Antología para Antiguo Testamento I

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UNIVERSIDAD EVANGELICA DE LAS AMRICAS

RECOPILACIN DE LECTURAS

CURSO: ANTIGUO TESTAMENTO 1

PROFESOR: EDUARDO ARTAVIA MURILLO

([email protected])

AO 2017
ACERCNDONOS A LA BIBLIA
QU ES LA BIBLIA?

REVELACION
La teologa bblica forma una entidad orgnica. Esto significa no slo que uno
puede acercarse a cualquier aspecto del tema empezando en cualquiera de sus
partes (aunque ciertamente hay algunos puntos que son ms tiles que otros),
sino tambin que tratar algn elemento de la teologa bblica como si existiera en
un esplndido aislamiento, distorsiona seriamente el cuadro total.
Con ningn otro tema esta verdad es tan obvia como con aquel que se
relaciona con la doctrina de la Escritura que un individuo sostiene. En esta
poca escptica es dudoso si una comprensin articulada y coherente de la
naturaleza de la Escritura y su interpretacin pueda sostenerse por mucho
tiempo, si no hay al mismo tiempo una comprensin del punto de vista bblico
de Dios, del ser humano, del pecado, de la redencin y de la carrera de la
historia hacia su meta final.
Por ejemplo, si es verdad que las Escrituras nos cuentan acerca de Dios, por lo
menos la clase de Dios que l es, no es menos verdadero que a menos que
Dios sea realmente ese tipo de Dios que la Biblia dice, es imposible apreciar la
Palabra por lo que es. Para acercarnos a la Biblia adecuadamente es
importante saber algo del Dios que la respalda.
Dios es a la vez trascendente (esto es, l est ms all del espacio y del
tiempo) y personal. El es soberano y es el creador todopoderoso a quien el
universo entero debe su existencia; sin embargo, l es el Dios quien por gracia
condesciende para relacionarse con nosotros los seres humanos a quienes l
mismo form a su propia imagen. Puesto que nosotros estamos limitados por el
tiempo y el espacio, Dios nos encuentra aqu; l es el Dios personal que se
relaciona con otros seres, personas que l hizo para que le glorifiquen y que se
gocen en l por siempre.
Dios ha escogido revelarse a nosotros porque de otra manera sabramos muy
poco acerca de l; su existencia y poder estn revelados en el orden de la
creacin, aunque ese orden ha sido profundamente manchado por la rebelin
humana y sus consecuencias (<010318>Gnesis 3:18; <450819>Romanos 8:19-22; ver
Salmo l9:1, 2; <450119>Romanos 1:19, 20). Tambin es cierto que en la conciencia
humana est reflejada una dbil imagen de los atributos morales de Dios
(<450214>Romanos 2:14-16). Sin embargo, este conocimiento no es suficiente para
conducir a la salvacin. Adems, la pecaminosidad humana es tan sutil que se
dedica no poca energa para restar valor aun a tal revelacin como la de la
creacin. Pero en su gracia inmensurable Dios ha intervenido activamente en el
mundo que l cre para revelarse a los seres humanos en formas mucho ms
completas.
Esto fue cierto aun antes de la cada. Dios haba asignado ciertas
responsabilidades a las criaturas que l hizo a su imagen (ya eso en s es una
revelacin), y entonces se encontr con ellos en el huerto que les haba
preparado. Cuando Dios escogi a Abraham, estableci un pacto con l,
revelndose como su Dios (Gnesis 15; 17). Cuando redimi a Israel de la
esclavitud, Dios no slo convers con Moiss, sino que tambin se mostr a s
mismo en las terribles plagas y en los truenos y relmpagos de Sina. Aunque el
mundo es suyo, Dios escogi a Israel como su pueblo del pacto haciendo de
ellos un reino de sacerdotes y una nacin santa (<021905>Exodo 19:5, 6). Se revel
a ellos no slo en manifestaciones extraordinarias de poder, pero tambin por
medio de su Tora (lit. instruccin) que inclua no slo instrucciones detalladas
para el diario vivir, sino que adems estructuras enteras de observancias
religiosas obligatorias (tabernculo, templo, sacrificios, sacerdocio).
A travs del periodo que cubre el AT, Dios se revel en providencia (p. ej. los
arreglos que llevaron a Jos a Egipto, Gnesis 3750; 50:19, 20; el desvelo
de Jerjes una cierta noche de su vida, <170601>Ester 6:1ss.; los decretos de Ciro y
Daro que facilitaron la vuelta de algunos hebreos a Jerusaln despus del
exilio), en eventos milagrosos (p. ej. la zarza ardiendo, Exodo 3; el fuego en el
monte Carmelo, 1 Reyes 18) en las palabras profticas (la palabra del Seor
repetidamente viene a los profetas), en poesa y cantos (p. ej. los salmos).
Pero aun mientras los creyentes del AT saban que Dios se haba manifestado a
su pueblo del pacto, eran conscientes de que l haba prometido una revelacin
ms clara en el futuro. Dios prometi un tiempo cuando una nueva raz saldra
del linaje de David (Isaas 11), un hombre que se sentara en el trono de David,
y que sera llamado Dios Fuerte, Padre Eterno, Prncipe de Paz (Isaas 9). Dios
mismo descendera a la tierra y traera un cielo nuevo y una tierra nueva (Isaas
65). El derramara su Espritu (Joel 2), introduciendo un nuevo pacto (Jeremas
31; Ezequiel 36), resucitara los muertos (Ezequiel 37) y mucho ms.
Los escritores del NT estn convencidos de que la autorrevelacin de Dios y
su salvacin (largamente esperada) fueron realidad en la persona de Jesucristo,
el Hijo de Dios. En el pasado Dios se haba revelado por los profetas, pero en
estos ltimos das l se ha revelado suprema y finalmente en su Hijo
(<580102>Hebreos 1:2). El Hijo es la imagen perfecta del Padre (<470404>2 Corintios
4:4; <510115>Colosenses 1:15, <580103>Hebreos 1:3); en l habita toda la plenitud de
Dios (<510119>Colosenses 1:19; 2:9). El es la encarnacin de la autoexpresin de
Dios, l es el Verbo de Dios hecho carne (<430101>Juan 1:1, 14, 18).
Esta revelacin centrada en el Hijo se encuentra no slo en la persona de Jess,
sino tambin en sus hechos. Dios revela y efecta el plan divino de la redencin
no slo en las enseanzas, predicacin y sanidades de Jess, pero
supremamente en la cruz y en la resurreccin. Por el Espritu que el Cristo
exaltado ha dado (Juan 1416) Dios convence al mundo (<431607>Juan 16:7-11),
asiste a los creyentes en su testimonio (<431527>Juan 15:27, 28) y, sobre todo, Dios
se les manifiesta al habitar en ellos (<431419>Juan 14:19-26). As Dios se revela por
el Espritu Santo, quien es la garanta divina y arras de la herencia prometida
(<490113>Efesios 1:13, 14). Un da la revelacin ltima y completa ocurrir, y cada
rodilla se doblar y toda lengua confesar que Jess es el Seor para gloria de
Dios Padre (<503211>Filipenses 2:11; cf. Apocalipsis 1922).
Lo que se debe enfatizar es que una comprensin genuinamente cristiana de la
Biblia presupone al Dios de la Biblia, un Dios que se da a conocer en una
variedad de formas para que los seres humanos puedan saber el propsito para
el cual fueron creados: conocer, amar y adorar a Dios, y deleitarse de tal
manera en esa relacin que Dios sea glorificado mientras ellos reciben el
beneficio incomparable de llegar a ser todo lo que Dios quiere que sean.
Cualquier conocimiento verdadero y genuino que los seres humanos tengan de
Dios depende principalmente de su autorrevelacin.

LA PALABRA DE DIOS
Lo que no debemos pasar por alto es que este Dios es un Dios que habla. Sin
duda, l se nos revela en muchas maneras, y la palabra no es la menor de ellas.
En castellano revelacin puede entenderse en forma activa o pasiva, eso es,
ya sea como la actividad con que Dios se revela, o como la sustancia (que se
da a conocer) de dicha manifestacin. Cuando la expresin se refiere a la
autorrevelacin de Dios, el sentido activo ve a Dios dndose a conocer por
palabras, en tanto que el sentido pasivo apunta a las palabras mismas toda vez
que ellas constituyen el mensaje que Dios ha escogido entregar.
La importancia del hablar de Dios como un medio fundamental de su revelacin
no puede ser sobrestimado. La creacin misma es el producto del hablar de
Dios; Dios habla y los mundos llegan a existir (Gnesis 1). Muchos de los
hechos ms dramticos de la revelacin de Dios no habran podido ser
comprensibles si la palabra hablada de Dios no les acompaase. Moiss ve la
zarza ardiendo con curiosidad, hasta que la voz le dice que se quite las
sandalias, y le asigna nuevas responsabilidades. Abraham no habra tenido
razn de salir de Ur, si no fuera por la revelacin de Dios a travs de palabras.
Vez tras vez los profetas llevan la carga de palabra del Seor al pueblo. La
revelacin verbal es esencial aun en el caso del Seor Jess: durante los das de
su encarnacin, l fue principalmente el Maestro. Adems, aparte de la
explicacin del significado de su muerte y resurreccin preservada en los
Evangelios y las epstolas, aun estos eventos importantes no habran sido
comprensibles y habran permanecido trgicamente en la oscuridad. Es tan
central el hablar de Dios en su autorrevelacin que cuando Juan el evangelista
busca una manera cabal para referirse a la ltima revelacin de Dios en su Hijo,
escoge referirse a l como el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era
Dios... el Verbo se hizo carne (<430101>Juan 1:1, 14). El que montaba el caballo
blanco de Apocalipsis 19 es llamado Fiel y Verdadero... Est vestido de una
vestidura teida en sangre, y su nombre es llamado EL VERBO DE DIOS
(<661913>Apocalipsis 19:13).
Por supuesto, al establecer que Dios es un Dios que habla, y que sus palabras
constituyen un elemento bsico en la bondadosa manifestacin de s mismo a
nosotros, no demuestra en absoluto que la Biblia sea el producto de esa
revelacin activa, siendo as una revelacin en el sentido pasivo. Es cierto que
la expresin palabra del Seor en la Biblia tiene una variedad de usos; todos
ellos indican que Dios habla, que no es simplemente un Dios impersonal,
fuerza de la existencia o un otro misterioso, pero la variedad de usos es
digna de considerar. Por ejemplo, con frecuencia se dice que la palabra de
Dios o la palabra del Seor vino a uno de los profetas (p. ej. <240102>Jeremas
1:2; <263001>Ezequiel 30:1; <280101>Oseas 1:1; <420302>Lucas 3:2). Cmo esta palabra o
mensaje viene, generalmente no se explica. Sin embargo, es obvio que aun
estos ejemplos son suficientes para demostrar que en la Biblia misma la
palabra de Dios no necesariamente es idntica con la Escritura.
Quienes hacen esta observacin van ms all y argumentan que es inapropiado
hablar de las Escrituras como la Palabra de Dios. Paralelamente sostienen que
si la palabra de Dios es usada para referirse a la Biblia, esto debe ser en un
sentido general: tal como el mensaje de la Biblia, o aquello que Dios ha
dicho en trminos generales a los testigos humanos, o algo similar. Esto no
debe usarse para referirse a las palabras mismas de la Escritura.
Pero seguramente esto implicara errar en otro sentido. Jess puede reprender
a sus opositores por poner sus tradiciones por encima de la palabra de Dios
(<410713>Marcos 7:13), y lo que l tiene en mente es la Escritura que haba en
existencia. Si algunos mensajes de Dios estn dados en trminos muy generales,
muchos estn dados como orculos, expresiones, de Dios mismo. De este
modo la profeca de Ams empieza modestamente: Las palabras de Ams,
pero a travs del libro orculo tras orculo est introducido por alguna
expresin como: As ha dicho Jehovah (<300206>Ams 2:6) o as ha dicho el
Seor Jehovah (<300311>Ams 3:11). Jeremas ve la revelacin de Dios llegando
casi como un dictado directo, as que cuando el mss. original es destruido Dios
generosamente entrega de nuevo el mensaje (<243002>Jeremas 30:2; 36:27-32).
David insiste en que las palabras de Jehovah son palabras puras, como plata
purificada en horno de tierra, siete veces refinada (<191206>Salmo 12:6). Cuando
extendemos nuestra investigacin al NT encontramos a los escritores, uno tras
otro, declarando Dios dice para referirse a algo que se encuentra en uno u
otro libro cannico. Cuando los escritores del NT se refieren a lo que Moiss o
Isaas o algn otro dijo (p. ej. <450929>Romanos 9:29; 10:19) ellos se estn
refiriendo a lo que Dios mismo les ha dicho a esos escritores del AT cuando se
dirigi a ellos (p. ej. <450915>Romanos 9:15, 25). Adems, ellos pueden decir que
Dios dice o El Espritu Santo dice aun cuando citan pasajes de la Escritura
donde de hecho Dios no est hablando directamente al escritor del AT (p. ej.
<580721>
Hebreos 7:21, 10:15). A veces se emplea una frmula ms larga, p. ej. lo
que habl el Seor por medio del profeta, diciendo (<400122>Mateo 1:22), El
Espritu Santo habl de antemano por boca de David (<440116>Hechos 1:16).
Este resumen breve de la evidencia procura mostrar que Dios se ha revelado en
muchas formas, pero especialmente en la revelacin verbal. Hemos visto que la
evidencia es inseparable de la Escritura misma, pero no hemos indagado muy
profundamente en esa direccin. Antes de proceder, hay un elemento
relacionado con la revelacin bblica que tiene que ser mencionado brevemente.

