Archaeobard - Cayendo

Cayendo de Archaeobard Traduccin: Probrem Brujita
de Archaeobard
Sinopsis
Una excitante historia sobre Mel y Janice con un intrigante

final.
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CAYENDO
Esta historia ha sido traducida por problem brujita, miembro

de Xenafanfics. Cuenta con el permiso de la autora para su
traduccin y publicacin en Internet.
Si quieres dar tu opinin sobre la misma, hacer algn

comentario o recibir informacin sobre las actividades de
nuestro grupo de traduccin de fan fictions de Xena, Warrior
Princess, escribe un e-mail a: [email protected]
Revisado por Mendhi
DISCLAIMER: Los personajes de la Dra. Janice Covington y

Melinda Pappas pertenecen exclusivamente a MCA/Universal y
Renaissance Pictures. Cualquier otro personaje pertenece al
autor. No se pretende infringir ningn copyright al escribir esta
historia.
ADVERTENCIA DE SUBTEXTO: Oh cielos, tenemos subtexto

aqu, y es el texto principal! Aunque est en un estilo particular
que no es explcitamente grfico. Por consiguiente, esta historia
implica una relacin amorosa entre dos mujeres adultas con su
consentimiento. Si eres menor de 18 aos, y este tipo de lectura
es ilegal en el pas/ciudad donde vives o si este tipo de lectura
te ofende, corre fuera de la habitacin y gritando ahora, no
vuelvas nunca.
3
NOTAS DEL AUTOR: Bien, debido a la demanda popular, he

continuado con la saga de Molinos & Dicha de nuestros dos
queridos personajes, Janice y Mel. No tena idea de que a este
gnero le ira tan bien (no pens ningn juego de palabras!).
Por consiguiente, esta historia est escrita en el estilo de un
M&D "que desgarra las vestiduras". Puesto que este estilo debe
ahora ser considerado como una serie, ayudara mucho que
leyeras la primera historia Subiendo, antes de la presente,
que retoma eventos directamente relacionados con esa otra
historia. Disclpenme por presentarla un poco tarde, pero
tambin tengo que hacer esa cosa llamada arqueologa real!
PALABRAS DE ADVERTENCIA: Como la historia es de estilo

M&D, encontrars cantidades abundantes de adjetivos, smiles
y metforas. Oh s, y hay unos explcitamente coloridos tambin
aqu.
RECONOCIMIENTOS: Me gustara dar un gracias grande a

todas las personas que se tomaron el tiempo para leer los
primeros escritos al estilo "que desgarra las vestiduras" y
vuelven a m con sus pensamientos. Esta historia es para todos
ustedes y sobre todo a Wendy. Feliz Cumpleaos Wendy,
aunque retrasado!
COMENTARIOS: Por favor enva los comentarios a

[email protected]
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*** CAYENDO ***

(FALLING)
Por archaeobard.
Charles Trendall estaba furioso, con ese tipo de enojo ardiente

que empieza en el hueco del estmago y recorre su camino
biliosamente hacia la garganta, en un violento torrente de
potente rabia. Paseaba de un lado a otro en el estudio de
Melinda con pasos feroces, su cabello negro normalmente
inmaculado, colgaba desordenado sobre sus claros rasgos
cincelados.
Cmo se atreve esa mujer?! Puso una poderosa mano

sobre su mandbula cuadrada, spera por el crecimiento de
barba de una noche, y agit su cabeza. Todava llevaba su
esmoquin de la fiesta de la noche anterior, aunque ahora su
chaqueta colgaba abierta en un estado claramente arrugado por
haber dormido incmodamente sobre una silla. Cmo se
atreve?! Sigui repitiendo las malditas palabras para l
mismo, llevando la clera a un estado casi frentico. l era
Charles Trendall, hijo de Richard Trendall, y miembro de una de
las familias ms prsperas en el sur. Su musculoso pecho
exhal con emocin cuando evoc la escena de la noche
anterior. Cmo pudo hacerlo?
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Haba esperado sinceramente que las historias que su hermana,

Sofie, le haba divulgado, fueran falsas, pero despus de dar
testimonio de los hechos por s mismo, no pudo negarlo por
ms tiempo. Melinda Pappas haba bailado con esa, esa
mujer! Luego haba desaparecido de la faz de la tierra como si
inexplicablemente hubiera sido succionada por las mandbulas
de un agujero negro. Melinda Pappas era suya! l se casara
con ella y as fortalecera el poder financiero de los Trendall; y
ninguna pequea perra rubia iba a detenerlo! Juntos, los
Pappas y los Trendall, seran econmicamente invencibles.
Cmo se atreve a arriesgarse as Melinda! Y el escndalo! Era
inconcebible, se estropearan su nombre y reputacin, quedara
completa e inflexiblemente arruinado.
Su cabeza chasque cuando oy un juego de llaves que

arrojaban descuidadamente sobre la mesa del caf. No haba
odo que ella entrara, y ahora l estaba mirando fijamente la
surrealista figura de Melinda Pappas, ligeramente despeinada y
an despampanante. Ech hacia atrs su cabello largo y oscuro
rpidamente, descubriendo su cara y sus ojos, que parecan
cansados, aunque estaban brillando framente con una
intensidad oculta.
Dnde has estado? Charles le ri mientras permita a su

mirada casi oscura vagar sobre la mujer.
Qu ests haciendo aqu, Chuck? Melinda le regres la

mordida, ignorando la pregunta.
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Esperndote, ahora dime dio unos pasos por el cuarto,

dnde has estado?
Melinda ahog un resoplido con el dorso de su mano.
Fuera, donde no es de tu incumbencia. No tengo que

defenderme de ti en mi propia casa. Ahora podras irte, por
favor no fue una pregunta.
Los ojos de Chuck se estrecharon peligrosamente.
Qu has hecho que necesitas defender? pregunt l,

mientras permita que parte del enojo que senta resbalara
accidentalmente en su voz. Estuviste con esa mujer,
Covington, o no?, es decir, si puedes llamarla una mujer dijo
secamente.
Mel se ri, echando su cabeza hacia atrs con exasperacin.
Oh, Chuck, realmente no tienes ni idea, o la tienes? Un

consejo, deja de escuchar a esa zorra que llamas hermana y
entonces quiz puedas entender.
Cmo te atreves! Chuck hume, intentando destacar por

encima de Melinda, pero la verdad, ambos eran de la misma
estatura, y su postura normalmente imponente tena poco
efecto en Melinda Pappas.
Te advierto, Chuck, no intentes amenazarme. Sabes quin yo

soy y sabes de lo que soy capaz. Si quieres conservar la
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seguridad financiera de tu familia, haras bien en mantenerte

fuera de esto el comentario era mordaz y sincero, la familia
Pappas era ms que capaz de comprar a los Trendall,
probablemente tres veces ms.
Chuck rechin sus dientes pero no cedi. En cambio, cruz a

zancadas el estrecho espacio que los separaba y agarr a
Melinda por los hombros, presionndola hacia l. Y antes de
que ella pudiera protestar, Chuck apret de golpe sus labios
rudamente con los de ella, moliendo con fuerza intencionada.
Mel intent levantar sus brazos para empujarlo lejos, pero l era
demasiado fuerte, demasiado poderoso. Finalmente Chuck la
retir hacia atrs enrgicamente, sosteniendo a Mel en el
extremo de sus brazos, con los dedos clavndose dolorosamente
en sus bceps. Mel lo mir fijamente con una mirada furiosa y
deliberada, toda la clera y la ofensa de lo que l acababa de
hacer era evidente en sus ojos.
Chuck sonri perversamente y asinti con la cabeza.
T t eres ma, y no lo olvides! le solt antes de empujar

