Calamandrei (2017) - La Casación Civil
Calamandrei (2017) - La Casación Civil
Calamandrei (2017) - La Casación Civil
LA CASACIN CIVIL
2017
I N S T I T U T O P A C F I C O
PIERO CALAMANDREI
PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DE FLORENCIA
LA CASACIN CIVIL
Tomo I
HISTORIA Y LEGISLACIONES
Volumen 1
LA CASACIN CIVIL
INSTITUTO PACFICO 5
LA CASACIN CIVIL
NDICE GENERAL
LA CASACIN CIVIL
VOL. I
Prefacio ................................................................................................................................ 11
Advertencia Bibliografica................................................................................................................................ 15
CAPTULO XVI: Origen y desarrollo del derecho soberano de anular las sentencias de los parlamentos
contrarias a la voluntad del rey...................................................................................................................... 19
Capitulo XVII: El recurso de casacion, medio concedido a los particulares para provocar el ejercicio
del poder de anulacion correspondiente al soberano.................................................................................... 37
LA CASACIN CIVIL
VOL. II
CAPTULO XXI: El tribunal de casacin tal como fue en su forma originaria (rgano de control constitucional
sobre la actividad del poder judicial).............................................................................................................. 77
CAPTULO XXIV: El influjo de la casacin francesa sobre las legislaciones particulares de los estados
germanos .................................................................................................................................................. 121
INSTITUTO PACFICO 7
LA CASACIN CIVIL
A LA MEMORIA CARA
de
CARLOS LESSONA
profesor y abogado
en la enseanza y en el patrocinio
de probidad y de carcter
ciencia carece
de valor
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PIERO CALAMANDREI
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LA CASACIN CIVIL
PREFACIO
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lia ha alcanzado su plena madurez nacional, ser la solucin que se llegue a dar al
urgente ordenamiento de la Casacin civil.
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LA CASACIN CIVIL
sus armas y con su corazn, era tambin vencedora en la paz con la perfeccin de
sus ordenamientos civiles.
Esta voluntad y esta honestidad de reformas, que hasta ahora no se tuvo, ser
honor, todos estamos seguros de ello, de la nueva Italia, audaz y soadora a un
tiempo, que ha surgido de la guerra. Pero, a fin de que el futuro legislador pueda
obrar, es necesario que alguno prepare para l los materiales de estudio, analice
con objetiva imparcialidad los institutos vigentes, los esclarezca en su gnesis
histrica, los compare con cuanto de ms progresivo han sabido escoger las legis-
laciones extranjeras. As, tambin ante los estudiosos de derecho procesal, se abre,
hoy ms que en ningn otro perodo, un campo de actividad en el cual podrn
llegar a ser benemritos no slo de la ciencia sino tambin de la Patria; y yo que-
dara satisfecho si a esta obra, oscura, pero fecunda, de preparacin, pudiese este
trabajo mo llevar su contribucin, modesta, pero llena de fe.
P. C.
INSTITUTO PACFICO 13
LA CASACIN CIVIL
ADVERTENCIA BIBLIOGRAFICA
Se encontrar antepuesto a cada captulo del presente volumen una relacin alfa-
btica de obras atinentes al tema desarrollado en el texto ; pero se ha de tener pre-
sente que no se ha pretendido con esto ofrecer una completa resea bibliogrfica
de todos los trabajos que he debido consultar, aun incidentalmente, sino slo un
medio prctico y rpido para facilitar la inteligencia de las citas abreviadas, colo-
cadas a pie de pgina, de las obras de que con ms frecuencia me he valido para
mi trabajo. La bibliografa definitiva se dar al fin de la obra junto con el ndice
de las fuentes legislativas, que indicar tambin las ediciones y las colecciones de
acuerdo con las cuales se citan las mismas.
Qruchot B. Beitrge zur erluterung des deutschen Rechts, heraugs. von Grchot.
Grnhut Z. Zeitschrift fr deutsch, privat und ffentlich Recht der Gegenwart,
heraugs. von Grnhut.
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LA CASACIN CIVIL
J. W. Juristische Wochenschrift.
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LA CASACIN CIVIL
CAPTULO XVI
Origen y desarrollo del derecho soberano
de anular las sentencias de los parlamentos
contrarias a la voluntad del rey
SUMARIO108. Lucha entre monarqua y Parlamentos, originada por la autoridad casi le-
gislativa adquirida por stos: nexo directo entre tal lucha y el origen del recurso de
casacin. 109. a) La casacin tiene lugar originariamente por transgresin de los
Parlamentos a la orden soberana contenida en las lettres de justice. 110. b) Desa-
rrollo ulterior: casacin por violacin de normas procesales singulares. 111. c)
Desarrollo definitivo: casacin por violacin de cualquier ordenanza (Ord. de Blois,
art. 208). 112. La contravencin a las ordenanzas concebida fundamentalmente
como un error in procedendo. 113. Finalidad de la casacin bajo el ancien rgime: no
mantener la observancia del derecho objetivo, sino defender contra los Parlamentos
las prerrogativas subjetivas del soberano. 114. La anulacin de las sentencias de los
Parlamentos es una prerrogativa exclusiva del rey, y no tiene carcter jurisdiccional.
INSTITUTO PACFICO 19
PIERO CALAMANDREI
1 Seligman, Justice, pg. 36. Vase Holtzmann, Verfassungsgeschichte, pgs. 218 y sigs.
2 Ferrire, Dictionaire, I, 431, voz Cour souveraine.
3 Dict. cit., II, 526, voz Rglament; vase tambin, I, 125, voz, Arrest de rglement; Denisart, Decisions (ed. 1783), voz
Arrt, V, n. 1: arrts clbres, en matire dordre public, sont les arrets de Rgiment: non pas seulement rgiments
de plice, mais rgiments sur des points de droit qui toinet contests, et que le parlement a voulu fixer; Boncenne,
Thorie, I, pg. 125; Holtz-mann, pg. 219; Sirey, Sccueil, 1808, II, 38; id., 1824, II, 19. Vase Seliqman, Justice,
pg. 36, que habla de decisiones de Parlamentos qui rglementent le fonctionnement dun service public.
4 Ferrire, Dic., II, 325, voz Parlement; en el mismo, pg. 62, voz Interprtation de loix; y I, 431, voz Cour souveraine;
Diderot y DAlembert, Enciclopedie, vol. IX, voz Justice, pg. 53, col. 1..
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LA CASACIN CIVIL
5 Vase Maury, Ladministration franaise avant la Rvolution de 1189, en Revue des deux Mondes, vol. CVII (1873),
pg. 581.
6 Seligman, Justice, pgs. 66 y sigs.
7 Una sustanciosa exposicin de este conflicto secular se encuentra en Holtzmann, Franz. Verf. Gesch., III. Pero-
do, 3. kap., ns. 3 y 4, pgs. 346 y sigs.
8 Los procesalistas alemanes aprecian con mucha precisin este origen poltico de la casacin; vase Mittermaier,
Gem. Pr., III, pg. 135; Harra- sowsky, Berhtsmittel, pgs. 5 y sigs.; Engelmann, Rom. kan. Pr., pgs. 193-194;
Weismann, Einheitliches Recht und einheitliche Rechtsprechung, en Z., 1885, pg. 173.
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PIERO CALAMANDREI
109. El conflicto entre rey y Parlamentos, del que deba surgir el insti-
tuto de la Casacin, no naci, por lo que se refiere al tema de mi estudio, de una
sola vez, ni tuvo desde un principio el carcter y la extensin alcanzados en los
dos ltimos siglos de la monarqua: originariamente, a travs de tantos episodios
espordicos, estuvo, desde luego, limitado a los casos singulares que lo ocasiona-
ban, y solamente despus asumi un alcance ms general, que fij de un modo
caracterstico su naturaleza.
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LA CASACIN CIVIL
quier acto procesal; por otra parte, los jueces inferiores, sin prestar obediencia a
la orden de su mandante, procedan contra su expresa voluntad a realizar el acto
prohibido, usurpando de este modo un poder que, por el acto singular, les haba
sido revocado. El hecho de que un Parlamento hubiese pronunciado una sen-
tencia, no obstante que el soberano les hubiese prohibido pronunciarla, no debe
parangonarse con la hiptesis de una sentencia pronunciada por un Parlamento
en el legtimo ejercicio de sus poderes, pero viciada por cualquier defecto de
forma o de sustancia; a este ltimo caso proveen, como se ha visto, los remedios
extraordinarios de la proposition derreur y de la requte civile, los cuales tratan de
corregir una sentencia lesiva del inters de las partes, pero no especficamente di-
rigida contra un mandato del rey. En cambio, en el primer caso, el solo hecho de
la existencia de una sentencia en un proceso en que haba sido prohibido al Par-
lamento sentenciar, constitua una rebelin a la voluntad especfica del soberano;
y el rey, que intervena para reprimir esta rebelin, no obraba como juez supremo
en inters de la justicia, sino como monarca en defensa de la propia autoridad
disminuida por quien no obedeca sus rdenes.
9 Vase Chenon, Cassation, pgs. 24 y sigs.: Seligman, Justice, pg. 54, nota 1.
10 Acerca de las avocaciones vase Rebuffe, Tractatus de evoca Tionibus, en obra citada, vol. I, quien define la avocacin
(en el n. 9) como causae pendentis coram inferiore ad principem vel alium superiorem legitime faca revoeatio seu transla-
tio; Jousse, Ide gnrale ou abrg de ladm. de la justice, tt. III, sec. IV, p. 1, 5, Des vocations par main souveraine.
11 Rebuffe, Tract. cit., art. I, n. 82. Tal nulidad fue reconocida expresamente en la ord. De Agosto de 1669, tt. I, art.
2, segn la cual les procs voqus seront jugs par les juges pardevant lesquels le renvoi a t fait suivant les Cutu-
mes des lieux dou les procs auront t voqus, peine de nullit et cassation des Jugements at Arrts qui auront
t rendus, pour raison de quoi les Parties se pourront pourvoir en notre Conseil; vase comentario en Bornier,
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16 Merlin, Rp., voz Commissaire, n. VII, Los petits commissaires eran consejeros a los que una Corte encargada, por lo
general, que examinaran un proceso para despus dar cuenta del mismo para decisin a la Corte; pero parece que no
fuese vlida la costumbre de confiarles no slo el examen del proceso sino tambin la desicin.
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LA CASACIN CIVIL
bunales, y que los jueces estuvieran siempre provistos de un livre desdites ordon-
nances25. Pero si, adems de estas cautelas especficas, en todas las Ordenanzas, y
con mayor energa cuanto ms recientes son, se ordenaba a los jueces que icelles
gardent, entretiennent et observent, facent garder, entretenir et observer26, antes de la
Ordenanza de Blois no se haba llegado a establecer como sancin general de tal
orden la consecuencia de la nulidad de tales sentencias rendidas contra las Orde-
nanzas. La creciente potencia de los Parlamentos y la amplitud cada vez mayor
en la interpretacin de las ordenanzas que los mismos se atribuan en virtud de
su souverainet haca, sin embargo, cada vez ms frecuentes las violaciones de las
ordenanzas por parte de los jueces; y aun cuando los jueces, al tomar posesin del
cargo, jurasen observarlas fielmente, el Canciller de lHpital, en el Lit de justice,
celebrado en Run en 1563, se vea obligado a dirigirles una admonicin con-
cebida en los siguientes trminos : Vous jurez vos rception de garder les ordon-
nances, et entrez en vos charges par serment, jurez et promettez les garder: les gardez
vous bien. La pluspart dicelles est mal garde; il y a pis, car vous dites estre pardessus
les ordonnances et nestre obligez par icelles, si nest en temps quil vous plaist. M. M.,
faites que lordonnance soit pardessus vous. Vous dites estre souveraines: lordonnance
est le commandoment du roy, et vous ntes pas pardessus le roy27.
De este conflicto agudo, que aparece a plena luz de las palabras de
lHpital, entre la autoridad legislativa del rey y la independencia de las
Cortes soberanas, naci finalmente la necesidad de mantener la observancia
de las ordenanzas con algn medio ms eficaz que laa simples admoniciones,
tantas veces intilmente repetidas. Este medio fu aplicado por primera vez
en la Ordenanza de Blois, de mayo de 1579, la cual, en su art. 208, despus
de haber mandado a todos los jueces y magistrados que observasen e hicie-
sen observar las ordenanzas reales tant es jugement de procs quautrement,
aadi una norma que es verdaderamente la consagracin de la Casacin
como instituto general para tutela de la ley: dclarant les jugements, sentences
et arrestes qui seront donnez contre la forme et teneur dicelles nuls et de nul
effet et valeur. Una declaracin similar de nulidad en cuanto a toda sentencia
dictada contra las leyes emanadas del rey, se repiti en sucesivas ordenanzas,
como en el art. 32 del Edicto de Run, de enero de 1597 (aunque limitada
a las ordenanzas concernant le faict de la justice) y en el art. 54 de la Ord. de
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PIERO CALAMANDREI
Ante esta amenaza de nulidad establecida por los reyes franceses contra
toda sentencia dictada en contravencin de las ordenanzas, surge de una manera
espontnea el recuerdo de aquella anloga sancin de invalidez que nuestras le-
gislaciones municipales establecan contra todo acto del juez contrario al Estatu-
28 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
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LA CASACIN CIVIL
33 El carcter de arma del soberano contra los Parlamentos que la Casacin conserv bajo el ancien rgime esta probado
por la hostilidad con que los Parlamentos miraron siempre esto instituto, en el que no vean un auxilio para el mejor
funcionamiento del Estado, sino una represin contra sus derechos. Se comprende as que algunos Parlamentos se
negasen a enregistrer las nuevas ordenanzas por el solo temor de que las mismas diesen lugar a posibles violaciones y
a consiguientes casaciones: es curiosa a este respecto la carta de daguesseau del 29 de septiembre de 1736 (Oeuvres,
IX, 439) en la que observa que para los Parlamentos la crainte des demandes en cassation est une terreur panique! No
tables son tambin a este respecto las diversas cartas escritas por daguesseau a los Parlamentos franceses en materia
de cassations et revisions (Oeuvres, VIII, pgs. 251 y sigs.), entre las cuales, en la escrita el 3 de junio de 1744 (d., pg.
259), el Canciller trata de aplacar la indignacin de un Parlamento que haba visto en la casacin de una sentencia
suya una ofensa hecha a los jueces: je ne mattendois pas... quun jugement exciteroit une si grande fermentation et
une doleur si vive dans lesprit de vtre cornpagr.ie. Jai vu casser un grand nombre dArrts de tous les Parlements
du Royanme depuis que jai lhonneur de prsider au Conseil du Roi; aucune de ces Compagnies ne sest eme des-
honore par lh, et la cassation, qui est lobjet de vtre lettre, dcvoit dautant moins toueher le Pariement de *, quil a
t notoirc quelle toit uniquement fonde sur des moyens tirs de la forme et sur des nullits qui chappent que!
quefois aux yeux des nieilleurs juges. Ms tarde las lamentaciones de los Parlamentos por el abuso de casaciones
que llevaba a cabo el Conseil, provocaron una investigacin sobre el tema por parte de Luis XV, quien orden a dos
consejeros Joly de Fleury y Gilbert de Voisins la relacin de dos memorias sobre el tema, recogidas en parte
por Henrion de Pansey, Autorit judiciaire, cap. xxxi, see. X. Acerca de la lucha entre Conseil y Parlamentos vase
tambin el Arrt de Conseil de 8 de julio de 1661 (Tarb, Lois, n. 10) y Chenon, Cassation, pgs. 40-41
34 Me parece, pues, que weismann, escrito citado, pg. 174, cuando afirma que ya bajo el ancien rgime el derecho de
casacin apareca como un elemento (Bestandtheil) del poder legislativo mismo; entre la ley y los tribunales llamados
a su aplicacin, se coloca un rgano especial, para velar por su aplicacin; es el rgano de vigilancia del poder legisla-
tivo del soberano, anticipa en un siglo la concepcin que de la Casacin se tuvo despus de la revolucin francesa. Yo
dira, en lugar de ello, que bajo la monarqua el derecho de casacin, ms que como un subsidio del poder legislativo,
aparece como una defensa de la soberana, del poder de mando que corresponde en general al monarca, ya se exprese
en normas generales o en rdenes especficas. Pero se comprende que, cuanto ms se aproxima uno a la Revolucin,
tanto ms se delinca el concepto de casacin como defensa del poder legislativo del soberano. Denisart, Dcisioas
(ed. 1786), voz Cassation, 1, n. 1, ensea que, en efecto, le droit dinspecter les jugemens et de les easser, lorsquils
sont opposs aux bis, fait done partie intgrante du pouvoir lgislatif; saas ini, ce pouvoir seroit, en quelque sort,
INSTITUTO PACFICO 31
PIERO CALAMANDREI
nul. Vase tambin el Arrt du Conseil del 18 de diciembre de 1775, del que se habla ms adelante en el n. 119
(Recueil, XXIII, 289), y Alglave, Action du Ministre public, Note II, pg. 636.