LA PALABRA DE LOS SERES HUMANOS


Aun una lectura rpida de la Biblia muestra que no es el producto de un dictado
divino, como tampoco que ha descendido del cielo en tablas de oro. Adems
de declarar su revelacin y su autoridad divinas, la Biblia es un documento
asombrosamente humano o, ms precisamente, 66 documentos humanos. Los
ltimos escritores del canon citan a los autores humanos por nombre, tratando
muchos de los libros como productos de personas histricas bien conocidas sin
insinuar por un instante que esta dimensin humana afecte la autoridad del
documento. En verdad algunas de las referencias a las Escrituras del AT se
hacen con una informalidad sorprendente. Por ejemplo: Pues, alguien dio
testimonio en un lugar, diciendo (<580206>Hebreos 2:6). Si hemos de pensar
claramente acerca de cmo los cristianos deben acercarse a la Biblia, entonces,
con ms razn debemos afirmar que es la Palabra de Dios (un tema que
todava debe de ser enfatizado) sin ignorar la dimensin humana de las
Escrituras.
Hay un nmero importante de implicaciones. La Biblia no nos lleg de golpe,
sino a travs de un perodo aproximado de un milenio y medio, por la mano de
muchos seres humanos, siendo la identidad de algunos enteramente
desconocida. La primera implicacin, entonces, es el hecho de que la Biblia
est enraizada profundamente en la historia. La variedad de autores humanos
representan culturas concretas, idiomas, eventos histricos y puntos de vista. El
paralelo obvio, y uno al que a menudo se llama la atencin, es la encarnacin.
El Hijo eterno, el Verbo preexistente, se hizo carne. El es tanto Dios como
hombre. La frmula clsica sigue siendo la mejor: El eterno Hijo se encarn en
la historia, dos naturalezas, una persona. Jesucristo no puede ser percibido y
credo si se ignora o diluye su deidad o su humanidad. De igual manera, la
Biblia es ambos, tanto de origen divino como humano. Es la revelacin de Dios,
y es un registro humano. El mensaje, en referencia a las palabras mismas, es
divino, originndose en el Dios eterno; sin embargo, es profundamente humano,
escrito en la historia, un libro con dos naturalezas. Por supuesto, la analoga no
se debe forzar demasiado. Jesucristo es en s: Dios y hombre, pero nadie
afirmara que la Biblia es Dios y hombre; no es ms que un instrumento en la
mano de un Dios que se revela. Jesucristo ha de ser adorado; la Biblia no debe
ser adorada. Sin embargo, la comparacin, correctamente restringida, es til si
nos provee de algunas categoras para ayudarnos a comprender lo que la Biblia
es, y si nos anima a ser humildes en nuestra actitud cuando nos acercamos a
ella. En toda nuestra investigacin de la Escritura, nunca debemos desechar la
virtud de la humildad, humildad ante un Dios que tan bondadosamente se
acomod a nuestras necesidades para revelarse a s mismo poderosamente
tanto en la Palabra encarnada como en la palabra escrita.
La segunda implicacin es que la revelacin preservada en la Biblia no es un
sistema abstracto, sea este filosfico, tico o teolgico. El budismo se mantiene
o se cae como un sistema de pensamiento: si pudiese ser probado que
Gautama el Buda nunca vivi, la religin que lleva su nombre no estara en
peligro. No as el cristianismo. A pesar de la inmensa diversidad literaria en la
Biblia, sta como un todo relata una historia, y esa historia ocurre en el tiempo
y el espacio. A pesar de los mejores esfuerzos de algunos eruditos de argir
que la fe bblica nunca debe hacerse cautiva de la investigacin histrica, hay un
sentido profundo en que la naturaleza de la automanifestacin bondadosa de
Dios, que toma lugar en la historia ordinaria (no importando cun
espectaculares o milagrosos sean algunos de los elementos de esa revelacin),
asegura que no puede escapar a la investigacin histrica. Si Jesucristo nunca
vivi, el cristianismo es destruido; si l nunca muri en la cruz, el cristianismo es
destruido, si nunca resucit de los muertos, el cristianismo es destruido. No
obstante, siendo Dios el objeto ltimo de la fe cristiana, esa fe es incoherente si
sta afirma una fe en el Dios de la Biblia pero no en el Dios que segn la Biblia
se revela en la historia que es mayormente accesible y sujeta a prueba. En
resumen, los elementos de la extensa historia bblica son esenciales para la
integridad del mensaje cristiano.
En tercer lugar, porque la Biblia es precisamente tan humana, incluye no
solamente la bondadosa revelacin que Dios nos da de s mismo, sino tambin
el testimonio humano acerca de Dios. El libro de Hechos, p. ej. relata muchos
incidentes en que los apstoles audazmente confrontaron a las autoridades
quienes trataron de silenciarles, y la confianza inconmovible de estos primeros
cristianos est ligada con la conviccin inquebrantable de que Jess haba
resucitado de entre los muertos. Ellos lo haban visto; adems, segn Pablo,
cerca de 500 testigos lo haban visto (1 Corintios 15). Muchos de los salmos
ofrecen vvidos testimonios de cmo aquellos que creyeron en el Dios vivo
reaccionaron ante las circunstancias cambiantes y a las tormentas de la vida.
Ms ampliamente, muchas personas descritas en la Escritura o escribindola
estn profundamente comprometidas con sus contemporneos. No son
simplemente secretarios anotando un dictado. Digamos que uno no puede leer
de la pasin de Pablo en 2 Corintios 1013, o de la indignacin moral de
Ams, o del dolor profundo reflejado en Lamentaciones o Habacuc, o la
preocupacin de Judas al enfrentar la apostasa teolgica, o el testimonio
profundamente comprometido de Mateo y Juan, o el transparente afecto de
Pablo por los filipenses, sin reconocer que la Biblia muestra que fue escrita por
personas verdaderas. Con todo muchas de ellas estn siendo usadas para
entregar la verdad de Dios a futuras generaciones, tambin dan testimonio de su
propia experiencia con Dios.
Estas tres implicaciones se juntan en una cuarta. Los autores humanos de la
Biblia, como hemos visto, estn profundamente inmersos en la historia; ellos
relatan su parte de la historia, dan testimonio. Lo que descubrimos es que los
ltimos escritores bblicos no slo dan por sentada la historicidad de los
mayores eventos histricos redentores (tales como el pecado, la cada en el
huerto de Edn, el llamado de Abraham y el pacto de Dios con l, el xodo y la
entrega de la ley, el surgimiento de los profetas, el principio de la monarqua
davdica, el ministerio, muerte y resurreccin de Jess), sino aun los registros
bblicos de eventos relativamente menores tambin son considerados como
dignos de confianza. La reina de Saba visit a Salomn (<401242>Mateo 12:42;
<421131>
Lucas 11:31, 32); David comi el pan consagrado (Marcos 21:25, 26);
Moiss levant la serpiente en el desierto (<430314>Juan 3:14); Abraham dio el
diezmo del botn a Melquisedec (<580702>Hebreos 7:2); ocho personas fueron
salvadas en el arca (<600320>1 Pedro 3:20); la mula habl a Balaam (<610216>2 Pedro
2:16), para dar unos pocos ejemplos. Uno de los ejemplos ms intrigantes se
encuentra en los labios de Jess (<402241>Mateo 22:41-46; <411235>Marcos 12:35-37).
Jess cita el Salmo 110, el cul segn la inscripcin es de David. La cosa
importante de observar es que la validez del argumento de Jess depende
completamente de el asumir que la inscripcin es correcta. Si ese Salmo no fue
escrito por David, entonces David no habl del Mesas como su Seor.
Cuando se refera a mi Seor de qu Seor habl? Digamos que si un
cortesano hubiese compuesto el Salmo, entonces el mi Seor fcilmente
podra entenderse como refirindose a David mismo o a alguno de los
monarcas que le sucedieron (como suponen muchos crticos modernos). Pero
si, al igual que Jess, tomamos la inscripcin como verdadera, entonces es casi
inevitable una interpretacin mesinica del Salmo. En resumen, las referencias
histricas no son slo abundantes y entrelazadas, sino que dondequiera que la
Escritura hace referencia a ejemplos anteriores nunca causa una sospecha en el
sentido de que el relato sea engaador, no histrico, o correcto slo en el plano
de lo teolgico o algo parecido.
Finalmente, dado que la Biblia fue escrita por muchas personas a travs de
muchos siglos, uno no puede sorprenderse de que contenga tantos tipos
literarios. La poesa y la prosa, la narracin y el discurso, el orculo y el
lamento, la parbola y la fbula, la historia y la teologa, la genealoga y la
apocalptica, el proverbio y el salmo, el Evangelio y la epstola, las leyes y la
literatura sapiencial, la misiva y el sermn, las coplas y la pica: la Biblia est
compuesta de toda esta variedad de gneros literarios y ms. Patrones de
pactos emergen con algunos parecidos a los tratados de los heteos, tablas de
deberes caseros se encuentran con semejanzas asombrosas a los cdigos de
conducta del mundo helnico. Estas realidades, un producto de la naturaleza
humana de la Biblia, necesariamente afectan cmo nos acercamos a la Biblia
para interpretarla correctamente.

LA ESCRITURA Y EL CANON
Si aceptamos que Dios es un Dios que habla, que la revelacin de s mismo
incluye la revelacin verbal y que frecuentemente l ha usado a los seres
humanos como sus portavoces, en primer lugar debemos preguntarnos cmo
resolveremos lo que parece ser primeramente un proceso personal y oral de
algo que es de dominio pblico como es la Palabra de Dios escrita (el tema de
esta seccin); y en segundo lugar, cmo concebiremos la relacin entre lo que
Dios habl y lo que sus agentes humanos hablaron (el tema de la siguiente
seccin).
Obviamente, aunque la Escritura describe a Dios como hablando a travs de
seres humanos, el nico acceso que tenemos a tal fenmeno durante el perodo
de la historia bblica se encuentra en la Escritura misma. Eso se presupone, p.
ej. en la retrica de Jess: No habis ledo lo que os fue dicho por Dios...?
(<402231>Mateo 22:31). Las alternativas que resultan parecen ser, entonces, o que
la Escritura no es ms que un testigo (falible) a tal revelacin verbal divina, o
nada ms que el producto de tal revelacin. En el primer caso, el intrprete
debe escoger, segn lo mejor de su capacidad, entre aquellas partes de la
Escritura que constituyen un testigo fiel al Dios que se revela en hechos y
palabras, y aquellas porciones que no son fidedignas, y descubrir las bases para
tales decisiones. En el ltimo caso, la Biblia tiene que ser comprendida no slo
como un testigo fiel a la bondadosa autorrevelacin de Dios en palabras y
lo que Dios haba realizado en la culminante revelacin de s mismo en la
persona de su Hijo y en los documentos que daban testimonio y juntaban los
cabos de la revelacin en el Hijo.