a Mel, y avanz a zancadas hacia la puerta.
Mel se qued de pie en silencio, como consecuencia de la

tormenta que era Charles Trendall. No se movi cuando
escuch el golpe de la puerta principal detrs de l. Estuvo de
pie, mirando fijamente a los estantes de cedro que se
encontraban en las paredes.
8
* * *
Janice Covington se sent en el escritorio de su oficina, en el

pequeo museo de Charlestown. Haba aceptado el trabajo de
conservadora para poder estar cerca de Melinda. Una
proximidad que nunca haba soado que se convertira en otra
cosa que un imposible capricho. Todava, mientras descansaba
en su silla con una de sus botas sujeta contra el escritorio, y
resoplando satisfecha su cigarrillo, no poda si no recordar los
eventos de la tarde anterior. Su cuerpo an le dola por el
precioso reconocimiento de Melinda Pappas. Sopl el humo
hasta el otro lado de su escritorio antes de respirar
profundamente para calmar su pulso acelerado. No podra
ayudarla, Melinda tuvo un efecto en ella como ninguna otra
mujer que alguna vez hubiera conocido. Incluso el solo pensar
en la mujer era suficiente para enviar a la arqueloga dentro de
un frustrado pnico.
Lo que las dos haban compartido era tan intenso en su

constitucin que todos los otros pensamientos no eran nada
comparados con el infierno ardiente de pasin que haba pasado
entre ellas. An ahora, mientras estaba sentada, el recuerdo de
los acontecimientos de la tarde anterior era lo suficientemente
potente para excitarla. Janice gimi y ech su cabeza hacia
atrs, mirando fijamente al techo, enfocando sus ojos en la
escarapelada pintura y los diminutos crujidos, esparcidos como
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telas de la araa en la superficie. No eran nada bueno, las

emociones y sensaciones permanecieron, ms insistentes ahora
que Janice estuvo intentando sacarlos de su mente. As que
cedi, mientras se perda en el recuerdo del deseo. Cerr sus
ojos y se permiti flotar en medio de los recuerdos de las
caricias, besos, palabras y olores. Tan feroces eran los
recuerdos, como si pudiera sentir casi la presencia de la surea
al lado de ella, contra ella, dentro de ella.
Pensando en m? la voz sofocante se filtr despacio en la

conciencia de Janice. Sus ojos se abrieron rpidamente, su
cabeza se levant y casi se cay de la silla.
Jess! exclam ahogadamente, su mirada se encontr con

los profundos ojos azules, brillando del otro lado de su
escritorio.
Tomar eso como un s Melinda sonri con lascivia cuando

se inclin lnguidamente por el escritorio y recuper la mitad
del cigarrillo que Janice fumaba, agitando los dedos. Aunque,
no debes fumar si piensas en m, podra ser peligroso.
Janice se sacudi cuando Mel pas los dedos con la similitud de

una pluma desenfrenada sobre el dorso de su mano. Se lami
los labios nerviosamente y tom aire estremecindose cuando
Melinda se inclin ms cerca, cerrando los ojos para tomar una
respiracin profunda de ella misma.
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Me gusta el olor de stos en ti dijo despacio antes de

retirarse aplastando el pequeo cigarro, para despus hundirse
lentamente en la silla reservada para las visitas en el dominio
de Janice.
Jess Janice mascull de nuevo, sintiendo cmo un

escalofro la atravesaba por el gesto de Mel y su declaracin.
Era tan simple, tan expresiva, que Janice se vio en creciente
dificultad para formar una frase coherente.
En qu estabas pensando? Mel pregunt, mientras

cruzaba sus piernas, permitiendo que la grieta de su falda se
abriera hasta la mitad de su muslo. Janice dej caer los ojos y
su mirada se plant firmemente en la carne expuesta por la
surea.
Con un esfuerzo consciente, Janice oblig a las palabras a

formarse en su cabeza y articularlas.
Estaba recordando fue todo lo que pudo manejar con voz

jadeante que desmenta la verdadera naturaleza de sus
pensamientos.
As que era yo.
Jesucristo, Melinda, tienes alguna idea de lo mucho que te

deseo ahora mismo? Janice enton, cada parte de su ser
clamando por la mujer sentada como un torturador a cuatro
pies de distancia frente a ella.
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Creo que tengo una idea ah no hubo ninguna equivocacin

de la libidinosa insinuacin en la voz de la surea.
Janice se estremeci de nuevo antes de empujarse a s misma

bruscamente para ponerse de pie. Fue todo lo que pudo hacer
para mantener un andar firme mientras daba la vuelta a su
escritorio hacia la surea, sus ojos se cerraron con llave hacia
el azul confuso de Melinda. sta sostuvo los ojos de la
arqueloga hasta que estuvo de pie junto a ella. Y despacio, con
suma gracia, serpente una mano para capturar una de las de
Janice. Sujet el apndice ms pequeo por un momento antes
de arrastrarlo a sus labios, frotando esos clidos labios
provocativamente sobre los nudillos. Janice cerr los ojos,
dejando a la sensacin llevarla con facilidad a la gloria. Mel le
sonro y Janice hundi gradualmente sus rodillas al lado de la
mujer, su mano todava envuelta en la de Mel.
Gracias Janice murmur cuando coloc su cabeza

ligeramente contra una de las rodillas de Mel.
Por qu? inquiri Mel, recuperando la mano para recorrer

delicadamente con sus largos dedos el cabello de la rubia
arqueloga.
Por cuidarme, Melinda
Mel sonri y dejo salir un suave resoplido.
12
Yo siempre te cuidara, Janice, a menos que no me lo

permitieras.
Janice sonri en respuesta a la verdad de las palabras, ella

siempre haba puesto barreras, pero ninguna en la vida tan
fuerte como la que haba usado contra Melinda Pappas. Gir su
cabeza y ligeramente bes la rodilla de Mel, sus labios
saborearon fervorosamente la carne bajo ellos. A pesar de su
gran esfuerzo por luchar contra las sensaciones crecientes como
cascada a travs de su cuerpo, no poda sentir otra cosa que
dolor por la mujer que estaba sentada ante ella. Era imposible
negar las emociones que ambas sentan, incluso aqu, incluso
ahora. Con un supremo esfuerzo, Janice levant la cabeza.
Voy a asegurar la puerta anunci, mirando directamente

dentro del impactante azul de los ojos de Melinda.
Mel frunci el entrecejo y mene ligeramente su cabeza.
Djala abierta dijo con voz baja y provocativamente

peligrosa.
Pero alguien podra
Lo s. Una mueca malvada se extendi lujuriosamente por

los rasgos de la cara de la surea cuando se levant de su silla,
acarreando con ella a Janice.
13
Melinda, no creo que debamos pero las palabras de

Janice fueron fatalmente ahogadas por unos labios suaves y
clidos contra los suyos. Entonces todo de nuevo fue felicidad,
osada e increblemente divina. Janice estaba flotando en un
mar de deseo donde toda razn no tena sentido. Mel estaba
sondeando suavemente con su lengua y Janice se rindi
vidamente con una sensacin de maravilla que esta mujer
poda infligir como una tortura gloriosa en ella. Las manos de
Mel estaban en la pequea espalda de Janice, jalando a la
arqueloga hacia ella. Movi sus caderas contra la mujer ms
pequea y sinti claramente, ms que escuch, a Janice gemir
dentro de su boca.
Bien, bien, qu tenemos aqu, una pervertida congregacin?

