la estructura de la
historia, Adorno y Horkheimer ven en las industrias culturales un mecanismo simblico de
representacin: se sustituye el ms all por un ms ac, con mitos ms accesibles al
individuo comn. Los hroes que el comic y el naciente cine hollywoodense, Superman y el
pionero del western, son vistos como objetos de identificacin con el modelo cultural
imperante.
Incluso, el reemplazo del concepto de clase por el ms genrico masas implica la aparente
disolucin de la diferencias sociales y posibilita la creencia errnea en la posibilidad de acceso
de todos los sectores a la totalidad de los bienes de produccin industrial (tericamente las
industrias culturales difundidas por los medios masivos anularan las diferencias de status, rol,
edad, sexo, etc, pero esto ocultara una sociedad que sigue basndose en relaciones
asimtricas y desiguales, ya que en la prctica, el acceso a la cultura sigue estando en manos
de unos pocos).
El entretenimiento adquiere para los pensadores franfurteanos la dimensin etimolgica de
diversin, es decir, distraccin, pero en este caso, entendida peyorativamente como fuga de la
realidad, como huida del compromiso de entender la realidad para transformarla. Si bien la
sociedad capitalista incentiva el individualismo y la competitividad, en realidad, se tratara de
una psedoindividualidad, ya que la identidad del individuo se fusiona con la de la sociedad, se
homogeneiza: lograr la estandarizqacin es un factor central del control psicolgico
Los productos de la industria cultural con su formulacin seriada, con su estructura repetitiva
(pueden leer el anlisis que Adorno realiza de la cancin popular o del cine de accin) propician
la inercia, la credulidad y la mediocridad; aparentan ser frvolos e inocentes, pero son
peligrosos en tanto acostumbran al individuo a la simplificacin contraria a todo ejercicio
racional del pensamiento (que para la cultura de la Ilustracin implica esfuerzo) y crean la
mentalidad que han capitalizado a lo largo de la historia los regmenes totalitarios (Si bien
veremos a lo largo del curso perspectivas muy diferentes a la frankfurteana, incluida la visin
de Umberto Eco, les recomiendo leer sobre este tema un artculo que el mismo Eco public a
raz del Mundial 78 en la Argentina, en el que analiza cmo fue utilizado por la Junta Militar
para distraer la ciudadana de los ms cruentos actos de terrorismo de estado. El artculo se
llama El mundial y sus pompas, est incluido en el libro La estrategia de la ilusin. Les
recomiendo leerlo en relacin con La chchara deportiva, otro artculo incluido en el mismo
volumen en el que Eco analiza la pasin futbolstica en trmino parecidos a los que Adorno o
Marcuse hubieran aplicado, basndose en gran medida en los postulados de Freud en
Psicoanlisis de las masas y el anlisis del Yo).

Las industrias culturales configuran una pseudocultura


La partcula pseudo (parecido a) refiere a la apariencia que revisten algunos productos
culturales destinados a facilitar el acceso de la gente a la cultura. Esa facilitacin implica, en el
mejor de los casos, la subestimacin de la capacidad de la gente de comprender los textos
originales (ya sean obras de arte, textos literarios, teatro, danza) y, en el peor de los casos,
una mentira, ya que la gente en este caso creera estar accediendo al conocimiento cuando en
realidad se lo est alejando de l (pensemos en el best- seller, por ejemplo). Este argumento
tan discutido y discutible, se enraza sin embargo en un concepto muy freudiano del papel que
la cultura cumple en el desarrollo del ser humano. En definitiva, la raz etimolgica del
concepto de cultura remite a la idea de cultivo, de crecimiento y evolucin y se asocia a la
posibilidad de que la educacin refine los instintos bsicos del individuo y promueva actitudes
ticas, en contraste con la tendencia a la pura satisfaccin del deseo individual propias del
hombre primitivo y del nio.
La pseudocultura en cambio est destinada a exacerbar esas pulsiones primitivas,
principalmente aquellas ligadas al sexo y a la violencia, que impediran la evolucin de la
racionalidad y mantendran al individuo en un estadio infantil hacindolo ms manejable, a la
vez que lo hace propenso a actitudes antiticas (pensemos en la tesis de Peter Weir en The
Truman Show. Cul es la actitud del pblico ante la rebelin de Truman contra su padre-dios
Cristoff? Pensemos tambin en los fenmenos colectivos ligados a la creacin y destruccin de
ciertos dolos pertenecientes al mundo del espectculo o el deporte).
Segn Adorno, la cultura modifica y ayuda a crecer, la pseudocultura no slo no modela al
individuo civilizado sino que lo convierte en necio: la ignorancia puede ser curada; en cambio,
la necedad del que cree saber est garantizada por su propia soberbia (pensaba seguramente
en las muchas personas cultas que adhirieron al nazismo en su pas.)
La cultura sin el elemento dinamizador de la crtica lleva directamente a la constitucin de
ideologa, entendiendo ideologa como la distorsin del conocimiento en relacin con un inters
espreo.
La fragmentacin pseudocultural de contenidos, la redundancia de los mensajes contribuyen a
la uniformidad y al mantenimiento del orden imperante (la explicacin sera que la
fragmentacin impide la elaboracin racional del mensaje, ya que proviene de la
desarticulacin del discurso y tiende a anular los matices de la intelectualidad a fuerza de
repeticin (tengamos en cuenta esta postura para discutirla en relacin con la modalidad de
edicin que se convirti en una esttica instaurada y tambin en la convergencia meditica
actual; la confrontaremos con otras ideas a favor y en contra de esta tesis).
Por ltimo, sealemos la preocupacin frankfurteana en torno al tipo de valores que las
industrias culturales promueven. Valores que se ajustan a estereotipos y reproducen los
valores del sistema; el culto del hroe en las series, por ejemplo, tendi a la conformacin de
lderes neofascistas, a travs de la exaltacin de la fuerza irracional y del triunfo como un bien
en s mismo. La moral del xito se convirti para el cine de Hollywood en un pilar determinante
de conformacin de ideologa, segn analiza Herbert Marcuse en La personalidad autoritaria.
Segn su tesis, se tiende a compensar el anonimato en el que vive el hombre de la ciudad con
la promesa de que, de algn modo vicario, puede sobresalir respecto de los otros; las tramas
de accin promueven una competitividad que termina por aislarlo an ms (un extraordinario
ejemplo de esta trampa describi Martin Scorsese en Taxi Driver de 1976)
Los remito al Cap 1 del libro de Mauro Wolf, La investigacin de la comunicacin de masas,
para ampliar lo expuesto en este resumen personal. Tambin les recomiendo consultar en el
programa la bibliografa de ampliacin.
En contraposicin con las ideas de Adorno, Horheimer y Marcuse, nos referiremos la prxima
clase a la controversial obra de Marshall McLuhan.

También podría gustarte