La Hora de Las Tinieblas Trabajo

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ELEMENTOS MODERNISTAS EN EL POEMA LA HORA DE TINIEBLAS DE

RAFAEL POMBO

NANCY URREA LIZCANO

EDINSON LONDOO OSORIO

UNIVERSIDAD TECNOLGICA DE PEREIRA

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIN

ESCUELA DE ESPAOL Y COMUNICACIN

LICENCIATURA EN ESPAOL Y LITERATURA

PEREIRA

2013

1
ELEMENTOS MODERNISTAS EN EL POEMA LA HORA DE TINIEBLAS DE
RAFAEL POMBO

NANCY URREA LIZCANO

EDINSON LONDOO OSORIO

Director: RODRIGO ARGUELLO GUZMAN

FILLOGO

UNIVERSIDAD TECNOLGICA DE PEREIRA

LICENCIATURA EN ESPAOL Y LITERATURA

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIN

ESCUELA DE ESPAOL Y COMUNICACIN

PEREIRA

2013

2
Contenido

INTRODUCCIN 4

1. CAPITULO 1... 9
1.1. BREVE CONTEXTO SOCIAL, POLTICO, ECONMICO Y
RELIOSO COLOMBIANO DE LA POCA EN QUE EL
MODERNISMO TUVO SU ESPLENDOR..... 9

2. CAPTULO 2...25
2.1. RAFAEL POMBO, POETA DE TRANSICIN. LA HORA
DE TINIEBLAS.25

3. CAPTULO 3...49
3.1. INFLUENCIAS EN LA HORA DE TINIEBLAS Y
APORTACIONES EN CREACIONES
ULTERIORES..49

4. CONCLUSIONES...72

5. BIBLIOGRAFA...75

3
INTRODUCCIN

La literatura modernista ms que un movimiento fue toda una poca


propia de Amrica Latina, de 1880 a 1910 aproximadamente, tan
importante para el desarrollo de nuestra cultura que su parangn sera
el renacimiento para la cultura europea en los siglos XV y XVI. Nuestra
literatura alcanza su total independencia y los poetas ms
representativos se ponen a la altura de los ms ilustres y respetados
literatos de talla mundial.

El modernismo es una profunda renovacin formal de la poesa, no


hubo forma rtmica o armnica que los numerosos y divergentes
poetas modernistas no ensayaran. Junto al erotismo, la melancola, los
amores inalcanzables, entre otros temas, se evocan o se crean
mundos exticos, antiguos o lejanos que ayudaban a escapar de la
realidad que los agobiaba. Piedras preciosas y flores exquisitas,
recuerdos de placer y libertinaje, pasados suntuosos; todo esto bajo
una gran intensidad y deliciosa musicalidad. La riqueza lxica
utilizada en los poemas no tiene antecedente ni comparacin en
ninguna otra poca o movimiento literario en lengua hispana.

Para una mejor comprensin de las caractersticas y de los temas que


presentaban los modernistas en sus creaciones se recomienda la
4
lectura de la novela De Sobremesa de Jos Asuncin Silva; la cual
es cifra y compendio de lo que significa el modernismo, segn lo
argumenta Rafael Maya en su libro Los Orgenes del Modernismo en
Colombia. Tambin, Prosas Profanas de Rubn Daro, acorde con lo
que nos dice Rafael Gutirrez Girardot en su instructivo libro,
Modernismo, Supuestos Histricos y Culturales es la obra que ms
nos ensea en lo que asuntos modernistas se refiere.

Sin embargo, existen dos asuntos que ataen al modernismo y son de


extrema relevancia: Por un lado, este fenmeno literario fue
cosmopolita o de abertura de nuestra literatura a lo universal. Y por el
otro, est el tema de la secularizacin, donde el poder eclesistico,
que entonces dominaba el pensamiento y la cultura en Espaa y
Amrica latina, comienza a perder vigencia debido a la nueva y
avasallante organizacin de la sociedad burguesa o de masas que
trae con sigo profundos cambios. (Tal como nos lo describe Jaime
Jaramillo Uribe en su ensayo El pensamiento colombiano en el Siglo
XIX).

Esto ltimo da pie a que los modernistas rompan con la rgida tradicin
hispnica y se permitan experimentar y explorar en temas y formas
nunca antes vistas por estas tierras. Las creaciones poticas de corte
profano se convierten en todo un escndalo para los guardianes de la
tradicin y por ende de la moral basada en concepciones
judeocristianas. Pero adquiere ms relevancia aun, por la poca en

5
que fue concebido (1856) y por lo que ha significado el poeta para
todas las generaciones de nuestra historia el poema del vate
colombiano Rafael Pombo (1833-1912) La Hora de Tinieblas.

La Hora de Tinieblas es un poema con una carga filosfica tremenda


y de tono existencialista, donde su autor, desasosegado, logra un
acercamiento muy ntimo con su yo interior y muestra unos
pensamientos profundos y reflexivos en busca de una verdad que se
le ha mantenido oculta, intentando develarla, cotejando sus creencias
(luz de mi infancia serena) con lo que la inteligencia, perspicacia y
sensibilidad del que ha sido uno de los mejores traductores
hispanoamericanos de lengua inglesa, dominador de cinco idiomas,
lector incansable, y autor de ms de tres mil composiciones literarias,
le sugiere.

El presente trabajo de investigacin se aborda desde la lectura de


algunos conceptos y elementos caractersticos propios del
modernismo, dados por eminentes estudiosos de literatura como
Rafael Maya, en su libro Los Orgenes del Modernismo en Colombia
(1961). Rafael Gutirrez Girardot, en Modernismo, Supuestos
Histricos y Culturales (2004). Matei Calinescu Cinco Caras de la
Modernidad (2002). Adems de algunas revistas especializadas que
abordan dicho tema. Esto en relacin con el poema la Hora de
Tinieblas de Rafael Pombo; y desde el dilogo con otros poemas del
autor en cuestin y otras obras representativas del movimiento

6
modernista como Anarkos y Ritos de Guillermo Valencia y Azul y
Prosas Profanas de Rubn Daro.

Hoy da existe un desconocimiento e incomprensin de parte de una


gran mayora de la poblacin colombiana con respecto a la historia de
nuestra cultura. Se recuerda por ejemplo a un poeta como Rafael
Pombo solamente por sus creaciones infantiles, (al menos nuestra
generacin) Simn el Bobito, Juan Matachn, El Gato con Botas,
Rinrn Renacuajo las cuales debamos, en la escuela, aprender de
memoria y luego hacer la tarea de hallar su moraleja segn las reglas
de la educacin tradicional, que han ayudado en la prolongacin de
nuestro estancamiento intelectual. Sin embargo, se ha desconocido y
en ocasiones atacado el valor literario, siguiendo con el mismo
ejemplo, de composiciones poticas como La Hora de Tinieblas,
Decamos Ayer, Noche de Diciembre, En el Nigara, que
muestran de Pombo una faceta diferente, interesante y muy
importante.

Esta incomprensin se entiende tambin por la falta de investigaciones


cientficas en el campo humanstico en Colombia. Rastrear ms
referentes culturales, explorar sus pocas, sus influencias, su vida
misma, para construir nuestra memoria cultural es un trabajo urgente
que debe promoverse con ms fuerza desde las facultades de
humanidades.

7
Esta investigacin del poema La Hora de Tinieblas del vate
colombiano Rafael Pombo, precursor de lo nuevo, del modernismo en
Colombia, pretende, adems de fomentar la curiosidad por dicha
creacin literaria y su hacedor, estudiar nuevas formas de
interpretacin de un captulo medular en la historia de nuestra cultura,
agitado por revoluciones y cambios profundos en el sentir, actuar y
pensar de las gentes que interfirieron en l. Este trabajo intenta pues
abrir una discusin en el mbito local que hasta nuestros das no se ha
presentado.

8
1. CAPITULO 1

1.1. BREVE CONTEXTO SOCIAL, POLTICO, ECONMICO Y


RELIOSO COLOMBIANO DE LA POCA EN QUE EL
MODERNISMO TUVO SU ESPLENDOR.

Para comprender mejor en qu consisti uno de los fenmenos


literarios ms importantes en Colombia y en Latinoamrica, como lo
fue el modernismo, es insoslayable ubicarnos primero en los distintos
mbitos de la vida social que envolvieron aquella poca, que por
razones que iremos discutiendo a lo largo de este trabajo, es tan difcil
de delimitar. Y que ya sea por adhesin o reticencia frente a sus
ideas, tuvo crticos y poetas tan conspicuos que an en la actualidad
siguen siendo punto de partida de nuevas interpretaciones.

Dicha poca estuvo acompaada de cambios tan abruptos para la vida


de las personas de estas latitudes, que su asimilacin, podramos
decir, desquici a gran parte de ellos, como lo demuestran los
sucesivos conflictos y guerras civiles que sucedieron a trescientos
aos de adormecimiento y anquilosis mental.

Durante el siglo XIX, (especficamente, unas dcadas despus de la


emancipacin, y con mayor intensidad, a finales del mismo siglo)

9
Amrica latina y Colombia (1), debido a sus nuevas relaciones
internacionales, a la curiosidad y al aburrimiento, comienzan una etapa
de intercambio de productos materiales y mentales; especialmente con
ingleses, franceses y norteamericanos. Dichas transacciones causan
un efecto drstico en la vida de nuestras gentes. Sus usos y
costumbres van a ser tremendamente afectados. Similar a lo ocurrido
con el renacimiento y la ilustracin para algunos pases europeos: tras
varios siglos de dogmatismo y una rgida tirana, algunas personas, en
poco tiempo, intentan asimilar una confluencia de culturas y as
adoptar una nueva forma de pensar y de vivir, en lo poltico, lo social,
lo artstico, etc. Ya lo advierte Rafael Maya refirindose a asuntos
literarios, pero que analizados desde otra ptica se adaptan a otros
mbitos en el espritu de la poca. Veamos que nos dice:

Como el Renacimiento, (El modernismo) consisti en un nuevo intento por


integrar, en una sola visin de mundo, el sentido de todas las literaturas y la
eficacia de todas las doctrinas.(2) Ms adelante, abordando tambin el

tema religioso, nos informa: El pontfice Len XIII defini el modernismo


como el conjunto de todas la herejas. Otro tanto podra decirse, con sentido laico,
de la escuela literaria que lleva el mismo nombre, y que fue una ramificacin
intelectual.

1. Las divisiones externas de los espaoles condujeron en 1830 a la separacin de los pases que
componan la Gran Colombia: Venezuela, Quito (actual Ecuador) y Cundinamarca en 1830.
Cundinamarca se llam Nueva Granada hasta 1863, y luego fue Estados Unidos de Colombia
hasta que en 1886 tom su nombre actual: Repblica de Colombia.
(es.wikipedia.org/wiki/Repblica_del_siglo_XIX )
2. Maya Rafael. Los Orgenes del Modernismo en Colombia. Bogot. 1961. (p. 24)

10
de la heterodoxia religiosa del siglo XIX. Los hombres del modernismo tuvieron un
sentido sincrtico de la cultura y de la vida. Todo lo mezclaron y lo revolvieron en
su cerebro y en su conciencia, conciliando, aparentemente, ideas contrarias y
buscando el punto de contacto entre todas las anttesis. Armonizar todas las
doctrinas para excluir todos los fanatismos fue una de las consignas de la poca

(3). Y culmina con sta reflexin: Ni el renacimiento erudito, ni el


romanticismo nacionalista y egoltrico, ampliaron de manera tan considerable el
campo de la visin artstica, ni los dominios espirituales del hombre y de la cultura,
como la reaccin modernista, que puede considerarse, en ltimo anlisis, como
una de las ms hermosas aventuras del humanismo histrico(4)

En este ltimo apartado ya se vislumbra tambin otra de las


caractersticas ms notorias que configuran la vida de la sociedad
colombiana en aquella poca y que son las tensiones entre quienes
queran adoptar modelos extranjeros, otras culturas, para sus vidas y
las de sus compatriotas y, aquellos que defendan la tradicin
hispnica- contrareformista.