la fra voz de Charles Trendall hizo eco repentinamente a
travs del silencioso cuarto.
El mundo de Janice se oscureci en una masa hirviendo de odio

que se congelaba con ira. Tir de Melinda bruscamente y se gir
para enfrentar al hombre que descansaba casualmente contra
el marco de la puerta.
Salga dijo Janice llana y framente, y con la mayor

vehemencia que poda resistir.
Oh no, necesitamos hablar Covington, y es conveniente que

su prostituta tambin est aqu.
14
Mel se mantuvo de pie inmvil, sin atreverse a mover el rasgado

corazn del hombre que senta latir dbilmente en sus manos
calientes. Janice se encontr con la mirada de Mel y suprimi
su deseo desesperado de estrellar la cabeza de Charles Trendall
contra la esquina de su escritorio.
Diga lo que tenga que decir y salga.
Oh, tengo bastante que decir. No puede dejar de meterse en

problemas, o s? La conozco Covington, s la manera en que
piensa. Es una enferma, degenerada y depravada. Deje a
Melinda en paz, ella no necesita a una ramera inmoral que la
corrompa. Charles escupi, cruzando por el cuarto para
confrontar a las mujeres.
Estoy bien aqu Chuck, y me temo que ests muy equivocado,

ella no es alguien que est corrompindome o como quieras
llamarlo. Replic Melinda amargamente.
La mandbula de Chuck se endureci en una severa lnea como

complemento a su mirada oscura. Una mofa de rabia riz su
labio cuando habl.
Confi en ti Melinda. Pens algo mejor para ti que esto.

Levant un brazo acusador en direccin de Janice.
No Charles, lo que pensaste es lo que eras t mismo, y como

Janice me dijo una vez, lo que piensas y lo que sabes son a
menudo dos cosas muy diferentes. Mel resopl y agit su
15
cabeza tristemente. Ve a construir tus imperios en alguna

otra parte, yo no estoy de humor para ser colonizada.
Chuck se sinti enfriar, un agudo fro congelante que divida su

corazn de su cabeza. Apret su mano en un puo endurecido a
su lado. Su oscuridad casi nubl sus ojos de gris, y se agit,
fuerte y con certeza. A pesar de la velocidad de su accin,
Janice haba captado el amenazante cambio en su postura y
diligentemente se puso entre Charles y Mel, justo cuando el
puo de Charles estaba aterrizando. Janice recibi el impacto
lleno del puo contra el lado derecho de su mandbula con un
sordo y horrible sonido. Fue enviada a tierra en un montn
inconsciente, laxo y aparentemente sin vida.
Oh Dios mo! Mel aull, hundindose inmediatamente de

rodillas al lado de la mujer herida. El destello de sus lvidos ojos
azules se alz hacia Chuck. Qu has hecho? continu, su
adamantina voz baj de intensidad considerando las
circunstancias.
Momentneamente desprevenido por el incidente, Charles slo

pudo mirar fijamente con temor.
Bastardo! Cmo pudiste siquiera pensar en golpearla a ella o

a m. No hemos hecho nada malo el tono de voz de Mel era
desesperado. La fastidiosa y clida emocin la alcanzaba ahora,
estaba al borde de las humillantes lgrimas.
16
Charles recobr la calma ligeramente y cuadr su mandbula,

sobresaliendo adelante en un esfuerzo por salvar su control.
Incluso pudo poner una sonrisa pusilnime, torciendo sus
labios de lado de forma grosera.
An no he terminado contigo Melinda, ni he empezado

pronunci con lentitud, permitiendo a los carbones de sus ojos
vagar perezosamente por encima de la mujer herida debajo de
l.
Sal! exclam Mel, dejando toda la extensin de su ira

filtrase en su voz.
Oh, me ir, pero no pienses que se han salido con la suya

todava Chuck repiti su advertencia, apuntando con dedo de
fuego, acusando en la direccin de Melinda antes de darse la
vuelta sobre sus talones y andar con paso majestuoso por el
cuarto amenazadoramente, con el aire fluctuando sobre l como
la electricidad del azul plido.
Mel devolvi su atencin rpidamente a la figura cada de

Janice y la sostuvo tan suavemente como pudo contra el
escritorio. Cuidadosamente coloc encima a la mujer e
inspeccion su mandbula, toc suavemente el cardenal que se
estaba formando con las suaves puntas de sus dedos. Janice
gimi al toque y sus ojos abrieron temblando al mirar fijamente,
pero sin enfoque, a Mel.
17
Hola extraa Mel susurr suavemente, apartando el cabello

enredado de la cara de la arqueloga repentinamente plida.
Dnde he estado? Janice gimi, abruptamente consciente

del dolor palpitante en su mandbula. Frunci el entrecejo
ligeramente e intent agitar su cabeza para aclararla de la
niebla que rodeaba sus pensamientos.
Me temo que fuera de la cuenta, Janice Mel le sonri

entonces, aliviada de que Janice hubiera gateado
voluntariamente de regreso a la conciencia.
l me golpe? No lo creo, ninguno me golpe as antes.
Bien, crelo Janice, ests en el piso conmigo. Las ltimas

palabras las pronunci en tono bajo, con voz bromista, y que, a
pesar de la lesin que haba sufrido, impresionaron a Janice
repentinamente por una sensacin de lujuria incomparable. La
sonrisa de Mel creci amplia como su mente, abierta a las
posibilidades de su situacin.
Debo de estar demente Janice mascull cuando cerr los

ojos con la surea y vio el significado de lo dicho.
No demente, simplemente loca, Janice Mel permiti a las

palabras caerse de sus labios como la miel cuando se inclin
encima de la arqueloga, parecindose a algn felino orgulloso.
Gir su cabeza a un lado y dej caer su mirada a los labios de
Janice.
18
Recibiste ese golpe por m Janice Mel canturre

seductoramente, su respiracin rozaba el lado de la cara de la
arqueloga con silencioso abandono, lo menos que puedo
hacer es decir gracias.
Con eso, elimin la distancia final que las separaba para raptar
los labios ligeramente partidos de Janice. Apretndose a la
mujer debajo de ella, Mel serpente una mano hacia abajo a su
medio torso y sinti a la arqueloga estremecerse mientras su
mano pasaba sobre los msculos tensos encorsetados en sus
ropas. Ella apret hacia adelante vidamente con su lengua,
explorando la boca de Janice con deleite. Finalmente se separ,
ambas mujeres divinamente sonrojadas y un poco faltas de
aliento.
De nada Janice respir despus de un momento, pero no

pienses que lo har de nuevo mir profundamente en el azul
ndigo de los ojos de Mel y se encontr inexplicablemente
perdida. Supo que lo que haba dicho era una mentira, hara lo
que fuera por la mujer ante ella, incluso su propia vida no tena
sentido en comparacin con el enigma de emocin que
compartieron.
Espero que no tengas que hacerlo de nuevo Janice dijo Mel,

empujndose fuera de la mujer para sentarse a su lado en el
suelo. Extendi la mano para recoger la mano clida de Janice
en la suya.
19
Janice sonri al gesto e hizo una pequea mueca cuando un

dolor agudo le atraves lacerando su mandbula. Aunque agit
su cabeza ligeramente por las palabras de Mel.
Pero no es tan fcil como eso? dijo, con una tristeza

arrastrndose furtivamente en su voz. Te has olvidado de
anoche, l est demasiado cercano continu.
Mel dej escapar una larga respiracin y asi la mano de Janice

ms firmemente.
No, no me he olvidado susurr.
Cmo podra olvidarse, era el acontecimiento social para

recaudacin de fondos anual de la Expedicin de Amphipolis.
Como fuera, el dinero de los Trendall jugaba un papel
importante en el fondo de cada equipo de excavacin enviado a
Amphipolis encabezados por Janice.
No necesitamos su dinero, Janice, yo pondr su parte de la