INSPIRACION Y AUTORIDAD
Si las Escrituras son simultneamente revelacin verbal de Dios y producto de
manos humanas, debemos buscar por lo menos alguna relacin entre ambas.
Durante los ltimos siglos, el trmino que ms comnmente ha sido usado en
relacin con el tema es inspiracin. Al igual que Trinidad, la palabra
inspiracin no es una palabra bblica sino ms bien es una que resume
aspectos importantes de la verdad bblica. Inspiracin es normalmente definida
(a lo menos en crculos protestantes) como la obra sobrenatural del Espritu
Santo de Dios sobre los autores humanos de la Escritura, de tal forma que lo
que ellos escribieron fue precisamente lo que Dios quiso que escribieran con el
propsito de comunicar su verdad.
Algunas observaciones en esta definicin nos ayudarn a clarificarla, indicando
su utilidad y defendindola de aquellas malas interpretaciones comunes que se
hacen sobre ella.
1. La definicin habla tanto de la accin de Dios, por su Espritu, en el autor
humano como de la naturaleza del texto resultante. Este doble nfasis es un
intento de captar los dos elementos presentes y que son demostrables en el
relato que la Biblia hace de lo que est sucediendo. Por un lado, nos dice que
ninguna profeca de la Escritura es de interpretacin privada
(presumiblemente una interpretacin privada de la forma en que las cosas se
encuentran); en verdad, jams fue trada la profeca [claramente, en el
contexto, la profeca que constituye Escritura] por voluntad humana; al
contrario, los hombres hablaron de parte de Dios siendo inspirados por el
Espritu Santo (<610120>2 Pedro 1:20, 21). Por otro lado, no es solamente que los
autores humanos de las Escrituras fueron guiados por el Espritu Santo, sino
que la Escritura resultante es inspirada por Dios (<550316>2 Timoteo 3:16). La
expresin gr. bien podra traducirse como exhalada por Dios. Lo interesante
del punto es que se describe de esta forma la Escritura, el texto, y no el autor
humano. Si escogemos usar la palabra inspirado en vez de exhalada por
Dios, entonces debemos decir (segn este pasaje) que es el texto lo inspirado
y no sus autores humanos. Si usamos alternativamente el trmino inspirado
junto con el hecho que los autores humanos fueron guiados por el Espritu
Santo entonces los autores de las Escrituras fueron inspirados. En ese caso el
diseo de la definicin incluye tanto la obra del Espritu Santo en el autor
humano como la posicin resultante del texto de las Escrituras.
2. No hay nada en la definicin que exige un modo particular de inspiracin. Sin
duda la inspiracin puede operar a travs de un estado anormal de la mente
humana, por decir, una visin, un sueo como en estado de trance, escuchar
voces y mucho ms. Pero no hay nada en la definicin que requiera de tal
fenmeno; en verdad, juzgando por el texto de la Escritura, no es claro que
todos los escritores bblicos estaban siempre conscientes de que lo que estaban
escribiendo era el texto sagrado. Ni hay razn alguna para menospreciar la
descripcin que Lucas hace de su trabajo, caracterizado por la investigacin y
el inquirir cuidadoso de sus fuentes (<420101>Lucas 1:1-4). El hecho es que el
trmino inspirado no es mucho ms que una etiqueta conveniente para ser
usada en relacin con el proceso por el cual Dios ha dado existencia a las
Escrituras como previamente han sido descritas: revelacin verbal y testigo
histrico, palabras de seres humanos y palabras de Dios, la verdad que Dios
escogi comunicar y las formas particulares de cada uno de los autores
humanos.
3. Es importante distinguir este uso de inspiracin de otros dos usos. El
primero surge del mundo contemporneo del arte. Hablamos de compositores,
escritores, pintores, escultores, msicos y otros seres inspirados. Si nos
detenemos a pensar en este uso como el nico, podramos suponer que estas
personas fueron inspiradas por las musas; el que se inclinara ms
teolgicamente asignara la inspiracin a la gracia comn de Dios. Aparte de
tal reflexin, no pensamos mucho ms en que su trabajo es excelente, una elite
de primera clase. En consecuencia, podemos concluir que sus trabajos son
inspiradores, eso es, que permiten a quienes los observan levantar un poco su
horizonte, o intentar algo nuevo, o simplemente sentirse ennoblecidos.
Normalmente tal uso no es tomado para indicar que el Dios soberano haya
comunicado su verdad en forma permanente a su pueblo del pacto.
El segundo uso de inspiracin con el cual nuestra definicin no debe ser
confundida es aquel que se encuentra en el uso de los Padres de la iglesia. Se
ha hecho notar que inspiracin nunca funciona entre los Padres como un
criterio para la canonicidad. Esto no es porque los Padres no consideren las
Escrituras como inspiradas, porque de hecho ellos s las consideran inspiradas;
sino ms bien, porque en su uso inspiracin no es algo que se relaciona
exclusivamente con las Escrituras. En un sermn que Eusebio atribuye al
emperador Constantino (sea o no una atribucin correcta), el predicador
comienza: Ojal la poderosa inspiracin del Padre y de su Hijo... sea
conmigo al hablar estas cosas! En una de sus cartas a Jernimo, Agustn va
demasiado lejos al decir que Jernimo escribe bajo el dictado del Espritu
Santo. Gregorio Niceno puede usar la misma palabra traducida como
exhalada por Dios (inspirada) en 2 Timoteo para referirse al comentario de
su hermano Basilio acerca de los seis das de la creacin. En resumen, un
considerable nmero de los Padres usa una variedad de expresiones,
incluyendo inspiracin, para amalgamar lo que muchos telogos en el da de
hoy separaran en dos categoras: inspiracin e iluminacin. Esta ltima
reconoce el trabajo del Espritu Santo en la mente de un sin fin de creyentes, no
slo predicadores, sino tambin escritores y maestros cristianos, pero niega a
sus pensamientos, palabras y escritos la clase de autoridad universal que obliga
a todos los cristianos en todas partes y que hoy es relacionada con la palabra
inspiracin. De seguro, implcitamente los Padres hacen la misma clase de
distincin (aunque las categoras son diferentes) en tanto que reconocen slo
ciertos documentos como cannicos, eso es, un listado cerrado de Escrituras
con autoridad que obliga a toda la iglesia.
Entonces, para nuestros propsitos, inspiracin no ser usada como lo es en
el mundo del arte, o como lo es en el lenguaje de los Padres de la iglesia, sino
en el sentido teolgico que ha adquirido durante los siglos pasados.
4. Unos cuantos escritores intentaron debilitar inspiracin como el trmino
que ha sido definido aqu al sealar, correctamente, que un pasaje como <550316>2
Timoteo 3:16, 17 nos afirma el propsito de tal Escritura inspirada: es til para
la enseanza, para la reprensin, para la correccin, para la instruccin en
justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente capacitado
para toda buena obra. Si este es el propsito, ellos argumentan, entonces es
vano intentar vincular inspiracin con veracidad y autoridad. De hecho, esto es
un error de categoras. Es importante distinguir el modo de revelacin (sueo,
visin, dictado, etc.) de la manera de inspiracin (el empleo de varias tcnicas
y gneros literarios) de los resultados de la inspiracin (lo que la Escritura dice,
Dios lo dice) y el propsito de la inspiracin (hacernos sabios para la
salvacin).
5. Muchos han intentado debilitar la autoridad de las Escrituras, hecho implcito
en este estudio. Solo algunos pocos sern mencionados. Primero, se ha argido
que uno tiene que crear una doctrina de las Escrituras, no slo de los pasajes
en los cuales la Escritura evala a la Escritura, sino de las dificultades
declaradas inflexibles donde la Escritura cita a la Escritura en una forma que en
su primera lectura asombra. Ciertamente los dos acercamientos tienen que ir de
la mano. En la prctica, sin embargo, aquellos que empiezan con el segundo
acercamiento usualmente no consideran el primero con seriedad; quienes
comienzan con el primer acercamiento, si son investigadores cuidadosos,
generalmente descubren razones vlidas, exegticas y teolgicas que explican
este fenmeno tan peculiar. Una variacin de este argumento insiste en que la
Biblia presenta formas tan diferentes, digamos a modo de ejemplo, de Dios,
que es intil hablar de teologa bblica o cristianismo bblico. La Biblia,
segn este argumento, incorpora teologas que compiten entre s y reflejan
diferentes corrientes del cristianismo que son mutuamente contradictorias.
Cmo puede decirse de cualquier libro que es inspirado y autoritativo si ese
libro prohbe el vestir ropa tejida con hilos de dos materiales distintos
(<031919>Levtico 19:19)? Pero tales trabajos, debe ser dicho gentilmente, que
mientras apelan a audiencias populares y a escpticos convencidos,
sencillamente no encajan con lo mejor de la literatura confesional. Por ejemplo,
el asunto sobre los tejidos de materiales diferentes, que no es raro en la
literatura, es enfatizado como si nadie jams haya pensado seriamente acerca
de las maneras en las cuales las estipulaciones del pacto del AT han de
aplicarse a los creyentes que viven bajo un nuevo pacto.
Segundo, muchos argumentan que un resultado necesario de la bondadosa
acomodacin de Dios al habla humana es la introduccin de un error. Errar es
humano; los documentos bblicos son humanos. Por lo tanto, resultan ser tan
poco fiables como son los seres humanos. Pero tal apreciacin de la Escritura
no slo niega la conviccin y juicio de Jess y de los escritores del NT, sino
que se fundamenta en una lgica desgastada. Sin duda que es verdad que a
este lado de la cada errar es humano; eso no significa necesariamente que ser
un humano implique errar en toda ocasin y en todo lo que se dice. Que el
soberano y trascendente Dios se haya acomodado gentilmente al lenguaje
humano es una hermosa verdad. No obstante, es a este hablar acomodado al
cual se hace referencia como palabra o palabras puras del Seor (<191206>Salmo
12:6) y tratadas por Jess mismo como Escrituras que no pueden ser
quebradas.
En tercer lugar, los catlicos romanos tradicionales, aunque sostienen la
inspiracin y la autoridad de la Biblia, niegan que sta sea suficiente como nica
regla de fe y de prctica. Antes de la palabra escrita vino la tradicin oral, y
esta tradicin contina al lado de la palabra escrita en el oficio magisterial de la
Iglesia Catlica Romana. Los efectos son sustanciales; una doctrina como la de
la inmaculada concepcin de Mara, no enseada en las Escrituras, puede
imponerse como algo que todos los catlicos leales tienen que creer.
Recprocamente, doctrinas que muchos no catlicos encuentran en las
Escrituras pueden ser descartadas o disminuidas en importancia por la
autoridad de la iglesia. El tema es muy complejo para ser tratado aqu.
En cuarto lugar, en una manera que caractersticamente va ms all de cualquier
cosa que Karl Barth, el padre de la neoortodoxia, habra sostenido, algunos
telogos neoortodoxos insisten en que la Biblia, en cuanto a su forma, es
sencillamente uno ms entre los libros religiosos; aunque sea uno importante, no
est exento de errores grandes y pequeos. No es verdad en el sentido que lo
que dice, Dios lo dice. Ms bien, la Biblia es verdad en cuanto al hecho de que
Dios trabaja a travs de ella para revelarse a s mismo a los individuos. Llega a
ser la Palabra de Dios cuando el Espritu Santo la ilumina al individuo. Esta
inspiracin e iluminacin nuevamente son confundidas; o, ms exactamente, la
primera absorbe a la ltima, Ciertamente la neoortodoxia tena razn en
protestar contra una palabra muerta que no transformaba ni daba vida a los
individuos. Pero su solucin es demasiado drstica y termina negando lo que
Jess y sus primeros discpulos entendieron por Escrituras.
Quinto, varias formas de liberalismo clsico simplemente niegan cualquier
posicin especial a las Escrituras. En su forma ms virulenta, este pensamiento
niega la existencia de un Dios personal y trascendente que invade la historia. El
sobrenaturalismo es considerado imposible; Dios es reducido a la proporcin
de un desmo o pantesmo. La religin de la Biblia debe ser estudiada en el
marco de discusin acerca de cualquier o de todas las otras religiones, y no en
otro marco. Una respuesta bien pensada a esta visin de la realidad nos llevara
ms all del propsito de este artculo. Sin embargo, lo que es claro es que esta
visin rpidamente somete a las Escrituras y termina por imponerle ideas
contemporneas. Al final, la disputa va no slo en el tema de la naturaleza de la
Biblia, sino en la naturaleza y carcter de Dios.
Finalmente, el surgimiento de la nueva hermenutica ha animado a muchos
pensadores simplemente a dejar de lado la discusin acerca del lugar que
ocupa la revelacin y la autoridad. Pero como esta posicin est ntegramente
ligada al asunto sobre cmo la Biblia ha de ser interpretada, una breve
discusin ser considerada en la prxima seccin.