Aquellas discusiones llevadas muchas veces a la palestra pblica


hicieron de Colombia uno de los pases ms destacados de
Latinoamrica en cuanto a la significacin profunda que presentaban
las teoras de quienes defendan uno u otro ideal.

3. Ibd. P. 36.

4. Ibd. P. 147

11
En otros pases del continente el modernismo no signific una renovacin tan
completa como en Colombia, porque por all no existan ni la tradicin, ni los
hbitos mentales que aqu se oponan a cualquier cambio (5). As se expresa

Rafael Maya respecto a la discusin literaria que encabeza de


Baldomero Sann Cano, como adalid de los escritores modernistas y,
Miguel Antonio Caro, como presidente de los guardianes de la
tradicin, se daba por aquella poca.

En el plano poltico, filosfico y educativo, es fundamental el aporte


que nos brinda el profesor Jaime Jaramillo Uribe, uno de nuestros ms
importantes historiadores, en su libro El Pensamiento Colombiano en
el siglo XIX (6). Un ensayo que intenta comprender la manera de
pensar de algunos de nuestros personajes ms destacados de ese
siglo, los cuales tuvieron una notable aceptacin en la opinin pblica
(7), a travs del escrutinio de sus teoras. Permite pues, dicho estudio,
conocer las posiciones tan frreas, en ocasiones fanticas, de
personalidades que defendan la adopcin imprescindible de las ideas
forneas en boga, del ideario de las naciones que estaban asumiendo

5. Ibd. P. 12
6. El rol que jugaron los peridicos y revistas en el siglo XIX fue decisivo para la difusin de las ideas de
los personajes ms conspicuos de aquella realidad. Como ellos, la prensa se caracteriz tambin por
su parcialidad ligada a las tendencias ideolgicas de quienes publicaban all. En su gran mayora de
tirajes efmeros, pero esto no le quita la relevancia que aqu queremos anotar. Los peridicos de
Bogot y de las provincias publicaban por entregas obras de Lamartine, como la Historia de los
girondinos, en El Censor de Medelln, noviembre de 1848, nms. 28 y ss. La Civilizacin de
orientacin conservadora- reprodujo artculos publicados por el poeta en El amigo del pueblo, como
la democracia y la demagogia (nms. 10 y ss, octubre de 1849) y El atesmo y el pueblo.
7. Jaramillo Uribe Jaime, El pensamiento colombiano en el siglo XIX. Op. Cit.. P. 30.

12
el control mundial, Francia, Inglaterra y Los Estados Unidos, y que
podramos resumirlas en tres categoras: Liberalismo, positivismo e
industrialismo. Y posiciones tan radicales como la del mismo Caro,
que defenda el legado espaol como la mejor manera de dirigir los
destinos de Colombia.(8)

En la primera seccin de su libro, La evaluacin de la herencia


espaola y el problema de la orientacin espiritual de la nacin el
autor nos deja ver cmo a partir de la independencia se hace una
evaluacin del legado espaol que se conservaba en Colombia y
Latinoamrica. Aspectos de la vida como el carcter noble que se
evidenciaba en todas las personas de las diferentes posiciones
sociales, desde los ms ricos hasta los mendigos, viendo en el trabajo
fsico algo que no estaba acorde con el espritu de hroe, aventurero
y caballeresco que haba quedado arraigado en los espaoles tras
varios siglos de lucha contra los moros; el apego a la tierra como
smbolo de infinitud y trascendencia; la concepcin del dinero fcil,
luego del descubrimiento y la conquista de Amrica; la burocracia y la
empleomana; la naturaleza del despilfarro y el gasto excesivo; el
papel tutorial e interventor del gobierno; el consorcio iglesia-estado; la
corrupcin; estos y otros vicios que tenan en bancarrota la metrpoli,

8. Jaramillo Uribe, Jaime. El pensamiento colombiano en el siglo XIX. Bogot: CESO, Ediciones
Uniandes, ICANH, Alfaomega colombiana,, Banco de la repblica, 2001.

13
y por ende sus colonias, pasaron por la lupa de nuestra generacin
prcer y de los primeros republicanos, siendo quizs Rufino Jos
cuervo uno de los ms destacados estudiosos y crticos del tema.

Todos estos vicios chocaban con los ideales de tolerancia religiosa;


de una vida metdica, dedicada al trabajo continuo y al ahorro, propia
de una sociedad burguesa; del industrialismo y el libre comercio; de
una sociedad educada para las nuevas ciencias y las nuevas tcnicas,
de igualdad, de fraternidad e igualdad, que tan apasionadamente, en
los paradigmas francs, ingls o norteamericano anhelaban para
Colombia pensadores como el humanista, literato, periodista y poltico
Jos Mara Samper, quien, adems, present el proyecto de ley que
dio creacin a la Universidad Nacional de los Estados Unidos de
Colombia, siendo hoy en da la ms grande e importante del pas. En
su Ensayo sobre las revoluciones polticas y la condicin social de las
repblicas colombianas, aparecido en Pars en 1861 y citado por
Jaramillo Uribe en su libro, y refirindose al problema de la herencia
espaola, nos dice Samper:

En lo poltico. La dominacin exclusiva de los espaoles europeos


(con excepciones fenomenales) ocupando todos los empleos pblicos
de alguna significacin, y sin radicarse en Colombia; con desprecio de
las razas indgenas y mestizas y aun de los criollos.

La centralizacin absoluta y rigurossima, en grandes virreinatos y


capitanas generales que abarcaban regiones inmensas, respecto de
14
los asuntos puramente administrativos; en tanto que la reglamentacin
y los negocios judiciales en ltima instancia, (en la gran mayora de los
casos importantes) dependan de la metrpoli.

La severidad ms persistente en la poltica de comprensin y


fiscalizacin, que impeda toda manifestacin de la prensa, de la
opinin pblica en cualquiera va, y mantena procedimientos sumarios
y terribles penas, sin ofrecer garanta alguna a la libertad individual.

La clausura o reclusin de las colonias respecto al mundo exterior,


en cuanto las relaciones no se limitasen a Espaa o a las mismas
colonias entre s; y aun en tales casos bajo la restriccin de mil
formalidades que haca casi imposible la locomocin en proporciones
considerables.

El sistema de ventas y privilegios en la concesin y el ejercicio de


los empleos, unos vitalicios, otros de duracin limitada, pero en todo
caso accesibles solo a un nmero muy reducido de personas, poco
interesadas, por otra parte, en la prosperidad de las comarcas donde
servan.

Los efectos de esas instituciones eran lamentables y complejos.


Ausencia de patriotismo, de aptitudes especiales y de moralidad en los
administradores; descontento general en los administrados;
antagonismo y odio profundo entre unos y otros, miseria, inanicin y
estancamiento en los pueblos por falta de administracin municipal
activa, siendo tan reducidas las poblaciones y tan vastos e
incomunicados los territorios: Legislacin emprica porque tena origen
en Madrid, muy lejana y tarda y siempre incompleta en sus

15
disposiciones; incapacidad en los pueblos para educarse en la ciencia
y el arte de la administracin, por falta de vida poltica, hbitos
funestos de esperarlo y reclamarlo todo del gobierno, sin la menor
iniciativa popular o individual; ideas errneas respecto al mundo
exterior y aun de la metrpoli misma; en fin, inters permanente en las
colonias por sacudir un yugo demasiado pesado y sin compensacin,
puesto que el rgimen colonial no era ms que una inmensa
explotacin.

En lo social e intelectual. La instruccin pblica descuidada y


reducida a proporciones muy mezquinas y entrabadas por la
inquisicin, la censura, el fanatismo y la supersticin. Una poblacin
esencialmente iconlatra ms bien que cristiana; pervertida por los
ejemplos de mendicidad, de disipacin en el juego y de soberbia en
las costumbres de las clases privilegiadas; destinada por los
cruzamientos de diversas y muy distintas razas a vivir bajo el rgimen
de la igualdad, y sin embargo sujeta a instituciones abiertamente
aristocrticas.

La esclavitud como elemento constitutivo del trabajo, ya bajo la


forma especial de la servidumbre del negro-cosa y sus descendientes,
ya en la organizacin artificial de los resguardos de indgenas;
organizacin socialista del peor carcter, que inmoviliza la propiedad
de las tribus, estanca su desarrollo moral e intelectual, y suprime en la
agricultura la ley de la personalidad activa, del inters y de la
emulacin.

16
El movimiento de la riqueza estancado tambin, respecto de las
clases no indgenas, mediante los mayorazgos, la vinculacin y la
inmensa concentracin de las mejores y ms valiosas propiedades
bajo el dominio de manos muertas.

En lo econmico y fiscal. El monopolio bajo todas las formas


posibles o imaginables: en el comercio exterior, en la industria, en la
agricultura y la minera El abandono total de las ms seguras
fuentes de riqueza, en beneficio de la minera; funesto sistema que,
agravando ciertos vicios en las costumbres, haciendo casi necesaria la
conservacin y el ensanche de la esclavitud, deteniendo el vuelo de la
agricultura y la industria, y limitando la riqueza a los metales preciosos,
suprima en mucha parte la necesidad de buenas vas de
comunicacin, concentraba las fortunas en pocas manos y facilitaba
su salida de las colonias, sin retorno de valores equivalentes y
fecundantes. (9).

Por otro lado, personajes como Sergio Arboleda, Toms Carrasquilla,


monseor Rafael Mara Carrasquilla, Lus Mara Mora, Miguel Antonio
Caro, (en especial este ltimo) entre otros, consideraban todo lo
forneo como contraproducente y peligroso, y defendan la tradicin
hispnica a capa y espada, y a la fe ciega en el desarrollo de la ciencia
y la tcnica, que haba permeado todos los niveles sociales y que
atraviesa casi todo el siglo XIX,

9. Samper, Jos Mara. Ensayo. Pars. 1861. P. 131. Citado por Jaime Jaramillo Uribe. El pensamiento
colombiano en el siglo XIX. Op cit. P.36 y 37.

17
a la tica del utilitarismo de Jeremy Bentham y Stuart Mill (El mayor
placer para el mayor nmero de personas), a la ciencia de las ideas de
Destutt de Tracy, al positivismo de Auguste Comte, a la filosofa
revolucionaria de Nietzsche... Miraban con recelo, criticaban con
ahnco y estorbaban con el uso (abuso) del poder: Todos los avances
que pudieron haber hecho los liberales (favorables o desfavorables
para los intereses del pas, no es nuestro propsito discutirlo, ya que
aunque pudiendo ser importante para nuestro objeto de estudio, su
valoracin implica gran complejidad), quedaran truncados en el
momento que triunfa la repblica conservadora. La situacin se
radicaliza. La constitucin de 1886 y el concordato de 1887 entregan
la educacin pblica al clero. Vuelve a circular, ahora con ms fuerza,
una filosofa de clara estirpe escolstica. Los espacios para la
controversia son abolidos por el rgimen, Hay prohibicin, censura,
excomunin, prisin, destierro, ejecucin. Algunos opositores polticos
se exilian y otros se levantan en armas contra el gobierno (de corte
clerical) en cabeza del ya citado Miguel Antonio Caro (1892-1898).

Sobre este teln de fondo aparece El Modernismo como una


revolucin literaria que alcanz todos los pases del nuevo mundo y
posteriormente se extendi a Espaa, que rechaza los viejos cnones
de la retrica hispnica y respalda la total independencia de estos
pases para la creacin literaria. Muchos crticos sealan al
modernismo como la segunda independencia, la independencia
cultural.

18
Los modernistas abandonan tambin el hbito de sus antecesores
coterrneos de usar el arte como instrumento para el servicio social,
para funciones educativas e ideolgicas y defienden la libre expresin
del arte, lo que desde Gautier se ha llamado el arte por el arte.