donacin afirm Mel severamente, empezando a sentir el
inicio de una profunda y silenciosa aversin.
S que puedes, pero no lo ves, se no es el problema, es

poltico. Si los Trendalls se van, cmo obtendr eso el museo,
por el equipo? Tenemos algunas personas bastante influyentes
que llegarn esta noche, si perdemos a los Trendall podra estar
en riesgo su participacin Janice continu, frunciendo el
entrecejo ante las posibles implicaciones.
20
Entonces pagar su cuenta tambin.
Janice agit su cabeza de nuevo y se volvi para arrodillndose

al lado de la surea. Extendi la mano acunando el costado del
rostro de la mujer con afecto, con los ojos suavizados por la
oferta.
Sabes que no puedes hacer eso, la publicidad nos aislara

completamente, la expedicin no puede permitirse el lujo de eso
dijo suavemente.
Siempre la expedicin, Janice Mel se detuvo por un

momento, debatiendo sus prximas palabras y esperando que
no fueran demasiado cortantes, pero qu hay de nosotras?
Los ojos de Janice alzaron la mirada y permiti a su mano caer

con un miedo descendente.
Sabes lo que siento Melinda, Dios, debes saber que si no

hubiera nada ms Pero sta es mi profesin. T no tienes
necesidad, puedes cuidarte a ti misma, pero yo resopl
suavemente. Es todo lo que alguna vez he sabido, yo yo no
s hacer nada ms, y no quiero, esto es lo que soy. Por favor, no
alejes esto de m por causa del dinero, porque no es el dinero, es
la gente, necesitamos a la gente, incluso a Charles Trendall
Janice son desesperada y lo saba, y era todava imposible
detener el miedo creciendo en su voz, era la verdad, si uno de la
21
fundacin se apartaba, los otros querran saber por qu,

entonces la situacin entera se expondra.
Puedo cuidarte. Mel dej caer sus ojos y mir fijamente su

regazo, casi sintiendo abatida de que Janice pudiera unirse con
el enemigo por propsitos de publicidad.
No, no, tengo que jugar el juego, y yo no puedo pedirte que me

cubras, no soy as.
Mel levant la mirada entonces, con algo conmovedor detrs de

sus ojos que no poda explicar, era un tipo de entendimiento,
pero haba algo ms, algo ms profundo y extraordinario.
No eres as, o s? Siempre luchando, siempre investigando, y

eso es en lo que nosotras somos diferentes, Janice. Yo hago esto
porque quiero, t lo haces porque debes hacerlo, y no
permitirs que nada interfiera en tu camino ni siquiera yo, o
mi amor Mel son derrotada.
Janice tuvo el buen talante de apartar la mirada, sus ojos se

precipitaron con preocupacin alrededor de su oficina,
posndose en las filas y filas de libros y textos, los viejos
manuscritos y el mayor premio de todos, un escondite pequeo
de los Pergaminos de Xena. Sus ojos centellearon cuando se
encontr con los rollos de pergamino, amarillos ahora con la
edad.
22
No, incluso eso mascull despus de un rato, se levant

rpidamente y camin detrs de su escritorio para no tener que
mirar a Melinda a los ojos. No poda creer lo que haba dicho.
Despus de toda la temeraria tortura que haba supuesto en
ella, despus de la noche anterior y los ltimos reconocimientos
de su amor Janice frunci los labios y el ceo, presintiendo
que algo creca dentro de ella. De algn modo se sinti como si
estuviera al borde de perder, perder algo que no saba, pero que
estaba empezando.
Todava en el suelo, Mel asinti con aceptacin.
Entonces tendr que jugar tambin dijo ausentemente antes

de levantarse sobre sus largas y elegantes piernas. Alis su
falda haca debajo de sus muslos y tom aire profundamente.
Se gir airosamente para mirar a Janice de arriba a abajo con
una fatigada sonrisa. Te ver por la noche entonces, Janice
fue todo lo que dijo antes de salir del cuarto.
Janice suspir y se dej caer en su silla, descansando la cabeza

en sus manos con preocupacin. Qu haba hecho? Por qu
no pudo slo mantener la boca cerrada? Agit la cabeza entre
sus manos y mir ausentemente el cuero rojo oscuro que cubra
la superficie de su escritorio, absorbiendo las pequeas
cicatrices por el largo tiempo de uso. Eso es lo que su corazn
debe parecer, pens, golpeado y cicatrizado.
23
S cario, te ver en la noche murmur para s,

preguntndose lo que la prxima fase de su batalla traera
consigo, aunque nadie pudiera anticiparse a lo que ocurra.
* * *
El vestbulo de recepcin del museo slo podra describirse

como congestionado. La recaudacin de fondos haba estado en
pleno apogeo durante algunas horas antes de la hora en que
Chuck Trendall lleg, tarde, y borracho. Hizo su camino
inestablemente a travs de una multitud de personas. Su
apariencia era impecable, slo estropeada por una pequea
mancha de vino tinto debajo de su corbata de moo ligeramente
torcida. La mayora de los invitados eran de familias adineradas
o arquelogos respetados de Amrica. Chuck los ignor a todos
cuanto hizo una decisiva lnea en B directamente para hacia
Pappas. Ella estaba de pie con un grupo pequeo de personas,
discutiendo los proyectos de traduccin asociados con la
recuperacin de los Pergaminos de Xena. Tena a los miembros
del grupo completamente envueltos alrededor de su dedo
meique, si no por sus palabras, ciertamente por su belleza
luminosa.
24
Y dnde est la pequea perra? Chuck mascull al pasar

junto a Mel.
Mel se volvi para enfrentar a su adversario framente, su cara

era una mscara plida. La nica cosa que ocultaba su odio era
la penetrante mirada helada de sus fros ojos azules. De algn
modo, sus gafas parecan magnificar esa luz intensa en un
destello casi ardiente. Chuck se detuvo antes de que pudiera
dar un paso atrs, fuera de la acusacin, con su mirada furiosa
de buitre.
Si te refieres a la Dra. Covington, la encontrars por all Mel

dijo framente, apuntando vagamente en la direccin de la
barra. Aunque te advierto, no est de humor para hablar
contigo.
Chuck resopl severamente, captando la mirada de algunos de

los miembros del grupo. Les sonri con desprecio hasta que
cada uno dej caer sus ojos. Dej salir una respiracin larga,
enviando un olor a alcohol en medio de los invitados, y tras
meter sus manos inestables en los bolsillos, puso su mejor
sonrisa.
Bien, necesito un trago de todas formas dijo perversamente,

desafiando a que Mel hiciera algo al respecto.
Mel se lami los labios, con una incertidumbre que revolote a

travs de sus ojos.
25
Aunque Charles, creo que no has conocido a Sir Henry Isaacs,

otro de nuestros compaeros del fondo indic a un
compaero notablemente alto cuyos bigotes estaban pasados de
moda. Charles lo enfoc con un rpido movimiento de ojos.
As que, tambin est siendo lamido por las degeneradas?

pregunt con voz no tan explcita.
Sir Henry parpade y mir a Melinda, cuya cara haba asumido

una rabia abrupta. l frunci el entrecejo ligeramente.
Me temo que no s a quin se refiere dijo con toda

tranquilidad, intentando moderar el argumento obviamente
sarcstico que estaba esperando con el aliento contenido para
continuar.
Claro que lo sabe, la Srta. Pappas y la que llama Dra.