35 El mismo Denisarp, voz citada, II, n. 1, demuestra, por lo dems, que la Casacin se estableca en defensa no tanto
de la ley, cuanto de la voluntad del soberano aun manifestaba en forma diversa de la ley general: en efecto, admite la
casacin tambin por violacin de lettres-patentes qui accorderoient le privilge dune entreprise quelconque: si lon
jugeoit contre ce privilge, celui qui lauroit obtenu, pourroit se pourvoir, paree que le jugement seroit une contra
vention la volont du prinee, manifeste par des lettres-patentes et que lauto rite du roi seroit illusoire si lon pouvait
mpriser sa volont. . ..
36 Vase Weismann, escrito citado, 173.
37 Denisart, voz Cassation (ed. 1786), II, n. 3.
32 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
Se debe, sin embargo, observar que, aun cuando la unificacin del derecho
objetivo no fuese la finalidad directa de la casacin, la misma pudo, sin embargo,
indirectamente y casi inconscientemente, contribuir a tal unificacin: pinsese,
en efecto, que la lucha entre el soberano y los Parlamentos signific la lucha entre
el poder monrquico centralizador y los poderes locales disgregadores ; y que la
resistencia de las cortes soberanas a seguir, al administrar justicia, las ordenanzas
del rey fu tanto mayor cuanto ms fuerte actu con influjos discordes, sobre
las concepciones jurdicas de estos diversos cuerpos judiciales, la tradicin de la
coutume local41.
En el conflicto entre la monarqua y los Parlamentos se puede apreciar, por
consiguiente, una lucha entre el derecho real unitario y el derecho consuetudi-
nario regional, semejante a aquella que ya existi en el imperio romano entre el
derecho imperial y las concepciones jurdicas populares propias de las diversas
provincias (vase, anteriormente, ns. 26-27). Como se comprende, la aproxi-
macin se hace, ms que otra cosa, a ttulo de curiosidad ; ya que, para poder
apreciar en la Casacin francesa una filiacin del derecho imperial de Roma,
sera necesario olvidar la distancia, y hasta la inconciliabilidad, que existe desde
38 Denisart, Dcisions (cd. 1786), voz Cassation, II, n. 2. Son fundamentales para este tema dos cartas del Canciller
Daguesseau al Parlamento de Tolosa, una del 29 de septiembre de 1736 (Oeuvres, IX, pg. 439) y la otra, ya citada,
de 29 de octubre de 1736 (id., pg. 445), en la primera de las cuales explcitamente se afirma que, en aquellas partes
de Francia donde se segua el Droit crit, la contravencin a un texto del derecho romano es motivo de Casacin
lorsque, dun cot, la disposition de ce droit est certaine, et de lautre que la con travention est vidente; autrernent,
la distinction clbre et constante des Pro vinces du Royaurne od le Droit crit tien lieu de la Loi, et de celles od ji na
paz la mine autorit, seroit mutile et illusoire (loc. cit., pg. 440). Y en la segunda: Ceux de M. M. du Parlement
qui vous ont dit quon nc fondoit point les moyens de eassation sur des dispositions du droit romain, ne sont paz
bien informs des maximes du Conseil. Si un Pariement avoit confirm un testament fait par un fils de famille, il
nest paz douteux que son arrt ne ft cass tout dune voix nu Conseil. . I i faut seuiement y ajouter, que cela nc
peut avoir lieu lorsque il sagit dune rgle tombe en dsutude. . . (Oeuvres, IX, 446-447). Vase Dalloz, Rp., voz
Cassation, n. 1389.
39 Denisart, Dcisions (ed. del 1777), voz Cassation, n. 7; id. (ed. del 1786) II, n. 2; vase tambin la memoria de
Gilberp de Voisins, ofrecida por Dalloz, Rp., voz Cassation, de la que se hablar ms adelante, en el n. 118, y la
carta de Daguesseau citada en la nota precedente. Tambin Ferrire, Dict., 1, 244, voz Cassation, coloca entre los
motivos de casacin el caso en que la sentencia haya sido dictada contre les termes exprs des Coutumes; as Potrier,
Procdnre, p. III, sec. III, art. II; Merlin, Rp., voz Cassation, 2, n. 5; Dalloz, Rp., voz Cassation, n. 1395; Deni-
sart, voz Coutumes, II, n. 2.
40 Denisart, voz Cassation (cd. 1786), II, n. 2: nos roys ayant consenti que quelques-unes de leurs provinces
vcusscnt sous lempire cm droit romain, et que ce droit y eut force de loix, ce droit est consider dans ces provinces,
comme sil toit mane directement du roi; el mismo (id. id.) en cuanto a las coutumes, que, por medio de la ho-
mologation sont adoptes par le lgislateur et mises au rang des loix.
41 De la Grasserie, Cassation, pg. 7.
INSTITUTO PACFICO 33
PIERO CALAMANDREI
114. Las decisiones de las Cortes soberanas eran, como se ha visto, ina-
pelables y slo podan perder su irrevocabilidad cuando interviniese el soberano
para quitarles su vigor. Semejante intervencin del soberano, dirigida a quitar
vigor a la souverainet de las sentencias de los Parlamentos, poda ser provocada
en inters de los particulares litigantes y destinada, por consiguiente, a garan-
tizarles una mejor justicia: ste es el caso de las lettres procedentes de la Canci-
llera real por las cuales se admita una proposition derreur o una requte civile;
en semejante hiptesis, en efecto, el soberano, como juez supremo del Estado,
intervena nicamente para remediar las injusticias cometidas por los tribunales
inferiores, en detrimento de la pretensin hecha valer en juicio por la parte ven-
cida sin razn para ello. Pero, en otros casos, la misma intervencin del soberano
dirigida a quitar vigor a la souverainet de los Parlamentos, era provocada no ya
por el inters de los litigantes lesionados en su derecho por una sentencia injusta,
sino por un inters propio del monarca que en un acto realizado por cualquier
rgano judicial apreciaba un ataque contra su autoridad, un atentado a alguna
de sus prerrogativas: de suerte que, mientras en una hiptesis, la intervencin del
soberano en la marcha de la justicia trataba de garantizar y de actuar derechos
ajenos, en la segunda hiptesis el monarca intervena al solo objeto de garantizar
y de actuar un derecho propio, prescindiendo totalmente del inters privado de
las partes en causa42.
La facultad de anular, en los casos que se han indicado en las pginas pre-
cedentes, las sentencias de los Parlamentos contrarias a la voluntad soberana, no
era, pues, un poder que el rey, como juez supremo, ejercitase en comn con los
otros rganos jurisdiccionales ; sino que era un derecho exclusivo del monarca,
con el cual trataba l de reprimir los ataques dirigidos contra su autoridad, y que
slo poda ejercitar como soberano contra los jueces que se sustraan a su man-
dato de soberano.
La casacin de los Arrts de los Parlamentos contrarios a las ordenanzas
aparece, pues, en el derecho francs como una prerrogativa exclusivamente reser-
vada al rey. Corte soberana es, segn Ferrire43, aquella dont les jugemens ne peu-
42 Se equivoca, pues, Stein, Geschichie, III, 656, afirmando que la Casacin es en sustancia una aplicacin de la requte
civile a determinados casos. Los dos institutos confundidos en parte al final del siglo XVIII (vase, ms adelante, n.
123), tienen origen totalmente separado.
43 Dict., I, voz Cour Souveraine, pg. 431.
34 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
vent tre cassez que par le roi; Jouss, hablando de las cassations darrts et jugemens
en dernier ressort, advierte expresamente que esta suerte de casaciones no pueden
ser acordadas ms que por el rey en quien reside la potestad soberana44; y Deni-
sart45, escribe que el rey peut seul casser les arrts de Cours souveraines; parce que
dans sa persone rside la plnitude de la justice ,et que les magistrats ne tiennents que
de lui le pouvoir de la rendre ses sujets. Por otra parte, si en las ordenanzas a que
he hecho referencia (anteriormente, en el n. 111) se alude slo indirectamente
al rgano al que corresponde pronunciar la casacin, en un Arrt del Consejo de
Estado de enero de 166946 se declara expresamente, renovando la prohibicin de
contravenir a las ordenanzas : . . . rservant Sa Majest sa Personne la connaissan-
ce de toutes les contraventions qui pourront tre faites par ses Cours et Juges de dernier
ressort, et dy pourvoir selon lexigence des cas, ainsi quil sera avis par sa Majest.
44 Ide gnrale, cit., pg. 102. Vase tambin Denisart (ed. 1786), voz Cassation, 1, n. 1.
45 Dcisions, voz Cassation.
46 Lo refiere Bornier Con frences, I, pgs. 8 y sigs.
47 Vase Tarb, Lois, pg. 13, al principio.
INSTITUTO PACFICO 35
PIERO CALAMANDREI
36 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
Capitulo XVII
EL RECURSO DE CASACION, MEDIO CONCEDIDO A
LOS PARTICULARES PARA PROVOCAR EL EJERCICIO
DEL PODER DE ANULACION CORRESPONDIENTE AL
SOBERANO
1 Justamente Bonnecase, Des pourvois en cassation duns lintrt de la loi et pour excs de ponvoir, observa (pg. 37) que
la conception sur laquelle repose le pourvoi dans lintrt de la loi a apparu en mme temps que lide mme de
cassatjon et lui est inhrente.
INSTITUTO PACFICO 37
PIERO CALAMANDREI
del mismo modo que muchas veces la avocacin de los procesos de los Parlamen-
tos al Consejo de Estado era, por razones polticas, ordenada directamente por
el rey sin que ningn particular la solicitase2, as tambin la casacin poda tener
lugar por impulso directo del monarca, el cual, considerando que una sentencia
de un Parlamento contena un ataque a sus prerrogativas, proceda sin ms, sin
preocuparse en absoluto de los derechos privados decididos en tal sentencia, a la
anulacin de la misma. Esto ocurra con tanta mayor frecuencia cuanto menores
eran, en los tiempos ms antiguos de la monarqua francesa, las disposiciones
expresas relativas a la casacin: en efecto, mientras la misma, en lugar de un
remedio general y constante para el mantenimiento de las ordenanzas, fu un
medio irregular y arbitrario de coaccin con el que el monarca reprima caso por
caso las contravenciones a cualquier mandato singular suyo, se comprende que
la misma estuvo entregada nicamente al discernimiento del soberano que se
serva de ella a su criterio cuando lo estimaba oportuno. La funcin de deliberar
sobre las casaciones de las sentencias de los Parlamentos, fu, en efecto, conser-
vada celosamente por el rey a su Consejo de Estado3, que era la asamblea con la
cual el monarca tena continuo e inmediato contacto en el despacho de los ms
importantes negocios de gobierno: y cuando, a principios del siglo XIV, los reyes
franceses dividieron el consejo que los rodeaba en tres organismos diversos (Con-
seil, propiamente dicho, para los negocios polticos; Chambre des comptes, para
los negocios financieros; Parlement, para la justicia)4; la transmisin de la justicia
suprema ai Parlamento no quit al Conseil, que continu rodeando al soberano,
la prerrogativa de avocar los procesos de los jueces inferiores o de anular las sen-
tencias que contenan una rebelin al mandato soberano5; y el influjo notabilsi-
mo ejercido sobre la administracin de la justicia por las lettres de Chancellerie
(vase, anteriormente, n. 102) procedi precisamente del Conseil, del que los
Matres des requtes formaban parte. El derecho de avocar y de casar en inters del
rey se mantuvo como prerrogativa del Consejo de Estado aun cuando al final del
siglo XV una nueva escisin tuvo lugar en la asamblea que rodeaba al monarca6,
y frente al Conse troit, encargado de los negocios pblicos, el Grand Conseil,
asumi el carcter de una Corte autnoma y a l fueron atribuidas funciones
2 Rebufee, Tr. de evocationibus, n. 18: et in hoc non potest adsignarsi regula, quia pro ratione voluntas.
3 Empleo esta expresin en sentido genrico, sin referirme a la especial denominacin de Conseil dtat que, en varios
momentos de la monarqua francesa, fu asumida por una seccin especial del Consejo real. Vase, ms adelante, n.
126.
4 Vase acerca de esta divisin tripartita Maury, Les premires conquea de la ceniralisation, en Revue des deux Mon-
des, CVII, pg. 846; Mortet, voz Conseil du Roi, en Grande Ene., vol. XII, pg. 495.
5 No se puede, sin embargo, decir, sin caer en un anacronismo, que el Conseil, ya en el siglo XIV como Corte de
casacin anulaba por error de hecho o por violacin de las ordenanzas las sentencias en ltima instancia (Mortet,
pg. 497). Las primeras casaciones, como se ha visto, no tenan lugar, en efecto, por motivos predeterminados, sino
por transgresiones singulares a mandatos concretos del rey.
6 Ms adelante, n. 116.
38 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
judiciales que hasta aquel momento haba ejercido el soberano como juez su-
premo, entre las cuales fu la principal la de anular las sentencias contradictorias
originadas por conflictos de competencia entre diversas cortes soberanas (vase,
ms adelante, n. 116).
Dentro del Consejo de Estado, que asista al rey en el ejercicio de todas sus
prerrogativas, la casacin de las sentencias contrarias a la voluntad del monarca
se llevaba as a cabo sin que ningn particular lo solicitase, por el solo impulso
o por la sola voluntad del soberano Esto fue la regla mientras la casacin cons-
tituy una medida aislada y excepcional contra infracciones cometidas por los
Parlamentos a las rdenes singulares y especficas del rey; pero cuando la casacin
fu elevada a ser un remedio general y regular contra la violacin de cualquier
orde nanza, la iniciativa del soberano pareci insuficiente para descubrir y para
reprimir en todo el reino las mltiples violaciones a las ordenanzas que podan
ser cometidas por los jueces: de suerte que la monarqua, en defensa del propio
inters, se vi constreida, como dir dentro de poco, a servirse del inters de los
particulares, dando a los litigantes ei encargo de denunciar al Conseil, por medio
de la demande en cassation, las violaciones de las ordenanzas que los Parlamentos
hubieran cometido al decidir las controversias entre los litigantes mismos.
public7; y tal atribucin pas despus al Conseil des dpches, seccin del Consejo
de Estado que fu encargada, como escribe Denisart8, de vigilar sobre tout ce
qui intresse la grande administration et la grande police de ltat. A otras secciones
del Consejo de Estado correspondi despus la casacin por violacin de leyes
concernientes al orden pblico en materias especiales; al Conseil des finances le
correspondi la casacin por violacin de ordenanzas financieras9: al Conseil du
Commerce la casacin por violacin de ordenanzas comerciales10. En todas estas
secciones del Consejo de Estado, diversas del Conseil des parties, que vigilaban el
mantenimiento de las ordenanzas concernientes al inters pblico, las casaciones,
aun pudiendo tener lugar tambin en virtud de demanda de un particular, ocu-
rran generalmente por impulso del soberano o del Consejo que lo representaba,
por medio de decisiones que se llamaban arrts du propre mouvement du roi11, o
tambin, segn Tolozan12, arrts en commandement13.
Casaciones du propre mouvement du roi podan, por lo dems, tener lugar, aun-
que fuese excepcionalmente, tambin en controversias de ndole privada: tambin
en tal materia, en efecto, segn Denisart14, il y a des exemples de cassations ordon-
nes du propre mouvement du roi. Cela arrive losque la lgislation est directement
attaque par des arrts rendus sans le procureur gnral, ou non conformment ses
conclusions; y el propio autor nos refiere un caso prctico15. Con estas casaciones
que el rey por su iniciativa llevaba a cabo en tutela de su autoridad de legislador,
que por contravencin a la ordenanza, aunque fuese cometida en una controver-
sia de inters privado, haba resultado disminuida, no debe confundirse el caso
en que, habiendo el rey figurado, lo mismo que cualquier particular, como parte
ante un Parlamento en una controversia relativa a su patrimonio privado (en
macere demaniale), sus representantes recurran en casacin contra la sentencia
emitida en tal controversia: en este caso, en efecto, previsto por el art. 16 del tt.
IV del Reg. de 28 de junio de 173816 el impulso a la casacin se daba, es verdad,
7 Chenon, Cassation, pg. 36; Henrion, Autorit judiciaire, pg. 174. Fuentes en Garsonnet, Trait, VI, 2299,
nota 26.
8 Dcisions (ed. 1786), voz Conseil du Roi, II, n. 3.
9 Denisart, id. id., II, n. 4.
10 Denisart, id. id., II, n. 5.
11 Denisart, id. id., II, n. 6.
12 Rglement du Conseil (Paris, 1786), pg. 24, citado por Chenon, Cassation, pg. 37 y por Bonnecase, Cass. da,s
lintrt de la loi, pg. 40.
13 A estas decisiones que el Consejo real tomaba por su propia iniciativa, y por las cuales a veces una sentencia del Parla-
mento era anulada en el mismo da en que haba sido pronunciada, hacen remontar los escritores franceses el origen
de nuestro recurso en inters de la ley (Chenon, Cassation, pg. 37) y del recurso pour excs de pouvoir (Bonnecase,
obra citada, pg. 41); mejor dira que el mismo se remonta, por el contrario, al recurso presentado por el Procurcur
gnral en inters pblico, ya que en las casaciones decididas por el rey de son propre mouvement no haba recurso
alguno.