El uso de la palabra modernista estuvo dotada en un principio de un


significado peyorativo por parte de la crtica que entonces ostentaba el
poder, al usarla para desprestigiar a aquellos que no aman la
literatura sencilla, clara, transparente de los pueblos que se baan en
las ondas azules del Mediterrneo, sino que se embeben en la
lucubraciones oscuras de los pensadores del Norte, y en las figuras
abstractas de los dramas escandinavos(10), como se expresaba Luis
Mara Mora, refirindose a Baldomero Sann Cano quien haba tomado
las banderas de la nueva actitud literaria en Colombia. Y de los
escritores que este ltimo mencionaba en sus ensayos, se deca que
eran escritores que nadie despus recordara; entre ellos tenemos a
Nietzsche, Brandes, Bourget, Barrs, Renan, y en general, lo que len
XIII conden como el conjunto de todas las herejas que era su
frmula para referirse al Modernismo.

Desde sus orgenes el movimiento modernista protest con tanto


ahnco contra las formas polticas y filosficas del momento y gener

10. Los orgenes del modernismo en Colombia. Op. Cit. Pag. 20.

19
una discusin tan amplia, que sigue aun siendo el punto de partida
para nuevas lecturas o interpretaciones de lo que fue un momento
medular en la historia literaria mundial.

El profesor William Marn en su artculo publicado en la revista


Anthropos en el ao 2010 El Gesto romntico del Modernismo la
Figura Central de Rubn Daro nos propone una idea que consiste en
mirar el movimiento modernista hispanoamericano como nuestro
verdadero romanticismo; esto es, por las similitudes que presentan
ambos movimientos para su gestacin: las dos tendencias se originan
a raz de una protesta e inconformidad con los valores establecidos;
con la conformacin de la nueva sociedad burguesa, el auge del
comercio, del individualismo y el utilitarismo, del capitalismo; que
relega o desconoce la utilidad del poeta dentro de la sociedad, tal
como nos lo presenta Rubn Daro en El Rey Burgus.

Con el advenimiento y crecimiento desaforado de la sociedad de


mercado, los poetas modernistas pierden su funcin social y se ven
despreciados, tenidos como seres intiles por un colectivo que
muestra el lucro y el enriquecimiento como su nica tica. Para poder
sobrevivir en un mundo que los detesta y al cual ellos tambin
aborrecen, los poetas asumen lo que para algunos crticos es solo una
ambivalencia y lo que tan bellamente describe Rafael Gutirrez
Girardot en Modernismo como el artista anfibio con mscara de
burgus; algunos se convierten en periodistas y otros con ms suerte

20
en diplomticos, pero con un sentimiento romntico de la vida, una
bsqueda de lo infinito una orgullosa afirmacin de la carencia de
lazos sociales, una predominancia de la fantasa, un enriquecimiento
de todas las excitaciones de lo sensorial (11).

Otros estudiosos del tema ven en el modernismo una extensin del


parnasianismo y el simbolismo francs, con sus respectivas
diferencias; como en la pgina virtual marcelosaraceno.tripod.com, la
pgina del poeta, donde nos lo ensean como dos vertientes de este
movimiento.

Reconciliando un poco los necesarios y valiosos aportes que se hacen


a un movimiento autctono, nuestro; donde se le sigue haciendo
justicia a una corriente que naci en un lugar distinto a Europa por vez
primera, y se citan y estudian personajes representativos de nuestra
cultura (hoy da tan indispensable) hacindolos vivos nuevamente;
podramos agregar que, fueron tantos los modernistas destacados, tan
divergentes y a veces opuestos en sus temticas y estilos; ambiguos,
afirman unos; en constante metamorfosis, dicen otros; los unos
apolneos, los otros dionisiacos; que esto los hace originales e
inclasificables.

11. Gutirrez Girardot, Rafael. Modernismo. Fondo de Cultura Econmico. 3 Ed. Colombia. 2004.

21
La delimitacin histrica de la potica modernista es imprecisa. Por un
lado, algunos crticos sostienen que con la publicacin del Ismaelillo
de Jos Mart en 1882 empieza la revolucin literaria que ms tarde
Rubn Daro pondra en la cspide. Otros sostienen que fue Azul en
1888 del mismo Daro, quien por primera vez acua el trmino para
referirse a un tipo de actitud, que da inicio al modernismo. Y su
culminacin la aproximan a 1910, pero existen algunos casos como en
nuestro vate colombiano Porfirio Barba-Jacob que extienden dicha
delimitacin.

Una verdadera clarificacin ha significado El Modernismo, Supuestos


Histricos y culturales (1983), el libro de Rafael Gutirrez Girardot,
uno de nuestros ms destacados crticos literarios, acerca del
modernismo hispanoamericano, al colocarlo en un contexto europeo,
abriendo as nuevas formas de tratarlo. Es decir, que para este autor
estas literaturas no pueden valorarse fuera del mbito europeo que
traza y define la cultura occidental de nuestro tiempo. Los
planteamientos del crtico Gutirrez Girardot clarifican el uso de las
imgenes profanas transgresoras, o una simbologa que otros toman
como mero esteticismo, o el tema de los sustitutos de la religin, las
teosofas, el ocultismo como una protesta de los modernistas contra el
mundo moderno de la ciencia y de la sociedad que los exclua.

No fue slo una manifestacin, fue tambin una manera de interpretar


nuestra cultura (y otras culturas), como forma de buscar expresiones
propias y autnticas, ya no ms con prejuicios frente a lo europeo.

22
Los modernistas crearon, o trataron de crear, una nueva mitologa
que iba a reemplazar las bases cosmognicas de una religin cristiana
en proceso de secularizacin. Para tal efecto, se apropian de
expresiones culturales de distinta ndole y, siempre en busca de la
belleza, las combinan, creando as, un nuevo conjunto de smbolos
que requieren ser interpretados. Al respecto Rafael Maya nos dice:
() pero en el campo del arte s es aceptable, y a veces necesario, una discreta
integracin de principios, a fin de que la nocin de belleza, la ms libre de todas,
salga de ese estrecho ngulo en que suelen confinarla las filosofas, y abarque, en
sus dominios, todos los matices de la sensibilidad y todas las formas de la
imaginacin. Y esa fue una de las ms preciosas adquisiciones del modernismo.
Por eso Daro, Lugones, Reissing, el mismo Nervo, y, en ms reducido campo,
Valencia, son tributarios de las ms variadas culturas, y reflejan, en sus mejores
poemas, algo as como la historia general del pensamiento humano.

El espectro ideolgico que alimenta el modernismo est compuesto


de distintos ismos: indigenismo, cosmopolitismo, ocultismo,
esoterismo, exotismo, simbolismo, parnasianismo, etc.
Respondiendo de esta manera, a la realidad latinoamericana de
entonces, que era como la casa de muchos pueblos del mundo por lo
tanto podemos afirmar que este movimiento fue sincrtico,
cosmopolita y original.

El modernismo es un nuevo estilo y un nuevo lenguaje que acompa


la expansin del capitalismo y la forma burguesa de vida.

23
Junto a lo anterior, en el modernismo est presente, una renovacin
de la rima y un fresco imaginario de combinaciones del metro, formas
nuevas, vigentes y exhumadas que hacen del movimiento un rechazo
o alejamiento de la rgida tradicin hispnica, inhibidora de la libre
expresin.

Por otra parte, algunos modernistas como Daro o Silva se apegan a


una deliciosa musicalidad e intensidad que les brinda cada idea,
germinada en sus espritus hiperestsicos, para componer sugerentes
susurros melodiosos de versos y estrofas. Otros como Valencia,
buscan en su poesa una perfeccin refinada de la forma, a la que
ayuda la indita ampliacin lxica que brinda la adopcin de
numerosas culturas e ideologas, lo cual hace que el lenguaje potico
se flexibilice y logre un desarrollo que ulteriores poetas aprovecharan.

La animacin policroma, elegancia y soltura de sus imgenes y


metforas. Esto y lo anterior, hacen del modernismo y sus creadores
un legado para la historia literaria mundial y reclama una mayor
comprensin y aprovechamiento.

24
2. CAPTULO 2.

2.1. RAFAEL POMBO, POETA DE TRANSICIN. LA HORA DE


TINIEBLAS.

Uno de los hechos histricos ms importantes que hay que tener


presente para una adecuada comprensin del modernismo, es el
trasfondo religioso de todo el proceso de modernidad en el continente,
y este se relaciona con la secularizacin de la vida social. La
secularizacin se inicia en el siglo XVIII, con la ilustracin, sigue en el
XIX con la ideologa de Destutt de Tracy y con el utilitarismo de
Bentham, penetra a Espaa con el Krausismo y con el positivismo
llega a Amrica Latina. Es en s, la demiraculizacin o racionalizacin
del mundo. La muerte de Dios. La fe en la ciencia y en el progreso.
Donde partes de la sociedad y de la cultura se despojan de prejuicios
religiosos y viejas supersticiones, de la ignorancia. Gutirrez Girardot
as lo define La secularizacin consisti en el uso de nociones y
conceptos religiosos para expresar cosas mundanas y la muerte de
Dios (1).

1. Gutirrez Girardot, Rafael. Modernismo. Fondo de Cultura Econmico. 3 Ed. Colombia. 2004.

25
Fue como una especie de profanacin de los smbolos sagrados para
dar cuenta de nuevos aspectos de la realidad social y psicolgica, lo
que dio pie a composiciones ateas o profanas y de gran predominio de
la fantasa.

Este esquema de sensibilidades de la literatura modernista nos hace


reflexionar en que es factible entonces ahondar en el pensamiento
pombiano. No en el del autor de Cuentos Morales para Nios
Formales o de tantos poemas de circunstancias; sino en el del otro
Pombo, el autor de La Hora de Tinieblas, que por mucho, teniendo
en cuenta su gran valor literario, se aleja de los viejos cnones de la
tradicin hispnica: exaltacin al hroe y a las instituciones, de temas
religiosos o de amor a la patria, la poesa de verdades absolutas y de
valores universales. Para as, colocarlo en el puesto que se merece y
no simplemente como integrante de la gran muralla que al lado de
Miguel Antonio Caro, Toms Carrasquilla, Luis Mara Mora y La Gruta
Simblica, se opona a las nuevas tendencias literarias influidas por
Europa, especialmente por Francia.

La Hora de Tinieblas de Rafael Pombo se circunscribe en esta nueva


tendencia literaria porque representa todo lo que era ofensivo a la
retrica neoclsica, inhibidora de la libre expresin, y las formas
estticas establecidas en Colombia y Latinoamrica. Se aleja de la
literatura realista o costumbrista comn a la poca y con profunda

26
fuerza analtica blasfema contra Dios en un grito de angustia
existencial, donde cunde un dolor que se intensifica con la meditacin.

Este poema es clave para entender la reflexin y la angustia


existencial de la potica modernista. Se puede catalogar La Hora de
Tinieblas de Rafael Pombo como preludio de Anarkos de Guillermo
Valencia, Lo Fatal y Nocturno de Rubn Daro, Paisaje Espiritual y
Nihilismo de Julin del Casal, y otros que, como en el poema tratado,
coinciden en una meditacin existencial y un hasto por la vida, uno de
los grandes temas del modernismo que ms tarde se conocera con el
nombre de existencialismo.

La aparicin de un poema como La Hora de Tinieblas concebido en


1856; poca en que los partidos polticos estaban divididos por
concepciones religiosas; de un tono agnstico, subjetivo y filosfico;
en el que su tema principal gira alrededor de la existencia misma,
marca un hito en la literatura colombiana e hispanoamericana.

El dogma catlico del pecado original es atacado. Se adelanta varios


aos a los existencialistas, entre ellos Sartre y Heidegger. Se
cuestiona sobre el ser del hombre en la tierra. Duda y exasperacin,
muerte y vida, angustia y padecimiento, luz y sombra, la nada, alma y
cuerpo, libertad y hasta el rol de la mujer en la cultura
occidental(estrofa 34) son algunos de los temas que con agudeza trata

27
el poema y que sern retomados por los modernistas algunos aos
despus.