REFLEXIONES FINALES
Algunos pueden objetar que toda esta presentacin es demasiado circular. Si
empezamos con nuestra concepcin acerca de Dios, y desde esta perspectiva
comenzamos a pensar en nuestra perspectiva sobre la naturaleza de la Biblia,
debemos hacer una pausa y admitir que nuestra concepcin de Dios es (en la
perspectiva cristiana) tomada de la Biblia. Digamos que si comenzamos con el
concepto de Jess acerca de la autoridad de las Escrituras, ese concepto en s
est sacado de las Escrituras. El proyecto entero de construir una doctrina de
las Escrituras ser errado.
Este argumento toca algunas de las preguntas ms complejas de cmo llegamos
a conocer las cosas, y si ellas en verdad son ciertas. Aunque estos asuntos
no pueden ser tratados en forma efectiva ahora, sin embargo, algunos
comentarios podran ser tiles para algunos.
Primero, hay un sentido profundo en el cual todo pensamiento humano (tal vez
con la excepcin de aquel que concuerda con las reglas de la lgica y est
edificado sobre valores definidos, tal como muchas de las ramas de las
matemticas) es circular en un sentido. Somos criaturas finitas; sin la facultad de
omnisciencia no tenemos en absoluto un fundamento seguro en el cual edificar.
La afirmacin cristiana es que Dios mismo, quien goza del conocimiento
perfecto, provee esa base para nosotros; pero esto, de hecho, significa que el
fundamento en s debe ser tomado (en cuanto a criaturas finitas se refiere) por
fe. Desde esta perspectiva, fe no es una opinin que obliga subjetivamente a
ser comparada con otra fe, sino una habilidad dada por Dios para percibir a
lo menos un poco de Dios y su verdad y confiar en l apropiadamente. En
ningn instante esto significa negar que toda clase de argumentos pueda ser
avanzado para justificar la fe cristiana, incluyendo nuestra creencia en Dios y en
la Biblia. Por el contrario, esto es admitir que tales argumentos no convencern
a todas las personas.
Segundo, aunque reconocemos que el argumento es en alguna forma circular, e
insistimos en que casi todo pensamiento humano lo es tambin, esto no implica
sugerir que la circularidad sea intrnsecamente falsa. No nos acercamos a la
Biblia para ciertas pruebas sobre la naturaleza de la Biblia; por el contrario, nos
acercamos a ella para recabar informacin. Si la Biblia no hubiera hecho
afirmaciones sobre su propia naturaleza, tendramos pocas razones para
sostener la doctrina de la Biblia bosquejada aqu. Yendo ms all, los cristianos
informados quisieran argumentar sobre la veracidad y la confiabilidad de las
Escrituras, pero no querrn argumentar sobre la veracidad y la confiabilidad de
sus doctrinas de las Escrituras. Metodolgicamente hablando, ellos proceden
con la creacin de una doctrina de las Escrituras exactamente en la misma
manera en que proceden con la creacin de una doctrina acerca de Cristo.
Ambas son sujetas a revisin en la medida que mayor luz se desprende de la
generosa autorrevelacin de Dios, que ya existe en las Escrituras.
Tercero, los cristianos inteligentes sern los primeros en admitir que hay cosas
desconocidas y dificultades en la formulacin de una doctrina responsable de
las Escrituras. Pero esto no nos asusta; lo mismo podra ser dicho de casi
cualquier doctrina bblica: la naturaleza de Dios, el centro de la redencin, la
obra del Espritu y la resurreccin de los muertos. Esto no significa que nada
verdadero pueda ser dicho sobre tales asuntos; por el contrario, significa que
desde que todos ellos tienen que ver con un Dios trascendente y personal que
no puede ser exhaustivamente conocido por criaturas rebeldes y finitas,
inevitablemente quedarn misterios y reas de lo desconocido.
Cuarto, no debemos subestimar el impacto del pecado en nuestra habilidad de
pensar con claridad en estos asuntos. Un elemento sustancial en nuestra cada
original fue el deseo incontrolable de autosuficiencia, de conocimiento
independiente. Quisimos ser el centro del universo y esto es el centro de toda
idolatra. <430845>Juan 8:45 presenta a Jess dirigindose a sus oponentes con estas
asombrosas palabras: Pero a m, porque os digo la verdad, no me creis. Si
esta es la verdad misma que asegura nuestra incredulidad, cun profunda y
trgica y abominable es nuestra perdicin. Entonces no nos debe sorprender
que Dios no se nos presente de una manera en que nosotros nos sintamos en
control de l. Quienes demandan seales de Jess son firmemente reprendidos,
porque l sabe que responder a tales demandas implicara someterse a la
agenda de otros. Rpidamente sera domesticado, reducido a un simple genio
mgico y espiritual.
Por la misma razn la sabidura del mundo sistema de pensamiento que
provee respuesta a todo en atrayentes paquetes de ninguna manera puede
comprender la cruz de Cristo (<460101>1 Corintios 1:18-31). Cuando Dios habla
del cielo, siempre habr alguien que escuchar slo truenos (<431229>Juan 12:29).
En la misma forma, la generosa autorrevelacin de Dios en las Escrituras nunca
podr ser adecuadamente declarada por quienes insisten en ser pensadores
independientes: Si Dios estructurara su revelacin para acomodarse a tales
deseos sera condonar el pecado del cual el evangelio nos libera. Dios en su
gran misericordia rehsa condescender a nuestra pasin ilimitada de ser dioses.
El ha asegurado que su propia autorrevelacin ser suficientemente clara para
aquellos que por gracia tienen ojos para ver y odos para or, pero que nunca
ser tan rigurosamente autoevidente como los teoremas de las matemticas
donde los seres humanos controlan todas las definiciones y las reglas de las
relaciones.
Andamos por fe y no por vista.
1
ESTA ES LA PALABRA DE DIOS

Y habl Dios todas estas palabras (xodo 20:1).

El estudio serio y reverente de la Biblia es la tarea ms atractiva que


podamos intentar. Esto se debe a que la Biblia es diferente a cualquier otro
libro en todo el mundo. La Biblia es algo ms que la ms grande obra lite-
raria. Es algo ms que el historial ms noble de acciones heroicas. Es algo
ms que la historia de la cultura ms importante de la tierra, o la filosofa
ms inspiradora que los hombres hayan encontrado. La Biblia es el historial
eterno del propsito redentor de Dios para la raza humana. Es la revelacin
que Dios hizo de s mismo a las mentes y corazones de los hombres que lo
han buscado por todas partes.
Esta es la palabra de Dios.

I. POR QU ESTUDIAR LA BIBLIA?


Los lectores comunes abordan el estudio de la Biblia con diversas acti-
tudes. Quien no est familiarizado con su contenido se pregunta si podr en-
tender su significado. Quizs haya odo de las dificultades de interpretacin,
o de los interminables debates que han originado ciertos detalles tcnicos.
Si alguien la lee rpidamente quiz se desaliente al llegar a las minuciosas
descripciones de los sacrificios de Levtico o a las genealogas de Crnicas.
Quiz decida que la Biblia es un libro solo para los eruditos.
Otros, que han estado familiarizados con la lectura de la Biblia en la
iglesia y en el hogar, quiz decidan que estudiarla a fondo es una tarea in-
necesaria. Por mucho tiempo han considerado la Biblia con cierto grado de
reverencia, pero nunca se han detenido a estudiarla en forma sistemtica.
Muchas personas todava se sorprenden al descubrir que la Biblia es un libro
que podemos entender, y no solamente un manantial del cual obtengamos
una inspiracin breve.
Probablemente la mayora de las personas aborden el estudio de la Biblia
con verdadera expectativa. Lo poco que saben de la Biblia les ha abierto el
apetito para un mayor conocimiento. Ahora esperan hallar en ella algunos
de los tesoros de sabidura y devocin que han hecho de la Biblia el ms
grande libro de todos los tiempos.
14 Explorando el Antiguo Testamento
A. La Biblia como una gran obra literaria
Se puede estudiar la Biblia por su valor literario. En cualquiera de todos
los idiomas a que ha sido traducida, la Biblia es siempre una obra maestra
de literatura. La versin King James del idioma ingls, y la versin de Reina
Valera en castellano caen en esta categora.
El valor literario de la Biblia se muestra en muchas maneras. La circu-
lacin asombrosa de la Biblia, el libro ms vendido de todos los tiempos,
es una impresionante evidencia de su excelencia y calidad literarias. Se han
impreso hasta hoy mucho ms de mil millones de ejemplares de la Biblia. El
seor W.A. Smart hace esta observacin: La Biblia ha tenido la mayor venta
y circulacin que cualquier otro libro desde la invencin de la imprenta1.
El Instituto Gallup, organismo americano encargado de encuestas y esta-
dsticas, ha comprobado que, entre todos los libros que se leen en Estados
Unidos, la Biblia sigue a la cabeza. De cada diez personas entrevistadas, seis
dijeron que haban ledo la Biblia.
Los hechos demuestran que la Biblia ha venido a ser una norma de las
ms selectas expresiones literarias. La literatura est llena de referencias a
personajes e historias bblicos. Mucho pierde de la belleza y elocuencia de la
literatura universal quien ignora la fuente de donde provienen esas referen-
cias. Los expertos estudiosos de las obras del gran Shakespeare han hallado
alrededor de 550 referencias bblicas en la pluma del insigne poeta. Quien
lea Don Quijote de la Mancha, la gran obra de Miguel de Cervantes, halla-
r continuas alusiones y referencias directas a las Sagradas Escrituras. John
Ruskin, reconocido maestro de la prosa inglesa, dice: Cualquier cosa que yo
haya hecho de algn valor en la vida, se debe a que, cuando yo era nio, mi
madre me lea diariamente una porcin de la Biblia, y me haca memorizar
pasajes de ella. Lo mismo afirma el gran orador y patriota norteamericano
Daniel Webster, cuando dice: Si hay algo en mi estilo o en mi pensamiento
que merezca ser recomendado, el mrito es de mis amorosos padres, quienes,
desde que yo era nio, me inspiraron un gran amor por las Escrituras2.
Hacer la lista de los maestros de literatura (en ingls) cuyas obras estn
llenas de referencias bblicas, y cuyo estilo denota una fuerte influencia de las
Escrituras, es lo mismo que citar a los ms grandes escritores del Palacio de
la Fama: John Milton, Wordsworth, Walter Scott, Lord Byron, Shelley, Lord
Macauley, Nathaniel Hawthorne, Ralph Waldo Emerson, Whittier, Henry W.
Longfellow, Charles Dickens, Tennyson, Browning, Matthew Arnold, Eliot,
Lowell, Walt Whitman, Swinburne, Stevenson y Rudyard Kipling. Y estos son
solo en la literatura en ingls.
Se han identificado 15 palabras o frases de la Biblia en los tres breves
Esta es la palabra de Dios 15
prrafos del clebre discurso de Lincoln en Gettysburg, una de las ms gran-
des arengas de todos los tiempos3. En una reciente exposicin de libros se
contaron ms de mil ttulos que son literalmente citas bblicas. El profesor
Lawrence Nelson cita en su libro* centenares de lugares donde, a sabiendas o
no, nuestros escritores modernos hacen citas de la Biblia4.
Podramos dar muchos ejemplos ms de valor literario de la Biblia.
Nada mejor que citar las palabras del profesor William A. Irwin, quien dijo:
Aun midindola solo por su influencia creadora sobre la sociedad
humana, la Biblia es, abrumadoramente, el ms grande de los libros. Y qu
mejor manera de juzgar el valor que sta? Las opiniones de los crticos, no
obstante su gran reputacin, son solamente opiniones personales. Pero la
prueba de los siglos es irrefutable. Solo lo que es bueno para incontables
generaciones sucesivas puede resistir el paso de los siglos. Lo que es dbil,
lo que es sectario, lo que est mal fundado, perece por el camino. He aqu
el milagro de la Biblia: una obra literaria que se anticipa mucho a las con-
quistas gloriosas de nuestra ciencia y al avance de nuestro pensamiento
moderno; un libro cuya accin se lleva a cabo en la quieta atmsfera de un
antiguo pas, con camellos y rebaos, y fuentes en los caminos y el grito
alegre del labriego en la vendimia o en la cosecha. Este libro, no obstante
todo lo que ha ocurrido desde entonces, es todava nuestra ms grande
obra literaria, publicada en todo el mundo ms que cualquiera otra, tradu-
cida tanto a los ms grandes idiomas como a los dialectos ms sencillos, y
querida, amada, respetada y estudiada en una manera tan fervorosa, que es
imperioso ponerla en sitial aparte.5
B. La Biblia como historia
Adems, la Biblia debe ser estudiada tambin por su valor histrico.
Es completamente imposible entender el desarrollo de la civilizacin occi-
dental sin algn conocimiento de sus races en la vieja cultura judaica, que
se desarrolla en el Antiguo Testamento. La comprensin que tenemos del
crecimiento de nuestra civilizacin perdera mucho sin el estmulo a la in-
vestigacin histrica provisto por la Biblia.
Es bien sabido que el conocimiento presente de los orgenes de la raza
humana ha aumentado enormemente por los descubrimientos de los ar-
quelogos, cuyo estudio paciente de los restos arcaicos ha abierto nuevos
mundos ante nuestros ojos. Lo que no es igualmente sabido es el hecho, se-
alado por el profesor H.H. Rowley, que las investigaciones arqueolgicas
han sido financiadas y llevadas a cabo por hombres y mujeres que han es-
tado interesados y dedicados devotamente al estudio de la Biblia6. Por eso
la Biblia ha sido de doble valor para el historiador: ha preservado datos de
*Our Roving Bible (no est traducido)
16 Explorando el Antiguo Testamento
un valor inestimable, y ha estimulado el estudio incesante de las ms viejas
culturas.
Desgraciadamente, se volvi un pasatiempo hace dos siglos poner en
tela de juicio la exactitud histrica de la Biblia. Mucho de lo que se llama
crtica destructiva de la Biblia ataca la veracidad de sus datos histricos,
particularmente los del Antiguo Testamento. El Dr. W.F. Albright, el famoso
erudito que supo evitar la tontera de dudar de la veracidad histrica de la
Biblia, basndose solo en las opiniones de los crticos, hizo recientemente un
resumen del cambio de actitud hacia la parte histrica de la Biblia; cambio
originado por los descubrimientos arqueolgicos. Albright dice:
El escepticismo excesivo demostrado hacia la Biblia por importan-
tes escuelas histricas de los siglos XVIII y XIX, ciertas fases de la cual
reaparecen peridicamente, ha perdido terreno con el paso del tiempo.
Descubrimiento tras descubrimiento ha ido estableciendo la exactitud de
las historias bblicas en todos sus detalles, y ha trado un reconocimiento
creciente del valor de la Biblia como una fuente histrica.7
C. La in fl uencia de la Biblia en la civilizacin
Ya se ha hecho mencin pasajera de la vasta influencia de la Biblia so-
bre la cultura occidental. Es imposible imaginar lo que hubiera sido la ci-
vilizacin moderna sin la influencia fermentadora de la Biblia. Un indicio
de ello es el actual estado de cosas imperante en la porcin del mundo del
siglo XX, donde la Biblia y el Dios de la Biblia han sido oficialmente repu-
diados. Samuel Coleridge ha dicho: Por ms de mil aos la Biblia, tomada
colectivamente, ha ido mano a mano con la civilizacin, la ciencia, y la ley,
siempre sosteniendo, y muchas veces guiando el cultivo moral e intelectual
de la raza8.
Poco se ha escrito en cuanto a la influencia de la Biblia sobre las leyes ci-
viles, pero no puede ser negada. Justiniano hizo la primera gran recopilacin
jurdica, cuyo conjunto es prcticamente la base de la constitucin de casi
todos los estados modernos, europeos y americanos. Pero estas leyes han
sido moldeadas en la norma de las instituciones bblicas. Herbert L. Willett
dijo:
La pasin por la justicia social, la democracia, la libertad industrial,
la educacin universal, el sufragio universal, la proteccin de la infancia,
la tica cvica y la fraternidad internacional, todas son inspiradas por la
Biblia. Los movimientos de reforma que han suprimido gran parte de la
crueldad con que se trataba a nios, mujeres, delincuentes y animales, de-
ben su existencia y progreso al mismo libro, deuda que tienen tambin con
la Biblia los movimientos contra los vicios sociales que corroen la vida de
la sociedad.9
Esta es la palabra de Dios 17
El Dr. Howard A. Kelly, eminente hombre de ciencia, radilogo y pat-
logo de Baltimore, declar que donde la Biblia es pisoteada la vida pierde su
valor y la ciencia es la primera vctima, o sobrevive en forma agonizante10.
La historia de la Alemania nazi y la Rusia comunista apoyan el juicio del Dr.
Kelly en forma conclusiva.
Todas las formas del arte han sentido tambin la influencia del Libro
de los libros. En la arquitectura, con las catedrales gticas; en la msica, con
sus grandes himnos y oratorios. Citamos otra vez a Willett: Los grandes
artistas han sido siempre intrpretes de la vida moral. Nadie puede ser un
gran artista si carece de la cualidad fundamental de fervor moral y religioso.
Tales hombres siempre han hallado en la Biblia la mejor inspiracin para sus
mensajes11.
El testimonio de Daniel Webster sobre el valor de la Biblia en la forma-
cin de su estilo ha sido citado ya. Ese estadista no era menos enftico en
su evaluacin de la importancia de la Biblia en las reas de la justicia cvica
y la prosperidad. Si vivimos conforme a los principios enseados por la
Biblia, nuestro pas seguir prosperando; pero si nosotros y nuestra posteri-
dad negamos sus enseanzas y autoridad, nadie puede predecir qu sbita
catstrofe puede sobrevenirnos y sepultar nuestra gloria en una profunda
oscuridad12.
D. La Biblia como norma de fi losofa y tica
La Biblia es digna de la ms seria consideracin por sus valores ticos
y filosficos. El libro presenta una visin de la vida (su origen, significado y
destino) que no tiene parangn, solo unos cuantos rivales serios en algunos
lados. Sus ideales ticos han sido normas de vida para los ms grandes hom-
bres del mundo occidental. Wilbur Wilberforce, el gran reformador social
ingls escribi:
Nunca goc la verdadera felicidad hasta que acept a Cristo como
mi Salvador. Leed la Biblia. Durante todas mis perplejidades y angustias,
nunca le otro libro, ni he deseado leer ningn otro.13
En cada caso en que la nobleza ha aparecido en la vida humana, ha
corrido paralela a los grandes principios morales de la Biblia, aun cuando
no fuera extrada directamente de ella. Matthew Arnold, un hombre que no
era precisamente ortodoxo en materia de fe y quien crea poco en lo sobre-
natural, expres:
As como no puedo imaginar un hombre con algn sentido de la es-
cultura que no lo cultive estudiando lo que queda del arte griego; a algn
hombre con algn sentido potico que no lo desarrolle al leer a Homero o
18 Explorando el Antiguo Testamento
Shakespeare, as tampoco puedo imaginar a un hombre que posea cierto
sentido de conducta moral que no lo cultive con ayuda de la Biblia.14
Willett declara:
La Biblia es la Carta Magna de la libertad humana; la Declaracin
de Independencia de la opresin y la ignorancia; la Proclamacin de
Emancipacin del alma del hombre. John Stuart Mill dijo: El punto ms
importante en la historia de la libertad fue la cruz de Cristo.15
Woodrow Wilson, quien fue rector de la Universidad de Princeton, rin-
di homenaje al valor tico de la Biblia al decir:
La Biblia es la palabra de vida. Le suplico que la lea y descubra esto
usted mismo. Lala, pero no unos pocos picoteos aqu y all, sino pasajes
completos que revelen el verdadero corazn de ella. Usted la encontra-
r llena de las cosas que lo han preocupado y atribulado toda su vida...
Cuando haya ledo toda la Biblia descubrir que es la palabra de Dios,
porque habr descubierto que es la llave de su propio corazn, su propia
felicidad, y su propio deber.