14 Vase Cassation, cit., IV, n. 1.
15 Vase Cassation royaux, en el mismo volumen, n. 8.
16 Denisart, voz Cassation, 4, n. 1; Tarb, Lois, n. 208.
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LA CASACIN CIVIL
INSTITUTO PACFICO 41
PIERO CALAMANDREI
42 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
podan las partes proveer por requte civile24, hemos visto que un caso de requte
civile era, sin embargo, aquel en que un mismo Parlamento hubiese pronunciado
en la misma causa dos sentencias con diverso dispositivo25; pero cuando las dos
sentencias contradictorias haban sido emitidas por dos Cortes diversas, no era
posible deferir a una de ellas la decisin de este conflicto, que cada uno de los dos
Parlamentos en oposicin habra querido resolver en favor propio26, y era necesa-
rio, en consecuencia, para la resolucin, la intervencin de un rgano superior a
ambas Cortes soberanas, el cual, en su origen, no pudo ser ms que el monarca.
En semejante casos el rey, en su Consejo de Estado, examinaba cul de las dos
Cortes que haban sentenciado sobre la misma causa deba considerarse compe-
tente para la controversia decidida, y, a base de tal examen, anulaba la sentencia
de la otra Corte. La anulacin que tena lugar en tal hiptesis, justificada por la
necesidad prctica de llevar la certeza jurdica a una controversia decidida por dos
sentencias discordantes entre s, difera profundamente, como cualquiera puede
ver, de la anulacin derivada de un conflicto entre el rey y la autoridad judicial:
en efecto, en el caso presente, el Parlamento que haba decidido una controver-
sia respecto de la cual ya otra Corte soberana haba sentenciado, no pretenda
con ello oponerse a la voluntad superior del soberano, sino solamente afirmar,
frente a un rgano igual a l, el propio derecho de jurisdiccin. As el monarca,
al cual, por necesidad jerrquica era deferido el conflicto, no casaba por tutelar
el respecto de la propia soberana, sino para remover un obstculo que impeda
prcticamente lograr los fines de la justicia.
24 Ord. 1667, tt. XXXV, art. 34; Denisart, Dcisions, voz Contrarit dArrts, 1., n. 3.
25 Denisart, id., II, n. 1. Ord. 1667, tt. XXXV, art. 34; vase tambin el Ed. del 1545 y la Ord. de Orlans del 1560,
anteriormente, n. 106, as como el art. 68 de la Ord. de 1629 (Recueil, XVII, 245) segn la cual pour le regard dez
contraritz pretendiles, par les arrests dun mame parlement entre mmes parties lon se pourvoira audit pariement
par requeste civile ou proposition derreur.
26 Vase Bornier, Confrences, I, pg. 279, al art. 34 del tt. XXXV, ord. 1667.
INSTITUTO PACFICO 43
PIERO CALAMANDREI
de un tribunal supremo nico para todo el reino (su lema era nico universus)27.
Las atribuciones de este nuevo rgano judicial, cuya fundacin estable se hace
remontar a una ordenanza del 2 de agosto de 149728 fueron mltiples; pero la
principal entre ellas29, que conserv an cuando las otras fueron poco a poco
asumidas de nuevo por el Consejo de Estado, fu la de casar las sentencias con-
tradictorias provenientes de dos Parlamentos diversos30. Una ordenanza de 1629,
art. 68, confirm, en efecto, que les instances en contrarits darrests seront juges
en nostre Grand Conseil, auquel toutefois les parties ne se pourront pourvoir en la
dite contrarit, sinon que les arrts fussent donnz entre mmes parties, pour mme
sujet, par diverses cours et contenant disposition manifestement contraire31; y tam-
bin en el siglo XVIII corresponda siempre al Grand Conseil este oficio, como
ensea Denisart, segn el cual si la contrarit est reconnue, le Grand Conseil casse
toujours le dernier arrt, puesto que le second arrt est vicieux, en ce quil est contraire
au premier dj devenu loi inviolable entre les parties32. Se comprende que esta
funcin de casacin era directamente reasumida por el Consejo de Estado cuan-
do una de las dos sentencias en conflicto provena o del Grand Conseil o de una
seccin del Consejo de Estado mismo: en este caso, faltando al Grand Conseil la
imparcialidad o la autoridad para dirimir el conflicto, la resolucin corresponda
al soberano, en su cualidad de jefe supremo de la justicia33.
117. Volviendo ahora a la verdadera y propia casacin poltica, origi-
nada por un conflicto entre el acto de una Corte soberana y la voluntad del rey,
es necesario darse cuenta del modo como naci de ella un remedio procesal que
responda de una manera inmediata al inters privado, aun teniendo siempre la
finalidad de servir mediatamente al inters del monarca. La idea fundamental
sobre la que se bas el nacimiento de este remedio fu la siguiente: puesto que
en la decisin de un proceso ante las Cortes soberanas poda la sentencia, aun
sin contener ninguno de los vicios que legitimaban el ejercicio de la proposition
derreur o de la requte civile, constituir, en los modos ya vistos (en los ns. 109 y
sigs.), una contravencin a la voluntad del rey y estar, por consiguiente, sujeta a
la anulacin por parte de aqul, parece natural que la parte vencida manifestase
su actividad para reclamar la atencin del soberano sobre la contravencin con-
27 Vase Tarb, Lois, pg. 14; Maury, escrito citado, pg. 847; Mornet, voz Conseil du ro, pgs. 499-500; Seligmn,
Justice, pg. 59; Chenon, Cassation, pgs. 24-25.
28 En Recueil, XI, 296, se dice que el texto de esta ordenanza se perdi; Tarb, Lois, pg. 14, habla en cambio de una
ordenanza del 2 de agosto de 1477. La institucin del Grand Conseil fu confirmada por una ordenanza del 13 de
junio de 1408 (Reeueil, XI, 296).
29 Segn Denisart, Dcisions, voz Contrarit darrts, II, n. 1, la primera ordenanza que atribuy esta funcin al
Grand Conseil es de septiembre de 1552.
30 Vnse Chenon, Cassation, pg. 36.
31 Recueil, XVII, 245.
32 Voz Contrarit dArrts, II, n. 4.
33 Denisart, id., II, n. 11. Reg. de 28 de junio de 1738, parte II, tt. VI, a que se refiere Tarb, Lois, ns. 234-240.
44 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
Intil resulta por esto toda tentativa dirigida a buscar la gnesis del re-
curso de casacin, como remedio concedido a las partes, en aquellas ordenan-
zas procesales en las que se regulan los medios de recurso al rey establecidos en
inters de las partes contra las sentencias de los Parlamentos: y prescindiendo
de la fantstica referencia a los tablissements de San Luis, cuya falta de funda-
mento he demostrado ya( en el n. 101), no satisface en absoluto el razonamiento
de Henrion de Pansey34, seguido por casi todos los escritores franceses35, para
demostrar que, as como en el art. 208 de la Ordenanza de Blois se declara por
primera vez de una manera explcita la nulidad de todas las sentencias dictadas
en general contra las ordenanzas reales (vase el n. 111), as en el art. 92 de la
misma Ordenanza36, reproducido despus por el art. 18 del Edicto de Run37, se
contempla por primera vez de una manera expresa el recurso de casacin, como
un remedio concedido a las partes en unin de la proposition derreur y de la re-
qute civile. El art. 92 de la Ordenanza de Blois dice textualmente: Dclarons que
les arrts de nos Cours souveraines ne pourront tre casss ne retracts que par les voies
de droit, qui sont la requte civile et la proposition derreur, et par la forme prescripte
par nos ordonnances. El significado de este artculo, para quien lo lea sin prejui-
cios, es clarsimo: para evitar todos aquellos medios de nouvelle invention con los
cuales los litigantes trataban de eludir la autoridad irretractable de las sentencias
de los Parlamentos (un ejemplo de ello lo hemos visto, anteriormente, en el n.
106) la ordenanza de Blois repite en el artculo antes referido la limitacin de
tales medios a los dos nicos que las precedentes ordenanzas haban admitido, y
confirma, adems, que estos dos medios son utilizables slo en la forma riguro-
samente prescrita por las mismas ordenanzas relativa a los trminos, al depsito
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PIERO CALAMANDREI
46 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
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PIERO CALAMANDREI
El desarrollo prctico del recurso de casacin utilizable por las partes debi
de tener lugar entre la mitad del siglo XVI y la mitad del siglo XVII. Ya ms de
diez aos antes de que la Ord. de Blois afirmase como medida general la nuli-
dad de toda sentencia dada contra las ordenanzas, se encuentran decisiones del
Consejo real que anulan sentencias de ios Parlamentos en virtud de instancia de
parte: cito, por ejemplo, el arrt de 21 de junio de 156646, en el que, en virtud
de un recurso de particulares que pedan por violacin del Edicto de pacificacin
entre catlicos y protestantes, la casacin de una sentencia del Parlamento de
Grenoble, se decidi: Le roy, en soudict Conseil, ayant esgird ladicte requeste, a
cass, revocqu et adnull, casse, revocque et adnulle ldict arrest, comme contraire
ldict de pacification...; el recurso de casacin est ya formado en sus rasgos carac-
tersticos en esta anulacin por violacin de ley decidida por el rey a peticin de
una parte. El nmero de las casaciones de sentencias a peticin de los particulares
debi aumentar rpidamente, ya que en 1578 el rey sinti la necesidad de crear
en su Consejo una seccin especial encargada de admitir los recursos de las partes
en materia judicial (Conseil de parties: vase, ms adelante, n. 126); y mientras
hasta aquel momento la demanda de casacin de un arrt haba sido considerada
como un recurso excepcional, desligado de toda regla y entregado a la omni-
potencia soberana, sta comenz, despus del art. 208 de la Ord. de Blois, que
declaraba la nulidad de toda sentencia contraria a las ordenanzas, a asumir la
funcin especfica de un remedo dado a las partes contra las violaciones de ley, y
como tal se madur en la primera mitad del siglo XVII47. Es cierto, sin embargo,
que el mximo desarrollo de la casacin bajo el ancien rgime no se alcanz antes
de la Ordenanza de 1667; la cual, al repetir con especial solemnidad la prohibi-
cin de contravenir a las ordenanzas, hizo de uso ms frecuente el recurso de los
46 Recogido por Valois, Le Conseil du roi aux XIV, XV ct XVI sicles (Paris, 1888), pg. 240.
47 Garsonnet,Trait, VI, 2299, al final.
48 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
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52 En apndice a Ordonnance pour iadm. de la justice donne a Lunville, 1707 (Nancy, 1725, pg. 480). Las desvia-
ciones que en esta ordenanza sufre la casacin son probablemente debidas a influjos del derecho Comn alemn
(especialinente la summa gravaminis y el rescissorium decidido por el mismo tribunal que juzga el rescindens).
53 Vase Boutaric, Explication, cit., en nota a los arts. VIII del tt. T, y XXXIV del tt. XXXV; Bornier, Con frences,
1, en nota al art. VIII del tt. 1; Jousse, Convmentaire, tt. 1, arts. VI-VIII.
54 Estas dos memorias no se encuentran impresas, pero ofrece un amplio extracto de ellas Henrion de Pansey, cap.
XXXI, sec. X.
55 Dictionnaire cit., (ed. del 1740), 1, voz Cassation.
56 Dcisions nouvellee (ed. 1786), vol. IV, voz Cassation, pg. 289 y sigs.
57 Einheitliches Recht, pg. 181.
50 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
ordenanzas, por una parte, y, por otra, el crecido nmero de los Parlamentos im-
pedan ya a los reyes franceses vigilar de un modo eficaz todas las contravenciones
a su voluntad que pudieran cometerse por las Cortes soberanas y reprimirlas con
casaciones de propre mouvement, los mismos se vieron inducidos, poco a poco, a
delegar tcitamente a los particulares la vigilancia sobre el cumplimiento de las
ordenanzas en juicio, reconociendo a las partes que hubiesen sido condenadas por
la sentencia de un Parlamento la facultad de denunciar al Conseil real las viola-
ciones de ley que se contuvieran en ella y de provocar as, por parte del monarca,
la anulacin. De este modo el soberano, imposibilitado para ejercer un control
directo sobre todas las decisiones de los parlamentos, orientaba en provecho suyo
el espritu de litigiosidad de las partes en causa, que son quienes estn en mejor
situacin, por su inmediata intervencin en juicio, y ms inclinadas que nadie,
por su anhelo de sustraerse a la irrevocabilidad de una cosa juzgada desfavorable,
a descubrir en la decisin de los jueces aun los vicios ms escondidos; pero con
esto el poder de casacin reservado al monarca no cambiaba de naturaleza ni se
pona al servicio del inters privado, puesto que, tan pronto como la denuncia
de los litigantes lo haba puesto en movimiento, el mismo se ejercitaba en inters
nico del rey, al solo objeto de reprimir un ataque a la soberana y nunca al de
corregir una injusticia hecha a una parte en causa. El principio fundamental que
rega para las sentencias de los Parlamentos, era, como se ha visto, el de su irrevo-
cabilidad: pero, como excepciones necesarias a esta soberana autoridad de la cosa
juzgada, las ordenanzas procesales haban debido admitir la posibilidad de uti-
lizar tambin contra las sentencias de los Parlamentos ciertos remedios extraor-
dinarios, cuando se pudiera demostrar en tales sentencias la presencia de ciertos
vicios ms graves, que venan a destruir toda garanta de justicia para los particu-
lares. Entre estos vicios ms graves, a los cuales, en inters de las partes en juicio,
se atribua el efecto de destruir la irrevocabilidad de la cosa juzgada, no figuraba,
sin embargo, el error de derecho, el efecto del cual frente a las partes no era ms
grave que el producido por cualquier otro error in indicando y se reduca, en el
fondo, a un mal jug, que, segn el art. 32, tt. XXXV, Ord. 1667, no autorizaba
a la utilizacin de remedio alguno contra las sentencias de las Cortes soberanas
(vase, anteriormente, n. 107) ; pero si el error de derecho o, para decirlo con
otras palabras, la contravencin a las ordenanzas, no constitua desde el punto
de vista del inters privado, un vicio ms grave y, por consiguiente, merecedor
de represin especial, el mismo asuma tal gravedad cuando entraba en juego el
inters poltico del monarca, el cual si no se senta en manera alguna amenazado
en sus prerrogativas de soberana cuando un Parlamento pronunciaba una sen-
tencia injusta por error de hecho, apreciaba en cambio un ataque directo contra
l en la injusticia causada por una contravencin a cualquiera de sus propias
ordenanzas. Y, por consiguiente, si por una parte la existencia de ciertos defec-
INSTITUTO PACFICO 51
PIERO CALAMANDREI
58 Vase lo que Holtzmann escribe (Verf. Gesch., III. Per., 3. kap., n. 3, pg. 362) en general sobre los recursos al rey
contra las sentencias de los Par lamentos: . . . no se trataba de un derecho de las partes (no exista una verda dera
apelacin contra las cortes soberanas), sino de la aplicacin del derecho de avocacin operada por el rey a peticin de
las partes. Acaso la expresin de Holtzmnn generaliza demasiado (vase, ms adelante, n. 120); pero, desde luego,
es justa por lo que se refiere al recurso de casacin.
52 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
La demande en cassation, esto es, el recurso con el cual una parte peda al rey
que ejercitase contra una sentencia su poder de casacin, continu siendo, pues,
aunque confiada a la iniciativa de los particulares, un instituto que funcionaba en
inters del rey. Tal carcter se acenta con particular energa en la memoria pre-
sentada por Joly de Fleury a Luis XV, en la cual se ensea que al decidir sobre
las demandas de casacin, cest lintrt public et le respect de la loi, plus que lintrt
de la partie, que lon consulte. On a toujours tenu pour principe au conseil que la cas-
sation a t introduite plutt pour le maintien des ordonnances que pour lintrt des
justiciables60. Muy notable es tambin a este respecto la expresin usada por un
Arrt du Conseil de 18 de diciembre de 177561, el cual, al prohibir la exhibicin
de memorias impresas por parte del contrarrecurrente antes de que el recurso sea
declarado admisible, afirma que la casacin nest quun remede extreme qui ne peut
avoir pour objet que le maintien de lautorit lgislative et des ordonnances.
Hemos visto (en el n. 111) que los reyes franceses declaraban de un modo
absoluto y categrico los arrts dados contra sus ordenanzas nuls et de nul effet et
valeur; casi no es necesario advertir que, no obstante la energa de la frase, no se
trata aqu de una vardadera y propia inexistencia jurdica, de una nulidad segn
el concepto romano, sino de una simple posibilidad de anulacin, que responde
al principio germnico de la validez formal de la sentencia, particularmente ob-
servado en Francia (vase, anteriormente, n. 99). Cette nullit observa Jous-
INSTITUTO PACFICO 53
PIERO CALAMANDREI
se62 ne se fait de plein droit; mais il faut pour la faire prononcer, se pourvoir en
cassation au Conseil... Y Pothier confirma con claridad esta observacin63.