El libro de Hctor H Orjuela La Obra Potica de Rafael Pombo (2) es


el ms importante dentro de los escasos estudios dedicados a quien
ha sido uno de nuestros ms grandes referentes culturales y poeta
nacional, condecorado en 1905. Este estudio nos presenta a un
Pombo que para muchos haba sido desconocido, quien gracias a la
inclinacin por escritores romnticos, entre ellos Byron, de quien fue
un ferviente admirador y a quien tradujo muy bien; llev en s
profundamente grabado el carcter romntico, caracterstico de los
modernistas, quienes, debido a la difcil situacin de los poetas,
desvalorados por la sociedad, tambin asumieron esta postura.
Inconformidad, pesimismo, angustia por lo absurdo de la existencia,
caracterizan al joven Pombo, como lo demuestra en algunos de sus
versos y en su diario ntimo (3). La gnesis psicolgica del clebre y
tremendo poema blasfematorio La Hora de Tinieblas puede seguirse
fcilmente gracias a los datos recopilados por Hctor H Orjuela.

En el poema aqu tratado y en otros, sobre todo, los de la etapa juvenil


de Pombo, como Invocacin (1855), un creciente yo interior, una
intensa reflexin, desplaza a la ciega creencia de un Dios
infinitamente bondadoso, un Dios debilitado como consecuencia del

2. Orjuela H, Hctor. La obra potica de Rafael Pombo. Instituto Caro y Cuervo. 1975.
3. Rafael Pombo. Diario. (1855). Citado por Hctor H. Orjuela. Op. Cit. Pag. 93.

28
avance de la ciencia y la tcnica: Ciencia que mi vista empaas,
razn que solo has servido para perder la razn (4), y este Dios, se
convierte en una molestia continua. Con profunda pasin, revala los
valores establecidos, a travs de un inslito cultivo de subjetivismo,
impensado para su poca, lo que marca un hito en la literatura
hispanoamericana y un viraje en su romanticismo tan domstico y
social como lo era.

La concepcin de un poema como La hora de tinieblas, no se debi


solamente a las grandes dotes analticas del artista. Ya se ha anotado,
la predileccin que tuvo este poeta por Byron, adems ya conoca la
obra de Wordsworth, Longfellow, Lamartine, Bryan, Schopenhauer, y
de otros escritores con gran tendencia filosfica. Otros factores de
relevancia, anotados por Orjuela en su libro La obra potica de
Rafael Pombo, como posibles acicates en su blasfemia contra Dios,
son: Las profundas crisis neurticas producidas por una enfermedad
intestinal que lo atormentaba constantemente; sus decepciones
amorosas; una inclinacin misantrpica, ya que, como confesara en
su diario, en ocasiones, el sistema social le pareca un absurdo, y
como lobo estepario le mostraba sus dientes; y, las injusticias

4 Pombo, Rafael. La Hora de Tinieblas, est. XVIII, Tomado de 18 Poemas de Rafael Pombo,
seleccin de Daro Jaramillo. Suministrada por la biblioteca Lus ngel Arango.

29
cometidas por esa misma sociedad contra su querida amiga,
Manuelita Lindo (5). Como los grandes romnticos franceses,
Baudelaire, Mallarme, Verlaine y como los modernistas
hispanoamericanos; Pombo estaba consciente del papel del artista en
aquellas pocas modernas: Raro es el poeta, el artista en general
(). Por lo general, el poeta fisiolgicamente considerado, es una
araa que se hila los sesos y el corazn, la vida espiritual y la
nerviosa, para el deleite y bancarrota propia. (6). Y Para qu el
artista en tiempos de miseria (7)

Los trabajos juveniles de Pombo, como La Hora de Tinieblas, escrita


cuando apenas tena veintin aos de edad, as como el estudio de
varias pginas de su diario, hacan prever en el artista un desarrollo
hacia un creciente cultivo de un dios interior que reemplazase al de las
trivialidades de la moral, creencia inculcada en una familia
conservadora y catlica; y as, con ms pergaminos modernos, se
colocara a la altura de los poetas europeos ms destacados. No fue
as; como sabemos, Pombo se refugia en la fe como va hacia una
plenitud espiritual y termina siendo el portavoz de la didctica y de
valores cristianos que facilitan el trabajo de los sacerdotes.

5. Hctor H. Orjuela. La obra potica de Rafael Pombo. Op. Cit. Pag. 70, 95, 99. 100, 101.
6. Diario. Citado por Hctor H. Orjuela. Op. Cit. Pag. 103.
7. Frase clebre de Holderline, refirindose de igual modo al papel del artista en los tiempos modernos
donde el arte ya no es el ms grande menester del espritu. Gutirrez Girardot, Rafael. Op. Cit. Pag
55

30
Sin embargo, el aguijn de la duda no dej nunca de picarle, como
puede observarse en algunas composiciones posteriores a La Hora de
Tinieblas y en el texto definitivo del mismo poema, segn el
manuscrito corregido de puo y letra del autor en el ao 1864; solo
que, como ocurrira en algunos modernistas como Amado Nervo, con
similares dotes analticas; el fenmeno de secularizacin, produce en
ellos (los poetas que expresan en sus obras su propia vida, sus
sentimientos y emociones, y que adems han sido fervorosamente
creyentes) un sentimiento de vaco insondable, el cual optan por
llenar, esforzadamente, con una apacible suma de normas
consagradas y aceptadas con resignacin.

No obstante, y como lo concebira Jos Mart en 1882: Nadie tiene


hoy su fe segura. Los mismos que lo creen, se engaan. Los mismos
que escriben fe se muerden, acosados de hermosas fieras interiores,
los puos con que escriben. No hay pintor que acierte a colorear con
la novedad y transparencia de otros tiempos la aureola luminosa de
las vrgenes, ni cantor religioso o predicador que ponga uncin y voz
segura en sus estrofas y anatemas. Todos son soldados del ejrcito
en marcha. A todos bes la misma maga. En todos est hirviendo la
sangre nueva. Aunque se despedacen las entraas, en su rincn ms
callado, estn airadas y hambrientas la intranquilidad, la inseguridad,
la Vaga Esperanza, La Visin Secreta. Un inmenso Hombre plido, de
rostro enjuto, ojos llorosos y boca seca, vestido de negro anda con
pasos suaves, sin reposar ni dormir, por toda la tierra y se ha sentado
31
en todos los hogares, y ha puesto su mano trmula en todas las
cabezas. Qu golpeo en el cerebro! Qu susto en el pecho! Qu
demandar lo que no viene! Qu no saber lo que desea! Qu sentir a
la par deleite y nusea del espritu, nausea del da que muere, deleite
del alba!...no hay caminos constantes, vislumbrase apenas los altares
nuevos, grandes y abiertos como los bosques. De todas partes
solicitan la mente ideas diversas- y las ideas son como plipos, y
como la luz de las estrellas y como las olas de la mar (8).

Rafael Pombo es el primer poeta colombiano de la duda. l llevo en


s, con pesadumbre, la contradiccin ntima entre el instinto religioso y
el espritu de anlisis, propio de la poca. Los accesos de angustia
existencial que afectan a nuestro bardo, y que se intensifican con la
meditacin, se vern, con mayor amplitud, en poetas modernistas
como Unamuno, Julin del Casal, Rubn Daro y muchos otros, que
como en el caso de nuestro vate, logran poemas de gran mrito, como
es la amarga confesin de escepticismo La Hora de Tinieblas.

La desazn que implica la existencia para un poeta sumido en


profundas crisis neurticas, se revela ya desde la primera dcima de
su poema:

8. Parte del prlogo escrito por Jos Mart al poema El Nigara de Juan Antonio Prez Bonalde. Citado
por Rafael Gutirrez Girardot. Modernismo. Op. Cit. Pag. 75.

32
Veamos:

Oh, qu misterio espantoso es


es este de la existencia!
Revlame algo, conciencia!
Hblame, Dios poderoso!
Hay no s qu pavoroso
en el ser de nuestro ser.
Por qu vine yo a nacer?
Quin a padecer me obliga?
Quin dio esa ley enemiga
de ser para padecer? (9)

Es una afliccin que se intensifica, como se ha dicho, con la


meditacin: Pens en los das antiguos y tuve en mi espritu los aos
eternos. De noche medit en mi corazn; me ejercitaba y purificaba
mi espritu. Por ventura me desechar Dios para siempre o no
volver a ser benvolo? Salmo LXXVI. (10). Una batalla interior entre
la fe y la duda, entre el hombre y Dios. La existencia, la vida, es un
prodigio funesto, un tormento que el artista quisiera aliviar con la
muerte o con una ilusin romntica como la de Daro:

9. Pombo, Rafael. La Hora de tinieblas. Poemas Escogidos. Coleccin promovida por Elas Vlez
Gonzales y dirigida por Hernando Garca Meja. Ed. Bedout S.A. Medelln, Colombia. 1983.
10. Epgrafe empleado por Pombo en el texto definitivo de La Hora de Tinieblas, corregido en 1864.

33
Dichoso el rbol que es apenas sensitivo,

y ms la piedra dura porque esa ya no siente,

pues no hay dolor ms grande que el dolor de ser vivo,

ni mayor pesadumbre que la vida consciente.(11).

Lo Fatal, poema clebre de Daro, incluido en Cantos de Vida y


Esperanza (1905), es otro claro ejemplo de cmo el artista concibe la
vida como un tormento y un absurdo. Desasosiego que aumente con
el saber, la conciencia, la meditacin profunda de la vida en estos
autores extremadamente sensibles. La vida, la existencia, es tambin
para Pombo un combate, suscitado por un Dios creador; es el mayor
bien al cual libre renunciara a existir pues no soporta sus
pesadumbres, tal como lo expresa en la doceava dcima de su
poema:

Dios que por prueba concitas


enemigo que vencer,
dme armas, dme poder
para la lid que suscitas.
Pero si el poder me quitas,

11. Daro, Rubn. Lo Fatal. Antologa potica. El Caracol y la Sirena. Octavio Paz. Pg. 180. Ed. Austral.
Espaa. 1998.

34
libre renuncio a existir,
pues no debo consentir
que me hayas venido a echar
esclavo para lidiar,
libre para sucumbir.

Podemos aqu seguir apreciando la batalla constante entre la duda y la


fe, que trasciende todo el poema, aspecto que tambin Daro
confesara abiertamente: Contra mi arraigada religiosidad, y a pesar mo, se
levanta como una sombra temerosa un fantasma de desolacin y de duda
(Historia de mis Libros. Ed. Nueva Nicaragua. 1988. Pg. 222).

Del hombre por el mundo dando tumbos, sin tener conciencia de su


suerte y de su papel en l, del significado de su existencia; del horror
que nos produce la muerte y de la incertidumbre frente a la eternidad,
nos dice Daro:

Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,


y el temor de haber sido y un futuro terror
Y el espanto seguro de estar maana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,


y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fnebres ramos,

35
y no saber adnde vamos,
ni de dnde venimos!...(12).

Cincuenta aos atrs, as lo concebira Rafael Pombo en su hora de


tinieblas:

Por qu estoy en donde estoy


con esta vida que tengo,
sin saber de dnde vengo,
sin saber a dnde voy,
miserable como soy,
perdido en la soledad
con traidora libertad
e inteligencia engaosa,
ciego a merced de horrorosa
desatada tempestad?

Hoja arrancada al azar


de un libro desconocido,
ni fin ni empiezo he trado
ni yo lo s adivinar;
hoy tal vez me oyen quejar
remolineando al imperio

12. ltimos dos apartados del poema Lo Fatal de Rubn Daro. Antologa potica El Caracol y la Sirena.
Octavio Paz. Op. Cit. Pg. 180.

36
del viento; en un cementerio
maana a podrirme ir
y entonces me llamar
lo mismo que hoy: un misterio!