Covington. Chuck frot speramente un lado de su rostro,
tocando su mandbula.
Me cuesta pensar qu tienen que ver sus credenciales en este

asunto dijo Sir Henry intentando sonrer.
Oh, sus credenciales nada, pero su reputacin s.
Muy bien Chuck, ya es suficiente advirti Mel, intentando

no parecer nerviosa. Ve a conseguir un trago le orden.
Chuck enfrent a Melinda por un momento antes de asentir con

la cabeza.
26
Maldita prostituta! murmur antes de irse tambaleando en

direccin a la barra.
Melinda respir profundamente, ignorando el comentario, pero

las palabras no haban cado en odos sordos.
Ahora, por qu dira eso? cuestion Sir Henry, levantando

una espesa ceja blanca en direccin a Melinda.
Mel hizo una ligera mueca antes de recuperar su serena

expresin. Tom unos sorbos tranquilamente de un vaso medio
lleno de vino tinto antes de contestar, con sus labios rozando el
vaso como si fuera seda.
Est ebrio, Sir Henry, no sabe lo que est diciendo intent

excusar, pero por la expresin y la cara de Sir Henry, quedaba
claro que no estaba haciendo un trabajo muy bueno.
* * *
Janice mir silenciosamente desde el rea de la barra cmo

Charles Trendall haca su camino, con inestabilidad en las
piernas, hacia ella. l estaba evidentemente bebido y no tuvo
cuidado cuando tropez con varias personas en su ruta. Ella
tranquilamente levant una mano a su mandbula y apret
ligeramente contra el cardenal, destacando como un arbusto
27
ardiente en su cutis. l le haba hecho esto, y an aqu, no

poda ms que confrontarlo por eso hundindole sus propios
puos. Sus ojos se estrecharon con evidente ira cuando el
hombre que la haba golpeado se dej caer con toda
tranquilidad sobre la barra a su derecha. Se endureci
ligeramente y se volvi hacia l, con una mirada inquisitiva que
inmoviliz falsamente su cara.
Chuck le sonri estpidamente ante su apariencia y estir una

mano para tocar la solapa de la chaqueta de su traje. Janice no
movi un msculo, pero continu mirando al hombre ante ella.
Muy conveniente para una dama Charles la mir desdeoso

y con voz framente condescendiente. Tom una respiracin
profunda y se enderez en la barra. Tuvieron un buen
momento despus de que me fuera esta maana? pregunt
perversamente.
No es de su incumbencia, Charles Janice dijo

fatigadamente, no poda soportar a este hombre.
Charles resopl y le hizo seas al barman por una bebida. Tom

un rpido trago de su whisky escocs, saboreando la sensacin
ardiente, llenando su enojo y ansiedad.
Puedes follarla como yo lo hago? pregunt con voz fra

como el acero, mientras agitaba el hielo en su vaso
ausentemente.
28
Ese comentario hizo que algunas cabezas de gente cercana se

girara, toda conversacin se detuvo a unos pasos a su
alrededor. Janice sinti los ojos de por lo menos cuatro
personas sobre ella y eligi ignorar los vellos que se estaban
erizando en la parte de atrs de su cuello con decisiva certeza. A
pesar de su comentario anterior, Janice se sinti obligada a
contestar. Se apoy hacia adelante ligeramente, casi
seductoramente, para que pudiera bajar su voz y an ser
escuchada.
Mejor casi susurr.
Charles arroj su cabeza hacia atrs y se ri, reverberando

alrededor del cuarto. Mas de repente as como haba empezado
se detuvo y un dbil eco regreso a l. Todos estaban callados,
con un inters oculto por la naturaleza cmica del comentario
que haba disparado tal risa. Charles separ los brazos de par
en par, chapoteando su whisky escocs ausentemente de su
vaso a la suela pulida. Se irgui todo lo que daba su estatura y
se ri estpida y melanclicamente.
Oyeron eso? grit embriagadamente. La pequea perra

puede joder como un hombre!
Silencio, completo y absoluto silencio, y se pudo or en alguna

parte que un vaso se quebr contra el suelo.
29
Janice entr en clera con la mayor autoridad. Estaba

borracho, quin lo creera?
Me escucharon todos? Dije que ella puede fornicar como un

hombre! Esto apunt un brazo en direccin de Janice, su
lder gloriosa, fornica como un hombre!
Si Janice hubiera sido capaz de ver algo ms que la sangrienta

muerte de Charles Trendall en ese momento, hubiera notado a
Melinda caminando con naturalidad hacia ellos, a travs de las
masas de personas sorprendidas, y su vestido negro sin
tirantes, susurrando provocativamente sobre su cuerpo.
La visin de Janice sobre Charles Trendall fue abruptamente

encubierta por la larga forma de Melinda Pappas pasando como
lo que no podra describirse de otra manera que no fuera
sensual.
Janice intercambi miradas con ella brevemente, sintindose,

como siempre lo haca, desvalida en ltima instancia bajo el
azul de esos ojos. Permiti a sus ojos caer en los hombros
fuertes de Melinda como si buscara el apoyo ofrecido por el
cuerpo ante ella. Melinda baj la mirada hacia ella, con una
mezcla viva de consuelo y ardiente emocin que emanaba de su
abrazo intencionado y visual.
Te dije que no quera jugar este juego y ahora parece como si

nuestra mano lo hubiera forzado murmur quedamente,
30
acariciando a Janice con su voz ms ntimamente de lo que

pudo imaginar.
Janice sinti una oleada de deseo disparada a travs de ella

como una ardiente llama, aterrizando en el hueco de su
estmago y asentndose lnguidamente en su ingle. Janice
aguant la respiracin, olvidndose de Charles Trendall y todos
a su alrededor, mientras Mel meta una elegante mano dentro
del bolsillo interior de su chaqueta. Todo el tiempo Melinda
mantuvo sus ojos enlazados con los de Janice buscando las
palabras que la mujer decidi no decir. El dorso de su mano
roz muy ligeramente contra uno de los pechos de Janice, y
sobre un pezn.
Mel sinti a la mujer ms pequea ponerse tiesa y estremecerse

con el contacto inadvertido. Mel levant una ceja y sonri
lascivamente. Gir su mano y encontr lo que buscaba, uno de
los cigarrillos de Janice. Sacando el objeto libremente fuera de
la fastidiosa tela, una vez ms se frot contra el pezn de
Janice, esta vez con un seductor intento, lo que fue
recompensado por Janice que se relami con una spera y
demandante respiracin a travs de sus dientes. La sonrisa de
Mel se hizo ms profunda cuando levant el pequeo cigarro a
sus labios, cercndolo en su abrazo acalorado. Estuvo de pie
all, inmvil por un momento antes de que Janice cayera en la
cuenta y empezara a tantearse ella misma los bolsillos de sus
pantalones en busca de fuego. La arqueloga sostuvo la
31
parpadeante llama hacia la surea con mano temblorosa. E

inclinndose un poco, Mel resopl un par de veces para
asegurar que el tabaco se encendiera. Janice estaba
provocativamente fascinada por los labios de Mel, y record
muy claramente todo lo que stos pudieron hacer cuando los
presion juguetonamente contra los suyos o en otros lugares.
Cuando Mel qued satisfecha de que el humo estuviera fluyendo

libremente, se irgui y quit el cigarrillo extenuadamente de sus
labios, soplando los humos acres encima del hombro de Janice.
Janice mir fijamente el cigarrillo sin motivo, notando la
mancha roja de lpiz de labios embelleciendo su superficie
oscura. Con un rpido movimiento de sus ojos regres la
mirada a Melinda y lami sus labios nerviosamente. Mel movi
su cabeza a un lado, le dio la vuelta al cigarrillo y lo puso
amorosamente entre los propios labios de Janice. Y Janice pudo
saborear el lpiz de labios en su lengua, estremecindose de
nuevo, saba igual que Melinda. Era una promesa de que todo
estaba seguro, y de mayores cosas por venir.
Te dije que me gusta el olor de stos en ti Janice dijo

roncamente y no muy suave, con una ligera fuerza demandante
en su tono.
A lo largo de este incidente, Charles Trendall haba estado

mirando fijamente al frente, borracho y pasmado. No poda
comprender que esta mujer hubiera actuado as a sabiendas de
lo que tena. Pareca imposible a los ojos de l que Melinda
32
Pappas fuera digna de lo que sea y de quien sea excepto de l.