Sentada esta premisa, si se nos pregunta a cual de los remedios que hasta
ahora hemos conocido en el derecho comn se puede parangonar la demande
en cassation, la misma, desde el momento que se dirige a obtener la anulacin
de una sentencia por un determinado vicio, recuerda sin ms la idea de querela
nullitatis; y querela nullitatis; reservada contra las sentencias soberanas la llama
precisamente Stein64. El modo ms simple para explicar la naturaleza procesal
del recurso de casacin sera, en efecto, ste: considerando que al antiguo dere-
cho francs, reflejado en el Stylus Curiae no era extraa la querella de nulidad
como remedio separado de la apelacin (vase, anteriormente, n. 98), y que esa
querella haba desaparecido solamente por haber sido absorbida por la apelacin,
admitida en trminos amplsimos (vase el n. 99), parecera natural considerar
el recurso de casacin como un residuo, como una supervivencia, de la antigua
querela nullitatis, instituto comn a todos los derechos romano-germnicos, sub-
sistente en el derecho francs slo en aquellos casos en los que no era admisible
la apelacin; y una confirmacin a sta concepcin parecera provenir del hecho
de que la nulidad derivada de contravencin a las ordenanzas constitua un sim-
ple motivo de apelacin, cuando viciaba la sentencia de un juez inferior que no
tuviese el privilegio de la souverainet65. Pero esta concepcin tan clara, segn la
cual la demande en cassation no sera otra cosa que la antigua querela nullitatis que
habra subsistido contra las sentencias de los Parlamentos, o sea un instituto del
derecho comn, que habra sobrevivido en Francia sin solucin de continuidad
siendo utilizado por especiales necesidades polticas, no creo que sea histrica-
mente exacta; en realidad, mientras la querella de nulidad contra las sentencias
de los jueces inferiores haba llegado a ser intil por la apelacin, la funcin de
querella de nulidad contra las sentencias en dernier ressort haba sido asumida,
como se ha visto, por la requte civile (anteriormente, ns. 106 y 107); de suerte
que, as como el verdadero sucedneo de la querela nullitatis contra las sentencias
inapelables estaba, constituida por la requte civile, ninguna necesidad procesal
de un remedio contra las nulidades de las sentencias de los Parlamentos habra
54 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
66 Vase lo que escribe Breuning, Kassationsinstanz, Anmerkungen und Zusiitze, n. 2 (pgs. 80-81), segn el cual se
puede tener la querella de nulidad, mediante la cual el derecho de anulacin se hace valer ante cualquier juez, slo
en un ordenamiento judicial en el que los tribunales sean todos dependientes de la autoridad suprema del Estado;
mientras el recurso de casacin, utilizable slo ante el soberano, correspondera a la heterogeneidad del ordenamiento
judicial francs, en el cual los tribunales seoriales tenan un origen diverso de los tribu nales reales.
INSTITUTO PACFICO 55
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que contena una contravencin a las ordenanzas reales era, frente a las partes,
plenamente vlida; y ningn juez, competente para actuar cualquier derecho de
las partes, habra podido en virtud de esta contravencin negar la plena validez
de tal sentencia.
Para anular una sentencia en el derecho comn bastaba un juez; para casar
una sentencia en el derecho francs era necesario el soberano, ya que la sentencia
era casable no frente a las partes sino frente al soberano. La demande en cassa-
tion, en lugar de ser el ejercicio de un derecho de impugnacin67, era, pues, ms
bien una splica, dirigida al soberano, para pedirle que, si le pareca oportuno,
destruyera en su propio inters una sentencia que, frente a las partes, habra sido
plenamente vlida; una denuncia68 presentada al monarca no ya del vicio de una
sentencia, sino del acto culpable cometido por los jueces (los cuales, como se
ver en el n. 127, acostumbraban a defender con motifs enviados al Con-
seil la legitimidad de su decisin); una protesta no contra la injusticia hecha a la
parte sino contra el desconocimiento de la autoridad real69. El instituto difera as
profundamente de los remedios extraordinarios contra las sentencias de los Par-
lamentos (proposition derreur y requte civile), los cuales contenan el ejercicio,
aunque estuviese condicionado a una autorizacin soberana, de un verdadero y
propio derecho de impugnacin correspondiente a las partes en el supuesto de
determinados vicios del fallo.
56 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
70 Segn Breuning, Kassationsinstanz, II. Asbsch., 2, la intervencin del soberano que casaba sentencias relativas a
controversias privadas, estaba justificada por el hecho de que, bajo el ancien rgime, el derecho privado no estaba
emancipado como hoy est del derecho pblico; de suerte que tambin en las controversias de derecho privado el
soberano estaba interesado directa mente (por ej. la propiedad territorial privada se conceba como la posesin con
cedida por el seor).
71 Bornier, Confrences, I, pg. 8.
INSTITUTO PACFICO 57
PIERO CALAMANDREI
hemos visto empleada por la Ordenanza de 1667 en cuanto a la requte civile ante-
riormente, (n. 107), repitindose solamente de un modo genrico que la Casacin
era utilizable siempre que los jueces hubiesen cometido una contravencin a las
ordenanzas (n. 111), sin profundizar si podan, desde el punto de vista procesal,
distinguirse diversas categoras de vicios de la sentencia bajo el concepto, nico
desde el punto de vista poltico, de un acto del juez contrario a la voluntad del rey
(vase anteriormente, n. 112).
72 En el Edicto de Leopoldo, Duque de Lorena, de 20 de agosto de 1716, que introduca en su ducado el recurso de casa-
cin, los arts. II-1V enumeran los motivos del mismo: 1 En el Edicto de Leopoldo, Duque de Lorena, de 20 de agosto de
1716, que introduca en su ducado el recurso de casacin, los arts. II-1V enumeran los motivos del mismo: 1 contravention
sos ordonnances, en celles de nos prdecesseurs ducs, ou a qucique disposition des coulumes de nos tats; 2 contravention aux
traitz et concordats; 3 Arrts rendu par lune de nos Gours, par entreprise de jurisdiction sur celle de lautre; 4 dispositions
qui blessent les droits de ntre couronne.
73 Institution cit., vol. II, pg. 272; vase Chenon, Cassation, 43.
74 Dictionnaire, I, voz Cassation. La edicin consultada por m (12) es del 1740, pero el texto es muy anticuado y no tiene
en cuenta, por ejemplo, el Reg. de 1738.
75 Abrg cit., tt. III, p. I, sec. IV, VI.
76 Comment. sur lOrd.1667, tt. 1, art. VIII.
58 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
INSTITUTO PACFICO 59
PIERO CALAMANDREI
et a lordre public; 3 lorsque le jugement est vicieux, par dol, fraude ou concussion,
ou quil y a faute manifeste des juges, pour laquelle ils doivent tre condamns en
leur nom; 4 lorsquil sagit du domaine du roi, et quun jugement en dernier ressort
y porte atteinte85. De inobservancia de las formalidades no se habla; pero ms
adelante86, a propsito de la casacin en materia penal, se dice que a ella on a
recours, soit parce que le juge qui a connu de laffaire, tait incomptent, soit parce
que la procdure est irrgulire, soit enfin parce que le tribunal a pronunc ce que
la loi dfendait.
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LA CASACIN CIVIL
INSTITUTO PACFICO 61
PIERO CALAMANDREI
90 Vol. 1, cit.
91 ppendice citado, pgs. 7-9.
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LA CASACIN CIVIL
INSTITUTO PACFICO 63
PIERO CALAMANDREI
Sobre la naturaleza de este error in iure y sobre los requisitos que el mismo
deba tener para dar lugar a casacin, hablar muy en breve al analizar cul era la
funcin del Conseil des parties. De momento, debo, en cambio, advertir que, as
como en cuanto a los errores in procedendo la doctrina comenz a admitir entre
los motivos de casacin tambin aquellos vicios procesales que no derivaban de
un conflicto entre los jueces y la autoridad soberana, as tambin en cuanto a los
errores in iudicando se lleg, poco a poco, a incluir entre los motivos de casacin
tambin la simple injusticia in facto, aun cuando la misma no contuviese en
modo alguno una contravencin a la volunted del rey manifestada en las orde-
nanzas. Hemos visto hace poco que Ferrire declara que une injustice evidente et
95 Domat, cit. en el n. 121: les moyens de Requte civile se tirent de la qualit et do fait de la partie, et les moyens
de eassation dii fait du Juge. Henrion De Pansey, cap. XXXI, sec. X: on partageait en deux classes les bis
relatives aux formalits judieiaires, et lon distinguait celles qui comniandent aux juges de celles qui sadressent aux
officiers ministricis, et rglent la forme des actes. La violation de ces dernires donnait ouverture la requte civile;
et le recours en cassation avait lien toutes les fois que le juge navait pas rempli les obligations que la loi Iui imposait.
Vase Chenon, Cassation, n. 42.
64 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
manifest ... serait un moyen de cassation tres favorable; que igual principio admite
Pothier en cuanto a una enorme et manifeste injustice; y Denisart, si bien exclu-
ye la casacin por simple mal jug, templa, sin embargo, el rigor de tal exclusin
con diversas excepciones que casi la hacen nula (lugares citados, anteriormente,
n. 121). Ocurra as en la doctrina francesa algo semejante a lo que haba ocu-
rrido en la doctrina cannica a propsito de la nulidad por error de juicio: de
la misma manera que en el derecho cannico, al concepto poltico, derivado del
derecho romano, de nulidad por error contra ius constitutionis, se haba sustituido
el de nulidad ex capite notoriae iniustitiae (vase, anteriormente, ns. 63, 85), as
en el derecho francs al concepto poltico de la casacin por contravention aux
ordonnances la prctica, bajo el influjo del inters privado, sustitua el de casacin
por cualquier injusticia lesiva de los derechos de las partes. Era sta la necesaria
consecuencia de aquella utilizacin de la iniciativa privada que los reyes franceses
haban intentando en defensa de su soberana al admitir a las partes para provo-
car la casacin (vase anteriormente, n. 119) : la parte vencida en un juicio ante
un Parlamento vea en la demande en cassation al Conseil solamente un remedio
procesal en defensa del inters propio, y perda fcilmente de vista la finalidad
poltica en virtud de la cual haba nacido el instituto; y se senta impulsada por
tendencia natural a intentar la casacin aun cuando faltasen los presupuestos
para ello, y a ampiar los lmites de este recurso a toda suerte de injusticias, sin
preocuparse de la distincin, que para ella no tena ningn significado, entre
error de derecho y error de hecho. Se tenda as a transformar el recurso de ca-
sacin, cuyos caracteres originarios, que me he esforzado en poner en claro, no
permitan confundirlo con ningn otro medio de reclamacin contra las senten-
cias, en un simple remedio procesal por mal fallo, dirigido a obtener en inters de
las partes la revisin in iure e in facto de la sentencia, y destinado a ocupar poco
a poco el lugar de la apelacin prohibida96. El recurso de casacin que se diriga,
como se ha visto (en el n. 113), al rey en su calidad de soberano directamente
ofendido por la rebelin del juez a su voluntad, se aproximaba a ser, como el
remedio procesal de la requte civile, un recurso al rey en su calidad de juez su-
premo, llamado a corregir las injusticias cometidas por los jueces en dao de los
particulares: la lnea caracterstica de la casacin se esfumaba ; el lado procesal del
instituto predominaba poco a poco sobre el lado poltico97. De esta transforma-
96 Daguesseau, en las cartas de 5 de junio de 1750 (Oeuvres, X, 24), advierte, sin embargo, a los Parlamentos que entre
los motivos de casacin basados sobre el fond de la controversia, slo los basados sobre la contravencin a las Ord
nansas pueden producir impresin sobre el nimo del Consejo et cest leclaircissemcnt de ces sortes de iuoyens que
lon doit sattacher presquunique inent dans le cas od la connoissance do fond peut influer dans le jugement de la
demande en cassation. El Canciller trataba as de mantener en su verdadero significado el remedio de la casacin.
97 Tal transformacin es muy sensible en el dit de 20 de agosto de 1716 de Leopodo, Duque de Lorena, qui abroge
la proposition derreur contre les Arrts, introduite par lOrdonnance de 1607, et permet de se pourvoir au Conseil
en cassation dArrt; aun cuando la casacin derive aqu evidentemente del mo delo francs, tiene, sin embargo, el
carcter terminante de un remedio procesal en inters de las partes: sustituye la propositiun derreur; est instituda,
INSTITUTO PACFICO 65
PIERO CALAMANDREI
como dice el proemio del Edicto, al objeto de donner nos sujets par ce recours Nous, le moyen de conserver leur droit;
y tiene reglas dirigidas a la tutela del inters privado.
66 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
INSTITUTO PACFICO 67
PIERO CALAMANDREI
un juez inferior. En efecto, como observa Denisart102, por diversos Arrts del
Consejo contenidos en la Coleccin de Bornier ya citada103, aparece que en el
siglo XVII el rey admita el recurso de casacin al Conseil aun contra las senten-
cias de los jueces inferiores, contra las que habra sido utilizable la apelacin. Pero
ms tarde esta posibilidad cay en desuso, ya que el soberano que vea aumentar
cada vez ms el nmero de recursos al Conseil, consider que contra las contra-
venciones a las ordenanzas cometidas por los jueces inferiores era tutela suficiente
la apelacin a las Cours souveraines, y habiendo subsistido la va de la casacin
solamente contra las sentencias en dernier ressort, contra las que no cupiese, no ya
la apelacin, ni siquiera cualquier otro remedio ordinario o extraordinario, fu
necesario, a fin de que la sentencia fuese denunciable en casacin, no slo que
emanase de una Cour souveraine, sino tambin que no se pudiese recurrir contra
ella a uno de los remedios que las ordenanzas admitan contra las sentencias de
los jueces soberanos, esto es, la simple opposition en caso de contumacia104 la tierce
opposition, y, principalmente, la requte civile. Tambin ste se halla enunciado
por Gilbert de Voisins como un principio fundamental del instituto105.
En virtud de este principio (el cual parece por otra parte que admitiese
algunas excepciones en los casos en que concurran la casacin y la requte civile)
la demande en cassation tena verdaderamente el carcter de remedio extremo
en sentido negativo que no poda verse, a mi entender, en la querela nullitatis
del derecho comn (vase, anteriormente, n. 73); en efecto, la casacin no era
admisible mientras contra una sentencia exista la posibilidad de otro remedio.
Denisart explica esta regla de un modo relativamente ingenuo, diciendo que al
recurso de casacin, el cual implicaba una reprobacin contra los jueces, deban
preferirse los otros remedios porque sont plus conformes au respect du tribunal106.
La verdadera explicacin, de esta regla debe, por el contrario, verse en el carcter
absolutamente especial de la casacin, que haca de ella un instituto enteramente
distinto de los verdaderos remedios procesales ordinarios y extraordinarios. Aun
cuando algn escritor trate de la demande en cassation junto con la requte civile,
comprendiendo ambos institutos bajo el ttulo des voies extraordinaires pour se
68 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
pourvoir contre les jugements107, no se debe creer que la demande en cassation haya
de considerarse como un instituto paralelo al de la requte civile, con diversos
presupuestos, pero con origen y finalidad conformes108: en realidad, mientras la
requte civile era un verdadero y propio remedio procesal, una verdadera y propia
voie de droit destinada a garantizar a las partes una mejor justicia, y poda, por
consiguiente, puesta frente a la apelacin, voie de droit ordinaire, ser calificada
como una voie de droit extraordinaire, la demande en cassation no era una voie de
droit, no era un remedio procesal ni, por consiguiente, un instituto clasificable
en la misma categora que otros remedios procesales109. La demande en cassation
(aparte la corrupcin que la prctica, en inters privado, intentaba ejercer sobre
su carcter primitivo : vase, anteriormente, ns. 122 y siguientes) tena un lugar
propio que no poda compartir con ningn otro instituto ; cuando contra una
sentencia se haban agotado ya todos los remedios procesales establecidos en in-
ters de las partes, fuesen ordinarios o extraordinarios, la demanda en casation
intervena para llevar a la controversia un criterio nuevo: la tutela poltica de la
autoridad soberana. Lgicamente, pues, no se deban contraponer en el antiguo
derecho francs (al contrario de lo que ocurre en el derecho francs moderno,
en el que pourvoi en cassation se ha convertido en un verdadero medio de im-
pugnacin; vase, ms adelante, n. 197) las voies ordinaires de droit a las voies
extraordinaires de droit y entre estas ltimas comprender tambin la demande en
cassation; sino que se deba contraponer a las voies ordinaires y extraordinaires de
droit el instituto de la casacin, el cual precisamente de su naturaleza poltica y
extraprocesal derivaba el carcter de remedio extremo, utilizable solamente cuan-
do hubiese sido agotado todo remedio procesal.
107 Pothier, Procdure, p. III, sec. III, art. 1, I. Sin embargo, en el tratado Des obigations, n. 855, habla slo de la voie
extraordinaire de la requte civile.
108 Tal era en Lorena, donde en virtud del art. XV del dit. de 1716, los dos remedios de la requte civile y de la cassation
eran concurrentes y se excluan recprocamente.
109 Vanse las palabras de Pothier, Procdure, citadas en el n. 118.
110 Denisart, Cassation, III, n. 2: por ej. la sentencia que admitiese una prueba testimonial en un caso en que las
ordenanzas la prohibiesen.
111 Denisart, id. Un ejemplo de casacin de un Arrt del Grand Conseil puede verse en ppendice, pg. 72.
112 Reg. 1738, tt. IV, art. 31, en Tarb, Lois, n. 223; Denisarp, voz Conseil du roi, III, n. 11. Pero no se poda recurrir
en casacin Contra un Arrt del Conseil que rechazase una demanda de casacin: art. 39 d., en Tarb, Lois, n. 231.