De pronto as cual soando


en alta mar sorda y fuerte,
entre la nada y la muerte
me encuentro a obscuras bogando;
sopla el viento, y ando y ando,
ignoro a dnde y porqu,
y si interrogo a la fe
y a la razn pido ayuda,
una voz me dice duda
Y otra voz me dice cree (13).

Todo en la creacin de Dios pasa su vida alegre, como el rbol que es


apenas sensitivo, y ms an, la roca porque ya no siente nada; esto
en palabras de Rubn Daro en su poema Lo Fatal. El trgico destino
del hombre es llevar una vida infausta, ya que ste s es sensible, y
adems, tiene conciencia, reflexiona acerca de su papel en el mundo,
del sentido de la vida. En el poema de Pombo se puede apreciar con
ms amplitud esta circunstancia: La disonancia entre el mundo
circundante y el hombre.

13. Estrofas VII, VIII y IX de La Hora de Tinieblas. Rafael Pombo. Poemas Escogidos. Op. Cit. Pgs. 8, 9

37
La humanidad vista como un triste enjambre de seres que no hace
parte del gran concierto universal:

Qu importa, oh sol, tu esplendor


jugando en mil gallas lumbres
desde las nevadas cumbres
hasta la ntida flor!
Qu importan, noches de amor,
tus cariosas estrellas!...
Ah, tantas cosas tan bellas
que provocando a llorar
parecen hoy extraar
delicias que vieron ellas!

Lstima, lstima horrenda


ver en tal desarmona
claro sol y alma sombra,
el viviente y su vivienda.
Sentir la eterna contienda
y el caos siniestro interior,
cuando todo en derredor,
todo, excepto el hombre infando
va en paz y en orden cantando
la gloria de su Hacedor.(14)

14. Ibd. Pgs. 13, 14.

38
Y la carne que tienta con sus frescos racimos. Los placeres de la
vida, la tentacin de la carne, slo le recuerda a Daro el horror de la
tumba. Esta visin pesimista del placer, se evidencia de una forma
ms pattica en Pombo. Para l, estos deleites, son slo un instante
de la eternidad de la vida; una vida sentenciada ya al sufrimiento,
como se ha visto ms arriba. Los instantes de placer dejan tedio y
remordimientos al corazn (versos 3 y 4 de la estrofa 50). Son
momentos que bastan al hombre para condenarle (versos 7 y 8 de la
estrofa 58); y sin embargo, vividos, por imbcil para gozar, ste no
halla su pleno disfrute, ya que cuando uno es feliz lo ignora, /cuando
infeliz, bien lo prueba (versos 5 y 6 de la dcima 44).

Este es pues el trgico destino del hombre en Pombo; la


predisposicin para el sufrimiento, que tambin la recuerda en la
dcima XLII:

Entre dolores naciendo


Miseria y dolor mamando,
Pecado y llanto mirando
Sin saber lo que est viendo
En su fuente van vertiendo
Desde antes de la razn,
La vida la tentacin
La tentacin el delito,
Y con ste, Dios lo ha escrito,
quiz la condenacin!

39
Nocturno, uno de los ms bellos poemas de Rubn Daro, segn la
opinin de muchos, incluido tambin en Cantos de Vida y Esperanza
(1905), es una confesin amarga del poeta en donde revela su
angustia existencial. Describe su propia vida, a travs de una
profunda meditacin, como una azucena trasnochada por un fatal
destino, una vida que, es claro, no satisface al poeta. Vuelve de
nuevo la imagen de la vida pesarosa y el horror que le produce lo
inevitable desconocido. La existencia se presenta como un dolor
permanente del cual el artista trata de escapar por todos los medios
posibles: La vida bohemia, los viajes a Oriente, el sexo, la msica;
solamente momentos que no apaciguan el dolor de este dormir de
llantos que slo la muerte aliviar. El destino fatal destruye toda
posibilidad de vivir tranquilamente.

Quiero expresar mi angustia en versos que abolida


dirn mi juventud de rosas y de ensueos,
y la desfloracin amarga de mi vida
por un vasto dolor y cuidados pequeos.

Y el viaje a un vago Oriente por entrevistos barcos,


y el grano de oraciones que floreci en blasfemias,
y los azoramientos del cisne entre los charcos,
y el falso azul nocturno de inquerida bohemia.

Lejano clavicordio que en silencio y olvido


no diste nunca al sueo la sublime sonata,
hurfano esquife, rbol insigne, obscuro nido
que suaviz la noche de dulzura de plata...

40
Esperanza olorosa a hierbas frescas, trino
del ruiseor primaveral y matinal,
azucena tronchada por un fatal destino,
rebusca de la dicha, persecucin del mal...

El nfora funesta del divino veneno


que ha de hacer por la vida la tortura interior;
la conciencia espantable de nuestro humano cieno
y el horror de sentirse pasajero, el horror

de ir a tientas, en intermitentes espantos,


hacia lo inevitable desconocido, y la
,pesadilla brutal de este dormir de llantos
de la cual no hay ms que Ella que nos despertar!

La desesperanza vital que implica en el poeta saber, ser consciente


que el hombre comienza a morir ya desde el momento en que nace,
que tanta luchas y fugas desembocaran inevitablemente en la
decrepitud y la muerte aterradora, es un rasgo que se percibe, no slo
en este poema de Daro, sino que es un tema recurrente a lo largo de
su obra; as como en su clebre poema Cancin de Otoo en
Primavera, incluido en Cantos de Vida y Esperanza (1905); de la
juventud de rosas y de ensueos, cuando la carne tienta con sus
frescos racimos, nos recuerda el poeta que esa primavera acaba
tambin, que es slo un instante. La misma figura de la hermosa
juventud la habra ya cincelado magistralmente Rafael Pombo en
1856, en la dcima XXXIII de su poema La Hora de Tinieblas, nos
dice:
41
En dnde ests, oh hermosura!
que de ti no ms que el nombre
diste a otro ser como el hombre,
de arcilla y de desventura;
esa ingeniosa impostura
que al tacto se disip
y slo acbar dej,
y el vivo rastro infelice
de otro eslabn que eternice
el llanto que le cost?

Las reflexiones filosficas hechas arte, la preocupacin en s mismo y


en la humanidad, su funcin en la vida; la filosofa ms allegada a un
hombre complejo, con sus problemas, sus debilidades, sus
preocupaciones, sentimientos, etc. Ya haban sido tratadas
ampliamente en Europa, desde los romnticos, naturalistas,
simbolistasEn Colombia, con una literatura totalmente domstica,
como ya se ha mencionado ms arriba; dogmtica, academicista;
impregnada de una ideologa contrareformista, como buenos hijos de
Espaa; un poema como La Hora de Tinieblas marca todo un hito en
la literatura latinoamericana.

El excesivo subjetivismo que se evidencia en el poema, la profunda


reflexin en la persona y en la vida, el descontento y la pesadumbre,

42
que inevitablemente aquello conlleva, el repudio hacia las costumbres,
creencias y valores establecidos en una sociedad pacata, mojigata, su
angustia por el significado y propsito de la existencia su impotencia;
logran su pleno desarrollo slo hasta la aparicin del modernismo.

Nihilismo de Julin del Casal, incluido en su obra Nieve (1892), es


un poema que desde su ttulo, de patente carga filosfica, nos indica
una actitud frente a la vida; la posicin del artista que sufre
interiormente debido a la meditacin en la existencia, de la cual no
haya ningn agrado o estmulo para seguirla soportando. Entonces,
como lobo estepario, rebelde contra su suerte, desarraigado de
cualquier lazo social o afectivo, quiere vivir su propia ley de
aislamiento, de tristeza y pobreza, como lo describe su ltima estrofa.
Claramente inferimos un desprecio en el artista hacia todas las
normas, valores e instituciones de la sociedad. Es un poema
misantrpico de un personaje que le da la espalda a su vida por no
tener nada que ofrecerle. Renuncia abiertamente a la patria, al amor, a
la familiaLos placeres que puede haber en la vida son para el artista
instantes nimios de una eternidad incierta. Las luchas y los placeres
slo dejan frustraciones, tedio y remordimientos al artista:

Voz inefable que a mi estancia llega


en medio de las sombras de la noche,
por arrastrarme hacia la vida brega
con las dulces cadencias del reproche

43
.
Yo la escucho vibrar en mis odos,
como al pie de olorosa enredadera
los gorjeos que salen de los nidos
indiferente escucha herida fiera.

A qu llamarme al campo de combate


con la promesa de terrenos bienes,
si ya mi corazn por nada late
ni oigo la idea martillar mis sienes?

Reservad los laureles de la fama


para aquellos que fueron mis hermanos;
yo, cual fruto cado de la rama,
aguardo los famlicos gusanos.

Nadie extrae mis speras querellas:


mi vida, atormentada de rigores,
es un cielo que nunca tuvo estrellas,
es un rbol que nunca tuvo flores.

De todo lo que he amado en este mundo


guardo, como perenne recompensa,
dentro del corazn, tedio profundo,
dentro del pensamiento , sombra densa.

Amor, patria, familia, gloria, rango,

44
sueos de calurosa fantasa;
cual nelumbios abiertos entre el fango
slo vivisteis en mi alma un da.

Hacia pas desconocido abordo


por el embozo del desdn cubierto:
para todo gemido estoy ya sordo,
para toda sonrisa estoy ya muerto.

Siempre el destino mi labor humilla


o en males deja mi ambicin trocada:
donde arroja mi mano una semilla
brota luego una flor emponzoada.

Ni en retornar la vista hacia el pasado


goce encuentra mi espritu abatido:
yo no quiero gozar como he gozado,
yo no quiero sufrir como he sufrido.

Nada del porvenir a mi alma asombra


y nada del presente juzgo bueno;
si miro al horizonte, todo es sombra,
si me inclino a la tierra, todo es cieno.

Y nunca alcanzar en mi desventura


lo que un da mi alma ansiosa quiso:
despus de atravesar la selva oscura

45
Beatriz no ha de mostrarme el Paraso.

Ansias de aniquilarme slo siento


o de vivir en mi eternal pobreza
con mi fiel compaero, el descontento,
y mi plida novia, la tristeza.(15)

En las siguientes dcimas de La Hora de Tinieblas de Rafael Pombo


vamos a poder apreciar las similitudes en la manera pesimista de
concebir la vida, su desengao por ella y la resignacin o sentimiento
de impotencia que causa en el artista saber que sus quejas y
reproches por la vida, al final no tendrn odos, y que slo les queda
esperar en soledad y tristeza lo inevitable desconocido.

Yo, msero, ya nac


Crislida de la nada,
Y no ha de ser revocada
La sentencia que cumpl.
Dispones, oh mal! de m
Y a evitarte nada alcanza
Armada de ti se avanza
La eternidad luego en pos
Y hay que dar eterno adis
Al sueo de la esperanza.

15. Nihilismo. Julin del casal. Poema incluido en Nieve (1892). Tomado de la pgina de internet
.

46
La vida es sueo callad,
Oh Caldern! ests loco:
Hace veinte aos que toco
Su abrumante realidad;
Yo te palpo Iniquidad!
Desgracia! no eres fingida.
Que si al placer di acogida,
Un instante aquello fue;
Que en ese instante olvid
La realidad de la vida.

Duelo y crimen slo veo,


Duelo y crimen slo aspiro,
Al mal un verdugo miro
Y al mundo un inmenso reo,
Despechado clamoreo
Oigo alzarse eternamente,
Y con hasto vehemente
Pasma la imaginacin
Que esta sea la creacin
De un Dios amante y clemente. (16).

16. Dcimas LI, LII y LV. La Hora de Tinieblas. Rafael Pombo, Poemas Escogidos. Op. Cit. Pag. 21.

47
Para el siguiente captulo trataremos de ratificar con nuevos
argumentos por qu es Pombo el precursor de la poesa moderna en
nuestro pas; mostraremos cules son los momentos de ruptura con la
tradicin potica que en su tiempo dominaba, y por qu, con justicia,
debe valorrsele y aprovechrsele en toda su dimensin.