E. La Biblia y la educacin general


Es difcil ver cmo una persona pudiera creer que su educacin es com-
pleta si no conoce esa obra maestra que es la Biblia. La educacin general
trata de descubrir y conservar aquellos elementos en la cultura que deberan
ser una parte de la experiencia vital de toda persona educada, cualquiera que
sea su llamamiento o profesin. Esto resulta ser un antdoto saludable a la
enfermedad de la superespecializacin, que ha afligido a la educacin supe-
rior durante el ltimo medio siglo. La necesidad de poseer una base amplia
de cultura, tanto como de talento tcnico, se vuelve ms y ms evidente, con-
forme las invenciones tecnolgicas nos dejan ms y ms tiempo libre.
La educacin general acenta la necesidad de preparar a los jvenes y
adultos, hombres y mujeres, y tambin educarlos como ministros, doctores,
abogados, ingenieros, maestros y hombres de negocios. Aqu el conocimien-
to de la Biblia se vuelve de gran importancia. Un estudio serio de la Biblia
llevara al estudiante por todas esas disciplinas. La Biblia contribuye a la
comprensin de la historia, literatura, arte, tica, sicologa, filosofa, socio-
loga, geografa y muchas otras reas del conocimiento humano. El doctor
William Lyon Phelps, amado catedrtico de la Universidad de Yale por cua-
renta y un aos, ha subrayado la importancia del estudio de la Biblia en la
educacin general, al escribir:
Cualquier persona que tenga un conocimiento cabal de la Biblia pue-
de correctamente ser llamada una persona educada; y ningn otro conoci-
Esta es la palabra de Dios 19
miento cultural, por grande y elegante que sea, puede volverse un sustituto
adecuado. La civilizacin occidental est fundada sobre la Biblia; nuestras
ideas, nuestra sabidura, nuestra filosofa, nuestra literatura, nuestro arte,
nuestros ideales, proceden ms de la Biblia que de todos los dems libros
juntos. Es una revelacin de la divinidad y de la humanidad; contiene la
ms sublime aspiracin religiosa junto con una cndida representacin de
todo lo terrenal, sensual o diablico. Yo creo en una educacin universi-
taria para hombres y mujeres, pero tambin creo que vale ms un cono-
cimiento completo de la Biblia sin una educacin universitaria, que una
educacin universitaria sin el conocimiento de la Biblia. Y lo creo porque
en la Biblia hallamos pensamientos profundos, bellamente expresados;
tenemos el carcter de hombres y mujeres, de jvenes y muchachas ms
acertadamente definidos que por cualquiera de nuestros novelistas o dra-
maturgos. Uno puede aprender ms de la naturaleza humana leyendo la
Biblia que viviendo en Nueva York.16
F. La Biblia y la religin
El valor supremo del estudio de la Biblia yace en su significado religioso
y espiritual. Es la fuente y el manantial de ambos, judasmo y cristianismo.
Y lo que es an ms importante, permanece firme en sus demandas verifi-
cadas en mil millones de vidas a lo largo de treinta y cinco siglos, de ser la
revelacin suprema de la voluntad y propsito redentores de Dios, nico y
verdadero Dios Creador, Sustentador y Gobernador del universo. Robert E.
Speer, el gran estadista misionero, ha escrito:
La Biblia es uno de los hechos slidos del cristianismo, y no es afec-
tada por ninguna cosa que el hombre piense acerca de ella. Las opiniones
cambiantes acerca de la Biblia no cambian a la Biblia. Lo que la Biblia fue,
la Biblia es. Y lo que es ahora, la Biblia ser. No hay pensamientos de los
hombres que puedan juzgar a la Biblia. Pero la Biblia juzga todos los pen-
samientos de todos los hombres. La Biblia no tiene nada que temer como
no sea la ignorancia y el desprecio de los humanos. Y la iglesia no necesita
tener en cuanto a ella otro temor que este. La Biblia se cuidar a s misma
si la iglesia se ocupa de distribuirla y de que sea leda...
No debera haber ningn hogar sin la Biblia. En realidad, el hogar no
puede existir sin la Biblia, porque es de la Biblia de donde se deriva el ideal
del hogar y de donde fluye la fuerza espiritual para edificarlo.
Y lo que la Biblia es para el hogar, lo es para hombres y mujeres indi-
vidualmente. A saber, es la fuente de los verdaderos ideales y de las ener-
gas cristianas por las cuales se obtiene ese carcter.17
Los argumentos a favor del cristianismo y sus Escrituras pertenecen a
esa rama del estudio conocida como apologtica, la defensa lgica de la fe
cristiana contra todas las variedades de incredulidad. Este es un tremendo
20 Explorando el Antiguo Testamento
campo en s mismo, y mucho ms all del presente estudio. El estudiante in-
teresado en apologtica puede acudir a los muchos libros existentes sobre el
tema. Aqu es necesario decir nicamente que el valor espiritual de la Biblia
descansa supremamente en su posicin nica como el historial del amor
redentor de Dios para el hombre, cumplido por medio de Cristo, y confir-
mado en los corazones de los hombres en todas las edades por mediacin
del Espritu de verdad, el Espritu Santo.
La Biblia, por tanto, es algo ms que un libro religioso. Es un libro re-
dentor. Religin, en su sentido amplio, es la bsqueda por el hombre de una
relacin ms estrecha con Dios. Revelacin es la propia comunicacin de
Dios al hombre. Redencin es el encuentro entre Dios y el hombre a travs
de la Persona central de la Biblia, el Dios-Hombre, Cristo Jess, el Seor. Hay
muchas religiones, como hay muchos modos en las que los seres humanos
buscan a Dios. Pero hay una sola revelacin, la Biblia, y el Cristo quien es su
tema. Y hay una sola redencin, que es mediada por el Espritu Santo a travs
de la creencia de la verdad encarnada en la Biblia.
Concedida esta gran fe, que esencialmente es la fe cristiana, la Biblia
llega a ser un libro de importancia sin igual. Es la palabra del Dios viviente,
y nada tiene que ser ms vital para el hombre que el conocimiento de la
palabra del Seor. La Biblia apela a todas las facultades y capacidades de la
mente: al intelecto por sus verdades imprescindibles para el conocimiento
de la recta doctrina; a las emociones por sus conceptos sin paralelo que nos
inspiran y bendicen; y a la voluntad, por su gua tica para la conducta de
vida.
Los libros que nacen de la mente de los hombres vienen y van. De im-
primirlos no hay fin. La Biblia es el libro de los siglos. Siempre est de moda
porque sus verdades estn fuera del tiempo. Ningn otro libro iguala su
importancia. Todos los libros del hombre, juntos, nunca ocuparn su lugar.
Como lo dijo Juan Wesley:
Soy una criatura de un da, pasando a travs de la vida como una
flecha atravesando el aire. Soy un espritu, viniendo de Dios y retornan-
do a Dios, colgando sobre el gran golfo. Unos pocos meses ms, y ya no
ser; caer como una gota en la inmutable eternidad! Yo deseo conocer
una sola cosa tan solo: el camino al cielo; cmo arribar con seguridad a la
playa feliz. Dios mismo ha condescendido a ensearme el camino. Ello ha
dejado escrito en un libro. Oh, dadme ese libro! Ya lo tengo. Ah hay cono-
cimiento suficiente para m. Dejadme ser el hombre de un solo libro. Aqu,
entonces, estoy, lejos de los afanosos caminos de los hombres. Me siento a
solas: solo Dios est aqu. En su presencia yo abro y leo su libro, para este
nico fin: hallar el camino al cielo.18
Uso de las versiones en la interpretacin de la Biblia
Porque Esdras haba preparado su corazn para escudriar la ley de Jehov y para
cumplirla, a fin de ensear a Israel los estatutos y los decretos (Esd. 7: 10)