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PIERO CALAMANDREI
70 ACTUALIDAD CIVIL
I N S T I T U T O P A C F I C O
PIERO CALAMANDREI
PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DE FLORENCIA
LA CASACIN CIVIL
Tomo I
HISTORIA Y LEGISLACIONES
Volumen 2
SECCION SEGUNDA
NACIMIENTO DE LA CASACION MODERNA Y
XITO DE LA MISMA EN LAS LEGISLACIONES
TTULO QUINTO
LA OBRA DE LA REVOLUCION FRANCESA Y SU
DESARROLLO EN FRANCIA
LA CASACIN CIVIL
CAPTULO XXI
Sumario 156. El principio del doble grado jurisdiccional: el Tribunal de casacin no cons-
tituye un tercer grado. 157. Decr. de 27 de noviembre - 1 de diciembre de 1790:
divisin de sus normas en dos grupos. 158. A) Normas que responden a la concep-
cin terica del instituto. 159. a) Prohibicin al Tribunal de casacin de juzgar le
fond de las controversias. 160. b) De qu vicios se ocupa el Tribunal de casacin:
errores in indicando: contravention la loi. 161. Significado de tal locucin.
162. Aparente contradiccin de la misma con la prohibicin hecha a los jueces de
interpretar la ley. 163. c) Carcter puramente negativo de la casacin. - 164. Su
justificacin. 165. d) Conflicto entre autoridad judicial y Tribunal de casacin:
rfr obligatoire al legislador. 166. Significado de este sistema. 167. Afirmada
dependencia del Tribunal de casacin del poder legislativo. 168. e) Impulso a la
casacin: casacin dans lintrt de la loi. 169. Cmo aparece de tal instituto la
naturaleza no jurisdiccional del Tribunal de casacin. 170. Confirmacin obte-
nida de la anulacin por excs de pouvoir. 171. B) Normas que no responden a la
concepcin terica del instituto. 172. a) La demande en cassation, como facultad
concedida a los particulares de provocar la casacin. 173. b) La casacin por errores
in procedendo. 174. Su justificacin histrica. 175. c) Atribuciones heterogneas
del Tribunal de casacin. 176. En la casacin por error in proc. y en las otras atribu-
ciones accesorias del Tribunal de casacin no se aplican las reglas fundamentales de la
casacin. 177. Conclusiones sobre el carcter del Tribunal de casacin en su forma
originaria. 178. No sirve para mantener la unidad de la jurisprudencia.
INSTITUTO PACFICO 77
PIERO CALAMANDREI
1 Decr. de 27 de nov.-1 de dic. de 1790, art. 30 (Tarb, n. 547); L. 13-20 de marzo de 1791 y 14-17 de abril de 1791
(Tarb, ns. 566 y siguientes). Vase Chenon, Cassation, pg. 73 y nota 2.
2 Vase Boncenne, Thorie, I, pg. 398.
3 Sobre el alcance del mismo en nuestro proceso, vase Zanzucchi M. T., Nuove demande, nuove eccezioni e nuove
prove in appello (Milano, 1916, n. 68 y sigs.).
4 Vase Boncenne, Thorie, I, cap. XVI.
78 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
que hizo parecer peligrosa, a los autores del Decreto de 16-24 de agosto de 1790
hasta la institucin de tribunales especiales de apelacin.
Ahora bien, cuando afirman Boncenne5, que un tribunal de cassation fut institu
comme le centre du pouvoir judiciaire, y Weismann que el Trib. de casacin no debe
ser como el antiguo Conseil una magistratura puesta fuera del ordenamiento judicial,
sino que debe formar una parte esencial del mismo, su punto supremo de culmina-
cin6, vienen evidentemente con ello a contradecir a aquel principio del doble
grado de jurisdiccin que los reformadores establecieron como base de su siste-
ma. El poder judicial, en realidad, se agotaba en un doble orden de tribunales;
a los fines tan diversos de aquellos por los cuales este doble orden de tribunales
era instituido, deba servir, como veremos el rgano al cual se confiaba el poder
de casacin: que, como deca el art. 1 del Decreto de 27 de noviembre 1 de di-
ciembre de 1790, no estaba colocado en el vrtice del ordenamiento judicial, sino
tabli auprs du Corps lgislatif7.
INSTITUTO PACFICO 79
PIERO CALAMANDREI
10 Vase Const. 3-14 de septiembre de 1791, art. 20; Const. 24 de junio de 1793, art. 99; Const. de 5 de fruct. del ao
III; Const. de 22 de frumario del ano viii, art. 66 (en TARBE, Lois, ns. 588, 650, 713, 823).
11 Vanse los arts. citados en la nota precedente.
80 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
c) Aprs avoir cass ...le jugement, il renverra le fond des affaires aux tribunaux
qui devront en connatre (art. 3 al final)12.
d) Si le nouveau jugement est conforme celui qui a t cass, il pourra encore
y avoir lieu la cassation. Mais lorsque le jugement aura t cass deux fois, et quun
troisime tribunal aura jug en dernier ressort de la mme manire) que les deux
premiers, la question ne pourra plus tre agite au Trib. de cassation, quelle nait t
soumise au Corps lgislatif qui en ce cas portera un dcret dclaratoire de la loi; et lor-
sque ce dcret aura t samctionn par le roi, le Tribunal de cassation sy conformera
dans son jugement (art. 21)13.
e) Si le commissaire du Roi auprs du Tribunal de cassation apprend quil ait
t rendu un jugement en dernier ressort directement contraire aux lois... il en don-
nera connaissance au Tribunal de cassai tion; et sil est prouv que les.. . lois ont t
violes, le jugement sera cass, sans que les parties puissent sen prvaloir pour luder
les dispositions de ce jugement, lequel vaudra tramsaction pour elles (art. 25)14.
Estas pocas disposiciones (he omitido de intento las normas relativas a las
otras funciones del Tribunal de cassation, a la anulacin por violacin de formas
procesales, y a la facultad de recurso, demande en cassation, concedida a los par-
ticulares; sobre las cuales vase, ms adelante, ns. 171 y sigs.) nos dan una silueta
absolutamente lgica y homognea del instituto. Supongamos por un momento
que slo ellas constituyeran la totalidad de las reglas positivas dictadas por la
Asamblea sobre el rgano de casacin: y deduzcamos de ellas cuales fueron los
lmites del control ejercido por ste, cules las providencias que el mismo deba
tomar como consecuencia de tal control, cul el medio prctico para provocar el
funcionamiento del control mismo.
12 Vanse, Const. 3-14 sept. de 1791, art. 20 Const. 5 de fruct., ao III, art. 255; Const. 22 frum., ao VIII, art. 66
(Tarb, Lois, ns. 588, 713, 823).
13 Vase Const. 3-14 de sept. de 1791, art. 21; Const. de 5 fruct., ao III, art. 256 (Tarb, Lois, 589, 714).
14 Vase art. 88, L. 27 ventoso, ao VIII (Tarb, Lois, n. 855).
INSTITUTO PACFICO 81
PIERO CALAMANDREI
82 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
19 Meyer, Inst. jud. (ed. francesa), I. c.; Linde, Rechtsmittel, II, 646.
20 Boncenne, Thorie, I, 403- 404.
21 En los inicios de la Revolucin, cuando se autoriz al Conseil des parties Para seguir en funciones hasta tanto que se
estableciese el Tribunal de cassation, un Decr. de 20 de octubre de 1789 le prohibi desde aquel momento en adelante
les evocations avec retenue du fond des affaires. Vase Chenon, Cassation, pg. 65.
22 Decr. de 27 de nov.-1 de dic. de 1790, art. 2 (Tarb, n. 519). Regla ya existente bajo el ancien rgime: vase, ante-
riormente, n. 125.
23 L. 24 de agosto de 1790, tt. V, art. 15.
24 Un dictamen dado por el Consejo de Estado el 18 de enero de 1806 para frasea esta locucin diciendo: si un arrt
se trouve en opposition formello ayee une disposition textuelle de la loi. Vase Boncenne, Thorie, 1, pg. 499, y,
siguiendo sus huellas, Zink, Ermittlung der Sachsverhaltes, I, Bd., pg. 397.
25 En el proyecto original (Moniteur, 1790, pg. 1239) no se especificaban los motivos de casacin habindose
INSTITUTO PACFICO 83
PIERO CALAMANDREI
84 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
29 Grasserie, Cassation, dice que esta contravention se verifica cuando el juez estime lapplication de la loi contraire sa
cqllscience, il se met en rvolte centre elle.
30 Fiiosofia e dottrine giuridiche, I, cap. XX, pg. 442.
31 Autorit judiciaire, chap. XXXI, sect. X.
32 Id. id., al final. Tambin Garsonnet, Trait, VI, 2333, nota 3, reconoce que sta fu la originaria restriccin de
la funcin del Tribunal de Casacin, y cita algunas decisiones (5 floreal, ao V, D. A., voz Cassation, u. 1355; 5 de
enero de 1809, D. A., voz Contrat de inariage, n. 4236) que admitan la casacin slo por violacin de la letra de la
ley. Vnse tanibin Chenon, Cassat. cit., pg. 160, nota 2; refutacin de Henrion en Dalloz, Rp., voz Cassation,
ns. 1351-1352.
33 Autorit judiciaire, loc. cit. Tambin Conzo, Cosa giudicata y Tarb, Lois, pg. 51.
INSTITUTO PACFICO 85
PIERO CALAMANDREI
86 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
expresse ayee elle: au eontraire, ji tait vident quil avait respeete autant quil tait en lui, puisquil navait ainsi
jug que dans la persuasion que tel tait son vritable sens,et que le tribunal le phis intgre et le plus elair no peut
appliquer les aetes lgislatifs que de la manire dont il les eonoit. Este concepto originario que vea en la casacin
una represin personal contra el juez es aceptado tambin por Meyer, Ist. giud., V, pg. 184.
36 Vase Geny, Mthode, pg. 82 y autores que en ella se citan en nota 3. Conforme: Schultz, Zum Umgestaltung des
Rechtsm. der Revision, pg. 5 de la edicin separada.
37 Vanse decisiones en Tarb, Lois, Introduction, pgs. 51-54; Savigny, Berufung, pg. 78; Zink, Ermittlung, pg. 402.
Tal concepcin domina todava sobre el procedimiento: el recurso debe contener, bajo pena de nulidad, la indicacin
de los artculos que se pretenden violados (Garsonnet, Trait, VI, 2387); la sentencia de casacin debe contener
la designacin del texto en virtud del cual se casa (Decr. 1790, art. 17).
38 Tarb, Lois, n. 520, nota 6.
39 Chiovenoa, Principii, 1025; Hellwig, System, I, 855. Vase tambin mi Error in iudicando, n. 67.
INSTITUTO PACFICO 87
PIERO CALAMANDREI
162. De lo que ahora hemos dicho resulta que el oficio del Trib. de
casacin, si hubiera debido contenerse dentro de aquellos lmites rigurosos que
le marcaban las normas del Decreto de 27 de nov. l de dic. de 1790, raras veces
habra encontrado en la prctica la oportunidad de manifestarse. En realidad, la
frmula que determinaba los lmites de la censura del nuevo organismo, pareca
preocuparse, sobre todo, de sustraer lo ms que fuese posible al control del Trib.
de casacin la actividad llevaba a cabo por los jueces de mrito: mientras el Trib.
de casacin haba nacido del temor casi obsesionante de un ataque de los jueces
contra el poder legislativo, mientras los oradores de la Asamblea haban llegado
en virtud de tal temor hasta el punto de prohibir al poder jurisdiccional cualquier
forma de interpretacin del derecho, el Decreto que institua el rgano destinado
a tutelar la ley contra toda violacin de los jueces vena en realidad a limitar de tal
manera los poderes de este rgano, que, por necesidad, deban escaparle y quedar
sin censurar la mayor parte de las violaciones de ley cometidas por los jueces al
decidir las controversias. Existe una contradiccin estridente entre las enrgicas
protestas de los diputados revolucionarios contra toda suerte de interpretacin
jurisprudencial y la exclusin de la fausse interprtation de la ley de la censura
del Trib. de casacin: mientras ste habra debido servir, en la intencin de sus
fundadores, para impedir a los jueces interpretar en cualquier modo las normas
emanadas del poder legislativo, se les prohiba despus intervenir incluso en los
casos en que los jueces de mrito no slo haban interpretado la ley, sino que la
haban interpretado faussement.
88 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
40 Ii faut bien distinguer les moyens dappel et ceux de cassation; je sais bien quun moyen de cassation est aussi un mo-
yen dappel, mais tout moyen dappel nen est pas un de cassation. Vous avez dcrt quil ny aurait plus dingalit
de partage des fiefs, d raison de iancienne nobiesse de personnes et de choses. Si un juge portait un jugement co-
ritraire ce dcret, ji y aurait contravention la ioi et lieu une demande en cassation, mais iorsque la loi a t mal
applique des fiefs contests, ce nest quun moyen dappel et non de cassation (Sesin del 11 de noviembre de 1790,
Moniteur, 1790, 1306).
INSTITUTO PACFICO 89
PIERO CALAMANDREI
haba decidido el juez de mrito, sino que vena a encontrarse de nuevo indecisa e
incierta, como lo estaba antes de que hubiese sido pronunciada ladecisin censu-
rada. Habiendo cado el efecto de la declaracin de certeza judicial llevada a cabo
por el juez de mrito, era necesaria de nuevo la intervencin de la jurisdiccin: y
a tal fin el Trib. de casacin remita otra vez la causa a la autoridad judicial; a fin
de que sta, puesto que su primer pronunciamiento haba cado en la nada sin
lograr el objeto, jzgase una segunda vez.
90 ACTUALIDAD CIVIL
LA CASACIN CIVIL
43 Trb, Lois, n. 534 y nota con citas de las ms antiguas decisiones del Trib. de casacin. Otros ejemplos de tal
concisin se pueden ver en Sirey, Jurisprudence de la Cour de cass. (2.a ed., Pars, 1809), vol. 1, que contiene las
primersimas decisiones del Trib. de casacin: por ej. la decisin de 3 de agosto de 1792 (id., pg. 7).
44 Vase Mayer, Ist. giud., V, pgs. 173 y sigs.; Harrasowsky, Rechtsmitttel, pg. 6; Linde, Rechtsmiltel, II, pg. 652.
45 Vans los discursos de Chabroux y de Beumetz, en la sesin de 26 de Tflayo de 1790 (Moniteur, 1790, 597 y
598).
46 Sesin del 8 de mayo de 1790 (Moniteur, 1790, 524).
INSTITUTO PACFICO 91
PIERO CALAMANDREI
al que sirven los tribunales ordinarios, se comprende bien que al atribuirle cual-
quier poder positivo sobre la decisin de las controversias habra constituido una
infraccin al principio de la separacin de los poderes47. Veremos que en seguida,
al transformarse el Trib. de casacin en un verdadero y propio rgano jurisdic-
cional, el carcter negativo de su jurisdiccin podr parecer un anacronismo y un
contrasentido (vase, ms adelante, n. 192) ; pero mientras el Trib. de casacin
quedaba fuera del ordenamiento judicial, con funciones que nada tenan de ju-
risdiccionales, deba por fuerza su actividad limitarse a destruir sin reconstruir,
puesto que toda reconstruccin habra llevado consigo una invasin en el terri-
torio reservado a otro poder48.
165. d) Puesto que la casacin de la sentencia que contena una con-
travencin a la ley haca necesaria una nueva decisin en mrito, la causa era
remitida por el Trib. de casacin a la autoridad judicial ordinaria (vase, ms
adelante, n. 201). Este nuevo tribunal no estaba vinculado en su libertad de jui-
cio por el hecho de que la controversia hubiese ya dado lugar a una casacin (in
indicando; pero no tena igual libertad in procedendo: vase, ms adelante, n. 176)
y decida, por consiguiente, nicamente segn su criterio; poda ocurrir as que
el tribunal de rinvio, cuya libertad de decisin no estaba sometida a lmites (ms
que a aquellos que derivaban del hecho de ser juez en dernier ressort), cometiese
todava una vez ms, en la nueva sentencia, una contravencin a la ley, y acaso
precisamente aquella misma contravencin por la cual la sentencia precedente
haba sido casada la primera vez. Tena aplicacin entonces la regla (sub d) que
si le nouveau jugement est conforme celui qui a t cass, il pourra encor y avoir
lieu la cassation; pero ni siquiera la segunda casacin, que quitaba de en medio
esta segunda sentencia, poda establecer una restriccin a la libertad de juicio del
tercer tribunal al cual de nuevo era enviada la causa. Se habra podido de este
modo, continuando por el mismo camino, instaurar una especie de concurso sin
posible salida entre el Tribunal de casacin de una parte y la autoridad judicial
de la otra, obstinados ambos, sta en decidir positivamente de un modo contra-
rio a la ley, y aqul en negar toda eficacia jurdica a la sentencia que contiene la
contravencin49.