48
3. CAPTULO 3
3.1. INFLUENCIAS EN LA HORA DE TINIEBLAS Y
APORTACIONES EN CREACIONES ULTERIORES.

Por qu si puede Dios, no satisface el hambre cruel que nos devora?

La hora de tinieblas.

RAFAEL POMBO

En el ao de 1855, el maestro Rafael Pombo escribi su gran obra La


Hora de Tinieblas, poema compuesto por 61 dcimas, que abre y
refleja de manera fidedigna la segunda etapa de su produccin. Estos
versos de alguna manera manifiestan un sentimiento de escepticismo
y desesperanza propio del ms genuino espritu romntico;
atendiendo a un contexto apabullante del cual los escritores
colombianos no se sustraen sino que, mejor contrarrestan sus
experiencias de vida desde una ptica ms eufemizante y osada, sus
obras.

Pombo, quien se debatiera entre dos miradas implacables e


ineludibles, contaba por una parte con algunos miembros de la
sociedad burocrtica de la poca que a la luz de sus poemas
consideraban que stos eran intrascendentes e improvisados y
adems, menospreciaban una produccin que para ellos resultaba del

49
todo profana como lo es La hora de tinieblas. Por otra, parte tena
otros ms visionarios reflexivos y conscientes, que adoptaban a
nuestro vate como un poeta de carcter muy relevante no slo para la
literatura colombiana sino, latinoamericana puesto que posea unos
valores intrnsecos para llevar a cabo una empresa tan osada, pues
Pombo contaba con la suficiente preparacin a nivel literario para
utilizar de forma precisa y no ingenua, los mltiples recursos tcnicos
de su lengua y todo el bagaje con el que contaba de antemano, y que
muy bien supo acomodar en uso de su instrumento a la plasticidad del
verso, en una obra unitaria, en algn momento irregular, pero siempre
pletrica y vigorosa.

En primera instancia, como referente llev su "militancia" romntica a


la protesta y utiliz en su tinta el nfasis declamatorio, junto a la
angustia consustancial a este movimiento; en consonancia con lo cual,
segn intentaremos demostrar en las lneas siguientes, fue uno de los
iniciadores de la ruptura con la tradicin mtrica, y por tanto tuvo algo
de "precursor" (en el sentido que literariamente suele drsele a esta
palabra) del Modernismo en nuestro pas.

El desencanto, el sufrimiento, la transformacin, la prdida de la


inocencia, en fin, el emblema de la cada, del hasto y del
inconformismo todos ellos suponen el paso del tiempo, ya sea
psicolgico, biogrfico, esttico o histrico, y continuamente se
presentan como producto o productor del "yo" literario del precursor

50
del hombre moderno en donde, desde las horas de tinieblas de Rafael
Pombo, se desvelan indicios de un traspaso al modernismo por parte
del autor y de este movimiento en Colombia respectivamente.

El lenguaje que se encuentra en la obra de Rafael Pombo La hora de


tinieblas corresponde al tono del hombre modernista, es, como todo
primer lector experimenta, intencional y forzadamente literatura donde
se encuentra muy alejado adrede de toda norma social, y emplea la
lengua como un encuentro o intercambio, antinatural y artificial,
redundante de palabras extraas, saturado con nfasis en
experimentos mtricos y rtmicos.

Su tonalidad oscila entre una liviandad juguetona pero directa,


hedonista, y una gravedad forzosa, decadente o apasionada. Su
imaginera, a su vez, es sincrtica y pluralista, Pombo incorpora y se
deleita utilizando imgenes ya procesadas, en zonas dismiles y acaso
irreconciliables para algunos: heterogneas las culturas y los tiempos
coexisten en los poemas modernistas. Todas estas maneras y
manierismos responden al intento de ser moderno y a la vez
universal, en un intento de renovar y renombrar tanto el lenguaje
anquilosado como la "cultura" hispanoamericana. De hecho, hicieron
el camino contrario del dictamen: "describe tu pueblo y sers
universal" suscribindose ms bien como se refiri anteriormente, al
Arte por el arte.

51
As mismo se debe suponer que, las tinieblas son producto de nuestra
propia oscuridad: Donde los sentimientos de soledad, el miedo, el
desagrado ante lo que nos rodea; los pasadizos y subterrneos se
tornan en mltiples recovecos de nuestro propio cerebro, la
incertidumbre sobre el camino a tomar; los personajes fascinantes,
esos que buscamos en vano en la realidad o esos que, en todo o en
parte, quisiramos ser as como lo afirma nuestro autor en un
fragmento de uno de sus poemas:

Sabios funestos, callaos!


El caos fsico ha cesado,
pero el que lo hizo ha dejado
al espritu en un caos.
Pobres hombres! revolcaos
mintiendo felicidad;
yo entre tanta oscuridad,
rebelde contra mi suerte,
anso deberle a la muerte,
o la nada o la verdad.

Como podemos notar, el laberntico Rafael Pombo es un camino


lleno de mltiples sorpresas. De l slo conocemos lo que fulgura
ms: sus historias encantadas. No obstante, en la otra cara, yacen
los rasgos del poeta verstil y perspicaz que se debate en el eterno
devenir del joven arriesgado y pulsional, temas como el amor y la
muerte, la filosofa y la cancin natural, la vitalidad y el sueo. Como

52
sus personajes, tuvo la propiedad de exhibir una fisonoma
hermosamente fea y tambin la faz del camalen dentro de las
batallas en un mundo que viva dentro y tambin fuera de la realidad
a travs de su pluma. El ensalzamiento de nuestro maestro Pombo
se genera porque trata de expresar su conciencia individual con
exactitud y con vehemencia total; porque adems cultiva con
empeo su personalidad y se atreve a mostrarla con verdad y
franqueza; porque prefiere el uso de su razn a las imposiciones de
la autoridad en materias literarias, y porque siente la naturaleza con
intensidad y se identifica con ella para expresarse atribuyndole
virtudes y maneras humanas.

El modernismo signific en Colombia, en buena parte, la lucha entre


una generacin de artistas y los improvisadores que la precedieron.
Pombo atendiendo el ejercicio potico asistido por los estmulos de la
sensibilidad, la inteligencia y el rigor logra de forma sustancial ofrecer
esa tenaz resistencia.

Por otra parte, cabe indicar la defensa que el bardo modernista (J.A.S)
hizo de Pombo en 1886 es, como la de sus compaeros de grupo,
prueba de la admiracin que las nuevas promociones sentan por el
poeta del amor y de la patria a quien algunos de ellos consideraban su
maestro y mentor. Cindonos al malogrado autor de las Gotas
amargas, cuya relacin personal y casi familiar con Pombo nos consta

53
aunque slo fuera por la participacin en el Mosaico, con el que D.
Ricardo Silva mantuvo un estrecho contacto, o por el hermoso poema
que Pombo dedic a la joven Elvira Silva muerta, que en muchos
aspectos puede parangonarse con el homenaje paralelo de Isaacs ,
podemos recordar poemas como "Diablo" (I, pg. 61) o "Juan
Malverso" (I, 64). Versos como los del inicio del primero de los poemas
citados son suficientemente expresivos por s mismos como para
necesitar ulterior comentario. Debe tenerse en cuenta, adems, que
Silva en la evolucin de la poesa colombiana sirve de puente entre el
Romanticismo cuya figura central es Rafael Pombo y el
Modernismo, y que la obra de los dos autores, adems de relacionarse
en varios aspectos, se hermana en la angustia existencial que permea
algunos de sus poemas y que les confiere un profundo sentido
humano y universal como lo podemos notar en la siguiente
composicin:

FUTURO
A Rafael Pombo
Poeta, puedes hoy, tal vez cansado
No encontrar en tu mente vibradora
La inspiracin robusta del pasado.
Tu estrofa tuvo luz y olor de aurora.
Hoy en lugar del canto donde vibra
El secreto ms ntimo del alma,
Con perezosa lentitud cincelas
De tus modelos por la vieja norma,
Las difciles frases, y persigues
Las mezquinas audacias de la forma.

54
Y porque t profunda poesa,
Antes raudal de selva americana
Es hilo dbil de agua, que si brota
Se evapora al calor del medioda
Y se pierde,, infecunda, gota a gota.
No ves ahora que la turba impa
Que al orte cantar en tu maana
De tu loco entusiasmo hiciera alarde,
Hoy escarnece con su risa vana
La soledad oscura de la tarde?...
Y bien, qu importa! Puedes, en lo denso
De tu otoal crepsculo sombro,
Perfumar tus poemas con incienso
Y al marchar, como un ciego, hacia el futuro
Sin amor, en la sombra que desmaya,
Oyendo risas que el pasado evoquen
Puedes morir. Que importa! . . . Mientras haya
Almas que sueen, labios que provoquen,
Noches de duda, claras primaveras,
Vrgenes muertas en el lecho fro
Y sombras en las viejas catedrales,
Olvidados tus msticos acentos,
Vivirn tus estrofas magistrales
Y tu memoria vivir con ellas,
Como entre las negruras del vaco
La lumbre sideral de las estrellas.
J. A. S.
Noviembre 1886(1)

1. JOS A. SILVA, Poesas, Pars, Sociedad de Ediciones Louis-Michaud, s. ., pgs. 45-46

55
En el caso concreto de Pombo, por su estirpe y por sus aficiones, el
influjo ms destacado es el sajn, que, como ha indicado Rafael Maya,
se manifiesta, sobre todo, en cierta tendencia a cargar el verso de
intenciones reflexivas y de un contenido conceptual que no pesa sobre
la urdimbre de los versos sino que, antes bien, los aligera y transforma
en pura materia de pensamiento (2).

Un repaso de sus traducciones revela a un artista sensible, con un


importante caudal de lecturas muy bien escogidas por lo general ,
y capaz de comprender y penetrar el sentido de los versos que vierte a
nuestra lengua. El exceso de retoricismo y otros vicios epocales no
estn totalmente ausentes en sus trabajos, as como la reiteracin
temtica, que llega hasta la saciedad; la tendencia a la amplificacin;
la hojarasca generalmente desdeable de poemas de circunstancias,
colocados en ste o en aquel lbum.

Estaba yo tendido en mi sof


(En prosa llana, un simple canap)
Saboreando el plcido man
De aquel inexplicable no s qu,
Que goza el que no piensa en dnde est
Y olvida lo que es y lo que fue,
Y, en nada sin tomar contra ni pro,
Federado de todo, es slo un Yo >.

2 .RAFAEL MAYA en su prlogo a RAFAEL POMBO, Antologa potica. Bogot, Ministerio de Educacin, Ediciones
de la Revista Bolvar, 1952, pg. XXI.

56
A partir de fragmentos como ste y otros similares, se nos ocurre
pensar que acaso no fuera tan fuerte aunque, eso s, es innegable
, la tan repetida influencia de Bartrina en Silva, y que con o sin
Espronceda de intermediario la influencia de Byron en la poesa
hispanoamericana resulta innegable \Y no debemos pensar que la
relacin de ambos poetas queda ah, dado que tambin hay algunos
vnculos temticos (Fbulas y verdades prefigura hasta cierto punto
los poemas que Jos Asuncin dedica a la niez), mtricos
("Monotona" incluye una seccin en eneaslabos, metro raro en
nuestra lengua que emplearn no slo Silva, sino tambin otros
modernistas, y el mismo Rubn), y de ideologa potica (puesto que
los principios expuestos en "El silencio" dejan su huella nada menos
que en "La voz de las cosas").

No hacemos ms hincapi en la relacin Silva-Pombo, puesto que


Hctor H. Orjuela ha explicado suficientemente los vnculos y
circunstancias vitales comunes de ambos poetas, a propsito del
poema "Futuro", que Jos Asuncin dedic al ya a la sazn maduro
vate ("Una defensa de Pombo y un poema de Jos A. Silva", en
Thcsaurus, XXVIII (mayo-agosto, 1973), nm. 2, pgs. 331-337).