De nuevo sinti crecer el odio mordaz en su intestino, l mereca
algo ms que esto.
As que lo disfrutaron entonces? pregunt framente,

interrumpiendo a Mel en su lectura de la pequea arqueloga.
Mel le hizo un guio a Janice con toda tranquilidad antes de

volverse para agraciar al hombre con una mirada furiosa y
malvola.
Oh s, lo disfrut, mucho ms de lo que t habras o podras

jams saber Chuck sonri casi melanclicamente. Por qu
no te vas de aqu ahora y te llevas tus groseros comentarios
contigo?
Chuck agit la cabeza y tom el resto de su bebida, haciendo

muecas cuando el lquido spero restreg bruscamente su
garganta.
Dije que an no haba terminado contigo sonri dbilmente

y se empuj lejos de la barra, dirigindose fuera por el medio de
la pieza. Ustedes piensan que son muy especiales empez a
decirle al cuarto, mecindose de un lado a otro cuando qued de
pie, pero permtanme decirles, que no lo son, yo no lo soy, no
para ellas. Estir un brazo hacia la barra en la vaga direccin
de Janice y Mel. Ellas estn usndolos, como me estn
usando a m, tocndome como un violn, y s, tengo la meloda.
33
Pero no ms digo que no ms! Ellas pueden tener su circo

lujurioso, pero yo no soy ningn payaso no como el resto de
ustedes. Ellas son unas prostitutas, antinaturales y una
blasfemia para Dios! Se tomaron en la cama la una a la otra
como perras en celo. Si cualquiera de ustedes tiene alguna
decencia, se alejarn como yo termin y registr la
habitacin con los ojos nublados.
Janice y Mel estuvieron junto a la barra y miraron a Charles

Trendall hacer su gran salida, casi tropezando en la puerta.
Nadie se movi por algn momento. Entonces, lentamente
colocaron las copas en las mesas y las figuras se volvieron para
confrontar a las dos mujeres. Janice se trag la vergenza que
subi de su estmago. Vergenza? S, vergenza, decidi, se
sinti completamente expuesta, desnuda ante los ojos de esas
personas, y entre ellos, el conservador del Ashmolean y del
museo John Paul Getty. No era vergenza por lo que ella y
Melinda haban hecho, o lo que eran, era vergenza por haberlo
expuesto tan bruscamente, por haber sido arrojado tan
descaradamente frente a ellos de unos labios ebrios.
Casi perezosamente, alguien empez a aplaudir, rpidamente

seguido por otro y luego otro par de manos. Inicialmente Janice
pens que estaban aplaudindo a Charles Trendall y a sus
palabras, y todava el aplauso se acompa por sonrisas anchas
y ojos radiantes. Janice dio una mirada rpida a Mel, quien
estaba casi tan conmocionada como ella. Qu estaba pasando?
34
As que era la voz de Sir Henry que vena andando

determinadamente a travs del cuarto, finalmente conseguiste
difundir la noticia, o no? emiti, palmoteando a Janice en el
hombro cuando lleg a la barra.
Yo no s lo que quiere decir Sir Henry Janice dijo con voz

dbil mientras el aplauso continuaba reverberando a lo largo del
cuarto.
No te hagas la tonta Janice, no va contigo. Todos nosotros nos

estbamos preguntando cunto tiempo te llevara Sir Henry
sonri estpidamente a Janice, y luego a Mel.
Llevara? inquiri Mel.
S, a pesar de todo, cualquiera puede ver que ustedes estn

hechas la una para la otra. No hagan caso de Charles, queridas,
l es un tonto cobarde.
Y ustedes no estn disgustados? Janice continu.
Sir Henry se ri profundamente y en tono bajo.
Por qu habramos de estar disgustados?, despus de todo

somos estudiosos de la antigedad, este tipo de cosas han
estado en nuestro entorno durante milenios, Janice.
Probablemente somos las personas con las mentes ms abiertas
en este pas, todos nosotros, aqu, en esta habitacin con
ustedes.
35
Janice resopl y agit su cabeza con una sonrisa.
As que no van a retirar su apoyo? pregunt, casi

endeblemente.
Sir Henry les gui a ambas.
Yo sugiero que tomemos la cena y veamos lo que han

planeado antes de que decidamos eso.
* * *
La cena fue un asunto prdigo, diseado para impresionar,

aunque Janice y Mel bien pudieron prescindir de ese gasto
considerando las actitudes de los invitados. Janice estaba en su
elemento mientras daba una idea general de las excavaciones
propuestas en el rea del punto principal en Amphipolis. Las
logsticas de su campaa no tenan defecto, todo haba sido
tenido en cuenta. Adems, la discusin de Mel acerca de la
traduccin propuesta de los textos recuperados se uni con
igual entusiasmo. Se haban reafirmado los contratos
verbalmente y la excitacin del trabajo propuesto era
contagiosa. Para cuando se sentaron a comer, ambas mujeres
se sentan lo suficientemente cmodas en sus ambientes para
permitir a sus barreras interpersonales caer muy ligeramente.
36
Janice se dio cuenta primero de la previsin ofrecida por

Melinda cuando se sentaron en la larga mesa. Estaba una
frente a la otra. Janice sonri a la mujer que sostena su
corazn tan firmemente y asinti ligeramente en reconocimiento
a su idea. Mel respondi con una ceja sutilmente levantada y
con una chispa en sus ojos ailes. Esto iba a ser interesante.
Janice estaba encontrando cada vez ms difcil concentrarse en

varias de las conversaciones cercanas. Melinda haba estado
mirndola fijamente con ojos encubiertos desde que se haban
sentado. Janice cerr los ojos brevemente para enfocar sus
pensamientos. Y todava incluso con los ojos cerrados, poda
sentir la presencia de Melinda Pappas rezumando
inexplicablemente por la mesa, filtrarse dentro de sus poros e
infiltrarse ms all hasta su conciencia.
Tom aire profundamente y volvi a enfocar su atencin.

Abriendo los ojos, intent concentrarse directamente en la
conversacin a su izquierda, pero todava poda ver a Melinda
jugando ociosamente con su comida, levantando un tenedor
sensualmente a sus labios, asiendo el instrumento
delicadamente entre sus dientes y sacndolo de nuevo, todo el
rato, sus ojos cerrados se engancharon magnticamente en la
figura de Janice.
Janice frunci el entrecejo ligeramente por el ataque continuado

a sus sentidos. Poda sentir el deseo brotar dentro, sutil al
principio y luego ms exigente. Estaba segura de que estaba
37
ruborizndose y su respiracin estaba siendo sostenida. Apenas

poda comer su propia comida y aparentar normalidad. Pero
esto an no era nada comparado con lo que Melinda haba
planeado para la pequea arqueloga esa tarde a la mesa.
Melinda saba que no deba hacerlo, aunque con Janice sentada