Para poner un trmino a este juego, el cual revelaba de un modo patente
un vicio de oscuridad o de falta de plenitud en la ley, en cuanto no se poda
47 Goupil, en la sesin del 10 noviembre de 1790 (Moniteur, 1790, 1302) representaba as el poder negativo del r-
gano de casacin: La Cour de cassation doit dire: Le juge a t infidle son mandat, il a appliqu la loi dune manire
injuste, allez trouver un mandataire qui jugera mieux.
48 As correctamente el carcter negativo de la Casacin viene referido al principio de la separacin de los poderes por
Holzschuher, Rechtsweg, pg. 127, y por Leue, Ideen, pg. 126.
49 Vase Chenon, Cassation, pg. 205.
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LA CASACIN CIVIL
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PIERO CALAMANDREI
50 Const. de 3 de sept. de 1791, tt. III, cap. V, art. 1: Le pouvoir judiciaire ne peut, en aucun cas, tro exerc par le
Corps lgislatif, ni par le roi.
51 El cual, en pocas de cambios polticos como eran aquellas, en todo tena que pensar con preferencia a los rfrel.
Vase TARB, Introduction, 83; Chenon, Cassatioa, pgs. 206-207.
52 Esta consideracin hizo abolir, por los redactores del Cdigo de Napolen, el rfr facultatif (ms adelante, n. 179);
vase Portalis, Discours prlim. au.C. C., n. 15; Forcer le Magistrat de recourir au lgislateur, ce serait admettre le
plus funeste des principes; ce serait renoilveler parmi nous la dsastreuse lgil lation des rescrits. . . (en Locr, 1,
159: y el mismo Locr, Esprit, I, 212). La misma consideracin fu hecha valer por Portalis en 1828 (ms adelante,
u. 186, 39) para la abolicin tambin de este rfr obligatoire; vase Relacin al proyecto de 30 de julio de 1828,
sesin del 25 de marzo de 1828 (Moniteur, 1828, 362) Lerreur du lgislateur de 1790 fut de subordonner lissue
du procs qui tait devenu loccasion de linteprtation, au rsultat de cette interprtation mrne; Persil, Relazione
a la ley de 19 de abril de 1837 (ms adelante, n. 188), en. Moniteur, 1837, 172. Acerca del tema, Boncenne,
Thorie, I, 540.
53 Staatstheorien, pg. 340.
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167. La posicin del Trib. de casacin, que deba servir de puente entre
el poder judicial y el poder legislativo, sin formar parte, sin embargo, de ninguno
de los dos ni depender en modo alguno d ellos, est confirmada por otras dispo-
siciones accesorias que regularon el funcionamiento del Trib. de casacin. El art.
24 del Decr. de 27 de nov. 1 de dic. estableci que chaque anne le Tribunal de
cassation sera tenu denvoyer la barre de lassemble du Corps lgislatif une dputa-
tion de huit de ses membres, qui lui prsenteront ltat des jugements rendus, ct de
chacun desquels sera la notice abrge de laffaire, et le texte de la loi qui aura dcide
la cassation; tal disposicin56, que fu repetida tambin por leyes posteriores57,
se transform en la ley de 27 Ventoso, ao VIII (1800) sobre la organizacin de
los tribunales, en estos trminos: Le tribunal de cassation enverra chaque anne au
gouvernement une dputation pour lui indiquer les points sur lesquels lexprience
54 Redslob dice que el sistema de 1790 estara inmune de crtica si se hubiera basado sobre el siguiente principio: que
la norma, emanada por el legislador en ocasin de la litis singular, debiese tener carcter general, de modo que el
proceso singular representase no el objeto de tal decisin, sino el camino para obtenerla. Ahora bien, en realidad, es
precisamente ste, como he demostrado en el texto, el significado del rfr al legislador. Y Redslob probablemente
se confunde entre el sistema del Decr. de 1790 y el de la intervencin rglementaire limitada al caso singular, de que
hablar ms adelante, n. 186, 2.
55 Los hombres de la Revolucin, al plantearse el dilema (vase, anteriormente, n. 151) de si la casacin era acto de
jurisdiccin o de legislacin, se sentan obligados, por la negacin de su carcter jurisdiccional, a admitir necesa-
riamente el carcter legislativo, sin pensar siquiera que la casacin pudiera tener un Carcter intermedio, que no
estuviese comprendido en ninguno de los dos. Igualmente est mal planteado el problema por Alglave, Mm. public,
Nota II (pgs. 636 y sigs.), cuando se pregunta: Les attributions de la Cour de cassation rentren-elles dans le pouvoir
lgislatif ou dans le pouvoir judieiaire? Excluido que la Corte de casacin forme parte del poder judicial, se ve obligado
naturalmente a concluir que la misma forma parte del poder legislativo, siendo as que habra podido decir que,
originariamente, no formaba parte ni de ste ni de aqul. Tambin Redslob (obra y loc. cit.) cae en el mismo error,
aunque en sentido opuesto: al excluir que la casacin sea acto legislativo, concluye que, por tanto, es acto jurisdiccio-
nal. Tambin est viciada por el mismo error la argumentacin del diputado Antoine, en la Asamblea, 22 de octubre
de 1790, referida en nota a la pg. 343.
56 Tarb, Lois, n. 541.
57 Const. 3-14 sept. 1791, cap. V, art. 22; Const. 5 Fructidor, ao III (1795), art. 257 (Tarb, Lois, ns. 590 y 715).
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lui aura fait connatre les vices ou linsuffisance de la lgislation58; y, en esta nueva
redaccin, claramente demuestra que el Tribunal de casacin tena la funcin de
vigilar la marcha de la administracin de la justicia, sin tomar parte en ella, para
despus referir al poder legislativo los resultados de esta vigilancia y provocar,
como consecuencia, por parte del poder legislativo la emanacin de las oportunas
normas. El rgano de casacin, tambin en esta actividad, no participaba ni de
la jurisdiccin ni de la legislacin; sino que integraba y coordinaba y pona en
contacto los dos poderes.
Puesto que el Trib. de casacin, por lo que hemos dicho hasta aqu, deri-
vaba de un criterio fundamental no diverso del que haba producido en algunos
Estados italianos magistraturas con funcin de nomofilaquia (Conservatori delle
58 Tarb, Luis, n. 853; vase tambin el Arrt del 5 Ventoso, ao X (1802), en Tarb, id., n. 929. Vase, en cuanto a
estas disposiciones, Alglave, nota cit., loc, citada.
59 Geny, Mthode, pgs. 7071.
60 Ejemplos: Decreto de 1 de Brumario, ao II (1793); 6 de Brumario, ao II; 10 de Brumario, ao II (en Tarb, Luis,
ns. 676, 679, 680). Vase Alglave, Min. publ., loc. cit., que enumera otros decretos similares; Crpon, Cassation, I,
ns. 121 y sigs.
61 Decreto del 26 Pluvioso, ao III (1795), art. 2 (en Tarb, Luis, n. 708).
62 En Tarb, Luis, n. 722. Sin embargo el senadoconsulto orgnico de la Constitucin del 16 Termidor, ao X (Tarb,
Luis, n. 930), dispuso (art. 55) que 811 Senado pudiera anular las sentencias de los tribunales cuando atentaran a la
segurid del Estado.
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leggi, y similares: vase, anteriormente, ns. 80 y sigs), sera lgico pensar que
tambin al Tribunal de casacin, lo mismo que a aquellas magistraturas, le co-
rrespondiese un poder de iniciativa, al objeto de descubrir y reprimir de oficio las
contravenciones a la ley cometidas por los juzgadores63. Se podra imaginar, por
ejemplo, que el Trib. de casacin tuviese la facultad de llevar a cabo una inquisi-
cin, una verificacin peridica sobre todas las sentencias en dernier ressort emiti-
das por la autoridad judicial, y que a tal fin todos los jueces de apelacin hubieran
estado obligados a hacer llegar al Trib. de casacin copias de sus sentencias, para
someterlas al examen del rgano conservador de la ley64. Pero este sistema, que,
al menos tericamente, podra parecer el que respondiese mejor al concepto ori-
ginario del instituto, ni siquiera se les ocurri a los reformadores, los cuales, acaso
pensando que tambin para el rgano de casacin, que tena el nombre y la apa-
riencia de un tribunal, deba valer la regla judicial ne procedat judex ex officio, no
le dejaron la iniciativa de su funcin. A quin correspondi, pues, dar impulso
a la casacin? Deberemos referirnos aqu a la facultad de recurso concedida a los
ddanos particulares; pero he advertido ya que me propongo, por ahora, dejar
de lado este punto (acerca del cual vase, ms adelante, n. 172), porque el mis-
mo nos muestra una fundamental desviacin del instituto. Figurmonos, pues,
por ahora, que la facultad de recurso concedida a los particulares no existiese, y
que el nico caso posible de casacin fuese la llamada cassation dans lintrt de
la loi: sta se verificaba en virtud del impulso que parta del commissaire du roi,
que, segn el art. 23 del Decreto fundamental, deba residir al lado del Trib. de
casacin65. Los commissaires du roi, correspondientes a nuestro actual Ministerio
Pblico, tenan en general, en el ordenamiento jurdico nacido de la Revolucin,
funciones de nomofilaquia y de vigilancia sobre la buena marcha de los tribuna-
les66; en armona con ste carcter de su funcin, el commissaire du roi residente
al lado del Trib. de casacin, que hubiera tenido noticias de que en una sentencia
dictada por la autoridad judicial en dernier ressort se haba producido una contra-
vencin a la ley, deba comunicarlo (en donnera connaissance; vase, anteriormente,
n. 158 sub e) al Trib. de casacin, el cual, si comprobaba la existencia de la con-
travencin, proceda a la casacin (vase, ms adelante, n. 201).
169. Esta casacin dans lintrt de la loi, que no extenda su eficacia a
las partes de la controversia de mrito67, es la prueba ms clara del carcter no
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74 Justamente el Trib. de casacin es calificado como un rgano de polica 8obre los tribunales. Vase, ms adelante, n.
176.
75 Trab, Lois, n. 593. Vase tambin art. 80 de la ley de 27 Ventoso, ao VIII, en Tarb, Lois, 847.
76 Para el Decr. de 1790, art. 25, en relacin con el art. 27 de la Const. de 1791, la diferencia entre la casacin dans
lintrt de la loi y esta anulacin era clara, en cuanto la primera tena lugar por oontravent ion la loi (vase, anterior-
mente, n. 169) o por violacin de formas, como se dir (en el n. 176, nota), mientras la segunda tena lugar por excs
de pouvoir. Pero la ley 27 Ventoso, ao VIII, complic las cosas porque, aun manteniendo la anulacin por exs de
Pouvoir (art. 80), admiti que la casacin dans lintrt de la loi pueda ocurrir tambin por excs de pouvoir (art. 88).
Acerca de la conciliacin de estos dos articulos, vase la doctrina citada ms adelante, n. 201, nota.
77 Vase Henrion, Auiorit judiciaire, cap. xxxiii, Chenon, Cassation, 34 y 57; Faye, Cassation, ns. 454 y sigs. Vase,
ms adelante, n. 201 al final.
78 Vase Holzschuher, Rechtsweg, cit., pgs. 126-127.
79 Proyecto de Constitucin presentado por Condorcet en la sesin del 15 de febrero de 1793, tt., sec. IV, art. 15
(Moniteur, 1793, 225).
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particulares que hubiesen sido partes en los juicios en ltima instancia en que
hubieran sido pronunciadas tales sentencias. Se permiti, as, a las partes que se
sintieran lesionadas por una sentencia no impugnable por otra va (vase, ms
adelante, n. 196), presentar al Trib. de casacin una demande en cassation cuan-
do creyesen que la sentencia contena una contravention expresse au texte de la
loi; y a la decisin que el Trib. de casacin deba tomar en virtud de semejantes
demandas se le dieron formas presque judiciaires80, con garantas de publicidad,
con debate oral en contradictorio entre la parte interesada en obtener la casacin
y la interesada en el mantenimiento de la sentencia81, con las mismas normas de
procedimiento que haban sido fijadas por el Reglamento de 1738 para el Conseil
des parties82.
Semejantes formas judiciales no deben llevarnos a engao sobre la verdade-
ra naturaleza de la demande en cassation, ni hacernos creer que, por el solo hecho
de que el Trib. de casacin fuese llamado a decidir sobre una demanda de parte,
el mismo asumiese con esto naturaleza genuinamente jurisdiccional en inters de
los particulares contendientes. El inters privado, por el contrario, continuaba,
no obstante la posibilidad de una demande en cassation, teniendo disponibles
solamente dos grados de jurisdiccin; las exigencias de una recta justicia queda-
ban suficientemente satisfechas con un doble examen en cuanto al mrito de las
controversias sometidas a la autoridad judicial. Ahora bien, cuando el Decreto
de 27 de nov.- 1 de dic. permita a las partes provocar en cuanto a una sentencia
ya no revocable en las vas ordinarias la intervencin del Trib. de casacin, no
pretenda con esto ofrecer a las partes un remedio para lograr mejor su finalidad
de tener una sentencia justa, ni se preocupaba en modo alguno de la lesin que
a la parte vencida le habra derivado de la irrevocabilidad de una sentencia injus-
tamente desfavorable para ella; la nica finalidad del Decreto era la de obtener
de los particulares litigantes el medio para descubrir las contravenciones a la ley
cometidas por los jueces, los atentados contra la voluntad del legislador cometi-
dos por la autoridad judicial durante la decisin de las controversias privadas83.
La demande en cassation serva, pues, solamente para poner en movimiento al
Trib. de casacin, para llamar su atencin sobre un abuso cometido en dao del
poder legislativo; pero, cuando la misma haba servido para dar as el impulso, la
naturaleza de la derivacin que el tribunal de casacin tomaba no era en absoluto
diversa de la que habra sido si la casacin, en lugar de por un particular, hubiese
sido pedida por el commissaire du roi en el puro inters de la ley. La demande en
cassation presentada por un particular no tena la consecuencia de que el Trib.
de casacin se convirtiese en juez en inters privado: constitua nicamente el
impulso que, aunque fuese con formas aparentemente judiciales, pona al Trib.
de casacin en camino de ejercer su funcin no jurisdiccional.
No es necesario que repita aqu todo lo que con anterioridad dije amplia-
mente (en el n. 120) sobre la naturaleza de la demande en cassation. La misma,
aun en la primera concepcin del instituto creado por la Revolucin, tuvo ms
bien carcter de queja, de denuncia, de splica84, que de verdadera y propia ac-
cin: no fu ni un medio de gravamen dirigido a obtener el examen de la contro-
versia en un ulterior estadio del proceso, ni una accin de impugnacin dirigida
a obtener la anulacin de una sentencia viciada. La sentencia que contena una
contravention la loi, era, para las partes, plenamente vlida; el Decreto de 27
de nov. 1 de dic. no reconoca a las partes un derecho a obtener la casacin de
tal sentencia. El indicado Decreto, reconoca a las partes solamente la facultad de
pedir la casacin85; pero, si sta se produca, no era porque el Tribunal de casacin
quisiera con ello satisfacer el derecho del recurrente, sino porque consideraba rea-
lizar un acto que responda a la finalidad pblica para la cual se haba instituido.
84 Splica al legislador (cine Bitte an den Gesetzgeber) la llama Redslob, Staatstheoriem, pg. 340.
85 Schmidt, Lehrbuch, 126, pg. 796, llama al recurso de casacin una peticin de la decisin de la Corte de
casacin.
86 La introduccin del inters privado en servicio del inters pblico, y la Consiguiente posibilidad de tentativas por
parte de los particulares de hacer aparecer una contravention d la loi all donde se trataba solamente de un mal jug, ex-
plica la introduccin ante el Trib. de eassation (como con anterioridad ante el Conseil des parties; vase, anteriormente,
n. 127) de medidas restrictivas destinadas, segun la expresin de Merlin (24 de mayo de 1790, en Moniteur,
1790, pg. 590), a mettre des entraves aux demandes en cassation: tales como el depsito praventivo de la amende y el
preventivo examen del Bureau (despus Chambre) desrequetes sobre la admisibilidad del recurso: medidas que no se
aplicaban, se en tiende, a los recursos dans lintret de la loi (vase, ms adelante, ns. 195 y 201).
87 Decr. 1790, art. 3; Const. 24 de junio de 1793, art. 99; Const. 5 Fructidor, ao III, art. 255; Const. 22 Brumario,
ao VIII, art. 66 (en Tarb, Lois, ns. 650, 713, 823).
88 La primera referencia a la casacin por violacin de la forme de linstruction se encuentra en un discurso de Cha-
broux, dirigido a la Asamblaa el 26 de mayo de 1790 (Moniteur, 1790, 597). El mismo Chabroux, en las sesiones
del 10 y del 11 de noviembre repiti que la casacin deba tener lugar tambin quand on naura pas observ les
formes y propuso que la casacin deba ser admitida pour la violation des formes prescriptes pour la procdure. La
frmula violation des formes dont lexcution est prescripte peine de nullit es de Chapelier (Moniteur, 1790,
1239 y 1306).
89 La Grasserie, Cassation, 16: ... ces formes tant exiges expressment ou implicitement par la loi, cela rentre dans
la violation de la loi. Moetara, Comm., IV. Ampliamente desarrollado este concepto en Meyer, 1st. giud., Lib. VII,
cap. VI.