As, uno de los poemas ms clebres de Nicols Guillen ("La muralla")


tiene ecos ms que evidentes de "El clera y yo":

Tun, tun ! Quin es? El clera.


A la otra puerta, amigo.

57
Vengo por ti Te digo,
Djame en paz dormir. (I, 199).

Y en cuanto a la valoracin, no ms recurriremos al testimonio de


Enrique Anderson Imbert, que comienza, a este respecto, comentando
sobre la parte blasfematoria de su poesa juvenil: Pombo, a fuer de
catlico, se retract en su vejez, pero lo que dijo qued dicho, y es un
alto momento en la historia de nuestra literatura. Fue uno de los
mayores lricos de su generacin; pero de aguas tan revueltas que la
onda del verso se le encrespa, turbia, rota, y as nuestro odo sufre a
veces por su ruido (3).

El nombre ms acertado para designarlos cambios que introdujo


Pombo a la forma de la poesa colombiana es el de "verso semilibre",
puesto que no se trata de un abandono total de los parmetros que
rigen el verso tradicional, sino de ligeras alteraciones o violaciones del
patrn rtmico que cabra esperar. As, por regla general, los poetas
hispanoamericanos de este perodo en que se incub el modernismo
no se mostraron remisos al empleo de metros novedosos o a la
resurreccin de otros cados ya en desuso.(4)

Se indicar a continuacin el marco epocal que estaba en boga:

3 Citado por Orjuela, ob. cit., pg. 122.


4 Pombo, citado por Orjuela, ob. cit., pg. 125.

58
A raudo vuelo Amrica Latina estaba saliendo de una poca colonial, y
surge la necesidad, entonces, -en trminos simblicos- de ir a la
metrpolis a divisar el mundo fuera de los alcances tradicionalistas e
incorporar los postulados contemporneos para aquellos tiempos, con
el fin de refinar los sentidos y hacer del aislamiento una distincin de
pocos que se atrevan a ir contra corriente: El experimentar, el hacer, y
ser parte de la "cultura" era un sueo para algunos inalcanzable. Por el
prolongado aislamiento, por el atraso acumulado, la internalizacin es
virulenta, omnvora y se quiere absorber vertiginosamente la historia
universal y la geografa mundial a como d lugar.

En algunos momentos (sobre todo en la poesa del perodo central del


XIX) aparecen estrofas truncadas o extendidas, como si se estuviera
pretendiendo alcanzar la unidad poemtica. Por lo que se refiere a sus
aportaciones para la flexibilizacin del verso, de la rima consonante,
licencias poticas..., podemos apuntar que, si bien no dieron los
romnticos en general y Pombo en particular aportaciones
mtricas similares con las modernistas,. . . no siempre los modernistas
fueron justos en reconocer cuando los haba precedentes
romnticos. En ms de una lnea el modernismo era la culminacin de
diferentes reacciones y ansias que se gestaban; Precisamente, con los
romnticos encontramos, as, ms de un atisbo, de dbiles intentos,
que van a cuajar finalmente con los modernistas, cuyas audacias
hacan aparecer muchas veces a los romnticos a mayor distancia de
la que exista en realidad.

59
Pues bien, cabe sealar que el maestro Rafael Pombo, sobre todo al
principio de su produccin (hasta la dcada de los sesenta) se ajusta
perfectamente a las caractersticas antes dichas. Sus versos, aunque
con notables excepciones, estn escritos en metros de arte mayor, de
tono grave y solemne. Los poemas populares aparecen en versos de
arte menor, que en la mayor parte de los casos est ligado a temas
ligeros, amorosos, satricos, ingeniosos y epigramticos a veces
mordaceso sin trascendencia. Los versos de arte mayor tienen una
temtica grave, solemne o meditativa. A ello debemos sumar la
maestra de Pombo en el manejo del ritmo, que acompaa con
variedad y justeza a los tonos ms dispares.

Desde otros puntos de vista, es cierto que ms que en los versos en


s, en sus creaciones se aparta Pombo de la poesa de su poca,
sobre todo en las primeras etapas. A partir de los sesenta apreciamos
una tendencia a la mesura, que conlleva la eliminacin de los metros
menos comunes. Es posible tambin que debamos asociar el
fenmeno con el contacto de Pombo con la poesa inglesa, en la que
sobre el acento recae una importancia rtmica. Algunos de los poemas
de Pombo incluyen una mezcla de versos nunca antes ensayada en
nuestra lengua, o combinaciones estrficas nuevas, o peculiaridades
que nos parece interesante destacar, como el siguiente fragmento de
su poema En el Nigara, maravillosa meditacin sobre las cataratas,
que sobrepuja la que con el mismo tema escribi Heredia:

60
Ese lago de leche que dormido
Yace a tus pies; esas tendidas hojas
De cuajada esmeralda, opacas, turbias,
Manto marino que tu cauce vela,
Cuyas inertes, aplanadas olas
Atnitas al golpe, ignoran donde
Seguir corriendo; ese ancho remolino
Que abajo las aguarda, y retorcindose
Al empuje del mar que los violenta
Yrguese al centro, y cual pausada boa
En silencio fatal se enrosca, y nunca
Suelta la presa que atrayente arrolla
All ms bien estoy; ese el mar muerto
De mi existencia, y el designio arcano
Que en giro estril me aletarga y me hunde.(5)

Otras influencias en sus escritos son Vctor Hugo y Zorrilla; sus


poemas (Monotona, Vaguedad, La copa de vino) estn
impregnados de melancola romntica y sentimentalismo. Durante su
estancia en Estados Unidos (1854-1861) alcanza su plenitud. El
conocimiento de otra cultura, sus estudios clsicos tradujo hasta
cincuenta y unas odas de Horacio-, su trato con poetas
norteamericanos, dieron flexibilidad a su verso y le ayudaron a
alcanzar su verdadera forma potica.

5. 18 POEMAS DE RAFAEL POMBO. Seleccin: Daro Jaramillo Agudelo. Obra suministrada por la
Biblioteca Luis Angel Arango de Colombia. Pg. 57, 58.

61
Algunos de sus primeros poemas aparecieron en la prensa (fue
cofundador, junto con Jos Mara Vergara y Vergara, de La Siesta);
utiliz varios seudnimos a lo largo de su vida, y sus temas, en
conexin con la otra gran parcela de su periplo vital, incluyeron la
poltica en todo momento. Luch al lado de los legitimistas y
desempe a lo largo de su vida importantes cargos polticos, que le
llevaron a conocer a R. W. Emerson y a H. W. Longfellow, dos poetas
norteamericanos que traducira con diversa fortuna, y cuya influencia
en Colombia puede rastrearse hasta el propio Jos Asuncin Silva.

Algunos de los temas recurrentes del romanticismo estuvieron en la


pluma de Pombo como Dios, la naturaleza y la mujer que son las ideas
capitales en su obra La hora de Tinieblas, o Los grandes motivos
sentimentales de su invencin potica, pero no como conceptos
aislados, Sino como fusin y mezcla de los tres, diferencindose
Pombo en esto de otros grandes poetas que han tomado de aquellas
tres fuentes el caudal de sus versos. Pombo logra con esta capacidad
sustancial de sintetizar la existencia del hombre en una sola obra y ser
el poeta colombiano ms completo.

A pesar del fervoroso catolicismo de Pombo, su ms alto momento


potico lo logr con un poema de pura angustia religiosa-en todo caso
la angustia de un creyente- publicado contra la voluntad del poeta: "La
hora de tinieblas". Por otra parte, la religiosidad, esa constante en sus
versos, aparece tambin en "Lo ms desconocido"-entremezclada con
manifestaciones de fe en el progreso, as, el poeta se convierte en un
62
oficiante, purificado por la misma poesa, como lo manifiesta en "La
hora de tinieblas

Igualmente, como buen romntico, Pombo le daba un sentido


trascendente a la poesa: "La religin y la verdadera poesa son gemelas, y
tan parecidas una a otra que tal vez son una misma cosa, dos ases de un mismo
astro, dos revelaciones de una misma verdad: innatas ambas en el corazn del
hombre, juntas aparecieron sobre las colinas del salvaje, juntas nos dignifican con
aspiraciones infinitas, consolaciones excelsas y promesas inmortales, y juntas van
a satisfacerse con su plenitud el seno de Dios, en la parte sublime de nuestro ser"
(6)..O como lo menciona Hctor Orjuela posteriormente: "Por regla
general todo lo mo sale tarde, soy la pro castigacin encarnada, y mientras ms
quiero un asunto ms demoro en tratarlo, como si lo reservara para las horas de
paz y de contento de m mismo que nunca llegan. ( . . . ) Por esto no he publicado
coleccin de poesas: Las nica buenas no estn escritas y le aseguro a Ud. que
me sorprende que caigan en gracia algunas composiciones mas, fruto de
impaciencia y de tedio ms o menos disimulado, y que yo considero y siento a
enorme distancia del ideal de verdad, de fuerza, de pureza y de limpieza que flota
en mi imaginacin... cuando no estoy escribiendo -tal vez a todos sucede lo
mismo. Es un tormento perpetuo. Si yo fuera crtico no dejara en pie una lnea de
mis versos (7). Puede ser que el rigor de su autocrtica tenga que ver

con cierta humildad del oficiante ante la poesa: "Nos falta arte sencillo,
grande y solemne, y nos sobra artificio. Muchas imgenes, muchas labores,
mucha enciclopedia, mucha ancdota, mucha superficie: ausencia de un corazn
slido, asentado, incontaminado, bueno, luminoso suficiente. Infinito" (8)

6. RAFAEL MAYA en su prlogo a RAFAEL POMBO, Antologa potica. Bogot, Ministerio de Educacin, Ediciones de la
Revista Bolvar, 1952, pg. XXI.

7. Citado por Orjuela, ob. cit., pg. 122.

8. De una carta de Pombo a Miguel Antonio Caro, abril 29 de 1879, citada por Orjuela, ob. cit., pg. 109.

63
Rafael Pombo desde que se conoce fue escritor y vivi de su pluma.
Fund "La Siesta" en compaa de Jos Mara Vergara y Vergara, un
peridico en donde hizo una magistral defensa de la literatura. Su
padre le infundi inseguridad y hasta tuvieron una discusin que
termin con la siguiente frase del padre: Poeta sers aunque despus te
pese". Una de sus primeras publicaciones fue "Exabruptos poticos de

Rafael Pombo". A l lo gan la poesa por su conocimiento del


lenguaje, empez escribiendo poemas por influencia de Byron. Hizo
"Edda" un poeta dramtico de una mujer en el ambiente romancista.
Pombo vivi 17 aos en Nueva York, en donde fue secretario de la
delegacin colombiana y de all salieron las 61 dcimas de "Hora de
Tinieblas", producto de una crisis existencial y llena de blasfemia.

Sin duda alguna, la traduccin jug un papel importante. La potica de


Pombo y su realidad de traductor estn prcticamente olvidadas:
Hctor Orjuela aparece como su principal y casi nico especialista. A
esta falta de estudios, debemos aadir que su tarea como traductor
merece un reconocimiento especial ya que dicha actividad ha sido
estudiada de modo superficial sin tener en cuenta todos los elementos
socio histricos que se encuentran alrededor de estas traducciones.

Comenzamos citando las traducciones de los cuentos de la tradicin


norteamericana, pero hay que aadir los autores considerados
cannicos tales como: Byron, Shakespeare, Longfellow, Bryant, Hood,

64
Blanco White, Tennyson, Lamartine, Hugo, Musset, Goethe,
Schopenhauer, Emerson, Edgar Allan Poe y Nietzsche entre otros.
Un estudio de este tipo reconocer el valor a la traduccin como el
instrumento fundamental en la creacin de Rafael Pombo, as como el
papel de su trabajo como traductor en la historia cultural del pas.