El modelo de Esdras:
1. Humill su corazn.
2. Investigaba diligente y minuciosamente la Palabra de Dios.
3. Obedeca la Palabra de Dios.
4. Enseaba con integridad la Palabra de Dios

Doctrinas fundamentales:

1. Revelacin: Dios ha tomado la iniciativa de revelar a los hombres su voluntad.


Esa revelacin se concreta en tres maneras: Su creacin (Sal. 19: 1-2; Ro.1: 19-20),
en su Palabra (2 Ti. 3: 16-17) y en la persona de su Hijo Jesucristo (He. 1: 1-2).
2. Inspiracin: La revelacin divina estuvo dirigida por El Espritu Santo, quien se
asegur que el mensaje revelado a los escritores humanos fuera absolutamente
fiel a la voluntad de Dios (2 P. 1: 21)
3. Iluminacin: Los verdaderos seguidores de Cristo tienen la asistencia del Espritu
Santo para comprender la verdad bblica y conocer la voluntad de Dios (1 Co. 2: 6
-16)
4. Capacitacin: Todos los llamados a ensear la Biblia deben estar debidamente
capacitados para hacerlo bien (1 Ti. 3: 2; 2 Ti. 2: 15, 24).

Qu es la crtica textual?

Es una disciplina que utiliza todos los recursos cientficos disponibles (histricos,
literarios, arqueolgicos, antropolgicos y teolgicos) para determinar que el texto
bblico que hoy leemos es absolutamente confiable y fiel al texto originalmente
transmitido por el autor bblico.

Esta disciplina es necesaria debido a que no poseemos el texto bblico en original. Estos
se perdieron hace mucho tiempo. Lo que tenemos es una variedad de manuscritos,
leccionarios y traducciones posteriores todas hechas a mano. Hay ms de cinco mil
manuscritos griego de todo el Nuevo Testamento y otros en latn y no hay dos de ellos
en existencia que sean exactamente iguales. Debido a las variantes que encontramos
en las distintos textos antiguos se requiere un anlisis profundo que ayude a
determinar cul es el texto ms fiel al autor original.
Cmo afecta esto a las diversas traducciones de la Biblia?

En la medida que progresa la ciencia y tenemos mayores recursos disponibles, se ha


venido realizando mejores traducciones de la Biblia. As que al surgir una nueva
traduccin nos beneficiamos de ella porque nos ofrece una versin ms depurada y
avanzada del texto original.

Qu beneficios nos da la crtica textual?

1. Nos permite tener un texto los ms fiel posible al autor original


2. El estudiante del texto tiene mejores posibilidades de hacer una interpretacin
ms segura.
3. Le permite al estudiante del texto algunas herramientas tcnicas para utilizar el
aparato crtico de la Biblia. El aparato crtico es la lista de referencias codificadas
de las diversas variantes y cambios textuales que se encuentran en los diversos
documentos antiguos de la Biblia.

Qu versin de la Biblia debo utilizar?

Debemos usar todas las versiones que tengamos a la mano (Hay algunas excepciones).
Esto es recomendable porque as aprovechamos los resultados del estudio de muchos
traductores de la Biblia.

Por qu hay tantas versiones?

Adems de las razones dadas anteriormente, hay una razn lingstica que demanda
constantemente que se hagan nuevas traducciones: La lengua espaola es un idioma
vivo y dinmico. Es un idioma en constante evolucin. En el idioma hay palabras que
entran en desuso como por ejemplo: Arquilla de junco, spid, grosura, sajarse y saeta.
Estas se llaman arcasmos y aparecen otras palabras que se llaman neologismos que
son sus equivalentes: Canasta, vbora, grasa, hacerse una incisin y flecha. Este proceso
evolutivo del idioma hace necesario que usemos diversas versiones de lo contrario
leeramos la Biblia y no entenderamos nada.

Qu es una versin de la Biblia?

Las versiones se determinan en base al texto que va a ser traducido. Dependiendo de


esa decisin las versiones se pueden llamar primarias o secundarias. Las versiones
primarias son aquellas que son traducidas directamente del idioma original. Es decir, el
hebreo o el griego. Las versiones secundarias son aquellas que se traducen de un
idioma moderno. Sin embargo, los traductores siempre consultan a los idiomas
originales para asegurarse una correcta traduccin.
Los traductores utilizan tres tcnicas para realizar su traduccin:

1. La tcnica de equivalencia formal o esttica. Esta conserva la forma y la


estructura del idioma original. El mtodo es encontrar una palabra equivalente
por cada palabra del original.
2. La tcnica dinmica o funcional. El mtodo intenta conservar el significado del
contenido del original en vez de repetir sus palabras. Intenta ser fiel al original y
a la vez ser accesible al modo comn de hablar y comunicarse la gente de todos
los niveles de educacin.
3. La tcnica de la parfrasis. Este mtodo se da mucha libertad al manejar los
textos originales. Pueden quitar o poner de acuerdo a su interpretacin y
apunta ms a ser un comentario breve de la Biblia. Las parfrasis no son
herramientas confiables para un estudiante serio de la Biblia.

Cmo utilizar las versiones para interpretar mejor la Biblia?

Samuel Marcano en su artculo El perfil de un lector eficaz del texto bblico dice que
un lector eficaz hace un uso apropiado de las distintas versiones disponibles en su
lengua materna y da cuatro razones:

a. Ha sido bien demostrado cmo la estructura del texto incide en la comprensin del
lector. Una misma informacin arreglada en dos maneras distintas facilitar o
retardar la comprensin lectora dependiendo de varios factores entre los que
podemos mencionar: la estructura de las oraciones, el lxico utilizado, los
conectivos entre las frases, oraciones y prrafos, etc. Este justamente es el caso de
las distintas traducciones de la Biblia.
b. Al no tener la posibilidad de leer la Biblia en los idiomas originales en que fue escrita
(Hebreo, Arameo y Griego), dependemos de las traducciones. Cada traduccin es
una forma particular de arreglar el texto bblico para hacerlo ms comprensible en
la lengua del lector. De all la importancia de conocer las caractersticas de las
distintas traducciones y cmo sacar el mejor provecho de ellas, como lo dicen Fee y
Stuart: para usted el instrumento bsico para la lectura y el estudio de la Biblia es
una buen traduccin al castellano, o, como veremos aqu en este captulo, varias
traducciones buenas.
c. Por otro lado, no podemos pasar por alto que una traduccin refleja la postura
teolgica de los traductores, su filosofa lingstica sobre la equivalencia de los
textos (literal, libre, moderado, etc.,), la orientacin hacia la fidelidad o la claridad,
el tipo de pblico preferencial a la que va dirigido y otros factores.
d. Las traducciones, por lo tanto, deben ser mejor aprovechadas que la simple
comparacin de palabras. Cuando usamos una traduccin debemos poder
reconocer su trasfondo teolgico, su orientacin lingstica, sus ventajas y
limitaciones como texto, sus preferencias lxicas, sus caractersticas distintivas en la
estructura del texto, etc. Esta informacin nos convierte en usuarios ms
competentes de las distintas traducciones disponibles y facilitar enormemente
nuestra comprensin del texto bblico.
Ahora bien, es necesario aprender algunas tcnicas bsicas que nos permitirn sacarle
provecho al manejo de las versiones.

1. Aprende a manejar adecuadamente la puntuacin que se encuentra en las


versiones en espaol. Cada puntuacin elaborada por los traductores responde
tambin a una interpretacin y siempre ser til sacarle provecho en cuanto a
descubrir cules son las oraciones y las afirmaciones del texto. Aqu se requiere
que tenga claridad sobre el uso del punto final y el uso de las comas. Ejemplo:
Col. 3: 1-4.
2. Aprende a manejar los conceptos de prrafo, oracin y clausulas. La unidad
bsica de pensamiento en los textos bblicos de argumentacin es el prrafo. Un
prrafo desarrolla un solo tema y puede estar formado por una o varias
oraciones. Ejemplo: Ef. 6: 4 es un prrafo de una sola oracin, pero Ef. 5: 25-33 es
un prrafo que tiene varias oraciones. Las oraciones pueden ser simple o
compuestas. La oracin simple tiene una sola clausula (un solo verbo como Jn.
11: 35). La oracin compuesta contienen dos o ms clusulas (dos o ms verbos
como Jn. 2: 11). Una clusula es un conjunto de palabras que no siempre
constituyen una oracin propiamente dicha, pero expresan una idea. Tiene por
lo menos un verbo. Las clusulas son independientes cuando no dependen de
otra para tener un sentido completo (1 Co. 14: 20). Cuando existen ms de una
clusula independientes ests pueden ser coordinadas (como 1 P. 5: 3, NVI). Las
clusulas son subordinadas cuando dependen de otra para tener sentido.
Ejemplo: Ef. 4: 22.
3. Aprende a interpretar el uso de las conjunciones coordinativas. Por ejemplo: y,
pero, sino, mas, o, ni, sin embargo. Estas conjunciones generalmente conectan
palabras, clausulas, oraciones y prrafos. Ejemplo Jn. 1: 14
4. Aprende a identificar las conjunciones que normalmente introducen las
oraciones principales. La oracin principal es la ms general y expone el tema
ms prominente del texto. Todas las dems oraciones adquieren sentido en
relacin con la oracin principal. Las conjunciones y frases que introducen la
oracin ms importante de un prrafo frecuentemente son: por eso, por lo
tanto, por esa razn, por esta causa, por consiguiente, ms bien, as que, en
conclusin. Elija la oracin principal en Ro. 7: 14-25.
5. Aprende a identificar la forma verbal y como se usa en el texto. Buscamos
identificar la forma literaria en la cual se encuentra la forma verbal y el modo del
verbo, respetando en todo momento la intencin del autor.
6. Aprende a identificar los indicadores conceptuales que nos ayudan a descubrir la
idea principal de un prrafo. Los indicadores conceptuales le dan importancia al
contenido y a su contexto para determinar la idea principal.
7. Aprende a identificar las conjunciones que normalmente introducen las
oraciones secundarias. Las ms comunes son: porque, puesto que, ya que y
pues. Estas conjunciones introducen oraciones que explican otra oracin en el
prrafo. Ejemplo Mt. 5: 20; Col. 3: 3
8. Aprende a identificar las conjunciones subordinantes que se encuentran dentro
de las oraciones. Las ms comunes son: cuando, porque, por cuanto, ya que,
para, para que, que, si, pues, puesto que, aunque, como. Ejemplo: 2 Ti. 2: 15; 1 P.
5: 6-7 (NVI, RVA, DHH)
9. Aprende a utilizar adecuadamente los contrastes en el anlisis del texto. Las
construcciones de contraste o adversativas ocurren cuando se relacionan
palabras, frases u oraciones que se presentan como contrarios u opuestos.
Ejemplo: Mt. 6: 19-21; Ro. 6: 13.
10. Aprende a identificar los gerundios y su uso en la interpretacin del texto.
Normalmente los gerundios indican subordinacin a otras clusulas que tienen
verbos conjugados en forma personal. Vase Ef. 4: 25, RVA. Y tambin 1 Tes. 3: 1,
BT.
11. Aprende a determinar los significados de las palabras tomando en cuenta el
contexto del texto y la intencin del autor bblico. Ejemplo He.11:1

Como se habrn dado cuenta para sacarle mayor provecho al uso de las versiones en la
interpretacin bblica, es necesario hacer un buen repaso de una gramtica del idioma
espaol para recordar los aspectos ms importantes del uso de nuestro lenguaje.