90 Vase mi trabajo: Distinzione tra error in iudicando ed error in procedendo, n. 2.
91 Si la Casacin hubiera sido instituida para las simples inejecuciones de ley, no se comprende por qu la Asamblea no
sinti la necesidad de extenderla a reprimir las inejecuciones cometidas por cualquier orden de funcionarios.
objetivo, en la igual causa subjetiva, esto es, en la intencin del juez de obrar de
un modo diverso de como debera haber obrado segn la ley.
174. El admitir que la casacin pudiese tener lugar no por toda inobser-
vancia de formas procesales prescritas por ley, sino solamente por la inobservan-
cia de aquellas formas que ya anteriormente, por doctrina tradicional derivada
del derecho comn haban sido consideradas esenciales para la validez del proce-
so, adaptaba la casacin a fines enteramente diversos de aquellos en atencin a los
cuales haba sido instituida, en cuanto de un remedio constitucional contra los
ataques del poder judicial en dao del poder legislativo, haca un remedio proce-
92 La inejecucin in procedendo de una ley procesal, que no se impon bajo pena de nulidad puede dar lugar a recurso de
casacin por violacin de ley? Lo afirma Pigeau, Trait (6. ed., vol. II, tt. IV, 3, n. 3, nota 23, 2; Merlin, .Rp.,
voz Cassation, II, n. IX, 2.
93 Art. 2, en Tarb, Lois, n. 692.
94 Id., n. 1170.
sal contra las irregularidades formales de los procesos : el instituto que, para servir
al intret de la loi, habra debido prescindir enteramente de la justicia concreta de
las decisiones judiciales singulares, vena as a ponerse al servicio de la justicia, en
cuanto, al garantizar a los litigantes la regularidad de las formas procesales, ase-
guraba a los mismos el recto funcionamiento del instrumento a travs del cual la
justicia se administra. Puesto que, como los autores franceses reconocen, cuando
la ley impone la exacta observancia de las formas judiciales esenciales, trata de tu-
telar ms bien que el principio de la separacin de poderes, las exigencias de una
correcta justicia95, la casacin por error in procedendo admitida desde el Decreto
de 1790 no tenda ya a eliminar un conflicto entre legislador y juez, sino slo a
quitar eficacia jurdica a una decisin viciada por cualquier defecto de construc-
cin. De suerte que la casacin ofreca diverso significado segn que tuviese lugar
por contravention la loi o por violation des formes: en el primer caso la sentencia,
plenamente vlida desde el punto de vista procesal, era eliminada por una causa
externa, esto es, por un inters pblico superior, distinto del inters pblico en
cuya virtud est instituida la justicia civil, que se opona al mantenimiento de la
misma ; en el segundo caso la sentencia, nacida de un procedimiento viciado y,
por consiguiente, sufriendo ella misma un defecto de origen, vena a perder su
vigor por una causa interna, esto es, porque una parte pona en evidencia y haca
constatar las consecuencias de la imperfeccin de que la sentencia estaba afecta :
podramos decir que aqu la sentencia mora de muerte natural, mientras que all
mora de muerte violenta.
El art. 1 del Decreto de 1790, el cual enumeraba las funciones que habra
debido ejercer el Tribunal, despus de haber hecho mencin, en primer trmino,
de la fundamental (prononcer sur toutes les demandes en cassation contre les juge-
ments rendus en dernier ressort) atribua al Tribunal de casacin el conocimiento
de los siguientes objetos: demandes de renvoi dun tribunal un autre pour cause
de suspicion lgitime; conflits de juridiction et rglement de juges; demandes de prise
partie contre un tribunal entier (vase, ms adelante, n. 195). Adems de estas
funciones, cuyo ejercicio fu modificado en sus modalidades por leyes poste-
riores, pero nunca quitado al Tribunal de casacin, a la Casacin se le atribuy
inmediatamente el supremo poder de vigilancia y censura disciplinaria sobre la
jerarqua de los funcionarios judiciales (vase, ms adelante, n. 195).
96 La casacin por vicios procesales representa, pues, una desviacin del perfil originario del instituto. No coniprendo
por eso como Holzschuher, Rechtsweg, pg. 125, nota, el cual, sin embargo, relaciona el Trib. de casacin con el
principio de la separacin de poderes, pueda decir que el primer origen de la casacin est en la vigilancia de las nor-
mas procesales, que despus, por la Constitucin de 1791, habra sido extendida tambin a las normas sustanciales!
Tambin Almendigen, Metaphysik, I, pg. 323, encuentra el origen de la casacin en la necesidad de un organismo
supremo vigilante para que la justicia sea ad ministrada de un modo eficaz y regular: pero el Trib. de casacin tiene
fines muy distintos de los de una correcta justicia.
97 Muy acertadamente Feuerbach, Betrachtungen, II, pg. 94, habla aqu de funciones secundarias que no derivan
por la naturaleza especial de aquella que da el nombre al Trib. de casacin, y que el mismo, aunque con diversos
presupuestos, tiene en gran parte en comn con otros tribunales. Tambin La Grasserie distingue en la Casacin las
atribuciones relativas a la casacin, de aquellas relatives la qualit de Cour Suprme (Cassatios, pg. 15).
plo del Conseil real el cual, reuniendo en s, sin distincin alguna, la suma de los
tres poderes del Estado, haba podido acumular, junto a la funcin de casacin
que desde luego no tena propsitos jurisdiccionales, atribuciones propias de un
juez supremo: y los legisladores de la Asamblea, que con tanta energa afirmaban
querer establecer su ordenamiento sobre bases enteramente nuevas, se adaptaron
tambin aqu inconscientemente a la fuerza de la tradicin, admitiendo en el Tri-
bunal de casacin una acumulacin de atribuciones que, en teora, nos parecen
hoy absolutamente heterogneas.
98 La jurisprudencia de la Corte de casacin y la doctrina estan hoy de acuerdo en admitir que la Corte puede entrar en
el examen de los hechos procesales singulares, para constatar la existencia de un error in procedendo: vase Faye, ns.
180-182. Vase Bahr, Das Rechtsrnittel II. Instanz im deutsch. C. P. (Jena, 1871) el cual afirma que ante la nulidad
procesal el juez de casacin no examina si ha habido equivocacin en el principio jurdico (rechtsprundstlich), ya que
puede dar lugar a nulidad tambin una inexacta decisin de hecho (concreta) (pg. 9).
99 As, por ejemplo, en el caso de anulacin por exceso de poder. Vase, sin embargo, en cuanto a los otros casos, Gar-
sonnet, Trait, VI, 2427.
gano del poder judicial frente a un rgano de otro poder, sino que se sustraa
a una precisa obligacin que le derivaba de la decisin de la autoridad judicial
jerrquicamente superior104.
La anulacin por error in procediendo, por otra parte, no era una aetividad
exclusiva del Tribunal de casacin, como era, en cambio (vase, anteriormente, n.
169), la casacin por error in indicando: cuando el Tribunal de casacin anulaba
por vicio de forma, no haca nada diferente de lo que hace todo juez superior
cuando anula por defectos de actividad la decisin de un juez superior105. Esta
fundamental diferencia entre los errores in indicando y los errores in procedendo
frente a la actividad del Tribunal de casacin aparece por lo dems tambin de la
locucin usada por el art. 7 de la Ley de 20 de abril de 1810106, la cual establece
que los arrts de las Cours royales, quand ils sont revtus des formes prescrites peine
de nullit, ne peuvent tre cass que pour une contravention expresse la loi: de tal
locucin aparece que de verdadera y propia casacin se poda hablar solamente
cuando se estuviese ante sentencias formalmente vlidas, y que, por consiguien-
te, la anulacin por vicios formales no tena nada de comn con la casacin por
error in iudicando sobre fond. Se comprende, por otra parte, que la regla por la
cual el Tribunal de casacin no deba ni conocer los hechos ni decidir el fond, no
encontraba aplicacin alguna cuando el Trib. de casacin, no como rgano de
casacin, sino como suprema autoridad disciplinaria del ordenamiento judicial,
ejerca aquellas atribuciones de naturaleza diversa de la casacin, que antes he
enumerado (vase, anteriormente, n. 175) : cuando el Tribunal de casacin era
investido, por ejemplo, de una prise--partie contra un tribunal, su actividad
deba dirigirse precisamente a examinar y a decidir el fond de la queja presentada
por la parte, y, por consiguiente, a juzgar en un modo positivo con pleno cono-
cimiento de los hechos107.
177. Examinadas hasta ahora las disposiciones positivas ms caracters-
ticas, de las cuales se puede obtener la nocin de lo que fu, en su forma origina-
104 Si esta fundamental diferencia entre los dos casos de casacin hubiera sido advertida por los fundadores del Trib. de
casacin el recurso en inters de la ley habra debido ser admitido slo por error in iudicando, contrariamente a lo
que, en cambio, establecieron el art. 25 del Decreto de 1790 y el art. 88 de la Ley 27 de Ventoso del ao VIII (Tarb,
Lois, ns. 542 y 855) los cuales fueron dictados por aquella concepcin que vea en el error in procedendo una ttolation
de loi procesal (vase, anteriormente, n. 173). Particular gravedad poltica poda, sin embargo, revestir en realidad
tambin el error in procedendo, cuando asuma el carcter de un excs de pouvoir; y en este caso se comprende que la
anulacin ocurriese de oficio (Vase la anulacin de oficio pronunciada por el Trib. de casacin; el 15 de septiembre
de 1792, de una sentencia, con la cual el tribunal en el acuerdo de las partes, haba variado una sentencia suya pre-
cedentenmente publicada en Sirey, Jurisprudence de la Cour de Cassation, vol. I, pag. 18).
105 Merlin, Rp., voz Cassation, III.
106 Tarb, Lois, 1170.
107 Vase tambin el art. 80 de la Ley 27 de Ventoso del ao VIII, que inviste la seccin civil del conocimiento de los
delitos cometidos por los jueces con ocasin de sus funciones (Tarb, Lois, n. 847); acerca de estos casos, vase Al-
glave, Du principe que la Cour de cassation Rejuge pas au fond, et des excep iOfl que reoit ce principe (en Min. Publie.,
Ap. III, pg. 641); Garsonnet, Trait, I, 95.
ria, el Tribunal de casacin creado por la Revolucin, no nos falta ahora ms que
resumir brevemente los resultados de nuestro examen.
112 Acerca de esta institucin, establecida por la Const. de 3 de septiembre de 1791, tt. III, cap. V, art. 23, vase Reds-
lob, Staatsheorien, pgs. 335 y sigs.
113 Sesin de 29 de marzo de 1790.
114 Igualmente podran ser aplicadas al Trib. de casacin las palabras que Redslob emplea para caracterizar los rganos
que velan sobre la constituciona lidad de las leyes (pg. 334): Se trata de un poder intermedio (Zwischengewalf)
colocado entre jurisdiccin y legislacin. No crea nuevas leyes, no aplica leyes .
115 Sesin del 11 de noviembre de 1790, en Moniteur, 1790, 1306. Vase anteriormente.
116 Sobre el concepto de Ley const., vase Redslob, Staatstheorien, y Cajac, De la distinction de bis constitutionnepes et de
lois ordinaires.
Dado este carcter del Tribunal de casacin, cuando nosotros nos pregun-
tamos si el mismo, en la concepcin originaria de sus fundadores deba formar
parte del ordenamiento judicial, y deba constituir, como alguien ha asegura-
do (vase, anteriormente, n. 156), su centro y su cima, debemos responder ne-
gativamente, no tanto porque, formalmente, el Tnbunad de casacin fu casi
siempre117 regulado aparte de los verdaderos tribunales, e incluso hecho objeto
de especial mencin en los actos constitucionales, como instituto especialmente
importante para el ordenamiento pblico118, cuanto porque, sustancialmente, la
funcin de casacin no serva para integrar el organismo judicial, para cooperar
al logre de una correcta justicia, sino que obedeca a fines absolutamente diversos
de aquellos para los cuales est instituida la administracin de justicia. Sin em-
bargo, debemos reconocer que la atribucin que tuvo lugar por razones histricas
desde la creacin del nuevo instituto (vase el n. 175), de funciones secundarias
de naturaleza judicial a aquel Tribunal de casacin que por su funcin tpica no
deba formar parte del ordenamiento judicial, y tambin el influjo de denomina-
ciones y formas judiciales que fueron conservadas en el rgano de casacin por
tradicin del ancien rgime, tuvieron en la prctica la consecuencia de hacer con-
siderar, aunque fuese errneamente, al Tribunal de casacin como una suprema
corte de justicia, situada en el vrtice del ordenamiento judicial119.
Respuesta igualmente negativa debemos darnos cuando nos preguntamos
si la funcin de casacin ha tenido originariamente carcter jurisdiccional: no
es necesario repetir las razones que justifican tal respuesta negativa (vase, an-
teriormente, el n. 169). Solamente es necesario advertir aqu tambin que, en
la prctica, en el ordenamiento positivo del Tribunal de casacin, la facultad
concedida a los particulares de provocar la casacin, y sobre todo la extensin
de la casacin a las sentencias viciadas por errores in procedendo, por la cual se
atribua al Tribunal de casacin el conocimiento de verdaderas y propias querelae
nullitatis, preparaban la transformacin del rgano de control en un verdadero y
propio rgano jurisdiccional, en cuanto lo destinaban a constatar la existencia de
concretas voluntades de ley a favor de individuos particulares.
Pero, con todo esto, el perfil del Tribunal de casacin en su inicio es bien
claro: es un instituto de naturaleza administrativa, no de naturaleza judicial. So-
117 Solamente en la L. 27 Ventoso, ao VIII, sur lorganisation des tribunaux, el tt. VI disciplinaba tambin el Trib. de
casacin (en Tarb, Lois, ns. 825 y sigs.).
118 Vase las Constituciones del 1791, 1793, aos III-VIII, cuyos artculos se citan en nota al n.158.
119 Ya en la definicin que se daba del Trib. de cass. por la Instruction. del 24 de sept.21 de oct. de 1791 (Tarb, Lois, n.
608, se negaba que el Trib. de cass. fuese un rgano jurisdiccional, pero al mismo tiempo se bosquejaba este carcter
de centro del ordenamiento judicial que el Trib. de casacin habra despus debido asumir: Le Tribunal de cassation
nest point en effet un degr dappel ni de jurisdiction ordinaire, et il nest institu que pour ramener perptuellement
lexcution de la loi toutes les parties de lordre judiciaire que tendraient sen carter.
lorde judiciaire, pour empcher que les juges, sortant de la souverainit qui leur est
propre, nattenten celle de la loi130.
178. Sobre el carcter inicial del Tribunal de casacin creado por la
Revolucin falta aadir ahora una sola consideracin, acerca de la absoluta au-
sencia, en esta primera encarnacin, de la finalidad, que despus se convierte en
predominante, de unificar la jurisprudencia de los tribunales.
130 Sesin del 30 de marzo de 1837 (Moniteur, 1837, 742). Vase bien la Relacin Calemand de Lafayette (Mo-
niteur, 1828, 615).
131 En Chenon, Cassation, pg. 80.
132 Sesin de 18 de noviembre de 1790 (Moniteur, 1790, 1236).
133 Id. id.
134 Vase Geny, Mthode, pg. 67, nota 2, y pg. 90, nota 2 y los autores y fuentes que all se citan.
era prcticamente idneo para alcanzar tal fin. Esto, por dos razones: ante todo,
porque el examen del Tribunal de casacin no se extenda nunca a las cuestiones
de interpretacin de la ley, sino que se limitaba a la investigacin de las ms evi-
dentes contravenciones al texto de la misma (vase, anteriormente, n. 161) ; de
modo que no se comprende cmo habra podido unificar la jurisprudencia un
rgano que no se cuidaba en absoluto de la interpretacin jurisprudencial. En
segundo lugar, aunque el examen del Tribunal de casacin se hubiese llevado a
las cuestiones de interpretacin, el carcter absolutamente negativo de su funcin
(vase, anteriormente, n. 163), que le prohiba expresar cualquier opinin sobre
la cuestin de derecho resuelta por la sentencia, lo colocaba en la imposibilidad
de elegir una entre las diversas interpretaciones y de unificar la jurisprudencia
ensendole positivamente cul era la solucin nica a seguir.
CAPTULO XXIV
EL INFLUJO DE LA CASACIN FRANCESA SOBRE LAS
LEGISLACIONES PARTICULARES DE LOS ESTADOS
GERMANOS
203. Al sistema del ordenamiento judicial francs, basado sobre el principio del doble
grado e integrado por una Cour de cassation funcionando en virtud de un inters pbli-
co bien distinto del de la justicia, los Estados germnicos, al final del siglo XVIII o al
principio del XIX, contraponen un tipo de ordenamiento judicial que, dejando aparte
variaciones de detalle que tienen lugar entre las diversas legislaciones, est basado siem-
pre en el principio fundamental de la Tercera instancia (vase, anteriormente, n. 95).