Notamos como el inters de Rafael Pombo por la traduccin se


remonta al tiempo de su juventud; desde su ms temprana edad,
estableci un intrnseco vnculo con la traduccin, con el estudio de las
obras y de los autores y por supuesto, con la creacin. Segn
Orjuela, cuando Pombo tena doce aos comenz a escribir cuadernos
que portaban comentarios de lectura de autores que le gustaban, con
traducciones de poetas ingleses y algunos de sus primeros poemas. El
ttulo de algunos de estos cuadernos: Diario de mil curiosidades para
su propio dueo que lo es verdaderamente el seor Licenciado en
Bellas Artes J. Rafael Pombo, seminarista que fue en la ciudad de
Bogot a 1845; Panten literario, La Araa o poesas de Jos Rafael
Pombo y Rebolledo y sus traducciones del latn, francs e ingls.

Exista pues, desde su juventud, una relacin muy particular de Rafael


Pombo con la traduccin y despus, cuando tradujo a otros autores,
artculos pedaggicos y libretos de pera. Pombo siempre otorg
diversas funciones a la traduccin: creativa, pedaggica, moralizante,
etc. De hecho, el contexto, muestra que en su ambiente, la prctica
de la escritura y por qu no, de la traduccin, era una actividad muy

65
fluida y comn y adems, un instrumento para apropiarse de las ideas
y construir una identidad nacional.

En un contexto propicio para los intercambios interculturales, Rafael


Pombo estableci relaciones importantes con los escritores
norteamericanos Bryan y Longfellow, entre otros. Al hacerlo, daba
cuenta del inters de los intelectuales hispanoamericanos que
deseaban establecer lazos entre ambas Amricas. En consecuencia,
descubriremos la importancia de estas relaciones para la historia de la
traduccin en Colombia.

Un contexto propicio para los intercambios. Durante su periodo como


soldado en 1854, cuando defendi el pas de un golpe de Estado
dirigido por el general Jos Mara Melo, Pombo conoci al general
Pedro Alcntara Herrn quien haba sido nombrado ministro en el
extranjero para los Estados Unidos y Costa Rica por el presidente
Manuel Mara Mallarino. Gracias a las influencias de su padre, que
frecuentaba las esferas del poder, Pombo fue nombrado secretario de
la delegacin colombiana para los Estados Unidos y Costa Rica, y
parti con el general Herrn a Nueva York en 1855 (Orjuela, 1965),
donde vivi durante un perodo de diecisiete aos.(9)

9. Orjuela H, Hctor. La obra potica de Rafael Pombo. Instituto Caro y Cuervo. 1965.

66
Como diplomtico, Pombo vivi un perodo muy interesante en Nueva
York, un ambiente intercultural lo rodeaba: escritores, diplomticos,
periodistas y viajeros de origen hispanoamericano se encontraban all
y Pombo tuvo la oportunidad de entrar en contacto con diversas
personalidades; estos encuentros, una ciudad con una vida cultural
muy rica, y su espritu abierto lo motivaron a realizar varios proyectos,
entre ellos algunos de traduccin. Pero antes de observar
concretamente estos intercambios, hay que determinar su inters
histrico. La importancia concedida a sus intercambios es mostrada
por diversos autores que afirman que las relaciones culturales entre
ambas Amricas comienzan de modo ms real al principio del siglo
XIX.

Segn Orjuela (1980), las relaciones intelectuales y culturales entre


Amrica del Norte y Amrica del Sur antes del siglo XIX eran poco
comunes. El autor Hctor Orjuela expresa diferentes razones ; por
ejemplo, a grosso modo, en el perodo durante el cual cada regin
estuvo sometida por los colonizadores, los ingleses en el norte y los
espaoles en el sur respectivamente, las relaciones entre ambas
Amricas fueron muy limitadas porque la antigua rivalidad entre
Inglaterra y Espaa impidi en la poca un contacto cultural, a causa
de las diferencias en cuanto a los valores que cada religin impona(10

10. ORJUELA, Hctor, Biografa y bibliografa de Rafael Pombo, Bogot, Instituto Caro y Cuervo, 1965

67
De un lado, los ingleses vean a los espaoles como tiranos y, del otro,
los espaoles vean a los ingleses como herejes. Adems, un
completo sistema de valores sociales, culturales y econmicos los
distanciaban. Los norteamericanos, por su parte, presentaban un
inters reducido casi nulo por los hispanoamericanos.

Con los movimientos de independencia, la situacin cambi mucho y,


como lo afirma Orjuela (1980), las relaciones comenzaron a ser ms
directas: En tanto la revolucin norteamericana, desde el principio,
despert viva simpata entre los criollos que abrigaban la esperanza
de independizarse del gobierno monrquico espaol que los tena
subordinados a sus intereses de supresin y control absoluto- La
situacin preindependentista y posindependentista favoreci
notablemente que los hombres de letras de la Amrica hispnica se
desplazaran como viajeros, como prceres de la Independencia, al
exilio o a la diplomacia.

De este modo, el papel del diplomtico o del exiliado la mayora


criollos letrados como en el caso de Pombo durante esta poca fue
fundamental para establecer contactos entre ambas Amricas.
Recordemos, de esta poca, la traduccin espaola de la constitucin
norte americana, documento sobre cuya base los hispanoamericanos
determinaran de forma radical su democracia y, en consecuencia, su
independencia de Espaa.

68
El trabajo de Rafael Pombo reviste una importancia considerable
porque se considera al poeta colombiano fue un hombre clave para
comprender cmo se dieron los intercambios entre las Amricas en el
siglo XIX. En efecto, la educacin y la literatura norteamericana sern
temas de inters para los hispanoamericanos.

Posteriormente, estos hombres letrados cumplieron un papel como


diplomticos y vivieron en un ambiente que permiti el contacto entre
los Estados Unidos y la Amrica hispnica. La situacin sociocultural
de los Estados Unidos en el siglo XIX tena todas las caractersticas de
una sociedad donde las fronteras eran dbiles. Por diversas razones,
los hombres letrados se desplazaron hacia el norte. Las grandes
ciudades como Nueva York se convirtieron en cruces de caminos
donde se asentaron los primeros rastros de una presencia latina
fuerte que marc la cultura norteamericana.

Por otra parte, estos hombres comenzaron a establecer mltiples


relaciones con el nuevo espacio y, por consiguiente, los contactos
tuvieron como resultado diversas situaciones: los rastros escritos en
las zonas de contacto (las fronteras fsicas como Nuevo Mxico o
California, o las ciudades que alojaron grandes comunidades
hispanohablantes tales como Nueva York o L.A.

69
La amplitud social a la cual tena acceso nuestro autor suscrito:
escritores, polticos, artistas y familias norteamericanas de la lite.
Pombo viva en Gramercy Park-House, un hotel donde haba una gran
presencia de hispanohablantes (Orjuela, 1997), lo que permiti a
Pombo ampliar sus perspectivas intelectuales y culturales y le ofreci,
adems, la ocasin perfecta de conocer la realidad norteamericana de
la poca: un pas con una presencia hispanohablante cada vez ms
marcada. Adems, sus relaciones con los escritores norteamericanos
Bryan y Longfellow son muy importantes y representan un elemento
intercultural muy claro en la historia cultural colombiana.

Terminemos esta cuestin de los contactos establecidos por Pombo,


mencionando al msico norteamericano Louis Moreau Gottschalk,
compaa interesante porque Pombo traduce, a manera de regalo
para l, El lago de Lamartine, una de sus traducciones ms
conocidas. Adems, Pombo comparti con Moreau su gusto por la
msica, gusto que trat de transmitir a su regreso a Colombia.

Los traductores no trabajan solos y forman redes que permiten el flujo


de los textos y de las ideas. Todos estos contactos no slo le
permitieron a Pombo establecer lazos de amistad, sino tambin
realizar colaboraciones que tienen un alcance evidente sobre el
trabajo de los intelectuales colombianos ms all de las fronteras.

70
De hecho, la produccin del poeta en los Estados Unidos es
significativa. Durante su estancia en Nueva York, Pombo escribi
algunos de sus poemas ms importantes, por ejemplo, La hora de
tinieblas.

La figura del poeta de la infancia se complementa con la figura del


embajador cultural o del en las cuales los traductores se encuentran
en una situacin de contacto. Casi por naturaleza, las sociedades
estn constituidas por ms de una cultura, diversos grupos convergen
en un espacio. Por otra parte, las culturas no estn cerradas a las
influencias de otras y los contactos entre ellas. Esta situacin de
desplazamiento de los traductores y de las traducciones reitera que el
traductor no puede ser identificado con una sola cultura, precisamente
porque l es producto de la diversidad y esto es precisamente lo que
se refleja en sus producciones literarias o artsticas.

71
5. CONCLUSIONES

- Cabe indicar que durante el siglo XIX, unas dcadas despus de


la emancipacin, y con mayor intensidad, a finales del mismo
siglo, Amrica latina y Colombia en este caso, debido a sus
nuevas relaciones internacionales con pases como Inglaterra,
Estados Unidos y Francia, comienzan una nueva etapa de
intercambio de productos tanto materiales como intelectuales
que causan un efecto sin precedentes en la vida de nuestras
gentes. Los ilustres que con gran precocidad asimilaron una
confluencia de culturas y aburridos de las mltiples castraciones
mentales que tenan, logran adoptar una nueva forma de pensar
en contra del anacronismo y la obsolescencia de entonces,
llegan a reestructurar las formas de vida de una nacin sin
identidad y sus alcances se extienden de manera implacable y
significativa no slo en el mbito de la literatura.

- El vate colombiano Rafael Pombo desde el comienzo de la


composicin La Hora de Tinieblas y atravesando por un
convulsionado estado de angustia con los asuntos
trascendentes del hombre, se adhiere a este fenmeno literario
logrndose tornar cosmopolita o de abertura de nuestra literatura
a lo universal. Recordemos que en la sociedad de aquellos
tiempos imperaba el tema de la secularizacin, en donde el
poder eclesistico dominaba el pensamiento y la cultura en

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Espaa y Amrica latina, posteriormente y tras la revolucin y
apabullante organizacin de la sociedad burguesa trae con sigo
profundos cambios en la Colombia del siglo XIX.

- La riqueza del lenguaje que se encuentra en la obra La Hora de


tinieblas est muy alejada de la normatividad social y utiliza la
lengua como un instrumento e intercambio cultural, siendo en
primera instancia antinatural y artificial para la poca. Pombo,
redundante de palabras extraas siendo un poeta verstil,
letrado, traductor, diplomtico, conocedor de las culturas
antiguas entre otros, utiliz la plasticidad y los recursos tcnicos
suficientes para hacer parte del legado histrico de nuestros
intelectuales colombianos por tanto, hay que entenderlo como
parte coyuntural e innegable para la buena comprensin de
nuestra cultura.

- Su tarea como traductor merece un reconocimiento especial ya


que dicha actividad ha sido estudiada de modo superficial sin
tener en cuenta todos los elementos socio histricos que se
encuentran alrededor de estas traducciones.

- Pombo tuvo adems, la oportunidad de entrar en contacto con


diversas culturas gracias al contacto intelectual y a las
camaraderas con grandes personalidades: Emerson, Byron,

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Moreau, Wordsworth, Longfellow, Lamartine, Hood, Blanco
White, Tennyson, Lamartine, Hugo, Musset, Goethe,
Schopenhauer, Poe, Nietzsche, Bryan y otros escritores con
gran tendencia filosfica que sirvieron como ejes motivadores
para realizar varios proyectos, entre ellos algunos de traduccin.
En suma, todas estas colaboraciones sealan la importante
produccin del poeta colombiano que muy alejado a lo que
vendran a ser sus fbulas tan reconocidas muestran su
participacin en la historia de una Colombia que necesariamente
no poda ser la misma.

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6. BIBLIOGRAFA.

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promovida por Elas Vlez Gonzales y dirigida por Hernando Garca
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