tan estimulantemente cerca se senta completamente incapaz de
detenerse. Con toda calma, mientras arrancaba un pedacito de
carne de su tenedor, desliz uno de sus pies fuera de su
zapatilla. Mene los dedos de su pie por un momento y sonri
interiormente antes de estirarse para alcanzar su copa de vino.
Bebi lentamente el lquido rojo como la sangre por un
momento antes de reemplazar su copa y ponerla a la derecha de
su plato. Cort lozanamente su comida, y cuando levant otro
bocado a sus labios, entrelaz sus ojos con Janice antes de que
una larga pierna llevara a frotar el costado de su pie contra el
lado interno de la pantorrilla de Janice.
La arqueloga dej caer su tenedor con un estrpito y se sent

muy derecha por la provocativa sensacin. Melinda
simplemente levant una ceja curiosa y continu con sus
suministros. Exteriormente, Janice se recuper con rapidez y
ofreci una sonrisa de disculpa a aquellos sentados alrededor
de ella. A Melinda le lanz una mirada intensa y malvola, que
slo sirvi para fortalecer la intrepidez de Melinda respecto a
sus jugueteos, y su pie se movi ms arriba. Janice trag
rpidamente y luch para suprimir un temblor que amenaz
38
con envolverla. Una chispa de adrenalina haba empezado en su

estmago y haba estado haciendo su camino dolorosamente
hasta su ingle. No poda creer que Melinda estuviera siendo tan
atrevida. No saba lo que le estaba haciendo? Oh, lo saba,
decidi Janice, cuando sinti el pie de Mel contra el lado interno
de su rodilla, gentilmente instndola a mover sus piernas para
que las separara. Y a pesar de s misma, Janice rechin sus
dientes y la complaci, sintiendo el pie de Mel asentarse
lnguidamente entre sus rodillas abiertas, descansando en el
frente de su silla.
La presencia ntima del pie de Melinda era para ambas muy

deseosa y delirantemente intoxicante. Pudo sentir el calor
moderado filtrndose lujosamente en su carne, y ambas
maldijeron y elogiaron sus cuerpos por responder como lo
hicieron. Uni sus ojos con los de la surea, y algo enigmtico
pas entre ellas. Janice se movi ligeramente en su silla,
intentando desesperadamente no parecer como si estuviera
retorcindose por las sensaciones causadas solamente por ese
pie, que era tan intenso que ella era incapaz de detenerlo.
Janice le envi a Mel una mirada frustrada que bsicamente
dijo "si no quitas tu pie, vamos a tener que salir de aqu ahora
mismo." Pero todava Mel estaba disfrutando de ver a su
compaera luchando con el esfuerzo de continuar con una
conversacin general y arreglndoselas con las emociones que
saba que estaba creando. Eso por s mismo era excitante, y ver
a Janice por el rabillo del ojo lo haca doblemente apasionante.
39
Con determinacin agregada, Melinda mantuvo su pie

exactamente donde estaba durante toda la comida.
Cuando la cena concluy, Janice estaba sudando fsicamente

por el deseo, poda sentir su propia excitacin entre las piernas,
que Melinda haba estado importunando implacablemente con
un movimiento de su pie por aqu y un meneo de su dedo por
all. Por fin cada uno de los invitados se fue turnando para
ponerse de pie y ofrecer sus felicitaciones sobre el evento social
para la recaudacin de fondos y para hacer garantizar que su
apoyo no sera retirado. En este momento Melinda finalmente le
permiti a Janice ponerse de pie, quitando su pie y
reemplazando su posicin clandestina para deslizarlo dentro de
su zapato. Janice se aferr a la mesa para apoyarse y se
ruboriz embarazosamente cuando Mel le envi una sonrisa
perspicaz.
Cuando el ltimo de los invitados se filtr hacia la puerta,

Janice se gir hacia Melinda con una mirada furiosamente
acalorada.
T apenas pudo emitir las palabras cuando Melinda

desliz un brazo divinamente alrededor de su cintura. Sabes
qu demente me has estado poniendo?
S Melinda ronrone en respuesta, inclinndose para

susurrar en la oreja de Janice.
40
Esto es de locos Janice respir, volvindose para mirar a

Mel a los ojos. Se olvid momentneamente de las prximas
palabras que iba a decir cuando se perdi en esas
profundidades azules. Jesucristo, nunca antes haba tenido
tal problema para controlar lo que siento dijo finalmente.
Entonces no lo controles dijo Mel simplemente, atrayendo a

la mujer ms pequea hacia ella, capturando sus labios con
una sensacin ardiente de deseo. Pudo sentir a la pequea
mujer fundirse en ella con alivio y agitada frustracin.
Finalmente, Mel se apart y le sonri perversamente a Janice.
Extendi una mano escrutadora para recorrer su dedo pulgar
sobre el beso de Janice marcado en sus labios. La arqueloga
cerr los ojos y dej caer su cabeza atrs, todo sentido de
decoro desapareci con lujuria cuando permiti que las
sensaciones gloriosas la lavaran hasta dejarla limpia.
Ven conmigo Mel dijo finalmente, suave y bajo, tomando

una de las manos de Janice en la suya.
A dnde vamos? Janice pregunt y una sbita sacudida de

adrenalina la golpe ante el tono lujurioso de la surea.
Shhh Mel dej que el sonido flotara mientras guiaba a la

arqueloga de nuevo a travs del rea de recepcin del museo y
por el corredor al lado de la exhibicin principal.
41
Vamos a la biblioteca? pregunt Janice con breve elemento

de temerosa lujuria en su voz.
Mel sonri y levant una ceja.
Bien, podemos quedarnos aqu afuera, o no?
Qu vamos a hacer?
Ya vers Mel susurr cuando introdujo a la mujer pequea

a travs de la puerta a la biblioteca del museo. Era un cuarto
grande, demarcado con estantes que contenan libros de cada
tema arqueolgico concebible y de origen literario antiguo. El
rea principal del cuarto estaba esparcido de sillas y mesas
para aquellos que estaban investigando, y sofs cmodos para
aquellos que simplemente deseaban hojear. Fue uno de esos
sofs al que Melinda Pappas elegantemente se dirigi,
posicionndose con autoridad y cruzando las piernas. Sonri
perversamente a Janice y dio unas palmaditas al cojn al lado
de ella.
Janice no necesit ninguna otra invitacin y se hundi en el

sof al lado de Melinda, descansando su cabeza contra el
hombro de la mujer alta.
As que Mel empez a decir con calma, a pesar de la

intervencin de Charles, la tarde fue un xito sinti a Janice
tensarse ligeramente contra ella por la mencin del hijo de
Trendall.
42
Matar a ese bastardo la prxima vez que lo vea. Cmo pudo

humillarnos as? dijo con voz abrupta y vigorizada.
Mel suspir y Janice se ajust hermticamente a sus

indulgentes brazos.
l ve slo lo que quiere ver, Janice, y sa fue su propia

humillacin. Nunca esper que algo amenazara su plan, y
mucho menos t pensando sobre eso ahora, Melinda no pudo
detener la pequea risa que escap de su garganta.
Qu es tan cmico?
Oh, esto, toda esta situacin, nunca so que podra estar

as, Janice.
As cmo?
T y yo. No tienes ni idea de los problemas que me causaste

durante los ltimos aos Mel dijo melanclicamente,
recordando las emociones que haba sentido por tanto tiempo
con respecto a la pequea mujer, y cmo las haba enterrado
tan profundo como slo ella poda excavar.
Ambas, t y yo, cario y all estaba de nuevo, el anhelo

desesperado, un impulso de alma a alma, una unin de legados
que nunca sera rota. Janice se estremeci por el impacto al
comprender que nunca dejara de asombrarla esa fuerza. Se
volvi a investigar los ojos de Melinda y vio que la misma
43
comprensin resonaba all en esas piscinas azules. Janice trag