Pasos prcticos:

1. Identifique los tipos de traduccin que va a utilizar. Por ejemplo, RV60, BJ, RVA
y la BT tienen un enfoque ms literal o formal. La NVI, DHH, NTV y BLS tienen un
enfoque de equivalencia dinmica.
2. Identifique la orientacin teolgica de los traductores. Por ejemplo, La Biblia de
Jerusaln (BJ) es de origen catlico, La Reina Valera Actualizada la tradujeron
los Bautistas y la Dios Habla Hoy la Sociedad Bblica Unida que es formada por
traductores de distintos orgenes denominacionales protestantes.
3. Escoja una versin como base principal para hacer las comparaciones. Unas
buenas versiones son la Biblia Textual (BT) o la Reina Valera Actualizada (RVA).
4. Escoja el texto y delimtelo. Segn el tipo de literatura puede ser en prrafos,
estrofas o episodios. Vea el ejemplo de la Biblia textual como divide los
episodios en el evangelio de Juan.
5. Analice el contexto. Busque la relacin que tiene el texto bajo estudio con el
estilo de su autor, el propsito del libro, su estructura lgica y progresin
temtica.
6. Identifique las caractersticas textuales que distinguen a cada traduccin. La
puntuacin, las oraciones, los episodios y los prrafos. Note si la traduccin
aclara los aspectos histricos. Ejemplo: Miq. 7: 1
7. Identifique las diferencias en la traduccin de las palabras en cada versin. Los
traductores eligen las palabras segn sus respectivos criterios y es necesario
notar esas diferencias.
8. Descubra la enseanza principal y las secundarias que surge del texto.
9. Determine el sentido que mejor se ajuste al contexto (tanto histrico como
textual) del libro que est estudiando.
10. Escriba sus conclusiones.

Bibliografa:

Gordon Fee - Douglas Stuart. La Lectura Eficaz de la Biblia. Editorial Vida. 1997

Luciano Jaramillo Crdenas. Fidelidad Integridad En busca del mejor texto de las Escrituras.
Sociedad Bblica Internacional- Editorial Vida. 2001

Roberto Lloyd. Por qu existen tantas versiones de la Biblia? Obrero fiel.com

Samuel Marcano. Perfil de un lector eficaz del texto bblico. Artculo indito

Samuel Marcano. La traduccin de la Biblia. Artculo indito.

Edesio Snchez Cetina. Qu es la Biblia? Sociedades Bblicas Unidas.

Roberto Hanna. El uso del griego en el anlisis de texto bblicos de argumentacin. Programa de
Desarrollo Cristiano Bblico. www.estudiosDCB.org

Roberto Hanna. Sintaxis Exegtica del Nuevo Testamento Griego. Editorial Mundo Hispano. 1997

Roselyne Dupont-Roc Philippe Mercier. Los Manuscritos de la Biblia y la Crtica Textual. Editorial
Verbo Divino, 2000.

Pr. Aner Gonzlez


09 de noviembre de 2013
Acerca de la traduccin griega de los Setenta (LXX)

Sobre estos cdices griego de los Setenta (LXX) se ha ejercido, a lo largo de varios siglos y a pesar
de las dificultades enormes que su estudio ofrece, una intensa labor crtica culminada en dos ediciones
complementarias:

la edicin de los Setenta de Cambridge, que ha publicado entre 1906 y 1940, con presentacin de un
texto base y distintas series de variantes en el aparato, ediciones del Pentateuco, Josu, Jueces, Rut,
Reinos, Paralipmenos, Esdras, Ester (en dos textos; el ms largo se ha embellecido con adiciones que
ya conoci Flavio Josefo), Judit y Tobit;

y la edicin de los Setenta de Gotinga, que produce textos crticos basados al menos en repartos de
cdices por recensiones y de la que tenemos ya, por obra principalmente del benemrito Joseph
Ziegler, ediciones aparecidas entre 1931 y 1965, de los Salmos (con el 151 que no est en el hebreo y
fue quiz redactado ya en griego combinando varios textos bblicos), Profetas menores, Isaas,
Jeremas, Baruc, Trenos, Epstola de Jeremas, Ezequiel, Daniel (con sus anexos: Susana y Bel), I-III
Macabeos, Sabidura y Eclesistico.

Faltan, pues, cinco textos para los que es menester recurrir a la edicin manual y resultante de A.
Rahlfs, aparecida en 1935 (Septuaginta, 3 ed. Stuttgart 1949): Proverbios (con muchas interpolaciones
griegas y en algn caso cristianas), Job (sigue en pie el problema de por qu el griego de los LXX es
ms corto que el hebreo, lo cual hace que los cdices ofrezcan suplementos hexaplares o de
Teodocin), Cantar de los Cantares y Eclesiasts (vase lo que luego decimos sobre Aquila) y IV
Macabeos.

El ms antiguo testimonio sobre las circunstancias en que se produjo la traduccin de los LXX es la
bien conocida Carta de Aristeas a su hermano Filcrates, escrita no mucho antes del 170 a. C. En ella
se cuenta, muy ampulosamente, cmo Tolomeo II Filadelfo (285-247 a.C.) encarg a Demetrio de
Fleron, la formacin de la inmensa Biblioteca de Alejandra y cmo, a peticin de ste, el propio
Aristeas fue a Jerusaln para pedir al sumo sacerdote Eleazar traductores competentes de la Biblia
hebrea. Luis Vives dud ya de la veracidad de esta fbula en que 72 traductores, seis por cada una de
las tribus (aunque ms tarde se habl, para abreviar, de los Setenta o LXX), instalados en Alejandra,
dejaron traducido el Pentateuco en setenta y dos das, y, desde luego, hoy no se duda de que el autor de
la carta no era un funcionario greco-egipcio, sino un judo de la capital, aunque lo que se dice en ella
pueda tener algn fundamento histrico (de hecho el Pentateuco fue traducido al griego ca. el 250 a.C.,
en el reinado de Tolomeo II Filadelfo).

Las dificultades del texto griego de los LXX residen en el hecho de que no se trata del texto original de
un autor, en cuyo caso, pese a las corrupciones de la tradicin textual, sera posible tericamente llegar
al arquetipo y aun al autgrafo. Se trata, pues, de textos griegos traducidos del hebreo, sobre los cuales,
a su vez, se ha hecho la traduccin al latn llamada Vulgata (s.IV), y la traduccin del A.T. al cocto,
gtico, armenio y eslavnico. El Pentateuco samaritano parece tener un antecesor comn con los LXX,
de quienes se muestra afn a veces frente al hebreo; la Psitt o versin siriaca sigue al hebreo, pero
con influencia de los LXX en ciertos libros; sobre la Vetus Latina, se duda entre un original hebreo o
griego; la versin georgiana est tomada del armenio, del siriaco y en parte de los LXX; la etipica, de
los LXX con influjos directos del griego; la rabe, segn los casos, del hebreo, del siriaco o del griego.
Efectivamente, los LXX son una obra sumamente heterognea en la que han intervenido, en diferentes
tiempos, multitud de manos con otros tantos criterios. Adems su cuerpo principal, especialmente el
Pentateuco, debi de ser redactado por judos de Egipto con miras a las necesidades pastorales de una
comunidad que haba olvidado ya su lengua. Probablemente jams hubo ninguna versin autoritaria ni
oficial de los libros sagrados en griego; y, si bien puede ser exagerada la tesis de P. Kahle, que cree
que, como en el caso de los Targumim arameos, coexistieron siempre muchos textos de cada libro
empleados independientemente y entre los cuales no es posible llegar al arquetipo (por ejemplo, en
Jueces, el texto A y B discrepan mucho entre s), la verdad es que creyndose cada cual autorizado a
mejorarla en un sentido u otro, se explica que los resultados crticos obtenidos, incluso por la edicin
de Gotinga, hayan sido escasos en cuanto a determinar un texto primitivo de los LXX. Parece, de todos
modos, que es posible establecer distinciones; por ejemplo, la de un primer ncleo en que figuraran el
Pentateuco, relativamente fiel en su buen griego de la koine (salvo en el final del xodo, cuyo
traductor parafrasea y abrevia en una materia muy tcnica) y cuya composicin se remontara a pleno
s. III a.C., y algunos textos profticos e histricos; ms tarde iran rellenndose las lagunas con menos
elegancia literaria y mayor fidelidad respecto al texto hebreo.

En conjunto, el texto de los LXX es desigual, tanto ms cuanto que en muchos libros parece haber
intervenido ms de un traductor. Se ha afirmado de los LXX que, ms que una versin, son un
comentario teolgico, pero hay, en cambio, libros que pecan de excesiva literalidad y en ningn caso
llega el texto a adquirir los ms rudimentarios valores estticos. Ahora bien, no olvidemos tampoco
que los manuscritos, precisamente por la misma ndole de la materia, estn llenos de corruptelas: al
irse sanando stas va tambin ganando tantos el traductor o traductores, inocentes muchas veces de los
errores que se les imputaban.

Biblia: Versiones griegas de Aquila, Teodocin y Smaco.

La situacin textual se complic ms todava por la intervencin, que hace difcil o imposible llegar en
ocasiones a la leccin original, de diversos revisores judos que, frente al uso de los LXX que hacan
los cristianos con fines polmicos, quisieron ser tambin ellos capaces de manejar textos mejores y
ms puestos al da. As surgieron sucesivamente varios intentos de este tipo.

Aquila, de origen gentil, natural de Sinope, en el Ponto, es la misma persona, al parecer, que Onqelos,
compilador de un Targum arameo sobre el Pentateuco: su versin del A.T. al griego, quiz hecha en
Palestina durante el imperio de Adriano (171-38 d.C.), es tremendamente literal, hasta los bordes
mismos de la ininteligibilidad; se ha pensado que los textos del Eclesiasts y el Cantar de los Cantares
transmitidos por los LXX pueden proceder de l y haber suplantado a otros ms antiguos.
Teodocin, natural quiz de feso, no es tal vez otro que el conocido escriturista judo Jonathan ben
`Uzziel; trabaj en la segunda mitad del s. II d. C. sobre otra revisin para nosotros annima de
principios del s. I a.C.; su versin griega, menos servil que la de Aquila, recurre con frecuencia al
cmodo sistema de la transliteracin; conocemos bien sus mtodos porque, desde la segunda mitad del
s. III d.C., su versin suplant a la primitiva en la mayor parte (salvo 967, el cursivo Chigi 88 y la
versin sirohexaplar) de los manuscritos septuagintales de Daniel.

De Smaco sabemos menos: puede tratarse incluso de un nombre genrico aplicado a la actividad
revisora de la secta ebionita de los Simaquianos; su versin, que podemos datar en la poca de Severo
(193-211 d.C.), resulta artificial a fuerza de precisiones rebuscadas por medio de participios, verbos
compuestos y partculas.

Biblia: Las Versiones de Orgenes (La Hexapla).


Las tres revisiones acabadas de mencionar (Aquila, Teodocin y Smaco) no causaron grave dao al
texto, por ser tan distintos sus procedimientos de los empleados en los primitivos textos de los LXX,
porque casi todo el material correspondiente se perdi pronto, y porque las glosas marginales de los
cdices en que se les cita procuran anotar su procedencia.

Ms perturbadora, en cierto sentido, fue la labor de Orgenes, el gran escriturista egipcio (m. 254 d.C.),
que, en un trabajo colosal, recopil todas las traducciones griegas del A.T. a l llegadas en la famosa
Hexapla: una coleccin de voluminosos cdices con pginas divididas en columnas.

La primera de stas contena el texto hebreo; la segunda, no sabemos bien con qu fin, una
transliteracin del mismo en caracteres griegos; la tercera y cuarta, las versiones de Aquila y Smaco;
en la sexta siempre se ha pensado que figuraba la de Teodocin, pero los fragmentos de la Hexapla,
todava inditos en su casi totalidad, que conserva el palimpsesto de Miln, demuestran que, al menos
en los Salmos, esta columna contena la versin llamada Quinta, una traduccin annima,
probablemente fragmentaria, cuyos restos encontr Orgenes en Nicpolis (existan tambin una Sexta,
hallada en un jarro cerca de Jeric, y una Sptima de que apenas sabemos nada).