Por encima de los mltiples tribunales que juzgan en primer grado y de los que juzgan
en sede de apelacin, existe en cada Estado un tribunal, casi siempre nico, que ve, en
ltima instancia, las controversias que ya han pasado a travs de los dos primeros grados
de la jerarqua judicial; y as como para pasar del primero al segundo grado el derecho
procesal alemn conoci el remedio comn de la Appellation, de un modo anlogo co-
noci, para pasar al estadio ulterior del proceso ante el Tribunal supremo, un medio
de gravamen extremo, que se denomina en las diversas legislaciones Oberappellation o
Revisin. Esta ltima denominacin demuesta claramente la naturaleza de este gravamen
y su finalidad, que es siempre la de provocar en tercera instancia una revisio in facto et
in iure de la sentencia de apelacin (vase, anteriormente, n. 70), sin abrir de nuevo
la instructoria; en los Estados germanos no todas las legislaciones estn de acuerdo al
determinar la naturaleza de la primera apelacin, la cual en algunos pases provoca la
reapertura del estadio de instruccin de la causa mientras que en otros abre solamente el
estadio d decisin (vase, anteriormente, n. 69), pero todas las legislaciones coinciden
204. Antes de exponer los efectos que sobre las legislaciones germanas
tuvo el ejemplo de la Casacin francesa, debo observar que en Prusia, en los mis-
mos aos en que la Revolucin Francesa, por el temor de la invasin del poder
judicial en el poder legislativo, creaba aquel Tribunal de cassation que deba tener
2 Vase Forster-Eccius, Preussisches Privatrecht (7. ed.), 1 Bd. (Berlin, 1896), 12, pg. 71; Geny, Mthode, cit.,
pg. 70.
3 Allgemeine Landrechi del 20 de marzo de 1791, Einleitung, 46-48. Vase Forster-Eccius, 8, pg. 27.
4 A. G. O., tt. X, 52; tt. XIII, 32; tt. XIV, 65. Este ltimo estableca que cuando se viene a discutir sobre el
significado de una ley verdaderamente existente y que parezca aplicable al caso presente, y este significado, segn la
mayora de los votos en el colegio, se considera oscuro y dudoso, debe ser interrogada sobre ello la comisin legis-
lativa. Vase tambin A. L. E., Einleitl1ng, 50-54. Sobre esta Gesetz. Komm vase Linde, Reschtsimitel, II, 647
Holzschumer, Reohtsweg, pgs. 121-122 (vase vol. II, cap. III).
5 Contra la sentencia que todava no ha alcanzado la categora de cosa juzgada, la nulidad se haca valer por va de
gravamen, mediante de remedios ordinarios (tt. XVI, 11). Se observa, pues, que, por especiales motivos de equidad
poda ser ejercitada tambin una accin de restitucin (tt. XVI, 12-29).
6 Vase una referencia en Harrasowsky, Rechtsmittel, 391.
bre la querela nullitatis por error contra ius in thesi (vase, ms adelante, n. 209),
adquiere, sin embargo, un significado especial cuando se pone en relacin con el
instituto de la Gesetzgebungskommission acogido por el propio ordenamiento pru-
siano: la misma pone de manifiesto, en efecto, en esta legislacin una acentuada
preocupacin de nomofilaquia poltica, que se presenta con carcter preventivo
en la prohibicin de interpretacin hecha a los jueces, y con carcter represivo en
la nulidad de las sentencias que contienen una violacin de ley clara. En realidad,
estas normas aceptadas en Prusia a finales del siglo XVIII, parecen tener una gran
afinidad con las normas de la constitucin francesa, las cuales prohiban tambin
a los jueces toda clase de interpretacin, y permitan una especial impugnacin
de la sentencia por contravention expresse au texte de la loi.
1819, las cuatro Cortes de casacin fueron reunidas en una Corte de Revisin y
de Casacin para la Provincia Renana (Revisionsund Kassationshof fr die Rhein-
provinz) residente en Berln11, la cual tuvo existencia autnoma hasta que, por
ley de 17 de mayo de 1852, se convirti en una seccin del nico Obertribunal
de Berln12. Cuando en 1814 fueron instituidas en un territorio tan restringido
cuatro Cortes de Casacin, cada una de las cuales tena bajo ella uno solo o a lo
ms dos tribunales de apelacin, fu necesario abolir muchas de las reglas carac-
tersticas de la Casacin francesa, las cuales eran compatibles solamente con un
ordenamiento judicial extenso como el de Francia13: se aboli el procedimiento
introductivo ante la Chambre des requtes14, y se estableci que el rinvio de la
causa por la Corte de casacin al juez inferior deba tener lugar solamente por
violacin de forma, ya que si la casacin tena lugar por violacin de ley in mate-
rialibus, la misma Corte de casacin deba proceder sin ms a la nueva decisin
en mrito15. Las mismas normas fueron aceptadas por el Kabinetsordre unificador
del 21 de junio de 181916; y por un Kabinetsordre posterior del 8 de julio de 1834
se estableci que, en caso de rinvio, la opinin de la Corte de Revisin y Casacin
deba siempre formar estado para el nuevo juez17.
Por estas modificaciones, dictadas por las necesidades prcticas el recurso
de casacin francs vena a transformarse en una revisio in iure, esto es, en una
segunda apelacin limitada a la cuestin de derecho, a la cual era absoluta-
mente extraa la finalidad poltica de nomofilaquia que haba dado origen al
instituto18.
206. b) Pero ms que por la experiencia prctica llevada a cabo en
territorio sujeto a Prusia, el instituto de la Casacin se vulgariz en Germania
por la doctrina, la cual desde los primeros decenios del siglo XIX se dedic
insistentemente a ilustrar el proceso civil francs y los nuevos principios que
la Revolucin haba puesto como base del mismo. En aquella intensa labor de
renovacin que la ciencia alemana llev a cabo tambin en el campo judicial, ya
por la reforma de las leyes procesales propias de los singulares Estados germanos,
19 Ueber die Kassalionsinstanz und das Rechtsmittel der Eassation jn der Gesetzgebung der. Rheinlande (Koblenz, 1820), cit.
20 Studien aus dem Gebiete des Franzsischen Civilrechts und Civilprozessrechts (Berlin, 1870), pgs. 285 y sigs.
21 Rechtsmittei, cit., II, 274 (Giessen, 1840).
22 Benerkungen ber das Rechtsmittel der Cassation des franz. Proz. Und dessen Aufnahme in die deuts. Prozessgesetzgebun
(en Zeits. fr Civilrecht und Pr., de Linde, Nueva serie, vol. VI, pgs. 41 y sigs.).
23 Bommentar ber die franz. C. P. O., I, Bd. (Koblenz, 1843), 11 y siga., 161 y sigs.
24 Die franz Gesetzgebung (Mlinchen, 1861), I, pgs. 56 y sigs.; III, pgs. 74 y sigs.
25 Ueber die Ermittlung des Sachverhaltes im franz. Civilprozesse, I. Bd. (.Mnchen, 1880), pgs. 378 y sigs.
26 Die Rechtsweg (Nrnberg, 1831), pgs. 481 y sigs.
40 Deroqemeine devts. burg. Prozess in Vergleichung mii dein preuss. und franz Civilverfahren, III. Beitrag (2. ed., Bonn,
1832), pgs. 140 y sigs.
41 C. A., XL, pg. 103; XLI, pgs. 71, 228, 229; XLIV, pg. 286; XLIX, pg. 331; L, pgs. 94 y 95 (examen del
sistema italiano). En cuanto a las crticas de Mittermaier a los proyectos de reformas procesales de las legislaciones
parti culares germnicas, vanse las notas a los as. siguientes.
42 Der gegenwrtige Stand der Leistungen der Gesetrgebung und Wissen schaft auf den Gebiete des Civilprocesswesens, insbe-
sondere der Stand der Erf ahrungenber Errichtung emes oersien Gerichtshof fr Deuischland en C. A., XLIV, (1861),
286 y sigs.
como una forma de tribunal supremo destinado a conocer solamente de las que-
rellas de nulidad.
los motivos de nulidad por los cuales se poda recurrir al supremo rgano de
Casacin eran slo errores in procedendo, las llamadas nulidades insanables del
derecho comn51 que no guardaban ninguna relacin con la finalidad de uni-
ficar la jurisprudencia. El carcter poltico del instituto francs quedaba, pues,
completamente descuidado; y se adoptaba su conformacin procesal solamente
porque la misma permita el aligeramiento del Tribunal supremo de un gran
nmero de causas, que otras legislaciones trataban de obtener condicionando la
Tercera instancia a la existencia de una summa revisionis, o a la inexistencia de
una doble sentencia conforme52. Es, pues, notable que el Cdigo de Hannover,
aun descuidando el lado ms significativo de la Casacin francesa, admita, sin
embargo, que la querella de nulidad pudiera ser ejercitado tambin en inters de
la ley, o sea de oficio53.
51 Wach, Handbuch, 140, al final. En el derecho ms antiguo de Hannover la querella de nulidad se admita tambin
por error in indicando wider Piares Recht, O sea contra rnanifestiSSiflIG jura (Linde, II, 592-593); pero en el Regla-
mento procesal para los tribunales inferiores (P. O. fr die ljTntergerichte), de 5 de octubre de 1827, la nulidad se
restringi a los solos vicios procesales (Linde, id., 594). As tambin por la ley de 23 de abril de 1822 de Nassau,
22 y 100 (Linde, II, 614; Mittermater, en C. A., VI, pgs. 20-24); Gerichtsordivung de 15 de mayo de 1834
para Kiel, 77 (Mittermaier, en C. A., XIX, 451); Ley de 20 de febrero de 1834 de Schwarzburg-SOnderhausen
(Mittermaier, en C. A., XVII, 290); Ley de 12 de abril de 1859 para el principado de Lippe (Mittermaier, en
C. A., XLIII, 406).
52 Vase, acerca de estas medidas, Linde, Rechtsmitiel, I, 78 y sigs.; Rarrasowsky, Rechtsmittel, pgs. 370 y sigs.
53 Harrasowsky, Rechtsm., pg. 379. No parece, sin embargo, que en Hannover la querella de nulidad tuviese mucha
importancia y amplio uso prctico: vease Leonhardt, Das Civiiprozessverfahren des Knigr. Hannover (Hannover,
1861), pg. 170, con estadsticas (citados por Mittermaier en C. A., XLIV, 302 y sigs.).
54 En cuanto a la historia del Tribunal supremo de Baviera vase Jaeger, Das oberste Landesgericht en D. J. Z., 1911,
402.
55 Keaevell, Autoritdt, pgs. 172-173; Harrasowsky, Rechtsmiflel, 378- 379.
63 Vase la Ley sobre ordenacin judicial de Braunschweig, de 21 de agosto de 1849, 9: se adopt este sistema de
un tribunal de casacin inestable para evitar los gastos de la estabilidad (vanse discusiones parlamentarias en Mit-
termaier, C. A., XXXII, 262); pero tal falta de estabilidad haca en la practica nactuable la uniformidad de la
jurisprudencia: vanse las crticas de Degener en Zeitschrift fiir Rechtspflege in Braunschweig, 1857, 87, y de
Gotrian, en la misma, 1856, 49. Tambin en Oldemburgo se discuti sobre la oportunidad de for mar un Tribunal
de casacin peridico, pero fu rechazada (vanse motivos en Mittermaier, C. A., XXXVIII, 295).
64 Vanse las leyes ms antiguas: Granducado de Essex, 17 de marzo de 1797, 22 (Linde, II, 606); Hannover, citado
en la nota 51 de este cap.; leyes Sajonas, algunas de las cuales admitan la nulidad por inobservancia, adems de aus-
drckliche Landesgeseize, tambin de los Prjudizen de los respectivos Tribunales supremos (Linde, II, 268). Pero
tambin en leyes posteriores a la Casacin se encuentra aceptado este punto de vista tradicional: vase Reg. pr. 1831
de Baden, 1175 (Linde, II, 670); Oberappellationsgerichtsordnung de 16 de septiembre de 1835 de Wolfenbttel,
62 (Mittermaier, en C. A., XIX, 453); Ley de Coburgo del 1857, 113 (Mittermaier en C. A., XLII, pgs.
343 y 364); C. P. O. de Wrtemberg, de 3 de abril de 1868 (Harrasowsky, Rechtsrn., 379), cuya Nichtigkeitscklage
es utilizable poco ms o menos por los mismos motivos ya adniitidos por el derecho ms antiguo (tt. LVI, 3-14;
Linde, II, 587).
65 As resulta tambin de las discusiones parlamentarias: vase Mittemaier, en C. A., XLI, 228-229.
66 Vase Haerasowsky, Rechtsinittel, 375 y nota 15; Linde, Rechtsm., II, 273, pgs. 616 y sigs.; Bahr, Rechtsmittei
sweiter Instanz cit., 2; Kraevell, cit., pg. 169; vase tambin la Besondere Begrndung del C. P. O., pg. 366. Sobre
la ley de 14 de diciembre de 1833; Crelinger, Dic Verordn. ber dic Bechtnn. Der lllevision und Nichtigkcitsbes-
cjtw. vom 14 diciembre 1833 (Breslau, 1834); Haffmann, Dic Bechism. der Revision und Nichtigkeitsbeschw. (Berlin,
1836); Lwemberg, Dic Verordn. y. 14 dcc. 1833 ber Bevision und Nichtigkeitsbeschw. (Berlin, 1837).
67 En cuanto a la distincin entre Rechtsgrundsaz y Prozessvorschrift, vase Heffter, Civilprocess, n. 62, nota 5 y n. 353,
nota 5.
68 Otros cinco agreg a ellos la Declaracin de 6 de abril de 1839; en cambio las leyes de 1849 y 1867 no hicieron
enumeracin alguna, remitindose a la norma general.
69 Sonnenschmiot, Revision, pg. 466; as por la ley de 20 de marzo de 1854, 3 (Id. id.). Harrasowsky, Rechtsmittel,
376.
70 Despus abolida por la ley de 10 de mayo de 1851; Harrasowsky, Rechtsaittel, 376.
71 Bahr, escrito citado, pg. 4.
72 Bahr, en el escrito citado, niientras no advierte esta diferencia entre el derecho prusiano y el derecho francs ( 2),
observa despus en el 5, que la actividad de los jueces del Trib. supremo debe limitarse a resolver cuestiones de
derecho en abstracto: es ist cine Art Professoren-Thdtigkeit (pgs. 25-26), y, sobre todo, observa ciue la quereila de
nulidad no es admisible por errnea sub suncin del hecho bajo la norma, porque la errnea aplicacin de derecho
contenipiada por el 4 existe slo cuando puede hacerse remontar a una concepcin abstractamente errnea del
principio de derecho (pg. 20). Esta limitacin de la querella de nulidad prusiana a los solos errores de derecho ia
thesi se pone espe cialmente en claro por los Motivos del C. P. O. del Imperio: Besondere Begrundung, pgs. 364-366;
advertida por algn autor alemn (por ej. Jonas, Studien, no se pone en claro por otros (por ej. WALDECK, Nichtigkeits-
beschw.).
73 Harrasowsky, RechtsnL, 376; y, sobre todo: Schultzenstein, Ueber die Einheit der Rechtssprechung en Z., XVIII,
88, espec. n. II, donde se hace toda la historia de sta y de las siguientes leyes prusianas en la materia.
74 Baviera, ley 17 de noviembre de 1837; Hannover, ley de septiembre de 1837. En Baviera la reunin del Plenuia del
Tribunal supremo tena lugar bien para remover una ya existente disconformidad de jurisprudencia (art. 1, cuando
a una seccin se presentase una cuestin jurdica ya decidida otras veces en modos diversos), bien para prevenir
una eventual disconformidad futura (art. II, cuando una seccin quera separarse de la opinin seguida hasta aquel
momento). Vase Lauk, Die Ergebnisse der Standeversammlung des Knigr. Bayern im J. 1837, en C. A., XXII, 296
y sigs.
75 Harrasowsky, pg. 376, observa que la adopcin de estas medidas inmediatamente despus de la introduccin de
la querella de nulidad sirve para recordar el significado del recurso de casacin francs, que contribuye a la defensa
de la unidad del derecho.
76 Estadsticas en Mittermaier, en C. A., XLIV, 298 y sigs., de las cuales resulta que en Prusia se haca un uso de la
querella de nulidad, mucho ms amplio que en Francia de la casacin (por ej., en el 1855 se tuvieron 1538 querellas,
do las que slo 351 prosperaron).
77 En este sentido: Waldeck, Die Nichtigleeitsb., 61-89; Laue, Ideen, cit.; Barn, escrito citado, pg. 30. Otros, en
cambio, proponan la abolicin de la querella de nulidad y la conservacin de la sola revisin como impugnacin de
ltima instancia (vase Bahr, 1).
primir los atentados del juez contra el poder legislativo, no tuvo en Germania
continuacin alguna, pues la Casacin fu all entendida e imitada en su trans-
formacin prctica como rgano judicial unificador de la jurisprudencia. Esto es
natural: las circunstancia de perturbacin constitucional que haban hecho nacer
en Francia la Casacin como control y represin del poder judicial, eran pro-
pias de la crisis revolucionaria, y no podan reproducirse en otro lugar en forma
que justificara la reproduccin del instrumento de lucha poltica nacido de ellas;
pero cuando la Casacin, de un instituto de control nacido en un perodo de
excepcin, se converta en un instituto judicial destinado a regular la marcha de
la jurisprudencia, resultaba con ello a propsito para ser imitada aun fuera de su
medio de origen, ya que asuma el carcter de un complemento normal de todo
ordenamiento judicial.