involuntariamente, un trozo de amor y deseo se peg
rigurosamente en su estrecha garganta. No poda ayudar, sinti
que las lgrimas pinchaban implacablemente sus ojos y luego
fluyeron en silenciosos ros por el costado de su rostro. No eran
lgrimas formadas de dolor, ms bien de xtasis, un xtasis que
super todo lo que haba conocido alguna vez, tan intenso que
tuvo que cerrar sus ojos contra l, y las lgrimas siguieron
cayendo. Entonces pudo sentir los labios de Mel suavemente
contra sus lgrimas calientes, quitndolas con besos como una
absolucin.
Nunca llores por nosotras, Janice Mel susurr contra su

cara.
Y antes de que pudiera contestar, la intencin de las palabras

fue aplastada por el contacto de unos labios contra los suyos,
ardientes y poderosos, intentando una invasin, y Janice se
venci alegremente, rindindose ante el poder de la mujer frente
ella. Unas manos titubearon con su chaqueta, quitndola de
sus hombros y desechndola en alguna localizacin
desconocida. Los dedos estaban arrancando su corbata de
moo, pero ella no se preocup cuando eso tambin fue
arrojado fuera del camino.
Luego casi antes de que lo comprendiera, su boca fue liberada

de su estado cautivo, slo para tener la suave carne de su pecho
encarcelada en una pasin ardiente. Janice se arque hacia
44
atrs, empujndose contra la boca de Melinda ms firmemente,

sofocndose cuando Mel la atorment con sus dientes
implacablemente, primero un pezn y luego el otro. Se aferr a
la mujer sobre ella, buscando a ciegas los broches que
permitiran que el vestido de Melinda cayera. Desesperadamente
luch para soltar la piel de Melinda, casi enloquecida en su
esfuerzo por liberar a la surea. Con una fuerza que no saba
que posea, Janice agarr la tela y la rasg violentamente
siguiendo la lnea de una costura. Oy a Melinda soltar un
ahogado sonidito mientras su cuerpo era abruptamente
expuesto, pero si esa reaccin fue de sorpresa o de excitacin,
fue algo que Janice no pudo decir, y no le import. El vestido
arruinado fue lanzado al suelo, y Janice se tom un momento
para revolcarse en el cuerpo que era Melinda antes de festejar
hambrientamente con la carne de la surea.
As de extrema era su pasin que Janice casi grit cuando sinti

que la mano de Melinda serpenteaba debajo de sus pantalones
con lasciva facilidad acariciando suavemente su hinchada zona
de amor. Mel cambi su posicin apresuradamente, con su
propia necesidad aumentando por el momento, para estrujarse
ella misma contra el muslo de Janice, y el tejido de los
pantalones de la arqueloga la inquiet a proseguir hasta el
ltimo clmax. Ambas mujeres, sudando y frotndose
salvajemente se liberaron al unsono, y se estremecieron juntas
violentamente en un torrente de miembros y olores que las
condujo todava ms lejos en el olvido. Finalmente se
45
derrumbaron una contra otra, respirando desgarradamente y

con pensamientos alucinantes.
Janice se recuper primero, sus ojos se abrieron por el sonido

del pequeo clic en alguna parte en direccin a la puerta. Se
movi y gir su cabeza despacio en esa direccin, emitiendo un
ahogado quejido y empujando a Melinda de ella por lo que vio.
As que, entonces no enteramente como un hombre, despus

de todo era Charles Trendall, parado con toda calma contra el
marco de la puerta y con una Browning nueve milmetros
apuntando directamente al torso de Janice.
FIN
Qudate sintonizado para el prximo excitante episodio al estilo "que

desgarra las vestiduras"!
Para descargar est historia y otras ms, lo pueden hacer en:
J7 y XWP
(Traducciones al espaol y dems)
https://j7yxwp.wordpress.com
Si te ha agradado esta historia por favor date unos segundos para darle a
la lectura una manita arriba

46

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Cayendo de Archaeobard Traduccin: Probrem Brujita

Una excitante historia sobre Mel y Janice con un intrigante

Esta historia ha sido traducida por problem brujita, miembro

Si quieres dar tu opinin sobre la misma, hacer algn

Revisado por Mendhi

DISCLAIMER: Los personajes de la Dra. Janice Covington y

ADVERTENCIA DE SUBTEXTO: Oh cielos, tenemos subtexto

NOTAS DEL AUTOR: Bien, debido a la demanda popular, he

PALABRAS DE ADVERTENCIA: Como la historia es de estilo

RECONOCIMIENTOS: Me gustara dar un gracias grande a

COMENTARIOS: Por favor enva los comentarios a

*** CAYENDO ***

Charles Trendall estaba furioso, con ese tipo de enojo ardiente

Cmo se atreve esa mujer?! Puso una poderosa mano

Haba esperado sinceramente que las historias que su hermana,

Su cabeza chasque cuando oy un juego de llaves que

Dnde has estado? Charles le ri mientras permita a su

Qu ests haciendo aqu, Chuck? Melinda le regres la

Esperndote, ahora dime dio unos pasos por el cuarto,

Melinda ahog un resoplido con el dorso de su mano.

Fuera, donde no es de tu incumbencia. No tengo que

Los ojos de Chuck se estrecharon peligrosamente.

Qu has hecho que necesitas defender? pregunt l,

Mel se ri, echando su cabeza hacia atrs con exasperacin.

Oh, Chuck, realmente no tienes ni idea, o la tienes? Un

Cmo te atreves! Chuck hume, intentando destacar por

Te advierto, Chuck, no intentes amenazarme. Sabes quin yo

seguridad financiera de tu familia, haras bien en mantenerte

Chuck rechin sus dientes pero no cedi. En cambio, cruz a

Chuck sonri perversamente y asinti con la cabeza.

T t eres ma, y no lo olvides! le solt antes de empujar

Mel se qued de pie en silencio, como consecuencia de la

Janice Covington se sent en el escritorio de su oficina, en el

Lo que las dos haban compartido era tan intenso en su

telas de la araa en la superficie. No eran nada bueno, las

Pensando en m? la voz sofocante se filtr despacio en la

Jess! exclam ahogadamente, su mirada se encontr con

Tomar eso como un s Melinda sonri con lascivia cuando

Janice se sacudi cuando Mel pas los dedos con la similitud de

Me gusta el olor de stos en ti dijo despacio antes de

Jess Janice mascull de nuevo, sintiendo cmo un

En qu estabas pensando? Mel pregunt, mientras

Con un esfuerzo consciente, Janice oblig a las palabras a

Estaba recordando fue todo lo que pudo manejar con voz

As que era yo.

Jesucristo, Melinda, tienes alguna idea de lo mucho que te

Creo que tengo una idea ah no hubo ninguna equivocacin

Janice se estremeci de nuevo antes de empujarse a s misma

Gracias Janice murmur cuando coloc su cabeza

Por qu? inquiri Mel, recuperando la mano para recorrer

Por cuidarme, Melinda

Mel sonri y dejo salir un suave resoplido.

Yo siempre te cuidara, Janice, a menos que no me lo

Janice sonri en respuesta a la verdad de las palabras, ella

Voy a asegurar la puerta anunci, mirando directamente

Mel frunci el entrecejo y mene ligeramente su cabeza.

Djala abierta dijo con voz baja y provocativamente

Pero alguien podra

Lo s. Una mueca malvada se extendi lujuriosamente por

Melinda, no creo que debamos pero las palabras de

Bien, bien, qu tenemos aqu, una pervertida congregacin?

El mundo de Janice se oscureci en una masa hirviendo de odio

Salga dijo Janice llana y framente, y con la mayor

Oh no, necesitamos hablar Covington, y es conveniente que

* CAYENDO *