En cuanto a la quinta columna, Orgenes crea errneamente que los textos septuagintales quedaran
tanto ms depurados cuanto ms se les aproximara al original hebreo, siendo as que, al revs, una de
las reglas ureas de la investigacin en este campo consiste en aceptar a priori como preferible la
leccin divergente, y ello precisamente porque las corruptelas se han producido siempre en el sentido
de un mayor acercamiento al original; y as, en esta columna estableci personalmente un texto
adaptado al hebreo con empleo de dos signos crticos: el belo, que marcaba las palabras presentes en
los LXX y ausentes en hebreo, y el asterisco, empleado para palabras aadidas por Orgenes por
figurar en el texto mesortico y no hallarse en el septuagintal. En realidad la labor de Orgenes era as
respetuosa con la preexistente y no produca calamidades irreparables; pero su columna quinta,
emancipada, si as puede decirse, de la Hexapla y privada, por descuido o voluntariamente, de los
belos y asteriscos, pas a constituir el texto de ciertos manuscritos, como los cdices G M Q, e
incluso de versiones hechas sobre el griego, como la llamada sirohexaplar, la sahdica y la armenia; y,
peor todava, algunos cdices, no sospechosos a primera vista, estn contaminados de materia
hexaplar, como el B de Isaas.

Versiones latinas (visin general):

Las versiones de la Biblia al latn ms importantes por su antigedad son dos, y son las que estudiamos
aqu:

1) la ms antigua, denominada Vetus Latina, y

2) la llevada a cabo por S. Jernimo, conocida con el nombre de Vulgata, a finales del s. IV y
principios del V.
Existen adems otras versiones importantes posteriores, sobre todo despus de la aparicin del
protestantismo, se hicieron algunas otras versiones de los textos originales de la Biblia al latn clsico:

1) Hay que citar en primer lugar la versin interlineal del A.T. hebreo incluida en la B. Polglota de
Alcal (1514-17), y

2) la realizada por Alfonso de Zamora.

3) Es conocida sobre todo la hecha por el telogo dominico Santes Pagnino (Lyon 1527; Colonia
1541), literariamente fiel, revisada y reeditada, entre otros, por Miguel Servet (Lyon 1541), Roberto
Stephanus (Ginebra 1557; el N.T. de la traduccin de Beza) y Arias Montano (en la Polglota de
Amberes, 1572).

4) Sebastin Mnster public una versin fiel, pero no literal del A.T. (Basilea 1534-35);

5) ms libre, pero bastante fiel fue la del pastor de Zurich Leo Judae, continuada a su muerte por T.
Bibliander (Zrich 1543);

6) igualmente fiel fue la traduccin del clasicista Sebastin Castellio (Basilea 1551);

7) Juan Piscator revis y edit (1643-45) la traduccin de M. Tremellius y F. Iunius.

8) Erasmo hizo una traduccin del N.T., publicada en 1516, de la que se hicieron otras a lengua vulgar;

9) T. Beza tambin hizo una traduccin del N.T., literal, pero doctrinalmente tendenciosa (Ginebra
1556), que alcanz ms de cien ediciones.

Una vez dicho esto, veamos las versiones latinas ms importantes:

Vetus latina: aqu estudiaremos su origen, sus caractersticas y la importancia de este texto. Finalmente vemos
los cdices que contienen formas de esta versin.

Vulgata

Anexo: La Neovulgata es, bsicamente, la misma versin Vulgata, a la que se han incorporando los
avances y descubrimientos recientes del estudio de manuscritos y cdices mejores. Se trata pues de la
ltima versin oficial latina de la Biblia y data de 1979. Es actualmente la versin de referencia para
las traducciones a otras lenguas.

Biblia: Versiones arameas (Targum)


La palabra Targum significa traduccin. Y se aplica a las traducciones de la Biblia hebrea al arameo.

Segn la tradicin juda, a la que hace referencia al parecer el libro de Nehemas (8,8), el origen de
estas traducciones se encuentra en la necesidad de que los judos repatriados de Babilonia por los
persas entendiesen la lectura del texto hebreo que se haca en las sinagogas; en el destierro haban
olvidado la lengua nativa, el hebreo, y haban adoptado el arameo, lengua de Babilonia. Esta necesidad
era urgente tratndose de repatriados pertenecientes sobre todo a las clases humildes y menos cultas
del judasmo. Las traducciones arameas redactadas por escrito en poca posterior, y que han llegado
hasta nosotros, son las siguientes:

El Targum Onqelos

El Targum Onqelos, que es la traduccin oficial del judasmo. Normalmente se dice que es
un targum babilnico, en el sentido de que fue en las Academias judas de Babilonia donde recibi su
forma actual, particularmente la vocalizacin. Sin embargo, estudios recientes concluyen que la
tradicin juda acerca del origen palestinense del Onqelos tiene buen fundamento.

El Targum Palestinense

El Targum llamado Palestinense, que fue sustituido alrededor del s. IX d.C. en Palestina, donde haba
imperado en siglos anteriores, por el oficial de Onqelos. Hasta hace poco se llamaba Targum
Fragmentario o Yerusalm II, porque solamente se conservaba en fragmentos (la doceava parte de todo
el texto).
El Pseudo-Jonatn o Yerusalm I. Se considera como un Targum palestinense, que conserva
mucha Haggad, incluso ms que el Neofiti. En conjunto es muy antiguo, aunque haya interpolaciones
y adiciones tardas (p.e. se menciona la cada de Constantinopla y a la hija y la mujer de Mahoma);
sta es la razn por la que durante ms de cincuenta aos se prescindiese de este texto en los estudios
de exgesis del N.T. por considerarlo un texto medieval. Hoy, sin embargo, se piensa que aunque el
Pseudo-Jonatn tiene interpolaciones tardas, su texto es muy antiguo con numerosos materiales
precristianos; por eso es necesario tenerlo muy en cuenta para la exgesis del N.T.

Neofiti.

Fue descubierto en el ao 1956. Este descubrimiento ha sido un acontecimiento extraordinario, no slo


en relacin con los estudios targmicos, sino, incluso, en relacin con la lingstica aramea
palestinense y con la exgesis bblica neotestamentaria. Adems es muy importante para detectar el
desarrollo de la literatura halkica juda en sus primeras fases. Menahem Kasher, gran especialista en
la literatura rabnica, considera al Neofiti como un instrumento bsico para la investigacin de la
literatura rabnica primitiva. Desde el punto de vista del contenido es ordinariamente una versin
literal, pero con frecuentes parfrasis al texto hebreo del Pentateuco, versin pblica y litrgica que se
lea en la sinagoga, lo que se deduce del frecuente uso de esta forma litrgica: Pueblo mo, hijos de
Israel. Este carcter litrgico del Neofiti da a su teologa un relieve especial, porque representa la
teologa admitida en la sinagoga durante la poca neotestamentaria. En el Neofiti hay cientos de
menciones del Memra de Yahtvh (Verbo de Dios), del Ruha de Qudsa (Espritu Santo); de ah la
importancia de relacionar esta fraseologa con las expresiones trinitarias del N.T.

Un punto importante es que el Neofiti parece ser del s. I o II d.C.; por tanto, sera un documento
contemporneo al nacimiento del cristianismo. Debe advertirse que todos los cotejos que hasta ahora
se hacan entre la literatura neotestamentaria y la rabnica era a base de una literatura posterior al s. III
d.C., y con el Neofiti se pasa a una literatura rabnica contempornea al N.T. El conjunto del texto
del Neofiti se puede decir que es anterior o, por lo menos, contemporneo al cristianismo.

La importancia lingstica del Neofiti deriva de que est escrito en arameo dilectal palestino, en el
arameo de Galilea, que hablaba Jesucristo. En el Neofiti hay formas lingsticas que encontramos en el
Onqelos, pero pueden deberse ya a influjo de los copistas posteriores que slo conocan el arameo del
tipo de Onqelos, o bien porque en el mismo arameo galilaico se mezclasen formas lingsticas de un
arameo un tanto distinto, que pudo hablarse en Palestina en los primeros siglos del cristianismo, un
arameo parecido al de Onqelos, o al arameo imperial o literario. A este propsito recurdese que en el
s. II y III d.C., gran parte de la poblacin juda del Sur de Palestina se instal en el Norte; por eso, los
escritos galilaicos acusan fcilmente formas aramaicas del Sur.

Targumim a los Profetas y Hagigrafos.

La traduccin aramea oficial a los Profetas es la llamada de Jonatn ben Uzziel, del nombre de un
discpulo de Hilel (s. I.), y la obra annima redactada en Babilonia entre los s. III y V d. C., a partir de
materiales diversos fundamentalmente de origen palestino.

Segn T. Walker, los Targumim a los Hagigrafos no son anteriores a la poca talmdica.
Probablemente sean mucho ms recientes. Son obras individuales y no se destinaron nunca a uso
litrgico o escolar. Aunque de poca reciente, contienen tradiciones antiguas de origen palestino
Biblia: Versiones siriacas (Phesitta)

La Psitt (o Phesitta)

Psitta es el nombre con que se designa la versin siriaca antigua de la Biblia. Etimolgicamente
quiere decir la simple, la sencilla, la comn, y equivale a la Vulgata, es decir, la utilizada
corrientemente. Moiss bar Kefa (m. 903) fue quien primeramente la llam as.

Hay diversas opiniones sobre el origen de la Psitt.

Respecto al A.T., unos admiten que fue traducido directamente del hebreo. Otros opinan que es un
Targum paralelo a los Targumim arameos, ya que muchas veces coincide con ellos frente al texto
hebreo masortico. Segn P. Kahle la Psitta tiene ciertas relaciones con el Targum palestino. Se
desconoce si fue hecha para los nuevos judos o para los cristianos de Mesopotamia, pero fue
originada por las necesidades del culto religioso, y como haba ms urgencia de unos libros que de
otros se puede concluir que fueron varios sus autores y diferentes las pocas de traduccin. Unos la
sitan en el s. I, otros en el II d.C.; puede aceptarse que no fue posterior al a. 150 d.C. Sea cual fuere su
origen, ya a base del texto hebreo masortico o bien de los Targumim, es innegable que la influencia
de los Setenta (v. vi, 2) es grande, aunque de diverso modo en cada libro. Esto ltimo es fcil de
explicar por ser cristianos los que la utilizaban y porque era la versin griega de los Setenta la aceptada
oficialmente por el cristianismo (v. II, IA) y al correr de los aos hubo revisiones a base de los Setenta.
Tambin hay dificultad para fijar el origen del N.T. de la Psitta. Su versin suelen atribuirla a
Rabbula, obispo de Edesa (s. V), aunque muchos crticos no lo aceptan. Quiz Rabbula fue ms bien el
promotor de la versin que ira formndose a travs del tiempo y por varios autores, como atestigua
tambin la diferencia de estilo en uno y otro libro.

Otras versiones siriacas:

Adems de la Psitta existen otras versiones siriacas, pero todas a base de los Setenta.

La versin de Piloxeno de Mabbug es una traduccin muy literal del griego, del A.T. y del N. T., de la
cual se conservan pocos fragmentos; es del s. VI y fue poco utilizada.

La versin Siro- Hexaplar es de gran valor crtico por ser la versin siriaca de la columna de los
Setenta de la Hexapla de Orgenes; es muy fiel al griego y la hizo Pablo, obispo de Tella de Mauzalat,
en los aos 615-617, en Alejandra.

La versin Heracliana es la revisin del N.T. de Filoxeno, hecha por Heraclio, obispo de Mabbug, a
primeros del s. VII.

De los Evangelios existen dos versiones: Los Evangelios mezclados, Armona evanglica o Diatsaron
y los Evangelios separados. El Diatsaron fue compuesto en griego y traducido al siriaco por Taciano
en el ao 160. El texto original de estas versiones se perdi, salvo en algunos hallazgos recientes; hay
dos recensiones: la Curetoniana (British Museum Add. 14.451) y la Sinatica.

Los principales manuscritos de la Psitta son:

British Museum Add. 14.425, del Pentateuco (ao 464);

Cdice Ambrosiano, B 21 inf. de la Bibl. Ambrosiana, Miln, toda la B. (s. vi o vii);

La Biblia Laurentiana Or. 58, llamado Cdice Florentino, una vez completado contiene toda la Biblia;

Berln, Sachau 90, contiene varios libros de la Biblia y es decisivo en las discrepancias de los
anteriores manuscritos.

Ediciones impresas:
Polglotas de Pars y de Londres;

Psitta de Samuel Lee (1823), que contiene el A.T.;

Psitta de Urmia (1852);

Psitta de Mosul, editada por los dominicos en 1887-91 (reeditada en Beirut 1951);

Paul Lagarde edit los libros apcrifos (deuterocannicos) del A.T. en Leipzig (1861).

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